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GAYTÁN, Angel. Protagonismo Infantil: un proceso social de organización participación y expresión de niñas, niños y adolescentes. Guatemala: Redd Barna de Noruega, 1998. (Pp.01-60) ¿EN QUÉ CONSISTE EL PROTAGONISMO INFANTIL? Existen ideas diferentes y controversiales en cuanto a lo que debemos considerar como protagonismo infantil. Para algunos es seleccionar unos cuantos niños y niñas con capacidad de disertación y prepararlos como oradores con temas de interés coyuntural o de moda para que los presenten en foros a los que se les consigue acceso. Otros piensan que es organizarlos para que participen en movilizaciones junto a otros sectores de la sociedad civil con demandas propias o compartidas. Otros creen que es suficiente con que participen en actividades de distinta índole de beneficio para la comunidad. Otros consideran que es abrir espacios para que Niñas, Niños y Adolescentes expresen sus ideas y sus pensamientos para que, en el mejor de los casos, se tomen en cuenta. Todos los que piensan en alguno de los sentidos del párrafo anterior tienen parcialmente razón ya que esos ejemplos pueden considerarse manifestaciones de protagonismo infantil, pero no reflejan por si solos la esencia del mismo. Precisamente esa parcialidad no permite desarrollar procesos de protagonismo infantil que sean auténticos, sostenibles y perdurables mediante la renovación permanente. Esa concepción incompleta dificulta retomar la integralidad del ser humano en proceso de crecimiento, desarrollo y formación, lo que a su vez impide que se eliminen las barreras que obstaculizan la plena realización personal en función de un interés común: el de Niñas, Niños y Adolescentes. Otra idea equivocada es la que considera que el protagonismo infantil existe solamente cuando Niñ@s y Adolescentes hacen todo lo que quieren o se plantean sin que exista "interferencia" ni presencia de los adultos. Por el contrario, también es erróneo plantearse que protagonismo infantil es todo aquello que hagan dentro de los límites considerados y establecidos por los mayores de edad. Pretender iniciar procesos de protagonismo infantil a partir de una de estas dos premisas es iniciar el camino por la senda equivocada. De manera general podemos ir conformando nuestra concepción a partir de lo que significa PROTAGONISMO. Quiere decir desempeñar el papel principal. Pero este rol es desempeñado en un contexto, en una trama, en un suceso o acontecimiento, en lo cotidia- no, en un episodio de vida, o en fin, en el conjunto de la actividad social, económica y política de los seres humanos. Así tenemos protagonistas de un evento deportivo, protagonistas de una novela, protagonistas de un accidente, protagonistas de un conflicto familiar, protagonistas de un momento histórico, etc. Pero si seguimos analizando la definición, nos damos cuenta que hacer el papel principal tampoco quiere decir tener el papel único. Existen otros roles cuya característica común es que se desenvuelven en torno, alrededor y en función del protagonista. Aún los antagonistas y quienes desempeñan papeles secundarios lo hacen en este sentido. Pero el protagonista es quien siempre determina el desarrollo y el desenlace de los sucesos

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GAYTÁN, Angel. Protagonismo Infantil: un proceso social de organización participación y expresión de niñas, niños y adolescentes. Guatemala: Redd Barna de Noruega, 1998. (Pp.01-60)

¿EN QUÉ CONSISTE EL PROTAGONISMO INFANTIL?

Existen ideas diferentes y controversiales en cuanto a lo que debemos considerar como

protagonismo infantil. Para algunos es seleccionar unos cuantos niños y niñas con capacidad de disertación y prepararlos como oradores con temas de interés coyuntural o de moda para que los presenten en foros a los que se les consigue acceso. Otros piensan que es organizarlos para que participen en movilizaciones junto a otros sectores de la sociedad civil con demandas propias o compartidas. Otros creen que es suficiente con que participen en actividades de distinta índole de beneficio para la comunidad. Otros consideran que es abrir espacios para que Niñas, Niños y Adolescentes expresen sus ideas y sus pensamientos para que, en el mejor de los casos, se tomen en cuenta. Todos los que piensan en alguno de los sentidos del párrafo anterior tienen parcialmente

razón ya que esos ejemplos pueden considerarse manifestaciones de protagonismo infantil, pero no reflejan por si solos la esencia del mismo. Precisamente esa parcialidad no permite desarrollar procesos de protagonismo infantil que sean auténticos, sostenibles y perdurables mediante la renovación permanente. Esa concepción incompleta dificulta retomar la integralidad del ser humano en proceso de crecimiento, desarrollo y formación, lo que a su vez impide que se eliminen las barreras que obstaculizan la plena realización personal en función de un interés común: el de Niñas, Niños y Adolescentes. Otra idea equivocada es la que considera que el protagonismo infantil existe solamente

cuando Niñ@s y Adolescentes hacen todo lo que quieren o se plantean sin que exista "interferencia" ni presencia de los adultos. Por el contrario, también es erróneo plantearse que protagonismo infantil es todo aquello que hagan dentro de los límites considerados y establecidos por los mayores de edad. Pretender iniciar procesos de protagonismo infantil a partir de una de estas dos premisas es iniciar el camino por la senda equivocada. De manera general podemos ir conformando nuestra concepción a partir de lo que

significa PROTAGONISMO. Quiere decir desempeñar el papel principal. Pero este rol es desempeñado en un contexto, en una trama, en un suceso o acontecimiento, en lo cotidia-no, en un episodio de vida, o en fin, en el conjunto de la actividad social, económica y política de los seres humanos. Así tenemos protagonistas de un evento deportivo, protagonistas de una novela, protagonistas de un accidente, protagonistas de un conflicto familiar, protagonistas de un momento histórico, etc. Pero si seguimos analizando la definición, nos damos cuenta que hacer el papel

principal tampoco quiere decir tener el papel único. Existen otros roles cuya característica común es que se desenvuelven en torno, alrededor y en función del protagonista. Aún los antagonistas y quienes desempeñan papeles secundarios lo hacen en este sentido. Pero el protagonista es quien siempre determina el desarrollo y el desenlace de los sucesos

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aunque su presencia sea menor a la de otros personajes. Cuando hablamos de protagonismo infantil, entonces, estamos pensando en que Niñas, Niños y Adolescentes desempeñen un papel, y que ese papel debe ser el principal y determinante. Juntando las distintas ideas de lo expuesto hasta ahora, podemos elaborar el siguiente

concepto de Protagonismo Infantil: es el proceso social mediante el cual se pretende que Niñas, Niños y Adolescentes desempeñen el papel principal en su propio desarrollo y el de su comunidad, para alcanzar la realización plena de sus derechos atendiendo a su interés superior. Es hacer práctica la visión de NIÑEZ como sujeto social de derechos y por lo tanto se debe dar una redefinición de roles en los distintos componentes de la sociedad: niñez y juventud, autoridades, familia, sectores no organizados, sociedad civil, entidades, etc. De manera amplia y general podemos decir que Protagonismo Infantil es iniciar y

desarrollar un proceso social para reestructurar la sociedad en función del interés superior de la Niñez, y en el que de principio a fin Niñas, Niños y Adolescentes tengan el papel principal. Esta concepción puede ser considerada como una utopía de nuevo corte, en la que el contenido y los aspectos filosóficos e ideológicos debemos extraerlos de la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño aprobada el 20 de noviembre de 1989, y enriquecidos con elementos de la cultura e idiosincrasia nacionales. Como mecanismos para su impulso y desarrollo contamos con sus tres fuentes y partes

integrantes que son la organización infantil, la participación infantil y la expresión infantil; y con tres estrategias auxiliares que a su vez evolucionarán hacia lo que se constituya en tres impactos sociales que son: sensibilización hacia la familia y sectores no organizados para una actitud con Niñ@s y Adolescentes más consecuente con la Convención, comprometer la participación de la sociedad civil en un proyecto social en favor de la niñez, y compromiso de las autoridades para el impulso de políticas públicas congruentes con dicho proyecto. El ritmo y el nivel de integralidad con que trabajemos estos aspectos, van a permitir que los procesos de Protagonismo Infantil sean más o menos efectivos, más o menos sostenibles y más o menos auténticos. Protagonismo Infantil es el proceso social mediante el cual se pretende que Niñas,

Niños y Adolescentes desempeñen el papel principal en su propio desarrollo y el de su comunidad, para alcanzar la realización plena de sus derechos atendiendo a su interés superior. Es hacer práctica la visión de NIÑEZ como sujeto social de Derechos y por lo tanto se debe dar una redefinición de roles en los distintos componentes de la sociedad: autoridades, familia, sectores no organizados, sociedad civil, entidades, etc.

ORGANIZACIÓN INFANTIL PARTICIPACIÓN INFANTIL

EXPRESIÓN INFANTIL

SENSIBILIZACIÓN A LA FAMILIA Y LA COMUNIDAD

PARTICIPACIÓN DE LA SOCIEDAD CIVIL

NIÑAS, NIÑOS Y ADOLESCENTES EN EL PAPEL PRINCIPAL

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COMPROMISO Y ACCIÓN DE LAS AUTORIDADES

RESUMEN

ORGANIZACIÓN INFANTIL es el proceso de articulación de Niñas, Niños y Adolescentes a título individual y/o de grupo con la finalidad de ejercer y hacer valer sus propios derechos de acuerdo a su interés superior. De acuerdo a la territorialidad puede ser local (escuela, iglesia, cuadra, barrio, etc.), comunitaria (aldea, cantón, caserío, etc.), municipal, departamental, nacional e internacional. Y por el contexto en el que se da, puede ser campesina, indígena, familiar, laboral, cultural, religiosa, etc. CARACTERÍSTICAS A TOMAR EN CUENTA: DEBE SER LÚDICA DEBE SER FLEXIBLE DEBE SER FUNCIONAL DEBE SER DEFINIDA DEBE SER REGLAMENTADA DEBE SER DEMOCRÁTICA DEBE SER REGENERATIVA ORGANIZACIÓN INFANTIL Cuando hablamos de ORGANIZACIÓN INFANTIL nos referimos al proceso de

articulación de Niñas, Niños y Adolescentes a título individual y/o de grupo con la finalidad de ejercer y hacer valer sus propios derechos de acuerdo a su interés supremo. Dicha articulación puede darse a diferentes niveles (local, municipal, departamental, regional, nacional e internacional) y en distintos contextos (familiar, COMUNITARIO, escolar, laboral, cultural, religioso, etc.) En Alianza existen antecedentes de Organización Infantil cuando en 1990, después que

el gobierno suscribió la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño y el documento de la Cumbre en Favor de la Infancia, aumentó su trabajo alrededor de los Derechos del Niño, habiendo motivado en Santa María Ixhuatán, Santa Rosa y en algunos municipios de El Quiché la formación de Comités pro Derechos del Niño en los que participaron autoridades municipales, maestros, vecinos y auxiliares de la Procuraduría de Derechos Humanos que establecieron relación con grupos de Niños y Niñas que también se habían conformado. Como actividad realizaron talleres, obras de teatro, etc. dirigidos a líderes, maestros, padres de familia. Lograron una buena coordinación entre los diferentes sectores de la comunidad incluyendo relación entre Niños y Municipalidad la cual incluso asignó recursos para la divulgación. Estos comités prácticamente han desaparecido. En la actualidad la experiencia en San Luis Jilotepeque, Jalapa, es una síntesis más sistemática

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de las experiencias que antes desarrolló Alianza, que se mantiene a pesar de que el Programa ya fue trasladado a otro lugar, y en donde la capacitación y formación de líderes infantiles jugó un papel de primer orden para que esta continuidad se lograra. Son varias las enseñanzas que podemos obtener de estas experiencias. Una es que

cuando nos decidimos a abordar el trabajo de organización desde la óptica de promoción y defensa de los derechos de la Niñez con énfasis en su protagonismo, no se trata solamente de organizar adultos, ni solamente de organizar menores, sino que es un trabajo integral de organización con Niños, Niñas, Adolescentes y Adultos que se interrelacionan, se complementan y se apoyan mutuamente pero sin sustituirse, sin bloquearse y sin condicionarse. Cada esfera de organización debe tener su propia dinámica, ser autónoma e independiente en cuanto a su funcionamiento y a su crecimiento, pero todas deben unificarse en cuanto al contenido, los propósitos y los objetivos en pro de la Niñez. Otra enseñanza es que la capacitación, la formación y el seguimiento son necesarios

para mantener con vida formas organizativas primarias. Y este seguimiento no es genérico y abstracto, sino concreto y sistemático. Debe darse mediante actividades permanentes de formación, agitación y mística que permitan el crecimiento general de la conciencia que va a ser la fuente principal de motivación para participar en organizaciones con estos fines. Se debe tomar en cuenta también que formas organizativas clásicas (Junta Directiva,

Comité, Consejo, etc.) no siempre son las más adecuadas para cada lugar, o si lo son, hay que desarrollarlas y ampliarlas porque no son suficientes. Vemos por ejemplo que en la capacitación que estamos dando. para organizar comités tomamos en cuenta otros aspectos tales como Encargado de Cultura, de Recreación, de Relación con Autoridades, de Medio Ambiente y otros, porque presidente, tesorero, secretario y vocales ya no son suficientes, no llenan la necesidad ni cubren la expectativa. Pues en esta misma tónica debemos darle impulso a una actividad vital para el

colectivo: la Organización que es la que va a garantizar su crecimiento cuantitativo y cualitativo, su continuidad estratégica y su solidez; dicho en otras palabras, una adecuada función de Organización es lo que va a garantizar la SOSTENIBILIDAD de los procesos de Protagonismo Infantil. Cualquiera que sea la forma organizativa que corresponda a una determinada experiencia, debemos incorporar, de manera enfática y desde un inicio, la figura y la tarea de Responsable, Secretario, Encargado o Asistente de Organización, e integrar una Comisión de Organización que va a tener los atributos siguientes:

� Mantener un registro actualizado de la Organización en cuanto a membresía, líderes, directivos, cobertura geográfica, temas y áreas de trabajo, talleres, eventos y cursos de formación y capacitación, proyectos y responsables, apoyos y relaciones, y demás información que sea necesaria para un mejor funcionamiento de la Organi-zación.

