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PAUTAS

de las

LAS LECCIONES DE CRISTOLOGIA PARA LAICOS 1

PROF. SERGIO ZAARTU, S.J. 17 noviembre 2004

1 Fueron confeccionadas en 1995-1996.

Para esta reedicin de 2002, se han introducido algunas pequesimas

correcciones y adiciones.

CRISTOLOGIA PARA LAICOS Prlogo Estas pautas corresponden a notas rpidas que fueron confeccionadas como apoyo de un curso de cristologa dado el segundo semestre de 1995 en el programa de extensin Teologa para laicos de nuestra Facultad. Fueron hechas con la premura del correr del curso y no han sido revisadas ni estudiadas con detencin, a la luz de la abundante bibliografa actual. Podran servir de base para la confeccin de un futuro texto de cristologa. Lo ms fundamental que pretendan era una presentacin de conjunto del misterio de Cristo. Ms especificaciones al respecto se dan en el ltimo acpite sobre mtodo. Buena base de estas pautas fueron mis apuntes y publicaciones anteriores, con nueva profundizacin en varios puntos. Todo fue saliendo con cierto orden en respuesta a una pregunta vital sobre mi visin personal de la cristologa. Agradezco, pues, a la Facultad y a los alumnos que me brindaron esta ocasin. Espero algn da poder llegar a un texto. Agregu un apndice sobre mariologa, para enriquecer la visin cristolgica, otro sobre algunas cristologas contemporneas y un ltimo sobre cristologa de los sinpticos, dado que ya antes haba hablado de la cristologa de Pablo, Jn, etc. El apndice sobre cristologas contemporneas fue aadido para conservar en el mismo ejemplar todo lo producido para la docencia este semestre. Me excuso de presentar estas pautas en este estado tan temprano de elaboracin, pero los alumnos las necesitan. Comenc hacindolas para el curso de laicos, pero despus mi fui preocupando de dar alguna respuesta, a nivel de estos apuntes, al cuestionario del examen final de Bachillerato en Teologa. Las presento, pues, con esta doble intencin. Termino con las palabra de Agustn (De Trin XV, 28, 51): "T das [Seor] fuerzas para buscar al que hiciste que te encontrara y a quien diste esperanza de encontrarte ms y ms. Delante de ti est mi solidez y m debilidad: conserva aqulla y sana sta. Delante de ti est mi ciencia y m ignorancia: donde me abriste, recibe al que entra; donde me cerraste, abre al que llama. Que te recuerde, que te comprenda, que te ame! Aumenta esto en m hasta que me reformes integramente." Santiago, 9 de Enero de 1996

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CRISTOLOGIA PARA LAICOS INDICE pp. 3-10 Prlogo p. 2 Introduccin p. 11 A) LA ESPERA MESIANICA DEL A. T. p. 12 La profeca de Natn y sus repercusiones. Mesas sacerdotal y mesas proftico. El Hijo del Hombre. Pluralismo de mediadores esperados. B) JESUS DE NAZARET p. 14 Introduccin. Historia y relatos evanglicos. Hermenetica eclesial. La importancia del Jess terreno. Los dos estadios de Jess. Acceso en el Espritu. Centro en Pascua. Personalidad y actuacin. Forma de ensear. Autoridad. Personalidad. Relacin al Padre. Sinopsis de su vida. Diferencia con Juan Bautista. Sentido de los milagros. El reino y el amor. La voluntad del Padre. El escndalo que provoca. Hombre de Dios y para los dems. Sus predilectos. Su intencin y su lucha. Ms que un rab. Mensaje de Jess. El reinado de Dios. Su raz A. T. Su cercana. Presencia misteriosa del reino. Dios creador cercano. Padre amante. El reino como don, perdn y victoria. Bienaventurados. Los milagros. La fe pascual no se basa en ellos. Milagrero. Qu es un milagro? Los milaros como signos del reino. La pretensin de Jess. El reino viene en la palabra y obra de Jess. Cristologa implcita. La decisin frente a Jess. Discpulos. Dichos que lo implican, y comportamiento. Exigencias inauditas. Servidor. Ttulos: Cristo, Hijo del Hombre (presente, pasin y futuro), 'Hijo de Dios', profeta. La muerte de Jess. Crucificado. Causas prximas. Autocomprensin de su muerte. Su muerte en la perspectiva de su mensaje. Muerte redentora. Soledad en la muerte. La autoconciencia de Jess. Conciencia divina y conciencia mesinica. No es el simple hijo de David. Su pretensin y su actitud soberana. Las manifestaciones del Padre. La relacin de Jess con el Padre. La diferencia entre Jn y sinpticos. Crecimiento? C) LA RESURRECCION NEOTESTAMENTARIA. Y EL DESARROLLO DE LA CRISTOLOGIA

p. 23 Resurreccin y relatos de encuentro. El asunto de Jess contina. El centro del kerygma. Los testigos. Los relatos. El sepulcro vaco. Las apariciones. Transhistoria. Kerygma y cristologas ms primitivas. Las frmulas primitivas y sus primeros desarrollos. El kerygma paulino y el de Hch. Pronta parusa. Cristologa de la exaltacin. De la carne al espritu. Rey mesinico. Algunso rasgos de la cristologa de las epstolas paulinas. Flp 2, 6-11. El mesas crucificado. Cruz y resurreccin como salvacin. El Seor que se le apareci. Seor presente y futuro.

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CRISTOLOGIA PARA LAICOS Seor de la comunidad y del cristiano. Hijo de Dios, preexistente, muerto y resucitado, y que vendr. Imagen de Dios. Enviado para... Cristo como divino. Cristo como ltimo Adn. Rm 5, 12-21. Col 1, 15-20. Escatologa y protologa. Algunos rasgos de la cristologa de Juan. La gloria y la carne. Los ttulos. Logos hecho carne. Revelador enviado por el Padre. El juicio escatolgico. 20, 28. El Hijo. Prlogo. Descenso y vuelta del Hijo del Hombre. Revelador del Padre. La autorrevelacin. El sacrificio vicario. La unidad con el Padre y la subordinacin. El Parclito. La mutua glorificacin. La vida eterna. Algn otro aporte de la cristologa neotestamentaria. Hb: Hijo. Sumo sacerdote. Purificacin de los pecados. Entrada en el santuario celeste. Alcanz su perfecin. Sin pecado. Experiment la obediencia. Mediador de la Nueva Alianza. Una vez para siempre. Ap: Parusa. Urgencia. Ya triunfa. El Cristo de la introducciny de las cartas. El cordero inmolado. Las bodas. La Jerusaln celeste. El culto actual en el cielo. El rapto del nio. El vencedor. El trono de Dios y del cordero. Explicitacin progresiva de la divinidad y preexistencia. El testimonio de Ignacio. D) EL DOGMA CRISTOLOGICO EN LA ANTIGEDAD p. 33 La inculturacin en la antigedad. El Logos consubstancial de Nicea. La divinidad del Espritu. Las relaciones intradivinas. Adopcionismo y docetismo respecto a la Encarnacin. La cristologa antioquena de la separacin y sus herejas. La cristologa alejandrina de la unin (Logos-carne) y sus herejas. La oscilacin hasta ahora entre ambas. Concilio de Calcedonia y su repercusin. La mala lectura de Calcedonia. En-personalizacin de la naturaleza humana de Jess. Jess como plenitud de la humanidad. La doble voluntad y operacin. El modo filial de la libertad. La oracin del huerto. E) REDENCION p. 38 Anhelo y experiencia de salvacin. Anhelo de plenitud. El concepto de salvacin. necesidad de redencin. Anhelo de un salvador. La experiencia de salvacin segn la Biblia. Dificultad del tema de la salvacin . Delimitaicn del tema a la obra de Cristo. Tema omnipresente. Categoras no distintas y demasiado humanas. Poco magisterio. Algunas categoras de salvacin segn el N. T. Entrega voluntaria y obediente. Amor de Dios y mutua glorificacin. Unico mediador y ltimo adn. Muri por nuestros pecados. El sacrificio del sumo Sacerdote segn Hb. Otras expresiones sacrificiales. La categora de redencin. La victoria. Resucit para nuestra justificacin. Exaltado y espritu vivificante. Jn 10, 17s; Ef 5, 2; Jn 3, 16; Rm 8, 32; Rm 5, 19; Flp 2, 8s; Jn 17, 1; Hb 4, 15; 1Tm 2, 5; 1Co 15, 21s.45-49; 2Co 5, 14; Ef 2, 6; 2Co 5, 21; 8, 9; 1Co 15, 3; Is 52, 13-53, 12; Gb 9, 11-14.24; 2, 17; 5, 9; Ap 5, 6; 12, 11; Jn 1, 29; 1Jn 2, 2; Jn 1, 29; Rm 3, 24s; Tt 2, 14; Hch 20, 28; Col 1, 20; 1Jn 4, 14; Mc 10, 45par; Hb 2, 14s; Jn 8, 30; Ga 5, 1; Rm 8, 2; Ga 4, 4s; Col 2, 14s; Rm 4, 25; 5, 10; Ap 1, 18; 1Co 15, 45; Rm 14, 9; Ef 4, 9s; Ef 2, 5s; 1Co 15, 20-22. El pensamiento de los Padres de la Iglesia. Aspectos de la salvacin realzados por Alejandra y Antioqua. Iluminacin, victoria, divinizacin y sacrificio expiatorio. El triunfo del salvador celestial (apologistas). Salvacin de la carne (Ireneo y Tertuliano). Gnosis cristiana (Clemente y Orgenes). El Logos y el emperador (Eusebio). Centro en la Encarnacin divinizadora (Atanasio). Progresiva asuncin de la carne; mritos y satisfaccin (Hilario). Asuncin progresiva de la naturaleza humana (Gregorio de Nisa). Redencin y sacrifico de

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CRISTOLOGIA PARA LAICOS reconciliacin del mediador; revelacin salvadora; justa victoria sobre el demonio (Agustn). La necesaria redencin del alma por nuestro modelo; la resurreccin como centro (Teodoro de Mopsuestia). El Logos se uni a la carne; el sacerdocio del mediador en la cruz (Cirilo de Alejandra). El Verbo se hizo hombre para que nos hiciramos hijos de Dios; la doble consubstancialidad; la victoria sobre el demonio (Len Magno). Encarnacin (compenetracin de lo divino y humano en la persona del Logos) como centro del regreso hacia Dios (Mximo el Confesor). La satisfaccin de Anselmo (1109) y el esbozo sistemtico de Toms (1274). Anselmo: el restablecimiento del orden por el valor infinito de la muerte voluntaria de Cristo. La crtica de Gonzlez Faus. La conveniencia de la satisfaccin segn Toms. Toms: Mediador y sacerdote en cuanto hombre. Vctima sacrificial. Satisfaccin, mrito y redencin. Causa eficiente instrumental. Tambin mediante su resurreccin: causa cuasi instrumental y ejemplar. La reaccin protestante. Centrados en la justificacin (soteriologa). Cristo recibe nuestro castigo. Se nos imputa su justicia. Algunas aclaraciones conceptuales. Sacrificio (consagrar; valor en la obediencia y amor; aceptacin por la resurreccin). Redencin. La inadmisible substitucin penal. Satisfaccin vicaria. Todo bajo el amor. Revelacin de Dios y del hombre. Mrito estricto. Hb 10, 5-10. La posicin crtica de B. Sesbo en NRT. Reactivo. No hay una definicin magisterial. Categoras como la divinizacin. Contra la compensacin. Pecado del asesinato y amor reconciliador. Salvacin del pecado y de la finitud. Movimiento descendente (divinizacin, justificacin, redencin y liberacin) y ascendente ( sacrificio y expiacin). Los cortocircuitos. La categora de reconciliacin. Moingt: Sacrificio de fe y amor. Contra compensacin penal. Restaura destruyendo nuestra incredulidad. Irrupcin del Espritu. Hace justicia al hombre restaurndolo. Consideraciones finales. Salvador por la doble consubstancialidad. Solidaridad. Encarnacin y Pascua. Sacrifico que reconcilia y establece primaca de Cristo. Convena que nuestra restauracin y divinizacin fuera a travs del Verbo. Asuncin de la naturaleza humana y proceso progresivo de salvacin. Cristo contina salvando. Sentido salvador de la Encarnacin y Pascua. Plan de Dios desde la creacin a la consumacin. Salvacin y revelacin. Salvacin integral, pero que culmina al final; personal y social. Tensin escatolgica. Los mesianismos terrenos. Liberacin espiritual, y trabajo y sufrimiento actual. Iglesia y reino de Dios. Salvacin interior y exterior. Milenarismo. Salvacin y creacin. Compromiso y criticidad. Conclusin. F) DIVERSOS ENFOQUES CRISTOLOGICOS ACTUALES p. 62 El camino recorrido y sus deficiencias. Anhelos. La crtica a la frmula de Calcedonia. Debilitamiento de la unidad e integralidad de la cristologa bblica. Vuelta a la Escritura. Teologa narrativa. Los misterios de la vida de Cristo y su contemplacin. La propuesta de Sesbo. Diversos enfoques actuales. De la eclesiologa a la cristologa. Jess el Cristo como el universal concreto. Celebracin de 1.500 aos de Calcedonia. Esbozos cosmolgico, antropolgico e histrico. Peligro de reduccionismo. El redescubrimiento del Jess histrico. Algunas cristologas contemporneas. Cristologa de autorrevelacin(Barth), de fe existencial (Bultmann), de correlacin (Tillich). Punto de partida cristolgico trascendental (Rahner), de

