30957472 descartes tratado de las pasiones del alma

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  • 8/2/2019 30957472 Descartes Tratado de Las Pasiones Del Alma

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    PREFACIOADVERTENCIA DE UNO DE LOS AMIGOS DEL AurORH ABIENOOME sido enviado este libra por el sefior Descar-tes, con su perrniso para hacerlo imprimir y afiadirleel prefacio que quisiera, me he propuesto no haeer sinodar aqui las mismas cartas que antes le he escrito paraconseguirlo, tanto mas cuanto que estirno que hay en ellascosas de interes para el publico.

    Carta primeraal senor Descartes

    Senor:Me hubiera gustado veros en Paris este ultimo verano,pues pensaba que habriais venido con el proposito de de-teneros en ella, puesto que teniendo allf mas comodidadque en ninguna otra parte para realizar las experienciasde que habeis dicho tener necesidad para acabar el tratadoque habeis prornetido al publico, no dejartais de mantener

    vileslra proszess y }e vedamos prooto )mpfeSo. Pert> mehabeis quitado por completo esta alegria volviendo a Ho-Ianda : y no puedo dejar de deciros que estoy aun enfadadocontra vos por no haberme querido dejarme ver, antes departir, el tratado sobre las pasiones, que me han dicho quehabeis compuesto : ademas de que habiendo reflexionadosabre las palabras que lei en un prefaeio que haee dos afiosiba can Ia version francesa de vuestros Principios, en que,despues de haber hablado sucintamente de las partes dela Filosofia que deben min ser investigadas antes de reco-ger sus principales frutos, y haber dicho que no descon-fiabais tanto de vuesrras fuerzas que no os arrevierais aexplicarlas todas si tuvieseis la posibilidad de hacer laexperiencia para apoyar y justificar vuestros razonamien-tOS),. Aiiadis que '(para eso serfan precisos grandes gastos,

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    66 RENE DESCARTES TRATADO DE LAS PASIONES 67que no puede hacer un particular como vas, si no es ayu-dado par el publico; pero no viendo que pedals esperaresta ayuda, pensais que en adelante as debeis contentarcf.\'estudiar para vuestra instruccion particular; y que laposteridad os excusara si dejais desde ahara de trabajarpor ella; 1 temo que no sea ahara cuando de buen gradoqucrrais ofrecer al publica el resto de vuestras invencio-nes, y que no tendrernos nunca nada mas vuestro, si asdejamos seguir vuestra inclinacion. Lo que es causa de queme haya propuesto atonnentaros un poco can esta carta, Yde vengarme de que no me hayais dejado ver en Paris vues-tro tratado de las pasiones, reprochandoos francamente lanegligencia y otros defectos que yo pienso que as irnpidenhacer valer vuestro talento todo 10 que podeis, y a 10 quevuestro deber os obliga. En eiecto, no puedo creer que hayaalga mas que vuestra negligencia, y el poco cuidado que te-neis en ser util al resto de los hombres, que impida que con-tinueis vuestra fisica. Porque, aunque comprendo muy bienque es imposible acabarla si no realizais varias experien-cias, y que estas experiencias deben ser hechas a expen-sas del publico, par la utilidad que le proporcionara, y quelos bienes de un particular no pueden bas tar para ello : nocreo, sin embargo, que sea esto 10 que as detj ene, porque nodejariais de obtener todo 10 que podais desear para ello dequienes disponen de los bienes del publico? si as dignais ha.cerles comprender la cosa tal y como es, y como la podrfaisfacilmente presentar, S 1 quisierais. Pero habeis vivido siem-pre d e rnariera tan contraria a esto, que hay rnotfvo paraestar persuadido de que no querriais recibir ayuda de otro,aw::que se os ofreciese : y sin embargo, pretenders que Ia pos-tendad os excuse de no querer trabajar para ella, puestoque suponeis que esta ayuda os es necesaria para ella y queno 1apodeis obtener. Lo que me da motivo para pensar, nosolamente que sois demasiado negligente, sino tarnbien queacaso no teneis suficientes arrestos para dejar acabado 10que esperan de vos quienes han leido vuestros escritos; yque, no obstante, sois 10 suficienternente vanidoso para que-rer persuadir a los que nos seguiran que no 10 habeis deja-do inconcluso par falta vuestra, sino porque no se os ha

    reconocido como es debido vuestra capacidad y se as harehusado ayuda para el cumplimiento de vuestros proposi-tos. En 10 que yeo que se ajustaran las cuentas a vuestraambicion, pues quienes yean mas el dia de manana juzga-ran, conforme a 10 que habeis publicado hace mas de doceafios, que habiais ya encontrado todo 10 que ahara sabeis,y que 10 que os queda por hallar en fisica es rnenos dificilque 10 que habeis ya explicado; de suerte que nos podriaisdar, despues, todo 10 que se puede esperar del razonamien-to humane tocante a la medicina y los restantes usos de lavida, si hubieseis tenido la posibilidad de hacer las expe-riencias necesarias para ello; e, incluso, que no hubieraisdejado de encontrar sin duda una gran parte; pero queuna justa indignacion '8 contra la ingratitud de los hombresas ha impedido hacerles pa. ticipes de vuestros hallazgos.Asi, pensais que sin hacer nada de ahora en ade1ante po-dreis adquirir tanta reputacion como si trabajaseis mucho,e incluso un poco mas, por causa de que, ordinariarnente,el bien que se posee es menos estimado que e1 que se deseao el que se afiora.' Mas, yo quiero quitaros el media de adqui-rir asi la reputacion, sin merecerla: y aunque no dudo deque sepals 10 que seria preciso hacer si quisierais ser ayuda-do por el publico, quiero, sin embargo, decirlo aqui; e in-cluso hare imprirnir esta carta para que no podais preten-der ignorarla; y si despues de esto dejais de darnos satis-faccion, no podais excusaros para el futuro. Sabed, pues, queno es suficiente para obtener alga del poder publico, haber-10 tocedo de pesede en breves pelebres, en el pretscio deun libra, sin decir expresamente que 10 deseais y 10 espe-rais, ni explicar las razones que pueden probar no s610 que10 mereceis, sino que es de interes cornun el concederosloy que se puede esperar de ella mucho provecho. S~ esta acos-tumbrado a ver que todos los que se imaginan que valenalgo hacen tanto ruido y piden con tanta importunidad 10que pretenden, y prometen tan por encima de 10 que pue-den, que cuando alguien no habla de 51mismo mas que conmodestia, y no pide nada a nadie ni prornete can seguridad,

    L Es.tas citas del anonimo corres'j)()nsal estun sacad"s de la sextaparte del Di8cur,~o del metodo, en las consideraciones finales queDescartes hacs all!, solo que. en vez de dar-las en primera persona,las traslada a la segunda,2, Esto es, de los gob iernos.

    3, Descartes diria euler-a 0 ira, pero no indignacion, porque ~se-gun e- la indignacion es la pasio n que se experimenta par el malhecho a o tr-os. pero no POl' et que va contra uno mtsrno, pues 10 queeste origina es 1a cetera.4. ' I'arnb ien e1 autor de La carta tlene en cuenta los tiempos enlas pas ioncs, EI bien presente se goaa, el futuro se desea. el pasadose anora.

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    5. El autor de la carta dice que no ha lei do aun el libra, pero Iaaluaion a las pastones que en 81 trata Descartes parece, por el con-trarlo, mdtcar Que conocta algo de el. Aqu! y en 10 que slgue semenclonan esas paaiones. (Para la hajeza y el orgullo, que hacen re-ferancia a Ja adrnlracion, veaee los artlculos 54, 152 y 159.)6. Es 10 que dice 81 mismo Descartes al final del Diecurso.

    que condena a los charlatanes, no es que 10 que dicen de slmismos sea grande y bueno; sino, solamente, que es falsuy no 10 pueden probar ; en cambia, las cosas que yo preten-do que digais sabre vas mismo son tan verdaderas y estantan evidentes probadas en vuestros escritos, que todas lasreglas del buen comportamiento as permiten asegurarlas.'Porque, aunque vuestros escritos hablan suficientementepara quienes los examinan con cuidado y son capaces de en-tenderIos, esto no es, sin embargo, suficiente para el pro-posito que deseo tengais, porque no todos los pueden Ie~r yquienes manejan los asuntos public os no tienen apenas tiem-po para ello. Puede ocurrir, acaso, que algunos de los q~elos hayan letdo les hablen de ellos ; pero, sea 10 que quie-ra 10 que puedan decirles, el poco ruido que saben que ha-ceis y la excesiva modestia que siempre habeis mantenidoal hablar de vos mismo, no permite que se reflexione mu-eho sobre ello. A6n mas: como es frecuente emplear conellos los terminos mas laudatorios que pueden irnaginarsepara alabar a personas que solo son mediocres, no encuen-tran motive para tomar las inmensas alabanzas que os otor-gan quienes os conocen, por verdades exactas, En cam?io,cuando uno habla de S1 mismo y dice cosas extraordina-rias se Ie escucha con mas atencion, principalmente cuan-do es un hombre de noble cuna y se sabe que no tiene ca-racter ni condicion para hacer de charlatan. Y como caeriaen el ridieulo si usara hiperboles en tal ocasion, se tamansus palabras en su verdadero sentido : y los que no quierencreerlas son invitados al rnenos, por su curiosidad 0 por loscelos, a comprobar si son verdaderas. Par 10 cual, siendomuy cierto, y teniendo el publico gran interes en saber queno ha habido nunca en el mundo sino solo vos (al menosde quien nos hayan quedado los escritos) que baya descu-bierto los verdaderos principios y haya alcanzado a cono-cer las causas primeras de todo 10 que se produce en la na-turaleza; y que, habiendo ya dado razon, confonne a est