� Sistematización, conocimiento y seguimiento de la situación familiar, académica, participativa y de desarrollo de cada miembro de la Organización.

� Propuesta e impulso de actividades diferentes de formación, generales y particulares, que respondan a necesidades concretas de la Organización misma.

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� Planificación, impulso y desarrollo de campañas de crecimiento que establezcan metas precisas de aumento del número de miembros y/o del área de acción y de influencia.

� Selección, al interior de la misma Organización, de elementos destacados para proponer gestionar actividades más específicas de capacitación y formación tanto dentro como fuera de la misma Comunidad, como potenciales cuadros técnicos, organizativos, etc., cuyo desarrollo en aspectos específicos repercuta directamente en beneficio y desarrollo de la Organización misma.

� Proponer la relación y articulación de la Organización con otros grupos infantiles. En cuanto a las formas organizativas no debemos desechar del todo las formas clásicas,

pero debemos aprender de experiencias que las comunidades mismas nos pueden proporcionar: procesar creativamente nuestra propia experiencia y desarrollar técnicas participativas de definición y establecimiento de la Organización son criterios que nos pueden ayudar a renovar el impulso en este campo. Y es que en efecto, si una comunidad tiene una forma organizativa determinada, donde son electos 15 representantes cada dos años para velar por intereses generales del poblado, por ejemplo, podemos sugerir a ellos mismos que nos ayuden a organizar Niñas y Niños con características similares y en apoyo a su gestión, pero aumentándole contenido propio de los derechos de la Niñez y así logramos que la organización adulta también los conozca y apoye la actividad de organización, pero al mismo tiempo les estamos dotando de un mecanismo idóneo que garantice la potenciación y la continuidad estratégica de su propia forma organizativa como comunidad. Y con esta visión nuestra creatividad puede ser incentivada de nuevo. Podemos pensar

en Cofradías Infantiles, Hermandades de Niños y Niñas, Confraternidades, Cabildos y Concejos Municipales Infantiles, Parlamento Nacional Infantil, Cooperativas, Redes de Apoyo Mutuo, Brigadas de Defensa de los Derechos de la Niñez, etc. Y es una experiencia que podemos desarrollar de manera lúdica y didáctica: jugar a las elecciones, jugar a ser el alcalde, jugar a organizar una procesión o una festividad, jugar a organizar un cabildo, y así sucesivamente mientras se va ganando espacio, reconocimiento local, legitimidad y, ¿Por qué no?, legalidad institucional en el futuro. Y junto a ellas se deben ir conformando y o fortaleciendo la organización de adultos

que han de acompañar (no manejar) y apoyar (no sustituir) este proceso. También lo harán de formas variadas acordes a la comunidad misma. Pueden incluso innovarse formas tales como Cuerpos de Asesoría, Brigadas de Acompañamiento, Escoltas, Asambleas por la Niñez, etc. Al que nos hemos referido es el que podríamos llamar nivel básico organizativo y se da

con características de multiplicidad, masividad y dispersión. Una labor simultánea de la comisión de Organización, ya mencionada antes, es reconocer la acumulación de condiciones necesarias para plantearnos saltos de calidad a los estratos organizativos superiores, una vez consolidadas formas organizativas en distintas partes: se debe trabajar en el relacionamiento y la articulación de las mismas.

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Las principales dificultades en la ejecución de este proceso de relacionamiento y articulación serán fundamentalmente de orden operativo. Los desacuerdos en cuanto a criterios y necesidad de impulso serán mínimos, ya que en cuanto a propósitos y objetivos vamos a encontrar convergencias enormes puesto que todas las organizaciones fueron impulsadas a través del mismo contenido fundamental. Y el papel de Alianza en ese sentido es el de facilitar el establecimiento de nexos, planes conjuntos de acción, objetivos operativos generales, etc. Y para hacerlo puede aplicar instrumentos tradicionales como es la realización de Seminarios, Congresos, Encuentros y/o Convenciones que propicien el conocimiento, el intercambio y hasta la unificación entre varias de las organizaciones generadas. El criterio de territorialidad en esta etapa organizativa puede ser, en su orden: la comunidad, el municipio, el departamento, el plano geográfico (oriente, sur oriente, occidente, nor occidente, sur, norte, etc.), la nación y la región (Centroamérica, Caribe, Sudamérica, etc.). Cada uno de ellos como escalones específicos en el desarrollo de una expresión organizativa cada vez superior. Pero también pueden utilizarse criterios diferentes al del plano geográfico como la unidad de programas de trabajo de ONGs afines, de sectores sociales, de grupos étnicos, de cultura, de actividades a realizar, etc. Para finalizar vamos a mencionar algunas características de la Organización Infantil que

facilitadores y técnicos no deben descuidar en ningún momento:

� Debe ser LÚDICA. El espacio natural de encuentro entre Niñas, Niños y Adolescentes debe responder a su propia naturaleza alegre, festiva y recreativa. Debemos combatir la pseudo-responsabilidad y la pseudo- seriedad adulta para no someterlos a patrones de comportamiento que desmotiven, castren iniciativas y deformen la personalidad de los participantes. Por el contrario, se debe poner énfasis en los espacios de recreación, en el fomento de dinámicas lúdicas que promuevan la organización y en la generación de un ambiente infantil durante las jornadas de trabajo de la organización.

� Debe ser FLEXIBLE. Porque una estructura rígida se adecua más lentamente a los

cambios y eventualidades de los procesos o se rompe ante giros muy bruscos en su razón de ser. La flexibilidad de una organización se mide en su capacidad de adecuarse a los lugares y momentos de su función. Por eso no debemos confundir flexibilidad con desarticulación. Por el contrario, debe tener las características propias de un acoplamiento: móvil, con libre juego, dinámico, cambiante y ajustable, a la vez que vincula, sujeta, supedita, une y rige.

� Debe ser FUNCIONAL. Esta característica es la que requiere de mayor creatividad.

Quiere decir que no se trata de aplicar formas estructurativas que hayamos aprendido o que hayan sido recogidas en determinado manual o tratado de organización, sino que la articulación se vaya dando en función de necesidades concretas y objetivos definidos. Si no cumple con su función de una manera, deben aplicarse los cambios que se requieran para que lo haga. Y no estamos hablando de cambios de personal, ese es otro problema, estamos hablando de cambios estructurales. Es decir que la organización no es un fin en si mismo sino más bien

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un medio que nos garantice el desarrollo y sostenibilidad de experiencias de protagonismo infantil. Si no cumple su función en un determinado período, debe tener la flexibilidad suficiente para poder adecuarse al contexto y responder de manera más efectiva.

� Debe ser DEFINIDA. Es decir que deben establecerse sus funciones, sus propósitos, su naturaleza, sus estrategias, etc. Y en esto, como en todo, debe darse una creciente participación de los miembros mismos de la Organización. La definición es la que nos va a permitir no improvisar ni a desviarnos de la razón de ser de la organización impulsada.

� Debe ser REGLAMENTADA. Uno de los primeros pasos que debe dar la

organización es establecer las normas que sean necesarias para su buen funcionamiento desarrollo. Deben acordarse criterios de pertenencia, de crecimiento, de dirección, de gestión, de sucesión, de funcionamiento, etc. que todos sus miembros se comprometen a respetar.

� Debe ser DEMOCRÁTICA no solamente en su funcionamiento sino como una

escuela de aplicación de mecanismos y formas democráticas de dirección, decisión y ejecución. En esto debemos hacer un gran esfuerzo por despojarnos de vicios que hemos aplicado en nuestras propias organizaciones adultas para que el aporte en el fortalecimiento a la sociedad civil, aunque a largo plazo, sea sólido y efectivo. No olvidemos que muchos miembros de la Organización Infantil pasarán en su momento a las organizaciones de los adultos donde pueden dar un aporte importante en la superación de tales vicios y prácticas erróneas. Un adecuado funcionamiento democrático es el que le da representatividad y legitimidad a la organización infantil.

� Debe ser REGENERATIVA. Es decir que se debe dotar a la Organización Infantil

de sus propios mecanismos internos de formación y promoción de sus miem bros, de sus propias estrategias de crecimiento de membresía y de sus propias formas de sustitución oportuna de su dirigencia. Así estará garantizada la sostenibilidad de las expresiones de Protagonismo Infantil.

INDICADORES DE AVANCE.1 Alianza se trabaja sobre la base de objetivos operativos que tienen definidos sus propios indicadores de avance. Los que están definidos para el objetivo de trabajo con Niñez, están más bien referidos a la Organización Infantil. Por esta razón los incluimos en el presente documento. Se reconocen los siguientes 5 niveles de avance en cada Programa:

� NIVEL 1. El sector no cuenta con una organización representativa que responda a sus expectativas y que coordine con otras organizaciones y/o sectores acciones de beneficio.

1 Indicadores de Avance para el objetivo "NIÑOS, NIÑAS Y JÓVENES" de la Guía de indicadores de Avance de Alianza para el Desarrollo Juvenil Comunitario.

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� NIVEL II. El sector analiza las ventajas de contar con una organización representativa. Inicia la detección de las necesidades y las prioriza. Define acciones al respecto.

� NIVEL III. A nivel de la comunidad se inicia la formación de grupos representativos del sector, los cuales todavía no cuentan con planes definidos que les permitan responder a sus expectativas y que todavía no coordinan con otros acciones de beneficio colectivo.

� NIVEL IV. A nivel de comunidad existen conformados grupos representativos del sector, con planes definidos, los cuales les permiten responder parcialmente a sus expectativas y que coordinan esporádicamente, con otros, acciones de beneficio colectivo. Se inicia la formación de una organización a nivel municipal.

� NIVEL V. Existe una organización representativa del sector a nivel municipal, la cual responde a expectativas del mismo y coordina sistemáticamente con otros sectores y organizaciones, acciones de beneficio colectivo.

OTROS CRITERIOS DE MEDICIÓN. Existen otros parámetros inherentes a la organización que pueden ser útiles para que el técnico o facilitador visualicen los avances más pequeños en un proceso de surgimiento y desarrollo de una Organización Infantil. Estos son: Niveles de representatividad. Tipo de actividad que realizan sus miembros. Niveles de formación y capacitación colectiva. Ritmos de crecimiento, multiplicación y estructuración. Cada uno de los cuatro pueden ser medidos en rangos porcentuales asignados convencionalmente, lo que puede permitir la graficación del movimiento permanente que se está presentando en el proceso de surgimiento, crecimiento, fortalecimiento y consolidación de una organización infantil.

