07. la guerra colonial y la crisis del 98

Upload: manoly-silva

Post on 05-Oct-2015

218 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

guerra colonial 1898

TRANSCRIPT

7. GUERRA COLONIAL Y CRISIS DE 1898

1. ANTECEDENTES.

A partir de 1808, en plena Guerra de la Independencia, los criollos optaron por no aceptar la autoridad de Jos Bonaparte y crearon Juntas que, a imitacin de las espaolas, asumieron el poder en sus territorios. Las Cortes de Cdiz consideraron las colonias como territorio espaol y reconocieron los derechos de los criollos, pero fueron incapaces de intervenir frente al movimiento independentista, dado que apenas podan controlar el territorio peninsular.Fernando VII tampoco fue capaz de controlar el movimiento independentista y para 1824 todas las colonias haban accedido a su independencia excepto Cuba y Puerto Rico en Amrica y las islas Filipinas en el Pacfico.En 1868 se inici en Cuba, con el llamado grito de Yara la guerra de los Diez Aos dirigida por Manuel de Cspedes. La insurreccin dirigida por algunos propietarios criollos cont con el apoyo popular al prometer el fin de la esclavitud en la isla. En la insurreccin influy el ejemplo de Estados Unidos que tras la Guerra de Secesin haba abolido la esclavitud.Aunque el Gobierno de Madrid impuls este proyecto y se mostr partidario de conceder reformas polticas a la isla, la negativa de los sectores econmicos espaoles con intereses en Cuba frustr la posibilidad de una solucin pacfica al conflicto y convirti la guerra en un grave problema.Como resultado de la intervencin militar (dirigida por Martnez Campos) y de la negociacin con los insurrectos, en 1878, se firm la Paz de Zanjn. En ella se inclua una amplia amnista, la abolicin de la esclavitud y la promesa de reformas polticas y administrativas por las que Cuba tendra representantes en las Cortes espaolas.Tras la Paz de Zanjn de 1878, los naturales de Cuba esperaban de la administracin espaola una serie de reformas que les otorgasen los mismos derechos de representacin poltica en las Cortes que los espaoles de la Pennsula, la participacin en el gobierno de la isla, la libertad de comercio y la abolicin de la esclavitud, que an se practicaba con los negros que trabajaban en las fbricas de azcar. Ninguna de estas peticiones haba sido tomada en consideracin por la administracin colonial debido a la rotunda oposicin de los grandes propietarios, de los negreros y de los comerciantes peninsulares. El retraso o incumplimiento de estas formas provocara un nuevo conflicto, la Guerra Chiquita, en 1879. La sublevacin de los mambises (insurrectos cubanos) fue derrotada en 1880 por la falta de apoyos, la escasez de armamento y la superioridad del ejrcito espaol.Siguiendo el modelo bipartidista de la Pennsula, se crearon en Cuba dos grandes partidos: el Partido Autonomista, integrado en su mayora por cubanos, y la Unin Constitucional, un partido espaolista que contaba con una fuerte militancia de los peninsulares instalados en la isla. El partido Autonomista peda la autonoma para la isla, propugnaba un programa de reformas polticas y econmicas sin llegar a la independencia y haba conseguido una amplia representacin en el parlamento espaol. El Partido Liberal de Sagasta se mostr partidario de introducir mejoras en la isla, pero durante sus sucesivos mandatos slo lleg a concretar la abolicin formal de la esclavitud en 1888. En 1893 propuso a las Cortes la aprobacin de un proyecto de reforma del estatuto colonial de Cuba, pero no prosper debido a la fuerte presin de los intereses econmicos espaoles.La ineficacia de la administracin para introducir reformas en la colonia estimul los deseos de emancipacin y el independentismo fue ganando posiciones frente al autonomismo. Jos Mart (nacido en La Habana de padres espaoles) funda, en 1892, el Partido Revolucionario Cubano, cuyo objetivo era la consecucin de la independencia y de inmediato consigui apoyo exterior, especialmente de Estados Unidos. La base social del movimiento est compuesta por el campesinado, la burguesa criolla, que comercia mayoritariamente con Estados Unidos (94% del azcar), y las clases populares. El independentismo cont con el apoyo de caudillos revolucionarios como Mximo Gmez, Antonio Maceo y Calixto Garca que se haban negado a aceptar los acuerdos de Zanjn.En 1891, el Gobierno espaol haba elevado las tarifas arancelarias para los productos importados a la isla que no procediesen de la Pennsula (arancel Cnovas). El principal cliente econmico de Cuba era Estados Unidos, que adquira la casi totalidad de los dos grandes productos cubanos, el azcar y el tabaco, mientras que esa potencia slo poda exportar a Cuba productos con fuertes aranceles de entrada. En 1894, Estados Unidos adquira el 88% de las exportaciones cubanas, pero slo se beneficiaba del 32% de sus importaciones, que seguan procediendo mayoritariamente de Espaa. El presidente norteamericano Mackinley manifest su protesta ante tal situacin y amenaz con cerrar las puertas del mercado estadounidense al azcar y al tabaco cubanos si el Gobierno espaol no modificaba su poltica arancelaria en la isla. Al temor a la nueva insurreccin independentista, se sum el recelo a que sta pudiese contar con el apoyo de Estados Unidos.

