14:02:1970 - simbolismo fonético i

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Página 44 LA VANGUARDIA ESPAÑOLA SÁBADO, 14 FEBRERO DE 1970 PAPEL, CULTURA Y DESARROLLO SOC! — y i l LA CIVILIZACIÓN QUEDARA PARALIZADA Cuándo Papini, en eí año 1931, des- pués de .visiíar una exposición de im- prenta, escribía que sin papel toda la civilización quedaría paralizada, pensaba, sin duda —y así se desprende de sus palabras en «Gog»— en el papel que se usa para la escritura y la impresión Pero, además de este papel, soporte in- dispensable del pensamiento y de ía imagen, han irrumpido confuerza cada vez creciente. en la sociedad moderna Otros tipos de papel que guardan más relación con la «cultura material» y el impresionante desarrollo _de la sociedad de consumo. Parece como si ei papel, en su afán de servir al hombre, quisiera hacerlo de forma completa, y tras de ser- vir de magnífico auxiliar de los valores de su espíritu con los papeles de im- presión y escritura —ya clasificados hoy como /«papeles culturales»—, acude además a realizar ahora indispensables funciones relacionadas con las necesi- dades materiales y el bienestar físico, bajo las diferentes formas de «papeles de embalaje, papel para usos domésticos y papel para usos industriales». Ya en la antigüedad, el papel co- menzó a realizar tímidamente algunos cometidos distintos ai de servir de so- porte para la escritura. En la descrip- ción que hace San Isidoro de las clases de papel de papiro, menciona la séptima calidad, llamada «emporética», «porque con ella se envuelven las mercancías, por ser menos adecuada para la escri- tura». También del papel de papiro se hizo de habitual uso para pabilo de cirios y velas. Pero prácticamente hasta el siglo pa- sado, los usos no culturales del pap$l carecen de importancia. La situación cambia completamente con la aparición de la sociedad industrial en la que ej papel, sin perder nada de su anterior importancia, antes potenciándola extraor- dinariamente, introduce nuevas aplica- ciones para acelerar el progreso de los pueblos hasta el. extremo de que éste se mide por el índice de consumo de papel y cartón, índice que alcanza una de las cifras máselevadas de cuantos productos utiliza el hombre moderno. UNA IMPRESIONANTE RELACIÓN Según las últimas estimaciones, la producción de papel en el mundo, en el año 1969, habrá alcanzado la cifra de 117.000 millones de kilogramos, distri- buidos entre las diferentes clases de la gran familia de papeles y cartones; pues bien, de esta cantidad tan sólo el 38% El famoso «Breviario Mozárabe» del monasterio de Santo Domingo de Silos es e! manuscrito más antiguo que se conoce en Occidente fabricado en papel auténtico. Es con toda seguridad anterior al año 1036 y cabe la posi- bilidad de que se escribiera en e! siglo X aproximadamente, corresponde a los pa- peles culturales, y el resto, la parte más importante, como puede verse, represen- ta los otros usos y aplicaciones que la moderna sociedad exige al papel. ¿Cuá- les son estas aplicaciones'' Es impresionante la relación delas calidades y diferentes usos no cultura- les de los papeles y cartones en la vida moderna; desde el finísimo papel de 8 gramos por metro cuadrado utilizadoco- mo material dieléctrico en aparatos con- densadores, hasta los gruesos cartones de varios kilogramos por metro cuadra- do empleados en la construcción, la re- lación, sin pretender ser exhaustiva, comprende: la gama de papeles absor- bentes para toallas, paños higiénicos, papel facial, higiénico; papel soporte pa- ra calco, papel de fumar, papel para lim- pieza de cristales de óptica, papel para patrones, papel seda, papel para en- volver hierbas de infusión, papel secan- te, papel filtro, papel pergamino para en- volver productos grasos y congelados; papel antiadhesivo; papel kraft para sa- cos de cemento, piensos, harinas, abo- nos, basuras, patatas, etcétera, papel ce- lulosa para bolsas y para envolver, car- tón ondulado para cajas de embalaje; Distribución raciona! del espacio_en su oficina. Fabricación Impecable, anclaje en techos y suelos sin ningún deterioro. desmontables, variedad de medidas y modelos en paneles de chapa, ma- dera, cristel transparente, translúcido de fácil traslado y rápida Instalación. RONSO UNION CERRAJERA, S. A. MONDRAQON CQUIPUZCOA3 SOLICITE INFORMACIÓN, PROYECTOS Y PRESUPUESTOS A NUESTRO DISTRIBUIDOR CASA €5U!LL.APflET s S.A. ECUADOR, 43- TELEFS. 