sb25aa24e4b2737d0.jimcontent.com · web viewel informe es preciso y contundente. no da para las...

24
“el conocimiento es poder” CENTRO JOHANN KEPLER BACHILLERATO HUMANISTA Asignatu ra HUMANISMO CICLO ACELERADO SEGUNDO MES SEMANA 5 AREA ETICA Y VALORES NOMBRE La dimensión social del desarrollo humano El ser humano es un ser social por naturaleza, el establecer vínculos con sus congéneres en esencial para el ser humano, ya que es a partir de esta interacción con el otro que el ser humano está en capacidad y tienen la posibilidad de construir espacios de participación que ampliaran y potencializaran e desarrollo de su vida en lo económico, lo político, lo cultural entre otros aspectos. Al hablar de lo social no solo hablamos de la reunión de dos o más hombres, ya que esto se da no solo a nivel de especie humana, de hecho se da entre prácticamente todas las especies vivientes. Para poder hablar de lo social, debemos hablar de la construcción de mecanismos de comunicación a través del lenguaje, de la construcción de acuerdos básicos para la convivencia y el progreso del grupo, el establecimiento de vínculos que van más allá de la supervivencia (amor, amistad, familiaridad) y que superan el plano de lo instintivo y llegan al plano de lo racional. Ahora bien, para poder hablar de manera integral de desarrollo humano desde lo social, debemos entender que hay múltiples dimensiones al interior del desarrollo humano que posibilitan la realización plena del ser humano en el marco de la sociedad, en donde debemos destacar lo económico, lo

Upload: buiquynh

Post on 02-Nov-2018

214 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

“el conocimiento es poder”

CENTRO JOHANN KEPLERBACHILLERATO HUMANISTA

Asignatura HUMANISMO CICLO ACELERADO SEGUNDO MES

SEMANA 5

AREA ETICA Y VALORESNOMBRE

La dimensión social del desarrollo humano

El ser humano es un ser social por naturaleza, el establecer vínculos con sus congéneres en esencial para el ser humano, ya que es a partir de esta interacción con el otro que el ser humano está en capacidad y tienen la posibilidad de construir espacios de participación que ampliaran y potencializaran e desarrollo de su vida en lo económico, lo político, lo cultural entre otros aspectos.

Al hablar de lo social no solo hablamos de la reunión de dos o más hombres, ya que esto se da no solo a nivel de especie humana, de hecho se da entre prácticamente todas las especies vivientes. Para poder hablar de lo social, debemos hablar de la construcción de mecanismos de comunicación a través del lenguaje, de la construcción de acuerdos básicos para la convivencia y el progreso del grupo, el establecimiento de vínculos que van más allá de la supervivencia (amor, amistad, familiaridad) y que superan el plano de lo instintivo y llegan al plano de lo racional.

Ahora bien, para poder hablar de manera integral de desarrollo humano desde lo social, debemos entender que hay múltiples dimensiones al interior del desarrollo humano que posibilitan la realización plena del ser humano en el marco de la sociedad, en donde debemos destacar lo económico, lo político, lo cultural y lo ambiental como elementos imprescindibles del desarrollo humano.

Desarrollo económico

“el conocimiento es poder”Cuando hablaos de desarrollo económico, no solamente nos estamos refiriendo al crecimiento de

la producción y la industria (ya que es en este sentido que es entendido hoy el desarrollo económico), al hablarse de desarrollo económico se va mas allá, se habla de la posibilidad de construir espacios en donde las riquezas se distribuyan de manera efectiva, eficiente y equitativa entre toda la población sin

Fuente: http://iccokiasudamerica.org/?page_id=201

importar raza, genero, condición económica, creencia religiosa o política (ya que hay que tener en cuenta que la riqueza es un producto social, es decir, es generada por todos los actores de la sociedad y que no es producto de uno o dos empresarios que ponen el capital base para la producción) con el fin de garantizar que lo económico no sea un factor que trunque el acceso a otras estructuras vitales para el desarrollo humano como la educación o el deporte

Desarrollo cultural

“el conocimiento es poder”La cultura es un producto de la sociedad, lo que nos lleva a pensar en la necesidad de garantizar el

acceso a esto a todos y cada uno de los actores de la sociedad a través de la educación (que es fundamental para el desarrollo humano, en tanto posibilita el desarrollo cognitivo del niño, el joven y el adulto) como a través del aprovechamiento de la capacidad de producir cultura que tenemos todos los seres humanos a través del arte. Pero además el desarrollo cultural va referido al reconocimiento del otro como semejante, a permitir que exprese su forma de ver el mundo de manera libre en donde aspectos como la religión no sean una traba, sino una oportunidad de intercambiar experiencias y enriquecer la experiencia tanto personal como colectiva del ser humano.

