#52 - claves de la motivación

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  • n.o52/20126,50

    CLAVES DE LA MOTIVACINLas razones que nos impulsan a actuar

    9 771695 088703

    0 0 0 5 2

    ENER

    O/F

    EBRE

    RO 2

    012

    52/2

    012

    PSICOLOGA SOCIAL

    LA ZONA GRIS DE LA VIOLENCIA

    EMPATA

    CMO FUNCIONA?

    ESTADSTICA

    LA IMPORTANCIA DE LOS RESULTADOS NO SIGNIFICATIVOS

    Nueva serie EL HABLA

    MEMORIA

    LAS DOS CARAS DEL ESTRS

    NEUROCIENCIA

    EPILEPSIA RESISTENTE A LOS FRMACOS

  • Disponible en su quiosco el nmero de enero

  • www.investigacionyciencia.es

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    y acceda al contenido completo de todos los nmeros (en pdf)*xDurante el perodo de suscripcin, recibir una noticacin por correo electrnico

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    xPodr acceder a los ejemplares en cualquier momento y lugar* Ejemplares de IyC disponibles desde 1996 a la actualidad y el archivo completo de MyC

  • SUMARIO

    PSICOLOGA

    10 CLAVES DE LA MOTIVACIN

    Por Nikolas Westerhoff

    Conocer los autnticos motivos de la propia conducta no resulta tarea fcil. Aquello que creemos querer tiene con frecuencia poco que ver con lo que deseamos.

    14 Los objetivos orientan

    Entrevista a Veronika Brandsttter

    MEMORIA

    18 LAS DOS CARAS DEL ESTRS

    Por Mathias V. Schmidt y Lars Schwabe

    La presin psquica puede acarrear olvidos, incluso lagunas en la memoria. Sin embargo, tambin puede favorecer la capacidad de memorizar.

    PSICOLINGSTICA

    26 AS HABLO, AS PIENSO

    Por Klaus Wilhelm

    De un modo sutil, la gramtica y el vocabulario inuyen en nuestro pensamiento.

    32 El lenguaje surge de una red de conexiones cerebrales

    Entrevista a Angela D. Friederici

    MEDICINA

    44 CONVULSIONES BAJO EL MICROSCOPIO

    Por Stefan Remy y Christian Elger

    Uno de cada tres enfermos de epilepsia no responde a los medicamentos. Para averiguar las causas de esta resistencia, los investigadores provocan accesos convulsi-vos en muestras de tejido cerebral vivo.

    AUTOCONCIENCIA

    50 YO SIN MI CUERPO

    Por O. Blanke, B. Lenggenhager y L. Heydrich

    Algunas personas experimentan como su yo abandona su cuerpo. Incluso se observan a s mismas desde el exterior de su ser. Ciertos trastornos cerebrales conllevan vivencias extracorporales. La realidad virtual permite reproducir tal experiencia.

    Enero / Febrero de 2012 N 52

    68 LA VIOLENCIA

    50 VIVENCIA EXTRACORPORAL

    54 TERAPIA CELULAR

    LENGUA Y PENSAMIENTO 26

    ESTRS 18

    Nueva serie PSICONEUROLOGA

    DEL HABLAEn este nmero:

    Lengua y pensamiento

  • TERAPIA CELULAR

    54 ACCESO AL CEREBRO POR VAS RECNDITAS

    Por F. Bernhard, L. Danielyan y C. Gleiter

    El tratamiento con clulas madre abre el camino hacia la curacin de numerosas enfermedades neurolgicas. Pero cmo atraviesan dichas clulas la barrera hematoenceflica? Una ruta alternativa: la va nasal.

    ESTADSTICA

    58 DE BELLEZA, SEXO Y PROBABILIDADES

    Por Andrew Gelman y David Weakliem

    La complejidad estadstica que entraa el estudio de efectos pequeos puede conllevar la interpretacin errnea de los resultados.

    67 Laxitud analtica

    Por Alex Lindner

    PSICOSOCIOLOGA

    68 LA ZONA GRIS: APROXIMACIN PSICOSOCIAL A LA VIOLENCIA

    Por Amalio Blanco

    La metfora de la zona gris permite el estudio de la violencia en toda su complejidad. Ms all del blanco y negro, de los buenos y los malos, la vctima tambin puede convertirse en verdugo.

    75 Ms all de la maldad

    Entrevista a Philip Zimbardo

    SECCIONES5 Encefaloscopio

    Relaciones afectivas... Razonamiento... Longevidad... Percepcin... Comunicacin... Ictus... Cognicin social... Salud mental... Aprendizaje infantil.

    36 Mente, cerebro y sociedad El despertar de la conciencia. Por Christof Koch Efecto antitumoral de los cannabinoides.

    Por Guillermo Velasco Sueo reparador por partida doble. Por Christine

    Soares Los benecios de la actividad fsica. Por Jonatan

    R. Ruiz y Alejandro Lucia Neuronas de laboratorio. Por M. F. Cano y otros

    78 Retrospectiva La mente de Goering. Por Jack El-Hai

    84 Ilusiones Visto como un todo. Por Rainer Rosenzweig

    89 Syllabus Empata: miradas reveladoras. Por Kai Vogeley

    94 Libros Personalidad. Por Dolores Mosquera

    Ciencia y psicologa. Por Luis Alonso

    MOTIVADOS, LISTOS, YA!10 CLAVES DE LA MOTIVACIN14 LOS OBJETIVOS ORIENTAN

    ISTOCKPHOTO / DANEZ

  • COLABORADORES DE ESTE NMERO

    ASESORAMIENTO Y TRADUCCIN:

    Portada: iStockphoto / Danez

    DIRECTORA GENERAL Pilar Bronchal GarfellaDIRECTORA EDITORIAL Laia Torres CasasEDICIONES Yvonne Buchholz

    Anna Ferran CabezaErnesto Lozano Tellechea

    PRODUCCIN M. Cruz Iglesias CapnAlbert Marn Garau

    SECRETARA Puricacin Mayoral MartnezADMINISTRACIN Victoria Andrs LaiglesiaSUSCRIPCIONES Concepcin Orenes Delgado

    Olga Blanco Romero

    EDITA

    Prensa Cientca, S. A. Muntaner, 339 pral. 1.08021 Barcelona (Espaa)Telfono 934 143 344 Telefax 934 145 413www.investigacionyciencia.es

    Gehirn & Geist

    CHEFREDAKTEUR: Carsten Knneker (verantwortlich) ARTDIRECTOR: Karsten Kramarczik REDACTIONSLEITER: Steve Ayan REDAKTION: Katja Gaschler, Christiane Gelitz, Anna von Hopffgarten, Andreas Jahn (Online-Koordinator), Frank Schubert FREIE MITARBEIT: Joachim Marschall SCHLUSSREDAKTION: Christina Meyberg, Sigrid Spies, Katharina Werle BILDREDAKTION: Alice Krmann, Anke Lingg, Gabriela Rabe REDAKTIONSASSISTENZ: Petra Mers VERLAGSLEITER: Richard Zinken GESCHFTSLEITUNG: Markus Bossle, Thomas Bleck

    Copyright 2011 Spektrum der Wissenschaft Verlagsgesellschaft mbH, D-69126 Heidelberg

    Copyright 2012 Prensa Cientca S.A. Muntaner, 339 pral. 1. 08021 Barcelona (Espaa)

    Reservados todos los derechos. Prohibida la reproduccin en todo o en parte por ningn medio mecnico, fotogrco o electrnico, as como cualquier clase de copia, reproduccin, registro o transmisin para uso pblico o privado,

    sin la previa autorizacin escrita del editor de la revista.

    ISSN 1695-0887 Dep. legal: B. 39.017 2002

    Imprime Rotocayfo (Impresia Ibrica) Ctra. N-II, km 600 - 08620 Sant Vicen dels Horts (Barcelona)

    Printed in Spain - Impreso en Espaa

    DISTRIBUCIN

    para Espaa:

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    6 ejemplares 12 ejemplares

    Espaa 30,00 euros 55,00 euros

    Resto del mundo 45,00 euros 85,00 euros

    Ejemplares sueltos:

    El precio de los ejemplares atrasados es el mismo que el de los actuales.

    F. ASENSI: Claves de la motivacin, Convulsiones bajo el microscopio, Acceso al cerebro por vas recnditas, Visto como un todo; NGEL GONZLEZ DE PABLO: Las dos caras del estrs, Empata: miradas reveladoras; NURIA COMAS: As hablo, as pienso; NOELIA DE LA TORRE: El lenguaje surge de una red de conexiones cerebrales; MARIN BELTRN: El despertar de la conciencia; BRUNO MORENO: Sueo reparador por partida doble; MAR SANZ PREVOSTI: Yo sin mi cuerpo; LUIS BOU: De belleza, sexo y probabilidades, La mente de Goering, Encefaloscopio; LEX SANTATALA: Laxitud analtica; ROLF GSER: Ms all de la maldad.

  • En qu se distingue un fugaz echazo de un amor eterno? Antiguas investigaciones apuntaban a que las parejas de mayor xito eran aquellas en las que sus miembros compartan

    intereses, valores y rasgos de personalidad. Un trabajo publicado

    en Psychological Science propone que la ms simple de las pa-

    labras que usan los tortolitos para hablarse tambin marca la

    diferencia, ya sea para determinar su grado de atraccin como

    para conocer la probabilidad de que permanezcan juntos. James

    Pennebaker y sus colaboradores de la Universidad de Texas, en

    Austin, grabaron conversaciones de 40 hombres y 40 mujeres

    mientras tomaban parte en una sesin de citas romnticas rpi-

    das en la que cada participante hablaba con 12 desconocidos del

    otro sexo, dedicndole cuatro

    minutos a cada uno. A conti-

    nuacin, los sujetos valoraron

    los encuentros basndose en

    cunto les pareca tener en co-

    mn, y si deseaban volver a ver

    a la otra persona. Por su parte,

    Pennebaker analiz las conver-

    saciones de los participantes se-

    gn su forma de usar pronom-

    bres, artculos y otras partculas

    gramaticales (l, esto, y,

    como, ser...). Esas palabras

    funcionales se utilizan en casi

    todos los contextos, y se proce-

    san de forma rpida e inconsciente [vase Eres lo que hablas,

    por Jan Dnges; MENTE Y CEREBRO, n.o 43].

    Pennebaker observ que las parejas que empleaban palabras

    funcionales similares con una frecuencia parecida tenan ma-

    yor probabilidad de querer volver a verse, con independencia

    de lo que creyeran, a nivel consciente, que tenan en comn.

