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Kagerou Daze VI -over the dimension- | 1

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  • K a g e r o u D a z e V I - o v e r t h e d i m e n s i o n - | 1

  • K a g e r o u D a z e V I - o v e r t h e d i m e n s i o n - | 2

    Kagerou Daze VI -over the dimension-

    Historia: Jin (Shinzen no Teki-P)

    Ilustraciones: Shidu

    Traducción: Amelia, Callie

    www.namelesssense.wordpress.com/

    http://www.namelesssense.wordpress.com/

  • K a g e r o u D a z e V I - o v e r t h e d i m e n s i o n - | 3

    INDÍCE

    Daze 1 ........................................................................... 4

    Lost Days 1 .................................................................. 11

    Lost Days 2 .................................................................. 24

    Lost Days 3 .................................................................. 31

    Lost Days 4 .................................................................. 40

    Lost Days 5 .................................................................. 47

    Lost Days 6 .................................................................. 59

    Lost Days 7 .................................................................. 73

    Lost Days 8 .................................................................. 78

    Daze 2 ......................................................................... 82

    Epílogo “La Historia Donde Tus Ojos No Deberían Ir” 86

  • K a g e r o u D a z e V I - o v e r t h e d i m e n s i o n - | 4

    Daze 1

    —¿Qué se supone que hago viendo televisión? Murmuré sin dirigirme a nadie, sentado frente a una televisión análoga que parecía

    estar puesta ahí sin ninguna razón. Mi mente no se siente mareada. No tengo memoria de haberme ido a dormir, ni

    creo haber perdido la conciencia o algo por el estilo. ...No, no se trata de eso. Si lo pienso bien, no soy capaz de recordar nada de nada. ¿Qué estoy haciendo aquí? ¿Y por qué estaba mirando a esta TV? Cualquiera sea la

    razón, encontré imposible recordarlo. No solo fallé al tratar de recordar algo sobre el programa que supuestamente he

    estado mirando, en realidad no había nada en mi memoria sobre nada que haya pasado antes de haber hablado recién. Como si alguien hubiese estado controlando mi cerebro, removiendo mis recuerdos antes que pudiese aferrarme a ellos.

    Devolví mi mente distraída a la pantalla que estaba ante mí. Estaban pasando una serie de palabras; como si de los créditos de una película se tratase, subiendo junto a una gentil pero distorsionada melodía de violín, sonando de fondo.

    Si ese es el caso, ¿Entonces habré estado viendo alguna película?

  • K a g e r o u D a z e V I - o v e r t h e d i m e n s i o n - | 5

    ...La verdad dudo mucho que algo así haya pasado. En primer lugar, nunca me han interesado las películas. Las más recientes que podía recordar, son cosas como las adaptaciones de animes con "Tiernas chicas de pelea" que daban los domingos por la mañana. Por esa razón, el que haya estado indefinidamente viendo los créditos enfrente a mí, bueno, era difícil de imaginar. Sin importar cuánto tiempo libre haya tenido en mi vida —y, hablo en serio, tenía un montón— esto me parecía una increíble pérdida de tiempo.

    Si lo que estoy viendo son créditos, entonces antes hubo un tipo de, película también. Y tuve que haberla visto por la cantidad de minutos que haya durado, pero… ¿Qué era lo que había visto?

    —Agh, ni siquiera puedo recordar algo tan simple como eso. Aparte, ¿Dónde se supone que estoy...?

    Oh, claro. Buena idea, yo mismo. Podría empezar por descubrir al menos dónde estoy parado. ¿Qué había cerca que me pueda dar algún indicio? Algún tipo de edificio, ventana, o alguna persona, cualquier cosa ayudaría. Bueno, el haber salido de mi cuarto ya era bastante imposible para empezar, creo.

    Esos pensamientos viajaban por mi mente mientras movía mi cabeza, tratando de obtener alguna idea de mis alrededores… solo para encontrarme con algo que me hizo dudar de mi propia mirada.

    —...Tiene que ser una broma. Estirándose por lo que parecían ser cientos de millas… había un mundo de blanco

    puro. Se me hacía imposible ver qué tan lejos el mundo seguía así. No había gente ni edificios; ni siquiera un mísero árbol a la vista. Nada que hiciera

    distinguir la separación entre cielo y tierra, y definitivamente no había nada como un sol o luna. No podía ver ni mi propia sombra.

    Además de mi persona y el todavía frente a mí aparato análogo desgastado, todo en frente mío, detrás mío, a mi izquierda, derecha, arriba, abajo —todo lo que podía ver— estaba envuelto en un simple y único tono de blanco.

    Era una escena sin compasión, completamente irreal —lo único que pude hacer fue temblar.

    Recordé el miedo a la oscuridad que sentía cuando niño. Esta blancura se presentaba como lo opuesto, pero tenía el mismo efecto en mi sentir. Quizás incluso peor.

    Al menos en la oscuridad, podía imaginar la existencia de algo bueno por ahí, alguna esperanza a la que aferrarse. Un sentido de expectación. Lo único malo era que no podía ver nada.

    Aquí, en cambio —no había nada. Este claro, blanco escenario; esta “nada”, hacía de sentimientos como la esperanza cosas imposibles.

    La desesperanza nubló toda mi mente, no pude encontrar ninguna base que me explicase toda esta cadena de eventos. No solo no podía recordar nada sobre haber venido aquí, sino que ninguna otra persona podía verse en ningún lugar cercano. Y aunque tratara de irme lejos de aquí, para escapar, no tenía hacia dónde ir sin marcas en el terreno, ni ideas sobre cómo llegar a mi destino. Lo único que veía era un constante blanco, blanco, blanco —entregándome nada aparte de un cruel caos.

    ¿Qué ocurre con este lugar? ¿Podría alguien siquiera hacer este lugar tan gigante, y más allá de la comprensión? De ninguna manera. Simplemente no era posible.

  • K a g e r o u D a z e V I - o v e r t h e d i m e n s i o n - | 6

    Pero por lo que veo, esto no se asemeja ni a una “creación” en primer lugar. Era simplemente un vasto espacio vacío, provisto de cualquier indicio natural o incluso artificial. Lo que me deja con sólo una explicación lógica, que sería que me he…

    —¡Demonios, joder! ¡Como esto sea lo que creo…! Mi voz tembló mientras intentaba traer mi mente exasperada de vuelta en sí. No. No saco nada de intentar pensar racionalmente sobre un mundo tan irreal y

    abstracto. ¿Qué sacaría de aquello? Nunca encontraría la respuesta. Por ahora, necesito empezar a buscar. Tiene que haber algo; en algún lado, de lo que

    la esperanza de encontrar una salida se pueda sustentar. ¿Pero existe algo? ¿Cualquier cosa? ¿Cómo se supone que salga de esta tierra de locura? No, debe haber una pista en por aquí cerca…

    La primera cosa con la que me topé fue; por supuesto, la televisión análoga que estaba aún frente a mí.

    La única esperanza que podía encontrar en este lugar era esta cosa, que ni siquiera me importaba. Mi mente tenía sed de información, sin importar qué tan ridícula fuese. Con las pocas expectaciones que tenía, acerqué mis ojos a la pantalla —y vi mis esperanzas esfumarse por lo que sólo podía describirse como desesperación en forma textual.

    —¿Qué idioma es este...? Los créditos que subían por la pantalla estaban compuestos de una mezcla extraña

    e indescriptible de palabras, como si alguien hubiese tomado idiomas de varias culturas, las juntara en alguna licuadora de comida, y publicase los resultados. Di lo mejor de mí para tratar descifrarlos, poniendo toda mi capacidad mental en la acción. Pero no había nada consistente ni regular en ninguna parte. Siempre me he sentido afín cuando de idiomas se trata, pero esto no me daba ni para empezar.

    Solté un cansado suspiro y me senté en lo que apenas se podía comparar a un suelo. Mirando de nuevo a mi alrededor, seguí sin ver gente. Ni nada, además del set de

    televisión. Lo último que podía recordar, era haber estado en mi cuarto, perdiendo el tiempo

    en mi computador… creo. ¿Será eso verdad? era todo lo que podía recordar, y aun así mi memoria estaba borrosa. De todas formas, al menos puedo asegurar que no salí de mi casa.

    Esta tele y sus créditos… ¿Cuál será su significado? Mirar a la pantalla me hacía sentir, cada vez más, que he estado mirando… algo en

    ella. Con un significado que me parecía importante. Partes de esta “película” me hicieron reír, logré pensar, y otras partes fueron más

    solemnes, casi melancólicas. Estos pequeños fragmentos de memoria que aparecieron en mi mente —desaparecieron al instante.

    Por supuesto. Al menos ahora no tengo dudas. Si estaba mirando la… lo que sea que estuvo antes de estos créditos.

    Pero hay algo que me incomoda sobre ese “lo que sea que estuvo antes”... Por razones más allá de mi entendimiento, no podía recordar nada de su trama ni

    aspectos principales, como si todo estuviese cubierto de neblina. ¿Por qué me estoy olvidando de la parte más importante de esto?

    —Acaso… quizás, ¿Se trata de algo que no quiero recordar?

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    Apenas dije ese pensamiento en voz alta, encontré palabras dentro del enredo que sí era capaz de leer. Me abalancé sobre la televisión, pegado a la pantalla para no perderlas. Mi primer brillo de esperanza. Por instinto, las leí en voz alta:

    —Veamos… ¿”Protagonizando… Shintaro… Kisaragi”? En toda mi vida, nunca me encontré con alguien que se llamara igual a mí. Y aunque

    lo hubiese hecho, no hay manera de que aparezca justo en este momento. No en este tipo de situación.

    No había un error. La estrella del programa estaba bajo… mi nombre. ¿Así que estuve de actor principal? Sí, claro. Nunca he estado ni cerca de un estudio

    de grabación, mucho menos actuado en una película. ¿Entonces quizás algo que no sea una película? ¿Pero qué más podría tener créditos

    como estos? Programas de televisión, dramas, anime… nada en lo que recuerde haberme registrado. Además, nunca tendría la oportunidad de presentarme en algo así.

    Sí, esto no tiene sentido. La única cosa en la que sería capaz de actuar es… mi propia vida, y nada más.

    Mi propia… ¿vida…? —...No. No. No, no. ¡No! No puede ser eso. Estoy soñando. Sí, eso es todo, ¡Estoy teniendo un mal sueño y ya!

    El escalofrío que recorrió mi cuerpo, mi respiración cortada —todo era parte de la pesadilla. Sí. No pueden haber "créditos" a mi vida. ¡No pueden haber…!

    —¿Qué demonios es esta idiotez...? ¡Maldita sea! Me paré y rápidamente pateé la televisión para decirle lo que pensaba al respecto.

