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Download ú¡ - serveia · PDF filePaul Feval. LA VIRGEN AL PIÉ DE LA CRUZ. Estaba en honda agonía Al pié de la cruz, llorosa. La Madre Virgen María, Y de la cruz afrentosa

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    i

    ilwstratk PRECIOS DE SUSCRICIN.

    Espaa, trimestre . . . I'O pesetas Extrangero 2'50

    Anuncios y comunicados precios convencionales.

    SE PUBLICA LOS JUEVES.

    ADMINISTRACIN y REDACCIN Calle de la Marina, n.o 13.

    AO V. PALAMS 7 DE ABEIL DE 1887. NM. 184. a

    iREDENCIONT

    Un Dios hacindose hombre, este Hombre Dios sufriendo pasin j muerte para salvar los dems, hombres y un conjiinfco de institu-ciones mejor una Institucin divinamente or-ganizada para aplicar los hombres los puntos de aquella Sangre justsima derramada para bo-rrar las iniquidades del mundo; he aqu en bre-ves palabras la frmula de la Eedencin, he aqu el misterio qxie en ningn da del ano ol-vida, antes bien todos los das incesantemen-te conmemora la Iglesia cristiana, pero que mas especialmente pone la consideracin de sus hijos fieles en este sagrado tiempo de Pa-sin y Semana Santa.

    Altsimas consideraciones, profundsimas reflexiones podramos hacer sobre este misterio fundamental de la vida cristiana, desde el pun-to de vista de la piedad religiosa y dirigindo-nos corazones perfectamente fieles y fervoro-sos.

    Ah quien es capaz de agotar este abismo insondable de los misterios divinos que du-rante ms de 18 siglos han alimentado millo-nes y millones de elevadas inteligencias, de fer-vorosos corazones y han extasiado los ge-

    nios ms elevados que de Jess ac existieron sobre la tierra? Quien podra ni siquiera enu-merar las infinitas virtudes de que el misterio del Glgota ha poblado este suelo de pequenez y de miserias; los innumerables sacrificios que ha inspirado, los raudales de caridad que ha desatado sobre la tierra, los frondosos caminos do salvacin y de santidad eminente que ha abierto en medio de ste desierto arenal de la vida, en este mundo de avilantez, miserias y toda clase de pasiones'?

    Pero ay! nuestro siglo materializado por el oro desviado por la soberbia, embriagado por el placer y obcecado por el falso brillo de una ilus-tracin mezquina y mentirosa, es acaso incapaz de saborear las bellezas, atractivos y deliquios sin fin que encierra el misticismo cristiano. El paganismo antiguo parece haber revivido en pedio de nosotros y este nuevo paganismo peor cien veces que el antiguo, porque como ha he-cho notar un profundo escritor de nuestra pa-tria, aquel era una mera negacin y este es una positiva apostasia, amenaza hundirnos de nuevo en la barbarie, echando perder y agos-tando todos los frutos de la civilizacin cris-tiana.

    Mas siquiera nos quede un resto de razn y no queramos hacernos semejantes los brutos

    ii

    E

    . L Servei d'Arxiu Municipal de Palams

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    106 SEMANARIO DE PALAMS.

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    animales que no tienen entendimiento porqu no hemos de detenernos, no sea ms quebreyes momentos, contemplar este misterio de la Cruz delante de la cual ninguna generacin ha pasa-do sin fijar la atencin'?

    La Cruz como blanco de odio como obje-to del ms encendido amor y agradecimiento, ha tenido siempre la virtud d atraer las miradas de cuantos en el mundo se han preciado de racio-nales; solamente los insensatos han podido pa-sar delante de ella rindose desprecindola. Pero en fin el hecho histrico es innegable; las seales de que en el Calvario se realiz una tra-jedia ms que liumana y superior las limitadas concepciones de la razn, son inconcusas; los frutos de su eficacia y los portentosos resulta-dos que en el individuo y en las sociedades ha realizado la Sangre preciosa que all se derra-m patentes estn en las pginas de la historia. Hasta cuando, pues, seremos insensibles los clamores de la ms palpitante evidencia"?

    Hijos de los hombres: ITtro. Sr. Jesucristo Dios y hombre verdadero ha muerto en el Cal-vario por vuestra salvacin; no despreciis esta Sangre divina que tan generosamente, antes de que vosotros lo supiereis, ha derramado por vo-sotros, para redimiros de la esclavitud del peca-dor, para conquistaros la santa libertad de hijos de Dios, para disipar las tinieblas y errores de vuestro entendimiento, para abriros de par en par la puerta de vuestros inmortales destinos, para haceros menos infelices en este mundo, pa-ra prepararos inacabables dichas en la eterni-dad. Hijos de los hombres! confesemos la Cruz de Cristo, adoremos nuestro Eedentor!

    F. S.

    3

    NUESTRA SEORA DE LA FAMILIA, (i)

    L E Y E I 3 A .

    Amel el pastor y Fenora la rubia, su mujer , vi-

    van en la parroquia de San Viol, hoy anegada, en la

    baha de Cancale. Fenora era buena y bonita. Amel fuerte y bueno .

    (1) En estos dias solsmnes hemo credo oportuno insertar la siguiente leyenda del clebre escritor fanos, llena de poesa y escrita en un lenguaje castizo.N. de la R.

    El llevaba la esLtua de la Vn-gen en la procesin del

    15 de Agosto. No tenan hijos, y esto les entristeca.