Fuente: http://turismouniversal.com/tag/cultural

Desarrollo ambiental

El desarrollo ambiental está relacionado con la forma en la que nosotros como parte de la sociedad estamos en capacidad de asumir conciencia de nuestro lugar en el mundo, con el fin de conjugar a través de lo económico (la producción de mercancías y la distribución de la riqueza) y lo cultural (la imagen que tenemos del espacio en el que vivimos) la construcción de un entorno seguro para el buen desarrollo de la vida, en donde el

agua, el aire y la tierra primen sobre el oro, la plata y el bronce, con el fin de asegurar la producción de alimentos naturales y sanos que promuevan el buen desarrollo de la vida individual en el plano físico sin causar detrimento a los avances tecnológicos que en buena parte han posibilitado un mayor

“el conocimiento es poder”intercambio cultural y una reducción de las cargas que otrora el hombre ha debido soportar.

Fuente de la imagen: http://ecotoxvirtual.blogspot.com/

Desarrollo político

El desarrollo político está relacionado con la posibilidad de construir espacios de participación y decisión de los asuntos que incumben a cada uno de los miembros de la sociedad a través de lo que podríamos denominar como democracia- aunque no estamos hablando de la democracia representativa que pretende reducir la participación a dejar un voto en una urna- y que está relacionada con el escuchar, comprender y debatir las visiones de mundo que cada uno de los miembros de la sociedad tiene, construyendo así una sociedad plural, abierta y en constante transformación, con el fin de responder siempre a las nuevas necesidades y desafíos que presenta el mundo de hoy. En donde la comunidad pueda controlar lo que se hace con el poder por parte de los miembros del estado y tener siemple cuantas claras y chocolate espeso evitando la creacion de redes clientelares y corruptas que corrompan el desarrollo de la sociedad

Fuente: http://www.democracialocal.org/

Taller

1) Reflexione ¿es posible el

desarrollo social, sin alguna de estas dimensiones?

¿Hay otras dimensiones que hagan posible el desarrollo humano?

¿Hay alguna dimensión que sea más importante que las otras?

2) Elabore un cuento de mínimo 15 líneas en el que muestre un mundo “ideal” en el que estas cuatro dimensiones se

“el conocimiento es poder”conjugan de manera armónica para crear un mundo en donde el desarrollo humano sea

totalmente posible.

CENTRO JOHANN KEPLERBACHILLERATO HUMANISTA

Asignatura HUMANISMO CICLO ACELERADO SEGUNDO MES

SEMANA 6

AREA ETICA Y VALORESNOMBRE

Desigualdad social

Vivimos en un mundo en donde la producción de bienes y servicios ha construido una de las mas grande será de progreso material cultural e intelectual que ha vivido la especie humana; sin embargo este progreso se ha convertido en un monopolio exclusivo de una minoría de la población que a partir de la posesión del capital y los medios para generar riqueza, ha construido un mundo de opulencia sostenido por el trabajo y miserias de la población pobre, llevando a la misma a vivir en condiciones infrahumanas.En esta medida se puede hablar que existe desigualdad social cunado la producción y la riqueza de un determinado

“el conocimiento es poder”territorio, (que por cierto no es de carácter individual, sino social, debido a que la plata no

crece sola ni mucho menos, sino que depende de la acción de todos los miembros de la sociedad, en aspectos como la producción, transporte y consumo) no es distribuida de manera equilibrada, produciéndose un desbalance entre el ingreso de los ricos y el de los pobres; sin embargo la desigualdad no solo la determina la distribución de los ingresos, sino los precios al consumidor, las tasas de impuestos y la distribución del espacio.