    En un estudio de seguimiento, el investigador compar el len-

    guaje empleado por 86 parejas estables. Para ello se sirvi de

    muestras de mensajes escritos breves. Descubri que cuanto

    ms concordaban sus palabras funcionales, ms probable era

    que siguieran juntos al cabo de tres meses, con independencia

    de lo felices que aseguraran ser en su relacin en el momento del

    estudio. No obstante, la gran pregunta

    es si las personas se sienten ms ali-

    neadas con quienes hablan como ellas,

    o si adaptan su forma de expresarse

    a la de los individuos que les gustan.

    Pennebaker admite que ambos casos

    son posibles, aunque cree que la fuerza

    motriz reside en la segunda causa: el

    lenguaje pronostica el xito de la re-

    lacin porque reeja lo bien que cada

    uno escucha al otro. Cul es, pues, el

    consejo de Pennebaker para vivir feliz

    y para siempre con la persona amada?

    Prstele ms atencin, receta.

    Melinda Wenner Moyer

    Le acosa un problema difcil? Segn un estudio publicado en lnea en el Personality and Social Psychology Bulletin del 11 de febrero del pasa-do ao, existen ms probabilidades de xito si se resuelve un problema

    en favor de otra persona. Los investigadores solicitaron a 137 estudiantes

    que se imaginasen, bien a s mismos, bien a un desconocido, atrapados en

    una torre. A continuacin deban idear alguna forma para escapar sin ms

    ayuda que una cuerda que no alcanzaba el suelo. De los probandos que se

    vieron como un desconocido en la torre, el 66 por ciento hall la solucin

    (deshacer la cuerda longitudinalmente en dos cabos, y anudarlos), frente al

    48 por ciento de quienes se imaginaron a s mismos en la difcil situacin.

    Uno de los autores, Evan Polman, de la Universidad de Nueva York, arma

    que si objetivsemos nuestros problemas como si afectaran a otra persona,

    encontraramos mejores soluciones para resolverlos.

    Nathan Collins

    RAZONAMIENTO

    Te echo una mano?Los problemas resultan ms sencillos de resolver si afectan a otros

    ENCEFALOSCOPIO

    IS

    TOC

    KPH

    OTO

    / V

    ERN

    ON

    WIL

    EY

    RELACIONES AFECTIVAS

    El lenguaje del amorEl uso de las palabras predice la atraccin romntica

    ISTOCKPHOTO / SLOBODAN VASIC

    MENTE Y CEREBRO 52 / 2012 5

  • 6 MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

    El bateador, si acierta de pleno, a menudo reere que la bola se vea enorme

    justo antes de propiciar el gol-

    pe feliz. Este efecto de la per-

    cepcin de la accin especca

    se ha observado en activida-

    des fsicas de todo tipo.

    Ahora bien, existen dudas

    sobre la causa de tal ilusin.

    Afirman algunos expertos

    que es consecuencia de ima-

    ginar la accin antes de la ju-

    gada. Otros sospechan que al

    clavarla se conjura en la me-

    moria la imagen de un blanco

    de gran tamao. Un estudio

    publicado en Acta Psycholo-

    gica sugiere que ninguno de

    los dos procesos es suciente

    por s solo. Se requiere otro

    elemento: la atencin visual.

    Investigadores de mster-

    dam y de Hong Kong pidieron

    a tres grupos de estudiantes

    que golpearan bolas de golf

    en direccin a un objetivo

    situado a un metro y medio,

    ms o menos. Los probandos

    deban examinar primero el

    hoyo (objetivo); despus, un

    grupo deba dirigir la bola

    a su diana sin verla, oculta

    bajo una cortina. Otros par-

    ticipantes tenan que hacerla

    pasar entre dos referencias

    interpuestas en su camino

    hacia el blanco. El tercer gru-

    po deba tirar sin ms. Todos

    los voluntarios fueron infor-

    mados de dnde acabaron

    sus tiros. Para terminar, los

    probandos tuvieron que esti-

    mar el tamao de sus dianas

    dibujndolas en una pantalla

    de ordenador.

    Como era de esperar, los

    participantes que acertaron

    LONGEVIDAD

    Viejo y sabioLas abejas sirven de modelo para entender la relacin entre inteligencia y larga vida

    Parece claro: las personas inteligentes viven ms. La correlacin entre inte-ligencia y longevidad es tan fuerte como

    la de fumar y muerte prematura. Pero

    no se sabe bien por qu. Es posible que

    este tipo de personas, adems de tomar

    decisiones ms prudentes a lo largo de

    su vida, cuenten tambin con la biologa

    a su favor. Investigaciones en abejas de-

    muestran que la capacidad de aprendiza-

    je se halla, en trminos generales, vincu-

    lada a una aptitud general para soportar

    uno de los rigores del envejecimiento, a

    saber, el estrs oxidativo.

    Ian Deary, psiclogo de la Universidad

    de Edimburgo, ha propuesto la expresin

    integridad sistmica para describir la

    posible vinculacin biolgica entre in-

    teligencia y longevidad: en su plantea-

    miento, un sistema bien conectado no

    solo obtiene mejores resultados en las

    pruebas psicolgicas, sino que resulta

    menos susceptible a las agresiones del

    medio. Gro Amdam, de la Universidad es-

    tatal de Arizona y la Universidad noruega

    de Ciencias de la Vida, se sinti intrigado

    por la idea. En 2009 concibi una forma

    de vericarla en abejas.

    De hecho, las abejas melferas sirven

    a menudo como modelo neurobiolgico

    del aprendizaje (se las puede entrenar,

    mediante refuerzos positivos o negati-

    vos, para que retengan informacin). En

    el experimento de Andam, se sujetaron

    abejas individuales a una pajita, donde

    aprendieron a asociar un aroma con

    una recompensa alimenticia, un expe-

    rimento clsico de condicionamiento

    pauloviano. Despus de tan solo uno o

    dos ensayos, numerosos individuos ha-

    ban aprendido a extender su probscide

    lingual en previsin de una gotita dulce.

    PERCEPCIN

    Dianas gigantesEl tamao del objetivo parece distinto segn la atencin que se le presta

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  • MENTE Y CEREBRO 52 / 2012 7

    COMUNICACIN

    Distanciar el conictoLa distancia fsica puede mejorar el clima en una negociacin

    Tiene intencin de com-prarse una casa o un co-che? Si es as, tal vez le con-

    venga gestionar el negocio por

    correo electrnico: las negocia-

    ciones sufren menos tropiezos

    cuando las partes se encuen-

    tran separadas y a distancia

    suciente, indica un estudio

    publicado en el Journal of Ex-

    perimental Social Psychology.

    Al negociar unos estudiantes

    la compra y venta de una moto

    a travs de mensajera instan-

    tnea por Internet crean

    hallarse alejados fsicamente

    a ms de 25 kilmetros, sus

    negociaciones resultaron ms

    fciles y ms serias que cuan-

    do se encontraban cerca, a un

    metro de distancia. Los experi-

    mentadores explican que si los

    individuos se hallan alejados,

    consideran la situacin de for-

    ma ms abstracta, centrndose

    en los aspectos importantes

    en lugar de enredarse en mi-

    nucias.

    La prxima vez que deba

    afrontar un negocio compli-

    cado, tal vez le convenga em-

    pezar a distancia (por ejemplo,

    mientras est de viaje).

    Harvey Black

    en el tiro directo asignaron a

    su diana un tamao mayor.

    No as quienes no podan ver

    el hoyo o dedicarle toda su

    atencin.

    Segn uno de los autores,

    John van der Kamp, de la Uni-

    versidad Libre de ms terdam,

    tales resultados refutan la teo-

    ra de que la percepcin de la

    accin especfica resulta de

    imaginar los propios movi-

    mientos antes de realizarlos,

    ya que todos los participan-

    tes tuvieron la posibilidad de

    experimentar dicha visuali-

    zacin. Al parecer tampoco

    bastaba con saber, sin ms,

    que haban acertado.

    La clave estriba en la aten-

    cin visual a la diana. No obs-

    tante, todava se desconoce si

    ver un blanco mayor ayuda al

    xito, o si el primero resulta

    de este ltimo. Una cosa pa-

    rece clara: a menudo aquello

    que vemos no es un reflejo

    exacto de lo que nos rodea.

    Nuestros sentidos se hallan

    inuidos por nuestra atencin

    y nuestras experiencias.

    Andrea Anderson

    Algunos tardaron un poco ms en aprender: como ocurre en

    las personas, unos son ms despiertos que otros.

    Para simular el envejecimiento, se instal a las mismas

    abejas en tubos de plstico, y se las expuso a un ambiente

    enriquecido con oxgeno, una de las pruebas de estrs meta-

    blico. Todos los animales necesitan oxgeno para respirar,

    mas si la concentracin es excesiva, las clulas se ven forzadas

    a producir radicales libres lesivos, que degradan sus mem-

    branas y provocan el suicidio celular, desencadenando un

    envejecimiento prematuro. Las abejas que aprendieron con

    mayor rapidez tendan a sobrevivir ms tiempo: un promedio

    de 58,8 horas, frente a las 54,6 de las ms torpes. Ello sugiere

    que poseen un sistema antioxidante ms robusto, capaz de

    barrer los agresivos radicales libres.

    Andam sospecha que la resiliencia al estrs puede explicar

    por qu las abejas que aprendieron rpido vivieron ms. En los

    ensayos de aprendizaje, aquellas capaces de resistir el estrs

    al hallarse sujetas a la paja aprendieron antes que el aroma

    signicaba una golosina; esa misma resiliencia les permiti

    soportar mejor el estrs por encontrarse en un medio enri-

    quecido con oxgeno.

    Andam conjetura que la capacidad de afrontar el estrs po-

    dra constituir tambin en los humanos un elemento de integri-

    dad sistmica: la mayor resiliencia a cualquier tipo de situacin

    estresante podra subyacer a valores elevados del coeciente de

    inteligencia, as como a vidas longevas. Si se revelaran las cau-

    sas de tales discrepancias biolgicas, tal vez pudieran aliviarse

    ciertas disparidades innatas. Kirsten Traynor

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    en aprender: como ocurre en

    spiertos que otros.

    AlguAlgunos tardaron un poco

    nas, unos son m

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  • 8 MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

    Los accidentes cerebrovasculares se consideran una de las mayores causas de invalidez. Los frmacos actuales pueden desobstruir arterias si se atiende a las vctimas a tiempo. Sin

    embargo, cuanto ms se retrase la ayuda, ms neuronas pere-

    cern por falta de sangre. Tambin con mejores mtodos para

    impedir ese dao cerebral se beneciara la vida de las personas

    afectadas. Un equipo de neurocientcos ha dado con un mtodo

    de tecnologa mnima que evita por completo el dao cerebral

    en los mridos: rozarles los bigotes.

