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Compassion International - Ecuador


© Compassion International-EcuadorDepartamento de Programas

Edición número 1, mayo de 2005

Se permite la reproducción parcial de esta publicación con fines educati-vos no comerciales previa autorización por escrito del Área deComunicaciones y Educación de Compassion International-Ecuador.

Director NacionalFERNANDO PUGA

Gerente de ProgramasCÉSAR PARRA

Supervisión técnica y edición: CELSO RAMOSAsesoría técnica: CECAFECDiagramación: Publicorp Cltda.

Derecho de autor No. 022674ISBN obra completa: 9978-43-463-1ISBN Módulo 5: 9978-44-423-8Impreso en Ecuador


C O N T E N I D O

PRESENTACIÓN ................................................ 7

INTRODUCCIÓN ................................................. 9

UNIDAD 1 ...........................................................13

UNIDAD 2 .......................................................... 25

UNIDAD 3 .......................................................... 33

UNIDAD 4 ........................................................... 41

GUÍA METODOLÓGICA ................................. 75

Algunos elementos del contexto de vida de los niños y las niñas.

Abogacía: un desafío central para el educador mediador.

El niño es actor, ciudadano y sujeto de derechos.

Su proyecto educativo mediador: una oportunidad de transformación pedagógica.


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C O M P A S S I O N I N T E R N A T I O N A L - E C U A D O R

P R E S E N T A C I Ó N

Educar es una tarea noble y compleja a la vez, pues en ella se conjuganelementos como la dedicación, la preparación, la creatividad, el tiempo,la paciencia, el amor, la mística y, lo más profundo, nuestra fe. Estosingredientes nos permiten apoyar la formación de la vida de los niños ylas niñas. En este proceso, Compassion Internacional Ecuador buscaconstante y permanentemente servir a la niñez más desprotegida delEcuador, país en el que ha venido trabajando desde el año 1998 la ideade crear una Escuela de Pedagogía que responda a los intereses y lasnecesidades de la población a la que atiende, sobre todo en las iglesiaslocales socias. Con este propósito, se han dado pasos suficientes paraconocer cuáles son las dificultades y las necesidades de capacitación delos educadores (tutores) que diariamente tienen el privilegio de estar encontacto con los niños y jóvenes patrocinados.

En esta ocasión, tenemos el inmenso agrado de presentar, a todos los quede una u otra manera están inmersos en el quehacer educativo, unPrograma de capacitación que contiene 5 Módulos, cada uno de los cua-les presenta un enfoque pedagógico diferente, toma en cuenta las carac-terísticas psicológicas de cada niño y los factores afectivos, familiares,socioculturales, socioeconómicos y espirituales relacionados con su for-mación.

Esperamos que este Programa de formación y capacitación constituya unaporte para el mejoramiento de la calidad de los servicios de atención ala niñez en todos y cada uno de los proyectos con quien trabajamos.

Para construir este Programa, fue necesaria la contribución de asistentestécnicos tanto internos como externos, quienes trabajaron con muchadedicación y profesionalismo. El apoyo del equipo del CECAFEC ha sidofundamental para plasmar esta visión y proceso de capacitación.


Así mismo, queremos dar un reconocimiento sincero al apoyo y la super-visión técnica de nuestro facilitador, el hermano Celso Ramos, quien conpaciencia, tesón y esmero ha trabajado junto al equipo técnico para lograrque esta escuela se diseñe e implemente en los proyectos a nivel nacional.

La estructura del Programa consta de 5 Módulos:

1. Los niños y niñas como seres individuales: proceso de desarrollo ysocialización.

2. Los niños y niñas como seres en entornos de vida cotidiana.

3. Los niños y niñas como sujetos de aprendizaje. Ambientes, espaciosy procesos de aprendizaje.

4. Los niños y niñas como actores sociales: desarrollo local, eclesial yciudadano.

5. El educador mediador. Abogacía para el ejercicio de la actoría y ciu-dadanía de niños y niñas.

Nuestra esperanza es que el Reino de Dios este construyéndose de mane-ra activa, llena de fe, en la vida de los miles de niños y niñas a los cualesservimos.

