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Primeros pasos en escuelas urbanasSerie Acompaar los primeros pasos en la docencia

Presidenta de la Nacin Dra. CRISTINA FERNNDEZ Ministro de Educacin Prof. JUAN CARLOS TEDESCO Secretario de Educacin Prof. ALBERTO SILEONI Secretario General del Consejo Federal de Educacin Prof. DOMINGO DE CARA Secretario de Polticas Universitarias Dr. ALBERTO DIBBERN Directora Ejecutiva del Instituto Nacional de Formacin Docente Prof. MARA INS ABRILE DE VOLLMER rea Desarrollo Institucional INFD Coordinadora Nacional: Prof. MARISA DAZ rea Formacin e Investigacin - INFD Coordinadora Nacional: Lic. GRACIELA LOMBARDICoordinadora del rea de Desarrollo Profesional Docente del INFD

Lic. ANDREA MOLINARI

Primeros pasos en escuelas urbanas / coordinado por Beatriz Alen y Valeria Sardi. 1a ed. - Buenos Aires : Ministerio de Educacin, 2009. 120 p. ; 22x17 cm. ISBN 978-950-00-0699-6 1. Formacin Docente . I. Alen, Beatriz, coord. II. Sardi, Valeria, coord. CDD 371.1

Autores: Zully Monge, Liliana Peiretti, Mara de los ngeles Alessi, Martha Orlanda Coordinacin y supervisin general: Beatriz Alen Coordinacin editorial: Valeria Sardi Diseo: Rafael Medel Fotografa: Ramn Cavallo Correccin de estilo: Carmen Gargiulo Coordinacin grfica: Juan Viera Instituto Nacional de Formacin Docente Lavalle 2540 - 3 piso (C1052AAF) - Ciudad de Buenos Aires Telfono: 4959-2200 www.me.gov.ar/infod - e-mail: [email protected]

ISBN 978-950-00-0699-6 Queda hecho el depstio que marca la ley 11.723 Impreso en Argentina

ndice

Primeros pasos en escuelas urbanasPalabras preliminares por Graciela Lombardi y Andrea Molinari Los inicios y los relatos por Andrea Alliaud De qu trata esta obra por Beatriz AlenLa vida en las escuelas: historias cotidianasLa descripcin del contexto urbano El inicio de una nueva experiencia: nuestro relato Docentes noveles y experimentados: diversas miradas sobre la prctica profesional Las primeras narrativas personales y profesionales docentes Los comienzos de un equipo Una perspectiva guionable Nuestra propuesta Autobiografas Las voces de los noveles El encuentro con una contracultura Imgenes docentes de los noveles Las experiencias y las significaciones Las prcticas pedaggicas decisivas 31 33 41 42 44 47 61 62 68 70 81

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Material de trabajo para noveles entregado por el equipo de acompaamiento

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Colofn por Valeria Sardi

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Prlogos

Primeros pasos en escuelas urbanas

Palabras preliminaresEl Instituto Nacional de Formacin Docente tiene la responsabilidad de proponer y concertar polticas de formacin docente. En tal sentido, promueve lneas de Desarrollo Profesional a travs de dispositivos sistemticos de formacin continua, a partir de principios y criterios consensuados con las provincias. En este marco concebimos al docente como protagonista de su desarrollo profesional. Ello supone el diseo de acciones que busquen impulsar procesos de pensamiento compartido y que, a la vez, incluyan el compromiso de volverlo accin en el terreno institucional. La potencialidad que encierra esta manera de pensar la formacin continua es que, en el proceso, tanto docentes como formadores aprenden de la prctica conjunta. Entre esas acciones que desdibujan las fronteras de escuelas e institutos de formacin docente y que inauguran otros escenarios y otras dinmicas, se encuentra el trabajo de Acompaamiento a Docentes Noveles. Este acompaamiento encarna la perspectiva de desarrollo profesional que supera la clsica escisin entre formacin continua y formacin inicial, recupera la centralidad de las necesidades del sistema y, paulatinamente, promueve el desarrollo de comunidades de aprendizaje. En sntesis, constituye una lnea de desarrollo profesional que se incorpora a las funciones del Sistema Formador a ser desplegadas por los ISFD en atencin a las demandas del propio sistema educativo provincial. Acompaar a quienes se inician en el oficio de ensear inspira sutiles estrategias, promueve la creatividad de quienes se aventuran a tal compaa, implica de modos diversos a todos y a cada uno, y es esta singularidad la que vale la pena contar. La publicacin de algunas de estas experiencias es fruto de acciones y reflexiones de equipos de formadores. Esta obra constituye, adems, una invitacin a crecer, comunicar y compartir tanto el saber como el sentir que stienen el esfuerzo y el compromiso con el trabajo docente. Los relatos comprendidos en estas pginas tienen el sabor de lo local, de lo

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singular en perspectiva de pas. Cuentan las experiencias de caminar junto a los docentes noveles. Los anlisis y reflexiones permiten compartir el movimiento de las certezas que se vuelven vacilaciones y de las ayudas que nacen a la luz de las preguntas. Nos estamos acompaando para lanzarnos juntos al trabajo de ensear, y contarlo es parte de seguir aprendiendo. Andrea Molinari Graciela Lombardi

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Los inicios y los relatosEl inicio en cualquier actividad profesional tiene sus particularidades. El entusiasmo e inters que despierta el hecho de trabajar, se acompaa frecuentemente por la angustia y el desconcierto que provoca lo nuevo. Tratndose de ocupaciones como la docencia en las que estn involucradas otras personas, las sensaciones de temor e inseguridad suelen aumentar. Distintas experiencias e investigaciones han demostrado la importancia que representa sostener, acompaar, guiar, ayudar a los que se estn iniciando en el oficio de ensear. Ms all de las acciones informales que puedan producirse, y que de hecho se producen entre los colegas de las escuelas, resulta imprescindible contar con espacios sistemticos donde sea posible reflexionar sobre lo que se hizo, compartir inquietudes con otros y encontrar respuestas. Abordar y discutir textos, intercambiar las decisiones, experimentar, probar distintas maneras de afrontar las situaciones de clases. En fin, transformar en temas de todos, los problemas que cada docente en sus inicios afronta en lo cotidiano. En nuestro pas, desde el Ministerio de Educacin de la Nacin, se vena desarrollando, en varias provincias, el Proyecto de Acompaamiento a Docentes Noveles. El mismo se identificaba por dos caractersticas principales: eran los propios formadores de los institutos de formacin quienes asuman la funcin de acompaamiento y eran los noveles, los que desde su posicin de trabajadores, participaban de las distintas instancias que las propias instituciones iban creando a partir de sus posibilidades y de las necesidades detectadas. El Proyecto creca y trascenda. Sin embargo, y ms all de ciertos espacios de encuentro e intercambio de los que participaban los formadores directamente involucrados, los que no formaban parte del proyecto no lo conocan. Es lo que suele ocurrir la mayora de las veces con las experiencias educativas que funcionan y que no alcanzan trascendencia poltica y pblica. La serie que estamos presentando forma parte de una iniciativa impulsada

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desde el Instituto para el Desarrollo y la Innovacin Educativa (IDIE/ OEI), en acuerdo con el Instituto de Formacin Docente (INFD/ ME), con la finalidad de recuperar y relatar la experiencia transitada en la lnea de acompaamiento, de manera de que este insumo represente una instancia reflexiva para quienes lo producen pero, adems, pueda ser aprovechado para fortalecer y extender la funcin a otras instituciones formadoras de docentes del pas. Se trata de relatos, con la peculiaridad subjetiva, reflexiva, informativa y situacional que stos portan, con el potencial formador/ transformador que les otorga su variedad de matices y su densidad. Cabe mencionar que como parte de la iniciativa de cooperacin mencionada, se han realizado otras acciones tendientes al fortalecimiento del proyecto en marcha: compra de material bibliogrfico, optimizacin de los espacios virtuales de formacin e intercambio para los formadores que acompaan (bancos de recursos, foros, seminarios). Asimismo, se fue recopilando informacin acerca de los recorridos laborales de los docentes que se inician y de sus percepciones y opiniones (como docentes en ejercicio) acerca de la formacin profesional que han recibido. El oficio de ensear tiene sus gajes particulares. Se trata de privilegiar los inicios de la profesin, mediante acciones formativas especficas para que, ms all de sus preocupaciones y dificultades iniciales, los nuevos docentes puedan ir construyendo la percepcin de que estn siendo acompaados y van siendo capaces de afrontar los desafos que presenta para todos ensear y ensear hoy. Dra. Andrea Alliaud Coordinadora del rea de Formacin Docente IDIE/ OEI, Argentina

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De qu trata esta obra

Me cost adaptarme a las grandes cantidades que identifican a la urbanidad: mucha gente, muchas cuadras entre un lugar y otro, mucho tiempo para recorrer las distancias. Mara de los ngeles Alessi

La paradoja de sentirse como recin llegado en una institucin en la que ha transcurrido gran parte de la propia vida conmueve siempre al joven docente. Por eso, el acompaamiento a maestros y profesores en su primer puesto de trabajo puso, desde el principio, un fuerte nfasis en la consideracin del contexto social de la escuela en la que se inicia la profesin. Grandes y pequeas ciudades conforman realidades donde la prisa cotidiana, el espacio que se escamotea a la aventura de ser nio o adolescente, la exacerbacin del consumo, el acceso vertiginoso a la informacin, determinan que la escuela y los docentes sean interpelados por esta condicin de urbanidad. Con la presente obra deseamos invitar a una particular reflexin sobre el contexto urbano, pensar qu implicancias tienen los inicios en esos mbitos, tanto para los docentes noveles como para los profesores que asumen por primera vez esta funcin que se incorpora al sistema formador de la Argentina. Las autoras, Zully Monge, Liliana Peiretti, Mara de los ngeles Alessi y Martha Orlanda, profesoras de la Escuela Normal Superior Maestros Argentinos, nos relatan la experiencia de acompaamiento realizada en una pequea ciudad de la provincia de Crdoba: Corral de Bustos-Ifflinger.

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En las pginas siguientes podremos encontrar ciertos ejes de reflexin verdaderamente productivos para originar otros relatos y sistematizaciones en torno a los primeros pasos en la docencia en otras ciudades del pas:

Poblacin de diversos orgenes con fuerte incidencia cultural de los descendientes de la gran inmigracin europea.

