Comienza un mes especial para toda la Familia Concepcionista. M. Carmen lo quiso así y nos dice:

“Procurarán siempre las religiosas honrar y venerar a Mª Inmaculada, celebrando con gran solemnidad y devoción las principales fiestas marianas, cuidando de que las niñas que con ellas se educan, se distingan por la devoción y afecto a la Virgen Inmaculada”.

”Levantemos a Ella con frecuencia la vista, mientras cultivamos nuestro jardín, que Ella nos dará virtud, para ir formando esas tiernas flores a imagen suya.

Los orígenes concepcionistas, destacan por una gran devoción a la Inmaculada, M. Carmen consideró a María Inmaculada como la fundadora de nuestra Congregación.

La presencia de María marca un ritmo en nuestra misión Este mes de mayo debe ser muy especial por coincidir con la celebración del I Centenario de la muerte de M. Carmen.

Tú que escuchaste la palabra de tu hijo Jesúsy supiste guardarla en tu corazón;

tú que creíste en Ély lo amaste como cualquier madre ama a sus hijos;

enséñanos a escuchar con interés lo que Él nos dice,para crecer siendo un poquito mejores.

Ayúdanos a ser como tú:sencillos, humildes y trabajadores;

porque así, Jesús, siempre estará contento con nosotros.

María,tú eres nuestra madre del cieloque nos guardas y nos quieres,

que nos acompañas,como lo hiciste con Jesús.

Te damos gracias y te ofrecemos nuestro cariño.Ayúdanos a superarnos en la dificultad.

La Madre de Jesús y Madre nuestra es María.No hemos de dejar pasar ni un solo día sin hablar con

ella.María siempre está atenta, sabe lo que necesitamos:

si estamos tristes, nos consuela; si estamos en peligro, nos auxilia;

y cuando hacemos algo malnos ayuda a pedir perdón a Jesús.

María es la criatura más bonita que ha hecho el Padre

Llamamos a María, Madre; queremos resaltar la especial función que,

respecto a nosotros ella desempeña.Ella mantiene una especial unión con la Iglesia de Jesús,

una unión de influencia positiva y constante.El hecho de que María ahora se halle integrada en Dios,

Uno con Él, nos apunta la reflexión de que María nos conoce ahora según el modo de conocer a Dios, es decir, a todos y cada uno de

nosotros en lo más característico de nuestra personalidad.

María:detenemos nuestros pasos ante tu figura

que cada día se abre ante nosotroscon cosas nuevas que darnos.

Tu vida en silencio es modelo para nosotros.Tú, María, nuestro modelo y ejemplo,

¡ayúdanos!

María Madre de Jesús y Madre nuestra,tú estuviste durante toda tu vida

muy atenta a la Palabra de Dios y a su mensaje;ahora que estás a su lado: háblale de nuestra vida,

de nuestras dudas y esperanzas,de nuestras alegrías y de nuestras tristezas.

Dile que necesitamos su fuerza para vivir como cristianos.

María, enséñanos a orar, como tú,en los acontecimientos de cada día.

Con alegría te recordamos, María.Tú has amado mucho a tu hijo Jesús,tú le has ayudado a crecer, tú le has

acompañado toda tu vida, tú has creído en él.Tu vida entera es para nosotros un modelo de fe,

de Esperanza y de amor. Y sabemos que nos amas a nosotros

como amaste a Jesús. María, Madre de Jesús, Madre de Dios,

acompáñanos en el camino de nuestra viday ayúdanos a ser cada día más, y mejores, cristianos.

Te damos gracias, Padre,porque has hecho en María grandes cosas.

Ella es una criatura como nosotros,pero Tú la hiciste Madre tuya.Estamos orgullosos de María,

porque forma parte de nuestro pueblo.Nosotros la llamamos agraciada porque Tú te fijaste en

ella:Con ella te decimos “GRACIAS PADRE “.

Madre, Mujer Buena,que fuiste por los caminos

con tus ojos llenos de buenas noticias,con tus manos repletas de favores,

dispuesta para el buen mensaje,llena tu boca de alegres palabras,

haznos portadores de la paz de Jesús.Paz de amigos, paz para los hogares y familias,paz para los que se cruzan en nuestro camino,

paz para el que nos hiere,paz para los que nos saludan,

paz para el que nos enseña y educa.Que nuestra vida sea anuncio de alegría y paz.

