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  • CIENCIA Y ARTE EN LA METODOLOG~A CUALITATIVA Miguel Martinez Miguelez

    La vida humana actual se ha ido volviendo cada vez ms compleja, ya sea en el mbito personal y familiar, como en la vertiente colectiva, social, laboral y empresarial. De aqul que los investigadores que quieren estudiarla y comprenderla a fondo han tenido que ir ideando y construyendo metodos y tcnicas capaces de descifrar esa intrincada complejidad. Estas estrategias e instrumentos de investigaci~n se han diversif icado en una amplia gama que involucra la ciencia y el arte, sobre todo en el mbito de la metodologa cualitativa.

    El autor de esta obra, investigador de larga trayectoria y con muchas publicaciones en el campo de la metodologa cualitativa, nos presenta una gran diversidad de procedimientos rnetodol6gicos, junto con su fundamentacin epistemof6gica; esta riqueza de informacin permite a los investigadores en las ciencias humanas escoger aquellos que sean los mAs apropiados para abordar el tema de su eleccin, ya sea para una tesis de grado, un trabajo de ascenso o una invectigaci6n para ser publicada en una revista especializada.

    CIENCIA Y ARTE .

    METODOLOGIA . CUALITATIVA

  • CIENCIA Y ARTE EN1 A

    CUALITATIVA Miguel Martnez MiguClez

    EDITO niLtiii @ Mhli ii A i ~ i i i l l i i o I uprnn

  • Catalogacin en la fuente

    Mariinez MigiiBle~ Migiiel Ciencia y a& en la meaodul~gdmrlIitntivo. --

    Mkxico : Trillar, 2004. 351 p. ; 23 cm. Rihliogmfa: p. 311-336

    I Incluye fndices ISRN 968-24-701 1-0

    J. M e t d d n ~ f a - Anlisis. 2. Inr~~stigocidn - Meiodolog[a. 3. Liettciax Sucialcs - Invesiigaciba. E. t.

    D- 001.42 WM.734~ LC- Q180.AIM3'M3.2

    La presentacidtt y dispsicidrt en cnnj~lnto de CFENCIA Y ARTE EN LA METODOLOG~A CUALITATIVA son pmpi~dad del editor: Ninn~irno parte de esta ahm pued~ ser reproducida .o trnsntirida. medirrnie ninglin sixtema o m&iorin. electrhnico n inccririico (incltdyettclo cl fnrocopiad~, lo gmbacidn o cualquier sisteina de rec~~peracihri y nlmacenamienro de injomiacibn), sin conseiatim~~nto por ~scri io clel editor

    D e ~ ~ c h o s resswndos Q 2004, Edirorinl Filas. S. A. de C. K, Av. Rio Churubrrsco 385, Col. Pedro Marbn Annya, C.R 03340, Mbxico, D. F Tel. 56 88 42 33, FAX 56 04 13 64

    Divisidn Come~ia l , Cdz . de Ira Ega 1132, C.R 09439 M&xico, D. E, TeE. 56 33 09 95, FkY 56 33 08 70

    Miembm de la Cintrrra Naciorwil de In ~ndu.~tria Fdiforial, Reg. n~n. 158

    Primera edicidn, junio 2004 ISBN 968-24-701 1-0

    impreso en Mdxico Prinied in Mexico

    r 1U ILe

    de conteni d o

    Prcsentacibn La relaci6n "ciencia y arte". 7.

    PARTE 1 Fundamentaci6n epistemolgica de la metodologia cuaIltatira

    I iitmducd6n Panorama actual de la ciencia, 17.

    l'iili. l . T)esconstruccl6n del mktodo cientfico tradicional Origeii y auge del metodo cientfico, 21. Cuestionamiento y ocaso del mtodo cientifico tradicional, 29,

    C'II~I. 2. Necesidad de un nuevo paradigma epistmico Nricva sensibilidatl a los "signos de los; tiempos", 37. El concepto dc "paradigma", 38. Desconstruccidn de lcrminos y su significado, 40. Presupuestos epist&micos dcl nuevo paradigma emergente, 44, EmpZicaciones para la irivcstigaci6n, 46,

    t'iip. J. Actriallzacfn de la teorfa del conocimiento ?'c.oi.a clcl conocimiento de1 positivismo lbgico, 49. Clticstioriarniento del positivismo 16gic0, 50. Modelo ~li;ilCciico clel conocimiento, 53, El fuiiluro de h ciencia, 5LF, Coiiclusiones, 60.

    PARTE 11 PrRcHeri de la meiorlologta cualitativa

    I iii inr i r l i icr iOn li . l ~ 1 1 i t ) t l ~ t t ~ i+i i :~l i i :~i ivo, h5. 1 .b t - \ (~i i~. i :~l ( [ ( a IOL ! ;~ ii~vt*stig:~cihn, lili.

    i ' t i l ~ . 4, l t ~ ~ i - t i l ~ ~ ' a * l i ( ~ ~ t dth 111 I l l I i ) r ~ l i ~ ~ r l ( ~ t ~ ~ r t . a - n ~ r i ~ l v nl~iirla (: 1 i l li I'II 11t.t~~ '/ l / ( l . i i l l i i i tr i 1 1 1 i l i 1 l l i l l ,

  • la muestra que se va a estudiar, 83. Procedimientos e instrumentos que se van a utilizar, 87.

    Cap, 5. Mtodos hemenuticos a) El metodo hemenbutico-dialectico, 101. h) La etnometodologia, 12 1. c) E1 interaccionismo sirnb6lic0, 125. d) AnAlisis del discurso, 130.

    Cap. 6, kiZ&todos fenomenolglcos u) El mtodo fenomenol6gic0, 138. b) Feminismo, 155. c) La narrativa testimonial, 163. b) Los grupos locales de discusidn, 170.

    Cap. 7. Mtodos etnogrAficos a ) El rnCtodo elnogrAfico clfisico, 181. b) "Historias de vida" e investigacin, 203. c) La investigaci6n endbgena, 228.

    Cap. 8, E1 mCtodo de investigacl6n-acci6n en el: aula Introduccin, 238. El mtodo general de la investigacin- accidn, 239, Epistemologa de la investigaci6n-accibn, 242. La investigacin-accibn en el aula, 243. Validez y confiabilidad, 254. Conclusin, 256.

    PARTE 111 P m s o de tmhcin

    Msin de conjunto Cap. 9. Categorlzaci6n, estructuracl6r1, aintrastaci6n y teoriza-

    ci6n a ) Categorizacibn, 265. b) Estructuracin, 271. c ) Con- trastacin, 276. d) Teorfzaci.n, 278. e) Evaluacin de las teoras Cormuladas, 284.

    Anexo: Programa comprrtaclona1 Atlas. ti verslbn 4.2.6 1 (2002), para investigaciones cual itatlvas Sntesis de los maiiualcs y gufa para su manejo, 291. Bibliografa 308.

    Bibliografia general

    Biblliografia especifica Ciencia y arte: fundamentos y relaciones, 327. Fundamen- tacin epistemoI6gica: naturaleza del conocimiento y de la ciencia, 32 8. Obras enciclopCdicas: tratan varios enfoques, mtodos, tkcnicas, etcetesa, 328. Manuales: describen el procedimiento completo de las investigaciones cutllitativas, 329. Mtodos: se concentran en un mdtodo espcci[ico, 32C)

    f ndice onomstica m f ndice analltico

    Relaclbn de las ImApcnes qtic iipiii'r*rrri imr i 111 ii11i.i~

    Presentacin

    Para muchos cientificos, por ejemplo Einstein, la ciencia no bus- ca tanto el orden y k iguaIdad entre las cosas sino mAs bien los aspectos ms generales del mundo en su conjunto, tales como "Ia sii-iletra", "la armona", "la belleza" y "la elegancia", aun a expensas, ,aparentemente, de su adecuacin empfrica. As es como 61 vio la tcoi-fa general de la relatividad. Tambin para la mente griega la 1x.l lexa tuvo siempre una signilicacin enteramente objetiva. La belle- r . ;~ c1.a verdad, constituia un carcter fundamenta1 de Ia realidad. 1 )c' ah naci eI famoso Iema, tan significativo y usado a lo largo rlc. la historia de1 pensamiento filosfico: "Lo verdadero, lo bueno y I r ) l-icl lo convergen."

    Eiz la misma ciencia ms pura, la genialidad de Einstein ha \(lo ubicada, no en su inteligencia, considerada bastante normal, *irio cn una imaginacin desbordada y muy fuera de lo comn. De ;icp~i, ~ L I C l rcpiti~ mte que "Ia ciencia consiste en i . 1 rb:it- tcorias", cs d naginados, estructuras tericas, ;111;11q:its, :~lcgc)ri~ lparaciones para representar los . , i i r t iil'ic;irl(is pcisibles rlc 1: dades q circundan. Todo t b * w i o Iijyii I I I I I C I I U cic~~cia , 51 la en1 on el arte. Cuan- ilii Ilitislc-iii, i.c.fit.il.nclosc : .a cuin :e que "tal teora iir i I r , i : r i . \ t c i " , t ~ i i ( ~ " 'no Ic I:ir.vcrn sizs clt*men~us , que "no le gustan .,iln. iiiipl i r . : i c b i r i i i i-S", ihtc.., sir :isistc.nic pcrsniinl clc invcstigacibn lo iiilc~i I ' I ~ I ~ ~ : ~ : I ~ . ~ : I I * : H H ~ c , ( 1 1 1 ~ - "511 r ~ i l i ~ q ~ ~ t m Ic -I d ~ * 17,illstcin) ticnc algo en u iiiiiiiii i . ~ i i i ( 0 1 r l t . i i ii : ~ r . t it.i:i; rliii- i**.i. t ~ ~ ~ i r ~ [ t ~ ( - IITISI.:~ l :1 s i t 1 1 l ~ l i ~ i c l ~ 1 ~ 1 Y l ,a I i ~ ~ l I t * ~ ; ~ 1 . . \ ; i 1 1 1 t ~ iilri, :iiiliitliia i-,l:i l i ; i ~ . : i ~ I o i b t r 1111 l > t * o l ' ~ ~ l ~ ( I ~ ~ i i i i i i i i iii1ii-111ii i!ih 1 , 1 I - , I ~ ~ I , , I [ [F~I . ! I I~+ 4 n \ 6 , * t f ' ~ k t n I I I [ I I~I ; \~O 1 , 1;

    :ra freci ecir, rnc S, siniil~

    . .

    uentemr idelos i r ?S y con: 3s realic , como i la icor

    ue nos endia, c tica, dic . - L - - ' ' -

  • que, excepto por el hecho de ser el miis grande de los fsicos desde Newton, uno podra casi decir que E1 no cra tanto un cientfico cuanto un arrista de la ciencia" (Clark, t 972, pp. 648-650; cursivas aadidas).

    El estudio de la relacibn "ciencia y arte" es, por s mismo, bas- tante amplio; por dlo, en esta obra, se deIimita y circirnscribe n dos Areas importantes de1 mismo: la hndamentacibn epistemol6gica de esa reIaci6n (parte 1) y su aplicacibn real o posible en las meto- dologias cualitativas (partes 11 y 111). Igualmente, el concepto de "arte" se asume, de manera particular, en una de sus acepciones, la funcidn cognitiva, es decir, como medio para la adquisici0n de conocimientos y de verdad.

    El cientlfico esth convencido de que lo que demuestra "cienti- camen te" conslittiye In verdad m6s firme y slida. El /ilbso#o pien- sa lo mismo cuando sii razonamiento es Ibgico e inobjetable "filo- ~6ficarnente"~ Y el artista cree firmemente que con su obra de arte ha captado 2n esei~cia de la compleja realidad que vive.

