04 psicologia social perspectivas y aportaciones hacia un mundo posible

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Comit editorialMartha Crdova OsnayaJos Carlos Rosales PrezEdicinAraceli Hernndez CastaedaCorreccin Francisco Fernndez Patricia Hernndez CastaedaElena Buenda MuozIlustracin de portada: Enrique B. Corts VzquezDiseo de portada: Genaro Corts GarcaDiseo editorialGenaro Corts Garca y Jess Vias Jurez Derechos reservados conforme a la leyPrimera edicin: 2007Asociacin Mexicana de Alternativas en Psicologa, ACInstituto de Higiene nm. 56col. Popotla, CP 11400Mxico, D.F.delegacin Miguel HidalgoTels. 53-41-80-12, 53-41-50-39correo electrnico: [email protected] y hecho en Mxico - Printed and Made in MxicoISBN 968-7612-13-4978-968-7612-13-3Este volumen es resultado de la realizacin del viii Congreso Al encuentro de la psicologa mexicana y del iv Congreso Latinoamericano de Alternativas en psicologa, celebrados en la ciudad de Morelia, Mich., Mxico, en marzo de 2007.Asociacin Mexicana de Alternativas en Psicologa, AC (amapsi) 1991-2007, 16 aos ha-cia la construccin de un mundo posible.Presentacin. .........................................................................................................IXPrlogo. ................................................................................................................XIIIParte psicologa social: investigacin, teora, formacin y perspectivaA infuncia da teoria histrico-cultural de psicologia avanos e retrocessos .................................. 3Maria Eleusa Montenegro y Juliana Cardoso ChavesCertifcacin y control de la prctica profesional: una delimitacin conceptual y operativa ..........12Adolfo Lpez SurezTcnicas de intervencin y procesos de investigacin en psicologa comunitaria........................22lvaro Daz Gmez La psicologa ambiental en el diseo bioclimtico .................................................... 31Lorena Guadalupe Cubillas TalamanteLa psicologa organizacional y los retos del nuevo milenio .......................................... 39Luis Morocho VsquezQue legado recebeu e que desafos enfrenta a psicologia social comunitria? refexoes sobre a intervencao e a vida cotidiana.............................................47Maria de Fatima Quintal de FreitasParte identidad, valores, significados y representacin socialIdentidad nacional y carcter cvico poltico en el Mxico de la transicin poltica ........................67Hctor M. CappellondiceVI psicologa social: perspectivas y aportaciones hacia un mundo posibleEstudos portugueses com o inventrio dos valores de vida ...........................................................81Leonor AlmeidaDireccionamiento masivo .................................................................................................................93Norberto Rafael Gmez MuozO conceito de internalizaco em Vygotsky: aproximaes tericas desde a semitica peirceana ......................................................................................................................99Tnia Maria de Freitas Rossi y Sandra Francesca Conte de AlmeidaAnlisis de los argumentos de los adolescentes sobre sus preferencias musicales como elementos identitarios ........................................................................................ 109Iris Xchitl Galicia Moyeda, Alejandra Snchez Velasco y Susana Pavn FigueroaLa infuencia del maltrato infantil en la construccin de la imagen corporal ................................ 120Lila Madrigal Guridi, Jael Castaeda Rojo, Jonathan Gutirrez Moreno y Patricia Jimnez CardonaAnlisis de la formacin de conceptos en una poblacin urbana particular ............................... 129Ivonne Estela Martnez Hernndez y Dulce Mara C. Flores OlveraConstruccin de signifcados en torno al bilingismo purhpecha-espaol: el caso de Turcuaro ...................................................................................................................... 137Mara de Lourdes Vargas Garduo, Ana Mara Mndez Puga y Elsa Edith Zalapa LaRepresentaciones sociales, de Amrica Latina a la Unin Europea ............................................ 146Mara del Socorro Contreras RamrezLa madurez, el cuerpo y su erotismo: una lectura desde las representaciones sociales ............ 149Rosa Mara Ortiz Robles y Juan Carlos Garca RamosParte psicologa jurdica y conducta delictivaEl quehacer de la psicologasocial de la liberacin en el mbito de los derechos humanos .... 157Jos Joel Vzquez Ortega VII psicologa social: perspectivas y aportaciones hacia un mundo posibleLa psicologa jurdico-forense en Mxico y los juicios orales en materia penal ........................... 168Eric Garca, Marco Eduardo Murueta, Jess Vaca y Aina Prez-MrquezPsicologa social jurdica, derechos humanos radicales de los prisioneros y seguridad pblica ...................................................................................................................... 179Manuel Galvn CastaedaRasgos de personalidad para posibles perfles de secuestradores ............................................ 190rika Chavira JimnezPeritaje psicolgico: un caso de violencia fsica, psicolgica y sexual ........................................ 201Georgina Prez PreciadoAdolescentes infractores en el Estado de Mxico. Un anlisis desde la terapiafamiliar sistmica ................................................................................................................................211Roco Soria Trujano y Alejandra Garca HernndezParte psicoterapia, trabajo psicosocial y adiccionesPsicoterapia y trabajo psicosocial. Una experiencia grupal con adolescentes ........................... 225Ana Mara del Rosario AsebeyMoralesPseudopsicoterapia y charlatanera. Implicaciones y riesgos para la salud ................................ 235Cecilia Quero Vsquez Espacios signifcativos .................................................................................................................. 239Miguel ngel Lpez R. y Eduardo de la Fuente RochaConsumo de alcohol en estudiantes universitarios ....................................................................... 245Alejandra Moysn Chimal, Ral Percastre Miranda y Juana Mara Esteban ValdsPersonalidad prealcohlica en estudiantes de licenciatura y preparatoriade la Universidad Vasco de Quiroga ............................................................................................ 251scar Oliver GmezVIII psicologa social: perspectivas y aportaciones hacia un mundo posibleParte exclusin: nios de la calle, nios de orfanato y refugiadosMemoria e identidad social: los jvenes en situacin de calle ..................................................... 263Elvia Taracena RuizRealidad y mundo posible en contextos de exclusin: uso del tiempo libre y aspiraciones de nios de Hermosillo, Sonora .............................................................................. 269Manuela Guilln Lgigo y Blanca ValenzuelaFantasas de abandono y rescate en nios de orfanato ............................................................... 281Laura Cecilia Servn LeyvaDifcultades emancipatorias de los refugiados en Europa ........................................................... 289Juan Cristbal Aldana AlfaroPartepsicologa comunitaria, cultura, emocin y conocimientoDe la sociedad del conocimiento a la sociedad del afecto en la perspectiva de la teora de la praxis ................................................................................................................. 301Marco Eduardo Murueta Reyes Indicadores sociocognitivos de indefensin aprendida en padres de familia de una comunidad rural ................................................................................................................ 314Vctor Gerardo Crdenas Gonzlez y E. Berenice Corts Velzquez(Re)pensar a sobredotao. A necessria excelncia no funcionamento? ................................. 320Sara Iberico NogueiraReediciones parentales ................................................................................................................. 331Eduardo de La Fuente RochaIX psicologa social: perspectivas y aportaciones hacia un mundo posiblePresentacin n un mundo inmerso en la problemtica social producto de las acciones que el mismo hombre ha permitido y favorecido a travs de la desigual-dad,lainjusticia,ladiscriminacin,lainequidadenladistribucinde la riqueza, el casi ausente inters por la conservacin del ambiente y el agotamientodelasinstituciones,lapsicologasocialsesitacomoun referente para encontrar respuestas que coadyuven a la comprensin de lacomplejidaddelcomportamientohumanoparapropiciarconellola refexin y la accin hacia un mundo con mejores condiciones de con-vivencia. La tarea de reunir lo psicolgico y lo social no ha sido sencilla para esta disciplina, al punto de que en la actualidad se reconoce que coexisten dospsicologassociales:unasociolgicayotrapsicolgica.Laprimera bajo el antecedente de Durkheim (1855-1917), Weber (1864-1920), Simmel (1856-1916), Thomas (1863-1947) y Moscovisi, entre otros, conlleva a su vez dos orientaciones de trabajo: una de corte cualitativo, con nfasis en lasubjetividadylainterpretacindelossignifcadosenmarcadaporel interaccionismo simblico, adems de la social crtica orientada hacia las representaciones sociales; y la otra, de corte cuantitativo, con nfasis en la objetividad y la comprobacin emprica, encuadrada por la perspectiva de la estructura social y la personalidad. La segunda, con el antecedente de Freud (1856-1939), Skinner (1904-1990), Lewin (1890-1947) y Rivire (1905-1979), entre otros, incorpora un conjuntodeposturasquepresentancomopuntocomnlaelaboracin tericadelosdistintosproblemasbajoestudio,talcomolascreencias, las actitudes, la comunicacin, entre otros, con una orientacin hacia los estudios cuantitativos y la verifcacin emprica, y otra hacia los estudios cualitativos con nfasis en la comprensin. EX psicologa social: perspectivas y aportaciones hacia un mundo posibleComoseadvierte,lapsicologasocial,msqueporunobjeto,se identifcaconunenfoquemultifacticoacercadelobjeto,dondecon-fuyen simultneamente lo social y lo psicolgico para estudiar cmo la gente, y las fuerzas sociales a las cuales est expuesta, se afectan una a otra en el contexto social, o como lo plantea Moscovisi, cmo se da el conficto entre el individuo y la sociedad. La psicologa social no se circunscribe a un mtodo o a una perspec-tiva, y se pueden encontrar en ella micro o macro estudios, mtodos de observacin sistemtica natural o mtodos de observacin experimental, anlisis cualitativos o estudios cuantitativos, trabajos con una perspectiva sociolgica o con una perspectiva psicolgica, todo lo cual expresa preci-samente la dialctica entre el mundo material y el mundo subjetivo consti-tutiva de la encomienda cientfca que ha asumido la psicologa social.As, la diversidad de esta disciplina se constituye en un reto, tanto en lo interno como en lo externo, para integrar propuestas y acciones que infuyan signifcativamente el devenir humano, reto que podr ser superado si, entre otras cosas, se consolidan los espacios propicios para el intercambio y el reconocimiento de los avances que cada investigador logre