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    70 RENE DESCARTES TRATADO DE LAS PASIONES 71hombr~i'en esta vida, y asi, darnos un conocimiento per-fecto de la naturaleza de todos los minerales de las virtu-des de todas las plantas, de las propiedades de los anima-Ies, y en general, de todo 10 que puede servir para Ia me-dicina y las demas ciencias ; y, en fin, que no pudiendohacerse estas observaciones particulares en poco tiernpo singrandes gas~os, debieran contribuir a porfia todos los pue-blos de la tierra, como a la cosa mas importante del mun-do, e~ la que todos tienen el mismo interes : todo esto, digoyo, siendo muy cierto y pudiendo ser suficientemente pro-bad,o.por I? S escritos que ya habeis dado a la imprenta, de-berfais decirlo tan alto, publicarlo can tanto cuidado y po-nerlo tan expresamente en los tituIos de todos vuestros li-bros, que, de ahora en adelante, no pudiera haber nadie que10 ignorase. Asi, de primera intenci6n harfais nacer en mu-ch?s el.deseo de comprobar 10 que hay en ello: y cuantomas 10 mtenten averiguar y lean con mas cuidado vuestrosescritos, tanto mas claramente conoceran que no os habeisalabado en falso.. Y.hay tres puntas principalmente que me gustaria quediese_ls a. conocer a todo el mundo. El primero es que hayuna infinidad de cosas que descubrir en ffsica, que puedenser extraordinarramente utiles para la vida; eJ segundo, que

    hay rnotivos sobrados para esperar de vos el descubrimientode estas cosas; y el tercero, que podreis descubrir tantasma~ co~as cuanto mas posibilidades tengais para hacer ex-periencras numerosas. Conviene que se les Harne la aten-cion sobre el primer punto porque la mayor parte de loshombres no prensan que se pueda hallar nada en las cien-ch:~sque sea mejor que 10 descubierto ya por los antiguos,e mcluso hay muchos que no tienen idea de 10 que es laffsica, ni de para que puede servir. Ahora bien, es facil pro-bar que el excesivo respeto a Ia antigiiedad es un errorque perjudica extremadamente el progreso de las ciencias.Pues vam?s que los pueblos salvajes de America, y tambienotros van os que habitan en sitios menos lejanos, tienenII_Iuchas menos. comodidades para la vida que nosotros, ysin embargo, nenen un origen tan antiguo como el nuestro,de suerte que tienen tanta razon para decirnos que se con-tentan con Ia sabidurfa de sus padres, y que no creen quenadie les pueda ensefiar nada mejor que 10 que ha sido sa-bido y practicado entre ellos desde la mas remota antigiie-dad. Y esta opinion es tan perjudicial que, mientras no de-

    saparezca, es cierto que no se pueden adquirir nuevas ca-pacidades. Tarnbien se observa por experiencia que los pue-blos en cuyo espiritu esta esta idea mas arraigada, son losque perrnanecen mas ignorantes y rudos. Ycomo aun esbastante frecuente entre nosotros, esto puede servir de ra-zon para probar que es muy necesario que sepamos todo 1 0que somos capaces de saber. Lo que puede ser tambien muyclaramente probado par varies inventos muy utiles, comoson el uso de la brujula, el arte de imprimir, el telescopioy otros semejantes, que no han sido inventados hasta losultirnos siglos, aunque les parezcan rnuy faciles de inventara los que ahora los conocen. Pero no hay nada en dondela necesidad que tenemos de adquirir nuevos conocirnientossea mayor que en 10que respecta a la medicina.s Pues sibien no puede dudarse de que Dios haya provisto esta tie-rra de todas las cosas que necesitan los hombres para con-servarse en ella en perfecta salud hasta una extrema vejez ;y aunque no haya nada en el mundo mas deseable que elconocimiento de estas cosas, de modo que ha sido en otrotiempo el estudio principal de los reyes y los sabios ; noobstante, la experiencia rnuestra que se esta tan lejos de sa-berlo todo que a menudo se permanece en el lecho por pe-quefios males que los medicos mas sabios no pueden co-nocer, y que no hacen mas que recrudecer con sus rernedioscuando pretenden curarlos, En donde el defectode su artey la necesidad de perfeccionarlo son tan evidentes que, paralos que no tienen idea de la ffsica, basta decirles que es Iaciencia que debe ensefiar a conocer tan perfectamente Ia na-turaleza del hombre y de todas Ias cosas que le puedenservir de alimento 0 de remedio, que le sea facil librarsepor su medio de toda clase de enfermedades. Porque, sinhablar de sus restantes usos, este s610 es bastante impor-tante para obligar a los mas insensibles a favorecer los de-signios de un hombre que ha probado ya, por las cosas queha descubierto, que hay motivo suficiente para esperar deel que descubra todo 10 que falta por descubrir en estaciencia.Pero hay necesidad principalmente de que el rnundo sepa

    8. Esta neeesidad fue en Descartes cast una obseston, pero fuetambien 10 mas decepcfonante para el, pues no era facil atcanaar degolpe el n ive l necesario para hacerla progresar eflcazrnente. Asl, al. final de su vida reconoci6 que viviendo racionalmente. segUn cstopodia entonces entenderse, no se lograba. sin emb-argo, pr-otongar

    ,Ill. vida.

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    72 RENE DESCARTES TRATADO DE LAS PASlONES 73qu~;,~abeis probado esto de vos misrno. Y para ella es ne-ce~'!l\l~o9-~e violenteis algo vuestro temperamento y queprescmdal.s de esa gran modestia que os ha impedido hastaah~ra decir so?re vos y sobre los demas todo 10 que estaisobhgado a decir, Yo no quiero can ella comprometeros conlos. doctos de este siglo; la mayor parte de los cuales. aquienes se les da este nombre, es decir, los que cultivan 10que cornunmente se Haman las bellas Ietras, y todos losJurrsconsultos, no tienen interes alguno en 10 que pretendoque v

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    74 RENE. DESCARTES TRATADO DE LAS PASlONES 75muy bit' que no hay nada en la tisica de la Escuela queno sea dudoso; y saben tambien que en tal materia serd~doso no es mucho mejor que ser faiso, porque una cien-CIadebe ser cierta y demostrativa; de modo que no puedenencontrar extrano que hayais asegurado que su fisica nocontiene !a verdadera solucion de ninguna cuestion, puesesto no significa otra cosa sino que no contiene la demos.tracion de ninguna verdad que Ios otros ignoren. Y si al-guno de elIos examina vuestros escritos para refutarlos,encuentra, por el contrario, que no contienen sino demos-traciones sobre materiasque antes eran ignoradas por todos.Por 10 cual, siendo sabios y avisados, como 10 son, no mee~traiia q~e se callen ; pero me extraiia que no os hayaisdignado a~ sacar nmguna ventaja de su silencio, porqueno podriais desear nada que baga ver mejor cuanto difie-ra vuestra fisica de la de los demas, E importa que se notesu diferencia, para que Iarnala opinion que suelen tener dela filosofia los que se dediean a los negoeios y tienen exitoen ellos, no les impida conocer el valor de la vuestra, Por-que, de ordinario, no juzgan sabre 10 que acontecera sinopar 10 que ya iha acontecido; y como nunca han conocidoque el publico haya recogido de Ia filosoffa de la Escuelaotro fruto que el haber producido muchos pedantes nopueden imaginar que se pueda esperar algo mejor de lavuestra, si no se Ies hace considerar que siendo toda ellaverdadera, y las demas todas falsas sus frutos deben serpar complete diferentes. Es, en efecto, un gran argumentopara probar que no es verdadera la fisica de la Escuela eIdecir que ha sido instituida para enseiiar todas las Inven-ciones uriles para la vida, y que, sin embargo, aunque sehan descubierto algunas de vez en cuando, no ha sido nun.ca I?Dr~edio de esta ffsica, sino solo por azar 0por el uso;o bien, 51 alguna ciencia ha contribuido a ella, ha sido solola matematica ; y esta es tambien la sola ciencia humana enIa que se han podido encontrar antes algunas verdades queno pueden ponerse en duda. Se bien que los filosofos admi-ten la ~atematica como una parte de su fisica, pero estono les sirve de nada, porque ignoran casi todos que no esver~ad que sea una parte de la ffsica, sino que, por el con-trario, la verdadera fisica es una parte de la matematica,Pero en cambio a vos as sirve de mucho Ia certidumbre quese Ie reeonoce a la matematica. Pues es una ciencia en laque consta de una manera tan clara que sobresalis, y habeis

    en eso sobrepasado de tal manera la envidia que los mis-mas que se muestran celosos por la estimacion en que seos tiene en las demas ciencias, acostumbran a decir que enla matematica sobrepasais a todos, a fin de que, concedien-doos una alabanza que saben que no se os puede discutir,sean menos sospechosos de calumnia cuando tratan de qui-taros otras. Y se ve en 10 que habeis publicado sobre geo-metria que determinais en ella de tal modo basta dondepuede llegar el espiritu humane y cuales son las solucionesque pueden darse a carla clase de dificultades, que pareceque hayais recogido toda Ia cosecha de la que s610 han to-rnado algunas espigas, aun no maduras, los que han escritoantes que vos, y todos los que vengan despues seran s610como espigadores que recogeran 10 que les hayais queridodejar. Ademas de haber mostrado -por Ia solucion rapiday Iacil de todas las cuestiones que os han propuesto quie-ries as han querido probar- que el metodo que para ellautilizais es de tal modo infalible que jamas dejais de en-contrar por su medic, en 10 que tratais, todo 10 que el es-piritu humano puede encontrar. De modo que para CODSe-guir que no se pueda dudar de que sois capaz de situar ala fisica en su Ultima perfeccion, es preciso solamente queprobeis que es una parte de la matematica, Y ya 10 habeisprobado claramente en vuestros Principios cuando, al ex-plicar en ellos todas las cualidades sensibles, considerandos610 las magnitudes, figuras y movimientos, habeis mostra-do que este mundo visible.w que es todo el objeto de la o fi-sica, no contiene mas que una pequeiia parte de los 'infi-nitos cuerpos cuyas propiedades 0cualidades se puede Ima-ginar que no consisten mas que en estas mismas casas, mien-tras que el objeto de las matematicas los contiene a todos.Y 10 mismo puede ser tambien probado por la exper'ien-cia de todos los siglos. Pues, aunque ha habido en todotiempo algunos hombres del mejor espiritu que se han dedi-cado a las investigaciones ffsicas, no puede decirse que na-die haya encontiado jamas nada en fisica (es decir, hayallegado a ningun conocimiento verdadero sobre la natura-leza de las cosas corporeas) por algun principio que nopertenezca a la matematica, Y, en cambio, por los que lepertenecen se han encontrado ya una multitud de cosas rouyutiles, a saber: casi todo 10 que se conoce en astronomia, en

    10. La tercera parte d'e Los Prl1"lCl>piosleva este titulo: De mun-'do oosp!lCtabiU,

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    TRATADO DE LAS PASIONES 7776 RENE DESCARTES. , ' 1 -rrugta y eli todas las artes mecanicas : en las cuales, sl hayalga mas que 10 perteneciente a esta dencia no seha saca-do de ninguna otra, sino s610 de algunas observaciones,cuyas verdaderas causas no se conocen. Lo que no se puedeconsiderar can atenci6n sin verse obligado a confesar quesolo par la matematica se puede Ilegar al conocimiento dela verdadera fisica. Y puesto que no se duda de 10 que so-bresalfs en aquella, no hay nada que no se pueda esperarde vas en esta. Sin embargo, aun queda por hacer un repa.ro, en cuanto vemos que no todos los que han adquirido re-putacion en matematicas, son, por eso, capaces de descubriralgo enfisica, e incluso que algunos de ellos comprendenmenos 10 que habeis escrito que quienes antes no han apren-dido ninguna ciencia, Pero a esto se puede responder que,aunque sin duda son los que tienen el espiritu mas apto paracomprender las verdades matematicas los que entienden masfacilmente vuestra fisica, par que todos sus razonamientosestan sacados de aquella, no ocurre siempre que estes mis-mas tengan reputacion de ser los mas sabios en matemati-cas, porque, para adquirir esta reputacion es necesario es-tudiar los libros de los que han escrito ya sobre esta cien-cia, 10 que no hacen ahora la mayor parte. Y frecuente-mente, quienes los estudian, tratando de obtener par me-dio del trabajo 10 que la fuerza de su espfritu no les puededar, fatigan demasiado su imaginacion, e incluso Ia daiian,adquiriendo asi muchos prejuicios que les impiden com-prender mucho mas las verdades que escribis que pasar"pm granoes 'rnatemancos, por ruiner 'tan pocas personasquese dediquen a esta ciencia que, frecuentemente, estaneUos solos en todo un pais; y aunque a veces haya otros, nodejan de hacer mucho ruido, por cuanto 10 poco que sabenles ha costado mucho trabajo. Por 10 demas, no es dificilcomprender las verdades que otro ha encontrado ; bastapara ello tener el espfritu libre de toda c1ase de falsos pre-juicios y querer aplicar a el1as suficienternente la atenci6n.No es tampoco diffcil descubrir algunas verda des aisladas,como han hecho en otro+tiernpo Tales, Pitagoras, Arquime-des y en nuestro siglo Gilbert,n Kepler, Galileo, Harvey yalgunos otros, En fin, se puede, sin mucho trabajo, imaginarun cuerpo de Filosofia menos rnonstruoso, y apoyado sobre