    Mi pierna dio en el blanco, con fuerza suficiente para romperme un hueso. Y a pesar de eso… ¿Qué está pasando? No me duele nada, ¿Y no estoy sangrando? Ok. Ahora me estoy asustando. No entiendo nada de lo que pasa. Mi ansiedad

    amenaza con matarme. Pero a pesar de todo… ¿Por qué no estoy llorando? ¿Qué demonios me está pasando? ¿Por qué no puedo recordar nada? ¿Siquiera soy

    "Shintaro Kisaragi"? Por favor. Quien sea. Solo díganme. ¿Qué me pasará ahora? ¿Voy a desaparecer? ¿Esto significa que todo se acabó? ¿O esto va a seguir así para siempre hasta el infinito? ¿Así es cómo será esto? ¿Yo,

    solo, en este vacío para siempre…? ...Agh. Cualquier cosa menos eso. Este es el peor sueño de todos. Me sentí listo para perder la cabeza. Si esto es un sueño, que alguien me despierte

    de una vez… rápido… —...Cálmate de una vez, Shintaro. ...Una voz. La voz que escuché de la nada logró que los circuitos sobrecalentados de mi cerebro

    se congelaran en su lugar. Sí, lo repentino me sorprendió demasiado, pero la verdadera

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    razón por la que quedé tan helado fue porque el dueño de la voz era la última persona que esperaba que me llamara.

    Siguiendo a la voz, un agudo, tono electrónico comenzó a sonar en intervalos regulares. Seguía sonando con eco y a un mismo ritmo constante, con la frialdad de una máquina. Algo sobre el ruido… Me es bastante familiar. Era el sonido usado en los programas de TV para representar el pulso de alguien en cama.

    ¿Algún tipo de electrocardiograma...? Lo he escuchado quién sabe cuántas veces antes. Cuando mi abuelo quedó hospitalizado. Cuando mi hermana casi se ahoga en el océano. Eso, y una vez más.

    Levantando mi cabeza para poner atención de nuevo, me encontré con una puerta metálica que apareció de la nada, un poco más adelante de donde me encontraba. No había ninguna pared alrededor —era solo una puerta, erguida ahí entre la nada.

    Si es que seguía teniendo todos mis tornillos bien puestos, o si mi mente finalmente había decidido ponerme a prueba, no lo sabía —en un escenario como este no sentí el más mínimo shock o sorpresa.

    Miré de más cerca a la puerta. ¿Dirigía a un cuarto de operación, quizás? Había una panel con luces rojas sobre la

    puerta que me recordaba a los de los hospitales que indican que hay una cirugía en proceso. Entre esto y la voz que acabo de escuchar… —¿...Estás bien con que entre? ...Era la única interpretación a la que podía llegar. La voz de recién me era definitivamente conocida. No había manera, pensé, que

    pudiera ser cualquier tipo que no sea quien me imaginé. Si ese era el caso —tan irónico como fuera— el hecho de que esto sea una puerta

    de hospital tendría sentido de repente. Pero… ¿Era algo así siquiera posible? Quiero decir, si pudiese volver a verlo, lo amaría. Había un montón de cosas de las

    que tenemos que hablar. Durante los últimos dos años, me lamenté no poder ser capaz de escuchar lo que él de verdad tenía que decir, o decirle lo que de verdad quería. ¿Qué fue lo que pasó en ese día hace dos años atrás? ¿Por qué fui el único que quedó atrás? La pregunta me carcomía constantemente.

    Si esta es mi gran oportunidad para hablarle otra vez… —...Abre. En el momento en que mis palabras sonaron frente a la puerta, se escuchó un clic y

    la luz roja del panel se apagó. Al mismo tiempo, la puerta de metal se abrió sin hacer ruido. Lo primero que noté fue el olor. Ese inconfundible olor antiséptico característico de

    cada esquina de un hospital sopló a través de la puerta semiabierta. Lo siguiente que entró a mi vista fue una vasta e incontable cantidad de bolsas de

    suero, repartidas entre todo el espacio de blanco puro. Los innumerables tubos de plástico estaban todos ligados a bolsas distintas, llenas de un líquido incoloro, pero a pesar de esto, todos se dirigían a un mismo punto fuera de mi rango de visión. Eran entre docenas, incluso cientos, haciendo el cuadro parecer una especie de telaraña enredada.

    Y al fondo de cada tubo… había algo que no podía ver desde la entrada. Juzgando por la dirección por la que venía el sonido del electrocardiograma, debía venir del mismo lugar al otro lado de las bolsas.

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    No saco nada haciéndome el tímido en la puerta. Con un gran suspiro, me animé y pasé a través.

    Agarrado de los goteantes tubos de suero, me guíe por el laberinto formado, con cuidado de no tirar ninguna bolsa mientras avanzaba paso por paso, inseguro. Mientras más avanzaba, más potente era el olor antiséptico. Tratando de forjar mi camino a través de esta interminable, abarrotada masa de tubos era equivalente a intentar pasar por una jungla de metal.

    Y así, avanzando y tropezando, el destino al final del enredado camino llegó a mis ojos por fin.

    A pesar del supuesto de que este lugar era una sala de operaciones, no había ningún otro aparato médico visible aparte del suero. Ningún doctor o enfermera cerca, siquiera.

    Todo lo que vi fue una cama solitaria, envuelta en blancas sábanas que parecían fusionarse con el fondo de igual tonalidad.

    Haberme encontrado con los ojos del paciente en esa cama, inesperada y exactamente igual a la manera en que solía recordarlo, me hizo suspirar.

    ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Qué te ha pasado durante todo este tiempo? ¿Dónde estamos, ahora que lo pienso? ¿Estoy aquí porque me llamaste? ... Aunque una cascada de estas y otras preguntas destellaron en mi mente, la única

    que reflexivamente logró salir de mis labios fue algo mucho más casual. —¿Hace cuánto que no nos vemos, Haruka? —...Um, hace largo tiempo, supongo, ¿cierto? Haruka Kokonose, un estudiante un año escolar sobre el mío, sentado en su cama,

    su voz tan suave como siempre. ...Algo así no debiese ser posible, pero ahí estaba —justo ahí— despierto. —Um, Yo… ehh... Mi voz tembló a más no poder. ¿Quién podría culparme? No tenía ningún tema

    repentino que pudiese usar para una conversación casual con él. Haruka tuvo que haberlo notado, ya que fue él el siguiente en hablar:

    —Es fácil ponerse nervioso después de tanto tiempo, ¿no? Digo, nunca siquiera soñé con la posibilidad de encontrarnos de nuevo de esta forma.

    —¡Oh! T-tú también, ¿eh? Me siento igual. Haruka respondió con un silencioso «Sí... », y bajó la mirada, su cara demostrando

    un poco de tristeza. ...El silencio volvió demasiado pronto. No podría adivinar la cantidad de tiempo que

    llevaba sin hablarle a alguien. Mi mente parecía recordar haberle hablado a mi hermana hace un poco, pero además de eso, no tenía ni un solo, ni roto recuerdo de interactuar con otro ser humano.

    Ese era el tipo de chico que era. Y significaba que no había forma de que pudiese mantener esta conversación en marcha por mi cuenta.

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    —...Um. Así que, ¡Hay un montón de cosas de las que te quería hablar! Como dónde estamos, y, y cosas así...

    Como era de esperar, eso salió más fuerte de lo que pretendí. Al menos mi voz tuvo el buen juicio de no rebotar mucho en las paredes.

    Asumiendo que hay paredes en primer lugar, lo que —ahora que lo pienso— no había.

    Pero Haruka no actuó sorprendido para nada. En vez de eso, miró hacia abajo un poco abatido.

    —Así que no recuerdas nada después de todo lo que pasó, ¿no? No te olvidaste de… bueno, todos, ¿cierto?

    ¿Todo lo que pasó? ¿Todos? No recordaba nada. ¿A qué “todos” se refería? —Uhmm… Lo siento, no creo que recuerda nada en realidad. —¿No? Eso creí… Bueno, ¿Por dónde debería empezar? Haruka estaba actuando como si supiese algo. Quería extraer tanta información

    como pudiese de él… o esa era mi intención, al menos. Pero no pude llevarme a apurarlo tanto, tampoco.

    Siempre había sido así. Haruka solía correr a su propio ritmo. En algún momento lo llamé “Zona horaria estándar Haruka” en mi mente, en ese entonces. Nunca me molestó en absoluto.

    —...Sabes, Yo… yo siempre he querido preguntarte algo sobre… ti. Ugh. No sirvo de nada. Apenas puedo poner una oración a funcionar. La gente solía

    regañarme todo el tiempo por lo malo y quizás cruel que era con la gente, y ahora mírenme. Es como si mi lengua estuviese atrofiada por falta de uso.

    —Bueno, gracias. — Dijo Haruka a modo de disculpa. —Hay algo que necesito que tengas claro antes, eso sí. Es una historia larga, pero...

    Y entonces empezó a contar una historia del pasado, una que tomó más tiempo del que esperé que tomara.

    Su voz era tan clara como lo fue hace dos años atrás —en ese verano en el que murió.

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    Días Perdidos 1

    Verano. Pasé un bolígrafo por mis dedos sin hacer nada mientras miraba con desgana el patio

    de la escuela desde mi lugar junto a la ventana. Los tenues colores del otoño habían comenzado a profundizarse, sus sombras se cernían cada vez más, convirtiendo las hojas de los árboles caducifolios a través del césped delantero en un deslumbrante tono rojo.

    El otoño es siempre la estación más colorida del año, y por eso, me gusta más que nada.

    El claro cielo azul estaba marcado aquí y allá con esponjosas nubes blancas como algodón de azúcar, mientras que los suaves rayos de sol que asomaban ya no alardeaban de su fuerza veraniega...

    ¿Adónde fue el verano este año, de todos modos? Es como si se hubiera ido en un abrir y cerrar de ojos.

    Todos los años, la cuestión de cuándo terminaba exactamente el verano me cautivaba.

    Algunas personas lo consideran a mediados de agosto, al final de las vacaciones de Obon. Otros esperan hasta que finaliza el mes, para declararlo oficialmente como una cosa del pasado. Incluso otros, especialmente de mi edad, lo relacionan con el final de las vacaciones de verano, mientras que otros simplemente tienen una visión vaga de “cada vez que hace más frío”. Hay personas que incluso lo consideran terminado cuando las cigarras dejan de chillar desde sus puestos de vigilancia en los árboles.

    Teniendo en cuenta todos estos puntos que las personas usan para marcar el final del verano, parece sensato que todos tengan su propia definición de lo que realmente es el verano en primer lugar.

    Pensé en esto: incluso si algún político de carrera subiera al podio y dijera: «El verano termina a esta hora en este día en este mes», aun así dependería del clima, y de las costumbres locales. Nunca llegaría a ninguna parte. Nadie haría caso a tal duro golpe. Sé con certeza que yo no lo haría.

    Entonces, ¿qué significa realmente el verano para mí? Tampoco tuve muchas oportunidades de salir durante éste. Algo sobre la temporada simplemente nunca parece hacer clic conmigo.