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CRISTOLOGIA PARA LAICOS historia universal (Panenberg), escatolgico prctico (Moltmann), evolutivo csmico (Teilhard). Cristologas liberacionistas (A. L.). Tareas de la cristologa hoy. Orientacin histrica. Alcance universal. Soteriologa. Una cristologa para A. L. G) ASPECTOS DE LA ENCARNACION p. 69 1) El lugar que ocupa Cristo en el plan de Dios El Hijo de Dios se hizo hombre por nosotros y por nuestra salvacin. 1Tm 1, 15; Jn 17, 1s; Rm 5, 6-8. Cristo redentor es el fin de todo el universo. Ef 1,9s; 1Co 15, 27s. Controversia sobre la finalidad de la Encarnacin: Escoto y su crtica. Toms y su crtica. Otras posturas. Profundizacin de los conceptos de salvacin y gloria. Gonzlez Faus. DS 3676; 4345. 2) El misterio de la knosis Knosis, Trinidad e historia. Jn 1, 14; Flp 2, 6-8. La knosis como ocultamiento de la divinidad y de la gloria. El olvido de la knosis. La knosis del Padre. La misin del Logos e Hijo de rehacer la imagen. Toda la Trinidad acta la Encarnacin. Un nuevo orden. 1Co 15, 42-49. Hombre para siempre. 3) La unin hyposttica. Resumen de la doctrina de los concilios antiguos. Unin en la persona. Las naturalezas no son simtricas respecto a la persona. La soteriologa del dogma patrstico. No es hijo adoptivo. Una adoracin. Comunicacin de propiedades. Naturaleza humana creada por la asuncin. No es un otro hombre. La persona divina pas a ser encarnada, se human. La enpersonalizacin. Instrumento unido. La Encarnacin culmina en la resurreccin. Concepto de naturaleza y persona. Teora escotista y tomista de por qu la naturaleza humana de Jess no es persona. Jess el hombre pleno (Rahner). 4) La naturaleza humana de Jess a) Santidad y gracia Hb 4, 15; Jn 10, 36; Is 11, 1-3; 61, 1; Hch 3, 14; Hb 7, 26; Jn 1, 16; Lc 4, 13; Hb 2, 18; 5, 7s; 4, 15; 2Co 5, 21. Gracias a la asuncin hyposttica por el Verbo y mediante la operacin del Espritu Santo, la humanidad de Cristo es santa con santidad substancial. Gracia de unin. Impecable. Tentado. Asumi nuestros pecados por compasin. Cristo tambin tiene santidad habitual por su plenitud de gracia santificante, virtudes y dones. La gracia capital. b) La libertad humana Herejas al respecto. Dos voluntades y dos operaciones. Lo humano no se opone a lo divino, sino que est divinizado. Importancia de la libertad de Jess para nuestra salvacin. Su voluntad humana en el huerto. Definicin de la libertad de opcin. Flp 2, 8s; Rm 5,12ss; Jn 10, 18; Hb 5, 8. DS 1529; 2003 Explicaciones teolgicas. Precepto riguroso y mrito. Concrecin de la impecabilidad mediante gracias eficaces. La visin beatfica no es obstculo, porque tambin es 'viator'. Tena visin beatfica? La libertad de espontaneidad. b) Ciencia y conciencia Jn 2, 25; 6, 64; 1, 18; 8, 26; Mc 13, 32par; Lc 2, 40.52; Hb 5, 8; Jn 12, 49; Jn 2, 4. Adems de la ciencia divina, se ha de reconocer en Cristo una ciencia humana. Cristo tuvo ciencia adquirida, que fue verdaderamente desarrollndose. La alta autoconciencia del

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CRISTOLOGIA PARA LAICOS Jess de Jn. El Jess de los sinpticos (Hb). Los diversos tipos de ciencia. Era necesario para ser hombre y para el mrito. En un plano diferente de la divina. Desde el primer instante de la Encarnacin, Cristo tuvo en su alma la visin intuitiva de Dios. La ignorancia de Jess en la poca patrstica. DS 474-476. La triple ciencia escolstica. La reciente polmica sobre el yo y la conciencia humana de Jess. Problemas de este siglo e intervenciones del magisterio. DS 3430-3435; 3645- 3647; 3812; 3924. La proposicin de Rahner (conocimiento a-conceptual y no beatfico, etc.). Comentarios de Gonzlez Faus y de Duquoc. d) Fe y oracin. La fe en oposicin a visin y la fe como confianza. La confianza de Jess y sus signos. 2Co 5, 7; Hb 11, 1; Rm 8, 24s; Hb 12, 2; Rm 1, 5; Ga 2, 20; Mc 1, 35; Mt 14, 23; Lc 6, 12; Rm 8, 34; Mt 11, 25s; Jn 17. H) EL MISTERIO PASCUAL Y EL FINAL p. 95 1) Pasin y muerte Por la pasin a la resurreccin. El escndalo de la pasin. Segn las Escrituras. El pecado de la crucifixin. Libertad y amor de Jess. Cena y huerto. La pasin y el siervo de Yahweh. Muere por nuestra salvacin. Su sacrificio. La entrega del Hijo. El costado abierto. La madre. Revelacin de la Trinidad. del amor y la gloria. La fuerza del pecado. La muerte que sella la vida. Lc 24, 26s; Ga 2, 20; Hch 2, 36; 8, 28; 1Co 1, 23; Lc 24, 44-46; 1Co 15, 3; 1Ts 5, 10; Hb 6, 6; 10, 25; Mt 27, 25; 23, 37s; Hch 28, 25-28; 1Jn 4, 10; 1Co 15, 4; Flp 3, 10s; Rm 8, 32; Mc 9, 31; Rm 4, 25; Ga 1, 4; 1Co 1, 23-25. 2) Descenso a los infiernos Sepultado. Entre los muertos. 1P 3, 18s. Seor de la muerte y de los infiernos. Descenso a los infiernos. Santo Toms y Grillmeier. Hb 2, 9; Hch 2, 27.31; Rm 6, 4; Mt 27, 52s. 3) Resurreccin, entronizacin y efusin del Espritu El olvido de la resurreccin. Dios, el que resucita a los muertos. Bases antropolgicas para entender la resurreccin. El centro del mensaje. La respuesta de Dios. Constituido Seor y Cristo. Victoria. Nos justifica. Ascendidos en Cristo. Exaltacin. Santuario celeste. Todo poder. Envo del Espritu. Espritu vivificante. 1Co 15, 14-19; Rm 8, 11; 1Co 15, 4; Hch 2, 36; Rm 1, 4; Ap 1, 18; Jn 16, 11; Rm 4, 25; 5, 10; Col 3, 3s; Ef 2, 5s; Flp 3, 20s; Hch 7, 55s; Ef 1, 20-22; Hb 8, 1s; 9, 24; 10, 12; Hch 2, 33; Jn 20, 22; Ga 4, 6; 1Co 15, 45; 2Co 3, 17; Rm 8, 1417. 4) El Seor que es y que vendr. La irrupcin de la escatologa. La tensin escatolgica. El Seor de la historia. Recapitulacin. Nuestra pascua. La vuelta al Padre. Seor del cosmos. Cristo es Dios. Seor de la comunidad y de la Iglesia. La presencia de Cristo. Seor del cristiano. Fe, bautismo y Eucarista. El vivir del cristiano. La nueva creacin. El seguimiento y la configuracin del discpulo en pasin y gloria. Jess como rey. El reino de Cristo y su entrega al Padre. La mediacin real de Cristo. Hb 1, 2; Ef 2, 6; Col 1, 18; Rm 8, 19-24; Ef 4, 13-16; Col 2, 19; Ap 22, 13; Col 1, 18; Ef 1, 10; Rm 8, 29; 2Co 3, 17s; Ef 2, 18; 4, 10; Col 2, 9s; Mc 16, 20; Mt 28, 20; Ef 4, 15s; Flp 3, 10s; Ga 4, 19; 2Co 3, 18; Flp 3, 21; Jn 18, 36s; Hch 28, 23; Ap 19, 16; 1Co 15, 24-28; 1Tm 2, 5. La venida del Hijo del Hombre. La espera de la parusa. Cristo juez. En la gloria con Cristo. La resurreccin de los muertos por Cristo y por el Espritu. La transformacin de los vivos. El encuentro con el Seor. Cielos y tierra nuevos. La boda del cordero y la Jerusaln celeste.

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CRISTOLOGIA PARA LAICOS Dios y el cordero. Victoria final y entrega del reino. Mt 19, 28par; 1Ts 4, 16; Lc 21, 28; Ap 22, 12; 2P 3, 7.10s; 1P 4, 13; 1Co 15, 48s; 1Jn 3, 2; 1Ts 4, 15-17; 1Co 15, 51-53; Ap 21, 1.23; 22, 5; 21, 22; 22, 3; 1Co 15, 26.54; 1Co 15, 28; Hb 13, 8; 2P 3,18; Ef 2, 18. 5) Reflexiones de H. Kessler sobre la pascua. 1) La resurreccin de Jess como el hecho histrico decisivo de Dios respecto al mundo. a) Qu significa 'Dios acta'? El hombre moderno. La intencin. Actuar instrumental y actuar comunicativo. Conocimiento por participacin en el actuar comunicativo. La experiencia de Dios en Israel. La cruz conocida por la resurreccin. El amor (como Jess) como criterio. b) Formas fundamentales del actuar de Dios. El inmediato obrar creador. El actuar continuo y general. El actuar especial, mediado por actores humanos instrumentales. El actuar radical e innovador, sin mediacin humana. c) La resurreccin de Jess como el actuar redentor que decide todo. Muestra la efectividad de la vida de Jess y la divinidad de Dios. Escatolgico. Manifiesta la ltima intencin de Dios. Era el Dios de Jess. Es el comienzo. Estructura trinitaria. De la cruz a la resurreccin. 2) La concetracin cristolgica: el crucificado resucitado como centro y paradigma de la fe cristiana. El actuar de Dios se concentra en una persona. La resurreccin como la entrada en vigor de la vida y muerte de Jess, en su sentido salvfico, y como su plenitud. La resurreccin como exaltacin de Jess a la unidad permanete con Dios y a la mediacin salvfica respecto a nosotros. Preexistencia del enviado. El poder del amor que se vacia. Slo permanece la praxis solidaria de Jess. Acta en el Espritu. Ya nos resucita. La metfora de la ascensin 3) La expansin pneumtica a lo universal: el Espritu del resucitado, la praxis de la vida pascual y la vida del mundo que viene La resurreccin como el comienzo de la plenitud. Desarrollar el seoro de Dios; praxis de resurreccin. Se expande por el Espritu. La nueva presencia y eficiencia del Seor resucitado en el Espritu Santo. El ruah de Yahweh. Envo del Espritu. Signos de la actuacin del Espritu. La presencia provisoria del resucitado en la bajeza de los signos terrestres. En la Palabra, los sacramentos, la comunidad, los pobres. La dramtica lucha permanente de la nueva vida contra las potencias de la muerte y de la destruccin. El seoro presente de Jesucristo como combate contra las potencias de la muerte. El amor solidario en conflicto con la voluntad de autoafirmain mediante un aumento de poder. La experiencia de la fuerza de su resurreccin, en comunin con su pasin (Flp 3, 10). El carcter crtico-prctico de la fe pascual. El futuro del resucitado: resurreccin de sus 'muchos hermanos' y hermanas (Rm 8, 29) y reino universal de Dios. La parusa del Seor y nuestra resurreccin. Cristo viniendo. Juicio. Resurreccin. Redencin de la creacin. Vida eterna. Presencia actual de nuestros muertos. Celebracin de la fiesta de la liberacin. I) EL HIJO COMO REVELADOR DEL PADRE p. 130 Ver a Dios y morir. La autorrevelacin definitiva de Dios en su Hijo. El Hijo nos revela al Padre. Jess como maestro y profeta. El Dios de Jess en los sinpticos. Cristo, imagen de Dios invisible. Revelacin del amor, sabidura y poder de Dios. El conocimiento del misterio. El Dios de Jess en Jn. Revelacin de quin es Dios y quin es el hombre. Revelacin de la