desde la posicin en la cual se ubique. En este sentido, el presente volumen incorpora los trabajos presen-tados en el viii Congreso Al encuentro de la psicologa mexicana y iv Con-greso latinoamericano de Alternativas en psicologa, donde se responde a distintas vertientes tericas, distintas problemticas y aproximaciones de estudio, en un mosaico cuya pretensin es ofrecer una muestra de la generacin del conocimiento cientfco en el campo de la psicologa social latinoamericana. Para la presentacin de los trabajos se opt por agruparlos en cinco categoras, que tienen como funcin abrir un espacio para la expresin de la diversidad, por lo que de ninguna manera se circunscriben a lneas especfcas de ningn tipo. As, el presente volumen se integra por 35 trabajos, integrados en los siguientes rubros: 1. Psicologa social: inves-tigacin, teora, formacin y perspectiva; 2. Identidad, valores, signifca-dos y representacin social; 3. Psicologa jurdica y conducta delictiva; 4. Psicoterapia, trabajo psicosocial y adicciones; 5. Exclusin: nios de la calle, nios de orfanato y refugiados, y 6. Psicologa comunitaria, cultura, emocin y conocimiento.XI psicologa social: perspectivas y aportaciones hacia un mundo posibleEstimado(a) lector(a), lo invitamos a que comparta la experiencia de adentrarse en la riqueza de lo que ofrece la psicologa social de nuestro tiempoenelmundolatino,esperandoqueconellotambinseabra laposibilidaddeque,dondequieraqueseasucampodeaccin,el presente volumen coadyuve a que usted tenga mayores elementos para la refexin y la accin en el mbito donde confuyen lo social y lo psi-colgico.Martha Crdova OsnayaJos Carlos Rosales PrezXII psicologa social: perspectivas y aportaciones hacia un mundo posibleXIII psicologa social: perspectivas y aportaciones hacia un mundo posiblePrlogo nelpasadorecienteyanhoyendalapsicologasocialsehavis-toinmersaenunacontroversiadenaturalezaflosfca,metodolgicay pragmtica sobre la direccin que debe seguir. En el fondo de esa disputa estn presentes los polos en los que tradicionalmente se han desarrollado las ciencias sociales; en uno de ellos se sitan los que lanzan elogios a la dimensin cualitativa; y en el otro, los que hacen apologa a la dimensin cuantitativa de los fenmenos psicolgicos. El escenario de disputaActualmentehahechosuaparicinunaposturaqueintentareconciliar ambas posiciones extremas y evitar la confrontacin para que el estudio de la dimensin cualitativa no se vea como opcin mutuamente excluyen-te del estudio de la dimensin cuantitativa, y viceversa, ni tampoco como caminos que conducen a metas diferentes, sino como dimensiones que, aunquedicotmicas,noporesosonirreconciliablesparaproducirun conocimiento de la realidad social.En esta posicin armonizadora entre el estudio de la dimensin cualitativa y la dimensin cuantitativa, ambas se consideran proposiciones verdaderas que, en su unin multiplicativa (rompiendo con la idea lineal aditiva),producencomoresultadounconocimientoqueseenfocams hacia una naturaleza conjuntiva de las dos dimensiones de la realidad del universo social, que a una disyuntiva. A partir de esta visin se intentan eliminar, por un lado, las divisiones tan marcadas que se han dado en la comunidad cientfca y por otro, unir todos los esfuerzos de los psiclogos sociales en una sola direccin con la fnalidad de conocer el universo en el que se desenvuelven los actores sociales.EXIV psicologa social: perspectivas y aportaciones hacia un mundo posibleAunadoaestellamadoalaunidadycomoresultadodequeambas posiciones se autocalifquen de ser las poseedoras del mtodo idneo para elestudiodelosfenmenossociales,tambinsehanexpresadofuertes dudas en cierto sector de los psiclogos principalmente en aquellos que demandan una apertura en las ciencias sociales hacia otros campos del co-nocimiento humano, acerca del grado en que cada uno de estos enfoques permite alcanzar datos objetivos. Por un lado se afrma que cualquier inten-to de estudiar los acontecimientos del universo fnca sus races en un mbi-to social determinado que interfere en las percepciones e interpretaciones que se hagan de la realidad social. Por tal razn, se dice, no puede existir unestudioneutral;porotrolado,sesealatambinquenoesposible obtener de la realidad social una representacin cuasifotogrfca, debido a que los datos son seleccionados con base en las visiones del mundo o los modelos tericos de la poca, y no slo eso, sino que adems son fltrados a travs de las posiciones del grupo particular de psiclogos que obtenga la informacin del acontecimiento social. En este sentido, se acepta en estos crculos que las bases de seleccin se constituyen histricamente, y que en forma invariable cambiarn en consonancia con las transformaciones que ocurran tanto en el mundo exterior como en el mundo interior de sujeto, puesto que es evidente que la frontera que separa al sujeto egocntrico y al sujeto epistmico es muy difusa cuando el yo del observador es parte integrante de los fenmenos que deberan ser observados desde fuera, y no slo eso, sino que es comn que cuando el sujeto egocntrico se siente mscomprometidoconsuvisin,msseinclinaacreerquelaconoce intuitivamente y menos necesidad siente de refexionar sobre su actividad epistmica.Pero independientemente de todas estas discusiones y de la aparente irreconciabilidad entre la dimensin cualitativa y la cuantitativa en el estu-dio de los fenmenos psicolgicos, es realmente asombroso e impresionan-te que aun en las ciencias sociales, donde es ms evidente que el que mide modifca lo medido, se contine discutiendo esta cuestin, cuando en las ciencias naturales no obstante que en un tiempo fue menos evidente esta situacin, se acepta este hecho desde hace ya varias dcadas.1 En ellas ya no se acepta que exista un lenguaje observacional tericamente neutro, y Wallerstein, I., Abrir las ciencias sociales. Informe de la Comisin Gulbenkian para la restructuracin de las ciencias sociales, Siglo XXI, Mxico, 1996.1XV psicologa social: perspectivas y aportaciones hacia un mundo posibleen su lugar, como tan acertadamente lo menciona Velasco, se defende la tesis popperiana de que todo trmino est preado de teora, es decir, dependiente de un cuerpo terico. Las implicaciones de esta negacin se refejan, por un lado, en que laaceptacindeuntrminocomoobservacionalnodependeslode su signifcado, sino ante todo de los acuerdos o convenciones entre los miembros de la comunidad cientfca pertinente, debido a que no es el sentido y la referencia de un trmino lo que lo hace no problemtico y sujeto a consenso, sino por el contrario, es el acuerdo o convencin entre los cientfcos lo que determina que el signifcado de un trmino sea considerado observacional; y por otro, en que el problema de acep-tacin o rechazo de una teora no pueden plantearse slo en trminos de una confrontacin entre teora y evidencias, sino que tiene que ver con un problema de competencia entre diferentes teoras, puesto que aun la base emprica es tericamente dependiente.2 Conbaseenesto,lomsconvenienteenestemomentoparala psicologaesaceptarquelosfenmenosdesucompetenciaaparecen endosdimensionesquenoseexcluyenunaalaotra,ystassonla cualitativaylacuantitativa,ademsdereconocerqueelproblemade laobjetividadysubjetividaddelosdatosobtenidosporloscientfcos sociales conduce a discusiones que no tienen salida, por lo que la mejor opcin es dejar de lamentarse o de atacar agresivamente el hecho de que el conocimiento psicolgico se vea fuertemente infuido por el yo ego-cntrico (dado que el hombre es a su vez objeto y sujeto), y encaminar todos los esfuerzos a dar respuesta a las preguntas de: a) por qu es as? y b) cmo es que ocurre?Precisamente, es necesario en la actualidad hacer a un lado la dis-putaescolsticaentrecuantitativosycualitativos,ynosloeso,sino tambin es ineludible dejar en el bal de los recuerdos la nocin de que la psicologa social se debe sentir satisfecha con la sola explicacin del surgimiento, prevalencia y mantenimiento de un determinado problema social,ypermitirquepenetrenvientosdecambioquepreparenuna atmsferaqueserijaporlacreenciadequeparatrascenderelplano puramente especulativo es imprescindible superar la idea mtica de que Velasco, G. A., Filosofa de la ciencia, hermenutica y ciencias sociales, Cien-cia y Desarrollo, noviembre/diciembre, nm. 125.2XVI psicologa social: perspectivas y aportaciones hacia un mundo posibleconelsimplehechodeconocerlascausasdeunproblema,stese solucionar. Es muy probable que esta creencia sea producto de la in-fuencia que en determinado momento tuvo cierta corriente psicolgica en la comunidad cientfca, la cual estableca que con el simple hecho de hacernos conscientes de los orgenes de nuestros confictos lase explicarlos a partir de sus causas, stos se resolveran y lograramos ajustarnos adecuadamente a nuestro entorno social.No puede mantenerse por ms tiempo la conducta de seguir metien-do la cabeza dentro del hoyo como el avestruz e ignorar que en la psico-loga social se necesita que fuyan vientos de cambio, ms aun tomando en consideracin que a partir de la cada del socialismo real se ha dejado sentir una crisis de paradigmas. Esta crisis no slo ha impactado el m-bito de la comprensin y solucin de los problemas psicolgicos, sino tambin la construccin del conocimiento terico.Como se desprende de las anteriores ideas, el estado de convulsin en la psicologa social no solamente se ha sentido en el mbito de los nuevos fenmenos psicolgicos que han surgido y a los cuales se debe dar respuesta, sino tambin en el concepto mismo de explicacin causal deductiva vigente hasta nuestros das. En esta ltima situacin tambin se pueden identifcar dos posturas claramente diferenciadas: por un lado estn los autores que niegan la posibilidad de obtener en la psicologa social algn conocimiento causal; por otro lado estn los que afrman que el concepto de causalidad utilizado en esta disciplina es de una for-ma radicalmente distinto del empleado por las ciencias naturales.Es obvio que la psicologa social proporciona cierto tipo de cono-cimiento causal, por lo que proponer dos planteamiento de causalidad unoparalosfenmenosnaturalesyotroparalossociales,esa todaslucesimplausible,noporelhechodequesedebanmultiplicar signifcadosdeltrminocausapormotivossemnticosgenerales,sino por el hecho de que en un sin fn de situaciones se indagan las causas de un fenmeno aun sin conocer si son naturales o sociales, siendo en este caso muy comn invocar las naturales hasta el punto de excluir las sociales y a la inversa3.MacIntyre,A.,Causalidadehistoria,enJ.ManninenyR.Toumela(comp.), Ensayos sobre explicacin y comprensin. Contribuciones a la flosofa de las ciencias humanas y sociales, Alianza Editorial, Madrid, 1980.3XVII psicologa social: perspectivas y aportaciones hacia un mundo posibleRecientementevinculadoconestetema,laComisinGulbenkian, integrada por cientfcos sumamente distinguidos seis de las ciencias sociales, dos de las ciencias naturales y dos de las humanidades, en una serie de sesiones de refexin lleg a la conclusin de que aunque lasexplicacionesquesepuedendardelaestructuracinhistricadel universo natural y de la experiencia humana no son de ninguna manera idnticas, tampoco son contradictorias, y ambas estn