    Berlrand Russell, considerado uno de los pensadores ms Ici- dos del siglo xx y, quiz, de toda la historia de la humanidad, dice que "la cicncia, como persccucibn de la verdad, ser igual, pero no superior, al arte" (1975a, p. 8). Y Goethe seala que el "arte es la manifestacibn de Eas leyes secretas de la naturaleza".

    EI problema principal que enfrenta actualmente Ia investigacidn en las ciencias sociales, y en general en Ias ciencias humanas, y su metodologa, tiene un fondo esencialmente epistemolgico, pues gira en torno al concepto de ""conocimiento" y de "ciencia" y la res- petabiIidad cientfica de sus productos: el conocimiento de la ver- dad y de las leyes de la naturaleza. De aqu, la aparicin, sobre toda en la segunda parte de1 siglo xx, de las corrientes posmodernistas, las posestnicturalistas, el conslruccianisrno, el dcsconstruccio- nisrno, Fa teora crtica, el analisis del discurso, Ia desmetaforiza- cin del discurso y, en general, los planteamientos que formula la teoria del conocinziento,

    El objetivo fundamenta1 de esta obra es clarificar e ilustrar que e1 problema reside en el concepto restrictivo de cientificidad adop- tado, especialmente en las ciencias humanas, que mutila la legiti- midad y el derecho a existir de una gran riqueza de Ia dotacidn ins tdpicamente humana, como los procesos que se asientan en el t~so de Ea libertad y de la creatividad. Esta gran riqueza de dotaci6n exige en el investigador, por un lado, una gran sensibilicluct cn cuanto al liso de rnCrodos, tkcnjcas, cstratcgi:is y pi.occctirnicntos para poder cr7pl;lr1;1, v, por IEJI'O, 1111 1:1*;111 r i l r o ~ ; s isLt~nl;~l i~-i(t;d ,y tbl.iI i ~ . i t I i ~ I , COIIIO L * I ~ ~ I ~ , I ~ ~ O S l ~ i ~ i ~ + ( ~ < t l t * I;I t * i t . ~ ~ I i l it'i(I:i(l [ . t 1 ( ~ ~ ~t~t*icl:~ ])CII. 105 l l i v t - l v \ ; ! c - : l l l t ~ t l l i , * d ~ \ .

    tegral y na realii i expres;

    La uniOn de estos dos procesos investigativos ha erigido el des- I

    I piazamiento de su ubicacin, en el continuo ciencia t, arte, desde I la posicin de una rigidez inadecuada para Ias ciencias humanas,

    hacia una mAs cercana a1 arte; ha exigido un nuevo espacio bajo el concepto de ciencia y nrte. En efecto

    la preocupacin de la ciencia es la de homogeneizar a travts de node- nes gencralcs: pero la homogeneizacin se ejerce sobre cantidades, no sobre cualidades, que, por definiciiin, es lo que escapa a toda homogeneizacihn r , , ,]; el artc no cs absoluto, sino una forma de acti- vidad que entra cn relncidn dialctica con otras actividades. otros intereses, otros vczlorcs (Eco, 1 990, pp. 9 1, 284). Puede observarse cbma el arte se alimenta de toda la civiliza-

    cin dc su Bpoca, reflejada en la inimitable reaccin personal del artista, y en ella pueden estar actiialmentc presentes los modos de pensar, vivir y sentir de toda una iipoca, los ideales p las tradicie- nes, las esperanzas y las linchzis de una etapa histrica (Pareyson, 1992, p. 82).

    Este espacio 10 han tratado de ocupar, a lo largo de Ia segunda parte del siglo m las merodologEas ctlalifaivas (cada una en su propio campo y a su manera), que, especialrnentc en este lapso, se 11an caracterizado por su esfuerzo por posccr estas dos cualidades indispensables: ser sensibles a [a complejidad de la vida humana actual, por un lado, y, al mismo tiempo, por el otro, aplicar pro- cesos rigurosos, slstcmb!icas y crticos para lograr conocimientos defendibles epistemof 6gica y metodolgicamentc ante la comunidad cientfica internacional.

    Ser objetivo de esta obra alcanzar estas metas, tanto en lo que respecta a su ilustraciiz epistemoldgica, como en lo relacionado con su concreci6n y aplicacin en las principales metodolagias cttalitativas actualmente en uso.

    En general, podramos decir que la mente del uvristu procesa, cn [orina sintetica, in bsicamente inconsciente, la informa- ci6n quc recibe de ui dad exterior determinada y de su inte- rior; y cs im~iczlsada a a r directamente su esencia a travGs del lci~guz~,j!jc ~ropio de la obra artstica. La mente de2 cimlfico, en cam- Iiiii, t-ccoi.i.c cl nlisrno camino, pero lo hace mas lentamente, como sui i~~t ido y i+uln~ionando elementos simples de infomaci6n hasta Ilcgiir* ii l i i i i i~qir i rlccir, a la captacibn y expi'esin de la estructura i-s~-sici;il t l c ~ cS.;:i i.c.iilid;id. Por cso, cl cicntifico puccle demostrar la 11y:jt I I I ~ ~ ~ : I ( ! (!t. l t IJ:ISOS ~ I I L ~ tl:t, c-osa C I I I L ~ 1x1 ] > ~ t ~ d c hi\cct+ ~1 allist~t, 1hh i * q t ; ~ I I I : ~ I I ~ * I . : ~ , l;i*. t l i l t ~ ~ ~ c * ~ i t t ~ \ l ~ t - c ~ i t ~ t ~ s i t ) ~ ~ ~ ~ \ ( l t a v ~ - ~ ~ c l : ~ i l 11an co[~sti- l l l i ~ l l l ~ . i l ~ l l l ~ l l 4 - l - 1 , . i 6 t i i ! l h \ l 4 l l i 4 . i : l t 4 ~ : t ~ [Ir 1i1iI;i 1; t I i i ~ # ~ i i t 0.1 ilr' I I r , . , E I 1.. 1 1 l", t l l l '

  • han escrito acerca de este tema central de la reflexin humana, ya sea cientfica o artstica.

    En el mbito de la experiencia total humana existe una experien- cia de verdad (Gadamer, 1984), una vivencia con certeza inmediata, como la experiencia de la filosofa, del arte y de la misma historia, que son formas de experiencia en las que se expresa una verdad que no puede ser verificada con los medios de que dispone la metodo- loga cientfica tradicional. En efecto, esta metodologa usa, sobre todo, lo que Eccles (1980) llama el etiquetado verbal, propio del hemisferio izquierdo, mientras que la experiencia total requiere el uso de procesos gestlticos y estereognsicos, propios del hemisferio derecho.

    Gadamer (1984) seala que en los textos de los grandes pensa- dores, como Platn, Aristteles, Leibniz, Kant o Hegel, "se cono- ce una verdad que no se alcanzara por otros caminos, aunque esto contradiga al patrn de investigacin y progreso con que la ciencia acostumbra a medirse" (ibid., p. 521). Igual vivencia se experimentara en la "experiencia del arte", vivencia que no se puede pasar por alto, ya que "en la obra de arte se experimenta una verdad que no se logra con otros medios, y es lo que hace el significado filosfico del arte que se afirma frente a todo razona- miento" (ibid.). Pero es nuestro deber, aade este autor, "intentar desarrollar un concepto de conocimiento y de verdad que respon- da al conjunto de nuestra experiencia hermenutica" (ibid.).

    El mismo autor contina aclarando cmo esta experiencia vi- vencial -que, "como vivencia, queda integrada en el todo de la vida y, por tanto, el todo se hace tambin presente en ella"- es un autn- tico conocimiento, es decir, mediacin de verdad, no ciertamente como conocimiento sensorial, conceptual y racional, de acuerdo con la ciencia y segn el concepto de realidad que sustentan las ciencias de la naturaleza, sino como una pretensin de verdad diferente de la ciencia, aunque seguramente no subordinada ni inferior a ella. Por esto, cree que "la oposicin entre lo lgico y lo esttico se vuelve dudosa" (ibid., pp. 107, 139, 656).

    Segn la neurociencia actual, nuestro sistema cognoscitivo y el afectivo no son dos sistemas totalmente separados, sino que forman un solo sistema, la estructura cognitivo-ernotiva; por ello, es muy comprensible que se unan lo lgico y lo esttico para darnos una vivencia total de la realidad experienciada. Esto, naturalmen- te, no desmiente el hecho dc q~ ic prcdomine una vez uno y otra vez el otro, como constatamos cii Ir1 vida y cn cl coiiipori;iiiiic.n(o cotidiriiio

  • muchas investigaciones cualitativas, que tratan de integrar, en una red estructural compleja, las realidades polidricas que nos pre- sentan los procesos psicolgicos, los sociales, los antropolgicos, los sociopolticos y otros. Estas tareas se vuelven casi imposibles de abordar con los procesos normales y simples de la reflexin humana corriente; por eso, la ciencia tradicional ha reducido casi siempre su trabajo a la relacin de una o pocas variables: inde- pendientes y dependientes. En las realidades humanas cotidianas biopsicosociales entran normalmente en accin docenas de varia- bles en una interaccin recproca. El Atlas.ti, con sus tcnicas de categonzacin, estructuracin y teorizacin, y con los operadores booleanos, semnticos y de proximidad, nos permitir ir mucho ms all de estas grandes limitaciones. Por ello, ilustramos este programa en el anexo de la obra.

    Esta obra tiene un doble objetivo Fundamental: por un lado, deber integrar e ilustrar lo ms rico de este amplio contingente de informacin metodolgica y, por otro, hacerlo en una forma que sea til y prctica para los investigadores que deben realizar un trabajo de grado para su tesis de licenciatura, maestra o doctora- do, para un trabajo de ascenso, para una ponencia en un congreso o para un artculo en una revista arbitrada; pero, al mismo tiempo, deber hacerlo de una manera rigurosa, sistemtica y crtica, es decir, que contenga las caractersticas propias que distinguen la cientificidad.

    El objetivo bsico de la obra es, por consiguiente, que, en todos estos casos, el investigador disponga de una gua que le ayude a escoger el mtodo, las tcnicas y los procedimientos que tienen un mayor nivel de adecuacin y sintona con el centro de inters que desea explorar, es decir, una gua que le acompae en todo el proceso, desde los cimientos epistemolgicos hasta la culminacin del trabajo.

    Evidentemente, la obra, al centrarse en la metodologa prcti- ca, tiene un carcter normativo y preceptivo; sin embargo, lo hace dentro del estilo cualitativo y artstico, que es, por su naturaleza, flexible y abierto, como lo dicta la lgica dialctica que la acompa- a en todo el proceso investigativo.

    Una sntesis de todo el proceso se puede ver en el cuadro que figura al principio de la segunda parte de esta obra. Ah se podr observar cmo toda investigacin tiene muchas cosas en comn, especialmente al principio y al final de su proceso, pero que tam- bikn tiene, en el centro, una serie de aspectos metodolgicos y tcni- cos que Ic dan s i l propio cstilo y la hnccbn cn gran partc cspccfica.

    Al !'ll:ll ( 1 ~ IZl

  • unc

    ister eP la metodolo,.-

    I cua itativa

  • ntro d uccin

    PANORAMA ACTUAL DE LA CIENCIA Descartes nos dice, al principio de su Discurso del mtodo (1983,

    orig. 1637), que "la razn es por naturaleza igual en todos los hombres" (p. 28), y tambin se plantea la pregunta de cmo o por qu la misma razn produce la "diversidad de nuestras opiniones". La respuesta la ubica en el mtodo: "No viene de que unos seamos ms razonables que otros, sino del hecho que conducimos nuestros pensamientos por diversas vfas y no consideramos las mismas cosas" (ibidem).

