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MESA TEMATICA: CIUDADES Y MEDIO AMBIENTE EN EL SISTEMA
ECONOMICO ACTUAL
ANALISIS DE LAS CONDICIONES DE HABITABILIDAD DE LA POBLACIÓN
DESFAVORECIDA EN LAS CIUDADES DE ANDALUCIA (ESPAÑA)
Presentación
El trabajo que se presenta forma parte de la investigación Condiciones de habitabilidad
de la población desfavorecida. Análisis cartográfico-social en Andalucía. La idea
principal está contenida en el título, conocer las condiciones de habitabilidad de la
población desfavorecida, para ello se hace uso de tres fuentes de información: la del
Censo de Población y Viviendas de 2011 (INE), un cuestionario realizada a 3.500
personas y entrevistas realizadas a informantes clave.
En este caso, los resultados se basan en el análisis de la información censal, haciendo
referencia a las características de la vivienda y su relación con las características
socioeconómicas de la población,
siendo los resultados un claro
indicio de las condiciones de
habitabilidad de la calidad de vida
de la población y del medio
ambiente humano en el que
habitan.
Las ciudades analizadas son las 8
capitales de provincia de Andalucía
y dos más por su importancia en la región, Algeciras y Jerez de la Frontera.
Metodología
El procedimiento metodológico es de carácter cuantitativo y consta de varios momentos
que se expresan en el recorrido indicado en el esquema siguiente, el cual es a su vez un
fragmento de toda la investigación realizada.
El análisis se basa en la información del Censo de Población y Viviendas de 2011
(INE), el cual se basa en la sección censal, unidad más pequeña con información censal.
El procedimiento censal, basado en una muestra del 12,3% del total de la población, y
no basado en el principio de la universalidad, ha obligado a reflexionar en primer lugar
sobre la delimitación de las unidades territoriales; de manera que éstas han tenido como
referencia las Unidades Vecinales y también el tamaño de la población contenida en
ellas, procurando que el mismo no sufriese las restricciones del “secreto estadístico”. El
resultado ha sido la delimitación de unidades propias, sectores cuya población rondase
los 10.000 habitantes.
El siguiente paso ha sido la selección de variables que permitiesen inducir situaciones
de desventaja; en un primer momento se seleccionaron 52 variables, que se
cartografiaron, haciendo un análisis estadístico-descriptivo, para posteriormente
seleccionar las variables definitivas e iniciar el proceso de estandarización y diseño de
tres indicadores sintéticos.
Una vez seleccionadas las variables definitivas, estás se agruparon en dos bloques:
- Trece relacionadas con las características socioeconómicas de la población
(básicas: edad, tamaño del hogar y densidad habitacional; formación: nivel
educativo y cualificación de los ocupados; actividad de la población:
inactividad, paro/desempleo y eventualidad o temporalidad; grupos
potencialmente vulnerables: mayores que viven solos, hogares sin ocupados,
mujeres que son jefas de hogar, inmigrantes africanos y personas que pagan
hipoteca) con las cuáles se construyó el indicador sintético de
Desfavorecimiento.
- Y nueve relacionadas con las características de calidad habitacional (básicas:
tamaño de la vivienda, antigüedad y estado de conservación; dotación de
servicios básicos: aseo con inodoro, calefacción, alcantarillado y agua potable; y
dotación de servicios que facilitan la movilidad: ascensores y movilidad), que
han permitido definir el indicador sintético de Déficit Habitacional.
- La superposición de ambos indicadores ha permitido llegar a un tercer indicador
sintético de Desventaja Socio-Habitacional.
Resultados
El análisis del Indicador de Desfavorecimiento ha permitido diferenciar cinco niveles
(ver mapa). El mapa revela, entre otros resultados, que los casos extremos (personas que
están en mejores o peores condiciones socioeconómicas) no son los que dominan en la
ciudad; pero su análisis si permite conocer qué hace que la población de unos sectores
sea más “afortunada” que los que se sitúan en el caso extremo.
En el caso de los sectores con un desfavorecimiento muy alto, las variables que explican
esa situación son sobre todo, y a veces con exclusividad, las que relacionan a la
población –joven y adulta- con el mercado laboral: eventualidad y temporalidad,
desempleo, déficit formativo y hogares donde no trabaja ninguno de sus miembros. Los
sectores caracterizados de esta manera se ubican sobre todo en la periferia y coinciden
con ser barrios que se originan en los años cincuenta, sesenta y parte de los setenta y
dan respuesta al rápido crecimiento de las ciudades ante la llegada de emigrantes del
medio rural; o algunos más del interior como el caso de Sevilla, son los centros
olvidados durante décadas, donde se han ido acumulando una población con problemas
como los indicados más arriba, y que se han ido quedando al margen de los procesos de
renovación urbana.
En el caso de los sectores con un desfavorecimiento muy bajo, esta situación la explica
la capacidad de la población para contraer una hipoteca (grupo identificado
inicialmente como potencialmente vulnerable), de ahí que su localización sea la de
zonas de nueva expansión y en partes rehabilitadas del centro, como en Sevilla; lo que
explica la menor presencia de población desemplea, empleada temporal o
eventualmente, o con baja formación académica.
Por lo que respecta al Indicador de Déficit Habitacional (ver mapa), las consideraciones
en cuanto a los resultados son diferentes, ya que no preocupa tanto que haya sectores,
los menos, con muy bajos déficits habitacionales, sino que existan algunos –también los
menos- ámbitos donde los déficits habitacionales son muy altos.
Lo importante en este caso, es que en ese déficit no tiene un peso importante la carencia
de dotaciones básicas como el agua potable, el alcantarillado, o disponer de aseo con
inodoro, sino el (reducido) tamaño de la vivienda, el déficit de calefacción, y los dos
aspectos relacionados con la movilidad: la que permite llegar en la calle hasta el
edificio, la accesibilidad1; y la que permite salir a la calle desde la vivienda, la dotación
de ascensor.
Aunque las variables relacionadas con la movilidad caracterizan el déficit habitacional
de la población de estos sectores, lo cierto es que el principal problema de habitabilidad
de las ciudades andaluzas estudiadas es precisamente la accesibilidad al edificio donde
se reside y la dotación de ascensor. Esto no es óbice para olvidar las viviendas que
carecen de todos o algunos de los servicios básicos indicados más arriba (baño, agua
potable, alcantarillado).
Por otro lado, el hecho de que las dotaciones básicas tengan una amplia cobertura, hace
que la desventaja socio-habitacional, resultado de “sumar” el Indicador de
1 Según el Instituto Nacional de Estadística un edificio es accesible cuando una persona
en silla de ruedas puede acceder desde la calle hasta dentro de cada una de sus
viviendas sin ayuda de otra persona.
Desfavorecimiento y el Indicador de Déficit Habitacional, se explique más por las
características socioeconómicas que por las características habitacionales. Además, de
que en muchos casos el que una vivienda esté en buenas condiciones para vivir en ella
no quiere decir que sus habitantes estén en una situación socioeconómica favorable:
pueden ser personas desempleadas, con bajo nivel formativo, con dificultades para
moverse...