relacionadas con la evolucin; por lo que aconseja que es menester que los cientfcos, inde-pendientemente de cul sea su afliacin, reconozcan que los principales problemasqueenfrentaunasociedadcomplejanopuedenresolverse descomponindolos en pequeas partes que parecen fciles de manejar analticamente, sino ms bien abordndolos, tanto esos problemas como alossereshumanosylanaturaleza,entodasucomplejidadyensus interacciones4.Lasistematizacininductivaesotradelasreasquehapuestoun frenoaloslmitesyalosposiblesalcancesdelanocinflosfcade explicacin causal deductiva en la psicologa social. Este freno ha sido de tal magnitud, que en ocasiones ya no es aceptada ni en su forma cl-sica ni en su forma moderna, con lo que la elaboracin del saber como conocimiento de las causas ha entrado en crisis y ha sido prcticamente abandonadaporlapsicologasocial.Sinembargo,apesardelaspro-clamas de la desaparicin de la ciencia de la explicacin causal deduc-tiva, existen voces que se alzan sealando las fallas de las explicaciones probabilsticas, as como el riesgo que corre la ciencia en general al dar cabida a estas interpretaciones pesimistas, donde el desarrollo de la ex-plicacin causal en lugar de progresar tiende a desaparecer y, en el mejor de los casos, a regresar a su estado original, como se desprende de las siguientes ideas, donde se afrma que los puntos de partida permitidos en una explicacin fsica no parecen intrnsecamente ms avanzados en una poca ms o menos reciente. Incluso hay un sentido en el que las revoluciones paradigmticas pudieran ser regresivas5. Las voces intentan silenciaralospesimistasrecurriendoasealarelpeligroquesecorre de hacer eco a sus argumentos, puesto que de prestar odos, a decir de Russell, podra esperarse el decaimiento de la fe cientfca que conduzca, Kuhn,T.S.,Lasnocionesdecausalidadeneldesarrollodelafsica,enM. Bunge; F. Halbwachs; T. Kuhn; L. Rosenfeld y J. Piaget (eds.), Las teoras de la causalidad, Ediciones Sgueme, Salamanca, Espaa.Wallerstein, I., Abrir las ciencia sociales, op. cit, pp. 86-87.45XVIII psicologa social: perspectivas y aportaciones hacia un mundo posibleRussell, B., La perspectiva cientfca, editorial Planeta, Mxico.Ibd., p. 77.Ibd., p. 82.Ibd., pp. 82-83.6789comoaveFnix,alaactualizacindelascenizasdelassupersticiones precientfcas.6 En apoyo de estas ideas, contina Russell, tanto la segunda ley de la termodinmica como el principio de indeterminacin que tanto inquieta a algunos, estn basados en un supuesto consagrado por el tiem-po, a todas luces errneo, de que todo lo que no puede ser demostrado como falso debe ser supuesto verdadero.7Parecera, ahonda Russell, que el hombre de ciencia actual conoce que es respetado y siente que no merece tanto respeto, ya que, segn l, est consciente de que el mundo es ms confuso de lo que haba pensado, por lo que sabe mucho menos de l de lo que sus predecesores de los siglos xviiiyxixcreansaber,adoptandoporconsiguienteunaposicinms humildediciendo:mispredecesoresenefectopuedenhaberafrmado cosasdesagradablesdeustedes,porqueeranarroganteseimaginaban queposeanalgnconocimiento.Yosoymshumilde,ynoproclamo saber nada que pueda controvertir vuestros dogmas.8 Sin embargo, segn Russell, esta humildad es nicamente aparente, ya que en nuestros das el orden establecido hace caer con profusin encomiendas y fortunas sobre los hombres de ciencia, que se convierten ms y ms en sostenes de la injusticiaydeloscurantismosobreelqueestbasadonuestrosistema social. Nuestra edad se caracteriza por sustituir de un modo creciente a los antiguos ideales el poder; y esto sucede en la ciencia como en cualquier otraparte.Mientraslacienciacomopersecucindelpodertriunfacada vez ms, la ciencia como persecucin de la verdad est siendo matada por el escepticismo que la habilidad del hombre de ciencia ha engendrado.9Al margen de estas discrepancias de orden teleolgico de la ciencia moderna,yconlafnalidaddesuperarlacrisisenlaquehacadola explicacin causal deductiva en psicologa social, ha surgido una nueva terminologa cuyos orgenes se pueden encontrar desde el siglo xviii, en el que el concepto de condicionalidad aspira a tomar el puesto de la tan venerable explicacin causal. A pesar de lo apasionante de este tema, el propsito del presente prlogo no es ahondar en esta discrepancia, sino presentar un panorama muy general del estado actual del conocimiento en la psicologa social.XIX psicologa social: perspectivas y aportaciones hacia un mundo posibleEnelaspectometodolgico,tambinesnecesarioromperenla psicologa social con ciertas concepciones tomadas de las ciencias na-turales, como es el hecho de que las hiptesis deben encaminarse a la bsqueda de eventos que expliquen un determinado fenmeno psico-lgico, debido a que esta condicin se centra en poner de manifesto el papel protagnico de las hiptesis en la investigacin, pero de investi-gaciones que tratan de dar cuenta de las relaciones que existen en las diferentes porciones de un mismo fenmeno psicolgico o en los distin-tos estados del ser de un conjunto variado de fenmenos, olvidando por completo mostrar que se debe, antes de comenzar a explicar el porqu los fenmenos son as y se presentan con esa magnitud, construir un conocimiento a partir de hiptesis que tengan como propsito indagar sobre el modo y la forma en que est constituido el ser de los fenme-nos psicolgicos; esto es, la forma de comprender. En otras palabras, la funcin de las hiptesis no solamente es indagar sobre las variaciones cuantitativas de los fenmenos, sino tambin deben sumergirse en el es-peso y denso follaje de la refexin, en la dimensin comprensiva sobre la existencia o no existencia de un cierto modo de ser de un fenmeno psicolgico.El escenario de construccinFinalmente, no resta ms que decir que este prlogo tuvo como prop-sito brindar una visin integradora del quehacer cientfco que se aleje del fetichismo del concepto y la inhibicin metodolgica, ya que como habilidades puras podemos ver en ellas medios que garantizan que no aprendamos mucho acerca del hombre y su psicologa, la primera por su oscurantismo formal y nebuloso, y la segunda por su inventiva for-malyvaca.Paraesquivarelriesgodesucumbiranteelfetichismo del concepto, o bien ante la inhibicin metodolgica, lo ms adecuado sera desarrollar la imaginacin psicolgica, ya que a travs de sta ser posible que el cientfco social no slo comprenda el escenario histrico ms amplio en el que est inmerso, sino tambin que se conozca a s mismo; es decir, que transite de los caminos ms impersonales y lejanos XX psicologa social: perspectivas y aportaciones hacia un mundo posiblea las caractersticas ms ntimas de su yo humano, adems de que vea las relaciones que guardan ambos momentos del ser.Adems, hacer uso de la imaginacin psicolgica permitir eliminar la creencia, sustentada principalmente por los cientfcos naturales desde el siglo xix, de que el conocimiento se divide en dos campos jerrqui-camenteordenados,eldelacienciayeldelaflosofa,enelcualla ciencia tomada como conocimiento cierto ocupa la cima de la jerarqua y el conocimiento flosfco por ser imaginado e incluso imaginario, el peldao ms bajo. Las consecuencias de esta creencia han sido muy graves, principalmente en la psicologa social, pues los estudiosos han estado atrapados durante todo ese tiempo en el anlisis discursivo del supuesto orden jerrquico existente en el conocimiento. Y no solamente sas han sido las consecuencias, sino que tambin, a medida que se ha endurecidocadavezmsestavisinepistemolgica,sehagenerado una profunda divisin entre los psiclogos sociales en torno de los pro-blemas epistemolgicos propios de su disciplina. La eliminacin de esta creencia en el crculo de cientfcos hara posible volver a pensar en estas esferas en trminos de que si bien estn separadas, son idnticas, puesto que las dos son aliadas del conocimiento en la bsqueda de la verdad, y hacer a un lado de una vez y para siempre la lucha epistemolgica sobre culeselconocimientocientfcolegtimo,paraquedeestaformase rompan las barreras artifciales entre los seres humanos y la naturaleza, y reconocer que ambos forman parte de un universo nico enmarcado por la fecha del tiempo.Esevidentequecomoresultadodequelossereshumanosyla naturaleza coexistan en un espacio y tiempo, la psicologa social y las cienciasdelanaturalezadebengenerarsusconocimientoscomopro-ducto de la interaccin ontolgica que les toc compartir hasta el fnal de los tiempos, y que esa interaccin sea real y no una mera cortesa formal que encubre la imposicin de las opiniones de un segmento de los cientfcos del mundo, como son los cientfcos naturales. Esta nueva forma de interaccin ontolgica permitira el surgimiento de estudiosos quedominaranmltiplesreasdelconocimiento,limitadosexclusiva-mente por sus capacidades intelectuales y no por fronteras organizativas XXI psicologa social: perspectivas y aportaciones hacia un mundo posibledisciplinariasdeterminadasburocrticamenteporautoridadesguberna-mentales o educativas, puesto que construir conocimiento histrico no es una facultad exclusiva del historiador, ni ser psiclogo es una propiedad exclusiva de una persona que se hace llamar psiclogo, sino una obliga-cin de todos los cientfcos sociales. Ms an, tampoco es absolutamente seguro que los historiadores pro-fesionalesnecesariamentesepanmssobrelasexplicacioneshistricas, ni los socilogos sepan ms sobre los problemas sociales que cualquier otro cientfco social, debido a que no existen monopolios de sabidura ni zonas del conocimiento reservadas a las personas con determinado ttulo universitario.Laleccinquesederivadetodasestascontroversiashavenidoa reafrmar una vez ms que la psicologa social no avanza exclusivamente a travs de la elaboracin de estudios tericos o empricos, sino que el motorprincipaldelprogresocientfcoeselconfictoylasntesisentre diferentestradicionesdepensamiento,hechoquevieneafortalecerla afrmacindeAlexanderdequeeldesarrollocientfcoconsisteenla diferenciacin de un campo del conocimiento por medio de un debate ge-neralizado no emprico acerca de cmo explicar un determinado dominio emprico, a diferencia de como establece el positivismo de un desarrollo progresivo de tipo lineal y acumulativo.10Sirvaelpresenteprlogoparaproporcionarunpanoramageneral deculessonlosescenariosdecontroversiaenlapsicologasocial,as como los escenarios de construccin que se han generado para superar las discrepancias y continuar desarrollando el conocimiento en esta rea de la psicologa. Precisamente, los trabajos que se presentan en este libro abordan,yaseadirectaotangencialmente,losescenariosdedisputao construccin que se sealan en este prlogo.Arturo Silva Rodrguezfes-IztacalaAlexander,J.,Lacentralidaddelosclsicos,enA.Giddens,J.Turneretal. (eds.), La teora social, hoy, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes-Alianza Editorial, Mxico, 1990.10PartePsicologa social: investigacin, teora,formacin y perspectivaoje, com a globalizao e o grande avano tecnolgico, os conhecimentos necessitam ser constantemente atualizados e aprofundados e, somente a pesquisa, capaz de propiciar a ligao do conhecimento ao contexto atual. E, aliar a pesquisa da abordagem histri-co-dialtica formao acadmica, signifca atribuir mesma um cunho integral, onde