Por Cristo y por los niños y las niñas,

Fernando Puga César ParraDirector Nacional - Ecuador Gerente de Programas

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I N T R O D U C C I Ó NLa visión de Compassion International, tal como aparece en sus docu-mentos institucionales, es la de ser un ministerio cristiano evangélico quepromueva el Reino de Dios a través de la facilitación de procesos de desa-rrollo integral de la niñez en pobreza. Compassion pretende acompañara los niños, de manera intencional, consciente y proactiva, en su forma-ción como ciudadanos cristianos responsables. Compassion Internationalbusca concretar esta visión apoyando, mediante el patrocinio, el desarro-llo de proyectos de atención a la niñez dirigidos por y en vinculación aiglesias locales. Dichos proyectos se organizan alrededor de cuatro com-ponentes básicos:

• Educación.• Salud.• Habilidades para la vida.• Educación cristiana.

Compassion International busca apoyar el desarrollo de las instituciones,las personas y las organizaciones eclesiales con las cuales trabaja, comoparte de una iniciativa general a favor de la niñez. En dicho contexto,busca también una respuesta a las necesidades de formación y capacita-ción de las personas responsables de cada uno de estos componentes entodos los proyectos locales, los cuales son denominados tutores. En elm a rco de esta búsqueda se ubica el Programa de Formación deE d u c a d o res. Para su elaboración se ha realizado previamente unDiagnóstico de prácticas educativas y necesidades de capacitación(Compassion, marzo 2002), del cual se identifican algunos elementosimportantes referidos directamente a la formación de tutores.

El programa tendrá, de manera simultánea, una experiencia de pilotajeque permita validar todos sus aspectos y perfeccionarlos antes de la etapade difusión masiva que se realizará a través de la Escuela de Pedagogía.La cobertura de esta etapa alcanzará todas las iglesias socias deCompassion.

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Aspiramos a que este Programa de Formación se constituya en un valio-so aporte para el mejoramiento de la calidad de los servicios de atencióna la niñez en todos y cada uno de los proyectos locales, respaldados porCompassion.

Consideramos que no podemos entender lo social si no profundizamosen el entramado que le da forma. Y así como todo tejido está formado porhilos, el tejido de lo social también tiene los suyos. Por ello, será conve-niente explorarlos para entendelos un poco más. Entre esos hilos, men-cionaremos tres que nos parecen los más importantes: el hilo cultural, elhilo paradigmático y el hilo cotidiano.

Le anticipamos que la forma en que hemos desarrollado esta unidad esquizá un poco “árida” y un poco fría. Tiene razón si así lo percibe. Contodo, hemos visto necesario tratar el tema de esa manera para luego, enla siguiente unidad, aterrizar de lleno en las experiencias y en los ejem-plos.

Qué le parece si ahora iniciamos la exploración. ¿Nos acompaña?

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PROGRAMA DE FORMACIÓN DE EDUCADORES

5 º M Ó D U L OE l e d u c a d o r m e d i a d o r :

a b o g a c í a p a r a e l e j e r c i c i od e l a a c c i ó n y l a c i u d a d a n í a

d e n i ñ o s y n i ñ a s

INTRODUCCIÓN

Amigos educadores:

Con este quinto módulo se cierra el ciclo de una propuestade formación que ha sido pensada y ejecutada para ustedes, trabajadores que llevan adelante una tarea educativa importante con los niños y las niñas del país, la mayoría de los cuales se encuentran en situaciones y

condiciones de riesgo. Este módulo tiene el desafío de puntualizar algunas temáticas conectadas con las trabajadas en los módulos anteriores, así como el de proyectar su labor a la realización de una nueva

propuesta educativa.

En este módulo aparecerán algunos temas que tienenque ver con los líderes responsables de las iglesias locales,temas que atañen al sentido y la dirección de una tareaeducativa y de una labor eclesial que busca transforma-ciones en la vida de cada uno de los niños con quienes

ellos trabajan. Por supuesto, nos apoyaremos enalgunos de los materiales ya elaborados dentro de la

propuesta formativa que se está desarrollando.


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En la primera unidad, aportaremos algunos elementos del contexto y la situación de vida de los niños y las niñas, contexto que usted seguramente conoce, peroque es necesario no perder de vista porque es desde él y en él donde su rol debe ser transformador.

