Fernando Olavarría Gabler 167

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A

EL HOMRECITODEL TRONCO DEÁRBOL HUECO

Fernando Olavarría Gabler

Inscripción Registro de Propiedad Intelectual Nº 37100. Chile.© Fernando Olavarría Gabler.

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EL HOMRECITODEL TRONCO DEÁRBOL HUECO

Fernando Olavarría Gabler

Inscripción Registro de Propiedad Intelectual Nº 37100. Chile.© Fernando Olavarría Gabler.

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EL HOMRECITODEL TRONCO DEÁRBOL HUECO

abía un viejo árbol cuyo tronco estaba hueco. El añoso árbol no estaba situado en el bosque sino en la orilla de un camino. El camino salía de un pequeño pueblo y terminaba en el mercado de la ciudad. En el hueco del tronco vivía un hombrecito. Era tan pequeño que más bien parecía un niño de dos años de edad. La gente del pueblo que pasaba por ahí e iba a comprar a la ciudad, saludaba al hombrecito y este respondía al saludo con amabilidad. -¿Quieres que te compremos algo en el mercado?, preguntaban los pueblerinos. -No. Gracias, respondía el hombrecito. Nada me falta. Con tanto ir y venir de la gente, se estableció un lazo de amistad. Un día sucedió una desgracia. Una mujer que manipulaba en la cocina con un cuchillo, éste se le escapó de las manos y cayó de punta sobre el dorso de uno de sus pies. Empezó a sangrar abundantemente y continuaba así a pesar de los esfuerzos que hacían los familiares para detener la hemorragia. Como en el pueblo no había médico, un hijo de la enferma partió corriendo a la ciudad para traer uno que pudiera atender a su madre herida. Cuando pasaba frente al tronco, el hombrecito le preguntó qué es lo que sucedía. El

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abía un viejo árbol cuyo tronco estaba hueco. El añoso árbol no estaba situado en el bosque sino en la orilla de un camino. El camino salía de un pequeño pueblo y terminaba en el mercado de la ciudad. En el hueco del tronco vivía un hombrecito. Era tan pequeño que más bien parecía un niño de dos años de edad. La gente del pueblo que pasaba por ahí e iba a comprar a la ciudad, saludaba al hombrecito y este respondía al saludo con amabilidad. -¿Quieres que te compremos algo en el mercado?, preguntaban los pueblerinos. -No. Gracias, respondía el hombrecito. Nada me falta. Con tanto ir y venir de la gente, se estableció un lazo de amistad. Un día sucedió una desgracia. Una mujer que manipulaba en la cocina con un cuchillo, éste se le escapó de las manos y cayó de punta sobre el dorso de uno de sus pies. Empezó a sangrar abundantemente y continuaba así a pesar de los esfuerzos que hacían los familiares para detener la hemorragia. Como en el pueblo no había médico, un hijo de la enferma partió corriendo a la ciudad para traer uno que pudiera atender a su madre herida. Cuando pasaba frente al tronco, el hombrecito le preguntó qué es lo que sucedía. El

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muchacho detuvo su carrera y le contó -jadeando- lo que pasaba. -No te aflijas, dijo el hombrecito. Yo la puedo sanar sin necesidad que sigas corriendo. En estos momentos tu mamá ha dejado de sangrar y la herida se está reponiendo. Vuelve a casa y podrás cerciorarte de lo que he dicho. En efecto, cuando llegó a su casa todos estaban muy felices porque la hemorragia había cesado. El muchacho contó lo que sucedió y también el diálogo que tuvo con el hombrecito del tronco. La noticia corrió rápida y en pocos días era comentada por todo el pueblo. Entonces unas mujeres tomaron la iniciativa de dejar flores en la base del tronco, como un gesto de cariño y agradecimiento. Otras fueron a encender velas y algunas hicieron mandas. Empezaron las peticiones y promesas de pagar las mandas que les solucionarían sus problemas. ¿Y qué decía el hombrecito del tronco hueco? Estaba molesto con estas manifestaciones. No las soportaba. Había perdido su libertad, su tranquilidad y su hogar sucio estaba rodeado con flores secas y esperma derretida que las velas habían dejado. Entonces empezó a gritar ¡Por favor, compréndanme! Yo no soy un santo milagrero ni ídolo pagano ni un chamán. Soy sencillamente un hombrecito que habita en el tronco hueco de este árbol. La gente del pueblo comprendió, lo dejó tranquilo y el hombrecito pudo limpiar su entorno y dejar todo en orden. Pero no siempre iba a ser así. El país vecino invadió al país