A continuación lea el siguiente articulo

http://www.semana.com/opinion/articulo/desigualdad-felicidad-colombiana/250194-301 diciembre 2011

Desigualdad y felicidad a la colombianaPor Germán Uribe*OPINIÓNLos ricos en Colombia vienen haciéndose al 6 por ciento del ingreso nacional, en tanto que las mayorías captan el 3 por ciento.

Una forma simple de desenmascarar la posición política de extrema derecha, dogmática y retrógrada de alguien, o mejor, digámoslo de una vez, de desentrañar su liviandad de principios morales y el abuso que hace de su fe religiosa o de sus privilegios económicos y de clase, es ver de qué manera juzga

“el conocimiento es poder” las causas de la desigualdad social y las expresiones populares que tienden a encontrar soluciones a esa discriminación a través

de la protesta u otras formas de lucha reivindicatoria. 

Basta observar con detenimiento y objetividad el Informe Mundial de Desarrollo Humano 2011, divulgado en los primeros días de noviembre de este año por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), para darnos cuenta de la espantosa iniquidad y la apocalíptica injusticia por la cual hacen su tránsito vital hombres y mujeres, niños y ancianos de todas las latitudes del mundo incluyendo, quién lo creyera, vastos sectores de la población estadounidense y europea. Pero como nuestra preocupación mayor está anclada aquí y ahora en nuestra disparatada Colombia, sumerjámonos por un momento en algunos de los escenarios que nos llevaron a ocupar el deshonroso tercer lugar entre 129 países del planeta, superando tan sólo a dos naciones dramáticamente atrasadas como lo son Haití y Angola. 

Dato escalofriante y denuncia vergonzosa que da la sensación de que el gobierno y numerosos actores del poder político y la economía preferirían engavetar. 

El informe es preciso y contundente. No da para las interpretaciones soslayadas e impúdicas con que el verbo desfachatado de los causantes del acelerado deterioro social quieren explicarlo, buscando con ello el modo de preservar sus privilegios, sin importar que ese estado de cosas se mantenga o agrave. Y las señales de preocupación que nos envían son estas: el Estado y el gobierno están haciendo todo lo posible para que, dentro del marco de la democracia y las instituciones, y en el ejercicio de los deberes patrióticos que la Constitución y la ley establecen, dicha realidad cambie. De tal manera que creamos que los señores que tiene las riendas del poder político y el imperio económico están haciendo todo lo posible por alcanzar un equilibrio que albergue satisfactoriamente las aspiraciones del conjunto de la sociedad. 

¡Todo es cuestión de paciencia, señores! 

Para incursionar brevemente en este tema, quizás el de mayor calado en lo que tiene que ver con el desarrollo y la sobrevivencia de los seres humanos, debemos aceptar que el meollo de esta crisis está centrado en la distribución del ingreso, la riqueza y el consumo, estudiado por las Naciones Unidas mediante una medición llamada “Coeficiente Gini de ingresos”. Allí se demuestra, palmariamente, cómo la

“el conocimiento es poder”humanidad está dividida irremediablemente entre vivos y bobos. 

Es de anotar que los factores con mayor frecuencia esgrimidos para explicar nuestra desigualdad social, son algunos de ellos azarosamente acomodaticios, simplistas y hasta perversos: la procreación desmedida e irresponsable de los humildes, el atraso histórico de ciertos grupos étnicos, la crianza y educación dada a los hijos por sus padres, la “pereza” intrínseca en la gente del “pueblo” que no les permite asumir posiciones correctas ni acciones o decisiones que les pueda ayudar a salir del atolladero, y en fin, sin ir más al fondo respecto de la desigualdad de oportunidades, punto esencial, a veces se refieren a la población migrante como causante de su propio desequilibrio, no importa que haya sido llevada a esa condición por componentes de abandono estatal, violencia, desarraigo y despojo. 

Y si alguna consecuencia funesta le está trayendo a Colombia esta tremenda desigualdad social reseñada por el organismo internacional, boomerang sepulturero ella misma para los poderosos de la economía nacional y la alegre comparsa de los políticos corruptos y los gobiernos ineptos, o peligrosamente arbitrarios y delirantes como el de Uribe, es en sí mismo el conflicto armado colombiano ahora propenso a devenir en una inimaginable guerra civil. 

