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Edita: Milicia de Santa MaríaImpreso por Gráficas Aries

Depósito Legal:M-53170-2012

Editorial

SUMARIO

Si Tú me dices “ven”

Del uno al otro confín

Tú eres Pedro

Un grano de mostaza

3. “He aquí, yo hago nuevas todas

las cosas”

4. Semblanza de Lizet León Chávez

10. La primera cruzada latina

que partió al Cielo

12. El campamento, escuela de alma

14. Ejercicios Espirituales, escuelapara la vida. Se lee la primera tesis

doctoral sobre los Ejercicios

Espirituales en el P. Morales

15. Dios existe, yo me lo encontré

16. Enfermedades para todos los gustos. El Papa Francisco advierte de 15enfermedades de las que debemoslibrarnos todos los cristianos

18. Testimonios de quienes conocieron a Lizet

31

4

En familia

24. ¿Pobreza o riqueza en la arquitectura sacra?

26. “Nos pidió comulgar desde los dos

años”. Primera Comunión de Diego.

Profeta de nuestro tiempo

Parábolas de hoy

28. Las virtudes teologales y el P. Morales (II): La esperanza cristiana.

31. El gusano y la estrella

Gratitud, fidelidad

33. Llamada a la interioridad

24

Contigo aprendí

Yo me lo encontré

30 Testimonio de Mª José Brit

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Colaboración

La novedad, si se basa en esta frase delApocalipsis, está absolutamente garanti-zada. La paradoja de mantener lo de

siempre en conjunción con las renovacionesde los signos de los tiempos ha sido una delas tareas más emocionantes y más difícilesde la Historia de la Iglesia. La Cuaresma, queahora terminamos, nos habla cada año decambio, conversión y renovación pero sinabandonar las raícesque sustentan la vidacristiana. Este primernúmero del año tere-siano trae a Llares unode estos momentos derenovación, en unadoble dimensión. Unamás técnica y práctica –nuevas secciones,cambios internos, nombres diferentes– yotra más profunda e inesperada: la partida alcielo de Lizet, Cruzada de Santa María.

El P. Morales no dejaba que se hablara demuerte… Diría esa hermosa expresión deque Lizet ha empezado a vivir para siempre.Con solo 28 años, el día de su cumpleaños,volvió a nacer a la vida eterna apenas unos

días después de que se le diagnosticara uncáncer irreversible en un estado muy avan-zado. “¿Me voy con Jesús?” fue su sencillapregunta. Lizet, a quien dedicamos estenúmero, nos enseñó mucho a toda la Familiade Santa María durante su vida. Sin embargo,ahora tiene una tarea casi más importante:cuidarnos desde el cielo. La verdadera nove-dad es esa, saber que es Dios el que hace

nuevas todas las cosas, en latierra como en el cielo… Sinosotros le dejamos actuar. Lizet era una estudiantenormal, pero valiente,audaz, rompedora, entre-gada. Con notables cualida-des humanas y con sus

defectos pero con una profunda humildadpara dejarse modelar. Tenía claro su objeti-vo: seguir la voluntad de Dios allí donde Él lahabía llamado, en la Cruzada de Santa María.Descubrió así el secreto de la santidad, elsecreto de todas las vocaciones del mundo.De la mano de la Virgen María escuchó esesimple consejo, lleno de sabiduría y ternura:haced lo que Él os diga porque Él hace nue-vas todas las cosas.

Lizet, a quien dedicamoseste número, nos enseñómucho a toda la Familiade Santa María.

Editorial

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“He aquí, yo hago nuevas todas las cosas”

Lizet, con otras cruzadas en Punta Tralca (Chile)

Si Tú me dices ven

Vida relámpago, con 28 años alcanzóLizet la meta: el encuentro definitivocon Aquel a Quien entregó con pasión

los últimos años de su vida. De carácter ale-gre, fogoso, impetuoso, audaz y sencillo, pasóhaciendo el bien a los que la rodeaban.

Amor a su familiaLizet nace el 28 de diciembre de 1987 enLima –Perú- como la mayor de la familia con-formada por sus padres, Francisco León yPaulina Chávez, y su hermano un año menor,David, al que tiene un cariño especial. Familiasencilla, cariñosa y feliz, en cuyo seno discu-rre apacible y segura su vida, a Lizet le gusta-ba contar con sencillez alegre sus vivenciasfamiliares y sus expresiones de cariño.

Rasgos de su personalidad Era de carácter alegre y voluntarioso paraacometer con empeño lo que se proponía.Siempre tuvo buen humor, entusiasmo yfuerza interior. Le encantaba bailar, prepararpostres, hacer teatros y coser, oficio queaprendió en el colegio. En sus estudios seentregaba con mucho ardor, que le llevaba aprepararse muy bien y a intervenir en las cla-ses tanto cuando discrepaba del profesor ocomo cuando tenía algo que aportar.

Vida universitariaAño 2006 y Lizet inicia su vida universitaria enla Pontificia Universidad Católica del Perú,matriculándose en la carrera de CienciasPolíticas y Gobierno. Amaba su carrera ysiempre lo manifestaba. Solía decir que le

Semblanza de LizetLeón Chávez

Si Tú me dices ven suena como el boleromexicano de Los Panchos pero tiene unavuelta de tuerca más. Hay muchos tipos dellamadas en nuestra vida. Dios nos da toques,más grandes o más pequeños. Esos toquesatraviesan continentes, estados de vida,vocaciones, entregas… Independientementede la llamada personal de cada uno, Dios atodos nos dice “ven” . En esta sección trata-remos todo tipo de entregas: a la vida con-sagrada, al matrimonio, a la misión, al sacer-docio… O como en el caso de Lizet, queinaugura esta sección, con la llamada a laeternidad. Lo mejor es que, siempre, el quedice ven, es un “Tú” con mayúsculas.

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Si Tú me dices ven

gustaría llegar ala Presidenciadel Perú o a laONU para cam-biar el mundo. Su empeño hizoque se pudieransalvar las dificul-tades económi-cas de su familiapara que ellapudiera estudiaren esta prestigio-sa Universidad yle hizo ademásser parte del ter-cio estudiantil dela Facultad deLetras.Sin embargo, su profunda inquietud no se lallenaban ni los estudios y la formación intelec-tual ni las vanidades y diversiones de su épocaadolescente y juvenil. Algo le faltaba, comoconfidenciaba por entonces a su madre.Humanamente lo tenía todo, al exterior erauna más, pero su corazón palpitaba con anhe-los de absoluto.

Su “conversión” a Cristo, amor a las almas Gracias a la invitación de un amigo, Lizet seacerca más a Jesucristo a través del grupo deMisiones de la Capellanía de la Pastoral de laUniversidad. Allí conoce a las Cruzadas. Apartir del curso 2007 se integra y descubre laverdadera alegría fundada en el amor a Dios.Había encontrado lo que tanto buscaba:ese amor pleno que le impulsaba a darsea los demás y que centró su fuerza y suenergía. En su conversión fue fundamental la lec-tura de “Las Confesiones” de San Agustín,que fue su santo favorito. Se sabía, comoel santo de Hipona, salvada por la mise-ricordia de Dios de su vida anterior.Dejó sus antiguas costumbres y seentregó con radicalidad al seguimientode Cristo. Tampoco se dio descanso ensu labor evangelizadora. Invitaba a susamigas y compañeras a las misiones y a la

Milicia de Santa María, donde empezó a parti-cipar animada desde la Pastoral. Rezaba y sesacrificaba por otras, animándolas a seguir elcamino de Dios para cada una. Empezaba avivir la maternidad espiritual sintiéndosemadre de tantas chicas que necesitan unaorientación en la vida para ser felices.

Sintiendo más de cerca la llamadaSu inquietud vocacional se orientó primero almatrimonio, pero un discernimiento más pro-fundo le hizo descubrir la Voluntad de Diospara ella: sería cruzada de santa María. Con fe,supo ver en la guía espiritual al ángel de Diosque la orientó. Y así, durante la peregrinación

LLARES ABRIL 2015 5

Recibiendo el Bautismo

Durante unas “misiones universitarias”

Si Tú me dices ven

a España en el centenario del P. Morales, el 1de octubre del 2008, daba el paso de entradaen las Cruzadas de Santa María. Lo hacía conuna amiga de la Universidad a la que ayudó aacercarse a Dios y a dar el paso. Se sentía muycontenta y decía que quería llegar a “viejita”siendo cruzada.

Esposa de CristoYa como cruzada, siguió estudiando y apoyan-do al grupo de misiones. De carácter fogoso eimpaciente, al igual que San Francisco Javier, seentregaba una a una a Dios en las almas. Lohacía también a través del arte y junto conotras militantes y cruzadas, preparaba teatros,autos sacramentales que muestran el valor dela Eucaristía y de la gracia bautismal. En sufacultad era muy valiente: defendía la fe y laverdad del ser humano entre sus compañerosy profesores. No le importaba quedar mal oque la criticaran; sólo le importaba lo que pen-sara Dios. La razón era su gran adhesión a laIglesia y su amor al Papa.

Supo trabajar con constancia y humildad en lareforma de su carácter, pues a pesar de sugran amor a Dios y celo apostólico, Lizet eraconsciente de sus defectos. Aprendió a encau-zar su temperamento vivo y vehemente,aprendió a agachar la cabeza y apretar loslabios para no contestar o excusarse ante unacorrección. Comentaba que Dios sabía de sudebilidad y sus buenos deseos, y de esta formano se rendía.

Su adhesión a la Cruzada era tal que decía queella no se iría por nada del mundo, que queríaquedar pegada como una “chinche”. Con granalegría el 10 de febrero del 2013, Lizet hizosus votos temporales: ya era, como le gustabadecir, “totalmente cruzada, esposa de Jesús”.

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Con amigas dela Universidad

Durante unCampamento

en Lima

El día de suentrada en laCruzada, junto conEmiily, en la criptadel P. Morales

Si Tú me dices ven

Tierra preparada para la misiónEse mismo año, el Señor dispuso que conti-nuara su misión en Chile pero antes tenía queterminar sus estudios y sustentar la tesis paraobtener la licenciatura. La defensa de su estu-dio de las políticas internacionales ante el pro-blema del Sida no fue fácil. El jurado la inte-rrogó repetidamente, pero salió airosa en sudefensa de la abstinencia como medio de pre-vención comprobado por la ONU en estoscasos. Con el título bajo el brazo y después de parti-cipar con las militantes de Perú en la JMJ deBrasil, hizo sus maletas y se dirigió a Chile enagosto de 2013, llena de entusiasmo evangeli-zador.