    Sin embargo, sería bueno si pudiera salir y divertirme un poco más el próximo verano. Tal vez a la orilla del mar o algo así. Con amigos.

    O acampar también sería bueno. No me gusta la sensación de los insectos zumbando a mi alrededor, pero si todos preparamos un poco de curry y arroz alrededor del fuego, apuesto a que sería realmente especial.

    Si realmente pudiera liberarme y disfrutar todo lo que el verano tiene para ofrecer... tal vez eso me ayudaría a encontrarlo. Mi propio verano.

    El año que viene, ¿eh...? Suena un poco lejano. …Ah bueno. Simplemente no pensemos en eso. Ya pues. Tengo otras cosas en las que tengo que pensar de todos modos. Además,

    ya son las tres de la tarde...

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    Espera. ¿Tres? ... ¿Huhhh? Tres de la tarde. ¡¿ya?! Oh mierda, ¿qué voy a hacer? ¡El sexto período

    está por terminar! Ugh ¡No he llegado a ninguna parte con esto...! Todo bien. Todo bien. Solo cálmate, y...

    —Entonces, ¿pensaste en algunos enemigos para nosotros? ¡¿Algo que se sentirá realmente bien para cortar?!

    —Uh... El tranquilo Salón de Preparación de la Ciencia fue sacudido de repente por una voz

    estridente. Agitada era el término correcto para eso, era bastante ruidosa. ¿Cuál era su problema? Se suponía que estábamos en medio de la clase.

    Mientras reflexionaba sobre esto, me volví hacia el escritorio del maestro para encontrar a mi instructor de aula, Tateyama-sensei, desplomado sobre él, roncando con todas sus fuerzas. Era lo que había imaginado, la verdad.

    Pero teniendo en cuenta que nuestra clase constaba de exactamente dos estudiantes, eso solo significaba una cosa: solo quedaba una salida para quejarse y continuar.

    Resignándome a mi destino, me volví hacia la voz. La chica sentada a mi lado, con el pelo negro recogido en coletas, me devolvió la mirada con una sonrisa traviesa.

    Sus ojos algo almendrados estaban acompañados por algunas ojeras bastante oscuras en la parte inferior. Podía escuchar débilmente música rock saliendo de los auriculares alrededor de su cuello.

    Takane Enomoto. Mi única compañera de clase. La llamo mi “compañera de clase”, pero lo esencial detrás de esto era en realidad un

    poco complejo. Técnicamente, se suponía que debía estar en la clase E, y Takane debería haber estado en la Clase B. No deberíamos haber asistido a ninguna de las mismas clases. Pero aquí estábamos, nuestros escritorios juntos: todo porque ambos teníamos una cierta “enfermedad” y porque esto era “educación especial”.

    Takane tenía una enfermedad rara que aparentemente la hacía quedarse dormida al instante, sin previo aviso. Fuera lo que fuese, era lo suficientemente grave como para reasignarla a esta clase. No es que ella realmente lo haya mencionado, y no es que alguna vez me haya molestado en preguntarle al respecto, así que eso era todo lo que sabía.

    Pero con una cara tan traviesa como la de Takane, sabía lo que vendría después. Esa cara surgía solo cuando encontraba un punto débil, un pedazo suave de carne expuesta que podía apuñalar.

    Lo sabía porque tenía una idea bastante decente de cuál era mi punto débil. Takane, tal vez sintiendo el pánico desplegándose dentro de mi cabeza, me pidió una respuesta.

    —Hey, ya sabes, estoy bastante segura de que dijiste que dibujarías los gráficos para los enemigos hoy, ¿verdad? ¿Cómo va eso? No me digas que no has dibujado nada hasta ahora.

    Aparté mis ojos de su mirada traviesa y miré el papel de dibujo en mis manos. No contenía a ninguno de los “enemigos” que ella solicitó, ni ninguna otra evidencia de que aún hubiera tocado el lápiz.

    ¿Y por qué la habría? No tenía memoria de dibujar nada en primer lugar. Si hubiera alguna obra de arte allí abajo, habría sido el más sorprendido de todos.

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    —Ummmm... Bueno, no mucho, supongo. Jaja… Intenté voltear el papel mientras daba esa respuesta distraída. Llegué tarde por una

    milla de campo. Takane estiró el cuello, le dio una buena mirada al papel y luego me resopló. —Pfft. Entonces “no mucho” significa absolutamente nada en tu vocabulario, ¿eh?

    Lo tendré en cuenta para el futuro. Había algo teatral sobre el acto, casi. Se recostó en su asiento y bostezó como un

    oso pardo somnoliento, la palabra “moderación” claramente ausente en su vocabulario. —Esto es tan ridículo—, murmuró. Su acto de dominación fue tan practicado como devastador para mi psique. Para

    empezar, no tenía confianza en mí mismo, pero incluso si lo hiciera, creo que se habría volado en pedazos.

    Sin embargo, ni siquiera esa fue la peor parte de su abuso. Solo podría desear que lo dejara así, pero, por supuesto, supuse que esta chica no tenía nada de eso. Probablemente diría algo pronto. No, no “probablemente”. Ella totalmente lo haría. ¿Takane había terminado algo alguna vez con solo una observación fulminante como esa? No nunca.

    Me tensé, esperando lo inevitable. Como era de esperar, pronto tuvo otra pregunta, —Oye, ¿podrías recordarme quién dijo, quién dijo, «¿Qué tal si hacemos una cabina de tiro al blanco?»

    —Ese fui... eh, yo, ¿verdad? —¡Claro que sí! Y ahora solo queda una semana para el festival escolar. ¿Todavía

    estamos en la misma página aquí? —S-sí... pero… —Bien, entonces ¿por qué solo estás mirando por la ventana en lugar de trabajar?

    ¿Qué eres, estúpido? El puñal de dos puntas aún no había cortado tan profundo como era realmente

    capaz de hacer. En verdad deseaba que dejara de lanzar palabras como “estúpido” y “tonto” todo el tiempo. No era agradable usarlos en las personas. Uno pensaría que ella sería más consciente de eso, siendo una niña y todo. Quiero decir, si eso se convierte en un hábito suyo, ¿qué pasará cuando sea hora de que se case?

    ... Una pena que no haya podido decirle esto a la cara. En cambio, simplemente gemí un poco en respuesta. No era nada que Takane estuviera dispuesta a perdonar.

    —Entonces, Haruka, ¿tienes algo que decir en tu defensa? —…Estaba un poco distraído. Lo siento. Quedaba una semana para nuestro primer festival escolar. Esto comenzaba a verse

    sombrío. El festival de nuestra escuela tenía bastante historia. Alrededor del área local,

    aparentemente, era un evento bastante conocido. O eso me dijeron. La escuela también hacía un gran esfuerzo cada año. Me sorprendí un poco cuando celebraron la asamblea de “Levántate y ayuda a tu escuela” el día en que comenzó la construcción del festival.

    Todo esto se debió en parte a que el año pasado, la escuela logró organizar un concierto de rock encabezado por el tipo de banda que no teníamos una oportunidad decente de conocer. Fue un motín, escuché. Takane era fanática de ellos, incluso, y ella

  • K a g e r o u D a z e V I - o v e r t h e d i m e n s i o n - | 14

    pagó su propio boleto para el concierto ya que no era estudiante en ese momento. Si eso la motivó a unirse a nuestra escuela o no, no podría decirlo.

    Y ahora estábamos a medio camino con el período de construcción del festival. Cada clase tenía cuarto, quinto y sexto períodos libres de usarlos para lo que quisieran durante estas dos semanas, así que una vez que terminaba el almuerzo, los pasillos cobraban vida con los estudiantes preparando puestos de comida u otras estructuras. La última semana antes del festival se veía a muchos cursos cesando por completo o poniendo un esfuerzo simbólico, libres de la mayoría de sus clases para dedicar todo su día escolar al trabajo del festival.

    La mayoría de las clases normales, de todos modos. Dado que la nuestra se encontraba en circunstancias algo diferentes, dependía de

    nosotros como individuos si nos uníamos a cosas como el festival o la reunión escolar. Eso estaba fuera de consideración por nuestros problemas de salud, por supuesto, pero como estudiantes, de todos modos, no éramos exactamente los participantes más ansiosos en los eventos escolares. Tampoco había forma de que intentáramos participar de manera proactiva en este evento. Al principio ni siquiera se registró en la mente de Takane, y cuando dijo «Realmente no quiero participar», pensé que eso sería el final.

    Mis expectativas, al menos, era que eso era normal en nuestra clase, que no tendríamos que preocuparnos por la preparación de ningún tipo de festival. Ese era el plan inicial, al menos. Pensé que nuestras principales preocupaciones serían en qué orden visitaríamos todos los puestos o cuántas porciones me permitiría de cada uno de los vendedores de alimentos.

    Hasta ayer por la mañana, de todos modos, no tenía ningún plan de ser forzado de repente a construir un puesto de madera contrachapada y encontrar algún tipo de plato barato que pudiera vender con un gran margen de beneficio.

    —Bueno, supongo que no puedo culparte solo a ti por esto—, ofreció Takane a regañadientes —Realmente es culpa de nuestro maestro, ¿sabes? Sacando todo esto de la nada.

    Señaló con el dedo a Tateyama-sensei, todavía extendido sobre su escritorio. Algo en mí quería decir «Sé que se llama dedo índice, pero no tienes que señalarlo

    tan fuerte», pero me aguanté con una sonrisa irónica. Eso es porque, en general, estaba de acuerdo con Takane. La razón por la que

    tuvimos que pensar en algo con tan poco tiempo de aviso mayormente tenía que ver con el acto cobarde que Tateyama-sensei hizo el otro día.

    —¡Ugh! ¿Por qué tenemos que aguantar a Tateyama-sensei tratando de ganar un montón de puntos buenos para él? El hecho de que quiera impresionar al Director no significa que haya tenido que decir: «¡Oh, vamos a sorprenderte!». Hablar de elevar las expectativas sin ninguna buena razón. Por ejemplo, si no hemos hecho nada para prepararnos, ¡no actuemos como si fuéramos los dioses supremos del universo!

    Takane sacudió su escritorio para enfatizar su diatriba de alto decibelio. Sentí la necesidad de calmarla.

    —Bueno, no sé, estoy deseando que llegue. Además, es muy divertido trabajar en esto así.

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    La expresión de puchero en el rostro de Takane se suavizó un poco, —Bueno... lo que sea—, dijo, desplomándose sobre su propio escritorio —Ustedes son los que hacen todo el trabajo duro.

    Todas las otras clases se estaban acercando al clímax de sus esfuerzos de exhibición para el festival. Para ser sincero, comenzar tan tarde en el juego era una locura. Estábamos más allá de poco tiempo. Pensando en ello racionalmente, no había forma de que pudiéramos sorprender a nadie. No estaba seguro de que pudiéramos improvisar lo mínimo para una exhibición.