    La toma de conciencia de estas diversas vas por las cuales :onducimos nuestros pensamientos y el tratar de considerar, en In momento determinado, las mismas cosas es el objeto de esta primera parte.

    El gran fsico Erwin Schrodinger, premio Nobel por su descu- brimiento de la ecuacin fundamental de la mecnica cuntica (base de la fsica moderna), considera que la ciencia actual nos Iia conducido por un callejn sin salida y que la actitud cientfica tlcbc ser reconstruida, que la ciencia debe rehacerse (1967).

    El modelo de ciencia que se origin despus del Renacimiento silvi6 clc base para el avance cientfico y tecnolgico de los siglos ~>osioiorcs. Sin cmbargo. la explosin de los conocimientos, de las ~lisi.il~liii:is, tlc Iris cspccialidndcs y de los enfoques que se ha dado 1.11 1.1 sililo ss v I:I i~cl'lvxiOn i.pislrrnol6pica encuentran ese modelo ~ ~ . : i i l i i . i < r i i : i l

  • El periodo histrico que nos ha tocado vivir, sobre todo en la segunda mitad del siglo xx, podra ser calificado con muy variados trminos, todos, quiz, con gran dosis de verdad. Me permito desig- narlo con uno: el de incertidumbre, incertidumbre en las cosas fundamentales que afectan al ser humano. No solamente estamos ante una crisis de los fi~ndarnentos del conocimiento cientfico, sino tambin del filosfico y, en general, ante una crisis de los fun- damentos del pensamiento. Y esto, precisa y paradjicamente, en un momento en que la explosin y el volumen de los conocimien- tos parecieran no tener lmites.

    El escritor y presidente de la Repblica Checa, Vaclav Havel, habla del "doloroso parto de una nueva era". Y dice que hay razo- nes para creer que la edad moderna ha terminado y que muchos signos indican que en verdad estamos atravesando un periodo de transicin en el cual algo se est yendo y otra cosa est naciendo mediante un parto doloroso. Nos podemos preguntar qu es ese algo que se est yendo y qu es esa otra cosa que est naciendo.

    "Estamos llegando al final de la ciencia convencional", sea- la Prigogine (1994); es decir, de la ciencia determinista, lineal y homognea, y presenciamos el surgimiento de una conciencia de la discontinuidad, de la no linealidad, de la diferencia y de la nece- sidad del dilogo (p. 40).

    El cuestionamiento est dirigido, especialmente, hacia el "logos cientfico tradicional", es decir, hacia los criterios que rigen la "cientificidad" de un proceso lgico y los soportes de su racionali- dad, que marcan los lmites inclusivos y exclusivos del saber cien- tfico. As, Heisenberg, uno de los creadores de la teora cuntica, dice' al respecto: "Es precisamente lo limitado y estrecho de este ideal de cientificidad de un mundo objetivo, en el cual todo debe desenvolverse en el tiempo y en el espacio segn la ley de la causa- lidad, lo que est en entredicho" (1990, p. 121).

    Por tanto, esta situacin no es algo superficial, ni slo coyun- tural; el problema es mucho ms profundo y serio: su raz llega hasta las estructuras lgicas de nuestra mente, hasta los procesos que sigue nuestra razn en el modo de conceptualizar y dar sentido a las realidades; por ello, este problema desafa nuestro modo de entender, reta nuestra Igica, reclama un alerta, pide mayor sensi- bilidad intelectual, exige una actitud critica constante, y todo ello bajo la amenaza de dejar sin rumbo y sin sentido nuestros conoci- mientos considerados como los ms seguros por ser "cientficos".

    En efecto, la reflexin acerca del proceso de crear conocimiento, de hacer ciencia, deber examinar crticamente hasta qu punto se justifican los presupuestos aceptados o si, en su lugar, no se pudieran Liccptar otros distintos qiic nos Ilcvaran por d~i~i.oici.os tlil'l~i.i~iii

  • parcialidades y las insuficiencias del paradigma que ha dominado, desde el Renacimiento, el conocimiento cientfico. Desde mediados del siglo xx en adelante, se han replanteado en forma crtica las bases epistemolgicas de los mtodos y de la misma ciencia, y se sostiene que, sin una base epistemolgica que les d sentido, no pueden existir conocimientos en disciplina alguna.

    El problema radical que nos ocupa aqu reside en el hecho de que nuestro aparato conceptual clsico -que creemos riguroso, por su objetividad, determinismo, lgica formal y verificacin- resulta corto, insuficiente e inadecuado para simbolizar o modelar realidades que se nos han ido imponiendo, sobre todo a lo largo del siglo m, tanto en el mundo subatmico de la fsica, como en el de las ciencias de la vida y las ciencias humanas. Para representarlas adecuadamente necesita- mos conceptos muy distintos a los actuales y mucho ms interrelacio- nados, capaces de darnos explicaciones globales y unificadas.

    Esta nueva sensibilidad se revela tambin, a su manera, como ya sealamos, en diferentes orientaciones del pensamiento actual, como la teora crtica, la condicin posmoderna, la posestructuralis- tu y la desconstruccionista, o la tendencia a la desinetaforizacin del discurso, a un uso mayor y ms frecuente de la hermenutica y de la dialctica, e igualmente en varias orientaciones metodolgicas, como las metodologas cualitativas, la etnometodologa, el interaccionismo simblico, la teora de las representaciones sociales, etc., y vendra a significar el estado de la cultura despus de las transformaciones que han afectado a las reglas del juego de la ciencia, de la literatura y de las artes que han imperado durante la llamada "modernidad", es decir, durante los tres ltimos siglos.

    Los autores de estos movimientos difieren en muchos aspectos, pero tienen tambin muchas cosas en comn, como su ruptura con la jerarqua de los conocimientos y de los valores tradicionales, su bajo aprecio por lo que contribuye a la formacin de un sentido universal, su desvalorizacin de lo que constituye un modelo, y su valoracin, en cambio, del racionalismo crtico, de las diferentes lgicas, de la "verdad local", de lo fragmentario, y su nfasis en la subjetividad y en la experiencia esttica.

    Por todo ello, antes de entrar en la parte metodolgica de esta obra, se vuelve absolutamente necesario que examinemos con cier- ta profundidad las races epistemolgicas en que se apoya la meto- dologa cualitativa. Creemos conveniente y hasta indispensable que todo investigador tome plena conciencia de los conceptos y auto- res que protagonizaron tanto la formacin como la superacin del mtodo cientfico tradicional. Slo as podr; Idar plenamen- Ir sil iii

  • Tanto Bacon como Galileo, con sus mtodos inductivo-experi- mentales y de observacin de la naturaleza, van desplazando a Aristteles, que us, bsicamente, el mtodo deductivo, a travs del silogismo.

    Bacon llama la atencin hacia la experiencia, hacia la obser- vacin, hacia el contacto con la naturaleza como nico punto de partida para su penetracin. Slo con el mtodo inductivo, y no con el proceso de la deduccin, se llegar a comprender la natu- raleza, a robarle sus secretos y servirse de ella, para dominarla. Este concepto del dominio de la naturaleza es importante en la especulacin baconiana, pues en l se resumen las aspiraciones de los estudios cultivados en su siglo.

    Galileo, matemtico, astrnomo y fsico, es considerado como el fundador del mtodo experimental, y present la matemtica como el lenguaje del Universo, porque -segn l- Dios haba escrito el libro de la Naturaleza en lenguaje matemtico.

    Descartes estableci un dualismo absoluto entre la mente y la materia, y crea poder describir el mundo material objetivamente, sin referencia alguna al sujeto observador. Descartes pone, adems, otra idea rectora que expresa como segunda regla, en su Discurso del mtodo: "Dividir cada una de las dificultades en tantas partes como sea posible y necesario para mejor resolverlas.''

    Y, finalmente, Newton expres la gran ley de la gravitacin uni- versal con una sola frmula matemtica sintetizando magnfica- mente con ella las obras de Coprnico y Kepler, y tambin las de Bacon, Galileo y Descartes, y valorando ms los datos observados directamente en la naturaleza que los estudios basados en la reve- lacin y en las obras de la antigedad. Newton, despus, supuso que las normas generales que parecen obedecer los cuerpos de tamao intermedio son tambin verdad para cada partfcula de materia, sea cual sea su clase y tamao.

    As, los hombres de estos siglos, animados por una profunda confianza en las facultades de la inteligencia humana para descu- brir las leyes de la naturaleza mediante la observacin y la razn, fueron poniendo en duda, poco a poco, la gran mayora de las creencias sostenidas hasta entonces.

    precisin conceptual, lgica, e iluminadoras aplicaciones- fue el libro de Heinrich Hertz, Principios de la Mecnica (Die Prinzipien der Mechanik, 1894),( expuesta en forma de "teora de la mecnica como un clculo axiomtico". Sin embargo, la teora de la mec- nica haba sido ya presentada como un sistema axiomtico formal desde los Principia del mismo Newton, si bien de tal modo que no satisfaca a todos los fsicos; pero, se presentaba casi como una rama de la matemtica pura. El mismo Kant, por ejemplo, coloca la dinmica newtoniana a la par de la geometra euclidiana.

    Pero es el libro de Hertz el que presenta una imagen de la cien- cia natural ideal, libre de toda divagacin o complicacin e irre- levancia intelectual. Todo matemtico, fsico o cientfico riguroso y exigente no poda menos que quedar prendado de su claridad, orden, linealidad y lgica excepcionales e, incluso, por una espe- cie de encanto irresistible. Por esto, conviene ilustrar un poco la figura de su autor, por ser l quien da origen y estructura a las bases del mtodo cientfico tradicional.

    Heinnch Hertz es conocido en el mundo cientfico por su ms famoso descubrimiento: la trasmisin y recepcin de ondas de radio (ahora ondas hertzianas), al mismo tiempo que midi su longitud y velocidad. Por ello, las Reales Academias de Ciencias de Europa se enorgullecan de tenerlo como uno de sus miembros. Haba tenido como profesor a Helmholtz y tuvo como sucesores a Wittgenstein y Cassirer. Era un asiduo lector de literatura y filosofa. Dominaba la lingstica y el latn, era capaz de recitar partes enteras de Homero o de las tragedias griegas en su original y estudi seriamente el rabe y el snscrito. Y todo esto antes de cumplir 37 aos, edad de su falle- cimiento. Helmholtz, en el Prefacio a la obra, dice que:

    pareciera que la naturaleza [. . .] hubiera favorecido de una manera excep- cional el desarrollo de un intelecto humano que abarcaba todo lo que es un requisito para la solucin de los problemas ms dificiles de la ciencia [. . .], como si lo hubiera predestinado para revelar a la humanidad los secretos que la naturaleza nos haba ocultado hasta ahora (p. m). Esta dotacin genial, eminente y excepcional, puede ayudarnos

    :i ci-iicndcr la diafanidad y la claridad conceptual, el dominio y I;i fi.csciiia dcl lcnguaje y la belleza y el orden lgico de su obra c i i i i i l~ i~ i~ 1'iiricipio.s (lc In Mecnica. Era natural que todo cientfico c l ~ i i s i i . ~ . ; ~ c ii1icnt;ir:i Iincer algo semejante para su propia disciplina, y;i I i i< - i . : i clrl c ; i i i i ~ o iintiii'al o hiimano.