Y la semilla fue dando frutosSu celo apostólico no se limitó a las jóvenes,sino que también se orientaba a su queridafamilia. A la distancia, y gracias a sus oraciones,penitencias, ejemplo de vida y constantes invi-taciones, Lizet se alegró del acercamiento desu padre a la Iglesia a través de los sacramen-tos, en lo que vio un favor del P. Morales. Estofue motivo de inmensa alegría pues ahora todasu familia vivía más cerca de Dios, también sumadre y su hermano.

“He corrido bien la carrera”En noviembre había ido al doctor para revisarlos resultados de una analítica, y éste le dijoque todo estaba bien. Pero, sin embargo, el finde curso la agotó mucho y después de entre-gar su último trabajo –unos días después de laInmaculada- se sintió muy cansada. Su últimaNochebuena la vivió con molestias peroalegrándose con todas las cruzadas de la llega-da de Jesús Niño y sus regalos. El 25 dediciembre, por la noche, se sintió peor y fui-mos a Urgencias del Hospital de laUniversidad Católica, donde se detectó lanecesidad de mantenerla hospitalizada porquesu situación era comprometida. En la mañanasiguiente se hizo un escáner que orientó eldiagnóstico a un posible cáncer. A partir deentonces la visitaron varios doctores y fuesometida a múltiples pruebas.

Todas esas pruebas las sobrellevó con muchapaciencia, respondiendo con sencillez, una yotra vez a las preguntas que le hacían los dis-tintos doctores que la visitaron, sin proferiruna queja y haciendo más fácil la tarea al per-sonal de salud ofreciendo sus brazos con sen-

LLARES ABRIL 2015 7

El día enque emitiósus votostemporales

El día de sugraduación

Si Tú me dices ven

cillez y buen humor para que le tomasen losanálisis y pruebas necesarios. Nunca semostró preocupada por lo que pasaría, sinoque manifestó en todo momento un abando-no en Dios viviendo el momento presente yuna preocupación por el bien de cuantos lerodeaban. Las cruzadas hacíamos turnos paraacompañarla siempre. Esa mañana del viernes26 se avisó a sus padres y también a las cruza-das de Europa que estaban en Ávila en convi-vencias de Navidad y a las de América, quienesen todo momento estuvieron haciéndose pre-sentes y acompañando a Lizet con la oración.

Ante una posiblecirugía esa mismamañana, recibió laUnción de los enfer-mos y el viático. Lellenó de paz. Esa tardey la noche siguientefueron dolorosas, y,como le contó a lacruzada que la acom-pañaba, había ofreci-do a Jesús en la cruzsus dolores, hastadonde pudo, a la parque se preocupabareiteradamente de

que ésta pudiera descansar y de si se encon-traba cómoda durante la noche. La llegada desus padres el sábado 27 a las 7 de la mañanafue un consuelo para ellos: pudieron estar jun-tos y conversar. Sólo la fe en Dios y el apoyohumano les ayudó a superar la dureza de lasituación.

A partir de la mañana del 27 todo discurriómuy rápidamente. La fue a visitar el oncólogopedirle autorización para hacer una biopsia. Alhacerse consciente de que su estado era taninestable y se encontraba en riesgo vital, Lizetse volvió a la cruzada que la acompañaba ydijo: “Entonces, ¿me voy con Jesús?... québien…”. El doctor que la atendía también ledijo a la familia: “Si esta joven muere no tengoduda de que se va con el Padre Eterno”. El díaanterior, cuando la hospitalizaron, había confi-denciado a la cruzada que la acompañaba, losdeseos tan grandes que tenía de ver a Jesús yahora, aceptaba con gran paz su riesgo vital. Esmás, al preguntarle qué le gustaría decir atodas las cruzadas, ella respondió: “Que secumpla su Voluntad”. También su respuesta yactitud impactó al equipo médico: uno de losdoctores, dijo que ella tenía una “conexión”distinta… es decir, una gran fe y abandono enDios.

Mientras la preparaban para la biopsia pudoconversar por teléfono con Lydia, la DirectoraGeneral de las cruzadas, quien en todomomento estuvo muy presente y al tanto detodo lo que iba sucediendo, ayudándonos a

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Con cruzadas y militantes en Chile

Duranteunas

“misionesuniversi-tarias”

Si Tú me dices ven

todas en esta situación tan especial. Fueingresada en la UCI en el cuarto piso del hos-pital, el mismo piso y mismo hospital desdedonde partió al Cielo san Alberto Hurtado.El primer resultado de la biopsia selló elpronóstico de la enfermedad la tarde de eseintenso sábado en el que se vio que el hígadoestaba lleno de metástasis. Lizet tenía un cán-cer sumamente agresivo, de desarrollo rápi-do y sin posibilidad de tratamiento.

La noche fue crítica, la situación empeorabay a primera hora del domingo 28 nos infor-maron de que se acercaba el fin. Como unimán, todos la rodeamos y le hablamos,rezamos, cantamos, le hablamos del cielo, lepedimos perdón y dimos gracias y así la fui-mos acompañando mientras transcurríanlentas las horas. Dos sacerdotes más vinie-ron a ponerle la Unción. A primera hora dela tarde rezamos el rosario acompañando aLizet y después sus padres se quedaron conella; en un momento mientras le tomabande la mano y le cantaban “Tienes uncorazón grande para amar, tienes uncorazón grande para luchar”, Lizet dejabaesta vida para abrazarse para siempre con elEsposo. Eran las 16:55 hora chilena del 28de diciembre del 2015, al cumplir 28 años. Surostro reflejaba una inmensa paz y una levesonrisa. Entonces preparamos su última vesti-dura, con un “Sponsa Christi”, Esposa deCristo, escrito.

La velamos durante un día y medio antes deque su féretro viajara a Lima, donde suspadres quisieron enterrarla. El lunes, en laparroquia de San Pedro de Las Condes, sehizo la Misa de cuerpo presente con los ami-gos y cercanos a quienes se pudo avisar. Antesde eso, quiso acompañar a sus padres y rezarpor ella el arzobispo de Santiago, Card.Ricardo Ezzati. En la homilía se destacó queera muy amiga de la verdad y que dejaba unpreciso testimonio de su entrega. El martes 30se desplazaron sus restos mortales a Lima,donde la esperaban las cruzadas. Los testimo-nios dolidos, pero esperanzados de sus padresy de las cruzadas envolvían, junto con los cán-ticos, la despedida de Lizet. Pétalos de rosas

alfombraron su paso y se lanzaron rosas juntoa sus restos, simbolizando los corazones detodas las cruzadas y militantes.

Dios la encontró con la lámpara encendidaAsí, en la octava de Navidad, fiesta de laSagrada Familia y de los Santos Inocentes már-tires, Lizet salió al encuentro del Esposo conla lámpara encendida, cumpliéndose así sugran deseo de “morir cruzada de SantaMaría”. Vida relámpago que nos deja muchas leccio-nes: su valentía y amor a la verdad, su amor ala Iglesia y a la Cruzada, su humildad y cons-tancia en la lucha por trabajar su impetuosidady sus defectos en su ideal de ser santa cruza-da, su gran confianza en Dios, su caridad haciasus hermanas cruzadas, su gran celo apostóli-co... y todo de una manera sencilla, sin llamarla atención, como Juani, la primera cruzada enir al Cielo.

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Con cruzadas en Chile

Durante el último funeralcorpore insepulto en Lima

El 28 de diciembre, día en que laIglesia conmemoraba la fiesta de losSantos Inocentes y la fiesta de la

Sagrada Familia, Lizet León Chávezcumplía 28 años de edad y pasaría a for-mar parte de la Cruzada triunfante, siendoasí la primera cruzada de América quepartía a la Patria Eterna. La noticia, auncuando era dolorosa, estaba llena de paz yconfianza, pues teníamos todos la seguri-dad de que Lizet no dejaría de intercederpor la Cruzada y por todos los que laconocieron.El día 31 de diciembre Lizet llegó a la ciu-dad de Lima (Perú), a casa de las cruzadas,quienes la recibieron entre cantos, y demanera especial con una canción com-puesta para ella, y fueron las mismas cru-zadas quienes se encargaron de llevar el

La primera cruzada latina que partió al Cielo

El Padre Morales escribía mirando el marCantábrico en Comillas: “Al ver este mar tanazul y tranquilo las cinco letras de MARÍAse me figuran escritas en oro y fuego,tocando cada una un continente, pues todosson de la Virgen” . También la Cruzada y laMilicia, con este mismo sentir, han queridodar el salto de continente a continente dela mano de la Virgen. En la sección Del unoal otro confín queremos mostrar como laCruzada y la Milicia son lo mismo a travésde los kilómetros. El entierro de Lizet hasido uno de esos momentos de unidad en elque incluso los que no estábamos física-mente, estábamos allí en espíritu.

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féretro. Ese día se celebraronvarias misas, la primera deellas presidida por Mons. RaúlAntonio Chau Quispe, obis-po auxiliar de Lima, y otraspor sacerdotes allegados a laCruzada-Milicia. En el velatorio fueronmuchos los familiares yamigos que la acompaña-ron, y algunos de ellos die-ron sus testimonios decómo Lizet los había ayuda-do para encontrarse conDios. También se contó conla presencia de su EminenciaCardenal Juan Luis CiprianiThorne, Arzobispo de Lima yPrimado del Perú, quien ofre-ció un responso por el almade Lizet.

El día 1 de enero, en lasolemnidad de Santa MaríaMadre de Dios, se celebró lamisa de entierro, a la queasistieron muchos amigos deLizet y allegados a la Cruzada-Milicia. Fue una misa presidi-da por el P. Castejón,capellán de la Cruzada-Miliciaen América y junto a él con-celebraron el P. Gaspar, Juezdel Tribunal Eclesiástico deLima y el P. Arturo, miembrode la Fraternidad P. TomásMorales. En la homilía el P.Castejón resaltó que Lizetera totalmente un alma tras-parente, que siempre estabadisponible a acoger la volun-tad de Dios y que tenía unagran abnegación por ayudar alos jóvenes. También, que laVirgen realmente la cuidaba yla dispuso a ese encuentrocon Jesús. Lizet sabía bien quela muerte no era el final de lavida sino el comienzo de laverdadera y por ello al ente-

rarse de su estado lo tomócon paz. Ella estaba alegre dehaberse determinado a seguira Jesucristo y de morir comocruzada de Santa María.