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muchacho detuvo su carrera y le contó -jadeando- lo que pasaba. -No te aflijas, dijo el hombrecito. Yo la puedo sanar sin necesidad que sigas corriendo. En estos momentos tu mamá ha dejado de sangrar y la herida se está reponiendo. Vuelve a casa y podrás cerciorarte de lo que he dicho. En efecto, cuando llegó a su casa todos estaban muy felices porque la hemorragia había cesado. El muchacho contó lo que sucedió y también el diálogo que tuvo con el hombrecito del tronco. La noticia corrió rápida y en pocos días era comentada por todo el pueblo. Entonces unas mujeres tomaron la iniciativa de dejar flores en la base del tronco, como un gesto de cariño y agradecimiento. Otras fueron a encender velas y algunas hicieron mandas. Empezaron las peticiones y promesas de pagar las mandas que les solucionarían sus problemas. ¿Y qué decía el hombrecito del tronco hueco? Estaba molesto con estas manifestaciones. No las soportaba. Había perdido su libertad, su tranquilidad y su hogar sucio estaba rodeado con flores secas y esperma derretida que las velas habían dejado. Entonces empezó a gritar ¡Por favor, compréndanme! Yo no soy un santo milagrero ni ídolo pagano ni un chamán. Soy sencillamente un hombrecito que habita en el tronco hueco de este árbol. La gente del pueblo comprendió, lo dejó tranquilo y el hombrecito pudo limpiar su entorno y dejar todo en orden. Pero no siempre iba a ser así. El país vecino invadió al país

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donde estaba el árbol con el tronco hueco. Apareció un regimiento mandado por un jefe atrevido y dominante, dispuesto a aniquilar a cualquiera que se opusiera a su dominio. El pueblo quedó subyugado al invasor pero no faltaron algunos que ofrecieron resistencia. Hubo tiroteos. Algunos cayeron muertos o heridos y otros se salvaron. Cuando uno de ellos corría para librarse de las balas, pasó frente al tronco y el hombrecito le preguntó qué eran esos ruidos similares a estampidos y le pidió que le informara lo que estaba pasando. El muchacho le contó lo que había sucedido. Era un enfrentamiento con varias bajas por ambos lados. -No te preocupes, dijo el hombrecito. En tres días más va a pasar el regimiento y su comandante, rumbo a la ciudad. Vuelve a tu hogar y no salgas de tu casa. En tres días más vas a ver lo que pasará. Partió el muchacho a su casa y se escondió en una parte secreta porque con seguridad lo irían a buscar. Y sucedió lo que el hombrecito había dicho. Como se estaban acabando los víveres, el comandante decidió adquirirlos en la ciudad y esa mañana marchó brioso a la cabeza de su regimiento. Cuando pasaba frente al tronco, el caballo tropezó con una piedra y dio un brinco raro, descomunal. El comandante no pudo sostenerse y cayó de cabeza con su casco que tenía una punta de lanza en la parte superior. Se ensartó la punta en el suelo y nuestro comandante quedó en una posición muy poco seria. No podía