    conjeturas mas verosfrniles, que el sacado de los escritosde Aristoteles ; 10 que tambien han hecho algunos en estesiglo, Pero formar uno que no contenga mas que verdadesprobadas par demostraciones tan claras y ciertas como lasde las matematicas, es cosa tan dificil y tan rara que desdehaee mas de cincuenta siglos que lleva el mundo de exis-tencia, no se ha encontrado mas que vos que hayais rnos-trado, par medio de vuestros escritos, que podeis alcanzareste fin. Pero, como cuando un arquitecto ha puesto los fun-damentos y ha levantado las paredes maestras de un granedificio, no se duda de que pueda llevar su plan hasta elfin, porque se ve que ha hecho ya 10 mas dif.icil,12asi, losque han leido con atenci6n el libro de vuestros Principios,considerando como habeis establecido en el los fundamen-tos de toda Ia Filosofia Natural, y que gran serie de verdadeshabeis deducido de ellos, no pueden dudar de que el metodoque empleais no sea suficiente para hacer que acabeis deencontrar todo 10 que en fisica puede ser hallado : puestoque 10 que habeis explicado ya, a saber: la naturaleza deliman, del fuego, del aire, de la tierra y de todo 10 que apa-rece en los cielos, no parece que sea menos dif'Icil que 10que puede desearse,Sin embargo, hay que afiadir que, por experto que seaun arquitecto en su arte, es imposible que acabe el edifi-cio eomenzado si le faltan los materiales que para ello debeemplear, Y del mismo modo, por perfecto que sea vuestrometodo, no puede Iograr que prosigais la explicacion delas causas naturales si no haceis las experiencias requeridaspara determinar sus efectos. Y este es el ultimo de-los trespuntos que, creo, debe ser principalmente explicado, por-que la mayor parte de los hombres no saben las experien-cias que son necesarias, ni los gastos que suponen. Los quesin salir de su gabinete, ni ver otra eosa que sus libros, em-prenden la tarea de discurrir sabre la naturaleza, puedendecir de que manera hubieran querido crear el mundo siDios Ies hubiera dado el encargo y el poder de hacerlo : esdecir, pueden escribir quimeras que tienen con la debilidadde su espiritu la misma relacion que tiene la belleza admi-rable de este universe con Ia potencia infinita de su autor :

    11. Se reflere. ctaro es, al autor del tratado De Magn.ete, W. Gil-bert 054(}..1610). pubJicado en Londres, en 1600. y al Que se retIereDescartes en Los Princ1PV>S (IV, arttculoa 166, 168 y 35.)

    12. Recuerdese la comparaci6n del Discurso. Descartes cree pre-terible que toea ta ciencia sea edificada POI" una. sola persona, coriror-me a un plan unttar-io, 10 mismo que Ie parece mas bella una oiudadediflca.da conforme al plan de un solo arquitecto.

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    7 8 RENrJ. DESCARTES TRATADO DE LAS PASIONES 7 9pero, a me~l~ de poseer un espiritu verdad:ra~ente divi-no, no pueuen forrnar, de este modo, por SI mrsrnos unaidea de las casas que sea semejante a la que ha tenido Diospara crearlas.

    Y aunque vuestro rnetodo promete todo 10 que puede es-perarse del espiritu humano, en cuanto a la investigacionde la verdad en las ciencias, no promete sin embargo en-sefiar a adivinar, sino solo a deducir de ciertas cosas d~dastodas las verdades que puedan ser deducidas ; y, en fisica,estas cosas dadas no pueden ser mas que experiencias, In-duso por ser estas experiencias de dos clases, unas faciles,y que dependen s610de la retlexi6n que se hace sabre las co-sas que se presentan a los sentidos por sf mismas, y otrasmas raras y diffciles, a las que no se llega sin algun estudioy gasto, se puede hacer notar que, habeis ya dado en vues-tros escritos todo 10 que parece que puede deducirse de lasexperiencias faciles, e incluso tarnbien de aquellas otras,mas raras, que habeis podido aprender en los libros; pues,ademas de haber explicado Ia naturaleza de todas las cua-lidades que mueven a los sentidos y de los cuerpos mas co-munes de esta tierra, como el fuego, el agua, el aire y al-gunos otros, habeis tambien dado razon de todo 10 que seha observado hasta el presente en los cielos, de todas laspropiedades del iman y de varias observaciones de la qui-mica. De manera que no hay que esperar en adelante nadade vos, por 10 que se refiere a la ffsica, basta que hayaisrealizado las experiencias cuyas causas pedals investigar.l'no me extrafia que no hagais estas experiencias por vues-tre cuent J' a ~'Uestr(Jcargo, porqtre s e que ie inv-estigacionde las menores cosas cuesta mucho; y, sin contar los al-quirnistas ni los restantes buscadores de secretos, que pue-den arruinarse en este menester, he oido decir que solo lapiedra iman le ha hecho gastar al sefior Gilbert mas decincuenta mil escudos, aunque fuese un hombre de grantalento, como ha mostrado al ser el primero 'en descubrirlas principales propiedades de esta piedra. He visto tam-bien la Instauratio magna y la Nova Atlantis, del cancillerBacon.w que me parece ser entre todos los que han escrito13. Francisco Bacon de Verulam (1561-1626), cancilJer de Inglate-rre, es el autor de una obra muy conoclda: el N01Jum Organum, que

    (JoJl(ln~el m~too? in

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    80 RENE DESCARTES TRATADO DE LAS PASIONESponer todo su e!;ifHfrzo en procurar el bien del pueblo, nono habra ningunG"'"~ueno quiera contribuir a la realizacionde un proyeeto tan manifiestamente uti! a todo el mundo.Y aunque nuestra Francia, que es vuestra patria, es un es-tado tan poderoso que parece que podais obtener de ellarodo 10 que se requiere para ello.> como las demas nacionesno tienen en esto menos Interes, estoy seguro de que habravarias 10 suficientemente generosas para no dejarla sola eneste deber, y que no habra ninguna tan barbara que no quie-ra tener su parte en ello.Mas, si todo 10 que he escrito aqui no basta para quecambieis de humor, as ruego, al menos, que me hagais lamerced de enviarme vuestro tratado de las Pasiones, y deadmitir que le afiada un prefacio can el que sea impreso.Tratare de hacerlo de tal manera que no haya nada quepedals desaprobar y que no sea tan conforme al sentimientode todos los que poseen espiritu y virtud que no haya nin-gUIlOque, despues de haberlo leido, no participe del celoque yo tengo para acrecentar la ciencia y para ser, etc.

    De Paris, 6 de noviembre de 1648.

    servir a1 publico, al que me considero rnuy obligado, parhaber sido recibidos por muchos favorablemente los escr'i-tos que he publicado. Y si os he rehusado antes 10 que heescrito sobre las Pasiones, no ha sido mas que par no vermeobligado a dejarselo ver a otros que no sacarian provechode ello. Pues, como no 10 he compuesto sino para que sealefdo por una princesa, cuyo espiritu eata tan por encima de10 comun que concibe sin trabajo 10 que parece mas dificila nuestros docrores.P no me he detenido a explicar 10 quecreta que era nuevo. Y, para que no dudeis de mi palabra,os prometo revisar este escrito sabre las Pasiones y afiadir10 que juzgue necesario para hacerlo mas inteligible, y, des-pues de esto, as 10 enviare para que hagais can ella quequerais. Pues soy, etc.De Egmont, 4 de diciembre de 1648.

    Segunda cartaal senor Descartes

    Respuesta a la carta precedente Senor:Hace tanto tiempo que me haceis esperar vuestro trata-do sabre las Pasiones que comienzo a no esperarlo ya, y airnaginarme que no me 10 habeis prornetido mas que paraimpedirme publicar la carta que antes os habia escrito, Puestengo rnotivos para creer que os enfadariais si se os quitasela excusa gue teneis para no acabar vuestra Fisica; y rniproposito era quitaroslo par media de esa carta; tanto mascuanto que las razones que yo habia alegada son tales queme parece que no pueden ser leidas par nadie, por pocoque tenga en cuenta ei honor y la virtud, que no Ie incitena desear, como yo, que obtengais del poder publico 10 quese necesita para las experiencias que dects que as son ne-cesarias ; y esperaba que al publicarIa caerta en manos dealgunos que tuvieran poder para hacer eficaz ese deseo, seaporque tienen acceso a los que disponen de los bienes publi-cos, sea porque disponen de esos bienes ellos mismos. ASI,me prornetia proceder de tal manera que tuvierais, a pesarvues tr'o, trabajo. Pues se que teneis tanto coraz6n que noquerrlais dejar de devolver con reditos 10 que as hubiera

    Senor:Entre las injurias y los reproches que encuentro en lalarga carta que os habeis tornado el trabajo de escribirme,advierto tantas cosas en mi favor que, si la haceis impri-mil', como declarais que quereis fiacer, temerta que se rma-ginase que hay entre nosotros mas inteligencia de la queverdaderamente 'hay, y que as he rogado que escribierais enellas varias cosas que la buena educaci6n no permite queyo mismo las haga saber al publico. Por 10 cual no me de-tendre en responderos punto por punto; 05 dare solamentedos razones que -me parece- deben impediros puhlicar-lao La prirnera es que no creo que el proposito, que piensoque hayais tenido al escribirla, pueda tener exito, La se-gunda, que yo no soy en modo alguno del humor que ima-ginais, que no experimento ninguna indignacion ni disgus-to que me impidan haeer todo 10 que esta en mi poder paral4. Las gestiones hechas nor los amtg'os de Descartes dreron vpor'resultado la coneesron real de ::I 000 Iibras. Y Bste par ece haber aldoel objetrvo del ultimo viaje de Descartes a Francia en 164~.Sin em-bargo. par-ece que no llego a recoger mas que Ia, cr-edenoiad, 15. Este elogfo a Isabel es aproximadaruente el mismo que tlguraen Ia carts en que Je dedrca Los Pri.UJipws.

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    82 RENE DESCARTESsido. dad~ de esta~~nera; y que eso os haria abandonar lanegligencia de que-anora no puedo abstenerme de acusaros,aunque sea, etc.A 23 de julio de 1649.

    PRIMERA PARTERespuesta a la segunda carta

    Senor;Soy por complete inocente del artificio de que creeis mehe valida para impedir que sea publicada Ia Iarga carta queme escribisteis el pasado afio, No tengo necesidad de usarlo.Porque, aparte de que no creo de ningun modo que puedapr?ducir eI efecto que pretendeis, no soy tan inclinado alOClD, que el temor al trabajo a que quedaria obligado pararealizar varias experiencias, si recibiera del poder publico laposibilidad de hacerlas, prevaleciera sobre el deseo que ten-go de instruirme y de poner por escrito cualquier cosa queseautil a los demas hombres. No puedo excusarme tan biende la negligencia que me censurais. Pues confieso que heempleado mas tiempo en revisar el pequefio tratado que osenvio,. que el que habia empleado antes en componerlo, yque, sm embargo, he afiadido solo pocas cosas y no he cam-biado nada en el discurso, que es tan simple y tan breveque os .darei a conocer que mi proposito no ha sido explicarlas pasiones como orador, illtampoco como moralista, sino5610 como ffsico.w Asi, preveo que este tratado no tendramejor fortuna que el resto de mis escritos ; y aunque su tf-t~lo convida, acaso, a leerlo a mas personas, solo podra sa-tisfacer a quienes se tomen el trabajo de examinarlo concuidado. Tal y como es, 10 pongo en vuestras manes, etc.De Egmont, 14 de agosto de 1649.