Al finalizar la celebración,como símbolo de esa unión yese amor fraterno entretodas las cruzadas, se envol-vió el féretro con una cintablanca que tenía bordados elescudo de la Cruzada y losnombres de todas las cruza-das del mundo. Después deello, Lizet fue llevaba al cam-posanto “Parque del Recuer-do”. Este fue un momentomuy emotivo en que suspadres y varias cruzadas diri-gieron algunas palabras refi-riéndose a la felicidad quesiempre notaron en Lizet porser cruzada de Santa María ypor ese deseo de morir en laCruzada. También su padre

mencionó que en medio delsufrimiento por la pérdida desu hijita, sentía a su vez ungran consuelo al saber queLizet ya estaba en el cielo,

con su esposo Jesús, queera el ideal que la impulsóa dejarlo todo y con lafirme convicción de quesería para siempre. Estamos seguras de quela misma valentía queLizet mostró siempre al

defender la verdad delvalor de la vida, la familia

y la dignidad de la persona yde la Iglesia, seguirá mostrán-dolo desde el Cielo; y porsupuesto pedirá por las voca-ciones a la Cruzada y por laperseverancia de cada una.

Lizet, aunque dejó un grandolor a todos, ha dejado tam-bién una gran lección de fide-lidad y de entrega a Dios, deser dóciles a su voluntad, deaceptar todo con amor y deque ser santas ha de ser nues-tro afán.Y aunque hoy el Señor nosseparó por Su amor Él nostorne a juntar… (Cancióncompuesta por las cruzadasde Santa María del Perú).

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El féretro de Lizet, rodeado porla cinta en la que se bordaron los

nombres de todas las cruzadas.

Lizet, aunque dejó ungran dolor a todos, hadejado también una granlección de fidelidad y deentrega a Dios.

Hoy frente a la falta deinterioridad enmuchos jóvenes…

en realidad, como un medioeficaz para ello, se realizanlos campamentos de SantaMaría; en medio de la natu-raleza, entre la majestuosi-dad de las montañas, labelleza de un cielo azul ybajo el fuerte abrazo del solde verano; hay un grupo nopequeño de jóvenes dis-puestas a descubrir la ver-dad por sí mismas, a mirar alo Alto, a dejarse contagiar

de la alegría que engendra elesfuerzo y del fruto de laentrega a los demás… Así,en estas tierras latinas, en eltranscurso de varios días delmes de enero, hemos sidotestigos nuevamente de laadmirable entrega y exigen-cia de los jóvenes, unajuventud que sólo está espe-rando que le recuerden quepuede estar dando siempremás, más y más.Presentamos aquí algunasexperiencias vividas en él…

Por María Gracia Albines / Mil itante de Santa María / Chiclayo (Perú)

El campamento,escuela de almas

Del uno al otro confín haytambién campamentos.Por cuestiones evidentes,nuestros veranos son endistintas épocas peroambos están unidos en unmismo sentir. En enerohan sido los de uno de loslados del charco. Losunos son la preparaciónde los otros porque cuan-do unos campamentosacaban, los otros empie-zan a calentar motores.



Para mí el haber participado delcampamento ha sido una gran expe-riencia, en la que he experimentado laalegría de salir de mí misma paraestar más pendiente de las demás;también me ha ayudado a ordenar-me, pues ahora tengo un horario paracada cosa y me da tiempo para todo.Estoy convencida de que puedo darmucho de mí, puedo exigirme y altiempo confiar en Dios y no sólobuscarlo en los momentos difíciles,sino en el día a día, pero para ellonecesito perseverar en las reunionesde los sábados para que me lo recuer-den cada semana.

Maricielo Riojas Enríquez



Elcampamento esuna de las actividades que más dis-fruto y de las que intento sacar el máximo prove-cho para mi vida, pues por un lado me encanta el solo hecho de quesea al aire libre, en medio de la naturaleza. Dentro de las actividadesque se realizan, hay una, como es el fuego de campamento, queademás de ser muy divertido, me ha ido enseñando a vencer mis mie-dos, a no tener vergüenza de salir al frente y hacer reír a las demás;otra de ellas son las marchas a la montaña, pues me ayudan a experi-mentar la felicidad de llegar a la meta y no quedarme en mitad delcamino, y esto lo aplico en mi vida pues me anima a vencerme en lascosas pequeñas del día para así alcanzar las metas que me propongo.

Magaly Medina Cubas

De lo mucho que me ayudó el campamento el año

pasado, no cabía la posibilidad de perderme éste; estoy

muy contenta pues he aprendido muchas cosas aquí

como ser ordenada en la habitación, rezar el Rosario, y

creer que es posible educar mi voluntad y mi afectivi-

dad; sé que esto es de chicas valientes, pero como sola

no puedo, necesito de la ayuda de Jesús y la Virgen;

por eso me propuse con más esmero mi perseverancia

en la Milicia.

Janina Ibáñez Calle

Para mí el haber participado delcampamento ha sido una gran expe-riencia, en la que he experimentado laalegría de salir de mí misma paraestar más pendiente de las demás;también me ha ayudado a ordenar-me, pues ahora tengo un horario paracada cosa y me da tiempo para todo.Estoy convencida de que puedo darmucho de mí, puedo exigirme y altiempo confiar en Dios y no sólobuscarlo en los momentos difíciles,sino en el día a día, pero para ellonecesito perseverar en las reunionesde los sábados para que me lo recuer-den cada semana.

Maricielo Riojas Enríquez

El campamento ha sido una bonita

experiencia pues me ha llenado de una alegría muy

grande, en él he podido vencer mis miedos, y lograr así

subir una alta montaña, vencer mi pereza, viviendo día

a día el orden, que va desde doblar bien los polos a

mantener la habitación ordenada; también me he

dado cuenta que con orden se pueden hacer muchas

cosas útiles durante el día. He comprendido también

que todo lo que puedo realizar en mi vida tiene un

sentido profundo, que a pesar del esfuerzo se puede

estar muy unida a Dios a través de una entrega y ser-

vicio a los demás, y que éste es el camino que

nos conduce a la verdadera felicidad.

Madeleine Solano

AranaEn España nos quedan apenas unos meses…¿A qué esperas para reservar tuplaza? Vive un verano diferente.

Por P. Miguel Fernando García / capellán de la Milicia de Santa María en España

Ejercicios Espirituales, escuela para la vidaSe lee la primera tesis doctoral sobre los Ejercicios Espirituales en el P.Morales



El pasado lunes, 2 demarzo, tuve la oportu-nidad de leer mi tesis

doctoral acerca de losEjercicios Espirituales en elP. Morales. Este acto, acadé-micamente muy solemne,culmina el trabajo de cincoaños dedicados a estudiarcómo entiende y qué signifi-can para el fundador de laCruzada-Milicia de SantaMaría los Ejercicios que pro-pone san Ignacio de Loyola.El P. Morales trata de losEjercicios en sus obras,sobre todo a partir de suexperiencia con los jóvenes;además, contamos con susgrabaciones, que constitu-yen un verdadero tesoro,no sólo para el estudio —por supuesto— sino paraenriquecernos con ellas.El trabajo que presentába-mos para la obtención del

doctorado en TeologíaMoral afronta los Ejerciciosdesde la perspectiva teoló-gica y, dentro de ella, desdela propiamente moral(cómo vivir nuestra fe y elEvangelio o, si se quiere,cómo vivir en Cristo).Según esto, proponíamoscientíficamente de quémanera el P. Morales predi-ca Ejercicios ignacianos,cómo es la formación parala vida (humana, cristiana yapostólica) que con ellospretende y de qué modo losEjercicios son llamados aprolongarse en las circuns-tancias ordinarias.

Aunque el acto resultaramuy solemne y uno siemprese pone nervioso, dabamucha confianza que elpúblico fuera muy benévolo.La presencia de LydiaJiménez y las cruzadas y mili-tantes, de mi familia, de

muchos seminaristas ysacerdotes, así como ungran grupo de la UniversidadAutónoma, ayudaba a sentir-se confiado. ¡Espero que elcontenido (más o menos) seentendiera!Aunque la tesis se puedeleer en su totalidad (y se haescrito también pensandoen que su lectura puedeaprovechar mucho), lo másimportante es que todosnos ilusionemos con losEjercicios y con el bien quepueden hacer a los jóvenes ya todo género de personas.

Agradezco a todos los quehan rezado tanto por losfrutos de este doctorado ya todos los que invisible-mente estuvieron en prime-ra fila, pero me hicieron lle-gar su cercanía. Sobre todo,le agradezco a Dios todoeste trabajo, a la Virgen ¡y alP. Morales!

P. Miguel. A la dcha,le vemoscelebrandoMisa enGredos,durante uncampamentode la Milicia

Yo me lo encontré

André Frossard, perio-dista y escritor francésnace en 1915 en la

única aldea del país "en la quehabía sinagoga y no iglesia" ydentro de una familia republi-cana "del rojo más subido".Con veinte años cambia suvida sin avisar: "Habiendoentrado, a las cinco y diez dela tarde, en una capilla delBarrio Latino en busca de unamigo, salí a las cinco y cuar-to en compañía de una amis-tad que no era de la tierra".

Al principio Frossard fue rea-cio a escribir un libro sobresu conversión. "He termina-do sin embargo, por persua-dirme de que un testigo,incluso indigno, que acaba desaber la verdad sobre unproceso, está obligado adecirla en la esperanza deque ella obtendrá, por suspropios méritos, la audienciaque él no puede esperar delos suyos". Él descubre, portanto, la verdad sobre la pre-gunta de las preguntas:"Sucede que sobrenatural-

mente, sé la verdad sobre lamás disputada de las causas yel más antiguo de los proce-sos: Dios existe. Yo me loencontré"."Al entrar tenía veinte años.Al salir era un niño, listopara el bautismo, y que mira-ba en torno a sí con los ojosdesorbitados, ese cielo habi-tado, esa ciudad que no sehabía suspendido en losaires, esos seres a pleno solque parecían caminar en laoscuridad sin ver el inmensodesgarrón que acababa dehacerse en el toldo delmundo".Él mismo se da cuenta de loimpresionante de su conver-sión y de la respuesta escép-tica que puede provocar enquienes le escuchan. Perotambién era consciente deque nadie podía presumir dehaber sino más escéptico oincrédulo que él. Todo suesquema cambia ante la evi-dencia. La explicación que aesto le da Frossard es que"también la caridad divinatiene sus actos gratuitos".