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CRISTOLOGIA PARA LAICOS gloria de la cruz. Dios es amor, espritu, Trinidad. Visin cara a cara de Dios: incorruptibilidad. La falsa gnosis y el conocimiento verdadero. Conocimiento inmediato de Dios a travs de la humnidad de Cristo. J) EL UNICO MEDIADOR Y LAS OTRAS RELIGIONES p. 136 No hay salvacin fuera de l. Universalidad y sus razones. El Cristo csmico de Teilhard. Dilogo interreligioso. Las otras religiones en el plan de Dios. El Logos seminal de Justino. La filosofa griega como propedetica en Clemente. Reconocimiento de las otras religiones por el Vaticano II. Caminos de salvacin con palabra de Dios, segn Dupuis. Los girones de revelacin categorial y el salvador absoluto, segn Rahner. El hinduismo y la cultura china. La posicin del judasmo y del Islam. K) ALGO SOBRE EL METODO. p. 142 Transmisin de un conjunto a futuros agentes pastorales. El proceso desde abajo y desde arriba que culmina en la contemplacin de los misterios para orientar la vida y dar respuesta. Encarnacin, redencin y pascua. Cristologa trinitaria ante el problema de Dios de la teologa fundamental y el dilogo interreligioso. La mutua implicancia de la cristologa de abajo y de arriba, segn Kessler. Dejando atrs la metafsica del ser. Cristologa soteriolgica. Tres enfoques cristologicos : histrico (sinpticos), pascual (paulino), encarnatorio (jonico). Las perspectivas de Oriente y Occidente. El triple cuestionamiento actual, segn Hnermann. El acontecimiento de Cristo como acontecimiento escatolgico de lo santo. El fin de la ontoteologa. El encuentro como experiencia de revelacin y salvacin escatolgica. Hacia un nuevo concepto de naturaleza y persona. El caso de Jesucristo. L) APENDICE. ALGUNAS CRISTOLOGIAS CONTEMPORANEAS p. 147 1) Cristologa de K. Rahner segn Curso fundamental sobre la fe La experiencia trascendental. Cristo como culminacin del dinamismo del cosmos e historia. Consideraciones sobre la Encarnacin y sobre la cristologa. Jess, su muerte y resurreccin. Fundacin de la Iglesia. Jess como criterio decisivo de la revelacin de Dios. Algunas preguntas. 2) Cristologa de Urs von Balthasar segn algunas de sus obras Alguna introduccin Triloga de Balthasar Pascua. Presente y futuro. M) APENDICE. BREVE COMPENDIO MARIOLOGICO p. 159 1) Mara en la Escritura y en la tradicin.

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CRISTOLOGIA PARA LAICOS A. T. N. T. Padres de la Iglesia: primera poca; siglo IV; Madre de Dios (s. V); santidad excepcional; asuncin e intercesin; sntesis. Occidente medieval: la gran Escolstica y la Inmaculada; Bernardo; cooperacin de Mara en la pasin; reina y madre; visin de conjunto. Epoca moderna: Protestantismo; privilegios de Mara; Brulle; Inmaculada Concepcin; intervenciones de los Papas respecto a la cooperacin; renovacin del s. XX; concilio. Visin sinttica, opinin de Forte, documentos recientes. 2) Afirmaciones centrales del dogma mariano a) Mara Madre de Dios. Madre de Dios por obra del Espritu. Madre de Dios y la hereja de Nestorio. Aclaraciones desde la unidad de Cristo. Otros alcances: imagen de la generacin eterna; maternidad integral que implica fe en su Hijo; ms all que gracia ordinaria y gloria; maternidad esponsal, maternidad virginal; mediadora bajo Cristo, socia, nueva Eva; participacin en el sacrificio de la cruz; madre de los cristianos y de la Iglesia; figura y modelo de la Iglesia, porcin principal b) Mara siempre Virgen. Virginidad antes del parto segn Mt y Lc. Razones de conveniencia. Virginidad en el parto: explicacin y tradicin; visin pascual. Virginidad despus del parto: tradicin y razones. c) La santidad de Mara y la Inmaculada concepcin. Maternidad y plenitud de gracia. La discusin de la Inmaculada Concepcin. La definicin. Cmo y hasta dnde estuvo sujeta a las consecuencias del pecado de Adn. Preservada de todo pecado actual. d) La Asuncin de Mara. La afirmacin y sus fundamentos. La proclamacin. La muerte de Mara. Culto a mara: la adoracin; el culto a los santos y a Mara en su relacin a Dios; el aporte del culto mariano, cmo debe ser; Mara y su imitacin; Mara que acompaa. 3) Algunas reflexiones. Reflexiones sobre el misterio de Mara. Reflexiones finales sobre este apndice. Mara en Amrica Latina. N) APENDICE. CRISTOLOGIA DE LOS SINOPTICOS. p. 188 1) Cristologa de Mateo. 2) Critologa de Marcos 3) Cristologa de Lucas (evangelio y Hechos)

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CRISTOLOGIA PARA LAICOS Introduccin Llegamos al centro del misterio cristiano. Quin dicen Uds que soy yo? (Mc 8, 27-29; Jn 6, 66-69). La respuesta de la fe y del testimonio de vida. La respuesta de los mrtires, de los santos, de los pecadores. El mundo que se define contra Cristo. El loco amor de Dios en la cruz (Rm 8, 31-35; 2Co 5, 21). La victoria salvadora de Dios en la resurreccin.Constituido Seor y mesas. El misterio de la Eucarista. El Cristo que conduce a su Iglesia (su cuerpo, su esposa) por el Espritu, e intercede por nosotros con el Padre. El rey de la creacin (Ef 1, 10) y de la historia (Rm 8, 29). La historia de la revelacin y salvacin culmina en el Hijo (Hb 1, 1s). El vendr y entregar su reino al Padre para que Dios sea todo en todo (1Co15, 2428). Pero no es un aereolito. Nace en un pueblo y dentro de una esperanza de ese pueblo para toda una humanidad que lo ansa. La esperanza de los pobres de AL

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CRISTOLOGIA PARA LAICOS A) LA ESPERA MESIANICA DEL A. T.1 Dios comienza a reconstituir la rota unidad de la humanidad. La promesa de bendicin a Abraham en Gn 12,1-3. Una gran nacin (posteridad y tierra) y en l sern benditas todas las familias de la tierra. La respuesta de fe de Abraham. Salvacin significar recuperar, establecer la vida plena en los diversos aspectos. La liberacin de Egipto ser como la tradicin fundamental. Con la posesin de la tierra por el pueblo hebreo no concluye la historia de salvacin. Dios la vuelve a lanzar al futuro con la promesa a David en 2S 7, 1116. No es el David, instalado ya en palacio, el que le va a construir un templo a Yahweh; es Yahweh, que lo eligi, quien le va a construir una casa, una dinasta para siempre. Y Dios actuar con el rey como un padre con su hijo. Esto repercute en profecas de Isaas, Jeremas, Ezequiel (cf. Mi 5,1-5), en los Salmos (p. e. 89, 4s., 27-38), etc. En Sal 2, 6-9, el mesas rey es el hijo de Dios (no implica una filiacin natural, como lo ver la posterior lectura cristiana). En Sal 110, 1-4, el rey est sentado a la diestra de Yahweh. En Is 7,10-17, ante la amenaza siro efraimita que pretenda deponer la dinasta davdica, Dios dar como signo al rey inicuo, una doncella que dar a luz un hijo. Esta profeca fue releda respecto a una virgen, madre del rey. Is 9, 1-6, se refiere a una gran liberacin y al nacimiento o entronizacin de un rey davdico. Segn Is 11, 1-9, en un nuevo comienzo, el rey davdico tendr la plenitud del Espritu y habr una paz paradisaca. Za 9,9s nos muestra la entronizacin de un rey humilde y pacfico. En el exilio, a pesar del derrumbe de la monarqua davdica y la destruccin del templo, subsiste la funcin proftica como mediacin de salvacin. El profetismo posteriormente desaparecer. Despus del exilio, con la preponderancia del sumo sacerdote, se perfilar tambin la esperanza de un mesas sacerdotal. Algunos escritos llegarn a hablar de dos mesas: uno regio y otro sacerdotal. Las desilusiones contribuirn, en muchos casos, a trascendentalizar la esperanza, p. e. la intervencin escatolgica de Yahweh. El horizonte se universalizar. Siguiendo a Dt 18,15-18, se espera un profeta como Moiss. El profeta es el que comunica la voluntad de Dios a Israel y tambin es portavoz del pueblo ante Dios. Problablemente en la lnea proftica estara el misterioso servidor de Yahweh de los cantos del 2 Is. El servidor es un elegido, sostenido por Yahweh y dotado de su espritu. Tiene que reunir al pueblo de Israel y conducirlo hacia Dios. Pero como destinatarios ltimos tambin aparecen las naciones. El sufrimiento del servidor, su muerte violenta, es por el pecado de todos, para salvacin de ellos. Tambin para el mismo siervo es salvacin y victoria. Vase Is 52, 13-53, 12. En Mal 3, 23 se habla de la vuelta de Elas. El hijo del hombre de Dn 7, 9-14 no es un mediador intrahistrico, sino una figura que viene en las nubes para el juicio. Es poseedor de una realeza eterna. Simboliza a los santos del altsimo (7, 27). Pero la apocalptica juda lo individualizar y ser mediador de salvacin. El A. T. termina en un pluralismo de mediadores, que es insistematizable en sus diversas concreciones. Pero muchos rasgos de la esperanza mesinica pueden converger. En algunos falta la esperanza de salvacin, porque sta ya es realizable en el presente a travs de la Ley (Sabidura) y el culto. Tampoco todos los que esperan una salvacin futura

1 Para la parte bblica, se puede consultar en la biblioteca de la Facultad mis apuntes titulados Cristologa bblica B, el

resumen hecho por mi ayudante Humberto Palma, que se llama Dios y Cristo en la Biblia. Para el A. T., se puede consultar N. Fglister, Fundamentos veterotestamentarios de la cristologa del Nuevo Testamento, en Mysterium Salutis III,1, 94-185; H. Cazelles, El mesas de la Biblia.

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CRISTOLOGIA PARA LAICOS cuentan con un mesas. El A. T. termina en una apora. Muestra como un empantanamiento, una historia de fracasos. En el tiempo de Jess, el pueblo esperaba principalmente un mesas (=cristo =ungido) rey que terminara con el dominio de los impos paganos e hiciera posible la observancia integral de la ley y la pureza del culto. Tambin se esperaba al profeta que haba de venir (cf. p. e., Jn 1, 21; 6, 14). La esperanza mesinica llev a revueltas contra Roma.

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CRISTOLOGIA PARA LAICOS B) JESUS DE NAZARET1 Introduccin Jess de Nazaret vivi aproximadamente entre los aos 7 antes de Cristo y 30 despus de Cristo. Produjo un profundo cambio en la historia y actualmente sigue siendo de sumo inters. Slo trato aqu de presentar un bosquejo de su persona, mensaje y drama. Los alumnos debe complementarlo con la lectura de uno de los libros referentes a Jess de Nazaret (su vida). Mucho se ha debatido y estudiado el Jess de la historia2, reduccin "cientfica" del Jess terreno que ahora nos ocupa. Nosotros partimos desde la fe, y la historia sera como un momento interno de ella.3 Los evangelios estn escritos desde la fe en la resurreccin, como buena noticia (=evangelio), catequesis, etc., de las comunidades cristianas. Son testimonios de fe sobre una historia. Porque Jess slo nos es accesible a travs de la fe de las primitivas comunidades cristianas. Nos es favorable el leer los evangelios en la misma comunidad eclesial, ambiente vital, en que fueron escritos, y as podemos entenderlos mejor.4 En la Iglesia, el cristianismo se ha objetivado. Pero la Iglesia, reflexionando continuamente sobre Cristo, tiene que ser trasparencia de l. El Jess histrico nos sirve para interpretar el anuncio (=kerygma) cristiano.5 Pero la realidad de Cristo no slo est constituida por el Jess terreno sino tambin por el resucitado. Por lo tanto, dos estadios: Jess segn la carne y segn el espritu (Rm 1,3s).6 La primitiva comunidad vea la resurreccin y Pentecosts como realizacin del reino anunciado por Jess. Por eso Jess1 Seguimos a W. Kasper, Jess, el Cristo (Salamanca, ed. Sgueme). 2 W. Lser (Mystre de la vie du Christ, D.Sp X, col 1882s), siguiendo a F. Hahn enumera as los datos histricos