  • iiiia SI !J!u.sa, ila col

    Pero el aspecto que queremos ilustrar aqu es el hecho de que la obra de Hertz sigue el modelo miomtico, como hace Euclides con In geometra o como ilustran Peano y Russell en el caso de la Arit- iiiCtica o de la Matemtica en general. En efecto, esa obra parte de

    la ley fundamental y de los conceptos de tiempo, espacio y y forma una estructura arquitectnica perfectamente disea- 1 los mismos, con sus definiciones, proposiciones y demostra-

    ciones, y con las conclusiones y corolarios que de esa ley se derivan. Idos conceptos de fuerza, energa, movimiento, velocidad, aceleracin v otros tambin se originan por deduccin de los primeros, como Iotlo el sistema completo y conectado que crea; as, todas las leyes ilc la mecnica a las cuales se les ha reconocido una validez general ~xicden ser deducidas en forma perfectamente lgica de una sola Icv Iundamental.

    ora bien, lo ms llamativo del sistema de Hertz es que, tratndose I obra de fsica -ciencia considerada como esencialmente emp- de las dos partes (l los llama libros) de que se compone, la pri-

    iiieia es totalmente independiente de la experiencia (una construccin ;il~stracta perfectamente lgica), y la segunda se apoya en esa sola ley I'iiiidamental. Veamos ms de cerca estos dos aspectos.

    Despus de 40 pginas de introduccin, que dan una visin ~:i,ncral de la problemtica que se va a tratar, la obra comienza con 1. .i biguiente .. nota introductoria, para aclarar todo su procedimiento i'i'iencia externa que las que tienen estas intuiciones y formas (p. 45). 1' 1.11 csta misma lnea kantiana -que no slo usa Hertz como

    I~q~ii.:i tlc su sistema, sino a la cual tambin recurre cuando se I i . 1 1 ; i ilc explicar los fenmenos del mundo material, explicacin a i i i i . i.cconoce "va ms all de la fsica" (p. 145)-, a continuacin ila.liiic los tres conceptos-pilares de todo el edificio terico: tiempo, i-.l~:icio y masa. "El tiempo del primer libro -dice- es el tiempo de iiiii.sii,n intuicin interna" (p. 4 9 , y aclara un poco la definicin. i\d:is ;iciciante, expresa que el espacio "es el espacio como io conce- I~iiiios: por tanto, el espacio de la geometra de Euclides, con todas I;i.. ~~i~o~~iccl:i

  • Esta cs. cscnciiiliiicntc, I:i ])i iiiici.n Icy clc Ncwtoii. coiiocid:~ Lniii- bin como la 1e.v de rnercicl.

    Hertz seala que cl tiempo, el espacio y la masa ci1 s mismos no pueden ser objeto de nuestra experiencia, slo ticrnpos defini- dos, cantidades de espacio y masas. As, determinamos la duracin del tiempo por medio de un cronmetro, por el nmero de golpes de su pndulo; la unidad de duracin se establece por convencin arbitraria. Determinamos las relaciones de espacio de acuerdo con los mtodos de la geometra prctica por medio de una escala; tam- bin la unidad de longitud se establece por convencin arbitraria. Y la masa de los cuerpos que podemos manejar se establece por medio del peso, y su unidad se determina, igualmente, por con- vencin arbitraria.

    De esta forma, tenemos aqu un sistema axiomtico-ded~lctivo idntico al que Euclides cre para la Geometra y aquel al que Peano y Russell reducen toda la Aritmtica y, en general, toda la Matemtica; un sistema de la Mecnica y, ms concretamente, de la dinmica r?mvtoniana, considerado ideal, y que todas las ciencias han tratado de imitar a lo largo de la primera mitad del siglo m: primero, las otras partes de la fsica (la hidrulica, el calor, el sonido, la ptica y la electricidad); despus, las dems ciencias naturales, y, finalmente, tambin todas las ciencias del hombre, como la medicina, la psicolo- ga, la sociologa, la economa, la ciencia poltica, etc. Todas imitarn a la Mecnica y tendremos un mecantcismo general, donde todo se explicar a travs de la relacin causa-efecto por medio de variables independientes y dependientes.

    Desde la poca de los griegos es Frecuente encontrar la pre- gunta de cmo reconocer que un signo designa lo que significa. A partir del siglo xvrr se preguntar cmo un signo puede estar ligado :i lo que significa, pregunta a la que la poca clsica dar respuesta por medio del anlisis de la representacin, y a la que el pensamien- to moderno responder por el anlisis del sentido y de la significa- licn 1.1 i~csiili;icl~~ dc cstn iiivcstigacin a las varias ramas clc I:i lilosoliii ti.;i

  • una fundamentacin filosfica para el mCtodo cicn~fico tr2iclicio- nal, pues, manipulando el lenguaje, se crea estar manipulantlo la realidad misma.

    El Tractatus de Wittgenstein haba tenido una aceptacin indis- cutible. La introduccin escrita por una autoridad como Russell, le dio prestigio y fama. El Crculo de Viena (Moritz Schlick, Rudolf Carnap, Otto Neurath, Herbert Feigl, Kuri Godel, Carl Hempel, Hans Reichenbach, Alfred Ayer, etc.), grupo de cientficos-matemticos- filsofos que lideraba, a travs de la revista ERKENNTNIS (cono- cimiento), la filosofa de la ciencia positivista a nivel mundial, lo adopt como texto de lectura y comentario para sus reuniones peridicas durante dos aos. El mayor valor que le vieron los positi- vistas resida en la idea central del Tractatus: el leng~taje representa (casi fisicamente) la realidad. As, al tratar el lenguaje, pensaban que trataban directamente con la realidad.

    El Crculo de Viena se reuna regularmente para investigar la lengua y la metodologa cientficas. Este movimiento filosfico ha sido considerado como "positivismo lgico", "empirismo lgico", "empirismo cientfico", "neopositivismo" y "movimiento de la cien- cia unificada". El trabajo de sus miembros, aunque no era unnime en el tratamiento de muchos temas, se distingua, primero, por su atencin a la forma de las teoras cientficas, en la creencia de que la estructura de una teora cientfica particular se poda especificar sin tener en cuenta su contenido; segundo, estos autores formula- ron su principio de verificacin, o criterio del significado, que afir- maba que el significado pleno de una proposicin se apoyaba en la experiencia y en la observacin (por ello, las afirmaciones acerca de tica, metafsica, religin y esttica se consideraban sentencias sin sentido); y, tercero, como resultado de los dos puntos anteriores, la doctrina de la ciencia unificada, segn la cual no se vea que exis- tiese diferencia alguna entre las ciencias fsicas y las biolgicas, o entre las ciencias naturales y las ciencias sociales.

    Quiz, la influencia mayor de este crculo de pensamiento se dio en 1929 con la publicacin de su Manifiesto sobre la concepcin cientfica del mundo y el inicio de una serie de congresos internacio- nales organizados por ellos. Con esos congresos y con la revista ERKENNTNZS, difundieron sus ideas en los medios acadmicos del

    i i i i i i i c l t , c i i i c ~ i i r . lisli. IiciIii, lii6 los ci~iici.ios bsicos tlc la cslructura c1i.I I I I ~ : I O , / < ,

  • i:,,. 1 ,,, . , , i i . , # . , ,#,, iii l ~ l . ~ ~ i l , ~ , l l i l ~ ~ ~ l l ~ ~ l ~ l ~ t ~ ' \ i l . 31

    tin abierta el determinar hasta dnde se extienden sus Icycs ms all de sta. De hecho, no podemos afirmar que los procesos iitteriros de la vida siguen las mismas leyes que los movimientos de los cuerpos inanimados, como tampoco podemos afirmar que sigan leyes diferen- tes. De acuerdo con la apariencia y con la opinin general parece que hay una diferencia fundamental [...l. Nuestra ley fundamental, aunque puede ser suficiente para representar el movimiento de la materia inanimada, parece demasiado simple y estrecha para respon- der por los procesos ms bajos de la vida. No creo que esto sea una desventaja, sino ms bien una ventaja de nuestra ley, porque mien- tras nos permite ver todo el dominio de la mecnica, tambin nos muestra los lmites de este dominio (p. 38) (cursivas aadidas). Esto lo adverta Hertz en 1894, mucho antes de que su obra

    se convirtiera en el modelo y prototipo para todas las disciplinas, incluidas tambin -sin que le prestaran mucha atencin a esta sabia advertencia- las ciencias humanas.

    Pero donde la sabidura de Hertz, Descartes y Newton llega a su cenit es en el caso de Wittgenstein. En todo su discurso -y especialmente hacia el final del Tractatus- Wittgenstein va toman- do conciencia de que todo l envuelve una cierta contradiccin, ya que las proposiciones carentes de significado contenidas en el Tvactatus son intentos de decir lo que slo puede ser mostrado.

    Aunque el Tractatus haba tenido una aceptacin indiscutible, especialmente por obra del Crculo de Viena, que difundi amplia- mente sus ideas centrales, la insatisfaccin del mismo Wittgenstein con su propia obra haba crecido durante los tres aos que pasaron entre su culminacin (1918) y su publicacin (192 1-1922). La intro- duccin que le hizo Russell, por ejemplo, tuvo una firme desaproba- cin por parte de Wittgenstein; en efecto, dicha introduccin -entre otras cosas- no reflejaba ni poda reflejar el desmantelamiento que le haca del sistema lgico de sus Principia Mathematica. Igualmen- te, la actitud de escrutinio y crtica despiadada que tena Wittgens- tein con sus propias limitaciones, fallas y errores, lo llev a alejar- se de la filosofa por espacio de 10 aos y a dedicarse a dar clase como maestro de primaria en remotos pueblos de Austria.

    Las investigaciones de William W. Bartley (1987) y otros sealan que, para mejorar sus actividades educativas, Wittgenstein "ley los escritos de los psiclogos de la Gestalt y qued impresionado por ellos" (p. 156); que, incluso, figur entre los estudiantes de Karl Bhler en Viena, uno de los psiclogos ms importantes de Europa en

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    Dicho de otro modo: son las estructuras lgico-matemticas quc sustentan a las teoras cientficas anlogas a las estructuras que susten- tan al mundo? Porque el positii~ismo lgico estaba imbuido de la creen- cia segn la cual se podia encerrar la problemtica epistemolgica, filosfica, antropolgica, psicolgica, sociolgica, etc., en la del len- guaje, convertido, as, en el ser mismo de toda realidad humana.

    En su nueva filosofa, Wittgenstein rechaza toda esta concep- cin y afirma que para comprender una sentencia hay que compren- der las circunstancias, pasadas y presentes, en que la sentencia es empleada. Tampoco acepta la idea de que la sintaxis o gramtica del lenguaje est determinada por la realidad que representa, como sostuvo anteriormente; esto implica, a su vez, una desvalorizacin del anlisis lgico, pues considera que no hay mayores cosas que descubrir en las formas lgicas de las proposiciones, y s, en cam- bio, en las circunstancias, usos, prcticas y propsitos con que son usadas las palabras y expresiones en la vida diaria; en expresin de Wittgenstein "las palabras tienen su significado slo en el flujo de la vida" (Last Writings, vol. 1, p. 118). ' Todo esto representa un golpe mortal para el Tractatus, para lo

    que l llama, en el prefacio de las Investigaciones filosfica, "mi viejo modo de pensar',, pues equivale a la inversin de su idea matriz y a la superacin de las "ilusiones metafsicas de las que fui vctima" (ibid.).

    En conclusin, pudiramos decir que el segundo Wittgenstein implica un vuelco copernicano en relacin con el primero. Su pen- samiento est ahora en sintona con la nueva Fsica, con la teora de la Gestalt, con el enfoque de sistemas y, bsicamente, tambin con el Estructuralismo francs. Junto con las ideas de estas orien- taciones epistemolgicas, el segundo Wittgenstein sent unas bases firmes para el desarrollo y la articulacin del pensamiento pospositi- vista que se manifiesta en las dcadas de los cincuentas y sesentas en las representativas obras de filsofos de la ciencia como Stephen Toulmin (1953), Michael Polanyi (1958), Peter Winch (1958), Nor- wood Hanson (1977, orig. 1958), Paul Feyerabend (1975, 1978: sn- tesis de publicaciones anteriores), Thomas Kuhn (1978, orig. 1962), Imre Lakatos (1975, orig. 1965) y varios autores ms.

