xxii. desafíos para la conservación biológica en latinoamérica...la biología de la...

28
a conservación biológica y el bienestar social son comple- mentarios, no opciones contrapuestas, como generalmente se presentan. Numerosos casos expuestos en los capítulos anteri- ores sustentan esta noción que modifica la perspectiva de una supuesta disyuntiva entre desarrollo y conservación. Este libro demuestra que confrontamos una gran crisis, tanto ecológica como social. Las causas de esta crisis ecosocial parecen derivar precisamente de la diso- ciación entre los sistemas sociales y ecológicos y, por lo tanto, las solu- ciones podrían surgir de la reconexión de estos sistemas. La valoración múltiple de los ecosistemas y las aproximaciones inter- disciplinarias de la conservación biológica permiten considerar los víncu- los entre la diversidad biocultural y las complejidades socio-políticas involucradas en los problemas sociales y ecológicos de Latinoamérica. En este capítulo examinaremos diversos casos y perspectivas ofrecidas en los capítulos anteriores, con el fin de integrar y proponer aproximaciones que den cuenta de las interrelaciones entre los problemas sociales y ecológicos y que, a su vez, procuren establecer programas de conser- vación que atiendan tanto al bienestar humano como al de otros seres vivos. Bienestar social y conservación biológica La conservación biológica en Latinoamérica dista mucho de aquella cari- catura que considera al ecologismo como un lujo “de quienes, teniendo de todo, se preocupan por las plantas y los animales en peligro de extin- ción”; en contraste, el “ecologismo de los pobres” brota de quienes dependen directamente de los recursos naturales para vivir (Martínez- Alier, 1998). La consideración de la interdependencia entre los sistemas sociales y los ecológicos refuerza la sustentabilidad de las propuestas para superar los problemas ecosociales y permite superar la equívoca disyunti- va entre desarrollo y conservación. Cada vez que en una gran ciudad 64 XXII. Desafíos para la conservación biológica en Latinoamérica L Ricardo Rozzi Peter Feinsinger

Upload: others

Post on 15-Sep-2020

2 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: XXII. Desafíos para la conservación biológica en Latinoamérica...La biología de la conservación es ciencia y debe mantener esa base científica con la mayor rigurosi-dad posible

a conservación biológica y el bienestar social son comple-mentarios, no opciones contrapuestas, como generalmente se

presentan. Numerosos casos expuestos en los capítulos anteri-ores sustentan esta noción que modifica la perspectiva de una

supuesta disyuntiva entre desarrollo y conservación. Este libro demuestraque confrontamos una gran crisis, tanto ecológica como social. Lascausas de esta crisis ecosocial parecen derivar precisamente de la diso-ciación entre los sistemas sociales y ecológicos y, por lo tanto, las solu-ciones podrían surgir de la reconexión de estos sistemas.

La valoración múltiple de los ecosistemas y las aproximaciones inter-disciplinarias de la conservación biológica permiten considerar los víncu-los entre la diversidad biocultural y las complejidades socio-políticasinvolucradas en los problemas sociales y ecológicos de Latinoamérica. Eneste capítulo examinaremos diversos casos y perspectivas ofrecidas en loscapítulos anteriores, con el fin de integrar y proponer aproximacionesque den cuenta de las interrelaciones entre los problemas sociales yecológicos y que, a su vez, procuren establecer programas de conser-vación que atiendan tanto al bienestar humano como al de otros seresvivos.

Bienestar social y conservación biológica

La conservación biológica en Latinoamérica dista mucho de aquella cari-catura que considera al ecologismo como un lujo “de quienes, teniendode todo, se preocupan por las plantas y los animales en peligro de extin-ción”; en contraste, el “ecologismo de los pobres” brota de quienesdependen directamente de los recursos naturales para vivir (Martínez-Alier, 1998). La consideración de la interdependencia entre los sistemassociales y los ecológicos refuerza la sustentabilidad de las propuestas parasuperar los problemas ecosociales y permite superar la equívoca disyunti-va entre desarrollo y conservación. Cada vez que en una gran ciudad 643

XXII. Desafíos para la conservaciónbiológica en Latinoamérica

L

Ricardo RozziPeter Feinsinger

Page 2: XXII. Desafíos para la conservación biológica en Latinoamérica...La biología de la conservación es ciencia y debe mantener esa base científica con la mayor rigurosi-dad posible

sudamericana, como San Pablo (Brasil), un río como el Tietê recibe lasdescargas de contaminantes industriales que incluyen compuestos alta-mente tóxicos, no sólo se elimina la biota acuática, sino que también sedegradan severamente las condiciones sanitarias de las poblacioneshumanas que habitan la megápolis, principalmente de aquellas que habi-tan en los sectores marginales (i.e., favelas). En contraste, cada vez que seconservan los ecosistemas de una cuenca hidrográfica, por ejemplo en laAmazonía —la mayor extensión de bosque tropical del mundo— nosólo se conserva la vida de miríadas de invertebrados, plantas acuáticas,algas, peces y aves, sino que también se permite la continuidad del su-ministro de agua limpia, comida y albergue que ha permitido la subsis-tencia de poblaciones humanas por siglos o milenios, como en el caso delos indios amazónicos ka´apor.

El vínculo entre la conservación de la diversidad biológica y el bien-estar humano es aparentemente obvio. Sin embargo, en las esferas públi-cas y políticas se generan grandes tensiones y conflictos: aunque lapobreza es apropiadamente presentada como el problema más urgenteque afecta a Latinoamérica, la protección ambiental es equivocadamentepresentada como un lujo —incluso un impedimento— para la soluciónde los problemas de la pobreza (Recuadro XXII.1). Muchos gobiernoslatinoamericanos han justificado sus políticas de desarrollo como unaacción necesaria para superar la pobreza; sin embargo, la proporción y elnúmero de personas que viven en condiciones de extrema pobreza haaumentado durante las últimas décadas en esta región (Hajek, 1995).

La ineficacia de los modelos de desarrollo definidos por estrechosparámetros tecnológicos y de mercado deriva de la omisión de impor-tantes variables ambientales y sociales. Estas omisiones conllevanimpactos como la sustitución de ecosistemas diversos y complejos pormonocultivos o sistemas artificiales simples, la expropiación de la tierra yla concentración de la propiedad privada (Capítulos I, VIII y X). Cuan-do se interrumpe el acceso de las poblaciones indígenas o rurales a susecosistemas terrestres o marinos —debido a que estos ecosistemas hansido eliminados o privatizados— tales poblaciones son forzadas a migrara los centros urbanos con drástico deterioro de su calidad de vida. Aunen los casos donde los nuevos propietarios de la tierra —compañías opersonas— ofrecen trabajo a los antiguos habitantes, el nivel deautonomía decae y sus modos de vida tradicional se alteran profunda-mente.

Otro factor negativo de los actuales modelos de desarrollo deriva dela falta de participación de la mayoría de los latinoamericanos en los sis-temas político-económicos nacionales o globales. Las poblacionesrurales, indígenas o urbanas que viven en condiciones de pobreza (equi-valente a 2/3 de la población latinoamericana) han sido postergadas en latoma de decisiones y diseños de políticas económicas. En consecuencia,estos modelos de desarrollo han causado no sólo severas pérdidas de bio-diversidad, sino que también han deteriorado la vida espiritual y mate-rial de las poblaciones indígenas, rurales y de los pobres en general(Rebellato, 1995). 644

Conservación y sociedades humanas

Page 3: XXII. Desafíos para la conservación biológica en Latinoamérica...La biología de la conservación es ciencia y debe mantener esa base científica con la mayor rigurosi-dad posible

¿Cuáles son los desafíos de la conservación enAmérica Latina para el siglo XXI? Podría dudarseque la pregunta sea válida preguntándose si existeuna agenda regional y si presenta particularidadespropias. La respuesta es afirmativa: el continentepresenta atributos ecológicos propios que requierenacciones de conservación específicas. Esas particu-laridades no se limitan a los muy promocionadosambientes tropicales, puesto que también existenlos ambientes marinos, las zonas áridas, los bosquesy las estepas templadas y frías australes o las áreasmontañosas, así como muchos otros ecosistemas.En esta compleja asociación de ecosistemas seencuentran naciones que los están usando bajoestrategias productivas que también poseen unaidentidad propia. Sea por los atributos ecológicoscomo por los políticos y sociales, es ineludible dis-cutir los desafíos de la conservación en el conti-nente.

Estos desafíos se mueven en un campo de ten-siones entre diversas perspectivas que es necesarioreconocer.

En un primer plano se observan en las tensionesentre la conservación y el desarrollo. Muchos sec-tores latinoamericanos siguen viendo a las consid-eraciones ambientales como una restricción aldesarrollo y un impedimento a los procesos produc-tivos. Considerando la extensión de la pobreza enAmérica Latina, la desigualdad social, los atrasosen educación o salud y los problemas de empleo, lasdemandas del desarrollo son enormes. Por lo tanto,las presiones en este nivel son muy fuertes y oscilanentre la prédica por medidas ambientales que enfa-tizan las prohibiciones (de donde su efectividad esbaja) al extremo donde todo vale (continuándosecon los estilos de desarrollo tradicional y dejando ala conservación como un mero enunciado deaspiraciones). El desafío para los biólogos de la con-

servación consiste en articular esos dos campos,ofreciendo medidas de protección que se comple-menten con las estrategias de desarrollo, por ejemp-lo, integrando la preservación de la biodiversidad enun estilo de desarrollo sustentable. Se necesitarámejorar la sensibilidad social, entender las deman-das de los campesinos y empresarios, fortalecer elsentido ciudadano en la búsqueda del bien común ypotenciar los campos políticos democráticos, dondela sociedad discuta y analice cómo manejar y dis-tribuir sus recursos naturales.

Un segundo plano de tensiones se centra entrela tarea del científico y el compromiso del militanteconservacionista. Muchas veces al amparo de laneutralidad científica se ha abusado de estudioscomo listas de fauna y flora, contribuyéndose muypoco a las medidas de conservación para preservaresas especies. La biología de la conservaciónenfrenta decididamente esta cuestión, vinculandolas investigaciones con las actividades necesariaspara la conservación. Esa militancia podrá ser demuy distinto tipo, desde artículos de divulgación enla prensa hasta la palestra de un discurso público.La acumulación de información científica es indis-pensable para la conservación y es urgente enAmérica Latina, dados sus déficits, pero por sí solano genera estrategias de conservación. En este casoel biólogo de la conservación latinoamericanodeberá buscar sus equilibrios entre los requerimien-tos de conocimientos originales y las accionesurgentes de conservación.