seguros: 1) Primera serie. a) Los conflictos mltiples con los jefes del judasmo contemporneo, que marcan en forma caracterstica la accin de Jess antes de la Pascua b) En Jess aparece algo nuevo, en discontinuidad con lo que era conocido (anuncia la proximidad del reino de Dios en relacin inmediata con su persona y con su accin; en mltiples acciones significativas anticipa de manera real y simblica esta presencia del reino...[Lc11,20]). c) Jess elige hombres a quienes l llama a seguirlo incondicionalmente: esta manera de seguir incondicionalmente a Jess sobrepasa todos los modos de relacin 'maestro-discpulo' conocidos hasta entonces. d) Jess revindica una misin excepcional: l funda esta pretensin sobre una relacin nica con Dios, su Padre: se dirige a l en la oracin y le est sometido en la obediencia. 2) Segunda serie a) El encuentro de Jess con Juan bautista, por quien se hace bautizar en el Jordn es uno de los datos ms seguros: Juan anunciaba la llegada escatolgica y bautizaba para preparar a ella... b) La vida publica de Jess comporta dos fases. La primera comprende sus actividades mltiples en Galilea: l anuncia la venida del reino y se dedica al bien de los hombres a quienes socorre y cura. Esta actividad suscita en el pueblo un movimiento poderoso: las gentes se admiran de sus milagros, exultan en su presencia y acuden hacia l. Trazos de esta 'primavera galilea' se encuentran sobre todo en los primeros captulos de Mc. La segunda fase se inaugura con los primeros rechazos de Jess de parte de los jefes y de muchos hombres del pueblo; este rechazo crece hasta un punto crtico. Jess parte para Jerusaln. Es sobre todo Lc quien ordena la vida y la actividad prepascual -desde la confesin de Pedro sobre el mesianismo de Jess (9,1820)-, en el cuadro de la subida a Jerusaln. c) La ltima cena con sus discpulos es un acontecimiento excepcional. Celebrndolo, Jess se somete a la obligacin comn en Israel desde la salida de Egipto (Ex 12,14). Al mismo tiempo, marca esta comida con una nueva impronta: en las palabras de la institucin de la Eucarista, anuncia el sentido salvfico de su muerte inminente. Es la instauracin de una alianza nueva (Jer 31,31s) en su sangre derramada (Ex 24,8) por la muchedumbre (Is 53). d) Jess es condenado a morir en cruz. La crucifixin era para un hombre el castigo ms cruel y ms humillante, reservado a los criminales. Segn la idea de los judos, no era slo un castigo de parte de los hombres, sino tambin una maldicin de parte de Dios (Dt 21,23...;cf. Ga 3,13). Cf. R. Fabris, Jess de Nazaret. Historia e interpretacin, Salamanca 1985, ed. Sgueme; R. Latourelle, A Jess el Cristo por los evangelios. Historia y Hermenetica, Salamanca 1982, ed. Sgueme. 3 Esto tiene cierta similitud a como lo natural es momento interno del existencial sobrenatural. 4 La tradicin da la continuidad y distancias convenientes. La fe fue garante de la historia en su transmisin. 5 Lo que fue Jess terreno es normativo para toda reflexin ulterior. 6 Hay continuidad y ruptura (por la actividad creadora de Dios) entre el Jess terreno y el resucitado.

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CRISTOLOGIA PARA LAICOS pasa a ser contenido decisivo del anuncio. En el Espritu accedemos a Jess como presencia viva. La cristologa es la exgesis (=interpretacin) de la profesin de fe: Jess es el Cristo. Su centro es la pascua (pasin y resurreccin). Por lo dicho, no se puede escribir una "biografa" de Jess, en el sentido moderno de la palabra. Los evangelios de la infancia (Mt y Lc) narran la pre-historia de Jess, conforme a modelos vterotestamentarios, con una rica teologa. A los evangelios les va a interesar sobre todo la realizacin del plan de Dios. Personalidad y actuacin1 Fue un personaje de incomparable originalidad. Su enseanza revela una mente que proceda con agilidad, sin rodeos, que daba en el clavo sin prodigar palabras. Tiene una percepcin imaginativa de la maravilla y belleza de la naturaleza, y de la unidad entre la naturaleza y el hombre bajo la solicitud del Creador de ambos. Es un espritu de temple potico. Siempre piensa y habla en imgenes y cuadros concretos. A veces la imagen es deliberadamente grotesca.2 Observacin atenta de la vida diaria, a veces con cierto acento irnico. A ratos adopta la forma de una aparente reduccin de asuntos trascendentales al nivel de lo trivial. Parece haber sido muy del estilo de Jess dejar que las personas sacaran conclusiones por s mismas. Gran sentido comn. Tambin usa una serie de imgenes totalmente diferentes y de mucha fantasa (material que toma de la apocalptica). Caracterstico y distintivo de Jess es el realismo de las parbolas. Se interes sinceramente y con ternura por las personas, por los enfermos, desesperanzados. Los milagros muestran tambin que en Jess se haca sentir la presencia y el poder divinos. Posea gran autoridad.3 Perdonaba pecados; llamaba a seguirlo; enseaba con autoridad. En sus palabras manifiesta un acento de sencillez, de mansedumbre y, al mismo tiempo, de autoridad soberana. Pero implacable contra toda forma de suficiencia, contra la mentira y la hipocresa. Personalidad arrolladora (expulsin de los mercaderes del Templo). La autoridad que l ejerce es la de Dios todopoderoso, precisamente porque l le obedece lealmente.4 Su relacin con el Padre es la fuente de su calma y energa en medio de los problemas y tormentas. Jess era carpintero (Mc 6, 3; Mt 13, 55).5 La entrada en actividad de Juan Bautista le cambia la vida. Segn Jn6, Jess vivi tres pascuas en su vida pblica. Al comienzo tuvo un xito relativo en Galilea. La oposicin de los jefes del judasmo fue creciendo y las masas lo abandonaron. Entonces se dedicar ms al crculo ntimo de sus discpulos. Su actividad comienza con el bautismo de Juan y acaba con la muerte en cruz en Jerusaln. Para Juan, la llegada del reino estaba bajo el signo del juicio; para Jess, bajo el signo de la misericordia y amor de Dios. Tiene trato con los pecadores y con los cultualmente impuros; sus discipulos quebratan el mandato judo sobre el sbado (Mc 2, 23s; cf. 2, 27; 3, 4) y las prescripciones sobre pureza (Mc 7, 1s).7 Decan de l: "Ah tenis un comiln y un

1 Cf. C. H. Dodd, El Fundador del cristianismo, Barcelona 1974, ed. Herder. 2 P. e. viga en el ojo ajeno. 3 Cf. Mt 8, 5-10 y par. 4 Cf. Jn 8, 28s; 14, 24. 5 Al carpintero, en ese tiempo, correspondan tambin algunos trabajos de construccin. 6 2, 13; 6, 4; 11, 55. 7 Esto tena era importante para la unidad entre judos y paganos en la Iglesia.

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CRISTOLOGIA PARA LAICOS borracho, amigo de publicanos1 y pecadores" (Mt 11, 19). Jess insistir en la disposicin interior. Hace milagros y expulsa demonios, lo que expresa tambin que la llegada del reino de Dios en Jess significa la salvacin del hombre (en cuerpo y alma), y que esta salvacin se ofrece a todos y a cada uno, con tal que se conviertan y crean. A Jess slo le interesa el reino de Dios en el amor. Dios es un Dios de amor por los hombres y por todos. El amor a Dios y al hombre es esencia de la voluntad de Dios, de su reinado (Mc 12, 30s y par). Se pide al hombre una respuesta al amor universal y misericordioso de Dios (Mt 5, 45). Y el amor al enemigo ser como test del amor autntico (Lc 6, 27s; Mt 5, 43s). Para un judo observante, la conducta, mensaje y pretensin de Jess, significaban un escndalo y hasta una blasfemia.2 El anuncio de un Dios cuyo amor vale tambin para el pecador, cuestionaba la concepcin juda de la santidad y justicia de Dios. Y si Jess era un falso profeta, mereca la muerte. Jess suscit esperanzas mesinicas y as es crucificado como rey de los judos, como rebelde poltico respecto a los romanos. Pero Jess sigui el camino de la no violencia3 y del servicio. El amor se sobrepone al mal. La revolucin de Jess es la de un amor sin lmites en un mundo de egosmo y poder. La voluntad de Dios lo ocupa totalmente, lo pide todo (Mc 3, 33-35; Mt 8, 20). Llama a Dios "su padre", en el que hay que confiar plenamente.4 No quiere nada para s, sino todo para Dios y los dems (Lc 22, 26s; Mc 10 45). Sus races ms profundas las tiene en la oracin al padre (Mc 1, 35; 6, 46). No slo es el hombre para los dems sino de y para Dios. Para Jess, el mundo es la buena creacin de Dios. Se compadece de la muchedumbre. Simpatiza con los pequeos y sencillos (Mt 11, 25). Para Jess, la pobreza y la enfermedad no son castigos de Dios; ms bien ama a los pobres y enfermos. Parece extrao, para un hombre de la antigedad, el respeto con que trata a las mujeres. Va detrs de las ovejas perdidas (Lc 15) de Israel. De lo ms llamativo era que admita en su compaa, y hasta en su mesa, tambin a los pecadores y marginados (Mc 2, 16 y par; Lc 15, 1), a los cultualmente impuros, a los parias. As llama a Lev a ser su discpulo (Mc 2, 14-17). Su lucha no es contra los poderes polticos sino contra los poderes demonacos del mal. Percibi la crisis profunda del judasmo y el juicio que vena. No tena intencin de reformar el sistema existente, sino que quera constituir una comunidad digna de un pueblo de Dios, mediante la respuesta adecuada al Dios que vena en su reino. Su programa es hacer la voluntad de Dios, tal como la conoce aqu y ahora. Todo lo dems se lo deja a Dios su padre con una confianza de nio. Jess ensea como un rab y le rodea un crculo de discpulos. Pero no es un telogo de profesin sino que habla sencilla y concretamente. Enseaba con autoridad (Mc 1, 22.27). Como que sacara su conocimiento de su relacin directa con Dios. Su estilo es proftico sapiencial. Entra en controversia con sus enemigos. El pueblo lo vea como un profeta (Mc 8, 28; Mt 21, 46). El mismo Jess se coloca en la serie de los profetas (Mc 6,4; Lc 13,33). Pero Jess es ms que Jons y Salomn (Mt 12, 41s). Es el profeta escatolgico, que trae la voluntad definitiva de Dios. Estaba sobrecogido por la cercana de Dios y, por lo tanto, del reino. Tiene el Espritu (Mt 12, 28). Le achacan que tiene un espritu malo (Mc 3, 22s).. Forzaba a tomar una decisin. Su persona y actuacin eran un misterio.1 Los publicanos eran explotadores del pueblo y colaboracionistas con los romanos. 2 Mc 2, 7. Sus propios parientes lo vieron como un alienado (Mc 3, 21). 3 Mt 5, 39-48. Esto corresponde a su experiencia del amor gratuito y universal de Dios (Lc 6, 35; cf. Mt 5, 45). 4 Mt 6, 25-34.

