Hacia un enfoque sano a los Salmos

En el año 2010 se publicó un libro interesante con el título “Los Salmos como alabanza cristiana”. Es un comentario histórico escrito por Bruce Waltke y James Houston. Houston era el fundador de Regent College en Vancouver, Canadá. Es una institución que ha tenido mucha influencia especialmente para jóvenes universitarios, pues su intento era ayudar a los creyentes realmente entender su propia fe y poder influir en el mundo hoy.

Primeramente no tenían en mente ser un seminario sino ayudar a jóvenes que iban a trabajar en todas las profesiones. Pero su influencia tuvo tanto impacto en la preparación también de líderes cristianos que realmente llegó a funcionar también como un seminario. Houston era el fundador y el presidente por muchos años. Waltke es quizá el erudito evangélico del Antiguo Testamento más profundo y más brillante de los últimos años. Es sólidamente evangélico y ha hecho aportes muy buenos para el mundo cristiano. Lo que quiero hacer ahora es mostrar algunos aportes que considero importantes de esta obra y que van a influir en nuestro enfoque de Salmos durante este curso

En el prólogo los autores van explicando sus objetivos de este comentario. Lo llaman un comentario histórico. Dicen, nuestro interés en este libro es enriquecer la vida cotidiana de los cristianos contemporáneos y ayudar la comunidad de la Iglesia a profundizar en la adoración por medio de los Salmos. Habrá un énfasis en escuchar la voz de de Dios a través de una sana exégesis de los Salmos y a través de la respuesta de la Iglesia creyente.

Escuchando la voz de la Iglesia creyente

Los líderes de la Iglesia primitiva, en distinción de muchos de los eruditos modernos, correctamente creían en el máximo que “las Escrituras interpreten las Escrituras”. Este principio ayudó a los exégetas de la Iglesia primitiva desarrollar lo que llamaban “la regla de fe”. Esta “regla de fe” marcaba los principios teológicos que toda la Biblia enseña. A través de este enfoque se dieron cuenta que según el Nuevo Testamento hay mucho en los Salmos que se apunta hacia el Mesías

Entonces Waltke y Houston no están de acuerdo con el reduccionismo confesional que existe en mucho de la erudición bíblica contemporánea, pues no toma en cuenta los 2000 años de devoción cristiana y ni de la ortodoxia de la adoración correcta en el uso del libro de Salmos. Es decir ignoran la continuidad de la tradición histórica de la comunión de los santos.

El resultado es la pérdida de la continuidad histórica de la espiritualidad de los Salmos que era la herencia tanto de los judíos como de los cristianos. Un profesor de la Universidad Harvard comentaba que en este último siglo las investigaciones sobre los Salmos han tenido mayormente un efecto negativo sobre la influencia que tenían los Salmos sobre la espiritualidad. En vez de estar inspirados por la espiritualidad del libro de Salmos, los críticos modernos han puesto tanto énfasis sobre los asuntos de autoría, de la clasificación de los Salmos (en géneros y sub-géneros), origen pagano de algunos salmos, y tales temas, que han olvidado su tema principal que es la adoración a Dios.

Pero dicen Waltke y Houston que por otro lado están animados porque ahora hay más estudiosos que están viendo de nuevo la historia de esta espiritualidad a través de los siglos.

Escuchando la voz del autor inspirado

Dice Waltke, “Tengo que poner los salmos en el contexto del canon completo.” Entonces explica que el tema principal a través de la Biblia es “La irrupción del reino de Dios en la tierra”. Tiene que ver con el reinado moral de Dios entre los seres humanos. Todos los Salmos hablan del Señor que va a gobernar. Este tema encuentra su consumación en el Señor Jesucristo.

Waltke habla de “un acercamiento hermenéutico según el proceso canónico”. Esto significa “que la intención del texto se hizo más profunda y más clara mientras los parámetros del canon se iban desarrollando.”i Despues de mostrar la centralidad del rey davídico en los salmos y los cumplimientos parciales de las promesas, dice que en la forma final del AT los judíos interpretaron los salmos reales proféticamente precisamente como son interpretados en el NT. “Esta interpretación profética de estos textos antiguos no es una reinterpretación que los separa de su sentido original; más bien es una interpretación más precisa de ellos a la luz de las realidades históricas.”ii

Dios generalmente cumple o “llena” sus profecías progresivamente. “Para no perder el impacto pleno del mensaje profético . . . el exégeta cristiano se mueve del mensaje del AT hacia el mensaje del NT, explora la progresión en el reino de Cristo, y regresa de nuevo al mensaje profético para determinar mejor cómo la palabra se cumplía, cómo se cumple ahora y cómo se cumplirá.”iii Este enfoque de una realización progresiva de las promesas y profecías nos ayuda entender su uso en el NT y su aplicación a nosotros.1

¿Quién escribió los salmos? El rey y los sacerdotes. Los reyes, David y Salomón, estaban preocupados por el reinado moral y justo de Dios en la tierra. También escribieron salmos los sacerdotes. Su tarea era enseñar la Torá sobre el justo dominio moral de Dios. Waltke utiliza los salmos 1 y 2 para mostrar este énfasis. La palabra ish (Sal 1.1) habla de “lo varonil” del hombre en su mejor momento. El ish, es el hombre en su posición de liderazgo. Pone énfasis en la ley de Dios, el hombre regenerado ama la palabra de Dios.

Los dos salmos, Salmo 1 y Salmo 2, fueron considerados introducción a todo el salterio. Parece que el Salmo 2 era primero la introducción al primer libro, o posiblemente los dos primeros libros, de los Salmos. Más tarde se puso el Salmo 1 como introducción, junto con el Salmo 2, para todo el libro de Salmos. Veremos más sobre la formación del libro en la semana 2.

1 Estos dos párrafos son de otro artículo, Predicando Cristo del AT que se encuentra en el rincón de lectura de esta semana.

i Bruce K. Waltke, “A Canonical Process Approach to the Psalms” en John F. Feinberg and Paul D. Feinberg, eds., Tradition and Testament: Essays in honor of Charles Lee Feinberg (Moody Press, 1981, 3-18), 7.ii Ibid., 15.iii VanGemeren, 281.