todos os aspectos acadmico-profssionais estaro sendo trabalhados.Historicamente, a relao da psicologia com a educao foi pautada pela tentativa de ajustar homens, individualmente tomados, a uma sociedade que em sua estrutura deveria ser conservada. educao,comoauxiliodapsicologia,caberiapromoveresteajustamento,aomesmotempo em que os confitos sociais e a origem das diferenas de classe permaneciam ocultados. Assim, psicologia na educao, neste incio, coube a classifcao dos indivduos atravs de testes de inte-ligncia, aptido, personalidade, tendo em vista o ajustamento e adaptao dos mesmos s relaes sociais vigentes (Larocca, 2000).Sendo a aprendizagem uma demanda freqentemente levada aos consultrios psicolgicos; o psiclogo deve levar em considerao, ao trabalhar a aprendizagem, mudanas da sociedade e os problemas humanos. Considerando que a escola refete a sociedade, urgente que a psicologia transforme cada vez mais o foco de interesse individualista e limitado das difculdades de aprendi-zagem para uma proposta de trabalho coletivo, com orientao realmente preventiva para superar a grande ameaa do risco social a que todos os pases esto submetidos; pobres, ricos, desenvolvidos e subdesenvolvidos (Souza, 2002).Assumir adotar como tema de trabalho, a abordagem histrico-dialtica, signifca optar por uma teoria que considera o homem em seu contexto social, infuenciando-o e tambm sendo infuenciado pelo mesmo. Signifca tambm estud-lo no seu processo de mudana, observando a sua histria e a A infuncia da teoria histrico-cultural de psicologiaavanos e retrocessosMaria Eleusa Montenegro1Juliana Cardoso ChavesHResponsvel. Instituio: Centro Universitrio de Braslia (Uniceub). telefax: 55 61 30395679, 55 61 81240303. e-mail: [email protected] psicologa social: perspectivas y aportaciones hacia un mundo posiblesua cultura. Ao estudar o homem levando-se em considerao todos estes aspectos, toma-se conscin-cia do homem marginalizado, e que se deve lutar pela transformao dessas condies sociais.Osalunosdepsicologia,comoestudantesdeumdoscursosquevisaobemestarhumano, no poderiam fcar margem de tal teoria. Os nossos professores, mesmo que no adeptos de tal abordagem, deveriam transmiti-la aos alunos.Nesse sentido, a proposta deste trabalho foi verifcar, primeiramente, se as professoras do curso de psicologia tm uma abordagem predominante; se conhecem a abordagem histrico-dialtica; se a consideram importante; se a repassam aos seus alunos; dentre outros aspectos. E posteriormente verifcar a repercusso desse processo ensino-aprendizagem nos alunos de Psicologia da instituio de ensino pesquisada. O objetivo geral deste trabalho foi o de verifcar a infuncia de uma dessas teorias, a histrico-dialtica, na prtica profssional (docente e clnica) de professores e de alunos do 9o. (nono) semestre do curso de Psicologia do Uniceub. Fundamentao tericaSero elaborados, a seguir, alguns temas relacionados teoria histrico-dialtica necessrios a sua compreenso e discusso dos dados desse trabalho.A perspectiva histrico-cultural do psiquismo, elaborado por Vygotsky, fundamenta-se no mtodo e nos princpios tericos do materialismo histrico-dialtico. Marx e Engels propuseram uma perspec-tiva materialista-dialtica para a compreenso do real, para a construo de conhecimento e para o entendimento do homem. Segundo eles, os fenmenos materiais so processos (Rego, 2000).Segundo o Dicionrio do pensamento marxista (1983, p. 159-160), o materialismo histrico a expresso que designa o corpo central da doutrina da concepo materialista da histria, ncleo cientifco e social da teoria marxista. E continua:De acordo com a Introduo que Engels escreveu em 1892 para Do socialismo utpico ao socialismo cien-tfco(grifodoautor),omaterialismohistricodesignaumavisododesenrolardahistriaqueprocuraa causafnaleagrandeforamotrizdetodososacontecimentoshistricosimportantesdodesenvolvimento econmico da sociedade, nas transformaes dos modos de produo e de troca, na conseqente diviso da sociedade em classes distintas e na luta entre essas classes.A flosofa Marxista, mais propriamente o pensamento dialtico, recusava a determinao mecnica do econmico sobre o social e evidenciava a luta de classes como motor de todas as transformaes sociais. Este fato associado idia de que cada poca, inegavelmente, responsvel por formar a base da histria humana (Martins, 1982).De acordo com Marx, mudanas histricas na sociedade e na vida material produzem mudanas na natureza humana (conscincia e comportamento) (Vygotsky, 1987). Esta teoria, portanto, teve um papel fundamental no pensamento de Vygotsky, pois ele a correlacionou a questes psicol-gicas concretas.A partir da flosofa marxista, Vygotsky, e um tempo depois outras psicologias, se apropriaram dos conhecimentos advindos do materialismo histrico e da lgica dialtica. Esta flosofa oportuni-zou o desenvolvimento de estudos que explicam os fenmenos sociais. 5 a influncia da teoria histrico-cultural de psicologia avanos e retrocessosMariguela(1995)afrmaquedevidoaomaterialismodialticoqueteveorigememMarxe Engels, que a psicologia foi e ser capaz de se tornar cincia. Vygotsky desenvolveu um mtodo que permitiu a compreenso da natureza do comportamen-tohumano,sendopartedodesenvolvimentohistricogeraldanossaespcie.Assimcriouuma abordagem fundamentalmente nova sobre o processo de desenvolvimento do pensamento e das funes cognitivas complexas de um sujeito contextualizado e, portanto, histrico (Rego, 2000).Ele encontrou na abordagem marxista sobre o trabalho humano e no uso de instrumentos, a possibilidade de descrever e explicar as funes psicolgicas superiores, em termos aceitveis para as cincias naturais. Para Engels, ao utilizar instrumentos, o homem transforma a natureza e num processo dialtico, transforma a si mesmo (Vygotsky, 1987).Vygotsky pretendia apropriar-se da flosofa marxista e elaborar uma cincia nova que abordas-se o estudo da mente sem, com isso, citar em excesso os clssicos do marxismo, como os psiclo-gos da poca faziam. A obra de Vygotsky surgiu em meio necessidade de solucionar os problemas sociais e econmicos da sociedade sovitica. Assim, a sua obra atendeu demanda do governo e do povo sendo de grande relevncia para a educao e para a medicina (Rego, 2000).Como afrma Montenegro (1993, p. 8):A emergncia dessa psicologia d-se no contexto da construo do pensamento sovitico no perodo ps-revoluo de 1917, quando foi feito um esforo no sentido de adaptar ou de conformar todas as formas de pensamento ao novo momento vivido pelo pas, a fm de que no somente a populao em geral, mas tambm os centros acadmicos criadores do conhecimento, se amoldassem ao esprito revolucionrio. Continuando, Montenegro esta autora afrma que portanto, a emergente psicologia marxista estar eivada de categorias e conceitos produzidos, anterior ou simultaneamente, pelos tericos da revo-luo russa de 1917.Vygotskysevaleuprincipalmentededoisaspectosdateoriamarxista,queforamoaspecto cultural e o histrico. O aspecto cultural compreende as formas atravs das quais a sociedade orga-niza o conhecimento disponvel, que possvel pelo uso de instrumentos fsicos e simblicos; e o aspecto histrico refere-se ao carter histrico destes instrumentos, j que os mesmos foram criados e aperfeioados ao longo da histria social dos homens (Bock, 2002). Para Vygotsky, as origens da vida consciente e do pensamento abstrato deveriam ser procuradas na interao do organismo com as condies de vida social, e nas formas histrico-sociais de vida da espcie humana e no, como muitos acreditavam, no mundo espiritual e sensorial do homem. Assim, deve-se procurar analisar o refexo do mundo exterior no mundo interior dos indivduos, a partir da interao destes sujeitos com a realidade, pois a origem das mudanas que ocorrem no homem, ao longo do seu desenvol-vimento, est, segundo seus princpios, na sociedade, na cultura e na sua histria (Daniels, 2001).A psicologia histrico-dialtica chegou no Brasil a partir do fnal da dcada de 70, dentro da psicologia social e se inseriu na educao e na psicologia de maneira geral. A demanda do Brasil quela poca era para que as teorias compreendessem o indivduo como seres sociais e histricos e, com isso, a psicologia de Vygotsky foi ocupando um reconhecimento e um espao signifcativo entre as demais teorias psicolgicas (Bock, 2002). At a dcada de 80, no Brasil, ensinava-se aos alunos de psicologia, pedagogia e dos cursos de licenciatura basicamente 3 (trs) teorias psicolgicas: a comportamentalista (J. F. B. Skinner), a 6 psicologa social: perspectivas y aportaciones hacia un mundo posiblehumanista (Carl Rogers) e a cognitivista (Jean Piaget), esta ltima, a que chegou mais tardiamente s escolas (Montenegro, 1993).A chegada das idias de Vygotsky, um dos maiores representantes da teoria histrico-dialtica ao Brasil, ao lado de Luria e Leontiev, preencheu a lacuna que muitos educadores possuam. Con-forme Montenegro (1990, p. 210):Ao assumir as aulas de psicologia da educao desenvolvimento e aprendizagem para as turmas de licen-ciatura na Universidade Federal de Gois, vi-me diante de duas solicitaes: uma de origem pessoal que me convidava a no apegar aos contedos meramente livrescos e psicologsticos, e outra dos alunos que pediam por um curso crtico, voltado para a realidade que iriam atuar, ao trmino do curso, ou que j estavam atuando.Essa autora concluiu:Como no existem livros completos de psicologia que conseguem explicar bem as teorias psicolgicas, fa-zendo sua contextualizao e crtica, surgiu-me a idia de utilizar estes livros (a autora refere-se a livros de educao de cunho mais progressista, tal como os de Paulo Freire), de uma viso mais globalizada, para os alunos realizarem uma leitura e anlise psicolgica dos mesmos.A teoria histrico-dialtica logo foi recebida, estudada e aceita por muitos profssionais ligados psicologia, educao e lingstica, bem como tambm pelas escolas, apesar da difculdade de encontrar bibliografa sobre o assunto e tambm da compreenso desta teoria. Muitos, inclusive, a confundiam com a teoria piagetiana ou tentavam uma aproximao forada das mesmas.At hoje, as obras de Vygotsky editadas em portugus so escassas, sendo que suas obras com-pletas somente esto disponveis em outras lnguas.As difculdades provocadas pela represso s obras de Vygotsky, a traduo da lngua russa; e os problemas provocados por sua longa doena, tambm tornaram seu legado mais complexo.No que se refere s implicaes educacionais da teoria de Vygotsky, tem-se o conceito de Zona de Desenvolvimento Proximal que, segundo Montenegro (1993, p. 155):... aquilo que a criana no pode resolver independentemente, sem assistncia, mas que com ajuda poder vir a resolver. Seriam aquelas funes que ainda no amadureceram, mas que esto presentemente em estado embrionrio. S que, diferentemente de outros tericos do desenvolvimento, estas funes no seriam frutos, mas brotos ou fores do desenvolvimento, ou ainda resultados do desenvolvimento, embora propiciadas pela ao da aprendizagem.O processo de desenvolvimento, portanto, no coincide como o de aprendizagem; tal processo ocorredepoisdaaprendizagem,edoensino,oquecriaaZonadeDesenvolvimentoProximal (Salvador, 1999, p. 