    Cabe preguntarse, paradjicamente, si para estudiar su objeto Iiumano, los cientficos sociales y humanistas deban reducirlo a la fsica newtoniana que los mismos fsicos desecharon. La respues- ta la dio un eminente fsico nuclear, Roben Oppenheimer (1956) -director del Proyecto Manhattan, que fabric la primera bomba nion~ica, y formador de toda una generacin de cientficos estado-

    riliitl:isiniitcs iios. o los psiclogos en su asamblea ;i i i i i ; i I clc la Ai,r

  • y

    34 18\h.rl.: I. I~~~ I~ \L I I :< I !i t i : , t , rr l ' i t i i i i i . I i ! 11, 1 , i ~ i i i i~ , i , , .~ ,

    Que "no tratemos los fon?ralisino.s rnalcincticos como si l'iicrnn verdades fijas que ya poseemos, sino como una extensin de nuestras formas de lenguaje [. . .] o como figuras efmeras que podemos identificar en las nubes (tales como caballos, mon- taas, etc.)" (David Bohm, p. 437). Que no se tome como espejo ni se extrapole la ciencia de la mecnica (que es muy excepcional, como modelo matemtico puro), a otras ciencias naturales cuyos conceptos forman agre- gados o cmulos atpicos, asistemticos y no axiomticos. La preferencia de modelos taxonmicos, icnicos, grficos, computacionales, etc., en lugar de los axiomticos, para varias ciencias. La aceptacin de la lgica del descubrimiento (que haba sido relegada a la psicologa y a la sociologa) como diferente de la lgica de la justificacin y como condicin para poder entender el algoiitmo de la confirmacin, verificacin, corroboracin o falsacin de teoras. La idea de que una ciencia natural no debe ser considera- da meramente como un sistema lgico, sino, de modo ms general, como una empresa racional, que tolera ciertas inco- herencias, inconsistencias lgicas e, incluso, ciertas contra- dicciones. El sealamiento de que el defecto capital del enfoque positi- vista Fue la identificacin de lo racional (mucho ms amplio) con lo meramente Igico. Y, en fin, que "ha llegado la hora de ir mucho ms all de la imagen esttica, instantnea, de las teoras cientficas a la que los filsofos de la ciencia se han autolimitado durante tanto tiempo", ya que la concepcin heredada, con el positi- vismo Igico que implica, "ha sido refutada" (p. l), "es fun- damentalmente inadecuada e insostenible y debe sustituirse" (PP. 89, 145), ha sufrido "un rechazo general" (p. 89), y, por ello, "ha sido abandonada por la mayora de los filsofos de la ciencia" (p. 149).

    Segn Echeverna (1989, p. 25), este simposio, con estas y otras muchas ideas, "levant el acta de cZefincin de la concepcin heredada (el positivismo Igico), la cual, a partir de ese momento, qued aban- donada por casi todos los epistemlogos", debido, como seala Popper (1977, p. 11 8), "a sus dificultades intrnsecas insuperables".

    De igual manera, conviene or la solemne declaracin pronun- ciada ms recientemente (1986) por James Lighthill, presidente tlc la Intenzational Union of Theoretical and Applied Meckanics, cs decir, la Sociedad Internacional actual de la Mecnica, a cuya afiliacin ideolgica perteneci el mismo Hertz:

    Aqui debo detenerme y hablar en nombre de la gran fraternidad que formamos los expertos de la Mecnica. Somos muy conscientes, hoy, de que el entusiasmo que aliment a nuestros predecesores ante el xito maravilloso de la mecnica newtoniana, los condujo a hacer generalizaciones en el dominio de la predictibilidad [. . .] que recono- cemos ahora como falsas. Queremos colectivamente presentar nuestras excusas por haber inducido a error a un pblico culto, divulgando, en relacin con el determinismo de los sistemas que satisfacen las leyes newtonianas del movimiento, ideas que, despus de 1960, se han demostrado iizcorrectas (p. 38).

    Esta confesin no necesita comentario alguno, pues, como dice el lema de la justicia procesal, "a confesin de reo, relevo de pruebas".

    Esta declaracin v excusas son particularmente importantes por 1 el hecho de que fue precisamente 1; mecnica navtoniana, expuesta 1 I magistralmente y en modo ejemplar, como ya sealamos, por Hein-

    rich Hertz en su obra Principios de la Mecnica (1894) en forma de I "teora de la mecnica como un clculo axiomtico", la que sirvi

    de modelo durante ms de 50 aos, y usndose esa obra como pro- 1 totipo y modelo, para la planificacin de toda investigacin que qui-

    siera ser cientfica y para la estructuracin axiomtica y evaluacin de todo tipo de teoras en las ciencias. Este mecanicismo. y el prin- cipio de causalidad que implica, fueron, en efecto, generalizados como principios de racionalidad cientfica para todas las ciencias, tanto las naturales como las humanas.

    La conclusin ms llamativa que se deriva de estos plantea- mientos es que han pasado ms de 30 aos desde el momento en que "se redacta el acta de defuncin" del positivismo Igico (en el Simposio Internacional sobre Filosofa de la Ciencia, en 1969) y, sin embargo, haya tantos profesores e investigadores que lo sigan enseando y sosteniendo como si no hubiera pasado nada. iLa inercia mental en nuestros medios acadmicos tiene mucho peso!

  • m NUEVA SENSIBILIDAD A LOS "SIGNOS DE LOS TIEMPOS"

    evo A I papa Juan XXIII le gustaba hablar mucho de "los signos de ~icln~os' ' , como conjunto interactuante de elementos Y variables

    Iiiilnanas que crean una nueva realidad, exigen nuevos enfoques,

  • :1 deseo de ir ms all de la situacin actual; y, por el otro, cl :oncepto de verdad pluralista, en el sentido de que la realidad es nconmensurable e inagotablemente rica y su ser ltimo desborda

    al pensamiento humano; de tal manera, que no habra teora o explicacin que agotara la realidad, es decir, la riqueza y la poten- cialidad significativa que puede captar en ella la mente humana, ante la cual la actitud y la pretensin objetivadora y dominadora de la razdn tcnica lucen como una idolatra.

    EL CONCEPTO DE "PARADIGMA" El mundo en que hoy vivimos se caracteriza por sus intercone-

    xiones a un nivel global en el que los fenmenos fsicos, biolgi- cos, psicolgicos, sociales y ambientales son todos recprocamente interdependientes. Para describir este mundo de manera adecuada necesitamos una perspectiva ms amplia, holista y ecolgica, que no nos pueden ofrecer las concepciones reduccionistas del mundo ni las diferentes disciplinas aisladamente; necesitamos una nueva visin de la realidad, un nuevo paradigma, es decir, una transforma- cin fundamental de nuestro modo de pensar, de nuestro modo de percibir y de nuestro modo de valorar.

    Un nuevo paradigma instituye las relaciones primordiales que constituyen los supuestos bsicos, determinan los conceptos funda- mentales y rigen los discursos y las teoras.

    El trmino paradigma, aqu, no se limita a cada una de las dis- tintas disciplinas cientficas, sino que incluye la totalidad de la ciencia y su racionalidad. No estn en crisis los paradigmas de las ciencias, sino el paradigma de la ciencia en cuanto modo de conocer.

    Un paradigma cientfico, precisa Edgar Morin (1982), puede definirse como un principio de distinciones-relaciones-oposicio- nes fundamentales entre algunas nociones matrices que generan y controlan el pensamiento, es decir, la constitucin de teoras y la produccin de los discursos de los miembros de una comuni- dad cientfica determinada. Por ello, detrs de cada paradigma se esconde una matriz epistmica.

    Un conocimiento de algo, sin referencia y ubicacin en un esta- tuto epistemolgico que le d sentido y proyeccin, queda hurfano y resulta ininteligible; es decir, que ni siquiera sera conocimiento. En efecto, conocer es siempre aprehender un dato en una cierta fun- cin. bajo una cierta relacin, en tanto significa algo dentro de una determinada estructura. Pero, a su vez, el mtodo para alcanzar ese conocimiento tambin estar siempre ligado a un paradigma espe- cfico, que le fija los rieles por los cuales ha de caminar, y atado a

    I I I I : I I'iiiiciOii itlioliigic:~ q~ic Ic dctcrinina las metas y a la cual sirve. I l i i ; i iiivcslipici

  • Cuando Galileo Galilei quiso medir la velocidad de la luz, utili- z dos velas, dos pantallas y un reloj. Dio una vela y una pantalla a cada uno de dos sujetos que coloc a una notable distancia con la orden de que ocultaran la vela detrs de la pantalla. Luego orden al primero que sacara la vela de detrs de la pantalla, habiendo prevenido al segundo que, cuando viera la luz, hiciera lo mismo. Galileo, armado de un "cronmetro" de su tiempo, medira el tiempo que empleara la luz en ir hasta el segundo hombre y el que empleara en regresar hasta el primero, donde estaba tambin l. El resultado del "experimento cientfico" era que la luz iba y vena en un instante. Galileo haba supuesto que la velocidad de la luz sera, ms o menos, como la del sonido, es decir, unos 350 metros por segundo. Jams pens que podra llegar a 300 000 kilmetros por segundo, es decir, casi un milln de veces ms rpida.

    Es muy pertinente sealar que este supuesto fundamental deter- min todo el diseo e instrumentos del experimento, as como los objetivos del mismo y la explicacin de su fracaso. Esta inercia mental de supuestos e ideas se repite a lo largo de la historia de la ciencia.

    Hoy, despus de la obra de Derrida (1989), se habla mucho de "desconstmccin". Pero el concepto e intencin de "desconstruir" el pensamiento e ideas del pasado y su influjo en el nuestro ha sido un sueo poco realizado. Descartes dice en su Discurso del mto- do (1637): "Mi intencin es tratar de reformar mis propios pensa- mientos y edificarlos sobre unos cimientos totalmente mos." Y se fija como primera regla de su mtodo la siguiente: "No admitir jams nada por verdadero que no conozca que es evidentemente tal [. . .l, que se presente tan clara y distintamente a mi espritu que no tenga ocasin de ponerlo en duda."

    Sin embargo, segn Martn Heidegger (1974), este comienzo aparentemente nuevo del filosofar de Descartes implica un prejui- cio fatal, ya que su cogito, ergo sum, base supuestamente nueva y segura de su filosofa, de su comienzo radical, deja indeterminado el concepto del trmino central, el concepto del "ser humano" (el sum, el dasein), es ms, hace una simple aplicacin de la ontologa medieval. Por ello, segn Heidegger, no destruye el viejo concepto; o, segn Derrida, no des-construye o no des-sedimenta ese concep- to, renovndolo con otro.