Permítaseme reproducir unas pocas estadísticas que le dan fuerza y sentido a mi consternación: 

Los ricos en Colombia vienen haciéndose al 6 por ciento del ingreso nacional, en tanto que las mayorías captan el 3 por ciento. 

El 0,06 por ciento de los propietarios rurales, que tienen más de 2.000 hectáreas cada uno, poseen el 53,5 por ciento de la tierra, en contraste con el 83 por ciento, que tienen predios de menos de 15 hectáreas y son dueños del 7,2 por ciento. Con razón, el vocero de la ONG inglesa, Oxfam Asier, Hernando Malax, acaba de afirmar: “Colombia es uno de los países del mundo con más desigualdad en el acceso a la tierra, hay pocos países del mundo que sean más desiguales que Colombia, y esto lleva a situaciones enormes de pobreza rural, contribuye al conflicto y limita el desarrollo que se pueda llevar a cabo”. 

Mientras el sueldo de un congresista ronda los 21 millones de pesos, el salario para un trabajador es de 535.500 pesos. 

“el conocimiento es poder”

Pese a que el Producto Interno Bruto (PIB) y el Gasto Público se multiplicaron por dos en los últimos veinte años, la pobreza extrema apenas se redujo en 2 por ciento y la desigualdad está intacta. 

El 10 por ciento más rico de la población se embolsilla la mitad del PIB y el 10 por ciento más pobre apenas alcanza a rozar el 0,6 por ciento del mismo. 

¿Por ello será que cada vez se repite más aquello de que entretanto “el capitalismo privatiza las ganancias, socializa las pérdidas? 

Y, vaya cinismo: “Somos el país más feliz del mundo”, ordenaron que repicaran algunos de los dueños del 6 por ciento del ingreso nacional a sus todopoderosos voceros, mientras el 17% de nuestros compatriotas vive de milagro, o más exactamente, 20,5 millones de colombianos son pobres y 7,9 millones, indigentes. 

Pero, entonces, así, ¿cómo es eso de que somos una Colombia feliz? 

Taller

1. ¿Qué dimensiones del desarrollo humano afecta la desigualdad social?

2. ¿Qué factores cree usted que determinan la desigualdad social en Colombia?

3. Haga una reflexión de 20 líneas en las que exprese si usted se siente afectado por la desigualdad en Colombia (letra candara 12)

“el conocimiento es poder”

CENTRO JOHANN KEPLERBACHILLERATO HUMANISTA

Asignatura HUMANISMO CICLO ACELERADO SEGUNDO MES

SEMANA 7

AREA ETICA Y VALORESNOMBRE

Guerra

La guerra puede ser perfectamente considerada como la máxima expresión de lo que es la especie humana porque si bien y aunque esto suene sorprendente es el acto en el que los seres humanos estamos en mayor capacidad de invertir tiempo, energía, recursos y tecnología (aquí hay que recordar que la explosión tecnológica que vivió el mundo en la década

“el conocimiento es poder”de 1960 es un producto de los avances militares surgidos en el marco de la segunda guerra

mundial) y porque además la guerra es la máxima expresión del hecho de que solo los seres humanos estamos en capacidad de matar a nuestros congéneres por la simple realización de intereses personales en la mayoría de ocasiones que ni si quiera son de quienes combaten sino de quienes mandan.Además de todo lo anterior y como lo dijo el escritor soviético Alexei Tolstoi cuando el hombre entra al campo de batalla abandona toda su humanidad para liberar toda la animalidad presente en él, la guerra tiene esa particularidad de que al ser desarrollada si bien utiliza la máxima potencialización de la tecnología, la economía y la movilización de la sociedad en su conjunto también libera la atrocidad que muchos consideran esta reprimida en los hombre y que se expresa en las masacres y vejámenes cometido en la mayoría de los caso por los combatientes contra “sus enemigos” bien sean miembros del otro bando a simplemente población civil A continuación lea el siguiente articulo relacionado con la guerra para a partir de allí realizar el respectivo taller de esta semana. http://www.semana.com/especiales/articulo/los-espejos-guerra/89970-308 diciembre 2007

Los espejos de la guerraINFORMEEl salvajismo que acompañó la expasión de los paramilitares no ha podido ser completamente conocido ni explicado. Un equipo de periodistas de SEMANA consultó sociólogos, politólogos y siquiatras para tratar de interpretar ese capítulo negro de la

“el conocimiento es poder”historia de Colombia. Las conclusiones son aterradoras.

