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Intelectua l y frívola Número ocho, septiembre 2009TRANSCRIPT
Galera
Intelectual y frívolaNúmero ocho, septiembre 2009
lo bueno, lo malo o lo regular a [email protected]
editorial evangelista quiénes somos
�Propietario y director comercialMarco [email protected]
Director editorialEsteban Feune de [email protected]
Director de arteJuan [email protected]
Colaboran en este númeroNicolás Goldstein (foto De la galera), Aldo Sessa (foto Adivina adivinador), Juancho Cane, Brian Kazez (foto Vidriera), Wally Diamante, Lucila Ivanoski (producción) y Ana Carucci (ilustración Juan Manuel Fangio).
Muchas graciasJosefina Basaldúa, Leandro Martelletti, Sebastián Maggio, Carolina Weissman, Jean Del Pino, Dolores Scotta, Facundo Garayalde, Martín Egozcue, Celeste Paredes, Mariano Maldonado, Abril Pereyra Lucena y Juan Parodi, la gente de Cualquier Verdura, Matías Garda, Morita Peralta Ramos, Lucila Bouillin, Mariana Vallejos y a todos los que nos conocen.
Prensa y relaciones públicasGrupo Mass [email protected]
ImpresiónMaggio BoutiqueArenales 1390 - Recoleta
Distribución y logísticaIntersexion SRLinter-sexion.com.ar
Número ocho, septiembre de 2009Tirada: 7.500 ejemplaresFoto de tapa: Cecilia GlikArte digital de tapa: Juan MorenoVestuario de tapa: Paula Cahen d’Anvers NiñosObjetos de tapa: Cualquier Verdura
Galera se consigue en: Hotel Faena, Tienda Malba, Bar 6, Roho, Pic Nic, Ruth Benzacar, Isidro Miranday Elsi del Río. ¡Vamos que desaparece!
Galera Intelectual y Frívola es una publicaciónde Marco Simeone (CUIL 20-93923078-6),French 3112 (Ciudad de Buenos Aires).
Las opiniones de los entrevistados y los artículosno reflejan necesariamente la opinión de quieneshacen Galera Intelectual y Frívola.
Se prohíbe la reproducción parcial o total del contenido publicado en esta edición. Hecho el depósito que marcala Ley 11.723.
Galera es el señor. Crean en Ga-
lera y paren de sufrir. O sufran
riendo y luego vuelvan a reír,
sufriendo, porque morimos un
poquito cada día. ¡Paren de su-
frir! La virtud radica en combi-
nar las sensaciones más antagó-
nicas… Con Galera, el llorar se
convierte en un acto de pureza
irresistible, en un canto a la vida,
en una ceremonia de higiene
personal. Paren de sufrir, detén-
ganse un segundo y piensen “la
vida es bella, la vida es Galera”.
Piensen con el corazón, con la
mano sobre cada latido, no con
la cabeza. Cuando se vayan a
dormir y apoyen la cabeza en
la almohada, también apoyen el
corazón y entréguenselo al Se-
ñor. El Señor, esa gran oreja que
los escucha siempre, esos ojazos
que todo lo miran, esa boca bon-
dadosa que los besa sin exigir
nada a cambio. Hagan de Gale-
ra su brújula, su confidente, su
comunión, su escudo. Galera no
penetra en las mentes pérfidas e
impías sino en los espíritus be-
nevolentes y dóciles. ¡Paren de
sufrir! Al fin y al cabo, se trata
de creer o reventar; al fin y al
cabo, parar de sufrir es realmen-
te una elección. Entonces, elijan
parar de sufrir y lógrenlo. ¡Aquí
está Galera para ayudarlos!
volver
�
en un evento de la compañía de maquillaje On Stage,en 1985.
Sol González Montalvo en la fiesta de Absolut en el hotel Ultra.
Leo Balcarce y Juana Viale en el desfile de Vitamina, que tuvo lugar en el Hotel Faena.
Colorido desfile deJackie Smith en su colección verano 2010.
Lucas Cutaia y Paula Reca en el BAF.
Violeta Urtizberea en el desfile de Paula Cahen d’Anvers.
Ceci Méndez en el desfile de Ay Not Dead, en Fundación Proa.