Amplia oferta educativa pblica y privada, que conlleva diferentes contextos deiniciacin docente, diferentes exigencias y diferentes expectativas de desempeo profesional.

Tensin entre la propuesta escolar y el creciente acceso a la tecnologa(Internet, tv, radio) por parte de los nios y jvenes de las ciudades.

Obstculos para sostener un trabajo en equipo y superar el aislamiento generados por la complejidad de la vida urbana. La obra no tiene la pretensin de abordar todos los problemas que su temtica nos plantea. Es s un generoso intento de abrir este camino sembrado de especificidades, de acompaar a maestras y maestros, profesoras y profesores en sus primeros encuentros con grupos de nios y adolescentes que los reciben desde los modos particulares de su identidad urbana. Beatriz Alen

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La vida en las escuelas: Historias cotidianasLa descripcin del contexto urbano

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uestra ciudad, Corral de Bustos-Ifflinger, puerta de entrada al sudeste cordobs, enclavada en la llanura cordobesa, abierta a un horizonte plano teido de verde y celeste, tpico de las regiones agrcolas del centro sojero del pas, no se caracteriza por el paisaje serrano con olor a peperina ni por la tpica tonada cordobesa. Las innumerables seales histricas, culturales y tursticas de Crdoba se vivencian en la armona de sus artistas, en los espectculos callejeros, en los eventos comerciales, en las muestras deportivas y, tambin, en las aulas. Centro de una urbanidad particular, se identifica por sus monumentos y por los peridicos encuentros de pintores, escritores, historiadores, msicos de vanguardia que dan cuenta de un importante movimiento cultural. Una fotografa area de esta pequea ciudad no dir demasiado sobre ella, solo quien tenga la oportunidad de escuchar el canto de los pjaros, de los que todava gozamos, o sentir el fresco aire urbano lejos aun de la contaminacin que sufren las grandes ciudades, llegar a conocerla en toda su belleza.

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Los espacios que pueblan los sujetos no son solo localizaciones, adquieren significado a partir del sentido que les otorgan quienes los habitan y los hacen propios. Esta pertenencia les permite proyectarlos como contexto de producciones y otorgarles nuevos significados. As pues, las dimensiones locales no son solo cuestiones de geografa sino tambin de sentimientos, de modalidades de estilos de vida. En el contexto de nuestro territorio somos parte de los argentinos que no tienen ros, ni mares ni montaas. Nuestro pas se caracteriza por las grandes distancias entre ciudades, la nuestra se encuentra muy alejada de las grandes urbes, lo que constituye un obstculo a la hora de tomar contacto con las innovaciones que se difunden desde esos centros de informacin que produce cierta incertidumbre ante la necesidad de estar actualizado acerca de las nuevas teoras para realizar tareas conjuntas. Esta dificultad, lejos de convertirse en un inconveniente, potencia nuestra urbanidad y nos mueve a buscar mecanismos de comunicacin que nos permitan un hacer conjunto a pesar de los kilmetros que nos separan. Ponemos el ingenio a nuestro servicio para estar al tanto de las innovaciones profesionales y culturales de los proyectos de centro, lo hacemos con la autonoma suficiente como para no perder las caractersticas de nuestra urbanidad teida de olor a campo ya que, como formadores, no debemos olvidar las contingencias de los vaivenes productivos del sector agrcola-ganadero que sustenta nuestra comunidad. Pensamos que el escudo de la ciudad es una buena sntesis de nuestra identidad.

Escudo Corral de Bustos

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Su engranaje facetado de color acero evoca la industria y el tendido ferroviario que nos diera nacimiento, las dos espigas de trigo maduro representan al patrimonio campesino de la ciudad y de la zona. Por ltimo la antorcha de color violcea y con llamas de tonos rojizos y naranjas, identifican el arte y el deporte, tan fecundos en Corral de Bustos-Ifflinger. Desde sus inicios la poblacin ha mantenido el contacto con el resto del mundo por la fuerte influencia de los inmigrantes fundadores que llegaron de Europa y sintieron la necesidad de mantener los lazos con sus ciudades de origen. Debido a esta caracterstica muchos de nuestros pobladores tienen doble ciudadana, son jvenes dispuestos a explorar espacios lejanos y familias abiertas a recibir extranjeros para favorecer intercambios educativos y deportivos. Los primeros pobladores tuvieron un espritu fundacional que permiti hacer de la heterogeneidad una fuente de crecimiento y pujanza. El camino de entrada, al que abre el arco que nos invita a ingresar a la ciudad, lleva por nombre Parque de los inmigrantes, es un espacio que incita a quedarse a descansar, a disfrutar de la sombra de los rboles frondosos que lo pueblan. La influencia de las doctrinas anarquistas, socialistas y marxistas, a las que adscriban los inmigrantes llegados a nuestra ciudad huyendo de la Guerra civil espaola o de los autoritarismos europeos, hizo que estos antepasados decidieran construir una oferta educativa pblica originada en fuertes movilizaciones populares, como fue el caso de la creacin de la Escuela Normal Superior Maestros Argentinos. La ciudad cuenta con valiosas escuelas con historias propias y singulares que las distinguen entre s, algunas de las cuales participan del Proyecto de Acompaamiento a Docentes Noveles implementado por el Instituto Nacional de Formacin Docente. Adems de la Escuela Normal Superior Maestros Argentinos- donde funcio-

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na el Instituto Superior de Formacin Docente participan del Proyecto de Acompaamiento a Docentes Noveles: las escuelas Hiplito Irigoyen, Remedios Escalada de San Martn, General Jos de San Martn de la localidad vecina General Bernardo O`Higgins y la escuela privada confesional Juan XXIII. Son las voces de las docentes noveles Bety, Yamile, Silvina, Clarita, Laura, Claudia, Daniela, Marita, Mauricio y Liliana y de las Marielas y Lauritas, las que nos pondrn al tanto de las caractersticas de las escuelas y de los alumnos frente a los que inician sus primeras experiencias, mientras entrecruzan comentarios que van de las tribus urbanas a los vertiginosos medios de comunicacin para quedarse en una interesante charla sobre los impactos de la tecnologa. Estas son algunas de las ideas que convocaron la atencin de todos: nuestra escuela es chica, los alumnos reciben con una inmensa bienvenida todo lo que se les brinda buscan todo en Internet el cdigo de los mensajitos arruina la escritura, cada vez van a tener peor ortografa pensar la docencia sin la computadora es imposible yo sin la compu no soy nada Hay chicos que tienen tanto acceso a la tecnologa que nada les llama la atencin, se aburren en la escuela No todos los docentes tenemos el mismo manejo de la tecnologa

As, en medio de estas descripciones de escenas escolares nos reconocimos, tambin nosotras, como parte no solo de la escuela a la que pertenecemos sino tambin como integrantes de este lugar con caractersticas urbanas propias que reconocemos como nuestro lugar en el mundo.

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El inicio de una nueva experienciaLa narrativa oral y escrita de los docentes no tiene espacio real en las escuelas, tal vez porque no se la ha valorado apropiadamente, tal vez porque requiere tiempo, o implique un aprendizaje de estilo complejo para ser abordado con los noveles ya que es algo que no se ensea solo desde el aula sino que se construye y se desarrolla a partir de la experiencia y de los modelos observados. Surgiran as interesantes narrativas, productoras de nuevos saberes pedaggicos.

El recorrido formador de los docentes acompaantes, comenz con un encuentro realizado por el Instituto Nacional de Formacin Docente del Ministerio de Educacin de la Nacin, el 30 y 31 de agosto de 2007 en Buenos Aires. Al encuentro concurrieron las provincias que se incorporaran a la lnea de accin, luego de las experiencias de las provincias de Nuevo Cuyo. Orientados por colegas del Instituto, revisamos perspectivas tericas y escenas escolares que nos permitieron reconocer una nueva mirada sobre la condicin docente, la de ser novel, y una nueva prctica de formacin orientada a acompaar a maestros y profesores en sus primeros desempeos laborales. Este primer seminario estuvo a cargo de la profesora Martine Kherroubi del Instituto Universitario de Formacin Docente de Crteil (distrito ubicado al sur de Pars) y de compaeros de institutos de formacin docente de diferentes provincias que ya haban iniciado la experiencia. Aunque lo vivenciado nos result muy interesante, los avatares de la gestin no aseguraban la continuidad del proyecto en la provincia. A principios de 2008 fuimos nuevamente convocadas por la Direccin Provincial a participar del Proyecto de Acompaamiento a Docentes Noveles en su primera insercin laboral. As, marzo nos encontr reunidas pero para avanzar, ya, en la implementacin del proyecto. Estbamos llenas de interrogantes: Cuntos docentes podemos acompaar?

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El directivo es un acompaante o no? Qu dispositivos de acompaamiento usaramos y cules seran pertinentes? Conviene integrar el equipo con acompaantes profesionales de prctica o de disciplinas curriculares? Durante el encuentro, que se desarroll en el Instituto Nacional de Formacin Docente, se llev a cabo un interesante intercambio con la coordinacin de esta lnea de accin que puso a nuestra disposicin las experiencias de otras provincias documentadas en relatos, crnicas, textos de gestin (actas, planificaciones, planillas, etc.). Salimos de la reunin decididas a organizar las primeras jornadas de trabajo. Previamente lemos bibliografa especfica, organizamos debates sobre diferentes problemticas y reflexionamos, entre las integrantes del equipo, sobre qu hacer y cmo hacer. Entonces, estuvimos preparadas para abordar el proyecto definitivo. Los tiempos nos apremiaban, la demanda haba surgido y las expectativas eran muchas. Las acciones de desarrollo e implementacin comenzaron y se fueron sucediendo. Fuimos definiendo roles y responsabilidades y socializando la propuesta. Las cuatro docentes del equipo de acompaamiento brindamos charlas informativas a cada uno de los directores de las escuelas; estos nos informaron sobre la cantidad de noveles y sus posibilidades de participacin; tambin inscribieron telefnicamente a los interesados. Las primeras dudas tenan que ver con la disponibilidad de recursos materiales, con qu cantidad de horas ctedras contara la tarea y cmo se reorganizara el tiempo. Mayo del 2008 nos volvi a reunir en Buenos Aires, en el Tercer Seminario, a cargo de Rodrigo Vera Godoy (consultor internacional chileno) quien nos introdujo en la experiencia del taller de educadores y su metodologa y nos permiti clarificar las caractersticas del trabajo en rondas de anlisis sobre las prcticas docentes. Despus de hablar con la Inspectora Regional de Nivel Primario y Nivel Inicial con sede en Corral de Bustos comenzamos a acercarnos a las escuelas urbanas de nuestra localidad para que los directivos nos presentaran a los maestros nove-

