zetlin - 1982 - el manantial marxista.pdf

Upload: piufff

Post on 02-Mar-2016

82 views

Category:

Documents


1 download

TRANSCRIPT

  • 8. Orientaciones filosficas

    Irving Zeitlin (1982). Ideologa y Teora Sociolgica. Buenos Aires: Amorrortu editores

    Parte III: El Manantial Marxista

    La filosofa sitiva de Comte, como hemos visto, fue un intento consciente e esacre. itar _y repudiar lo que_l y otros positivistas lIainaron filosofa negativa. La filosofa crtico-negativa que surgi y tom frhi- tdirel Iluminismo haba demostrado ser un arma formidable en manos de la burguesa naciente, en su lucha contra las viejas clases del orden teolgico-feudal. Finalmente, esta lucha desemboc en la Revolucin Francesa y la disolucin del viejo orden. Desde tal punto de vista, la filosofa negativa haba cumplido, aun para Comte, una funcin histrica provechosa. Pero con el establecimiento del orden burgus, Comte crea que esa filosofa negativa, legado iluminista, haba sobrevivido a su utilidad. En ese momento, cuando la tarea principal era la conso-lidacin del nuevo orden burgus-industrial y la creacin de una sociedad verdaderamente orgnica e integrada, la filosofa negati-va solo conduca a la divisin, el conflicto y el desorden. Agitaba la imaginacin y las esperanzas del proletariado y estimulaba el conflicto de clases. Los proletarios, en lugar de ubicarse en la nueva sociedad orgnica y ajustarse pacficamente a ella, como deseaba Comte, se movilizaban para luchar por la transformacin de la sociedad existente. Pero Comte no dejaba de percibir la ne-cesidad de mejorar la situacin de esta clase; justamente, insista siempre en el mejoramiento. Consideraba imprescindible cada etapa evolutiva de la nueva so-ciedad orgnica; por ello, la clase trabajadora deba adecuarse al perodo presente. El mejoramiento haba de producirse orgni-camente, a medida que la sociedad progresara de manera armo-niosa de una etapa a otra. La revolucin es decir, la mudanza ntegra del sistema social era inconcebible. Unicamente poda tener consecuencias negativas; solo habra sacudido el orden exis-tente sin traer aparejado ningn cambio fundamental en la situa-cin de la gran mayora del pueblo. La mejor manera de asegurar el progreso no era mediante la crtica, el conflicto de clases y la actividad revolucionaria, sino reconciliando las tendencias y las clases antagnicas, educando a todas las clases de la sociedad y en particular, a las clases inferiores para que ocuparan el lugar que les corresponda en la nueva sociedad jerrquicamente orga-nizada y se resignaran a su situacin. Esto es lo que enseaba la nueva ciencia positiva, y tal deba ser su1~incipalz-lograr un orden social orgnico y libre de conflictos. Si con Comte se produce, pues, un renunciamiento completo al legado del Iluminismo (y la Revolucin Francesa), con Marx se

    97

  • vuelve a una vehemente refirmacin de ese legado. Marx restable, ce y emplea hbilmente

    -las mismas premisas filbS-ai-Ei que Com- , te-d-testaba con tanta intensidad.

    La rim de esas premisas era la perfectibilidad del hombre. arx sustentaba un concepto derih

    --m-bi-natural-----del ser humano individual, de sus necesidades y de su potencialidad para el desarrollo que no era diferente del de Rousseau y, en gene-ral, del de los pensadores iluministas. Aunque expresa esa con-cepcin ms explcitamente en sus primeros escritos, la misma sigui siendo durante toda su vida la base del anlisis y la crtica que efectu del sistema capitalista, y de las esperanzas que abrig de construir una sociedad verdaderamente humana. ~Dre, crea Marx, como antes los

    philosophes, es infinita-ne.nre_llerfectilDl leal --fac-uTtades esenciales del liin-bre---=S-us facultades humanas latentes y potenciales tienen una capacidad iltiiitada_de_desarrallo-Si_el hombre es ahora nada ms que una bestia de trabajo, no es necesario_que_permanezca en esta

    -situa-cin; puede alcanzar las formas ms altas de la creatividad el pensamiento -V-1a accin,

    Estos son los conceptos subyacentes con los que Marx juzgaba y evaluaba los sistemas sociales. Las facul-tades creadoras latentes del hombre se hallaban sofocadasy_repri-- mi as pol ciedades_clo.sisas. El sistema existente, el capitalismo,_no-solo_-estaba_irapidindole ralizar sus potencialidades humans,sino__que__hastg lo despojaba de sus necesidades animales:_el_ aire fresco, el alimento el sels_o,_. etrteTo:-El-ha-i-ar-e- , por ejemplo, no se experimentaba como re-

    - Siilra-d-o-de condiciones externas y naturales ni simplemente como una fase del recurrente e inevitable ritmo del metabolismo huma-no. Por el contrario, el hambre era una condicin de privacin impuesta por otros hombres. As, Marx condenaba el sistema capitalista por sus efectos sobre los seres humanos individuales. Este enfoque halla su expresin ms clara y coherente en una de las primeras obras filosficas de Marx: Los manuscritos econmi-cos y filosficos de 1844, que ahora pasamos a considerar. Ofenda a la concepcin del hombre que tena Witxxel hecha_de que el sistema industrial-capitalista lb hubiera reducido a un ani-trierri~ns un-a-bestia limitada a las ms estrictas necesidades CortirTel. 1

    La necesidades de los obreros se hallaban enton-ce-s-errtijrilVel ms precario y miserable de la subsistencia fsica, y su actividad durante la mejor parte del da era un movimiento mecnico tedioso y repetitivo. El nivel de vida y de actividad ms bajo posible se haba convertido en la norma general, y se despo-jaba a los hombres no solo de sus necesidades humanas, sino tambin de sus necesidades animales.

    1 Karl Marx, Economic and Philosophic Manuscritos of 1844, Mosc: Ediciones en Lenguas Extranjeras, 1961, pg. 30. (Las referencias siguien-tes a esta obra sern citadas entre parntesis, despus del pasaje citado.) (Manuscritos de 1844 Economa poltica y filosofa, Buenos Aires: Aran-d, 1968. Traducido por Hugo Acevedo de la versin francesa de Emile Bottigelli.)

    Hasta la necesidad de aire fresco cesa para el obrero. El hombre vuelve a vivir en una caverna, pero contaminada ahora por el hlito meftico de la peste que exhala la civilizacin, y que conti-na ocupando solo precariamente, pues es para l una vivienda extraa que le pueden quitar cualquier da, un lugar del cual, si no paga, puede ser arrojado al momento. Debe pagar por este an-tro mortuorio. Una morada con luz, que el Prometeo de Esquilo seal como una de las mayores dichas y mediante la cual convirti al salvaje en ser humano, deja de existir para el obrero. La lz, el aire, etctera el ms simple aseo animal ya no son una necesi-dad humana. La suciedad, ese estancamiento y putrefaccin del hombre la cloaca de la civilizacin (en trminos totalmente literales) se convierte en el elemento de la vida para l. El ms completo y antinatural abandono, la naturaleza en descomposicin, llega a constituir su elemento vital. Ninguno de sus sentidos existe ya, no solo en su forma humana, sino tampoco en su forma inhumana y, por ende, ni siquiera en su forma animal (pg. 117 ). Evidentemente, Marx tena una imagen de lo que poda y, por consiguiente, deba ser el hombre, pero lo que l vio y describi estaba a mucha distancia de esa imagen. Lejos de desarrollar sus facultades humanas esenciales, se rebajaba y se deformaba al hom-bre, que se converta as en algo menos que un animal. En esos escritos filosficos, Marx contemplaba la deshumaniza-

    -WeT-E&bn re como una consecuencia de la attliac76-ii.-Eta ices, aunque d origen hegeliano, sufri una transformaciri fun-damental en manos de Marx. La alienacin era para Hegel, al igual que sus otras construcciones_tericas, un fri -me-rio-Ex-vamente mental. - Los 11eg-eWii&S- de izquierda modificaron mucho ese pero sigui siendo en esencia una nocin filosfica, a saber, una condicin en la que las propias facultades del hombre aparecen como fuerzas p..XICIttdids jiialvendientes que controlan sus acciones. Feuerbach, .. por ejemplo, haba utilizado el concepto d alienacin para explicar los fenmenos religiosos y consideraba los seres extramundanos como una invencin del hombre_mismo: los seres superiores creados por las fantasas religiosas del hom-bre eran, sin que l lo supiese, los reflejos fantsticos de su propia elriCia. Marx fue ms all de Feuerbach y no trat ya la aliena-cin como m fenmeno estrictamente filosfico-psicolgico. Por el contrario, 'analiz la alienacin como un fenmeno social mani-fiesto, abordndolo enel contexto de relaciones sociales especfi-cas y en un -11sTe-M-alsocihistrico tambin especfico. (Como Ve-teos, Mir-X nunca abandon su inters por el problema de la alienacin, aunque en sus escritos posteriores las menciones ex-presas del trmino se hagan cada vez menos frecuentes.) Ade-ms, ya en esos primeros escritos va desplazndose de los concep-tos predominantemente filosficos a los de la economa poltica. Se preocupa por asegurar al lector que ha llegado a sus conclusiones vpor medio de un anlisis totalmente emprico, basado en un con-cienzudo estudio crtico de la economa poltica (pg. 15). Su

