RETRATO QUE NO HABLA

AUTOR: MARIO MANUEL MONTERO MEDINA

Que se acabe el sonido incesante de esas lirasQue se enciendan cirios y que junten rosasQue tengo el alma en añicos convertidaPor la muerte repentina de la que iba a ser mi esposa.Que se callen esos grillos con su canto secoQue hoy… hoy no los quiero escuchar.No quiero escuchar ni un murmulloQue se vayan todos, que me dejen en paz,Quiero llorar con los ojos secosQue las lágrimas se me acabaron ya.Recordando los momentos que pasé a su ladoY abrazado con mis sueños…De nuevo he vuelto a vivir.Maldita realidad de estar despiertoDespierto no te encuentro aquí.Te has escondido de mi vistaDe mis manos te has escapado,Pero vivirás siempre en míPor esa huella que has dejado.Porque me diste más de lo que tenías,Tus versos, tus juegos, tu compañíaY tus besos quemantesQue encendían la boca mía.Porque me diste también tus blancas manosQue calmaban mi quebranto,Y ahora que te has idoNo creo ni en dios santo…Y ahora que te has idoTe has llevado también mi cuerpoPorque a pesar de que estoy vivoEn el corazón siento lo muerto.Lo caliente lo siento fríoLo poblado desiertoLa mente llena de nadaY el cuerpo lo tengo hueco.Si te has ido compañera de mis ilusionesSi te has ido calma de mi inquietudMotivo de mis razones.Yo sé que tú me miras desde el cieloY a dios le pides que mi nostalgia cese,

Pero, ¡no!, deja que llore,Deja que llore por no poderte abrazarPorque nunca más te bese,Deja que te busque en ese inmenso cieloAunque no vea tu cara, aunque no vea tu frenteAunque nunca yo te encuentre.Mira que la noche es negra y se parece a tu peloY esas dos estrellas… son tus ojos.¡deja que así lo piense!…Y la luna tu boca de terciopelo.Me voy, me marcho ya al hogar perdidoA mirar tu retrato que encierraUn torrente de recuerdos vividos,Sonrisas divinas, quejas amargasNoches de dichas, noches apagadasPostales escritas, ocultas dádivas,Amaneceres enredado a tu pelo,Naufragios en mi cama,Despedida sin adiós, sin beso y sin mañana.Porque hoy cuando te encuentroTe miro postrada en esa cajaCon las manos casi tejidasLa mirada ya sin luzY la boca entrecerrada,Parece que dormías, que solo estabas cansadaY entre caricias mi mano torpeAcomodó tu blanca almohada…Que sueñes con las estrellasCon la luna de plata,Yo me quedo aquí a mirar tu retratoAunque sienta que me mata…Retrato de mil recuerdosQue se pierden en la nada…Retrato de mil recuerdos…¿qué tanto me estás mirando?¿qué tanto me estás mirando?¿por qué, por qué, por qué no me dices nada?