    Posteriormente, siglo y medio despus, Kant intenta hacer lo mis- mo que Descartes. Tambin l quiere darle un vuelco copemicano a la filosofa. Y lo dice expresamente en el prefacio a la segunda edicin de su obra mxima, la Critica de la razn pura (1787). Pero, tambin

    : i i l l i i , sc.p"ii cl iiiisiiici Ilcidcggci. (1974), Kant "toma dogmticamente I:i 1)osiciiii

  • como "solamente subjetivos", "solamente empricos" o "solainenie instru- mentales" los saberes que nos permiten hacer iizieligibler los ferlt~lei~os que interrogamos L...]; las leyes de la fsica no son en manera alguna descripciones neutras, sino que resultan de nuestro dilogo con la natu- raleza. de las preguntas que nosotros le planteamos [. . .] Qu sera el castillo de Kronberg (castillo donde vivi Hamlet), independientemente de las preguntas que nosotros le hacemos? Las mismas piedras nos pue- den hablar de las molculas que las componen, de los estratos geolgicos de que provienen, de especies desaparecidas en estado de fsiles, de las influencias culturales sufridas por el arquitecto que construy el castillo o de las interrogantes que persiguieron a Hamlet hasta su muerte. Ninguno de estos saberes es arbitrario, pero ninguno nos permite esquivar la refe- rencia a aquel para quien estas preguntas tienen sentido (pp. 39, 40, 121). Por su parte, la contribucin de la neurociencia es de muy alta

    significacin, pues zanja discusiones y diatribas seculares. Actual- mente, se realizan ms de medio milln de investigaciones al ao acerca de diferentes aspectos neurocientficos. Nos interesan aqu aquellos que iluminan el proceso de nuestro conocer. El ltimo Popper, por ejemplo, nos invita (1985) a enriquecer nuestra episte- mologa -como lo hizo l en sus ltimos aos- inspirndonos en el conocimiento actual acerca de la neurofisiologa y las estructuras neuropsquicas del cerebro; y afirma que "la epistemologa encaja bastante bien con nuestro conocimiento actual de la fisiologa del cerebro, de modo que ambos se apoyan mutuamente" (p. 486).

    Entre estos aportes, es de mxima importancia el que escla- rece el proceso de atribucin de significados. As, por ejemplo, los estudios acerca de la trasmisin neurocerebral nos sealan que, ante una sensacin visual, auditiva, olfativa, etc., antes de que podamos decir "es tal cosa", se da un ir y venir, entre la imagen o estmulo fsico respectivos y el centro cerebral correspondiente, de cien y hasta mil veces, dependiendo del tiempo empleado. Cada uno de estos "viajes" de ida y vuelta tiene por finalidad ubicar o insertar los elementos de la imagen o estmulo sensible en diferen- tes contextos de nuestro acervo nemnico buscndole un sentido o un significado. Pero este sentido o significado ser muy diferente de acuerdo con ese "mundo interno personal" y la respectiva estruc- tura en que se ubica: valores, actitudes, creencias, necesidades, intereses, ideales, temores, etctera.

    Popper y Eccles (Eccles es premio Nobel por sus hallazgos en la trasmisin de la informacin neurona]), en su famosa obra El yo y SU cerebro (1985), tratando de precisar "uno de los elementos clave de su epistemologa", sealan que

    no hay "datos" sensoriales; por el contrario, hay un reto que llega del mundo sentido y que entonces pone al cerebro, o a nosotros mismos. a

    i : \ v ' 1 N i i i I I , ~ , iii ir: ii i i i ~ i v i ~ $ i i ~ t . \ i $ i : i , i ; i i . $ i i i i 4:i

    t i . , , I '. . oI,ii. t.llii, ;i ii.:ii:ii. (Ic iiii~~rpi.i~iai.lo [...l. Lo que la mayora de las p ~ ~ ~ w n : ~ ' . C ~ I I S ~ C ~ ( ' I . : \ 111, si111pIr N(l:~t~>" es dc hccho el resultado de un elabo- i.;idisiiiio ~>i.nccso. N;ida sc nos "da" directamente: slo se llega a la percep- cin tlas muclios pasos, que entraan la interaccin entre los estmulos que llegan a los sentidos, el aparato interpretativo de los mismos y la estructura dcl cerebro. As, mientras el trmino "dato de los sentidos" sugiere una primaca en el primer paso, yo (Popper) sugerira que, antes de que pueda darme cuenta de lo que es un dato de los sentidos para m (antes incluso de que me sea "dado"), hay un centenar de pasos de toma y dame que son el resultado del reto lanzado a nuestros sentidos y a nuestro cerebro [. . .]. Toda experiencia est ya interpretada por el sistema nervioso cien * mil- veces antes de que se haga experiencia consciente (pp. 483-484). Por esto, todo conocimiento tiene un sujeto, pues se da siempre

    en un sujeto activo, y, por tanto, todo conocimiento ser tambin y siempre "subjetivo", "personal", aun cuando tenga componentes que vienen del objeto exterior. Estos componentes exteriores tie- nen mayor Fuerza en el conocimiento de cosas materiales (ciencias naturales), pero, si la realidad que se va a conocer es ms bien inmaterial (ciencias humanas), el componente interior prevalecer en gran medida. En todo caso, el conocimiento ser siempre el resultado o fruto de una interaccin dialctica, de un dilogo entre ambos componentes: imagen o estmulo fsicos de la realidad exte- rior y contexto personal interior, objeto y sujeto.

    Ya Hegel (1966) haba precisado muy bien "este movimiento dialctico", como lo llama l: donde el "ser en s" pasa a ser #un ser para la conciencia" y "lo verdadero es el ser para ella de ese ser en s". Pero, entre la pura aprehensin de ese objeto en s y la reflexin de la conciencia sobre s misma -dice 1-

    yo me veo repelido hacia el punto de partida y arrastrado de nuevo al mismo ciclo, que se supera en cada uno de sus momentos y como totalidad, pues la conciencia vuelve a recorrer necesariamente ese ciclo, pero, al mismo tiempo, no Lo recorre ya del mismo modo que la primera vez [. . .]. Dndose una diversidad al mismo tiempo para quien percibe, su comportamiento es un relacionar entre s los dis- tintos momentos de su aprehensin (pp. 58-59, 74-75). No sera, por consiguiente, tampoco apropiado el trmino

    "construccin" o la teora constmctivista, entendidos en su forma radical, como lo hacen, por ejemplo, Guba (1990) y Guba y Lincoln (1994), ya que dan a entender que la realidad exterior es un simple material de construccin, informe y desarticulado, y que "tqda" la estructuracin, el orden y la forma provendran del sujeto. Este es el extremo antagnico del positivismo y raya o cae en el relativis- mo radical o en el idealismo absoluto. Y su inadecuacin se pone

  • de manifiesto especialmente en el estudio de las cicncias naiuralcs donde el componente externo desempefia, generalmente, la funcin principal. Cuando una sonda espacial, por ejemplo, llega a Marte apenas con unos segundos de retraso, es porque fueron calculadas muy bien la gravedad de la Tierra y la de Marte a lo largo de toda su trayectoria, es decir, que tambin hay leyes en la naturaleza que se imponen a nuestro capricho, veleidad, o simple ignorancia.

    Por todo ello, conviene puntualizar que nuestro problema con- siste en lograr el equilibrio adecuado que requiere el proceso de cada acto especfico cognoscitivo.

    Es digno de tenerse en cuenta el hecho de que utilizamos los mismos trminos soncebir, concepcin, concepto- para refe- rirnos a la concepcin de una nueva vida y para referirnos a la adquisicin de un nuevo conocimiento. En ambos casos se requie- ren dos entes activos: no hay concepcin sin fecundacin, pero el elemento fecundante solo es estril (la hembra no es un simple receptculo pasivo, como se pensaba en tiempos antiguos: por eso, las genealogas se hacan solo por la lnea paterna). Siempre, el fruto final (el hijo, el concepto) ser el resultado de una maravillo- sa interaccin de ambas partes.

    De esta manera, el modelo dialctico (o dialgico) deber sus- tituir al modelo especular (como puro reflejo de las cosas en un sujeto pasivo), que no slo luce extremadamente simple e ingenuo, sino, sobre todo, irreal y en pleno antagonismo y contraste con el mismo sentido comn. Igualmente, el modelo dialctico deber tambin preferirse a los extremismos de la teora construccionis- ta. Pero el modelo dialctico nos obliga, a su vez, a una revisin general de las metodologas empleadas en la adquisicin de nuevos conocimientos, es decir, de sus enfoques, estrategias, tcnicas e instrumentos.

    PRESUPUESTOS EPISTMICOS DEL NUEVO PARADIGMA EMERGENTE

    El saber bsico adquirido por el hombre, es decir, el cuerpo de conocimientos humanos que se apoyan en una base slida, por ser las conclusiones de una observacin sistemtica y seguir un razona- miento consistente -cualesquiera que sean las vas por las cuales se lograron- debieran poderse integrar en un todo coherente y lgico y en un paradigma universal o teora global de la racionalidad. "La aspiracin propia de un metafsico -dice Popper- es reunir todos

    los ~ ~ S ~ ~ C ~ C I O S v~.i.

  • y entrar en la lgica de una coherencia integral, sistemica y ccol- gica, es decir, entrar en una ciencia ms universal e integradora, en una ciencia verdaderamente interdisciplinaria y transdisciplinaria.

    Por tanto, cada disciplina deber hacer unarwisin, una reformula- cin o una redefinicin de sus propias estructuras lgicas individua- les, que fueron establecidas aislada e independientemente del sistema total con que interactan, ya que sus conclusiones, en la medida en que hayan cortado los lazos de interconexin con el sistema global de que forman parte, sern parcial o totalmente inconsistentes.

    Las diferentes disciplinas debern buscar y seguir los principios de inteligibilidad que se derivan de una racionalidad ms respetuosa de los diversos aspectos del pensamiento, una racionalidad mltiple que, a su vez, es engendrada por un paradigma de la complejidad. Hasta donde conocemos, solamente Edgar Morin en su obra Ciencia con conciencia (1984), Fritjof Capra en la tercera edicin de la obra El tao de la fsica (1992) y nuestra propia obra El paradigma emer- gente (1993, 1997), han abordado la temtica de lo que pudiramos llamar "postulados" de este paradigma de la complejidad.

    Estamos poco habituados todava al pensamiento "sistmico- ecolgico". El pensar con esta categora bsica cambia en gran medida nuestra apreciacin y conceptualizacin de la realidad. Nuestra mente no sigue slo una va causal, lineal, unidireccional, sino tambin, y a veces sobre todo, un enfoque modular, estruc- tural, dialctico, gestltico, interdisciplinario, donde todo afecta e interacta con todo, donde cada elemento no slo se define por lo que es o representa en s mismo, sino, y especialmente, por su red de relaciones con todos los dems.

    Evidentemente, estos cambios en los supuestos bsicos, Eilosficos y metodolgicos, de las ciencias, guiarn inevitablemente hacia otros cambios en las ciencias mismas: cambios en los diferentes problemas dignos de investigar, en la formulacin de hiptesis de naturaleza diferente y en la metodologa y en las tcnicas que se van a utilizar.

    IMPLICACIONES PARA LA INVESTIGACION

    La naturaleza es un todo polisistmico que se rebela cuando es reducido a sus elementos. Y se rebela, precisamente, porque, as, reducido, pierde las cualidades emergentes del "todo" y la accin de stas sobre cada una de las partes.

    Este "todo polisistmico", que constituye la naturaleza global, nos obliga, incluso, a dar un paso ms en esta direccin. Nos obli- ga a adoptar una metodologa interdisciplinaria para poder captar

    I:i i.iqiicz:i iIc 1:i iiiici.ncci011 c i i~ i r los di'cientes subsistemas que csi~irli;iii 1:is disciplinas pariicularcs. No se trata simplemente de .sio~itrr varias disciplinas, agrupando sus esfuerzos para la solu- cin de un determinado problema, es decir, no se trata de usar una cierta multitiisciplinariedad, como se hace frecuentemente. La interdi~ci~linariedad exige respetar la interaccin entre los obje- tos de estudio de las diferentes disciplinas y lograr la integracin de sus aportes respectivos en un todo coherente y lgico. Como sealamos, esto implica, para cada disciplina, la revisin, la reformulacin y la redefinicin de sus propias estructuras lgicas individuales, ya que esas conclusiones particulares ni siquiera seran "verdad" en sentido pleno. Ejemplos de ello los tenemos a diario en todas las disciplinas, pero, quiz, una de las que ms nos afecta personalmente es nuestra medicina actual, que, siendo bsicamente biolgica, ignora la etiologa no-biolgica de muchas enfermedades y su correspondiente teraputica, igualmente no- biolgica.

