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24 Páginas Año: 14 Número 316 23 de Octubre 2013 ngélica López y María Medina son amigas desde hace muchos años y viven en Peoria, Illinois. El perrito Spanchi es casi el rey de la casa y Ángel, el retoño de María es considerado príncipe de este pequeño reino feliz. La vivienda es una cabaña como de cuento, rodeada de un bosque amigable como para soñar. La sala donde he sido invitado a sentarme es acogedora y allí es donde estamos llevando a cabo una amena conversación. Angélica ha hecho del águila su símbolo. Por eso, nunca se ha conformado con volar por donde vuela la mayoría de los pájaros, sino más allá, donde el aire es más limpio y el cielo luce más despejado, más azul. Esa fue su idea cuando dejó su natal Guadalajara, allá por 1986. Volar más al norte era el mandato de su corazón. En Riverside, California, trabajó ocho meses limpiando cuartos de hotel; y allí hubiera continuado sin tiempo, pero un águila revoloteando en su pecho tapatío, le dijo: “No trabajes para nadie. Trabaja, pero para ti, para tu propio desarrollo y satisfacción.” Así lo hizo. En esa ciudad nació la empresa: Las 3 Águilas de Oro. ¿Y por qué tres águilas y no una o dos?, interrumpo. -Bueno, aquí le va la respuesta. El águila principal soy yo, la segunda es mi amiga Mary y la tercera es Ángel. Los tres somos águilas y así es como nos definimos, pensamos y deseamos vivir. -¡Ah, ya comprendo! ¡Ya comprendo! -Eso digo, con mi mirada brillando de admiración. Y pues, de Riverside a Peoria hay una distancia enorme y mundos de diferencia -es mi pregunta. -Pues, por lo mismo. Por el deseo de siempre ampliar nuestros horizontes estamos aquí y, déjeme explicarle, esta no es nuestra última frontera. No podría ser. Eso sí, mientras estemos aquí, viviremos y trabajaremos cada minuto a plenitud, para evitar remordimientos después. En verdad, estoy frente a dos mujeres con espíritu indomable, me queda por decir. Pero las 3 Águilas de Oro no es una venta de tacos al pastor o de elotes locos. De ninguna manera. Las 3 Águilas de Oro es un negocio donde se trabaja con tecnología de punta. ¿Cómo así? ¿Pueden acaso dos mujeres ir a la vanguardia en estos menesteres? ¡Pues, Claro! ¡Por qué no! A ver, les digo: Angélica es una experta en dar mantenimiento a computadoras y aparatos I Phone. También es experta en restaurar joyería, relojería, trabajar al detalle, con finura y precisión. Y saben, allí no termina todo. Angélica es maestra de Corte y Confección y compositora de letras para canción. Y entonces a su amiga María donde la colocamos en este jardín de tanto talento y capacidad. Pues, aquí, al lado de su amiga, como asistente, como su mano derecha, como su amiga y compañera fiel. Angélica es sobreviviente de cáncer de seno. Hace cinco años cuando se sometió al severo tratamiento de radio y quimioterapia parientes y amigos la llamaban para ofrecerle consuelo y valor. Pero un águila, como es Angélica, en vez de consolarse al recibir ánimo para soportar las drásticas terapias, era más bien ella quien contagiaba a sus seres queridos con entusiasmo y con deseos de vivir y de reír. -Váyase a su casa a descansar -le aconsejaba el personal médico. Nuestra águila de oro nunca siguió ese consejo. De las terapias salía directo a trabajar. A su hermano Mario le compuso una canción. El buen y muy trabajador joven había ahorrado dos meses para comprar las entradas para ir a bailar con su novia, con la Sonora Santanera. No pudo ir. Ese día en el trabajo se quebró un pie. -A ver, escúchela -me pide. Al poner mi oído, la letra y el ritmo me da por mover los hombros y reír. Esa es Angélica, una mujer feliz de vivir y de luchar. Y por eso, desde aquí, el personal del Heraldo le expresa la más sincera enhorabuena y la más sentida felicitación. Por: Oscar Argueta A LAS 3 AGUILAS DE ORO

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Page 1: 23 oct 2013 todo

24 PáginasAño: 14 Número 316 23 de Octubre 2013

ngélica López y María Medina son amigas desde hace muchos años y viven en Peoria, Illinois. El perrito Spanchi es casi el rey de la casa y Ángel, el

retoño de María es considerado príncipe de este pequeño reino feliz. La vivienda es una cabaña como de cuento, rodeada de un bosque amigable como para soñar. La sala donde he sido invitado a sentarme es acogedora y allí es donde estamos llevando a cabo una amena conversación. Angélica ha hecho del águila su símbolo. Por eso, nunca se ha conformado con volar por donde vuela la mayoría de los pájaros, sino más allá, donde el aire es más limpio y el cielo luce más despejado, más azul. Esa fue su idea cuando dejó su natal Guadalajara, allá por 1986. Volar más al norte era el mandato de su corazón. En Riverside, California, trabajó ocho meses limpiando cuartos de hotel; y allí hubiera continuado sin tiempo, pero un águila revoloteando en su pecho tapatío, le dijo: “No trabajes para nadie. Trabaja, pero para ti, para tu propio desarrollo y satisfacción.” Así lo hizo. En esa ciudad nació la empresa: Las 3 Águilas de Oro. ¿Y por qué tres águilas y no una o dos?, interrumpo.-Bueno, aquí le va la respuesta. El águila principal soy yo, la segunda es mi amiga Mary y la tercera es Ángel. Los tres somos águilas y así es como nos definimos, pensamos y deseamos vivir.-¡Ah, ya comprendo! ¡Ya comprendo! -Eso digo, con mi mirada brillando de admiración.

Y pues, de Riverside a Peoria hay una distancia enorme y mundos de diferencia -es mi pregunta.-Pues, por lo mismo. Por el deseo de siempre ampliar nuestros horizontes estamos aquí y, déjeme explicarle, esta no es nuestra última frontera. No podría ser. Eso sí, mientras estemos aquí, viviremos y trabajaremos cada minuto a plenitud, para evitar remordimientos después. En verdad, estoy frente a dos mujeres con espíritu indomable, me queda por decir. Pero las 3 Águilas de Oro no es una venta de tacos al pastor o de elotes locos. De ninguna manera. Las 3 Águilas de Oro es un negocio donde se trabaja con tecnología de punta. ¿Cómo así? ¿Pueden acaso dos mujeres ir a la vanguardia en estos menesteres? ¡Pues, Claro! ¡Por qué no! A ver, les digo: Angélica es una experta en dar mantenimiento a computadoras y aparatos I Phone. También es experta en restaurar joyería, relojería, trabajar al detalle, con finura y precisión. Y saben, allí no termina todo. Angélica es maestra de Corte y Confección y compositora de letras para canción. Y entonces a su amiga María donde la colocamos en este jardín de tanto talento y capacidad. Pues, aquí, al lado de su amiga, como asistente, como su mano derecha, como su amiga y compañera fiel. Angélica es sobreviviente de cáncer de seno. Hace cinco años cuando se sometió al severo tratamiento de radio y quimioterapia parientes y amigos la llamaban para ofrecerle consuelo y valor. Pero un águila, como es Angélica, en vez de consolarse al recibir ánimo para soportar las drásticas terapias, era más

bien ella quien contagiaba a sus seres queridos con entusiasmo y con deseos de vivir y de reír.-Váyase a su casa a descansar -le aconsejaba el personal médico. Nuestra águila de oro nunca siguió ese consejo. De las terapias salía directo a trabajar. A su hermano Mario le compuso una canción. El buen y muy trabajador joven había ahorrado dos meses para comprar las entradas para ir a bailar con su novia, con la

Sonora Santanera. No pudo ir. Ese día en el trabajo se quebró un pie.-A ver, escúchela -me pide. Al poner mi oído, la letra y el ritmo me da por mover los hombros y reír. Esa es Angélica, una mujer feliz de vivir y de luchar. Y por eso, desde aquí, el personal del Heraldo le expresa la más sincera enhorabuena y la más sentida felicitación.