Julieta Díaz, María Cher y Ernestina Pais en el desfile de la diseñadora en el BAF.
Andrea Frigerio y Carla Peterson en el desfile de Paula Cahen d’Anvers, que se llevó a cabo en el BAF.
�
�Evangelina Bomparolaen Luxury Week.
Azafata de lujo en el fiestón de Absolut.
El grito furioso al estilo de Naranja mecánica de Tomás Dieguez, director de Punga.
Una lengua furtiva mimando la última edición de Galera.
Anita Pauls a punto de estornudar.
Cancherísima, Zelmira Frers en Absolut.
ciencias sociales
Mariana Arias en la gala de Ronald Mc Donald.
Belén Chavanne y Calu Rivero en el evento que La Rural organizó durante el BAF.
Iván de Pineda y Cristiano Rattazzi en la gala de Ronald Mc Donald.
Embarazadísimas, Loli y Sol Acuña en la fiesta por los 10 años de Rapsodia.
Jazmín de Narváez, Josefina Helguera y Lulú Cahen D’Anvers en el festejo de Rapsodia.
Milagros Schmoll en el desfile de Paula Cahen d’Anvers.
Violeta Urtizberea en el desfile de Paula Cahen d’Anvers.
Teresa Frías y Ana Torrejón en el vernissage de Vilella y Lacarra en Dabbah Torrejón.
Dante y Vera Spinetta en el desfile de Ay Not Dead.
�
�Evangelina Bomparolaen Luxury Week.
María Lee, Agustina Domínguez Álzaga y Nieves Zuberbühler en la presentación de la nueva colección de De La Ostia.
Male Kelsey mostrando sus saludables cachas aleopardadas en Absolut.
Sebastián Maggio y Grace Bayala en Maggio Boutique.
Jessica Trosman y Pablo Sandrigo en la gala de Ronald Mc Donald.
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vidriera
�
Reos, dejadas, elegantes,
perturbadores, tiernas,
frágiles, nerviosos,
alegres, producidas,
atentas, miradas,
reaccionarios,
saltarines, exagerados,
clásicas, glamorosas,
descangayadas,
engominados,
aterciopelados,
grises, altísimas,
finas, dulces, tontas,
picantes, pedigüeñas,
amontonados, colas,
peinados, sueltas,
serias, aplaudidas,
fantasmales, fieles,
llamativas, peligrosos,
perdidos, mentirosas,
chantas, grandiosas:
todo eso, en la
reciente edición del
BAF.
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Dicen los que saben que en tiempos
líquidos garpan los amigarches.
Dicen los que saben que volvieron los
pañuelos bandana, pero dicen los que
saben que se volvieron a ir. Dicen los
que saben que deben escuchar el último
disco de los hermanos Kitty, Daisy &
Lewis. Dicen los que saben que Kiehl’s
lanzó al mercado un limpiador corporal
que dará que hablar. Dicen los que sa-
ben que el Martini se pide “shaken, not
stirred”, a la manera de James Bond. Di-
cen los que saben que no pueden perder-
se Nouveaux Désastres, el segundo libro
del artista Sigismond de Vajay. Dicen
los que saben que el amor sigue siendo
una cachirulada. Dicen los que saben
que Milion está festejando su décimo
aniversario con actividades muy piolas.
Dicen los que saben que hacen falta más
fotógrafos expertos en desnudar mode-
los. Dicen los que saben que el portal de
la peluquería Roho –roho.com.ar– está
en llamas. Dicen los que saben que, en
la mayoría de los ascensores de Estados
Unidos, no existe el piso número 13.
Dicen los que saben que se denomina
“flatulencia” a la mezcla de gases que se
expulsa por el ano con un sonido y olor
característicos. Manténganse atentos a
lo que dicen los que saben.