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les. Visitamos escuelas primarias y aprovechamos las recorridas para hacer conocer el objetivo general de la propuesta. Los directivos funcionaron como mediadores ante los docentes noveles de sus instituciones. Recibamos, as, un reconocimiento de la trayectoria de nuestro Instituto (El Magisterio como se nos llama en nuestra ciudad), que reforzaba los vnculos establecidos a lo largo de cincuenta aos de historia de formadores de maestros. Desde la primera entrevista nos alegramos por su confianza y nos inquietamos por la responsabilidad que implicaba esta nueva tarea. Cada escuela primaria, al decidir sumarse, se converta en una socia del Proyecto de Acompaamiento y, a la vez, ste pasaba a formar parte de su propio Proyecto Educativo Institucional y de su Proyecto Estratgico Institucional. Se firmaron convenios y actas acuerdo entre el instituto formador y las escuelas asociadas. Esto posibilitaba a cada escuela iniciarse en un proceso de investigacin-accin sobre las prcticas profesionales docentes en redes interinstitucionales. Y, adems, se trataba de comprometerse con un proceso orientado a: Facilitar las primeras inserciones laborales de los docentes principiantes. Instalar progresivamente una cultura profesional de reflexin y anlisis. Desarrollar un espacio para la investigacin sobre las primeras prcticas. Intercambiar con otros colegas Repensar las concepciones relativas al inicio de la carrera docente. Enriquecidos por las experiencias realizadas en las otras provincias, nuestra dinmica consisti en partir del contexto escolar hacia el novel. Lleg as el momento de encontrarnos personalmente con los destinatarios del proyecto. Tenamos que transmitir con claridad el espritu del Acompaamiento, contagiar desde ese primer encuentro, desde la primera palabra, desde la mirada sincera, desde nuestra conviccin, que el inicio de una profesin se enriquece si se est acompaado profesionalmente.

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Todo estaba preparado. Las cuatro profesoras que integramos el equipo de acompaamiento, Martha, Mary, Lili y Zully inicibamos el plan de accin planteando la realizacin de un seminario mensual y una ronda de conversacin entre pares cada quince das en el mbito de la Escuela Normal Superior, siempre despus de la jornada de trabajo de los docentes en sus respectivas escuelas. La escuela Hiplito Irigoyen fue la sede de este primer encuentro. Alicia, su directora, nos abri la antigua puerta y nos recibi con calidez. Se inicia, finalmente, el primer seminario taller del Proyecto de Acompaamiento en la Primera Insercin laboral de Docentes Noveles:La msica espera para crear un espacio de trabajo distinto al del aula, despabilando el cansancio, al final de la jornada. La bienvenida incluye una presentacin en power point que posibilita el inicio del dilogo sobre el sentido de una prctica renovada de formacin continua. La lectura y el comentario de dos expresiones presentadas dejan sus huellas y permiten consonancias personales, posibilitan interesantes replanteos sobre la prctica profesional y una entusiasta predisposicin para la reunin: son las palabras del socilogo francs Patrik Rayou: Es necesario que la investigacin tome races en situaciones reales, all donde se producen los problemas Y las del profesor chileno Rodrigo Vera Godoy: Si el propio sujeto genera conocimiento sobre s mismo, est en condiciones de aprender y de transformar la situacin, Estas referencias, adems, nos permiten ampliar los conocimientos sobre el Programa de Cooperacin Educativo Francia Argentina y sobre las biografas de los investigadores mencionados. Inspiradas en la propuesta de Rodrigo Vera Godoy, invitamos a nuestros docentes noveles a poner el cuerpo dejndose llevar por las melodas que van

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surgiendo, los invitamos no solo a reaccionar y responder desde el intelecto sino a involucrar todos sus sentidos. Este tipo de propuestas favorece una apertura que les permite indagar sobre sus temores, dificultades, inseguridades, deseos y aspiraciones respecto de sus propias prcticas docentes.

Cerramos el taller con la realizacin de una encuesta individual que nos permiti acercarnos a algunas cuestiones vividas como preocupantes por los noveles: la convivencia escolar, la desercin escolar, la falta de material didctico, los contenidos tericos especficos, la escritura de los textos acadmicos, los problemas de aprendizaje, el desinters de algunos alumnos y las estrategias viables para la resolucin de situaciones problemticas. La informacin obtenida fue volcada a un grfico de barras que permiti una visin clara y sistematizada de la misma.

Inters aparte mereci la variable otros, donde los noveles expresaron cuestiones vinculadas con diferentes agentes institucionales como la relacin escue-

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la-familia y circunstancias sociales como las referidas a situaciones de comunicacin entre pares, con docentes experimentados, con alumnos y con padres/tutores/adultos a cargo.

La demanda ms recurrente, un 70 %, fue trabajar sobre el problema de convivencia en el mbito profesional. Podemos suponer que tambin las preocupaciones referidas a la comunicacin y la familia tienen que ver con cuestiones de convivencia y se constituyen en el mayor desafo para los docentes noveles y sus acompaantes. Por eso, para llegar a puerto, nuestro equipo consider importante comenzar a trabajar con los noveles en las nuevas formas de vinculacin con las escuelas y pensar la prctica a partir de una mirada sobre la escuela. Acordamos con los participantes intentar, en estos encuentros, ir ms all de la descarga emocional y centrarnos en la reflexin. Decidimos abordar el tema de la autoridad docente. Al respecto tuvimos en claro algunas cuestiones: tanto los que formamos en los institutos de formacin docente como los docentes que de all egresan aprendimos a percibir la autoridad, y por lo tanto a ejercerla, a partir de modelos histricamente asociados al autoritarismo o al paternalismo como polos opuestos. Exista en todos la decisin de abandonar actitudes autoritarias, esto arrastr consigo, en parte, el reconocimiento de la autoridad como un valor indispensable en las relaciones asimtricas entre adultos y nios. En este contexto, sostu-

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vimos la conviccin de que la legitimacin de la autoridad educativa es condicin de posibilidad para que la escena de la enseanza encuentre sentido; sin embargo, un gran nmero de los docentes noveles entrevistados encuentran en este aspecto una de sus mayores debilidades y, a la vez, uno de sus mayores desafos. Otro aspecto profesional que aparece como cuestin problemtica para los noveles, segn sus relatos, es que junto con los materiales didcticos, existe la necesidad de aporte de material bibliogrfico. El manejo del texto acadmico presenta dificultades de acceso para el novel porque requiere criterios de seleccin que implican tiempos que no se condicen con las urgencias de la prctica. El novel pone todo su esfuerzo en preparar y llevar adelante la clase y conocer la realidad institucional. Adems, como en general el recorrido por las aulas es fluctuante e interrumpido, busca recetas para enfrentar las suplencias y la coyuntura en el complejo contexto urbano. As nos comenta un novel: hasta tanto no me ubique como titular no gasto en libros, esa plata la uso en capacitaciones para subir en el escalafn Esto deriva en un consumo de kiosco de los recursos didcticos ya armados por la oferta editorial -muchas veces es una revista la que soluciona la preparacin de un acto- dice uno de los noveles. Los noveles, en sus comentarios, llegan a la conclusin que lo acadmico requiere de la librera especializada, el asesoramiento, el esfuerzo de comprensin, la relectura debido a la incorporacin de vocabulario con ciertas dificultades en su interpretacin, por lo que las urgencias de la cotidianidad escolar hacen que busquen soluciones rpidas en revistas o libros de textos. Adems, reconocen tener como prctica la lectura de textos para el uso en el aula pero no as como prctica profesional sostenida y de crecimiento personal. De all que la biblioteca profesional docente quede a la espera de otra oportunidad. En las conversaciones aparecieron las primeras expresiones de las experiencias y necesidades de los noveles:

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Estoy cansada que me digan en las reuniones de personal vos que sos la nueva coment una docente recin egresada de nuestro instituto de formacin docente me viene brbaro porque tengo dudas en lo disciplinar que muchas veces no s con quin compartir expres una colega que se desempea en una escuela con una sola divisin por grado. Me siento fortalecido para convocar y motivar a los nios para mis clases. Ojal pudiera con esto resolver los problemas de conducta que tengo en mis cursos manifest un docente de materia especial Yo quera seguir en contacto con ustedes porque esto me va a permitir acceder a nuevos libros, bibliografa explic uno de ellos S, yo voy porque a mi Directora le gusta y mejorar mi concepto esgrimi alguien.

En las entrevistas individuales que realizamos a directivos y noveles, aparecieron ideas recurrentes. Las que surgieron con mayor frecuencia se referan a la necesidad de profundizar el vnculo entre los Institutos de Formacin Docente y las escuelas donde practican los estudiantes. Otra preocupacin se centraba en la necesidad de establecer contacto entre las escuelas donde trabajan los recientemente egresados y los Institutos de Formacin. Tambin se pona en cuestin lo acertado o no de la duracin de las prcticas. Por otra parte se preguntaban si, para quien se inicia en la docencia, le es suficiente un adecuado manejo de los contenidos para formular buenas propuestas de enseanza. Cuando terminamos el recorrido por las escuelas, Martha, una de las formadoras acompaantes, expres- Para los noveles, la prctica de aula es la columna vertebral de la profesin docente-. Mary respondi - sin embargo, sin negar la importancia de la enseanza, nosotros y ellos tenemos el convencimiento de que el trabajo en equipo, especialmente orientado a implementar estrategias, analizar las propuestas curriculares, proyectos e investigaciones es lo que permite el enriquecimiento y profundizacin de los contenidos, el trabajo del docen-

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te en forma cooperativa, el espacio compartido, la mirada del otro, el intercambio con colegas, los encuentros de supervisin y anlisis, los aportes tericos son cosas valoradas por todos. Nuestra profesin no se agota en el espacio del aula. Zully agreg: todava hay una fuerte lastre terico del que no se pueden desprender aunque hayan llegado a destino: el aula real. Efectivamente, en las conversaciones, los noveles hablan de los dems docentes, de los alumnos, de la institucin, del contexto que no logra hacerse visible, en tanto urbano. No cabe duda de que durante la formacin inicial el practicante est tensionado por poder ensear lo que el maestro le ha pedido. En sus relatos aparecen estas preocupaciones: la prctica que voy a contar la di en cuarto grado, el tema fue el adjetivo calificativo y el adjetivo gentilicio. Estaba bastante nerviosa mi temor era cmo comenzar con la motivacin. Karina La maestra de primer grado me haba dado dos temas para empezar a planificar, uno de ellos era cuento. Me daba terror darlo hasta que eleg Los sueos del sapo de Javier Villafae. Paola Fue prodigioso ver el desempeo de los nios frente a las actividades que les propona. Fue gratificante ver cmo se produca el aprendizaje. Sent una satisfaccin indescriptible que deseo sentir siempre que est frente a un aula. Vanesa

A fines del ao 2008 una vez llevado cabo el Proyecto de Acompaamiento a los Docentes Noveles en sus primeras inserciones laborales en escuelas urbanas, el guin de la experiencia del equipo de trabajo de la Escuela Normal Superior Maestros Argentinos qued elaborado. Todo camino profesional requiere de un tiempo para evaluar lo transcurrido. Reconocer aciertos, reformular procesos con la mirada en el futuro, recuperar prcticas para potenciarlas, descartar lo vano, lo no logrado. Decidimos as, cules seran las acciones de finalizacin y de cierre.