En la segunda unidad, desarrollaremos de forma bási-ca el concepto de abogacía, un concepto que puedeofrecer algunos matices interesantes para enriquecer elrol de educador que le proponemos construir. Porsupuesto, vincularemos el ejercicio de ese rol de aboga-cía al sentido de promoción de la acción y la ciudada-nía de los niños y las niñas.

En la tercera unidad, hablaremos de ciudadanía y dederechos de los niños, para lo cual nos apoyaremos enlos contenidos claves del Nuevo Código de la Niñez yla Adolescencia. La definición del niño como sujeto dederechos enriquece ese nuevo concepto que hemosvenido construyendo con ustedes: el niño como actor ycomo ciudadano.

Finalmente, en la cuarta unidad, le propondremos algu-nas directrices que pueden considerarse como parte deuna propuesta educativa mediadora, sólida, participati-va y que tenga proyecciones a futuro.

A lo largo del presente módulo, recorrere-mos y conoceremos, de forma sencilla yprecisa, cuatro temas que creemos queson de especial relevancia para que ustedpueda decidir estratégicamente haciadónde quiere proyectar su labor educa-tiva cotidiana.


P R I M E R A U N I D A D :A l g u n o s e l e m e n t o s d e l

c o n t e x t o d e v i d a d e l o s n i ñ o s y l a s n i ñ a s .

Primera aproximación: la región latinoamericana.

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Esperamos, de verdad, que este quinto módulo sea un cierresatisfactorio del proceso que hemos seguido con ustedes. Asímismo, confiamos en que aquí encuentren elementos útilespara avanzar en la construcción de ese nuevo rol educativoque todos buscamos en favor de los niños y las niñas del país.

Las organizaciones e instituciones que trabajamos porla niñez en el país estamos preocupadas por mejorar

las condiciones de vida de nuestros niños a travésde diversas estrategias de gestión.

La globalización, como tendencia internacional,tiene un impacto muy fuerte en los países deAmérica Latina y el Caribe. Debido a la acelera-da concentración de la riqueza en los sectoresque cuentan con las condiciones suficientespara competir en una economía de mercadoglobalizado, la inequidad y los niveles deexclusión social han aumentado en muchospaíses de la región.

Los índices de desempleo aumentan, lo cual oca-siona un deterioro de la calidad de vida. Más del

42% del total de la población vive en condiciones demarginalidad. Dentro de ese grupo humano, los

niños, las niñas y los jóvenes son sectores especial-mente vulnerables. Hoy en día, seis de cada diez niños

viven en condiciones de exclusión.


Los índices de desempleo aumentan, lo cual ocasiona un deteriorode la calidad de vida. Más del 42% del total de la población viveen condiciones de marginalidad. Dentro de ese grupo humano,los niños, las niñas y los jóvenes son sectores especialmente vul-nerables. Hoy en día, seis de cada diez niños viven en condi-ciones de exclusión.

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En lo que tiene que ver con los derechos de supervivencia, se halogrado reducir la tasa de mortalidad infantil gracias a los esfuer-zos educativos y al acceso a los servicios de salud y saneamien-to básico. Sin embargo, aún no se erradica del todo la mortan-dad infantil por enfermedades diarreicas, infecciones respira-torias y otras. La presencia de enfermedades inmuno-preve-nibles, como la desnutrición, y las dificultades de acceso asistemas de salud que permitan un control de crecimiento ydesarrollo cuestionan la vigencia de esos derechos.


En lo relacionado con los derechos de protección, eldesplazamiento forzado, el trabajo infantil, el aban-dono, la desaparición, el maltrato, la problemáticade los niños de la calle y la discriminación a par-tir de la discapacidad son problemáticas que exi-gen hoy una acción que tome en cuenta lagarantía de los derechos y la doctrina de la pro-tección integral.

En lo que respecta a los derechos de partici-pación, los patrones culturales imperantes deautoritarismo y verticalismo, los cuales sesiguen re p roduciendo en los difere n t e sámbitos de socialización de la infancia, cuestio-nan seriamente las posibilidades de construiruna ciudadanía infantil a través de procesosdemocráticos.