    98 99

  • examen parte de hechos econmicos reales, no, como veremos, para resignarse a ellos, sino para cambiarlos. Marx emple el trmino alienacin con diversos sentidos, y es pp-iibIe comprender mejor los significados que asigne -n- b- ncepto si atendemos a las dos palabras alemanas que ms f -recuentemen e iffilizo en sus referencias al fenmeno: a) entaussern (ver o, en su forma nominal, Fntaulserung; y bLentfremden (ver 'Y-Entfremdung (sustantivo). La primera de ellas si nific prenderse, renunciar a, mo o serva e tr. ~In - uscri tos tambin itnp lea arerse exterior a s mismo. El sustantivo Entausserung se define asimismo explcitamente como alienacin (de la propie-dad). La segunda palabra alemanaq tambln_suele _traducirse al castellano como alienar, indicarimewnente_a_dos personas que se distancian una de otra. As, el trmino alienacin se re-fiere a un proceso complejo' que presenta varios aspectos. Este y sus consecuencias fueron descriptos por Marx con gran detalle, como veremos en un examen posterior de El capital. Aqu lo resumiremos en trminos generales.

  • que ahora realiza para la subsistencia, es una actividad alienante, pues el producto permanece ajeno al obrero y el proceso mismo de produccin sigue siendo externo a su conciencia y a sus nece-sidades y deseos humanos. El hombre se aliena cada vez ms de s mismo, hecho que se expresa en su enajenacin con respecto a otros. Vemos por qu a Marx no le impresionaba la puja por los salarios y otras medidas de mejora similares que no altera-ran las relaciones bsicas subyacentes en las condiciones de la alienacin y no seran ms que un pago mejor para el esclavo y no conquistaran para el obrero o para el trabajo su condicin y su dignidad humanas (pg. 81). Pero no solo el obrero est sujeto_ a la alienacin, sino que tam- bin

    _ _

    lo estel que no lo es (aunque en una forma diferente y en grados distintos ). Todo ...lo que aparece en el obrero como una actividad de alienacin, de enajenacin, aparece en el no obrero como un estado de alienacin, de enajenacin (pg. 83). El capitalista, que considera como un lujo

    enajenacin ro que el obrero

    desea ms all de sus ms elementales necesidades fsicas, tambin est sujeto, aunque en menor medida que el obrero, a la negacin y la carencia. Para la economa poltica, negacin y carencia, fru-galidad y ahori,----tir-virtudes-futida-mentales del capitalista y del obrero. Esta ciencia de la portentosa industria es simultneamen-te la ciencia del ascetismo, y su verdadero ideal es el avaro asctico pero opresor y el esclavo asctico pero productivo ( ...) As, la economa poltica, a pesar de su apariencia mundana y frvola, es una verdadera ciencia moral, la ms moral de todas las ciencias. La autonegacin, la negacin de la

    vida y de todas las necesidades__ humanas, es su doctrina cardinal. 'Cuanto menos comis, bebis y

    ^ leis libros; cuanto menos vayis al teatro, al baile, a la fonda; cuanto menos pensis, amis, teorizis, cantis, pintis, disputis, etctera, tanto ms ahorraris vuestro capital, tanto mayor ser vuestro tesoro, que ni las polillas ni el polvo devorarn. Cuanto menos sois, tanto ms tenis; cuanto menos expresis vuestra propia vida, tanto mayor es vuestra vida alienada, tanto mayor es el-cmulo de vuestro ser enajenado (pg. 119).

    ab011r esta condicin general, consecuencia de---itttiones y procesos so---d-a-11-- espeefficos--,-para h-Cm-

    c-riarcinV-dradiarririt --humana. Para Marx, esto soTo era pbTe en virtud de la energa prctica de los hombres (pg. 109). Para que los hombres desarrollaran sus facultades humanas esenciales, para que se per-feccionaran, deban ante todo suprimir las condiciones de su malestar presente. Esto haba de ser un proceso, un movimiento. Por lo tanto, el establecimiento de lo que Marx llamaba comu-nismo no era un fin, sino un medio para que el hombre alcanzara una mayor liberta y, por ende, una mayor humani. El co-munismo escribi Marx en otra

    cIZde sus primeras obras, La

    ideologa alemana no es para nosotros un estado estable que deba ser implantado, un ideal al que la realidad haya de ajustarse. Llamamos comunismo al movimiento real que suprime el presente

    estado de cosas. _Las condiciones de este movimiento resultan de las -premisas que existen- actualmente. 2 El comunismo no utopa esttica que los hombres deben pugnar por alcanzar, sino un movimiento crtico y revolucionario. El comunismo ( . ) es la fase real necesaria de la prxima etapa de desarrollo histrico, en el proceso de la emancipacin y la recuperacin humanas. 3 Es evidente, pues, que Marx tena una concepcin acerca del ser humano tal como poda ser, y que esa concepcin era su patrn de medida - para evaluar los sistemas existentes. Las facultades creadoras- dl hombre, su capacidad para la autoperfeccin y la autorrealizacin, son prcticamente ilimitadas, supuesta la aboli-cin de esas relaciones y condiciones que hasta ahora han impe-dido de manera drstica el desarrollo. El hombre es un producto de las condiciones sociales que l mismo ha creado, pero no es necesario que permanezca prisionero de tales condiciones. Para comprender cmo, segn opinaba Marx, los hombres podran cons-truir la historia ms conscientemente de lo que nunca lo hicieron, debemos examinar otro aspecto del legado iluminista: el pensa-miento crtico-negativo, cuya forma dialctica aprendi Marx di-rectamente de Hegel, pero transform en sus aspectos funda-mentales.

    Estilo de pensamiento

    Para Hegel, como se recordar, la razn abarcaba la totalidad del universo. Todos sus mbitos: el inorgnico tanto como el orgni-co, la naturaleza lo mismo que la sociedad, estaban gobernados por la Idea y su lgica dialctica. La razn era una fuerza inma-nente que se expresaba en el desenvolvimiento de la realidad. En el reino natural, el desarrollo y el cambio los procesos por los que las cosas llegan a ser realmente lo que siempre fueron en potencia se producan de una manera directa, sin oposiciones y sin obstculos. Se trataba de un proceso pacfico y de ciega necesidad. No suceda lo mismo en el mbito humano, donde la historia haba demostrado que el desarrollo era un proceso de antagonisincis que dependa de la conciencia y la voluntad del hombre. La estructura racional del ser poda ser aprehendida por la mente humana, y esta era una condicin necesaria de la liber-tad: la realizacin de las potencialidades inherentes a la realidad. La verdad no era estrictamente una funcin de proposiciones formales; el criterio de la verdad era la realidad en proceso. Her-bert Marcuse ha explicado bastante bien esta idea de Hegel: Algo es verdadero si es lo que puede ser, realizando todas sus posibili-

    2 Karl Marx y Friedrich Engels, The German Ideology, Nueva York: International Publishers, 1960, pg. 26. (La ideologa alemana, Montevi-deo: Pueblos Unidos, 2a. ed., 1968.) 3 Karl Marx, op. cit., pg. 114.

    103 102

  • dades objetivas. 4 Por ejemplo, si un hombre es esclavo, conserva

    sin embargo cierta libertad para cambiar su condicin. Siempre ha de verse la posibilidad de negar la relacin implcita en el enun-ciado un hombre es un esclavo. Para Hegel, la forma en que una cosa se manifiesta directamente no constituye an su forma verdadera. Lo que se ve en primera instancia es una condicin negativa, no las potencialidades reales de la cosa. Algo llega a ser verdadero solamente en el proceso de superar esta negatividad, de modo que el nacimiento de la verdad exige la muerte del estado dado del ser ( ) Todas las formas son atrapadas por el movimiento disolvente de la razn, que las anula y las altera hasta que llegan a adecuarse a su no-cin . 5

    Por consiguiente, hay un aspecto revolucionario en la filo-sofa de Hegel. Los hechos dados, tales como aparecen, nunca pueden ser ms que una verdad temporaria y parcial, pues solo representan una fase negativa en el desenvolvimiento de la verdad que se revela, precisamente, a travs de la destruccin y la supe-racin de esta fase. Esta concepcin dialctica de la realidad,

    que uede hacerse re-

    montar hasta Aristteles y aun hasta ciertos i oso os presocrticos, influy de manera definitiva

    en_ el- pensamiento de Marx acerca_de

    los fenmenos sociales . El d-o-ininio de lo que les siempre debe ser criticado y_puesto en tela de juicio-para-revelar-sus-posibilida-des intrnsecas. El orden fctico existente es una negatividad tran-sitoria que -dh- ser trascendida. No se puede comprender el orden existente, y menos an liberar sus posibilidades,_si_no_sele_hace frtit--eC-rticamente y por l-timo- se lo trasciende. Los datos no son pc5-1-ifEros ni el ordena fctico cid--fe-Me es irii--dc-able.Tor el Corti:i15 puesto que este orden impone a los hombres una con-di-a-6n- subhumana de existencia, y_ ellos son por lo tanto menos de lo _que _pueden ser, deben luchar para cambiarlo.

    ste eil se_cepone-al-del_positimismo.,_que considera loilechos como verdaderos en lajorma-en _que se -dan-inmediatnmente. Al rechazar Ios conceptos universales y reducir la verdad a lo obser-vable y v-iiifiabie - e-Trma inmediata, los positivistas excluyen del . dominio del conocimiento todo lo que todava no puede, ser unhecli-o.7-1\11-ark, ----e-onio Hegel al menos hasta cierto punto, en lsisrema de este ltimo, se negaba a limitar la verdad a lo dado particular; crea firmemente que las potencialidades de los hombres y las cosas no se agotan en las formas y relaciones dadas con las que puedan aparecer en la realidad...