    Pero, tal como lo expresó Takane, si íbamos a hacer algo, no queríamos hacerlo a medias. Tenía que ser lo más emocionante en la escuela. No pude evitar estar de acuerdo con ella. Incluso me sorprendí diciendo —Por supuesto.

    En medio de toda la competencia que íbamos a tener en cuanto a exhibición, no quería algo que pareciera que estaba armado con chinchetas y cinta adhesiva. Si estábamos en esto, iríamos hasta el final.

    Aun así... —Aun así... Takane... —¿Qué? —Bueno, quiero decir... ¿Crear un juego de disparos en una semana? Eso suena un

    poco imposible. Takane acababa de pasar medio minuto quejándose de los obstáculos que

    Tateyama-sensei nos había presentado. Pero el que ella presentó, sobre la “cosa más emocionante”, era más alta que cualquiera que nuestro maestro haya podido presentar.

    Él probablemente estaba durmiendo la desvelada que acababa de sufrir, si tuviera que adivinar. Lo cual parecía bastante lógico. De ninguna manera llegaríamos a la fecha límite de otra manera. Después de todo, Tateyama-sensei tenía que programar un juego de disparos, de principio a fin, en el transcurso de una sola semana.

    Incluso desde mi perspectiva deliberadamente ignorante de “cuán difícil podría ser”, esto no parecía un trabajo fácil. Era su culpa por ser un adulador delante de su jefe, más o menos, pero todavía me sentía un poco mal por él.

    A Takane, mientras tanto, no podría haberle importado menos. —¿De qué estás hablando? Fue Tateyama-sensei quien nos metió en este lío,

    ¿recuerdas? Y querías hacer un tiro al blanco, ¿verdad? No es como si ninguno de ustedes fueran aficionados, por lo que hacer un videojuego es casi todo lo que tenemos.

    Luego me fulminó con la mirada, como un perro tratando de averiguar por qué su amo estaba colgando un juego de llaves delante de él.

    Tenía que admitirlo: tenía razón. Yo dije eso. Pero no teníamos experiencia en crear el tipo de accesorios que requería un tiro al blanco, y en términos de personal y presupuesto, estábamos trabajando con casi nada.

    Un videojuego, por otro lado, parecía estar a nuestro alcance. Si tuviéramos algunos gráficos y un programador, al menos sonaría posible. Suponiendo que pudiéramos detener el tiempo durante unos meses.

    —Pero… mira, si tienes tiempo para quejarte, ¡comienza a dibujar! ¡El tiempo corre! Takane aplaudió un par de veces para apresurarme. Con impaciencia ajusté el agarre

    de mi lápiz. Ok. Realmente no teníamos nada de tiempo. Después de todo, tenía una cuota

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    de veinte personajes enemigos que aparecerían en el juego, y hasta ahora había dibujado exactamente cero.

    Dos horas desde la una en punto, y todavía no había hecho nada más que mirar mi papel de dibujo. Si ni siquiera podía dibujar un personaje, veinte antes del final del día no era más que un sueño imposible.

    Pero… simplemente no podía. No podía dibujar. No era que fuera malo dibujando. Pensé era bastante bueno, en realidad, cuando se

    trataba de paisajes y cosas. Pero tratar de encontrar personajes, o cualquier cosa que coincidiera con la palabra clave “enemigo” como con la que estaba trabajando, parecía crear un bloqueo mental.

    Todos estos gemidos y quejidos dirigidos a mí mismo llevaron a un Takane exasperado a pincharme de nuevo.

    —¿Qué, ni siquiera puedes dibujar a un chico malo? —Supongo que no puedo, de verdad. No juego mucho videojuegos como estos, así

    que es un poco difícil imaginar cómo deberían ser estos enemigos. Traté de ser honesto con ella, pero Takane respondió con un ligero suspiro y un dedo

    apuntando directamente hacia mí. —Mira, no importa cómo se vean. Siempre y cuando parezca que sería divertido

    volarlos, todo está bien. Los juegos tienen que ver con aliviar el estrés de todos modos, así que la idea aquí es diseñar personajes para ayudar con eso. ¿Me entiendes?

    No entendí lo divertido de volar a alguien, pero incluso un no jugador como yo podía ver la lógica en la explicación de Takane. Tateyama-sensei dijo que ella era una especie de genio en los juegos de disparos en 3-D, y ahora podía creerlo.

    Pero yo no tenía experiencia con juegos de disparos, mucho menos con volar cosas. No tenía forma de averiguar qué tipo de enemigos se verían buenos para llenar de balas.

    —Hmm... Entonces, ¿qué tipo de enemigos suelen aparecer en este tipo de juegos? —Bueno, por ejemplo… en términos de algunos de los tiradores más populares, no

    sé… ¿cómo zombis? Zombis. La simple palabra fue suficiente para hacerme estremecer. Me hizo recordar esta

    película de terror y pánico cargada de zombis que vi en la televisión hace un tiempo. Caray, eso había sido aterrador. Todos estos aldeanos, indefensos contra la multitud de muertos vivientes que salieron de sus tumbas y formaron hordas gigantes… y luego…

    —Uh, lo siento, Takane, pero… algo además que eso sería bueno… —¿Huh? ¿Cuál es el problema con los z-zombis? ¿Tienes algún problema con ellos? —No es un problema, pero… quiero decir, los zombis z no existen en la vida real, por

    lo que es un poco difícil imaginar cómo son… y esas cosas. Takane levantó una ceja ante mi doloroso intento de defensa, pero no por mucho

    tiempo. Pronto, levantó la vista, de repente se dio cuenta de algo, y me señaló con el dedo otra vez.

    —Bueno, ¿por qué no los basas en animales y eso? Quiero decir, los monstruos en los videojuegos generalmente están inspirados en partes de animales y otras cosas.

    —¿Animales monstruosos…? Hmm Tal vez podría hacer eso.

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    El concepto me recordó al anime que pasan en la televisión por las tardes, el que es sobre ese niño y los monstruos que salen volando de las cápsulas que arroja. Me gustaba cómo los más pequeños se transformaban en más grandes, o algunas veces se combinarían para formar monstruos más complejos. Recordé estar enamorado de ese show cuando era niño. De hecho, ¿no dibujaba básicamente nada más que las criaturas de ese anime en ese entonces? Sí. También se me ocurrieron algunas bestias originales.

    …Esto podría funcionar. Si a ella no le importaba que criaturas como esa fueran los enemigos en este juego, podría pensar en algunas ideas. De hecho, tal vez veinte en una sola tarde no era un sueño después de todo.

    —Sí... Gracias, Takane. ¡Creo que puedo hacer algo con eso! Puse mi puño en el aire. Takane resopló con aprobación en respuesta. —Bueno, ¡adelante! No puede haber problemas que arruinen nuestro festival, ya

    sabes. Nuestro plan para el festival escolar era crear una especie de juego de disparos

    competitivo. En lugar de intentar alcanzar un cierto total de puntos, los retadores intentarían acumular una puntuación más alta que el campeón de la clase, es decir, Takane.

    La razón por la que optamos por estas reglas fue porque solo teníamos un premio para regalar: un solo espécimen raro de pez oceánico en el que Tateyama-sensei gastó todo el presupuesto del festival. Con eso en mente, si incluso un solo retador ganara, ese sería el final de nuestro evento. Se convertiría en un festival escolar sombrío muy rápido si eso sucediera.

    Esto significaba que no podíamos permitirnos regalar nuestro premio hasta el final del festival. Pero si establecíamos los requisitos demasiado altos, el potencial de quejas de los clientes me molestarían.

    De ahí surgió la idea “competitiva” de Takane. Como ella dijo, «Si una linda chica como yo es su oponente, nadie va a quejarse tanto de perder». Desde un punto de vista social, tenía razón, supuse. Eso todavía significaba que todo terminaría si perdía, pero Takane tenía tanta confianza en sus habilidades que, mientras no fuera fácil con nadie, nunca perdería. Eso afirmó ella, de todos modos.

    Entonces, realmente, la atmósfera alrededor de la clase en ese momento era, más o menos, «Podemos pasar todo el día contando las cosas que nos están volviendo locos, pero eso no ayudará a que se hagan».

    Teníamos que hacer un juego de disparos en una semana para el festival escolar. No teníamos tiempo y muy pocas personas para trabajar. Pensé que era ridículo incluso intentarlo, pero era extraño cómo me sentía al respecto: Me emocionaba totalmente.

    —Sí… Hagamos de este el mejor espectáculo que podamos, Takane. —Bueno, duh. Eso es lo único que podemos hacer. Takane me sonrió. Podía sentir mis propios labios haciendo lo mismo. —…Oh, claro—, continuó, aplaudiendo de repente. Claramente recordó algo u otro

    mientras me miraba, —¿Cómo deberíamos llamar a esto, de todos modos? Dijiste que lo pensarías ayer.

    Oh. Si, lo hice. Olvidé decirle… Saqué un fólder de mi bolso y le di a Takane una sola hoja de papel de dibujo.

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    —¿Huh? ¿Qué es eso…? ¡Whoa! Dibujaste un logo? ¡Wow, realmente puedes hacer cosas como esta! Um, veamos…

    Había pasado gran parte de la noche anterior pensando en un título adecuado, pero ahora que lo pensaba, Takane sería la primera persona en decirlo en voz alta.

    ¿Cómo sonaría, saliendo de su boca? Me excitó un poco. Sosteniendo el papel hacia arriba, con la música rock todavía filtrándose alrededor

    de su cuello, Takane lo intentó. —…Actor de los auriculares.

    * De repente noté el sonido del segundero en el reloj de pared de la habitación,

    abriéndose paso en el silencio. Al levantar la vista, vi que era la una de la mañana. Debí haberme quedado dormido un momento… Me apoyé en el respaldo de mi asiento y estiré los brazos hacia arriba. La silla, un

    nuevo regalo para este año escolar, crujió en respuesta. Ahora que lo pienso, había crecido un poco desde la última vez que medí mi estatura, ¿no? No es que necesitará mucho más. ¿Por qué mi cuerpo seguía haciendo eso, de todos modos? Me hacía destacar demasiado; Seguí chocando con cosas… No había nada bueno en eso.

    Cambiando mi peso del respaldo al asiento, me froté los ojos adormilado, mi visión se nubló mientras lo hacía. Mi escritorio, iluminado por una pequeña lámpara, tenía una enciclopedia de la naturaleza tomada del estante y un pedazo de papel de dibujo sobre ella, llena de restos de goma de borrar. En el centro estaba Meowtarus, el último enemigo que había terminado de dibujar. Número diecinueve.

    —…Genial. Sí, esto funciona. Realmente tenía que agradecérselo a Takane, supongo. Después de todas esas horas dedicadas al gimiendo sobre el diseño de los personajes,

    la simple sugerencia de basarlos en los animales fue como llegar a la mina de oro en mi imaginación. Supuse que hice un buen trabajo al reflejar los rasgos únicos de cada animal que elegí para mi galería de enemigos. Todos parecían cobrar vida en mi papel de dibujo, aunque eso era probablemente solo el orgullo de su creador saliendo a la superficie.