sacarse el casco ni salir de él. Así quedó un buen rato pataleando y gritando a sus ordenanzas que lo sacaran de ese apuro. Cuando dejaba de patalear descansaba abriendo las piernas y formaba una y griega perfecta. Exigía que lo libraran de esa posición y poder nuevamente montar su caballo. Una vez liberado el comandante no iba a continuar su marcha sin desahogar su furia. Ordenó que destrozaran el tronco hasta dejarlo como un montón de astillas, con golpes de hacha y de bayonetas. El hombrecito del tronco se quedó sin hogar. -¿Qué haré ahora?, se dijo entristecido. No me iré a vivir al pueblo ni a la ciudad. Pensó, pensó y pensó. Hasta que al fin tuvo la solución: Me voy a ir a vivir al mundo de los duendes, se dijo. Allí me recibirán con afecto porque ¡Yo soy un duende! ¿Lo sabían ustedes? Si no lo sabían, lo sospechaban. Y así fue que nuestro duende se fue a vivir al mundo que está presente en el mundo humano pero nosotros no lo podemos ver. ¿Qué fue del comandante y su regimiento? El país vecino propuso la paz a su enemigo y retiró sus tropas. El comandante se acogió a retiro y envejeció en su casa recordando los hechos heroicos en los tiempos de guerra. Así vemos que en la vida, todo cambia o muere. La ciudad creció y el pueblo quedó transformado en un barrio periférico de ella.

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donde estaba el árbol con el tronco hueco. Apareció un regimiento mandado por un jefe atrevido y dominante, dispuesto a aniquilar a cualquiera que se opusiera a su dominio. El pueblo quedó subyugado al invasor pero no faltaron algunos que ofrecieron resistencia. Hubo tiroteos. Algunos cayeron muertos o heridos y otros se salvaron. Cuando uno de ellos corría para librarse de las balas, pasó frente al tronco y el hombrecito le preguntó qué eran esos ruidos similares a estampidos y le pidió que le informara lo que estaba pasando. El muchacho le contó lo que había sucedido. Era un enfrentamiento con varias bajas por ambos lados. -No te preocupes, dijo el hombrecito. En tres días más va a pasar el regimiento y su comandante, rumbo a la ciudad. Vuelve a tu hogar y no salgas de tu casa. En tres días más vas a ver lo que pasará. Partió el muchacho a su casa y se escondió en una parte secreta porque con seguridad lo irían a buscar. Y sucedió lo que el hombrecito había dicho. Como se estaban acabando los víveres, el comandante decidió adquirirlos en la ciudad y esa mañana marchó brioso a la cabeza de su regimiento. Cuando pasaba frente al tronco, el caballo tropezó con una piedra y dio un brinco raro, descomunal. El comandante no pudo sostenerse y cayó de cabeza con su casco que tenía una punta de lanza en la parte superior. Se ensartó la punta en el suelo y nuestro comandante quedó en una posición muy poco seria. No podía

sacarse el casco ni salir de él. Así quedó un buen rato pataleando y gritando a sus ordenanzas que lo sacaran de ese apuro. Cuando dejaba de patalear descansaba abriendo las piernas y formaba una y griega perfecta. Exigía que lo libraran de esa posición y poder nuevamente montar su caballo. Una vez liberado el comandante no iba a continuar su marcha sin desahogar su furia. Ordenó que destrozaran el tronco hasta dejarlo como un montón de astillas, con golpes de hacha y de bayonetas. El hombrecito del tronco se quedó sin hogar. -¿Qué haré ahora?, se dijo entristecido. No me iré a vivir al pueblo ni a la ciudad. Pensó, pensó y pensó. Hasta que al fin tuvo la solución: Me voy a ir a vivir al mundo de los duendes, se dijo. Allí me recibirán con afecto porque ¡Yo soy un duende! ¿Lo sabían ustedes? Si no lo sabían, lo sospechaban. Y así fue que nuestro duende se fue a vivir al mundo que está presente en el mundo humano pero nosotros no lo podemos ver. ¿Qué fue del comandante y su regimiento? El país vecino propuso la paz a su enemigo y retiró sus tropas. El comandante se acogió a retiro y envejeció en su casa recordando los hechos heroicos en los tiempos de guerra. Así vemos que en la vida, todo cambia o muere. La ciudad creció y el pueblo quedó transformado en un barrio periférico de ella.

