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En un café, dos personas con- versan sobre la confección de un poemario. ¿Cuántas páginas tie- ne el poemario? Treinta. Bueno, hay que agregarle más; llévalo al menos a 50. Ya basta de libritos, hay que trabajar el libro. La brevedad es un problema. Eso parece sugerir uno de los perso- najes del diálogo. Pero ¿por qué es un problema? Si bien 50 pági- nas también son pocas para un libro, si lo comparamos con uno de casi cualquier otro género, 30 ya es muy, muy poco; apenas se construye sentido en ese espacio. Al respecto, nos preguntamos si esto tendrá que ver con una concepción de gran discurso o relato literario. No lo sabemos. Después de todo, ¿qué significa “gran discurso o relato literario”? En todo caso, la brevedad suele presentar un problema porque generalmente viene de la mano de otra traba: el fragmento. Es- te, sin duda, es peor, ya que lo normal es que los fragmentos no construyan sentido; puede que lo sugieran, pero no com- pletan nada. Luego, un texto hecho de fragmentos es, si se quiere, “aliterario”. Cuando hacemos zapeo (zap- ping) no vemos televisión, ha- cemos zapeo. ¿Es igual en la relación fragmento-poema? +6 entretanto. LA VERDAD Maracaibo, 17.03.2012 EspAcio LitERARio sobre un libro, 50 años después isAbEL cRistinA MoRán [email protected] “Esta es, incrédulos del mundo entero, la verídica historia de la Mamá Gran- de, soberana absoluta del reino de Macondo, que vi- vió en función de dominio durante 92 años y murió en olor de santidad un martes del setiembre pa- sado, y a cuyos funerales vino el Sumo Pontífice”. Este acontecimiento parali- zó a extraños y a propios, po- licías y hasta la máxima au- toridad de por esos lados. Fue una “conmoción nacio- nal”, el evento del siglo, na- rrada algún tiempo después por historiadores y, 50 años más tarde, recordada aquí, en esta columna, a propósito de sus cinco décadas y los 85 de su autor, el colombia- no Gabriel García Márquez. Son ocho relatos y todos están dedicados al coco- drilo sagrado; eso dice la tercera página. El último es el que hace honor al tí- tulo de la obra. Las histo- rias son “La siesta del martes”, “Un día de estos”, “En este pueblo no hay la- drones”, “La prodigiosa tarde de Baltazar”, “La viuda de Montiel”, “Un día después del sábado” y “Rosas artificiales”. Yo solo fui al velorio y cami- né a oscuras, de negro y cuello tortuga. Me topé con María del Rosario Castañe- da y Montero, Mamá Gran- de, dueña absoluta del pue- blo de Macondo, y quien es el personaje principal; bue- no, ella y sus funerales. Vi a Nicanor, su sobrino mayor, y a Magdalena, la menor de sus sobrinas, la que hizo vo- tos de santidad y renunció al mundo para unirse a la Iglesia. Aquel padre, perso- naje de Cien años de sole- dad y que no puede valerse por sí solo, sí, Antonio Isa- bel, también destaca en es- ta historia. Al coronel Aure- liano Buendía ya lo conocía bien. Aquí él es un revolu- cionario retirado a quien la abuela de la Mamá Grande se enfrentó en 1875. El pre- sidente de la República y el Sumo Pontífice represen- tan al Gobierno nacional y a la Iglesia católica. Al momento de escribir es- tas líneas apenas me aden- traba en esta historia. Compré el libro porque siempre lo quise, y cuando lo toqué, tan verde y de bol- sillo, con una casa llena de muñequitos vestidos como de mariachi, con guitarra y sombrero, me enamoré. Tiene una portada muy co- lorida. Las figuras se ven todas apretadas, unas en- cima de la otra, pero yo los veo cómodos por ser el abreboca de estos cuentos. Es una edición vieja. La edi- torial es La Oveja Negra, de Lima, y en la contraportada imprimieron una foto gran- de y a color de García Már- quez. No voy a decir si es bueno o malo, pero sí que es referencia de la literatura latinoamericana y que los invito a vivirlo. Los más vendidos Virgen a los treinta, de Vivian Sleiman, sigue en la cúspide de los libros más vendidos en Venezuela, según la librería Tecni- ciencia. Cabayo de Troya 1. Jerusalén y Juegos de tronos se ubican en el segundo y tercer lugar, respectivamente. Para esta semana A propósito del Día de la Poesía, habrá un recital en el Teatro Bellas Artes este 21 de marzo. En la biblioteca pública presentarán el 23 la colección de poesía De 5 en 5. Microcuento EL EjE DEL MAL (ii) AUTOR: ISABEL CRISTINA MORáN ILUsTRACIón: DIEGO J. MORENO. C. S oy un fenómeno so- brenatural que se aproximó a la tierra para destruirla. Mis últimas víctimas fueron cier- tos pobres hombres y mujeres de un caserío pequeño. Eso fue la semana pasada. Con la explosión que provoqué salie- ron volando por el espacio mi- llones y millones de partículas envenenacorazones que caye- ron sobre ese mundo. Lo hice con el fin último de hacerme sentir, de dejar claro quién manda aquí, quién tiene el po- der y el control. Manténganse atentos, ya les doy detalles: Mi figura es