UNA PANDILLA EN MADRID

Alumnos de 5ºA

Erase una vez una pandilla de amigos y amigas en Madrid. La chica más alta se llama Lucía, la más baja Laura, el chico más alto se llama Antonio, y el más bajo Parrales.

Esta pandilla era muy gamberra ya que siempre hacían muchas trastadas. Deciden ir a ver algunos de los monumentos de la ciudad.

El primer monumento fue la fuente de La Cibeles, lo que allí hicieron fue llenarla de papeles y quemarlos con un mechero.

Una anciana que pasaba por ahí, los vio y llamó a la policía. La pandilla tenía una caseta en el bosque y siempre iban allí a refugiarse o a pasar el rato. La señora les oyó a los chicos este detalle y se lo contó a los policías.

Cuando llegó la policía al lugar, el fuego ya se había apagado y no se notaba nada, el policía creyó que la anciana estaba muy loca.

Los niños estuvieron un buen rato pensando la siguiente gamberrada.

Después fueron a la Puerta de Alcalá, se subieron encima y tiraron huevos

podridos a los coches, a un señor calvo, le cayó en mitad de la cabeza el huevo más grande, que tiró Parrales.

Robaron un coche y se fueron corriendo, no los atraparon.

El próximo monumento al que fueron fue la Plaza de Neptuno, lo llenaron de banderas del Real Madrid y le quitaron el tridente.

Como alguien llamó a la policía se fueron al parque del Retiro a comer unas tortillas de patata.

Cuando se aburrieron empezaron a cortar los arbustos y a tirar piedras a los patos, a un pato le dieron y le mataron.

Había guardias del parque y echaron a correr, pero cogieron a Antonio, aunque finalmente se escapó.

Los niños se marcharon a su caseta del bosque. Esa noche se quedaron a dormir allí.

A la mañana siguiente se despertaron, era el día de Nochevieja. Decidieron ir a las cocheras de los trenes e hicieron muchos grafitis.

Antes de que la gente entrara al tren se les ocurrió la gamberrada de tirar del freno de emergencia, se fueron corriendo de allí.

Volvieron a la caseta del bosque y llamaron a sus amigos e hicieron una apuesta.

Estuvieron hasta las tres de la madrugada celebrando el fin de año, pero antes de irse hicieron una llamada para saludar a algunos amigos y contarles sus últimas trastadas. La conversación terminó con una apuesta.

¡Se atrevían a quemar el Estadio Vicente Calderón!

La pandilla aceptar la apuesta, contestó que sí. Fueron al estadio y consiguieron colarse dentro.

Había un partido y cuando acabó, lo rociaron de gasolina y lo quemaron.

Pero esta vez fueron demasiado lejos y la policía los atrapó. Los metieron cinco años en un centro de menores.

Cuando salieron después de cinco largos años, los niños habían tenido el tiempo suficiente para meditar sobre todas las

fechorías que habían hecho a lo largo de su vida.

Ahora no tenían nada que ver con aquellos delincuentes. Ahora eran educados, habían aprovechado ese tiempo para estudiar y arrepentirse de todos su actos.

Prometieron no volver a hacer ninguna gamberrada nunca más en su vida.

FIN

AUTORES: María , Cristina ,Ainhoa ,Marco, Sergio

Clase 5ºA

Había una vez una familia de Guatemala formada por cinco niños llamados: Lebron, Kevin, Jonny, Sara, Marta, un padre y una madre.

Eran demasiado pobres y perdieron su trabajo. Con el último pago mensual que le dieron sus jefes, pudieron pagar el viaje a Madrid para buscar trabajo.

En el avión iban muy nerviosos ya que nunca habían viajado en avión , además desde Guatemala a Madrid era un largo viaje.

Los colegios de Madrid estaban cerrados por vacaciones y habían decidido visitar museos, parques, palacios … para conocer Madrid pero, por supuesto, todo lo que fuera gratis, ya que no podían permitirse gastos extra.

A la vez que visitaban iban dejando los “currículos” de sus padres por toda la ciudad.

Decidieron visitar el Museo del Prado, donde les impresionaron un montón los cuadros, ya que en Guatemala no habían visto nunca un museo.

Después estuvieron en la Puerta de Sol, donde descubrieron que el edificio más antiguo era la Casa de Correos y en ella destacaba el reloj de su torre donde se celebran las campanadas de fin de año.