Este niño y su padre lloran después de la masacre de dos familias en San José de Apartadó , en el Urabá antioqueño en 2005. Un paramilitar confesó que la matanza se habría cometido en complicidad con las fuerzas armadas. Tres niños fueron degollados en este hecho

La guerra es quizá la forma más racional que ha usado el ser humano para mirarse en el espejo de su propia maldad. Sobre las cenizas que dejan las bombas de destrucción masiva, o entre los cadáveres tendidos después de una masacre, nos aferramos a los ideales de la civilización y de la convivencia, y nos escandalizamos con la irracionalidad a la que puede llegar el hombre con la guerra. Pero la guerra, y su brutalidad, no es para nada un arrebato, ni producto simplemente de mentes enfermas. Detrás de la bruma y la sangre, hay explicaciones lógicas y racionales que pueden impulsar a cualquier ser humano -desde el más inocente hasta el más indefenso, desde el padre de familia ejemplar hasta la mujer más frágil- a cometer los actos más bárbaros que se pueda imaginar. 

Así ha ocurrido a lo largo de la historia desde los persas hasta los romanos, de la batalla de Salamina hasta Vietnam, pasando por la guerra civil de Estados Unidos, las revoluciones socialistas o la época de La Violencia en Colombia a mediados del siglo pasado. Más que la antípoda de la civilización, la guerra ha sido parte crucial de ella.

A pesar de las narraciones épicas que idealizan la guerra, ésta ha sido siempre un escenario donde se desatan los peores instintos de destrucción. La guerra se sacraliza para poder matar sin ninguna prohibición. Se abren las puertas del horror. Las peores crueldades no se explican porque en determinado bando de la guerra haya hombres más malos que buenos, ni porque quienes empuñan las armas sean peores que los demás. En una sociedad convulsionada por las armas, el riesgo de que se desencadene la sevicia acecha a cada momento. Los

“el conocimiento es poder”enemigos, como decía Karl Von Clausewitz, se determinan mutuamente, y a una ignominia se suele responder con otra peor,

hasta que la degradación se convierte en una espiral imparable. "Ya no soy dueño de mí mismo, él (el enemigo) fuerza mi mano como yo la suya", dice el militar prusiano en su clásico libro De la Guerra. 

Que la crueldad es universal lo demuestran las guerras donde los hombres se enfrentan por ideologías, como en Vietnam; por religión, como en el Oriente Medio; o por supremacía racial, como en la Alemania nazi. 

Y es ahí, en la cuna de la filosofía y del racionalismo moderno, en una sociedad civilizada, donde se cometieron los crímenes más atroces y se puso el conocimiento y la tecnología al servicio de la barbarie. Pero también en nombre de la libertad y de la democracia ocurrieron matanzas masivas, que nunca fueron considerados crímenes de guerra, como la bomba de Hiroshima lanzada por Estados Unidos al final de la Segunda Guerra Mundial. También ocurre en las sociedades atrasadas y precapitalistas donde los instrumentos ya no son la cámara de gas ni las bombas de hidrógeno, sino el machete, como en Ruanda o en Sierra Leona, donde se cometió todo tipo de atrocidades. 

¿Cómo llega el ser humano a los límites de la crueldad? ¿Existe una racionalidad detrás de esa irracionalidad? ¿Por qué el ser humano no aprende del pasado? ¿Por qué cada guerra desencadena su propia barbarie? 

Después de la Segunda Guerra, y con el fantasma del Holocausto como telón de fondo, se crearon todos los diques posibles para contener la crueldad que subyace en todo conflicto armado. Porque si la guerra era inevitable, por lo menos debía tener normas. La justicia internacional penalizó los crímenes contra la humanidad. Pero no ha podido acabar con ellos. Cuando Europa pensaba que no volvería a vivir los campos de concentración ni masacres colectivas, estalló la guerra de los Balcanes. En los albores del siglo XXI y en los antejardines del progreso de la Unión Europea, en Kosovo se cometían las masacres más escalofriantes y en Serbia se repetían las imágenes de campos de concentración ante los ojos estupefactos e impotentes de unos europeos que creían haber enterrado su pasado. 