Por: Oscar Argueta

ALAS 3 AGUILAS DE ORO

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Página 2 23 Octubre de 2013 EL Heraldo Hispano

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El Heraldo Hispano 23 de Octubre de 2013 Página 3

a gran nación norteamericana ya no es fuerte, ya no es el faro del mundo. En su juventud escaló la cumbre

más alta y al arribar amarró una hamaca de la punta de dos estacas y se sentó a descansar. Un descanso de un rato le caía bien y hasta dormirse unos cuantos minutos le era necesario. He aquí la posible explicación de su caída o de su atolondrado despertar. Culpemos, si se nos permite, a la frescura proveniente de aquellas alturas la razón de haberse quedado dormida más de lo debido. Quizá el suave vaivén de la hamaca le dio por soñar en su interminable poderío y en lo inexpugnable de su altísima fortaleza gris. En este estado de exquisita complacencia, debo asumir, empezó a olvidarse de

cómo había llegado hasta allí y en dónde o quién le había dado las fuerzas para conquistar aquellas alturas de interminable azul. Remontémonos por un momento a sus humildes

principios cuando hambrienta de ilusión ponía el hombro a la lid y sin miedo rompía brechas, encauzaba pantanos, conquistaba el desierto y le arrancaba fuego al sol. Cada día al despertarse sentía el corazón del tamaño del cielo y con esa potencia subyugaba ríos, domaba montañas y desviaba el mar. La tierra, aquel inmenso solar

prodigioso lloraba de alegría al sentir el roce de las manos callosas arrancarle las malas raíces y una vez cultivado el suelo sembrarle flores, frutas y vigor. Como buen chapín, un poco maya, un poco español, consumo los deliciosos frijoles negros, negritos como el carbón. Para almorzar me da por suspirar felicidad frente a un buen caldo se frijol con cilantro y cebollita roja, rojita de amor. Para cenar una maleta de frijoles volteados y para desayunar sobrantes de los frijoles de ayer. ¿Dónde compro mi grano del color de la oscuridad? Verán lo compro de una tienda Amish, situada a unas horas de aquí. Lo compro por arroba y me lo dan en un costal de brin. Al caminar por

los pasillos de esa tienda me da por suspirar. ¿Y por qué suspiro? Pues suspiro por aquel pasado cuando mi vida era muy parecida a la vida de esa gente dueña de un pensar estricto, industriosa y frugal. Ante aquel inamovible carácter de la gente Amish una pregunta surge del fondo de mi corazón. ¿Por qué dejamos de ser como ellos son ahora? ¿Por qué dejamos robarnos la inocencia? ¿Por qué dejamos de ser sencillos? ¿Por qué nos alejamos de aquel centro protector y nos fuimos caminando hasta acercarnos a las orillas o extremos de un precipicio abrumador? Todo eso me da por pensar cuando veo a esa gente vivir los altos estándares del edificio de la felicidad. A mí me ha dado por llamarlos atrevidos. Y ¿por qué los llamo así? Pues, porque nunca han intentado parecerse a nadie más, porque permanecen fieles a su ideal, a pesar de vivir en un mundo donde impera el orgullo y la vanidad. La nación norteamericana descuidó sus cimientos. Allá, sentada en su cumbre, sintió deseos de bailar y bailó por cuarenta días alrededor de un becerro de oro feo y descomunal. Mientras duraba el eterno jolgorio, el enemigo socavó con sus uñas los cimientos y con

el suelo carcomido por las malezas o el jején el edificio otrora seguro, otrora fundado en los principios de igualdad y libertad ha empezado a desmoronarse y está a punto de colapsar. Así le paso a la Roma eterna, a la Grecia culta, a la gran Babilonia de Nabucodonosor, a la sapientísima civilización Maya, a la Inca y a la Azteca, hija del Águila Real. De aquellas grandes potencias solo queda polvo, muros derribados y piedras llorando su perpetua soledad. Así terminará esta nación humillada como han terminado todas: no vencida por causas externas, sino por su propio y altivo yo. Se me encoge el corazón al escuchar a los padres de esta nación debatir lo inevitable. Todos culpan a los demás, pero nadie se culpa a sí mismo. He aquí, una pregunta. ¿Es esta la razón por la cual nosotros los inmigrantes hemos venido hasta aquí? ¿Estaremos aquí a esta hora para levantar lo caído, reparar lo destruido, restaurar el honor? ¿Seremos nosotros los mil cachorros sueltos del león español, de aquel verso de Rubén Darío a Roosevelt el Cazador? ¡Arriba, leones de Dios! ¡No dejemos caer, ni humillar a esta bendecida nación!

EDITORIAL

L

Poeta, poeta, poeta.Di la palabra, el verbo,la frase, la metáfora,el secreto de ser eso:

un romántico como tú.

Cómo decir: ¡eres mía,eres todo, eres tanto!

Cómo decir: ¡es locuraamarte!, pero decirlocon la fuerza del mar.

Di cómo lograr el milagrode acariciar sus pétalos,con palabras de seda.Y di, mí buen maestro

si tú suspiras al escribir.

¡Ah, poeta!, os lo ruego;os lo demando, dime:¿cómo puedo amarlaaún más, con palabrasencendidas de pasión?

Frente a ella, mi lenguase desmaya, se retrae.Silencio, solo silencio,evoco ante su belleza

o ante el oro de su luz.

¡Di, poeta, la palabra;revélame el misterio!el lenguaje más puro para decir: ¡eres mía!,así como lo dirías tú.

Por: Oscar Argueta

Por: OscarArgueta

([email protected])

Guatemalteco.Escribe desde

Mount Pleasant, IA

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Página 4 23 Octubre de 2013 EL Heraldo Hispano

Page 5: 23 oct 2013 todo

El Heraldo Hispano 23 de Octubre de 2013 Página 5El Heraldo Hispano se encuentra en estos

establecimientos comerciales:

IOWA

AMESHy-Vee 640 Lincoln Way / 515-232-1961

West Hy-Vee 3800 Lincoln Way / 515-292-5543

BETTENDORFAzteca III 2400 Spruce Hill Dr. 563-344-2121

BURLINGTONCasa Fiesta, 2570 Mt Pleasant St. 319-758-1111Lindo México, 622 Jefferson St. 319-753-9952

Trailways, 906 Broadway St 319- 752-5453SCC Burlington 1500 West Agency Rd

Biblioteca Pública, 210 Court St. Burlington(319) 753-1647

Mi Pueblo Real, 3110 Division 3197528458

CEDAR RAPIDSAdelitas Mexican Grill, 2833 Blairs Ferry Rd NE

319-378-0034 La Guanajuato, 3915 Center Point Rd NE

319-743-0081La Camelia, 475 Northland Ave 319-377-2755El Mercadito, 700 1st Av. NW 319-365-9733

El Paisano Restaurant, 700 1st Ave NW Cedar Rapids, IA 319-826-3692

Panadería Lupita, 3300 Johnson Av. NW319-366-1181

Tienda Don Miguel 2a127 Wiley Blvd SW319-396-2588

El Rancho Mexican Restaurant2747 16th Av. SW 319-298-8844

Fiesta Del Sol Restaurant 4801 1st Avenue Southeast, Cedar Rapids, IA 319-373-2477‎

Los Compadres 2825 6th Street Southwest 319-826-1870

COLUMBUS JUNCTIONDollar Store, 219 Main St. 319-728-8020

La Perla de México, 225 Main 319-728-8182 Antojitos Carmen, 207 Main St. Columbus Jct, IA

319-728-9055Taquería La Hacienda,120 North Main

319-728-8099

CORALVILLETienda Lupita, 108 2nd. Ave. 319-338-1282

El Cactus Original 104 First Ave. 319-354-0444Casa Azul Restaurante, 708 1st Ave

319-338-26415th Avenue 899 -22nd Avenue 319-351-3850

CLIVELa Preferida - Mexican Market, 1800 NW 86th St.

(515) 278-5806Elegante Salon, 1800 NW 86th St.

(515) 727-6058Lara’s Bakery, 1800 NW 86th St, Ste 19

(515) 276-5589

DAVENPORTAzteca I Restaurant

(Walnut Center)4811 N. Brady St.563-386-6689

Azteca 2, 2843 E. 53 RD St.Azteca 4, 3566 N. Brady

563-445-1315Los Agaves Mexican Grill

328 N. Brady Stree 563-386-5949Aborrotes Carrillo, 903 W. 3td. St. 563-323-5977

Tienda La Finca916 W 2nd Street, 563-322-0041

DES MOINESLa Tapatia 2, 4007 SE 13th St.

515- 256-3283Pasteleria La Michoacana 1552 E. Grand Ave.

Space B 515-265-0696La Cruz Mexican Market, 3900 E 14th St.

515-264-9441La Favorita, 1700 E. Grand Ave

515-262-5489La Tapatía Market, 1440 Des Moines St

515-262-8097Mundo Latino Insurance Agency

1541 East Grand Ave. 515-287-0055Tienda La Mexicana

1524 E. Grand Ave 515-265-8614La Preferida Mexican Market

1800 N 86th St Clive 515-278-5806La Michoacana Mexican Groseries

433 5th St. West Des Moines 515-255-5329El Salvador del Mundo Rest. Salvadoreño, 2901 6th

Ave. 515-244-5224Tienda El Palomino, 3116 E. 14th St.

515-265-4410Pasteleria Raquel, 1521E. Grand Ave.

515-263-9233 515-771-1825.Foto Fiesta 1521 E. Grand Ave

515-264-1999Paleteria La Michoacana

1552 Grand Ave. Suite B 515-265-0696El Zapatito, 2102 E. 14th St. 515-745-8360

FAIRFIELDLa Hacienda, 2803 W Burlington Ave,

641-472-1036Arandas Mexican Restaurant

203 W Broadway Ave 641-472-4328

IOWA CITY4 Season, 1022 Gilbert Ct. Iowa City, IA

319-541-5228Adriana Salon 5 Sturgis Corner Dr Ste. 3600

319-548-1227Taqueria La Michoacana 438 Hwy 1 W

319-358-2333Hair Desing, 1930 South Gilbert St.