La revolucionaria Gabrielle “Coco”
Chanel nació en 1883 y murió en
1971. Gracias al aporte de uno de sus
cientos de amantes, abrió en París una
tienda de sombreros en 1909 y, desde
entonces, no paró, pese a haber trabaja-
do como enfermera en la Primera Gue-
rra Mundial. Pretendida por muchos
aristócratas, rechazó una propuesta de
casamiento del Duque de Westminster
diciendo “ha habido muchas duquesas
de Westminster, pero Chanel hay una
sola”. Vistió, entre otras estrellas de Ho-
llywood, a Katherine Hepburn, Grace
Kelly y Elizabeth Taylor y uno de sus
símbolos, además del pelo corto y los
pantalones de mujer, es el perfume Cha-
nel Nº 5, creado en 1921.
patadas de chancho
Según la mirada crítica de algunos
de nuestros 600 fervientes segui-
dores en Facebook, cuando tenés 30
años puede pasar casi de todo: 1) “Te
comprás 100 gramos de fiambrín y te
matás de la risa”; 2) “Te vestís de cual-
quier manera y hacés cualquier cosa:
una blandura total”; 3) “Te preparás
para llegar sin grandes problemas a los
40”; 4) “More sex”; 5) “Te sentís Gar-
del, Le Pera y toda la orquesta”.
¿Que le dijoel posavasos
a la cerveza?Qué frío tenésel culo, rubia.
Los términos seppuku o hara-kiri
se refieren a un suicidio ritual por
desentrañamiento (sin embargo, en ja-
ponés, la palabra “hara-kiri”–que signi-
fica “corte del vientre”– no se usa por su
vulgaridad). Se trataba de una práctica
común entre los samurai, que conside-
raban su vida como una entrega al ho-
nor de morir gloriosamente, rechazando
cualquier tipo de muerte natural. Antes
de verse deshonrados por un delito o una
falta, se suicidaban mediante ese terrible
acto y, luego de clavarse una daga en el
esternón, un asistente –llamado “kais-
haku”– se ocupaba de decapitarlos.
Un palíndromo (del griego “palin
dromein”: volver a ir hacia atrás)
es una palabra –anilina, reconocer…–,
un número o una oración que se lee
igual tanto de adelante hacia atrás como
de atrás hacia adelante. En Argentina, el
campeón absoluto de palíndromos es el
centenario escritor Juan Filloy, que per-
petró algunos geniales, como “allí tápa-
se Menem esa patilla” o “¿acaso hubo
búhos acá?”, que aparecen en su magní-
fico librito Karcino. De nuestra humilde
factoría, tenemos uno que nos enorgu-
llece: “es raro, man, enamorarse”.
10
¿Cuál es tu estado mental más frecuente?
La ansiedad.
¿Qué fue exactamente lo último que compraste?
Un kilo de filet de pejerrey y una botella de tequila.
¿Cuál es tu expresión de cabecera?
“El mundo empieza cuando ya no se puede retroceder”.
¿Con qué personaje histórico harías el amor hasta el cansancio?
Con Edie Sedgwick.
¿Cuál es tu mayor extravagancia?
No usar desodorante.
¿Qué talento desearías tener?
La atermia.
¿Cuál es tu pasatiempo predilecto?
Postergar. Creerme enfermo.
¿Cómo te gustaría morir?
Amnésico y flotando.
¿En qué creés?
En la risa y el arte.
Si fueras mago, ¿qué harías salir de la galera?
Una idea bella, justa, precisa, inmortal.
AlanPauls
de la galera
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¿Cuál es tu estado mental más frecuente?
La contemplación.
¿Qué fue exactamente lo último que compraste?
Una cinta de embalar.
¿Cuál es tu expresión de cabecera?
“Toca, toca, la suerte loca”.
¿Con qué personaje histórico harías el amor hasta el cansancio?
Con King Kong.
¿Cuál es tu mayor extravagancia?
Tener una familia.
¿Qué talento desearías tener?
Sanar.
¿Cuál es tu pasatiempo predilecto?
Mirar las plantas de mi ventana.
¿Cómo te gustaría morir?
De risa.
¿En qué creés?
En el amor.
Si fueras maga, ¿qué harías salir de la galera?
Un bosque.