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RESUMEN En donde la PARTICIPACIÓN INFANTIL es el proceso tendiente a incrementar la

cuota de poder de la Niñez Organizada en su relación con los adultos. Básicamente va a ser respecto al grupo de facilitadores del proceso pero debe perfilarse también hacia la sociedad civil, las familias, las autoridades y grupos no organizados. La Participación Infantil garantiza la legitimidad e incidencia social del Protagonismo Infantil. EJERCICIO DEL PODER DE NIÑAS, NIÑOS Y ADOLESCENTES Cuando organizamos un grupo de Niñas, Niños y Adolescentes estamos realizando la

más didáctica de las formaciones políticas, cívicas y democráticas, porque es en el ejercicio mismo del poder como facultad colectiva e individual dentro del grupo que tales valores van a ser descubiertos por el facilitador del proceso y por los propios participantes. También por la misma razón pueden ser muy dañinas las prácticas equivocadas de los adultos dentro del grupo infantil ya que, por lo general, tienden a cortar procesos y coartar derechos que teóricamente se les están inculcando. En tal sentido debemos desarrollar dinámicas y establecer mecanismos que garanticen

la efectiva participación del colectivo como tal y del individuo dentro del colectivo. La unidad dialéctica entre poder colectivo y poder individual como parte del colectivo es el primer elemento de atención en un proceso de educación para la participación democrática. Porque si el poder del grupo no es capaz de incidir en aspectos globales o parciales de la vida cotidiana, el individuo se desmotiva y cada vez participa menos. O sea que no basta con incentivar la actividad de los infantes dentro del grupo. Es necesario que simultáneamente también facilitemos un proceso de apertura de espacios en los cuales la decisión del grupo va a tener una cuota de aceptación e implementación dentro de los programas y proyectos que estamos impulsando. Es decir que no basta con juntar al grupo. Deben establecerse las formas, los contenidos, calidades y cantidades en que deben acceder al poder. Un primer paso para establecer esas definiciones es readecuar nuestra visión sobre los

líderes infantiles. Hay comportamientos que se originan a partir de la sociedad de referencia que para ellos es la sociedad adulta y si el facilitador no cambia conscientemente su proceder, tiene alto riesgo de caer en actos que refuercen tales esquemas sociales ya que su sociedad de referencia también es la misma y en vez de cuestionarla puede caer en reforzarla. Para evitarlo debemos estar vigilantes a la actitud de los dirigentes. Combatir la tendencia "escuelera" en la que uno, o en el mejor de los casos varios, de los dirigentes se comportan "para quedar bien con el técnico" como niños bien portados de la escuela tradicional. Ellos muestran una capacidad grande para sintonizarse en la misma frecuencia del adulto facilitador y saben interpretar cualquier gesto, cualquier palabra que les permita "retomar el rumbo que el técnico considera conveniente". Si nos encontramos con casos así, debemos establecer los mecanismos que permitan encausar de mejor manera sus cualidades y su capacidad. Por ejemplo, se les

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puede promover a acciones que trasciendan más allá del grupo, como voluntarios promotores de Derechos del Niño y de la Niña, como organizadores que contribuyan a la extensión del trabajo, como facilitadores de capacitación a otros grupos, como equipo de redacción de algún órgano informativo, etc., con lo que no solamente estamos propiciando su desarrollo individual, sino que también estamos obligando al desarrollo del colectivo en su conjunto con miras a una sostenibilidad de la organización. Para lograrlo debemos también potenciar capacidades y cualidades dirigenciales en nuevos miembros de la organización que no se van a desarrollar mientras estén los otros. Debemos formarlos, pero recordemos que la mejor escuela es la práctica y que la mejor manera de decir es hacer. Otra actitud que suele presentarse es la del "súper héroe", líder que se siente superior al

resto de miembros de la Organización y se cree depositario de toda la responsabilidad de lo que hace o deja de hacer el grupo. Actúa impositivo, desesperado porque la actividad resulte, sufre si no resulta, quiere estar en todo, no confía ni en la opinión ni en lo que hacen los demás, cree que sólo él o ella deben opinar, que sólo él o ella tienen razón, que sólo él o ella están haciendo las cosas, y se sienten indispensables, insustituibles, etc. Personas así, aunque sean muy eficientes en la actividad, perjudican al grupo porque están limitando el desarrollo de otros y en la práctica están vedando, sin querer, el derecho de los demás a la expresión y a la participación. También a ellos hay que buscar ubicarlos en tareas que los separe un poco de su colectivo, de su grupo, ya que tienen que dar un aporte grande en actividades concretas que requieran eficiencia y dinamismo. Debemos entenderlo como un momento diferente de su desarrollo por lo que su ubicación debe buscarse en un espacio mayor que le permita seguir creciendo. Juntar a varios con esas características en proyectos de cultura, comunicación, recreación, deportes, etc., puede contribuir a templar su personalidad, a descubrir la fortaleza del colectivo y a realizar proyectos que van a repercutir en un fortalecimiento general de la Organización. Esta constante promoción dirigencial, como ejercicio, nos va a permitir visualizar mejor el carácter dialéctico, dinámico, cambiante de una Organización y por tanto vamos a saber actuar con oportunidad, creatividad y decisión en las coyunturas que se presenten. Por el otro lado están los que evitan asumir su papel, que descargan en ta improvisación

y en el azar el resultado de su gestión, los que no toman iniciativa ni son receptivos al clamor prevaleciente, venga éste de los adultos o de los compañeros de organización. Ellos generalmente son atacados, criticados y molestados por otros miembros más inquietos y sagaces del grupo, son frecuentes las bromas y hasta los reclamos violentos a su incumplimiento. Con ellos hay que tener mucho más cuidado ya que en un afán por querer que aprendan a desenvolverse, más bien podemos estar incubando traumas y complejos que coartarán el desarrollo de su personalidad y se manifestarán como taras, debilidades, incapacidades o limitaciones en su conducta futura como adolescentes, jóvenes o adultos. Con ellos el acompañamiento debe ser más estrecho. Recordemos que el proceso de

protagonismo infantil lo podemos comparar con el proceso de enseñar a caminar a un niño. A ellos debemos sostenerlos por más tiempo, con más paciencia, dedicarles más tiempo a una formación individualizada, preparar con ellos las reuniones, las agendas, etc. Evaluar permanentemente los avances que vaya teniendo. Dotarlo de técnicas de

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dicción, oratoria, redacción, etc., que le permitan desempeñar mejor su función. Conocer con mayor profundidad las causas que originan un comportamiento tan evasivo, tratar de dar solución a las que sea posible, pero a las que no, por depender de otros factores fuera de nuestro alcance, irlas dotando de elementos teóricos, de técnicas relajantes y terapéuticas que les permitan afrontar mejor esas dificultades y canalizar más eficientemente sus facultades. A ellos no debemos separarlos del grupo sino por el contrario, hacer todos los esfuerzos porque encuentren en el mismo la compensación a sus debilidades, a sus vacíos, a sus dudas y a sus temores. Niñas y Niños así tienen la ventaja que están más proclives a descubrir el poder ilimitado de una organización y las ventajas del aporte colectivo. Para lograrlo, debemos ayudarlos a que cobren conciencia de su propio desarrollo y el de la Organización, desmenuzando analíticamente los elementos componentes que condujeron al éxito o fracaso de una determinada gestión. Finalmente vamos a referirnos a los desmotivados, a los apáticos, a los que no les gusta

participar en nada ni mucho menos asumir un compromiso. A ellos hay que respetarlos en su individualidad y evitarles tensiones ya sea del grupo o de determinados miembros del grupo, ya que ello puede conducir a que se enconchen y se aíslen más. El primer logro debe ser que tengan confianza en el colectivo y para lograrlo debe dárseles un trato natural, afectuoso y fraternal, tratar de inducir para que los demás miembros del grupo hagan lo mismo, pero en todo caso, lo que debe prevalecer es el criterio de no focalizar la atención de todos sobre ellos. Así, poco a poco se irán abriendo y vamos a poder descubrir algún gusto particular sobre el cual podemos apoyarnos para desencadenar un proceso interno que le permita su plena incorporación y participación dentro de la Organización. Estas son algunas caracterizaciones, quizás las más frecuentes, pero no son todas ni se

presentan necesariamente diferenciadas. El objetivo de clasificarlos no es para encerrar en cajillas cerradas la naturaleza humana que es tan cambiante. La idea es tener elementos de diferenciación que nos permitan poder establecer dos o tres procesos diferenciados de formación integral de Niñas, Niños y Adolescentes a partir de una unidad en la que pueden coexistir las diferencias que provoca el origen, la educación, la personalidad y de manera general el medio que ha condicionado la formación de ellas y ellos como seres humanos y sujetos sociales que son producto de una sociedad pero que al mismo tiempo pueden incidir en esa convivencia y esa cotidianidad de manera acumulativa, hasta poder trazarse, de manera organizada, objetivos que permitan ir transformando algunas de las características de su propia realidad. Por eso nuestro trabajo no se debe concretar a la formación y seguimiento de casos

individuales dentro del grupo sino que también debemos establecer parámetros e indicadores que nos permitan valorar el momento de desarrollo que tiene un determinado grupo. En este documento vamos a tratar de incorporar elementos para la implementación de

un proceso que nos lleve a los niveles más altos de participación posibles, aunque hay que aclarar que un grupo no se integra para hacer necesariamente un recorrido de cero a diez. Puede comenzar en niveles muy altos de participación, intermedios o bajos y crecer, aumentar sus niveles de acción, o también retroceder y hasta autoaniquilarse si no se

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cuida el proceso. Por eso vamos a ser reiterativos en el sentido de recordar que los elementos que aquí se esquematizan es solamente con fines didácticos de comprensión, pero que en última instancia lo que va a determinar el nivel de éxito de un proceso particular es la flexibilidad, dinamismo, creatividad y objetividad que las y los técnicos de cada programa sean capaces de desarrollar. En todo caso el esquema que vamos a presentar aquí y que nos va a permitir medir

avances, estancamientos o retrocesos en cuanto a la participación de la Niñez, tiene como esencia y como parámetro la relación del ejercicio del poder infantil frente a la sociedad adulta. Es decir que cuando hablamos de participación no nos estamos refiriendo solamente a la implementación de un conjunto de actividades, sino al ejercicio real de un poder al cual tienen derecho y que la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño les reconoce. Y el poder del grupo se va a manifestar en iniciativas, decisiones, realizaciones,

relaciones autónomas e independientes, etc., pero todo moviéndose en una sola dirección, con claridad de metas y objetivos, y por una causa común. Debe quedar claro que la PARTICIPACIÓN a la que nos referimos y que pretendemos impulsar no es una acción vacía, implica claridad en los objetivos, compromiso de transformación y la toma de posiciones frente a problemáticas, acontecimientos, acciones, políticas, etc. que provienen de la sociedad adulta y afectan positiva o negativamente el interés superior de Niñas, Niños y Adolescentes. Para ilustrar el proceso lo vamos a hacer en función del EJERCICIO DEL PODER por

parte de Niñas, Niños y Adolescentes al interior de su propia organización. No pretendemos ingresar al mundo de los adultos aunque si debemos tomar posiciones frente a él, por lo que el ejercicio de dicho poder va en estrecha relación con la forma de ejercerlo y el contenido del que está dotado y la mejor manera de alcanzar esto es mediante los programas permanentes de formación, generales y particulares, que cada grupo debe desarrollar y que los adultos debemos impulsar y facilitar. Una última aclaración. Aunque el recorrido para ese proceso de participación está

graficado mediante una flecha, debemos recordar que dichos procesos no son lineales, que se presentan con altibajos, hay momentos en que es más rápido y otros más lento, hacia adelante y hacia atrás, y que la flecha nos sirve de brújula pero que de ninguna manera debemos convertirla en el plano de un camino o de una ruta a seguir. El proceso no está encaminado a romper la relación con los adultos sino a establecer

nuevas relaciones de acción y de participación dentro de la sociedad construida por los adultos, de manera ideal, en permanente relación y acuerdo con ellos. El procedimiento podemos ilustrarlo mediante el siguiente rectángulo de la participación 2:

2 La idea fue tomada de "Un Modelo para la Participación", pp 301 de] Manual de Entrenamiento de la Alianza Internacional Save The Children. El RECTÁNGULO fue reelaborado y desarrollado.