    Mientras trabajaba, todo el proceso se volvió más y más divertido. Apenas podía evitar que mi mano se moviera, todo salió muy bien. Ni siquiera podía adivinar cuánto tiempo había pasado desde que me había perdido en el dibujo. Se sentía genial.

    —Bueno, uno más, y serán veinte. Cielos, Takane se volverá loca una vez que vea lo rápido que voy…

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    Ella no lo parecía, pero en realidad podías emocionarla con bastante facilidad. Salivé al pensar en qué tipo de reacción tendría ella. Solo imaginar la expresión de sorpresa en su rostro hizo que mis mejillas se sonrojaran un poco. Todavía tenía que darme un cumplido, pero tal vez este portafolio cambiaría su opinión un poco.

    Reflexionar sobre esto me llenó de jugos creativos a pesar de lo tarde que era. Cierto. Es hora de acabar al último chico. Mi respiración se aceleró cuando pasé a la siguiente página de la enciclopedia.

    —…Huh. Eso es raro. La página se había detenido en una vaca. Ya cubrí eso con “Heiferheave”, número

    once, así que eso no iba a funcionar. ¿Me salté una página cuando no estaba prestando atención? Volví la página de nuevo, pero ya había usado el oso en esa para mi híbrido “Bear-Rilla” (número tres), por lo que tampoco iba a funcionar.

    …Espera. Golpeado por un inquietante presentimiento, acerqué la enciclopedia y me volví a

    la tabla de contenido, escaneando la lista de animales por página. Perro, halcón, cerdo, tortuga. ¡Dahh! ¡Lo sabía!

    —Aw, cielos, ya hice referencia a todos los animales aquí… Bueno, eso fue descuidado de mi parte. Todavía tenía un monstruo que hacer, pero

    había usado todos los animales de este libro como referencia. ¿Ahora qué? Ya me había declarado a mí mismo que tenía que dibujar veinte monstruos antes de parar. No podía simplemente decir “Lo siento, no puedo hacerlo” ahora.

    Además, se suponía que el monstruo final sería el último jefe, por así decirlo. Una criatura más fuerte que cualquiera de los personajes que la precedieron. No podría abordar esto de la misma manera que los demás.

    Ugh, si hubiera sabido que esto iba a suceder, no hubiera sido tan entusiasta acerca de combinar características de diferentes animales en cada uno. Quiero decir, vamos, ¿Bear-Rilla? ¿Por qué no me quedé con uno u otro?

    Mientras mi mente bajaba en espiral por este insensato pozo de inseguridad, escuché un tono de llamada en la habitación. Al girar, vi mi teléfono parpadear desde la mitad de la cama. Me apresuré a recogerlo y volví a mirar el reloj de pared. Todavía la una de la madrugada ¿Quién llamaría a esta hora?

    Llevé el teléfono a mi oído, sin molestarme en verificar el número. —¿Um, hola? —Oh, me imaginé que estarías despierto. Lo siento, por llamar tan tarde. Era Tateyama-sensei. No parecía demasiado nervioso, pero todavía había un poco

    de incomodidad. Me senté en la cama y estiré un poco las piernas para ponerme cómodo. —Oh, no, está bien… pero ¿pasa algo? —¿Mm? Bueno, eh, algo sobre el festival escolar— Sonaba evasivo. ¿”Algo” sobre el

    festival? ¿Qué? Antes de que pudiera preguntar, se lanzó directamente a contar su historia —Oye, escuché de Takane que tú también estabas trabajando hasta tarde anoche, ¿eh? Entonces… eh, pensé que tal vez estabas presionándote de nuevo esta noche.

    Oh. Esa clase de cosas. Intenté sonar lo más brillante posible en respuesta. —No, no, no es nada difícil. De hecho, es muy divertido, parece que mi cuerpo se

    mueve solo.

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    Tampoco era una mentira. Así era exactamente como quería describir lo bien que iban las cosas. Pero también sabía que ese no era el punto principal de la pregunta de mi maestro.

    Como se esperaba, Tateyama-sensei continuó, claramente teniendo problemas para encontrar las palabras correctas para enmarcar llegar al tema.

    —Bueno, sí, pero no tiene sentido destruir tu cuerpo por esto, ¿sabes? Si quieres disfrutar el día del festival, es importante que descanses cuando…

    —…Realmente no tiene que preocuparse, Tateyama-sensei—, lo interrumpí antes de que pudiera terminar. En lugar de responder, mi maestro dio un pequeño suspiro.

    El silencio continuó por un momento, haciendo que el segundero del reloj pareciera aún más fuerte de lo habitual. El ritmo bien regulado de su clic, clic, clic fue un poco espeluznante. No sé cómo o cuándo eso comenzó, pero lo hizo.

    Hablando de segundos, logré calcularlo en el fondo de mi mente una vez. Solo me quedaban unos 30 millones de segundos. Uno pensaría que sonaba como mucho tiempo, pero era extraño lo difícil que es estimar la duración del tiempo a menos que lo experimentaras por ti mismo.

    Ugh, ya es tarde. No podía mantenerlo en el teléfono para siempre. Decidí simplemente decirle a Tateyama-sensei directamente lo que quería.

    —Quiero decir, ya sea que descanse o no, me queda un año antes de morir. Mi enfermedad ciertamente le gustaba seguir un horario, al menos. Cuando mató a mi madre, aparentemente esperó hasta el momento exacto en que

    los médicos dijeron que lo haría en su diagnóstico. Y dijeron “un año”, así que pensé, oye, eso es justamente por lo que quería esperar también. Por ahora, al menos, nada de eso me hizo quejarme o llorar por mi destino. Probablemente tenía que agradecer a mi padre por eso.

    Mi padre era un tipo bastante excéntrico. Trabajaba en un laboratorio de investigación u otro, y por lo que yo sabía, él siempre

    iba por la vida directamente y sin límites, sin mentir, sin bromas, nada de eso. Pero aun así fue una gran sorpresa cuando se me acercó, cuando tenía diez años, me miró con la cara seria y dijo, «Probablemente vas a morir dentro de seis años».

    Aún vivíamos juntos, nosotros dos, pero mi padre estaba tan ocupado con el trabajo que rara vez nos veíamos mucho. Entonces, un ayudante que vivía en casa manejaba las cosas como comida y viajes al hospital para mí.

    Eso era todo lo que sabía sobre mi padre, en realidad, pero por lo que había escuchado, mi padre había comenzado a volverse un poco… “extraño”, como decía la gente, cuando murió mi madre.

    Pensando en todas esas cosas, seguro, admito que suena como si hubiera vivido una vida bastante solitaria. Lo pasé mucho solo y todavía hay muchas cosas de las que soy totalmente incapaz.

    Tenía más que mi parte justa de mujeres de mediana edad que nunca había conocido antes de derramar lágrimas y decirme cosas como “pobre, pobre niño”, así que imaginé que eso era probablemente lo que la mayoría de la gente pensaba de mí.

    Pero realmente, no pensaba que mi vida fuera tan mala.

  • K a g e r o u D a z e V I - o v e r t h e d i m e n s i o n - | 22

    Últimamente, especialmente, había mucho más para disfrutar en la escuela. Había cosas que realmente quería hacer ahora.

    Hablando de cómo tenía tantos meses de vida o lo que sea… Mira, podrías morir en un accidente automovilístico mañana, por lo que cualquiera sabía. Nunca había una garantía de que vivirías tu vida natural.

    Era solo que… algo sobre el sonido de “solo un año más” realmente me impactó. Significaba que este próximo festival escolar también serviría como mi último festival de estudiantes.

    No pensé que hubiera algún punto en ofrecerme de voluntario para llevar a cabo este juego de disparos si existía la posibilidad de que no pudiéramos hacerlo. Ahora, sin embargo, en realidad teníamos una oportunidad.

    —Entonces, ya sabes, realmente quiero trabajar duro para este festival. Tateyama-sensei gimió cansinamente en respuesta. No era el tipo de cosas que

    podría haber ignorado con “Ooh, eso es duro. Aguanta, chico” o lo que sea. ¿Cómo podría? Si yo fuera él, probablemente también tendría problemas para responder a eso. Lamento ponerte en un lugar como este, supongo.

    Pero Tateyama-sensei nunca me regañó o dijo “Solo lidia con eso” ni nada. Creo que también tenía una buena idea de por qué no.

    —Tateyama-sensei, dijiste que estabas tratando de verte genial frente al Director. Eso fue una especie de mentira, ¿no?

    Mi maestro no respondió. Entonces continué. —Tenías que decir eso para motivar a Takane a tomar acción, ¿no? Y si ella no

    estuviera a bordo, yo habría dicho “Olvídalo” para no sacudir el bote. Creaste toda esa situación a propósito, ¿no?

    En realidad, una vez vi a Tateyama-sensei hablando con el director de la escuela en el pasillo. ¿Cómo describiría la conversación? Fue… sombrío. Tormentoso. Aparentemente, el director era un tipo de persona orientada a los resultados y sin sentido, y estaba escupiendo palabras de moda como “tasa de avance” y “apelación del solicitante”, etc., como una ametralladora. Tateyama-sensei había resistido esta discusión en silencio antes de responder con dos o tres palabras de despedida claramente hostiles y salir corriendo.

    Todo ese episodio hizo difícil imaginar a Tateyama-sensei inclinando la cabeza ante el director, tratando de obtener su favor de repente.

    A Takane le gustaba destrozar su buen nombre de vez en cuando, pero Tateyama-sensei Tateyama era un buen maestro. Él nos cuidó. Toda la razón por la que llegué a esta escuela fue porque mi padre era un viejo conocido suyo y, en definitiva, era el único adulto con el que podía hablar sobre mis problemas.

    Si era realmente cierto o no, lo único que podía imaginar era que Tateyama-sensei había tratado deliberadamente de crear una situación en la que Takane y yo trabajáramos juntos para unirnos al festival escolar.

    —Además, se necesita mucho dinero para hacer un juego—, dije —Como, mucho más de lo que nuestro presupuesto hubiera permitido, incluso si no gastaras todo de antemano. No estás gastando una tonelada de dinero en esto por nuestro bien, ¿verdad?

  • K a g e r o u D a z e V I - o v e r t h e d i m e n s i o n - | 23

    Tateyama-sensei se rio, —Oye, no soy un tipo tan caritativo como aparentemente piensas. Además, realmente intenté impresionar al director. Está tan loco por nuestra clase que ya no pude evitarlo.

    —Ja, ja, ja… Ahora, eso me lo puedo imaginar. Pero Tateyama-sensei, si lo está diciendo así…

    Al presionarlo para obtener una respuesta, aparentemente convencí a Tateyama-sensei de que el plan estaba al descubierto. Después de una pausa, comenzó a hablar.

    —Bueno, sí, ¿qué pensaste que era? No hay un maestro por ahí con al menos algún tipo de expectativas en sus alumnos… Por supuesto, nos guste o no, solo tenemos una semana para trabajar. Espero que estés listo para darle a esto la mejor oportunidad que podamos, Haruka.