319-358-5710Tax Mex 1930 S Gilbert Street 319-339-4200

Los Portales, 1402 S. Gilbert St. y Hwy 6319-358-1308

Tienda El Paso, 609 Hollywood Blvd. 319-338-3703

Acapulco 2, 1937 Keokuk 319-338-1122319-358-8182

Potentially Yours 1705 S. 1st. Avenue, 319-512-7593

MARIONVilla’s Patio Resturante

433 7th Ave Marion, IA (319) 447-1101El Perico 835 7th Avenue, Marion, IA

(319) 373-8144‎

MARSHALLTOWNLos Tucanes, 15 S. 7St. Marshalltown

641-753-0508Pan. Arcoiris, 28N 1st. Av.641-752-0714

Abarrotes Villachuato, 31 N, 1st. Ave. 641-752-2240

Carnicería y tienda La Salud, 17 N. 1st. St. 641-752-1741

Angel’s Store, 20 E. Main St. 641-844-9900Grocerys Tortillería Gaytán, 505 N. 3 Ave.

641-753-6150Hy-Vee 802 S. Center St. 641-752-4525

Lara’s Bakery, 707 North 3rd Ave. 641-752-0152Zamora Fresh Market, 4E. Main St.

641-753-8522

MOUNT PLEASANTHeidelberg Motel 2005 E Washington St, (319)385-

8968Loads of Fun Laundry

901 E Washington St. Mount Pleasant,IA 52641319-385-4321

Mi Pueblo Real Resturant1106 E Baker St (319) 385-1112

MUSCATINETienda El Olmito,502 Mulberry Av.

Rest Izalco 825 Oregon Av. 563-263-0458

Dollar Store, 119 E. 2nd St. 563-264-8286Guadalajara Resturante 203 East 2nd. St.

563-264-8192Las Lomas Restaurant, 1519 Park Ave.

(563) 264-0904Hy-Vee 2400 2nd Ave. (563) 264-2420

Temp Asociation104 Cleveland Street (563) 263-6589

Central Bank301 Iowa Avenue, # 204 (563) 263-3131

El Sombrero, 801 Oregon St. Ste. 8 563-607-8019

NORTH LIBERTYAzul Tequila Restaurant, 720 Pacha Parkway 319-

665-2656Los Jimadores Restaurant, 40 Sugar Creek Ln

(319) 665-2144

OTTUMWAExcel Corporation, S Iowa Ave

López Bakery, 223 N. Sheridan Ave. 641-684-6231

Pupusería Juanita’s Restaurant537 Church St. 641-682-1530

Abarrotes Cerro Grande, 311 E. Main St. 641-682-9610

Tda. México Lindo, 606 W. 2nd. St. 641-683-4456

Tda. La Guadalupana, 301 Church St. 641-682-6937

Tienda Corazón Latino, 412 E. Main 641-682-8690

Taquería La Juquilita, 624 E. Main641-684-6273

OSKALOOSAChory’s Auto Sales y Abarrotes López

1505 A Av. East 641-673-0154Mi Ranchito Mex. Rest, 112 East 1st Av.

641-672-9773

PERRYH. Hernández Mex. Bakery,1114 2nd St.,

515-465-2994Tienda Latina, 1104 2nd St., 515-465-7270Casa de Oro, 1110 2nd St. 515-465-8808

TAMAEl Gallito, 117 W. 3rd St. 641 – 484 – 3652

TOLEDOEl Campesino Mexican Rest.

401 W. Hwy 30, 641-484-2860

URBANDALESuper Mercado Bella, 6808 Douglas Ave.

515-783-8310

WAPELLOEl Oasis Rest, 201 HWY 61, 319-523-2837

WASHINGTONHy-Vee 528 South Highway 1

319-653-5406Tienda La Cruz, 112 West Second St.

319-863-8053

WATERLOOEl Mercadito, 520 La Porte Rd. 319-232-2635

Chapala Restaurant, 900 La Porte Road319 287-8005

Las Chikas Fashion, 1010 Mitchell Ave., Suite 7319-236-1374

La Michoacana, 1221 Frankland St. 319-236-9990

Queen of Peace Parish, 320 Mulberry St. 319-226-3655

YMCA Ayuda a Latinos 669 South Hackett Road319-233-3531

Iglesia la Cosecha,715 E 4th St 319-287-4114El Patrón Restaurant, 301 E. 4th Street

319-287-8110La Placita, 322 W 4th St, 319-232-4228

WEST LIBERTYPan. Acapulco, 311 N. Calhoun St. 319-627-6745Dollar Store, 320 N. Calhoun St. 319-627-2340

Tortillería El Norte, 110 N. Columbus319-627-2617

Brendas Hairstyling, 113 E 3rd St. West Liberty(319) 627-3132

ILLINOIS

EAST MOLINESupermercado El Monarca 755, 15th Av.

Tel. 309-278-0267La Primavera II

914 15th Avenue (309) 755-6315

GALESBURGHy-Vee 2030 East Main Street 309-342-1615Tienda el Jarochito 164 E. South Academy St,

309-342-6100Acapulco Resturant1576 N. Henderson St.

309-345-0066El Rancherito, 1824 N Henderson St

309-341-2233‎

MOLINELa Primavera Mexican Grocery & Restaurant, Inc.,

1510 6th Av. 309-762-6007Tie & Rest El Mexicano 448 Rail Road Ave.

309-764-3127Tienda La Imperial, 134 4th Av.

309-797-5984La Floraciente

Market 385 5th 309-797-2487

MONMOUTH, ILLINOISPro Automotive 300 W Harlem Ave 309-734-2551

Los Ranchitos Resturante, 801 N. Main309-734-2233

4 Hermanos Supermarket110 E Archer Avenue 309-734-4277

La Pequeñita, 117 S. 1st 309-734-7776La Flor de Trigo Bakery 115 W 1st Ave.

309-734-3999Hollywood Cuts 88 Public Sq (309) 734-8535

La Tapatia Mexican Resturant, 220 South Main St. 309-734-7280

PEORIALos Jimadores Restaurante, 7723 N University St

309-689-9930Jalapenos Restaurante, 7800 N Sommer St Suite

#104309-693-2795

El Nopal Restaurante, 3125 N. Prospect Ave.309-966-3479

Mi Familia Restaurante, 2007 N Wisconsin Ave.309-685-8477

Tienda La Esquinita 2001 N Wisconsin Ave.309-686-9362

Tienda 3 Reales, 1621 N Knoxville Ave. 309-681-9711

S&S License and Title, 519 NE Perry Ave309-674-9532

Las 3 Aguilas de Oro 625 NE Perry St. 309-258-3055International Grocery, 703 NE Perry Ave. 309-673-

3423Panaderia Ortiz, 1404 NE Monroe St. 309-643-1300

El Mexicano Restaurante, 1520 NE Jefferson St.309-636-8858

ROCK ISLANDLa Rancherita 4118 14th Avenue

(309) 794-1648

SILVISTda. San Luis,818 1st Av. 309-755-4103

Lolita Resturant422 1st Ave. 309-755-3352

Biblioteca Pública105 8th Street (309) 755-3393

Las siguientes preguntas son las que me hacen con frecuencia mis clientes, durante una consulta. A veces, no hay una respuesta precisa o “fácil” para ellas. Por ello, en esta columna trato de arrojar luz sobre estos temas complicados y sobre estas “preguntas tan frecuentes”. 1. Mi esposo/a, amigo/a, miembro/a de mi familia fue deportada hace unos años. Está en su país y no re-entró a los Estados Unidos después de la deportación. He escuchado que él/ella puede entrar después de 10 años. ¿Esto es correcto? Como todas las preguntas que me hacen mis clientes, la respuesta es: “todo depende de los hechos en su caso específico.” El error más común es pensar que la persona deportada puede entrar ilegalmente después de 10 años automáticamente. Eso no es correcto. La única manera de entrar a los Estados Unidos legalmente, es con el permiso del gobierno. Cuando una persona es deportada, normalmente reciben una prohibición de entrar de 5, 10, o 20 años (depende en la razón para su deportación). Si la persona deportada califica para solicitar una visa, durante la época de la prohibición, va a necesitar un perdón para la deportación. El vencimiento de los 5, 10, o 20 años solamente significa que no necesita pedir perdón por la deportación. Sin embargo, aún necesita entrar legalmente y cualquier perdón que sea necesario para su caso. 2.Mi esposo/a, amigo/a, miembro/a de mi familia fue deportado haces unos años. Él/ella re-entró en los Estados Unidos inmediatamente después de su deportación. Ahora está casado/a con una ciudadano/a y ha pasado la época de su prohibición. ¿Puede solicitar la residencia? De nuevo: “todo depende.” El problema en este caso es que la persona no permaneció los años de prohibición afuera de

los Estados Unidos. No puede contar los años que permaneció en los Estados Unidos después de la deportación. También, esta persona ha cometido un crimen federal, por entrar a los Estados Unidos después de un orden de deportación, sin el permiso del gobierno. Además, esta persona está sujeta a la “prohibición permanente” de entrar a los Estados Unidos. Es bien débil, pero no imposible, para esta