    4 Herbert Marcuse, Reason and Revolution, Boston: Beacon Press, 2a. ed., 1954, pg. 25. 5 Ibd., pg. 26. 6 Al respecto, Hannah Arendt ha observado que la influencia de Aris-tteles sobre el estilo de pensamiento de Marx me parece tan caracterstica y decisiva como la influencia de la filosofa de Hegel. The Human Con-dition, Nueva York: Anchor Books, 1959, pg. 365. (Las bastardillas son mas.) 7 Marcuse, op. cit., pg. 113. 8 Ibd., pg. 113.

    Por supuesto, no debe interpretarse que para Marx los hechos no tenan ninguna utilidad o importancia; esto sera manifiesta-mente falso y absurdo. El caso es, por el contrario, que l siempre tena presente el carcter transitorio de los hechos, que solo eran momentos negativos de un proceso histrico incesante. El presente orden fctico del capitalismo, por ejemplo, deba ser esiiidia -do-- en detalle;- aunque solo fuera para aprender a negarlo. L poibilidd de- revolucin se basaba en ciertas condiciones econmicas y pol-ticas manifiestamente objetivas, que era factible captar mediante un anlisis de la estructura y las tendencias del capitalismo. Solo con este conocimiento fctico poda Marx elaborar (como era su intencin) una teora general capaz cW91entar la accin revolu-cionaria de la clase obrera. Adems, ua vez que llegaba a una generalizacin emprica o a una proposTn terica que conside-raba verdadera, siempre aluda a ls condiciones histricas espec-ficas -a las -que se aplicaban. Por ejemplo, la afirmacin de que las relaciones de produccin determinan el carcter de los hombres, incluyendo su conciencia, es estimada por Marx como un hecho sociocultural; pero esto es precisamente lo que l interpreta como una condicin alienada del hombre. Por lo tanto, al mismo tiempo que describe el hecho, expone la naturaleza materialista del orden vigente, en el cual son en particular las relaciones de produccin las que forman y deforman las relaciones humanas y despojan al hombre de su carcter humano. As:

    La afirmacin de Marx es crtica, pues implica que la relacin vigente entre la conciencia y la existencia social es una relacin falsa, que debe ser superada antes de que la relacin verdadera pueda manifestarse. La verdad de la tesis materialista debe, pues, realizarse en su negacin. Marx subraya una y otra vez que su punto de partida materialista te ha sido impuesto por el carcter materialista de la sociedad que analiza .

    La comprensin errnea de este punto ha conducido a las peores deformaciones de la teora de Marx, en las que se le atribuye exactamente lo contrario de lo que l crea, a saber, que su ideal era una sociedad materialista. En realidad, su ideal era invertir la relacin prevaleciente entre el ser social y la conciencia social. En efecto, lo que Marx quera decir cuando hablaba de abandonar el dominio de la necesidad para entrar en el de la libertad, era que los hombres podan entonces comenzar a determinar de una manera consciente su propio destino. sti5---es---lo qu-E-Manr-sos, tuvo no solo en sus primeros escritos fi osficos, sino tambin en su madurez. En El capital escribi:

    produccin El proceso material, no se despoja de su velo mtico hasta que no vital de la sociedad, que se basa en el proceso de la

    9 Ibd., pgs . 273-74.

    104

    105

  • se lo trata como la produccin de hombres libremente asociados, que es conscientemente regulada por ellos de acuerdo con un plan establecido." Sn esto, como sealamos antes, Marx no consideraba el so-cialismo o el comunismo como fines en s

    e a ro iedad rivada a soca acion e os me os -de pro uccin son los primeros pasos en-Ta_bblicin del

    bajo a ena o. o es en m o aTguno inevtble que esto conduzca a una asociacin en la cual el libie desarrollo de cada uno sea la co-ridicit. el libre_desarroll&de todos. Elki-dPrider ---creib que los hombies hagan con los recrss socializados. Si los hom-bres no se asocian libremente y utilizan esos recursos para satis-facer sus necesidades humanas y promover su desarrollo humano, entonces la socializacin de los medios de produccin simplemente sustituir una forma de sujecin por otra. Marx prevea este pe-

    E ligro y prevena contra la cosificacin de la sociedad _y su en-frentamiento con el . _

    Lo ue hay que evitar sobre todo es el restablecimiento de la ocie , a _como una abstraccin frente alds iniduo. riri u". 6---

    es el ser social. SU vida ( es, pues, una e xpr esin y usiia-con-firmacin de la vida social.11

    Por consiguiente, las necesidades y la libertad del individuo tienen una importancia bsica en el ideal de Marx- condena, por ello, a`ro-d- sociedad que imponga una divisin del trabajo sin consi-derar la neEelida-d-de-hienestar yde mxima realizacin de-todos y cada uno de loflildivanos. Esta .es su principal crtica contra la sociedad de clases: crea una situacin en la que todo el destino de un individuo est determinado - por la clase a la que-_pertenece y la funcin que se le ha asignado en el sistema de produccin. Marx aclar- en un pasaje famoso la diferencia entre esta situacin y la que soaba para el futuro:

    La divisin del trabajo nos ofrece el primer ejemplo de cmo, mientras el hombre permanece en la sociedad natural [esto es, go-bernado por leyes inexorables, como las leyes de la naturaleza, sobre las que los hombres no tienen ningn control], es decir, en tanto existe un abismo entre el inters particular y el inters co-mn y, por consiguiente, mientras la actividad no est dividida en forma voluntaria sino natural los mismos actos del hombre se convierten en un poder extrao que se le opone, esclavizndolo en lugar de ser controlados por l. En efecto, tan pronto como se distribuye el trabajo, cada hombre tiene una esfera particular y exclusiva de actividad, que se le impone a l y de la que no puede escapar. Es cazador, pescador, pastor o un crtico criticn, y debe

    10 Karl Marx, El capital, Mosc: Ediciones en Lenguas Extranjeras, 1954, vol. I, pg. 80 (El capital, Mxico: Fondo de Cultura Econmica, 3a. ed., 3 vols., 1965.) 11 Karl Marx, Economic and Philosophic Manvcripts, pg. 105.

    seguir sindolo si no quiere perder su medio de subsistencia. En cambio, en la sociedad comunista, donde nadie tiene una esfera exclusiva de actividad, sino que cada hombre puede realizarse en el mbito que elija, la sociedad regula la produccin general y, de este modo, me permite hacer una cosa hoy y otra maana, cazar durante la maana, pescar en la tarde, apacentar ganado al anoch'ecer y ser crtico despus de la cena, segn lo desee, sin convertirme por ello en cazador, pescador, pastor o crtico."

    De Hegel, pues, tom Marx el nfasis en el pensamiento crtico negativo, que integr a su conciencia intelectual. 13

    Con Marx, sin embargo, el pensamiento dialctico no es solo crtico y revolucio-nario, smo tambin empirico y socioTlES: -E-xplici- el -c-onflicio, por ejemplo, no abstractamente, sino en trminos de relaciones salates concrTis y especficas. Una clase posee los mecnos de produccin, mientras que la otra no los posee; esta es la base de las diversas formas de conflicto entre ellas. Marxi considera al sistema capitalista en su totalidad como basado en principios y tendencas antagnicos: existen contradicciones entre el carcter social de la produccin y la institucin de la propiedad privada, o entre el crecimiento de las fuerzas productivas y las relaciones de produccin existentes; entre la produccin para el uso .y la produccin para el beneficio; entre la produccin y el consumo y otras ms, a todas las cuales llega Marx inductivamente. Para l, estos principios antagnicos tienen sus races en relaciones sociales definidas, y su razonamiento dialctico es, por ende, to-talmente opuesto al sistema ontolgico cerrado de Hegel. El pen-samiento de Marx es en todo aspecto un orden de verdad diferente del de Hegel y no se lo debe interpretar en trminos de los con-ceptos filosficos de este ltimo. Para comprender esto es nece-sario examinar con mayor detalle la obra de Marx.