    Pero, podramos, incluso, ir ms alla y afirmar que la mente humana, en su actividad normal y cotidiana, sigue las lneas matri- ces de este nuevo paradigma. En efecto, en toda eleccin, la mente estudia, analiza, compara. evala y pondera los pro y los contra, las-ventajas y las desventajas de cada opcin o alternativa, y su decisin es tanto ms sabia cuantos ms hayan sido los ngulos y las perspectivas bajo los cuales haya sido analizado el problema en cuestin. Por consiguiente, la investigacin cientfica con el nuevo paradigma consistira, bsicamente, en llevar este proceso natural a un mayor nivel de rigurosidad, de sistematicidad y de criticidad. Esto es precisamente lo que tratan de hacer las metodologas que adoptan un enfoque hermenutico, fenomenolgico, etnogrfico, etc., es decir, un enfoque cualitativo que es, en su esencia, estructu- ral-sistmico.

    Este enfoque es indispensable cuando tratamos con estructuras dinmicas o sistemas, que no se componen de elementos homogneos y, por tanto, no se le pueden aplicar las cuatro leyes que constituyen nuestra matemtica actual, la ley aditiva de elementos, la conmu- tativa, la asociativa y la distributiva de los mismos; las realidades sistmicas se componen de elementos o constituyentes heterogneos, y son lo que son por su posicin o por la funcin que desempean en la estructura o sistema total; por tanto, no son aditivas, ni con- mutativas, como tampoco asociativas o distributivas; requieren conceptos e instrumentos adecuados a su propia naturaleza.

    Ahora bien, los objetivos de una metodologa sistmica no son posibles de lograr con una lgica simple, puramente deductiva o inductiva; requieren una lgica dialctica, en la cual las partes

  • son comprendidas desde el punto de vista dcl todo y viccversa. En efecto, la lgica dialctica supera la causacin lineal, unidireccio- nal, explicando los sistemas autocorrectivos, de retroaliinentacin y proalimentacin, los circuitos recurrentes y aun ciertas argu- mentaciones que parecieran ser "circulares". (Para una visin ms detallada de la lgica dialctica, vase Martnez M.. 2002a.)

    ~, ror esto, se necesita una Igica ms completa, una lgica de latransformacin y de la interdependencia, una lgica que sea sensible a esa complicada red dinmica de sucesos que constituye nuestra realidad, como veremos en el captulo siguiente.

    T E O R ~ DEL CONOCJMIENTO DEL POSITIVISMO LOGICO

    i I izacin Ia teor

    La orientacin tradicional del conocimiento es la quc ha venido a llamarse nzodelo especular. Su idea central expresa que fuera de nosotros existe una realidad totalmente hecha, acabada y plena- mente externa y objetiva, y que nuestro aparato cognoscitivo es como un espejo que la refleja dentro de s, o como una pasiva cmara oscura o fotogrfica (analoga de Locke: Ensayo sobre el intelecto humano, 1690, vol. 1, final del cap. XI) quc copia pequefias imge- nes de esa realidad exterior, al estilo, por ejemplo, del ojo, que formara una pequea imagen del objeto exterior en la retina y el nervio ptico se encargara de trasmitirla al cerebro. De esta

    1 forma, ser objetivo es copiar bicn esa realidad sin deformarla, y la verdad consistira en la fidelidad o correspondencia de nuestra imagen interior con la realidad que representa.

    Este modelo es el que ha sido adoptado por los autores de orien- tacin positivista. Para lograr plena objetividad, absoluta certeza y una verdad incuestionable, los positivistas de los ltimos tres siglos (Locke, Hume, J. S. Mili, Comte, Mach y otros) se apoyaron en el anlisis de la sensacin como en piedra segura (epi-steme), tratando de establecer un origen sensorial para todos nuestros conocimien- tos. Estos autores crearon el aforismo: nada se da en el intelecto que antes no haya estado en los sentidos.

    49

  • De esta manera, y siendo muy lgicos, colisidci-iiban q~ic slo las sensaciones o experiencias sensibles eran iin ki-inieno adeciia- do para la investigacin cientfica; slo lo verificable empricamen- te sera aceptado en el cuerpo de la ciencia; la nica y verdadera relacin verificable sera la de causa y efecto; la explicacin de las realidades complejas se hara identificando sus componentes: par- tculas, genes, reflejos, impulsos, etc., segn el caso; los trminos fundamentales de la ciencia deban representar entidades con- cretas, tangibles, mensurables, verificables, de lo contrario, seran desechados como palabras sin sentido; las realidades inobserva- bles habra que "definirlas operacionalmente" para poderlas medir; los modelos matemticos, basados en datos bien medidos, seran los ideales para concebir y estructurar teoras cientficas.

    El modelo especular ha sido aplicado prevalentemente y en forma exitosa en la ciencia y tecnologa de los cuerpos de tama- o intermedio; a l se debe el avance tecnolgico de los ltimos siglos. Se ha demostrado, en cambio, inadecuado para el estudio del mundo submicroscpico (estudio del tomo), el mundo de la vida y el mundo macroscpico (estudio astronmico).

    Conviene llamar la atencin acerca del hecho de que el modelo especular se apoya, Fundamentalmente, y asume como cierto el supuesto de que nuestro aparato cognoscitivo es bsicamentepasi- vo, como insina la metfora de la cmara oscura o fotogrfica, o la aparente mecnica de la visin ocular.

    Este enfoque constituy el paradigma conceptual de la ciencia durante casi tres siglos, pero se radicaliz, sobre todo, durante la segunda parte del siglo XIX y primera del xx con el positivismo laico.

    Si tuviramos que sintetizar en pocos conceptos este modelo o paradigma, llamado "newtoniano-cartesiano" (con el perdn de Newton y Descartes), sealaramos que valora, privilegia y propug- na la objetividad del conocimiento, el determinismo de los fen- menos, la experiencia sensible, la cuantificacin aleatoria de las medidas, la lgica formal y la "verificacin emprica".

    CUESTIONAMIENTO DEL POSITIVISMO LOGICO

    Segn el fsico Fritjof Capra (1992), la teora cuntica demues- tra que las partculas de todo tomo se componen dinmicamen- te unas de otras de manera autoconsistente, y, en ese sentido, puede decirse que "contienen" la una a la otra, que se "definen" la

    iiii ; i con In otri~. liii c l ciiiiipo clc la biologa, Dobzhansky (1967) ha \cnlad que el gciionin, que comprenclc tanto genes reguladores coiiio operantes, ti-aba,ja como una orquesta y no como un conjunto

  • > i l i i ) l~i~lll tlcl 5l0t110. 12a i ~ ~ o r i ~ l tic la l ~ c ~ l ~ i l i v i t l ~ l t l , [>l. OlIYl p>i1.tca, SLIpc- i';i 1:is IC
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    tes, pudieran tomar la forma siguiente: "El scr 110 sr rlti niirica n nadie en su totalidad, sino slo segn ciertos aspectos y categoras" (Aristteles, Metaf., Lib. IV); toda observacin es relarivu al punto de vista del observador (Einstein, 1905: vase Bronowski, 1979, p. 249); toda observacin se hace desde una teora (Hanson, 1977); toda observacin afecta al fenmeno observado (Heisenberg, 1958a); no existen hechos, slo interpretaciones (Nietzsche, 1972); estamos con- denados al significado (Merleau-Ponty, 1975); ningn lenguaje consistente puede contener los medios necesarios para definir su propia semntica (Tarski, 1956); ninguna ciencia est capacitada l para demostrar cientficamente su propia base (Descartes, 1983); ningn sistema matemtico puede probar los axiomas en que se basa 1 (Godel, en Bronowski, 1978, p. 85); hay tantas realidades (aparen- tes) como puntos de vista (Ortega y Gasset); la pregunta que es la ciencia? no tiene una respuesta cientfica (Morin, 1983). Estas ideas matrices conforman una plataforma y una base lgica conceptual para asentar un proceso de racionalidad con pretensin "cient- fica" defendible hoy da epistemolgicamente, pero coliden con los parmetros de la racionalidad cientfica clsica tradicional y postulan un nuevo paradigma epistmico (vSase este paradigma en Martnez M., 1997a).

    En tiempos pasados se haba credo que el problema de la autorreferencia era nico de las ciencias humanas. Ahora sabemos que tambin existe en la fsica y en la matemtica, es ms, que est implcito en todo proceso consciente y racional y, por lo tanto, en todo proceso del conocimiento humano; es decir, que, en ciertos momentos, tenemos que examinar nuestros anteojos y que, quiz, tengamos que limpiarlos para no tener que "barrer los monstruos matemticos", como aconseja Lakatos (1975, 1981).

    la metodologa I

  • lntrc

    Para I I debes tomar un i

    egar al pul -amino qu,

    nto que no e tampoco

    conoces, conoces.

    EL ENFOQUE CUALITATIVO El trmino cualitativo, ordinariamente, se usa bajo dos acepcio-

    nes. La primera, como -- cualid-, cuando expresamos: "fulano tiene una gran cualidad: es muy sincero". Y la segunda, ms integral y comprensiva, como cuando nos referimos al "control de calidad", donde la calidad representa, primordialmente, la naturaleza y la esencia completa, total, de un producto.

    Cualidad tiene su origen en la palabra latina_palitas, y sta, a su vez, deriva de..qu.azs (cul, quC). De modo que~~aI pregunta ~ - por la naturaleza o e s e n c i a d W s e r : qu es?, cmo es?, se da la respuesta sealando o describiendo su conjunto de cualidades - -- o la calidad del mismo. En sentido propio, filosfico, de acuerdo G n AristteTes,"IK~cepciones de la cualidad pueden reducirse a dos, de las cuales una se aplica con mayor propiedad y rigor; en efecto, en primer lugar, cualidad es la diferencia o caracterstica que distingue una sustancia o esencia de las otras" (Metafi, Lib. V, cap. 14: De la cualidad). Y en la Lgica hace ver que la forma sin- ttica de la cualidad no puede reducirse a sus elementos sino que pertenece esencialmente al individuo y es la que hace que ste sea tal o cual (1973, p. 221).

    De la misma forma, el Diccionario de la Real Academia defi- ne, en su segunda acepcin, la cualidad como la "manera de ser de una persona o cosa". Y el diccionario que acompaa a la

  • 1 1 i i , e S ~ i i r i , 1 1 , rllc.ri- %mor- .$, -- -- ili:tlniciite una unidad de anclisis y que hace que algo sea loque es:

    -- ~. -- , iiiia persona, una entidad etnica, social, empresarial, unProdUCto

    clctci-minado, etc.; aunque tambin cabe la posibilidad de estu- . . . tliai-sc una cualidad especfica, siempre-que se tengan]G.ccnta

    los nexos y las relaciones que tiene con el todo,~los cuales contri- - - I>iiycn a darle su significacin ~rooia . -.-

    - ~~ . ----A_

    De esta manera, la investigacion-cualitativa_trata_.de identi- ficar, bsicamente, la naturaleza profunda de las realidad2s;iu estructura dinmica, aquella que da razn pleIia-& su compof- trimiento y manifestaciones. De aqu que lo cualitativo (que esel todo integrado) no seopoiie de ninguna forma a lo cuantitativo cl~ic es solamente un aspecto), sino que lo implica e integra, espe- cialmente donde sea importante.