2. LA GUERRA DE CUBA.

El 24 de febrero de 1895 el Grito de Baire dio inicio a un levantamiento generalizado. La rebelin comenz en el este de la isla, en Santiago de Cuba, pero se extendi rpidamente a la zona occidental donde estaba la capital, La Habana. El jefe del Gobierno espaol, Cnovas, envi un ejrcito al mando del general Martnez Campos, que entenda que la pacificacin de la isla requera una fuerte accin militar que deba acompaarse de un esfuerzo poltico de conciliacin con los sublevados.Con una tctica de guerrillas que les concede el dominio en el campo, los insurgentes avanzan hacia las ciudades industriales, mientras Martnez Campos intenta establecer un cordn sanitario en el centro de la isla para impedir los abastecimientos enviados desde Estados Unidos. Muy pronto, la guerra obliga al Estado espaol a realizar un gran esfuerzo de leva entre los ciudadanos procedentes de las clases trabajadoras, que no pueden eludir el servicio militar mediante un sustituto o merced al pago de 2000 pesetas a Hacienda.Martnez Campos no consigui controlar militarmente la rebelin, por lo que fue sustituido por el general Valeriano Weyler, que se propuso cambiar completamente los mtodos de lucha e iniciar una frrea represin. Para evitar que los insurrectos aumentasen sus adeptos en el mundo rural, organiz las concentraciones de campesinos, a los que se obligaba a cambiar de asentamiento recluyndolos en determinados pueblos sin posibilidad de contacto con los combatientes. Weyler trat muy duramente a los rebeldes, aplicando la pena mxima a muchos de ellos, y tambin a la poblacin civil, vctima del hambre y las epidemias.En el plano militar, la guerra no era favorable a los soldados espaoles, ya que se desarrollaba en plena selva, la manigua, y contra unas fuerzas muy extendidas en el territorio que se concentraban y dispersaban rpidamente. Ni los soldados espaoles estaban entrenados para hacer frente a una guerra de este tipo ni el ejrcito contaba con los medios adecuados. El mal aprovisionamiento, la falta de pertrechos y las enfermedades tropicales causaron gran mortandad entre las tropas, haciendo de la victorial final un objetivo cada vez ms difcil de alcanzar.Tras el asesinato de Cnovas en 1897, vuelve a presidir el Gobierno el liberal Sagasta, partidario de un entendimiento con Estados Unidos, y Weyler es sustituido por el general Blanco, que inici una estrategia de conciliacin con la esperanza de empujar a los separatistas a pactar una frmula que mantuviera la soberana espaola en la isla y evitase el conflicto con Estados Unidos. Para ello decret la autonoma de Cuba, el sufragio universal masculino, la igualdad de derechos entre insulares y peninsulares, y la autonoma arancelaria. Pero las reformas llegaron demasiado tarde: los independentistas, que contaban con el apoyo estadounidense, se negaron a aceptar el fin de las hostilidades, que fue unilateralmente declarado por el gobierno espaol.Paralelamente al conflicto cubano, en 1896 se produjo una rebelin en las islas Filipinas. La colonia del Pacfico haba recibido una escasa inmigracin espaola y contaba con una dbil presencia militar, que se vea reforzada por un importante contingente de misioneros de las principales rdenes religiosas. Los intereses econmicos espaoles eran mucho menores que en Cuba, pero se mantenan por su produccin de tabaco y por ser una puerta de intercambios comerciales con el continente asitico. Pocos aos antes, haban sido creadas dos organizaciones revolucionarias independentistas en el archipilago filipino: el Katipunan, dirigido por Andrs Bonifacio, que fue hecho prisionero por los espaoles y ejecutado en 1896, y la Liga Filipina, que fue encabezada por Jos Rizal hasta su detencin y fusilamiento en 1896. Las tropas espaolas, al mando del general Polavieja, lograron reprimir por completo la rebelin en este archipilago asitico a principios de 1897. El nuevo gobierno liberal nombr capitn general a Fernando Primo de Rivera, que promovi una negociacin indirecta con los principales jefes de la insurreccin, dando como resultado una pacificacin momentnea del archipilago.En 1897 se produjo tambin una rebelin independentista en Puerto Rico. En esta isla haba importantes cafetales y plantaciones azucareras cuyos propietarios exportaban su produccin a Espaa (un tercio del total), a Cuba y a los mercados europeos. El principal partido puertorriqueo era el Partido Incondicional Espaol, que fue dirigido desde 1875 por el empresario y cacique vasco Pablo Ubarr. En cualquier caso, la actividad del movimiento insurreccional en Puerto Rico fue mnima.