Un tercer nivel de tensiones más interno seencuentra dentro de las propias disciplinas científi-cas envueltas en la conservación. Éstas incluyenconcepciones y modelos que pueden estar enpugna, tal como en el caso de la consideración delas comunidades como entidades reales que poseenuna evolución sucesional determinada o como sim- 645

Recuadro XXII.1. Los delicados equilibrios de la conser-vación en América Latina

Eduardo Gudynas

Page 4: XXII. Desafíos para la conservación biológica en Latinoamérica...La biología de la conservación es ciencia y debe mantener esa base científica con la mayor rigurosi-dad posible

ples agregados de especies individuales. Las implica-ciones de seguir una u otra concepción en la conser-vación pueden ser muy distintas; por ejemplo, unainterpretación de la sucesión ecológica como unproceso lineal determinado motivaría prácticas derestauración entendidas como la recuperación deestadios perdidos en la marcha de la comunidad. Laexperiencia demuestra que estas concepciones revis-ten un carácter provisorio: es el mejor conocimien-to con el que se dispone en un momento dado. Elpeligro reside en confundirse y creer que el modelode moda es la verdad. El biólogo de la conservaciónen América Latina debe estar muy atento a ello, enespecial cuando esos modelos son desarrolladosen gran medida en otros países, para otros tipos deecosistemas. El desafío consiste en moverse en uncampo donde se enfrentarán distintos grados deincertidumbres, con los que habrá que convivir.También exige atender a otros conocimientos,como los saberes locales indígenas o campesinosque ofrecen una valiosa información encerrada en

tradiciones milenarias que pueden complementarla aproximación científica. En cualquier caso, per-manece la certeza que no se puede permitir la extin-ción de una especie y que ésta constituye un finúltimo de un biólogo de la conservación.

Los desafíos que nos aguardan son inmensos, ylos equilibrios para avanzar en ellos son delicados.Ni más ni menos que en otros órdenes de la vida.La biología de la conservación es ciencia y debemantener esa base científica con la mayor rigurosi-dad posible. Pero es más que ello. Requiere tam-bién: (1) humildad para entender las propias limita-ciones de esa ciencia y escuchar respetuosamenteotras formas de conocimiento, como las que ofre-cen las comunidades locales; (2) osadía, paradefender esas ideas ante la opinión pública y lasreparticiones gubernamentales; y sobre todo, (3)una obstinada perseverancia en el trabajo y con-tinuidad en los proyectos en el largo plazo paralograr la conservación de la riqueza biológica delcontinente.

646

La conservación biológica podría desempeñar un papel crucial paraatenuar la pobreza en Latinoamérica al clarificar los vínculos entre laintegridad de los ecosistemas regionales y el bienestar de las poblacioneshumanas. Diversas especies y productos biológicos —tales como hongos,frutos, larvas, mariscos, carne, fibras— y estructuras y funciones eco-sistémicas —tales como agua limpia, abrigo, migraciones estacionales—han desempeñado un papel central para numerosas poblaciones indíge-nas y rurales durante siglos (Figura XXII.1). La protección de estospatrones ecosistémicos, donde los seres humanos son componentes inte-grales, constituye uno de los desafíos fundamentales para la conservaciónbiológica en Latinoamérica, cuyo objetivo central es promover aproxi-

Las políticas ambientales afectanmúltiples esferas sociales, económi-cas y valóricas y generan posicionesencontradas donde se debaten losdelicados equilibrios y tensiones dela conservación biológica.(Fotografía de Pablo Villarroel).

Page 5: XXII. Desafíos para la conservación biológica en Latinoamérica...La biología de la conservación es ciencia y debe mantener esa base científica con la mayor rigurosi-dad posible

maciones teóricas y prácticas que satisfagan las necesidades de ambos: losseres humanos y los sistemas ecológicos donde habitamos.

Para una biología de la conservación latinoamericana la equidad, lajusticia social y la solidaridad debieran ser tan importantes como la pro-tección de los ecosistemas (por ejemplo, los bosques tropicales secos,Recuadros III.1 y XIX.4) o de poblaciones de especies (por ejemplo, deartrópodos, Recuadros III.4 y VIII.1). ¿Cómo podemos los biólogos dela conservación abogar por las miríadas de seres vivos que cohabitan ennuestras regiones y que no tienen voz para manifestar sus necesidadesfrente a las personas e instituciones que toman las decisiones de desarrol-lo? ¿Cómo podemos los biólogos de la conservación contribuir a quetales organismos, como también las multitudes de comunidades indíge-nas, rurales y poblaciones marginales de pobres en Latinoamérica, ten-gan una voz en estas decisiones y sus necesidades sean integradas en pro-cesos más participativos y diversos? ¿Cómo podemos dar cuenta de laspresiones económicas y políticas externas, nacionales e internacionales,sobre nuestros ecosistemas regionales y sus poblaciones humanas?¿Cómo podemos poner en práctica los complejos modelos y explica-ciones que elaboremos en torno a estas problemáticas?

Estas preguntas parecen extremadamente complejas porque excedeny desafían a las aproximaciones disciplinarias de los especialistas quedominan la academia y otras instituciones. Sus respuestas no sólo exigenuna integración entre las múltiples áreas del saber, sino que demandantambién una colaboración entre diversas instituciones gubernamentales(por ejemplo, el municipio o el gobierno provincial), comunales (porejemplo, las juntas de vecinos), no gubernamentales (por ejemplo, losconsejos indígenas o los sindicatos de pescadores artesanales), de seguri-dad (por ejemplo, el cuartel de policía local o las fuerzas armadas) o deeducación (por ejemplo, la escuela local o la universidad regional).La participación inter-institucional e inter-disciplinaria permite que losaportes de los biólogos de la conservación no permanezcan cautivos en elinterior de la academia o de las publicaciones científicas, sino que sean 647

XXII. Desafíos para la conservaciónbiológica en Latinoamérica

Figura XXII.1 Una mujer chachidel noroeste del Ecuador teje una

canasta de hojas de “rampira” o“paja toquilla”, Carludovica palma-ta (Cyclanthaceae). (Foto de Marty

Crump).

Page 6: XXII. Desafíos para la conservación biológica en Latinoamérica...La biología de la conservación es ciencia y debe mantener esa base científica con la mayor rigurosi-dad posible

incorporados por los diversos actores que participan en la toma de deci-siones, cuyos criterios son esencialmente políticos, económicos y admi-nistrativos. En este escenario, cada estudiante de biología, naturalista ocientífico puede hacer aportes muy valiosos por medio de acciones tansencillas como por ejemplo, mostrar y comunicar la belleza e importan-cia de organismos poco conocidos como los líquenes, musgos u hongos(Figura XXII.2). Para facilitar el análisis de las interacciones entre lasdiversas variables ecológicas y sociales, consideraremos un caso específi-co: la industria camaronera ecuatoriana (Recuadro VI.2).

El caso de las empresas camaroneras de Ecuador

El Recuadro VI.2 presenta un caso que ilustra notablemente cómo laspolíticas nacionales e internacionales y los indicadores macroeconómicospueden pasar por alto profundos problemas ecológicos y sociales involu-crados en ciertos modos de explotación de los recursos naturales. El cul-tivo comercial de los camarones ecuatorianos, hoy famosos en la cocinainternacional, comenzó en 1968 y en sólo 15 años (en 1983) Ecuadorllegó a ser el principal exportador mundial de este producto. Este cre-cimiento explosivo de la empresa camaronera es generalmente vistocomo un logro político y económico. Sin embargo, su impacto ambien-tal y social ha sido tal, que hoy el área cubierta por piscinas camaronerassobrepasa al área de manglares en la costa ecuatoriana (Figura enRecuadro VI.2) y numerosas comunidades humanas de las costas ecua-torianas fueron forzadas a emigrar.

En las regiones tropicales los manglares actúan como “membranas”entre los ecosistemas terrestres y marinos, puesto que reciclan los nutri-entes y regulan los flujos hidrológicos y de sedimentos. Los manglaresactúan además como defensas costeras contra el aumento del nivel de lasaguas marinas, proveen hábitat reproductivo para numerosas especies de648

Conservación y sociedades humanas

Figura XXII.2 Un ecólogo explicaal Presidente de la República deChile, al Gobernador de la Provin-cia Antártica Chilena y el Alcalde dela Comuna de Cabo de Hornos laimportancia que tienen los líquenespara la formación del suelo en losecosistemas del extremo austral deAmérica. (Fotografía de AlexIbañez, Archivo Parque Etnobotáni-co Omora Isla Navarino, Chile).

Page 7: XXII. Desafíos para la conservación biológica en Latinoamérica...La biología de la conservación es ciencia y debe mantener esa base científica con la mayor rigurosi-dad posible

invertebrados y vertebrados, constituyen reservas de biodiversidad(incluyendo especies resistentes a la salinidad) y representan también unareserva de carbono (Martínez-Alier, en preparación). Su conversiónmasiva a piscinas camaroneras ha aumentado dramáticamente los nivelesde sedimentación y pérdida de nutrientes en los suelos tropicales. Estosprocesos han afectado drásticamente las poblaciones de especies de algas,peces, crustáceos y moluscos, cuyo ciclo de vida depende de losmanglares. Las industrias camaroneras también desvían el curso de losríos y contaminan las aguas con plaguicidas (por ejemplo, Malathion,Parathion, Azodrín, Paraquat, Endosulfán y Butachlor), que son mezcla-dos con antibióticos (por ejem- plo, terramicina, eritromicina y oxite-traciclina) utilizados para prevenir enfermedades de los camarones, perocuyos efectos sobre la salud humana aún no han sido evaluados (Hagler,1997).

La industria camaronera genera además serios problemas sociales alimpedir el acceso de las comunidades locales a los manglares, puesto queéstos han sido eliminados o privatizados. La tala o la privatizaciónse realiza generalmente de manera ilegal debido a dos razones: (1)las áreas costeras son de propiedad estatal y su acceso es, por lotanto, público; (2) los manglares constituyen ecosistemas protegi-dos por leyes nacionales e internacionales (Martínez-Alier, enpreparación). Las diferencias económicas entre ricos y pobresaumentan, puesto que unas pocas personas se enriquecen con laconversión o la privatización de los manglares, mientras que unamultitud de personas se empobrece con la desaparición o la restric-ción del acceso a estos ecosistemas.