    12 Karl Marx y Friedrich Engels, op. cit., pg. 22. 13 Sin embargo, a diferencia de su mejor amigo y colega, Friedrich En-gels, Marx no hizo ningn intento para codificar el razonamiento dialctico en un sistema rgido igualmente aplicable a la naturaleza y a la sociedad. Una crtica a la concepcin de Engels de la dialctica y sus vacilaciones entre el hegelianismo y el positivismo puede hallarse en George Lichtheim, Marxism: An Historical and Critical Study (Nueva York: Frederick A. Praeger, 1962), y en el libro de Sidney Hook Reason, Social Myths and Democracy (Nueva York: The John Day Company, 1940). Tambin se encontrar un breve examen crtico de la manera en que Engels trata la dialctica, a veces como una ontologa y a veces como un recurso heurs-tico, en mi estudio, publicado recientemente, Marxism: A Re-Examination (Princeton, New Jersey: Van Nostrand, 1967).

    106 107

  • 9. De la filosofa social a la teora social

    Marx el or su propia teora de la relacin entre la existencia

    socia y la conciencia social la

    llama a concepcin_ materialista -&-la-ifistoria, en oposiciiialiecta a_la_concepci& idealista que sustentaba

    Hegel de dicha relacin. Durante toda su vida, Marx reconoci su deuda intTectual con ese gran pensador, al co-quetear constantemente con el modo hegeliano de expresin. Sin embargo, crea que el pensamiento dialctico haba sufrido una mistificacin en manos de Hegel. El lo apoya sobre la cabeza. Es necesario darlo vuelta para descubrir el ncleo racional den-tro de la envoltura mstica. 1

    Cul era este ncleo racional? En su forma racional escriba Marx [la dialctica] es un es-cndalo y una abominacin para la burguesa y sus maestros doc-trinarios, porque en su comprensin y reconocimiento afirmativo del estado de cosas existente incluye tambin el reconocimiento de la negacin de este estado, de su necesario derrumbe; porque concibe toda forma social desarrollada histricamente como en movimiento fluido y, por ende, toma en consideracin tanto su naturaleza transitoria como su existencia momentnea; porque no se deja imponer nada y es esencialmente crtica y revolucionaria. 2 En Hegel, adems, el estado de cosas existente apareca como una expresin de la Idea o Espritu; al parecer, su concepto de la relacin entre existencia y conciencia estaba invertido. Esto hizo repetir a Marx lo que ya haba dicho en su juventud. Mi mtodo dialctico no solo es diferente del hegeliano, sino que est en directa oposicin a l. Para Hegel, el proceso vital del cerebro humano, esto es, el proceso de pensamiento, que con el nombre de la Idea l llega a transformar incluso en un sujeto independiente, es el demiurgo del mundo real, y este ltimo no es sino la forma exterior, fenomnica, de la Idea. Nta m, por

    el contrario, el mundo ideal no es ms que el mundo material reflejado por la mente humana, - y traducido a formas de pensam-lento.5-

    Este era el punto de vista al que Marx haba llegado en 1843, si no antes, despus de desarrollar los rudimentos de su propia teora en oposicin crtica no solo a Hegel, sino tambin a los 1 Karl Marx, El capital, Mosc: Ediciones en Lenguas Extranjeras, 1954, vol. T, pg. 20. 2 Ibd., pg. 20. 3 Ibd., pg. 19.

    hegelianos de izquierda o jvenes hegelianos. Uno de estos, Bruno Bauer,_ haba escrito dos ensayos sobre la llamada cuestin ju-da, en los qu su - anlisis de las causas de la persecucin a los Indios y la solucin que propona se mantenan dentro de un marco teolgico. En efecto, Bauer arga que los judos deban superar su parroquialismo religioso, abandonar su judasmo, como requisito para su emancipacin poltica y social. En respuesta, Marx sostena que la religin no es la base sino la -manifestacin de condiciones seculares. No afirmamos que [los hombres] de-ban trascender su estrechez religiosa patlibratse -tle-stis limita-

    cidria-Ia es. ular Sostenemos que trascendern sti estrechez reli-

    _ _ glosa cuando hayan superado sus limitaciones seculares. No ._ cnYertirmos las cuestiones seculares en cuestiones teorgieas; transformamos las cuestiones teolgicas en cuestiones seculares. 4 Como Bauer era un implacable enemigo de la religin, al igual que los otros hegelianos de izquierda, la solucin que propona era la crtica religiosa. Bauer, observaba Marx, simplemente haba dado a la cuestin teolgica: quin tiene mayores probabilidades de alcanzar la salvacin, un judo o un cristiano?, una forma ms esclarecida: quin es ms capaz de emanciparse, un judo o un cristiano? Bauer no propona que los judos abandonaran el ju-dasmo por el cristianismo, sino que postulaba que cambiaran su credo por el cristianismo en disolucin. Deban unirse para negar al cristianismo; haban de ser crticos y esclarecidos, y de este modo contribuir a la humanidad libre. As, para Bauer, la eman-cipacin de los judos era una cuestin de crtica religiosa. Ar-gumentaba que, puesto que es el cristiano, como cristiano, quien halla ofensivo el judasmo, dejara de considerarlo de este modo cuando dejara de ser cristiano. Por lo tanto, adoptando una ac-titud crtica y esclarecida hacia la religin cristiana, contribuyendo a disolverla, los judos ayudaran a eliminar la causa de su perse-cucin. El judo carga as con una doble responsabilidad; adems de su propia labor, debe realizar tambin la labor del cristiano: la crtica de los Evangelios, de la vida de Jess, etctera.

    rEAaespi,Awsta arx--exnone su enfoque, que es al mismo dempa_sociol gico _y_revnbiridn rio Sociolgico, 061-qtie postula la existencia de una_ condicin social subyacente en el Trimenodel judasmo, y revolucionario, porque es precisamente esta condicin la que db --abolirse para que el fenmeno desaparezca. 1V1earx intenta de este modo escapar a la formulacin te -dIgica del pro-blema transformndolo en un problema secular, sociolgico. Cul es la base secular del judasmo? El autointers, el egosmo, el comercio, el dinero; en una palabra, el capitalismo. Explota aqu el doble significado de judentum, que en la lengua de la poca significaba comercio tanto como judasmo. 5 4 Karl Marx, Early Writings, traducido por T. B. Bottomore, quien tuvo a su cargo la edicin; Londres: C. A. Watts and Co., Ltd., 1963, pg. 10. (Incluido en Marx-Engels, Obras escogidas, Mosc: Ediciones en Len-guas Extranjeras, 2 vols., 1950.) 5 En su estudio clsico From Hegel to Marx, Sidney Hook observ a este

    108

    109

  • Marx aprovech la oportunidad que le brindaron los ensayos de Bauer para exponer sus propios puntos de vista a los que haba arribado recientemente. La esencia del sistema social vigente_era el comercio; el valor humano se meda por el valor de las mer-cancas de cada uno. En el sentido en, que_Marx usaba el ttlio jildentum, toda -15. so .tviLestaba, pues, doiminarli_por-un

    tritu practico. Parafrasea un pasaje de Men and Manners in Ni-iica(Hombres y costumbres de Amrica del Norte) de Thomas Hamilton, para demostrar en qu medida Mammn se haba convertido en el dolo del devoto habitante de Nueva In-glaterra: A sus ojos, la tierra no es ms que una Bolsa, y est convencido de que no tiene otro destino en este mundo que el de llegar a ser ms rico que sus vecinos. El comercio se ha apoderado de todos sus pensamientos y no conoce ms diversin que cam-biar objetos. Cuando viaja, lleva a cuestas sus mercaderas y su mostrador, por as decir, y solo habla de intereses o beneficios. Y cuando aparta la vista por un momento de sus negocios, solo lo hace con el fin de espiar los negocios de sus rivales. Para Marx, pues, la tarea de la poca era emanciparse del comercio y el dinero. Una organizacin social que aboliera las condiciones del comer-cio y, por ende, la posibilidad misma de l, hara imposible el judo. 7 El judo, al igual que otros, debe reconocer esto. En ltimo anlisis, la emancipacin de los judos es la emancipacin de la sociedad del judasmo, o de lo que l iba a llamar ms tarde capitalismo. Al eliminar el comercio y sus condiciones, ya no es posible la conciencia comercializada. Marx criticaba a Bauer por permanecer en el mbito del pensamiento puro y no reconocer el vnculo entre las formas de la conciencia religiosa y las condicio-nes reales de la vida social. En esencia, era la misma crtica que Marx diriga a la concepcin de Hegel. Inst._____ACLlica a la jilosofadeLdeleHegel,* escritar la misma poca que_ la_ respuesta__ Bauer, Marx trata la religin como un estadode alienacin_yexpone las premisas de su propio punto de vista, algunas de las cuales podemos citar aqu:

