80 años del voto femenino
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Presentación realizada a partir del reportaje de EL País publicado en la web de Mujeres en la red. Enlace: http://www.nodo50.org/mujeresred/spip.php?article771TRANSCRIPT
Clara Campoamor
En memoria de Campoamor. Hace 75 años, Clara Campoamor defendió en las Cortes, con un brillante
discurso, el derecho de la mujer a ejercer su derecho al voto. Lo hizo con éxito: el sufragio femenino quedó
aprobado el 1 de octubre de 1931 como artículo de la Constitución de la República. Hoy queremos rendir
homenaje a la diputada que consiguió que las mujeres pudieran votar, enfrentándose a los que entonces
pensaban que la mujer no estaba preparada o los que temían que su voto estuviese demasiado influenciado por la Iglesia. En la imagen, retrato de la abogada, escritora y
política promotora del voto femenino
161 votos a favor
Frente a Clara Campoamor, la diputada radical-socialista Victoria Kent defendía el aplazamiento del sufragio femenino hasta que las españolas, muchas de ellas ancladas en la sumisión al marido y la obediencia al confesor, sintieran suya la República y estuvieran
preparadas. Finalmente, la tesis de Campoamor triunfó por 161 votos a favor y 121 en contra..
Victoria efímera
"La galantería logró un triunfo indiscutible". Así informaba el diario El Sol el 2 de octubre de 1931 sobre la aprobación del voto femenino en España. No sería hasta dos años
después de su aprobación en las Cortes, en las elecciones de 1933, cuando las españolas pudieron ejercer este recién
adquirido derecho y acudir finalmente a las urnas. La alegría igualitaria duró poco. Tras las elecciones de 1936 y
el estallido de la Guerra Civil, llegó la dictadura que extinguió cualquier gesto democrático.
"En principio“
"¡Viva la República de las mujeres!", gritó un diputado despechado cuando las Cortes Constituyentes aprobaron el sufragio femenino. "¡Viva la República, que también es de las mujeres!", le replicó una señora. El artículo consagraba la igualdad entre hombres y mujeres permitía a las mujeres mayores de 23 años participar en las votaciones, no sólo
como candidatas sino también como electoras.
La gran paradoja
Antes de la consecución de la igualdad en el sufragio, la gran paradoja era que la mujer pudiera ser elegida y no pudiera elegir. El Gobierno republicano había autorizado el 8 de mayo de 1931 que las mujeres (y los sacerdotes) pudieran presentarse en las candidaturas, pero el voto se
postergaba a una futura discusión en las Cortes. Clara Campoamor se presentó por el partido Radical y Victoria
Kent por el radical-socialista. Fueron elegidas.
Primer hito
El voto fue lo primero que consiguió la mujer. Seguía siendo una eterna menor respecto al marido y no tenía
personalidad jurídica, pero al menos podía votar. Pero las incipientes esperanzas de cambio para la mujer
quedaron ahogadas por la Guerra Civil y la dictadura. Habría que esperar a 1975 para que la española
obtuviera plena capacidad jurídica.
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