239 20 08 - 25013 56 - BARCELONA ¿UPO sito LAXANTES CONSULTE SU MEDICO cartoncillos especiales utilizados para el embalaje de productos alimenticios hú- medos, líquidos o grasos, cartoncillos y cartulinas para la confección de cajas y estuches desmontables y plegables, pa- pel soporte destinado a ser revestido de parafina, asfalto, politeno, aluminio, go- ma arábiga; papel aislante para cables eléctricos; papel para estratificados plás- ticos, tipo fórmica; papel y cartón para carpetas y archivadores; cartón para la industria del calzado y la marroquineria, para juntas, para transformadores, para aprestos textiles, para carrocerías de au- tomóviles, para maletas, para moldes de estereotipia, etceiera. La relación que antecede, con ser muy ilustrativa sobre los servicios que presta el papel a la moderna sociedad de con- sumo, no es definitiva, pues cada vez se advierte una ampliación mayor de 1 su gama de empleo, hoy se empieza a ha- blar ya de vestidos de pape!, de sába- nas, de vendas para usos sanitarios, de sillas y muebles. En los Estados Unidos se habla hasta de viviendas, PAPELES DE EMBALAJE BN LA VIDA MODERNA No cabe duda que de todas estas prestaciones no culturales del papel, la que reviste mayor importancia es la del embalaje*. El papel ña creado en ia so- ciedad moderna, el procedimiento de em- paquetado que, a su vez, ha hecho posi- ble la existencia de los modernos esta- blecimientos cerne-dales Allí donde hace falta un embalaje que no se tenga que voiver a utilizar, lo que implica bajo coste; que proteja una mercancía frá- gil; que permita una impresión publici- taria, artística y atractiva, ia solución está en el pape!. Es curioso observar hasta dónde resulta insustituible en la vida moderna esta función de ios pape- les de embalaje, por otra parte tan se- cundaria, pues no se recurre a ellos pa- ra satisfacer una necesidad directa o específica, sino para proteger, expedir, presentar o servir de envoltorio de otro bien, que.-es el que nos interesa, ma- teria! o no; de ahí que aunque cambie este último o desaparezca por la evo- lución técnica o los caprichos de la moda, el pape! continúa siendo necesa- rio, en la inmensa mayoría de loscasos, para hacer de envoltura o de soporte del servicio o producto de consumo que han sustituido. al precedente. Los papeles y cartones, en los moder- nos procedimientos de empaquetado, contribuyen a ahorrar tiempo y esfuerzo —-los dos bienes que ton mayor afán trata de economizar la sociedad moder- na—, y ello influye, sin duda, en gran medida, en el rápido y progresivo des- arrollo de. su consumo. Si nos fijamos, por ejemplo, en el. moderno acondicio- namiento por unidades de venta en bol- sitas y cajas plegables totalmente meca- nizado, ¿cómo calcular el tiempo y es- fuerzo ahorrados al suprimir transpor tes y movimientos intermedios, empaque- tados manuales y la monotonía de un sinfín de fastidiosas operaciones de cor- tar, medir y pesar? Por ello, cuanto más aumenta el grado de bienestar material de los pueblos, tanto más se incrementa la participa- ción de los papeles no culturales den- tro del consumo total de papel y cartón. PORVENIR DEL PAPEL ¿Podrá mantener el papel esta situa- ción de privilegio, en el- futuro,.-como soporte de la culta e índice del grado de civilización? El papel ha demostrado a lo largo de la Historia suficiente ca- pacidad de adaptación a las nuevas ne- cesidades; y así como el papel de hoy es diferente, tanto por los materiales de que consta como por ia manera de ha- cerse, del pape! egipcio y del papel chi- no que introdujeron los árabes en Occi- dente, no cabe duda que ei papel del futuro será distinto de! que hoyconoce- mos, pero la industria del pape!, corno en otro tiempo sus artesanos, continuará investigando para descubrir nuevas ma- terias primas, nuevos procedimientos de fabricación y acabado posterior, para que el pape! continúe siendo lo que es hoy: el mejor índice para medir el gra- do de cultura y desarrollo económico •• de los pueblos. 1 Jesús ÁNGULO ORCAJO j SOBRE EL LENGUAJE (i) SIMBOLISMO FONÉTICO EN la actualidad, ios estudios de lingüística estén de moda. Dicho de otro modo, abundan extraordinariamente los libros sobre el lenguaje. Pero a dife- rencia de las tendencias hace medio siglo (lingüística histórica, clasificación de las lenguas en grupos, búsqueda de un «lenguaje originario»), la lingüística actual tiende al análisis de estructuras. Con todo, se dibuja ya una reacción y muchos lingüistas preconizan que pronto se volverá a nuevos intentos de clasi- ficación de las lenguas y al estudio histórico de las mismas. Una cuestión deli- cada, la del simbolismo fonético (significado intrínseco de los sonidos, según lo que entendería por «significado intrínseco» la Gestelttheorie), suele ser silen- ciada; aunque hay libros en los que se dice que «hay mucho de verdad en el sentido simbólico de los fonemas, pero ésta es unacuestión en que es prema- turo pronunciarse y hay que dejarla para el futuro». Herder fue el gran defensor del origen psicológico de los fonemas, pero más tarde él mismo desistió de su tesis, destinada a ser admitida y rechazada alternativamente. Vendryes, en El Lenguaje, dice concretamente: «Hoy nadie cree —con de Brosses o Court de Gébelin— que las palabras hayan sido forma- das, primitivamente, de sonidos adecuados a las ideas». Pero la