"No puedo sugerir los éxitosde una elaboración lentadonde ha habido bruscatransformación; no puedodar las razones psicológicas,inmediatas o lejanas, de estamutación, porque las razonesno existen; me es imposibledescribir la senda que me haconducido a la fe, porque meencontraba en cualquier otrocamino y pensaba en cual-quier otra cosa cuando caí enuna especie de emboscada:este libro no cuenta cómo hellegado al catolicismo, sinocómo no iba a él cuando enél me encontré.


Dios existe, yo me lo encontré

“Los conversos son molestos” . Con esta citade Bernanos empieza André Frossard sufamoso libro Dios existe, yo me lo encontré.Esta virtud admirable de “ser molestos” nosparece tan digna de ser imitada que hemosquerido inaugurar una nueva sección enLlares que trate en cada número uno de losmiles de conversos, que un día, muchas veces

sin saber cómo, pasaron de ser incrédulos aser creyentes. Ellos sólo tienen clara unacosa: que Dios existe y que ellos se lo hanencontrado. El titular lo tomamos prestado deeste gran intelectual francés que inaugura lasección. Sección que tiene como objetivoaumentar nuestra fe y hacernos conscientesde que los milagros existen, también hoy.

Por Mónica del Álamo / Militante de Santa María / España

Algunas militantes con

En mi experiencia deaño y medio comomilitante he podido ir

asimilando lo que es ese“más, más y más” de SanFrancisco Javier, proclama-do al final de las misas dela Virgen, que ha resonadoaños tras año en Gredos,en la Plaza del Obradoiroen Santiago, en lasJavieradas, las JMJ….

El Papa apoya ese “más,más y más” y dice queestamos llamados a mejo-rar, a llegar a nuestro cienpor cien, y para ello hahecho un “catálogo” deenfermedades, catálogoque es una llamada deatención personal:

Enfermedades paratodos los gustos


El Papa Francisco nos deja mensajes interesantes todos los días.Algunos salen en los medios con mucha pompa pero otros pasan bas-tante desapercibidos. En este caso traemos un mensaje de Adviento,que puede ayudarnos para la Cuaresma. En su mensaje a la CuriaRomana les advirtió de las enfermedades espirituales que se podíanpillar. Teresa Zurdo, militante de Santa María de España nos resumeestas enfermedades que no son solo curiales, también las puedecoger cualquier militante y ¡cualquier cristiano!

Por Teresa Zurdo / Mi l itante de Santa María / España

Tú eres Pedro

El Papa Francisco advierte de 15enfermedades de las que debemoscuidarnos los cristianos

1El sentirse inmortal o indispensable: creerseinnecesario de autocrítica o de actualización.El Papa dice que el antídoto es “la gracia desentirnos pecadores”.

2El martalismo, la excesiva laboriosidad, descui-dando la mejor parte que es la de “sentarse alos pies de Jesús”.

3La fosilización mental y espiritual, tenerun corazón de piedra, olvidando que somosde la Virgen.

4La excesiva planificación: el Papa puntualizaque es necesario preparar bien las cosas, peronunca queriendo “pilotear” al Espíritu Santo.

5La mala coordinación entre los miembrosdel grupo perdiendo el espíritu de comunión.

Hace unos días les repartí amis chicas en catequesis deconfirmación una hoja con unpropósito para cada día deCuaresma, al que le pondríanun “tic”, y les pedí que no olvi-dasen que todo eso se hacíapor amor. Me enterneció verque se lo tomaron como unaaventura emocionante. Yo también quiero afrontarcon esa pasión esta “revisiónmédica” que me recuerda queestoy hecha para el “más, másy más”.


Tú eres Pedro

6El Alzheimer espiritual, olvidando el “primer amor”. Por eso enuna puesta en común de experiencias siempre es bonito recordarcuál fue mi encuentro con Dios, no olvidar qué es lo que me con-venció para comenzar a vivir un cristianismo auténtico y así evitarcaer en este olvido.

7La rivalidad y la vanagloria, cuando nuestros objetivos sonlas “cosas de la tierra”. El Papa avisa de que esta enferme-dad es la que lleva a convertirnos en personas falsas.

8La esquizofrenia existencial, es decir, llevar unadoble vida, “fruto de la hipocresía típica del mediocrey del progresivo vacío espiritual”; es necesaria unaconversión urgente.

9Los chismes, las murmuraciones y las habladurías: no esprimera vez que el Papa nos pide que cuidemos mucho noconvertirnos en “homicidas a sangre fría de la fama denuestros colegas”.

10El divinizar a los jefes,honrando a las personasy no a Dios.

11La indiferencia hacia los demás,fruto del egoísmo.

12La cara de funeral, “pintándose el rostro de melancolía”: elPapa recomienda leer la oración de Santo Tomás Moro.

13La enfermedad de la acumulaciónmaterial, algo que sólo nos pesa yralentiza en nuestro camino.

14Los círculos cerrados, en los que esmás importante la pertenencia aellos que a Cristo.

15El exhibicionismo, en el que se buscademostrar ser más capaz que los demás.

Lizet con Daniela

Testimonios de quienesconocieron a Lizet

Con la sección Un grano de mostaza queremos mostrar que los grandes cam-bios comienzan siempre con pequeños detalles, los granos de mostaza queson los testimonios. Una semilla de mostaza es minúscula, apenas se ve peroes potencia de un gran árbol..En su paso por esta vida Lizet dejó huella en muchas personas. Algunaspudieron despedirse físicamente, otras han llenado cuadernos de testimoniosy condolencias y otras simplemente alzaron la vista al cielo y lanzaron unaoración. Aquí recogemos algunas de las palabras de esas personas que noolvidan a Lizet y que piensan que aún tenemos mucho que aprender de ella.


Un grano de mostaza

lizet era una buena persona, simpá-tica, alegre y cocinaba bueno. Comodijo el apóstol Pablo, “la muerte esganancia”.

Es muy lamentable perder a una persona tansolidaria, alegre, buena y simpática. Ella nosdejó una gran enseñanza: que Dios es muyimportante. Además me enseñó a no ser tímida.

Ella era muy creativa al crearsalidas. Era una persona muyamable y solidaria con todoslos niños. Les quiero decir queno estén tristes por su pérdida,ya que ella está en el Cielocon Dios.

Lizet era una persona muy buena, amable,solidaria y caritativa. Siempre hablaba de sufamilia, decía que eran personas muy buenas.Lizet siempre fue una persona muy dedicadaa los demás porque a pesar de sus estudiostambién hacía la pastoral, preparaba la con-firmación y la primera comunión.

Vannia

Daniela Paz Belén

Haciendorepostería

con lasjuveniles en

Chile

Anais

Muriel


Un grano de mostaza

Nancy Fernández, directora del Colegio Rosario Concha (Chile)

A la familia y a las Cruzadas, mi agradecimiento y el detoda una comunidad que disfrutó con la vida de Lizet. Nosentregó muchas bendiciones, y solamente podemos dar graciasal Señor por habernos prestado a este ángel que es Lizet.

Paulina Miqueles, profesora del

Colegio RosarioConcha (Chile)

A la familia León Chávezy a las Cruzadas de

Santa María, hago llegar en nombre de la familia Miqueles León nuestro saludo y espe-cial oración para que el Padre Dios y María nuestra Madre les acompañe en estos

momentos en que Lizet ha partido en Gloria a la Casa de Padre.

Pía Mendiburu, JosefaArco y Claudia Morales,compañeras del Magister

Lizet, fuiste una gran compañera enlos meses que compartimos en laUniversidad. Muy responsable y com-prometida con todo. Muchas graciaspor eso, y por intentar mantener elcontacto con nosotras durante esteaño. Confío que con tu fe te fuiste enpaz, y eso ayudará a quienes dejasteen la tierra. Un abrazo eterno.

Liz, gracias por tu entrega, tu fe y tu amor, en el poquitotiempo que nos conocimos te agarré un cariño inmenso.Cuando supe tu partida sentí tu paz y felicidad. Mándalesaludos a mi tata, un honor haberte conocido.

Laura ConstanzaLeira Moreira

Lizet, mostrando su buen humor

Lizet, con Paulina y algunas juveniles en el Colegio Rosario Concha

Durante la JMJ 2013 (Brasil)


Un grano de mostaza

María Vela (España)

Hace dos veranos fui a la Jornada Mundialde la Juventud en Brasil. Pasamos unosdías previos a la JMJ en Novafriburgo, conotras chicas de la Milicia. En mi patrulla,entre otras chicas de otros países, estabaLizet. Era una chica muy activa, que apor-taba mucho al grupo. Recuerdo cruzar conella el puente que unía las clases dondedormíamos y los baños para ir a lavarnoslos dientes o el pelo. Recuerdo que un díame preguntó cómo había conocido laMilicia y me contó cómo la había conocidoy cómo había decidido hacerse cruzada.Cuando me enteré de que había fallecido,tan de repente, la noticia me impresionó.Me llamó también la atención su reacciónante la enfermedad. Sus últimas palabrasdemuestran que era una persona con lascosas muy claras y muchísima fe. Tengomuy buen recuerdo de aquella chicaperuana tan alegre.

Es un choque fuerte la muerte tan súbita y tan ines-perada de Lizet.Yo tuve a Lizet en mi clase del Magister y ella siem-pre se destacó por su interés intenso, su agudeza ysu compromiso católico.Lizet era una persona com-prometida, que no tenía miedo. (¡Hasta me corrigióun par de veces, con razón además, frente a laclase!)Tuve varias largas conversaciones con ella despuésde clase y sentí que desarrollé un rapport con ella(y nos escribíamos emails). Es, la verdad, una gran pérdida. Ella era de las quecombinaba inteligencia y compromiso ético. Se la vaa extrañar.