Las mujeres de las comunidades costeras suelen recolectar entreuno y dos centenares de bivalvos diariamente, los cuales utilizanpara su consumo familiar y para la venta (Figura XXII.3). Lasconcheras de Ecuador y Centroamérica han intentado evitar ladeforestación de los manglares exponiendo sus vidas al tendersedelante de los “bulldozers” y máquinas excavadoras (Hagler, 1997).Ellas perciben claramente cómo los derechos de las comunidadeslocales han sido violados para favorecer a las industrias por mediode concesiones gubernamentales. También han constatado cómo hadecaído la calidad de vida en sus comunidades de pescadores al dis-minuir la diversidad y abundancia de mariscos, peces, algas, ostras y cen-tollas. Consciente de cómo el crecimiento explosivo de la exportacióncamaronera conlleva una contrastante miseria para los habitantes de laregión costera de Ecuador, una mujer conchera escribió el 11 de marzode 1999:

Ellos nos quieren humillar porque somos negras, porque somos pobres,pero una no elige la raza en que nace, tampoco elegimos el no tener nadapara comer. Pero yo estoy orgullosa de ser una conchera, porque mi razame da fuerzas para combatir en defensa de lo que era de mis padres yheredarán mis hijos. Estoy orgullosa porque nunca he robado ni le he saca-do la comida de la boca a otra persona para llenar la mía… Ahora estamospeleando por algo que nos pertenece, son nuestros ecosistemas, pero no 649

XXII. Desafíos para la conservaciónbiológica en Latinoamérica

Figura XXII.3 Una mujerconchera recolecta cholgas en un

manglar cerca de Muisne, Ecuador.(Fotografía de Alfredo Quarto,

Mangrove Action Project, Muisne,Ecuador).

Page 8: XXII. Desafíos para la conservación biológica en Latinoamérica...La biología de la conservación es ciencia y debe mantener esa base científica con la mayor rigurosi-dad posible

peleamos porque seamos ecólogos profesionales sino porque deseamos con-tinuar viviendo; si los manglares desaparecen, toda nuestra gente desapare-cerá… Si los manglares desaparecen deberemos comer basura en los cor-dones marginales de Esmeraldas o Guayaquil, donde deberemos serprostitutas… ¿Qué ocurrirá cuando los camaroneros erijan sus letreros“propiedad privada” y nos disparen cuando intentemos cruzar y seamosasesinados con la bendición del Presidente? (Falla, 2000).

Una semana después de la carta de la conchera, el 18 de marzo de 1999,la ONG ecuatoriana Fundecol y el presidente de Greenpeace, MichaelHagler, escribían una carta al presidente de Ecuador argumentando entérminos económicos que “si se ha estimado un valor medio anual de 13000 dólares/ha por los bienes y servicios provistos por los manglares nonos es posible comprender la justificación económica para sacrificar losbeneficios económicos en el largo plazo por un pago de sólo 60 millonesde dólares en el corto plazo”.

El caso anterior clarifica algunas de las causas y de los síntomas de larápida degradación ambiental que está ocurriendo en el Neotrópico, laregión con la mayor biodiversidad del planeta. Al mismo tiempo, generaalguna esperanza para una mejor integración entre las políticas ambien-tales y sociales al mostrar que numerosos asentamientos humanosregionales están conscientes de la interdependencia entre la calidad desus vidas y la preservación de la diversidad biológica. Esta concienciade las comunidades locales desafía, a su vez, el concepto de buena vidapromovido por la globalización de la economía de mercado.

Para analizar algunas de las falencias en las propuestas que han pro-movido proyectos tales como las camaroneras ecuatorianas y para pro-poner la incorporación de variables ecológicas y sociales en futurosproyectos de desarrollo, discutiremos siete puntos desde la perspectiva devarias disciplinas que forman parte de la conservación biológica:

1. Se señala que el crecimiento económico generalmente ayuda a la gentepobre. Sin embargo, megaproyectos tales como las camaroneras ecuato-rianos e innumerables empresas análogas en Latinoamérica (por ejemplo,las compañías petroleras en las selvas amazónicas (Recuadro XVI.1) olas grandes represas en Brasil (Recuadro XXI.5) son frecuentementeresistidas por las comunidades locales cuyas vidas se ven negativamenteafectadas. Tomando un ejemplo que se debate actualmente, como laconstrucción de la gran hidrovía en la Región de Pantanal, que cavaríaun canal a lo largo del río Paraguay-Paraná, que permitiría la navegaciónde cargueros desde la costa argentina de Buenos Aires hasta lugares situa-dos a 3 000 km al norte, a través de Bolivia, Paraguay y Brasil (véanse losCapítulos VI y XXI), los biólogos de la conservación debiéramos pre-guntarnos: ¿a quiénes serviría este proyecto? Es necesario identificar a losbeneficiarios, caracterizar la distribución de los beneficios, los costossociales, las amenazas para la biodiversidad e incorporar en el análisis losmúltiples bienes y servicios ecosistémicos que se verán alterados. Estasvariables son subestimadas u omitidas en la mayoría de los modeloseconómicos, análisis sociales y proyectos políticos. Por ejemplo, si650

Conservación y sociedades humanas

Page 9: XXII. Desafíos para la conservación biológica en Latinoamérica...La biología de la conservación es ciencia y debe mantener esa base científica con la mayor rigurosi-dad posible

quienes toman las decisiones sobre el destino de los bosques amazónicosvaloran estos ecosistemas exclusivamente en función de la madera extrai-da y vendida, tales ecosistemas forestales continuarán siendo consumidospara la obtención de un solo producto y para solo un grupo de beneficia-rios, que además habita mayoritariamente lejos de tales regiones.Además, muchos políticos y otras personas que toman decisiones ambi-entales en Brasil conocen las consecuencias ecológicas, sociales yeconómicas negativas de las actuales prácticas de deforestación. No setrata, por lo tanto, de un problema que derive solamente de la falta deconocimiento, sino también de una voluntad política para superar laspresiones de grupos de poder y para reorientar los criterios en que sebasan las aspiraciones para la reelección o una nueva designación (Vie-derman et al., 1997).

2. Algunos indicadores macroeconómicos —tales como el Producto NacionalBruto y el Ingreso per capita— pueden conducir a interpretaciones erradasdebido a la concentración de los ingresos en sectores minoritarios de lapoblación. Con humor negro el escritor Jorge Luis Borges ha dicho que élno cree en las estadísticas económicas, puesto que tales índices señalanque en Argentina las familias consumen un pollo a la semana, cuando élsabe muy bien que algunas familias comen un pollo diario, mientras queotras comen medio pollo al mes. En algunos países latinoamericanos el10% de la población más rica recibe más del 75% del ingreso nacional(Quiroga, 1994). En proyectos que han tenido un crecimiento explosi-vo, tales como las camaroneras ecuatorianas o las salmoneras del sur deChile, los costos ambientales no son cubiertos por las empresas y losbeneficios económicos ni siquiera se traspasan equitativamente a los tra-bajadores. Por ejemplo, en el período 1990-1993 el valor de las ventas desalmones aumentó en más de un 30%, mientras que los aumentosde sueldo fueron inferiores al 20% (Claude et al., 2000).

3. En los países latinoamericanos existe una marcada diferencia entre la le-gislación ambiental y las prácticas ambientales. Tal como la instalación depiscinas camaroneras es ilegal debido a que los manglares constituyenecosistemas protegidos y se ubican en áreas costeras públicas, muchasirregularidades ocurren debido a la baja capacidad de control y fisca-lización o a que priman relaciones de poder, criterios económicos ypolíticos. Por ejemplo, pese a que la captura de nutrias y delfines ha esta-do prohibida en Chile por leyes nacionales e internacionales desde medi-ados del siglo XX, su caza para el comercio de piel continúa (FiguraXXII.4; Rozzi y Torres-Mura, 1990; Manzur y Canto, 1997). Las medi-das legales son insuficientes para la conservación si no van acompañadasde un estricto control, programas de educación ambiental y alternativaseconómicas para quienes abandonan estas actividades. La legislaciónambiental debe cautelar también el cumplimiento de normas interna-cionales. Por ejemplo, el caso del gavilán Swainson (Recuadro VI.5)muestra cómo plaguicidas prohibidos en países del Hemisferio Norteson vendidos en el Hemisferio Sur, donde continúan utilizándose, ame- 651

XXII. Desafíos para la conservaciónbiológica en Latinoamérica

Page 10: XXII. Desafíos para la conservación biológica en Latinoamérica...La biología de la conservación es ciencia y debe mantener esa base científica con la mayor rigurosi-dad posible

nazando la vida silvestre y la salud humana. Es urgente mejorar la legis-lación acerca del uso de productos químicos, tales como antibióticos enla acuicultura, hormonas en la crianza de pollos o plaguicidas en la agri-cultura (Capítulo VI), los derechos del subsuelo que permiten extraeragua, petróleo, minerales y explotar cualquier recurso que exista bajo elsuelo sin considerar sus impactos sociales y las “cicatrices ecológicas”dejadas por los pozos, las minas y el agotamiento de recursos tan im-prescindibles como las aguas subterráneas. En la mayoría de los países yregiones de Latinoamérica los costos sociales y ambientales —tales comodaños a la salud humana, pérdidas de biodiversidad y contaminación delos cursos de aguas y las napas subterráneas— no están claramente incor-porados en las normativas ambientales.

4. Existe una carencia de información y de debate público de los problemasambientales. La prensa y otros medios de comunicación de Latinoaméri-ca, como en otras regiones del mundo, suelen estar controlados por gru-pos económicos que simplifican las posiciones conservacionistas comopertenecientes a ambientalistas románticos o grupos indígenas anacróni-cos que se resisten a los proyectos de progreso para el país. El sesgo peri-odístico y la censura impuesta a los medios de comunicación evitan ladiscusión pública informada acerca de los complejos problemas socialesy ambientales (véase Claude, 1997). Otra dificultad es el financiamientode la publicidad. Por ejemplo, en 1993 el New York Times publicó suple-mentos especiales en apoyo del TLC o NAFTA (North American Free652

Conservación y sociedades humanas

Figura XXII.4. (A) Delfines en loscanales de los archipiélagos del surde Chile. (B) Pese a que su cazaestá prohibida, la captura dedelfines continúa para utilizarloscomo carnada en la pesca de la cen-tolla. (Fotografías (A) de RicardoRozzi Archivo Parque Etnobotáni-co Omora, Isla Navarino, Chile y(B) de María Isabel Manzur, repro-ducido con la autorización deAmbiente y Desarrollo). (B)

(A)

Page 11: XXII. Desafíos para la conservación biológica en Latinoamérica...La biología de la conservación es ciencia y debe mantener esa base científica con la mayor rigurosi-dad posible

Trade Agreement), cuyos costos están fuera del alcance de organizacionesno gubernamentales que hubieran deseado exponer sus argumentos paraoponerse al NAFTA (Viederman et al., 1997). A mayor escala ocurrealgo análogo con la publicidad a favor de la Organización Mundial deLibre Comercio. Imaginemos que la prensa comunicara los aspectosambientales de proyectos como las piscinas camaroneras. ¿Qué ocurriríacon la opción de los consumidores al ser informados acerca de la canti-dad y diversidad de organismos que son destruidos y de las comunidadesrurales que son desplazadas? Tal situación podría emular al “efecto ham-burguesa”, cuando millones de consumidores dejaron de comer hambur-guesas al enterarse de los efectos de la defo- restación involucrados en suproducción (Capítulo VI). Un tercer obstáculo para la comunicaciónde los problemas ecológicos surge del desinterés y la dificultad que ge-neralmente tienen los científicos para explicar sus resultados y perspectivasa la ciudadanía y a los periodistas. Es necesario que los biólogos de laconservación se esfuercen por comunicar sus hallazgos y sus pro- puestasde una manera tal que sea a la vez rigurosa y comprensible para el públi-co general. La educación ecológica y su difusión constituye un desafíoclave para los jóvenes biólogos de la conservación quienes pueden, porejemplo, poner en práctica y transmitir el mensaje de las “Cuatro Cs” delprograma “Enseñanza de la Ecología en el Patio de la Escuela”: paraConservar es necesario Conocer, Comprender y Cuestionar (FiguraXXII.5, Feinsinger, 2001). Finalmente, la colaboración de los biólogosde la conservación con los medios de comunicación debiera promoveruna mayor tribuna para las visiones de las comunidades indígenas, lasorganizaciones de base y la sociedad civil en general, cuya subsistencia,salud, derechos civiles, trabajos, autonomía y otros aspectos de sus vidases afectada directamente por las políticas y decisiones ambientales(Bryant, 1995).