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En materia de derechos de desarrollo, la universalización de laeducación no se ha cumplido. En cuanto al mejoramiento de lacalidad de la educación, aún cuando se ha avanzado en algo,los índices de repetición, deserción escolar y capacidad parapromover a los niños a través de todo el ciclo educativo siguencuestionado la eficiencia interna de los sistemas.


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Estas problemáticas regionales, apenas enunciadas en las líneas anterio-res, caracterizan también la situación de la gran mayoría de los niños ylas niñas en el Ecuador. Veamos, a continuación, algunos datos.

Segunda aproximación: Ecuador

Cada uno de nosotros conoce la situación de pobreza que se vive en elEcuador. Muchos de nosotros la hemos vivido o la vivimos todavía encarne propia. Sin embargo, queremos recalcar que quienes son más gol-peados por esta situación son los niños y las niñas. He aquí algunos delos indicadores expresados en cifras (EMEDINHO: 2000):

Hoy en día, 6 de cada 10 niños viven en la pobreza. Al fina-lizar el año 2000, el 63% de los ecuatorianos menores de 18años vivía en hogares cuyos ingresos monetarios eran meno-res al valor de la línea o umbral de la pobreza. Es decir, másde 3’000.000 de niños pertenecían a familias que sufrían pri-vaciones o riesgos en la satisfacción de sus necesidades bási-cas de alimentación, vivienda, educación y salud.


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La pobreza afecta más a los niños y a las niñas del país. Al ini-ciarse la nueva década –la primera del siglo 21–, el 47% de lapoblación mayor de edad pertenecía a hogares en situación depobreza (piénsese que, para menores de 18 años, el índice es del63%). Los niños y las niñas menores de 12 años tienden a ser losmás afectados. En las ciudades, por ejemplo, el 54% de losmenores de 12 años vivía en hogares pobres, en contraste con el48% de aquellos entre 12 y 17 años.

La pobreza es considerablemente mayor en el campo y en laAmazonía. En el 2000, el 79% de los niños que vivía en lasáreas rurales era pobre. En las ciudades, la cifra era del 52%.Por otro lado, la incidencia de la pobreza entre los niños eramayor en la Amazonía (70%) que en las provincias de la Costa(64%) y de la Sierra (60%).

La abrumadora mayoría de niños y niñas indígenas sonpobres. La proporción de niños y niñas indígenas y afroame-ricanos que vive en la pobreza es considerablemente mayorque la proporción de niños blanco-mestizos. En el 2000, lapobreza afectaba al 61% de los niños de hogares hispanoha-blantes o blanco-mestizos, en comparación con el 79% de losniños que pertenecían a hogares en los cuales se hablaba unalengua indígena o sus miembros se identificaban a sí mismoscomo indígenas, y con el 68% de aquellos pertenecientes ahogares afroecuatorianos.


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La pobreza aumentó notablemente a partir de 1998. A partir de1998, la caída de los salarios reales y el aumento de la inflacióny el desempleo que siguió a la crisis financiera socavaron laseguridad económica de un gran número de hogares del país. En1999, la pobreza llegó a afectar a más de la mitad de la poblaciónmenor de 18 años de las ciudades (55%), lo cual equivale a unretorno a los niveles de pobreza de la década de 1980.

Buscar alternativas concretas para superar estas desigualdades yromper el ciclo de la exclusión social, ciclo en el que los niños y lasniñas resultan ser los más excluidos de los excluidos, es un com-promiso ético y, por qué no decirlo, cristiano. No hace falta sinorecordar las palabras de la Biblia: “Abre tu boca, juzga con justiciay defiende la causa del pobre y del menesteroso” (Prv.31:9).

Tercera aproximación: el nuevo marco legal

Es posible que a usted le parezca extraño que incluyamos este temacomo parte del contexto y la realidad de nuestra niñez. Sin embargo,nosotros creemos de suma importancia situar este particular, pues élmarca un horizonte de esperanza y de posibilidades enormes paraque las situaciones que hemos descrito muy rápidamente en laslíneas anteriores se transformen.