redonda, grande y amarilla, soy un astro, como el sol. Vivo donde no hay nunca estrellas ni luz. Mi núcleo es un hervidero constante de malin- tención. Lanzo latigazos de fue- go que queman. Tengo la capa- cidad de hacer explosiones con- pues estuvieron a punto de aborrecerse casi como yo a ellos. Produje desequilibrio, di cabida al orgullo, al egoísmo, me tragué la confianza, e inclu- so introduje a terceros para que coquetearan con la infidelidad. Aquellos amigos enamorados estaban desintegrándose, vol- viéndose polvo…pude borrarlos de la historia de un soplido, un paso más y acababa con tanto amor, tanta cursilería, ridiculez. Pero no, no pude, ahora están mejor que antes. El muy maldito del odio me traicionó. En vez de separarlos con intrigas los unió. Lamento admitir que no los destruí, que ahora mismo se be- san y se acarician, se miran a los ojos y se dicen cuánto se aman. Y mientras tanto me pudro entre mi propia mugre. tima fue la más alta en intensi- dad, 10 de 10. Esa fue la que escupí a ese mundo recién na- cido la semana pasada. Así fue porque sí, porque soy malo. No me gusta ver a nadie ser feliz. Me molesta, me acelera ese proceso interno de repro- ducción de partículas envene- nacorazones, por eso disparo fuego a todos lados. Hace algún tiempo juré ha- cer de las vidas humanas añi- cos. Mis primeras víctimas fueron dos jovencitos insepa- rables que terminaron empa- rejados. Los odié simplemente porque se veía que podían co- merse el mundo. Entonces mi núcleo hirvió e hirvió, se con- trajo rápidamente, cada vez con más fuerza, hasta que ex- pulsé todas las cosas malas concentradas en dos partícu- las dirigidas a esos dos. Por un momento tuve éxito, pensé que lograría separarlos, troladas. Mi récord es de 13 mil llamaradas en 48 horas, y cada una desprende un sinnúmero de partículas que al caer se hacen comestibles. El camino del es- pacio a la tierra las enfría, y de su revolución interna nacen co- lores que se exteriorizan. La úl- CADA 21 DE MARZO SE CONMEMORA LA FECHA. Aquí APuNTES SOBRE ASPECTOS DE ESTE GÉNERO En EL DíA DE LA POESíA MEnción EspEciAL Isabel Cristina Morán. Es- cribir es un ejercicio constante, es ensayo y error, una lucha con las palabras, de descon- fianza del sentido. Esta premi- sa la encierra Un decir errado, poemario de Miguel ángel Hernández, ganador de una mención especial del primer Concurso Nacional de Poesía Delia Reginfo. Su texto le valió la publicación en Sur Editores. Envió sus versos en no- viembre del año pasado, y el 10 de este mes se enteró del vere- dicto final. “Este poemario ya había participado en otros concursos, pero aún tenía que madurar varias cosas, así que lo edité varias veces, retoqué los textos, le quité cosas, etc.”. Maracaibero, poeta y corrector de textos de La Verdad. A sus 28 años, ha escrito libros como Cotidiano, de la mano del Proyecto Latinoamericano de Unión Poética (PLUP), Antología del descapotable y varios textos más en revistas literarias. Una historia como inicio TexTOs: MIGUEL áNGEL HERNáNDEz. El 3 de noviembre de 2010 se llevó a cabo un conversatorio so- bre grupos literarios en Maracai- bo organizado por Per-versos. En el texto que funcionó como presentación (cf. http://pinipo- nia.blogspot.com/2010/11/pro- posito-del-conversatorio-sobre. html) y en el diálogo posterior una cosa se puso de manifiesto: grupos literarios, en sentido es- tricto, el que tradicionalmente ha tenido, no existen o son muy raros en esta “sanguinolenta playa” (Norberto J. Olivar). Los grupos o colectivos que in- tentan algo en dicha dirección apuntan más bien a la revisión, a la relectura, a repasar una tra- dición literaria que se llevan con más facilidad las termitas, an- tes que un estudiante o lector promedio dé con esta. La anéc- dota viene al caso porque, si es cierto que en la actualidad no funcionan los grupos literarios -en el sentido que ya vimos-, este hecho podría ser una evi- dencia (más) de que las formas de acercarnos al poema, la con- cepción, la lectura y la produc- ción de poesía, han cambiado. Por ejemplo, a veces un tweet o una actualización de estado en Facebook son de hecho poemas y -tal vez de mayor importancia- suelen comportar una experien- cia aún más cercana de lo coti- diano (¿de lo contemporáneo?). Luego, el ejercicio colectivo de la poesía no puede ser el mismo si aceptamos este panorama. Por supuesto, este es un tema que da para un diálogo extenso y que supera con creces el espacio de que disponemos ahora mismo. Es necesario construir un diálogo, bien sea en blogs, conversatorios, redes sociales, etc. (Hasta donde estas herramientas soporten.) Entonces, ¿cuál es el estado de la poesía en Maracaibo? ¿Tiene sentido la pregunta? No sabemos. Quedan las pre- guntas para intentar el diálogo. Este texto se escribe por del Día Mundial de la Poesía, que se celebra el 21 de marzo, se- gún proclamación de la Unesco.