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Pensamos en una evaluacin cualitativa y cuantitativa del proyecto que servira para el diseo del ciclo lectivo 2009.

Docentes noveles y experimentados: diversas miradas sobre la prctica profesionalQu comparte y en qu se diferencia una escuela de una pequea ciudad con las escuelas de las grandes ciudades y con las escuelas rurales de su entorno? Hay diferencia entre la mirada de un docente experimentado y un docente novel? En conversaciones informales en la sala de profesores y a travs del correo electrnico, colegas de diferentes niveles de enseanza, algunos noveles y otros de extensa experiencia, respondieron a cuestiones que queramos indagar: la disciplina hoy, el ejercicio de la profesin en estos tiempos, el da a da del aula, la preparacin de la clase, los actos escolares, el aprendizaje de los alumnos. Queramos ampliar nuestras perspectivas para poder acercarnos mejor a los noveles. Esperbamos comprobar si existe la diversidad profesional de la que tanto se habla, diversidad marcada por la historia personal, el recorrido formador, las primeras experiencias docentes, la relacin con los pares, las caractersticas del contexto. As Silvia, docente con veinte aos de antigedad, coment: La clase se hace viviendo, practicando, queriendo siempre aprender de la realidad, de los chicos y del modo con el que los colegas se mueven. Tambin exige trabajar sin improvisar, prepararse siempre, porque no es serio ir a clase sin saber todo lo que va a pasar. Es necesario admitir que, a veces, lo preparado no es lo adecuado y que, entonces, es necesario imaginar, crear y decidir a partir del emergente inmediato. Esto se concreta sin clausurar espacios a la sorpresa, cambiando registro, lenguaje, modalidad de intervencin; siendo hbil con lo metodolgico: lectura, escritura, manualidad, escucha, debate, creatividad, gesto, operatividad, silencio,

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juego, testimonio, iconografa, cine. Es necesario permitir al alumno ser protagonista y evitar antagonismos, verificar lo que se aprende, facilitar momentos externo (visitas instructivas, muestras, salidas al teatro o lugares de la tradicin, etc.). Adems, se hace una clase, valorando el gesto solidario, motivando personalmente a alcanzar un objetivo ideal pero concreto que d respuesta a la necesidades. Desde su condicin de novel, otras maestras comentan: La clase se logra cuando se puede construir en el aula un espacio de dilogo y de intercambio entre los alumnoses ah cuando siento que un conocimiento ha sido enseado y comprendido, cuando los alumnos pueden aportar su mirada al tema y compartirlo. Cuando despus de trabajar con un alumno de primer grado, desde el comienzo de clases logr hace pocos das que comience a escribir y leer algunas palabras sencillas. Pienso que la alegra fue mutua porque l se sinti capaz y comprendi que puede llegar a aprender de acuerdo con su tiempo, lo mismo que el resto de sus compaeros. Y yo, porque despus de mucho trabajo pude lograrlo.

Las coordinadoras nos dimos cuenta de que tanto los docentes experimentados como los noveles valoran la determinacin de objetivos precisos y de una tarea clara. Si pudiramos en estas pginas ampliar los testimonios, veramos cmo los docentes experimentados muestran diferencias entre s, del mismo modo que stas tambin se manifiestan entre los noveles frente a diversas cuestiones de la actividad docente. Por lo cual el acompaamiento refuerza su valor como instancia de dilogo entre perspectivas diversas y compartidas.

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Las primeras narrativas personales y profesionales docentesContar las historias de los acompaados nos permite tomar sus voces desde el primer seminario, al que llamamos Las experiencias pedaggicas decisivas. En l para motivar las propias escrituras disfrutamos del texto La Ballena azul de Hctor Tizn. En una escuela de Yala, provincia de Jujuy, una maestra rural les pide a sus alumnos que copien una ballena que ella ha dibujado en el pizarrn. Esa consigna produce en los alumnos desconcierto y maravilla. Una joven de trece aos que llegaba a la escuela montada en un burro, sin guardapolvo y que tena ojos vivaces pero desconfiados y cautelosos como los de un pjaro pinta la ballena de color azul. La maestra, como respuesta, la trata de idiota. Esa reaccin desproporcionada de la maestra y su falta de imaginacin hacen que Pancha, la nia, no regrese a la escuela. El cuento de Tizn narra una situacin escolar del pasado, en un contexto rural pobre pero, al mismo tiempo, nos habla de una historia universal que va ms all del contexto, que nos muestra la imposibilidad de la maestra de ver ms all de lo establecido, de dejarse llevar por la imaginacin. Asimismo, esta historia nos habla de tantos nios y jvenes que son expulsados de la escuela por decisiones pedaggicas que no tienen en cuenta las caractersticas individuales; escena que se repite, lamentablemente, an, en muchas escuelas urbanas. El relato de Tizn nos permiti reflexionar sobre el ser docente, revisar escenas vividas en la niez, comparar la escuela de antes con la del presente, detenernos a pensar en cmo impacta en los nios la palabra, la mirada y el gesto del maestro; interrogarnos sobre las relaciones humanas, preguntarnos si se dan de la misma forma en diferentes contextos y, adems, conocernos entre todos en la primera ronda de conversaciones entre pares..

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Rescatamos algunos comentarios: Me parece que tal vez en esa situacin de dibujo de una ballena podra haber jugado un papel ms importante la imaginacin del nio, la posibilidad de abrirle otro mundo totalmente diferente al de l. Quin se anima a decir que el imaginario no es til? Por qu no le permiti explicar por qu haba pintado una ballena azul? En la zona de Jujuy era imposible ver una ballena. Esto no quiere decir que el chico no conociera una ballena, pero con respecto a lo significativo me parece que, a lo mejor, a l le hubiera resultado ms significativo algo que tuviera que ver con su contexto, con su entorno y no, a lo mejor, con la ballena. A m me resulta interesante eso que planteaste. Esto de abrir el mundo. Estos chicos son de la zona de Jujuy y no es bueno quedarse en un solo contexto. Yo creo que es enormemente enriquecedor abrirse a otro mundo, ahora Con qu motivacin? Con qu recursos? En qu contexto? Con qu estrategias?

En este fragmento, la ronda de conversaciones se centr en la cuestin del contexto en relacin con el aprendizaje: qu relacin hay entre el contexto de la escuela rural en que se sita la historia y el dibujo de una ballena, qu aprende el alumno, qu lugar ocupa la imaginacin y la apertura a otros mundos en la escuela. Alguno de los comentarios de la ronda de conversaciones escenifica la creencia que si se est en un contexto rural no se pueden ensear saberes que refieran a otros mundos, porque no son significativos. Esto nos permiti dialogar con lo que pasa en el contexto urbano donde tambin muchas veces se ensea desde esta premisa.

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En cuanto a la maestra del cuento, la ronda de conversacin permiti a cada una expresar, en secuencia de ideas, apreciaciones, asociaciones, experiencias, posicionamientos sobre el sistema educativo.Si pensamos en nuestra formacin, tambin, hay un contexto en el que lo significativo no se plantea. Qu vemos y que no vemos? Qu no queremos ver? Qu cuestiones en el aula miramos y nos enojan? Qu cuestiones no podemos ver? Yo como docente me sentira frustrada si alguna vez me pasara esto, porque seguramente lo que estoy haciendo est coartando al otro. Tendramos que ver cuntas situaciones nuestras lleva al alumno a no querer estar en el colegio. Pero la alumna no volvi a la escuela. Por culpa de la maestra. A diario pasan situaciones en la que una chica no va ms al colegio; frecuentemente nosotros nos vemos forzados o reaccionamos mal y pensamos que tal vez tendramos que haber hecho lo contrario, y, los chicos estn en el medio, la responsabilidad es nuestra. Tal vez hay un chico que no deja la escuela porque del otro lado hay una familia que lo empuja, pero ms de una vez, no tiene ganas de venir. O no hay un maestro que lo retenga. Hoy, la escuela tiene que estar, no hay escape.