Pierre OstiguyProfesor de LizetUniversidad Católica de Chile

Estimada Familia:

Aunque no tuve el privilegio de tener aLizet como alumna en los cursos que algunavez he dictado para el Instituto de CienciaPolítica, siguiendo su trayectoria por varia-dos comentarios que pude ver en la websobre la contingencia política de su país,pude advertir que se trataba de una estu-diante inquieta intelectualmente y que sinduda podría haber aportado mucho al desa-rrollo de su país. Por ello y por todo lo quesignifica que una joven de su edad vea

truncados sus sueños y los de su familia,quiero expresarles mis más sinceras condo-lencias y sentimiento de pesar por su parti-da, esperando que su recuerdo del cariño desu familia, amigos y profesores haga quesu paso por este vida perdure y dé consueloen el tiempo.

Dr. Arturo Orellana Profesor de la PontificiaUniversidad Católica de Chile

Durante un “Cine-forum”

Lizet nació un 28 de Diciembre, iluminandonuestras vidas. Sentí que el Paraíso abríasus puertas para mí, lloré de alegría al ver

a mi pequeñita. Ella lloraba de hambre pues sechupaba los deditos. Creció con mucho amor,junto a su hermano David con quien sólo se lle-vaba un año con diez meses de edad. En el cole-gio eventualmente apoyaba en la catequesis, y legustaba ayudar donde se impartía educación ini-cial. Siempre destacó en los estudios, y era muyempeñosa, alegre. Su adolescencia fue como la detodos los adolescentes.

Se preparó en la UNED de España en el Perú eingresó a la Politécnica de Valencia, pero no ledieron la Visa para viajar, aun estando ya matri-culada. Como la vi muy abatida le pregunté cuálsería su otra opción, ya que yo siempre le vi cua-lidades de líder; me contestó que le gustaría

estudiar Ciencias Políticas y Gobierno en laPontifica Universidad Católica. Es así que ingre-sa en el año 2007. Luego empezó a ir a laPastoral de la Universidad. Yo la veía muy con-tenta con lo que estudiaba, le apasionaba lacarrera, pero también lo que hacían en lasMisiones. Antes de acudir a ellas siempre pedíaque le compraran ropa u otras cosas, pero a par-tir de aquí se volvió muy sencilla, ya no pedía ytampoco quería que le compraran cosas; comenzóa envolver sus juguetes para regalarlos. Lossábados se iba a la Milicia de Santa María, y des-pués los domingos por la tarde a la casa de


Un grano de mostaza

Testimonio de Juana Paulina Chávez García,

mamá de Lizet

Lizet con sus padres y su hermano

Lizet con sus padres

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Barranco donde están las cruzadas. Recuerdoque en su adolescencia decía siempre que a ellale faltaba algo, pero no sabía qué; un día, cuan-do regresó de las Misiones, llegó muy contenta ydijo que ya no sentía que le faltaba algo, que sesentía muy feliz.

En el 2008 viajó a España a ingresar en lasCruzadas. Al comienzo yo me opuse y el P.Castejón, capellán de las Cruzadas, me llamó undía y me dijo que mi hija tenía vocación, queaceptara el llamado de Dios. El 1 de octubre del2008 desde España me llamó mi hija y me pidiómi bendición pues refirió “que era el díamás feliz de su vida“; así lo hice. Cuandoregresó la tuvimos que ir a dejar a la casade Lince, con mucho dolor de su padre ymío, pero su hermanito, como le decía ella,le dijo: “Si eso te hace feliz, yo te apoyo”.Poco a poco fuimos viendo cuán feliz era, ynosotros aprendimos a ser felices con ella.En su penúltimo correo el 29 de noviembrede 2014 Lizet me dijo que: “estaba súperbien, muy ocupada con las clases, y que enNavidad íbamos a conversar mucho, peroque su hermanito, su papito y yo estábamosen sus rezos y oraciones y que cuanto máscerca estuviese ella del Cielo más loestaríamos nosotros”.El 26 de diciembre nos llaman de Chile lascruzadas para decirnos que Lizet se

encontraba internada en el Hospital. Ese mismodía por la noche viajamos, pero lo que me sor-prendió es que los pasajes bajaron en tres opor-tunidades en menos de media hora.

De lo que estoy convencida es que Lizet fue muyfeliz cuando empezó a conocer a Dios y a laVirgen, a amarlos profundamente. Le apasiona-ba su carrera, tenía muchos proyectos y todogiraba en el amor a Jesús. Lizet era cruzada decorazón, pero tengo la esperanza y la fe en queun día nos encontraremos para no despedirnosjamás.

Un grano de mostaza

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C uando Lizet regresó de España me dio lagran sorpresa cuando me dijo: “Papá, yano voy a vivir con ustedes, pues iré a vivir en

Lince con mis hermanas cruzadas, es mi vocación deservir a Dios”. Para mí fue un gran golpe, puescasi no entendía lo que pasaba, Lizet me dijo:“Papá ¿eres feliz conmigo?” “Claro que sí, hijita”,le respondí; ella me contestó: “Yo también lo soy,pero quiero tener mi propia felicidad; compréndeme,si tú me amas déjame ser feliz, no seas egoísta”.Me dio una gran lección con sus frases célebres. Miesposa me ayudó a entender y fuimos a dejarla aLince con su maleta.De regreso a casa me sentí morir y lloré muchísimo pormi hijita amada, así pase un largo tiempo con mitristeza, veía su cama y me ponía a llorar; me parecíaque nunca la iba a volver a ver. Paulina me conver-saba mucho tratando de hacerme entender; me decía:“Si nuestra hija es feliz como cruzada nosotros tam-bién debemos ser felices”. Así aprendí a ser feliz de ladecisión de mi hija; todo es un proceso para entenderlos designios de Dios. Un aspecto muy importante fuecuando nos había comunicado su decisión de ser cru-zada; su hermanito David fue quien le dijo: “Lizet,si eres feliz allí, yo te apoyo, hermanita”.

Yo tenía un concepto diferente de Dios, creía en Él ami manera; hasta pensé que era una creación del hom-bre, pero que debería estar en paz con Él; no tenía fe.Lizet me dijo: “No, papá, a Dios no se cree a tumanera, a Dios se entrega en cuerpo y alma como yo;voy a orar mucho por ti y le voy a pedir al PadreMorales que interceda y te ayude a creer en Dios”.Fue entonces cuando Lizet luchó mucho por transfor-marme, oró mucho a Dios hasta convertirme y tenermucha fe en Él.

Ya en Chile no sabíamos sobre el desenlace de suenfermedad. Tuvimos que afrontar una cruel y tristerealidad, pues los médicos no nos dieron ningunaesperanza de vida. El oncólogo nos comunicó feha-cientemente lo siguiente: “Les comunico que su híga-do está destrozado, no sabemos dónde se originó elcáncer”, a lo que yo le dije: “Yo le doy mi hígado ami hijita”. Me contestó: “No es posible, pero les

digo que es una joven muy valiente, lo hemos comen-tado entre el personal; es una criatura de Dios, y noles quepa la menor duda que ella estará con elPadre”. El 27 de quedamos solos por un momento mihija y yo en la habitación del hospital y me dijo:“Papito ven, dame un abrazo”. Me besó en la meji-lla sentí que era una despedida con mucho amor. El28 de diciembre fue su cumpleaños y le compré unramo de rosas y le cantamos “Happy Birthday”.Casi cerca de las 5 pm, le cantamos y acariciamos,con lo que se fue. Lizet nació el 28 de diciembre de1986 y fallece el 28 de diciembre del 2014 a los 28años.

Al fallecer mi hija, Dios me iluminó, me arrodillé ydije: “Gracias Dios mío por darme este angelito, llé-vatelo al cielo”; y mi esposa: “Hijita, te vas al cielocomo un pajarito volando”.Un recuerdo que me quedó en el alma, fue un Día delpadre hace tres años en que llegó a casa con un pre-sente, el cual fue una hermosa flor, y me dijo: “Felizdía, papito”. Siendo la primera vez en mi vida querecibí tan delicado regalo y tuvo que ser de mi amadahijita Lizet. Debo agradecer en forma muy especial asiete ángeles del Cielo, cruzadas de santa María enChile quienes impregnaron mi corazón con sus pala-bras y me hicieron sentir el amor de Dios, dándomefuerzas y paz con mucho amor. Y sobre todo a Lizet,que me dio felicidad y mucho amor por 28 años. De lo que estoy muy convencido es que Lizet fueinmensamente feliz, y tengo la plena seguridad queme encontraré con ella con la gracia de Dios.


Un grano de mostaza

Testimonio de Jose Francisco León Vallejo, papá de Lizet

¿Pobreza o riqueza

La pobreza de la que nos habla continuamente el PapaFrancisco es la que sufren todos aquéllos que no tienen unarazón de vivir, los que viven esclavos física o moralmente,los que no ven reconocida su dignidad. A ella tiene que res-ponder la arquitectura sacra. Los pobres necesitan palparla belleza de la casa de su Padre, Dios; porque les enno-blece, eleva su espíritu, sana su alma. “Si la verdad hace rendirse a la inteligencia y la bondad ala voluntad, en el terreno de los sentimientos el hombre serinde ante la belleza” (Alberto Campo Baeza).

Podríamos resumir en tres las claves para una verdaderaarquitectura sacra:


Por Victoria Lamas / Estudiante de Máster en Patrimonio Histórico / Toledoy Tatiana Serbena / Estudiante de Arquitectura / Toledo

Colaboración

en la arquitectura

sacra?

1. Espacio para elencuentro con Dios

El templo es lugar de encuen-tro con Dios. En él se cele-bran los sacramentos, quenos transmiten la misma vidadivina. Por ello, la arquitectu-ra debe estar al servicio de laliturgia y en ella el sagrariodebe estar visible desde quese accede al templo. Las pro-porciones, los materiales, laluz y el color, son empleadospara tender un puente entrelo humano y lo divino.

El diseño como expresión dela subjetividad individualistadel artista y el empleo demateriales caros, no transmi-te la sensación de un espacioconfortable. Por ello, algunosedificios sacros separan a laspersonas por su clase social,suscitando en el pobre la

sensación de que este espa-cio no le pertenece. Esimportante un uso de la luz yde los materiales, que noshaga entrar en la intimidadcon Dios.

2. La encarnación de la fey el empleo del artefigurativo

La fe en Cristo incluye unarelación personal con Él. Porello, el alma necesita signosvisibles, imágenes de lo Bello,en las que se hace visible elmisterio del Dios invisible. Elarte figurativo forma partedel culto cristiano. El cristia-no, necesita ver y palpar for-mas artísticas que remitan sucorazón al cielo. La arquitec-tura y el arte sacro, no sepueden olvidar de las devo-ciones populares: de las imá-genes de los santos, de las

capillas laterales, delos campanarios; ele-mentos todos ellosque dan un rostro yuna voz a la tradiciónde una fe encarnada.