    DE LAS PASIONES EN GENERAL Y. OCASIONALMENTE.DE TODA LA NATURALEZA DEL HOMBRE

    ARTIcmo IQue 10 que es pasion respecto de un sujeto es siempreaccion respecto de otro

    16. En Jilrico, puede signiflcar un fisiologo 0un medico: esto eatrnt.ari de las pasiones, no literariamente, ni como un moraiista sinohaei~ndo Y, para eo-rnenzar, considero que todo 10 que se haee 0acaeee de nue-vo, es generalmente llamado por los filosofos pasion en re-lacion eon el sujeto que la recibe y accion respecto del queh.ace que la reciba. De modo que, aunque el agente y el pa-ciente sean a menudo muy diferentes, la accion y la pasion

    L Al comienzo, hemos visto que Descar-tes diSin1ula la novedadde sus prmciplos. salvo acaso en euestiones de fisiCll, presentando-los de acuerdo co~ el modo comun de pensar, Ahora, ya cimflntadasu tama y extendrda su filosoifa, declara abiertamente su novedad,aunque en algunos puntos no 10 sea tanto. 1..0 que Descartes quierehac~r valer como nuevo es el tratamiento clenttftco de las paaionaso ~len, como ha dlcho e;n la carta ultima, no en plan de orador (eom~Ari~t6teles en 811 Re1;6rwa) ill en pJan de moralrsta, como en g-eneraJhal?lan hecho los ant.lguos y, aobre todo, los estoicos sino eomo fisicc>o cientttlco. '

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    ARTicULO II

    pueden mover de diversas maneras, tanto a mas que losnuestros, y que tienen tanto calor 0 mas (10 que hace verla experiencia con la llama, que ella sola tiene mas calory movimientos que ninguno de nuestros rniembros), debe-mos creer que todo el calor y todos los movimientos que sedan en nosotros, en cuanto no dependen del pensamiento,pertenecen al cuerpo.

    no dejan de ser siempre una misma cosa, que tiene estosdos nombres en razon de los dos sujetos distintos can losque se Ia puede relad\~~lar_

    Que para conocer las pasiones del alma es preciso distinguirsus [unciones de las del cuerpoARtiCULO V

    Considero, despues, tambien, que no hay ningun sujetoque acme mas inmediatamente sabre nuestra alma que elcuerpo al que esta unida; y que, en consecuencia, debemaspensar que 10que es en ella una pasion es en el cuerpo unaaccion, de modo que no hay mejor camino para llegar al co-nocimiento de nuestras pasiones que examinar Ia diferenciaque hay entre el alma y el cuerpo, a fin de conocer a cual delos dos se deben atribuir las funciones que se dan en no-sotros.

    Que es un error creer que el alma da movimiento y caloral cuerpo

    ARTicULO III

    Con 10 cual evitaremos un considerable error, en el quemuchos han caido, de suerte que creo que esta es la princi-pal causa por la que no se han podido explicar bien hastahoy las pasiones y las demas cosas que pertenecen al alma.Esta causa consiste en que, viendo que los cuerpos muertosestan privados de calor y. en consecuencia, de movimiento,se ha imaginado que era la ausencia del alma la que haciacesar estos movimientos y este calor. Y as], se ha creido, sinrazon, que nuestro calor natural y todos los movimientosde nuestros cuerpos dependen del alma,s debiendose pensar,en cambio, que el alma no se ausenta, cuando uno muere,sino porque cesa este calor, y se corrompen los organos quesirven para mover al cuerpo.

    Que regla debe segulrse para lograr estoEn 10que no se encontrara gran dificultad, si se tiene encuenta que todo 10que experimentamos que se da en noso-tros, y que vemos que puede darse tambien en cuerpos porcompleto inanimados, no debe ser atribuido mas que a

    nuestro cuerpo; Y, par el contrario, que todo 10 que se daen nosotros sin poder concebir en modo alguno que puedapertenecer a un cuerpo, debe ser atribuido a nuestra alma,ARTICULO VI

    Que diferencia hay entre un cuerpo vivo y otro muerto

    ARtiCULO IV Asi, pues, a fin de evitar este error, consideremos que lamuerte no se produce nunca por faltar el alma, sino s610porque algunas de las partes principales del cuerpo se co-rrompen; y juzguemos que el cuerpo de un hombre vivodifiere tanto del de un hombre muerto como un reloj u otroautomata (es decir, otra maquina que se mueva por si mis-rna), cuando esta montada y tiene en sf el principio corpo-ral de sus movimientos, por los cuales esta constituida con

    Que el calor y el movimiento de {as miembros procedendel cuerpo ; y [as pensamientos, del almaAs!, como no concebimos en modo alguno que el cuerpopiense, tenemos raz6n para creer que todas las clases de

    pensamientos que se dan en nosotros pertenecen al alma;y como no dudamos de que hay cuerpos inanimados que se 2, El calor vital, en la tisie cartesiana. depende del movirniento:en otro caso no se podria manrener- su mecantctsmo,

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    A RTicU LO V II

    den de 105 musculos ; y que los musculos se opanen unasa atras de tal forma que cuando uno de ellos se cantrae,tira hacia S1 de la parte del cuerpo al que esta unido, 10 quehace que se estire al mismo tiempa el musculo que Ie esopuesro, Despues, en atra ocasion, si este ultimo se con-trae, hace que el primero se estire y Ueve hacia S 1 la partea que esta ligado.s Se sabe, finalmente, que tados estas mo-vimientos de los musculos, como igualmente todas los sen-tides, dependen de los nervios, que son como delgados hiloso pequefios tubos que van a parar, todos. al cerebra, y con-tienen, como el, una especie de aire 0vieu",i,jmuy sutil, quese llama espiritus animales,

    todos 'los requisitos necesarios para su accion, y el rnismoreloj, u atra maquina, cuando esta rota y cesa de actuar elprincipio de su movimiento.

    Breve explicacion de las partes del cuerpo y de algunasde sus [uncionesPara hacer esto mas inteligible, explicare aqui en pocas

    palabras como esta compuesta la maquina de nuestro cuer-po. No hay ya nadie que no sepa que tenemos un corazon,un cerebra, un estomago, musculos, nervios, arterias, venasy otras casas semejantes. Se sabe tambien que los alimen-tos que tomamos descienden al estomago y a los intestinos,desde donde su jugo, pasando por eI higado y por las venas,se .mezcla con la sangre que las venas contienen, y, asi, au-menta su cantidad. Los que han oido hablar, por poco quesea, de la medicina, saben, ademas, como esta compuestoel corazon, y como toda la sangre de las venas puede pasara su lado derecho y, de alii, a los pulmones por el canal quese llama vena arteriosa,s y volver, despues, del pulmon allade Izquierdo del corazon por el canal Ilamado arteria ve-nasa, Y, en fin, pasar de aUi a la gran arteria, cuyas ramasse extienden por todo el cuerpo. Todos aquellos a quienesno ha cegado por complete Ia autoridad de los antiguos, yque han querido abrir los ojos para examinar Ia opinion deHarvey sabre la circulacion de la sangre, no tienen dudade que todas las venas y arterias del cuerpo son como arro-yos por donde la sangre circula muy de prisa, partiendo dela cavidad derecha del corazon y yendo por la vena arterio-sa, cuyas ramas se esparcen por todo el pulrnon, Y, juntasa las de la arteria venosa, por la que pasa del pulmon al ladoIzquierdo del coraz6u, va de alIi a Ia gran arteria, cuyas ra-mas, esparcidas por todo e1 resto del cuerpo, se unen a lasramas de la vena-cava, que lleva de nuevo la misma sangrea la cavidad derecha del corazon ; de suerte que estas doscavidades son como esclusas par cada una de las cuales pasatoda la sangre a cada vuelta que da por el cuerpo, Se sabe,ademas, que todos los movimientos de los miembros depen.

    ART1cULO VInCudl es el principia de todas estas [unciones

    Pero comunmente no se sabe como estos espiritus ani-males y estos nervios contribuyen a los movimientos y a iossentidos, ni cual es el principio corporal que les hace actuar;par esto, aunque he tocado ya algo de ello en otros escritos,>no dejare de decir aqui suscintamente que, mientras vivimos,hay un calor continuo en nuestro corazon, que es una especiede fuego que la sangre de las venas mantiene en el, y queeste fuego es el principio corporal de todos los movimientosde nuestros miembros.

    ARTICULO IXComo se mueve el corazon

    Su primer efecto es que dilata la sangre de que estanIlenas las cavidades del corazon, 10 que origina que esta san-gre, teniendo necesidad de ocupar un lugar mas grande, paseimpetuosamente de la cavidad derecha a la vena arteriosay de la cavidad izquierda a la gran arteria. Despues, cesando

    3. Se trata de 19 0 arteria pulmonar-, como dice en el Discurs(), 5."parte.

    4. La descrrpcion y ftgtira de eata pareja de musculus antagonis-tas se eneuentra en las notas sobre El hombre (AT. Xl, 132-138).Esta teorta itle tina de las causas de sus diferencias con Regius. comopuede verse en las cart.as al P. Mersenne (23 de novtembre 1646), aHuygens y B Isabel.5. Be reflere II. la 5.- parte del Discunto y at 1.0 Discurso de Ill.DMptrica.

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    88 RENE DESCARTES TRATADO DE LAS PAS/ONES 89esta dilatacion, entra inmediatamente sangre nueva de lavena cava en Ia cavidad derecha del coraz6n, y de la arte-ria venosa en Ia izquierda, Porque a Ia entrada de los cuatrocanales hay pequefias pieles (valvulas),s dispuestas de talmanera que hacen que Ia sangre no pueda entrar en el eo-razon mas que por las dos ultimas, ni salir de e l mas quepar las otras dos. La nueva sangre que ha entrada en elcorazon se enrarece alli inmediatarnente despues, 10 mis-mo que Ia anterior. Y solo en esto consiste el pulso 0Iatidodel corazon y de las arterias; de modo que este latido sereitera tantas veces como entra sangre nueva en el cora-zon, Es tambien solo eso 10que produce el movimiento dela sangre y hace que circule sin cesar muy de prisa portodas las arterias y venas; por medic de euyo movimientotransporta e] calor, que adquiere en el corazon, a todas lasdemas partes del cuerpo, y Ie sirve de alimento.

    de modo que no se detienen en parte alguna, y que, a me-dida que entran unos en las cavidades del cerebro, salenotros por los poros que hay en su sustancia, los cuales losconducen a los nervios, y de alh a los rnusculos, par mediade los cualesmueven en los cuerpos de todas las diversasFormas que pueden ser rnovidos.