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La situacin de expulsin de Pancha, la nia del relato que no vuelve a la escuela, abri la posibilidad de hablar de las situaciones de estigmatizacin y de desercin escolar que se viven en las escuelas urbanas. Como vemos, la primera accin fue hablar de una escuela ajena, distante, una escuela a la que ninguno quera pertenecer, la escuela que nos presenta Tizn en La ballena azul. Mirar hacia afuera facilit un mirar hacia dentro y abri el horizonte para empezar a escribir los primeros relatos autobiogrficos. La ronda de conversaciones guiada, realizada entre pares, a partir de experiencias de otros contribuy a evidenciar las propias y nos permiti acercarnos. Pudimos romper con la sensacin de soledad que siente el novel y encontrarnos en sensaciones comunes, puntos de vistas similares, propuestas parecidas, sentimientos idnticos que significaran una apertura para empezar a narrarnos a travs de la escritura. Como cierre, con msica que acompaaba la escritura, comenzaron a germinar en lpiz y en papel, sencillas y confiadas, las primeras narrativas que, a partir de la frase Me sent reconocido/reconocida, expresaron y posibilitaron un registro de vivencias personales. Transcribimos textualmente algunos fragmentos:

Me sent reconocido / reconocida: Cuando las madres finalizado un acto escolar, emocionadas, expresaron la alegra de haber visto a sus hijos participar, y agradecieron las actividades previas de los chicos. Cuando recib el agradecimiento de los padres, el afecto de los alumnos da a da en la prctica docente y por mi participacin en el equipo de la comunidad educativa. Cuando fue realizado el proyecto un cuerpo para cuidar En este proyecto los alumnos transmitieron al grupo de padres, docentes y alumnos de otros grados y a directivos de la institucin, todo lo

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trabajado y aprendido durante un mes. Los nios investigaron, trabajaron y explicaron con mucho inters y entusiasmo. Tambin, fui reconocida por el padre de una alumna que se acerc a la Institucin para comunicarle a la Directora que me felicitara por la enseanza de las divisiones. Cuando veo que en mis alumnos se hacen manifiestos, en las acciones cotidianas y en las interacciones, los logros obtenidos. Cuando citan canciones y movimientos aprendidos en mis clases me siento valorizado. En una nueva jornada, para finalizar el encuentro, propusimos la segunda consigna de auto-narracin: Me sent desvalorizado/desvalorizada nuevamente la msica inspiraba al relato autntico, desinhibido, sensible. Y otras escrituras personales fueron habilitadas:

Me sent desvalorizado/desvalorizada Cuando continuamente mencionan los aspectos negativos haciendo referencia a vos que sos nueva. Cuando un da no pude explicar de otro modo las divisiones con decimales que mis alumnos no entendan. Me sent incapaz y dud mucho sobre mi profesin, porque pens que no estaba lo suficientemente preparada. En una situacin de indisciplina que no pude manejar con sentido comn. Cuando no vieron el progreso que logr con un chico que tena problemas de atencin.

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Despus de la entrega de las escrituras, cada novel recibi, para preparar su intervencin en el prximo seminario, un dossier que contena tres propuestas de lectura que consideramos permitan reflexionar sobre experiencias pedaggicas decisivas, los inicios del camino lector, la importancia del docente como mediador, los desafos de las nuevas alfabetizaciones y la formacin docente continua. Para cerrar la jornada, los invitamos, nuevamente, a poner el cuerpo en una propuesta ldica que alent el buen nimo y entusiasm la promesa del reencuentro. Rojo, azul y blanco, los colores de nuestras cintas fueron convocantes. Un mediador, elegido entre los docentes acompaantes, sostena los lazos de satn y guiaba el movimiento, daba las consignas por colores: dos pasos hacia delante, dos pasos hacia atrs, cruzar por debajo, trenzar. Segn la posibilidad que el coordinador vea, sugera movimientos para que se acercaran, se entrelazaran y, as, poder formar una trama, una red, un tejido de relaciones. Vimos y sentimos risas, idas y vueltas, algn enredo, gestos amigables, saludos. Alguien, jugando, anill el extremo de su cinta en los dedos de su mano. Mientras se cruzaban, compartan la sensacin de estar juntos en una misma tarea: la misin de tejer sus prcticas profesionales.

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Los comienzos de un equipo

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n las reuniones previas a la puesta en marcha del Proyecto de Acompaamiento, los integrantes del equipo nos debatamos entre certezas y dudas. A partir de un interrogante resuelto, una certeza alcanzada, surgan nuevas inquietudes. Entre las certezas, asumimos que este proyecto no vena a completar una formacin supuestamente inconclusa o deficitaria sino que su sentido era potenciar saberes adquiridos que deben reconfigurarse en las urgencias y desarrollarse en el mbito educativo, complejo, cambiante, donde los sujetos son interpelados por diferentes objetos culturales, los medios de comunicacin masiva, las TICS. Nos preguntamos qu hacer cuando el docente principiante se acerca a nosotros solicitando contenidos, cuando nos pide que le solucionemos problemas y cul era el sentido de nuestra tarea de acompaamiento, si se trataba solo de conversaciones, qu distancia habra entre lo que esperaban los noveles y lo que podamos proponerles y desde qu mirada estbamos recortando la propuesta. Al

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mismo tiempo nos inquietaba saber si un docente que no siente que lo acucian dificultades de la prctica iba a aceptar ser acompaado, como as tambin si nuestra experiencia servira para otros, teniendo en cuenta que la realidad escolar es tan compleja.

Una perspectiva guionableA pesar de todas las preguntas que nos inquietaban, sabamos que era necesario abrir espacios en los que los docentes noveles de escuelas urbanas pudieran manifestar sus preocupaciones y desvelos; un espacio y un tiempo que posibilitara compartir experiencias. Sustentaba esta certeza el saber que los espacios y escenarios en los que se desenvuelven los maestros exigen el trabajo colaborativo, la mirada compartida, el abandono de la soledad en la gestin del aula y los proyectos educativos, exigencia que se hace ms difcil de concretar en la complejidad urbana. Nos orienta el convencimiento de que es necesario trabajar cooperativamente, ms all de las distancias que separan una escuela de otra, un domicilio particular del lugar de encuentro tan caracterstico de los espacios urbanos , ms all de tiempos atomizados, difciles de entrelazar, de coordinar, inclusive por los turnos de trabajo contrapuestos y los costos de movilidad, ms all de las realidades particulares de cada escuela en la que comience a trabajar el docente. En este sentido, empezamos a elaborar el guin de nuestra prctica: desebamos crear un clima de trabajo que permitiera un espacio de encuentro confiable, de empata, que posibilitara un recorrido formador distinto, con sello propio, no una oferta a modo de recetario de capacitacin. A su vez nos interrogamos acerca de cmo colaborar para que los noveles se sientan felices de iniciarse en la profesin docente, en qu guin escribir el intento de descubrir lo que se puede y sobrellevar las desilusiones.

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Tambin nos inquietaba conocer cul era la situacin comn de acceso al primer puesto de trabajo en la provincia, en la zona de influencia de nuestro Instituto Superior de Formacin Docente. A partir de las entrevistas encontramos que la situacin ms comn de acceso al primer puesto de trabajo tiene las siguientes caractersticas: desempeos ad honorem, luego trabajos en carcter de suplencias (de duracin variable: comienzan por los reemplazos de pocos das, los que no aceptan los docentes que figuran primeros en las Listas de Orden y Mrito, y a medida que ascienden en el escalafn las suplencias ms prolongadas), posteriormente logran conseguir interinatos y, por ltimo, la soada titularidad. Adems hay un recorrido geogrfico diferencial para el ingresante a la profesin: escuelas lejanas al lugar de residencia, zonas rurales de difcil acceso, escuelas urbanas que atienden a una poblacin con ndices de mayor vulnerabilidad y escuelas urbanas cercanas al lugar de residencia. Esta es la sinttica descripcin de la situacin ms frecuente de los primeros desempeos docentes en escuelas pblicas. En el caso del sistema privado, ante una vacante piden referencias sobre sus egresados al Instituto Superior de Formacin Docente y los convocan segn las necesidades institucionales, suplencias y titularidades, sin que, necesariamente, medie un recorrido por diferentes instituciones educativas. Adems necesitbamos saber si el Instituto Superior de Formacin Docente desarrollaba acciones en las escuelas en las que comenzaban a trabajar sus egresados. La respuesta obtenida fue negativa, pues, las acciones que desarrolla, no son de impacto directo en los egresados en sus primeras prcticas laborales, sino que actan, solamente, sobre las escuelas asociadas. Las actividades que el Instituto de Formacin Docente promueve para estas instituciones educativas y su zona de influencia tienen que ver con la capacitacin, asesoramiento e investigacin de todos los integrantes de las comunidades educativas, pero nunca se atendi de manera articulada y sistemticamente al docente novel. Podramos mencionar entre sus producciones para las escuelas de destino: Capacitacin en las reas de

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Tecnologa, Lengua, Ciencias Sociales y Ciencias Naturales, asesoramiento en Bibliografa ulica para el uso del nio y/o joven, utilizacin de TIC, manejo de bibliotecas de aula, recursos y acciones del laboratorio de ciencias, y desarrollos de procesos en investigacin sobre Lecturas de la Primera Infancia, Alimentacin y dieta saludable, Uso del alfabeto y, en desarrollo, la problemtica de la violencia escolar. Por otra parte, tambin, en el momento de iniciar esta experiencia, ignorbamos cul sera la predisposicin de los noveles para el trabajo de equipo, si estaran acostumbrados, si para ellos significara un aporte genuino y significativo; ignorbamos si podramos articular las diferencias entre distintas escuelas urbanas en un guin comn que pudiera contemplar los intereses y necesidades de todos los protagonistas. As, entre dudas y preguntas logramos despegar, comenzar a caminar, a establecer los acuerdos que nos permitieron gestar un recorte terico a modo de red para recorrer el trayecto del acompaamiento que aun era solo un propsito slido de la perspectiva planificada pero, en tanto guin de trabajo, era una conjetura, faltaba hacer con otros. Estaba el guin, el escenario, los actores, los recursos, solo faltaba la puesta en escena.