3. El simbolismo

La vocación del artista está alservicio de la belleza, y labelleza del espacio sacro semanifiesta en la capacidad derepresentación que hacepenetrar al fiel en lo divino.El simbolismo en la arquitec-tura sacra, brota de la expe-riencia de fe y de la tradicióncristiana que a lo largo desiglos, ha sabido traducir enformas, a través del simbolis-mo, la fe.Es cierto que hay una innega-ble falta de comunicación engran parte de las edificacio-nes contemporáneas porfalta de verdadera simbologíaque transmita a Dios. Pero elcamino hacia la comunicaciónestá abierto y cada vez sehacen esfuerzos más impor-tantes en esa alianza entre laIglesia y el arte contemporá-neo para crear espacios enlos que realmente el hombrede hoy, con su lenguaje,pueda expresar y transmitir atodos los hombres, sin exclu-sión de ninguno, una bellezaque salva, la belleza de la fe.

Colaboración


Es importante un uso dela luz y de los materia-les, que nos haga entraren la intimidad con Dios.

Diego Valdés

El 10 de enero deeste nuevo año cele-bramos la comunión

de nuestro hijo Diego enla residencia de estudian-tes ‘Rovacías’ que lasCruzadas de Santa Maríatienen en Madrid. Comomadre, tengo que decirque ha sido una experien-cia realmente bonitapoder celebrar estesacramento en el lugardonde solemos tenernuestros retiros y forma-ción los matrimonios delInstituto Berit de la fami-lia. La ceremonia ha sidodoblemente familiar: por-que se ha celebrado conlos parientes más cerca-nos, y porque se ha cele-brado en un lugaremblemático para la fami-lia de la Milicia de Santa

María, donde está ente-rrado el Padre TomásMorales, fundador de lamisma.

En un primer momentono quisimos molestar a lascruzadas y buscamosotros sitios para celebrarel acontecimiento, perodado que nuestro hijotiene 6 años no fue tareafácil. Aquí la comunión secelebra más tarde, peroDiego pidió comulgardesde los 2 años y pre-guntamos a nuestro direc-tor espiritual cuándo seríaposible que Diego latomase. Para nuestra sor-presa, nos dijo que,teniendo en cuenta que elniño estaba en una familiaen la que iba a recibir unseguimiento en la fe y una

Por Raquel Vera / Madre de Diego

“Nos pidiócomulgar desde

los dos años”

Diego Valdés, de seis años,hace su Primera Comunión

en Rovacías

En la sección En Familia, here-dera de Nuestras familias que-remos tener un hueco en Llaresdedicado a todas esas Iglesiasdomésticas que se alimentantambién del carisma del P.Morales, bien a través delInstituto Berit, los Hogares deSanta María o cualquiera de losgrupos que nacen de una mane-ra u otra de nuestro fundador.Estrenamos esta nueva y viejasección con la familia ValdésVera, miembros del InstitutoBerit de la Familia, que el pasa-do mes de enero celebraron lacomunión de su hijo Diego en laresidencia Rovacías, en Madrid.Diego tiene ¿solo? 6 añitos…pero ya sabemos que la edadespiritual tiene su propio ritmo.


En famil ia

formación, podía hacerlacuando los padres considera-sen que el niño sabía lo queiba a recibir. Para entonces yale habíamos leído la Biblia deniños 2 veces, e íbamos por latercera. Hay que decir que aDiego le han diagnosticadocapacidades avanzadas en elcolegio, aunque haría falta untest más específico para con-firmarlo, pero tenemos otrostres hijos más para comparary saber que era capaz deentender los contenidos másimportantes de la fe. Así quenos atrevimos con el libro decatecismo ‘Jesús es el Señor’de la Conferencia EpiscopalEspañola para la preparacióna la comunión que se sueledar a niños de 9-10 años.

Como catequista nunca habíadado catequesis de comu-nión, sólo de confirmación yde post-comunión, perohabía sido monitora de juve-niles en los Campamentos dela Milicia de Santa María envarias ocasiones y todoayuda. Después de un itinera-rio personalizado, veía aquelsábado cómo mi hijo empeza-ba a caminar de la mano deJesús directa y realmente, yentendía experiencialmentela misión de los padres de lle-var a sus hijos al Cielo comola más bella vocación, que eslo mejor que les podemosdar porque es lo que másprofundamente les hace feli-ces. Dar a mi hijo una amistadque perdura para siempre, yopuedo fallarle, pero Él no.

Cuando el Padre JavierMairata, durante la misa delBautismo de Jesús en el

Jordán, le decía a Diego queahora lo tendría en sucorazón de una manera muyespecial, mi hijo hizo un gestode abrazo, y entendí que nonos habíamos equivocado,que Diego sabía perfectamen-te lo que iba a recibir, y queera lo que más feliz podíahacerle en la vida. Aunque‘camine por cañadas oscuras’(Salmo 23) y yo ya no tengaacceso a él cuando llegue laadolescencia, habrá tenidouna experiencia de la quepodrá acordarse siempre.

Mucha gente me pregunta siDiego no hubiese preferidohacer la comunión con susamigos. Diego (y nosotroscon él) puso en la balanzahacer la comunión con susamigos o recibir la fuerza deDios para ser bueno antes, ydecidió que la segunda pesa-ba más que la primera. Herecibido muchos comenta-rios de todo tipo: que si sepierde un testimonio de unniño convencido en unaparroquia, que si por qué en

enero… Nosotros consulta-mos con la autoridad ecle-siástica que nos corres-pondía, nunca lo organiza-mos para huir de la forma-ción en la fe de Diego dentrode un grupo no tan persona-lizado; para nosotros era unacuestión de tiempo ganadoante Dios con el sacramento,no una cuestión pastoral -que puede ser muy legítima-ni tampoco individualista.Una cuestión que veíamosavalada por personas de lacategoría del cardenalAntonio Cañizares, por loque nos sentimos muy cercade Jesús y de Su Iglesia. Nosé si mis siguientes hijos laharán a los 6 años o mástarde, sólo sé que me gus-taría que pudiese ser encuanto estuviesen prepara-dos para ello, sea en grupo oindividualmente. Ellos nosven comulgar y desean parti-cipar de la vida familiar terre-na y divina, y como madreme gustaría darles la mejorcomida en cuanto tengan losdientes para ello.


En familia

Familia Valdés Vera, el

día de la PrimeraComunión de Diego

Estrechamente unidas einseparables las tres vir-tudes teologales, la

segunda es la esperanza, cuyafundamento está en la virtudde la fe, y responde a la aspi-ración y deseo de felicidadque Dios ha puesto en elcorazón del ser humano. Asícomo al cristiano le es indi-spensable la fe para podersesalvar, así es necesaria laesperanza, esa virtud por lacual deseamos el reino de loscielos y la vida eterna comonuestra felicidad, poniendotoda nuestra confianza en laspromesas de Cristo (Heb10,23) y apoyándonos no ennuestras fuerzas, sino en laayuda del Espíritu Santo (Tt3,6-7).

Nos enseña el Catecismo dela Iglesia Católica (n. 1819)que la esperanza cristianaretoma y lleva a plenitud laesperanza del Pueblo elegido,la cual tiene su propio origeny modelo en la esperanza deAbraham, colmado en Isaacde las promesas de Dios ypurificado por la prueba delsacrificio: su fe le llevó a

esperar contra toda esperan-za y así se convirtió en padrede muchos pueblos (Rm4,18).Esta virtud nos libra, pues,del desánimo, nos sostieneen todos los momentos deabandono, dilata el corazónen la espera de la beatitudeterna, nos preserva del ego-ismo y conduce a la alegríade la caridad.

Los santos, los beatos, lossiervos de Dios nos dicenque también hoy en nuestrassociedades tan complicadases posible vivir el Evangelio;nos infunden ánimo y optimi-smo. Con gestos concretos,nos transmiten y enseñanuna especie de espiritualidadde la esperanza. Con san JuanPablo II, nos invitan a no per-der de vista la meta final queda sentido y valor a toda laexistencia del cristiano yofrece motivaciones sólidas yprofundas para el compromi-so en la transformación de larealidad, para hacerla confor-me al proyecto de Dios(Tertio Millennio Adveniente,46).

Como todos ellos, el P.Morales practicó esta vir-tud de la esperanza enlas diversas etapas de suvida con una profundaconfianza en lamisericordiadivina y enlos méritosde Jesucristo,buscando lagloria de Diospor encima decualquier com-p o r t a m i e n t ohumano, sobre todo enlas circunstancias difíciles quetuvo en las fundaciones,cuando le apartaron de ladirección del Hogar delEmpleado y de la Cruzada; enesas circunstancias respon-dió con una paz absoluta yuna entrega incondicional enlas manos de Dios, entregán-dose con total dedicación alas nuevas tareas que le fue-ron encomendadas entonces.Asimismo en los momentosen que se necesitaba unaaudacia especial para poneren marcha algunas fundacio-nes, con escasos medioseconómicos, por todo



Las virtudes teologalesy el P. Morales (II)

La virtud de la esperanza cristiana

Por Mª Victoria Hernández / Postuladora de la Causade beatificación del siervo de Dios Tomás Morales, S.I.

Madrid y en varias ciu-dades de España. Élconfiaba siempre enque también se lle-

garía a América,

como pudopersonalmente

presenciar.Aceptaba las cir-

cunstancias y difi-cultades de la vidasin impacientarse,entregándose alSeñor a través dela oración. Entereza y

entre-ga confia-

da en la volun-tad del Señor demostróespecialmente durante suúltima enfermedad, siguiendosu plan de vida a pesar de lagravedad. Cuando recibíauna noticia adversa, comen-taba que Dios sacaría algúnbien al permitir en su provi-dencia que las cosas humana-mente se torciesen o presen-tasen dificultades: lejos de élsiempre los tonos y juiciosfatalistas o pesimistas. La ale-gría acompañaba su caminohacia la meta final; por eso

no ponía apego en los bienestemporales: para él no conta-ban, sino que eran un instru-mento para llevar almas aDios a través del apostolado;los usaba sólo para alcanzarlos bienes espirituales.Puesto que vivir en la espe-ranza significa vivir en la cari-dad y en el don de cuanto seposee, se mostraba generosocon el prójimo y austeroconsigo mismo: por susmanos pasaron muchos mil-lones de las antiguas pesetas;nunca las recibía él ni inte-rvenía, sino que hacía surgiren los jóvenes la responsabi-

lidad en cada una de lastareas primordialesdel Hogar y, portanto, en el manejode ese dinero.