    ARTicULO XIComo se mueven los musculos

    ARTICULO X

    Pues la unica causa de todos los movrmientos de losrniembros es que unos musculos se encogen mientras susopuestos se estiran, como se ha dicho, Y la unica causa quehace que se contraiga un musculo, mas bien que su opuesto,es que vienen a el del cerebro mas espiritus, aunque seanpecos, que al otro. No porque los espiritus que vienen in-:mediatamente del cerebro basten por st solos para moverestos musculos, sino porque deterrninan que los otros espi-titus, que estan ya en uno de estos dos musculos, salganrodos Inmediaramente de uno de ellos y pasen a1OITO; comoefecto de 10 eual, el musculo de donde salen se hace maslargo y mas laxo, y aquel en el que entran, siendo hinchadorapidamente par ellos, se acorta y tira del miembro al queesta unido, Lo que es facil de coneebir can tal de saber quehay lTIUY pocos espiritus anirnales que vengan continuamentedel.cerebra hacia cada musculo, pero que siempre hay otrosmuchos encerrados en el rnisrno musculo, que se rnueven en~1muy de prisa, unas veces s610girando en el lugar en don-tIe estan, a saber, cuando no encuentran pasos abiertos parasalir de cl, y otras veces pasando al musculo opuesto, yaque hay pequefias aberturas en cada uno de ellos par dondelos espiritus pueden pasar del uno al otro, y que estan dis-buestas de tal forma que cuando los espiritus que vienendel cerebro hacia uno de enos tienen mas fuerza, par pocatjue sea, que los que van hacia el otro, abren todas las en-tradas por donde los espiritus del otro musculo pueden pasar< . ! . este, y cierran al mismo tiempo todas aquellas par dandelos espiritus de este pueden pasar al otro; gracias a 10cual,todos los espiritus, contenidos antes en estos dos musculus,se reunen rapidamente en uno de ellos, y as! le hinchan yIe acortan, mientras que el otro se alarga y se relaja.

    Como se producen en el cerebro los espiritus animalesPero 10 mas importante en esto es que las mas vivas ysutiles partes de la sangre, que ha enrarecido el calor enel corazon, entran sin cesar en gran cantidad en las caeida-des del cerebro. Y la razon par Ia que van a el, de preferen-cia a otro sitio, es que toda la sangre que sale del corazonpar la gran arteria corre en linea recta hacia ese Ingar, y,no pudlendo entrar todas por ser muy estrechos los con-

    ductos de paso, aquellas de sus partes que son mas agita-das y sutiles son solamente las que pueden pasar a el, mien-tras que el resto se reparte par los restantes lugares delcuerpo. Ahara bien, estas partes de sangre mas sutiles sonlas que componen los espiritus animales, Y no tienen necesi-dad para ella de experimentar ningun nuevo cambio en elcerebra, sino que eu el se las separa de las otras partesmenos sutiles de la sangre. Porque 10 que yo llama aqui es-pfritus no son sino cuerpos, y no tienen otra propiedad quela de ser cuerpos muy pequefios y la de moverse rnuy deprisa, como las partes de la llama que sale de una antorcha;6. Las epequenas pieles son, en efeeto, las valvulae del corazon.Bobre Ill. tenninologia empleada, Y SUB aclaraciones, remitimos nue-vamente a las notas a 1&5." parte del Di8C'Ur8o del Metodo.

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    ARTiCULO XIIARTicULO XIIIComo los objetos exteriores actuan sobre los organos

    de los sentidos Que esta accton de los objetos exteriores puede conducirde modo diverso los espiritus por los musculosFalta todavia por saber par que causa los espiritus nopasan siempre del cerebra a los musculos de la misma ma-nera, y por que vienen unas veces hacia unos y otras hacia

    otros. Pues, aparte de la accion del alma, que es verdadera-mente en nosotros una de lilS causas, segun dire poco des-pues, hay todavia otras dos, que no dependen mas que delcuerpo, y que es preciso senalar. La primera consiste en ladiversidad de movimientos excitados en los organos de lossentidos par sus objetos, 10 que ha sido ya explicado am-pliamente en la Dioptrica ; 1 mas, para quienes yean esteescrito, sin tener necesidad de haber leido los otros, repe-tire aqui que hay que consj{.ierar en los nervios tres cosas,a saber: su medula 0sustlllcia interior, que se extiendeen forma de pequefios filamentos desde el cerebra, en quetiene su origen, hasta las e]l:tremidades de los miembros alos que van ligados estos filamentos; despues, las pieles quelos envuelven, y que, siendo continuacion de las que en-vuelven el cerebro, forman rubitos en los que van encerradosestos pequefios filamentos; finalmente, los espfritus anima-les, que, llevados par estos rnismos tubos del cerebra a losmusculus, son causa de que estos filamentos esten allt total-mente libres yde tal suerte extendidos que la menor cosaque mueve la parte del cuerpo al que va unido el extremade cualquiera de ellos, haee mover por el mismo media laparte del cerebro de donde vienen; 10 misrno que cuandose tira de uno de los extremes de una cuerda se mueve elotro.

    7. DWptrica, Discurso lV. Ta.mbien en la 6.' MWitaci6n.

    He explicado en la Dioptrica 8 c6mo todos J05 objetosde la vista s610 se nos comunican porque mueven localmen-te, por intermedio de los cuerpos transparentes que hayentre elIos y nosotros, los pequeiios filamentos de los ner-vias opticos, que estan en el rondo deH~estros ojos, y, des-pues, los lugares del cerebra de donde vHmen estos nervios:porque los mueven -repito- de tantas diversas manerasque nos hacen ver diversidad en las casas; y que no sonlos movirnientos que se efectusn en el ojo los que inrne-diatamente representan al alma estos objetos, sino los quese efectuan en el cerebra. Segtin 10 cuai, es facil de conce-bir que los sonidos, los olores. los sabores, el calor, eldolor, el hambre, la sed, y generalmente, todos los objetoscorrespondienres tanto a los resrantes sentidos exrernoscomo a nuestros apetitos internes. producen tambien ennuestros nervios algun movimiento, que por media de ellospasa a1 cerebra. Y adernas de que estos diversos movimien-tos del cerebra hacen que nuestra alma tenga diversas sen-saciones, pueden hacer tambien. sin ella, que los espiritusvayan hacia ciertos musculos mejor que hacia otros, y que,asf, rnuevan nuestros rniembros. La que probare aquf sola-mente can un ejemplo. Si alguien dirige su mano rapida-mente contra nuestros ojos corno para golpearnos, aunqueseparnos que se trata de un amigo, que solo 10 hace porjugar y que se guardara bien de hacernos mal alguno, noobstante nos costara trabajo impedir que cerremos los ojos;10 que muestra que no se cierrau por interrnedio de nues-tra alma, puesto que se hace contra nuestra voluntad, quees la sola, 0al menos la principal acci6n suya; sino que esporque la maquina de nuestro c1.1erpoesta compuesta de talmanera que el movimiento de Ia mano hacia nuestros ojosproduce en nuestro cerebro otro movimiento, que conducelos espiritus animales a los musculos que hacen bajar losparpados.8, En el DiJ

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    ARTICULO XIVd~ferentes.>Asi, por ejemplo, la que viene de la parte infe-nor del higado, en donde esta la hiel se dilata en el cora-zon de otra manera que la que proviene del bazo; y estade otra forma que la que viene de las venas de los brazoso las piernas ; y esta, finalmente, de modo enteramente di-verso que el juga de los alimentos," cuando, habiendo sa-lida de nuevo del estomago y de los intestines, pasa rapida-mente, por el hfgado, al corazon,

    Que La diversidad existente entre los espirituspuede tambien diversijicar su cursoOtra causa que contribuye a dirigir de diversa manera

    los espfritus animaIes a los musculus es su desigual agita-cion y la diversidad de sus partes. Porque cuando algunasde estas partes son mas grandes y se mueven mas que lasotras, pasan delante, en linea recta, a las cavidades y a losporos del cerebro, y por esto van a parar a otros musculosque a los que irian si tuvieran menos fuerza.

    ARTicULO XVIComo todos los miembros pueden ser movidos por los

    objetos de los sentidos y par los espiritus sin la ayudadel alma

    ARTicULO XV En fin, es preciso hacer notar que la maquina de nuestrocuerpo esta compuesta de tal manera que todos los cambiosque afectan al movimiento de los espfritus pueden haceri~~e~~p:~::!e~t~~~e P~~~~d~elat=~r~e ~~{~~ ~~~o~t:~~~un poco mas 0un poco menos abierto que de costumbre,por la accion de los nervios que sirven a los sentidos, pro-duce algun cambio en el movimiento de los espiritus, y haceque vayan a parar a los nnisculos que sirven para mover elcuerpo del mismo modo que se mueve ordinariamente conocasi6n de tal accion. De suerte que todos los movimientosque hacemos sin que nuestra voluntad contribuya a ello(como frecuentemente ocurre que respiramos, andamos, co-memos y realizamos, en fin, todas las acciones que nos soncomunes con los animales) no dependen mas que de Ia con-formad6n de nuestros miembros y del CUI'SO que los esptri-tus producidos por el calor del corazon siguen naturahnenteen el cerebra, en los nervios y en los musculos. Del rnisrnomodo que el movimiento de un reloj es producido por lasola fuerza de su resorte y la forma de sus ruedas,

    Cudles son las causas de su diversidadY esa desigualdad de los espiritus puede proceder de lasdiversas materias de que estan compuestos, como se ve enlos que han bebido rnucho vino, porque los vapores de estevino, entrando rapidamente en la sangre, suben del corazon

    al cerebro, en donde se convierten en espiritus, que siendomas fuertes y mas abundantes que los que hay alli de ordi-nario, son capaces de mover al cuerpo de varias extranasmaneras ..Esta desigualdad de los espfritus puede procederde las disposiciones diversas del corazon, del higado, del es-tomago, del bazo y de todas las demas partes (del cuerpo)que contribuyen a su produccion. Pues es necesario aquihacer notar ciertos pequefios nervios insertos en la basedel corazon, que sirven para ensanchar 0estrechar las en-tra?-as de sus cavidades ; por causa de 10 cual, Ia sangre, di-latandose en el mas 0menos, produce espiritus con dispo-srciones diversas, Es preciso advertir tam bien que, aunquela sangre que entra en el corazon viene ael de todos losdemas lugares del cuerpo, ocurre, sin embargo, frecuente-mente que es impulsada de unas partes mas que de otras,porque los nervios y los musculus que responden a estaspartes la oprimen 0a agitan mas, y que, segun las diversaspartes de donde vienen mas, se dilata de forma diversa enel corazon y produce despues espiritus que tienen cualidades

    9. Este jugo es 10que se llama actuatmente quilo.

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    ART ICULO XV IIvoluntad y de todas las imaginaciones 12 0pensamientos quedependen de ella. Pues, en verdad, no podriamos querer cosaalguna que no percibieramos par el mismo medic que laqueremos. Y, aunque respecto de nuestra alma sea unaaccion querer algo, se puede decir tambien que es, en ella,la pasion de percibir 10 que quiere. Sin embargo, como estapercepcion y esta volicion no son en realidad sino una solacosa, se denominan por 10 que hay en ella de mas noble.y ast, no se acostumbra a llamarla pasion, sino solamenteaccion.