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CRISTOLOGIA PARA LAICOS Mensaje de Jess El centro del mensaje de Jess es la llegada del reino de los cielos, del reinado de Dios (Mc 1, 15). Los fariseos lo pensaban como el perfecto cumplimiento de la Torah (Ley), los zelotes lo entendan como la teocracia poltica que intentaban imponer con la fuerza de las armas, los apocaliptas lo vean como el nuevo en (nuevo "siglo"), el nuevo cielo y la nueva tierra. Jess no se deja encuadrar por ninguno de estos grupos; su hablar sobre el reino es curiosamente abierto. Para muchos judos piadosos el reino de Dios era la personificacin de la esperanza de salvacin, mediante un soberano ideal, que en su justicia protegera a los desvalidos. En definitiva, la llegada del reino coincidira con la realizacin del shalom escatolgico, de la paz entre los pueblos, entre los hombres y en todo el cosmos. En vez de reino de Dios, Pablo y Juan van a hablar de la justicia de Dios y de la vida. El hombre era incapaz de esto. Se necesitaba un nuevo comienzo, que slo Dios como seor de la vida y de la historia puede dar. La venida del reino es la venida de Dios. El que Dios sea seor, lleva al hombre a su plenitud. Esta esperanza se basaba en la experiencia histrica de Israel (del xodo y travesa del desierto, donde se haba manifestado el poder salvador de Dios). Esta esperanza se enraza en la idea de la realeza de Dios sobre Israel y sobre todo el mundo (Sal 47, 6-9). Con el exilio se espera un nuevo xodo, una nueva alianza. En Dn 2, 44 se habla de un reino indestructible. Hay una escatologizacin de la esperanza: se espera un nuevo en. Se trata de la certeza de la fe de que Dios al final acabar por mostrarse como absoluto seor de todo el mundo. La novedad de Jess es que anuncia que esa esperanza escatolgica se cumple ahora y con l. Este anuncio no parecera corresponder a la realidad. Jess lo explica en parbolas: el reino de los cielos es como un grano de mostaza que se convertir en un gran rbol. Porque el reino llega en lo oculto y hasta en el fracaso, como cuando la semilla cae en mala tierra. El reino es un misterio (Mc 4, 11); est en medio de nosotros de modo incomprensible (Lc 17,20s). El hecho de que el reino en la actualidad est todava oculto corresponde a la tensin entre los dichos de Jess sobre el presente y futuro del reino (cf. Lc 11, 2).1 Es indiscutible que Jess habl de una pronta llegada.2 Segn Kasper, esa era la propuesta de Dios al hombre, que obligaba a una decisin, porque el reino de Dios viene donde Dios es realmente reconocido como seor en la fe. Al ser la propuesta rechazada por Israel, Dios buscar otro camino: la muerte y resurreccin de Jess. La esperanza se colmar cuando Dios sea todo en todo. La cercana del reino es la cercana de Dios. Se trata del reinado de Dios, del cumplimiento radical del primer mandamiento: "Yo soy el seor tu Dios... no tendrs otros dioses fuera de m" (Ex 20, 2s). La idea del seoro de Dios encontr en el A. T. su expansin universal en la fe en la creacin. Por tanto, todo lo que existe sale en cada momento de las manos de Dios. As, el Dios de Jess, en contraste con cierta concepcin del judasmo tardo 3, es un Dios cercano, que se preocupa de la hierba del campo y de alimentar a los pjaros del cielo (Mt 6, 26-30).

1 A este respecto, la teologa paulina ser caracterizada como una tensin entre el "ya" y el "todava no". 2 Mc 13, 30; 9, 1 y par; Mt 10, 23. A la manera de los profetas del A. T., Jess anuncia para un presente inminente los

acontecimientos futuros. Ciertamente, la "hora" definitiva de Jess era inminente (cf. Mc 14, 25 y par). 3 Un Dios trascedente, slo encontrable mediante la Ley.

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CRISTOLOGIA PARA LAICOS Para Jess el seoro de Dios es un seoro de amor. En los evangelios, Dios es designado ms de 170 veces como padre.1 Mt y Jn enfatizarn la paternidad divina. Jess llama "pap" (abba) a Dios (Mc 14, 36). Para la sensibilidad de los contemporneos era irrespetuoso dirigirse a Dios con un trmino tan familiar. Pero, para Jess, la cercana del reino es la cercana de Dios en el amor.2 El reino es un don de Dios (Lc 12, 32), porque es accin de Dios (su seoro en el sentido propio del trmino). La venida del reino es la buena noticia3 del ofrecimiento de la salvacin. Ante el reino, son dichosos los pobres4, los perseguidos.5 La salvacin que trae el reino es la vida (cf Mc 9, 43.45), la gran alegra del perdn Es tambin el reino del amor y del perdn entre los hombres (Mt 18, 23-34; cf. Mc 11, 25; Mt 6, 12). Por otro lado, la llegada del reino es la superacin y fin de los poderes demonacos (Mt 12, 28; Lc 11, 20). Los milagros Es de advertir que la primitiva tradicin cristiana extraevanglica anuncia y profesa la fe en Cristo, sin recurrir a los milagros anteriores a Pascua, de los que tratamos ahora. Pero la tradicin de los milagros no se pueden extirpar de los evangelios.6 Jess dej la clara impresin de ser un hombre 'milagrero".7 As hay un ncleo histrico en las polmicas curaciones en sbado y en las expulsiones de demonios8, que van a ser atribuidas al prncipe de los demonios (Mc 3, 22; Mt 9, 34; Lc 11, 15). El milagro es un acontecimiento extraordinario9 que nos interpela de parte de Dios y que es credo en la fe. Los milagros aparecen como un eco del gesto inicial de la creacin, como una anticipacin del acontecimiento final, de la victoria plena sobre la muerte. Pero Dios no necesita entrar en competencia con las causas creadas10 (ponerse a la altura de ellas) y suspender sus efectos.11 Podramos insinuar que a mayor actuacin de Dios, mayor independencia de la causa segunda. El milagro siempre va a tener alguna ambigedad, que garantiza la liberta de la fe: puede ser no credo o interpretado como demonaco. Los milagros de Jess son signos del reino de Dios (y su salvacin) que alborea y del desmoronamiento del dominio de Satans (Mt 12, 28). Muestran que la salvacin afecta a todo el hombre. Son anticipacin del futuro que nos trae Cristo.12 Jess realiz slo determinados signos (no cur a todos los enfermos) de un mundo nuevo. Los milagros1 P. e. Mt 6, 8. 2 Diramos que la gloria de Dios se manifiesta en su libertad soberana para el amor y el perdn. 3 Lc 16, 16. 4 Los pobres no tienen nada que esperar del mundo y todo lo esperan de Dios. El acercarse del reino a los pobres muestra

el rostro misericordioso, benigno, gratuito, del Padre Dios. 5 Mt 5, 3-11; Lc 6, 20-22. 6 Algunos quieren explicar natural o humanamente la composicin de los milagros llamados "de naturaleza", como andar sobre las aguas o multiplicar el pan. Dicen, por ejemplo, que son expresiones de fe sobre el significado salvador de la persona y mensaje de Jess. 7 Aunque en la misma tradicin evanglica se note una tendencia a engrandecerlos y multiplicarlos, p. e. Mt (8, 16) respecto a Mc (1, 34). 8 Pudo haber enfermedades y sntomas que se atribuyeran, en ese tiempo, a la posesin del demonio. 9 El hombre bblico no consideraba la realidad como naturaleza sino como creatura abierta a Dios y toda ella le resultaba maravillosa. 10 Dios puede actuar a travs de las leyes naturales que l ha creado para mostrar su cercana, su ayuda, etc. 11 Las ciencias que poseemos no pueden abarcar el conjunto de todas las condiciones en que se producen esos acontecimientos. 12 Cf. Rm 8, 21. Son expresin de la incorporacin del mundo en la economa histrica de Dios.

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CRISTOLOGIA PARA LAICOS tambin son signos del envo y autoridad de Jess (Mt 9, 6.8). Pero Jess no hace un show con ellos. Los milagros de Jess se presentan como cumplimiento del A. T. (Mt 11, 5 y par). Los milagros liberan al hombre para seguir a Jess. Pueden escandalizar (Mt 11, 6).1 Los milagros son signos para la fe: "Tu fe te ha salvado".2 Donde no hay fe, Jess no puede hacer milagros (Mc 6, 5s; Mt 13, 58). La pretensin de Jess La alborada del reino de Dios acontece por la palabra y obra de Jess. Por eso, son dichosos los que ven y oyen (Mt 13, 16s; Lc 10, 23s). "Hoy se ha cumplido esta palabra..." (Lc 4, 21). Si expulsa a los demonios con el dedo (o con el espritu) de Dios, es que ha llegado el reino de Dios (Lc 11, 20; Mt 12, 28).3 Lleg la hora prometida por el profeta: "Los ciegos ven y los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia la buena noticia" (Mt 11, 5s). Al decir de Orgenes (eminente escritor cristiano del s. III), Jess sera el reino de Dios en persona. Podemos precisar: Jess4 es la llegada del reino en la figura del ocultamiento, la humillacin y la pobreza. No se puede separar "su asunto" de su persona. Por eso toda la predicacin de Jess sobre el reino que viene, igual que su conducta y actuacin, contiene una cristologa implcita o indirecta, que despus de pascua, gracias a la manifestacin del reino en el esplendor de la resurreccin y en la fuerza del Espritu, se convertir en profesin explcita. Como ya vimo, Jess rompe, en algunos puntos, el molde del comportamiento del judo observante. Por ejemplo, en las comidas de Jess con pecadores5, que expresan el envo de Jess a ellos (Mc 2, 17).6 Jess al recibir a los pecadores y perdonar sus pecados, se comporta como uno que est en lugar de Dios (Mc 2, 6s). La predicacin de Jess tambin contiene una cristologa implcita (Mc 1, 22.27). En el sermn del monte, por ejemplo, muestra su superioridad sobre los rabinos, va ms all de la ley. 7 Jess no habla en nombre de Dios como los profetas ("As dice Yahweh"), sino con plena autoridad propia (Mc 2, 10). Jess vincula la decisin por el reino a la decisin respecto a l (Mc 8,38). Jess elige y llama a los que quiere a su discipulado (cf. Mc 3, 14)8, para que participen en el anuncio del reino con poder (Mc 6, 7), para que estn con l y compartan su peligroso destino. El discpulo tiene que dejarlo todo (Mc 8, 34; 10, 28). En resumen, la cristologa implcita del Jess terreno contiene una exigencia inaudita que hace saltar todos los esquemas preexistentes. En l nos las tenemos que ver con Dios y su seoro. ; en l uno se encuentra con la gracia y el juicio de Dios; l es el reino de Dios, la palabra y el amor de Dios en persona. Jess, pues, sobrepasa los ttulos que se le pueden aplicar. El es ms que Jons y Salomn (Mt 12, 41s). Sin embargo, Jess est entre sus discpulos como quien sirve (Lc 22,1 Algunos los atribuirn al demonio (Mc 3, 22). 2 Los milagros llevan a la fe provocando la pregunta : Quin es ste? (Mc 1, 27 y par). 3 Jess es el que ata al fuerte (Mc 2, 27). 4 En l se ve lo que significa la divinidad de Dios y la humanidad del hombre. 5 Las comidas eran una comunin de vida. 6 Son festejos anticipados del banquete salvador del fin de los tiempos (Mt 8, 11 y par). 7 Mt 5, 22.28. 8 Sus discpulos no lo ven slo como un maestro sino tambin como seor.

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CRISTOLOGIA PARA LAICOS 27). Quin es Jess, es la cuestin fundamental (Mc 8, 27s y par). Pretendi ser el cristo? El ttulo 'Cristo' se consider tan central en el N. T. que acab por convertirse en nombre propio. Pero, sin embargo, este ttulo mesinico no se encuentra en boca de Jess, porque era demasiado ambiguo y se prestaba a la esperanza de los zelotes. Por eso, en la primera parte de Mc, Jess impone un estricto secreto mesinico1, y depus de la confesin de Pedro corrige el ttulo con los sufrimientos del Hijo de hombre (Mc 8, 29-33). Ante el Sanhedrn, Jess puede haberlo admitido (Mc 14,61s), porque ya no se presta a confusin. El ttulo, en cambio, de Hijo del hombre aparece exclusivamente en boca de Jess.2 En Ez, esa expresin es utilizada muy a menudo en lugar de "hombre". Tambin era una forma de referirse al que habla, como cuando nosotros decimos "uno".3 Pero tambin fue usado en Dn y la apocalptica con un significado que ya hemos visto. Dada esta plurivalencia, Jess con ese ttulo poda expresar y velar su pretensin. Hay dichos sobre el Hijo del hombre en presente, que expresan tanto la humanidad (Mt 8, 20) como la autoridad de Jess (Mc 2, 10). Hay otros referidos a la pasin (Mc 8,31). Y hay un tercer tipo de dichos sobre el Hijo del hombre: vendr al final de los tiempos con las nubes del cielo, con gran poder y majestad (Mc 13, 26 y par; 14, 62 y par). "Quien se avergence de mi y mis palabras..., tambin se avergonzar de l el Hijo del hombre cuando venga en la gloria de su Padre" (Mc 8, 38). As el Hijo del hombre servira a Jess para expresar la tensin entre la plenitud escatolgica del tiempo y un predicador ambulante, pobre y que va a terminar asesinado.4 Jess jams se llam a s mismo Hijo de Dios. Pero habl de "mi padre" o "vuestro padre" (no de "nuestro padre"), lo que implica que l es hijo de una manera especial y nica. En Mt 11, 27 y par, Jess se llama hijo en sentido absoluto 5 (cf. Mc 13, 32 y par). Este es el fondo de la acusacin que omos en Jn 19,7. Los judos intuan un "algo ms all de lo humano" en la pretensin de Jess. La posterior cristologa del hijo explicitar y traducir tambin lo que se encontraba oculto en la obediencia y entrega filial de Jess. Muchos de los que creyeron en Jess pueden haberlo entendido como profeta de tipo "escatolgico", pero la causa oficial de su muerte, clavada en la cruz, es como rey de los judos (mesas davdico). La pretensin de Jess explicita e implcita va a ser rechazada por el judasmo, lo que lo llevar a la muerte. La muerte de Jess Jess habra muerto, en base al evangelio de Jn, el 14 de Nisn del ao 30, es decir el 7 de Abril de ese ao. La crucifixin era infamante para los romanos; no se la poda aplicar a un ciudadano. La imponan a los guerrilleros independentistas. Jess fue ejecutado como rebelde poltico: "rey de los judos".6 Parece que en el proceso ante el sanhedrn jugaron la cuestin mesinica (importante para la acusacin ante Pilato) y las palabras de Jess sobre la destruccin del templo (Mc 14, 58; 15, 29).7 Los judos harn irrisin de l como falso1 Mc 8, 30. 2 Salvo en Hch 7,56. 3 P. e., "y a uno le vienen a suceder esas cosas". 4 Jn desarrollar el tema del Hijo del hombre exaltado (3, 14). 5 Y el conocimiento mutuo entre el Padre y el Hijo es ms que un simple conocimiento. 6 Lc 23, 2; Jn 18, 33-37par; Mc 15, 16-20par; Jn 19, 12-15.19-22par. Vase Hch 17, 7; Ap 17, 14; 19, 16. 7 Cf. Hch 6, 14.