María, cuando tú estabas en tu casa, todo lo ordenabas:Limpiabas, preparabas los desayunos

para que todos estuvieran contentos, invitabas a los amigos. María, cuando andabas por la calle,

te parabas si tus vecinos te llamaban, aunque tuvieras prisa.

María, bajito, muy bajito, en secreto, de noche, de día y siempre,

María, soy un niño, un joven, parecido a todos los que me rodean.Estoy estudiando para ocupar un puesto responsable

en la sociedad del mañana.Quiero que me acompañes,

ya que con tu ayuda y la de Jesús, lo conseguiré.Acuérdate de aquellos niños y jóvenes que no tienen ni lo más

necesario.Ayúdales para que encuentren la alegría en sus vidas.

Gracias, María por escucharme.

María te damos gracias por ser la madre de Jesús y madre nuestra,porque además de ser buena, nos amas...

Te pedimos por nosotros para que sepamos seguir tu ejemplo,

amando a todos los que nos rodean,sabiendo perdonar y pedir perdón.

También te damos graciasporque tenemos casa para vivir, ropa para vestir

y comida para comer.

Tu eres la senda de nuestra fe.Tú eres la estrella de nuestra esperanza.Tú eres la energía de nuestro caminar.Tú eres la oración hecha gracia y vida.

Por ello, enséñanos a orar.A hablar con Dios en las alegrías.A hablar con Dios en los dolores.

A hablar con Dios en la rutina de la vida.Por ello, enséñanos a orar.

María, tú fuiste joven como nosotros;pasaste por estos momentos de la vida intensos y

grandes;y tu vida joven estuvo cargada de amor,

llena de ilusión y de generosidad admirables.Hoy venimos, Madre de nuestra juventud,

a pedirte cosas para nosotros:generosidad desinteresada para nuestras vidas jóvenes,

amor fiel para hacer del mundo que nos rodeaalgo más bonito cada día

y firmeza en las decisiones para actuar con espíritu

María, tú confiaste plenamente en Dios.Viviste en la escucha atenta de su mensaje.

Te hiciste fuerte en la espera.Ayúdanos, danos fuerza, cuando nos veas tristes,

cuando nos sientas cansados,de tristeza o de un futuro no muy claro.

María, mantén el ritmo de nuestra esperanza en Dios,como tú esperaste en Él.

Tú que escuchaste la palabra de tu hijo Jesúsy supiste guardarla en tu corazón;

Tú que creíste en Ély lo amaste como cualquier madre ama a sus

hijos;enséñanos a escuchar con interés

lo que Él nos dice,para crecer siendo un poco mejores.

Te damos gracias, Padre,porque has hecho en María grandes maravillas.

Ella es una criatura como nosotros, pero tú la hiciste Madre tuya.Estamos orgullosos de María, porque forma parte de nuestro

pueblo;nosotros la llamamos bienaventurada, porque Tú te fijaste en su

humildad.Por ella Jesús se hizo uno de nosotros,para que llegásemos a ser sus hijos.

A través de María nos llegó tu misericordia;ahora estamos seguros de que tu ayuda no nos faltará.

Has hecho de nosotros tu familia,y a tu Madre la hiciste madre nuestra.

María contestó: “Aquí está la esclava del Señor,cúmplase en mí tu palabra.”

María fue con su prima Isabel, unos meses, y después volvió a su casa.

Estando allí, le llegó el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito;

lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre...Faltó vino y le dijo a su madre: “No les queda vino”

Estaban junto a la cruz de Jesús, su madre,la hermana de su madre María de Cleofás y María Magdalena.

María, enséñame:a recibir los anuncios de Dios,

a ser lleno de gracia,a actuar según las palabras del Evangelio,

a concebir en mi corazón a tu hijo,a iluminar a todos con luz,

a creer que para Dios nada hay imposible,a vivir según su voluntad,

a estar dispuesto a servir siempre.

María:hazte presente entre nosotros

como lo estuviste con los amigos de Jesús.Contigo aprenderemos a esperar,

contigo aprenderemos a orar,contigo aprenderemos a reconocer a Jesús.Contigo aprenderemos a ser más alegres,

contigo aprenderemos a compartir,contigo aprenderemos a darnos a los demás.

María, vive con nosotrospara que la palabra de tu hijo Jesús

siga dándonos fuerza.María, camina con nosotros.