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PODER INFANTIL: PARÁMETRO PRINCIPAL PARA LA PARTICIPACIÓN INFANTIL Para ser efectivos en la facilitación de procesos de Protagonismo Infantil y de

educación política para la participación de Niñas, Niños y Adolescentes debemos clarificar y clarificarnos en el sentido de que la dirección del proceso está determinada por la búsqueda de un balance entre el poder de los técnicos, promotores, educadores y demás adultos que trabajan en este campo, y las Niñas, Niños y Adolescentes organizados que reciben tal atención, y que tal balance debe continuar moviéndose, gradual pero constantemente, siempre a favor de los segundos. He aquí un parámetro muy valioso para evaluar nuestra gestión al respecto. En la anterior ilustración se puede apreciar con claridad el movimiento ascendente en el

ejercicio del poder por parte de Niñas, Niños y Adolescentes. Por supuesto que a los Adultos a los que nos referimos aquí es a los técnicos, promotores y demás trabajadores de los programas, mujeres y hombres organizados en quienes podemos influir, y padres de familia que colaboren con nosotros y que estén conscientes de la necesidad de hacer valer los derechos de la Niñez. De ninguna manera debemos interpretar el rectángulo como el proceso de cambiar la sociedad adulta en su conjunto. Pero sí, a nivel inmediato, podemos contribuir a un cambio lento si a partir de esos niveles logramos crear una nueva visión de Niñas y Niños como sujetos sociales y de derechos. A continuación daremos una breve explicación de cada uno de los niveles registrados en el cuadro: ADULTOCRACIA: es cuando el poder y autoridad por parte del adulto trabajador y

demás adultos involucrados son absolutos. Son los momentos en que el técnico llega y dice cuándo, dónde y para qué se van a reunir, dirige las reuniones y da capacitación a Niñas, Niños y Adolescentes, sin hacer los esfuerzos por recibir de ellos sus conocimientos y experiencias. Es frecuente también que en este momento el adulto seleccione y nombre a los líderes que han de representar al grupo.

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Este momento no necesariamente debemos eludirlo. Hay ocasiones en que es necesario pasar por él porque es el mecanismo al que están habituados y el cambio de actitud no puede ser tan drástico, o simplemente porque es necesario iniciar el proceso de organización y participación infantil desde la situación de amordazamiento, represión y marginación en que se encuentran ellas y ellos. Lo que no debemos olvidar es que se trata solamente de un punto de partida que vamos a aprovechar para selección, formación y promoción de posibles líderes tomando en cuenta la clasificación de características descrita al principio de esta sección, la implementación desde el principio de contenidos apropiados, la capacitación en criterios organizativos correctos y un crecimiento más homogéneo del grupo. SEÑALIZACIÓN: es cuando el (los) adulto(s) define agenda y toma decisiones sobre

el funcionamiento de la Organización conjuntamente con un pequeño grupo, generalmente la Junta Directiva, sobre el que tiene una influencia casi total. En su afán por hacer valer sus criterios cuando alguno de los consultados tiene una manera diferente de ver las cosas, los argumentos que dan los adultos pueden ser muy variados y tradicionalmente aceptados: que existe falta de madurez en el grupo, que falta destreza, que falta conocimiento y experiencia, que no existen condiciones, etc. Claro que muchas de estas excusas pueden tener un aspecto real y verdadero, pero en ese caso el planteamiento debe ser diferente, más concreto, para que ello no se convierta en un freno para el desarrollo mismo de la Organización. Por ejemplo, determinar concretamente qué condiciones son las que faltan para crearlas, qué destrezas, conocimientos y/o experiencias están ausentes para propiciarlos, qué madurez se pretende alcanzar, etc. En otras ocasiones los adultos reconocen otro tipo de razones por las cuales actúan de

esa manera y que están en oposición clara a nuestros objetivos y a la naturaleza misma de Alianza y por tanto debemos combatirlas con más decisión. Ellas son, que no se les deja actuar porque como técnicos o como responsables debemos velar por ellos, que debemos protegerlos, que no deben salir de nuestro control, que lo hacemos para poder supervisar, que necesitan nuestra orientación, que sabemos lo que es bueno para ellos, etc. Si todas esas frases fueran ciertas, no debe ser a costa de poner cortapisas a la participación y el protagonismo de Niñas y Niños dentro de su propia Organización que vamos a alcanzarlo. Al contrario, entre más los y las involucremos en esto, más posibilidad tendremos de acercarnos a esos propósitos. En definitiva este documento no cuestiona el contenido que hemos definido para nuestro trabajo sino que se refiere más y fundamentalmente a las formas de ejecución de nuestro trabajo. El ambiente que se genera al estancar el desarrollo de una Organización Infantil en el

nivel de Señalización, refuerza las opiniones y las creencias en el sentido de que Niñas, Niños, Adolescentes y en general gente joven, no son capaces de tomar una decisión por si mismos y para si mismos, ni pueden tener una participación responsable para la realización de tales decisiones. Nosotros sabemos que esto es falso, pero debemos demostrarlo facilitando procesos que contribuyan a crear las condiciones objetivas necesarias para que puedan expresarse, manifestarse, decidir y actuar. Y esto se logra a partir de otorgar un mínimo de confianza, un mínimo de orientación y un mínimo de libertad de decisión y acción a quienes ya están organizados y han ejercitado la práctica y el funcionamiento de la Organización como poder colectivo.

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CONSULTA: es cuando los facilitadores, técnicos o promotores idean los parámetros de comportamiento, los planes, las opciones, las iniciativas, etc. para luego venderla idea a la Organización Infantil mediante mecanismos de consulta en los que Niñas, Niños y Adolescentes son tratados, consciente o inconscientemente, como potenciales consumidores de nuestras ideas. El flujo de información suele ser en una sola vía, lo que induce a una aceptación de facto, sin que ni siquiera exista la necesidad de establecer mecanismos de negociación. En esta etapa, los sujetos miembros de la Organización, todavía no tienen conocimiento v control sobre sus recursos, lo que se convierte en un impedimento objetivo para ejercer el poder que les corresponde y por consiguiente para poner en acción sus propias ideas. El técnico sigue ejerciendo una gran autoridad, los planes y las decisiones se siguen

tomando desde las oficinas de la institución conjuntamente con estructuras administrativas y/o de dirección, y la participación se mide en función de las veces que se les pide a Niñas y Niños levantar la mano, dar una opinión o número de personas asistentes a una reunión. Este es uno de los momentos más difíciles de superar en el desarrollo del protagonismo infantil ya que de hecho hay realizaciones importantes que constituyen avances gigantescos en cuanto a la implementación de derechos que históricamente les han sido negados a Niñas, Niños y Adolescentes, y los adultos que se han comprometido con esta causa son vistos por ellas y ellos como expertos que actúan en función de los mejores intereses de la Niñez, aunque sea a partir de sus propios puntos de vista, sus propias destrezas y sus propios conocimientos. La relación práctica que se establece es de experto a consumidor. Debemos hacer esfuerzos por seguir flexibilizando la relación de poder en nuestro trabajo a favor de la Organización Infantil existente. REPRESENTACIÓN: un número seleccionado de miembros de la organización,

prácticamente van asumiendo la representación de los demás porque tienen más tiempo, son más listos o han tenido oportunidad de trabajar más de cerca y más frecuentemente con el técnico. La responsabilidad de cada quien es confusa y no es extraño que se den problemas por prevalecencia de dos criterios diferentes surgidos de dos distintos miembros de este grupo selecto, sin que haya sido discutido con los demás. Los mecanismos democráticos aparecen pero son manipulados por este grupo

representativo que por estar constituido por líderes focalizados corren el riesgo de convertirse básicamente en reproductores de los puntos de vista y de las ideas de sus papás, sus maestros o, en el mejor de los casos, de los técnicos de Alianza, con las consecuentes secuelas de confusión y de contradicción que ello puede generar. Esta élite puede ser seleccionada por el técnico adulto 0 electa por sus propios

compañeros. Su poder puede variar desde tener un simple rol de consejeros, de explicar y convencer sobre las bondades de la iniciativa en cuestión, hasta ejercer el derecho de vetar cualquiera de las decisiones tomadas implementando acciones o inacciones que no permitan su realización. Es importante señalar, ya que estamos en este nivel, que un mayor nivel de protagonismo no necesariamente significa un comportamiento más homogéneo, menos conflictivo y más armónico de la Organización. Al contrario, entre más individuos se van incorporando al pensar y actuar del colectivo, más posibilidades de diferencias, matices y contradicciones existen. Debemos, por lo tanto, lo más pronto

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posible implementar los mecanismos democráticos y de funcionamiento que permitan prepararnos para esos momentos. Valores como el de fraternidad, solidaridad y compañerismo deben fomentarse desde el principio. Técnicas de análisis, síntesis, crítica y autocrítica no deben estar ausentes del funcionamiento de una Organización. PARTICIPACIÓN: Niñas, Niños y Adolescentes definen su agenda, su plan de

trabajo, sus actividades, asumen una responsabilidad conjunta con el personal de la institución, determinan responsabilidades individuales, implementan y evalúan su plan con la ayuda de técnicos y promotores. Éste constituye un importante paso real en una mejor distribución del poder. Hay un compromiso objetivo por parte de Niñas, Niños y Adolescentes y de trabajadores y grupos de adultos organizados en Alianza para sacar adelante el plan de trabajo propuesto por los primeros. Hay responsabilidad compartida en la programación, presupuestación y ejecución de los planes. También debe haberla para la determinación de políticas de la Organización frente a la Comunidad, el Municipio, el Departamento, la Nación, etc., y en el establecimiento de estrategias que eviten el retroceso y/o estancamiento de lo alcanzado. En este momento es importantísimo redefinir el papel y la participación de los adultos

en el proceso. Su rol debe ser el de propiciar los cambios necesarios, estructurales y de pensamiento, contribuir a llenar los vacíos que la transición genera, facilitar acciones que permitan la creación de las condiciones objetivas para un funcionamiento adecuado y contribuir a generar los mecanismos que permitan continuar con el desarrollo y crecimiento de la Organización, y la consolidación e incremento de la participación. Debemos evitar que llegar al nivel de Participación se convierta en el fin del proceso y

entender que es un momento propicio para crear la estructura adecuada que permita el ejercicio real del poder por parte de Niñas, Niños y Adolescentes, a través de la toma de decisiones y el trabajo en equipo que permita las realizaciones pretendidas. Es necesario. entonces, incrementar las actividades de formación y educación social sobre bases y contenidos propios de una democracia real y participativa que garanticen la continuidad estratégica, ya sin la intervención adulta, del funcionamiento que permita la participación plena y el fortalecimiento de la organización. AUTODIRECCIÓN Y AUTOGESTIÓN: Niñas, Niños y Adolescentes dirigen su

Organización, ejecutan sus actividades y se proponen nuevas acciones sin la ayuda de los técnicos, promotores y/o expertos adultos (aunque en determinadas ocasiones deban contratar servicios especiales de algunos de ellos). En este momento tienen control completo y efectivo sobre sus propios recursos, sus propias posibilidades y potencialidades. Pueden echar a andar las iniciativas cuando ellas y ellos lo analicen necesario. Definen su agenda, deciden sus actividades, implementan acciones, controlan sus recursos, establecen políticas y estrategias, etc. Y junto al poder que adquieren va aparejado el ejercicio de la responsabilidad de hacer prevalecer los intereses de la Organización y del sector Niñez en última instancia, por sobre intereses particulares de grupo o de persona. Aquí el papel de los adultos se transforma totalmente pero no desaparece. Debe jugar el

importante e imprescindible papel de ser el propiciador del sustento teórico, técnico y

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científico, que permita a la Organización poder establecer sus propios parámetros y límites de su actuación. De manera ideal podríamos proponernos que este tipo de funcionamiento dé inicio durante el último año de estancia de Alianza en determinado Programa, para que se desarrolle al máximo como Organización Autodirigida y Autogestionable ya durante el periodo de seguimiento