    Cudles son las funciones del almaDespues de haber considerado de esta manera todas lasfunciones que pertenecen al cuerpo solo, es facil darse cuen-ta de que no queda nada en nosotros que debamos atribuira nuestra alma sino nuestros pensarnientos, que son prin-cipalmente de dos generos, a saber: unos son acciones y

    otros son pasiones del alma. Las que llama acciones suyasson todas nuestras voliciones, porque experimentamos quevienen directamente de nuestra alma y no parecen dependermas que de ella. Como, por el contrario, se pueden Hamarpasiones suyas todas las c1ases de percepciones a conoci-mientos que se dan en nosotros, porque frecuentemente no esnuestra alma quien las hace tales y como son.w y porquesiempre las recibe de las cosas representadas por ellos.

    ARTicULO XXDe las imaginaciones y otros pensamientos formados pot

    el alma

    ARTI CULO XV II I

    Cuando nuestra alma se dedica a imaginar alga que noexiste, como por ejemplo, a representarse un palacio encan-tado a una quimera; y tambien cuando considera alga quees solo inteligible, y no imaginable, como por ejemplo, alconsiderar su propia naturaleza, las percepciones que tienede estas cosas dependen principalmente de la voluntad, quehace que las perciba, por 10 que se tiene costumbre de con-siderarlas como acciones m a s bien que como pasiones.

    De fa voluntadA su vez, nuestras voliciones son de dos clases, pues unasson acciones del alma que se terrninan en el alma rnisma,

    como cuando queremos amar aDios 0, en general, cuandoaplicamos nuestro pensamiento a un objeto no -material.~'hras SOTt accumes q_ue'rerrmnan en nuesrro cuerpo, comocuando del hecho de tener el deseo de pasear, se sigue quenuestras piemas se pongan en movimiento y comencemosa andar.

    ~Rti.rJULl.XLDe las imaginaciones que no tienen par causamas que el cuerpo

    ARTicULO XIX De las percepciones causadas por el cuerpo, la mayor par-te dependen de los nervios, pero tambien hay algunas queno dependen de ellos, y a las que se llama imagenes, comoestas de que acabo de hablar, pero que difieren de elIas enque no son formadas por nuestra voluntad, 10 que hace queno se puedan contar entre las acciones del alma; y estas noproceden sino de que los espfritus, estando diversamente

    De la percepclonNuestras percepciones son tam bien de dos clases, puesunas tienen como causa el alma y otras el cuerpo. Las quetienen por causa el alma son las percepciones de nuestra10. IDlalma, sin embargo, fotia las Ilamadas POI' Descartes ideaJl

    jictWias; POI' eso dice drecuentemente y no siempre.11. Aqui, en carnb io, dice siempre, porque incluso las ide= inlUf-tas son pueatas en nuestra alma POI' una causa exterior adecuada, su-puesto fundamental de las pruebas de la existencia de Dios.

    12. La palabra imaginatw'l1>8, en Descartes, equivale a cimagenea...que son para eI como sabemos una clase de pensamrentos. Si en al-gunos casos, como en este, traducimos dmaginaciones es para ae-nalar que puree hablarse de una cadena de Imagsnes que determinannuestros actos subaigulentea.

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    96 RENE. DESCARTES TRATADO DE LAS PASIONES 97agitados y encontrando en el cerebro las huellas de diver-sas impresiones que los han precedido, se dirigen en el, for-tuitamente, por unos poros mas bien que por otros. Talesson las ilusiones de nuestros suefios,y tarnbien las fantasiasque tenemos muchas veces despiertos, cuando nuestro pen-samiento yerra divagatoriamente sin aplicarse a nada sinoa si mismo. Ahora bien, aunque algunas de estas irnagenessean pasiones del alma, tornando la palabra pasionen sumas propia y particular significacion,y aunque todas pue-den ser llamadas pasiones, si se toma esta palabra en unsentido mas general; sin embargo, como no tienen una cau-sa tan bien conocida y determinada como las percepcionesque el alma recibe par los nervios, y como parecen no sermas que sombra y pintura de ellas antes de que podamosdistinguirlas bien, es preciso considerar la diterencia quehay entre estas y las otras.

    en el cerebro, dan en el alma dos sensaciones diferentes, quereferimos del tal modo a los objetos que suponemos ser suscausas, que pensamos ver la antorcha misma y oir la cam-pana, y no solamente sentir los movimientos que vienen deellas.w

    ARTIcuLO X'XIVDe las percepciones que rejerimos a nuestro cuerpo

    ARTICULO XXII

    Las percepciones que referimos a nuestro cuerpo 0 aalgunas de sus partes, son las que tenemos del harnbre, dela sed y de nuestros restantes apetitos naturales; a los quese pueden unir el dolor, el calor y las restantes afeccionesque sentimos como (si se diesen) en nuestros miembros, yno en los objetos exteriores; asi, podemos sentir a Ia vez,y par media de los mismos nervios, la friaJdad de nuestrasrnanos y el calor de la llama a que se aproximan: 0 bien,par el contrario, el calor de la mano y el frio del aire a queesta expuesta; sin que haya diferencia entre las accionesque nos hacen sentir el calor 0el frio de nuestra mano y lasque nos hacen sentir el que se da fuera de nosotros, sinoque, viniendo una de estas acciones inmediatamente antesque la otra, juzgamos que la primera esta ya en nosotros,mientras que Ia que sobreviene no 10esta todavia, sino queesta en elobjeto que lacausa.

    De la diierencia que hay entre las otras percepcionesTodas las percepciones que aun no he explicado vienendel alma por los nervios, y entre elIas se da esta diferencia:que unas Ias referimos a los objetos externos que impre-sionan nuestros sentidos, otras a nuestro cuerpo0a algunade sus partes, y otras, e n fin,a nuestra alma.

    ARTicULO XXIII ARriCUL.o XXVDe las percepciones que rejerimos a los objetos exteriores De las percepciones que reierimos a ttuestra almaLas que referimos a las cosas externas, esto es, a losobjetos de nuestros sentidos, son causadas (al menos cuan-do nuestra opinion no es falsa) por estos objetos, que pro-ducen ciertos movimientos en los 6rganos de los sentidosexternos, produciendolos tambien, a traves de los nervios,en el cerebro, y estes hacen que el alma los sienta. As},cuan-do vemos la luz de una antorcha y otmos el sonido de una

    campana, este sonido y esta Iuz son dos acciones diversasque s610par el hecho de que producen dos movirnientos di-versos en algunos de nuestros nervios y, por medio de ellos,

    Las percepciones que referimos solarnente al alma sonaquellas cuyos efectos se sienten como en el alma misma, yde las que no se conoce ninguna causa proxima a las quese las pueda referir. Tales son los sentimientos de alegrfa,de colera y otros semejantes, que algunas veces son produ-cidos en nosotros par los objetos que excitan nuestros ner-13. Se ha advertido ei ~bjetivismo de esta concepcion, pues,

    aunque Descartes srgue considerando que existen o.bjetos extertores,que son Ia causa de los movimientos producidos en nosotros, no cabeduda que se establece entre eatos y Ias percopetones que tenemosuna diferencia tal que queda abierta Ia puerta al tdeattsmo,

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    98 RENE DESCARTES TRATADO DE LAS PASIONES 99vios y otras veces tambien por otras causas.v Ahora bien,aunque todas nuestras percepciones, tanto las que se refie-ren a los objetos exteriores como las que se refieren a lasdiversas afecciones de nuestro cuerpo, sean verdaderamen-te pasiones respecto de nuestra alma, cuando se toma estapalabra en su significacion mas general, sin embargo, seriene costumbre de resrringirla para sjgnificar solo las quese refieren al alma misma. Y estas ultimas son unicamentelas que yo trato de explicar aqui bajo el nombre de pasio-nes del alma.

    uno sentirse triste 0conmovido por cualquier otra pasionsin ser muy verdadero que el alma tiene en si misma estapasion.

    ARTICULO XXVIIDefinicion de las pasiones del alma

    ARTICULO XXVI

    Despues de haber considerado en que difieren las pasio-nes del alma de todos sus restantes pensamientos, me pare-ce que se puede definirlas, en general, como percepciones 0sensaciones 0emociones del alma que se refieren particular-mente a ella y que son causadas, mantenidas y fortificadaspor un movimiento de los espiritus.Que las imaginaciones que 5610 dependen del movimiento[ortuito de los espiritus pueden ser tan verdaderas

    pasiones como las que dependen de los nervios ARTICUUJ XXVIIIQueda aqui par advertir que las rnismas cosas de que se

    da cuenta el alma por media de los nervias, Ie pueden serrepresentadas tambien por el curso fortuito de los espiritus,sin que haya mas diferencia sino que las impresiones quellegan al cerebro a traves de los nervios son habitualrnentemas vivas y expresas que las que excitan en el los espfr'itus,10 que me ha hecho decir, en el articulo 21 . que estes soncomo la sombra 0imagen (pintura) de IqS.otros. Es precisoadvertir tambien que algunas veces acontece que esta ima-gen es tan parecida a Ia cosa que representa, que se puedeuno equivocar respecto de las percepciones de los objetosexteriores 0de las que se refieren a alguna parte de nues-tro cuerpo, pero no puede equivocarse sobre las pasiones,porque estan tan proximas y son tan interiores para el alma,que es imposible que las sienta sin ser verdaderamentecomo las siente. Asi, frecuentemente cuando se esta dormi-do, y aun a veces estando despierto, se Imaginan aigunascosas con tanta fuerza que se piensa tenerlas delante 0 sen-tirlas en el propio cuerpo, aunque en ningun modo se denen el : pero, aunque se este dormido y se suefie, no podria14. IDstas otras causas pueden acr : j)} las fantasias de la imagt-

    naci6n que mueven al alma (vease el articulo siguiente); b) el papeldel temperamento (vease articulo 51 y carta a Isabel, AT. IV, 311); c)los juicios que excitan en el alma emociones puramente Intelectuales(vease articulo 79, 91).

    Explicacion de la primera parte de esta definicionSe las puede llamar percepciones en cuanto nos servimos

    generalmente de esta palabra para designar todos los pensa-rnientos que no son acciones del alma a voliciones; pero nocuando no nos servimos de ella sino para significar cono-cirnientos evidentes, pues la experiencia hace ver que losmas agitados por sus pasiones no son los que mejor cono-cen, y que se cuentan el numero de las percepciones a lasque la estrecba alianza que hay entre el alma y el cuerpohace confusas y oscuras.1S Se 1as puede Hamar tarnbien sen-saciones porque el alma las recibe del mismo modo que losobjetos de los sentidos externos, y no SOnde otro modo co-nocidas por ella. Pero se Ies puede Hamar aun mejor emo-ciones 16 del alma, no solo porque este termino puede atri-bufrsele a todos los cambios que ocurren en ella, es decir,a todos los diversos pensamientos que Ie vienen, sino parti-15. Del mismo modo, an los PrinclopW8 (IV, artfculo 190). se con-sideran las paslones del alma, como el amor, el odio, el temor y IIIc61era, como pB1L'tanniento8 coniueos (como Iuegn Leibniz), y se ai'la-de que los pensrunientos distintoB que tenernos, o podemos tener,Bobre 10 que dehB ser amado, odiado 0 temido, son muv diferentesde estos penaamientos eonfusos.18. Como se ve es la desig-naci6n que ha pr-evaleddo. BegUn susentido ettmologtco, Bm0I16T8 as produclr un camblo hacla otro lu-gar, esto es, que emoci6n es tanto como movimiento 0camhlo en etalma que Ia expertmenta.

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    cularrncnte porque, de todas las clases de pensamientos quepuede tener, no hay otros que la agiten y la conrnuevantanto como 10 hacen estas pasiones.