Otro monumento que no dejaron de visitar fue la Puerta de Alcalá, donde les encantaron sus flores y su construcción.

Los días pasaban y los niños seguían intentando ayudar a sus padres en su

objetivo de encontrar trabajo, pero no llegaba ese día.

Una de las visitas que más les asombró fue el Palacio Real pudieron visitarlo por dentro.

Nunca en su vida habían visto tanto lujo, todos los salones eran preciosos, una decoración que nunca habían observado.

En uno de los pasillos, seel cuadro de la rDon Juan Carlos, estaban encantados con la visita.

Seguían pasando los días y estaban cada vez más preocupados, llevaban mucho tiempo buscando trabajo y aún no lo habían encontrado.

Los niños no estaban dispuestos a irse de Madrid por eso decidieron pensar en hacer algo.

Debían emprender unay llegaron hasta

En uno de los pasillos, se pararon justo en el cuadro de la reina Doña Sofía y el rey Don Juan Carlos, estaban encantados con la visita.

Seguían pasando los días y sus padres cada vez más preocupados,

llevaban mucho tiempo buscando trabajo no lo habían encontrado.

Los niños no estaban dispuestos a irse de r eso decidieron pensar en

Debían emprender una ardua búsqueda llegaron hasta las cuatro torres,

pararon justo en eina Doña Sofía y el rey

Don Juan Carlos, estaban encantados

sus padres cada vez más preocupados,

llevaban mucho tiempo buscando trabajo

Los niños no estaban dispuestos a irse de r eso decidieron pensar en

ardua búsqueda las cuatro torres, en la

Plaza de Castilla, donde estuvieron viendo a

mucha gente y dejando “currículos” por todas las plantas de los edificios.

Fueron hasta el parque del Retiro, también dejaron los “currículos” allí, ya que a sus padres les encantaban las plantas y el pequeño lago.

Los niños llevaban un mes buscando trabajo y estaban pensando en volver a Guatemala y darse por vencidos. Los padres estaban muy arrepentidos de haber venido a Madrid y haber gastado en este viaje todo el dinero que tenían.

Se dieron la última oportunidad, decidieron estar una semana más y luego se volverían a su país si no encontraban nada.

Ese momento llegó, estaban haciendo las maletas y sonó el teléfono, los padres impacientes lo cogieron a toda prisa.

Era el director de una de las oficinas situadas en las cuatro torres. Llamaba

porque necesitaban un electricista urgentemente.

Después de esa llamada vino la del director del Museo del Prado, necesitaban un guía del museo.

La madre aceptó el puesto de trabajo y el problema era que no sabía de qué museo se trataba, no lo conocía.

Entonces los niños, le explicaron con todo detalle a su madre todo lo que tenía que saber sobre el museo, ya que lo recordaban muy bien después de su visita.

Con el dinero conseguido de los nuevos trabajos de sus padres, pudieron pagar el

colegio para los niños y con los años llegar a comprarse una casa.

Al año siguiente vinieron unos amigos de Guatemala, los niños les enseñaron a sus amigos todo lo que ellos habían visitado en Madrid.

FIN

Realizado por los alumnos de 5ºA:

“Los Combers”:Conociendo Madrid

Paula, Leyre, Claudia, Juan y Andrés

Érase una vez unos niños llamados Paula, Leyre, Claudia, Juan y Andrés, más conocidos como “Los Combers”.

Estaban matriculados en un colegio llamado Gredos San Diego Moratalaz, donde desarrollaban una actividad llamada “Escuelas Amigas” y contactaban con niños de un país cuyo nombre es Guatemala .

Hace muchos años , allá por el lunes 8 de Abril de 2013 fue el gran día .

“Los Combers” decidieron contarles cómo es Madrid.

Madrid es una Comunidad Autónoma, capital de España, y con forma de sombrero de bruja.

La comida típica es el cocido madrileño,

y las uvas que se comen en Nochevieja se toman en la Puerta del Sol y en su colegio hacen muchas cosas a lo largo de la semana.

Hacen proyectos, como el de ''Escuelas Amigas'', también le mandaron una

carta para su profe de Lengua, tienen muchos amigos y se llevan muy bien entre todos.

Antes, la ciudad era todo naturaleza, pero ahora casi todo es artificial y hay mucha contaminación, pero todos están muy felices porque trabajando en equipo todo se consigue.