    —…¡Haré lo que pueda! “Darle nuestra mejor oportunidad”, me gustó ese término. Se sentía terriblemente

    cerca de “Sigue viviendo”, en mi mente. Supongo que ya sabía que no podría lograr mucho en un año. No había ningún viaje mundial en mi agenda, y de todos modos era demasiado joven para casarme.

    Pero, además, la idea de que podría alcanzar algún tipo de objetivo presente si me aplicara lo suficiente me pareció más una bendición que cualquier otra cosa en mi vida.

    —Correcto… Whoa, ya es la una, ¿eh? ¿Te vas a la cama ahora? —Um, sí… supongo que debería. Anoche también me levanté tarde, y estoy

    empezando a perder ánimos bastante rápido… Entonces lo recordé. Espera un segundo. Necesito una idea para mi vigésimo personaje. Todavía no había pensado en nada útil. Manteniendo el teléfono cerca de mi oído, me puse de pie y miré mi escritorio. Ya

    no podía confiar en esa enciclopedia. ¿Qué más podría encontrar para inspirarme…? —…¡Oh! Se me ocurrió una idea que me hizo exclamar en voz alta. «Whoa», respondió un

    sorprendido Tateyama-sensei. —¡Pensé que te estaba perdiendo! ¿Pasó algo? Ciiiierto. Tateyama-sensei podría tenerla, en realidad. De hecho, debería. Eso era

    parte de su trabajo. Pero no sé… ¿Se enojaría conmigo? Bueno, bien podría preguntar. —Um, ¿podría pedirte un favor, tal vez? —Seguro. ¿Qué es?

    —¿Tienes una foto de Takane que me puedas prestar?

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    Días Perdidos 2

    Habían pasado unos diez minutos desde que comencé a caminar por el sendero, que

    estaba cargado con una colorida variedad de hojas rojas y amarillas. La sensación de crujir bajo cada paso era muy refrescante.

    Llevaba una bolsa de viaje bastante pesada, pero entre las hojas y el clima agradable, no podría haberme sentido mejor, tanto en mente como en cuerpo.

    Era un día libre agradable, pero no me dirigía a algún tipo de spa o resort idílico. Apenas me había topado con alguien más, de hecho. En un vecindario tan tranquilo como este, la mayoría de las personas que vi estaban en sus años dorados. Asintiendo amablemente a cada uno de ellos, esquivé un cochecito de bebé que avanzaba mientras avanzaba hacia la casa de Tateyama-sensei.

    Teníamos solo seis días para el festival escolar, y había acordado quedarme en casa de Tateyama-sensei como una especie de sesión improvisada de “momentos cruciales”.

    El razonamiento era simple. Mi maestro tenía la computadora y los accesorios necesarios para escanear, colorear y editar los gráficos del juego.

    Tateyama-sensei mencionó que solía hacer juegos “independientes” durante un punto olvidado en el pasado, y de cualquier manera, nunca podría permitirme todo el equipo para trabajar en esto. Así que se lo pedí prestado, pero no podía llevar exactamente esas cosas a casa conmigo, y de todos modos sería grosero.

    Una vez que comenzamos a hablar sobre la fotografía de Takane, terminamos desviándonos en todo tipo de otros temas. Finalmente, nuestros planes aumentaron lo suficiente como para garantizar una pijamada laboral.

    —Umm, gira a la derecha en la oficina de correos… Al doblar la esquina en una pequeña oficina de correos, como me indicó mi maestro,

    fui recibido por la fuerza del sol de otoño, previamente bloqueado por los árboles que bordeaban el sendero. Era otoño, pero si seguía caminando directamente bajo la luz del sol, podría ser suficiente para broncearme. No es que me importara. Siempre he querido un poco más de color en mi piel, pero nunca tuve muchas oportunidades de trabajar en ello.

    Las ruedas rodantes de mi maleta se sacudieron mientras continuaba, llegando finalmente al parque que Tateyama-sensei me dijo que buscara. Mirando por encima de la cerca baja que lo rodeaba, en medio del cajón de arena, el tobogán, los columpios y el resto del equipo del patio de recreo, encontré un conjunto de barras de gimnasia con soportes en forma de gorilas.

    El adorable, abrazable Bear-Rilla que creé anoche pasó por mi mente. Una vez que este festival terminara, ¿qué iba a hacer con todos estos personajes? Tendría que pensar en eso. Después de todo el amor que derramé en ellos me parecía un poco triste olvidarlos sin volver a ver la luz del día. Tal vez podría hacer algunos botones de personajes a partir de su imagen y pasarlos en la escuela. Eso podría funcionar.

    Despidiéndome de las barras de gorilas, me volví hacia la acera. Según las instrucciones que tenía, la casa de Tateyama-sensei daba a este parque. Me hubiera detenido para orientarme, pero había tan poca gente alrededor que seguí avanzando mientras evaluaba las casas a mi alrededor.

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    Describió su casa solo en forma de palabras, pero cuando la encontré, no había lugar a dudas. Tenía que ser el lugar.

    —…Sí, esta es la única casa de ladrillo rojo, de todos modos. Al revisar la placa de identificación junto a la puerta, vi que decía TATEYAMA. Sin

    perder el ritmo, toqué el timbre al lado de la puerta principal. Sonó un ding-dong electrónico. Siempre tuve problemas con momentos como estos. Era tan raro para mí visitar las casas de otras personas que no pude evitar moverme, mi cuerpo buscando algún tipo de liberación de la tensión en el aire.

    Pero mientras esperaba diez segundos… veinte segundos… treinta segundos, no tenía la impresión de que alguien fuera a abrir la puerta.

    Eso es raro. Estoy bastante seguro de que me dijo la otra noche que llegaría tarde debido a algunas reuniones, pero que su hija saldría a saludarme.

    Parecía grosero de mi parte, pero me asomé por una de las ventanas delanteras. Sería una cosa si las cortinas estuvieran cerradas, pero si no, tal vez podría ver lo que estaba sucediendo adentro. Por supuesto, tan soleado como estaba, dudaba que pudiera ver algo a través del resplandor.

    Desde mi punto de vista, pude ver tres ventanas arriba, y en el primer piso… …Alguien está ahí. En la ventana del extremo derecho del primer piso, había una figura, una que se

    parecía a una joven con el pelo largo. Ella me miraba fijamente. ¿Cuánto tiempo me había estado mirando? Tenía que ser consciente de que estaba

    aquí, pero no se movía ni una pulgada. —¡Ah… Ahhhhhh! Cuando me di cuenta de esto, grité como si estuviera en una escena de película de

    terror y me encontré cayendo de espaldas. A medida que el dolor de mis caderas se registraba en mi cabeza, mi cerebro en pánico comenzó a evocar todo tipo de escenarios horribles. ¿Quién era esa chica? ¿La hija del señor Tateyama? ¿Cómo es que no abrió la puerta entonces? ¿Qué pasa con ella? Ooh, pero si ella es su hija. Al menos tengo que saludarla. No puedo sentarme aquí delante de su casa para siempre. Probablemente debería levantarme, al menos…

    —¡Whoa! ¡Ella se ha ido! Solo había quitado los ojos de la ventana por un momento, justo cuando perdí el

    equilibrio. Ni siquiera pudo haber sido un segundo. Eso fue todo lo que necesitó para que la silueta congelada de la niña junto a la ventana desapareciera sin dejar rastro. Podía sentir algo estremeciéndose en mi pecho, una sensación de miedo diferente al susto de salto anterior.

    Entonces sentí algo vibrando en mi bolsillo. —¡Aaaaagghhh! Mis sentidos ya estaban al límite, así que este pequeño ataque de zumbidos

    alrededor de mi cintura fue todo lo que me tomó gritar una vez más. En términos de volumen, podría haber sido aún más fuerte que antes. La posterior comprensión de que era mi teléfono celular me hizo sentir una vergüenza insoportable. Realmente tengo que disculparme con los vecinos por actuar como un bicho raro.

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    Al revisar el teléfono, encontré un mensaje de texto de Tateyama-sensei esperando. ¿Estaba preocupado de que no pudiera encontrar el lugar? Pues perfecto. Ahora podría preguntarle por qué nadie abría la puerta.

    Abrí el texto, esperando ansiosamente alguna orientación sobre todo esto, pero el contenido me hizo congelar en estado de shock.

    «Acabo de recibir un mensaje de texto de mi hija. Estoy arriba. La puerta está abierta, así que entra.»

    ...Había muchas cosas de las que me podría haber quejado, pero una pregunta dominante ocupaba mi mente. Si su hija se dio cuenta de que estaba aquí, ¿por qué no abrió la puerta?

    —¿Ella me odia o algo así? Oh vamos. Ni siquiera nos hemos conocido. Eso es tonto. Mientras me reprendía en

    silencio, saqué mi bolso de viaje. Volviéndome hacia la ventana, no vi a nadie al otro lado. La conclusión natural fue

    que acababa de tener un encuentro con la hija de Tateyama-sensei. No era fan de entrar a una casa sin que alguien me abriera, pero si eso era lo que quería de mí, eso era lo que obtendría.

    Moviéndome hacia la puerta principal, respiré hondo y la abrí. —Um, disculpa—, llamé a nadie en particular —Mi nombre es Kokonose, y soy uno

    de los estudiantes de Tateyama-sensei. Uhh… voy a entrar, ¿de acuerdo? El interior de la casa parecía mucho más oscuro que el exterior bañado por el sol.

    Encontré un pasillo limpio y bien amueblado que se extendía ante mí. La palabra INODORO etiquetaba una puerta a un lado, y una escalera conducía hacia arriba. Al otro lado de las escaleras había una puerta con un letrero que conducía a lo que supuse que era la habitación de un niño. La puerta del fondo tenía un mosaico de vidrio que revelaba la entrada a una sala de estar decorada con colores vivos.

    Esperé un rato en el vestíbulo, pero nadie parecía venir. En el texto, Tateyama-sensei había dicho que estaba arriba.

    Bien podría saber qué está pasando allá arriba. Me quité los zapatos, recogí mi bolso y seguí adelante. Mientras lo hacía, comencé a darme cuenta con exactitud cuán atractivo era

    realmente este lugar. Si pasaras tanto tiempo en el Salón de Ciencias de la escuela como yo, sabrías que “pulcritud” y “organización” no eran los puntos fuertes de Tateyama-sensei. Su esposa e hija deberían haber hecho un gran esfuerzo para mantener las cosas así de limpias. Si no lo hacían, si esto era todo él, realmente me hacía desear que se preocupara un poco más por nuestra clase.

    Me acerqué a la puerta junto a la escalera y me detuve. Tenía un letrero que decía HABITACIÓN PARA NIÑOS, tal como había imaginado. Me sorprendió un poco haber acertado en el primer tiro. A juzgar por el diseño de la casa, la ventana que me llamó la atención antes tenía que dar a esta habitación. Lo que significaba que era donde ella estaba.