5. Los modelos de explotación de los recursos naturales a gran escala satis-facen generalmente las necesidades de las sociedades de consumo en puntosdistantes y no de las poblaciones locales. Más del 90% de los camaronesproducidos y exportados por las empresas ecuatorianas son consumidospor sólo unos pocos países: Estados Unidos(600 000 ton), Japón (318 000 ton) y paísesde la Comunidad Europea (200 000 ton)(Hagler, 1997). Similarmente, el destino demás del 90% de los salmones exportadospor Chile se concentra en Japón (59%),Estados Unidos (29%) y la ComunidadEuropea (5%) (Claude, 2000). El 93% delas astillas producidas en los bosques del surde Chile tiene como destino final la produc-ción de papel en Japón (Claude, 1997). Esteúltimo caso representa una paradoja no sólorespecto al punto de consumo (ubicado enel extremo opuesto del planeta) sino tam-

XXII. Desafíos para la conservaciónbiológica en Latinoamérica

Figura XXII.5 Alumnos de la Uni-versidad de Azuay (Cuenca,

Ecuador) elaborando perspectivasinnovadoras sobre la conservación

biológica del paisaje local.(Fotografía de Peter Feinsinger).

653

Page 12: XXII. Desafíos para la conservación biológica en Latinoamérica...La biología de la conservación es ciencia y debe mantener esa base científica con la mayor rigurosi-dad posible

bién respecto al despilfarro de valiosas maderas, la ausencia de valor agre-gado y el deterioro social y ecológico en la región de los bosques chilenos(Rozzi et al., 2000).

6. Los principales agentes de la degradación ambiental y de la pérdida debiodiversidad pueden ser unas pocas personas o compañías —por ejemplo,grandes haciendas, empresas mineras o pesqueras— y no necesariamente“masas de pobres incultos”. El caso de las astillas producidas a partir delbosque nativo de Chile muestra también cómo a veces unas pocas per-sonas o empresas son responsables de extensos impactos ambientales.Sólo dos consorcios, Mitsubishi-Daio Paper-Marubeni y Citibank-ScottPaper-Shell, controlan la producción de astillas en esta región (Rozzi etal., 2000). Más hacia el sur, las regiones de Aysén y Magallanes presen-tan una de las menores densidades poblacionales a nivel mundial (<1habitante/km2). No obstante, el área de bosques alterados, talados o que-mados alcanza casi los dos millones de ha, correspondientes al 33% de lasuperficie forestal de la región (CONAF-CONAMA-BIRF, 1997). En elCapítulo I se señalaba cómo en la selva amazónica la mayor área dedominio (175 000 km2) pertenece al consorcio Royal Dutch Shell, queha tenido un grave impacto de deforestación y contaminación minera,violando abierta y sistemáticamente las leyes ambientales brasileñas(Ceccon y Miramontes, 1999).

7. Estos patrones de impactos sociales y ambientales negativos han ocurridoreiteradamente en la historia de las diversas regiones del Continente Ameri-cano. Por ejemplo, la fiebre del oro y la plata ha irrumpido tanto en laregión austral de la Patagonia, como en la andina de Potosí (Bolivia), latropical de Ouro Prêto (Brasil), la región mesoamericana de los Zacate-cas (México), y en regiones del oeste norteamericano, como California(Estados Unidos). La ganadería ovina o bovina a gran escala también hacruzado el Continente Americano, desde Tierra del Fuego hastaNorteamérica; las plantaciones extensivas de caña de azúcar, banana yalgodón se expandieron tanto en América del Sur y Central como delNorte (véase Bakewell, 1997). Los ejemplos no se limitan al pasado. Hoyen Sudamérica las extensas plantaciones monoespecíficas de especies deEucalyptus sustituyen bosques nativos de México, Colombia, el surde Brasil y Chile (Carrere, 1998; Ceccon y Martínez-Ramos, 1999) lamasificación de monocultivos de soya transgénica transforman ydestruyen extensos hábitats en el norte de Argentina (Rozzi y Massardo,2000); la contaminación de mercurio causada por procesos de amalgamade oro en regiones tropicales está afectando la salud de los invertebradosacuáticos, peces y poblaciones humanas que viven río abajo en regionesde la Amazonía boliviana, brasileña, ecuatoriana y peruana (Guimaraeset al., 1999). El análisis histórico muestra que una y otra vez éstas y otrassituaciones similares han constituido casos efímeros de bonanzaeconómica y han dejado tras de sí una secuela de deterioro ambiental ysocial a través de toda Latinoamérica.

654

Conservación y sociedades humanas

Page 13: XXII. Desafíos para la conservación biológica en Latinoamérica...La biología de la conservación es ciencia y debe mantener esa base científica con la mayor rigurosi-dad posible

Los puntos anteriores indican que los problemas que confronta laconservación biológica abarcan una multiplicidad de dimensionessociales, culturales y biológicas. Es necesario, por lo tanto, hacerse cargode esta complejidad y multidimensionalidad a través de aproximacionesinterdisciplinarias.

Interdisciplinariedad y multidimensionalidad ecológica

La ecología nos devela un mundo compuesto esencialmente de interrela-ciones (Callicott, 1986). La vida de cada de ser transcurre en una red deinteracciones con el medio abiótico, con otros seres vivos y, para almenos los seres humanos, abarca también los contextos culturales,sociales, políticos y afectivos (Bateson, 1979). La ecología humanamuestra que los cursos de nuestras vidas y las decisiones que tomamos,no constituyen acontecimientos determinados por nuestras individuali-dades aisladamente, sino que dependen de e influyen sobre las relacionesafectivas cercanas, las relaciones sociales y las relaciones con el medioambiente. Bajo esta perspectiva ecológica la separación entre las dimen-siones sociales y las dimensiones medio ambientales parece distorsiona-da. Es necesario superar aquellas dicotomías donde las ciencias de la na-turaleza no tienen conciencia de su inscripción en una cultura, unasociedad, una historia y, a su vez, las humanidades no tienen concienciadel carácter físico y biológico de los fenómenos humanos (Morin, 1984).

Pareciera haber consenso respecto a que ciertas aproximaciones yconceptos de la conservación biológica, tales como el manejo de ecosis-temas o el desarrollo sustentable, suponen esta interfase entre cienciasnaturales, sociales y humanidades (Leff, 1994). Sin embargo, los progra-mas de ecología y ciencias biológicas carecen casi por completo de cursosde antropología, filosofía, economía, sociología o política (Grez et al.,1995, Saberwahl y Kothari, 1996). Incluso los departamentos debiología han sido subdivididos en departamentos de zoología, botánica,ecología, evolución, taxonomía y sistemática, microbiología, fisiologíavegetal, fi- siología animal, genética, biología molecular, etc.

La extrema separación disciplinaria, expresada en una multitud dedepartamentos de áreas del conocimiento biológico, dificulta y reduce la comunicación entre especialistas y el espectro de variables abordadas enel análisis de los problemas ambientales. Tal segregación limita la com-prensión de los sistemas biológicos en que estamos inmersos. Pensemos,por ejemplo, en la presencia de un elemento tan vital como el oxígeno enla atmósfera de la Tierra. Un cambio molecular a nivel de proteínas y de genes originó el proceso de la fotosíntesis, el que a su vez permitió ladiversificación de los organismos aeróbicos, incluyendo las plantas y losanimales (Firor, 1990). Hoy los ecosistemas, la biosfera y la vida en nu-estro planeta dependen de este elemento: el oxígeno (Figura XXII.6).Este ejemplo ilustra la interdependencia entre los niveles genéticos, mo-leculares, celulares, organísmicos, ecosistémicos y biosféricos de los fenó-menos biológicos. Tal interdependencia parece obvia; sin embargo, se 655

XXII. Desafíos para la conservaciónbiológica en Latinoamérica

Page 14: XXII. Desafíos para la conservación biológica en Latinoamérica...La biología de la conservación es ciencia y debe mantener esa base científica con la mayor rigurosi-dad posible

implementa precariamente en los proyectos agronómicos, forestales,médicos y de ingeniería genética, los cuales se centran en sólo uno de losniveles biológicos (Rozzi y Massardo, 2000). Por ejemplo, en 1999,durante las Negociaciones de Bioseguridad de las Naciones Unidas, pro-fesionales y representantes de Monsanto —la mayor compañía de semil-las a nivel mundial— argumentaron extensamente que las “malezasroban la luz solar a las plantas útiles” (Shiva, 2000). Esta visión contrastamarcadamente con la perspectiva de la ecología y de las sociedades indí-genas o rurales, donde la totalidad o casi la totalidad de las especies y va-riedades son importantes para el funcionamiento de los ecosistemas,tienen uso medicinal o alimentario y tienen además derecho a existir. Alos esfuerzos biotecnológicos por producir variedades resistentes a herbi-cidas y enfermedades, o que sean resistentes a la sali- nidad o que fijennitrógeno, habría que contestar que tales variedades y especies existen yaen los cultivos tradicionales (por ejemplo, se conocen más de 3 000 var-iedades de papa en la región andina (véase el Capítulo II) o en lainabarcable y todavía desconocida diversidad de los ecosistemas lati-noamericanos (Rozzi y Massardo, 2000).