persona re-entrar a los Estados Unidos legalmente. Esta persona tiene que permanecer los 10 años en su país y después de los 10 años, necesita aplicar para su visa inmigrante y todos los perdones necesarios para su caso. 3. Creo que yo califico para los DREAMERS. ¿Cuáles son los requisitos para calificar? ¡Finalmente, una pregunta sencilla! ¿O no lo es? Los requisitos para solicitar (no digo para aprobar) son: *Haber entrado a los Estados Unidos por primera vez antes de cumplir los 16 *Haberse graduado de la escuela secundaria, tener su GED, O estar matriculado en este momento en la escuela secundaria o algún otro

programa escolar. *No tener historia criminal que le descalifique para el programa. *Estar presente en los Estados Unidos, entre 15 junio 2007 y 15 junio 2012, *No tener más de 30 años cumplidos hasta el 15 de junio 2012. De nuevo, esta explicación es bien “sencilla”. Como la mayoría de las leyes, hay

excepciones y “áreas grises”. También, inmigración tiene discreción aprobar su caso o no. Así digo arriba “solicitar” en vez de “aprobar”. El calificar técnicamente no es una garantía de aprobación de su caso. Hay más información disponible en el sitio web de USCIS o un abogado/a puede analizar su situación e informarle si califica para poder aplicar o no. Obviamente, estas respuestas son resúmenes generales a situaciones bien complicadas. Las respuestas aquí expresadas no

son consejos legales. Si usted tiene pregunta que desea que yo conteste en esta columna, puede enviarme sus inquietudes a [email protected]. Necesita incluir en el correo electrónico su primer nombre, ciudad de domicilio, y su pregunta. No hay espacio suficiente en esta columna para contestar a todas las preguntas, pero intentaré dar respuesta al mayor número posible. El hecho de leer esta columna, enviarme sus preguntas, o que yo conteste sus preguntas en esta columna, no significa que yo sea su abogado, ni que usted es mi cliente. Si necesita más información, comuníquese con un abogado con experiencia en inmigración para fijar cita.

PREGUNTAS FRECUENTES

“La única manera de entrar a los Estados Unidos legalmente, es con el permiso del gobierno.

Cuando una persona es deportada, normalmente reciben una prohibición de entrar de 5, 10, o 20

años (depende en la razón para su deportación). Si

la persona deportada califica para solicitar una

visa, durante la época de la prohibición, va a

necesitar un perdón para la deportación...”

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LA MESA La mesa rústica de madera de pino descansa en una cocina más pequeña que la de su época de esplendor cuando toda la familia se reunía a su alrededor para las tres comidas diarias. Si uno la contempla de cerca puede encontrar diferentes marcas que los niños de la casa le hicieron. Cada centímetro de su superficie tiene alguna historia para ser contada. La anciana le pasa la mano como si la acariciara. “En esa época yo me levantaba temprano y hacía pan casero para el desayuno”, evoca con nostalgia, “y después los llamaba a todos para que pudiéramos comer juntos antes que empezara el día”. Se pone los lentes y se los vuelve a sacar. “Ve que le falta un pedazo. Mi hijo del medio estaba practicando como sacar punta al lápiz en el borde de la mesa”. Mueve la cabeza en ambas direcciones y sonríe. “No les compraba sacapuntas porque así los lápices duraban un poco más y un cuchillo bien afilado podía cumplir la misma función. La plata era escasa y había que hacer malabares”. Yo le sonrió mientras ella hace una larga pausa. Imagino que a su mente acuden tantos recuerdos y no quiero interrumpirle. “Mi hija más chica se metía debajo de esta misma mesa cuando había tormentas y se ponía a cantar y dibujar. Se sentía segura y como para no sentirse segura, miré cuán gruesa es”, me dice mientras golpea con los nudillos la madera. “Acá también hacían los deberes mientras yo cocinaba. Si mira de aquel otro lado todavía se pueden ver números marcados. Apretaban con fuerza el lápiz y luchaban con las sumas, las restas, las divisiones y las

multiplicaciones”. Se fue a buscar algo en su dormitorio y vuelve con una caja de zapatos. Le quita la tapa con cuidado y comienza a elegir algunas fotos. “Éste que está acá se fue a California y fue el que le sacó un pedazo a la mesa”. Un niño sonriente con un corte de pelo a lo príncipe valiente y ojos grandotes posa detrás de la mesa. “Y ésta otra se fue a Nevada”. Una niña con cabello negro y ruloso escribía con esmero en un cuaderno. “Inteligente pero se distraía

fácilmente, hasta con el vuelo de una mosca”. Busca un poco más en su caja de fotos y finalmente encuentra lo que estaba buscando. “Éste es él que le conté que no quiere que saqué la mesa” y me alcanza la foto de un joven que está estirando una masa. “Me dice que no importa que todos se han ido lejos, pero esta mesa es la mesa de su niñez. Y yo pienso que siendo tan grande ocupa tanto espacio y yo tengo otra mesa más pequeña y no tan pesada que puedo mover más fácil para limpiar”. Se va a llevar las fotos y vuelve con un portarretratos

donde una niña esta debajo de la mesa con un sombrero de paja rodeada de almohadones. No necesitaba explicarme quien es. Después de contemplarla detenidamente se la devuelvo mientras le preguntó si puedo tomar fotos de su mesa. Acepta de buena ganas mientras me sigue mostrando marcas, rayones, y cosas que por más que esfuerzo la vista no puedo ver más que resto de algo diluido por el tiempo. “La cocina es más chica que la que teníamos antes pero quien

sabe si un día de estos todos vienen a visitarme y necesitamos la mesa grande. Yo entiendo que las cosas están bravas y uno tiene que ir a donde sea para hacerse un futuro”. Nos sentamos alrededor de la vieja mesa y le voy a enseñando la fotos digitales que he tomado. Entonces me cuenta de lo diferente y lo caro que era tomar fotos. “Todo ha cambiado tanto en el curso de mi vida que me asombra. Quizás mi hijo mayor tiene razón y no debo vender la mesa, ni tampoco restaurarla. Se

perderían todas estas historias que capaz para nadie son importantes pero para mi son un tesoro”. Hablamos un poco más y nos hacemos mutua compañía. Todo el día había estado nublado pero justo antes de irme por la ventana de la cocina entró la luz a raudales. “Salió el sol”, anunció. Alzo la cámara, enfoco y registro el preciso momento cuando la mesa y la anciana son iluminadas por los rayos de sol. Entonces me quedo un poco más. Nos reímos de las travesuras de sus hijos, se nos cayeron algunas lágrimas, mientras la mesa seguía creando historias.

“Yo le sonrió mientras ella hace una larga pausa.

Imagino que a su mente acuden tantos recuerdos y no quiero interrumpirle.

“Mi hija más chica se metía debajo de esta misma mesa cuando había tormentas y se

ponía a cantar y dibujar...”

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EL BAULDE MI

MADRE Otro viaje más y otro aeropuerto, nueva gente, reuniones y acostumbrar mi reloj biológico a la diferencias de horas con mi hogar. El otoño me hace desear pasar más tiempo en casa. Hay una docena de libros que están esperando por ser leídos y unas nuevas partituras para poder disfrutarlas en la guitarra y algunas recetas de cocina que debo experimentar. Me pregunto si la cercanía del invierno siempre me impulsa a recolectar cosas que me tendrán puertas adentro. Tomo un momento para recordar el sentimiento cálido de estar metida en casa con mi familia, buena comida, y una variedad de actividades para pasar el día. De pronto me entra una llamada de mi madre recordando que tendremos una fiesta familiar para Halloween. Se nota en su voz que está muy emocionada y me dice que pronto abrirá el baúl. En la sala de la casa de mis padres hay un viejo baúl lleno de disfraces que mi madre misma hizo desde que yo nací. Los herederos de todos ellos son mis sobrinos, quienes pueden disfrutarlos en cualquier estación del año, cuando hacemos nuestras reuniones familiares. El verano pasado dedicamos una semana para celebrar Halloween, el Día de Acción de Gracias y Navidad, porque era el único momento en que todos podían venir desde los diferentes lugares del país donde viven. El gozo de esos pequeñitos y las caritas de sorpresa,

cuando la abuela abrió el baúl, tocaron el corazón de todos los presentes. Algunos aplaudieron y otros gritaron felices y por supuesto, otros inmediatamente quisieron elegir alguna cosa para ponerse. Disfraces de princesas, hadas, y vaqueros, bomberos, Peter Pan, volvieron a cobrar vida, mientras correteaban por toda la casa. Todos saben que en ese baúl hay un mundo mágico que cada vez que lo abren puede llevarlos al mundo de la imaginación. Este año el disfraz de

Pocahontas que mi madre pasó horas cosiendo para mí lo usará mi sobrina mayor en una presentación de la escuela. Y para ella esto significa mucho, porque siendo la primogénita en su familia, use algo que la primogénita de la familia de su madre también usó. Recuerdo claramente cómo me sentí al ponerme ese disfraz y cuando mi padre tomó una foto de ese momento. La costumbre de mis padres para Navidad era hacer un pesebre viviente y cada

uno de nosotros tenía alguna parte asignada. Durante el día de Acción de Gracias se disfrazaban como los pioneros que habían llegado a la costa este; y en Halloween, nos acompañaban por el vecindario a pedir dulces. Tradiciones que no parecían importantes, pero que en todos nosotros han tenido impacto. Era una forma de ver la vida y de disfrutar de esos momentos. Las diferentes ocasiones sirvieron para aumentar nuestros lazos y hacer cosas que nos identificaba como una familia. Eso me hace pensar que todas las familias tienen algún tipo de baúl espiritual donde atesoran los buenos momentos, los momentos difíciles y aquellas experiencias que sirven para reforzar los vínculos de pertenencia. Cada cultura tiene sus propias tradiciones, ritos y costumbres que los identifica y los hace sentir parte de algo más grande. Algunos planeamos cuidadosamente todo el año, desde el menú hasta los más pequeños detalles; y otros ven estos feriados como una buena oportunidad para reunirse, sin tener en cuenta lo que señala el calendario. De todas formas, sirve para ir creando esa red de protección que, cuando nos caemos, nos sostiene y nos ayuda a poner de pie otra vez. Quizá por eso mi madre escogió poner su baúl en un lugar de privilegio, por todo lo que significa para nuestra historia familiar y para las generaciones futuras.