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En un café, dos personas con-versan sobre la confección de un poemario. ¿Cuántas páginas tie-ne el poemario? Treinta. Bueno, hay que agregarle más; llévalo al menos a 50. Ya basta de libritos, hay que trabajar el libro.

La brevedad es un problema. Eso parece sugerir uno de los perso-najes del diálogo. Pero ¿por qué es un problema? Si bien 50 pági-nas también son pocas para un libro, si lo comparamos con uno de casi cualquier otro género, 30 ya es muy, muy poco; apenas se construye sentido en ese espacio.

Al respecto, nos preguntamos si esto tendrá que ver con una concepción de gran discurso o relato literario. No lo sabemos. Después de todo, ¿qué significa “gran discurso o relato literario”?

En todo caso, la brevedad suele presentar un problema porque generalmente viene de la mano de otra traba: el fragmento. Es-te, sin duda, es peor, ya que lo normal es que los fragmentos no construyan sentido; puede que lo sugieran, pero no com-pletan nada. Luego, un texto hecho de fragmentos es, si se quiere, “aliterario”.

Cuando hacemos zapeo (zap-ping) no vemos televisión, ha-cemos zapeo. ¿Es igual en la relación fragmento-poema?

+6

entretanto. LA VERDAD Maracaibo, 17.03.2012

EspAcioLitERARio

sobre un libro,50 años despuésisAbEL cRistinA MoRá[email protected]