En sus prácticas espi-rituales, expresaba eldeseo de que se rom-

piese la tela que leseparaba del deseadoencuentro con el Señor,como aprendió de san Juande la Cruz; le era familiar laidea de la muerte, y conside-raba los crecientes achaquesen su vida como ocasionespara acelerar la marcha haciadicho encuentro, una cosanatural que le permitiría

estar en contacto con Diosnuestro Señor.Particular fue su confianza enla gracia de Dios, conscientede que actúa en la vida per-sonal de cada uno, y tambiénen la misericordia divina,doctrina que exponía coninsistencia. Era también nota-ble su devoción y su referen-cia a santa Teresa del NiñoJesús y a su camino de con-fianza y pequeñez.

Para mantener viva la luz dela esperanza, recurría a laoración y a la Eucaristía, a lossacramentos y a losEjercicios espirituales anu-ales, a la escucha de laPalabra de Dios, al momentopresente. El P. Morales vivióy enseñó también a vivir estavirtud, como recordaba susobrina Rosa Mari: «Pensabamucho en el cielo y queríaque viviéramos despegadosde los bienes de la tierra; amí me hizo amar mucho a lospobres y desprenderme.Confiaba mucho en la miseri-cordia de Dios. Por la direc-ción espiritual que llevaba, tehacía confiar más en Diosque en los hombres».

El P. Morales practicó esta virtudde la esperanza en las diversasetapas de su vida con una pro-funda confianza en la misericor-dia divina, buscando la gloria deDios por encima de cualquiercomportamiento humano.




Contigo aprendí

Conocí al P. Morales enel año 89. ¿Qué mellamó la atención de

él? Pues muchas cosas.Una de las primeras activida-des en las que participé fue-ron unos ejercicios espiritua-les que los dirigía él. Meimpresionó su porte, con susotana, botines y sus movi-mientos firmes, no me atrevíaa ir a hablar con él. Cuandome insistieron y fui (despuésse convirtió en mi director)me encontré con un padrecercano que además de preo-cuparse y ocuparse de mi alma me pregun-taba cosas tan “básicas” como si dormíabien, si seguía haciendo deporte. Me pre-guntaba por mi familia, amigos, mis exáme-nes…atendiendo así a toda mi persona, enconjunto, porque luego… “como quien noquiere la cosa”… siempre salías de su des-pacho con un propósito concreto. Algopequeño que tú misma te proponías duran-te la conversación con él y te animabadiciendo que era por la Virgen Inmaculada.La siguiente vez que hablabas con él te pre-guntaba además por ese propósito.

Todo esto como director y padre de almasy como sacerdote me impresionaba mucho

la unción y piedad con la que celebraba laMisa. Sobre todo en la parte de la consa-gración que la hacía en latín, tenía un reco-gimiento especial sin dejar de ser natural.

Agradezco mucho a Dios el haber conoci-do al padre Morales y soy consciente porello de la responsabilidad que tengo de serfiel al carisma que él nos dejó.

Mª José Brit. Militante de Santa María. Miembro de los Hogares

de Santa María

El Padre Morales, fundador del caris-ma de la gran Familia de Santa Maríapasó por la vida de mucha gente. Demanera más o menos sonada, aunquesiempre discreta, fue tocando cora-zones. A unos les enseñó cosas tansencillas como el orden o la forja de

la voluntad, a otros les cambió radi-calmente la vida. En esta secciónContigo aprendí queremos rescatarestos testimonios de personas muydiferentes que, de una manera uotra, se dejaron educar por aquelsacerdote jesuita.

Si conociste al Padre Morales yquieres contarnos tu experiencia

escríbenos a [email protected]

Mª José Brit, durante unas misiones en Camerún

El encuentro

Era un gusano. Un pobre gusano. Un gusano detierra. Estaba acostumbrado a arrastrarse porel polvo, en tiempo de sequía y por el lodo en

tiempo de lluvia. Pero siempre a ras de suelo, siem-pre de cara a tierra y oliendo a humus; esto en elmejor de los casos, cuando no le tocaba reptar porun vertedero de basura o por un estercolero.

Claro que se le notaba sucio e inmundo, pero esto aél le importaba poco. ¿A quién le podía importar eso?A fin de cuentas no era más que un mísero gusano, yél ya se resignaba a esto; aunque en el fondo delfondo se sentía triste, muy triste… triste y abatidopor ser así. Le hubiese gustado ser otra cosa… o,por lo menos, no tan vil y rastrero… pero tenía queser así. Tenía que ser eso: un gusano, y nada másque un gusano pegado a la tierra. Un día, una ideaperegrina cruzó como una ráfaga por su mente: ¿y


Parábolas de hoy

Por el P. Pedro Cura

El gusano y la estrella

Este cuento, publicado por la editorialBendita María, lo escribió el P. Pedro Cura,que empezó a vivir para siempre en junio de2014. Nos enseña con él la verdadera voca-ción de todo gusano... y de todo cristiano.

si, en lugar de mirar continuamente latierra, intentase elevar la mirada alcielo?La primera reacción fue desechar talpensamiento por descabellado yloco. ¿Cómo una pobre oruga, un

infeliz gusano, podía aspirar a cosastan altas? ¡Imposible! Ni tan siquiera

soñarlo… pero es que a los gusanos tam-bién les está permitido soñar… y al pobre

gusano le fue entrando “un gusanito por dentro”(porque los gusanos tienen también su gusanito) y,un buen día, o mejor dicho, una buena noche (porqueera de noche y noche cerrada) se decidió. Y, lenta-mente, tímidamente, temerosamente, como sialguien pudiese verle, sorprenderle en esa actitud yrecriminarle su conducta, fue levantando la cabeza alcielo. La noche era serena y el firmamento estabatachonado de luceros: miríadas y miríadas de ellospoblaban el cielo… y… allí estaba ella, ¡la Estrella!Y entonces la vio por primera vez en su vida, y estefue el primer encuentro.

Deslumbrado

Imposible describir la impresión del pobre gusano.Quedó totalmente deslumbrado. Instintivamentecerró los ojos y encogió y ocultó la cabeza. No podíaseguir mirando… pero era tan bella, tan maravillosa,que con su mirada cautivaba por completo. De nuevose irguió un poco para poder contemplarla otra vez.Era preciosa, embelesadora. Se quedó boquiabiertoy como embobado. Pero de pronto le entró una

vergüenza tremenda. ¡Qué bochorno y qué confusióntan terribles! Quiso desaparecer, huir, fundirse; él,el gusano de tierra deseaba que ésta se lo tragase.¿Cómo era posible que él, pobre, torpe y sucio, seatreviese a mirar, más aún, a recibir la mirada desemejante maravilla? Porque la Estrella le miró, sí,le miró con su luz radiante y le deslumbró. Él seocultó debajo de un manto de hojas y ramas caídas.

Pero las ansias no le dejaban vivir: quería verlade nuevo. Disfrutar una vez más de su pre-sencia. ¡Era tan hermosa…! Desde suescondrijo la contempló una vez más, comosi desde allí pudiese ver, sin ser visto,pero fue en vano, porque los rayosfulgurantes de la estrella irra-diaban por doquier y lopenetraban todo. Yademás vio que lemiraba. ¡Sí, le miraba!¡Ella a él! ¿Cómo esposible, Dios mío?,se dijo para sí. Y esque era una miradaespecial. Nunca nadiele había mirado así hastaahora. Era una miradagrande, grandiosa como Ellamisma; serena, clara, diá-fana, transparente,translúcida y, lomás formidableaún, sonriente,cálida y amoro-sa. Y esto franca-mente ya era dema-siado para él. Por un instante creyó fundirse, morir-se de gozo. Pero lo curioso es que aún estaba allí, yestaba vivo; y lo más grande es que no deseabamorirse por nada del mundo, sino vivir. Sí, vivir conmás ilusión que nunca, para poder seguir con-templándola, para poder deleitarse con esa maravillaceleste.

El diálogo

Aún estaba absorto, cuando le pareció que la Estrellano solo le miraba, sino que también le hablaba, o porlo menos estaba intentando comunicarse con él.

Perplejo y atónito, se fijó mejor. No había duda deque era así. Entonces sacó y aguzó sus antenas(porque este gusano tenía antenas que hasta elmomento habían permanecido ocultas dentro de sí) eintentó ansiosamente entrar en sintonía con aquellenguaje de cielo. Al principio era algo nuevo y des-concertante para él, pero fue captándolo todo poco apoco.

A través de haces de luz y de refle-jos, en misterioso código, la

Estrella seguía emi-tiendo sin parar.Paulat inamentefue entendiendo, opor lo menos así le

pareció a él. ¿Seríaproducto de su ima-

ginación calentu-rienta?

Pero no, no eraeso… por fin fueentendiendo la comu-

nicación, que venía a decir:

- ¡Hola, gusanito! ¿Cómo te va? ¿Tesentirás muy solo y muy pobre, verdad,

arrastrándote por esos mundos deDios? ¿Te gustaría vercosas grandes? ¿Tegustaría ver el cielo y

tantas cosas mara-villosas que ahoraestán ocultas a tus

ojos terrenales?

El gusano, al sentirse interpelado de aquel modo,sintió también que le latía desacompasado el corazóny se conmovió por entero hasta las más finas y suti-les fibras de todo su ser. Azorado, se quedó sin voz.Menos mal que allí estaban sus antenas para sacarlede apuros. Y, enseguida, con todas sus fuerzas enlenguaje de gusano balbuceó como respuesta:

- ¡Oh, Estrella, Estrella! ¡qué cosas me dices! ¿Quési me gustaría… que si me gustaría? Nada podríahacerme más feliz.

Continuará...