“El verano pasado dedicamos

una semana para celebrar Halloween, el Día de Acción de Gracias y Navidad...”

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Por: David Suárez Moreno

Con la llegada del otoño, las tardes adquieren ciertas características que las tornan ideales para realizar actividades al aire libre. En lo particular, yo nunca he sido muy afecto a la práctica de deportes, pero me encanta caminar por el parque con mi esposa. Para mí esta práctica diaria no es solamente un asunto de salud o de deporte, sino mucho más que eso. No tenemos que hacer grandes preparativos para lanzarnos a la calle peatonal; basta con ponernos zapatos cómodos, colocarle la correa a nuestro perro Jasper; y guardarme en el bolsillo algunas fundas plásticas, para ustedes ya saben que… y listo… ¡A caminar! Basta con cruzar la calle Summer y avanzar una cuadra. Un hermoso parque nos da la bienvenida con sus árboles con diversas totalidades desde el color verde hasta llegar al amarillo intenso. Bajo nuestro pies, una alfombra crocante de hojas amarillas amortiguan nuestro paso por las camineras. Jasper tira de la correa y nos va llevando de izquierda a derecha, mientras olfatea el rastro de los otros perros que pasaron antes que él por el mismo camino. De vez en cuando nos pega un buen tirón al intentar ir detrás de alguna ardilla o de algún otro perro más grande que él, que se atreve a cruzarse en su camino. No es que Jasper sea un perro grande y agresivo, más bien es todo lo contrario; no obstante en el parque responde, más bien asume una actitud agresiva, como para disuadir a los otros animales que podrían lastimarlo, en caso de una pelea. Nosotros, en cambio,

tenemos tiempo para conversar de nuestras actividades del día que termina. Nos reímos de las situaciones cómicas que nos haya tocado pasar, incluso de la actitud de Jasper y sus bravuconadas; planificamos el menú de la familia para la siguiente semana; y hablamos de los hijos. Avanzamos a paso normal, sin prisa, disfrutando el tiempo que pasamos juntos. A lo largo del camino, varias veces cruzamos por las amarillas

alfombras de hojas secas que se forman debajo de los árboles. Siempre me ha gustado escuchar el crujir de las hojas secas al aplastarlas con mis zapatos. Incluso en mi país de origen, a veces desviaba, a propósito mi trayecto para pasar sobre ellas. Recuerdo cuando era un mocete de 14 o 15 años y asistía a la escuela secundaria. En aquellos tiempos, el caminar largas distancias no era un pasatiempo o un deporte; más bien era una necesidad. A diario me tocaba caminar cuatro cuadras hasta la parada del bus urbano que me dejaba cerca de

la escuela. Incluso recuerdo una vez, cuando de forma distraída perdí el dinero para el pasaje de regreso a mi casa y tuve que hacer un trayecto de varios kilómetros a pie. Aunque, durante mi niñez y adolescencia solo he observado dos estaciones climáticas: invierno y verano, también he sido testigo de cómo, en el mes de julio o agosto, los árboles se renuevan y dejan caer en el pavimento miles de hojas amarillas.

Todos estos recuerdos invaden mi mente, mientras avanzaba en mi caminata por el parque. Las sombras de la oscuridad comienzan a caer lentamente sobre nosotros y la amenaza de los venados silvestres que aparecen en esta época, nos hace titubear un poco, pero finalmente decidimos continuar nuestro recorrido. Ya en el tramo final de nuestro paseo, abrazo a mi esposa y le sonrío.-He disfrutado mucho este paseo contigo –le digo con entusiasmo.-Yo también. I love it! –me responde esta lengua mixta (inglés y

español) que hablamos todos en casa. Sí, definitivamente estas caminatas, son mucho más que un simple ejercicio o deporte. Es mucho más que eso. Es un tiempo de relajamiento, de disfrutar de la compañía de mi esposa; de satisfacer una necesidad primaria de nuestro perro; de disfrutar del inexplicable gusto que siento al oír crujir las hojas secas al ser holladas por mis pies; en fin… el placer de caminar no se compara para nada con alguna otra actividad cotidiana. Si no me cree, haga la prueba.

DIARIO DE UN INMIGRANTE:

EL PLACER INDESCRIPTIBLE DE

CAMINAR

Avanzamos a paso normal, sin prisa, disfrutando el

tiempo que pasamos juntos. A lo largo del camino, varias

veces cruzamos por las amarillas alfombras de hojas secas que se forman debajo

de los árboles. Siempre me ha gustado escuchar el crujir de las hojas secas al

aplastarlas con mis zapatos. Incluso en mi país de origen, a veces desviaba, a propósito mi trayecto para pasar sobre

ellas.

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El 3 de agosto de 1492, Cristóbal Colón, junto a un grupo de intrépidos aventureros zarpó al mando de tres veleros, desde el puerto de Palos, en España, con dirección hacia el oeste. Contando con el apoyo financiero de los reyes católicos, Colón trataba de probar que existía una ruta alterna para llegar a las Indias (nombre con el cual los europeos de su época conocían al actual continente asiático). Al cabo de poco más de dos meses de viaje, el 12 de octubre, Colón arribó a una de las islas de Bahamas, conocida como Guanahani. El atrevido almirante no tenía la más mínima idea de que había arribado a un nuevo continente. Hasta el día de su muerte, en Valladolid en 1506, Cristóbal Colón pensó que, efectivamente había llegado al continente asiático. En 1512 en nuevo mundo ya se había convertido en América, en honor al italiano, naturalizado español, Amérigo Vespucio, quien aclaró a los reyes que Colón no había trazado una nueva ruta hacia Asia, sino que más bien había descubierto una nueva tierra. Desde la fecha de su descubrimiento hasta el siglo XIX, el continente fue colonizado por europeos. Luego, con Estados Unidos a la cabeza, comenzaron las guerras de independencia, que tenían como objetivo liberar del yugo colonial a todas las naciones de América. No obstante, ¿sabía usted que ahora mismo, en el año 2013, todavía no todos los países de América son libres e independientes? No. No se trata de una broma. Es la realidad. Déjeme explicarle: Algunas de las principales potencias del mundo aún conservan reductos coloniales en nuestro continente. Para que esta afirmación gane sustento, permítame indicarle que uno de esos países colonizadores es Gran Bretaña, que actualmente posee bajo su dominio: Bermuda, Islas Vírgenes Británicas, Anguila, Monserrat, Islas Caimán, Islas Turcas y Caicos, Islas Malvinas, Islas Georgias del Sur

y Sandwich del Sur. Todos esos son denominados territorios británicos de ultramar. Sin embargo, las Naciones Unidas han sincerado ese calificativo y los llaman simplemente: colonias británicas. ¡Increíble! ¡Colonias, en pleno siglo XXI! Pero los británicos no son los únicos. Si todavía le queda tiempo para leer el resto de este artículo, le cuento que otro de los países con colonias en América es Francia. Los territorios franceses en América son: Martinica, Guadalupe y, por supuesto, la Guyana Francesa. Estos territorios mantienen el mismo estatus que los territorios europeos de Francia, es decir que también forman Parte de la

Unión Europa (¿en América?) y que usan como moneda el euro. En el caso de Martinica y Guadalupe, ambos tienen una población de menos de un millón de personas y su subsistencia económica se basa en una economía agrícola primaria, absolutamente dependiente de los subsidios franceses. Quizá usted no lo sepa, pero en la Guyana Francesa está instalada una plataforma de lanzamiento de cohetes de la Unión Europea y, desde allí se lanzan o se han lanzado la mayoría de los satélites europeos. Es un país con una gran cantidad de bosques vírgenes y una muy escaza

densidad poblacional, apenas 200 mil habitantes. Además de esos territorios, Francia aún conserva el dominio sobre un pequeño archipiélago frente a Canadá, donde se encuentra San Pedro y Miquelón, San Martín, San Bartolomé y la Isla Clipperton. El Reino de los Países Bajos está constituido por cuatro “países independientes”: Los Países Bajos, Aruba, Curazao y San Martín. Estos tres últimos se encuentran en el Caribe; y junto a las islas de Saba, Bonaire y San Eustaquio son los últimos territorios vinculados a este país europeo en América. Anteriormente a estas islas se las conocía como las Antillas Holandesas.