    La base de la crtica irreligiosa es la siguiente: el hombre hace la rerikiir, no la religin al hombre. La religin es, en verdad, - la auroconciaida y el autdseritir del hombre que an no se ha en-contrado a s mismo o que ha vuelto a perderse. Pero el hombre

    respecto: Aunque Marx estaba libre de prejuicios antisemitas, por des-gracia no era demasiado sensible al uso del trmino "judo", a menudo con adjetivos desabridos, como epteto insultante. Espero que sea super-fluo sealar que, al presentar el argumento de Marx tal como l lo for-mula, no estoy defendiendo esta costumbre. Los judos haban desempe-ado un papel manifiesto en el comercio europeo desde la Edad Media, y por esta razn la palabra judo se convirti en sinnimo de comer-ciante. Sobre este punto, se recordar que Werner Sombart atribuy un papel fundamental a los judos en la formacin del capitalismo. 6 Karl Marx, Early Writings, pg. 35. 7 Ibd., pg. 34. * Buenos Aires: Ediciones Nuevas, 2a. ed., 1965.

    no es un ser abstracto, que se agazapa fuera del mundo. El hom-bre es el mundo humano, el estado, la sociedad. Ella [la religin] es la realizacin fantstica del ser humano mientras el ser humano no posee una realidad verdadera. El sufrimiento religioso es, al mismo tiempo, expresin del sufri-miento real y una protesta contra este. La religin es el suspiro de la criatura oprimida, el sentimiento de un mundo sin corazn, el alma de condiciones desalmadas. Es el opio del pueblo. La abolicin de la religin como felicidad ilusoria de los hombres ea-l exigencia de una felicidad real. Pedir el abandono de sus ilu-siones acerca de su condicin es pedir el abandono de una condi-cin que necesita de ilusiones. La crtica no ha quitado las flores imaginarias de las cadenas para que el hombre soporte a estas ltimas sin fantasas ni con-suelo, sino para que se despoje de ellas y recoja la flor viva. La crtica de la religin desengaa al hombre a fin de que piense, acte y modele su realidad como hombre que ha perdido sus ilu-siones y reconquistado su razn... Por lo tanto, la tarea de la historia, una vez disipado el otro-mun-do de la verdad, es establecer la verdad de este mundo. La tarea inmediata de la filosofa, que est al servicio de la historia, es desenmascarar la autoalienacin humana en su forma secular, una vez que haya sido desenmascarada en su forma sacra. As, la cr-tica del cielo se transforma en la crtica de la tierra, la crtica de la religin en la crtica del derecho, y la crtica de la teologa en la crtica de la poltica.8

    Ya en este temprano ensayo, y algo ms adelante, Marx esboza lo que iba a ser luego su teora del cambio social y la revolucin, y del papel que le cabe en ella a la clase obrera. 9 Esta breve revisin de los primeros escritos de Marx confirma el hecho de que elabor su propia teora en oposicin crtica a los hegelianos, tanto viejos como jvenes. Con excepcin de Feuer-bach, cuyo gran avance, crea Marx, haba sido hacer de la rela-cin social "del hombre con el hombre" el principio bsico de su teora, ninguno de los hegelianos jvenes haba ido conceptual-mente mucho ms all de Hegel. Pero Feuerbach_haba cometido un tipo diferente de error, el de los materialistas mecanicistas: haba ignorado el aspecto dinmico y creador de la actividad hu-mana prctica. Por ello, la teora de Marx (que toma en conside-racin este aspecto dinmico-1 no puede ser entendida apropiada-mente como un materialismo en - l seritido tradicional. Su d-o-n ceoctn, tal comes l la caractetU6,I -della distinguirse del idealis-mo y del materialismo, a la par que constituye la unificacin de la verdad de ambos 1 Pasaremos ahora a examinar esta concep-cin, como teora del hombre, la sociedad y la historia.

    8 Ibd., pgs. 43-44. 9 Vase ihd., en particular pgs. 52, 58-59. 10 Karl Marx, Economic and Philosophic Manuscripts of 1844, Mosc: Ediciones en Lenguas Extranjeras, 1961, pg. 151.

    110 111

  • La teora general

    Las premisas de las que parte Marx son los seres humanos reales, de carne y hueso. Ante todo, estos hombres reales son organismos fsicos, con necesidades fsicas reales. Al igual que otros organis-mos, los hombres, para sobrevivir, deben entrar en una relacin metablica con la naturaleza. Los hombres sobreviven y se de-sarrollan solo interactuandp con la natunle_za, y esta interaccin, als-rr1~-d- su proceso vital, es indispensable en todas las circunstancias sociales. Esencialmente, pues, como en el caso de otros animales, la actividad principal y ms importante del hom-bre, el trabajo, es la produccin de vida, el mantenimiento del proceso vital. Al producir sus medios de subsistencia, los hom-bres producen indirectamente su propia vida material. " Sin embargo, a diferencia de todos los otros animales _no toman sim-prineritee la naturaleza lo que necesitan_ para el mantenimiento d su vid

    -da: ellos producen sus medos de subsistencia. Si bien es

    cierto' que aquello que producen y el modo como lo producen dependen en grados diversos de la naturaleza de los medios reales que encuentran y que tienen que reproducir, es igualmente cierto que los hombres pueden modificar esos medios y de hecho lo hacen, con lo cual reducen su dependencia inmediata de las condiciones naturales. As, pues, la actividad laboral de los hom-bres no es una mera adaptacin a la naturaleza, sino una trans-formacin consciente e intencional de las condiciones naturales. Los hombres se apropian de los materiales de la naturaleza y, mediante su modificacin, crean un mundo superorgnico de ar-tefactos hechos por ellos. El hombre no es solo un animal labo-ran.s. sino tambin un horno Dber , que vive y acta en dos mundos simultneamente: el artificial y el natural. Para Marx, el proceso de trabajo no es , solo natural sino tambin

    los hombres no producen aislados unos de los otros, sin_ o interactuando y cooperando entre s. Los hombres actan sobre la nliiraleza interactuando con otros hombres. El hecho es es-criba Marx que individuos determinados que son productiva-mente activos de una manera definida entran en ( ) relaciones sociales y polticas delimitadas. Los individuos producen mate-rialmente y son activos dentro de lmites materiales, presuposicio-nes y condiciones determinados, independientes de su voluntad." Los lmites materiales se refieren tanto a las condiciones natu-rales como sociales que se imponen a los hombres. Si bien, en ltima instancia, es posible ampliar esos lmites y cambiar las condiciones, en un momento dado los hombres nacen y actan dentro del marco de las condiciones materiales existentes. Con palabras de Marx, el

    11 Karl Marx y Friedrich Engels, The German Ideology, Nueva York: International Publishers, 1960, pg. 7. 12 Ibd., pg. 13.

    ...modo de produccin no debe ser considerado simplemente como la reproduccin de la existencia fsica de los individuos. Ms bien, es una forma definida de actividad de estos individuos, una forma definida de expresar su vida, un modo definido de vida. Tal como los individuos expresan su vida, as son. Lo que son, pues, -coincide con su produccin, tanto con lo que producen cmo con el modo de producirlo. La naturaleza de los individuos depende, por consiguiente, de las condiciones materiales que de-

    _

    terminan su produccin."

    El modo de produccin es el concepto general que emple Marx para abarcar el complejo proceso por el cual los hombres interactan simultneamente con la naruraleza y entre s. Hay- una re-racin dialctica entre los dos tipos de condiciones: la inter-accin de los hombres con la naturaleza determina el carcter de sus relaciones sociales, mientras que el carcter de sus relaciones sociales determina su modo de interaccin con la naturaleza. Es-tas afirmaciones no son dogmas para Marx. Por el contrario, in-siste en que es necesario poner de manifiesto empricamente y sin ninguna mistificacin y especulacin el nexo de la estructura social y poltica con la produccin')." Al emplear los conceptos de fuerzas productivas y relaciones de produccin, Marx es-tableci las proposiciones bsicas de su teora general en su pre-facio a la,_ Contribucin a la crtica de la economa poltica: En la produccin social que llevan a cabo, los hombres entran en relaciones definidas, que son necesarias e independientes de su voluntad; estas relaciones de produccin corresponden a una etapa determinada de desarrollo de sus fuerzas materiales de produc-cin. La suma total de estas relaciones de produccin constituye la estructura econmica de la sociedad, el fundamento real sobre el cual se elevan las superestructuras jurdicas y polticas y al cual corresponden formas definidas de conciencia social. El modo de produccin de la vida material determina el carcter general de los procesos sociales, polticos y espirituales de la vida. No es la conciencia de los hombres lo que determina su existencia, sino, por el contrario, su existencia social la que determina su concien-cia. Al llegar a cierta etapa de su desarrollo, las fuerzas materiales de produccin de la sociedad entran en conflicto con las relaciones existentes de produccin, o lo que solo es la expresin jurdica del mismo hecho con las relaciones de propiedad en cuyo marco haban actuado antes. De formas de desarrollo de las fuerzas de produccin, esas relaciones se convierten en trabas de las mismas. Se inicia entonces un perodo de revolucin social. Con el cambio del fundamento econmico, toda la inmensa superestructura se transforma ms o menos rpidamente. 15 13 Ibd., pg. 7. 14 Ibd., pg. 13. 15 Karl Marx, Contribution lo the Critique of Political Econonty, Chica-go: Charles H. Kerr and Company, 1904, pgs. 11-12.