INDICADORES DE PARTICIPACIÓN INFANTIL EN RELACIÓN A SU ACCESO AL PODER FRENTE AL ADULTO Hemos relacionado la participación de Niñas, Niños y Adolescentes con los niveles de acceso al poder que tienen dentro de su organización y como tal frente al grupo de adultos que propicia y facilita su proceso. El primer plano tiene relación con formas y normas de funcionamiento, capacitación, liderazgo, carácter, fama, etc., pero también refleja el nivel de participación que ha logrado desarrollar la Organización. Por ejemplo, en el nivel de la Adultocracia, quien va a ser líder o quienes van a ser líderes del grupo, van a ser quienes gocen de mayor simpatía, mejor comunicación y mayor identificación con el técnico facilitador del proceso y/o con los demás adultos; en la señalización quienes tienen fama de ser buenos porque han destacado en otras ocasiones o porque se ha dicho que son buenos; en la Consulta tratarán de buscar Niñas y Niños que gocen de aceptación general pero que también tengan el respaldo del técnico de quien se aceptan todas las sugerencias que al respecto haga; en la representación elegirán a quienes consideran que tienen capacidad de ejecutar lo que ellos no tienen tiempo o no se sienten con capacidad de hacer; en el nivel de Participación eligen a quienes consideran con cualidades para sacar adelante los planes y capacidad de defender los intereses y cumplir los compromisos de la Organización, ambas cosas demostradas en la praxis misma del grupo organizado; y en el nivel de autogobierno, eligen a quienes con una visión más profunda se proponen participar en defensa de los derechos e intereses del sector en su conjunto y están en disposición y capacidad de jugar un rol activo y participativo junto y/o frente a otros sectores y fuerzas de la comunidad, ya sea a nivel local, municipal, departamental, nacional o internacional. ¿Pero cómo podemos propiciar este proceso? Vamos a tratar de desarrollar algo al respecto. En el rectángulo de la PARTICIPACIÓN y en relación a la flecha que marca el

crecimiento del poder infantil, hemos definido 6 categorías o niveles de participación de las que hemos descrito algunas características clave. Son calidades del poder infantil. Hacia la izquierda del cuadro hemos colocado una regla que marca porcentajes de 10 en 10 entre 000% y 100% que nos permite ubicar los rangos entre los que se encuentra cada categoría. Estas son cantidades del poder infantil. O sea que a cada rango corresponde un conjunto de cualidades diferente y por lo tanto si logramos identificar las características de participación de un determinado grupo, estamos en condiciones de estimar el porcentaje de poder que Niñas, Niños y Adolescentes tienen con dicho grupo. Esta cuantificación es importante porque nos permite establecer en donde estamos y hacia dónde podemos llegar en un determinado periodo de trabajo y de funcionamiento, capacitación y actividad del grupo en cuestión. Es decir, podemos trazarnos metas concretas, definidas y medibles. Pero si desglosamos el eje en torno al cual gira esta concepción de participación: el

poder, podremos entonces descubrir caminos que nos permitan llegar al nivel de

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participación propuesto para un determinado periodo. Y el poder con que actúa el grupo se va a manifestar en sus integrantes a través de tres indicadores básicos: Nivel de Conciencia, capacidad de Decisión y calidad de Acción. Para una mejor comprensión del concepto presentamos la siguiente ilustración en la que colocamos el máximo nivel de participación sobre el 100% del eje que correspondería al PODER INFANTIL (de acuerdo al RECTÁNGULO DE LA PARTICIPACIÓN) y en el recuadro hemos notado las características o INDICADORES CUALITATIVOS que corresponden a ese nivel de participación. Similar explicación existe para el nivel más bajo de nuestra clasificación

Cada uno de estos indicadores se relacionan entre si y la plenitud de su desarrollo nos

permite transitar la ruta entre el poder adulto en una Organización de Niñas, Niños y Adolescentes, y el Poder Infantil en sus distintas fases y manifestaciones. El orden también es importante ya que es lo que determina la dirección del camino a recorrer. Efectivamente, un mayor nivel de conciencia se traduce en más capacidad de decisión y por tanto una mejor calidad de acción. Si revisamos el orden y la naturaleza de estos indicadores, notamos que la clave para

iniciar o reactivar ese recorrido está en la formación para elevar el nivel de conciencia. Pero no debemos pensar en una formación lógica formal y unidimensional. Esta debe ser dialéctica: estudio y acción, teoría y práctica. Y debe abarcar las dimensiones técnica, humana, científica y política. Más adelante daremos sugerencias de algunos contenidos en cada una de las dimensiones. Ahora vamos a continuar con la explicación de estos tres indicadores. A. CONCIENCIA, de manera general, es el conocimiento 0 noción que tenemos sobre

algo, una cosa, un fenómeno, una actividad, un acontecimiento, etc. Y como cualquier

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conocimiento pasa por momentos más superficiales y otros más profundos. La noción que nos interesa medir en los integrantes de una organización infantil, es la referente a su presencia y actividad en la misma, al por qué llega, para qué se organiza, cómo debe actuar, a dónde debe llegar, etc. No está de más reiterar que el contenido de tal conciencia nos lo proporciona

básicamente la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño. Y el parámetro de Poder Infantil lo aplicamos en el contexto de hacer efectivos sus derechos a la participación. Y en cuanto más conciencia tenga mayor será ésta. Por el momento vamos a identificar únicamente cuatro niveles básicos de conciencia en la participación de Niñas y Niños en una organización: 1. NINGUNA CONCIENCIA. -NC-. Es cuando el niño/ niña asisten a las reuniones y

al grupo por otras muchas razones pero no porque quieran hacer efectivos sus derechos. Algunos llegan porque sus papás los mandan, otros porque es alegre, porque Alianza regala cosas, porque ahí están los hermanos o los amigos, porque le gusta el fulanito o la zutanita, para no aburrirse en la casa, para no hacer la tarea de la escuela ni el oficio de la casa, etc. Pueden surgir las más inimaginables razones que un niño o una niña tienen para estar presentes en un grupo, en un comité, en una organización infantil, y el primer paso que debemos dar es establecer esa situación. ¿Cómo? Mediante la pregunta directa, la observación, el cuestionario y cualquier otro instrumento de medición que acostumbremos a utilizar. De ahí se va a derivar una primera meta que es forjar el mínimo de conciencia en todos

los miembros del grupo. La medición nos dará el dato de si son todos, la mitad o unos pocos. De eso dependerá el tiempo, el esfuerzo y los métodos que utilicemos, pero lo que no debemos hacer es descuidarlo aunque sea sólo una persona la que no tenga esa mínima noción, ya que si lo dejamos por un lado, insensiblemente podemos desviarnos hacia niveles de antiparticipación. 2. CONCIENCIA INTUITIVA. -CI- Es cuando el niño tiene un conocimiento

elemental de sus derechos, la Convención, la organización, Alianza, los proyectos y se mantiene incentivado para asistir y participar con su organización porque todo eso le parece bien y se mantiene a la espera de que más cosas se vayan concretando. Le gusta estar en talleres, cumplir comisiones que se establezcan, ser voluntario en tareas que tiene capacidad de desempeñar y asumir los cargos directivos que se le den. Todo ello con plena confianza en el técnico o facilitador de quien depende para toda su participación. Aunque tome la iniciativa trata de interpretar la reacción del adulto para sentir seguridad en lo que hace. 3. CONCIENCIA BÁSICA. -CB-. Es cuando Niñas, Niños y Adolescentes descubren

que tienen un papel que jugar para la consecución de sus propios derechos y asumen la responsabilidad de cumplirlo. Se dan cuenta que no es necesaria la aprobación del técnico, facilitador o educador para algunas cosas siempre y cuando se enmarquen en una lógica que han venido desarrollando y que viene dada por lo que es su interés superior.

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Este es el momento en que comienzan a establecer la esencia de la organización, de sus derechos, de la Convención, de los objetivos y metas, de los proyectos, etc., y se descubre partícipe de todo ello, hallazgo que se traduce en una mayor seguridad en si mismo(a) para participar, por haber tomado noción de su situación dentro y frente al grupo, de sus capacidades, cualidades, defectos y limitantes en relación a sus demás compañeros, de la función que a nivel individual y como organización deben desempeñar. Al acceder a este nivel es cuando es más posible visualizar la unidad necesaria entre

teoría y práctica, porque va a llegar antes no el que más tareas haya cumplido para la organización ni tampoco el que haya recibido más talleres, sino quienes han llevado un equilibrio entre talleres, cursos, estudio y cumplimiento de comisiones, cargos directivos, organización de actividades, responsable de grupos, formación de nuevos miembros, etc. y que habitualmente identificamos como "más metidos en el grupo". 4. CONCIENCIA PROFUNDA. -CP-. Es cuando descubre que en otras partes del país

y del mundo hay también Niñas, Niños y Adolescentes cuyos derechos están también siendo violados y que les toca enfrentar situaciones quizás más difíciles. Se interesa y se informa sobre el tema. Busca formas y espacios para tomar iniciativas más allá de su propia organización, hacia la comunidad, el municipio y otros municipios. Reproduce el mensaje y si le es posible trata de llevar su experiencia de organización y participación a otros grupos de niñas y niños ya sea que estén organizados o no. Está vigilante a acciones que pueden impulsarse en favor de la niñez y propone, toma iniciativas, vincula las soluciones con aspectos más globales del país y del mundo, descubre las relaciones de poder, ubica su actividad en un marco que rebasa al sector niñez al que pertenece, vincula su lucha a la de otros sectores sociales. No solamente conoce la realidad sino que está en capacidad de analizarla y de proponer acciones para cambiarla. Su relación con adultos técnicos o no, facilitadores o no, es de iguales y con el fin de

profundizar sobre algún determinado tópico, analizar una determinada situación, buscar respuestas que no ha encontrado, intercambiar apoyos y recursos, etc., sin que se manifiesten las diferencias etáreas que suelen estar en los niveles anteriores. Tiene la capacidad de prever el futuro de su organización y habla prospectivamente de ella. B. DECISIÓN. El poder también tiene que ver con la capacidad de DECISIÓN, ya sea

del colectivo o del individuo. Y esta consiste en tener libertad, claridad, firmeza y posibilidad real de optar entre más de una alternativa. Es decir que la accesibilidad a la OPCIÓN es también un indicador de la proporción de poder que se ejerce, y se pueden diferenciar los siguientes niveles: 1. NINGUNA OPCIÓN. -NO-. Es cuando las decisiones sobre lo que se va a hacer y

cómo se va a hacer son tomadas fuera de la organización de Niñas y Niños, y luego se les transmiten y se les hace partícipes de las mismas. Por ejemplo, llega un técnico o la junta directiva de la organización o un delegado de ellos y ellas mismas, y en la reunión les comunica que como la siguiente semana es la festividad del pueblo, se va a hacer una tarde de piñatas en la plaza porque la recreación es un derecho que se debe defender. Se puede incluso pedir el parecer de los miembros organizados y hasta recibir opiniones, pero la decisión ya está dada.

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2. OPCIÓN ÚNICA. -OU-. Es cuando se les da ocasión de decidir sobre una opción única. Por ejemplo, se les informa que con motivo de la festividad se va a realizar la tarde de piñatas pero que ellos deben decidir si están de acuerdo o no. Lo más seguro es que digan que si, porque si dicen que no se quedan sin celebración propia durante la festividad. 3. OPCIÓN RELATIVA. -OR-. Es cuando pueden decidir, aparentemente, entre más

de una alternativa, pero que en realidad son variantes de las formas de realizar una decisión ya tomada. Para continuar con el mismo ejemplo diremos que el técnico les plantea lo de las piñatas con motivo de la festividad del pueblo. Ellos deben decidir el día más propicio, si en la mañana o en la tarde, si todos igual o se separan en dos o más grupos por edades, los criterios para pasar a quebrarlas, las figuras que se compran o que se mandan a hacer, etc. En fin, una serie de aspectos de forma sobre la actividad, pero que en esencia sigue siendo la misma: quebrar piñatas con motivo de la festividad de la feria. Otro ejemplo más frecuente es cuando se les comunica que deben conformar una Junta Directiva y que discutan y decidan qué estructura quieren darle, sea de coordinación, presidencialista, consejo, secretarios, responsables, etc. pero la decisión de que hagan su Junta Directiva está dictada. 4. OPCIÓN MÚLTIPLE. -OM-. Es cuando realmente pueden optar entre más de una

alternativa. Siguiendo el ejemplo, se les plantea que con motivo de la festividad sería bue no hacer alguna actividad como por ejemplo una tarde de piñatas o una cuadrangular de básquetbol. Discuten y deciden si participar o no de la festividad y en caso positivo, la asamblea o los delegados plantean otras alternativas: un baile, un desfile jocoso, una marcha reivindicativa de sus derechos, una jornada de servicio a la comunidad (limpieza, control de vehículos, protección de infantes, pintura del kiosco, etc.), actividades deportivas y culturales, etc. Puede ser a partir de una lluvia de ideas. Se descartan las menos factibles y se analizan las que más aceptación tienen y sobre ellas se decide cuál o cuáles realizar. Ya luego proceden a organizar comisiones y distribuir responsabilidades. En los niveles de Participación y de Autogobierno y Autogestión, la iniciativa de participar o no de la festividad surge al interior de la misma organización. C. ACCIÓN. Y finalmente, otro comportamiento grupal que hay que medir y

desarrollar es el referente a la manera en que se ejecuta la ACCIÓN. Esta es el conjunto de actividades, proyectos, eventos, etc. en los que participan los miembros de la organización infantil, ya sea que hayan sido impulsados, discutidos y decididos por ellos o no. Podemos diferenciar distintas calidades de acción: 1. ACCIÓN IMPUESTA. -AI-. Es cuando hacen lo que el adulto, ya sea en calidad de

técnico, padre, madre, maestro o maestra, colaborador o colaboradora, etc., les dice. Esta situación puede presentarse por desconocimiento de la actividad, inexperiencia, inseguridad del grupo, imposición adulta, acomodamiento de los responsables dentro de la Organización y otras causas. Aquí es donde la necesidad de capacitación técnica específica se va a detectar.