Los monocultivos, tales como las extensas plantaciones monoespecí-656

Figura XXII.6. Los sistemas físi-cos y vivos que componen losecosistemas y la biósfera no con-stituyen compartimientos separa-dos. Por ejemplo, la atmósferaterrestre es una “creación” de losseres vivos. Su composicióndifiere marcadamente de laatmósfera de los planetas vecinosVenus y Marte debido a que enun momento de la evoluciónocurrió un cambio molecular anivel de proteínas y de genes queoriginó el proceso de la fotosínte-sis, lo cual determinó la presenciade un elemento tan vital como eloxígeno. La interdependenciaentre los niveles genéticos, molec-ulares, celulares, organísmicos,ecosistémicos y biosféricos pareceaquí obvia. Sin embargo, aunquesabemos que un cambio a nivelgenético puede conducir a uncambio a nivel planetario —yviceversa— la especia- lizaciónacadémica ha conducido a que enla práctica cada nivel de organi-zación sea investigado por distin-tos biólogos que trabajan endiferentes departamentos univer-sitarios, pertenecen a diferentessociedades científicas y publican enrevistas científicas leídas casi exclu-sivamente por colegas de su espe-cialidad. Esta segregación discipli-naria se acentúa a medida que elespectro de las ciencias biológicas seamplía a las ciencias físicas ysociales, las artes y lashumanidades, la política y la edu-cación. La falta de comunicaciónentre especialistas involucrados enun mismo fenómeno, como la com-posición de la atmósfera terrestrerespirada por todos sus seres vivos,ilustra cómo la segregaciónacadémica puede limitar seriamenteel análisis de los problemas ambien-tales y las variables abordadas.(Figura modificada de Rozzi y Mas-sardo, 2000).

Conservación y sociedades humanas

Page 15: XXII. Desafíos para la conservación biológica en Latinoamérica...La biología de la conservación es ciencia y debe mantener esa base científica con la mayor rigurosi-dad posible

ficas de eucaliptos o de trigo, las piscinas camaroneras o las jaulas desalmonicultura (Figura XXII.7), representan prácticas extremas encuanto a su unidimensionalidad: ¡se eliminan todas las especies exceptoaquellas cultivadas! Este libro ha enfatizado cuánto desconocemos de ladiversidad de invertebrados terrestres y marinos. Para muchas regionesde Latinoamérica es necesario entonces realizar estudios bási-cos de ta- xonomía que consideren la genética y los ciclos devida de estos taxa, puesto que los caracteres de algunasespecies e incluso géneros se expresan sólo en los estados lar-varios y no adultos (Capítulo II). La conciencia de estascarencias en el conocimiento debería indicarnos que seríaarrogante pretender controlar completamente o sustituirestos sistemas ecológicos. En consecuencia, antes de masificarprácticas basadas en sólo una especie (por ejemplo, la acui-cultura del salmón del pacífico), se deberían evaluar susmúltiples consecuencias ecológicas y sociales. Es mejor actuarcon cautela, que luego invertir grandes esfuerzos en reparar.

El daño de la reducción de los complejos sistemasecológicos y sociales a una sola dimensión (la madera, la hari-na, los camarones o los salmones y el dinero obtenido de laventa) queda bien ilustrado por el caso de las salmoneras delsur de Chile. En términos económicos, resulta inacep- tableque los costos de las pérdidas de biodiversidad, la eutrofi-cación, las altas concentraciones de químicos, antibióticos ydesechos (véanse los Recuadros VII.1 y IX.1) no sean asum-idos por las empresas, sino que deban ser pagados por toda lasociedad. En términos sociales y culturales, aquellas comu-nidades tradicionalmente dedicadas a la recolección, la pescay/o la agricultura en pequeña escala han debido emigrar o pasar de unasituación en que eran dueñas de su propia subsistencia a una dependen-cia de terceros (Claude et al., 2000). La autonomía, dignidad y riquezacultural de vastas regiones latinoamericanas se va degradando. Tambiénse amenaza la seguridad alimentaria y la supervivencia de la sociedadhumana, puesto que para producir un kilo de salmón en Chile serequieren entre 2.5 y 5 kilos de pescado como alimento, administrado enforma de concentrado a base de harina de pescado (Claude et al., 2000).Resulta evidente que “deberíamos comer directamente peces silvestres”, yla iniciativa del Programa Chile Costa, que apoya la pesca artesanal y laorganización de sus agrupaciones, provee una alternativa ejemplar(Moscoso, 2000; Pavez y Vial, 2000). Además, las condiciones de vidade los salmones aglomerados en jaulas (Figura XXII.7) son tanto o másdeplorables que aquellas en los criaderos de pollos, de manera quetambién desde el punto de vista ético el consumo de peces silvestresparece mejor que el de “peces enjaulados”.

Es entonces imprescindible adoptar aproximaciones y programasinterdisciplinarios que incorporen disciplinas híbridas como la éticaambiental, el derecho ecológico, la economía ecológica, la antropologíaecológica, la ecología política, la historia ambiental, el periodismo 657

XXII. Desafíos para la conservaciónbiológica en Latinoamérica

Figura XXII.7. Las condiciones devida de los salmones aglomerados

en jaulas y bajo altas dosis deantibióticos pueden ser aún peores

que las de los pollos en criaderos,donde pasan su vida en pequeñasjaulas y con fuertes dosis de hor-

monas. Este tipo de trato hacia ani-males ha motivado un incremento

de las personas vegetarianas quepor razones éticas abandonan el

consumo de carne. (Fotografía deDoris Soto).

Page 16: XXII. Desafíos para la conservación biológica en Latinoamérica...La biología de la conservación es ciencia y debe mantener esa base científica con la mayor rigurosi-dad posible

ecológico y la ecología humana (Capítulo I. Figura I.1; Toledo,1999a). Cada una de estas disciplinas cuenta ya con libros temáticos ypublicaciones periódicas, como por ejemplo, Environmental Ehtics,Environmental Values, Ecological Economics, Environmental History,Etnoecología, Ethnobiology, Ecología Política o Human Ecology. Es funda-mental también salvar las distancias entre las humanidades y las ciencias.Como ha señalado el biólogo argentino Marcelino Cerejido (1996):

Los pensadores, escritores y artistas de Latinoamérica hacen un esfuerzoadmirable por analizar y reflejar en sus obras el sufrimiento y la injusticiaque se padece en Latinoamérica. Con todo, hay una falta de comunicacióncasi insalvable entre ellos y los investigadores, que hace que rara vez losrelacionen con el conocimiento. Por eso es que mientras no logremos atraertambién a nuestros creadores, y ellos sigan creyendo que la ciencia y la tec-nología son meros proveedores de datos estrafalarios y artefactos computa-rizados, o que la única relación entre ellos y nosotros se da en el terreno dela ciencia-ficción, no lograremos difundir esa visión de mundo del quedepende nuestro “polo científico”.

Con una perspectiva diferente, el etnoecólogo mexicano Víctor Toledoha enfatizado que:

En una región, donde a diferencia de los países donde se originó la ecologíacientífica, las culturas originales o autóctonas no sólo no fueron aniquiladaso suprimidas por completo, sino que hoy viven un renacimiento no sola-mente demográfico, sino socio-cultural y político, resulta impropio realizarinvestigación científica sin tomar en cuenta los aportes de las “otrasecologías”... Es imposible diseñar modelos sustentables ...sin revisar antes laexperiencia ganada por estas culturas locales durante siglos de interaccióncon los ecosistemas terrestres y acuáticos (Toledo y Castillo, 1999).

La aproximación transdisciplinaria no supone la abolición de las dis-ciplinas, sino su integración dentro de enfoques holísticos o sistémicosdonde el biólogo de la conservación no sólo debe observar y desentrañarpatrones, sino también implementar e involucrarse en la acción.

Perspectivas locales y globalización

El llamado de Víctor Toledo hacia reconocer y valorar la multiplicidadde visiones y prácticas indígenas apunta hacia el reconocimiento de unade las causas más graves de la actual crisis ecosocial en Latinoamérica, ala vez que abre perspectivas para su solución. En el Capítulo X la metá-fora del “efecto sombra” subraya la existencia de una multitud de valores,actitudes y prácticas que propenden hacia la conservación y podrían sersustentables. Esta enorme diversidad de perspectivas locales es descono-cida y aun eliminada por ciertas prácticas de la actual globalizacióneconómica, que es también política y cultural. El mercado global reem-plaza los mercados locales, los pequeños agricultores y ganaderos sondesplazados por grandes compañías que establecen extensos monocul-tivos. Actualmente sólo diez compañías controlan más de un tercio del658

Conservación y sociedades humanas

Page 17: XXII. Desafíos para la conservación biológica en Latinoamérica...La biología de la conservación es ciencia y debe mantener esa base científica con la mayor rigurosi-dad posible

mercado de semillas comerciales y el 100% de las semillas genéticamentemodificadas (Shiva, 2000). La tendencia hacia el cultivo de variedadesalteradas genéticamente conlleva una dramática reducción en la diversi-dad genética de las especies en nuestra alimentación. En vez de las innu-merables variedades de maíz de Centroamérica, en México se estánexpandiendo las variedades genéticamente modificadas que, además,deben ser compradas a las compañías (Kwiatkowska y López, 2000). Lasvariedades genéticamente modificadas son resistentes a herbicidas yplaguicidas que eliminan el resto de las especies, reduciendo drástica-mente la diversidad biológica en los campos de cultivo. Además, cuandolos agricultores adoptan estas semillas, y la batería química asociada, sudependencia de los mercados internacionales aumenta y, por lo tanto, suautonomía y tradiciones culturales desaparecen a la par con la diversidadbiológica de sus ecosistemas regionales (Rozzi y Massardo, 2000).

Frente a esta ola de globalización y homogeneización, es im-prescindible poner en relieve la diversidad ecológica y cultural de lospaisajes latinoamericanos. Es necesario reconocer que algunas explica-ciones o teorías ecológicas desarrolladas en el Hemisferio Norte puedenno ser aplicables a situaciones del hemisferio sur. Por ejemplo, la dificul-tad que tuvieron los ecólogos para detectar la dispersión de semillas porhormigas en sistemas áridos de Argentina ocurrió en gran medidaporque los ecólogos argentinos fueron entrenados en Estados Unidos,donde los mecanismos de dispersión de semillas en ecosistemas áridosson diferentes (Recuadro XXII.2) Es necesario distinguir y recalcar lasparticularidades de cada sistema antes de explicarlo o transformarlo conmodelos científicos o tecnológicos importados (Feinsinger, 2001). Elestudio de la historia natural de los organismos, sus interacciones ecoló-gicas y su papel en el funcionamiento de los ecosistemas representan unaposibilidad al “alcance de la mano” para las escuelas, las universidades,los grupos de defensa de la naturaleza y las comunidades indígenas a lolargo de Latinoamérica (Figura XXII.8).