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CRISTOLOGIA PARA LAICOS profeta y los romanos como rey de los judos. Ante el tribunal judo se deba probar que Jess era un profeta falso y blasfemo. Esto calza con su conducta respecto al sbado, a las prescripciones sobre la pureza, al trato con los pecadores, y con su crtica a la Ley de los escribas. Pero, para el N. T., la muerte de Jess no es slo accin de judos y romanos, sino obra salvadora de Dios y libre autoentrega de Jess. Cmo entendi Jess su propia muerte? Los relatos de la pasin hablan a la luz de la resurreccin y en ellos se ven diversos intereses teolgicos. Pero se conceba que, a la llegada del reino, iba a haber luchas, persecuciones, una prueba escatolgica. As Jess predijo las persecuciones a sus discpulos (Mt 10,34s). Tambin Jess cont con que su final iba a ser violento, como el de los profetas (Lc 13, 32s; Mc 12, 1-12). Desde el comienzo se cerna la amenaza de muerte sobre Jess (Mc 3, 6; cf. Lc 12, 51). Tambin intervino el destino del Bautista. Jess no se dirige a Jerusaln1 sin sospechar nada. La escena proftica del templo (Mc 11, 15-17 y par) fue una provocacin contra las autoridades judas. El conflicto de Jess con sus enemigos se sita en un contexto "escatolgico".2 La perspectiva escatolgica resulta especialmente clara en los textos de la ltima cena (p. e. Mc 14, 25; cf. Lc 22, 16.18).3 Es una accin simblica, por la que Jess da a los suyos parte en los bienes escatolgicos. Su muerte est vinculada a la venida del reino en humillacin y ocultamiento (Mc 15, 34; Mt 27, 46; cf. Sal 22,2). Su mensaje exiga la ruptura radical con el en presente, lo que incluye la aceptacin de la muerte en cuanto ltima consecuencia. En este sentido la muerte de Jess no es slo la ltima consecuencia de su valiente actuacin, sino resumen y suma de su mensaje. La muerte de Jess en la cruz es la suprema concretizacin de lo nico que le interes: la venida del reino escatolgico de Dios. Ya en estadios muy tempranos de la tradicin pospascual la muerte de Jess se interpret como salvadora y expiatoria, a la luz del cuarto canto del siervo de Yahweh: "por nosotros", "por muchos" (1Co 15, 3; 1Co 11, 24; Mc 14,24 y par). Esto corresponde al sentido que Jess le dio a su muerte en una marco de un reino de Dios que trae la salvacin y de su servicio personal de amor a los hombres. Vase el lenguaje sacrificial de la Cena: romper el pan (entregado); sangre de la alianza derramada; por muchos (cf. Mc 14, 22-24 y par; 1 Co 11, 24s). La concepcin del judasmo tardo sobre la muerte sustitutiva y expiatoria del justo se orientaba en esa direccin (2Mac 7, 37s).4 La muerte en cruz vino porque Israel rechaz la fe en el mensaje de Jess. Jess, tambin incomprendido por sus discpulos, camin hacia su muerte en un aislamiento insondable. Al final, lo nico que Jess pudo hacer fue dejar al Padre el modo y manera de la llegada del reino en medio de la noche ms profunda de la obediencia desnuda. Claro y definitivo se hizo en la muerte de Jess el ocultamiento de su mensaje y pretensin. Slo Dios puede responder al interrogante que plantea su muerte.5 Si Jess no ha fracasado, esta respuesta slo puede consistir en que en su muerte ha irrumpido el nuevo en. Pero ste es el contenido de la profesin de fe en su resurreccin.

1 Tarde o temprano su mensaje tena que ser presentado como interpelacin decisiva en el corazn y santuario del Israel

histrico. 2 Jess anuncia el final del antiguo en y la irrupcin del nuevo. 3 Cf. Lc 22, 30. 4 Cf. Mc 9, 31 y par; 10, 45. 5 Para Jn, la pasin va a pasar a ser la revelacin de la gloria de Dios; para Lc, el cumplimiento del plan salvfico; para Pablo, reconciliacin y redencin de los hombres.

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CRISTOLOGIA PARA LAICOS

La autoconciencia de Jess Finalmente, algunas palabras sobre la autocociencia del Jess terrestre, dejando el aspecto dogmtico para ms adelante. Siguiendo a V. Taylor1, es mejor tratar de la autoconciencia "divina" de Jess, la que implica la mesinica. Segn Mc 12, 36s, el Mesas no es simplemente el hijo de David. En Mc 14, 62, el Hijo del hombre aparece sentado a la diestra del Todopoderoso viniendo con las nubes del cielo. Jess es el que ata a satans (Mc 3,27; cf. Lc 11,21s), como se ve en los exorcismos. Esto va unido con su actitud soberana respecto a la Ley (Mc 10, 5ss; 7, 15ss), y con sus obras poderosas. En este contexto y en el de todo lo dicho anteriormente en relacin a la pretensin y conciencia de Jess, hay que leer algunos textos sobre su experiencia respecto a Dios su padre, como Mc 1, 11 (cf. Lc 2, 49); 9, 7; Lc 10, 22 y par. A esta autoconciencia contribuira su oracin y continua comunin con el Padre. Jn enfatiza mucho la conciencia de Jess respecto a su filiacin; lo sinpticos la muestran como algo siempre latente (p. e. Mc 13, 32), que alcanza su intensidad mxima en algunos momentos. Sugiere Lc 2, 52 que su autoconciencia est sujeta al crecimiento?

1 The Person of Christ in the New Testament Teaching, London 1963, ed. MacMillan.

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CRISTOLOGIA PARA LAICOS C) LA RESURRECCION 1 NEOTESTAMENTARIA. Y EL DESARROLLO DE LA CRISTOLOGIA

Resurreccin y relatos de encuentro Con la muerte en cruz pareca que todo se haba acabado. Ni siquiera su mensaje poda seguir siendo transmitido, porque estaba demasiado ligado a su persona. Pero, sin embargo, el asunto de Jess sigui adelante; ms an, entonces fue cuando propiamente empez a marchar. El crculo de discpulos se convirti en Iglesia y hubo misin universal entre judos, y muy pronto tambin entre gentiles. Tuvo que haber un nuevo comienzo con una explosin inicial, dado el descrdito religioso de la muerte en cruz. La respuesta neotestamentaria es muy clara y unsona 2: Dios resucit al crucificado, quien se apareci y envi a los discpulos a todo el mundo. La resurreccin es el centro del mensaje del N. T. (1Co 15,14).3 Pero esto no resultaba fcil para los discpulos al comienzo (Mc 16,14), lo que habla en favor de su testimonio. La mayor fuerza de conviccin de este testimonio es que estaban dispuestos a morir por su mensaje. Este testimonio lo encontramos en el kerygma pascual y en los relatos de encuentro (apariciones). El kerygma est contenido en frmulas fijas y breves, que en general son anteriores al escrito donde se encuentran. Al kerygma nos referiremos en el punto siguiente, justamente por ser lo ms importante. En los relatos hay encuentros con el resucitado y referencias al sepulcro vaco. Estas historias no estn acordes. Respecto al sepulcro vaco, el relato ms antiguo sera Mc 16, 18.4 En l se anuncia la resurreccin y luego se apunta al sepulcro como signo de esta fe. Pero del sepulcro vaco no se deduce la resurreccin. El sepulcro vaco slo es un indicio confirmatorio5, un signo para el que cree. Es probable que las apariciones hayan sido en Galilea. Segn 1Co 15, 3-5, entre los destinatarios de las apariciones se destacan Pedro y Santiago, legitimando as sus misiones. Usa el verbo ofthe (fue mostrado; se dej ver), que en el A. T. designa las teofanas. En las apariciones, el resucitado sale al encuentro saludando y bendiciendo, llamando, hablando y enseando, consolando, instruyndo y enviando, fundando una nueva comunidad. Tiene que vencer su desconfianza. Enva y da autoridad (Mt 28, 16-20). En este ltimo pasaje se vislumbra algo de la potestad divina. Pero hay algunos relatos que hablan de tocar al resucitado y de comer6, para probar la identidad entre el resucitado y el crucificado y para realzar la corporeidad. Pero Jn matiza: "Dichosos los que, sin ver, creen" (20, 29).

1 Cf. W. Kasper, op. cit. 2 1Co 15, 11. 3 Hacia el final del A. T. (Dn 12,2) se llega a la fe en la resurreccin escatolgica de los muertos. Sobre el desarrollo de

esta fe, cf. S. Zaartu, El concepto de "zo" en Ignacio de Antioqua, Madrid 1977, pp. 51-59. La resurreccin no es una vuelta a la vida, como la de Lzaro, sino el trnsito a la forma definitiva de existir junto a Dios, donde no se morir ms (Rm 6, 9s). 4 Podra estar referido a una liturgia en el sepulcro. 5 La afirmacin de que el sepulcro estaba vaco hubiera podido ser fcilmente desmentible en el caso de que no lo estuviera. 6 Lc 24, 38-43; Jn 20, 26s.

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CRISTOLOGIA PARA LAICOS No hay ningn testigo de la misma resurreccin. La resurreccin trasciende el mbito de lo histricamente constatable.1 Hay que situar la problemtica histrica en un horizonte hermenetico ms amplio, en el que se pueda desplegar la fidelidad de Dios respecto a la esperanza de resurreccin que l mismo sembr en el corazn humano.2 La resurreccin sera un anticipo del final.3 Las apariciones no representan acontecimientos objetivamente determinables para ser mirados por un observador neutralmente distanciado. Son una experiencia de fe. Pero no fue la fe la que fund la realidad de la resurreccin, sino que fue la realidad del Resucitado, imponindose a sus discpulos, la que fundament la fe. Los discpulos percibieron el resplandor de la gloria de Dios en el rostro del crucificado4, la realidad del reino de Dios. Es una autorrevelacin escatolgica de Dios.5 Nuestra fe se funda en el testimonio apostlico.6 El lenguaje metafrico7 es una forma especial del lenguaje que abre a la realidad. A travs de un uso inhabitual, una palabra se abre a comunicar otras realidades o aspectos de ellas. El lenguaje cristiano (como todo lenguaje religioso) est impregnado de metforas: se dice el Dios de Jesucristo con palabras del horizonte mundano. Para expresar la resurreccin, el N.T. usa tres grandes metforas. a) Resucitar ('egerein', 'anistnai'). Proviene de un re-surgir del sueo, de la enfermedad, de una cada. Cuando esta metfora se usa escatolgicamente, se refiere a una vida distinta. Mantiene firmemente la identidad corporal del resucitado. b) El modelo de la "exaltacin", que incluye tambin el ser puesto a la diestra del Padre, la glorificacin, etc. Con ayuda del esquema "abajo-arriba", muestra la radicalidad de la nueva vida del resucitado, acenta su seoro y gloria. c) Vida ('zo'). Vive para siempre y no morir ms. No se trata de una vida biolgica, que termina en la muerte, sino de una vida del ms all de la muerte, radicalmente nueva, de otro orden.1 El trmino de partida de la resurreccin es la historia (el crucificado y enterrado), pero el trmino de llegada es el Padre.