    112 113

  • Por fuerzas materiales de produccin, que aqu llamaremos `,Iieras productivas, Marx entiende la actividad productivalos Individuosreales en sus_relaciones de cooperacin- Una fuer-za productiva es, pues, primero y ante todo, una fuerza_losial. jEfirrie de-m- os por social la cooperacin de varios individuos, sean cuales fueren las condiciones, la manera y el fin de dicha coope-racin. Se sigue de esto que un cierto modo de produccin, o etapa industrial, se combina siempre con un cierto modo de cooperacin, o etapa social, y este modo de cooperacin es en s mismo una "fuerza productiva". 16 Los hombres producen se apropian y transforman los materia-les de la naturaleza solo

    . . . cooperando de cierta manera e intercambiando sus activida-des. Para producir, establecen entre s relaciones y vnculos socia-les definidos, y solo dentro de ellos actan sobre la naturaleza, solo dentro de ellos se efecta la produccin. Estas relaciones sociales en las cuales entran los productores, las condiciones bajo las que intercambian sus actividades y participan en el acto total de la produccin, varan, naturalmente, segn el carcter de los medios de produccin."

    Marx ejemplifica esto ltimo, el hecho de que las relaciones va-ren segn los medios de produccin, del siguiente modo: El trabajo se organiza y se divide de manera diferente segn los ins-trumentos de que se disponga. El molino de mano presupone una divisin diferente del trabajo que el molino de vapor. 18 Por consiguiente, no hay nada mstico en la expresin fuerza productiva tal como la utiliza Marx. Incluye, ante todo, la fuerza de trabajo real de los hombres que trabajan. Es la fuerza social de estos trabajadores vivos, mediante la cual producen los medios para satisfacer las necesidades naturales y sociales de su existen-cia. Por lo tanto, incluye a los trabajadores, a los instrumentos de produccin que emplean y a la forma definida de cooperacin, condicionada por los instrumentos y medios de produccin. Todo lo que aumenta la productividad de la potencia humana de trabajo aumenta las fuerzas productivas de la sociedad. Por consiguien-te, si bien este concepto denota el dominio de la naturaleza por el hombre tal como se expresa en el avance de la tcnica, la ciencia y los instrumentos de produccin, tambin incluye la organizacin social de la produccin, esto es, la cooperacin y la divisin del trabajo entre los hombres. Aunque pueden surgir, y de hecho 16 Karl Marx y Friedrich Engels, op. cit., pg. 18. (Las bastardillas son mas.) 17 Karl Marx, Wage Labor and Capital, en Marx y Engels, Selected Works, Mosc, Ediciones en Lenguas Extranjeras, vol. I, 1950, pg. 83. (Incluido en la vers. cast. de las Obras escogidas de Marx y Engels, antes citada.) 18 Karl Marx, The Poverty of Philosophy, Mosc: Ediciones en Lenguas Extranjeras, pg. 127. (Vers. cast.: Mosc, 1954.)

    surgen, problemas tcnicos como resultado, por ejemplo, de lo inapropiado de una determinada organizacin del trabajo para ciertos instrumentos de produccin, no es esto lo que Marx quera significar cuando escribi que, en determinada etapa de su desa-rrollo, las fuerzas productivas entran en conflicto con las rela-ciones de produccin existentes. La_frase relaciones de produccin, cmo l mismo declnaasocr,

    \ da a las relaciones de propiedad Fundamentales de_ u dad. En el proceso de la produccin, los hombres trabajan con otros hombres, pero tambin trabajan para otros hombres, Bajo el capitalismo, los que poseen y controlan los medios _de produc-cin tienen gran Poder sobre quienes no los poseen ni controlan; estos, que han sido separados de sus medos de produccin y que por ende solo poseen su fuerza de trabajo, sirven y obede-cen: As, el concepto de relaciones de propiedad se convierte en el punto de partida de la teora de las clases de Marx. Pero es tambin un concepto importante en su teora del cambio social y de la revolucin. En la primera fase del desarrollo de un sistema, las relaciones de propiedad facilitan el crecimiento constante de las fuerzas pro-ductivas. En las fases psteriores de su desarrollo, las relaciones de propiedad existentes retardan y _traban el crecimiento de las fuerzas productivas. Es necesario hacer estallar estas relaciones de propiedad para permitir el crecimiento posterior de las fuerzas productivas. Los obreros, actuando como clase, liberan las fuerzas que existen potencialmente en el trabajo social mediante su ac-cin revolucionaria En este sentido, la revolucin de los obreros es un acto constructivo, porque libera la productividad social de las ataduras impuestas por las relaciones de propiedad capitalistas. La teora de Marx, por tanto, no es meramente tecnolgica. La tensin entre fuerzas productivas y relaciones de propiedad no es una mera falta de ajuste entre las innovaciones tcnicas y su aplicacin social. De acuerdo con dicha teora, es imposible medir con exactitud las fuerzas productivas de una sociedad fuera de las relaciones sociales formales en cuyo marco operan; no es fac-tible evaluar las fuerzas productivas exclusivamente en trminos de las ciencias de la naturaleza y la tecnologa. A lo sumo, se puede hacer solo una estimacin razonable de cul sera el po-tencial de una tecnologa determinada bajo diferentes relaciones de propiedad. Los meros cambios tcnicos son, pues, inadecuados para la liberacin de las fuerzas productivas. As, Marx considera que el modo de produccin se compone dedos-partes: relaciones de propiedad y fuerzas productivas. Las reraCiones de propiedad pueden promover o trabar el crecimiento de las fuerzas productivas. No puede medirse el potencial de estas fuerzas solo por un clculo tecnolgico; en cambio, se lo puede liberar mediante la eliminacin de relaciones de propiedad anti-cuadas. Con la supresin de estas relaciones de propiedad y el establecimiento de formas de organizacin nuevas y ms flexibles, se facilita el ulterior desarrollo de las fuerzas productivas y de

    114 115

  • nuevas formas de actividad humana. A medida que cambia el modo de produccin, se modifican de manera concomitante otras esferas de la conducta social (o subsistemas), por ejemplo, la jurdica, la poltica y la ideolgica. As formulada, no hay ambi-gedad alguna en la teora de Marx. Afirma inequvocamente que la estructura econmica cambiante de una sociedad determina trans-formaciones en su estructura social como un todo, y en la con-ciencia de sus miembros. Para Marx, pues, las ideas y las concepciones, lejos de tener una existencia independiente, estn ntimamente vinculadas con la ac-tividad material y el intercambio social de los hombres reales. La religin, la moral, la filosofa y el derecho en una palabra, la ideologa no tienen historia o desarrollo propios. Cuando se habla de la historia de la religin, del derecho, etctera, se abs-traen las ideas de la vida real; se cosifican conceptos que no tienen ninguna existencia separados de los hombres vivos. Las ideas no existen ni cambian. Son los hombres vivos quienes cam-bian, junto con las condiciones materiales de su existencia, y tambin cambian su pensamiento y los productos de su pensa-miento. Para aclarar el vnculo entre la existencia social y la conciencia social, Marx postula una etapa en la que constituan una unidad. Antes de toda divisin del trabajo entre las actividades materiales y mentales de los hombres, su hacer y su pensar estaban es-trechamente entrelazados. As, aunque toda la actividad humana tena lo que podramos inclinarnos a considerar, por ejemplo, como aspectos polticos, religiosos y jurdicos ( es decir normati-vos) estos an no constituan esferas separadas y distintas. Eran, segn palabras de Marx, la emanacin directa de su conducta material." En estas circunstancias, no haba individuos particu-lares que fueran practicantes profesionales de la poltica, el dere-cho, la religin, etctera. La actividad mental, an no divorciada de la actividad general del hombre, todava no haba adquirido siquiera el aspecto de una existencia autnoma. Las relaciones so-ciales existentes entre los individuos se expresaban simultnea-mente como relaciones polticas y jurdicas. Sin embargo, con una nueva divisin del trabajo, entre actividades materiales y menta-les, las relaciones polticas y jurdicas

    . deben asumir una existencia independiente frente a los indi-viduos. En la lengua, tales relaciones solo pueden expresarse como conceptos. El hecho de que estos universales y conceptos sean aceptados como poderes misteriosos es una consecuencia necesaria de la existencia independiente que han asumido las relaciones reales de las que son expresin. Adems de su aceptacin en la conciencia cotidiana, estos universales adquieren adems especial validez y llegan a un ulterior desarrollo por obra de los cientficos de la poltica y los juristas, a quienes, como resultado de la divi- 19 Karl Marx y Friedrich Engels, op. cit., pg. 14.

    sin del trabajo, se les asigna el culto de esos conceptos y quienes ven en ellos, y no en las relaciones de produccin, la verdadera base de las relaciones de propiedad reales."