109).Asprincipaisimplicaesdaabordagemhistrico-dialticaparaaeducaopodemsersin-tetizadas na valorizao do papel da escola; no fato de que o bom ensino o que se adianta ao desenvolvimento; na importncia do outro na produo do conhecimento; no papel da imitao noaprendizado;nopapelmediadordoprofessornadinmicadasinteraesinterpessoaisena interao das crianas com os objetos de conhecimento (Montenegro, 1993).Nos termos de Vygotsky, a educao, para ser promotora do desenvolvimento, deve sempre levaremcontaonveldedesenvolvimentoefetivoqueapessoapossui,paracriarZonasde 7 a influncia da teoria histrico-cultural de psicologia avanos e retrocessosDesenvolvimento Proximal que permitam ao indivduo em ir mais alem desse nvel, seja com a ajuda da interao social direta, frente a frente, seja com uma interao de carter mediado, por meio de formas de infuencias indiretas, como a seleo e a disposio das prticas culturais e as tarefas (Salvador, 1999).Arelaoentreeducaoedesenvolvimentotorna-seexplcitasnostrabalhosdeVygotsky, quando trata da Zona de Desenvolvimento Proximal. Para Vygotsky, essas duas noes admitem a possibilidade de que, mesmo que a aprendizagem e o desenvolvimento no sejam processos idn-ticos, a aprendizagem pode se tornar desenvolvimento. Partindo dessa concepo, a aprendizagem, e o ensino, seria uma condio necessria, um motor essencial ao desenvolvimento; no algo ex-terno e posterior ao desenvolvimento, mas uma condio prvia ao processo de desenvolvimento (Salvador, 1999).AobradeVygotskypodesignifcarumagrandecontribuiojqueabordaquestescomo o processo de formao das caractersticas psicolgicas e scio-culturais tipicamente humanas e, comoconseqncia,suscitaquestionamentos;apontadiretrizeseinstigaaformulaodealter-nativasnoplanopedaggico;valorizaopapeldaescola;afrmaqueobomensinooquese adianta ao desenvolvimento; reconhece o papel do outro na construo do conhecimento; discute o papel da imitao no aprendizado; aborda a questo da afetividade, pensamento e linguagem, entre outros aspectos cruciais para a compreenso de como se do as relaes entre aprendizado, desenvolvimento e educao (Rego, 2000).Os processos de aprendizado transformam-se em processos de desenvolvimento, modifcando os mecanismos biolgicos da espcie. Sendo um processo constitudo culturalmente, o desenvol-vimentopsicolgicodependedascondiessociaisemqueproduzido,dosmodoscomoas relaes sociais cotidianas so organizadas e vividas e do acesso s prticas culturais.Em razo de privilegiar o aprendizado e as suas condies sociais de produo no processo de desenvolvimento, Vygotsky colocou em discusso os indicadores de desenvolvimento utilizados pela psicologia da poca.Sua proposta ento, era a de que se trabalhasse tambm com os indicadores de desenvolvimen-to proximal, que revelariam os modos de agir e de pensar ainda em elaborao e que requerem aajudadooutroparaseremrealizados.Osindicadoresdodesenvolvimentoproximalseriamas solues que a criana consegue atingir com a orientao e a colaborao de um adulto ou de outra criana (Fontana, 1997).Portanto, no campo do desenvolvimento em elaborao que a participao do adulto, como pai, professor, parceiro social, se faz necessria. Conforme alerta Vygotsky, o bom aprendizado somente aquele que se adianta ao desenvolvimento. (1984, p 101.)Nasbrincadeiras,nastarefasdacasa,nascomprasquefazparaame,acriana,imitandoos mais velhos, escreve, classifca, compara, seria, estabelece relaes entre os elementos de uma situao, etc. Nessas situaes, sem que ela prpria e seus parceiros sociais percebam, os conheci-mentos vo sendo elaborados ao ritmo da prpria vida, entrelaados s emoes, s necessidades e interesses imediatos da atividade em que est envolvida. Na escola, as relaes de conhecimento so intencionais e planejadas, a criana sabe que est ali para apropriar-se de determinado tipo de conhecimentos e de modos de pensar e explicar o mundo. O (a) professor (a) acompanha a criana: 8 psicologa social: perspectivas y aportaciones hacia un mundo posibleorientamsuaateno,destacandoelementosdassituaesemestudoconsideradosrelevantes compreenso dos conhecimentos nelas implicados etc; e a criana, por sua vez, raciocina com a professora.A escola, possibilitando o contato sistemtico e intenso dos indivduos com os sistemas organizadosdeconhecimentoefornecendoaelesinstrumentosparaelabor-los,mediatizaseu processo de desenvolvimento (Fontana, 1997).Ao considerar as diferenas individuais e as Zonas de Desenvolvimento Proximal dos indiv-duos,Vygotskyressaltouainfunciadaculturaedocontextosocialmaisamplo,retirandoas-sim, a responsabilidade do individuo que implicaro na aprendizagem como: inteligncia, esforo, ateno, interesse ou mesmo maturidade para aprender. MetodologiaNesta pesquisa foi utilizado, como procedimento metodolgico, a abordagem qualitativa, do tipo estudo de caso etnogrfco, uma vez que foi realizada em uma instituio educacional, e teve como interesse verifcar o conhecimento e a infuncia da teoria histrico-dialtica na prtica docente e clnica do professor, de forma explicativo-construtiva e no quantitativo-descritiva.Assim,estetrabalhopretendeuconhecer,analisar,interpretareconstruirumconhecimento acerca da utilizao, pelas professoras e alunos, da teoria histrico-dialtica.O instrumento utilizado para obteno dos dados da pesquisa foi a entrevista semi-aberta, rea-lizada com as professoras; e questionrios aplicados aos alunos. As entrevistas foram previamente agendadas e gravadas, e a aplicao dos questionrios foi combinada com o professor responsvel pela turma, o qual cedeu alguns minutos da aula para esta aplicao.Participaram deste trabalho quatro professoras que lecionam as disciplinas: psicologia do des-envolvimento (psd), psicologia social e psicologia escolar e problemas de aprendizagem (pepa) no curso de psicologia de uma instituio de ensino superior do Plano Piloto-DF. Estasprofessorasforamescolhidaspordoismotivos:primeiro,porquenessasdisciplinasso estudadas as teorias psicolgicas; e, segundo, porque estas foram as professoras dos alunos que se encontram no 9o. semestre desse curso, e que tambm foram objeto de pesquisa desse estudo. Foram aplicados os questionrios em 25 alunos do curso de psicologia dessa instituio de en-sino que cursavam o nono semestre. Eles haviam cursado durante os semestres anteriores do curso, todas as disciplinas relativas a teorias psicolgicas. Todas as professoras convidadas para a entrevista aceitaram prontamente participar do trabalho, com exceo de duas professoras: uma delas alegou estar muito cansada e muito envolvida em outraspesquisasedisse,ainda,quenopoderiaperdernenhumminutodoseutempoeque se envolver numa pesquisa requer tempo disponvel; a outra professora, desmarcou o encontro agendado uma vez e no compareceu no lugar combinado, pela segunda vez. Os dados foram agrupados em categorias, sendo elas:nAbordagem terico-prtico predominante (clnico-profssional).nPrimeiro contato com a abordagem histrico-dialtica. nTrabalho com a abordagem histrico-dialtica em sala de aula.9 a influncia da teoria histrico-cultural de psicologia avanos e retrocessosnOpinio sobre a abordagem histrico-dialtica.nRelevncia da abordagem para os estudantes de psicologia.nConhecimentos relevantes da abordagem histrico-dialtica.nA abordagem histrico-dialtica e sua infuncia na prtica acadmico-profssional.Todas as entrevistadas so do sexo feminino, com faixa etria diferenciada, variando de 35 a 52 anos, e, conseqentemente, o tempo de formao profssional, que tambm varia entre 11 a 25 anos. A formao acadmica inicial de todas as entrevistadas foi a graduao em psicologia. Uma das professoraspossuiodoutoradoeasoutrasps-graduaes(mestradoouespecializao).Todas adotam linhas tericas diferentes para orientarem sua prtica profssional.Almdessasprofessoraslecionaremastrsdisciplinasespecifcadasnestetrabalho(psd,psi-cologia social e pepa), tambm trabalham com as disciplinas: psicomotricidade, teorias e tcnicas psicoterapias, psicologia escolar, dinmica de grupo, alm de algumas orientarem o estgio super-visionado e a monografa.As professoras lecionam essas disciplinas no uniceub com uma variao grande de tempo, que vai de dois semestres at 21 anos.As categorias selecionadas para anlise dos dados dos alunos foram:nnfase terica do cursonProcedimentos metodolgicos para transmisso das teoriasnTeoria de preferncianEstudos de tericos histrico-culturaisnRelevncia da teoria histrico-culturalnDiferenciao da teoria histrico-cultural em relao a outras teorias.Aplicou-se o questionrio a 25 alunos, dos quais 16 so do sexo feminino e 9 do sexo masculino.A faixa etria dos participantes variou entre 21 anos e acima de 40 anos, onde 17 alunos afrma-ram ter entre 21 e 30 anos; 4 alunos tm a idade entre 31 e 40 anos; e 40 alunos estavam acima de 40 anos. Salvo 2 alunos que no responderam a esta questo, 3 alunos afrmaram estar no oitavo semestre do curso de psicologia e 20 alunos encontravam-se no nono semestre deste curso.Principais resultados da pesquisaDentreosprincipaisresultadosdosprofessores,pode-sedestacarque:todasasprofessorasde-monstraram ministrar os contedos a partir da abordagem de escolha acadmico-profssional; as entrevistadas afrmaram que na graduao de psicologia no lhe foram apresentados os contedos da psicologia histrico-dialtica; o primeiro contato das professoras com a teoria histrico-dialtica ocorreu em perodos diferentes, entre elas; as professoras demonstraram de forma bem geral con-hecer os contedos da psicologia histrico-dialtica; todas as professoras consideraram importantes os contedos da teoria histrico-dialtica, porm no trabalham com os mesmos em sala de aula; somente uma professora afrmou trabalhar atualmente com Vygotsky, em sala de aula; esta profes-10 psicologa social: perspectivas y aportaciones hacia un mundo posiblesora afrmou trabalhar somente a aplicao dos contedos de Vygotsky, nos temas propostos na disciplina ministrada por ela, j que, em sua opinio, os alunos deveriam ter conhecimento prvio sobre esta teoria; este fato no ocorreu, conforme se pode perceber pelos dados apresentados pelas professoras que lecionam disciplinas so anteriores dela. somente uma professora, que afrmou trabalhar com conceitos da psicologia histrico-dialtica fora do ambiente acadmico, demonstrou interesse em lecionar esta teoria, especifcamente.Dentre os principais resultados dos dados dos alunos, pode-se destacar que: 92% dos alunos par-ticipantes afrmaram que houve alguma teoria psicolgica mais enfatizada pelos professores; 68% dos alunos participantes afrmaram que no gostaram da nfase que foi dada a uma determinada teoria; os alunos responderam que as teorias psicolgicas devem ser transmitidas aos alunos de psicologia de uma forma mais abrangente e neutra; 17 alunos afrmaram gostar ou acreditar em uma teoria; a linha terica que os alunos gostam ou acreditam no se diferenciou da que pretendem seguir na atuao profssional; 92% dos alunos participantes j estudaram pelo menos um dos trs tericos citados: Lev Vygotsky, Alexander Luria ou Alexei Leontiev; em geral os alunos no se recordam dos contedos e da forma que estes contedos foram transmitidos; 52% dos participantes responderam que h relevn-cia estudar a teoria histrico-dialtica para a sua formao como psiclogo.Percebe-se