Va a ser problemtico expresar el en futuro con categoras del viejo. 2 Esta esperanza ha sido fundamentada por algunos en el dinamismo de la libertad hacia lo incondicional y definitivo, en el amor que no puede morir, en la esperanza del ms all, en la esperanza de la justicia. 3 El anticipo muestra el sentido. 4 Cf. 2Co 4, 6. Pero Dios se revela como el Dios oculto. 5 Dios se identifica con el crucificado y lo resucita de la muerte a la vida. 6 Y es confirmado por la experiencia del Espritu. Segn H. Kessler (Sucht den Lebenden nicht bei den Toten. Die Auferstehung Jesu Christi in biblischer, fundamentaltheologischer und systematischer Sicht, Dsseldorf 1985, pp. 266-276), el contenido del mensaje de la resurreccin slo es alcanzable mediante la forma especfica de ese mensaje. "Cristo ha resucitado" es afirmacin de una realidad que perdura en el presente. Se dice "muerto, enterrado, resucitado"; por lo tanto, tan real es la resurreccin como la muerte. El lenguaje es modificado para designar lo acontecido en Jess. La resurreccin, como tal, no es comprobable histrico-crticamente. Pero no por eso deja de ser real, aunque se necesita, al menos, una relacin indirecta a experiencias comprobables para que sea creble. La resurreccin de Jess no es algo aislable del sujeto que la anuncia y del que la oye, algo que no los toque. Es una expresin de fe, en que el testigo est en una relacin existencial a lo afirmado. Dice algo que slo es experimentable en la fe, aunque onto-lgicamente preceda y fundamente a sta y su testimonio. Las afirmaciones de Pascua no son dichos neutrales e informativos, sino que son testimonio en sentido radical y cualificado. Son testimonio existencial, a causa del cambio de existencia de los testigos. As aparecen histricamente. La fe personal del testigo pertenece a la estructura del encuentro pascual y de lo que se dice sobre el resucitado. Los testigos pascuales sealan, con toda su existencia, al resucitado y a la resurreccin realizada por Dios, como fundamento de su cambio. La presencia del resucitado precede al testimonio (cf. Flp 3, 12s.). Es cierto que la verdad de lo testimoniado puede ser discutida. Nosotros la hemos recibido a travs de una cadena de intermediarios. Y todava no se dan su manifestacin y confirmacin plenas y definitivas. No se puede separar lo objetivo de lo subjetivo, porque no se puede hablar, con sentido, de la resurreccin de Jess fuera de la experiencia de fe y del testimoniar. La intencin primaria del testimonio es convertir, cambiar la existencia. Este cambio corresponde a lo acontecido en Jess. 7 Cf. Kessler, Sucht..., 276-282.

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CRISTOLOGIA PARA LAICOS

Kerygma y cristologas ms primitivas El anuncio (kerygma) primitivo: "Verdaderamente ha resucitado y se ha aparecido a Simn" (Lc 24,34). Las frmulas seran: Dios ha resucitado a Jess de entre los muertos1; lo ha exaltado; lo ha hecho viviente 2; lo ha establecido como Mesas, Seor , Hijo de Dios.3 Se toma conciencia de que Jess muri y resucit segn las Escrituras. Esto fue por nuestros pecados. 1Co 15, 3-5: "Cristo muri por nuestros pecados segn las Escrituras y fue sepultado; al tercer da fue resucitado segn las Escrituras y se apareci a Cefas y luego a los doce". Pablo cita esta frmula como tradicin que l ya encontr formada. Siguiendo a Dodd4, el kerygma que aparece en Pablo contendra los siguientes elementos: las profecas fueron cumplidas y la nueva era inaugurada mediante la venida de Cristo; Cristo naci de la simiente de David, muri segn las Escrituras para librarnos del siglo presente y malo, fue enterrado, resucit al tercer da segn las Escrituras, fue exaltado a la diestra de Dios como Hijo de Dios y Seor de vivos y muertos, volver como juez y salvador de los hombres (Rm 1, 1-4; 8, 34; 10, 8s; 1Co 15, 1-7). Si nos fijamos ahora en los discursos de Pedro y de Pablo (en Antioqua de Pisidia) en Hch, el kerygma se puede resumir as: ha despuntado la era del cumplimiento, a travs del ministerio, muerte y resurreccin de Jess (de la que ellos son testigos; Jess es el nuevo Moiss); en virtud de la resurreccin Jess ha sido exaltado a la diestra de Dios como cabeza mesinica; el Espritu Santo en la Iglesia es el signo de la presencia del poder y gloria de Cristo; la era mesinica va a alcanzar pronto su consumacin con el retorno de Cristo; los auditores son llamados a la penitencia, se les ofrece el perdn y el Espritu Santo; hay promesa de salvacin para los que entran en la comunidad de los elegidos (2, 32-36; 3, 13-15; 5, 29-32). La comunidad primitiva esperaba para pronto la parusa, no como nuevo orden de cosas sino simplemente como plenitud de lo ya realizado. Segn R. Schnackenburg5, la cristologa ms primitiva sera la de la exaltacin: en estrecha conexin con la resurreccin, Dios dio a Jess dignidad y poder. Conforme al Sal 110,1, el exaltado se sienta a la diestra de Dios. Cercano a lo anterior est el ttulo de "Seor", en cuanto indica un ejercicio soberano de poder o una veneracin cultual.6 Vase Hch 2, 32-36, etc.7 Desde la exaltacin de Cristo tuvo que surgir la pregunta de cmo juzgar la previa vida terrena de Jess. As se concibe un paso de la carne al espritu, gracias a la resurreccin. Slo en el punto de llegada puede ser reconocido como el mesas prometido (Rm 1, 3s). El, entrando en la gloria de Dios, es el vencedor, cuyo seoro se revela en los cielos y es celebrado litrgicamente en la tierra (1Tm 3,16). Hay preocupacin por explicar la mesianidad a los judos. Jess slo puede ser rey mesinico, en el pleno sentido de las antiguas profecas, en cuanto ha sido constituido Seor por Dios y en cuanto que, entronizado a la diestra de Dios, hace fecunda su muerte expiatoria difundiendo por el cosmos su fuerza salvfica.1 1Ts 1, 10; Rm 10, 9; 2Tm 2, 8. 2 1P 3, 18. 3 Hch 2, 36; Rm 1,4; 10, 9. El maranatha (1Co 16, 22) de la primitiva comunidad supone que Jess ha sido exaltado como

Seor. Es de notar que no es Dios el invocado sino Jess. 4 The Apostolic Preaching and its Developments, London 1970 (hay traduccin castellana). 5 Cristologa del Nuevo Testamento, p. 202-221, Mysterium Salutis III,1, 186-314. 6 Cf. Flp 2, 11. 7 Los conceptos ms antiguos estn bajo el influjo de la cuestin mesinica.

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Algunos rasgos de la cristologa de las epstolas paulinas1 El himno de Flp 2, 6-11, anterior a Pablo, muestra al Cristo preexistente en un drama de abajamiento y exaltacin respecto al seoro sobre la creacin.2 La knosis3 (vaciamiento) del que existe en condicin divina para tomar la forma de siervo es lo que nosotros llamamos encarnacin (cf. Ga 4,4). Atribuye a Jess lo que en Is 45, 23 se atribua a Dios. El nombre es "Seor".4 Pablo predica a un mesas crucificado (1Co 1, 23)5. Y Pablo est crucificado con l.6 El evangelio de Pablo es el poder salvador de Dios en Cristo. Su punto de partida es la cruz y la resurreccin. Lo sabe presente a la diestra del Padre y lo espera glorioso en la parusa futura. Se atiene directamente al Seor viviente que se le apareci en el camino a Damasco y desde ah desarrolla su imagen de Cristo. Cruz y resurreccin forman, para Pablo, una unin indisoluble (Rm 4, 25). En la cruz se muestra la debilidad humana y se revela la fuerza de Dios, de la que vive desde la resurreccin.7 En la cruz se realiza la muerte expiatoria, sustitutiva (Rm 3, 24s; Ga 3, 13; 2Co 5, 14.19.21)8; y en la resurreccin, la dispensacin de la vida a los creyentes. La concepcin de Cristo como Seor sera la idea paulina predominante.9 Es un ttulo de confesin de fe y de veneracin religiosa (cf. Rm 10, 9-13).10 El que est en la gloria ejerce, con cercana personal, su seoro. Para eso muri y resucit (Rm 14, 9). Todo terminar siendo sometido a sus pies (1Co 15, 24s). El Seor es el que viene en la parusa (1Ts 4, 15-17). Pablo lo ve como el Seor de la comunidad.11 Se pertenece a este Seor y se le est obligado (Rm 14, 8). La unin con l es liberante y transformante.12 El Ttulo "Hijo de Dios" Pablo lo aplica a Jess slo 17 veces13, pero en momentos cumbres.14 Hijo de Dios expresa al Salvador en relacin con Dios su Padre, y su funcin como mediador de salvacin. Pablo proclama en su evangelio al Hijo de Dios.15 Usa este ttulo para el preexistente (Rm 8, 3; Ga 4, 4)16, para el crucificado, para el exaltado y para el que vendr en el futuro.17 Al final, el Hijo someter todo al Padre (1Co 15, 28): todo est1 No considero aqu Hb y pastorales. 2 Cf. 1Co 8, 5s; Ef 1, 20s. 3 Cf. Jn 17,5. 4 Este nombre se usaba en el judasmo helenstico para designar a Yahweh. 5 Cf. 2, 2. 6 Cf. Ga 2, 19s; 2Co 4, 10s; Flp 3, 10s; Flp 3, 10s; Col 1, 24. 7 2Co 13, 4. 8 Cf. Rm 8, 3s; 2Co, 5, 14.19.21; Ga 3, 13; 4, 5. 9 Segn M. Hengel (El Hijo de Dios) usa este ttulo 184 veces. 10 1Co 12, 3. 11 La Eucarista es la copa del Seor, la mesa del Seor (1Co 10,21), la cena del Seor (cf. 1Co 11, 20-34). 12 2Co 3, 17s. 13 De sas, 11 veces aparec como su Hijo. 14 Segn V. Taylor (The Names of Jesus, London 1962, ed. Macmillan), est ms relacionado con la enseanza que con el

culto. 15 Rm 1, 9. Cf. Ga 1, 15s. 16 Cf. Rm 1, 2-4. 17 1Ts 1, 10.

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CRISTOLOGIA PARA LAICOS dirigido al Padre. El Hijo es la imagen del Dios invisible (Col 1, 13.15). Dios lo entrega a la muerte por todos nosotros (Rm 8, 32)1, y as nos reconcilia con l (Rm 5, 10). El Hijo nos hace a nosotros hijos de Dios (Ga 4, 4-7).2 La doxologa de Rm 9, 5, gramaticalmente y segn su contexto, estara dirigida a Cristo, aunque esto sea inusual en Pablo. En ella Cristo es llamado "Dios". Cristo, en Pablo, est en la esfera de lo divino por sus relaciones con el universo, con el hombre, con el Espritu Santo. Se lo piensa como preexistente (2Co 8, 9).3 Se le aplica el ttulo "el Seor" 4, con que se designaba a Dios en el A. T. Aparece en frmulas trinitarias (2Co 13, 13)5, etc. Hay cierta subordinacin de Cristo al padre6, que V. Taylor llamar subordinacin de amor. Pablo caracteriza a Cristo como el ltimo Adn (1Co 15, 20-22). As como por un hombre vino la muerte, as por otro vino la resurreccin de los muertos. Cristo aparece como un nuevo padre del gnero humano, representando a la humanidad. Uno muri por todos, y en l todos murieron (2 Co 5, 14).7 Cristo es representante y vicario de la humanidad, tanto en la muerte expiatoria como en su resurreccin. En 1 Co 15, 44-49 Pablo vuelve a contraponer el primer Adn, con su cuerpo psquico (terreno) al ltimo Adn con su cuerpo espiritual (transfigurado). El primero procede de la tierra y el segundo procede del cielo (se refiere al Cristo resucitado) y vivifica. Como nosotros hemos llevado la imagen del terrestre, as llevaremos la del celeste (resucitaremos).8 Cristo, como nuevo padre del gnero humano, no es slo su prototipo sino tambin su promotor y procreador. Esto se destaca en Rm 5, 12-21. La salvacin por Cristo supera incomparablemente la desgracia que viene por Adn. El seoro del pecado y del poder de la muerte es roto, y cede al seoro de la vida. Se est seguro de la liberacin de la corrupcin, porque ya se ha alcanzado la sobreabundancia de la gracia y el don de la justicia en Cristo.9 La desobediencia de Adn se contrapone a la obediencia de Cristo. El himno de Col 1, 15-20 destaca la primaca de Cristo en todo.10 Los versculos 1517 se refieren a la creacin11, y los vers. 18-20 a la redencin (nueva creacin). Se dira que como imagen de Dios invisible es el mediador de la creacin y su sostenedor, como primognito de entre los muertos es el comienzo de un mundo nuevo y reconciliado con Dios, como portador de todo el pleroma es origen y meta de todo.12 En l habita la plenitud de la divinidad corporalmente (Col 2, 9). El Cristo del himno es el Seor resucitado. Han ayudado1 Gran prueba del amor de Dios (cf. Rm 5, 10). El mismo se autoentrega (Ga 2, 20). 2 Cf. Rm 8, 14ss.29. 3 Flp 2, 6. 4 Cf. 1Co 2, 8. 5 Cf. 1Co 12, 4-6. Cf. Mt 28,19. 6 1Co 3, 23; 11, 3; 15, 28. 7 Y la muerte est ntimamente ligada con la resurreccin en su sentido salvfico (Rm 4, 25). 8 Cf. Rm 8, 29; Flp 3 ,21. Esto se realiza a travs del Espritu vivificante, que Cristo nos da (Rm 8, 9-11.23; 2 Co 3, 18). 9 La humanidad, que forzosamente es solidaria con el primer hombre, se somete a su nueva cabeza mediante la libre

adhesin de la fe. El hombre muere al pecado, consepultado con Cristo (en su muerte) por el bautismo (Rm 6, 2-11). 10 Cf. Ef 1, 10. 11 Cf. 1Co 8,6. 12 La obra de Cristo desborda los lmites de la Iglesia, de la que es cabeza (Col 2, 19; Ef 4, 15s). Con su resurreccin su preeminencia se extiende al mundo futuro, cuyo comienzo es. Hay una victoria pascual sobre las potencias (Col 2, 15). As se cumple la intencin de Dios de que tenga el rango primero en todo. Pablo est interesado en que la nica y total redencin es en Cristo, y para afirmar la total primaca de Cristo, sobre todo respecto a las potencias invisibles, engloba temas de creacin.