En Colombia los 300.000 muertos de la Violencia de los años 50 dejaron marcado un país que no quería volver a ver el corte de franela, ni los cuerpos decapitados.

“el conocimiento es poder”Pero en menos tiempo de lo esperado, las atrocidades se repitieron, más masivas, más sofisticadas, mejor planeadas y con

mayores recursos. 

Gran parte de las barbaridades que se han cometido en las últimas dos décadas se está conociendo gracias a la desmovilización de los grupos paramilitares y a que muchos de los perpetradores están declarando ante los fiscales de justicia y paz sus crímenes. También, y de manera creciente, las víctimas que se sienten respaldadas aunque sea medianamente por la institucionalidad, están rompiendo su silencio. 

La magnitud de lo que ocurrió en Colombia en estos años rebasa la imaginación del ciudadano común. Sobre todo del ciudadano urbano, que desde su cómoda quimera de progreso y consumo no vio el horror que los paramilitares y guerrilleros sembraban en el campo. También rebasa los cálculos de los expertos y conocedores. Ese fue el horror al que la clase dirigente le dio la espalda, que la justicia no fue capaz de frenar, y que la prensa apenas mostró a medias. El horror al que las instituciones de seguridad, de justicia y de la política no fueron capaces de ponerle un muro de contención, por complacencia o por miedo. 

La maquinaria de guerra de los paramilitares funcionó a plenitud porque la muerte se burocratizó. La barbarie se convirtió en un oficio para muchos jóvenes que no tenían en el momento de empuñar las armas una conciencia moral individual. Esos adolescentes, casi niños, primero mataron, temblorosos, por cumplir órdenes, y después se convirtieron en temidos torturadores y perpetradores que daban órdenes. 

En la ofensiva paramilitar también se mató por retaliación o venganza. Porque las heridas abiertas por las atrocidades de la guerrilla alimentaron en muchos colombianos comunes la tentación del desquite, tan común en la sociedad colombiana. Pero el odio, así como la crueldad, a pesar de ser sentimientos humanos, son sobre todo un aprendizaje cultural, nos recuerda Neil J.Kressel, autor del libro Odio Colectivo. Es decir, cuando la violencia se legitima a través de la autoridad, los discursos o los medios de comunicación, el instinto criminal se desata aun con más fuerza. 

Lejos estamos de considerar que la culpa de la barbarie es colectiva, y de sustraer a los paramilitares que están ante la justicia de sus responsabilidades como

“el conocimiento es poder”criminales de guerra que son. Se pueden entender las circunstancias que los llevaron a tomar las armas, pero no la

sevicia con la que actuaron y que en este informe se expone en detalle. Ningún elemento del contexto político o militar, es un atenuante para que ellos asuman la culpa individual de sus actos contra la humanidad. Sin embargo, ver en el banquillo a Salvatore Mancuso o a 'Jorge 40' no es suficiente expiación. Si la sociedad no se mira por dentro, si no asume sus responsabilidades, si no se involucra y trata de comprender por qué en menos de medio siglo permitimos que el país se fuera desangrado a punta de fusil y machete, corremos el altísimo riesgo de repetir la historia. El riesgo de dejarles a nuestros hijos el mismo futuro sombrío. No sabemos si lleguen a ser víctimas o victimarios, o si también le den la espalda a la realidad de la guerra, como lo ha hecho la mayoría de los colombianos de esta generación. 

Esta, como todas las sociedades que han vivido sumidas en la violencia, tiene en la memoria y en el conocimiento de la verdad, su más poderoso instrumento para cerrar el capítulo de la guerra y seguir adelante. Para enderezar su camino. Con esa intención, SEMANA presenta este informe sobre el horror que no vimos. Que no supimos evitar pero que, por lo menos, es necesario comprender.

Taller

1. ¿Está usted de acuerdo con la afirmación de la guerra es la máxima expresión de la racionalidad y la humanidad?

2. ¿Cómo cree usted que la guerra afecta el desarrollo humano?