Nuestra propuestaImpregnadas de los aportes obtenidos en distintos intercambios tratamos de expresar aquello que nos pareci valioso e interesante para ser divulgado en nuestra Escuela Normal Superior Maestros Argentinos. Definitivamente comprometidas, estbamos decididas a generar una nueva funcin y necesitbamos de la adhesin, el acuerdo, el pacto que permitiera la suma de los dems colegas en la gestin del proyecto. Convencidas, transmitimos a nuestros colegas que el desarrollo del Proyecto de Acompaamiento posibilitara atender, en forma sistematizada e institucional, no

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solo la formacin continua del novel sino tambin, el enriquecimiento profesional de todo el profesorado al compartir experiencias e interrogantes. Nuestro entusiasmo al describir esta nueva tarea que se centraba en la propia prctica, permiti sumar nuevos protagonistas al equipo de acompaamiento. Despus de la reunin se incorporaron dos acompaantes. A partir de all comenz otro desafo, mantener la fluidez interna de las comunicaciones entre los profesores del Instituto de Formacin Docente con nuestra escuela y con las escuelas con las que trabajaramos. Nos propusimos un acompaamiento que operara como asistencia tcnica profesional entre la formacin inicial y las primeras experiencias laborales docentes. Trabajaramos en redes interinstitucionales que permitieran considerar las condiciones institucionales y sociales de docentes de menos de tres aos de antigedad, como se nos sugiri desde el Instituto Nacional de Formacin Docente. El equipo de acompaamiento qued conformado por Zully Sandra Monge, directora y profesora de la Didctica en Ciencias sociales, y tres docentes del instituto que tienen a su cargo las ctedras de las Didcticas Especiales: Liliana Silvia Peiretti, docente de Matemtica, Martha Orlanda de Lengua y Mara de los ngeles Alessi de Ciencias Naturales y Ciencias Sociales. Nuestra posicin como coordinadoras se centra, fundamentalmente, en el trabajo cooperativo; somos cuatro docentes con ms de veinte aos de ejercicio profesional, todas poseemos una formacin bsica de nivel terciario. Posteriormente cursamos estudios de posgrado universitarios en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) y en la Universidad Nacional de Villa Mara. Cada una de nosotras est especializada en un rea disciplinar diferente y ya hemos compartido, positivamente, proyectos institucionales e interinstitucionales, propuestas interdisciplinarias y trayectos de perfeccionamiento, por lo tanto, conocemos nuestras posibilidades de tiempo, qu habilidades nos identifican y qu debilidades debern ser fortalecidas por los compaeros de equipo. Tambin, es importante considerar que nos favorece ser docentes titulares, de dedicacin exclusiva, en la

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Escuela Normal Superior Maestros Argentinos Que las cuatro trabajemos en la misma institucin, indudablemente, beneficia los encuentros, la seleccin de los recursos materiales, la planificacin y la puesta en marcha de las acciones. Esta referencia a nuestra biografa docente nos llev al recuerdo de nuestros inicios profesionales en diferentes escuelas urbanas, cuando intentbamos encontrar un estilo docente propio y un lugar de pertenencia profesional. La memoria se ilumina con la imagen de compaeros que supieron reconocernos, escucharnos, alentarnos. Entre sonrisas y aoranzas, nos permitimos disfrutar de ancdotas propias y ajenas en distintos mbitos escolares.

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Internado de varones por Zully MongeTodo inicio supone un recorrido, y el mo no solo se dio en el tiempo y el espacio, sino tambin en el encuentro con otros protagonistas de la vida escolar que no tena en mente en mi etapa de formacin. Comenzaba mis das al amanecer para que, entre transporte y transporte, los cambios me permitieran llegar puntualmente a los lugares donde realizaba mis primeras suplencias. Me toc en suerte un duro invierno, en el turno maana, dictaba las horas de Historia, martes y jueves. El despertador sonaba a las cinco, con modorra invernal me vesta, sacaba el auto familiar para hacer el trayecto desde casa a la estacin terminal de mnibus, lentamente prenda el limpiavidrios del parabrisas para quitar la helada y recorra las calles oscuras por donde transitaba la gente que volva de los trabajos nocturnos y los tempraneros de panaderas y fbricas, cruzaba el paso ferroviario, esperaba en el semforo, estacionaba en la explanada y mientras se acercaban los faros del autobs acomodaba la pila de libros para la jornada. Dos paradas del colectivo, casi cincuenta minutos de viaje y llegaba al lugar de mi descenso. Luego, segua caminando por el borde de la ruta, entre baldos y pequeas industrias de un barrio perifrico, creo que unos quinientos metros, si mis recuerdos son exactos ya que hace de esto ms de quince aos. Entre las luces de alumbrado pblico, apareca la escuela: perfecta, impecable, iluminada, imponente para la zona donde se afincaba Entre los espacios verdes y las diferentes instalaciones educativas ocupaba una manzana. La divisaba, mientras me acercaba a paso rpido entre las rfagas heladas, dispuesta ante el desafiante trabajo con los alumnos del internado de varones. Ellos, ya estaban all, en el patio, esperando el timbre de ingreso. La alegra afectuosa del buenos das, Seora, la ayudo con los libros los dejo en el escritorio eran las amables ofertas que terminaban de despabilarme Siempre estaba, as lo recuerdo, la mirada clida hasta cmplice hacia la nueva que les hablaba desde el lugar distinto de ser mujer y pertenecer casi a la misma generacin.

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Ya clareando se formaban en el patio, reciban el saludo del Director y dos jvenes de los cursos superiores del secundario izaban la bandera. La entrada a las aulas era silenciosa y respetuosa, siempre cedan el paso a las pocas figuras femeninas de la maana, se ponan de pie ante las presencia de mujeres, en la entrada o salida de los espacios, o se apuraban a alcanzar aquello que se les caa Las primeras veces que viv algunas de estas situaciones, me agachaba junto con ellos para juntar lo cado, o deca est bien primero ustedes, no, dejen, los libros los sostengo yoentonces los embargaba una gran tristeza, era como si algo se fracturase y la helada rfaga volva a colarse No los dejaba hacer lo que ellos sentan como forma de demostrar su afecto. A los pocos das de compartir las jornadas escolares entend los roles, comprend cules eran sus formas de acercarse, percib sus gestos protectores, entonces dej que realizaran sus rituales de ayuda, y, el fro no fue ms una brisa diaria, comenzaron a invadirnos aires de una naciente primavera Me haba formado en instituciones educativas, dos de ellas confesionales, con predominio de la figura femenina, donde haba alumnas en calidad de pupilas: muchas compaeras, muchas preceptoras, muchas profesoras, siempre directoras. Esa escuela, las aulas, los docentes, esos jvenes que pasaban la semana escolar dentro de un mbito cerrado, me permitieron aprender las estrategias, los estilos, los modos que nadie me haba explicado ni mostrado en la bibliografa, para trabajar con otros actores, los varones, en pocas donde el tratamiento de las cuestiones de gnero pareca muy lejano.

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Mis inicios en una escuela de adultos por Liliana PeirettiComenc mis primeras pasos en la docencia en marzo de 1984. Recuerdo que me llamaron de dos escuelas: una de adultos, el Instituto Mariano Moreno, escuela de gestin privada destinada a la formacin de adultos y ,al poco tiempo, casi un mes despus, de la Escuela Normal Nacional Superior, pblica con todos los niveles educativos. En la primera me ofrecan un cargo estable, en la otra comenzara con el recorrido que casi todo novel transita en su historia, la de cubrir una suplencia. Me preparaba en casa acomodando una y otra vez los libros y apuntes que llevara, hasta llegu a pensar ser mejor llevar portafolios? Le daba a cada detalle una importancia superlativa, propia de quien inicia una experiencia importante en su vida. Haba preparado la clase con dedicacin, quera volcar en ella toda la sabidura que senta que tena en mi poder. Trataba de no cometer los errores que crea haber visto en prcticas de docentes durante mi recorrido como alumna. Recordabay revisaba una y mil veces los conceptos que tena que desarrollar. Intentaba adivinar una y mil preguntas que podran surgir de algn alumno interesado y que debera saber responder. Lleg el momento de elegir la ropa, decid usar delantal, quizs tratando de encontrar en el mismo un elemento que marcara la asimetra que deba darse en el sentido inverso de la edad, pensaba cmo con solo veintids aos podra convertirme en autoridad de adultos, algunos de los cuales me doblaban en edad. La noche era fresca, los marzos de veintitantos aos atrs marcaban un otoo que ahora casi no conocemos, mi delantal luca limpio y nuevo y mi orgullo jugaba una pulseada con mi ansiedad. Me acercaron a la escuela. Durante el recorrido revis cada una de las acciones que haba planificado: presentarme, saludar a todos, etc., etc. Cuando llegu todo estaba preparado para empezar el acto de apertura del ao lectivo que fue sencillo pero sentido, acorde a la urgencia que todo adulto debe tener al decidir retomar o comenzar estudios secundarios poster-

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gados, quin sabe por qu cuestiones de la vida. La directora dio un discurso de bienvenida que mis nervios no me permitieron escuchar, luego invit a los docentes y alumnos a pasar a las aulas a inaugurar las clases. Recuerdo haberme presentado. La urgencia por poner en escena lo que tanto haba practicado no me permiti considerar que tambin deba hacer lo mismo con los alumnos, no tard en hacrmelo saber uno de ellos, un seor de ojos profundos y rasgos marcados que dijo: me llamo Jos, para que sepa cmo nombrarme. El trato amable y respetuoso de la expresin, el usted implcito en la frase, fueron el augurio de lo que marcara mi relacin con ellos y con todos los adultos y jvenes con quienes compartira mi profesin. El hecho de haber comenzado mis primeras prcticas como novel en una escuela de adultos configur de manera irreversible mi desempeo docente futuro, aun en otras escuelas de cursada diurna. Aprend a esperar tiempos personales, a respetar estrategias distintas para resolver una misma situacin (muchos de mis alumnos resolvan los ejercicios y problemas de Matemtica o de Qumica que les propona con mtodos caseros extrados de la sabidura ,no menos importante, que les dio la calle, la vida, el trabajo -tena como alumnos albailes, panaderos, modistas, amas de casa-). Aprend, tambin, a celebrar logros que cuestan esfuerzos inmensos, a valorar aprendizajes grandes y pequeos. Todo esto imprimi una caracterstica propia a mi modalidad de ejercer la docencia, que an hoy persiste. Mi ejercicio como docente novel tambin me exiga corregir errores de expresin como el tan usado haiga, trat de hacerlo con mucha delicadeza para no herir ni humillar, adems deb ensear a perder el miedo a resolver un ejercicio que se converta en un obstculo insuperable. La evocacin de mi primera experiencia docente me lleva a rescatar de entre los papeles guardados durante todos estos aos, un texto que me regal mi alumno Jos.

