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4. ANTROPOGÉNESIS: EL PROCESO DE HUMANIZACIÓN

La hominización es el proceso a través del cual se consolida el hombre moderno; los cambios

biológicos que conducen desde el Australophitecus al género Homo (Habilis, Erectus y Sapiens)

darán origen a un tipo de realidad distinta de la materia orgánica: la Cultura, concepto que hay que entender como todo aquello que crean los distintos homínidos, desde el primer hacha de sílex, bífaces, descubrimiento del fuego hasta las pinturas rupestres de las cuevas, el enterramiento de los muertos, etc., hasta el último invento de nuestros días incluyendo las ideas y los objetos materiales. Con el hombre moderno se da un salto cualitativo en la

dimensión humana: aparece la realidad cultural. A este nuevo estado, que hace que el hombre

sea diverso del mundo animal, se le designa con el nombre de humanización. La siguiente

imagen plantea el proceso de antropogénesis:

Para entender este hecho es necesario enumerar algunos cambios anatómicos en el proceso de hominización:

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-Bipedismo: la existencia de la postura erguida se remonta a los australopithecos hace unos 4,6 millones de años lo cual se debe a la combinación de dos factores:

a) Factores externos (medioambientales): en amplias zonas de Africa se produce una sequía que ocasiona una disminución de los bosques y un aumento de la sabana. Los bosques empezaron a fragmentarse abriendo grandes claros y produciendo un mosaico de microsistemas, alternando desde la jungla hasta el monte bajo, desde los arbustos y frutales hasta las praderas y pastizales.

b) Factores internos (genéticos): algunos primates de las masas forestales sufrió algún tipo de mutación en su estructura genética (genotipo) cuya manifestación externa (fenotipo) fue la postura erguida. Este hecho supuso una ventaja adaptativa que posibilitó que estos homínidos pudiesen otear el horizonte, descubrir anticipadamente a sus depredadores, localizar agua y comida, etc.

-La liberación de la mano: la postura erguida tiene como ventaja principal que el individuo deje libre las extremidades superiores o las manos para emplearlas en otra cosa. Un rasgo esencial en la liberación de las manos fue que éstas desarrollaran el pulgar oponible lo cual convierte a las manos en un instrumento magníficamente diseñado para coger y manipular cosas.

Pero lo que hace a la mano aún más ventajosa es que no está diseñada para hacer nada concreto: puede agarrar una rama para subirse a un árbol, coger una piedra o un palo para ahuyentar a un enemigo, acariciar, golpear, enhebrar una aguja, tocar el piano, etc.

-Desarrollo del cerebro: las habilidades de la mano no pueden ser explicadas al margen de su relación con el cerebro, esto es, la posibilidad de manipular la naturaleza permite que el cerebro se haga más inteligente y creativo. Es ésta interrelación mano-cerebro lo que ha permitido que los primeros hominidos (homo habilis) elaboren instrumentos con los que se inicia el despegue cultural y, por tanto, el proceso de humanización. En la siguiente imagen se aprecia que el desarrollo del cerebro conlleva un consiguiente crecimiento de la capacidad craneal.

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Además, se va produciendo paulatinamente el crecimiento del cerebro y de la capacidad craneal, que supone que el hombre vaya diferenciándose del resto del mundo animal en un aspecto esencial: la capacidad del pensamiento reflexivo lo cual le proporciona una gran versatilidad y ventaja evolutiva decisiva.

El poseer un cerebro reflexivo y no guiado por los instintos como el resto de los animales es, en principio, una desventaja adaptativa dado que los instintos son los mecanismos que nos permiten saber lo que se tiene que hacer en cada circunstancia; en cambio, el cerebro al estar poco condicionado por los instintos requiere un período de aprendizaje, que en el caso del hombre actual es bastante largo.

Ahora bien, el tamaño del cerebro no está en relación con un aumento de la inteligencia, de ser así una ballena o un elefante tendrían más inteligencia que el hombre. Lo decisivo en este sentido es su estructura, es decir, el enorme desarrollo del neocortex (parte del cerebro encargada de la racionalización, el lenguaje, la inteligencia). Una mayor extensión de la corteza cerebral (facilitada por su aspecto arrugado) posibilita mayor número y complejidad en las conexiones neuronales.

-El acortamiento de la mandíbula y la dentadura no especializada. En el hombre la mandíbula se acorta y no se proyecta hacia fuera, los caninos se hacen pequeños y no hay separación entre los dientes. La dentadura hace un arco casi parabólico dando origen a una apertura bucal más amplia que permite un gran ensanchamiento del cráneo. Al igual que en otros órganos corporales también la mandíbula se pone de manifiesto la falta de especialización. Todo esto posibilita la creación del lenguaje.

-Es necesario destacar un elemento esencial que va a diferenciar al hombre de sus parientes más cercanos, los póngidos, de otras especies animales. El hecho que determina esta nueva realidad es la Neotenia. Para algunos antropólogos y biólogos como Stephen Jay Gould y Arnold Ghelen, en la aparición de la especie humana actual ha tenido un papel decisivo la neotenia. Este concepto viene a significar que el hombre es un animal inmaduro al nacer lo cual explica su carencia de instintos especializados y que conserve en estado adulto una serie de rasgos que en otros primates sólo se dan mientras aún son fetos o crías. El origen neoténico del hombre tiene las siguientes consecuencias:

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-Nacimiento prematuro e inmadurez biológica, que supone su dependencia del grupo de donde surge la tendencia a la vida social.

-Al nacer con un cerebro poco formado permite que el desarrollo de éste transcurra bajo la presión de la Cultura.

-El niño al nacer con pocos instintos tiene que ser educado en unas pautas de comportamiento que les son impuestas desde el aprendizaje.

-Posibilidad para aprender distintos idiomas.

-El hombre al ser humanizado mediante la Cultura carece de un medio ambiente propio, no tiene naturaleza tiene “Mundo” e “Historia”, es un ser-abierto que se proyecta hacia el futuro sin hallarse determinado por estímulos del ambiente, crea sus propias respuestas mediante la Cultura.

El ser humano no siempre ha tenido conciencia de su originalidad frente al resto de la especies; sólo en un determinado momento del largo proceso evolutivo (género homo) comienza a desvincularse de la Naturaleza y a convertirse en un animal específicamente diferente de los demás animales.

Los animales no tienen una percepción global de la realidad, su relación con la naturaleza viene determinada por su conducta instintiva, esto es, los animales responden ante determinados estímulos (movimiento, colores, olores, etc.) para adaptarse y sobrevivir en su medio viviendo en armonía con la Naturaleza. Decir todo esto supone afirmar que el animal carece de proyecto vital elegido libremente. En cambio, el hombre rompe con la armonía natural: su autoconciencia, su imaginación, el lenguaje y la razón posibilitan que se convierta en un animal cultural, y en este sentido se despega de la Naturaleza al no verse determinado por las estructuras instintivas que gobiernan la conducta animal.

El hombre, por lo tanto, no tiene Naturaleza o realidad dada sino Mundo el cual se hallará determinado por la Cultura; de este modo, la distribución del hombre a lo largo del planeta, liberándose de las ligaduras naturales, ha supuesto crear nuevas formas de relación con el medio que le rodea a través de la Cultura, desde la cual dota de sentido al mundo, trascendiendo la realidad puramente biológica.!

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