3. Haga una reflexión de 20 líneas en la que exprese su opinión sobre la guerra.

CENTRO JOHANN KEPLERBACHILLERATO HUMANISTA

Asignatura HUMANISMO CICLO ACELERADO SEGUND SEMANA 8

“el conocimiento es poder”

O MESAREA ETICA Y VALORES

NOMBREPrueba final

A continuación encontrara un artículo de revista semana, en base a él debe construir una reflexión de una página en el que relacione lo aprendido a lo largo del ciclo, haciendo énfasis en la guerra, la desigualdad social y la pobreza (letra candara 14)

14 mayo 2011

El genocidio olvidadoCONGOUn nuevo libro muestra la dramática realidad del Congo, donde, en los últimos 15 años, cinco millones de personas han muerto en medio de la indiferencia mundial.

Más de cinco millones de personas han muerto a causa de la guerra en el Congo. La mayoría, de hambre y de diarrea, malaria, disentería o fiebres, enfermedades que golpean sobre todo a los menores de 5 años.

El corazón de África se desangra gota a gota. En una guerra que parece nunca acabarse, la República Democrática del Congo, un gigante del tamaño de Europa occidental, soporta desde 1996 una violencia monstruosa: 5,4 millones de muertos, 400.000 mujeres violadas cada año, 30.000 niños soldados y

“el conocimiento es poder” dos millones de desplazados. Cifras que, a pesar de que rebasan las de cualquier conflicto desde la Segunda Guerra Mundial, no

han logrado llamar la atención de casi nadie.

Este mes, Jason Stearns, un estadounidense que trabajó diez años en ese país con la ONU, publicó Bailando en la gloria de los monstruos, un libro que trata de explicar la pesadilla congolesa. "La maldición del Congo es su complejidad. El conflicto llega fácilmente a los niveles de Ruanda o Camboya, pero cómo se supone que los periodistas cuenten la historia si no hay un Hitler, no hay villanos ni héroes. No nos preocupamos porque es demasiado complicado", dijo Stearns a SEMANA. 

En la guerra del Congo han participado con alternativas nueve países africanos, al apoyar a más de veinte grupos rebeldes en cuarenta conflictos diferentes. Para Stearns, "como las tajadas de una cebolla, la guerra del Congo contiene guerras dentro de las guerras". En las batallas 'solo' 500.000 personas cayeron por balas o machetes. Pero los ejércitos atravesaron el país propagando diarrea, disentería, malaria, infecciones en las aldeas y destruyeron la enclenque economía campesina. "Cinco millones de personas murieron lentamente. No hubo una campaña sistemática para exterminarlos, es mucho más patético y triste: el Congo perdió el equivalente a la población de Dinamarca sin ruido, sin razón", añade Stearns.

La semana pasada otra cifra escalofriante fue publicada, esta vez por el American Journal of Public Health: estimaron que cada año 400.000 mujeres son violadas, casi una cada minuto. Michael Van Rooyen, director del Harvard Humanitarian Initiative, centro especializado en salud pública, le dijo a la BBC que "las violaciones en la República Democrática del Congo se han convertido en una de las grandes crisis humanas de nuestro tiempo".

Stearns quiso escribir su libro para entender las raíces de la violencia en el Congo. "Traté de contestar la pregunta de Anna Harendt: ¿Cómo entender y explicar el mal?", comentó. Sin embargo, es difícil encontrar un culpable. Víctimas se volvieron sanguinarios guerrilleros; defensores de derechos humanos terminaron como jefes de guerra, y profesores de Filosofía, violadores. Muchas veces, solo se trata de subsistir. Un soldado le dijo a Stearns: "En el Congo, si queremos sobrevivir, tenemos que ser un poco corruptos, un poco despiadados. Hasta usted, si le tocara estar ahí, haría lo mismo. O si no, se hunde". 

“el conocimiento es poder”

¿Cómo llegó el desastre?

La tragedia congolesa empezó con otro drama, el genocidio en 1994 de 800.000 tutsis en la vecina Ruanda, a manos de la mayoría hutu. Al final del conflicto, cerca de un millón de hutus huyeron al Congo, temerosos de las represalias. Entre las interminables columnas de mujeres, campesinos y niños desplazados se camuflaron militares, militantes y funcionarios del gobierno que planeó la masacre de Ruanda. Los campos de refugiados hutus en el Congo se militarizaron. Ahí los oficiales genocidas empezaron a entrenar a sus antiguas tropas para regresar a tomarse el poder en Ruanda. Preocupada por que otro exterminio se estuviera preparando en su frontera, esta decidió pegar primero e invadió al Congo en 1996.