“Esta es, incrédulos del mundo entero, la verídica historia de la Mamá Gran-de, soberana absoluta del reino de Macondo, que vi-vió en función de dominio durante 92 años y murió en olor de santidad un martes del setiembre pa-sado, y a cuyos funerales vino el Sumo Pontífice”.Este acontecimiento parali-zó a extraños y a propios, po-licías y hasta la máxima au-toridad de por esos lados. Fue una “conmoción nacio-nal”, el evento del siglo, na-rrada algún tiempo después por historiadores y, 50 años más tarde, recordada aquí, en esta columna, a propósito de sus cinco décadas y los 85 de su autor, el colombia-no Gabriel García Márquez.Son ocho relatos y todos están dedicados al coco-drilo sagrado; eso dice la tercera página. El último es el que hace honor al tí-tulo de la obra. Las histo-rias son “La siesta del martes”, “Un día de estos”, “En este pueblo no hay la-drones”, “La prodigiosa tarde de Baltazar”, “La viuda de Montiel”, “Un día después del sábado” y “Rosas artificiales”.Yo solo fui al velorio y cami-né a oscuras, de negro y cuello tortuga. Me topé con María del Rosario Castañe-da y Montero, Mamá Gran-de, dueña absoluta del pue-blo de Macondo, y quien es el personaje principal; bue-no, ella y sus funerales. Vi a Nicanor, su sobrino mayor, y a Magdalena, la menor de sus sobrinas, la que hizo vo-tos de santidad y renunció al mundo para unirse a la Iglesia. Aquel padre, perso-naje de Cien años de sole-dad y que no puede valerse por sí solo, sí, Antonio Isa-bel, también destaca en es-ta historia. Al coronel Aure-liano Buendía ya lo conocía bien. Aquí él es un revolu-cionario retirado a quien la abuela de la Mamá Grande se enfrentó en 1875. El pre-sidente de la República y el Sumo Pontífice represen-tan al Gobierno nacional y a la Iglesia católica.Al momento de escribir es-tas líneas apenas me aden-traba en esta historia. Compré el libro porque siempre lo quise, y cuando lo toqué, tan verde y de bol-sillo, con una casa llena de muñequitos vestidos como de mariachi, con guitarra y sombrero, me enamoré. Tiene una portada muy co-lorida. Las figuras se ven todas apretadas, unas en-cima de la otra, pero yo los veo cómodos por ser el abreboca de estos cuentos. Es una edición vieja. La edi-torial es La Oveja Negra, de Lima, y en la contraportada imprimieron una foto gran-de y a color de García Már-quez. No voy a decir si es bueno o malo, pero sí que es referencia de la literatura latinoamericana y que los invito a vivirlo.

Los más vendidosVirgen a los treinta, de Vivian Sleiman, sigue en la cúspide de los libros más vendidos en Venezuela, según la librería Tecni-ciencia. Cabayo de Troya 1. Jerusalén y Juegos de tronos se ubican en el segundo y tercer lugar, respectivamente.

Para esta semanaA propósito del Día de la Poesía, habrá un recital en el Teatro Bellas Artes este 21 de marzo. En la biblioteca pública presentarán el 23 la colección de poesía De 5 en 5.

MicrocuentoEL EjE DEL MAL (ii)

AUTOR: ISABEL CRISTINA MORáN ILUsTRACIón: DIEGO J. MORENO. C.

Soy un fenómeno so-brenatural que se aproximó a la tierra para destruirla. Mis

últimas víctimas fueron cier-tos pobres hombres y mujeres de un caserío pequeño. Eso fue la semana pasada. Con la explosión que provoqué salie-ron volando por el espacio mi-llones y millones de partículas envenenacorazones que caye-ron sobre ese mundo. Lo hice con el fin último de hacerme sentir, de dejar claro quién manda aquí, quién tiene el po-der y el control.

Manténganse atentos, ya les doy detalles:

Mi figura es redonda, grande y amarilla, soy un astro, como el sol. Vivo donde no hay nunca estrellas ni luz. Mi núcleo es un hervidero constante de malin-tención. Lanzo latigazos de fue-go que queman. Tengo la capa-cidad de hacer explosiones con-

pues estuvieron a punto de aborrecerse casi como yo a ellos. Produje desequilibrio, di cabida al orgullo, al egoísmo, me tragué la confianza, e inclu-so introduje a terceros para que coquetearan con la infidelidad. Aquellos amigos enamorados estaban desintegrándose, vol-viéndose polvo…pude borrarlos de la historia de un soplido, un paso más y acababa con tanto amor, tanta cursilería, ridiculez.

Pero no, no pude, ahora están mejor que antes. El muy maldito del odio me traicionó. En vez de separarlos con intrigas los unió. Lamento admitir que no los destruí, que ahora mismo se be-san y se acarician, se miran a los ojos y se dicen cuánto se aman. Y mientras tanto me pudro entre mi propia mugre.

tima fue la más alta en intensi-dad, 10 de 10. Esa fue la que escupí a ese mundo recién na-cido la semana pasada.