    Los investigadores, dirigidos por el profesor Ron Frostig, de la

    Universidad de California en Irvine, indujeron ictus en ratas blo-

    queando una arteria que va al cerebro. Despus, estimularon los

    bigotes de los roedores con el n de medir la actividad cerebral

    de los animales y averiguar cunto mermaban sus funciones

    sensoriales. Descubrieron, en cambio, que si hacan vibrar una

    sola de esas barbas antes de transcurridas dos horas del bloqueo

    vascular, las neuronas que normalmente hubieran perecido, con-

    tinuaban funcionando. Las ratas no padecieron ni parlisis ni

    dcits sensoriales. No se sabe con certeza el mecanismo exacto

    del efecto protector, pero parece implicar una redistribucin de

    sangre a travs de vasos cerebrales no lesionados.

    Una investigacin de seguimiento, publicada en Stroke en

    febrero de 2011, revel que no importa la pauta del estmulo

    (aunque ms es mejor). Otras investigaciones del laboratorio de

    Frostig han mostrado que la estimulacin no tiene por qu ser

    tctil: los pitidos acsticos previenen asimismo las lesiones.

    La implicacin de esos resultados en personas afectadas de

    un ictus resulta apasionante, sin embargo, no existen garantas

    de que estimular a estos sujetos con msica o palparles reas

    sensibles, como la cara o las manos, vaya a ejercer el mismo

    efecto que en los mridos. El tamao del encfalo de la rata,

    muchsimo menor, podra haber facilitado la recuperacin. No

    obstante, Frostig se muestra cautamente optimista. Se podra

    ayudar a las vctimas antes de que llegase la ambulancia; mu-

    cho antes de que recibieran cualquier tratamiento. Con todo,

    tampoco perjudicara a los afectados hablarles o apretarles la

    mano de camino al hospital, opina el investigador.

    Mark Lescroart

    COGNICIN SOCIAL

    Escrito en el rostroAquellos que sienten lo que ven aportan indicios de cmo interpretamos emociones y empatizamos

    Comprender los pensamientos de otras personas resul-ta esencial para moverse por el mundo social. Mas la empata supone un proceso complejo basado, en parte, en

    fugaces expresiones del rostro. La empata parece resultar

    de la capacidad para ponernos en el lugar del otro: cuando

    vemos que otra persona se encuentra triste, simulamos lo

    que siente activando las mismas regiones cerebrales que

    se activan cuando nos sentimos tristes nosotros.

    Una investigacin publicada en Journal of Neuroscience en

    febrero de 2011 respalda tal idea. En el estudio participaron

    individuos que experimentan sinestesia de tacto especular.

    Cuando estos sinestetas ven tocar a otra persona, sienten

    que les tocan en la misma parte de su propio cuerpo. El

    neurocientco Michael Banissy y sus colaboradores del

    Colegio Universitario de Londres quisieron averiguar si esa

    intensa capacidad para experimentar lo que otro sujeto sien-

    te permitira que ocho probandos con sinestesia de tacto

    especular tuvieran ms capacidad de reconocer emociones

    implcitas en un rostro que otros sujetos. As fue. Los parti-

    cipantes identicaron de forma correcta el 92 por ciento de

    las expresiones faciales que se les mostraban en el ensayo,

    frente al 81 por ciento de los participantes de un grupo de

    control. Es probable que su xito se debiera ms a su pericia

    en la simulacin que a una agilidad general con caras, puesto

    que en otros experimentos no superaron a los miembros

    de control en la identicacin de personas.

    Para quienes carecemos de sinestesia de tacto especu-

    lar, el proceso de simulacin es el mismo, aunque menos

    acusado, explica Banissy. As que, ya sabe: la prxima vez

    que se vea simpatizando con alguien triste, agradzcaselo

    a esa parte del cerebro que percibe que usted est frun-

    ciendo el ceo.

    Michelle Solis

    ICTUS

    Sanar con el tactoEl roce de los bigotes evita las lesiones cerebrales postictus en las ratas

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  • MENTE Y CEREBRO 52 / 2012 9

    SALUD MENTAL

    Deprimida o quemadaA pesar de una sintomatologa parecida, ambos estados psquicos afectan al cuerpo de modo diferente

    A veces pasa: esa amiga, esa compaera de envidiable ener- ga y dedicacin a una tarea estresante, de repente, se viene abajo. Su incansable afn se convierte en agotamiento

    inexorable, dicultad para conciliar el sueo, estado de nimo

    decado y sentimiento de inecacia. Puede que los sntomas

    se parezcan a los de la depresin, sin embargo, investigaciones

    recientes sugieren que este desfallecimiento, hoy conocido

    por sndrome de desgaste profesional, se diferencia de la

    depresin de modos sutiles.

    Aunque la sintomatologa del trabajador quemado no

    est reconocida como trastorno psiquitrico diferenciado, s

    parece provocar un perl caracterstico de alteraciones del

    funcionamiento neurolgico, segn concluyen las investiga-

    ciones de la psicloga Agneta Sandstrm, de la Universidad

    Ume. Sandstrm compar a mujeres quemadas, es decir,

    con sndrome de desgaste profesional, con otras afectadas de

    depresin grave. Apreci numerosas diferencias sutiles entre

    uno y otro grupo de voluntarias. Aunque en ambos casos apa-

    recan dicultades para dormir, las participantes deprimidas

    informaban que se despertaban demasiado pronto, mientras

    que las que sufran sndrome de desgaste profesional crnico

    tenan problemas para conciliar el sueo.

    A continuacin, Sandstrm pidi a tres grupos de mujeres

    (sanas, deprimidas y quemadas) que se sometieran a una

    prueba de memoria de trabajo (memoria a corto plazo). A

    las participantes de los dos ltimos grupos (deprimidas y

    quemadas) les costaba ms concentrarse y recordar deta-

    lles sencillos que a las mujeres sanas. Pese a dicha similitud,

    las mujeres con sndrome de desgaste profesional exhiban

    durante las pruebas de memoria una actividad cerebral me-

    nor que las participantes deprimidas, segn se comprob

    mediante resonancia magntica funcional.

    Con el tiempo, seala Sandstrm, pueden irse acumulando

    pequeos eventos cotidianos estresantes hasta provocar un

    agotamiento crnico. Si las personas supiramos afrontar me-

    jor tales presiones, en apariencia banales, podramos reducir

    el riesgo de desarrollar el sndrome de marras. Cierto grado

    de estrs no es malo, pero es necesario hallar tiempo para

    descansar durante el da, comenta. Al igual que los mscu-

    los, el cerebro se fatiga. La investigadora aade: Hemos de

    reconsiderar cunto es capaz de soportar el cerebro en un

    da de trabajo normal.

    Carrie Arnold

    A partir de la edad de 12 meses, los nios siguen la mirada de quienes estn cerca, un comportamiento instintivo que les permite

    aprender por observacin. Ahora bien, segui-

    ran la mirada de cualquiera? En un estudio

    publicado en Neural Networks, Andrew Melt-

    zoff, psiclogo en la Universidad de Washing-

    ton, veric si los nios pequeos le seguan

    la mirada a un robot de aspecto humanoide.

    Un grupo de nios de 18 meses observ a un

    experimentador que simulaba jugar con un

    robot mvil, mientras que a otro grupo se le

    present un robot idntico, aunque esttico.

    Trece de los 16 nios que observaron la interac-

    cin del humano con el robot siguieron con la

    mirada al androide cuando se diriga hacia un

    juguete. Solo tres de los nios que no observa-

    ron el juego con el robot, tambin lo hicieron.

    Al parecer, los pequeos estn sumamente

    pendientes de la informacin social, la cual

    utilizan sin cesar para actualizar su percepcin

    de los dems... Lo bastante para confundir un

    trozo de metal con un ser pensante.

    Ferris Jabr

    APRENDIZAJE INFANTIL

    Qu mira ese robot?Los nios siguen la mirada de robots sociales como si fuesen humanos

    AGE FOTOSTOCK

    GET

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  • 10 MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

    Salir a correr, telefonear a mam, tirar la ba-sura. Se trata de pequeos objetivos. Gran-des metas? Casarse, comprar una casa, tener hi-

    jos. Sea en la vida profesional sea en la privada,

    al ser humano le gusta marcarse objetivos y

    emprender planes para el futuro. Nada se deja al

    azar. No obstante, con frecuencia es este ltimo

    el que toma las riendas del asunto. Muchas per-

    sonas se acogen al principio hedonista evita lo

    que cause dolor, busca lo ms placentero para

    dirigir sus acciones. O aspiran en el fondo a

    obtener logros, poder y reconocimiento?

    La primera, a la par que bsica, pregunta que

    se plantea desde la psicologa de la motivacin

    es siempre: Por qu alguien hace lo que hace?.

    Como toda cuestin elemental, la respuesta re-

    sulta compleja. Todos nosotros nos encontra-

    mos inmersos en un cmulo de necesidades; a

    menudo unas en competencia con otras. Voy a

    comprar o me quedo en casa sentado frente al

    televisor? Ahorro o me gasto el dinero en unas

    estupendas vacaciones? Sigo el a mi pareja o

    me atrevo con una fugaz aventura? En ocasio-

    nes, la cabeza no desea lo que el corazn rige.

    Otras veces sucede al contrario.

    Cmo puede ponerse orden a semejante

    caos? Desde hace dcadas, algunos psiclogos

    elaboran largas listas o relaciones algunas con

    dudoso criterio cientco de motivos que im-

    pulsan a las personas a actuar. En los aos veinte

    del siglo XX, Luther Lee Bernard (1881-1951), so-

    cilogo interesado en el tema, reuni nada me-

    nos que 14.000 motivos. Entre las aceptaciones

    se encontraba el impulso que nos reprime de

    comer una manzana del propio huerto. William

    McDougall (1871-1938), fundador de la hoy casi

    olvidada psicologa hrmica (del griego horm:

    impulso, estmulo), reconoci como objetivos

    universales del ser humano junto al hambre,

    el temor y el deseo sexual, la risa, viajar, la

    posesin y la comodidad. Por su parte, Henry

    Alexander Murray Jr. (1893-1988), de la Univer-

    sidad de Harvard, list 20 motivos por los que

    actuamos, entre ellos, la aspiracin a la conse-

    cucin de logros y el deseo de reconocimiento,

    fama, competencia y dominio.

    Sin embargo, la relacin de motivos ms co-

    nocida se fundamenta en una escala jerrquica,

    la pirmide de necesidades del psiclogo Abra-

    ham Maslow (1908-1970). En la base de la estruc-

    tura se encuentran los motivos de dcit, en-

    tre los cuales destacan el sexo y la alimentacin.

    Por encima se hallan los deseos de seguridad y

    aliacin, as como de crecimiento, caracte-

    rizado este ltimo por la necesidad de nuevas

    experiencias, belleza y autorrealizacin.