    Pensé por un momento en decir algo, pero opté en contra de eso, pensando que no debería entrometerme. Luego subí las escaleras hasta el segundo piso. El pasillo presentaba una ventana grande, decorada con estilo y un plano de planta mucho más abierto que la planta baja.

  • K a g e r o u D a z e V I - o v e r t h e d i m e n s i o n - | 27

    Mirando un poco a mi alrededor, me di cuenta de que de las muchas puertas que me rodeaban, la que estaba en el otro extremo estaba abierta. Mis dedos comenzaban a entumecerse por sostener mi bolso, así que me dirigí hacia allá. Obteniendo mi primera vista de la habitación, me quedé fascinado.

    —W-wow… Era una sala de libros. De pie afuera de la puerta, vi que la habitación, que debía de tener unos 250 pies

    cuadrados, estaba llena de estantes de pared a pared, todo lleno hasta reventar. Desde una variedad de diccionarios de idiomas que generalmente se encuentran en las librerías hasta volúmenes gruesos encuadernados en cuero que parecían hacer aparecer un demonio si se abría, hasta hojas sueltas de papel atadas con una cuerda, tenía casi todo lo que una persona podía pensar. La vista de estos libros de colores brillantes que corren desde el piso hasta el techo como papel tapiz fue nada menos que impresionante.

    Puse mi bolso de costado para que las ruedas no marcaran el piso y entré en el cuarto. Después de un paso, el olor a tinta golpeó mis fosas nasales. Mi corazón dio un salto ante la sensación. Fue como entrar en un reino mágico. Era la primera vez que veía tantos libros, tan densamente juntos.

    Pero la atmósfera de esta habitación no gritaba exactamente “Tateyama-sensei”. Mi maestro preferiría un espacio de trabajo un poco más… descuidado. Desordenado. ¿Era esta la oficina de su esposa? Con todos estos libros a la mano, ¿trabajaba en un laboratorio de investigación científica o algo así? Tateyama-sensei nunca hablaba mucho sobre su familia, así que no podía recordar cuál era su carrera.

    ...Huh. La esposa de Tateyama-sensei. Me preguntaba cómo era ella. Me quedé allí, reflexionando sobre esto, cuando de repente, la oscuridad envolvió

    la habitación. Justo cuando exclamé «¿Eh?» sorprendido, un sólido ka-chunk resonó por la

    habitación. Por un momento, no pude comprender lo que sucedió, pero no me llevó mucho tiempo resolverlo. La puerta acababa de cerrarse y trabarse.

    —¿¡Estoy… estoy atrapado aquí!? En una habitación sin ventanas como esta, simplemente con cerrar la puerta fue

    suficiente para sumergirme en un mundo de oscuridad. Buscando una salida de aquí, sentí alrededor con mis manos, arrastrándome por el piso. Sin ventanas, no parecía probable que una ráfaga de viento hubiera cerrado la puerta. Y también estaba trabada. No había visto a nadie a tiempo, pero alguien debe haberlo hecho deliberadamente.

    Miré a mi alrededor, todavía a cuatro patas. Al menos tenía que averiguar dónde estaba la puerta si quería llegar a algún lado. Girando la cabeza, finalmente noté el más leve destello de luz que entraba por una rendija en la puerta. Sin embargo, la fuente de luz era tan tenue que no pude averiguar qué tan lejos estaba. No quería golpear mi cabeza contra la puerta, así que, con mucho cuidado, me dirigí hacia la luz.

    —¡A-alguien...! Intenté pedir ayuda, pero no pude hablar con una voz muy alta. Siempre he sido así,

    cada vez que necesitaba gritar o hacerme oír, nunca estaba preparado para la tarea. Finalmente llegando a la puerta, toqué una y otra vez. No hubo respuesta. Suspiré, con la puerta a mi espalda, y resbalé al suelo.

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    ¿Quién hizo esto? ¿Y por qué? Intenté al menos fingir pensarlo, pero en este momento, solo un sospechoso potencial apareció en mi mente.

    Esa chica. La hija de Tateyama-sensei. Todavía no tenía idea de por qué, pero debo haber hecho algo para molestarla. No

    me importó que ella me rechazara tanto antes, ¿pero encerrarme en una habitación como esta? Eso era algo malo.

    Además, ni siquiera sabía lo que había hecho mal. Odiar a alguien que nunca has conocido me pareció injusto. ¿Cuál era su motivación?

    Me senté allí un rato, angustiado por la pregunta, cuando escuché pasos. Mi cuerpo saltó ante la repentina visita. ¿Quién es? Espero que sea su esposa, al

    menos. ¡Tengo que salir de aquí! —¡Umm, disculpe!— Traté de gritar —¡¿Podrías abrir esta puerta?! No soy un

    intruso ni nada. ¡Por favor! Los pasos se detuvieron de inmediato. Luego, como si giraran en su lugar, se

    acercaron a la sala de libros en la que estaba. Parecía que al fin iba a salir. Pero ¿y si era su hija? Si ella me encerró aquí, sería extraño que me dejara libre

    nuevamente. Entonces, ¿era su esposa? No pensé que ella estuviera en casa todavía… De repente, escuché el ka-chunk de antes otra vez. Salté lejos de la puerta justo a

    tiempo cuando se abrió hacia adentro, solo para encontrarme cara a cara con una niña en pijama. Se frotó los ojos, como si acabara de despertarse, su largo cabello negro se movía en direcciones extrañas aquí y allá. No parecía mucho más joven que yo. ¿Era esta su hija después de todo?

    —Dios, ¿te callas? ¿¡De qué estás hablando!? Además, papá dijo que no deberías entrar en…

    La chica aparentemente tenía toda la intención de gritarme al principio, pero cuando me miró, se detuvo y me lanzó una mirada incrédula.

    —¿Uh, Shuu… ya…? —¿Sh-Shuuya…? ¿Qué quieres decir? Casi me encogí bajo su mirada amenazante. —Uh…—, respondió ella, congelándose en su lugar. Entonces, ¿es esta su hija, o qué...? Tenía que ser, situacionalmente hablando, pero

    ella no parecía coincidir con la chica de la ventana antes. Esa chica tenía una silueta parcial, pero entre el largo del cabello y la estructura facial, se veía… diferente.

    Además, esta chica… —Um ... ¿te desperté?— pregunté. —Yo…—, comenzó la niña, con el rostro enrojecido —Yo ... ja-ja-ja…— Entonces, sin

    previo aviso, ella salió corriendo a toda velocidad. —¡¿Eh?! Oye, espera… ¡¿Qué estás haciendo?! Negándose a escuchar, la niña bajó las escaleras a toda velocidad con una fuerza

    asombrosa. Salté de la habitación con la esperanza de perseguirla, pero me encontré detenido

    por el grito de un chico abajo.

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  • K a g e r o u D a z e V I - o v e r t h e d i m e n s i o n - | 30

    ¿El grito de un niño? ¿Tateyama-sensei incluso tenía un hijo? Rápidamente me estaba volviendo incapaz de comprender lo que sucedía. Esta chica, la de la ventana y un chico gritando… ¿Qué pasaba con esta casa?

    A medida que gradualmente comencé a caer en pánico, la chica de antes volvió a subir las escaleras, jadeando fuertemente. Combinado con el grito del chico, comencé a preocuparme seriamente por mi seguridad. A pesar de eso, ella todavía plasmó una sonrisa en su rostro, su respiración era difícil.

    —Lamento haberte hecho esperar. Eres Kokonose, ¿verdad? Papá me habló de ti. Lo siento; Creo que alguien ha estado jugando con mi despertador… Mis hermanos te hacían una broma, pero me aseguraré de gritarles sobre eso más tarde, así que…

    ¿Jugando con su despertador? ¿Sus hermanos?... Esto tenía aún menos sentido que antes. Tenía muchas preguntas que hacerle, pero pensé que sería aconsejable esperar hasta que nos calmáramos un poco. Por ahora, era mejor dejarlo solo en una pregunta. Mantener las cosas en orden es primordial en momentos como estos.

    Tosí ligeramente, señalando el próximo cambio de tema. —Um, mi nombre es Haruka Kokonose. ¿Tú eres…? La chica me miró en blanco al principio, luego me lanzó una sonrisa, esta vez

    auténtica. —Soy Ayano… Ayano Tateyama.

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    Días Perdidos 3

    El cuarto en el segundo piso estaba calentado por el sol de la tarde. Guiado a una habitación de invitados, la «habitación que se suponía te iban a

    enseñar», como dijo Ayano, me di el gusto de tomar un té caliente. El tazón en el centro de la mesa de madera estaba rodeado con una selección de galletas, cada una envuelta individualmente de manera exquisita.

    Cualquier cosa empaquetada así tenía que ser elegante. Mejor no me atraganto como lo hago con las bolsas de papas fritas de tamaño normal que a veces me como, eso es lo que me dije a mí mismo, de todos modos. Pero cielos, estas galletas sabían fabulosas. Traté de detenerme, pero era una tarea aparentemente insuperable.

    Así que comencé a hablar de cualquier cosa y de todo, haciendo todo lo posible por ocupar mi boca con algo además de la comida.

    —Cielos, sin embargo, ¡qué sorpresa! No tenía idea de que Tateyama-sensei tenía cuatro hijos… Entonces, ¿fue este niño “Shuuya” el que me encerró en esa habitación antes?

    —Sí…—, dijo Ayano, sentada frente a mí —Ciertamente. Oh, no sé cómo disculparme contigo…— Entonces ella inclinó la cabeza.

    Quedar encerrado fue un shock, sin duda, pero no estaba herido ni nada, y no podía reunir las ganas para enojarme por eso. Quiero decir, ¿había estado enojado por algo en mi vida hasta ahora? Realmente no lo creo.

    —¡Jajaja! Oh, está bien, está bien. Fue algo así como mi propia misión de supervivencia personal, en cierto modo. Nunca antes me habían encerrado en una habitación así, ¡así que fue algo emocionante, incluso!

    —¿Uh? ¿Supervi…? ¡Ah, ja, ja, ja…! Y así la conversación continuó incómodamente. Había pasado aproximadamente media hora desde mi escape de la biblioteca. Ayano

    se había cambiado su pijama por un vestido blanco con un cárdigan beige en la parte superior. Al volver a mirarla, me di cuenta de que Ayano no se parecía mucho a Tateyama-sensei. Desde su cabello hasta sus ojos oscuros y su nariz, me imaginé que debería ser parecida al lado de la familia de su madre.