atravs dos resultados da pesquisa com relao aos professores e alunos que houve uma certa coerncia entre a fala dos professores e as respostas dos alunos.A superfcialidade na explicao dos conhecimentos da teoria histrico-cultural, o mesmo fato de que a mesma no foi transmitida, foi percebida atravs da ausncia deste contedo nos alunos, que apenas se lembraram de ter estudado em algum dia mas no sabiam evocar tais conhecimentos.Outroaspectoasersalientado,foiofatodosprofessoresteremumaabordagemde preferncia,constatao percebida pelos alunos que, no entanto preferiam que os professores abor-dassem diferentes teorias de forma abrangente e neutra.Consideraes fnaisOs professores do curso de psicologia devem repassar aos seus alunos as diferentes teorias psicol-gicas de aprendizagem e desenvolvimento, mesmo que no sejam adeptos de algumas delas, a fm de que os seus alunos possam futuramente fazer uma escolha consciente da abordagem a adotar em sua profsso, considerando sua concepo de homem e mundo.Este trabalho teve por fnalidade verifcar a infuncia da uma dessas teorias, a histrico-dial-tica, na prtica profssional (docente e clnica) de professores do curso de psicologia do uniceub. Pode-se perceber na realizao deste trabalho, que no curso de psicologia no so apresentadas aos alunos as diferentes teorias psicolgicas. Os alunos do curso de psicologia devem ter acesso a diversas teorias psicolgicas a fm de poderem escolher a teoria de sua preferncia que nortear a sua prtica profssional.Ateoriahistrico-dialtica,atravsdeseusprincipaisexpoentescomoL.Vygotsky,A.Luria e A. Leontiev, como uma teoria que considera o contexto scio-econmico-poltico e cultural da sociedade, deveria ser necessariamente repassada aos alunos, principalmente, levando-se em con-siderao um pas como o nosso, com srios problemas sociais e educacionais.11 a influncia da teoria histrico-cultural de psicologia avanos e retrocessosVerifcou-setambm,queosalunosnodominamateoriahistrico-dialticaapesardehaver sempre uma teoria especfca mais enfatizada nas disciplinas obrigatrias do curso de psicologia do uniceub.As principais difculdades encontradas na realizao deste trabalho foi a indisponibilidade de tempodosprofessoresparaasentrevistas.Alemdisso,opoucotempoimpediuaaplicaodos questionrios e entrevista aos alunos e professores dos cursos de licenciatura, como foi proposto por uma professora avaliadora na apresentao dos resultados parciais do iv Programa de Iniciao Cientfca. Os instrumentos para esta ampliao do trabalho foram produzidos, vide apndices C e D, mas no haveria tempo para analisar as respostas e as entrevistas e portanto priorizou-se desen-volver o projeto inicial deste trabalho.Aplicar e analisar os instrumentos e seus resultados em outros cursos, se confgura neste mo-mento como proposta de pesquisa futura sobre este tema. Assim como o desenvolvimento desta mesma temtica nas diversas instituies de ensino e at mesmo nas clnicas de psicologia e psi-copedagogia.RefernciasBock, Ana Mercs Bahia; Gonalves Maria da Graa Marchina; Furtado Odair (orgs.), (2002),Psicologiascio-histrica:umaperspectivacrticaempsicologia,revista So Paulo, Cortez.Bottomore, Tom (1988), Dicionrio do pensamento marxista, Zahar, Rio de Janeiro.Daniels, Harry (org.), (1994), Vygotsky em foco: pressupostos e desdobramentos, pressupostos e desdobramentos, trad. M- rad. M- M-nica Saddy Martins, Elisabeth Jafet Cestari, Papirus, Campinas.Fontana, R. A. C e Cruz M. M. (1997), Psicologia e trabalho pedaggico, So Paulo, Atual.Mariguela,Mrcio(1995),Epistemologiadapsicologia,prefciodeSilvioGallo,Unimep, Piracicaba.Martins, Carlos B. (1982), O que Sociologia, coleo Primeiros Passos nm. 57, Brasilien-se, So Paulo.Montenegro, Maria Eleusa (1990), Por uma psicologia da educao mais contextualizada: Uma proposta metodolgica, in reunio anual da sbpc, 42, 1990, Porto Alegre, Anais do 42 Reunio Anual da sbpc, impresso._____, (1993), A psicologia histrico-dialtica para os cursos de licenciatura, tese douto-rado, Programa de Ps-Graduao em Educao (rea de concentrao em psicologia educacional), Universidade Estadual de Campinas-unicamp, Campinas.Rego,TeresaCristina(2000),Vygotsky:umaperspectivahistrico-culturaldaeducao, Vozes, Petrpolis.Salvador, Csar Coll et al. (1999), Psicologia da educao, trad. Cristina Maria de Oliveira, Artes Mdicas Sul, Porto Alegre.Vygotsky, Lev Semenovich (1998), Pensamento e linguagem, trad. Jefferson Luiz Camargo, Martins Fontes, So Paulo._____, (1987), A formao social da mente, Martins Fontes, So Paulo.o es nueva la necesidad de evaluar y certifcar la pericia de los practicantes de ciertas profesiones consideradas importantes para la sociedad. Segn Alczar (1985), el primer caso histrico registrado tuvo lugar en China en el siglo iii d.C., donde se estableci un sistema de exmenes para el ingreso y la promocin en el servicio del imperio, lo que hoy llama-ramos servicio civil de carrera. Prez Tamayo (1977) nos hace ver que ya en el siglo ix en Bagdad funcionaba un hospital en el cual se formaba a los mdicos y se aplicaban exmenes a quienes aspiraban a ejercer como mdico mayor, al mismo tiempo que exista una ofcina religiosa llamada hisba, que supervisaba la prctica de los cirujanos, boticarios y vendedores de perfumes. En occi-dente, durante la Edad Media, en el cambio del primer al segundo milenio los gremios de artesanos y comerciantes eran asociaciones profesionales dedicadas a asegurar la excelencia en los servicios, productos, precios y tica en su especialidad; las universidades, como instituciones sociales, surgen de los gremios de educadores en teologa, medicina y derecho, como ocurri a fnales del siglo xi con la Universidad de Bolonia, dando origen a lo que actualmente entendemos como profesiones.En Mxico, durante el siglo xx, el control de las profesiones pas a quedar bajo el control, en la prctica exclusivo, del Estado. De hecho, el nico medio de control de la prctica profesional fue y sigue siendo la cdula profesional. Ante la presin del proceso de globalizacin, con la perspectiva del Tratado de Libre Comercio de Norteamrica entre Canad, Estados Unidos y Mxico, se venan realizandonegociacionesparaelintercambioen12disciplinas,entreellaslapsicologa(Ramos, 1996), pero el avance ha sido modesto y ha derivado ms en la acreditacin de instituciones edu-cativas que en la certifcacin de profesionales para la prctica transfronteriza (sep, 2006a). Parece que primero deberemos fortalecer nuestros propios sistemas de certifcacin profesional al interior del pas.Certifcacin y control de la prctica profesional: una delimitacin conceptual y operativaAdolfo Lpez Surez1NInvestigadordelaUniversidadAutnomadelEstadodeMxico,adscritoalCentrodeInnovacin,Desarrolloe Investigacin Educativa. e-mail: [email protected] certificacin y control de la prctica profesional: una delimitacin conceptual y operativaUn marco conceptualLa certifcacin y el control de la prctica profesional slo recientemente se han impuesto como una necesidad social en nuestro pas y, en consecuencia, la terminologa relacionada con este proceso presenta diversas ambigedades e incluso contradicciones, por lo que conviene precisar el signif-cado que daremos a los principales conceptos discutidos en este trabajo.Porprofesinentendemoslafacultadqueadquiereunapersona,usualmentecomoresultado de un largo proceso de formacin escolarizada, para ejercer como actividad remunerada una es-pecialidad cientfca, tecnolgica o humanstica. En consecuencia, a quien ejerce una profesin, al profesionista, se le exige pericia y efcacia en los servicios que presta.Unaespecialidadesuncampobiendelimitadodeunadisciplinaqueesobjetodeejercicio profesional organizado. Con el avance del conocimiento, ciertas reas de las disciplinas han alcan-zado tal desarrollo que se han convertido a su vez en ramas profesionales. As, ya no basta con referirnos a la medicina, sino que tenemos que hablar de la cardiologa como especialidad mdica; enlapsicologaocurrelomismoconlasespecialidadeseducativa,clnicaoindustrial,porslo mencionar tres. En cada una de ellas, los profesionistas se organizan para controlar su ejercicio. Una especialidad debe defnirse en funcin de los problemas que resuelve el profesionista y nunca en funcin del marco terico, los mtodos o los instrumentos que utiliza. Por ejemplo, la psicologa clnica constituye una especialidad independientemente de si se asume una orientacin psicoanal-tica, conductual o cualquier otra.Las asociaciones de profesionistas (en lo sucesivo AP) son, como su nombre indica, grupos de profesionistas agremiados con el fn de impulsar el desarrollo de su especialidad y controlar la prc-tica, para as asegurar a la sociedad servicios profesionales de alta calidad. Es amplia la variedad de trminos utilizados para referirse a estas organizaciones de profesionistas: sociedades, colegios, barras e, incluso, academias (trmino ste claramente incorrecto en el contexto que aqu analizamos).La certifcacin acadmica es extendida por instituciones educativas autnomas por ley o con reconocimiento de validez ofcial de estudios, una vez que una persona ha demostrado tener los estudios y haber cubierto los dems requisitos (por ejemplo, el examen profesional) exigidos por el currculum. Conforme al nivel y modalidad de los estudios realizados, la certifcacin acadmica puede asumir la forma de certifcado parcial o total, diploma, ttulo o grado. La autorizacin para el ejercicio profesional es una atribucin del Poder Ejecutivo. En Mxico, corresponde a la Direccin General de Profesiones verifcar que un aspirante cumpla los requisitos necesarios (ya sea mediante formacin acadmica o evaluacin de competencias) y, en tal caso, extenderle un permiso con efectos de patente para ejercer la profesin, al que comnmente llama-mos cdula profesional. Es importante observar que la cdula profesional controla la formacin, pero no la actualizacin.La certifcacin profesional es resultado de un proceso de evaluacin de las competencias del aspirante a ejercer una especialidad en cierto mbito territorial (usualmente en estados y no en toda la nacin). Es controlada por una AP califcada y reconocida por el Poder Ejecutivo. La evaluacin con fnes de certifcacin presta gran importancia a la actualizacin del aspirante y a la demostra-cindecompetenciasbiendefnidas.Lacertifcacinnonecesariamenteconstituyeunrequisito legal para ejercer la profesin, pues ello depende de las leyes locales.14 psicologa social: perspectivas y aportaciones hacia un mundo posibleLa acreditacin de instituciones educativas es un proceso mediante el cual organismos especia-lizados, usualmente ajenos a las instituciones evaluadas, verifcan que stas cumplan las normas de calidad establecidas para el servicio educativo que prestan. Aunque el trmino no est directamente relacionado con nuestro tema, decidimos incluirlo, pues con frecuencia se confunde la acreditacin con la certifcacin profesional y se habla incorrectamente de la acreditacin de profesionales.Disponiendo ya de la terminologa bsica, pasemos a analizar el problema de la certifcacin y control de los servicios profesionales.La situacin jurdicaLa regulacin de los servicios profesionales es, en principio, un asunto