Parábolas de hoy



Santa Teresa comienza su libro El castillo interior olas Moradas con una bellísima imagen de lo quevamos a encontrar si nos disponemos a conocernos:

el hombre es “como un castillo todo de diamante o muyclaro cristal… como el cielo donde hay muchas moradas”;“imagen y semejanza de Dios”. Nos explicamos nuestrosdeseos de ser Dios, de que nos traten con dignidad: es lallamada lejana de nuestra sangre real. Lección de antro-pología al nihilista contemporáneo: Somos “morada” deDios (Jn, 14, 2) y Él nos llama a la unión. Sí, es suya la ini-ciativa, por una llamada suave que no fuerza la libertad.El drama, no menos misterioso, es que nos alejemos; que,siendo luz, seamos tiniebla y, siendo señores, seamosesclavos, que reneguemos de nosotros mismos. Nuevalección de antropología: el hombre ha pecado. Pero nadade la angustia luterana que encontramos, por ejemplo,en Kierkegaard, filósofo de la interioridad; el catolicismoteresiano exulta de esperanza en la plena conciencia deldrama del pecado. El hombre puede volver en sí. ¿Cómo?

La puerta para entrar es la oración. Edith Stein se pre-guntaba: ¿Acaso los psicólogos y filósofos que estudia-mos al hombre no seremos capaces de entrar dentro?Ella comprendió por qué no: la interioridad del hombretiene algo de sagrado; conocerse de verdad es sabersepersona amada por otra Persona, y esto se da solo en laoración. Uno entra en el castillo cuando pide perdón alRey-Padre-Esposo por haberse escapado, y le pide ayudapara entrar. Sólo desde la conciencia de criatura (humil-dad-verdad) uno empieza a conocerse: “socratismo tere-siano” que añade a Sócrates el plus de la fe. ¿Y el que nocree? Todo hombre percibe la llamada a pedir perdón yayuda, aunque no sepa a quién. “Quien busca la verdadbusca a Dios, lo sepa o no” (E. Stein).

Ya dentro del castillo, debe seguir adentrándose, con“determinada determinación”. Urge alejarse de los peli-gros que acechan por las “adefueras”, las bestias pon-zoñosas (mundo, demonio y carne: apego a las cosas,honra…). Las tres primeras moradas representan la víaascética, el esfuerzo humano por erradicar vicios y plan-tar virtudes. El castillo de Teresa es un castillo guerrero,como las murallas de Ávila: “Sea el alma un guerrero, yno mejores armas que las de la cruz”. “Milicia es la vidadel hombre sobre la tierra”, dice el libro de Job. Gran lec-ción para la flojera volitiva de hoy. La mejor estrategia:evitar ocasiones.

Conseguidas ciertas virtudes por esta ascesis, hay riesgode acomodarse. Es nuestro mayor peligro, el aburguesa-miento y mediocridad, ser como el joven rico delEvangelio. La Santa, que, al igual que por las anterioresmoradas ha pasado por ésta en sus veinte años de reli-giosa vacilante, yendo, como dice, “a paso de gallina”,impele a emprender el vuelo del águila. Y como ve que sinpruebas no arrancamos, clama a Dios: “Pruébanos, tú,Señor”. La llamada a interiorizar viene ahora del fracaso,humillación, sequedad. Así conocemos nuestra miseria yque sólo en Él está la esperanza. Humildad y obedienciason las puertas para entrar en la cuarta morada.¡Bendito fracaso!En su vida el paso a esta etapa se marca con la visión delCristo llagado que, tras veinte años de luchar a medias,le lanzó a la santidad. Notó que le nacían alas y que en suoración no era ya ella sola la que trabajaba por recogerse–cuánto le costó- sino que Dios mismo le introducía ensu presencia y, al dilatarle su corazón, le hacía correr porel camino de sus mandatos (Cf. salmo 118). Recibe sus“gustos” como regalo sobrenatural, sintiéndose inunda-

Llamada a la interioridadEl castillo interior y el misterio del hombre

Gratitud, Fidelidad

da como por una fuente que brota del interior, sin queella tenga que esforzarse. No es embobamiento ensimis-mado; el quietismo no va con esta mujer activa que repi-te sin cesar que amar no está “en el gusto sino en desearcontentar en todo a Dios” y “que nazcan siempre obras”,siempre la humildad y caridad. “Marta y María han de irjuntas”. Se va preparando el contemplativo en la acción.Las tres últimas moradas pertenecen a la vida mística. Seinicia la unión con Dios que culminará en el matrimonioespiritual de la séptima morada. Pero siempre insiste enque no se trata de sentimientos y gustos, por más que loshaya, e inefables, sino en la conformidad con la voluntadde Dios. Así se inicia la transformación en Él, que requie-re morir al hombre viejo y nacer al nuevo, como muere elgusano para que nazca la mariposa. Y, así como ellasiembra esperanza entre las flores, al fecundarlas, elhombre nuevo es apóstol de esperanza. Pero todavía nohemos llegado al fondo. Al hombre nuevo le espera lamaravilla de las maravillas: la unión con Dios, queempieza a prepararse ahora y terminará en la séptimamorada con el matrimonio espiritual.

La morada sexta describe los doce años de su vida másdifíciles: las fundaciones, la feroz oposición que tuvo,enfermedades y sufrimientos corporales y, sobre todo, lanoche del espíritu, sequedad, desolación e incompren-sión de sus directores espirituales; es también la etapa delos éxtasis. Conclusión: es necesario el crisol del sufri-miento que purifica para unirse a Dios, para desearlemás y más. Teresa habla de los deseos, “grandísimos”,como saetas disparadas desde el corazón que hieren deamor (“hirióme con una flecha”), “tormentos sabrosos”.Es ahora cuando tiene la gracia mística de la transverbe-ración. Enamorada, borracha de Dios, le siente y le ve, sinpoderlo dudar.¿Alucinaciones de psicótica? Sensata y realista, ellamisma se previene y previene a las almas “melancolicas”.Pero sus éxtasis tienen el sello de la autenticidad: sonindelebles, llenos de majestad y soberanía, pues transfor-man el alma haciéndola humilde, caritativa, fuerte, llenade paz, lúcida mentalmente. Sobre todo tienen el selloeclesial: se ha sometido a la obediencia heroica de lossuperiores. Pero ¿qué puede aportar todo esto de los éxtasis al hom-bre pragmático de hoy? Precisamente por eso tiene mássed de misterio, de maravilla, de asombro. La sextamorada deslumbra con experiencias inefables, muy elo-cuentes para el hombre de hoy, buscador de emociones y,por ello, de alucinógenos. Pero la Santa no ofrece alu-cinógenos sino verdades (La verdad de Dios y de símisma, pecadora), y “¿qué desea el hombre más que la

verdad?” (san Agustín). Es muy sugerente Teresa enestos tiempos. Ofrece nuevas lecciones de antropologíapara el hombre postmoderno, corto en deseos y freudia-no. El hombre no ha sido hecho para reprimir sus dese-os sino para realizarlos infinitamente, y esto es posible, esverdad; Teresa lo muestra. Por otro lado, el hombrepuede desviar sus deseos hacia el mal y pecar. Ahorabien, su pecado -su verdad-, sólo lo descubre bien a la luzde Dios. La humildad es la verdad. Teresa, cuanto másdescubre su belleza, más humilde es y más indigna sesiente. Cristo, su humanidad y su Pasión, le revela el mis-terio del mal y le empuja a redimirlo, unida a Él, dandola vida. Así pues, Teresa -el hombre-, ardiendo en deseos, cono-cedor de sí, humilde, mostrando en el amor a los demás,con obras concretas, el amor a Dios –y sólo así-, entra enla séptima morada. Cesan los éxtasis; ya no los necesita.En lo “muy interior”, su “cielo empíreo”, vive en uniónesponsal con Él, buscando su gloria y el bien de lasalmas. Santa Teresa escribe todo esto -noviembre de 1577, con 63años- en medio de una tempestad de persecuciones, peronada de ello se percibe en su escrito; la paz más sobera-na le inunda, el amor a sus enemigos, a las almas, a Dios.Realista, atenta a mil problemas y menudencias de losconventos, multiplicando las “obras”, goza con Dios.Cerramos los ojos y, en silencio, contemplamos nuestromisterio, el de cada uno. En silencio, pues, “el silencio eslo que conserva el misterio de nuestra relación con Dios”,nos dice el Papa Francisco. Con él, pedimos al Señor que“nos dé la gracia de amar el silencio, de buscarlo y tenerel corazón preservado por la nube del silencio” (Homilíaen Santa Marta, 20-12-2013). Nos emocionamos y a la veznos dolemos de nuestra ignorancia y pereza. La Santatambién se duele y reza por nosotros: “Dios mío, puesveis lo que nos importa, haced que quieran los cristianosbuscar esta paz del alma”. Paz, fuerza y alegría como lasuya, para seguir trabajando por “allegar almas”, perdi-das en las “adeffueras”.

Esta es la conclusión de las Moradas: el alma que entró,con tanto esfuerzo, en su “más profundo centro”, resultaque ahora quiere salir “a las periferias existenciales”. Sí,como salió el Esposo del seno del Padre, así la esposa, queya no puede vivir sino con Él. “Y, si pudiese ser parte deque siquiera un alma le amase más… le parece importamás que estar en la gloria”. Ésta es la manera sublime devivir en la séptima morada, en profundo silencio y salien-do hacia los alejados.

Lydia Jiménez

Gratitud, Fidelidad



El Criterio, Jaime Balmes

Muchas son las buenas lecturas que pueden ayudar a formarnos en nuestro inte-lecto, nuestra voluntad y nuestro corazón; pero hay una que aglutina estos tresaspectos de forma armónica y gozosa: El Criterio de Jaime Balmes. Solamentepara “abrir el apetito”, y mostrar cuánto podemos aprender y disfrutar de ella,anotamos las últimas líneas con las que se cierra esta obra: “El hombre es un mundo pequeño; sus facultades son muchas y muy diversas;necesita armonía, y no hay armonía sin atinada combinación, y no hay combina-ción atinada si cada cosa no está en su lugar (…) En él la razón da luz, la imagi-nación pinta, el corazón vivifica, la religión diviniza”.

Las Crónicas de Narnia, C.S Lewis

Las Crónicas de Narnia, escritas por C.S. Lewis, narran unas historias apasio-nantes en las cuales la aventura, la amistad y la fe son protagonistas. Los

personajes descubrirán un mundo en el que lo que parece ser “imposible” enrealidad no lo es, aprendiendo numerosas lecciones para su vida. Además,

comprobarán que ese mundo no está tan lejos del suyo como piensan…

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