corriente mítica y mística no se deja derrotar por la falta de racionalización de esta teoría de correspondencias. Ernst Cassirer, en Mito y Lenguaje, afirma que «la idea de que el nombre y la esencia se corresponden en una relación íntimamente nece- saria, que el nombre no sólo designa y señala, sino quetambién es ese mismo ser..., son algunas de las suposiciones de la conciencia elaboradora de mitos». Cari Gustav Jung, en Símbolos de transformación, sin darnos cuenta de las fuentes de sus tajantes aseveraciones, afirma: «El lenguaje es, originariamente, un sistema de signos emocionales e imitativos que expresan, espanto, temor, ira, amor, etc., o bien imitan los ruidos de los elementos: el correr y el murmullo del agua...». Define por tanto el lenguaje como el resultado de una íntima com- penetración e interrelación de onomatopeyas [tr de trueno) y de lo que pudieran llamarse «onomatopeyas espirituales». No hay duda de que¡cuando el poeta escribe «céfiro blando», sea cierto o no ei simbolismo fonético, expresa algo muy distinto a cuando emplea sonidos duros, abruptos, máxime si están reiterados por aliteración. Un lingüista del estructuralismo, Swadesh, discípulo de Sapir, busca una solución de compromiso entre ambas posiciones (la que acepta el sentido sim- bólico y la que lo niega) diciendo que «el aspecto psicológico de los fonemas (reside) en que el fonema es factor diferenciador de significantes, pero no de significados». Es decir, su sentido es estético y relativo, no absoluto y fatal. Los sonidos pueden agruparse, como los colores, en fríos y cálidos, duros y suaves, constructivos y disolventes. La relaGíón entre sonidos y formas ya la estableció válidamente Kandinsky en Punto y linea sobre la superficie. Si buscamos confir- mación de la teoría simbolista en autores esotéricos, ciertamente la encontra- remos. Hitschler, en Pouvoírs secrets des mots et des symboles, indica que «parece existir un nexo esencial entre cada cosa y su nombre... Al hombre toca comprender y elegir los fonemas correspondientes con la mayor exactitud posi- ble». Esta última afirmación nos permite entrever la importancia que tiene este asunto para el creador literario, para el poeta en especial, que, inconscientemen- te, ha seguido siempre cierta tendencia simbolista, corno es fácil de comprobar en cualquier idioma y literatura. Naturalmente, los místicos de ciertas «ciencias» (a las que tal vez pudieran quitarse las comillas) se pronuncian, no ya por un simbolismo estético de «signi- ficantes», sino por una unificación cósmica en la cual parece incluso imposible que la palabra no haya de corresponder a lo que designa. Así Cario Suarés, en Le Sepher Yetsira, refiriéndose a la concepción mística hebrea dice que, «según el Zohar, todas las formas del mundo emanan de cuarenta y dos letras (que son, a la vez, formas gráficas y sonidos) que constituyen la corona del Nombre sagra- do. El mundo ha tenido por molde las letras del nombre sagrado: su papel en el nombre es inverso al que tienen en el mundo». Señala el sentido de deter- minadas consonantes como N (noun), igual a indeterminación, apertura hacia todas las posibilidades de lo que aún no existe; R (reisch), soporte físico de todo io existente; B (beith) que significa todo continente (casa, concha, cuer- po), etcétera. Es evidente que la solución de este problema, a la que existe una intere- sante contribución parcial, un estudio de Chastaign sobre Le symbolisme des voyelles, publicado en la revista de psicología normal y patológica de las Presses JUniversitaires de France, podrá irse elaborando lentamente, partiendo de estudios comparados de lenguajes y sobre todo en el habla de los poetas. Pues ei len- guaje vulgar (no seleccionado) parece una «caída» del idioma originario, real o hipotético, $ las* servidumbres dé lo utilitario, de igual modo que todo código de signos gráficos (la señalización del tráfico, los signos de los planos topográ- ficos, etc.) son una degradación o profanización del significado simbólico de los grafismos (desde el punto, el círculo, el triángulo, el trazo vertical y el hori- zontal) a la más compleja «geometría subyacente» en una composición de Rubens o de Picasso. El análisis de lo que pueda ser significado con un nombre pare- cerá a muchos una tarea inútil y abstrusa, a otros una empresa cabalística y quimérica, pero habrá también quienes la juzgarán conveniente e incluso necesa- ria en una fase determinada del conocimiento de lo que un idioma sea, y de lo que dicho idioma pueda deber —y efectivamente deba— a los principios gene- radores, invisibles pero ciertos, que rigieron su nacimiento, su desarrollo "y su posible decadencia. No damos por agotado el tema, sobre el que insistiremos próximamente, Juan EDUARDO CIRLOT De la Academia del Faro de San Cristóbal Dto. LIQUIDACIÓN TOTAL DE JOYERÍA (esquina diputación POR CIERRE TEMPORAL