legal, pues el marco jurdico constituye una precondicin para el establecimiento de un sistema de certifcacin y control de la prc-tica profesional. Por ello revisaremos las principales disposiciones jurdicas vigentes en nuestros das.El artculo 5o. constitucional, segn reformas de 1974, dispone textualmente en su inicio: A ninguna persona podr impedirse que se dedique a la profesin, industria, comercio o trabajo que le aco-mode,siendolcitos.Elejerciciodeestalibertadslopodrvedarsepordeterminacinjudicial,cuandose ataquen los derechos de terceros, o por resolucin gubernativa, dictada en los trminos que marque la ley, cuando se ofendan los derechos de la sociedad.Sin embargo, en el prrafo siguiente puntualiza:La ley determinar en cada estado, cules son las profesiones que necesitan ttulo para su ejercicio, las con-diciones que deban llenarse para obtenerlo y las autoridades que han de expedirlo. Lo anterior resulta crucial, pues deja a las soberanas estatales establecer las profesiones que re-quieran ttulo.Las leyes secundarias introducen matices a la anterior disposicin. La Ley Reglamentaria del ar-tculo 5o. constitucional, relativo al ejercicio de las profesiones en el Distrito Federal, fue publicada por primera vez el 26 de mayo de 1945 por decreto del presidente Manuel vila, y aunque ha sufrido diversas reformas, incluso en su denominacin, debemos observar que los artculos a que haremos referencia no han sido modifcados desde su primera publicacin. Esta ley resulta de gran importancia para nuestro tema por dos razones: primera, sus disposiciones rigen en toda la Repblica en el orden federal, y segunda, se ha tomado como modelo a seguir por la mayora de las entidades federativas que tienen Ley de Profesiones, y en las que carecen de ella se aplica supletoriamente. Transcribiremos los dos artculos que afectan la certifcacin y control de la prctica profesional:Artculo 21. Dependiente de la Secretara de Educacin Pblica se establecer una direccin que se deno-minar Direccin General de Profesiones, que se encargar de la vigilancia del ejercicio profesional y ser el rgano de conexin entre el Estado y los colegios de profesionistas.Artculo 22. La Direccin anterior formar comisiones tcnicas relativas a cada una de las profesiones, que se encargarn de estudiar y dictaminar sobre los asuntos de su competencia. Cada comisin estar integrada 15 certificacin y control de la prctica profesional: una delimitacin conceptual y operativaporunrepresentantedelaSecretaradeEducacinPblica,otrodelaUniversidadAutnomadeMxicoo del Instituto Politcnico Nacional en sus ramas profesionales respectivas y otro del Colegio de Profesionistas. Cuando en ambas instituciones educativas se estudie una misma profesin, cada una de ellas designar un representante. Por su parte, el artculo 38 de la Ley Orgnica de la Administracin Pblica Federal, que seala los asuntos que debe despachar la Secretara de Educacin Pblica, dispone que le corresponde: reva-lidar estudios y ttulos, y conceder autorizacin para el ejercicio de las capacidades que acrediten (fraccin xv) y vigilar, con el auxilio de las asociaciones de profesionistas, el correcto ejercicio de las profesiones (fraccin xvi).En las dos leyes federales citadas ya aparecen las AP, a las cuales se les otorgan funciones de coadyuvancia. No conocemos un estudio jurdico actualizado que exponga la situacin de la le-gislacin sobre profesiones en las entidades federativas pero, como ya se apunt, toman la ley del Distrito Federal como modelo, cuando no simplemente la sealan como de aplicacin supletoria. EncasoscomoeldelEstadodeMxico,laLeydelEjercicioProfesionalquedabrogadaysus disposiciones se compendiaron en el Libro tercero del Cdigo Administrativo, aunque diversas dis-posiciones que afectan a profesionistas como mdicos y educadores se encuentran en otras partes de este voluminoso instrumento jurdico.Ahora podemos analizar los actores sociales que han de llevar a efecto la certifcacin y el con-trol de los profesionistas. Postulamos que son tres:n El gobierno.n Las instituciones educativas.n Las asociaciones de profesionistas (AP). Veamos qu corresponde a cada uno.Elpapeldelgobierno.Enloquesigueentenderemosporgobiernoalconjuntodelospoderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial, sin la prevalencia de ninguno de ellos, como debe ocurrir en una nacin moderna. El gobierno es el primer y ltimo responsable de que la sociedad reciba servicios profesionales que cumplan estndares de calidad y tica, lo cual es un asunto de inters social, pues representan una contribucin estratgica al bienestar, al desarrollo y a la competitividad del pas en un mundo global. Corresponde, pues, al gobierno, establecer las reglas del juego a que habr de sujetarse el ejercicio de las profesiones, vigilar su cumplimiento y sancionar las infracciones que se cometan.Desdehacemuchotiemposediscutelanecesidaddemodernizarlasleyesquenormanlos servicios profesionales en nuestro pas. A raz de la apertura comercial iniciada hace ms de dos dcadas,estadiscusinsehaintensifcado.Sonfrecuenteslosforosenqueseanalizaelmarco jurdicodelasprofesiones,perosonrealmenteescasossiesquehayalgunolosavances concretos que se han obtenido. Aunque ofcialmente se afrma que en nuestros das los servicios que prestan los profesionistas constituyen uno de los rubros ms dinmicos del escenario interna-cional, propiciando la generacin de procesos de apertura y competencia que han fomentado de manera importante su demanda y con ello una interaccin del ejercicio profesional entre pases 16 psicologa social: perspectivas y aportaciones hacia un mundo posible(sep, 2006a), la realidad es que, como ya vimos, ni siquiera al interior del pas contamos hoy con un marco legal operativo. Veamos las acciones que, en nuestra opinin, debe realizar el gobierno para apoyar la moderni-zacin de los servicios profesionales de manera que respondan a la exigencia social de altos niveles de calidad y, al mismo tiempo, sirvan para capacitar a los profesionistas mexicanos a fn de que puedan competir en un mundo globalizado.Parece clara la necesidad urgente de modernizar las leyes que norman el ejercicio profesional en Mxico, y a las AP les corresponde una responsabilidad central para coadyuvar en esta empresa. Pero modernizar la legislacin sobre el ejercicio de las profesiones requiere abandonar el paradig-ma ultranacionalista que exige limitar nuestra visin al interior del pas y adoptar en cambio una perspectiva global. Corresponde al Poder Legislativo y no como vemos con frecuencia al Ejecu-tivo, establecer un cronograma para la consulta y realizacin de las reformas legales necesarias para conformar un marco jurdico sobre las profesiones acorde con el mundo global. Tal marco debe precisar las atribuciones y responsabilidades de los poderes Ejecutivo y Judicial, de las instituciones educativas y de las AP.Al Ejecutivo le corresponde coordinar las asociaciones de profesionales para poner en opera-cin las disposiciones legales y vigilar su cumplimiento. En particular, consideramos que al Ejecuti-vo, con la coadyuvancia de las asociaciones profesionales, competen tres funciones sustantivas: n Elaborar el catlogo de las especialidades profesionales y las condiciones que debern cumplir-se en cada una para su ejercicio.n Autorizar a los profesionistas para el ejercicio de la especialidad.n Califcar la idoneidad de las asociaciones profesionales que aspiren a ejercer la atribucin de certifcacin y control de la prctica profesional y habilitarlas lealmente para tal efecto, as como vigilar su desempeo y sancionar a los infractores.Al Poder Judicial le corresponde juzgar las controversias entre los actores del proceso de certifca-cin y control de los servicios profesionales, as como las infracciones legales que se presuman y, en su caso, aplicar las sanciones adecuadas.El papel de las instituciones educativas. En la Edad Media, los artesanos y comerciantes, precursores de los profesionistas actuales, se formaban en talleres y lonjas. En la actualidad lo hacen en univer-sidades e instituciones de educacin superior.No perdamos de vista que el papel central de las instituciones de educacin superior es formar a los profesionistas que requiere la sociedad moderna. Pero aqu surge la pregunta central: qu tipo de profesionista deben formarse? Ms an: las instituciones educativas pueden defnir libremen-te, de forma autrquica, sus curricula? As lo han venido haciendo, pero los resultados obtenidos exigen revisar esta prctica. El diseo curricular es el modelo del profesionista que ser formado, quien tres o cinco aos despus saldr a prestar sus servicios y a construir su profesin. Sin cuestionar en absoluto la im-portancia crucial que tiene la autonoma universitaria para el desarrollo de la educacin superior, al disear un currculum profesional no pueden descuidarse las condiciones y necesidades regionales, 17 certificacin y control de la prctica profesional: una delimitacin conceptual y operativapero tampoco las necesidades globales que habr de afrontar el futuro profesionista. Al defnir el currculum, debe evitarse el riesgo de ceder ante enfoques tericos o ideolgicos que restringen la perspectiva y adoptar criterios ms objetivos, como son las normas regionales, nacionales e inter-nacionales que rigen el perfl profesional. ste es, a nuestro juicio, el principal reto que las institu-ciones de educacin superior enfrentan hoy en da cuando disean el currculum de una profesin y, despus, lo ponen en ejecucin. En suma, el perfl del profesionista defnido en este instrumento rector debe concertarse entre las instituciones de educacin superior nacionales e internacionales y, desde luego, las AP, y por ende, se debe abandonar la anacrnica prctica del diseo curricular autrquico en cada institucin educativa, lo cual desafortunadamente es habitual en Mxico.Lo mismo aplica a la otra gran tarea de las instituciones de educacin superior: la formacin continua, cuyos programas son responsables de mantener al profesionista al corriente de los ltimos avances en su especialidad para evitar la obsolescencia.Lo anterior, complementado con la operacin y evaluacin educativas, conforma el camino para que las instituciones alcancen la acreditacin nacional e internacional, lo cual garantizar a la socie-dad la calidad en la educacin. La acreditacin es a una institucin educativa lo que la certifcacin es a un profesionista: el sello de garanta.El papel de las AP. No corresponde al gobierno ni a las instituciones educativas, en ninguno de sus mbitos, realizar el diseo y ejecucin de los sistemas de evaluacin con fnes de certifcacin ni vigilareldesempeoefcazyticodelosprofesionistas.Esteconjuntodetareasesunamisin propia de las AP. Postulamos que ellas deben cumplir tres funciones bsicas: n La certifcacin de profesionistas.n El control de la prctica profesional.n Las relaciones internacionales en el campo de las especialidades que agrupen.Certifcacin de profesionistas. La evaluacin, y en su caso la certifcacin, de las competencias de un profesionista deben ser diseadas y ejecutadas por sus pares, pues resulta evidente que nadie puede estar ms capacitado para hacerlo. De este modo, corresponde a las