Así fue porque sí, porque soy malo. No me gusta ver a nadie ser feliz. Me molesta, me acelera ese proceso interno de repro-ducción de partículas envene-nacorazones, por eso disparo fuego a todos lados.

Hace algún tiempo juré ha-cer de las vidas humanas añi-cos. Mis primeras víctimas fueron dos jovencitos insepa-rables que terminaron empa-rejados. Los odié simplemente porque se veía que podían co-merse el mundo. Entonces mi núcleo hirvió e hirvió, se con-trajo rápidamente, cada vez con más fuerza, hasta que ex-pulsé todas las cosas malas concentradas en dos partícu-las dirigidas a esos dos.

Por un momento tuve éxito, pensé que lograría separarlos,

troladas. Mi récord es de 13 mil llamaradas en 48 horas, y cada una desprende un sinnúmero de partículas que al caer se hacen

comestibles. El camino del es-pacio a la tierra las enfría, y de su revolución interna nacen co-lores que se exteriorizan. La úl-

CADA 21 DE MARZO SE CONMEMORA LA FECHA. Aquí APuNTES SOBRE ASPECTOS DE ESTE GÉNERO

En EL DíA DE LA POESíA

MEnción EspEciALIsabel Cristina Morán. Es-

cribir es un ejercicio constante, es ensayo y error, una lucha con las palabras, de descon-fianza del sentido. Esta premi-sa la encierra Un decir errado,

poemario de Miguel ángel Hernández, ganador de una mención especial del primer Concurso Nacional de Poesía Delia Reginfo. Su texto le valió la publicación en Sur Editores.

Envió sus versos en no-viembre del año pasado, y el 10 de este mes se enteró del vere-dicto final. “Este poemario ya había participado en otros concursos, pero aún tenía que

madurar varias cosas, así que lo edité varias veces, retoqué los textos, le quité cosas, etc.”.

Maracaibero, poeta y corrector de textos de La Verdad. A sus 28 años, ha

escrito libros como Cotidiano, de la mano del Proyecto Latinoamericano de Unión Poética (PLUP), Antología del descapotable y varios textos más en revistas literarias.

Una historiacomo inicio

TexTOs: MIGUEL áNGEL HERNáNDEz.

El 3 de noviembre de 2010 se llevó a cabo un conversatorio so-bre grupos literarios en Maracai-bo organizado por Per-versos. En el texto que funcionó como presentación (cf. http://pinipo-nia.blogspot.com/2010/11/pro-posito-del-conversatorio-sobre.html) y en el diálogo posterior una cosa se puso de manifiesto: grupos literarios, en sentido es-tricto, el que tradicionalmente ha tenido, no existen o son muy raros en esta “sanguinolenta playa” (Norberto J. Olivar). Los grupos o colectivos que in-tentan algo en dicha dirección apuntan más bien a la revisión, a la relectura, a repasar una tra-dición literaria que se llevan con más facilidad las termitas, an-tes que un estudiante o lector promedio dé con esta. La anéc-

dota viene al caso porque, si es cierto que en la actualidad no funcionan los grupos literarios -en el sentido que ya vimos-, este hecho podría ser una evi-dencia (más) de que las formas de acercarnos al poema, la con-cepción, la lectura y la produc-ción de poesía, han cambiado. Por ejemplo, a veces un tweet o una actualización de estado en Facebook son de hecho poemas y -tal vez de mayor importancia- suelen comportar una experien-cia aún más cercana de lo coti-diano (¿de lo contemporáneo?). Luego, el ejercicio colectivo de la poesía no puede ser el mismo si aceptamos este panorama. Por supuesto, este es un tema que da para un diálogo extenso y que supera con creces el espacio de que disponemos ahora mismo.

Es necesario construir un diálogo, bien sea en blogs, conversatorios, redes sociales, etc. (Hasta donde estas herramientas soporten.)

Entonces, ¿cuál es el estado de la poesía en Maracaibo? ¿Tiene sentido la pregunta? No sabemos. Quedan las pre-guntas para intentar el diálogo.

Este texto se escribe por del Día Mundial de la Poesía, que se celebra el 21 de marzo, se-gún proclamación de la Unesco.