La mayor isla del mundo y el mayor territorio del continente americano bajo soberanía de un país europeo es Groenlandia, donde habitan cerca de 60 mil personas. Su territorio está cubierto en un 80% por hielo y pertenece al Reino de Dinamarca. Por último tenemos al Estado Libre Asociado de Puerto Rico, que no está incluido en la lista de colonias de las Naciones Unidas. Los puertorriqueños tienen pasaporte estadounidense, sus soldados combaten bajo la bandera de Estados Unidos y la moneda oficial es el dólar americano; pero no tienen derecho a elegir presidente y su único representante ante el

Congreso carece de voto. Otro territorio bajo la soberanía de estados Unidos son las Islas Vírgenes, con una población de 100 mil habitantes. Ahora que estamos recordando en descubrimiento de América, quizá sea un buen momento para que nosotros mismos también descubramos el continente que nos sirve de habitación y sepamos que en América no solo se habla inglés, español y portugués; sino también: holandés, danés y francés. Todo esto sin sumar las diferentes lenguas y dialectos nativos. En definitiva estamos hablando de uno de los continentes más mega-diversos del planeta.

AMERICA¿LIBRE E INDEPENDIENTE?

“El atrevido almirante no tenía la más

mínima idea de que había arribado a un nuevo continente. Hasta el día de su

muerte, en Valladolid en 1506, Cristóbal Colón pensó que,

efectivamente había llegado al continente

asiático...”

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LA ABUELITA ME LLEVO A VISITAR A LA

VIRGEN Lástima que vos no estás en Guatemala, porque seguro que también habrías acompañado a la abuelita porque como sabés, en octubre se realiza la fiesta del Santo Rosario y claro, ella no puede dejar de ir, al menos una vez, a la Iglesia de Santo Domingo en donde se venera la imagen de plata de la Virgen del Rosario, aunque la abuelita me dijo que no dijera iglesia porque ahora, es Basílica Menor. Me ha contado la historia de la iglesia aunque sin pedírselo me la repitió, pero ahora todo está tan caro, que me cuesta creer que la hayan construido con leche y miel. Me dijo que en tiempos de la Colonia Española, después de los terremotos de Santa Marta, un señor don Martín de Mayorga, ordenó el traslado de la capital del Reyno de Gohatemala como le decían entonces, del Valle de Panchoy la ahora Antigua Guatemala, al Valle de la Virgen porque allí llevaron la imagen de la Virgen del Carmen, que trajo desde Ávila España, Juan Corz. También me dijo que al mismo valle lo llamaron “De las Vacas” porque a él llevaron las primeras vacas traídas de Cuba ¿qué te parece? El caso fue que como a La Nueva Guatemala de la Asunción, como llamaron a la capital porque así lo ordenó el rey de España, los españoles de entonces se trasladaron con santos y todo en 1776 y como la entonces pequeña capital empezaba en la hoy 1ª hasta la 12 Av. y de 1ª a la 18 calle, la 12 avenida en donde ahora está la Basílica Menor era re que te lejos de la Plaza de Armas, que ahora llamamos “De la Constitución”, en donde está el Palacio de Gobierno que le cambiaron el nombre a “Palacio de la Cultura”. ¡Qué gentío vos! tres cuadras antes de llegar casi no se podía caminar y nos costó entrar a la Basílica. La abuelita dice que cuando uno está dentro de la Iglesia debe respetar y guardar silencio pero, había tal bulla, que parecía que estábamos en el mercado. De repente oímos los gritos de alguien que lloraba y la abuelita me dijo que seguro alguna señora le pedía algo a la Virgen y por ello lloraba, pero no hubo tales.

¿Qué te parece? Una señora que llevaba en brazos a su hijo más pequeño, había perdido al otro de tres años y empezó a llamarlo y, al no aparecer empezó a llorar a gritos, hasta que apareció el patojito (1) travieso comiéndose una tostada de frijoles. El niño que apareció muy contento lloró, pues la mamá de angustiada que estaba le dio unas nalgadas, que aunque no fuertes, el patojo chillón más lloraba por la tostada que cayó al suelo que por el castigo. -¿Ya ves Carlitos? dijo la abuelita. –eso pasa a los niños traviesos que sueltan la mano de su mamá y terminan perdiéndose entre la multitud que viene a venerar a la

Virgencita. Creo que por el escándalo de la mamá del niño y después su chillido tuvimos suerte de encontrar en donde nos sentamos, bueno, la abuelita porque cuando una señora se quedó de pie, con la rodilla me hizo señas de que me levantara para darle el asiento porque los niños educados deben ser corteses, y no hubo otra que encuclillarme a los pies de ella mientras rezaba.Cuando terminó de rezar y caminábamos hacia el altar mayor para ver de cerca a la Virgencita, vi para arriba porque está colocado debajo de la cúpula y entonces pensé qué ocurriría si en ese momento hubiera un terremoto y nos caía encima. Sólo de pensarlo

me dio escalofrío por lo que la abuelita me preguntó: -¿Qué te pasa Carlitos? Me empiné para decirle lo que se me ocurrió. ¿Qué crees que respondió? Que ya había pasado en la hoy Antigua Guatemala cuando hubo un gran terremoto que echó a tierra gran cantidad de casas y templos religiosos bueno, en ese tiempo sólo había iglesias católicas porque aunque ya existían los protestantes no los dejaban entrar. Claro que cuando me dijo lo de la cúpula me dio un temblor más fuerte y ya no quiso contarme la historia, y me abrazó muy fuerte mientras me decía que, al salir, comeríamos

molletes (2) o lo que le pidiera. Salir de la Basílica fue más difícil que entrar, porque muchos querían estar cerca del altar mayor, pues querían rezar ante la venerada imagen. No sé ni cómo, vi que una de las esquinas de las grandes columnas que sostienen el templo estaba desconchada, y recordándome de lo que la abuelita me había contado, le pregunté: -Abuelita… ¿podré comerme un pedazo de la columna del tempo? Sólo un pedacito, no crea que va a ser grande. Extrañada me respondió: -¿Y para qué quieres hacer eso niño? Cuando le dije que quería probar la miel y la leche con que las habían hecho, tuvo que taparse la boca para que la gente

no volviera a verla, pues toda ella temblaba de la risa. Lo que me contó mientras comíamos en los puestos de comida que hay frente a la Basílica te lo cuento en otra carta, porque ya se me cansó la mano. Mi mamá te recuerda que no te olvidés de mandarle el Money Order, pero le decís que me de los lenes que me mandás, porque la vez pasada no me los dio. En la casa todos te mandan saludes.

El Carlos

(1) Diminutivo de “patojo”, como se llama a los niños en lenguaje coloquial chapín.(2) Postre o golosina que se prepara con pan dulce (de manteca), que es parte de la gastronomía chapina.

“De repente oímos los gritos de alguien que

lloraba y la abuelita me dijo que seguro alguna señora le pedía algo a la Virgen y por ello lloraba, pero no hubo

tales. ¿Qué te parece? Una señora que llevaba en brazos a su hijo más pequeño, había perdido

al otro de tres años y empezó a llamarlo y, al no aparecer empezó a

llorar a gritos...”

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TRADICIONES Y llegó ese día que nunca esperaba celebrar. Hace algunos años mi abuela Ana se adelantó en el camino de la vida; después de unos años mi abuelita Caritina se fue al cielo para unirse a los angelitos que viven allá, y a inicios de este año mi abuelito Víctor fue a reunirse con mi abuelita y su familia. Nací en Monterrey, México, y desde que me acuerdo, en la escuela primaria, a finales de Octubre, nos pedían fotografías de personajes mexicanos como revolucionarios, artistas o nuestros actores favoritos y nos enseñaban a hacer altares para los muertos. El Día de Muertos es una celebración mexicana con la cual honramos a los difuntos, el 2 de noviembre. En realidad comienza el 1 de noviembre y coincide con las celebraciones católicas del Día de los Fieles Difuntos y Todos los Santos. Es una festividad que se celebra en México y en algunos países de América Central, pero también aquí en los Estados Unidos, donde vivimos muchos mexicanos y centroamericanos, se celebra ese día. Por muchos años, en diversas culturas, se han generado creencias en torno a la muerte, las que han logrado desarrollar toda una serie de ritos y tradiciones, ya sea para venerarla, honrarla, espantarla e incluso para burlarse de ella. México es un país rico en cultura y tradiciones. Uno de los principales aspectos que integran su identidad como nación es la

concepción que se tiene sobre la vida, la muerte y todas las tradiciones y creencias que giran en torno a ellas. Por ejemplo, es una época de escribir calaveras, que son una rima o poema cómico que se hace a un ser querido que se burla de la muerte o ella logra llevárselo. Yo les escribo un ejemplo al final. De cualquier modo, no todos los mexicanos celebramos esta fecha. En México se ha convertido en una fiesta nacional y por muchos años ha sido enseñada en las escuelas con fines educativos; no obstante, existen muchas familias que son más apegadas a celebrar el “Día de todos los Santos”, como lo hacen en otros países católicos. Además, nosotros quienes vivimos aquí, tenemos una fuerte influencia de los Estados Unidos y a veces opacamos nuestra propia tradición, debido a la cercanía con la fiesta conocida como Halloween, la cual se festeja cada vez más en un mayor número de hogares mexicanos. Debemos recordar y conservar nuestras tradiciones, explicarlas y enseñarlas a nuestros hijos y al resto de nuestra familia. Nuestra intención debería ser propender a preservar el Día de los Muertos como parte de la cultura mexicana, por sobre otras celebraciones parecidas como Halloween. Aunque en ese día los niños se divierten, se disfrazan y piden dulces, personalmente considero que el Día de Muertos también es una fiesta que nos permite convivir y festejar nuestras tradiciones de manera