    ARTICULO XXIXExplicacion de la segunda parte

    Afiado que se refieren particularrnente al alma, paradistinguirlas de las demas sensaciones, que se refieren, unasa los objetos exteriores, como los olores, sonidos y colores.y otras a nuestro cuerpo, como el hambre, ~a sed, el d?Ior.Afiado, ademas, que son causadas, mantenidas y .fo;tIfi~a-das par un movimiento de los espiritus, a fin de distinguir-las de las voliciones, que se pueden lIamar emociones delalma que a ella se refieren, pero que no son causadas parella misma; y para explicar, par ultimo, su Ultima y rn~sproxima causa, que las distingue doblemente de las dernassensaciones.

    ARTICULOXXXQue el alma estti unida conjuntamente a todas las partesdelcuerpo

    Pero para entender perfectamente todas estas casas, esnecesario saner que ef alma esta' umaa veroaueramente ar'cuerpo, y que no se puede propiamente decir que esta enalguna de sus partes con exclusion de las otras, por~ue ~leuerpo es uno Y, en cierto modo, indivisible por la dlSPOSl-cion de sus organos, todos los euales se refieren de tal rna-nera unos a otros que si uno se quita, todo el cuerpo se hacedefectuoso ; y porque el alma es de tal naturaleza que n

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    10 2 RENE DESCARTES TRATADO DE LAS PASlONES 10 3tiempo. es precise necesariamenre que exista algun lugareo el que las dos imageries que vienen de ambos ojos, Uotras dos impresiones cualesquiera, que vienen de un soloobjeto par los organos dobles de los sentidos, puedan unir-se en una antes de llegar al alma, para que no le representendos objetos en vez de uno. Y se puede concebir facilmenteque estas imageries u otras irnpresiones se junten en estaglandula par media de los espiritus que llenan las cavidadesdel cerebro; pero no hay ningun lugar en el cuerpo en elque puedan estar as! unidas, sino despues de estarlo en estaglandula.

    ARTicULO XXXIII

    a saber; que los pequefios filamentos de nuestros nerviosestan distribuidos de tal modo por todas sus partes que,con ocasion de los diversos rnovimientos que son produci-dos en el par los objetos sensibles, abren de diverse modolos poros del cerebro, 10 que hace que los espfritus animalescontenidos en sus cavidades entren, tambien de diversemodo, en los mt'~ulos, par causa de 10 eual pueden moverlos miembros de 'I:t;.iaslas diversas maneras que pueden sermovidos; y tambien, que todas las demas eausas que pue-den mover diversamente los espiritus bastan para conducir-]05 a los diversos rnusculos. Afiadamos aquf, que Ia peqnefiaglandula, que es el asiento principal del alma, esta suspen-dida de tal modo entre las cavidades que contienen estosespfritus que puede ser movida par ellos de tantas manerasdiversas como diferencias sensibles hay en los objetos; peroque tambien puede ser movida de modos diversos por e1alma, que es de tal naturaleza que recibe en sf tantas im-presiones diversas (es decir, que tiene tantas diversas per-cepciones) como movimientos diversos tienen lugar en estaglandula. Como, recfprocamente, tambien la maquina delcuerpo esta compuesta de tal modo que 5610 par el hechode ser esta glandula diversamente movida por el alma, 0par cualquier otra causa que pueda darse, impulsa los es-pfritus que la rodean hacia los poros del cerebra, que losconducen par los nervios a los musculos, par medio de 10cualles haee mover los musculos.

    Que el lugar de las pasiones no es el corazonEn cuanto a la opinion de los que piensan que el almarecibe sus pasiones en el corazon, no puede tomarse en con-sideracion, porque no se funda mas que en que las pasiones

    hacen sentir en 61 alguna alteracion : y es facil de observarque esta alteracion solo se siente como en el coraz6n pormedio de un pequeno nervio que desciende hasta el desdeel cerebro ; del mismo modo que el dolor se siente en eI piepor media de los nervios del pie; y los astros se percibencomo en el cielo por media de su Iuz, y de los nervios opti-cos; de modo que no es mas necesario que nuestra almaejerza inmediatamente sus funciones en el corazon, parasentir en el sus pasiones, que es necesario que este el almaen el cielo para ver en el los astros. ARTiCULO 'XXXVEjemplo del modo de unirse las impresiones de los objetos

    en Laglandula que estti en media del cerebraARTICULO XXXIV

    Como el alma y el cuerpo actuan el uno sabre el otroAsi, por ejernplo, si vemos que un animal viene hacianosotros, la Iuz reflejada par su cuerpo pinta dos imageries,

    una en cada uno de los ojos; y estas dos imageries formanotras dos, por medio de los nervios opticos, en la superfi-cie interior del cerebro que mira hacia sus concavidades ;despues, desde aqui, par media de los espiritus de que estascavidades estan llenas, estas imageries irradian de tal suer-te hacia la pequefia glandula, que esta rode ada par esos es-pfritus, que el movimiento que cornpone cada punta de unade las imageries tiende hacia el mismo punta de la glandula

    Concebimos, pues, aqui que el alma tiene su sede prin-cipal en Ia pequefia glandula que hay en medio del cerebra,desde donde irradia a todo el resto del cuerpo por medicde los espiritus, de los nervios y aun de la sangre, que, par-ticipando de las lrnpresiones de los espfritus, pueden Ilevar-las par las arterias a todos los miembros, Y recordando 10que antes se ha dicho sabre la maquina de nuestro cuerpo,

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    10 4 RENE DESCARTES TRATADO DE LAS PASlONES 105hacia. el que tiende el rnovirnierito que forma el punto de laotra Imagen, y que representa Ia rnisma parte del animal;y por este media las dos imagenes que se dan en el cerebracomponen en la glandula una sola, que, actuando inmedia-tamente sobre e l alma , le haee ver la figura de este animal ,

    ARTicULO xxxvnComo p.ar~e que todas l~s.pasiones son causadas por algun

    movtmtento (je los esptritusARTICULO XxXVI Y como oeurre alga parecido en todas las demas pasio-n~s: a saber, ~ue son causadas principalmente par los es-prrrtus contenidos en las cavidades del cerebro al correrhacia los nervios que sirven para ensanchar a estrechar losorificios del corazon, 0para impulsar diversamente hacia

    el la sangre que est a en las dernas partes, 0de alguna otramanera, para mantener la misma pasion, se puede c1ara-n:~nte comprender par esto par que be puesto, en su defini-cion, que son causadas par algun movimiento particular delos espiritus.

    Ejemplo del modo en que las pasiones son producidasen el alma~ a~en:as, si esta figura es muy extrafia y espantosa, esdecir, Sl tiene mucha relacion can las casas que antes hansido perjudiciales para el cuerpo, esto produce en el alma

    la pas~on del temor y, despues, la de la audacia, a bien, ladel miedo y el espanto, segun los diversos temperamentosdel cuerpo a la fuerza del alma, y segun se haya estado antesgarantizado par la defensa 0 par la huida contra las cosasnocivas can las que tiene relacion la impresi6n actual, Por-que esto haee que, en algunos, el cerebra este dispuesto detal manera que los espiritus ret1ejados par la imagen as!formada, en la glandula, van a parar desde esta, en partea los nervios que sirven para volver la espalda y mover laspiernas para huir de ella, y en parte, a los nervios que en-sanchan a estrechan de tal manera los orificios del corazona bien, que agitan de tal forma las otras partes de donde l~' > ;G.>;;! ' ,&"~ k 1..1,_~1,'G.,';'3..~ ~W ' ': 'G . '' ~~ \ .~ w iQ , '' 'e . a .l J. t lo.. ~aC\.%t:e . de. (Gt:~ad~ferente a la habitual, envia al cerebro los espiritus apro-piados para mantener y fortificar la pasion del rniedo esdecir, que son adecuados para rnantener abiertos a abr'irde nuevo los poros del cerebro que los conducen a los mis-mas nervios, Pues solo par el heche de entrar estos espiri-tus en estos poros, producen un movirniento particular enesta glandula;. que la naturaleza ha establecido para hacerque el alma sienta esta pasion, Y par relacionarse estospcros prlncipalmente can los pequefios nervios que sirvenpara reducir 0ensanchar los orificios del eoraz6n ocurreque el alma siente la pasion principalmente como en el co-razon,

    ARTiCULO XXXVllIEjemplo de los movimientos del cuerpo que acompanana las pasiones, y que no dependen del alma

    Par la, ~emas, ~el mismo modo que el curso que tamanestos espirrtus hacia los nervios del corazon basta para mo-ver Ia glandula par Ia que e1 miedo se pone en el almaa~i tambien, solo porque algunos espfrirus llegan a1 misrnotJe:UPo a los nervios que sirven para mover las piernas parahUIr,. causan otro movirniento en la misma glandula, parmedio del cual el alma siente y se da cuenta de esta huidaq.u~,puede ser, asf, producida en el cuerpa par la sola dispo~sicion de los organos, y sin que el alma contribuya a ella.

    ARTIcULO XXXIXComo una misma causa puede producir diversas pasiones

    en diversos hombresLa misma impresi6n que la presencia de un objeto es-

    pantoso haee sabre la glandula, y que produce el miedo enalgunos, puede produeir en otros el valor a la audacia :

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    10 6 RENE DESCARTEScuya razon es que no todos los cerebros estan dispuestosde la rnisma manera.t? y que el rnismo movimiento de laglandula que produce en unos el miedo, hace que, en otros,los espiritus entren en los poros del cerebra que les con-ducen en parte a los nervios que sirven para mover lasmanos a fin de defenderse, y en parte a los que agitan eimpulsan la sangre hacia el corazon, del modo requeridopara producir los espiritus adecuados para continuar estadefensa, y mantener en ella a Ia voluntad.

    ARTicuLO XLCudl es el principal eiecto de las pasiones

    Porque es necesario advertir que el principal efecto detodas las pasiones en los hombres es el de incitar y dispo-ner su alma a desear las cosas para las que preparan elcuerpo : de modo que Ja sensacion de miedo le incita a que-rer huir y Ia de audacia a querer cornbatir, y as! en losdernas cases.

    ART1cULOXLIQue poder tiene el alma sobre el cuerpo

    Mas, la voluntad es por naturaleza libre de tal modo quetlUllCa puede ser coeccionede ; y de las dos clsses de peass-rnientos que he distinguido en el alma, uno de los cualesson las acciones, a saber, sus voliciones, y las otras suspasiones, tomando Ia palabra en su significado mas general,que comprende toda clase de percepciones, las primerasestan por completo en su poder y solo indirectamente pue-den ser cambiadas por el cuerpo, rnientras que, por el con-trario, las segundas dependen absolutamente de las accio-nes que las producen, y solo indirectamente pueden ser cam-biadas par el alma, excepto cuando ella misma es su causa.y toda la accion del alma consiste en que 5610 por el hecho17. Se trata de los diversos temperamentos segrm los humores.como en la conocida clasiflcaeidn gaienica en sanguintos, linftticos 0

    flematicos. colertcos y atrabiliarios 0 melancoltcos, La base dlferen-cial es fisiol6gica. segun los estahlecido en la carta a Isabel de {; deoctubre de 16'45.

    TRATADO DE LAS PASlONES 1 0 7de querer algo, sabe que la pequefia glandula, a la que estaestrechamente unida, se mueve del modo requerido paraproducir el efecto correspondiente a esta volicion.