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2. ACCIÓN CONDUCIDA. -AC-. Es cuando para su ejecución requieren de sugerencias, explicaciones, argumentaciones e iniciativas provenientes de fuera de la organización. Esto sucede porque la dirigencia ya tiene cierta capacidad ejecutiva pero aún le falta formación para resolver aspectos prácticos de la implementación y los busca o los recibe sin buscarlos de parte del técnico, otros adultos o incluso otras organizaciones o grupos de trabajo. Este es un buen momento para incorporar a los planes jornadas de formación y capacitación más específicas a las necesidades de la organización. 3. ACCIÓN NEGOCIADA. -AN-. Es un nivel en que el grupo tiene alta capacidad

ejecutiva, lo que le permite a la dirigencia negociar e incorporar actividades y acciones que interesen a otro sector o grupo, pero que no son contrarias a los objetivos y fines mismos de la organización. No se trata de acciones impuestas o conducidas, sino que implica que hay una contraparte que solicita y está abierta a que se incorporen a su solicitud aspectos que la misma experiencia del grupo le permite o a hacerla converger con otros planes que la organización tiene. 4. ACCIÓN DESCOLLANTE. -AD-. Este es un nivel de desarrollo muy raro de

encontrar en la praxis social de las organizaciones incluso de los adultos, pero no por eso vamos a suponer que Niñas, Niños y adolescentes no están en capacidad de alcanzarlo. Consiste en que a partir de la sistematización y procesamiento de la práctica de trabajo de la organización por un determinado periodo de tiempo, se va a generar un conocimiento que se puede traducir en la incorporación de elementos innovadores, alternativos y prácticos, que pueden ser aplicados a las actividades y proyectos que se realizan. Esos aportes pueden ser de utilidad para otras organizaciones y grupos similares con quienes se comparte para que los apliquen. Por haberla descubierto el mismo grupo a partir de su experiencia particular y luego retomada por otros grupos es que se le llama acción descollante. Un método adecuado para lograr este desarrollo es la aplicación de técnicas de investigación participativa como parte del funcionamiento regular de la organización de Niñas, Niños y Adolescentes. FORMAS DE MEDICIÓN DE LA PARTICIPACIÓN Vamos a establecer dos coordenadas que nos sirvan de referencia.

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En el eje horizontal vamos a colocar las categorías explicadas en la sección anterior (en la ilustración corresponden a los números romanos). En el eje vertical colocamos rangos porcentuales que equivalen a la proporción de

ejercicio del poder por parte de Niñas, Niños y Adolescentes al interior de su propia Organización, más o menos equivalentes a los recogidos en el rectángulo de la partici-pación. Pues la propuesta presente de medición consiste en encontrar tales porcentajes de poder infantil y en base a ellos poder establecer el nivel de participación del grupo en estudio de una manera que más o menos refleje la realidad de los grupos, que dejará vacíos pero que nos permitirá unificar visión y parámetros a nivel de todos los programas. Y es comprensible que queden vacíos por tratarse de aspectos de difícil medición, que

se prestan a diluirse en un mar de valoraciones subjetivas de las que cada quien entendamos lo que queramos entender. Por eso, para evitar caer en ese riesgo, vamos a establecer índices en términos convencionales que nos permitan tener una idea de los avances, estancamientos y retrocesos que tenemos en cuanto a Participación Infantil en nuestro trabajo con Niñas, Niños y Adolescentes. Siempre habrá un margen que se presta para la subjetividad del evaluador pero

pretendemos que sea lo más reducido posible. Vamos a basarnos en la medición de los indicadores principales de La Participación. Estos son: CONCIENCIA, DECISIÓN Y ACCIÓN. Y para una aplicación más funcional, la cuantificación la vamos a establecer en una escala de cero a cien y a presentar en forma porcentual. El porcentaje final será la proporción de poder que Niñas, Niños y Adolescentes organizados han asumido y ese dato le corresponde a alguno de los rangos establecidos para las categorías de Participación en el rectángulo de la participación o en el sistema de coordenadas con que iniciamos esta parte del documento. El resultado se obtiene del promedio Resultante de los tres indicadores anotados. Por ejemplo, 30% de conciencia, 25% de

decisión y 10% de acción nos da un promedio de: 30+25+10 dividido entre 3, igual a 21.6% de poder infantil que corresponde a un nivel participativo de Señalización. A continuación desarrollaremos la forma de obtener el porcentaje de cada indicador. 1. NIVELES DE CONCIENCIA. Como vamos a trabajar a partir de cuatro niveles de conciencia previamente explicados,

le vamos a asignar un valor de 25% a cada uno de ellos, aunque eso permite aún cierto margen de subjetividad en la apreciación, principalmente en los rangos correspondientes a momentos de transición donde la mezcla de características es mayor. Para reducir los riesgos de subjetividad vamos a desglosar cada nivel de conciencia en porciones del 5% cada uno y que corresponden a las siguientes características: 1. NINGUNA CONCIENCIA: I. ASISTE OBLIGADO POR OTRAS PERSONAS. Por lo general por sus papás o

hermanos que ven alguna ventaja de la participación del niño o niña en la organización que promueve Alianza. Las respuestas que, con frecuencia podemos encontrar en un

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cuestionario suelen ser variadas pero las más frecuentes van a ser: que lo llevan para que aprenda, para que cuide a la hermanita o al hermanito que sí está incentivado (a) a asistir, para que no ande molestando o vagando por ahí, para que no se aburra en la casa, para que no se quede solo, porque es bueno para él o ella, etc. Algunos rasgos en el comportamiento de niñas y niños que pueden significar este grado de conciencia son: callados, desganados, serios, aislados, evidencian su aburrimiento, dan muestras de mal humor. En todo caso esta situación debemos establecerla mediante la pregunta directa a Niñas, Niños y adultos de quienes dependen. Según que tan generalizada se dé esta situación en el comité, grupo u organización, le asignamos un valor entre el 1 % y 5%. II. OBLIGADO POR LAS CIRCUNSTANCIAS. Asisten porque no hay otra cosa

qué hacer, porque es al único lugar a donde la dejan o lo dejan ir, porque eso es mejor que quedarse en la casa, porque ahí puede encontrarse con amigos y amigas que los padres no aprueban, porque ahí lo tratan bien, porque ahí no lo maltratan ni se burlan de ellos y ellas, etc. Suelen ser simpáticos, molestones, irresponsables, activos, inquietos, dinámicos, adaptables. En este grado asignamos un valor entre 6% y 10%. III. POR CONVENIENCIA INDIVIDUAL. Porque cree que puede obtener un

beneficio inmediato: dulces, regalos, fiestas, viáticos, viajes a la capital y a otros lados, excursiones, tiempo libre, etc. Suelen ser muy allegados a los adultos responsables o facilitadores del grupo, son atentos y serviciales, medio chismosos, medio intrigantes, asumen tareas y compromisos dentro de la organización para quedar bien con el técnico o para «merecer» la representación del grupo en determinado evento o para ganar algún premio. El valor asignado es de 11 % a 15%. IV. POR CONVENIENCIA DE GRUPO. Porque sienten o creen que reunirse es

conveniente y bueno para Niñas y Niños aunque no tengan capacidad para explicarlo ni claridad en lo que pueden lograr mediante sus reuniones. Suelen manifestar inquietud por hacer algo, desconcierto por no saber qué, cómo ni cuándo hacerlo, avidez por aprender, apego y admiración por el técnico/ facilitador. La valorización es entre 16% y 20%. V. TRANSICIÓN A INTUITIVA. Comienza a descubrir que tiene derechos y

memoriza que se organiza para defenderlos pero aún no comprende qué es un derecho, cuáles son los suyos y cómo se defienden. Se interesa por conocer más, prepararse más y desarrollarse más. Se valoriza en el rango comprendido entre 21 % y 25%. 2. CONCIENCIA INTUITIVA. I. CONOCIMIENTO NUEVO ADQUIRIDO. Con ayuda del técnico, facilitador o

educador descubren y aprenden en qué consisten los derechos de la Niñez, saben que existe un documento que se llama Convención y que existe una institución que se llama Alianza que se preocupa porque tales derechos se hagan efectivos. El valor asignado a este grado de conciencia debe oscilar entre 26% y 30%. II. SOLIDEZ DEL CONOCIMIENTO NUEVO. Estudian con mayor profundidad los

derechos de la Niñez, la Convención, aspectos legales y constitucionales sobre Niños/as,

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definición, naturaleza, objetivos, visión y misión de Alianza, y hacen suyo ese conocimiento. El rango va del 31 % al 35% III. AMPLIACIÓN DE LA VISIÓN. Como Organización, comienzan a darse cuenta

que existe un mundo más allá del que conocen actualmente. Descubren que hay personas e instituciones en otros lugares del país y del mundo con preocupaciones similares a las que los llevan a organizarse. El valor asignado va de 36% a 40%. IV. INTEGRACIÓN DE LA VISIÓN. Comienzan a darse cuenta de manera

elemental que existe una relación entre las distintas actividades que realiza la institución con las que por su parte desarrollan ellas y ellos. Ven aspectos conocidos desde antes como educación, agricultura, salud, etc. y aspectos nuevos como ecología, organización, género, derechos de la niñez, etc. de una manera integrada, vinculados entre si como derechos que les corresponden. Ubicamos el rango entre 41 % y 45%. V TRANSICIÓN A BÁSICA. Tienen conocimiento y manejo técnico suficientes sobre

aspectos de interés para su organización: derechos de la Niñez, Convención, Constitución, ley de municipalidades, medio ambiente, género, etc. Descubren poco a poco que su organización y participación dentro de ella es un derecho que están haciendo efectivo. 3. CONCIENCIA BÁSICA. I. COMPRENSIÓN INDIVIDUAL O PERSONAL. Se da un proceso individual de

profundización del conocimiento adquirido. Es pasar del saber porque se lo enseñaron al saber porqué lo comprende. Es capaz de explicar, discutir, dar sus puntos de vista que van a corresponder a una comprensión básica de lo estudiado con su organización. Muestra conocimiento y manejo de la Convención. Se valora de 51% a 55%. II. COMPRENSIÓN COLECTIVA U ORGANIZACIONAL. Da el paso a

comprender la globalidad de su grupo u organización, y sus razonamientos, intereses y actuaciones van a estar permeados por esa visión. Está en capacidad de asumir sacrificios y carencias personales que repercutan en beneficio del grupo. Rango del 56% al 60%. III INTEGRACIÓN PRÁCTICA DE LO COMPRENDIDO. Están en capacidad de

relacionar y distinguir los nexos y vínculos existentes entre el bagaje de conocimientos adquiridos y comprendidos y la práctica desarrollada por su organización de manera particular y la que desarrolla Alianza de manera general. Relaciona los proyectos con sus derechos y mira el beneficio de la comunidad como un beneficio propio. Este grado de conciencia se valoriza entre 61 % y 65%. . IV. INTEGRACIÓN CRÍTICA DE LO COMPRENDIDO. Además de comprender

los nexos y vínculos existentes entre la teoría aprendida y la práctica desarrollada, están en capacidad de establecer y prever aciertos y errores en los proyectos y actividades ordinarias y extraordinarias que realizan. El rango de valuación oscila de 66% a 70%.