sana, podemos usar los disfraces clásicos de la catrina y resaltar su importancia cultural y mostrar más de esta tradición mexicana. Por último, les comento que si nunca han hecho un altar de muertos, en realidad es muy sencillo. Regularmente en mi casa lo hacemos en honor a nuestros familiares fallecidos. Es muy fácil. Los niveles o escalones dependen de qué tan grande o cuánto espacio quieran ocupar. Generalmente son dos niveles: el suelo, que representa la tierra; y la repisa o mesa, que representa el cielo y es donde ponemos las fotografías de nuestros familiares o amigos fallecidos. Además necesitamos hierbas, flores o incienso, ya que el aroma hace que los difuntos se acerquen a sus ofrendas; veladoras, velas o cirios que son una guía para el alma, agua para calmar la sed del espíritu, frutas, semillas y granos que representan la tierra y por último toda la comida y bebidas favoritas de sus seres queridos. Si desean hacer algún comentario o agregar algo que ustedes acostumbran hacer ese día, me gustaría leerlo. Escríbanme a mi correo electrónico y me despido con una calaverita: «Para el Heraldo Hispano escribía, y nada se me ocurría; entonces prendí la tele para ver si en algo me distraía, entonces llegó la calaca, me dijo: “pensé que estabas ocupada”, yo solo la vi sin decir nada; entonces me ocupé, pero ya muy tarde fue, la tele me apago y calaca tilica y flaca me llevó.

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El Heraldo Hispano 23 de Octubre de 2013 Página 21

Doctor CorazónEstimado Doctor Corazón:

Tengo diez años de estar casada con un buen hombre. En nuestra tierra, los dos trabajábamos como maestros de una escuelita rural primaria. Éramos unos veinteañeros inquietos y teníamos grandes anhelos de superarnos. Con aquellos sueldos de miseria no había manera de salir adelante. Al menos eso sentíamos en aquel entonces. Por eso, mi esposo tomó la determinación de emigrar. Al año yo también emigré. Los dos llegamos a este país, como llega la mayoría, de forma ilegal. A nuestro primer hijo de dos añitos lo dejamos con mi mamá. No fue cosa fácil dejar a nuestro retoñito. No fue cosa fácil, dejar todo, pero como dicen: “lo hecho, hecho está.” En el camino de mi tierra a este país me sucedió algo muy feo, algo horrible, algo así como una tragedia. Hasta ahora no lo he querido contar a nadie y por eso esta carta no lleva remitente, ni dirección. A muchos emigrantes les pasan muchas cosas: les roban, los secuestran y a otros hasta los matan. Como ve, no estoy le estoy contando nada nuevo, ni mucho menos algo placentero. A mí me violó un hombre. Disculpe por decírselo así de una manera tan franca y cruel. Lo hago así, porque no lo conozco, ni usted me conoce a mí. Y aunque parezca valiente al hacerlo, estoy hecha un nudo de nervios, escalofrío y miedo a morir. Pues, le sigo contando. Al mes de estar aquí todo el mundo se alegró al saber de mi embarazo. Mi esposo daba saltos de alegría. Todos estaban alegres, menos yo. A mí, algo me decía y me dice aún: “este hijo, no es de tu esposo.” El niño tiene ahora 7 años y es una bolita de

dicha para nuestra familia. Es humilde, es amoroso, es como si Dios estuviera en medio de nosotros. Le puedo decir más, pero no quiero terminar llorando. Tampoco quiero salir huyendo y jamás volver a ver a mi familia. El niño se parece a mí y nadita a su “papá”. Esto ha sido una bendición para mí y para todos. Gracias a ese parecido conmigo puedo fingir ser la dueña de un mar tranquilo y sin borrasca. Nuestra dicha es o debería ser grande porque, además de mi angelito americano, pudimos traernos a mi primer hijo y a mi mamá. Según todo el mundo alrededor nuestro, yo soy la persona más feliz de la tierra y sobre mi cabeza una canasta de felicidad. No le escribo para pedirle consejo como otros lo hacen. Me basta con haberlo sacado por un momento de mi corazón, me basta con relajarme aunque sea un tantito de este mal recuerdo y sentimiento sobrecogedor. Sinventura.

Querida Sinventura: Tú eres la dueña de tu pasado y de tu terrible secreto, pero te podrías sentir mejor o liberarte de tal carga si la compartes con quienes amas y te aman. Tú no eres culpable de lo sucedido; nunca lo fuiste. Una persona sin culpa o inocente estará siempre libre del castigo de la ley o del juicio de los hombres. Bueno, pero mejor dejo de ir por el camino de los consejos o explicaciones. Esto sí puedo hacer: desearte todo lo bueno del mundo. Desearte también paz y victoria, por sobre toda pena o dolor. Ojalá mis deseos puedan contribuir a darte un momento de solaz en medio de tu ansiedad.

Tu Doctor Corazón

“EL DIABLO NO EXISTE”Por: Alan Rivera Por cientos de años, el diablo ha venido siendo paulatinamente ridiculizado y ha pasado de ser alguien que infundía miedo a una ficción casi absurda. Hoy el diablo es sólo una imagen con cola y tridente, usada en broma para muchos fines. Digo en broma, porque ya no asusta a nadie. Hoy la mayoría de personas pueden decir, casi con convicción absoluta, que sencillamente «el diablo no existe». Pero, realmente, ¿existe el diablo? La respuesta es: ¡sí! El diablo SÍ EXISTE. Veamos: «Se desató entonces una guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron al dragón; éste y sus ángeles, a su vez, les hicieron frente, pero no pudieron vencer, y ya no hubo lugar para ellos en el cielo. Así fue expulsado el gran dragón, aquella serpiente antigua que se llama Diablo y Satanás, y que engaña al mundo entero. Junto con sus ángeles, fue arrojado a la tierra.» (Apocalipsis 12:7-9) Originalmente, según la Biblia, Satanás fue creado como un ángel bello y sabio que se llamaba Luzbel o Lucifer, pero el orgullo entró en él y se rebeló contra Dios. Muchos de los ángeles del Cielo siguieron a Satanás en su rebelión contra Dios. Esto es algo de lo que se habla y escribe poco, porque el temor es que la gente sencillamente no lo crea; o por temor a sentirnos un poco ridículos, al hablar con seriedad de una figura de ficción en la que ya casi nadie cree. Craso error. (Leer Isaías 14:13-14) El mundo espiritual sí existe, lo que pasa es que no lo podemos ver. Es como el aire: no lo vemos pero está ahí y forma parte de nuestra vida. El mundo espiritual sí existe y así como la radioactividad, que no la vemos pero existe, puede hacernos bien o mal. Y en ese mundo espiritual es que se mueve el diablo o Satanás. Leamos: «Porque nuestra lucha no es contra *seres humanos, sino contra poderes,

contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales.» (Efesios 6:12) Ese mundo espiritual de poderes en las tinieblas que la mayoría ignoramos, es real; existe y es el que provoca la mayor parte de los aspectos negativos de nuestras vidas. Desde las peleas en casa entre esposos o con los hijos, hasta las enfermedades e incluso la muerte. Lo que muchas veces llamamos «mala suerte» no es tal, sino que es la presencia en nuestras vidas de ese mundo de tinieblas en el que ejércitos de demonios, que no podemos ver con nuestros ojos humanos, enviados por el diablo o Satanás, afectan definitivamente nuestras vidas y las de los nuestros. Ya Jesús nos habló de cuál es la función principal de Satanás. Pero lo bueno, es que también nos dio la salida: «El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia.» (Juan 10:10) La guerra espiritual en la que estamos metidos sin saberlo y que es causante de todas nuestras «desgracias», es una guerra que ya fue ganada y esa victoria está a nuestro alcance. Nuestra victoria sobre Satanás está en Jesús. Él vino al mundo para destruir las obras del diablo: «Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.» (1 Juan 3:8) «Por tanto, ya que ellos son de carne y hueso, él también compartió esa naturaleza humana para anular, mediante la muerte, al que tiene el dominio de la muerte, es decir, al diablo» (1Hebreos 2:14) Por lo tanto, si ahora usted está cambiando su forma de pensar y está considerando que sí, que efectivamente el diablo o Satanás sí existe y que afecta su vida y la de su familia, sepa también que hay una salida. Reciba a Jesús con todo su corazón y verá que su vida cambiará para mejor.