    Segn Maslow, primero deben satisfacerse las

    necesidades inferiores para acceder a continua-

    cin a los niveles superiores. Como dira Bertolt

    Brecht: Primero el comer, despus venga la

    moral!. Norbert Bischof, de la Universidad Lud-

    wig Maximilian de Mnich, pone en entredicho

    tal teora: Puede armarse seriamente que el

    hambre y el deseo sexual deberan estar sacia-

    dos antes de sentir la necesidad de seguridad o

    de vnculos sociales? Debe la satisfaccin se-

    xual preceder al enamoramiento? A pesar de

    todas las dudas, el modelo piramidal de Maslow

    sigue formando parte del repertorio estandari-

    zado de numerosos psiclogos especializados

    en motivacin. Incluso algn libro de texto

    de psicologa general calica la propuesta de

    Maslow como punto culminante de la ciencia

    de la vida.

    El estudio de tales listas demuestra la di-

    cultad de encontrarles una base concluyente,

    opina el psiclogo Heinz Heckhausen en su ya

    clsico libro de 1980 Motivation und Handeln

    Claves de la motivacinConocer los autnticos motivos de la propia conducta no resulta tarea fcil.

    Aquello que creemos querer tiene con frecuencia poco que ver con lo que deseamos

    NIKOLAS WESTERHOFF

    EN EL PAS DE LOS SUEOS

    Durante la infancia nos forma-

    mos la imagen de aquello por

    lo que vale la pena esforzarse

    en la vida.

    RESUMEN

    Impulsos ocultos

    1Con frecuencia, los motivos que una persona maniesta en

    una encuesta no coinci-

    den con su conducta en

    el laboratorio.

    2Los investigadores determinan los moti-vos inconscientes median-

    te pruebas proyectivas;

    tambin a base de ensa-

    yos de preparacin.

    3El impulso interior para conseguir un objetivo puede atenuarse

    mediante estmulos exter-

    nos: dinero, elogios...

  • MENTE Y CEREBRO 52 / 2012 11

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  • 12 MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

    (Motivacin y accin). Inventarios de este tipo

    resultan del todo arbitrarios. Por qu veinte

    motivos, y no cuatro, cuarenta o cien? Es a caso

    posible delimitar el nmero exacto de impulsos

    que motivan a las personas a actuar?

    Entretanto, los investigadores se han avenido

    en la existencia de tres motivos bsicos: logro,

    poder y aliacin. Estos representan el mnimo

    comn denominador en el inventario de necesi-

    dades. As, las personas motivadas por el poder

    buscan sentirse superiores a los dems; aquellas

    motivadas por los logros quieren perfeccionarse

    a s mismas da a da, y las personas que sienten

    motivacin por las relaciones sociales antepo-

    nen el deseo de amar y de ser amados.

    En opinin del psiclogo Heinz-Dieter Schmalt,

    de la Universidad de Wuppertal, esos tres gran-

    des de la motivacin se han ido formando a lo

    largo de la evolucin. As, hallamos formas se-

    mejantes en mamferos no humanos. Tambin

    en su caso todo gira en torno a poder, logro y

    aliacin. Tales motivos se consideran implci-

    tos, es decir, no siempre ligados a la conciencia,

    porque evolutivamente se hallan regidos por

    las partes ms antiguas del cerebro (previas a la

    adquisicin individual del habla). Estas reas ce-

    rebrales rigen, sobre todo, nuestras reacciones

    afectivas. Los motivos implcitos muestran un

    marcado tono emocional: el afn de poder va

    unido a la sensacin de fuerza, y el deseo de un

    logro lo est al orgullo.

    Combinacin complicadaLos psiclogos diferencian los motivos impl-

    citos de la autoimagen motivacional de una

    persona, es decir, de sus motivos explcitos. En

    el interior van sedimentndose inuencias so-

    ciales, en particular apreciaciones, valoraciones

    y deseos de personas referenciales importantes,

    as como normas culturales, seala Falko Rhein-

    berg, de la Universidad de Postdam y psiclogo

    de la motivacin. Los motivos explcitos resultan

    de una compleja mezcla de expectativas ajenas,

    intenciones estratgicas y deseos propios. Suelen

    estar relacionados tambin con el logro, el poder

    y las relaciones interpersonales. Pese a esta va-

    riedad, puede decirse que existen tres motivos

    bsicos fuertemente enraizados y un innito

    nmero de otros derivados de ellos.

    A la pregunta de cules son los objetivos que

    se trazan en la vida, la mayora de las personas

    responden: Para m, lo ms importante es el

    rendimiento. Quiero que mi vida sirva para

    algo. O bien: Vivo para mi familia. Su protec-

    cin y su cercana son especialmente impor-

    tantes para m. Con todo, debe comprobarse si

    las descripciones de los propios protagonistas

    se corresponden con la realidad. En 1992, el psi-

    clogo William D. Spangler, de la Universidad

    de Binghamton, en Nueva York, demostr en

    un metaanlisis que apenas exista correlacin

    entre los motivos implcitos y los explcitos: con

    frecuencia, aquello que creemos querer no es lo

    que en nuestro interior nos mueve a actuar.

    Cmo perciben los investigadores aquello de

    lo que ni la propia persona es consciente? Cmo

    pueden estudiarse los autnticos deseos? Los

    psiclogos se sirven de dos mtodos. Por un lado,

    un procedimiento proyectivo el test de aper-

    cepcin temtica (TAT), y por otro, las pruebas

    basadas en la preparacin (priming).

    En el TAT se presentan al probando imgenes

    en las que aparecen personas en escenas coti-

    dianas. A partir de estas instantneas, el sujeto

    debe inventar historias. La cuestin clave en esta

    prueba consiste en saber qu signicado atri-

    buye el sujeto a la escena: destaca la relacin

    entre los personajes que aparecen en la imagen

    como argumento principal o, por el contario,

    incide ms en aspectos como la competencia y

    los logros? De hecho, las imgenes admiten una

    doble interpretacin. (Por ejemplo, aparecen dos

    mujeres conversando en un laboratorio de qu-

    mica. Se trata de dos investigadoras con afn

    competitivo o ms bien de dos compaeras que

    mantienen una charla animada?)

    El TAT se asienta en la idea de que el proban-

    do observa de forma preferente aquellas per-

    sonas en las que puede proyectar sus propios

    pensamientos, sentimientos y preferencias. En

    dicho proceso inconsciente salen a la luz mo-

    tivos ocultos. Segn una revisin publicada en

    2001, el TAT resulta una buena herramienta

    informativa en materia de orientacin moti-

    vacional: personas que mostraron en el test una

    gran motivacin por el poder, aos despus ex-

    perimentaron ms ascensos en sus respectivas

    empresas que quienes presentaron un escaso

    afn de poder.

    En 2005, el psiclogo Joachim Brunstein, de la

    Universidad de Giessen, comprob que mediante

    la experimentacin pueden separarse los aspec-

    tos conscientes de los inconscientes en la psico-

    loga de la motivacin. Para ello, el investigador

    diferenci en un estudio a los probandos que,

    en una encuesta previa, se autodenan como

    muy motivados para obtener logros (forma ex-

    plcita), de aquellos sujetos que reejaban tal

    motivacin a travs del TAT (forma implcita).

    Ambos grupos completaron un test de concen-

    GLOSARIOTendencia de aproxi-macin y evitacinSe reere a las conductas

    bsicas del ser humano:

    o bien van dirigidas a con-

    seguir objetivos deseables

    (actitud activa) o bien a evi-

    tar prdida y dao (actitud

    pasiva).

    Los tres grandesSegn el modelo de los

    psiclogos David McClelland

    y John Atkinson, al ser

    humano le impulsan a actuar

    tres necesidades bsicas

    creadas a lo largo de la

    evolucin, a saber, el logro,

    el poder y la aliacin.

    Motivos implcitos y explcitosConceptos tambin introdu-

    cidos por David McClelland.

    Se reere a la diferencia

    entre los motivos incons-

    cientes y los conscientes que

    aparecen en los objetivos

    que se marca una persona.

    Motivacin intrnseca y extrnsecaActos motivados por propia

    iniciativa, en contraposicin

    con aquellos que persiguen

    un motivo exterior (un elo-

    gio, una recompensa...).

    PersistenciaConstancia en la conse-

    cucin de los objetivos

    personales. Incluye una

    actitud optimista, impertur-

    bable y tolerante frente a las

    adversidades.

  • MENTE Y CEREBRO 52 / 2012 13

    tracin en el que, entre fase y fase, se apuntaban

    a los participantes repercusiones individuales

    (Su rendimiento ha empeorado) o grupa-

    les (El 60 por ciento de los participantes son

    mejores que usted). Resultado? Las personas

    motivadas de manera implcita hacia los logros

    obtenan una puntuacin superior cuando se

    las retroalimentaba de forma individual ello

    les estimulaba, mientras que en los probandos

    motivados de forma explcita tena un mayor

    signicado la referencia social: el reconocimien-

    to de sus logros dentro del grupo les impulsaba

    a conseguir nuevos objetivos.

    Activacin de objetivos inconscientesUn segundo mtodo para valorar las motivacio-

    nes inconscientes es la preparacion o priming

    (del verbo ingls to prime, preparar). Dicha tc-

    nica es capaz de activar los objetivos que guarda

    el inconsciente [vase Estimulos subliminales,

    por Christoph Uhlhaas; MENTE Y CEREBRO, n.o 41].

    En un estudio de 2009, el investigador Gary Lath-

    man, de la Universidad de Toronto, mostr a los

    participantes la imagen de una conocida atleta

    en los 5000 metros lisos. Ello elev, de manera

    inconsciente, la disposicin de los probandos

    a mejorar sus logros. En un test de creatividad

    posterior, aquellos que haban visto la fotografa

    obtenan una mejor puntuacin que los inte-

    grantes del grupo de control. Similar resultado

    se comprob en trabajadores de un centro de

    atencin de llamadas: los empleados que haban

    visto la fotografa de la atleta triunfadora consi-

    guieron recabar mayor cantidad de dinero para

    una donacin telefnica.

    El efecto priming se ha estudiado con profu-

    sin. Las personas a las que en una fase previa

    se les ha presentado la imagen de una biblioteca

    tienden a hablar en voz baja; la simple lectura de

    los pronombres yo o m conlleva una orien-

    tacin hacia la competitividad; es suciente dejar

    un maletn de ejecutivo en algn lugar del aula

    de experimentacin para incrementar la moti-

    vacin hacia el logro de los probandos.

    En opinin del psiclogo John A. Bargh, de la

    Universidad de Yale, en New Haven, los estmu-

    los registrados de forma inconsciente ejercen

    una gran inuencia sobre el pensamiento y el

    comportamiento, que resulta tan potente como

    las decisiones conscientes. En lugar de requerir

    a las personas a guardar silencio con un categ-

    rico: Bajen la voz!, se les puede estimular

    de manera igual de ecaz mostrndoles foto-

    grafas de algn lugar que sugiera tranquilidad

    y sosiego.