3. PARTICIPACIN DE ESTADOS UNIDOS EN EL CONFLICTO.

Estados Unidos haba fijado su rea de expansin inicial en la regin del Caribe y, en menor medida, en el Pacfico, donde su influencia ya se haba dejado sentir en Hawai y Japn. El inters de Estados Unidos por Cuba haba llevado a realizar diferentes proposiciones de compra de la isla, que Espaa siempre haba rechazado. El compromiso americano con la causa cubana se evidenci a partir de 1895, cuando Mackinley mostr abiertamente su apoyo a los insurrectos, a los que enviaba armas por va martima.En 1897, Mackinley se dirige a Espaa con una oferta de compra de la isla por 300 millones de dlares y lanza un ultimtum si no le es vendida de inmediato. La posicin estadounidense es apoyada por una prensa belicista, que tienen como mximos representantes a Hearst y Pulitzer, quien desde las pginas del New York American, desempea un papel extraordinariamente hostil contra la dominacin espaola.La ocasin para intervenir en la guerra la dio la voladura y el hundimiento del acorazado norteamericano Maine, en febrero de 1898, en el puerto de La Habana (mueren 250 tripulantes). Aunque las causas de la explosin del barco eran desconocidas, el Gobierno de Estados Unidos acus sin pruebas a los espaoles y envi un ultimtum al Gobierno presidido por Sagasta, amenazando con una declaracin de guerra si nuestro Ejrcito no abandonaba inmediatamente la isla, el 25 de abril de 1898.El Gobierno espaol neg cualquier vinculacin con el Maine y rechaz el ultimtum estadounidense amenazando con declarar la guerra en caso de invasin de la isla. Los dirigentes polticos espaoles eran conscientes de la inferioridad militar espaola, pero consideraron humillante la aceptacin, sin lucha, del ultimtum. La guerra hispano-estadounidense, que se extiende a Filipinas, llega a su fin de forma fulminante a causa del desequilibrio de las fuerzas enfrentadas. Las batallas de Cavite (frente a Manila), en Filipinas, donde se impone el almirante Dewey, y la de Santiago de Cuba, donde la flota espaola al mando del almirante Cervera es destrozada por la escuadra estadounidense, deciden la capitulacin de las fuerzas espaolas. El 17 de julio de 1898 se rinde Santiago; Puerto Rico lo hace a finales de mes y Manila el 14 de agosto de 1898.