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or esos días, mientras esperábamos la aparición de la cobija roja con flores blancas, recibimos la

visita de mi tío Efraín Emanuel.-¡Buenas tardes! -saludó estirando el cuello por sobre el portón. -¡Buenas tardes! ¿Hay alguien en la casa? -repitió. Yo reconocí de inmediato el dueño de aquella voz y corrí para recibirlo. Cuando estaba a punto de remover el pasador, escuché:-¡¡No lo dejen entrar!! -Era la inconfundible voz de mi abuela Virgilia-. Una persona con sus cinco sentidos cabales, no visita a horas oscuras. Tampoco puede venir a mandar a una casa ajena. El desafortunado visitante llevaba dos años casado con Angélica Portamarín y llevaba ese mismo lapso enemistado con su madre, doña Virgilia. Desde entonces, cada uno de los cinco intentos por hacer las paces con tan obstinada enemiga había resultado vano. Yo era el portavoz de la enemiga mayor y este era el mensaje a comunicarle al muy paciente Efraín:-Tío, así le mandan a decir: “No tengo tiempo para hablar con amigos, mucho menos con mis enemigos. Haga el favor de regresar por donde vino”. Una vez dado el mensaje, volvía a ponerle candado al portón y con la misma regresaba a buscar a la abuela para reportar. Siempre le decía así. -Mi tío se fue, sin decir nada.-¡Ah!, más le vale no decir ni pío -era la respuesta. Al cerrar el portón, esto escuchaba yo decir al hijo despreciado:-Algún día me dejarán entrar. Algún día, menos hoy. -Al terminar de decir esas palabras le daba por reírse y también por eructar. El gran pecado del tío Efraín Emanuel era haberse casado con la hija de los Portamarín, acérrimos enemigos

de aquella señora con corazón de pedernal. La razón de aquella enemistad nunca la había entendido y a decir verdad, dudo si realmente había alguna razón. En todo caso, la abuela Virgilia siempre acostumbraba a enojarse con la gente solo por el gusto de hacerlo. Aquella santa señora vivió y murió así. Yo tenía bien claro el cuadro. Un día, la abuela amanecía como si se había soñado montada sobre un tigre y otro, como si se había comido el corazón de un león. Amanecía de buenas una vez al año, pero era una bondad engañosa. Era peligroso confiar en aquella aparente felicidad, me atrevo a confesar. A los Portamarín los conocí y siempre tuve presente su llegada al campamento bananero de la Media Luna. Los vi bajar del tren, los vi cargar sus bártulos y los vi caminar hasta la cabaña número 20. Allí se instalaron y hasta allí llegó el tío Efraín a saludar a los recién llegados. Allí se enamoró de Angélica, la más joven de las cuatro Portamarín. Esa misma tarde, la abuela Virgilia emitió su propia apreciación y su juicio por los nuevos vecinos.-No son buena cosa -se le escuchó decir-. Las mujeres con labios pintados no son ni pueden ser buena cosa. Me quitó el nombre y me pongo “perra” -continuo diciendo-, si queda un solo hombre en este lugar sin ir tras esas flores de papel. ¡Dicho y hecho! Todo el colectivo masculino de la Media Luna, solteros o casados, rindió su admiración a la familia con hijas de labios rojos, peinado bomba y muy resueltas para sonreír. Una vez más, la abuela no tuvo necesidad de quitarse el nombre y ponerse el de “perra” o el de algún otro animal. Ahora regresemos de donde nos desviamos o sea, el momento cuando el visitante se aleja sonriendo y por último le da por eructar. Estoy ansioso por escuchar: “Algún día me dejarán entrar. Algún día, menos hoy.” Nada

de eso sucede. El silencio me sobrecoge y de esperar hasta se me eriza la piel. Al fin, la muy conocida voz parece resucitar y cada palabra me hace temblar. Así va el mensaje:-Oscar Abigail, déjame entrar, yo tengo la cobija, la cobija roja y la he venido a devolver.-¡Abuela, mi tío Efraín tiene la cobija; la cobija roja! ¿Lo puedo dejar entrar?-¡No grites, porque aquí estoy! -Me vuelvo y claro, allí estaba ella, siempre pendiente de mí, siempre vigilando si yo hacía bien o mal las cosas.-Está bien, déjalo entrar. Mi tío Efraín inclinó la cabeza y dijo:-Buenas noches. Por favor, perdóneme. Estoy aquí para eso, para recibir su perdón. La señora de mirada clara y potente fue al grano y dijo así:-Bueno, por esta vez, estás perdonado, pero no se te acontezca traer a esa mujer aquí, a esta casa. No, mientras yo esté viva o ya esté fallecida.-Está bien. Así lo haré. Pierda cuidado, no voy a traer a esa mujer aquí a su casa. En medio de aquel acto de pedir y dar perdón yo me sentía atrapado de emoción. Por una parte, estaba feliz de ver a madre e hijo hacer las paces; y por la otra, no podía esperar para ver aparecer la cobija. El suspenso era insoportable. No podía esperar hasta escuchar de la abuela.-¿Dónde está la cobija? A ver, ¿dónde está? -Y al fin, la pregunta voló por el aire, como vuela un cohetillo antes de explotar-. ¿Dónde está la cobija? ¿Dónde la tienes? Los ojos de la abuela parecían lanzar chispas celestes y quemar con ellas el rostro del humilde visitante. A la demora de la respuesta, Abuela y nieto parecieron coincidir en una cosa: El tío Efraín tenía las manos vacías. Este señor nos ha mentido. No tiene ninguna cobija en su poder. ¡Ah!, recapacité. ¡Quizá tenga ahora el poder de hacer las cosas invisibles! ¡Quizá

al fin logró avanzar en eso de hacerse hombre invisible!-La cobija –respondió-, está dónde debe de estar. Allí donde la guardaron, allí está. Abuela y nieto le creímos. Algo, en su semblante, en su absoluta seguridad para mentir, como si fuera verdad, nos convenció de darnos prisa para ir en busca de la cobija de donde el diablo mismo se la había llevado. El tío Efraín Emanuel contaba verdades como si fueran fantasías y viceversa. No era difícil creerle, no era difícil reír y llorar al escucharlo contar lo inverosímil, lo imposible. El muy agradable tío creía en sus propias mentiras y las contaba con esa misma convicción. Por eso tenía éxito en lograr la total atención del público, en este caso la atención de la muy quisquillosa y astuta abuela Virgilia. Al compás del paso agitado de la abuela sus muy plegadas enaguas parecían bailar un muy rítmico son. Esto decía al avanzar camino a su dormitorio.-Ojalá y este allí la cobija, allí donde yo la tenía guardada. Ojalá Efraín Emanuel no nos haya mentido. Porque si lo hizo, no saldrá vivo de esta casa. Saldrá tieso y estirado en una caja de pino rústica y sin barniz. Doña Virgilia lo hubiera cumplido. Allí, en ese instante, le hubiera retorcido el pescuezo y mandado a otro mundo a descansar. Mi abuela tenía esa sangre brava y parecía no sufrir nunca de remordimientos o de sentir compasión. Yo me volví para ver a mi tío. Allá estaba su merced, con los brazos cruzados sonriendo como si hubiera sido el hombre más rico del mundo. En el tiempo cuando mi abuela crecía, ella misma lo contaba, un ladrón solo robaba o mentía una vez. No volvía por otra. Y aún si un padre encontraba a un hijo robando o diciendo una mentira, el padre mismo ajusticiaba al hijo.-¿Y alguna vez, en su tiempo, fue testigo de algo así? -me atreví a preguntarle una vez.

-¡Sí! Yo misma vi a un mi tío dispararle a su hijo. “Te mato por haragán”, le dijo. Ya para entonces, yo, Oscar Abigail, estaba convencido de una cosa: Por mis venas corría esa misma sangre y de tal herencia nunca me iba a poder librar. En ese crucial momento, a mí me pareció escuchar no a uno, sino a cien gallos cantar. Hasta creo haber escuchado a lo lejos truenos en el cielo y retumbos desde el mar. El cuerpo lo sentía alterado. A veces, me sentía enano, a veces, gigante. En cada oído tenía una brasa y en cada mano un manojo de espinas. En ese descompasado estado, me acerqué a la abuela Virgilia y le entregué la llave del cofre.-Aquí está la llave.-¡A ver, dámela! -urgió. Con la misma la insertó y la accionó hacia la derecha. Sin más contratiempo levantó la tapa del cofre, metió las manos y hurgó hasta el fondo y, para nuestro desmayo, la cobija roja no estaba allí.-¡Volvamos a buscarla! -me atreví a sugerir. Hablar en ese momento, cuando nadie me lo había pedido, pudo haber sido fatal. Mi abuela Virgilia tenía tanta rabia como para haberme arrancado un brazo o un pie. Para mi fortuna, eso no sucedió. A cambio, la señora de armas tomar me obedeció. Volvió sacar pieza por pieza y al fin, después de esperar una eternidad, la escuché decir:-¡Aquí está la maldita cobija roja! ¡Aquí está! Yo me volví para asentirle a mi tío Efraín Emanuel. El tío no estaba allí. En ese instante, un viento frío me golpeó la frente y sentí estremecerme desde mi norte hasta mi sur. Abuela y nieto escuchamos unos pasos dirigirse hacia el portón. Al compás de los pasos escuchamos decir:-¡Adiós! Pasen feliz noche. Un día de estos los vuelvo a visitar.

SECCION NOSTALGIA

PALGUN DIA, MENOS HOY

por: Oscar Argueta

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