    La nueva divisin del trabajo dio origen a una variedad de esferas ideolgicas distintas, cada una de ellas con sus propios profesio-nales, interesados entonces en mantener sus respectivas esferas. No obstante ello, Marx considera que estas esferas dependen an en grados variables en cuanto a su carcter, su cambio y su desarrollo de las relaciones de produccin existentes. Por ejem-plo, Marx afirma que las ideas dominantes en toda poca sonAas ideas cte-TZtse dornian'te. Esta clSe, al - tener a su disposicin los Medios de la producCin material, controla tambin los medios de la produccin mental y, de este modo, trata de imponer sus ideas sobre aquellos , que no poseen n controlan najaLas_ideas dominantes no son nada ms que la expresin mental de las re-laCiones dominantes. -La clase gobernante no necesita ocuparse personalmente de desarrollar o difundir estas ideas. La divisin del trabajo ha creado un grupo especial de idelogos cuya tarea principal y fuente de vida es desarrollar y perfeccionar las ilusio-nes de la clase acerca de s misma y defender ideolgicamente sus intereses. Pero no debe suponerse que hay una relacin biunvoca entre la clase y sus voceros. Por el contrario, siempre es posible que se produzca un distanciamiento, hostilidad y hasta oposicin entre ambos. Sin embargo, hay ciertos lmites objetivos para tal distan-ciamiento. En una de sus primeras conceptualizaciones de este pro-blema, Marx afirmaba que, en el caso de una colisin entre la clase y sus voceros, capaz de amenazar los intereses de aquella, estos finalmente prevalecern. El distanciamiento desaparecer, y con l la ilusin de que las ideas dominantes no eran las ideas de la clase dominante y tenan poder independientemente de ella. 21

    La divisin del trabajo, en general, como se recordar, era para Marx una condicin negativa, pues si bien aumentaba la fuerza productiva de los hombres, tambin los aprisionaba en estrechas esferas de actividad de las que no podan escapar sin perder sus medios de vida. La base material de la futura emancipacin hu-mana, el desarrollo de las fuerzas productivas, costaba mientras t`alito un precio muy alto. Marx explor este proceso detallada-mente en su obra principal: El capital.

    20 The German Ideology, citado en T. B. Bottoraore y Maximilien Rubel, Karl Marx: Selected Writings in Sociology and Social Philosophy, Londres: Watts and Company, 1961, pg. 78. 21 Karl Marx y Friedrich Engels, op. cit., pgs. 39-43.

    116 117

  • 10. La sociologa marxista del trabajo alienado

    Das Kapital, o El capital podra haberse titulado con igual pro-piedad Die At-Wqr rEl trabajo); pues, en toda su extensin, y paiticlarrnte en' --el primer volumen, es un estudio sociolgico daitruii- 6- &l trabajo alienado. Al mismo tiempo, Marx explora -

    all con detalle los aspectos que considera fundamentales del sis-tema capitalista en expansin: sus fuerzas productivas en desarro-llo y sus relaciones de produccin bsicas. El capital es, pues, un cuidadoso examen de las condiciones existenciales cambiantes de los hombrs y, siiiiiittlfi-a-Frienle; Te-- su car-cter y conciencia en SKS-ceso -de cambio. Es-la -documentacin desu tesis de que en el 15i-beeso -de la prbduccin material los hombres modifican, junto Con las condiciones de su existencia, toda su estructura psico-lgica. Marx llamaba a la primera fase del desarrollo de las fuerzas pro-ductivas en el modo capitalista de produccin, cooperacin sim-ple. Si bien la cooperacin es una caracterstica de toda produccin en gran escala, la cooperacin simple predomina durante el pero-do en el cual el capital opera en gran escala, pero la divisin del trabajo y la maquinaria desempean un papel secundario. Un_ nmero mayor de operarios que trabajan juntos, al mismo tiempo y en el -mismer -lug-ar, ---p-f- producir el mismo tipo de mercanca bajo las rdenes de un capitalista, constituye, histrica y lgica-mente,- el punto de partida de la produccin capitalista. 1 La cooperacin de esta especie se encuentra principalmente en la ma-nufactura en sentido estricto, es decir, en la produccin manual. As, en estas primeras etapas, la produccin solo se distingue de la produccin artesanal de las corporaciones por el mayor nmero de obreros que emplea en forma simultnea uno y el mismo capitalista. Aqu, se hace hincapi_en la , fuerza socialmente pro-ductiva que surge al agrupar a muchos hombres para que traba-jen uno al lado del otro y cooperen entre s. El capitalista paga a cada obrero su fuerza de trabajo individual y percibe ms de lo que ha pagado. Obtiene entonces su ganancia en forma directa de la cooperacin, de la nueva fuerza socialmente productiva. El capitalista no poda ganar tanta plusvala empleando doce hom-bres aislados, cada uno de los cuales trabajara doce horas, como empleando doce hombres que trabajaran juntos y cooperaran du- 1 Todas las citas de este captulo (cuyas pginas se hallarn despus de cada cita) estn tomadas de Karl Marx, El Capital, Mosc: Ediciones en Len-guas Extranjeras, vol. I, 1954. Esta frase aparece en la pgina 322.

    rante doce horas. Adems, sin que nadie lo percibiera, el incre-mento de la escala de produccin, junto con el estrechamiento de la liza es decir, la reunin de muchos obreros bajo el mismo techo cre los requisitos para el posterior desarrollo de las fuerzas productivas, algo imposible de lograr cuando los obre-ros y los medios de produccin estn aislados y dispersos, como sucede en el sistema de pequeas industrias domsticas (cottage system), por ejemplo. Para Marx, esta forma de cooperacin , caracteriz a la _ .primera f%---d-e-1 capitalismo y fue una importante fuerza productiva nue-va. Era novedosa, no porque no hubieran existido antes en la historia ejemplos de cooperacin simple, sino a causa de que la utilizacin y el crecimiento de esta fuerza productiva dependan ahora de relaciones de produccin especficas. La existencia de grandes reservas de capital se convirti en un requisito para la cooperacin de muchos obreros. Estos solo podan cooperar si eran empleados simultneamente por el mismo capitalista. En el caso especfico del capitalismo ingls del perodo considera-do, se impusieron esas relaciones de produccin: por una parte capitalistas con medios de produccin apropiados y dinero, y por la otra, obreros sin unos ni otro. En esta fase, pues, las relacio-nes de produccin an no se haban convertido en cadenas, y las fuerzas productivas todava no haban entrado en conflicto con ellas. Por el contrario, las relaciones existentes brindaron el mar-co dentro del cual podan continuar desarrollndose las fuerzas productivas. La concentracin de los medios de produccin en manos de los capitalistas se convirti en el requisito para la co-operacin de muchos obreros, y la medida de su cooperacin de-pendi del grado de concentracin. Todo el proceso se bas en las relaciones de produccin o relaciones de propiedad capitalistas. Si la primera fase de la manufactura se caracteriz por una forma relativamente simple de cooperacin, la fase siguiente se bas en tina divisin del trabajo ms compleja. La manufaCtra

    suig del artesanado, en algunos casos uniendo los oficios que antes eran independientes y en otros agrupando a los miembros de un mis-mo oficio. Y esta unin de los oficios que los funde en una misma organizacin Pioductiva cuyas partes son seres humanos es lo que distingue a la manufactura como fase nueva en el crecimiento de ls fuerzas productivas. Dicha fase mantiene un carcter artesanal porque cada operacin todava se realiza a mano y, por lo tanto, depende de la habilidad y destreza del trabajador individual en el manejo de las herramintas. Pero, puesto que ahora solo realiza una operacin simple, el tra-bajador se aliena de algunas de las prerrogativas creadoras que tena antes. Todo su cuerpo se convierte en una herramienta automtica y especializada para esa operacin (pg. 339). Lo que pierde en posibilidad creadora lo gana en eficiencia. El obre-ro emplea ahora menos tiempo en realizar la operacin especfica que el artesano que debe realizar sucesivamente la serie com-pleta de operaciones. La divisin del trabajo entre muchos obre-

    118 1 19

  • e

    ros., cada uno de los cuales tiene su operacin especializada, es la base del si5tPlna, productivo lIgniaclo manufactura nueva orga- nizacin bajo la cual se incrementa la fuerza de trabajo socialinen-