4. LA FIRMA DEL TRATADO DE PARS.

La guerra termina con la firma del Tratado de Pars el 10 de diciembre de 1898. Espaa reconoce la independencia de Cuba, cede a Estados Unidos las islas de Puerto Rico, Filipinas y Guam a cambio de 20 millones de dlares, y vende al Imperio alemn las islas Carolinas, las Marianas (excepto Guam) y las Palaos en junio 1899 por 15 millones de dlares. Por el tratado hispano-norteamericano de noviembre de 1900, las islas Sibut y Cagayn de Jol pasaron a la soberana de Estados Unidos mediante el pago de 100.000 dlares al gobierno espaol.Los efectos de la derrota, adems de la prdida de los restos del imperio colonial espaol, son muy grandes. Las bajas se calculan en 120.000 personas; a ello se suman los gastos de guerra, que se elevan a ms de 2.000 millones de pesetas, la privacin del mercado colonial, el parn de la industria catalana, la subida de los precios en ms de un 28% y el repudio de los jefes polticos por parte del ejrcito.Para la poltica internacional, la resolucin de esta guerra es decisiva. Estados Unidos aparece como una gran potencia militar que ocupa Puerto Rico, se reserva la posibilidad de intervenir en Cuba mediante la introduccin de la enmienda Platt (1901) en la Constitucin cubana y se instala en la base naval de Guantnamo (1903), lo que le proporciona el control total del Caribe. La ocupacin de Filipinas pone en contacto a Estados Unidos con el mercado asitico.

5. LA CRISIS DE 1898.

5.1. Una crisis poltica y moral.

A pesar de la envergadura de la crisis de 1898 y de su significado simblico, sus repercusiones inmediatas fueron menores de lo esperado. Aunque la guerra comport notables prdidas materiales en la colonia, no fue as en la metrpoli, donde la crisis econmica fue mucho menor. La necesidad de hacer frente a las deudas contradas por la guerra cubana promovi una reforma de la Hacienda, llevada a cabo por el ministro Fernndez Villaverde con la finalidad de incrementar la recaudacin a partir de un aumento de la presin fiscal (intent frenar el exceso de circulacin fiduciaria).Tampoco se produjo la gran crisis poltica que se haba vaticinado y el sistema de la Restauracin sobrevivi, asegurando la continuidad del turno dinstico. En 1899, y como consecuencia del desgaste poltico originado por la derrota en la guerra colonial, Sagasta es sustituido por el conservador Silvela, que se present con un programa regeneracionista, que hace especial hincapi en las cuestiones sociales y educativas. En marzo de 1901, tras una crisis en el Partido Conservador, Sagasta es llamado de nuevo para presidir el Ejecutivo. Se mantiene el desarrollo de la tarea educativa realizando una reforma de la primera enseanza destinada a liberar a los maestros de la dependencia econmica de los Ayuntamientos, y como consecuencia, de los caciques locales.La crisis poltica estimul tambin el crecimiento de los movimientos nacionalistas, sobre todo en el Pas Vasco y Catalua, donde se denunci la incapacidad de los partidos dinsticos para desarrollar una poltica renovadora y descentralizadora.De este modo, la crisis del 98 fue fundamentalmente una crisis moral e ideolgica, que caus un importante impacto psicolgico entre la poblacin. La derrota sumi a la sociedad y a la clase poltica espaola en un estado de desencanto y frustracin porque signific la destruccin del mito del Imperio espaol (en un momento en que las potencias europeas estaban construyendo vastos imperios coloniales en Asia y frica) y la relegacin de Espaa a un papel de potencia secundaria en el contexto internacional. Adems, la prensa extranjera present a Espaa como una nacin moribunda, con un ejrcito totalmente ineficaz, un sistema poltico corrupto y unos polticos incompetentes. Esa visin cuaj en buena parte de la opinin pblica espaola.