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Page 1: 14:02:1970 - Simbolismo fonético I

Página 44 LA VANGUARDIA ESPAÑOLA SÁBADO, 14 FEBRERO DE 1970

PAPEL, CULTURA Y DESARROLLO

SOC!— y i l —

LA CIVILIZACIÓN QUEDARAPARALIZADA

Cuándo Papini, en eí año 1931, des-pués de .visiíar una exposición de im-prenta, escribía que sin papel toda lacivilización quedaría paralizada, pensaba,sin duda —y así se desprende de suspalabras en «Gog»— en el papel quese usa para la escritura y la impresiónPero, además de este papel, soporte in-dispensable del pensamiento y de íaimagen, han irrumpido con fuerza cadavez creciente. en la sociedad modernaOtros tipos de papel que guardan másrelación con la «cultura material» y elimpresionante desarrollo _de la sociedadde consumo. Parece como si ei papel,en su afán de servir al hombre, quisierahacerlo de forma completa, y tras de ser-vir de magnífico auxiliar de los valoresde su espíritu con los papeles de im-presión y escritura —ya clasificados hoycomo /«papeles culturales»—, a c u d eademás a realizar ahora indispensablesfunciones relacionadas con las necesi-dades materiales y el bienestar físico,bajo las diferentes formas de «papelesde embalaje, papel para usos domésticosy papel para usos industriales».

Ya en la antigüedad, el papel co-menzó a realizar tímidamente algunoscometidos distintos ai de servir de so-porte para la escritura. En la descrip-ción que hace San Isidoro de las clasesde papel de papiro, menciona la séptimacalidad, llamada «emporética», «porquecon ella se envuelven las mercancías,por ser menos adecuada para la escri-tura». También del papel de papiro sehizo de habitual uso para pabilo decirios y velas.

Pero prácticamente hasta el siglo pa-sado, los usos no culturales del pap$lcarecen de importancia. La situacióncambia completamente con la apariciónde la sociedad industrial en la que ejpapel, sin perder nada de su anteriorimportancia, antes potenciándola extraor-dinariamente, introduce nuevas aplica-ciones para acelerar el progreso de lospueblos hasta el. extremo de que éstese mide por el índice de consumo depapel y cartón, índice que alcanza unade las cifras más elevadas de cuantosproductos utiliza el hombre moderno.