Tal desafío sólo puede ser atendido con políticas de desa-rrollo humano y social. Según lo demuestra la investigacióncontemporánea, la base de ellas tiene que ser la atención a lainfancia a partir de un enfoque de desarrollo que articule la parti-cipación activa de los niños, la familia, la comunidad y las institu-ciones. Pues bien, ese enfoque está asumido de muchas maneras en elNuevo Código de la Niñez y la Adolescencia aprobado por el gobier-no ecuatoriano en diciembre del 2003 y puesto en vigencia el 3 de juliodel 2004. Desde nuestro punto de vista, todos quienes trabajamos conla niñez y la adolescencia en el país disponemos ahora de un cuerpolegal que obliga a la modificación radical de la exclusión terribleque viven los niños y las niñas del Ecuador. Veamos.


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Consecuentemente, muchas prácticasactuales de los adultos deberán ser des-terradas, incluso cuando hasta ahorahayan sido socialmente aceptadas,como los castigos, las reprimendas, la

imposición de reglas a juicio de serpadres o profesores, el abuso en eltrabajo doméstico o en la unidadproductiva familiar, etc. Sin embar-go, el mayor cambio que se imponees pasar de un concepto y una acti-tud que concibe a los niños como sino fuesen nadie (entes sin voz, sin

pensamiento, sin opinión), a una acti-tud de su pleno reconocimiento comopersonas.

La Constitución de laRepública del Ecuador, expe-

dida en 1998, asume para elmarco de la legalidad todos los derechos de los niños y las

niñas. Expresa que todos los niños y las niñas son ciudadanos ytienen, por tanto, todos los derechos y las obligaciones

que les corresponde como tales, además de algunos derechosespecíficos por ser niños, los cuales se habilitan según suedad y desarrollo. La Constitución integra, además,el concepto de vulnerabilidad como característicageneral de niños y niñas. Bajo ese enfoque, dispo-ne una serie de medidas para garantizar sus dere-chos (artículos 47 al 52). Tras esos mandatos,queda implícita la necesidad de establecer unnuevo paradigma de actitud hacia los niños,uno que tenga actitudes de reconocimiento, de escu-cha, de buen trato, de interrelación, de convivencia,etc. Si esto no ocurre, la aplicación de la ley quedaen el vacío.


El cambio que hay que hacer es aquel que propuso e hizo Jesús cuandodio una importancia fundamental a los niños y nos reveló la necesidad deasumir una relación igualitaria con ellos:

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El primero se refiere a los servicios destinados a losniños. Se dispone que todos los servicios que se vincu-len con el ejercicio de derechos se organicen bajo siste-mas locales de protección integral. Esto quiere decirque los proyectos de salud, de nutrición, de educacióny de recreación deben estar correlacionados con laspolíticas públicas de desarrollo de la niñez y la adoles-cencia, las cuales serán establecidas paritariamente,tanto por el estado como por la sociedad civil, a travésde consejos de protección (uno nacional y los demáslocales). El servicio en solitario, aunque es posible, noserá reconocido y hasta podría caer en la ilegalidad.

“Les aseguro que, a menos que ustedes cambien y se vuelvancomo niños, no entrarán en el reino de los cielos” (Mt 18:3).

Los niños y niñas –para la Ley– son personas con derechos y obligacio-nes. El gran desafío consiste en pasar de la letra escrita a la práctica. Estaes la intención del nuevo Código de la Niñez expedido en diciembre de2003. Este es un instrumento jurídico que desarrolla en detalle los ámbi-tos de relación con niños, niñas y adolescentes.

Mencionamos, por lo pronto, dos asuntos que debemos tener en cuenta yestudiar a profundidad:


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El segundo punto se relaciona con la exigibilidad y larestitución de derechos. Esto quiere decir que se abreuna capacidad social para exigir el cumplimiento de losderechos de los niños a los diversos actores estatales oparticulares que tienen a su cargo servicios públicosdestinados a ellos y, en caso de ser violados esos dere-chos, para exigir la restitución de los mismos. Estoquiere decir que, si los niños no acceden a la escuela oa los servicios de salud, es posible una acción públicaque denuncie y demande civilmente a quienes están enla obligación de proveer las condiciones para que losderechos se cumplan. El nuevo Código señala, con pre-cisión, cómo serán esos procedimientos.