5.2. El crecimiento de un antimilitarismo popular.

El reclutamiento para la guerra de cuba afect a los que no tenan recursos, pues la incorporacin a filas poda evitarse pagando una cantidad. Esto, unido a la repatriacin de los soldados heridos y mutilados, increment el rechazo de las clases populares hacia el Ejrcito. El movimiento obrero hizo campaa contra este reclutamiento injusto, lo que provoc la animadversin de los militares hacia el pueblo y las organizaciones obreras.

5.3. El regeneracionismo.El fracaso de la revolucin de 1868 haba dejado una huella importante en los intelectuales progresistas, que consideraban que se haba perdido una gran ocasin para modernizar el pas. ste era el sentimiento de un grupo de intelectuales reunidos en la Institucin Libre de Enseanza, creada en 1876, cuando muchos catedrticos abandonaron la universidad al no permitrseles la libertad de ctedra. La institucin, que tena en sus filas a intelectuales como Francisco Giner de los Ros y estaba profundamente influida por el Krausismo, fue una gran impulsora de la reforma de la educacin en Espaa.Algunos intelectuales formados en la Institucin Libre de Enseanza consideraban que la sociedad y la poltica espaolas, en exceso influidas por la doctrina catlica, no favorecan ni la modernizacin de la cultura ni el desarrollo de la ciencia. Esta corriente que, hablaba con insistencia de la regeneracin de Espaa, acab conocindose como Regeneracionismo. Su mayor representante fue Joaqun Costa, que era escritor y creador de instituciones sociales y econmicas y fund el partido poltico la Unin Nacional, de carcter popular y muy crtico con la Restauracin.La crisis de 1898 agudiz la crtica regeneracionista, que denunciaba los defectos de la psicologa colectiva espaola, sostena que exista una especie de degeneracin de lo espaol y que era precisa la regeneracin del pas, cerrando las glorias pasadas (cerrar con siete llaves el sepulcro del Cid). Los regeneracionistas defendan: la necesidad de mejorar la situacin del campo espaol mediante la realizacin de obras hidrulicas, la profundizacin en las polticas sociales, la ampliacin de la autonoma municipal y la extensin de la cultura en una Espaa analfabeta y atrasada, ansiosa de escuela y despensa. El pensamiento de Costa tiene gran influencia, aunque con diversas interpretaciones, en polticos del periodo posterior, como Canalejas, Silvela y Maura. Asimismo, sus ideas regeneracionistas aparecen en los escritos de la Generacin del 98.

6. CONSECUENCIAS.

El desastre de 1898 signific el fin del sistema de la Restauracin, como lo haba diseado Cnovas, y la aparicin de una nueva generacin de polticos, intelectuales, cientficos, activistas sociales y empresarios, que empezaron a actuar en el nuevo reinado de Alfonso XIII. Sin embargo, la poltica reformista de tono regeneracionista que intentaron aplicar los nuevos gobiernos tras la crisis del 98 no llev a cabo las profundas reformas anunciadas, sino que se limit a dejar que el sistema siguiese funcionando con cambios mnimos.La derrota militar tuvo tambin consecuencias en el ejrcito, acusado por una parte de la opinin pblica de tener gran responsabilidad en el desastre. Frente a un antimilitarismo creciente en determinados sectores sociales, una parte de los militares se inclin hacia posturas ms autoritarias e intransigentes, atribuyendo la derrota a la ineficacia y la corrupcin de los polticos. En el seno del ejrcito fue tomando cuerpo un sentimiento corporativo y el convencimiento de que los militares deban tener una mayor presencia y protagonismo en la vida poltica del pas. Esta injerencia militar fue aumentando en las primeras dcadas del siglo XX y culmin en el golpe de Estado de Primo de Rivera en 1923, que inaugur una dictadura de siete aos. 7