AP, que en realidad son sociedades de pares, desarrollar y ejecutar un sistema de evaluacin y certifcacin. Despus de revisar las experiencias de otros pases, consideramos que tal sistema debe tener, entre sus carac-tersticas, las siguientes:1. Precisar la califcacin ofcial y el territorio de competencia de la AP.2. Integrar y mantener actualizados los padrones de profesionistas miembros y de profesionistas certifcados.3. Para que un profesionista ingrese al proceso de certifcacin, ser condicin indispensable que est matriculado en el padrn de la AP, adems de cumplir con los requisitos legales para el ejercicio profesional de la especialidad.4. Tanto la matriculacin en el padrn de la AP como el ingreso al proceso de certifcacin sern estrictamente voluntarios para el profesionista, pero podr ser requisito legal estar certifcado para anunciarse como especialista y prestar servicios profesionales en el territorio de la AP.18 psicologa social: perspectivas y aportaciones hacia un mundo posible5. La AP establecer la vigencia de la certifcacin, que podr ser de tres a cinco aos. Al caducar, el profesionista deber someterse nuevamente al proceso de evaluacin para renovar la vigencia.6. Los acadmicos titulares de las instituciones de educacin superior pblicas o particulares con reconocimiento de validez ofcial de estudios recibirn automticamente la certifcacin al matricularse en la AP y la conservarn mientras sean acadmicos en servicio activo.7. Para cada especialidad se integrar un comit de evaluacin, instancia operativa responsable de ejecutar el proceso de evaluacin y reportar los resultados a las AP. Dicho comit podr ser integrado por entre tres y cinco miembros. Para ser miembro integrante deber concursarse por oposicin y el cargo en ningn caso ser honorario.8. El comit establecer los criterios de evaluacin, que debern incluir al menos: a) certifcacio-nes acadmicas que prueben la formacin del aspirante, emitidas por institucin reconocida; b) curriculum vitae con declaracin jurada; c) cartas de respaldo que avalen la calidad tica del profesionista, frmadas por al menos tres pares certifcados por la AP; d) cuando el comit de evaluacin lo juzgue necesario, podr citar al profesionista a una entrevista, y e) examen terico o prctico.9. El resultado de la evaluacin en ningn caso ser punitorio. 10. El dictamen del comit no ser apelable. 11. En caso de que un aspirante obtenga resultado no aprobatorio en la evaluacin para la cer-tifcacin, no existirn restricciones sobre el nmero de intentos ni lapsos de espera entre evaluaciones. 12. El comit mantendr en absoluta reserva tanto el proceso como el resultado de la evaluacin.Control de la prctica profesional. Aunque la evaluacin y certifcacin de profesionistas reviste una enorme importancia, no es sino el primer paso necesario para asegurar que la sociedad reciba ser-vicios profesionales de calidad y que se dignifque al mismo tiempo la disciplina. El siguiente paso consiste en el control de los servicios prestados en la prctica profesional. En la actualidad, salvo excepciones notables, como en el caso de la medicina, los servicios profesionales en Mxico no estn controlados. Si un usuario es objeto de una defciente prctica profesional, no tiene ms al-ternativa que demandar ante la autoridad, dando vista al Ministerio Pblico, instancia que recurre a peritos para determinar la posible responsabilidad del profesionista. Ante la perspectiva de entrar en un proceso engorroso y costoso, as como de resultados inciertos, en la gran mayora de los casos el usuario prefere omitir toda accin. Si la certifcacin asegura que los profesionistas disponen del perfl adecuado, una vez que ste ya se encuentra prestando sus servicios el control de la prctica profesional permite detectar y corregir desviaciones. Certifcacin y control de la prctica son, por tanto, las dos muelas de la pinza que sujetar la calidad de los servicios profesionales.Consideramos que son dos las acciones principales que la AP debe efectuar para controlar la prctica profesional: 1) integrar un comit de arbitraje por cada especialidad, que ser la instancia responsable de establecer las normas aplicables y vigilar su cumplimiento, y 2) realizar cursos para que sus agremiados conozcan la normatividad a que deben sujetar su prctica profesional.De ese modo, cuando un usuario considere que fue objeto de una prctica profesional negli-gente, acudir al comit de arbitraje, que deber investigar y juzgar el caso para aplicar al profe-sionista, cuando resulte procedente, las sanciones que sus atribuciones le permitan y mediar para 19 certificacin y control de la prctica profesional: una delimitacin conceptual y operativaconciliar a las partes. En caso de presumir que existe delito, la AP deber denunciarlo a las autori-dades competentes. Este proceso de arbitraje benefciar a la sociedad al reducir la carga de trabajo ministerial y judicial y proteger al usuario, pero adems contribuir signifcativamente a fomentar una cultura de la calidad en los servicios profesionales.Lasrelacionesinternacionales.Laprcticaprofesionalyanopuedecircunscribirsealinteriorde nuestras fronteras, ni siquiera a nuestro continente. Resulta insoslayable prever que los estudiantes quehoyingresanalascarrerasprofesionalesnosevernlimitadosporlasfronterasnacionales para ejercer su profesin. Por ello, la tercera y en nuestro mundo globalizado no menos impor-tante funcin de las AP consiste en facilitar a sus miembros el conocimiento y apropiacin de las caractersticas especfcas de las normas profesionales que rigen su disciplina en otros pases. De este modo, el profesionista podr aprovechar la creciente liberalizacin de las economas y la consecuente prctica transfronteriza para ampliar su campo de accin e incrementar su presencia en otros pases.Enlosmarcosjurdicosrespectivos,laAPdeberestablecerrelacionesyconveniosconsus homlogasenotrospasesparafacilitarelconocimientomutuo.Estamosconvencidosdeque si algo caracterizar a las profesiones del siglo xxi ser el intercambio internacional y la prctica transfronteriza.Paraelestablecimientoderelacionesinternacionales,pensamosqueesmenester dar prioridad a los pases con los que Mxico sostiene tratados comerciales, pero desde luego debe extenderse al resto de las naciones.Un apunte prospectivoLacertifcacindeprofesionistasyelcontroldesuprcticasonelementosindispensablespara asegurar a la sociedad la calidad de los servicios profesionales, pero en un mundo globalizado su importancia va ms all: tambin constituyen elementos estratgicos para elevar la competitividad del pas y ayudar al fortalecimiento econmico. Sin embargo, los hemos descuidado, dejando los servicios profesionales al libre juego de la oferta y la demanda, y hemos permitido la defciente formacin profesional y la obsolescencia de los profesionistas, lo cual conlleva pobres servicios y no pocas veces una defciente prctica profesional. Tendremos, por tanto, que afrontar este estado de cosas para corregir desviaciones y superar defciencias.En nuestra tradicin, los gobernantes pueden tener problemas por lo que hacen, pero no por lo que dejan de hacer. En el campo de los servicios profesionales, esta inercia ha llevado a descuidar gravemente su control. En realidad, actualmente la cdula profesional es el nico medio de certi-fcacin y control de la prctica profesional aparte de las demandas civiles y penales y, salvo casos tan excepcionales como meritorios, los actuales profesionistas saben que para obtenerla no requieren ms que un ttulo y realizar trmites bastante sencillos. Despus de obtener la cdula, puede aplicarse el dicho popular: Hasta que la muerte nos separe. No hay que hacer nada ms para conservar la condicin de profesionista. Esta situacin no puede continuar as, y el primer responsable de modifcarla es el gobierno. Con el avance de una cultura democrtica es razonable esperar que las autoridades, comenzando 20 psicologa social: perspectivas y aportaciones hacia un mundo posiblepor el Legislativo, tengan que actuar para establecer reglas que obliguen a las instituciones educa-tivas a mejorar la formacin de los nuevos profesionistas, y a las asociaciones de profesionistas a certifcar sus competencias y controlar su prctica profesional. En resumen, el Legislativo tendr que desarrollar un marco normativo moderno y eficaz, el Ejecutivo ponerlo a funcionar y hacer que los actores sociales ejerzan sus atribuciones y cumplan sus obligaciones, y el Judicial dirimir las controversias y aplicar las sanciones respectivas. Lo indudable es que al gobierno le corresponde iniciar el juego.Las instituciones educativas, formadoras de los profesionistas, debern adecuar su currculum, preparar a su personal acadmico y modernizar sus sistemas de evaluacin del aprendizaje para garantizar que sus egresados puedan competir nacional e internacionalmente.En el caso de las AP, el camino a recorrer es an ms largo. Para afrontar el reto de la transfor-macin que planteamos, deben asumir responsabilidades y desafos que, repetimos, salvo escasas excepciones,nuncahanafrontado.Debencomenzarporasumirconcientementequesupapel social primario no consiste en formar, ni siquiera actualizar, a los profesionistas, sino, como lo in-dica la ley y como ocurre en otras naciones ms desarrolladas que la nuestra, en certifcar que un profesionista aspirante a ejercer en su disciplina cuente con las competencias necesarias para tal efecto, y una vez que se encuentra en ejercicio, en controlar la calidad de sus servicios profesiona-les, tanto en la pericia como en la tica. Cuando detecte prcticas negligentes, sea por denuncia o por investigacin propia, deber aplicar las sanciones que el marco jurdico le permita y, en su caso, denunciar a las autoridades competentes.Basta con revisar los peridicos del da para convencernos de que nuestra nacin enfrenta retos que ponen en riesgo su viabilidad misma. Cotidianamente presenciamos el desgaste de las institu-ciones al resultar inoperantes ante las necesidades de la sociedad actual. Quienes hemos tenido la fortuna de cursar estudios superiores y constituimos una minora en un pas lleno de carencias, tenemos la obligacin y la responsabilidad histrica de colaborar activamente para lograr los cam-bios que el pas necesita. Se sabe que un profesionista efcaz aporta ms al desarrollo que veinte polticos. Nuestro reto es organizarnos en asociaciones profesionales y obligarnos como gremio a obtener una formacin, continuamente actualizada, que nos capacite para prestar servicios profe-sionales de alta calidad y competir efcazmente en las oportunidades de prctica transfronteriza que ya existen y que, seguramente, no harn sino aumentar en los prximos aos.Esta empresa no es menor: supone una reingeniera social cuya necesidad se ha venido pla-neando desde hace aos, pero an sigue pendiente.21 certificacin y control de la prctica profesional: una delimitacin conceptual y operativaReferenciasChvez, M. (1985), El servicio civil de carrera en la administracin pblica mexicana. [En lnea]Consultadoel3de noviembre de 2006.Prez Tamayo, R. (1977), De la magia primitiva a la medicina moderna, fce, Mxico.Ramos, D. 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