    ARTICUW XLIIComo encontramos en la memoria las casas de quequeremos acordarnos

    Asi, cuando el alma qui ere recordar alga, este deseohace que la glandula, inclinandose sucesivamente hacia di-versos lados, impulse los espiritus hacia distintos lugaresdel cerebra hasta que encuentre aquel en que quedan lashuellas que ha dejado en el el objeto que se quiere recor-dar. Porque estas huellas no son otra cosa sino que losporos del cerebro, por donde los espiritus han pasado antesen su carrera, a causa de 1a presencia de este objeto hanadquirido una mayor facilidad que los otros para abrirsede nuevo del mismo modo para los esptritus que hacia ellosvienen; de suerte que estos espiritus, encontrando estosporos, entran en ellos mas facilmente que en los demas :por euyo medio producen un movimiento particular en laglandula, que representa al alma el mismo objeto y Iehace conocer que es aquel de que quiere acordarse.

    Aarrctn,o XLIIIComo el alma puede imaginar, atender y mover al cuerpoAsi, cuando se quiere imaginar alga que no se ha vis tonunca, este deseo tiene la virtud de hacer que la glandula

    se mueva del modo adecuado para dirigir los espiritus hacialos poros del cerebro por cuya apertura puede ser represen-tada. Asi, cuando se quiere dirigir la atencion para con-siderar durante algun tiempo el mismo objeto, estedeseo retiene la glandula durante este tiempo inclinada delmismo lado. Asf, finalmente, euando se quiere andar, 0mover el cuerpo de cualquier otra rnanera, este deseo haceque la glandula dirija los espfritus hacia los musculos quesirven para esto.

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    10 8 RENE DESCARTES

    ARTICULO XLIVQue cada deseo (0 volicum) va naturatment unido a unrnovimiento de la glandula; pero que por eiercicio 0porhdbito se le puede unir a otros

    Sin embargo, no es siempre la voluntad de producir ennosotros un movirniento, U otro efecto, Ia que puede hacerque 10 produzcamos : sino que esto cambia segun la natu-raleza a el habito han unido diversamente cada movirnien-to de la glandula a cada pensamiento. Asi, par ejemplo, sise quiere disponer los ojos para rnirar un objeto muy le-jano, este deseo hace que su pupila se ensanche ; y si se losquiere disponer para mirar un objeto muy proximo, estedeseo hace que se estreche. Pero si se piensa solamente enensancharla, ya se puede tener el deseo de hacerlo, que nopar eso se ensanchara : puesto que la naturaleza no ha uni-do el movimiento de la glandula, que sirve para dirigir losespfritus hacia el nervio optico de Ia manera que se requierepara ensanchar 0 estrechar la pupila, con la voluntad deensancharla 0reducirla, sino can la de mirar los objetoslejanos 0 proximos. Y cuando, al hablar, no pensamos masque en el sentido de Io que queremos decir, esto hace quemovamos la lengua y los labios mucho mas rapidarnentey mucho mejor que si pensamos en moverlos de tadas lasformas requeridas para proferir las mismas palabras. Encuanto que el habito que hernos adquirido al aprender ahablar, ha hecho que hayamos unido la accion del alma,que par medio de la glandula puede mover la Iengua y loslabios, con la significacion de las palabras que se siguen deestos movimientos mas que con los rnovimientos misrnos.

    ARTICULO XLVQue poder tiene el alma sobre sus pasiones

    Tampoco pueden nuestras pasiones ser producidas 0 su-primidas por la accion de nuestra voluntad; pero puedenserlo indirectamente par la representaci6n de las casas quevan habitualmente unidas a las pasiones que querernos

    TRATADO DE LAS PASIONES 1 0 9tener y que son contrarias a las que querernos reprirnir.Asf, para excitar en sl misrno el valor y quitar el rniedo, nobasta con quererlo, sino que es preciso considerar las ra-zones, los objetos 0 los ejemplos que persuadan de queel peligro no es grande, que hay siernpre mayor seguridaden Ia defensataue en 1a huida, que se conseguira la gloriay se tendra la"alegria de haber vencida, rnientras que si sehuye, s610 puede esperarse el pesar y la vergiienza de ha-berlo heche, y otras cosas semejantes.

    ARIiclILO XLVIQue razon impide que el alma pueda disponer enteramente

    de sus pasionesY hay una razon particular que Ie impide al alma podercambiar 0detener rapidamente sus pasiones, que me ha

    dado ocasion para incluir en su definicion antes que nosolamente son causadas sino mantenidas y reforzadas poralgunos movimientos particulares de los esptritus, Y estarazon es que casi todas van acompafiadas de una ernocion,que tiene su centro en el coraz6n, y, consecuentemente,tambien en toda Ia sangre y en los espiritus.w de modoque hasta que la emocion ha cesado perrnanecen presentesen nuestro pensamiento, del mismo modo que estan pre-sentes en el objetos sensibles mientras acnian sabre losorganos de nuestros sentidos. Y como el alma, atendiendomtensarnente a otra cosa, puede dejar de oir un ruido pocointense 0 de sentir un dolor Ieve, pero no puede del rnismomodo dejar de oir un trueno 0 de sentir el fuego quequema su mana, asi puede sobreponerse facilmente a laspasiones, pero no a las mas violentas y fuertes, sino des-pues de haberse apaciguado Ia emoci6n de Ia sangre y delos espiritus. La mas que puede hacer la voluntad, mien-tras que esta emocion dura, es no consentir en sus efectosy contener muchos de los movimientos a que la emociondispone al cuerpo. Por ejemplo, si Ia colera hace levantarla mano para golpear, 1a voluntad puede ordinariamentecontenerla : y si el miedo incita a las piernas a huir, la vo-luntad puede detenerlas, y as! en los dernas casas.

    18. Recudruesc que los esptrttus son las partes sutiles de la sangre.

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    110 RENE DESCARTES

    ARTicULO XLVIIEn que consisten los combates que se suelen imaginar entre

    la parte inferior y la superior del almaY todos los combates que se acosturnbran a imaginar en-

    tre la parte inferior del alma, que se llama sensitiva, y lasuperior, que es 1a racional, a bien entre los apetitos natu-raJes y Ja voluntad, consisten en la oposicion que se daentre los movimientos que tienden a producir, al rnismotiernpo, en La glandula, el cuerpo, par media de sus espi-ritus, y el alma, par media de su voluntad, Porque notenemos mas que un alma, y esta no tiene diversidad algu-na de partes. La misma alma es la sensitiva que la racional,y todos sus apetitos son voliciones, El error que se hacometido haciendola representar el papel de personajes dis-tintos, que ordinariamente son contraries los unos a l?sotros, no proviene sino de que sus funciones no se han dis-tinguido bien de las del cuerpo, al que debe ser unlcarnenteatribuido todo 10 que puede advertirse en nosotros comoopuesto a nuestra razon, De modo que no hay aqui otrocornbate que el hecho de que la pequefia glandula que hayen medio del cerebro, pudiendo ser inclinada de un Iadopar el alma y de otro par los espiritus animales -que noSOn sino cuerpos, como se ha dicho antes-,t9 ocurre fre-cuentemente que estos dos Impulsos son contraries, y queel mas fuerte impide el efecto del otro. Ahora bien, sepueden distinguir dos clases de movimientos entre los pro-ducidos por los espiritus en la glandula (de los cuales),unos representan al alma los objetos que mueven a lossentidos 0las Impresiones que se encuentran en el cerebra,y estos no producen en Ia voluntad ninguna accion ; losotros, esto es, los que causan las pasiones 0 los movi-rnientos delcuerpo que les acompafian, si que la producen.Y en cuanto a los primeros, aunque impiden frecuente-mente ]05 aetas del alma 0son impedidos par ellos, no obs-tante como no son directamente contrarios, no se advierteaqui 'combate. Se nota soiamente entre los segundos y losactos de voluntad que se les oponen; par ejemplo, entre el19. En elarticulo 10.

    TRATADO DE LAS PASIONES 111fuerte impulse con que los espiritus inc1inan a Ia glandulapara causar en el alma el deseo de alga, y aquel can que elalma 10 rechaza (Ie da el impulso contrario) por Ia volun-tad que tiene de huir de eso mismo. Y 10 que hace princi-palrnente qw p esto parezea un combate, es que la voluntad,no reniendo 'b l pader de excitar directamente las pasiones,como ya se ha dicho.w se ve obligada a emplear la astucia,y dedicarse a considerar sucesivarnente cosas diversas, en10 cual, si ocurre a veces que una de ellas tiene poder paracambiar par un momento el eurso de los espfritus, puedeocurrir que la que la sigue, no 10 tenga, y que los espiri-tus 10 continuen inmediatarnente, porque no ha cambiadola disposicion que ha precedido en los nervios, en eI cora-zan y en la sangre; 10 que hace se vea impulsada a deseary a no desear, casi al mismo tiempo, la misrna cosa, Y estoha dado ocasi6n para imaginar en ella dos potencias quese cornbaten. Sin embargo, aun puede concebirse un eom-bate, en euanto que, frecuentemente, la misma causa queprovoca en el alma una pasion, produce tambien ciertosrnovimientos en el cuerpo a los que el alma no contribuye,y que impide 0trata de impedir en cuanto se da cuenrade ellos ; como se experirnenta cuando 10 que produce mie-do hace tarnbien que los espfritus entren en los musculosque sirven para mover las piernas para huir, y que la vo-luntad que se tiene de ser valiente, los detenga,

    ARTiCULO XLVIIIEn que se canace la [uerza 0 la debilidad de las alrnas,y cudl es el mal de las mas debiles

    Ahara bien, par el exito de estes cornbates es como pue-de conocer cada uno la fuerza 01a debilidad de su alma.Porque, sin duda, las almas mas fuertes son las de aquelloscuya voluntad puede veneer mas facilmente las pasionese impedir los movirnientos del cuerpo que las acornpafian.Perc hay quienes no pueden experimentar sus fuerzas, P?r-que nunca hacen combatir a su voluntad can sus propiasarmas, sino can las que le proporcionan unas pasiones pararesistir a otras. 'La que yo llamo sus propias armas sonjuicios firmes y determinados sobre el conocimiento del20. En el articulo 45.

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    112 RENE DESCARTES TRATADO DE LAS PASIONES 113bien y del mal, segun los cuales ha resuelto conducir susaetas y su vida. Y las mas debiles de todas las alrnas sonlas de aquellos cuya voluntad no se determina de este mod~a seguir ciertos juicios, sino que se deja llevar continua-mente por las pasiones del momento, las cuales, siendofrecuenternente contrarias entre sf, tiran de ella alternati-vamente hacia 1 O ; U partido, Y, empleandola en combatirsea sf rnisma, ponen al alma en el estado mas deplorableque puede tener. Ast, cuando el miedo presenta a la rnuer-te como un mal extrema, que no puede ser evitado mas quepar la huida, si, par otro Iado, la ambicion presenta lainfamia de esta huida como un mal peor que la muerte,estas dos pasiones mueven a la voluntad de modos diver-sos, y esta, obedeciendo ya a una ya a otra, se opone con-tinuamente a S 1 misma, y asi hace al alma esclava y des-graciada.

    Aarrcui,o LQue no hay alma tan debil que no pueda, si es bienconducida, ~.'ldquirirun poder absoluto sobre sus pasio