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V. TRANSICIÓN A PROFUNDA. Es un periodo cuya característica fundamental es el desarrollo de la capacidad de análisis y síntesis de los aspectos más inmediatos a la organización. Son críticos y analizan la práctica que llevan y el cumplimiento de cada quien, y tratan de establecer soluciones a los problemas de cumplimiento que detectan. La valorización se puede establecer entre 71 % a 75%.

4. CONCIENCIA PROFUNDA.

I. CAPACIDAD DE ANÁLISIS Y SÍNTESIS. Su capacidad de análisis rebasa los límites de lo inmediato y la actitud permanente es la de analizar y sintetizar para comprender lo que sucede e incluso lo que está por suceder. Tienen capacidad de ir al fondo de las cosas, aproximarse a causas y soluciones, y detectar nexos y relaciones más lejanas y complejas. Establece relación entre los acontecimientos locales y otros hechos a nivel nacional e internacional. Su análisis es multidisciplinario, es decir que la problemática que encuentra, la analiza desde distintas dimensiones: social, económica, cultural, financiera, histórica, política, etc. El rango asignado es de 76% a 80%. II. CAPACIDAD DE CRÍTICA. No solamente están en capacidad de relacionar

distintos componentes del fenómeno, situación, proyecto, actividad, etc., sino que además pueden desglosar aspectos positivos y negativos, aciertos y desaciertos, causas y efectos, avances y retrocesos, etc. Se valora de 81 % a 85%. III. CAPACIDAD PROPOSITIVA. Es cuando además de analizar, criticar y

sistematizar la práctica desarrollada, están en capacidad de imaginar a futuro, cambios beneficiosos para el sector, y a partir de ahí pueden plantear acciones adecuadas de beneficio para su organización en particular y la Niñez en general, que pueden venir desglosadas en políticas, estrategias y tácticas o presentadas solamente de manera general para ser planificadas posteriormente. Se valora de 86% a 90%. IV. VISIÓN DIALÉCTICA. Incorporan a sus análisis, críticas y propuestas, aspectos

y elementos que los hacen percibir dinámicos, en movimiento, no estables ni estáticos y que impliquen una acción específica y un compromiso de la organización como tal. Son aspectos que van más allá de la propia organización y el proyecto local, para integrarse al proceso de toda la comunidad, el municipio, el departamento, el país e incluso de un grupo de países. Son agudos en sus observaciones y profundos en la propuesta. Rango de 91% a 95%. V. UBICACIÓN CLASISTA. Enmarcan la comprensión de la vida, la sociedad y el

pensamiento desde la óptica propia de la clase o sector de clase al que pertenecen y/o con el que se identifican por ser correspondientes a los intereses generales y particulares de Niñas, Niños y Adolescentes organizados. Asignamos un rango de 96% a 100% solamente con fines prácticos de medición, ya que el proceso de formación y crecimiento de la conciencia no termina nunca.

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B. CAPACIDAD DE DECISIÓN. 1. NINGUNA OPCIÓN. I. ACEPTA SIN ENTENDER. Aceptan sin ninguna objeción la decisión que el adulto

les traslada, de la manera más natural como que fuera lo más adecuado porque "si el adulto lo dice, debe ser lo mejor". Le asignamos un valor entre 1 % y 5%. II. ACEPTA AUNQUE NO COMPARTE TODO. Acepta lo que el adulto le

comunica pero después de oír y/o pedir explicaciones e incluso puede no estar totalmente de acuerdo con lo planteado pero finalmente lo acepta. Se ubica entre 6% y 10% III. LA DIRIGENCIA IMPONE. El adulto decide y trabaja previamente con la

dirigencia para convencerlos y ganarlos en favor de lo decidido, para que sean ellos quienes comuniquen la decisión a la plenaria, quienes aceptan sin mayor inconveniente

porque es planteado por la dirigencia de la organización. Se valoriza de 11% a 15% de decisión. IV. CUESTIONAN PERO ACEPTAN. Al igual que en el nivel anterior el técnico o

facilitador adulto se apoya en la dirigencia para transmitir las decisiones tomadas, quienes lo hacen dando una explicación suficiente sobre las mismas y responden a dudas y cuestionamientos que puedan surgir pero que no alteran las decisiones tomadas. Este nivel se valoriza entre 16% y 20%. V. TRANSICIÓN A OPCIÓN ÚNICA. Rango de 21 % a 25%. Mediante algún

mecanismo previamente establecido, la dirigencia pide opinión a los demás miembros de la organización sobre alguna determinada iniciativa o algún determinado tema y después, conjuntamente con el técnico facilitador, toman una decisión y la comunican. No es raro que el dictamen tomado incorpore muy pocos y hasta ningún elemento de los recogidos en la general. 2. OPCIÓN ÚNICA. I. DISCUSIÓN DISPERSA. Se pone a discusión y se decide sobre algún asunto que es

previamente preparado por la dirigencia conjuntamente con el adulto. Los aportes son escasos y dispersos. La discusión gira en torno a un asunto ya decidido y lo que se vota es en si se hace o no. En general siempre se va a aprobar lo propuesto por la dirigencia, porque ha sido bien preparado y la general aún no tiene el desarrollo suficiente para desmenuzar, analizar, discutir la propuesta y elaborar una contrapropuesta. Valorar de 26% a 30%. II. DISCUSIÓN PREVISTA. Previo a la reunión la dirigencia, en coordinación con el

adulto facilitador, desarrolla un trabajo de acercamiento con otros miembros de la organización para informar y formar opinión en torno al asunto específico y de ser posible convencerlos a su favor. El resultado favorable tiene además las características de hacer más rica la discusión en la(s) reunión(es) y contribuir a mejorar de manera significativa la propuesta y por tanto la decisión. Se valora en el rango comprendido entre 31 % y 35%.

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III. DISCUSIÓN CONFRONTATIVA. La dirigencia hace el trabajo previo descrito en el nivel anterior, ya sea por iniciativa propia o del técnico, pero hay individuos y/o grupos dentro de la organización que no están de acuerdo con el procedimiento y lo cuestionan aunque finalmente acepten la decisión por no tener elementos ni argumentos en contra de la propuesta. Los individuos y grupos en desacuerdo generalmente ceden después que los dirigentes reconocen que se han equivocado en el procedimiento, aunque de todas maneras se imponga la decisión preparada por la dirigencia. El rango comprendido es entre 36% y 40%. IV. RECHAZO A LA DECISIÓN IMPUESTA. Rango de 41% a 45%. El rechazo al

procedimiento utilizado por la dirigencia junto a un afán interno por abrir espacios de expresión más participativos, puede derivar en una dinámica de rechazo a la decisión preparada por la dirigencia, aunque eso mismo pueda perjudicar temporal o parcialmente a la organización. V. TRANSICIÓN A OPCIÓN RELATIVA. Después de ser rechazada la decisión, se

negocia su aprobación a cambio de que la dirigencia acepte discutir su factibilidad, efectividad y conveniencia para la organización, y que se incorporen a la propuesta aspectos y elementos decididos en la misma reunión. Se cuantifica entre 46% y 50%. 3. OPCIÓN RELATIVA. I. DECIDE LA DIRIGENCIA. La decisión es tomada por la dirigencia sin influencia

del adulto técnico o facilitador, independientemente de que asesore, opine si se le consulta o brinde material teórico sobre el tema en cuestión, y se somete a consideración de la general quien puede aceptarla o rechazarla. Valoración entre 51 % y 55%. II. DECISIÓN DISCUTIDA. Rango de 56% a 60%. La dirigencia toma una decisión,

la comunica y somete distintos aspectos de la misma a la consideración de la general para que sugiera y decida sobre los mismos. III. DECISIÓN ENRIQUECIDA. Se pone a discusión de la general una propuesta

decidida por la dirigencia que puede ser aceptada o rechazada. En el primer caso todos aportan elementos y aspectos componentes de la misma que deben tomarse en cuenta para que la propuesta sea mejor. Si no se aprueba, se dan elementos sobre lo que está mal para que la directiva los tome en cuenta y elabore otra. Rango de 61 % a 65%. IV. APERTURA Y COMPROMISO. La presión de la base es fuerte y opuesta a que

siempre se tomen decisiones sobre la base de una opción única, mientras que la dirigencia reconoce la posibilidad de existencia de otras opciones y pide un involucramiento general en la búsqueda de las mismas. Valorar de 66% a 70%. V. TRANSICIÓN A MÚLTIPLE. Se establece un proceso mediante el cual la

dirigencia recoge propuestas de la membresía sobre determinado tema, asunto o necesidad, y en base a tales insumos decide lo que considera mejor para el caso y elabora una propuesta que presenta a la general para que sea enriquecida. Se asigna en este nivel un valor comprendido entre 71 % y 75%.

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4. OPCIÓN MÚLTIPLE. I. NUEVAS OPCIONES. La dirigencia plantea propuestas sobre determinados asuntos

y antes de ponerlas a consideración de la general recibe otras propuestas que pueden incluso llegar a estar en contra de las que ellos plantean. Después se discuten y se decide por la o las que considere mejor la mayoría. El rango está entre 76% y 80%. II. II. DIVERSIDAD DE OPCIONES. La dirigencia u/y otros miembros de la

organización elaboran propuestas en base a elementos recabados en la general durante un proceso previo, se plantean y la asamblea decide mediante el voto la o las que se aprueben. Se asigna valor en el rango comprendido entre 81% y 85%. III. BÚSQUEDA DE ACUERDO. La dirigencia informa sobre necesidades existentes

y recaba elementos para plantear más de una alternativa de solución o atención a la situación planteada. En asamblea se discuten, se selecciona la más adecuada o con los elementos vertidos se elabora una nueva que concilie posiciones encontradas que puedan haber surgido. En todo caso prevalece en la dirigencia el criterio de evitar confrontación aún a costa de sacrificar algo de los alcances de una determinada propuesta. Valoración de 86% a 90%. IV. PROPUESTAS PARTICIPATIVAS. La dirigencia traslada a la general toda la

información posible sobre determinado tema mediante el mecanismo que garantice que sea conocida en una proporción mayoritaria, luego conjuntamente, directiva y bases, elaboran las propuestas adecuadas, las discuten, jerarquizan y aprueban o desaprueban conjuntamente. Para el efecto pueden hacer uso de mecanismos propios de una democracia real y participativa y adoptar formas prácticas y funcionales como son los talleres, seminarios, congresos, etc. El rango de valoración se ubica entre 91 % y 95%. V. PROPUESTA DE CONSENSO. Es cuando luego de un proceso de análisis y

síntesis, consulta e intercambio, estudio e información, el pleno de la organización se encuentra ante la eventualidad de decidir prácticamente sobre una única opción como resultado de un consenso que sintetiza los enfoques generales y particulares surgidos durante dicho proceso pero que al mismo tiempo se ajusta en su esencia a los principios, definición, naturaleza e intereses de la organización. Esto diferencia al consenso de la conciliación en que se basa fundamentalmente en sensibilidades y susceptibilidades de carácter personal y/o sectario. La discusión, priorización y selección que implica el proceso de establecimiento de consensos permite tomar decisiones lo más acabadas posible, así como una clarificación suficiente sobre el problema en tratamiento. La capacidad de establecer consensos implica madurez de conciencia, visión de conjunto, reconocimiento de la naturaleza, principios e intereses de la organización, ubicación dentro de un contexto específico y, fundamentalmente, objetivación de lo que es posible alcanzarse, lo que incluye no solamente no ser ambiciosos en la propuesta sino que tampoco quedarse cortos en cuanto a la misma. Esta capacidad de decisión la valoramos de 95% a 100%.