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Lluvia por Martha Silvia OrlandaHaca un mes que estaba cursando mi residencia. Iba en el mnibus como cada maana; los cuarenta minutos no me alcanzaban para repasar temas, para imaginar las reacciones de mis alumnos, para relajarme, adems, siempre haba algo que, desde la ventanilla, me distraa. Un da, acusa el recuerdo, el estridente color amarillo que usaba un pintor en lo alto de una construccin me distrajo de repasar mi clase en el viaje, y los cuarenta minutos se diluyeron entre bocinazos de otros mnibus y los tpicos ruidos que despiertan a las soolientas ciudades. Pero esa maana fue distinta, no solo por lo lluviosa; sino porque la chica con la que comparta el asiento empez a conversar conmigo, quizs, por el cuadernillo de apuntes o por los libros, descubri en m a una colega ya que me dijo, sin aviso previo, algo muy parecido a lo que les voy a contar: En el curso que me toc a m, hace unos meses atrs, tercero, los chicos no hablaban, yo extraaba a los de Capital Federal, ruidosos, inquietos, habladores, me cans de buscar estrategias para que gritaran, hicieran bochinche, pero nadame senta tan sola, para colmo la maestra del grado desapareca, solo yo hablaba y lo nico que escuchaba era un s o un no Su relato fue interrumpido por la lluvia tupida y persistente.Los escombros amontonados en la calle rota ayudaban a la inundacin y el mnibus, definitivamente, no pudo seguir. Del cielo amenazaba una lluvia de piedras, los pasajeros se quejaban y mi reloj de alumna residente me deca que iba a llegar tarde. Nunca pude recordar de qu me hablaba mi compaera de asiento en esos momentos en que empec, desesperadamente, a buscar cmo comunicarme con la escuela en la que todos eran tan estrictos en el horario, tan exigentes con los residentes. No poda llegar tarde. Toda empapada, llegu a un telfono pblico para avisar sobre el viento, el diluvio, el trnsito cortado, los mnibus que no pasaban, los taxis que no existan. Una voz me contest que tratara de no demorarme, que conoca el reglamento interno.

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Otra voz, ms clida me invit a tomar un caf caliente. Era mi compaera de asiento que me dijo: Te sigo contando, ya cuando estaba terminando la residencia, en una jornada al aire libre, una nena me mir a los ojos, me pregunt por qu hablaba tan rpido y, para rematar el tema, me cont que ellos no me entendan, que por eso no me contestaban. Creo que primero me enoj un poquito, despus me entristec y despus me arrepent por mi velocidad, y mi verborragia. Pero, como ella se sonri yo tambin me sonre; al final nos remos un buen rato las dos. Mientras la escuchaba, mi reloj de alumna residente me deca que iba a llegar tarde. Ahora, trato de hablar un poco ms lento, me coment en el momento en que pagbamos el caf. Nos despedimos con buenasuertes cuando ella subi a un mnibus y yo a un taxi. Y, efectivamente, llegu tarde. Los alumnos estaban molestos, el personal que atendi a los alumnos mientras me esperaban tambin y mi profesora evaluadora me dijo que me iba a bajar puntos por la tardanza, no solo lo dijo, lo hizo. Esa maana tuve la nota ms baja de mis prcticas docentes. En fin, esta historia ma de escuelas y de caminos, suele despertar en mi memoria quizs para recordarme que para que los chicos entiendan no hay que hablar tan ligero y, sobre todo, para no olvidar que el mundo de los docentes no es de solitarios, es un mundo compartido, en donde el colega es, adems, el compaero de dudas, de asombros, de inquietudes, de escuchas, de palabras necesarias. La lluvia persistente cala menos si es compartida y las calles rotas se cruzan mejor entre ms de uno.

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Sola en la multitud por Mara de los ngeles AlessiFebrero de 1982. Llegu a una gran ciudad, Rosario, despejando incgnitas y sumando ilusiones. Vibraba en m, un sueo firme: convertirme en docente de Matemtica. Tena una meta clara y el deseo enorme de poder transmitir esa pasin que me despierta, an hoy, el desafo frente a la resolucin de un problema de Matemtica. Mi jovialidad y mi natural confianza se convirtieron en turbacin y congoja, cuando deb ubicarme en un gran saln, perdida entre un centenar de rostros totalmente desconocidos y tratando de encontrar un banco para zurdos, ya que necesitaba acomodarme lo mejor posible para lograr entender mis escritos a la hora de estudiar. Y s, all estaba: totalmente sola, desconcertada, aturdida. Cmo lograr encontrar un lugar entre tantos alumnos? Cmo reconocerme entre la multitud? Qu pequeo era el nmero once con el que identificaba a mis compaeros de curso en la escuela secundaria! Dnde haba ido a parar esa alumna participativa, desinhibida que siempre responda lo que el profesor quera or? Qu haba pasado con la seguridad con la que siempre lograba dar explicaciones a mi compaera Laura (hoy profesora de Letras) para que obtuviera buenos resultados en las evaluaciones de matemtica? Me cost adaptarme a las grandes cantidades que identifican a la urbanidad: mucha gente, muchas cuadras entre un lugar y otro, mucho tiempo para recorrer las distancias. Sola en la multitud suena a ttulo de pelcula, pero fue mi sensacin en muchas escenas de todo mi primer ao. A modo de ejemplo, les cuento que en mi primer examen de Anlisis, ya en diciembre, el profesor para corroborar que, efectivamente, furamos nosotros quienes nos presentbamos a rendir, comparaba nuestros rostros con la fotografa de la libreta del alumno y yo haba cambiado de peinado!, ni les cuento todo lo que demor en ase-

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gurarse de que fuera su alumna. Estaba convencido de que nunca me haba visto en clases durante todo ese ao! Y as pasaron cuatro o cinco aos de estudio, no todo era como lo haba soado, no todo era Matemtica. Por momentos sent que nunca lograra recibirme. Sola preguntarme: Ser algn da una buena profesora? Y cundo tenga que hacer mis prcticas con chicos tan diferentes a los de mi pequea ciudad? .y lleg ese da mejor dicho, esa noche, porque tuve que practicar en una escuela nocturna para adultos, me asignaron la ctedra de Fsica durante dos meses y medio. Cmo se haca esperar la ansiada Matemtica! Primer tema designado: Calor y Temperatura; la escuela no tena laboratorio de ciencias, ni un tubo de ensayo! Fue necesario conseguir desde un soporte hasta un termmetro. Arm un laboratorio dentro del aula, todo sali muy bien, disfrut de mi clase y entusiasm a mis alumnos. Las dudas sobre mi identidad profesional empezaban a esfumarse. Logr recibirme, e inmediatamente comenc a trabajar en la escuela secundaria que un da me vio partir y que me estaba esperando para cubrir la ctedra de Fsica de 4 ao comercial. Esa ctedra era para m. Ctedra que despus de varias reformas educativas, y tanto ir y venir, an hoy conservo. Fue el 27 de marzo de 1987. La noche anterior no dorm, tema no despertarme a tiempo y llegar tarde a mi primera responsabilidad como docente (pese a que vivo a media cuadra de la escuela). Me levant dos horas antes. Comenc a repasar mis apuntes y las actividades que prepar con mi maquinita de escribir y papel carbnico; parada frente al espejo ensay mi clase una y mil veces. Quera que todo fuera innovador, diferente. Varias ideas daban vueltas en mi cabeza pensaba en la posibilidad de que un alumno hiciera una pregunta que yo no supiera responder. Tema cometer errores, esos errores que, como alumna del profesorado, critiqu en prcticas de otros docentes, y si no entendan mis explicaciones? En matemtica me senta ms segura! Entr al aula, la seorita Ada, directora de la escuela, que en mis pocas de

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alumna haba sido la vice directora y tambin mi docente de Geografa, me present a mis alumnos. Dijo mi nombre, la ctedra que dictara, apag la luz porque segn ella no era necesario tenerla encendida a esa hora del da y se fue. Ah qued parada frente a ms de treinta jvenes sentados, esperando por mjvenes que me escucharon, que respondieron a mis preguntas, que disfrutaron de mi primera experiencia docente y que lograron que me sintiera relajada y olvidara mis temores. Aunque no fuera Matemtica, todo fue muy sencillo. A su tiempo Matemtica tambin lleg. Pasaron los aos, ms de veinte, la ciudad creci, la escuela, ahora, es enorme, sus laboratorios de ltima generacin me ven orientando los aprendizajes de jvenes curiosos. Es cierto que dedico ms horas a las Ciencias Naturales que a Matemtica pero tambin es cierto que disfruto de todo lo que hago: Fsica, Ciencias Naturales, Matemtica. Mi fortuna debe estar en haber elegido ensear, ms all de mi pasin por las matemticas.

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Las experiencias de enseanza y aprendizaje propias, la valiosa formacin en seminarios y talleres sobre Acompaamiento a Docentes Noveles brindados por el Instituto Nacional de Formacin Docente, el recorrido por bibliografa especfica nos guiaron para seleccionar qu estrategias, qu tcnicas y qu recursos podran ser los ms apropiados para favorecer el trabajo de equipo, la comunicacin, la motivacin, la comprensin de perspectivas tericas, la implementacin de los dispositivos - seminarios de capacitacin, espacios de asesoramiento disciplinar y conversacin guiada entre pares - el registro de la experiencia. La propuesta de producir narrativas para hablar de uno mismo, como estrategia de coordinacin y de comunicacin de experiencias noveles, nos exigi recuperar experiencias llevadas a cabo en nuestro instituto, ya que frecuentemente proponemos al alumnado la narracin de sus prcticas de ensayo y hemos evaluado los resultados de algunos cursos docentes dictados a colegas de diferentes niveles, mediante la autobiografa o el relato de una experiencia escolar personal. Tambin implementamos, para poder estar comunicados, un correo electrnico grupal a travs del cual, aunque no estemos juntas, podemos debatir, acordar, escribir, corregir, organizar agendas de trabajos, entre otras tareas. Adems, el uso del correo electrnico nos permiti mantener un contacto fluido con los noveles a quienes les envibamos informacin sobre la agenda, archivos con material bibliogrfico. Asimismo los noveles podan hacer consultas o comentarios sobre la experiencia. Adems, trabajar en una escuela que cuenta con un saln de usos mltiples cmodo, funcional y preparado con recursos tecnolgicos de ltima generacin facilita toda propuesta de comunicacin. De tal modo que, desde un primer momento, adems de la computadora y el acceso al espacio virtual, la moderna cabina de sonido, el prctico escenario, la pantalla gigante, la cmara fotogrfica, el grabador/ reproductor de voces fueron nuestros aliados. La pantalla nos permite reproducir el power point con que abrimos cada jornada y las fotografas que muestran a quienes participamos, en distintas acciones y desde diferentes actitudes.