    Cierto da que Amel volva pensativo del monte,

    encontr Fenora llorando, y comprendiendo el mo-

    tivo, le dijo:

    Querida ma: teje un hermoso velo la Virgen

    Mara; ya vers como en recompensa te enva un ange-

    Hto tu cuna para que lo me^as.

    Pero cundo ha discurrido un hombre una cosa

    antes que su mujer? Fenora tena ya tejido el velo,

    ms blanco que la nieve y tan trasparente como las nubes de verano.

    La Virgen de San Vifiol era riqusima, porque las

    gentes del pas la colmaban de regalos; pero al ver a-quel velo precioso que haba all puesto la piedad, se alegr y lo acept. Amel y Fenora tuvieron un nio, y la dicha se meci en su cuna.

    Cuando cumpli el nio nueve das, Fenora, que

    aun estaba dbil, le cogi en sus brazos y le llev al

    altar de la Virgen. Maradijo arrodillndose^li aqu la alhajita

    que me habis dado. Os la devolvemos oh Madre!; sea para Vos, y que crezca vestido con vuestro traje celeste, Miradle, Virgen bendita! Lo hemos llamado Ral, como se llamaba el padre de su padre. Miradle bien, para que le conozcis el da que os necesite.

    Aml respondi: As sea.

    Y el nio creci, vestido siempre con los colores

    celestes.

    No se sabe si causa de los pecados de los feligre-

    ses de San Viol, causa de los de otras parroquias

    de la costa, una noche de terrible desgracia el ro cre-

    ci como la leche hirviente que se escapa del vaso; el

    viento soplaba, la lluvia caa y la tierra temblaba; to-

    da la llanura estaba cubierta de agua, y al amanecer

    se vi que no era el ro el que se desbordaba, sino

    el mar .

    Llegaba sombro, impetuoso, revuelto. Rotas las

    barreras con que Dios detena sus mpetus: llegaba;

    pero ya no como mar, sin como diluvio.

    La iglesia de San Viol estaba situada en una altu-

    ra . Los inundados se refugiaron en ella; pero Amel y

    Fenora se quedaron en la puerta de su casa, ms alta

    aun que la iglesia.

    Cuando les liego el agua la puerta , subieron al

    primer piso con el pequeo Ral; cuando lleg all el

    agua, subieron al techo; pero tambin all Ies sigui.

    Marido mo,exclam Fenoraalabado sea

    Dios; todos vamos morir juntos .

    Servei d'Arxiu Municipal de Palams

  • SEMANARIO D E P A L A M O S .

    N o r e s p o n d i Amel .

    C m o l Piensas abandonarnos?

    El agua le tocaba ya; entonces aadi ponindose

    en la punta del tejado:

    Coge nuestro hijo, sbete con l encima de

    -m, que yo te ayudar; pon tus pis en mis hombros y

    tente firme.

    Fenora comprendi y se ech l lorar.

    N o ! jeso n u n c a ! e x c l a m .

    D a t e prisa, lo m a n d o d i j o el p a d r e . S a l v e -

    mos a! nio; sostenindote sobre m durars un ins-

    tante ms, y quiz se detenga el agua. Adis, mujer

    ma; si n u e r o y te salvas, dile que se acuerde de su

    padre.

    Fenora obedeci, y cuando subi los hombros

    de su marido, el agua cubri la cabeza de ste.

    Fenora, exhalando el corazn por los ojos, agarra-

    ba al nio. Cuando el agua lleg su cintura, elev

    al pequeo Ral , y despus de estrecharle contra su

    pecho, le dijo: S b e t e encima de mi; pon los pies sobre mis

    hombros, y tente firme.

    O h , m a d r e , d i j o el n i o n o , no!

    D a t e prisa, lo mando; quizs el agua se deten-

    ga. Sostenindote sobre m quiz dures nn instante

    ms, y si te salvas roe alegrar infinito. Adis, hijo

    mi, corazn mi; acurdate de tu padre y de tu ma-

    dre.

    No habl ms porque el agua le tap la boca.

    Slo qued por cima de las olas la rubia cabecita

    d e Ral y un pliegue de su traje azul que flotaba so-

    bre las aguas.

    Pero en aquel instante la Virgen de Viol sala de

    la iglesia por.la ventana ms alta, abandonando su

    pedestal anegado para huir al cielo. Llevaba consigo

    todas las ofrendas que haba recibido.

    A l emprender su vuelo, vi la cabecita de Ral y

    el pliegue azul de su vestido. La Virgen se detuvo y

    exclam:

    Ese nio es mo; quiero llevrmelo tambin.

    Y en electo, le cogi por los cabellos creyendo l le-

    vrselo fcilmente; pero el nio pesaba tanto que la

    Virgen tuvo que soltar todas las ofrendas para cogerle con ambas manos.

    Guando lo dej todo, telas caronas y alhajas, pudo

    levantar al nio, y comprendi porque pesaba tanto.

    Su madi-e Fenora le agarraba con sus dedos moribun-

    dos, V el padre con sus dedos crispados agarraba la

    n i a d i - e . - O h d i j o la Virgen conter.ta y conmovida al

    ver aquel racimo de corazonesque cosas tan hermo-

    sas hace Dios en la tierra!

    Y en un pliegue de su manto estrellado puso al pa-

    dre con la madre y el nio, tres amores en uno, pues

    que no tienen ms que un nombre, la familia, nombre