    La diferenciacin entre motivacin explci-

    ta e implcita aparece por primera vez con el

    psiclogo David McClelland (1917-1998). Su pro-

    puesta ayudaba a explicar fenmenos de la vida

    cotidiana. Quin no ha experimentado alguna

    vez la situacin de querer conseguir alguna cosa

    como sea, pero luego, una vez alcanzada, le pa-

    rece balad? Cuando la realizacin de un sueo

    perseguido desde hace tiempo no produce satis-

    faccin, existe una explicacin fcil, indica Falko

    Rheinberg: se ha logrado algo que en realidad, a

    modo personal, no se quera conseguir.

    No somos, ni mucho menos, siempre cons-

    cientes de los motivos que dirigen nuestro

    comportamiento, tal como ha comprobado

    el equipo de psiclogos dirigido por Peter M.

    Gollwitzer. Estos investigadores activaron, me-

    diante el mtodo de preparacin, el deseo de

    colaborar con otros individuos en un grupo

    de probandos. Los participantes tuvieron que

    leer una lista de palabras relacionadas con el

    concepto cooperacin. Sin saber por qu, du-

    rante aquel da, los probandos mostraron una

    mayor disposicin a colaborar con otras perso-

    nas que los participantes del grupo de control.

    Incluso en un juego virtual prestaban mayor

    PANORAMA SEDUCTOR?

    El dinero apenas seduce a las

    personas que experimentan una

    motivacin intrnseca, es decir,

    aquellas que por iniciativa pro-

    pia se esfuerzan en conseguir

    grandes logros. Algunos investi-

    gadores aseguran que la recom-

    pensa afecta negativamente su

    propio esfuerzo.G

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  • 14 MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

    Cada persona tiene unos objetivos, pero la motivacin para

    conseguirlos es diferente para cada cual. Cmo se explica?

    Aqu actan en su conjunto educacin, ambiente y personalidad.

    La norma general indica que debe tenerse constancia, seguir

    siempre esforzndose, incluso cuando se presentan contrarieda-

    des. Ya desde pequeos, cuando empezamos a caminar, apren-

    demos a levantarnos cada vez que nos caemos.

    Un consejo adecuado, no le parece?

    Naturalmente es bueno tener un objetivo vinculante, el llamado

    compromiso. Una vez trazados los planes, ello ayuda a no

    abandonarlos de forma prematura. Por esta razn podemos

    trazarnos objetivos a largo plazo y trabajar sin interrupcin

    para conseguirlos. Los objetivos orientan y dan sentido. Pero

    nos diferenciamos unos de otros en la manera de intentar con-

    seguirlos: algunas personas van perlando sus proyectos du-

    rante mucho tiempo, otras lo hacen sin darle grandes vueltas.

    Asimismo, ante las contrariedades existen grandes diferencias

    de unas personas a otras.

    Supone un problema la falta de perseverancia?

    S. Tanto los directivos de empresa como los maestros o los

    padres se quejan con frecuencia de la falta de motivacin de

    sus protegidos. Por suerte, esta situacin puede prevenirse. Se

    trata de plantearse mentalmente la forma de llevar a cabo las

    actuaciones encaminadas a conseguir un objetivo; desglosar el

    objetivo principal en pequeas y realistas metas, y no dejarse

    amilanar ante los fracasos.

    No nos empecinamos, a veces durante demasiado tiempo,

    en un objetivo profesional o privado?

    La constancia es un factor importante para el xito. Al mismo

    tiempo, nos capacita para evitar esfuerzos innecesarios renun-

    ciando a objetivos no realistas. Quien se empecina demasiado

    tiempo en conseguir lo inalcanzable tiene dos inconvenientes:

    por un lado, sufre el malestar general propio que ello supone

    y que puede llegar a provocar un trastorno psicosomtico; por

    otro, va desapareciendo la atencin que se presta al problemtico

    objetivo. Ello diculta la posibilidad de orientarse de nuevo y la

    bsqueda de alternativas.

    Cules son, en su opinin, las aportaciones ms importantes

    en el estudio de la motivacin?

    Primero, que existen dos sistemas independientes de motiva-

    cin: uno consciente, explcito, y otro inconsciente, implcito. Si

    son demasiado divergentes, pueden originarse tensiones psqui-

    cas. En segundo lugar, que la motivacin tiene mucho que ver

    con la regulacin de los sentimientos. Solo quien mantenga a

    Los objetivos orientanSe puede fortalecer la propia motivacin? Veronika Brandsttter, psicloga de la motivacin de la

    Universidad de Zrich, opina que s: trazarse objetivos realistas, planearse mentalmente el camino

    para alcanzarlos y tomar los fracasos como retos es la solucin

    ENTREVISTA

    atencin en no agotar los recursos (peces) de

    un lago antes de tiempo.

    Los psiclogos de la motivacin distinguen

    otros dos tipos de objetivos: los que uno de-

    sea alcanzar (de aproximacin) y los que desea

    evitar (de evitacin). Los primeros poseen una

    carga positiva: un msico aspira a tocar algn

    da en el Carnegie Hall; un estudiante de medi-

    cina suea con abrir una esplndida consulta;

    un corredor de maratn piensa en batir su pro-

    pio rcord. Tales metas, que pueden lograrse de

    manera activa, desencadenan pensamientos y

    fantasas positivas. Por el contrario, en los ob-

    jetivos de evitacin aparece la huida de aque-

    llo negativo en primer plano: no se quiere caer

    enfermo; no se quiere ser pobre; no se quiere

    experimentar una frustracin ni una derrota...

    En opinin de Natalie Ebner, psicloga e inves-

    tigadora en la Universidad de Yale, en la juventud

    dominan los objetivos de aproximacin, mien-

    tras que en edades avanzadas se anteponen los

    de evitacin. La edad resulta decisiva a la hora de

    determinar qu motivos rigen los actos. Cuanto

    ms tiempo se tiene todava por delante, ms

    motivado se est para trazarse objetivos a largo

    plazo. A medida que se acerca el nal de la vida, se

    estrecha el horizonte de objetivos: predomina

    el rechazo a la enfermedad y a la muerte.

    La motivacin para trazarse uno u otro ob-

    jetivo va unida a las fantasas. Anticipamos

  • MENTE Y CEREBRO 52 / 2012 15

    raya emociones negativas, como el nerviosismo, la preocupacin

    o el pesimismo, est en condiciones de aspirar a altos objetivos.

    Tercero, que las personas deben aprender a trazarse objetivos y,

    dado el caso, tambin a abandonarlos. El abandono a tiempo es

    importante no solo en la vejez, cuando van vindose cerradas

    muchas ventanas de oportunidades.

    Cmo inuye el inconsciente en las motivaciones?

    Andrew Eliot y su equipo de la Universidad de Rochester han

    realizado amplios estudios al respecto. Demostraron que deter-

    minados estmulos pueden desencadenar de manera inconscien-

    te conductas de rechazo. El experimento consisti en someter

    a los participantes a un test de inteligencia. A cada participante

    se le adjudic un nmero: o el uno o el seis. Adems se entreg

    a cada probando una hoja donde se le informaba del curso de

    la prueba. Descubrimos que si la hoja informativa era de papel

    rojo o la persona en cuestin tena el nmero seis, el resultado

    del test era peor. Ello sugiere que existen seales condicionadas

    socialmente como el color rojo que favorecen el fracaso.

    Los profesores utilizan el color rojo para corregir los ejercicios

    y exmenes; el nmero seis indica en Alemania un suspenso.

    Una preparacin (priming) de este tipo puede inuir en nuestra

    conducta sin que nos demos cuenta.

    Logro, poder, aliacin. Poseen los tres grandes de la mo-

    tivacin el mismo valor que los cinco grandes de la perso-

    nalidad?

    Nuestros actos pueden reconocer otros motivos, entre ellos, las

    necesidades estticas. Los tres grandes, sin embargo, cuentan

    con una base biolgica; pueden considerarse congnitos. Se en-

    cuentran en casi todos los catlogos de motivos propuestos

    por los psiclogos a lo largo de los aos.

    Entrevista realizada por Nikolas Westerhoff.

    VERONIKA BRANDSTTTERQ Naci en Mnich en 1963.Q Estudi psicologa en la Universidad Ludwig Maximilian de Mnich.Q Desde 2003 es profesora de psicologa general en la Universidad

    de Zrich.Q Su principal tema de investigacin es la constancia y el abandono

    de objetivos.

    HEN

    RI G

    OSS

    WEI

    LER

    en nuestra mente los deseos soados (dirigir

    algn da con xito una empresa propia o ser

    padre de tres hijos). En 2002 la psicloga Gabrie-

    le Oettingen, de la Universidad de Hamburgo,

    demostr que estas fantasas suelen reforzar la

    motivacin. En todo caso quien solo se centra

    en los deseos soados se esfuerza menos por

    conseguirlos que quien considera los aspectos

    positivos, pero tambin los negativos.

    No importa si se trata de terminar una carrera

    universitaria, de prosperar en la profesin o de

    conseguir una relacin amorosa, la elaboracin

    mental del objetivo nos liga psicolgicamente.

    Sin embargo, un planteamiento demasiado

    idealizado tiene el efecto de la desmotivacin.

    Una posible explicacin de ello es que induce la

    idea de que el objetivo ya casi se ha alcanzado.

    Quien cada noche suea en la cama con llegar

    a ser el jefe de una clnica y conducir su propio

    Ferrari se contentar, lo ms probable, con las

    meras fantasas.

    Objetivos claros y ambiciososLa accin motivada cumple dos condiciones: por

    una parte, un fuerte vnculo con el objetivo; por

    otra, una conciencia de los riesgos y peligros que

    acechan hasta alcanzar la meta marcada. Con

    frecuencia algunos objetivos resultan atractivos,

    precisamente, por los obstculos que deben sal-

    varse para conseguirlos. Cuanto ms difcil sea

  • 16 MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

    conseguir y ms concreto est formulado un

    objetivo, tanto mayor resultar la motivacin

    para alcanzarlo. Existen mltiples estudios que

    conrman este postulado de la teora del tra-

    zado de objetivos. En general, dichos estudios

    demuestran que la motivacin se halla condicio-

    nada por objetivos claros y elevados.

    En general, las personas obtienen mejores

    logros cuando actan por iniciativa propia. Los

    psiclogos hablan de motivacin intrnseca

    en contraposicin con la extrnseca de origen

    exterior.