UNA IMPRESIONANTERELACIÓN

Según las últimas estimaciones, laproducción de papel en el mundo, en elaño 1969, habrá alcanzado la cifra de117.000 millones de kilogramos, distri-buidos entre las diferentes clases de lagran familia de papeles y cartones; puesbien, de esta cantidad tan sólo el 38%

El famoso «Breviario Mozárabe» del monasterio de Santo Domingo de Siloses e! manuscrito más antiguo que se conoce en Occidente fabricado enpapel auténtico. Es con toda seguridad anterior al año 1036 y cabe la posi-

bilidad de que se escribiera en e! siglo X

aproximadamente, corresponde a los pa-peles culturales, y el resto, la parte másimportante, como puede verse, represen-ta los otros usos y aplicaciones que lamoderna sociedad exige al papel. ¿Cuá-les son estas aplicaciones''

Es impresionante la relación de lascalidades y diferentes usos no cultura-les de los papeles y cartones en la vidamoderna; desde el finísimo papel de 8gramos por metro cuadrado utilizado co-mo material dieléctrico en aparatos con-densadores, hasta los gruesos cartonesde varios kilogramos por metro cuadra-do empleados en la construcción, la re-lación, sin pretender ser exhaustiva,comprende: la gama de papeles absor-bentes para toallas, paños higiénicos,papel facial, higiénico; papel soporte pa-ra calco, papel de fumar, papel para lim-pieza de cristales de óptica, papel parapatrones, papel seda, papel para en-volver hierbas de infusión, papel secan-te, papel filtro, papel pergamino para en-volver productos grasos y congelados;papel antiadhesivo; papel kraft para sa-cos de cemento, piensos, harinas, abo-nos, basuras, patatas, etcétera, papel ce-lulosa para bolsas y para envolver, car-tón ondulado para cajas de embalaje;

Distribución raciona! del espacio_en su oficina.Fabricación Impecable, anclaje en techos y suelos sin ningún deterioro.desmontables, variedad de medidas y modelos en paneles de chapa, ma-dera, cristel transparente, translúcido de fácil traslado y rápida Instalación.

R O N S O UNION CERRAJERA, S. A. MONDRAQON CQUIPUZCOA3

SOLICITE INFORMACIÓN, PROYECTOS YPRESUPUESTOS A NUESTRO DISTRIBUIDOR

CASA €5U!LL.APflETs S.A.ECUADOR, 43 - TELEFS. 239 20 08 - 25013 56 - BARCELONA

¿UPO sito LAXANTESCONSULTE SU MEDICO

cartoncillos especiales utilizados para elembalaje de productos alimenticios hú-medos, líquidos o grasos, cartoncillos ycartulinas para la confección de cajas yestuches desmontables y plegables, pa-pel soporte destinado a ser revestido deparafina, asfalto, politeno, aluminio, go-ma arábiga; papel aislante para cableseléctricos; papel para estratificados plás-ticos, tipo fórmica; papel y cartón paracarpetas y archivadores; cartón para laindustria del calzado y la marroquineria,para juntas, para transformadores, paraaprestos textiles, para carrocerías de au-tomóviles, para maletas, para moldes deestereotipia, etceiera.

La relación que antecede, con ser muyilustrativa sobre los servicios que prestael papel a la moderna sociedad de con-sumo, no es definitiva, pues cada vez seadvierte una ampliación mayor de1 sugama de empleo, hoy se empieza a ha-blar ya de vestidos de pape!, de sába-nas, de vendas para usos sanitarios, desillas y muebles. En los Estados Unidosse habla hasta de viviendas,

PAPELES DE EMBALAJEBN LA VIDA MODERNA

No cabe duda que de todas estasprestaciones no culturales del papel, laque reviste mayor importancia es la delembalaje*. El papel ña creado en ia so-ciedad moderna, el procedimiento de em-paquetado que, a su vez, ha hecho posi-ble la existencia de los modernos esta-blecimientos cerne-dales Allí dondehace falta un embalaje que no se tengaque voiver a utilizar, lo que implica bajocoste; que proteja una mercancía frá-gil; que permita una impresión publici-taria, artística y atractiva, ia soluciónestá en el pape!. Es curioso observarhasta dónde resulta insustituible en lavida moderna esta función de ios pape-les de embalaje, por otra parte tan se-cundaria, pues no se recurre a ellos pa-ra satisfacer una necesidad directa oespecífica, sino para proteger, expedir,presentar o servir de envoltorio de otrobien, que.-es el que nos interesa, ma-teria! o no; de ahí que aunque cambieeste último o desaparezca por la evo-lución técnica o los caprichos de lamoda, el pape! continúa siendo necesa-rio, en la inmensa mayoría de los casos,para hacer de envoltura o de soportedel servicio o producto de consumo quehan sustituido. al precedente.