También se establecen mecanismosde protección especial para restituirderechos, especialmente en los casosde violación extrema como el abusosexual, el tráfico de menores, laexplotación laboral, el maltrato y la

violencia en sus diversas formas.


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Usted coincidirá con nosotros en que, por un lado, las situaciones queviven los niños en el Ecuador “claman al cielo” por cambios, pero coinci-dirá también en que tenemos ahora una oportunidad histórica para hacerlo que nos corresponde, es decir, para construir, con esos niños y esasniñas con quienes trabajamos, una realidad más justa y equitativa paratodos. En la próxima unidad, le propondremos un concepto, un rol, unaalternativa para avanzar en este contexto: la abogacía por los niños yniñas.


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En base a la lectura de esta primera unidad, le pedimos que desarrolleel siguiente cuestionario en breves y precisas líneas. El objetivo es queusted se haga una medida de cuánta información maneja.

1. En cuanto a los elementos del contexto latinoamericano:¿Conocía la información que aquí se ha anotado? ¿Cuánto?¿Conoce más información al respecto? ¿Cuál?¿Qué sentimientos le provoca toda esta información?

2. En cuanto a los elementos del contexto ecuatoriano:¿Conocía la información que aquí se ha anotado? ¿Cuánto?¿Conoce más información al respecto? ¿Cuál?¿Qué sentimientos le provoca toda esta información?

3. En cuanto al nuevo marco legal que regirá al país desde julio:¿Conocía la información que aquí se ha anotado? ¿Cuánto?¿Conoce más información al respecto? ¿Cuál?¿Qué sentimientos le provoca toda esta información?

Por favor, comparta los resultados de esta actividad con sus compañeros.


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S E G U N D A U N I D A DA b o g a c í a : u n d e s a f í o c e n t r a l

p a r a e l e d u c a d o r m e d i a d o r

Para las iglesias y para usted, educador compro-metido en una labor eclesial, surge el desafío deconvertir en un auténtico ministerio eclesial la ela-boración de propuestas para “levantar la voz delpobre y menesteroso” y promover la expresión delos sectores y grupos empobrecidos, cuyas opor-tunidades y espacios de participación se encuen-tran mermados y hasta anulados.

En el contexto de estos desafíos urge –como resul-tado del compromiso de la Iglesia por los niños ylas niñas– levantar la voz en nombre de ellos: setrata de una de las condiciones básicas para iniciarla liberación de los niños de la pobreza en el nom-bre de Jesús.


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¿De qué hablamos cuando hablamos de abogacía?

Cuando hablamos de abogacía por los niños, no estamos formulando unatarea más para quienes trabajan con la niñez y la adolescencia. No seríalegítimo “tomar la voz” de otro sólo como traductor o como eco. Quienasuma tomar esa voz lo hace también en nombre suyo, pronuncia pala-bras encarnadas en sentimientos y realidades compartidas, toma una ini-ciativa que se justifica tanto en los otros como en sí mismo.

Una abogacía asumida de una manera auténtica y comprometida en latarea educativa diaria supone:

• El reconocimiento de que niños y niñas requieren el apoyo eclesialpara su desarrollo, socialización y participación, especialmente por-que existen condiciones sociales que se lo impiden.

• La no anulación de niños y niñas, lo cual consiste en compartir la vozy las necesidades de ellos y de sus familias.

• La promoción de la participación de las familias y de todos cuantosson miembros de la Iglesia en favor de los niños y niñas, siempre conla exigencia de ser como ellos para merecernos la participación en elplan de salvación.

Ese “levantar la voz de los pobres y menesterosos” sesitúa en un contexto concreto y representa el tomar unaopción a favor de quienes son excluidos y sufren las con-secuencias de los factores de la crisis. En esto consistebuena parte del significado de abogacía, como lo veremosde inmediato.


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(i) D e s a r ro l l a r, sólida y permanentemente,actitudes y habilidades promovedoras de laacción de los niños y los adolescentes através de procesos que potencien sureconocimiento en los entornos de familia,comunidad eclesial, escuela y comunidadlocal.