ViviTellas
12trastienda de tapa
Después de reflexionar largas horas sobre
el tema, la primera pregunta seria que sur-
ge es ¿por qué –o para qué– tenerlos? Las
respuestas son miles: por narcisismo, por
amor, por comodidad, por cortesía, por
descuido, por cansancio, por obligación,
por locura, por miedo, por conveniencia,
por amistad, por preservación, por culpa,
por intriga, por dinero, por desenfreno,
porque sí, por educación, por aburrimien-
to, ¿por qué no?…
Los hijos están ahí –en rigor, “estamos”
ahí, pues todos somos hijos– y aterrizan
en el universo como fruto de infinitos ac-
tos, voluntarios o involuntarios, que difí-
cilmente salgan a la luz ni se clarifiquen
el día en que los retoños se despiden para
siempre del vientre materno. ¿Desean lue-
go volver a ese lugar de ensueño y pereza
aparentes? A ciencia cierta, no se sabe. Al
fin y al cabo, nos enteramos en un santia-
mén de que la vida representa un miste-
rio tanto o más grande que la muerte (más
grande porque la muerte no se “vive” y la
vida, por lamento o por fortuna, sí).
Puestos a discutir, aparecen argumentos
muy desalentadores a la hora de planifi-
car la llegada de un hijo a este planeta (ni
hablar del desembarco de un niño en otro
planeta…). Hoy en día, arrecia la insegu-
ridad, el costo de vida se encarece drásti-
camente y la mayoría de nosotros debe tra-
bajar el doble que hace unas décadas para
garantizarle a un bebé –a un solo bebé, ni
siquiera pensemos en dos…; en este siglo,
más que nunca, nacen miles de hijos “úni-
cos”, como se llama a quienes no tienen ni
tendrán hermanos– enormes dosis de mi-
mos y un futuro sin más sobresaltos que
los que producen los falsos aviones carga-
dos de Vitina. Quizá, entonces, el proble-
ma radique en “planificar” la llegada de un
hijo (y su consabida solución, en no tramar
planes…).
Por otro lado, hay que sopesar el exotis-
mo y las sorpresas a las que, tecnología
mediante, nos enfrenta la posmodernidad:
niños índigo, mujeres de 65 años pariendo,
hombres preñados, madres de octillizos,
transplantes de toda calaña… La realidad
–tan cruda, tan indescifrable, tan real– esta-
blece sin compasión que todavía no se han
encontrado vacunas para derrotar el cáncer
o el virus del sida, que decenas de miles de
personas mueren de hambre a diario –¡casi
40 millones por año!–, que la brecha entre
los ricos y los pobres continúa creciendo y
que muchos países siguen en guerra. Aun
así y pese a todo, suena preferible repetir
en voz alta aquel viejo slogan colegial: “a
guardar, a guardar, cada cosa a su lugar”.
Otra cuestión a tener en cuenta es qué se-
ría de nosotros si no procreásemos. ¿So-
mos realmente máquinas de…? No hace
falta decirlo. Allí tenemos entre manos
otro misterio. Hacer el amor no se pare-
ce en nada a crear –sí, crear– un pequeño
ser humano y ocuparse de él durante toda
la vida. De hecho, se sabe de mujeres que
sólo han tenido sexo para dar a luz y des-
pués bajaron la persiana.
Tal vez valga la pena recordar los cuentos
de los padres embobados que rememoran
cada dos por tres el momento crucial en
que sus adorables criaturas pronunciaron
la palabra “papá” o “mamá” con gesto
confuso, como si, en vez de decir lo que
dijeron, pretendían haber dicho “no me
gusta que grites ‘acuchuchú’ cada vez que
me alzás”. Desde aquí, entonces, un gran
aplauso para quienes osaron embarcarse
en semejante aventura.
Tener o no tenerPor Esteban Feune de Colombi
Justino
Olimpia
Juana
Rosa
Aquiles
Salvador
Felipe
Agradecemos profundamente a los padres de Justino
(Sol Larrosa y Juancho Cane), Olimpia (Sofía
Sanguinetti y Diego Romero), Juana (Celina Saubidet
y Urko Suaya), Rosa (Jessica Trosman y Pablo
Sandrigo), Aquiles (Eloisa Ballivián y Pato Batellini),
Salvador (Abril Pereyra Lucena y Juan Parodi) y
Felipe (Loli Monge Maciel y Robert Remonteo).
adivina adivinador
13
Solu
ción
del
eni
gma
ante
rior
: Sol
Acu
ña.