    Actuar siguiendo una motivacin intrnseca

    signica ser libre y tener capacidad de tomar

    decisiones por uno mismo, segn estima la

    creencia popular. En el estado de ujo (estado

    en el que el individuo se encuentra absorto en

    una actividad para su propio placer y disfrute),

    la persona est por completo a merced de sus

    propios actos. Para que funcione, ha de ser es-

    timulado, mas no en exceso. Por el contrario, en

    la motivacin extrnseca, lo importante no es

    aquello que se hace, sino las consecuencias que

    de ello se derivan, la ganancia que con ello se

    obtiene (ya sea en forma de dinero, de alabanzas

    o de ascensos).

    No obstante, no resulta sencillo delimitar las

    fronteras entre lo extrnseco y lo intrnseco a

    travs de la satisfaccin por la accin. Si bien

    solemos considerar el trabajo como una penosa

    obligacin a cambio de un salario, numerosos

    estudios hablan a favor de que el estado de u-

    jo en el empleo no es ninguna rareza. Con otras

    palabras, tambin la confeccin de una lista de

    motivaciones puede llevar a experimentar el

    ujo. El psiclogo Stefan Engeser, de la Uni-

    versidad Tcnica de Mnich, en un estudio pu-

    blicado en 2005, demostr que, con frecuencia,

    aprender vocablos o frmulas desencadena un

    estado de uidez.

    Ya Aristteles consider que no est en con-

    traposicin el placer inherente a una actividad

    (la satisfaccin que forma parte esencial de su

    ejecucin) con el placer que procede del exterior.

    Ambos son complementarios y se fortalecen

    mutuamente.

    Pero la investigacin psicolgica demuestra

    que, a menudo, los motivos intrnsecos y ex-

    trnsecos se contraponen. A mediados de los

    aos setenta del siglo XX, el psiclogo Edward

    L. Deci, de la Universidad de Rochester, encon-

    tr que cuando un nio se muestra motivado

    por iniciativa propia, una recompensa puede

    resultar contraproducente. En su experimento,

    Deci premi a los nios de la investigacin por

    llevar a cabo ciertas actividades (como resolver

    un puzzle), que antes haban desarrollado de

    forma espontnea, sin recibir una recompensa

    a cambio. Si se continuaba graticando a los pe-

    queos con el innecesario premio, estos perdan

    el inters por el juego.

    Segn Deci, la recompensa quita a los nios

    la motivacin intrnseca (fenmeno que ms

    tarde se ha denominado costo oculto de la re-

    compensa). Estmulos externos tales como la

    alabanza o el dinero perjudican a las personas

    que ya estaban motivadas por s mismas. Sin

    embargo, Falko Rheinberg cree que dicho efecto

    es bastante ms dbil de lo que se cree en gene-

    ral. Solo cuando la actividad resulta atractiva

    desde un buen principio y la recompensa no

    depende de los resultados puede observarse un

    ligero efecto corruptivo. El propio Deci consi-

    dera hoy que entre la motivacin externa y la

    propia no existe una contraposicin tan grande

    como la que se pensaba. Estmulos de origen ex-

    Algunos investigadores reconocen las fuentes naturales de la motivacin

    humana en la ampliacin de las propias capacidades. Las situaciones nove-

    dosas albergan oportunidades as como peligros; por ello, a lo largo de la

    evolucin, se han desarrollado dos sistemas antagnicos de motivacin:

    la curiosidad y el temor. El psiclogo Clemens Trudewind, de la Universidad

    de Bochum, ha investigado las interacciones entre ambos. Encontr que los

    nios curiosos y sin miedo solucionan mejor los problemas que aquellos

    que no son tan curiosos y se maniestan ms miedosos. Sin embargo, la

    curiosidad y el temor no representan una contraposicin: en los estudios de

    Trudewind, los nios muy temerosos, pero tambin muy curiosos, resolvan

    muy bien los problemas. En otras palabras, los supuestos motivos contra-

    puestos no tienen por qu excluirse mutuamente.

    Con objeto de estimular la motivacin de los alumnos, los pedagogos

    intentan despertar su inters por las disciplinas escolares. En 2007 apareci

    el Tercer estudio internacional de matemticas y ciencia (TIMSS, por sus

    siglas en ingls), segn el cual los factores inters y logro no guar-

    dan una estrecha relacin. Quien se muestra interesado en contemplar

    las estrellas, no por ello est dispuesto a estudiar con pasin la materia

    de astronoma.

    As pues cul es el mtodo ms efectivo para fortalecer la motivacin

    por aprender en la escuela? Segn Albert Ziegler, de la Universidad de

    Ulm, existen tres mtodos fundamentales: primero, los alumnos deberan

    considerarse a s mismos personas autodeterminadas. Ello se consigue me-

    diante un tratamiento conjunto de los objetivos escolares, por ejemplo. En

    segundo lugar, hay que tomar conciencia de las propias capacidades. En este

    mbito resultan importantes retroalimentaciones positivas y frecuentes. Y en

    tercer lugar, es bsico conferir al aprendizaje un marco social, por ejemplo,

    a travs del trabajo en grupo.

    Curiosidad y aprendizaje en la escuela

  • MENTE Y CEREBRO 52 / 2012 17

    trnseco pueden incorporarse a la propia escala

    de valores, con lo cual se interiorizan.

    La controversia contina. Mientras que el

    psiclogo Robert Eisenberger, en un amplio me-

    taanlisis, lleg en 1996 a la conclusin de que el

    efecto de corrupcin es un mito, parece ser que

    la revisin bibliogrca de Edward Deci y sus co-

    laboradores llega a la conclusin contraria. Segn

    Nicola Baumann, de la Universidad de Trveris,

    se han publicado un centenar de estudios que

    hablan a favor de que la recompensa econmica

    disminuye la motivacin intrnseca.

    Todo ello no deja de tener un aspecto poltico.

    Puede llegarse a la conclusin de que las per-

    sonas motivadas no necesitan recibir ninguna

    compensacin a cambio de sus acciones; ya dan

    lo mejor de s. Son los propios sujetos los que

    en determinadas circunstancias se muestran

    dispuestos a ser explotados. Por ejemplo, mu-

    chos internautas trabajan en la enciclopedia en

    lnea y abierta Wikipedia sin ser remunerados

    por ello. Es probable que una remuneracin

    superua tuviera para la comunidad Wiki un

    efecto corruptor, en el sentido de Deci.

    Cmo puede evitarse la prdida de motiva-

    cin? Entretanto, se han propuesto una multitud

    de prcticas para aumentar la motivacin de las

    personas. En el ncleo de todas ellas se encuen-

    tra la persistencia. Las personas orientadas

    hacia el xito son constantes y buscan tareas

    que les supongan un desafo, pero que no lle-

    guen a sobrecargarles.

    Sin embargo, la constancia por s sola no re-

    vela hasta qu punto un objetivo es correcto

    o adecuado ni si vale la pena seguir con l. El

    entusiasmo y la voluntad constantes pueden

    muy bien encaminarse hacia un callejn sin

    salida.

    La psicloga Kathrin Grtner entrevist a bi-

    logos altamente motivados cuyos experimentos,

    a pesar de realizarse con una meticulosidad es-

    crupulosa y de ser replicados con una pertinaz

    constancia, produjeron unos resultados contra-

    rios a la hiptesis planteada. Grtner comprob

    que los cientcos jvenes mantuvieron durante

    ms tiempo las hiptesis no demostradas que

    sus colaboradores ms experimentados.

    Si el director estimula a los trabajadores a no

    ceder, estos continan en el intento de manera

    infatigable. Los factores sociales hacen que las

    personas se aferren a objetivos problemticos.

    Una razn ms para prestar atencin a los mo-

    tivos interiores.

    Nikolas WesterhoffGURUKENQIQ[RGTKQFKUVCEKGPVEQ

    BIBLIOGRAFACOMPLEMENTARIA

    WHAT HAVE WE BEEN PRIMING

    ALL THESE YEARS? ON THE

    DEVELOPMENT, MECHANISMS,

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    THE MOTIVATING FUNCTION

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    FUTURE: EXPECTATIONS VER-

    SUS FANTASIES. G. Oettingen

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    ciencia

    blogreflexinopinina

    dilogoblo

    educacin

    historiappfilosofa

    investigacin

    Ciencia en primera persona

    www.investigacionyciencia.es/blogs

    universidad

    cuestionartica

    experimentoddti i

    2 0

    comunicacinoconocimiento

    SciLogsLUIS CARDONA PASCUALCiencia marina

    JOSHUA TRISTANCHO MARTNEZMisiones espaciales low-cost

    CRISTINA MANUEL HIDALGOFsica extica

    JOS MARA EIRN LPEZEvolucin molecular

    NGEL GARCIMARTN MONTEROFsica y sociedad

    Y MS...

    RAMN PASCUAL DE SANSFsica y universidad

    JORDI SOL CASALSTecnologa, ciencia y sociedad

    JOS MARA VALDERASDe la sinapsis a la conciencia

  • 18 MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

    Las dos caras del estrs La presin psquica puede acarrear olvidos, incluso lagunas en la memoria.

    Sin embargo, tambin puede favorecer la capacidad de memorizar

    MATHIAS V. SCHMIDT Y LARS SCHWABE

  • MENTE Y CEREBRO 52 / 2012 19

    Todava quedan cinco minutos antes de que arranque el tren. Mi taxi permanece para-do en el semforo en rojo; hay que conseguir

    pasar en este turno. No puedo llegar tarde de

    nuevo! Ah delante est la estacin. Por qu tiene

    que haber siempre tanta gente las vsperas de fes-

    tivos? Subo al andn corriendo a toda velocidad.

    El revisor da en ese preciso momento la seal de

    partida. El corazn me late a mil; tengo la frente

    perlada de gotas de sudor. Me hundo en el asiento

    del vagn. Una vez ms, lo he conseguido.

    Reconoce usted este tipo de situaciones? Ya

    sea por el apremio al que nos lleva la falta de

    tiempo, ya por la presin de la competencia, ya

    por las valoraciones crticas de los semejantes,

    el estrs forma parte de la rutina de la mayora

    de los seres humanos. Una reaccin, por otro

    lado, que activa un sistema biolgico muy pa-

    recido en todos los vertebrados. Protagonistas

    de este sistema son las hormonas adrenalina,

    noradrenalina y cortisol, las cuales desarrollan

    en el cuerpo efectos dirigidos, sobre todo, a

    responder ante situaciones agudas y difciles.

    Algunos de dichos efectos son la activacin del

    sistema cardiocirculatorio o la aceleracin de la

    respiracin. Aunque la inuencia del estrs va

    todava ms all: afecta tambin al aprendizaje

    y la memoria.

    Quiz guarde usted recuerdo de algn exa-

    men al que asisti en poca escolar o en la

    universidad. A pesar de que se haba prepara-

    do para la evaluacin durante horas y das, al

    salir de la prueba le invada un sentimiento de

    descontento: no haba podido recordar aquellos

    datos clave que, tras el examen, reotaron en

    su mente de manera casi espontnea. Por qu?