FIN

Un viaje a Madrid

Alumnos de 5ºA

Autores: Lucia, Claudia, Mario, José, Silvia

Había una vez tres alumnas madrileñas que se llamaban: Vanessa, Ana y Cristina.

Su profesor les había dicho que les enseñaran la ciudad a dos niños de Inglaterra que venían de intercambio, se llamaban Tobby y Richard.

Fueron a recogerles al aeropuerto y después cogieron un taxi y llegaron al Parque del Retiro.

En el Retiro se montaron en las barcas se lo pasaron genial, después alquilaron unas bicicletas para montar en ellas. Al salir del Parque del Retiro se fueron a comer un helado, mientras se los tomaban caminaron hacia la puerta de Alcalá, que estaba muy cerca.

A Richard y a Tobby les gustó mucho ya que era enorme.

Después de verla, se fueron a un restaurante, pidieron un cocido que era típico de allí. A Richard le gustó mucho el cocido y pidió repetir otro plato.

Después de comer se fueron en autobús hasta el Jardín Botánico.

A Vanessa le gustaban mucho las plantas y las flores y quería mostrárselo a los demás. Le pareció que era imprescindible que lo vieran antes de que su visita a Madrid terminara.

Cuando llegaron fueron por un caminito que conocía Vanessa, ya que había ido unas cuantas veces.

Entre otras cosas, vieron unas flores que olían genial y allí había un árbol gigante que tenía más de cien años.

Algunas plantas estaban cortadas de una forma muy extraña, había muchas fuentes en las que corría el agua.

Estuvieron allí toda la tarde. Después de un largo paseo, dejaron a los chicos con el profesor, que les iba a llevar al aeropuerto para que se volviesen a Inglaterra.

Cristina, después de dejar a los chicos, preguntó a las demás si podían ir a la Puerta del Sol, porque ella nunca la había visto.

A todas les pareció buena idea y se fueron para allá. Cuando llagaron, Ana se sorprendió mucho porque aunque la había visto antes, no era así como la recordaba.

Las chicas se fueron a cenar a una pizzería que estaba cerca de allí. En ese sitio las pizzas estaban buenísimas, terminaron de cenar y cada una se fue a su casa.

Al día siguiente fueron al Museo del Prado y vieron a un ladrón robando un cuadro. Huyó corriendo y al final el ladrón se metió en un callejón sin salida.

Las chicas le reconocieron enseguida, ¡era su profesor!

Ana llamó a la policía, vinieron corriendo. Atraparon al profesor y se lo llevaron a comisaría.

Esa misma tarde fueron a verle. Las chicas preguntaron por él a los guardias y por ser arrestado gracias a ellas, les permitieron visitarle.

El profesor les explicó cuales eran sus motivos, lo había cogido prestado para una exposición de arte. Había sido un tremendo error ya que tenía los permisos necesarios para sacar el cuadro del museo.

Entonces, las chicas se quedaron mucho más tranquilas.

Declaró ante el comisario, se lo explicó todo y consiguió solucionarlo. Así que le dejaron libre y se fueron cada uno a su casa.

Vanessa, cuando llegó, les contó a sus padres la aventura que habían vivido hoy, pero sus padres no la creyeron.

Vanessa se fue a dormir pero dijo:

“Nunca olvidaré lo que ha pasado hoy”.

FIN

UN DETECTIVE EN MADRID

Realizado por los alumnos de 5º A:

Paula M ,Paloma , Andrés M , Alejandro e Iván.

La historia que os vamos a contar trata de un niño de 11 años llamado Erik. Vivía en Madrid, y soñaba ser detective.

Un día, le contó a su padre su sueño y se atrevió a preguntarle si podría serlo.

Este contesto que si, ya que Erik estaba muy ilusionado con la idea y no quería entristecerlo.

Al final, su padre se alegró de que su hijo fuera a ser detective, y decidió invitarle a comer un bocadillo de calamares, algo muy típico en Madrid, y le dijo que esa misma tarde se pondría con él a ayudarle a buscar un trabajo.

Se fueron a la calle Atocha, allí había una tienda de artículos para espías, entraron y preguntaron si sabían dónde

podían encontrar una agencia de detectives.