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CRISTOLOGIA PARA LAICOS a concebir la preexistencia y envo de Cristo y a expresar su papel respecto a la creacin, los temas de la sabidura del A. T. (Pr 8, 22ss.30)1, especialmente a travs del judasmo helenstico, y la conviccin de fe de la total revelacin y salvacin de Dios en Cristo. Un mediador as en la escatologa tiene que serlo tambin en la protologa. Algunos rasgos de la cristologa de Juan2 El Jess terreno es visto como glorificado (1, 14) y en ntima relacin con los problemas de la vida cristiana de ese tiempo. Se insiste en su carne verdadera.3 El centro del evangelio es Jess4 el Cristo 5, Hijo del hombre6, Hijo de Dios7, Logos hecho carne, enviado del Padre, revelador, cuya venida y vuelta es el juicio escatolgico que produce la separacin entre los que creen en l (y tienen la vida eterna) y el mundo que lo rechaza, caracterizado por los judos, cuya sentencia es permanecer en la muerte. El climax del evangelio es la confesin de Toms respecto a Jess: "el Seor mo y el Dios mo" (20, 28).8 La filiacin de Jess, su incomparable relacin al Padre, que en los sinpticos aparece en momentos especiales, en Jn es una relacin constante. El Logos9, que exista en el principio, que era Dios, por quien todo fue creado, se hizo carne, puso su tienda entre nosotros (Jn 1, 1-3.14). Todo el camino de Cristo va a ser visto como un descenso y una vuelta a ascender del Hijo del hombre (3, 13-15)10, como venida del Hijo de Dios al mundo y vuelta al Padre (16, 28) para volver a retomar la gloria propia, que tena antes de la fundacin del munco (17, 5s).11 El enviado del Padre ha venido para traer la revelacin de salvacin a los hombres y abrirles el camino de ella, conducirlos al mundo celestial, hacia donde l los ha precedido.12 El Hijo, que est en el seno del Padre, es quien nos lo revela (1, 18). Testifica lo que ha visto y odo en el cielo (3, 31s). El Hijo es la perfecta realizacin de Dios entre los hombres (14, 7ss). Este revelador y portador de la salvacin13 se revela a s mismo en palabras y signos: slo l es el pan de vida bajado del cielo (6, 51), la luz del mundo (8, 12), la puerta hacia la vida (10, 9), el buen pastor (10, 11.14), el camino, la verdad y la vida (14, 6), la resurreccin y la vida (11, 25), la vid verdadera (15, 1.5). Estos atributos matizan el majesttico "yo soy" (8,

1 Cf. Si 24, 8s; Sab 7, 12.21ss; 8, 1.3-6; 9, 4.10. 2 Del evangelio, con consideracin de las espstolas, que sern citadas como 1Jn, etc.. 3 1, 14; 19, 34s; 1Jn 4, 2s; 2Jn 2, 7. 4 Hay un gran interrogante sobre ese hombre llamado Jess. 5 11, 27; 20, 31. 6 12, 34. 7 20, 30s. 8 El Dios, que significa siempre en el N. T. el Padre, aqu es dicho como predicado de Jess. Tambin se dice "Dios" de

Jess en 1, 1.18; 1Jn 5, 20; Rm 9, 5; Tt 2, 13; 2P 1, 1. 9 Respecto a la influencia del judasmo helenista y sobre todo del A. T. en el concepto de Logos de Jn, cf. S. Zaartu, Algunos desafos del misterio del Dios cristiano a las categoras del pensar filosfico en la antigedad y viceversa. Lgos e hypstasis (persona) hasta fines del siglo IV, Teologa y Vida XXXIII (1992)35-58, p. 40s. La utilizacin del concepto de Logos para expresar al Hijo tender un gran puente hacia el helenismo. 10 6, 62. 11 Cf. 12, 23s.32s. 12 14, 2-6. 13 El revelador, en cuanto tal, trae, a la vez, la salvacin y la vida.

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CRISTOLOGIA PARA LAICOS 24.28.58).1 Su exaltacin es necesaria para comunicar la vida eterna al creyente (7, 39). Su entrega tiene carcter vicario (11, 50-52; 4, 10)2 y se expresa sacrificialmente (1, 29).3 En Jn aparece muy a menudo "Hijo de Dios" (tres veces "unignito"), el "Hijo". "mi Padre". La filiacin expresa lo ms profundo del misterio de Cristo (5, 19-26). El hecho que los judos vean blasfemia en esto 4, muestra que perciban algo ms. El Padre es el que lo ha enviado y Jess acta en su nombre. Su misin de enviado lo define (4, 34, etc.). Jess es uno con el Padre en el obrar (14, 10s) y en poseer (10, 30; 17, 10).5 El Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que l mismo hace6; tambin le ha traspasado el juicio para que todos honren al Hijo como honran al Padre.7 El Padre ha puesto todo en sus manos.8 La unin con el Padre es perfecta. El Padre, a quien va, es ms grande que l (14, 28).9 Esta subordinacin del Hijo en su vida terrestre procede de la vinculacin amorosa con su Padre. Vemos llegado a su madurez el concepto de filiacin divina. Y Dios nos manifiesta su anticipado e inconcebible amor en la donacin del Hijo para que tengamos vida (Jn 3, 16s).10 Jess ha terminado su actuacin en la tierra de acuerdo al encargo recibido, pero todava falta su fructificacin en los discpulos y en todos los creyentes. En su lugar, Jess enviar al Espritu de la verdad, un otro Parclito 11, que procede del Padre y que ensear y recordar lo de Jess, dar testimonio de l.12 El Espritu glorificar al Hijo.13 Jess posea el Espritu sin medida.14 En Jn 20, 21-23, Cristo resucitado da el Espritu en relacin a la misin, al perdn de los pecados. Pero tambin Jess permanecer cercano a sus discpulos: habitar en ellos (14, 18-23). Mutuamente Padre e Hijo se glorifican (17, 1.4s).15 Toda la obra terrestre de Cristo estaba subordinada a la glorificacin del Padre. Para eso ha revelado el nombre del Padre a los hombres que el Padre le ha dado16 y ha hecho todo para que ninguno de ellos perezca.17 La comunidad terrestre de los discpulos debe, mediante su fe en aqul que el Padre ha enviado, mediante su unidad correspondiente a la unidad entre el Padre y el Hijo (17,21-23) y a travs de su testimonio ante el mundo basado en esa unidad, realizar esa glorificacin del Padre por el Hijo. La ltima meta es conducir a los creyentes a la gloria que el Padre ha dado al Hijo ya antes de la fundacin del mundo (17,24). As Jess les seguir revelando al Padre para que el amor del Padre, con el que ha amado al Hijo, abrace y1 Cf. Ex 3, 14. 2 1Jn 2, 2. 3 1Jn 1, 7. Cf. 6, 53-58. 4 5, 18; 10, 36; 19, 7. 5 El Hijo, como el Padre, tiene el poder de resucitar a quien quiera (5, 21). 6 5, 20. 7 5, 22s. 8 3, 35. 9 Esta cita se refiere a la glorificacin por el Padre, que para los discpulos se traduce en donacin de los bienes de

salvacin por mediacin del Hijo glorificado. 10 Cf. 1Jn 4, 16. 11 En 1Jn 2, 1 el mismo Jess es designado Parclito para interceder por los pecadores. 12 14, 16s.26; 15, 26; 16, 7-11.13-15. 13 16,14. 14 1, 32; 3, 34. 15 13, 31s. 16 17,6. 17 17,12.

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CRISTOLOGIA PARA LAICOS penetre todo (17,26). En 17,3, el Padre es llamado el nico Dios verdadero, y la vida eterna consiste en conocerlo a l y a su enviado Jesucristo. Algn otro aporte de la cristologa neotestamentaria1 La epstola a los Hebreos nos presenta a Cristo como el Hijo 2 y sumo sacerdote.3 Porque Jess es el Hijo de Dios, sobrepasa a los ngeles4, etc., y puede ser causa de nuestra salvacin y mediador perfecto. En el tiempo escatolgico, Dios ha hablado por su Hijo (1, 1s). Es establecido como heredero por Dios y as adquiere un seoro universal. Es mediador en la creacin5 y realiza la purificacin de los pecados (1, 2s). El hecho central de la salvacin no es tanto la crucifixin, ni aun la resurreccin, cuanto la entrada del Sumo Sacerdote en el santuario celeste (4,14; 8,1s; 9, 24), donde est siempre viviente para interceder y salvar (7, 25). Con su entrada al cielo, el Sumo Sacerdote alcanz la meta para l y para los que l santifica. Alcanz su perfeccin despus del combate de la pasin.6 Fue "probado en todo, semejante a nosotros excepto en el pecado" (4, 15). "Y aun siendo Hijo, con lo que padeci experiment la obediencia; y llegado a la perfeccin se convirti en causa de salvacin eterna para todos los que le obedecen, proclamado por Dios Sumo Sacerdote a semejanza de Melquisedec" (5, 8-10). Es mediador de una alianza nueva 7 sellada con su sangre.8 La teologa del Sumo Sacerdote subraya la validez escatolgica, nica y permanente, del hecho de la redencin: una vez y para siempre. "el Cristo fue ofrecido una sola vez para quitar los pecados de la multitud" (9, 28).9 "Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por la eternidad" (13, 8). En el Apocalipsis lo que esperabamos como el "da del Seor" est desdoblado: por una parte designa el acontecimiento de la resurreccin de Cristo y su exaltacin al seoro, por otra parte todava es esperado en cuanto parusa, manifestacin universal y esplendorosa del reino de Dios por su Cristo.10 El tema de la urgencia se funda sobre todo en la conviccin de que la fase definitiva ha sido revelada e inaugurada en el acontecimiento pascual. La obra de Jess lleg a su trmino y nosotros slo esperamos su muy pronta manifestacin (1, 7; 22, 20). Pero ya triunfa Cristo 11, y su reino est inaugurado. Jess es el nico salvador; est investido como Seor (cf. 1, 12-16; 19, 11-16).12 Ap nos presente la

1 Como esbozo de conjunto de la cristologa del N. T., aunque ms sincrnico, me atrevo a recomendar mi artculo Notas

conclusivas a una docencia en cristologa bblica, Teologa y Vida XXXII(1991)221-232. 2 7, 28. 3 Destaca su dignidad nica, contraponindolo al A. T. El culto antiguo, entre otras cosas, era slo una sombra, un esbozo, una imagen, de las realidades celestes (9, 23s.; 8, 5; 10, 1). 4 1, 4. Esto bajo el aspecto de la entronizacin escatolgica (2, 8s). 5 En 1, 3 resuena Sb 7, 25s. 6 Cf. 2, 9s; 7, 27s. Vase 12, 2. 7 9, 15; 12, 24. Cf. Jr 31, 31-34; 1Tm 2, 5s. 8 Cf. 9, 12-14. 9 Cf. 7, 27; 9, 12; 10, 10. 10 Hay una concepcin pesismista respecto al mundo presente, y optimista respecto a la victoria y al futuro. El destino de la Iglesia es asociado al destino de Cristo. 11 1, 18; 5, 5; 17, 14; 19, 11-21. 12 Cf. 5, 5-14; 11, 15; 12, 10.

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CRISTOLOGIA PARA LAICOS imagen de un Cristo que gobierna desde el cielo, Seor de la comunidad y vencedor de sus enemigos, imagen significativa