(ii) Profundizar una formación cristiana dirigi-da a recrear el ministerio de la niñez con lapresencia de los niños y las niñas como cen-tro del proyecto en el que usted desarrollasu labor educativa.

(iii) Fortalecer capacidades nuevas, en usted ysus compañeros, para facilitar la aperturahacia los entornos de vida de los niños y lasniñas, hacia el vínculo con otros actoresimportantes en la vida de ellos y hacia elcontexto de desarrollo local, siempre lle-vando la voz de los niños y las niñas.

• La articulación de otros actores que participen en los acuerdos quemejor convengan a las vidas de los niños y las niñas, así como el for-talecimiento de las capacidades de participación de los propios niños,a fin de que aprendan a levantar su voz y se conviertan en actores desus proyectos de vida y en ciudadanos que velen por el bienestar delos suyos.

En fin, se trata de una abogacía que se traduce en una triple agenda parausted:


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Finalmente, todo programa o acción a favor de losniños requiere de pistas claras y precisas. El ministe-rio de los niños es de por sí un enorme desafío. El tra-bajo apostólico para hacer viable el paso de laexclusión a la inclusión, de la negación a la afirma-ción, de la desprotección a la protección integral,necesita de virajes importantes.

En otras palabras, para guiar a niños, niñas y adoles-centes hacia las promesas del Reino de Dios, serequiere de ministerios que incidan en los impedi-mentos y riesgos por los que ellos no pueden accedera “la nueva vida, abundante y continua”, que es la dela salvación.


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(b) Conducir hacia cambios de visión en el ministerio de los niños,liderando, en el medio eclesial y en los entornos sociales, formasde actuación reconocedoras de los niños y las niñas como sujetospersonales y sociales. Dichas concepciones deben producir nuevosquehaceres de la iglesia y nuevas misiones en ese mismo orden.

¿Y en el contexto de la Iglesia... qué?

Posiblemente, la abogacía por los niños sea el primer requisito de un mi-nisterio de este tipo. Se trata, además, de un requisito permanente.Permítanos contribuir, desde esta perspectiva y desde este fundamentodel ministerio de niños, niñas y adolescentes, hacia una agenda deactuación eclesial que tenga en cuenta la posibilidad de que la iglesia a laque usted pertenece pueda ser enriquecida:

- La iniciativa y la responsabilidad de tomar la voz en función de losniños, las niñas y los adolescentes implica dos acciones necesarias:

(a) Promover que los miembros de la iglesia y los actores con los quese relacionan asimilen un cambio de perspectiva que pase de unavisión de los niños como objetos hacia una visión de los niñoscomo sujetos. No hay condición más excluyente que aquella queconsidera a los niños como “nadie”. Ese es el más grande “impe-dimento” para que los niños participen, sean invitados y haganparte sustancial de la iglesia.


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Lo pedagógico concierne a todo aquello que se inscribe en desaprenderlos viejos paradigmas del niño como objeto y pasar a los aprendizajes delniño como sujeto. Las iniciativas las deben tener los adultos; a ellos com-pete la responsabilidad de escuchar lo que los niños dicen y sienten, ytomarlos en cuenta como seres que tienen una participación activa en losdiversos ámbitos de la vida.

Lo político tiene que ver con los mecanismos que facilitan que la voz delos niños sea escuchada en sus entornos: la familia, la escuela, la iglesia,el barrio, etc.

Abogar por los niños y niñas tiene la intencionalidad de promover“la voz de los propios niños” entre los diversos actores que confor-man la iglesia y los entornos cotidianos en donde ellos viven. Unapromoción que implica un proceso pedagógico y un proceso político(en el mejor sentido de la palabra).


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En base a la lectura de esta segunda unidad, le pedimos que desarrollelos siguientes puntos de reflexión:

· En mínimo 10 líneas, explique con sus palabras lo que entiende por “abogacía”.

· En el proyecto en el que usted participa, ¿en qué momentos o situaciones cree que haya habido un ejercicio de abogacía? Por favor, describa en detalle esas situaciones o momentos.

Por favor, comparta los resultados de esta actividad con suscompañeros.


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