    tiva. Bajo el sistema capitalista se logra esta nueva fuer-za productiva en la manufactura concentrando la potencia ya exis-tente en la sociedad en su conjunto. As, la manufactura, segn Marx, ... produce la habilidad del trabajador de detalle, repro-duciendo y llevando sistemticamente hasta el fin, dentro del ta-ller, la diferenciacin natural de los oficios ya establecida en la sociedad (pg. 339). Ya en esta temprana etapa del desarrollo del capitalismo, el em-presario capitalista comprendi que todo lo que interrumpe el flujo constante del proceso de trabajo reduce tambin sus be-neficios. La produccin de mercancas en un tiempo de trabajo mnimo, cuestin que no era tenida en cuenta para nada bajo el sistema de las corporaciones, adquiri entonces fundamental _im-portancia. Disminuir el tiempo de trabajo necesario para la pro-duccin de mercancas era imposible mientras el obrero tuviera que realizar una serie de operaciones parciales que le exigan, al mismo tiempo, cambiar de lugar y cambiar de herramientas. Estos traslados interrumpan el flujo de trabajo, produciendo blancos en la jornada laboral que deban ser llenados atando al obrero a la misma operacin durante todo el da. Segn Marx, el relleno de esos blancos logrado por la manufactura dio como resultado un nuevo aumento en la potencia productiva del trabajo, en las fuer-zas productivas, bajo el capitalismo. La concentracin de la produccin de los diversos oficios e in-dstrias en un taller tambin hizo necesario efectuar cambios en las herramientas utilizadas. A diferencia del artesano, que usaba unas pocas herramientas para realizar muchas operaciones, el obre-ro emple una herramienta especial para cada operacin especiali-zada. Al respecto, dice Marx: La manufactura se caracteriza por la diferenciacin de los instrumentos de trabajo, diferenciacin por la cual los instrumentos de un tipo determinado adquieren formas fijas, adaptadas a cada aplicacin particular; y por su especializacin, cada instrumento especial alcanza su plena utili-dad solo en manos de un trabajador parcelario especfico (pg. 341). Marx consideraba que este avance fue importante por una serie de razones. Constitua en s mismo una nueva revolucin de los medios de produccin. Adems, provoc cambios radicales en el mundo del trabajo. Las viejas formas sociales estaban en descom posicin y sus elementos se convirtieron en partes de una nueva organizacin social del trabajo. La transformacin del obrero en trabajador parcelario no poda prZatiCifle-, -"Ereli"Marx, sin origi-nar al mismo tiempo importantes cambios en el carcter y la p-EFIriaTida- d del obrero. La divisin del trabajo cada vez ms complja alienaba al obrero de sus facultades creadoras y, por cotiligitiente, lo disminua como ser humano. La mayor producti-vidad de la nueva organizacin del trabajo era posible, precisa-

    mente, por la divisin, la clasificacin y el agrupamiento de los obreros segn sus funciones especficas. Se da a la organizacin todo lo que se quita al obrero en cuantdahabilidad artisttca, capacidad creadora y facultades reflexivas -._Las deficiencias del segundo se convierten en las virtudes .de la primera. La organi-zacin se ha enriquecido como totalidad alienando al obrero de sus facultades individuales. Adems, la manufactura crea una jerarqua del trabajo. Si bien los obreros estn ahora encadenados a funciones limitadas, se ubica a estas en una jerarqua y se las distribuye entre aquellos de acuerdo con sus habilidades socialmente adquiridas. En la parte inferior de la jerarqua se hallan los que realizan las mani-pulaciones ms simples, las que cualquiera puede efectuar. Aqu, en contraste con la produccin de los gremios, la manufactura da origen a una clase de obreros no especializados, clase desconocida en la produccin artesanal. Al describir este cambio, Marx escri-bi: Si por una _parte [la manufactura] desarrolla una especia-lidad m-onofactica hasta la perfeccin; a expensas de la -

    Caliard-ad total de trabajo del hombre, por otra comienza a convertir en una especialidad la ausencia de todo desarrollo. Junto a la grada-cin jerrquica, establece la simple divisin de los trabajadores en especializados y no especializados (pg. 350). Marx quiere destacar el crecimiento de la fuerza de trabajo social-rente productiva, su dependencia de las relaciones de propiedad capitalistas y el precio que el obrero individual paga por este aumento de la productividad. Para l, las tendencias principales del sistema capitalista se afirman en este perodo. En primer tr-mino, la expansin del capital concomitante con su concentracin en unidades cada vez mayores ya se manifiesta con claridad en la fase manufacturera. En segundo trmino, este proceso, junto con la fragmentacin de los viejos oficios y la conversin de los artesanos en trabajadores parcelarios, tiene como consecuencia la alienacin del obrero de sus facultades creadoras humanas. . El conocimiento, el juicio y la voluntad, que antes eran funciones al menos hasta cierto punto de los artesanos individuales, se convierten ahora en funciones de la organizacin productiva como un todo. El obrero se enfrenta con las potencias intelectuales del proceso material de la produccin como con la propiedad del otro, como con un poder dominante (pg. 361). El proceso que comenz en la cooperacin simple, donde el capitalista represen-taba para el obrero el poder y la voluntad del trabajo asociado, se hizo ms pronunciado en la manufactura, que redujo al obrero a la condicin de trabajador parcelario. Si en la manufactura la revolucin en los medios de produccin comenz con la organizacin de la fuerza de trabajo, en la indus-tria moderna se inici con los instrumentos de produccin. Para Marx, la maquinaria y su empleo en la industria moderna es la fase ms importante del desarrollo del modo capitalista de produccin. Aunque en sus comienzos se funda totalmente en la manufactura, la produccin mecnica se aparta luego del sistema anterior.

    120 121

  • En contraste con la manufactura, donde el proceso productivo se a-d-ji-Dfiba--la-s-hagi-lidades - del obrero, el sistema

    .mecnicooblig

    al obrero a adaptarse a la mquina. Desaparece el principio sub-jetivo y se examina objetivamente todo el proceso. Se divide la produccin en una sucesin de fases, y se resuelve cada una de estas fases por medio de mquinas. Ahora se considera al sistema total ms eficiente cuanto ms continuo es el proceso, cuanto menos interrupciones hay entre sus diversas fases y cuanto mayor es el uso que se hace de la maquinaria para pasar de una fase a otra, en lugar de efectuar el cambio manualmente. En su examen del desarrollo del modo capitalista de produccin, Marx fue uno de los primeros que describi en forma detallada el cambio del papel del obrero y los efectos de la mquina sobre l. Explic, por ejemplo, cmo la vieja divisin del trabajo, aun-que desplazada por la maquinaria, se mantena en la fbrica bajo una forma ms horrible an. La especializacin vitalicia en el manejo de una misma herramienta , seconviTthra en la

    espe-cjalizacin vitalicia en l cuidado de una misma mquina.--De esta manera, la dependencia del obrero con respecto a la fbfica y, por lo tanto, al capitalista es completa. En la manufactura, -eroWero usaba la herramienta; en la fbrica, la mquina lo usa a 0.--Errias circunstancias, las facultades intelectuales del obrero

    se- viil-v-ri siiISEffluai y desaparecen ante las gigantescas fuerzas Isicas de 'a organizacin fabril total y la mente que tras ella se oculta. Marx considera crtica esta fase del desarrollo del modo capita-lista de produccin. En el curso de ella, la industria moderna acelera la concentracin del capital y conduce al predominio ex-clusivo del sistema fabril. Destruye todas las formas anteriores de produccin y las reemplaza por la moderna forma capitalista y por el poder directo y manifiesto del capital. Pero dicho proceso, segn Marx, tambin engendra la oposicin directa al imperio del capital. El proceso que lleva al poder del capital tambin lleva a las contradicciones y antagonismos de la forma capitalista de produccin, con lo cual crea, junto con los elementos necesarios para la formacin de una nueva sociedad, las fuerzas para destruir la vieja (pg. 503). Resulta claro, pues, que para Marx el desarrollo de las fuerzas pi-oductivas bajo el capitalismo, desarrollo que es la base social y tcnica de la futura emancipacin del hombre, era, hasta enton-ces, una manifestacin de la creciente alienacin de este. El hom-bre pierde cada vez ms el control del proceso de produccin. Solo con la prdida creciente de sus facultades humanas dado-ra-s7-Crifribilye el obrero al incremento de la organizacin produc-tiVi.Por lo tanto, lejos de abandonar el concepto de alienacin, Marx aguz y concreto su significado: lo vincul con la desbuma-nii.icin cada da mayor del hombre en las condiciones del capi-talismo industrial. La rplica revolucionaria de Marx a esta situacin es bien cono- cida: si bien nunca podr abolirse totalmente el trabajo pues es el proceso por el cual los hombres producen y reproducen su

    vida misma en cambio puede eliminarse de la experiencia hu-mana el trabajo alienado, la explotacin y la opresin. Quienes sufren ms directamente por estas condiciones, los trabajadores, tarde o temprano las juzgarn intolerables y arrancarn el capital y el poder de las manos de sus opresores. A partir de entonces, y-con la posterior abolicin de las clases y de los conflictos de clases, los hombres podrn algn da llegar a una situacin en la que el libre desarrollo de cada uno conduzca al libre desarrollo de todos>. A los ojos de la posteridad, pues, y aunque sus contemporneos no las hayan juzgado de igual modo, las ideas de Marx fueron las ms acuciantes de todas las expuestas en el transcurso del siglo xix. En nuestro siglo se hicieron revoluciones en su nombre, y formas diversas de marxismo continan agitando a grandes masas humanas en todo el mundo. En este libro no podemos ni siquiera comenzar a estudiar dicho fenmeno ni la relacin de los diversos marxismos con el original. En cambio, nos con-centraremos en' la reaccin intelectual frente a Marx (y al mar-xismo), que tuvo lugar despus de su muerte en los diversos crculos acadmicos de Europa. Esto nos lleva al segundo tema de este libro: la reaccin crtica frente a Marx; pues de igual modo que la sociologa surgi en el siglo xIx como parte de la reaccin conservadora frente a la filosofa del Iluminismo, as tambin en el siglo xx una gran por-cin de la sociologa tom forma en el choque crtico con las teoras de Karl Marx.

    122 123