659

XXII. Desafíos para la conservaciónbiológica en Latinoamérica

Figura XXII.8 .Miembros de unacomunidad de los Izuceños,del

Gran Chaco de Bolivia, comentansus inquietudes sobre la conser-

vación y el manejo de su paisaje.Para ello formulan preguntas

arraigadas en su tradición cultural ycon elementos de la ciencia ecológi-

ca que no requieren un costosoequipamiento para conducir la

investigación y proponer medidaspara lograrlo. (Fotografía de Peter

Feinsinger).

Page 18: XXII. Desafíos para la conservación biológica en Latinoamérica...La biología de la conservación es ciencia y debe mantener esa base científica con la mayor rigurosi-dad posible

oriental. La monterita de collar (Poospiza torquata),emberízido común en el Monte central, consumefundamentalmente semillas en otoño-invierno, aligual que otras especies de esa familia. Pero, a dife-rencia de otros emberízidos del área que comensemillas del suelo, la monterita es un granívoro pre-dispersivo que come sobre las panojas de gramíneas.Por lo tanto, si P. torquata fuera consideradagranívora terrícola, el consumo de semillas sobre elsuelo por el conjunto de las especies de avesgranívoras sería sobrestimado. Usando cálculosbioenergéticos (López de Casenave, 1999) lasobrestimación promedio para diez inviernos habríasido de un 32%, superando el 100% en algunos deellos (en 1988 y 1997). El análisis de la historia na-tural de las aves del Monte permite, en cambio,postular una relación realista entre la abundancia desemillas y consumidores, ya sea eliminando aP. torquata de las estimaciones de impacto sobre elbanco de suelo (Marone et al., 1998) o sugiriendoun mejor estimador de disponibilidad de semillaspara la P. torquata (tal como sólo semillas en pie).

Las hormigas granívoras del género Pogono-myrmex, comunes en desiertos americanos, ofrecenotro ejemplo de cómo las observaciones erróneas dela historia natural pueden afectar la interpretaciónde los experimentos. La tasa de remoción de semi-llas por hormigas ha sido estimada en varios desier-tos del mundo usando un experimento clásico,aunque importado, donde se ofrecen semillas encebaderos ubicados sobre el suelo. Un supuestorestrictivo de estos experimentos es que la tasade remoción en cebaderos simula la tasa natural deconsumo. Cuando realizamos un experimentode esas características en el Monte, nos sorprendióla baja frecuencia de individuos de Pogonomyrmexen los cebaderos. Seguramente influenciados porpreconcepciones teóricas importadas, esperábamos660

El ecólogo, como cualquier ser humano, tiene unapercepción de la naturaleza con ineludibles compo-nentes subjetivos. Las consecuencias de esta subje-tividad en el estudio de los ecosistemas merecen unatento análisis epistemológico. La observación cien-tífica debe ser intersubjetiva, es decir, todo datodebería poder ser registrado por más de un obser-vador (Pickett et al., 1994). Así, la comunidad cien-tífica reduce los sesgos individuales de sus miem-bros, evaluando la calidad de sus enunciadosobservacionales y eliminando los que están equivo-cados (tales como aquellos que no expresan unacorrespondencia con los hechos). Sin embargo,aunque establecer hechos en la naturaleza requiereobservaciones detalladas, a veces esas observacionesse suponen correctas sin suficiente corroboración oevaluación crítica. Si esas distorsiones se introducenen cadenas inferenciales (por ejemplo, un experi-mento) el error original se propaga irremediable-mente.

Tales distorsiones pueden ser introducidas porpreconcepciones teóricas, muchas veces importadasde otros sistemas y, por lo tanto, insuficientementeevaluadas frente a la nueva situación empírica. Unejemplo de esto queda ilustrado por la confusiónentre granívoros predispersivos (que consumensemillas sobre las plantas) y posdispersivos (queconsumen semillas en el suelo). Esta confusiónsurge, en ciertos casos, simplemente porque el com-portamiento de alimentación de los animales sesupone, sin más, a partir de su estado taxonómico(por ejemplo, todas las aves de la familia Embe-rizidae o las hormigas del género Pogonomyrmex songranívoras terrícolas). Hemos estudiado el posibleimpacto de las aves granívoras sobre las reservas desemillas en el Desierto del Monte, una región quecorre al pie de la Cordillera de los Andes, desde elextremo noroeste de Argentina hasta la Patagonia

Recuadro XXII.2. Historia natural LOCAL y ciencia ecológicaUNIVERSAL: los sistemas semillas-granívoros en desiertos de

Sudamérica y Norteamérica

Luis MaroneJavier López de Casenave

Víctor R. Cueto

Page 19: XXII. Desafíos para la conservación biológica en Latinoamérica...La biología de la conservación es ciencia y debe mantener esa base científica con la mayor rigurosi-dad posible

que estas hormigas iban a ser muy frecuentes, dadoque son granívoros estrictos que remueven muchassemillas en los experimentos de Norteamérica. Elresultado obtenido nos indujo a estudiar mejor elcomportamiento alimentario de las Pogonomyrmex:observaciones preliminares sugieren que cosechanuna importante proporción de semillas sobre lasplantas de gramíneas en el Monte. Debimosentonces desprendernos de aquellas preconcep-ciones y estudiar la historia natural de las hormigaspara poder interpretar mejor nuestros experimen-tos.

Esta experiencia deja también enseñanzas sobrela importancia del análisis metodológico para inte-grar el conocimiento ecológico (véase Pickett et al.,1994). Las tasas experimentales de remoción desemillas en desiertos con diferentes proporciones dehormigas que se alimentan sobre las plantas y sobreel suelo podrían variar no sólo porque las hormigasdifieren en su importancia como granívoros entredesiertos, sino también como consecuencia desutiles diferencias en la historia natural de losensambles.

Un ejemplo un tanto diferente acerca del efectode las observaciones imprecisas sobre las cadenas derazonamientos lo brindan los estudios sobre dietade aves. En el Monte, algunas especies como Elae-nia albiceps (Tyrannidae) suelen tener grandes can-tidades de semillas en sus tractos digestivos (porejemplo, del género Lycium). Pero estas semillas noson consumidas per se sobre las plantas o el suelo,sino que son incorporadas al consumir frutoscarnosos enteros. Confundir frugivoría congranivoría conduce a conformar equivocadamenteel conjunto de especies granívoras y, como se vio enel caso de la P. torquata, este error se propaga a lolargo de las cadenas inferenciales.

Los ecólogos y biólogos de la conservaciónaumentaremos la probabilidad de alcanzar resulta-dos significativos si somos capaces de evaluar críti-camente nuestros enunciados observacionales, com-binando experimentos cuidadosamente diseñadoscon largos períodos de observación de la historianatural de las especies en los sistemas que estudi-amos y procuramos conservar (W. Resetarits, enRoush, 1995).

661

Consumo de semillas por avesgranívoras —como la monterita de

collar (Poospiza torquata), especie deemberízido común en el Monte centralde Argentina— durante diez inviernosen el Monte central, estimado a partir

de cálculos bioenergéticos (López deCasenave, 1999). Las cruces indican elconsumo estimado del conjunto totalde especies de aves granívoras, mien-

tras que los círculos indican el con-sumo de todas las especies, excepto

Poospiza torquata.

Page 20: XXII. Desafíos para la conservación biológica en Latinoamérica...La biología de la conservación es ciencia y debe mantener esa base científica con la mayor rigurosi-dad posible

En la escuela resulta sencillo salir de la sala de clases para observar elvecindario donde pueden realizarse actividades de dibujo, descripción,formulación de preguntas o reflexiones acerca de las casas, plazas, jar-dines, árboles en las avenidas, líquenes que crecen sobre los troncos delos árboles, arroyuelos donde se pueden también tomar muestras de aguapara observar bajo la lupa los diversos protozoos, algas o invertebrados.El conocimiento que emana de estas actividades simples y la sensibi-lización frente a la belleza y diversidad del mundo natural –donde losseres humanos somo sólo una especie entre millones—constituye unaexperiencia crucial para una conservación biológica perdurable.

En la universidad pueden realizarse, con bajo costo, excursiones parareconocer y describir las especies, hábitats, comunidades biológicas, eco-sistemas y hábitos de vida de las poblaciones humanas regionales. Estetipo de observación directa del entorno biótico, cultural y social es tanestimulante y esencial a nivel universitario para la sensibilización, com-prensión y cuestionamiento científico, como lo es la exploración a nivelescolar. Además, las organizaciones naturalistas, las comunidades indíge-nas y otras personas interesadas en la conservación pueden sumarse aestas experiencias. La participación de académicos y estudiantes con lacomunidad posibilita la experiencia de desentrañar ciclos de vida, dive r s i d a dde formas de vida y de interacciones entre ellas en su conjunto. Esta experi-encia part i c i p a t i va puede inspirar el accionar político, social, económico,antropológico, legal o filosófico con mayor arraigo en las refinadas ymúltiples tramas de la diversidad biológica y cultural (Rozzi, 2000).

Es necesario integrar también la diversidad del paisaje, considerandoen los esfuerzos de la conservación biológica tanto los “ecosistemas prísti-nos” como los “ecosistemas antrópicos”. Robin Chazdon (1998) ha enfa-tizado la importancia que tienen los bosques secundarios para la conser-vación de los bosques tropicales. Bosques primarios y secundarios secomplementan en la actual matriz del paisaje latinoamericano y debencomplementarse también en los esfuerzos de conservación en esta región(Figura XXII.9)

Es necesario comprender también la íntima conexión entre los eco-sistemas y los conocimientos locales. Tal como en los pueblos recolec-tores del Chocó (Recuadro XX.3) o los extremos latitudinales deAmérica (Recuadro X.2), el conocimiento acerca de las plantas está li-gado al momento y lugar donde se colectan los frutos, el conocimientocientífico está también indisolublemente ligado a los ecosistemas y loscontextos culturales donde se ha generado (Rozzi, 1999). Las particula-ridades de las situaciones locales pueden permanecer ocultas cuando sonanalizadas con la mirada de modelos o métodos que se presentan comouniversales, pero que en realidad también están circunscritos a suslugares natales.

¿Qué hubiera ocurrido sin en vez de masificar el ganado bovino, éstese hubiera combinado con el manejo de las poblaciones de ñandú y decamélidos en las pampas argentinas? ¿Qué ocurriría si en vez de instalarlas plantaciones monoespecíficas de eucalipto se manejaran los bosquesnativos del sur de Brasil? ¿Qué ocurriría si además de aprender los méto-662

Conservación y sociedades humanas

Page 21: XXII. Desafíos para la conservación biológica en Latinoamérica...La biología de la conservación es ciencia y debe mantener esa base científica con la mayor rigurosi-dad posible

dos y las teorías científicas desarrolladas en el Hemisferio Nortepusiéramos atención a las tradiciones culturales de nuestras regiones?