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El escenario resulta muy apropiado cuando se proponen juegos teatrales para recrear situaciones escolares urbanas. Por ejemplo, result muy apreciada por todo el grupo, la puesta en escena de un relato que reformula una narracin escuchada en el seminario "El taller de educadores, una herramienta conceptual y metodolgica para el anlisis de la propia prctica" dirigido por el especialista Rodrigo Vera Godoy, que se realiz en Buenos Aires los das 22 y 23 de mayo de 2008. Transcribimos a continuacin una ancdota narrada en ese seminario en una ronda de docentes de diferentes provincias:Mara Fernanda nos cuenta sobre una situacin que est viviendo, sta es la segunda semana que trabaja en un quinto grado que presenta as -muy numeroso, ms varones que mujeres, varios chicos robustos que andan siempre a los empujones, todos muy acostumbrados a moverse por el aula, gritones, dos o tres nias muy torpes. Nos dice que durante los tres primeros das, intent esperar callada para ver si le prestaban atencin pero debi abandonar el silencio y llamarlos a los gritos adems de obligarlos, con enojo, a sentarse cada uno en su lugar. Los tres primeros das fueron un caos. El cuarto da entr con muchos objetos: cajas, libros, tteres, juegos. Ante la novedad, algunos le ayudaron a sostener lo que traa, todos se interesaron y consigui organizarlos para rearmar un mueble que estaba vaco Ese da no dio ninguna materia pero los chicos trabajaron toda la tarde, hasta lavaron el piso. El viernes la esperaron con un: Y, ahora, qu hacemos? Les dijo que vendra la directora a conocer el nuevo armario, les propuso leer libros y revistas sentados como quisieran, les pidi a los ms prolijos que forraran libros, los dej jugar al domin, les ley un cuento, les hizo pegar una fotocopia con un informe que ella haba escrito la noche anterior, y que antes de venir a la escuela haba fotocopiado, les pidi que pintaran las imgenes que tena el informe y , finalmente, les regal un chupetn a cada uno Termin la jornada y todos se fueron contentos El lunes fue feriado Mara Fernanda, termina diciendo, como pidiendo socorro: - Martes y mircoles estoy ac, qu voy a hacer el jueves?

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Disfrutamos mucho al ver la puesta en escena en la que Estela, una de nuestras noveles lidiaba con sus alborotadas alumnas, ruidosas y molestas. Fue una entretenida dramatizacin en la que las participantes pusieron en marcha su imaginacin para recrear la situacin y su creatividad para armar la escenografa pero, esencialmente, nos posibilit transferir cuestiones escolares a la vida real; finalmente, gustosos, cerramos con un sincero aplauso. Con respecto al material visual con que trabajamos en el proyecto, cada presentacin en powert point con grficos sustanciosos permite poner en consideracin de los presentes la agenda del da, los objetivos, las referencias tericas y facilita la retencin de datos para el comentario o el anlisis de casos. A modo de ejemplo, vale hacer referencia a que la reproduccin de imgenes de diferentes ballenas acompa, significativamente, cada interpretacin del cuento La ballena azul de Hctor Tizn.

Adems de la fotografa que fue otro recurso utilizado, implementamos otros dos registros que resultaron eficaces: la grabacin oral y la escritura en computadora del diario de los encuentros. Si bien desgrabar los testimonios orales requiere de capacidad de escucha y de bastante dedicacin para interpretar voces que se superponen o expresiones en volumen bajo, nos proporciona la totalidad del contenido de las conversaciones, enriquecidas por la espontaneidad de cada uno y por el constante intercambio de ideas matizadas por tonos de voces y silencios que transmiten asombros, enojos, aceptaciones, neutralidad, inseguridades.

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Las voces de los noveles

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ubo un tiempo en que el mundo de la vida cotidiana se mantena afuera y alejado de la cultura escolar. Esta distancia tena una razn de ser en el momento constitutivo de la escuela y el estado moderno. La escuela tena una misin civilizadora, una funcin de reeducacin. Hoy resulta imposible separar la vida cotidiana del mundo de la escuela; los protagonistas de la accin educativa traen consigo su lenguaje y su cultura. Los significados que se le atribuyen actualmente al aula en las escuelas urbanas han sido interpelados desde todos los lugares posibles. Y la tarea del docente, en este contexto, se tie de incertidumbres. Los espacios del aula estn ocupados hoy por sujetos que aportan distintas realidades ciudadanas, producto del impacto de la cotidianeidad sobre ellos, nios y jvenes con acceso a dispositivos de la cultura y del mundo a los que, a veces, ni siquiera el mismo docente conoce o accede. Nios y jvenes que aparecen influenciados fuertemente por los medios masivos de comunicacin y que respondern de distinta manera a las propuestas que el docente les ofrece.Acompaar los primeros pasos en la docencia

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El encuentro con una contraculturaCmo puede un novel con su breve experiencia reconocer y afrontar tanta diversidad en las instituciones educativas de la ciudad? Leamos el relato de un docente novel con relacin a la utilizacin de un afiche para la apropiacin de saberes:

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Este relato del novel, trabajado en la segunda ronda de conversacin guiada entre pares, origin en los compaeros comentarios como: Con todo el impacto de la cartelera, los folletos, la publicidad televisiva, los juegos electrnicos, la motivacin que pretenda lograr el afiche escolar seguramente se vio opacada y frustrada. Todas las acciones, desarrolladas en el proceso de acompaamiento, del presente ciclo, sirvieron para detenernos y reconocernos, mejorar nuestra calidad de atencin y de escucha e incorporar en cada encuentro melodas que no omos habitualmente. En uno de los encuentros realizamos una propuesta ldica. Una de las acompaantes, cadenciosamente, casi en un susurro que invadi la sala como pro-

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mesa de plenitud, dijo Los invito a cerrar los ojos. Y dejarse traspasar por la msica que escuchen Vamos a sentir que la msica nos encuentra, nos abraza. Sentimos nuestro cuerpo penetrado por la msica. Disfrutamos de una sensacin muy placentera de encuentro con uno mismo. Caminamos reconociendo el espacio. Nos detenemos y nos encontramos con el compaero que ha quedado ms cerca. Formamos una ronda. Sentimos que no estamos solos. La msica se dejaba or cuando una de las docentes noveles comparti espontneamente con nosotros su valoracin sobre esta experiencia:Yo me siento fortalecida en mis prcticas gracias a los conocimientos adquiridos y a ciertos cursos de capacitacin que me brindaron las estrategias adecuadas para llevar adelante los temas con xito. Adems contar con el apoyo del resto de los compaeros me hace sentir ms segura frente a ciertas situaciones.

La msica se dejaba or. La docente acompaante agreg: Nuestro cuerpo est instalado en un andar acompaado. Estamos fortaleciendo nuestra concentracin y nuestra confianza en nosotros mismos y en quienes nos acompaan La msica se dejaba or.-Abrimos los ojos. Nos saludamos. Volvemos a encontrarnos.

La msica se dej de or. Aplausos. El espacio, el tiempo y el clima haban sido creados para que, atentos a nuestra vivencia docente, enunciramos brevemente una situacin en la que hubiramos sentido que tuvimos que poner toda nuestra energa. Y, contramos, tambin, si nos sentamos acompaados o no. Aparecieron, entonces, las voces de los noveles que hacan referencia a representaciones acerca de los chicos y las que los chicos tenan de ellos:

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En la escuela dicen: Ese est acomodado!, ese es diferente a nosotros. Los padres tambin tiene la culpa insisten: No te juntes con ese chico. Muchas veces yo me doy cuenta de que si a un chico lo reto, siempre se defiende diciendo: claro, a l no le decs nada, a m me rets siempre. -Hay chicos que son rotulados desde el jardn de infantes. Despus recorren con esa mochila toda la escuela. Las maestras comentan: vas a ver lo que es! -Si uno analiza las conversaciones en la sala de maestros, las maestras piensan y se preguntan: Qu chicos me van a tocar el ao prximo? Qu padres me van tocar? Los padres estn en la cooperadora? Son re-colaboradores? Se pasan los datos de quien es bueno, malo, abanderado, obediente, desobediente -El hijo del maestros lleva otra carga Ni hablar si el es hijo del director! Los chicos los ven de otra manera, llevan esa marca durante toda su escolaridad.

Estos testimonios de los noveles dan cuenta de la necesidad de que los profesores intenten nuevas formas de vincularse con sus alumnos sin caer en una actitud de resignacin por lo inevitable o por ver en el nio un fenmeno extrao o distinto. Tal vez lo adecuado sera, ante estas situaciones, intentar experiencias de subjetivacin. Diversidad es la singularidad. La singularidad no debe ser entendida como particularidad, sino como lo propio de una situacin. No buscar la individualidad sino bajo una mirada singular, descubrir los problemas, los obstculos, las barreras que requieren una intervencin subjetivante, es decir, producir experiencia en aquellos que participamos de la situacin. En el intercambio con los noveles aparecieron historias personales de los noveles y acompaantes en sus experiencias como alumnos, que sirvieron como apertura para hablar de la diversidad que se vive en las escuelas urbanas:Acompaar los primeros pasos en la docencia

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Yo recuerdo lo que pasaba en las redacciones. En las narraciones te corregan mucho los errores y no vean la calidad del contenido de lo que escribas. La maestra se quedaba siempre en los errores en los errores!!!y a m me daba mucha bronca porque no vea la calidad de mis escrituras.

Recuerdo a mi maestra de 6grado de Lengua. Yo era muy prolija en mis escrituras, y realmente me esforzaba mucho para serlo ya que escribo con la mano izquierda y no le pona la patita a la a cuando terminaba una palabra. Bueno ella me correga y me haca unas patas laaargas en cada a con su lapicera verde. Los rayones que me haca en las hojas!

Yo, tambin tengo una ancdota, de 2grado, recuerdo quetuvimos que investigar sobre un animalito. Yo eleg un animalito de piel fina que se llamaba marta porque yo me llamo as; eleg ese animal para exponer. Cuando le dije a mis compaeros que haba elegido la marta, todos comenzaron a burlase. Entonces trat de avanzar hacia mi seorita ( yo me sentaba muy atrs en el aula porque era alta) y le dije: Seorita no es cierto que hay un animalito que se llama marta y tiene una piel linda? Mi maestra, que era nueva, para salir del paso me mir y contest: Creo que no. Todava recuerdo su cara de incertidumbre. Yo le contesto: S, s!!!y, para dar por terminada la conversacin explica: siiiiiiiii creo que es un pjaro y que tiene muchas plumas de colores. Fue un da tan nefasto para m, nunca la quise. Sent una vergenza enorme, no sirvi de nada lo que yo deca, qued totalmente descalificada