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Los habitantes de lo que era el pueblo, envejecieron y murieron. Murió el comandante, de viejo y el país vecino se dividió en varias naciones, cada una con bandera propia. En el barrio de la ciudad que había sido el pueblo, todavía vivía una anciana cuya edad era imposible de calcular porque se había olvidado de ella, pero sí recordaba con claridad los tiempos pasados y al hombrecito del tronco hueco. Él me salvó cuando me estaba desangrando por una herida que me hizo un cuchillo en un pie,- me dijo. Lo que contó se había convertido en una leyenda y yo la transformé en un cuento para que tú, lector, la pudieras leer.

Fin

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Los habitantes de lo que era el pueblo, envejecieron y murieron. Murió el comandante, de viejo y el país vecino se dividió en varias naciones, cada una con bandera propia. En el barrio de la ciudad que había sido el pueblo, todavía vivía una anciana cuya edad era imposible de calcular porque se había olvidado de ella, pero sí recordaba con claridad los tiempos pasados y al hombrecito del tronco hueco. Él me salvó cuando me estaba desangrando por una herida que me hizo un cuchillo en un pie,- me dijo. Lo que contó se había convertido en una leyenda y yo la transformé en un cuento para que tú, lector, la pudieras leer.

Fin

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A

84 La rosa blanca85 Las piedras preciosas86 El mensaje de Moisés87 La bicicleta88 El maravilloso viaje de Ferdinando89 La prisión transparente90 El espárrago de oro de Rigoberto Alvarado91 El insectario92 La gruta de la suprema armonía93 El Castillo del Desván Inclinado94 El Teatro95 Las galletas de ocho puntas96 La prisión de Nina97 Una clase de Anatomía98 Consuelo99 Purezza100 La Bruja del Mediodía101 Un soldado a la aventura102 Carda, Cronos, y Cirilo103 Valentina104 Las vacaciones de un ángel105 Ícara106 Las pintorescas aventuras de Adalgisa, condesa de Bosque Verde107 El viejo del saco108 La coronación de Airolga109 Cinisca110 La dulce sonrisa de Aristodella111 Bluewood112 El misterio de la gruta aspirativa113 El Castillo de los Duendes114 El Jardín de Hada115 El Castillo de los vikingos116 El monstruo del río Abuná117 La Alquimia de tres doncellas118 La Casa vacía119 El Bosque Encantado120 El Desfile Onírico121 El Templo Curativo de Yi Sheng122 El soldado ruso123 El taco124 El Vendedor ambulante125 El viaje del Científico a la Isla de los Diamantes126 La Dama Azul127 Congrio a la corneta128 El Jabalí Rinoceronte y El Palacio de Oro129 El Elefante de Plata130 Insólito despertar131 El Gallo verde132 Jack in the Box y la Diligencia Transparente 133 El Afilador de Cuchillos 134 El Ratoncito de Oro 135 El Molino de agua y el retrato de Cecilia Gallerani136 El Árbol de Navidad137 La veleta de la casa del vecino138 La Granja139 El marcapaso cerebral140 Dos hechos inexplicables y uno no.141 Los singulares ojos de Fly Mosquiati.142 La alfombra blanca.143 El Puente144 La Barcaza de pan145 La Mansión de las Hadas146 Una especial celebración147 Sofía Andrea y el abuelo volador148 AORATI GYNAIKA149 El Duende del ladrillo150 Magdalena Paz y el gnomo Losarig151 La Mansión resplandeciente152 Martiño y la Mariposa Maribel153 El Hada Mágica154 El Hombrecito Brillante.155 El Hombre con faz de espejo dental.156 El pescado varado.157 Escalada vertical.158 Maniquies.159 El Meteorito Dorado160 Little Bing161 El Hada Lorenzina162 Cisna, la princesa hechizada163 La princesa Ulrica164 Matías y el Hada Lagartija165 Cuento salido de un cuadro166 Atardecer rojo167 El hombrecito del tronco de árbol hueco168 Lo que dijo Francisco Fernando Fernández Ferrer cuando estuvo metido dentro de un florero169 El Gigante y su hijita