    Una posible razn sera la angustia que se siente

    durante la espera para la prueba de evaluacin.

    Segn diversos trabajos, el estrs puede perju-

    dicar la activacin de la memoria.

    En un experimento realizado en 2005 en la

    Universidad de Dsseldorf, Sabrina Kuhlmann,

    Marcel Piel y Oliver Wolf propusieron a una serie

    de voluntarios una situacin cticia; consista

    en solicitar empleo bajo presin. Poco despus,

    los probandos deban recordar palabras de con-

    tenido neutral y emocional que haban apren-

    dido el da anterior. El estrs antes del test de

    memoria provoc una clara merma de la capaci-

    dad memorstica para las palabras emocionales.

    Sin embargo, los probandos estresados recorda-

    ron los conceptos neutrales con el mismo buen

    resultado que aquellos que no haban pasado

    por la prueba previa de sobrecarga. Una expli-

    cacin de ello estriba en que el estrs afecta de D

    REA

    MST

    IME

    / C

    RIST

    I_M

    CABEZAS QUE ECHAN HUMO

    Los exmenes constituyen una

    situacin de estrs clsica. Estas

    circunstancias estresantes pue-

    den dejar la memoria en blanco.

  • 20 MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

    forma negativa la memoria cuando, de forma

    simultnea, se activa la amgdala, una estruc-

    tura cerebral importante para el procesamiento

    de las emociones.

    Provoca el estrs que una persona se torne

    olvidadiza? No. La presin psquica, en deter-

    minadas circunstancias, incluso puede mejorar

    la recuperacin de los recuerdos. De hecho, las

    experiencias emocionales, sean positivas o ne-

    gativas, permanecen adheridas a la memoria

    de forma extraordinariamente efectiva. Qu

    acontecimientos del ao pasado recuerda? Lo

    ms probable es que le venga a la memoria la

    vivencia de aquellas experiencias ms alegres,

    penosas o molestas.

    Larry Cahill y sus colaboradores, de la Uni-

    versidad de California en Irving, investigaron

    en 2003 si aumentaba la capacidad memorstica

    con la aplicacin de una situacin de estrs tras

    desarrollar una tarea de aprendizaje. En una pri-

    mera fase, se mostraba a los probandos una serie

    de imgenes neutrales y emocionales; a conti-

    nuacin, algunos voluntarios deban sumergir

    la mano en agua helada durante unos minu-

    tos, situacin que provoca estrs corporal. Una

    se mana ms tarde se llev a cabo el test de me-

    moria: aquellos probandos que, tras el apren-

    dizaje experimentaron la circunstancia estre-

    sante recordaban ms imgenes que aquellos

    a quienes se les haba ahorrado la experiencia

    desagradable. De nuevo se mostr que el estrs

    resulta ecaz solo en relacin con los estmulos

    emocionales.

    Las experiencias que ocasionan un trastorno

    de estrs postraumtico tienen consecuencias

    especialmente notables para la memoria. Este

    cuadro clnico se caracteriza por los recuerdos

    de la experiencia desagradable (un accidente o

    una violacin), los cuales se intrusan en la men-

    te del sujeto una y otra vez. Los investigadores

    suponen que tales recuerdos se hallan adheridos

    fuertemente a la memoria debido a que las hor-

    monas del estrs segregadas fuerzan su conso-

    lidacin, esto es, el anclaje de una experiencia

    en la memoria de larga duracin.

    Cmo pueden explicarse los efectos en apa-

    riencia contradictorios del estrs sobre la me-

    moria y la consolidacin de los recuerdos? El

    grupo de trabajo en torno a Marian Jols, de la

    Universidad de msterdam, propuso en 2006

    un modelo segn el cual debemos diferenciar

    dos fases: en un inicio, las hormonas y los neu-

    rotransmisores segregados como reaccin ante

    la presin psquica fuerzan la atencin, lo cual

    favorece el proceso de aprendizaje. Sin embargo,

    transcurrido un cierto tiempo, la hormona corti-

    sol diculta el procesamiento de informaciones

    que no dependen del suceso generador de estrs.

    Este blindaje, al desconectar todo tipo de dis-

    traccin, podra reforzar la consolidacin de los

    recuerdos relevantes.

    Examen en modo blindajeAcorde con lo dicho, deberamos recordar de

    manera ntida situaciones como la referente a

    las prisas por llegar a la estacin, descrita al co-

    mienzo del artculo. Los efectos del estrs que

    potencian el aprendizaje tambin explicaran

    la relacin entre el aprendizaje y la presin que

    se deriva de l. En cambio, durante un examen,

    RESUMEN

    Estrs, aprendizaje y memoria

    1El estrs puede redu-cir las capacidades de aprendizaje y memoria.

    Ello acontece sobre todo

    cuando los agentes es-

    tresantes no tienen nada

    que ver con la situacin

    de aprendizaje.

    2Las experiencias que provocan que nuestro cuerpo se conmocione

    se adhieren de forma

    inmediata en la memo-

    ria. En ese caso, el estrs

    estimula la capacidad de

    aprendizaje.

    3Las hormonas del estrs (adrenalina, noradrenalina y cortisol )

    fuerzan cambios estruc-

    turales en las neuronas y,

    con ello, la capacidad de

    memorizar.

    1. D

    E: S

    CH

    WA

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    , 20

    09

    TEST DE LA ESTRATEGIA DE APRENDIZAJE

    En este experimento, deban aprender dn-

    de se encontraba, de entre cuatro cartas

    encima de la mesa, la carta ganadora.

    Los voluntarios estresados recordaban el

    lugar del naipe especial sirvindose de

    marcadores de posicin individuales (la

    maceta). Los participantes relajados, en

    cambio, preferan orientarse por el aspecto

    general de la habitacin.

  • MENTE Y CEREBRO 52 / 2012 21

    Si caemos en una situacin supuestamente amenazante, envia-

    mos al hipotlamo una seal de alarma. La seal de emergen-

    cia corre por bras del sistema nervioso simptico hasta llegar

    a la mdula de las glndulas suprarrenales. Estas segregan las

    hormonas del estrs adrenalina y noradrenalina, las cuales,

    en un santiamn, preparan a nuestro cuerpo para la lucha o

    la huida: se movilizan las reservas de energa; aumentan la

    presin sangunea y la frecuencia cardaca para proporcionar

    a la musculatura una mayor cantidad de materias alimenti-

    cias; la respiracin se torna ms rpida, de forma que llegue

    ms oxgeno al cerebro, y se liberan sustancias que reducen

    nuestra sensibilidad al dolor y otras que minimizan la prdida

    de sangre ante la posibilidad de que se produzcan heridas.

    Junto a esa rpida tropa de intervencin en torno a la

    adrenalina y a la noradrenalina, la activacin del hipotla-

    mo llama a un segundo equipo de defensa hormonal que se

    pone en marcha de forma ms retardada: el eje hipotlamo-

    hipsis-corteza suprarrenal. La hormona liberadora de cor-

    ticotropina (HLC), formada en el hipotlamo, pasa por una

    red capilar sangunea especial a la hipsis, una glndula

    hormonal del tamao de una almendra que se localiza en

    la base del crneo a la altura de la nariz. All, dicha hormona

    efecta la liberacin de una segunda: la hormona adreno-

    corticotropa (HACT). Esta ltima pasa al torrente sanguneo

    y llega a la corteza suprarrenal donde origina la liberacin

    de cortisol, la hormona del estrs ms importante en el ser

    humano.

    El cortisol refuerza el efecto de la adrenalina y de la no-

    radrenalina, pero tambin inicia la vuelta al estado normal:

    amortigua las reacciones primarias de estrs, de inamacin

    y de inmunidad, transforma la materia alimenticia asimilada

    en grasa y en glucgeno, y repone los depsitos de energa

    vaciados.

    Ambas lneas de defensa colaboran de manera coordinada

    en la adaptacin ante situaciones agudas de estrs. Tambin

    nos preparan para situaciones futuras semejantes, entre otras

    formas, mediante la elaboracin del recuerdo de la experien-

    cia acontecida.

    Los dos sistemas de manejo del estrs

    Adrenalina,noradrenalina

    Hipotlamo

    Sistemanerviososimptico

    Hipsis

    HACT

    Adrenalina,noradrenalina Cortisol Cortisol

    HLC

    Vasosanguneo

    Tronco cerebral

    Reaccinde estrs

    rpida

    Reaccinde estrs

    lenta

    Glndulassuprarrenales

    GEH

    IRN

    & G

    EIST

    / A

    RT F

    OR

    SCIE

    NC

    E

  • 22 MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

    la capacidad de recuerdo se diculta porque

    nuestro sistema de estrs ya lleva varias horas

    activado debido a la ansiedad de espera, por lo

    que se encuentra ya en modo blindaje.

    El estrs inuye no solo en cunta informa-

    cin mantenemos en la cabeza, sino tambin en

    qu contenido conservamos. Nuestra memoria

    se divide en subsistemas que se diferencian en-

    tre s, sea por su funcin, sea por las estructuras

    cerebrales que los componen. Dicho de forma

    metafrica: lejos de que nuestra memoria se ase-

    meje a un gran armario ropero en el que tienen

    cabida todas las experiencias y aprendizajes, la

    memoria se compone de una variedad de pe-

    queos armarios ubicados en sitios diferentes

    de la habitacin (el cerebro), cada uno con un

    contenido especco.

    Recuerdos resistentes al estrsAlgunos de estos subdepartamentos, caso de la

    memoria episdica, la cual pone a nuestra dis-

    posicin recuerdos autobiogrcos [vase rase

    una vez maana, por Thomas Grte; MENTE Y

    CEREBRO, n.o 37], resultan muy sensibles al estrs.

    Por el contrario, la memoria de procedimiento,

    es decir, para las capacidades prcticas (ir en bi-

    cicleta o escribir a mquina), apenas sufren su

    inuencia. Los distintos sistemas de memoria

    trabajan de forma paralela; incluso pueden en-

    trar en competencia entre s. El estrs determina

    el sistema que recibe preeminencia.

    En 2007, en la Universidad de Trier, provo-

    camos una situacin de tensin a una serie de

    voluntarios por medio del estandarizado Test

    Social de Trier, con el n de comprobar el efec-

    to del estrs en las estrategias de aprendizaje.

    Los probandos deban dar una conferencia en

    pblico sin haberla podido preparar previamen-

    te; a continuacin se les peda que ejecutaran

    ejercicios de clculo mental. Por ltimo, lleva-

    ban a cabo la tarea de aprendizaje propiamente

    dicha: presentbamos a los participantes doce

    veces, una tras otra, una mesa sobre la que se

    encontraban cuatro cartas ocultas. De estas de-

    ban elegir una carta especial, la ganadora. La

    probabilidad de elegirla era, por tanto, de una

    entre cuatro. Por cada eleccin correcta, los vo-

    luntarios reciban 50 cntimos. Los probandos

    desconocan que la carta ganadora se encontra-

    ba siempre en el mismo lugar: justo al lado de

    una maceta situada sobre la mesa.