Tuvieron mucha suerte, les dieron la siguiente dirección:

Como ese día ya se les había hecho muy tarde no pudieron ir, pero su padre le prometió que irían al día siguiente.

Y así fue, cogieron el metro para hasta la estación de Atocha, no podían ir en coche, ya que allí hay mucho tráfico.

DETECTIVES MAJENCIO “los mejores detectives del mundo”

Calle Atocha nº 2, portal 20, piso 2ºC

Al llegar hablaron con Majencio, que era el jefe de la empresa. Este les dijo que él solo contrataba a niños a partir de los 14 años, por lo que tendría que esperarse 3 años más para cumplir su sueño.

Pero al menos, le dijo que él le reservaba un puesto, por el gran interés que había mostrado.

Majencio le dio un papel en el que se comprometía a contratarle dentro de 3 años, y una carta que ponía que tenía que estar el mismo día de su cumpleaños, dentro de 3 años, en la Puerta del Sol, a las 4 de la tarde en el kilómetro 0.

Pasaron los 3 años cuando Erik fue a su cita, en la Puerta del Sol para encontrarse con su futuro jefe y allí se lo encontró. No faltó a la cita, pese que no estaba muy seguro de que lo hiciera después de estos años.

Le mandó su primer trabajo, tenía que encontrar todas las piezas del puzle que estaban escondidas en cada monumento.

El jefe le entregó la 1ª pieza de las 9 del puzle y le dijo que la segunda pieza estaba en la Plaza Mayor.

Cuando llegó a la Plaza Mayor se tropezó y por suerte, allí se encontró con la 2ª pieza del puzle. Estaba escondida debajo una baldosa en el suelo , la podía haber encontrado cualquiera, pero por suerte, solo la encontró él.

Además de la segunda pieza, había algo más , una carta con unas instrucciones, tenía que ir a la Gran Vía.

Cuando llegó, decidió entrar a ver una obra de teatro “Rey León”, llevaba tiempo queriendo ir a verla pero no había encontrado el momento.

Una vez más, la suerte estaba de su lado, en su asiento se encontró la 3ª pieza del puzle y otra carta más, cómo no, que le decía que tenía que ir al Retiro .

Cuando llegó, no sabía por dónde empezar a buscar. Con las piezas anteriores había tenido demasiada suerte.

Decidió montar en las barcas, no le vendría más un poco de tranquilidad para poder pensar. Cuando estaba esperando para montar en una barca libre, observó que la número 23 , se acercaba muy rápido .

Se fijó más detenidamente y le desconcertó por completo la imagen.

Se trataba de su jefe, que le indicaba que se subiera rápido a la barca, y así lo hizo.

Le contó que solo le faltaban 5 lugares por visitar y que estaba tremendamente sorprendido de su eficacia.

Su siguiente pieza la tendría que encontrar en la Puerta de Alcalá, y la siguiente en la Cibeles.

Y así lo hizo, en la Puerta de Alcalá encontró la 5ª pieza del puzle.

Estaba enterrada en el césped que hay justo debajo del arco central del monumento.

Después se dirigió a la Cibeles, y allí, en la misma cabeza de la Cibeles encontró la 6ª pieza, y una carta que le mandaba a la Catedral de la Almudena y luego al Templo de Debod.

Cada vez se iba ilusionando más y más, verdaderamente se le daba muy bien este trabajo.

Llegó a la Catedral de la Almudena y buscó minuciosamente en la entrada la pieza, pero allí no encontró nada.

Prosiguió su búsqueda en los laterales y posteriormente en el altar. Allí fue donde encontró la siguiente pieza del puzle debajo de una vieja Biblia.

Se apresuró a dirigirse al Templo de Debod, el final estaba muy cerca y los nervios no podían traicionarle justo ahora.

No se fue difícil encontrar la 8ª pieza, estaba situada entre las piedras del Templo y una carta que le mandaba al Rastro.

Debía dirigirse a una vieja tienda para comprar un tablón y unir todas las piezas en el. Y así lo hizo.

El día 8 de Abril se reunió con su jefe y le entregó las piezas en el tablón que había comprado ¡¡ La imagen era el Oso y el Madroño!!.

Su jefe le regaló la imagen, a él no le hacía falta, se lo podía quedar ya que no le daba ninguna importancia, solo era una foto.

Lo que el jefe y Erik no sabían era que sólo había una en el mundo, y la tenían entre sus manos.

FIN