Es necesario reconocer la gran influencia que tienen los modelos delos países del Hemisferio Norte sobre nuestros programas académicos yen el desarrollo y aplicaciones tecnológicas en nuestras regiones. Comoseñala Cerejido (1996), hoy tenemos suficientes indicios que hemoslogrado el objetivo de formar investigadores. Los investigadores lati-noamericanos publican en las mejores revistas del mundo, figuran en losplanteles de Harvard y del Max Planck; ahora es necesario enfatizar laincorporación de nuestras propias realidades ecológicas, sociales y cultu-rales. Es imprescindible definir con claridad la naturaleza de los proble-mas de conservación en nuestras regiones y proponer soluciones simples,tecnológica y económicamente viables y respetuosas de los contextossocio-ecológicos donde se implementan (Re c ua d ro X X I I . 3). Esta consti-tuye otra buena razón para enfatizar el trabajo de campo en la enseñanzade la ecología y los programas de biología de la conservación. Debemosesforzarnos por salir a explorar los ecosistemas, a la vez que conversar conla gente de nuestras localidades y generar perspectivas que permitanexpresar las propiedades y especificidades ecológicas y culturales latentesen nuestras regiones. 663

XXII. Desafíos para la conservaciónbiológica en Latinoamérica

Figura XXII.9. (A) Tanto losbosques primarios, como (B), los

fragmentos de bosques secundariosson elementos constituyentes del

paisaje de Centroamérica quedeben ser integrados complemen-

tariamente en el trabajo de conser-vación biológica. (Fotografías de

Robin Chazdon).

(A)

(B)

Continúa página 665

Page 22: XXII. Desafíos para la conservación biológica en Latinoamérica...La biología de la conservación es ciencia y debe mantener esa base científica con la mayor rigurosi-dad posible

centros. Estas ideas y aproximaciones “importadas”a los países latinoamericanos pueden ser muy útiles,motivadoras y beneficiosas. Sin embargo, no siem-pre es así. Cada país, provincia, ciudad o zona ruralde América Latina presenta circunstancias únicas ymuy distintas a aquellas de los países mencionadosarriba con respecto a la política, la sociedad, la his-toria, la biología y otros aspectos de la historia na-tural y la manera de percibir e interactuar con elmedio ambiente. Se deduce que ustedes, los lectoresde este texto, no deben seguir acríticamente lasabiduría convencional, los modelos “universales”del campo de la biología de la conservación. Esimprescindible, en cambio, desarrollar cuidadosa-mente perspectivas y acercamientos a la biología dela conservación arraigados en los contextos ecológi-cos y culturales locales, donde los ojos, los oídos ylos cerebros están familiarizados con estas reali-dades. En este sentido, la habilidad de observar ypensar facultan para proponer soluciones o caminosde manera independiente o conjuntamente conotros colegas latinoamericanos y extranjeros. Sele-ccionen lo más apropiado de la gran cantidad deacercamientos a la biología de la conservación ymodifíquenlo según las particularidades locales, osegún éstas planteen acercamientos innovadores. Enlos otros recuadros ya han encontrado a muchosprofesionales latinoamericanos que lo han hecho.

La aproximación planteada en el RecuadroXVIII.1 está dirigida a la indagación de losentornos locales y regionales. ¿Qué deseamos con-servar?: los paisajes, los seres vivos que habitan enellos y sus interacciones. ¿Quiénes son las personasmás familiarizadas con estos entornos y que, por lotanto, podrían percibir los problemas de conser-vación con una mayor agudeza enraizada en las his-torias de convivencia con aquellos paisajes?: cierta-mente los miembros de las comunidades locales,664

La ciencia y la sociedad son dinámicas, pero el cam-bio histórico no niega la responsabilidad presente.Así, laboriosamente y con decisión, nosempeñamos en integrar práctica y teoría en labiología de la conservación. Abiertos a una perma-nente revisión crítica del conocimiento y rediseñode los programas de investigación, educación, legis-lación, protección y manejo de ecosistemas, hemosexpuesto aquí lo que percibimos sinceramentecomo algunos de los problemas más urgentes queconfrontan los paisajes biológicos y culturales.Exploramos a la vez posibles respuestas a talesdesafíos y las acciones que pudieran implementartales respuestas en el diversificado mosaico del Con-tinente Americano. En este esfuerzo nos pareceimprescindible rescatar, respetar y enfatizar el valorde los “puntos de vista” locales, en regiones rurales,áreas protegidas, comunidades indígenas y tambiénen las comunidades multiculturales de los centrosde investigación y de toma de decisiones políticasen la urbe.

En primer lugar, debemos reconocer quemuchos de los conceptos, aproximaciones, prácticasy políticas de la biología de la conservación contem-poránea han sido planteados en los países indus-trializados de las regiones templadas del HemisferioNorte y Australia. Tales países presentan una histo-ria más larga en este campo y ofrecen mayores opor-tunidades de empleo como biólogo de la conser-vación y para la publicación de estudios o teorías;además, existe una mayor cantidad de personas tra-bajando en esta área, gran número de programasacadémicos, políticas y ministerios involucrados enla conservación y un apoyo financiero que lo per-mite. Muchos profesionales de la conservaciónbiológica en América Latina han realizado estudiosen centros académicos de Europa o Norteamérica, ohan basado sus cursos en textos preparados en tales

Recuadro XXII.3. La promoción de perspectivas localese iniciativas autónomas: una urgencia para el futuro de la

conservación biológica en América Latina

Peter FeinsingerRicardo Rozzi

Page 23: XXII. Desafíos para la conservación biológica en Latinoamérica...La biología de la conservación es ciencia y debe mantener esa base científica con la mayor rigurosi-dad posible

quienes en su gran mayoría no son biólogos de laconservación certificados. En este escenario, el ciclode indagación planteado en el recuadro XVIII.1permitiría una integración entre las preguntas y for-mas de exploración traidas desde fuera por los bió-logos de la conservación y aquellas preguntas yconocimiento tradicional cultivado por las comu-nidades locales (Feinsinger, 2001).

Este tipo de indagación conjunta debiera con-ducir a nuevas formas de exploración, nuevosensayos, nuevos modos de relación. Esto exige quelos biólogos de la conservación aprendamos aescuchar, a abrir primero los oídos a las preguntas yconocimientos locales y evitar actitudes de arrogan-cia académica. A través de la indagación realmenteparticipativa podrán formularse preguntas contesta-bles sobre el terreno acerca de la diversidad biológi-ca, procesos ecológicos y modos de relación de laspoblaciones humanas con los ecosistemas. Sepodrán ensayar preguntas en escalas históricas de lastradiciones orales y registros complementarios acer-ca de cambios en el paisaje. A través de una prácticaconjunta del Ciclo de Indagación u otros métodos

que enfatizan el sentido común y la habilidad depensar, las inquietudes de los lugareños conducirána preguntas, indagaciones y aplicaciones más ade-cuadas a dicho paisaje. Nosotros, los biólogos de laconservación, no tenemos todas las respuestas; nisiquiera tenemos todas las preguntas.

La biología de la conservación, como toda cien-cia, es social. Su historia ha influido sobre, a la vezque ha sido influida por, cambios en las perspectivassociales y políticas. Aquello que observamos hoy hasido estructurado por aquella azarosa deriva históri-ca, por nuestros peculiares modos de entrenamientoacadémico y por las sociedades en que nos ha toca-do vivir. En este libro hemos enfatizado temas quehan parecido relevantes a los autores y editores, acolegas de la biología de la conservación en AméricaLatina y otras regiones, y esperamos que también alos diversos lectores de este texto. Si este librohubiera sido escrito hace 50, o aún hace diez añosatrás, habría enfatizado temáticas muy distintas, yestamos seguros que dentro de cinco décadas losfuturos lectores se reirán al mirar la tabla de con-tenidos y muchos de los enfoques.

665

Figura. Taller de reconocimiento de avesde los bosques del sur de Chile y Argentina

con guardaparques, profesores y biólogosde los dos países, realizado en el ParqueNacional Chiloé en noviembre de 1995.

(Fotografía de Ricardo Rozzi).

En la actual época de globalización, es necesario distinguir los lugaresde origen de los problemas ambientales y los lugares donde éstos seexpresan. Por ejemplo, el deterioro de la capa de ozono en la estratósferaderiva principalmente de las emisiones químicas en los países industria-lizados; sin embargo, afecta con mayor intensidad a las poblacioneshumanas y de otros seres vivos en el extremo sur de América (FiguraXXII.10). El desafío es ahora incorporar los principios de la biología dela conservación en nuestros modos de vidas a nivel individual, comuni-

Page 24: XXII. Desafíos para la conservación biológica en Latinoamérica...La biología de la conservación es ciencia y debe mantener esa base científica con la mayor rigurosi-dad posible

tario, nacional y global. La conservación biológica es saber teórico ypráctico a la vez. La primera resistencia para este paso viene de la cienciamisma, que durante la segunda mitad del siglo XX ha separado lasesferas del conocimiento con aquella de los valores y de la ética. Bajo talperspectiva, una tarea corresponde a la investigación y explicación deprocesos físico-químicos, como los que generan el adelgazamiento de lacapa de ozono, y otra tarea corresponde a la implementación de políticasnecesarias para evitar su deterioro. Hoy en cambio, los biólogos de laconservación latinoamericanos debemos asumir ambas responsabili-dades: (1) describir y comprender los procesos que afectan la biodiversi-dad y (2) adoptar cambios en nuestros estilos de vida, y fomentarlos enlas políticas nacionales e internacionales. Esta tarea requiere generarespacios donde los variados sectores de la sociedad y sus diversas per-sonas puedan participar en la tarea de la conservación biocultural (Figu-ra XXII.8). Sin esta cooperación entre los científicos y los ciudadanos laspolarizaciones e incomprensiones entre “científicos bien informados” y“ciudadanos o políticos desinformados” continuarán, dificultando lasolución de nuestros problemas contingentes. Tal tarea demanda, entreotras cosas, una transformación cultural.

La ecología nos muestra que los seres vivos y los sistemas de intera-cciones que ellos constituyen son dinámicos. Las relaciones, los procesosy las estructuras ecológicas varían en el tiempo y así también puedenvariar las relaciones establecidas por los seres humanos entre sí y con elmedio ambiente. Las perspectivas ofrecidas en este libro probablementese transformarán rápidamente, pero en este momento en que confronta-mos una profunda crisis ecosocial en Latinoamérica hemos consideradooportuno enfatizar que la conservación de la biodiversidad y el bienestarsocial no son antagónicos, sino que se complementan. Que los progra-mas de desarrollo basados esencialmente en el crecimiento económico noimplican necesariamente una satisfacción de las necesidades básicas parala mayoría de la gente, sino que frecuentemente conllevan una acumu-666

Conservación y sociedades humanas

Figura XXII.10. El cambio globaldemuestra cómo las actividades delos países industriales afectan áreastan remotas como la región másaustral del Continente Americano,ubicada debajo de la mayor apertu-ra del agujero de la capa de ozono ysometida a intensa radiación ultra-violeta en los meses de primavera(octubre-diciembre). (Fotografía deRicardo Rozzi, Archivo del ParqueEtnobotánico Omora, Isla Navari-no, Chile).