Los papeles y cartones, en los moder-nos procedimientos de empaquetado,contribuyen a ahorrar tiempo y esfuerzo—-los dos bienes que ton mayor afántrata de economizar la sociedad moder-na—, y ello influye, sin duda, en granmedida, en el rápido y progresivo des-arrollo de. su consumo. Si nos fijamos,por ejemplo, en el. moderno acondicio-namiento por unidades de venta en bol-sitas y cajas plegables totalmente meca-nizado, ¿cómo calcular el tiempo y es-fuerzo ahorrados al suprimir transportes y movimientos intermedios, empaque-tados manuales y la monotonía de unsinfín de fastidiosas operaciones de cor-tar, medir y pesar?

Por ello, cuanto más aumenta el gradode bienestar material de los pueblos,tanto más se incrementa la participa-ción de los papeles no culturales den-tro del consumo total de papel y cartón.

PORVENIR DEL PAPEL¿Podrá mantener el papel esta situa-

ción de privilegio, en el- futuro,.-comosoporte de la culta e índice del gradode civilización? El papel ha demostradoa lo largo de la Historia suficiente ca-pacidad de adaptación a las nuevas ne-cesidades; y así como el papel de hoyes diferente, tanto por los materiales deque consta como por ia manera de ha-cerse, del pape! egipcio y del papel chi-no que introdujeron los árabes en Occi-dente, no cabe duda que ei papel delfuturo será distinto de! que hoy conoce-mos, pero la industria del pape!, cornoen otro tiempo sus artesanos, continuaráinvestigando para descubrir nuevas ma-terias primas, nuevos procedimientos defabricación y acabado posterior, paraque el pape! continúe siendo lo que eshoy: el mejor índice para medir el gra-do de cultura y desarrollo económico ••de los pueblos. 1

Jesús ÁNGULO ORCAJO j

SOBRE EL LENGUAJE (i)

SIMBOLISMO FONÉTICOEN la actualidad, ios estudios de lingüística estén de moda. Dicho de otro

modo, abundan extraordinariamente los libros sobre el lenguaje. Pero a dife-rencia de las tendencias dé hace medio siglo (lingüística histórica, clasificaciónde las lenguas en grupos, búsqueda de un «lenguaje originario»), la lingüísticaactual tiende al análisis de estructuras. Con todo, se dibuja ya una reacción ymuchos lingüistas preconizan que pronto se volverá a nuevos intentos de clasi-ficación de las lenguas y al estudio histórico de las mismas. Una cuestión deli-cada, la del simbolismo fonético (significado intrínseco de los sonidos, segúnlo que entendería por «significado intrínseco» la Gestelttheorie), suele ser silen-ciada; aunque hay libros en los que se dice que «hay mucho de verdad en elsentido simbólico de los fonemas, pero ésta es una cuestión en que es prema-turo pronunciarse y hay que dejarla para el futuro».

Herder fue el gran defensor del origen psicológico de los fonemas, peromás tarde él mismo desistió de su tesis, destinada a ser admitida y rechazadaalternativamente. Vendryes, en El Lenguaje, dice concretamente: «Hoy nadiecree —con de Brosses o Court de Gébelin— que las palabras hayan sido forma-das, primitivamente, de sonidos adecuados a las ideas». Pero la corriente míticay mística no se deja derrotar por la falta de racionalización de esta teoría decorrespondencias. Ernst Cassirer, en Mito y Lenguaje, afirma que «la idea deque el nombre y la esencia se corresponden en una relación íntimamente nece-saria, que el nombre no sólo designa y señala, sino que también es ese mismoser..., son algunas de las suposiciones de la conciencia elaboradora de mitos».Cari Gustav Jung, en Símbolos de transformación, sin darnos cuenta de lasfuentes de sus tajantes aseveraciones, afirma: «El lenguaje es, originariamente,un sistema de signos emocionales e imitativos que expresan, espanto, temor,ira, amor, etc., o bien imitan los ruidos de los elementos: el correr y el murmullodel agua...». Define por tanto el lenguaje como el resultado de una íntima com-penetración e interrelación de onomatopeyas [tr de trueno) y de lo que pudieranllamarse «onomatopeyas espirituales». No hay duda de que¡cuando el poetaescribe «céfiro blando», sea cierto o no ei simbolismo fonético, expresa algomuy distinto a cuando emplea sonidos duros, abruptos, máxime si están reiteradospor aliteración.