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C. CALIDAD DE ACCIÓN. 1. ACCIÓN IMPUESTA. I. ACTIVIDAD DICTADA. De 1 % a 5%. El técnico/ facilitador les comunica a

Niñas, Niños y Adolescentes lo que deben hacer, cómo, cuándo y dónde hacerlo, quiénes hacen qué, y en fin todo lo relativo a la actividad que se está implementando. II. ACTIVIDAD EXPLICADA. Toda la actividad es diseñada por el adulto quien la

traslada a Niñas, Niños y Adolescentes junto a una explicación suficiente y amplia que garantice la plena comprensión y aprendizaje de lo que cada quien debe hacer para la feliz ejecución de la actividad proyectada. El rango de valor oscila entre 6% y 10%. III. ACTIVIDAD FORMATIVA. Aunque diseña solo la actividad, el técnico no la

traslada y explica de manera magistral y vertical, sino que trata de imprimir una dinámica en la que el/ la niño/a se sienta partícipe de la planificación de su actividad. En este proceso hay que "sacarles con cuchara" los aportes ya que por la falta de experiencia en ser tomados en cuenta, son inseguros y temerosos a estar desacertados. La adecuada conducción del proceso de participación en este nivel es fundamental para el desarrollo y comportamiento futuro de Niñas, Niños y Adolescentes. Se asigna un valor entre 11 % y 15%. IV. ADECUADA EJECUCIÓN INFANTIL. E1 técnico diseña y prepara la actividad

pero en el momento de plantearla desarrolla una dinámica en la que en apariencia es la organización la que la está planificando. Se deben resaltar los aportes, por mínimos que sean, como estímulo y en función formativa. El nivel de comprensión alcanzado permite que en la ejecución la participación del adulto sea mínima. La valoración se hace de 16% a 20%. V. TRANSICIÓN A ACCIÓN CONDUCIDA. El técnico explica el plan de la

actividad a la dirigencia para que se lo aprenda, lo presente al resto de la organización y conduzca su implementación. En este caso la Junta Directiva o alguno(s) de sus integrantes reproducen hacia los demás el papel que ha venido desempeñando el técnico. Se cuantifica de 21% a 25%. 2. ACCIÓN CONDUCIDA. I. EL ADULTO ORGANIZA. El diseño de la actividad que realiza el técnico incluye

la conformación de comisiones y la distribución de tareas y responsabilidades. Se reúne con cada comisión para elaborar la parte del plan que corresponde. Se da un valor de 26% a 30%. II. EL ADULTO SUPERVISA. De 31% a 35%. El técnico elabora criterios

personalizados en los que toma en cuenta las necesidades de la organización y las características personales de sus componentes a partir de los cuales cada responsable con su equipo de trabajo, diseña y ejecuta la parte del plan que le corresponde bajo la supervisión estrecha del técnico.

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III. EL ADULTO AFINA EL PLAN. En base a un criterio general dictado por el técnico sobre determinada actividad, Niñas, Niños y Adolescentes organizados diseñan su realización y presentan la propuesta al técnico quien la califica, corrige las fallas que detecta y agrega elementos que considera ausentes. La ejecución la cumplen los miembros de la organización de acuerdo a dicho plan. El valor que se asigna en este grado es de 36% a 40%. IV. EL ADULTO ACOMPAÑA. El adulto comunica la actividad que corresponde

realizar, elabora y les entrega una lista de aspectos que deben cubrirse y participa como observador en la elaboración y ejecución del plan. Interviene solamente en momentos críticos que pueden afectar el buen desempeño de la organización; para resaltar méritos y aciertos; o para corregir desaciertos y señalar fallas. El rango de valoración va de 41 % a 45%. V. TRANSICIÓN A ACCIÓN NEGOCIADA. De 46% a 50%. Cuando se plantea la

actividad preparada, en el seno de la organización surgen valoraciones y planteamientos que ameritan ser incorporados y que pueden incluso hacer variar la naturaleza de la actividad y/o transformarla en otra diferente. 3. ACCIÓN NEGOCIADA. I. DETECCIÓN DE INTERESES. Niñas, Niños y Adolescentes están en capacidad

de detectar la importancia o interés particular que la actividad tiene para el técnico y/o para Alianza y lo hacen explícito. A partir de poner en claro esta situación, actúan en correspondencia al momento y estado de la relación con el técnico y/o con la institución. Si es buena, le echan ganas para que salga una excelente actividad que permita los logros perseguidos por los facilitadores. Si es mala, tratan de conseguir algún beneficio inmediato (proyecto, financiamiento, equipo, materiales, infraestructura, etc.) a cambio de sacarla adelante. Si es conflictiva o deteriorada pueden actuar para impedir su ejecución. Aquí el valor asignado va de 51% a 55%. II. IDENTIFICACIÓN DE INTERESES. Niñas, Niños y Adolescentes además de

detectar el interés particular del técnico y/o la institución, están también en capacidad de identificar convergencias con intereses propios que son incorporados para encontrar un equilibrio de beneficio mutuo. El valor asignado oscila de 56% a 60%. III. VINCULACIÓN COMUNITARIA. La organización descubre puntos de

identificación de encuentro o de interés común con otros sectores de la comunidad y los fortalece a través del involucramiento en actividades que conciernen a toda la comunidad, a cambio de un reconocimiento y legitimidad que se derivan de este nivel de vinculación. El rango asignado en este nivel es de 61% a 65%. IV. LUCHA REIVINDICATIVA. La organización de Niñas, Niños y Adolescentes se

convierte en un componente importante de la configuración organizada de la sociedad civil, con lo que su espacio de acción y de expresión también crece, lo que permite el impulso y desarrollo de actividades tendientes a reclamar y/o recuperar derechos que les han sido negados teórica y/o prácticamente. El valor asignado va de 66% a 70%.

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V. TRANSICIÓN A ACCIÓN DESCOLLANTE. Los obstáculos que el sistema vigente y la estructuración misma de la sociedad ponen para la plena vigencia de los derechos de la niñez son plenamente detectados e identificados por lo que la organización de Niñas, Niños y Adolescentes incorpora al diseño y ejecución de sus actividades, objetivos políticos tendientes a superar tales barreras. Valoramos este nivel de 71 % a 75%. 4. ACCIÓN DESCOLLANTE. I. UBICACIÓN EN EL CONTEXTO. Niñez organizada adecua sus actividades a las

posibilidades que la composición política y social de la comunidad permiten, se apoya en sus propios recursos y aunque se relacione con otros grupos y organizaciones, su lucha es eminentemente sectorial. Asignamos un valor comprendido entre 76% y 80%. II. AMPLIACIÓN DE ESPACIOS. Como hay aspectos sectoriales que no es posible

alcanzar en el marco de las posibilidades existentes, la organización infantil se compro mete con una dinámica de actividades tendientes a ampliar los espacios de expresión y lucha, e incorporan formas, tácticas y estrategias comunes a otros miembros del movimiento popular y la sociedad civil organizada. Aquí el valor asignado va de 81 % a 85%. III. ADOPCIÓN DE UNA ESTRATEGIA GLOBAL. Las actividades impulsadas y

ejecutadas se enmarcan en el contexto de una lucha más general de la sociedad en su conjunto pero con planteamiento de logros tangibles e inmediatos (leyes, asignaciones presupuestarias, políticas de inversión, etc.). El rango de valorización está entre 86% y 90%. IV. ACCIÓN A LARGO PLAZO. De 91 % a 95%. No se plantean la consecución de

los objetivos y metas únicamente a partir de una actividad, sino que lo esperan como resultado de un conjunto de acciones políticas conjuntas con otros sectores de la comunidad, convencidos de que las mismas van a repercutir en la ampliación de espacios de manifestación y expresión, la transformación de condiciones adversas existentes y la consecución de reivindicaciones históricamente negadas. V. ACCIÓN SOLIDARIA. De 96% a 100%. Se movilizan y actúan en apoyo, defensa

y solidaridad de otros sectores, aunque para ellos no vaya a haber un beneficio directo y aunque corran el riesgo de perder posiciones ya ganadas o reducir espacios conquistados. Lo hacen convencidos de la necesidad y justeza de la lucha de dicho sector, aunque sea de adultos, y no por manipulación ni condicionamientos. Estas son descripciones de momentos diferentes de participación en una organización

de Niñas, Niños y Adolescentes. En la realidad vamos a detectar características correspondientes a niveles diferentes, que incluso pueden ser lejanos entre si de acuerdo a la descripción del presente documento. No debe afligirnos esta situación. En definitiva debemos inclinarnos en la valoración por los rasgos que estén más visibles y en mayor cantidad aunque hayan muestras significativas de otras características.

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También debemos observar que en ningún momento se plantea el peligro o conveniencia de evitar alguno de los niveles. No es esa la idea. Lo que se describe es un proceso y aunque pueden haber saltos que nos permitan avanzar más o menos aceleradamente, no debe haber razón para temer la ubicación en que el desarrollo de nuestro trabajo se encuentra. Lo que se pretende es objetivar lo más posible la situación del estado del proceso mediante indicadores que nos permitan reforzar donde sea necesario, aflojar donde sea posible y aplicar las medidas y acciones necesarias que garanticen la mejor ejercitación y desarrollo del poder infantil, y así poder mover los mecanismos de liberación de la Niñez y Adolescencia frente a individuos mayores de edad y a una sociedad adulta dominante e impositiva. También reiteramos el papel que como facilitadores y técnicos nos corresponde

desempeñar en este proceso. Existen técnicas, métodos y contenidos que nos permiten no solamente incidir en el mismo, sino también provocarlo, inducirlo y hasta prever sus resultados.

CONTENIDOS DE FORMACIÓN Y CAPACITACIÓN QUE CONTRIBUYEN A MEJORAR LOS NIVELES DE PARTICIPACIÓN INFANTIL: Un crecimiento de la PARTICIPACIÓN INFANTIL sólo es posible mediante el

desarrollo del nivel de conciencia, de la capacidad de decisión y de la calidad de acción que implementen. Y esto es posible, como se anotó anteriormente, por medio de la forma-ción y la capacitación, el estudio y la reflexión, la práctica y la experimentación, la sistematización y el análisis, la aplicación y la acción. A continuación enumeraremos algunos contenidos básicos de formación en cada una de las dimensiones anotadas también con anterioridad: DIMENSIÓN TÉCNICA: qué es organización, técnicas y formas de organización, qué

es junta directiva, funciones de la junta directiva y de cada uno de sus miembros, técnicas de administración y contabilidad, técnicas de secretariado, redacción y ortografía, mecanografía, computación, técnicas de archivo, técnicas de correspondencia, técnicas de análisis, Código Laboral, Código de Niñez y Juventud, técnicas de sistematización, voz y dicción, oratoria, técnicas de actuación, técnicas de lectura, matemáticas, ciencias naturales, higiene, aspectos de salud, planificación, evaluación, elaboración de material didáctico, títeres, ecología y otros que se consideren necesarios para los proyectos que se estén implementando. Muchos de estos podemos pedirle a las escuelas locales que los refuercen si establecemos una buena relación con los maestros. DIMENSIÓN HUMANA: Derechos Civiles, Derechos Humanos, Derechos de la

Niñez, Derechos de la Mujer, Género, solidaridad, fraternidad, ayuda mutua, trabajo colectivo, moral y ética, crítica y autocrítica, respeto mutuo, identidad familiar, identidad étnica, relación con los demás, comprensión de la vida, educación sexual, crítica al consumismo y al desperdicio, anteponer al ser humano a cualquier otro interés, ser humano y ser social, sujeto social de derechos, etc. Esta dimensión puede ser cubierta mediante actividades particulares aprovechando recursos humanos y materiales existentes a nivel local.

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DIMENSIÓN CIENTÍFICA: origen del mundo, origen del ser humano, origen de la familia, la propiedad privada y el estado, leyes generales del desarrollo (unidad y lucha de contrarios, necesidad de la acumulación cuantitativa para los cambios de calidad, negación de la negación), visión cambiante, no estática, respeto a la naturaleza, la sociedad y el pensamiento, actitud permanente de observación y experimentación, actitud permanente por comprender los fenómenos y los sucesos. Esta es una dimensión de difícil cobertura porque es deficiente en todos los niveles. Alianza debiera asumirla de manera extensiva a todos sus programas. DIMENSIÓN POLÍTICA: Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos del

Niño, Constitución Política de la República, Acuerdos de Paz, economía política de Guatemala, conocimiento monográfico del municipio y del departamento, estudio de geografía y topografía municipal y departamental, organismos nacionales e internacionales, agencias de financiamiento, instancias gubernamentales y del estado encargadas del desarrollo social, ley municipal, municipalidad y Concejo Municipal, sociedad civil, organizaciones populares, democracia, formas democráticas de funcionamiento, instancias, entidades y organizaciones que promueven y defienden los derechos de la niñez a nivel nacional y a nivel internacional. Esta dimensión sería deseable que pudieran cubrirla a nivel local, en coordinación con las otras organizaciones de los adultos dentro de Alianza y fuera de Alianza, otras instituciones locales, civiles o religiosas, y entidades locales de educación por ser temas que deben ser del interés y necesidad de todos.