María, enséñame:a recibir la llamada de Dios,

a tener siempre dispuesto mi corazón;a dar, sin esperar recibir; a actuar, sin exigir;a ayudar porque mis compañeros me están

esperando;y a escuchar, guardándolo todo en mi corazón.

María:siempre acudimos a ti. Siempre confiamos en ti.

En las dificultades nos sentimos cerca de ti.Tú estás siempre con nosotros.

María Tú eres nuestro recurso ordinarioy por ello queremos decirte: ¡GRACIAS!

Entonces María dijo:“Mi alma glorifica al Señor

y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador,porque ha mirado la humildad de su sierva.

Desde ahora me llamarán feliz todas la generaciones,porque ha hecho dios en mí, cosas grandes.

Su nombre es santo y es misericordioso siempre, con aquellos que le dan gracias.

Mostró la fuerza de su brazo, y dispersó a los de corazón soberbio.Derribó de sus tronos a los poderosos y ensalzó a los humildes.

Colmó de bienes a los hambrientos y a los ricos los despidió sin nada...”

Virgen María:eres feliz porque creíste que para Dios

nada es imposible.Que nuestra fe se parezca a la tuya.

Dijiste un “SÍ” que llenó toda tu vida,y confiaste de verdad en la palabra del Señor.

Viniste unida a Jesús, fuiste pobre y sufriste con Él.Amaste a Jesús como nadie le amó.

Que su amor abarque toda nuestra vida.

“Acordaos, oh Virgen María,que jamás se ha oído decir

que ninguno de cuantos han suplicado vuestros favoresha sido abandonado de ti.

Animados por esta confianza, acudimos a ti,¡oh Madre!,

y aunque gimiendo bajo el peso de nuestra debilidad,nos atrevemos a presentarnos ante ti.

No desprecies nuestras súplicas,oh Madre de Dios; antes bien,

acógelas y escuchadlas.” (Adaptación de una oración de S. Bernardo)

“María:sin pérdida de tiempo fuiste hasta Isabel, tu prima,para compartir con ella la alegría de su maternidad.

Para decirnos a todosla gozosa noticia de la encarnación de Dios el Salvador.

Fuiste para ponerte a su servicio y atenderla en sus ocupaciones.

María, Tú eres servicial para todos, ruega por nosotros a Dios

María, mujer que viviste en Nazaret,esposa fiel y madre solícita,

tú conocías las necesidades de tu pueblo,tú estabas con ellos y vivías como ellos.

Tú que diste luz y consejo a quien te lo solicitó,te pedimos que estés, ahora, con nosotros,

pues nos conoces, eres siempre fiel y estás siempre dispuesta.Te necesitamos tan cercana, tan amiga,

tan hermana... como mujer que vives, compartes y quieres.

Madre mía y madre de todos.Madre humilde, familiar y generosa.

Madre en este día y para todos los días.Madre sencilla, ejemplar y hermosa.

Madre aquí y donde nos encontremos.Madre modesta, servicial y cariñosa.

Te pedimos, tus hijos, aquí y ahora, que, siendo túnuestro ejemplo, nos hagas humildes, sencillos y

modestos.

Alégrate, María, llena de gracia.Alégrate, el Señor está contigo.

Tranquilízate, María, que Dios te mira con agrado.Pues mira, vas a concebir, darás a luz un hijo

y le pondrás de nombre Jesús.Será grande, se llamará hijo del Altísimo

y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre: reinará para siempre en la casa de Jacob

y su reinado no tendrá fin.El Espíritu Santo bajará sobre Ti,

y la fuerza del Altísimo, te cubrirá con su sombra:por eso el que va a nacer será santo,

se llamará Hijo de Dios.

“María, veo claro tu ejemplo luminoso:en la meditación y en el silencio

descubriste, poco a poco, el sentido de tu vida,guardando todas las cosas en tu corazón,

y mira yo, ¡qué desastre!Me conformo con cualquier cosa,muestro desgana y monotonía.

Ayúdame, María, a buscar, cada día, el sentido de mi vida.

Ayúdame a vivir enteramente desprendido de mí mismo”.

Termina el mes de mayo Pero no termina nuestro amor a María.Ponemos nuiestra confianza en María,

Ella es la madre de Dios y también nuestra madre.

Nuestra vida es como el trigo,que muriendo forma el pan,

amasado por la entrega, el amor y la verdad.Y tú sólo, Madre mía, vas conmigo sin cesar,

siendo ejemplo de mi vida y mi fuerza al caminar.