Un lingüista del estructuralismo, Swadesh, discípulo de Sapir, busca unasolución de compromiso entre ambas posiciones (la que acepta el sentido sim-bólico y la que lo niega) diciendo que «el aspecto psicológico de los fonemas(reside) en que el fonema es factor diferenciador de significantes, pero no designificados». Es decir, su sentido es estético y relativo, no absoluto y fatal. Lossonidos pueden agruparse, como los colores, en fríos y cálidos, duros y suaves,constructivos y disolventes. La relaGíón entre sonidos y formas ya la establecióválidamente Kandinsky en Punto y linea sobre la superficie. Si buscamos confir-mación de la teoría simbolista en autores esotéricos, ciertamente la encontra-remos. Hitschler, en Pouvoírs secrets des mots et des symboles, indica que«parece existir un nexo esencial entre cada cosa y su nombre... Al hombre tocacomprender y elegir los fonemas correspondientes con la mayor exactitud posi-ble». Esta última afirmación nos permite entrever la importancia que tiene esteasunto para el creador literario, para el poeta en especial, que, inconscientemen-te, ha seguido siempre cierta tendencia simbolista, corno es fácil de comprobaren cualquier idioma y literatura.

Naturalmente, los místicos de ciertas «ciencias» (a las que tal vez pudieranquitarse las comillas) se pronuncian, no ya por un simbolismo estético de «signi-ficantes», sino por una unificación cósmica en la cual parece incluso imposibleque la palabra no haya de corresponder a lo que designa. Así Cario Suarés, enLe Sepher Yetsira, refiriéndose a la concepción mística hebrea dice que, «segúnel Zohar, todas las formas del mundo emanan de cuarenta y dos letras (que son,a la vez, formas gráficas y sonidos) que constituyen la corona del Nombre sagra-do. El mundo ha tenido por molde las letras del nombre sagrado: su papel enel nombre es inverso al que tienen en el mundo». Señala el sentido de deter-minadas consonantes como N (noun), igual a indeterminación, apertura haciatodas las posibilidades de lo que aún no existe; R (reisch), soporte físico detodo io existente; B (beith) que significa todo continente (casa, concha, cuer-po), etcétera.

Es evidente que la solución de este problema, a la que existe una intere-sante contribución parcial, un estudio de Chastaign sobre Le symbolisme desvoyelles, publicado en la revista de psicología normal y patológica de las PressesJUniversitaires de France, podrá irse elaborando lentamente, partiendo de estudioscomparados de lenguajes y sobre todo en el habla de los poetas. Pues ei len-guaje vulgar (no seleccionado) parece una «caída» del idioma originario, realo hipotético, $ las* servidumbres dé lo utilitario, de igual modo que todo códigode signos gráficos (la señalización del tráfico, los signos de los planos topográ-ficos, etc.) son una degradación o profanización del significado simbólico de losgrafismos (desde el punto, el círculo, el triángulo, el trazo vertical y el hori-zontal) a la más compleja «geometría subyacente» en una composición de Rubenso de Picasso. El análisis de lo que pueda ser significado con un nombre pare-cerá a muchos una tarea inútil y abstrusa, a otros una empresa cabalística yquimérica, pero habrá también quienes la juzgarán conveniente e incluso necesa-ria en una fase determinada del conocimiento de lo que un idioma sea, y de loque dicho idioma pueda deber —y efectivamente deba— a los principios gene-radores, invisibles pero ciertos, que rigieron su nacimiento, su desarrollo "y suposible decadencia. No damos por agotado el tema, sobre el que insistiremospróximamente,

Juan EDUARDO CIRLOTDe la Academia del Faro de San Cristóbal

Dto.

LIQUIDACIÓN TOTAL DE JOYERÍA

(esquina diputaciónPOR CIERRE TEMPORAL