    —Sin embargo, supongo que soy yo quien tiene que disculparse: irrumpir así para que podamos trabajar en nuestro proyecto del festival escolar…

    —¡Oh, no te preocupes por eso! Papá casi nunca hace que los estudiantes visiten la casa así, así que me alegro de verte. A veces puede ser un lugar muy animado, así que…

    Ayano hizo una pausa, mirando al espacio por un momento. —También puede ser un poco peligroso—, agregó, —pero… Rara vez había sido un huésped, pero aun así, no esperaba este tipo de advertencia

    en nuestra primera reunión. ¿Estaba hablando de más “travesuras” de sus hermanos? Considerando mi experiencia en la biblioteca, eso parecía bastante plausible. A juzgar por cómo se veía cuando la vi por primera vez, parecía que habían hecho sufrir mucho a Ayano. Tal vez solo están en esa incómoda etapa rebelde. Como hijo único, me pareció fascinante.

    —Oye, ¿crees que pueda saludar a tus hermanos? Me quedaré aquí unos días, así que mejor me presento…

  • K a g e r o u D a z e V I - o v e r t h e d i m e n s i o n - | 32

    —¡¿Eh?! ¡¿Uh, presentarte?! ¡No! Quiero decir, ummm… Mi pedido pareció poner nerviosa a Ayano de una manera extrañamente intensa.

    Obviamente fue bastante desagradable. Pensé que decir hola no causaría ningún daño, pero tal vez había alguna otra razón por la que no quería que los conociera.

    Hmm. Despertó mi interés. Pero estoy tratando de entrometerme en un asunto familiar. No puedo meter la nariz demasiado lejos. Despertar drama familiar en mi primer día aquí sería algo grosero con Tateyama-sensei. Mejor cambia de tema.

    —Bueno, si no debería, ¡eso también está bien! Oh, espera… casi lo olvido. Te tengo un pequeño regalo de agradecimiento por soportarme. ¡También es realmente delicioso, así que puedes dárselo a tus hermanos si quieres!

    Abrí mi bolso, que había colocado a un lado, y saqué un pastel de Baumkuchen alemán que había recogido. Compré dos, en realidad, y comí uno en el camino aquí. Era exquisito. Estaba seguro de que a Ayano le encantaría.

    —¡¿Qué?! Esto, esto es de un lugar realmente elegante, ¿no?... ¡Oh, realmente no podría!

    —No, no, no—, le respondí, un poco empujando el pastel hacia ella —Quiero decir, esto realmente no cubre lo que te debo por dejarme quedar de todos modos. Así que, adelante.

    Ayano lo aceptó disculpándose. Entonces ella exclamó «¡Ah!» como acabara de recordar algo. —¡Lo sé! No para pagarte ni nada… pero ¿almorzaste antes de venir aquí? Estoy a punto de comenzar a cocinar, pero también podría prepararte algo para ti.

    Era solo un poco pasado el mediodía, en realidad. ¿La cocina casera de Ayano…? El concepto inmediatamente llamó mi atención. Pero cuando habría levantado la mano y dicho «¡Absolutamente!» en cualquier otro momento, me contuve por ahora. El curry que comí durante otra parada en el camino todavía me pesaba mucho en el estómago. Eso fue hace solo noventa minutos, e incluso pensé que era un poco pronto para volver a comer.

    Sin embargo, Ayano todavía necesitaba una respuesta. Resignándome a mi decisión, abrí la boca para declinar cortésmente.

    —…Oh está bien. En realidad comí antes de venir aquí, así que… Antes de que pudiera terminar el pensamiento, un fuerte gruñido casi ahogó mi voz.

    Era de mi estómago, por supuesto. Traté de reírme, diciendo «Uhhmm…» de una manera extremadamente incómoda, pero ya era demasiado tarde. Ayano lo había escuchado fuerte y claro. Me di cuenta porque estaba mirando directamente a mi sección media.

    —Um—, dijo, —¡no hay necesidad de ser cortés ni nada! No como tanto, de todos modos.

    Ahh… Esto es muy vergonzoso. ¿Por qué mi estómago tuvo que gruñir justo después de que le dije que ya comí? Ahora probablemente me parezco a alguien que come y come pero siempre tiene hambre.

    Y en realidad tenía hambre, un poco. …De acuerdo, en realidad tenía mucha hambre. Excelente. ¿Ahora qué? Si ella está

    ofreciendo, está bien decir que sí, ¿no? ¡No! No, no, no, no puedo. No hay forma de que pueda permitirme comer muchas veces en un…

    —Bueno, supongo que aceptaré después de todo, entonces. Ji, ji… Sólo hoy. Lo permitiré solamente hoy.

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    Pasar la tarde con hambre probablemente afectaría mi eficiencia laboral o algo de todos modos.

    Cuando cedí a las voces en mi cabeza, Ayano, aparentemente encontrando todo esto divertido, se rio un poco.

    —Trataré de ser una ayuda más grande para ti, ¿de acuerdo? Dios, ella es una buena persona. Especialmente comparada conmigo. Soy un caso

    perdido. Bajé la cabeza sonrojado y solo di un incómodo «Gracias» en respuesta. —Comenzaré a cocinar ahora, pero antes de eso, déjame mostrarte… Ayano señaló un rincón de la habitación. Allí encontré una mesa plegable con una

    computadora, un escáner y una tableta de dibujo algo anticuados. —Creo que eso es todo lo que necesitas. Lo siento; Papá te preparó todo eso, así

    que realmente no sé qué es qué. ¿Sabes cómo usarlo? Por lo que pude ver, no era nada más allá de mi comprensión. Tenía mi teléfono de

    todos modos, así que podría consultar en línea si me encontraba con algún problema. —Sí, estaré bien—, dije mientras asentía y me levantaba, pastel en mano. —Déjame

    ver lo que tenemos aquí. —¡Bueno! Traeré tu comida una vez que esté lista. Ayano se giró para salir de la habitación pero se detuvo, su voz bajó un poco. —Oh, una cosa más. Quiero advertirte sobre mis hermanos. Ellos, eh… Digamos que

    tienen algunos problemas. No creo que puedas saludarlos o hablar directamente con ellos. El repentino cambio de humor en la conversación me confundió por un momento. —¿Oh? Um, está bien. Eso está bien para mí, pero por “problemas”… ¿Quieres decir

    que están enfermos o algo así? Estaba demasiado lejos de ella para observar su expresión, pero por el tono de su

    voz, algo sobre esto parecía estar poniendo nerviosa a Ayano. —Bueno, como, si te topas con ellos en la casa en alguna parte…— Ayano hizo una

    pausa, eligiendo sus palabras con cuidado —Y si te sucede algo extraño, trata de no dejar que te moleste demasiado.

    La forma indirecta en que lo expresó me confundió. ¿Qué significaba “algo extraño”? ¿Y qué pasaría si me molestaba cuando… pasara lo que sea que pase? No estaba seguro de qué pensar sobre esto, pero si ella estaba siendo tan evasiva al respecto, probablemente no era algo en lo que debería meter demasiado. Probablemente.

    Supongo que todos tienen una o dos cosas de las que no les gusta hablar mucho. Incluso yo lo hago. Mejor evite entrometerme solo para satisfacer mi curiosidad.

    —…Uh, claro. Intentaré no hacerlo, así que no te preocupes por mí. Esta vez, pude ver fácilmente el alivio en la cara de Ayano. —¿Estás seguro? Bueno, genial… Um, lo siento, estoy mencionando todas estas

    cosas raras de la nada. Te traeré tu comida una vez que esté lista. Con eso, se volvió hacia mí, hizo una rápida reverencia y salió de la habitación. El sonido de sus pasos mientras bajaba las escaleras gradualmente se desvaneció,

    luego desapareció por completo. “Algo extraño”, ¿eh...? Algo sobre la forma en que ella lo dijo me molestó. No

    importa qué tipo de enfermedad padecieran, ¿por qué me harían pasar cosas “extrañas”?

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    Como, ¿qué? ¿Van a desaparecer o volar alrededor de la habitación o convertirse en monstruos en el momento en que los vea…?

    —Hah. Sí claro. Sonreí un poco ante la locura de mi imaginación. Luego, al darme cuenta de que

    estaba solo nuevamente, me relajé en mi asiento y respiré hondo. No lo noté mucho mientras estábamos hablando, pero al estar en una habitación

    solo con otra persona siempre me ponía nervioso. En realidad, ¿con cuántas personas de mi edad me sentía totalmente cómodo

    charlando? Solo podía pensar en una persona. Me acosté y miré al techo. En un momento, me encontré cerrando los ojos y

    pensando en ese alguien. Su cabello negro, sus ojos cargados de ira, sus pequeños labios, su cuerpo casi

    demasiado delgado, su tipo de baja estatura, su actitud eternamente insatisfecha, su boca aún más eternamente grosera, su sonrisa ocasional…

    …Es extraño. Todo lo que tenía que hacer era cerrar los ojos, y podía recordar todo esto sobre ella, hasta el último detalle.

    Soy realmente estúpido, ¿no? No necesitaba tomar prestada una foto de Tateyama-sensei en absoluto. Solo cerrar los ojos fue suficiente para mostrarme una imagen mucho más vibrante de lo que cualquier imagen podría proporcionar.

    Mientras pensaba en esto, me invadió la insaciable urgencia de decir su nombre. …Nadie está aquí. Si mantenía la voz baja, apuesto a que estaría bien. Respiré,

    recordé la imagen y recordé el nombre de mi… Toc, toc, toc. —¡Ta-aaahhhh! ¿Sí? ¡¡Si!! ¡¿Qué pasa?! El inesperado golpe en la puerta me sacó de mi estado de reposo y me causó algo

    de dolor de espalda. ¡Cielos, fue una sorpresa! Estaba a punto de hacer algo realmente vergonzoso. Volviendo a sentarme, me preparé nerviosamente para quien haya llamado la puerta.

    ¿Ayano, tal vez? Bueno, eso no podría ser. De ninguna manera ella podría cocinar una comida tan rápido.

    —Disculpa. Pero era Ayano, disculpándose para entrar a la habitación. Ella no traía nada, así que

    el almuerzo parecía estar fuera de discusión por ahora mientras caminaba y se sentaba al otro lado de la mesa. Puede haber sido mi imaginación, pero su rostro parecía más suave de lo que era cuando se fue.

    —Oye. ¿Qué pasa?— Le pregunté —¿Pasa algo? Ayano sacudió la cabeza. —No, nada demasiado importante. Solo quería hablar un

    poco. —Um… Bueno, claro, pero… Quería hablar cuál era el problema con el almuerzo, pero me resistí, no queriendo

    parecer demasiado agresivo. —¿Había algo que querías discutir, o…? —Si. Um, no discutirlo exactamente, pero… Bueno, hay algo que quiero preguntarte

    directamente.

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    Ayano hizo una pausa y me miró directamente a los ojos, como si me advirtiera en silencio que no se tolerarían respuestas deshonestas. Me tensé bajo su mirada fulminante, preparándome mentalmente para responder cualquier petición que ella tuviera. Estaba interrumpiendo el almuerzo por esto, después de todo. ¿Qué podría ser?

    Mi postura rígida hizo que Ayano me mirara de nuevo, burlona. Entonces ella habló. —…Um, ¿justo ahora, estabas pensando en