    Al principio de la prueba, los sujetos solo

    acertaban de casualidad la carta ganadora. No

    obstante, tras cada nueva mano, buscaban pistas

    que les pudieran indicar dnde se hallaba esa

    La mayora de los experimentos sobre la inuencia del estrs en el apren-

    dizaje y en la memoria se han llevado a cabo con mridos. Se consideran

    clsicos los ensayos realizados por el psiclogo experimental Burrhus Frederic

    Skinner (1904-1990), quien ense a sus animales de experimentacin a

    apretar un botn ante una determinada seal (el encendido de una lm-

    para) para recibir una recompensa en forma de alimento. Con la caja de

    Skinner poda medirse el efecto de factores externos (el estrs) sobre los

    procesos de memoria.

    Otros experimentos se basan en estmulos disuasorios. Con frecuencia se

    utiliza el laberinto acutico, desarrollado en 1984 por Richard Morris, de la

    Universidad escocesa de St. Andrews. Dicho laberinto permite determinar

    el aprendizaje espacial. Se trata de una pileta grande y redonda llena de

    agua teida de blanco. Justo debajo del nivel del lquido se esconde una

    pequea plataforma que los roedores no pueden ver. En cuanto el ratn

    trepa a la plataforma sumergida, se libera de la humedad desagradable

    y fra del agua.

    La motivacin del roedor parece, pues, clara: cuanto antes encuentre la

    isla de salvacin, tanto ms rpido saldr del agua. Los animales pueden

    orientarse con la ayuda de marcas en la pileta del agua y en su entorno

    cercano. La primera vez, los mridos encuentran la plataforma por casuali-

    dad. Al repetir la prueba aprenden con rapidez dnde se halla el soporte y

    nadan sin rodeos hasta l. Mediante variaciones en la longitud del intervalo

    temporal entre los experimentos puede comprobarse la memoria espacial

    de corta y larga duracin.

    (Developments of a water-maze procedure for studying spatial learning in the rat.

    R. Morris, en Journal of Neuroscience Methods, vol. 11, n.o 1, pgs. 47-60, 1984.)

    Cmo aprende el ratn?G

    EHIR

    N &

    GEI

    ST /

    BUSK

    E-G

    RA

    FIK

  • MENTE Y CEREBRO 52 / 2012 23

    GLOSARIOAdrenalina

    Hormona producida por

    la mdula suprarrenal que

    pone al cuerpo en estado

    de alarma.

    Cortisol

    Hormona producida por la

    corteza suprarrenal. Lleva

    a la descomposicin de las

    protenas y eleva el nivel de

    glucemia.

    TRMf

    Tomografa por resonancia

    magntica funcional. Se

    trata de un procedimiento

    de neuroimagen que mide

    los cambios en la circulacin

    sangunea cerebral, los cua-

    les se producen a la par que

    la actividad neuronal.

    vez. Con ese objetivo, pusieron en prctica dos

    estrategias: o bien se orientaban por las relacio-

    nes entre los objetos de la habitacin (la puer-

    ta, la ventana, un cuadro colgado en la pared o

    una silla situada en un rincn); o bien aprendan

    que la carta ganadora se encontraba al lado de

    la planta, con lo que construan una relacin

    estmulo-respuesta.

    Para saber la estrategia que segua cada uno

    de ellos tan solo haba que cambiar la maceta de

    lugar. Si los probandos elegan la carta donde

    previamente haba estado la carta ganadora, co-

    legamos que se haban orientado por los rasgos

    espaciales (los objetos de la habitacin). Pero si

    sealaban la carta situada junto a la nueva po-

    sicin de la planta, inferamos que utilizaban la

    estrategia de estmulo-respuesta. El resultado

    al que llegamos fue el siguiente: algunos de los

    voluntarios no estresados se decantaban por la

    estrategia espacial, ms exigente pero tambin

    ms segura. En cambio, los probandos estre-

    sados se inclinaban casi todos por la relacin,

    quiz ms simple, de estmulo-respuesta.

    Flexibilidad reducidaEstos resultados, junto con los datos de otras

    investigaciones, muestran que los cambios del

    sistema de memoria condicionados por el estrs

    reducen la exibilidad del conocimiento adqui-

    rido; se diculta as el paso a una nueva situa-

    cin. Si bajo estrs memorizamos solo que en la

    estacin de tren la segunda salida a la derecha

    conduce al andn, tal conocimiento apenas nos

    servir de ayuda en caso de que nos encontre-

    mos con la entrada principal cerrada por obras,

    por lo que no nos quede ms remedio que entrar

    al edicio por otro acceso.

    En 2009 constatamos en Bochum la hiptesis

    de que el estrs simplica el comportamiento

    de aprendizaje a costa de la exibilidad. Solici-

    tamos a la mitad de nuestros voluntarios que

    introdujeran varias veces la mano en agua he-

    lada; a los miembros del grupo de control se les

    aplic la misma orden, pero con agua templada.

    A continuacin, se les ofreci a los probandos la

    posibilidad de beber cacao o zumo de naranja,

    productos a elegir con el clic sobre uno de los

    smbolos que aparecan en una pantalla de or-

    denador. Con rapidez, los voluntarios compren-

    dieron qu smbolo corresponda a qu bebida.

    Una vez saciada la sed, ofrecimos algo de

    comer a los participantes: podan elegir entre

    pudding de chocolate y naranjas. Tal y como

    esperbamos, los sujetos del grupo de control

    evitaron en esta fase del experimento el cacao

    o el zumo de naranja; en cambio, el caso de los

    estresados fue distinto. Pese a que manifesta-

    ron no desear ms bebida, clicaron de nuevo el

    smbolo digital correspondiente. De hecho, se

    haban vuelto vctimas de la costumbre: el es-

    trs de estos probandos haba puesto en marcha

    el piloto automtico. Desde el punto de vista

    evolutivo, este fenmeno de automatismo

    tiene sus ventajas, ya que permite al cerebro

    concentrarse en aquello importante en situa-

    ciones de estrs.

    Qu procesos se esconden en la base de es-

    tas estrategias de aprendizaje? Las tcnicas de

    neuroimagen, como la tomografa por resonan-

    cia magntica funcional (TRMf), posibilitan la

    asignacin de reas cerebrales a procesos cog-

    nitivos, aunque no permiten todava responder

    a la pregunta sobre qu procesos moleculares

    intervienen. Para la investigacin de los efectos

    del estrs sobre la memoria, los cientcos deben

    recurrir a los animales de experimentacin.

    Puede investigarse realmente en animales

    las situaciones complejas relacionadas con la

    memoria humana? La respuesta es s. Los ani-

    males, al igual que los seres humanos, se ven

    forzados a memorizar lugares y sucesos. Dn-

    de encontr ayer comida? Dnde est mi nido?

    Qu lugares son peligrosos y conviene evitar?

    Un recuerdo dedigno en momentos emocional-

    mente estresantes resulta imprescindible para

    la supervivencia de los organismos que viven

    en libertad. Los rendimientos memorsticos de

    los animales de experimentacin pueden me-

    dirse a travs de diferentes metodologas, como

    el laberinto acutico. En l, los roedores deben

    recordar la posicin de una plataforma escon-

    dida bajo el agua.

    Los estudios de esa ndole han puesto de ma-

    niesto que los ratones y las ratas reaccionan

    al estrs igual que los humanos. Melly Oitzl y

    sus colaboradores de la Universidad de Leiden

    comprobaron en 1992 que los animales que ca-

    recan de un sistema de estrs aprendan peor.

    Las ratas que no podan producir corticostero-

    na (hormona del estrs equivalente al cortisol

    humano), debido a que les haban extirpado

    las glndulas suprarrenales, necesitaban ms

    tiempo para situar la plataforma en el laberinto

    acutico. El mismo efecto produca el bloqueo

    Para la investigacin de los efectos del estrs sobre la memoria, los cientcos recurren

    a los animales de experimentacin

  • 24 MENTE Y CEREBRO 52 / 2012

    farmacolgico de los receptores hormonales de

    la corticosterona en el cerebro. Por tanto, el ren-

    dimiento memorstico de los animales mejora

    bajo la inuencia de las hormonas del estrs.

    Mridos en el laberintoSin embargo, el estrs no relacionado y no aco-

    plado en el tiempo con la situacin de aprendi-

    zaje, disminuye la ecacia de la memoria, segn

    constataron David Diamond, de la Universidad

    de Florida del Sur en Tampa, y sus colaborado-

    res en 1996. Los investigadores haban ense-

    ado a unas ratas que siete de las calles de un

    laberinto formado por 14 pasadizos escondan

    comida.

    Una vez aprendida la leccin, comenz el ex-

    perimento. Los investigadores aguardaron a que

    los mridos devoraran cuatro de las siete golosi-

    nas escondidas, momento en el que decidieron

    alejar a los animales durante cuatro horas del

    laberinto experimental. Tras ese largo perodo

    de tiempo, podran recordar los roedores qu

    pasadizos haban visitado y cules albergaban

    todava una apetitosa recompensa? Solo los

    animales no estresados mantuvieron en la me-

    moria los tres lugares restantes donde haba co-

    mida. En cambio, si se estresaba a los animales

    antes de la prueba a base de colocarles en un

    entorno extrao, cometan ms errores en su

    bsqueda.

    El estrs incontrolable, es decir, el que no ori-

    gina la situacin de aprendizaje, puede inuir

    de forma negativa en la ecacia de la memo-

    ria. A menudo, este efecto alcanza tal extremo

    que las experiencias estresantes duraderas o

    intensas llegan a empeorar las capacidades

    cognitivas. Nuestro grupo de investigacin

    en el Instituto Max Planck de Psiquiatra en

    Mnich demostr en 2009 que los ratones que

    haban sido sometidos en su juventud a un es-

    trs crnico presentaban en la edad adulta un

    rendimiento memorstico peor que el de sus

    hermanos.

    Dnde se encuentra mi andn?La memoria se basa, a grandes rasgos, en enlaces

    estructurales entre clulas nerviosas: las sinap-

    sis. Un determinado estmulo (la visin de una

    estacin) desencadena una cascada de seales

    que lleva a la activacin de lo aprendido (Dn-

    de se halla mi andn?). Las hormonas del estrs

    intervienen en la modicacin de las sinapsis,

    de manera que inuyen en el rendimiento de

    la memoria.

    Por regla general se entiende que, al aprender,

    se refuerzan circuitos neuronales concretos. Ello

    permite que las seales elctricas de una neuro-

    na perteneciente a este circuito s