Apoyándose en Laurent-Désiré Kabila, un veterano guerrillero congolés, arrasaron el oriente del país y siguieron hasta Kinshasa, la capital, donde tumbaron el reino corrupto de más de tres décadas de Mobutu Sese Seko. Cuando los nuevos amos abrieron las bodegas del banco central, solo encontraron un billete de 50 francos franceses. Mobutu huyó con más de 5.000 millones de dólares y dejó un país quebrado, con un Estado casi inexistente. 

Pero Kabila no era el hombre para reconstruir el país. Como su predecesor, censuró, torturó opositores y convirtió el tesoro nacional en su alcancía personal. Pero, además, el nuevo jefe del Congo no fue la marioneta que los ruandeses esperaban. Los echó del país y prendió así la chispa de la llamada Guerra Mundial Africana. En 1998, Ruanda se unió a Burundi, consiguió lanchas de Eritrea, consejeros militares de Tanzania y rebeldes congoleses para tumbar a Kabila.

El presidente, acorralado, imploró la ayuda de Angola, Namibia y Zimbawe, que le salvaron el pellejo. Pero el Congo se convirtió en un gigante campo de batalla, donde los ejércitos peleaban, sin ya saber por qué, a miles de kilómetros de sus países. La guerra se alimentaba a sí misma, las tropas avanzaban como depredadores, tragando riquezas, cosechas y vidas.

El libro de Stearns cuenta la historia de Papy, uno de los cientos de jefes de guerra que aterrorizaron aldeas enteras. Él y sus soldados podían asesinar hasta cien personas por día, "casi siempre usando una cuerda, que oprimía sus tráqueas. Era más rápido y no se derramaba sangre". Mientras unos morían, otros se enriquecían. El Congo es uno de los países con más minerales del mundo:

“el conocimiento es poder”diamantes, coltán, uranio, cobre, cobalto plagan su suelo, a tal punto que muchos consideran que es una anomalía geológica. Se

calcula que después de 1998, Ruanda robó más de 250 millones de dólares en diamantes y que Burundi aumentó diez veces sus exportaciones de piedras preciosas, algo extraño para un país sin minas.

No fue sino hasta 2001, cuando uno de sus guardaespaldas mató a Kabila, que las cosas cambiaron. Lo reemplazó su hijo Joseph Kabila, que pidió la mediación de la ONU y logró firmar la paz en 2003. Pero la violencia parece endémica, cada tanto estalla una rebelión, y es que con un fusil AK 47 en las manos un hombre puede alimentar a su familia. Y eso, en el Congo, ya es mucho. 

Stearns explica que "no hay ningún proceso penal abierto por los horrores de las guerras, la sociedad está hecha pedazos, hay demasiada criminalidad, la violencia sexual se volvió casi normal y no hay ninguna institución que pueda reconstruir el país. El poder es solo visto como un medio para enriquecerse". Uno de los chistes que circulan en Kinshasa cuenta que si un ministro no logra conseguir en un año cuatro carros alemanes, cinco mansiones y viajes a Europa es porque es un pésimo político. 

El rol de la comunidad internacional ha sido lamentable. Para Stearns, en vez de enfrentar los problemas crónicos del país, las potencias prefieren comprarse una conciencia al financiar ayuda humanitaria, que muchas veces termina en manos de los señores de la guerra. Aunque los 15.000 cascos azules de la ONU ocupan grandes regiones, su impacto es mínimo; sus tropas, de algunos países asiáticos y de Uruguay, no están bien entrenadas, y son pocos los soldados que están dispuestos a morir en el Congo. 

En noviembre de este año los congoleses van a votar por segunda vez en diez años. Pero en ese país el temor sigue siendo más fuerte que la ilusión de un cambio. Saben que cada partido tiene su milicia, y que un candidato es un pirómano en potencia que no dudará en echarle gasolina a la guerra si llega a perder en las urnas

“el conocimiento es poder”