Otros títulos en esta colección

01 El sol con imagen de cacahuete02 El valle de los elfos de Tolkien03 El palacio04 El mago del amanecer y el atardecer05 Dionysia06 El columpio07 La trapecista del circo pobre08 El ascensor09 La montaña rusa10 La foresta encantada11 El Mágico12 Eugenia la Fata13 Arte y belleza de alma14 Ocho patas15 Esculapis16 El reino de los espíritus niños17 El día en que el señor diablo cambio el atardecer por el amanecer 18 El mimetista críptico19 El monedero, el paraguas y las gafas mágicas de don Estenio20 La puerta entreabierta21 La alegría de vivir22 Los ángeles de Tongoy23 La perla del cielo24 El cisne25 La princesa Mixtura26 El ángel y el gato27 El invernadero de la tía Elsira28 El dragón29 Navegando en el Fritz30 La mano de Dios31 Virosis32 El rey Coco33 La Posada del Camahueto34 La finaíta35 La gruta de los ángeles36 La quebrada mágica37 El ojo del ángel en el pino y la vieja cocina38 La pompa de jabón39 El monje40 Magda Utopia41 El juglar42 El sillón43 El gorro de lana del hada Melinka44 Las hojas de oro45 Alegro Vivache46 El hada Zudelinda, la de los zapatos blancos47 Belinda y las multicolores aves del árbol del destino48 Dos puentes entre tres islas49 Las zapatillas mágicas50 El brujo arriba del tejado y las telas de una cebolla51 Pituco y el Palacio del tiempo52 Neogénesis53 Una luz entre las raíces54 Recóndita armonía55 Roxana y los gansos azules56 El aerolito57 Uldarico58 Citólisis59 El pozo60 El sapo61 Extraño aterrizaje62 La nube63 Landrú64 Los habitantes de la tierra65 Alfa, Beta y Gama66 Angélica67 Angélica II68 El geniecillo Din69 El pajarillo70 La gallina y el cisne de cuello negro71 El baúl de la tía Chepa72 Chatarra espacial73 Pasado, presente y futuro mezclados en una historia policroma dentro de un frasco de gomina74 Esperamos sus órdenes General75 Los zapatos de Fortunata76 El organillero, la caja mágica y los poemas de Li Po77 El barrio de los artistas78 La lámpara de la bisabuela79 Las hadas del papel del cuarto verde80 El Etéreo81 El vendedor de tarjetas de navidad82 El congreso de totems83 Historia de un sapo de cuatro ojos