    LO ESENCIAL DE TODA INVESTIGACI~N

    Toda investigacin, de cualquier enfoque que se trate (cualitati- v o o cuantitativo), tiene dos centros bsicos de actividad. Partiendo tlcl hecho que el investigador desea alcanzar unos objetivos -que, c m ciertas ocasiones, estn orientados hacia la solucin de un pro- I~loina-, los dos centros fundamentales de actividad consisten en:

    .

    l. Recoger toda la informacin necesaria y suficiente para alcan- - ~ . ~ . zar esos objetivos, o solucionar ese problema,

    2. Estructurar esa informacin en un todo cokrente y ,lgico, . -- es decir, ideando una estructura lgica, un modelo o una teora que integre esa informacin.

    Analgicarnente, podramos decir que todo pende o se apoya cii dos pilares centrales, como penden o se apoyan todos los compo- iiciites que integran un puente colgante en sus dos pilares, como se observa en la figura 1.

    Figura 1. Pucnte Verazzano en Nueva York.

    Tambin, en forma esquemtica y simple, todainvestigacin se parece un poco al proceso investigativo que realiza un comisario poli- c k T . $ i ~ ~ t r a r s e . ~ a n t e ..,- n~crimen~ioisum&. Pues bien, l debe:

    1. Recoger-toda .---. .. ~~ la informacii? que pudiera ilustrar lo acae- rirln. entrevistando a testigos, familiares, amigos, vecinos,

    una bala perdida, etctera.

    - . - - , . - - -

    compaeros de trabajo, etctera. 2. Estructurar esa infomacion, integrndola en un todo cohe-

    rente y Bzico, por medio de una hiptesis plausible que d sentido al todo: un crimen pasional, una venganza, un asalto,

    En el captulo 4 expondremos todo lo que constituye, est rela- cionado o acompaa al primer ~ i l a r . Posteriormente, en los cap- tulos 5, 6, 7 y 8, ampliaremos y tambin detallaremos los aspectos fundamentales propios y especficos de cada uno de varios mtodos cualitativos ms importantes, especialmente lo que se relaciona con este primer pilar, recoleccin de la inforrnncin necesaria y suficiente. Finalmente, en el captulo 9, trataremos lo relaciona- do con el segundo centro de actividad o pilar fundamental, que es comn o general para todos los mtodos cualitativos, dicho en otras palabras, la estructuvacin de la infamacin por medio de la cate- govizacin de los contenidos, la estructuracin propiamente dicha, particular y general, la contrastacin adems de la teorizacin (para ilustrar lo que se ha expuesto aqu, vase la secuencia del esquema

    I

    en la figura 2). Una caracterstica de gran relevancia es la siguiente: estas

    dos tareas bsicas de 1. recoger datos y 2. categorizarlos e infevpre- tarlos, no siempre se llevan a cabo en tiempos sucesivos, sino

  • -1 7-- l + I - I - 1 I / 2 Obletivos I 3 Mtodos 4 Tcnicas I 5 Teorimcin

    Descubrir el agnificado conjunto de toda expresin de la vida humana (actos.

    Hemenutico

    Etnornetodologa

    Circuio hemenutico Cnones linesticos Y ~sico~eicos Entrwista semiestru&&da Observacin ~art ici~ativa Observacin participatii 1 Descubrir cmo un ENDO humano - .

    crea y mantiene un orden y vida social aceptables por medio del habla y la interaccin.

    1 Comprender el proceso de asirnacin de lntencuonismo simblico smblos con significado a lar palabras y hechos en la interaccin social.

    Observacin participafi Estudio de casos

    Descubrir la importancia que el texto hablado o escrito tiene en la com~rens~n de la vida social.

    Anlisis del discurso Principios y tcnicas de la gramtica la sintaxis. la semntica y la pragmtica

    Comprender realidades cuya naturaleza y estructura dependen de las Dersonas que

    Fenomenolgico

    a i ,en y expe-mellan

    Comprenaer e m-ndo invencia femeni&

    Entrwista semiestructurada - Autoreportaje

    Feminismo Autobiografia Autoetnopfia Entrevista semiestructurada

    como es vivido y sentido por la mujer:

    Conocer una realidad social (generalmente inhumana) por medio del testimonio de algunos de sus protagonistas o testigos direnos.

    Conocer un tema especifico de estudio e investigacin que es vivido por un gmpo

    Namtiva testimonial

    Grupos focales

    ' Nanacin histrico-vivencia1

    Intenccin discursiva y contrastacin de opiniones de los miembros

    Observacin participativa Entevista semieNucturada

    Nanacin amplia y detallada de uno o varios de sus miembms e interpretacin del investigador

    humano. 1 Describir el estilo de vida de un grupo de personas habituadas a vivir juntas.

    . Realizacin de toda la investigacin. con entrevistas hecha por aleunos de

    Etnogrfico

    Comprender a un grupo y su cukura (o un aspecto de ella) a traves de algunos de sus miembros.

    Conocer una realidad humana excepcional (como la de la vbiencia extrema) a trves de la invenigacin realizada por algunos de sus miembros.

    Descubrir la naturaleza de un problema comunitario o personal y plantear y 1 l o m r su solucin en un proceso cclico.

    sus miembros. asistidos por ;n expertc externo

    Historias de nda

    Endgeno

    .

    Investigacin-occin Fomacin y gua de un grupo de coinvestigadores de la comunidad.

    , asistidos por un investigador externo

    Figura 2. Orientaciones metodolgicas de investigacin cualitativa. Existen unas 400 obras y ms de 3000 publicaciones acerca metodologa cualitativa.

  • que se entrelazan conlinuaiiiciitc. Es clccii; que i1ucsti.a inciitc no respeta una secuencia temporal clc cstris activiclatlcs. En efecto, el mtodo fundamental de toda ciencia es la ol7srrvt1cir7 de los "datos" o "hechos" y la interpretaci6n de su significado. Hay que subrayar que laobservacin y la interpretacin son inseparables: resulta inconcebible que una se obtenga en total aislamiento de la otra. Toda ciencia trata de desarrollar tcnicas especiales para efectuar observaciones~sistemticas acertad as^ y garantizar su interpretacin. Sin embargo, s hay una dife- rencia de grado: al principio de la investigacin se presenta un predominio de la recoleccin de informacin acerca de la categorizacin e interpretacin; acto seguido, a medida que se aproxima hacia el final, gradualmente, el balance cambia hacia la categorizacin y la interpretacin, con escasa recoleccin de informacin.

    ~cion iente

    CONCEPTOS FUNDAMENTALES La primera parte de la investigacin cualitativa propiamente

    dicha, "la recoleccin de la informacin necesaria y suficiente", est guiada por varios conceptos cuya clarificacin ser el fin propio de este captulo.

    LOS OBJETIVOS En las investigaciones cualitativas se fijan unos objetivos que

    desea lograrse; algunos son ms bien generales y otros especficos, pero todos deben ser relevantes para las personas interesadas en la investigacin. A veces, es preferible fijar slo objetivos generales, y determinar los especficos durante la marcha, para no buscar metas que quiz resulten triviales o imposibles. El objetivo puede ser muy preciso, por ejemplo, clarificar tal o cual fenmeno o rea problem- tica, aun cuando sus problemas especficos o dificultades propias estn todava muy enredados y slo se puedan plantear o formular expresamente cuando la investigacin est ms adelantada.

    Estos objetivos determinarn, en parte, las estrategias y los procedimientos metodolgicos. No obstante, tainpoco los objetivos sern intocables. Tambin aqu, al buscar objetivos relevantes, se sigue el famoso principio de "Los tres prncipes de Serendip": "Si

  • hacia U1

    todo,

    por e: del re cmprc rtc.. I-

    cstns biiscniirlo iiiin cosii I~iicii;i y ciiciiriitiis o1i.n ii i t~:ioi ; d+ la primera por la scgund~."

    La orientacin metodolgica cualita~iva iio suele partir del plan- teamiento de un problemc~ e.specfico. sino de un rea probleincticn ms amplia en la cual puede haber muchos problemas entrelaza- dos que no se vislumbrarn hasta que no haya sido suficientemen- te avanzada la investigacin. Por esto, en general, el partir de un problema cierra el posible horizonte que tt'enen las realidades complejas, como son las realidades humanas.

    Esto, de ninguna manera quiere decir que, en un caso especfi- co, no sea til o conveniente partir de un problema concreto, si eso es particularmente lo que se desea investigar.

    Sin embargo, conviene saber lo ms clara y concretamente posible qu es lo que se quiere y lo que no se quiere investigar. Los objetivos que se desea lograr deben poder reducirse a preguntas directas, es decir, a sus dimensiones ms concretas y explcitas, en la medida en que ello sea posible; el apuntar cuidadosamente

    el blanco es la mejor garanta de poder dar en l. n proyecto de investigacin debe preguntarse tambin, y sobre si su objetivo es la bsqueda del promedio y variacin de una

    o ms variables en muchos sujetos y la relacin entre esas variables, o si, en cambio, intenta descubrir la estructura organizativa, sistema dinmico o red de relaciones de un determinado fenmeno ms complejo. Si se busca loprimero, por ejemplo, la estatura y el peso medios en una poblacin, sus preferencias polticas, la intencin del voto o la opinin y el juicio ms comunes y generalizados acerca de un tpico, se har a travs de una muestra representativa de sujetos cle acuerdo con las tcnicas de muestreo. Si, por el contrario, lo que se desea es descubrir la estructura compleja o el sistema de relaciones que conforman una realidad psquica o social humana,

    - jemplo, el nivel de autoestima, el rechazo escolar, la calidad mdimiento, el clima educativo familiar, la eficiencia de una :sa, la buena marcha de una organizacin, de un gobierno,

    , .iabr que partir no de elementos aislados, ya que perderan su verdadero sentido, sino de la realidad natural en que se da la estructura completa, es decir, de casos o situaciones ejemplares o ~~riradigmticos: situaciones ms representativas y tpicas, estudia- dris a fondo en su compleja realidad estructural. En las ciencias del comportamiento, y en las ciencias humanas en general, sta es la situacin ms comn, ya que lo que da sentido y significado a cada it/cincnto o constituyente es la estructura en que se encuentra y la liit~cin que desempea en ella.

    Un error frecuente y grave consiste en pretender llegar al cono- ciiiiiento de estructuras estudiando elementos en muestras aleatori-

    zad:is y s

  • Por otra prirlc, cs ncccsriiio I~>iici. i i i ~ iy '11 ciic*ii(:i q~ ic LI estructura individual o ~inivci-sal nunca podi.; sci indiicitln clcl cs dio de elementos aislados en muchas wersonas. dcl misino mo

    . ~~~-

    que no podemos conocer la fisonomaAtpica d una determina",, raza humana estudiando de manera separada los ojos, la boca, la nariz, etc., sin ver nunca su red de relaciones en conjunto. Por ese camino ni siquiera reconoceramos a nuestro mejor amigo. Es precisamente esa "red de relaciones" la que hace que un rostro o una raza sean diferentes de los dems.

    Sera algo similar a lo que acontece con nuestra propia firma, donde los trazos, rasgos o partes cambian casi siempre, pero la estruc- tura, forma o gestalt permanece igual y, por eso, nos identifica.

    Es muy lgico pensar que el grado de transferibilidad de una situacin a otra es una funcin directa de la similitud que haya entre ambos contextos. Por ello, el esfuerzo mayor del investiga- dor debe dirigirse hacia la identificacin del patrn estructural que caracteriza a su objeto de estudio. En cambio, no es l quien debe estudiar el grado de similitud de su contexto con otros contextos o situaciones a los cuales puedan transferirse o aplicarse los resul- tados de su investigacin. Esa es tarea de quien vaya a hacer la transferencia o la aplicacin.

    Todo esto deber tenerse muy en cuenta a la hora de establecer los objetivos y, sobre todo, al elegir las estrategias metodolgicas para alcanzarlos.

    Aunque la mente humana difcilmente trabaja con una ausencia total d