Page 25: XXII. Desafíos para la conservación biológica en Latinoamérica...La biología de la conservación es ciencia y debe mantener esa base científica con la mayor rigurosi-dad posible

lación de la riqueza y del poder político en un pequeño sector. Que ladegradación ambiental afecta primordialmente a grupos marginados delas decisiones políticas, pero que constituyen la mayoría de la poblaciónlatinoamericana. Que existen opciones depositadas en el saber tradi-cional (como el manejo de los palmares de inaja practicado por losokaracibiteri, Recuadro VIII.2) o en alternativas innovadoras (como lasgranjas de mariposas donde cada vez que el cielo es cruzado por el vueloazul de una mariposa Morpho, ésta nos recuerda que el bienestar de losseres humanos y de los demás seres vivos pueden ir juntos, FiguraXXII.11). Que el respeto por la diversidad biológica y cultural significa ala vez un respeto por nosotros mismos, por nuestra supervivencia, la denuestros descendientes y por la expresión de la más hermosa de las vir-tudes humanas: el amor por la vida.

Resumen

1 . La conservación biológica y el bienestar social son complementarios y noson opciones contrapuestas, como generalmente se presentan. Confro n t a-mos una gran crisis, tanto ecológica como social. Tanto el diagnóstico desus causas como el diseño de sus soluciones demandan una integracióne n t re los sistemas sociales y ecológicos. Esta reconexión re q u i e re de aprox i-maciones interdisciplinarias y de la valoración múltiple de los ecosistemas. 667

XXII. Desafíos para la conservaciónbiológica en Latinoamérica

Figura XXII.11. Cada vez que elcielo es cruzado por el vuelo azul deuna mariposa Morpho,en los cam-

pos de una granjas de mariposas,ésta nos recuerda que el bienestar

de los seres humanos y de losdemás seres vivos pueden ir juntos.

(Fotografía de Fulvio Eccardi).

Page 26: XXII. Desafíos para la conservación biológica en Latinoamérica...La biología de la conservación es ciencia y debe mantener esa base científica con la mayor rigurosi-dad posible

2. Con una aproximación interdisciplinaria es necesario: (1) analizar afir-maciones problemáticas, tales como “el crecimiento económico ge-neralmente ayuda a la gente pobre”; (2) diversificar los indicadores debienestar social; (3) mejorar la formulación y el cumplimiento de las le-gislaciones ambientales (interrelacionando dimensiones ecológicas ysociales); (4) escuchar a los diversos involucrados y afectados por losproyectos de desarrollo; promover la discusión pública e informar a laciudadanía respecto a los problemas ecosociales; (5) precisar quiénes sonlos beneficiarios y los afectados por los proyectos de extracción de recur-sos naturales; ( 6 ) d e finir cualitativa y cuantitativamente el impacto ambi-ental de diversas personas, comunidades o empresas, y ( 7 ) revisar la histo-ria ambiental de cada región para comprender mejor los procesos detransformación ecológica y cultural y evitar erro res cometidos en el pasado.

3. La extrema segregación disciplinaria limita la comprensión de los sis-temas biológicos. Aunque la interdependencia entre los niveles de orga-nización biológica (niveles genéticos, moleculares, celulares, organísmi-cos, ecosistémicos y biosféricos) y sus interacciones con los sistemassociales pudieran parecer obvias al sentido común, ésta no es consideradapor la mayoría de los grandes proyectos agronómicos, forestales, médicosy de ingeniería genética. Un ejemplo extremo de ésto es la proliferaciónde monocultivos bajo cuya perspectiva todas las demás especies son“malezas o competidores”.

4. Antes de masificar prácticas de monocultivo y la introducción de va-riedades genéticamente modificadas, se deberían evaluar sus múltiplesconsecuencias ecológicas y sociales. Es mejor actuar con cautela queluego invertir grandes esfuerzos en reparar.

5. Frente a la ola actual de globalización y homogeneización, es im-prescindible: poner en relieve la diversidad ecológica y cultural de lospaisajes latinoamericanos; desarrollar explicaciones y prácticas inmersasen estos paisajes; evaluar críticamente las teorías y modelos desarrolladosen otras regiones; integrar la diversidad del paisaje, considerando tantoecosistemas “pristinos” como “antrópicos”; revalorar los conocimientoslocales y comprender sus conexiones con los ecosistemas regionales;definir con claridad la naturaleza de los problemas de conservación ennuestras regiones y proponer soluciones simples, tecnológica y económi-camente viables y respetuosas de los contextos socio-ecológicos donde seimplementan; enfatizar en la enseñanza de la ecología y los programas debiología de la conservación el trabajo de campo; y asumir nuestraresponsabilidad como biólogos de la conservación, no sólo paradescribir y comprender los procesos que afectan la biodiversidad, sinotambién para participar en los cambios en nuestros estilos de vida y laspolíticas nacionales e internacionales, promoviendo una transformacióncultural que conduzca a relaciones más solidarias entre nuestras diversassociedades, y entre ellas y nuestros preciosos ecosistemas y sus miríadasde seres vivos.668

Conservación y sociedades humanas

Page 27: XXII. Desafíos para la conservación biológica en Latinoamérica...La biología de la conservación es ciencia y debe mantener esa base científica con la mayor rigurosi-dad posible

Para discutir

1. Después de leer este texto, ¿cree usted que es necesario integrar losconceptos biológicos con las humanidades (como la filosofía), las artes(como la pintura) y las ciencias sociales (como la antropología, laeconomía, la historia, las ciencias políticas)? ¿Por qué sí o por qué no?¿Cómo podría realizar usted esta integración?

2. ¿Qué problemas detecta usted en su región que requieran la concur-rencia de disciplinas de las áreas sociales y de las áreas biológicas? ¿Cómopuede cada una de las disciplinas contribuir a la solución de tales proble-mas?

3. ¿Qué dificultades experimenta usted en su escuela, universidad o insti-tución para integrar aspectos sociales y ecológicos en los problemas deconservación que le interesan? ¿Qué podría hacer usted para mejorar lacolaboración interdisciplinaria en el interior de su institución e incre-mentar la cooperación entre instituciones vinculadas a problemáticas dela conservación biológica en su región?

4. Como resultado del estudio de la biología de la conservación biológi-ca, ¿ha decidido algún cambio en su estilo de vida o en su nivel de activi-dad política? ¿Cree que puede hacer alguna contribución? ¿En quéforma?

5. Elija un concepto, caso o perspectiva que le haya resultado interesanteo estimulante a lo largo de este texto. ¿Cómo podría presentárselo a losestudiantes de su escuela local? ¿Cómo se los explicaría a alguna de lasautoridades de su comuna o provincia? ¿Qué actividad o programa pro-pondría usted para dar a conocer este concepto o práctica a la comu-nidad de su región?

6 . Discuta las nociones y prácticas que le parezcan más re l e vantes para labiología de la conservación en Latinoamérica. ¿Qué habría que corre g i rrespecto a las aproximaciones actuales y cuáles serían las innovaciones másurgentes? ¿Cómo podría implementarlas? ¿Qué secciones nuevas desearíaescribir usted para un texto de conservación biológica para su región?

Lecturas sugeridas y material básico clave

C e rejido, M. (1996), “En América Latina ya podemos inve s t i g a r, el próxi-mo paso es tratar de hacer ciencia”, Interciencia 21:64-70. Los inves-tigadores latinoamericanos deben pasar de una fase en que se hanesforzado por imitar el modo de hacer ciencia de los países industri-alizados a una fase en que la investigación se inserte en las pro-blemáticas sociales y ecológicas de sus regiones y países.

Conservation Biology. Publicación periódica de la Sociedad de Biología de la Conservación, cuyos artículos junto con los de revistas como 669

XXII. Desafíos para la conservaciónbiológica en Latinoamérica

Page 28: XXII. Desafíos para la conservación biológica en Latinoamérica...La biología de la conservación es ciencia y debe mantener esa base científica con la mayor rigurosi-dad posible

Ambio, BioScience, Biological Conservation, Ecología Política, Ecologi-cal Applications, Ecological Economics Environmental Conservation,Environmental Ehtics, Environmental History, Environmental Values yEthnobiology, o Human Ecology, conviene revisar periódicamente.

de la Madrid, M., comp. (1998), La América que Qu e re m o s , Fondo de Cultura Económica, México. Ensayos por destacados pensadoreslatinoamericanos que integran las dimensiones sociales y ambientalesde los problemas y de los sueños que se encuentran en las diversasregiones del continente.

Feinsinger, P. (2001), Scientific Inquiry as a Tool in Protected Area Man-agement in Latin America and Elsewhere, Island Press, Covelo, Cali-fornia, en prensa. Un texto que enfatiza la historia natural y entregaconceptos y aproximaciones científicas de una manera sencilla querecuerda las aproximaciones de Paulo Freire.

Jacobson, S. K., E. Vaughan y S. W. Miller (1995), “New directions in conservation biology: Graduate programs”, Conservation Biology 9:5-17. Descripciones de 51 programas de posgrado con las listas de losprofesores respectivos.

Meffe, G. K. y C. R. Carroll (1997), Principles of Conservation Biology,Sinauer Associates, Sunderland, Massachusetts, Estados Unidos.Excelente texto para alumnos de postgrado.

Oelschlaeger, M., y R. Rozzi, (1998), “El nudo gordiano interdiscipli-nario: un desafío para la sustentabilidad”, Ambiente y DesarrolloXIV(3):71-81. Un argumento para la necesidad de enfoques inter-disciplinarios.

Saberwal, V. K., y A. Kothari (1996), “The human dimension in conser-vation biology curricula in developing countries”, Conservation Biol-ogy 10:1328-1331. En los países latinoamericanos y otros conti-nentes del Hemisferio Sur las ciencias sociales y las humanidadesestán ausentes de la mayoría de los programas de biología de la con-servación o de manejo de vida silvestre.

Toledo, V. M., y A. Castillo (1999), “La ecología en Latinoamérica: siete tesis para una ciencia pertinente en una región en crisis”, Interciencia24:157-168. Un excelente artículo que propone orientar la investi-gación hacia la solución de problemas regionales, considerar las cul-turas indígenas y adoptar aproximaciones interdisciplinarias.

670

Conservación y sociedades humanas