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84 La rosa blanca85 Las piedras preciosas86 El mensaje de Moisés87 La bicicleta88 El maravilloso viaje de Ferdinando89 La prisión transparente90 El espárrago de oro de Rigoberto Alvarado91 El insectario92 La gruta de la suprema armonía93 El Castillo del Desván Inclinado94 El Teatro95 Las galletas de ocho puntas96 La prisión de Nina97 Una clase de Anatomía98 Consuelo99 Purezza100 La Bruja del Mediodía101 Un soldado a la aventura102 Carda, Cronos, y Cirilo103 Valentina104 Las vacaciones de un ángel105 Ícara106 Las pintorescas aventuras de Adalgisa, condesa de Bosque Verde107 El viejo del saco108 La coronación de Airolga109 Cinisca110 La dulce sonrisa de Aristodella111 Bluewood112 El misterio de la gruta aspirativa113 El Castillo de los Duendes114 El Jardín de Hada115 El Castillo de los vikingos116 El monstruo del río Abuná117 La Alquimia de tres doncellas118 La Casa vacía119 El Bosque Encantado120 El Desfile Onírico121 El Templo Curativo de Yi Sheng122 El soldado ruso123 El taco124 El Vendedor ambulante125 El viaje del Científico a la Isla de los Diamantes126 La Dama Azul127 Congrio a la corneta128 El Jabalí Rinoceronte y El Palacio de Oro129 El Elefante de Plata130 Insólito despertar131 El Gallo verde132 Jack in the Box y la Diligencia Transparente 133 El Afilador de Cuchillos 134 El Ratoncito de Oro 135 El Molino de agua y el retrato de Cecilia Gallerani136 El Árbol de Navidad137 La veleta de la casa del vecino138 La Granja139 El marcapaso cerebral140 Dos hechos inexplicables y uno no.141 Los singulares ojos de Fly Mosquiati.142 La alfombra blanca.143 El Puente144 La Barcaza de pan145 La Mansión de las Hadas146 Una especial celebración147 Sofía Andrea y el abuelo volador148 AORATI GYNAIKA149 El Duende del ladrillo150 Magdalena Paz y el gnomo Losarig151 La Mansión resplandeciente152 Martiño y la Mariposa Maribel153 El Hada Mágica154 El Hombrecito Brillante.155 El Hombre con faz de espejo dental.156 El pescado varado.157 Escalada vertical.158 Maniquies.159 El Meteorito Dorado160 Little Bing161 El Hada Lorenzina162 Cisna, la princesa hechizada163 La princesa Ulrica164 Matías y el Hada Lagartija165 Cuento salido de un cuadro166 Atardecer rojo167 El hombrecito del tronco de árbol hueco168 Lo que dijo Francisco Fernando Fernández Ferrer cuando estuvo metido dentro de un florero169 El Gigante y su hijita

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01 El sol con imagen de cacahuete02 El valle de los elfos de Tolkien03 El palacio04 El mago del amanecer y el atardecer05 Dionysia06 El columpio07 La trapecista del circo pobre08 El ascensor09 La montaña rusa10 La foresta encantada11 El Mágico12 Eugenia la Fata13 Arte y belleza de alma14 Ocho patas15 Esculapis16 El reino de los espíritus niños17 El día en que el señor diablo cambio el atardecer por el amanecer 18 El mimetista críptico19 El monedero, el paraguas y las gafas mágicas de don Estenio20 La puerta entreabierta21 La alegría de vivir22 Los ángeles de Tongoy23 La perla del cielo24 El cisne25 La princesa Mixtura26 El ángel y el gato27 El invernadero de la tía Elsira28 El dragón29 Navegando en el Fritz30 La mano de Dios31 Virosis32 El rey Coco33 La Posada del Camahueto34 La finaíta35 La gruta de los ángeles36 La quebrada mágica37 El ojo del ángel en el pino y la vieja cocina38 La pompa de jabón39 El monje40 Magda Utopia41 El juglar42 El sillón43 El gorro de lana del hada Melinka44 Las hojas de oro45 Alegro Vivache46 El hada Zudelinda, la de los zapatos blancos47 Belinda y las multicolores aves del árbol del destino48 Dos puentes entre tres islas49 Las zapatillas mágicas50 El brujo arriba del tejado y las telas de una cebolla51 Pituco y el Palacio del tiempo52 Neogénesis53 Una luz entre las raíces54 Recóndita armonía55 Roxana y los gansos azules56 El aerolito57 Uldarico58 Citólisis59 El pozo60 El sapo61 Extraño aterrizaje62 La nube63 Landrú64 Los habitantes de la tierra65 Alfa, Beta y Gama66 Angélica67 Angélica II68 El geniecillo Din69 El pajarillo70 La gallina y el cisne de cuello negro71 El baúl de la tía Chepa72 Chatarra espacial73 Pasado, presente y futuro mezclados en una historia policroma dentro de un frasco de gomina74 Esperamos sus órdenes General75 Los zapatos de Fortunata76 El organillero, la caja mágica y los poemas de Li Po77 El barrio de los artistas78 La lámpara de la bisabuela79 Las hadas del papel del cuarto verde80 El Etéreo81 El vendedor de tarjetas de navidad82 El congreso de totems83 Historia de un sapo de cuatro ojos

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