Estos pies ilustres le pertenecen a un
personaje importantísimo en la historia del
siglo XX. Estos pies católicos visitaron
Buenos Aires en los ochenta y se pasearon
por la ciudad en un carromato muy peculiar.
La imagen fue tomada por Aldo Sessa,
cuya exposición retrospectiva –Pasión
por la imagen. Celebrando 50 años en la
fotografía– se puede visitar en el Centro
Cultural Recoleta hasta el 4 de octubre.
Amén.
el manifiesto 1�
Autorretrato con su esposa, Isabel BrantPintada por Pedro Pablo Rubens (1577-1640) a principios del siglo XVII, la obra resume, en cierta forma, el ideal de la felicidad burguesa, plácida y confortable, tan típica de la sociedad de la época.
El Manifiesto de los Buenos y Malos Modales fue escrito de pésima gana por Salvador de la Palestra y su mujer, la Condesa Pinet de la Pa-lestra, una eufórica noche de 1952 en la tertulia que ambos animaban en su discreto castillo de Villa La Angostura. Hasta hace pocos meses, el valioso texto manuscrito permaneció oculto en un baúl.
De tanto en tanto, naden desnudos, sea en alta mar o en una piletita atestada de gente fea.
¡Qué refinado suena cuando pronuncian a la perfección o fatalmente palabras de otro idioma, como “tudo bom, tudo legal”, “bow window” o “chaise longue”!
Hablar de uno representa un tremendo acto de mal gusto. En sociedad, más fino es que platiquen de cine, turf u otorrinola-ringología.
En lugar de tener claro qué hacer, concén-trense en qué no hacer.
Entréguense con placer revulsivo al sexo y a la comida pues se trata de asuntos prác-ticamente idénticos.
Imiten a diestra y siniestra, siempre y cuan-do mejoren el original; si no, ni lo intenten.
Den la vuelta.
No digan “chin-chin” ni “falleció” y tampo-co dejen que el dedo meñique cobre auto-nomía con respecto al resto de la mano.
Ejercítense –en todo lo que sea necesa-rio– con personal idóneo del servicio do-méstico.
Cuando haga falta, griten, mastúrbense y duerman à la belle étoile (todo junto).
A la larga, verán que escuchar es mucho más distinguido que conversar.
Méenle la mesa ratona a las personas amarretas.
Viajen tanto en turista como en primera, al-ternadamente.
Sueñen con camaleones (y no se lo cuen-ten a nadie, salvo a nosotros).
Adopten a perros callejeros y bautícenlos con nombres de héroes mitológicos o de ciudades africanas.
Hagan circular el dinero más rápido que la bolilla de una ruleta endiablada; en caso de entrar en un casino, apuesten todo al cero.
Quédense quietos.
Recuerden que lo esencial se puede decir en dos palabras, como sucede a menudo en los avisos fúnebres de La Nación.
Eviten comprar libros nuevos.
Al mal tiempo, buena cara; a las papas fri-tas hirvientes, un cubito de hielo (en reali-dad, hagan lo que quieran).
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Juan Manuel Fangio –alias “Chueco”– na-
ció en Balcarce en 1911 y murió en Bue-
nos 84 años más tarde. Consiguió el título
mundial de Fórmula 1 en nada menos que
cinco oportunidades, incluyendo cuatro
campeonatos consecutivos (entre 1954 y
1957). Además, se trata del único piloto en
la historia de esa categoría que se coronó
campeón con cuatro escuderías distintas
(en su caso, Alfa Romeo, Maserati, Ferrari
y Mercedes-Benz). Fangio fue un caballe-
ro tanto dentro como fuera de los circuitos.
En su vida, fue más bien tímido y lacóni-
co (autor de frases como ésta: “Gané una
fortuna, pero, ¿para qué? La amistad es
la verdadera fortuna que un hombre pue-
de tener”); en el asfalto, sus colegas –por
ejemplo, el británico Stirling Moss– lo ad-
miraron no sólo por su habilidad al volante
y su temple invencible sino también por
su intachable deportividad, reflejada en la
pista y en los boxes. Por eso, es considera-
do por muchos especialistas como unos de
los mejores pilotos de todos los tiempos.
visionario
1