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PROYECTO DE ESCUELA PARA PADRES “MI HIJO, MI MAESTRO” (La elaboración del duelo por el hijo soñado que no nació). 2016-2017 1

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PROYECTO DEESCUELA PARA PADRES

“MI HIJO, MI MAESTRO”(La elaboración del duelo por el hijo soñado que no nació).

2016-2017CAM ALMA EVELIA LLAMAS ARIAS.

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COORDINADORES:

Psic. Mario de la Cruz Arreola.

Psic. Nora Galaviz Cejudo

Diseño del proyecto:Psic. Lorena Durazo Bazua.

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1. TITULO DEL PROYECTO.

“Mi hijo, mi maestro”.

“La manifestación de la elaboración es la resignificación de lo perdido, es la transformación del dolor en fecundidad”

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11. INTRODUCCION.

Discapacidad en el imaginario social.

La discapacidad es una construcción social. Se podría decir que el destino social y psicológico de la persona con discapacidad va a depender de las representaciones que la sociedad tenga de la discapacidad. Estas representaciones van a definir la mirada de los otros hacia esa persona y de ello dependerá el lugar que se les dará.

La discapacidad es una construcción social, ya que la idea de inferior, de falta, no hace tanta referencia a lo biológico como al lugar social que se ocupa. Podemos decir que estas significaciones imaginarias sociales, no repercuten saludablemente en la constitución de un niño con discapacidad, sino más bien se trata de construcciones que marginan.

El tema de la discapacidad, evidencia una falta de elaboración social, que por tanto recae en las espaldas de la sola familia, lo cual le resulta imposible de resolver y termina deprimiéndose, aislándose pagando altos costos de salud y energía.

Es importante analizar primero el significado que le damos a la madre en nuestra cultura para así después comprender la carga social y psicológica que esto conlleva. Nos referimos al término “madre” como un sujeto en el que suponemos presentes las siguientes características: a) un sentimiento de amor hacia el niño, b) su acuerdo esencial con lo que el discurso cultural del medio al que pertenece, dice acerca de la función materna.

Con respecto al punto b, por un lado en nuestro modelo social está naturalizado que ser una buena madre es igual a desvivirse por los hijos en lugar de dar vida, por otro, no hay modelo de ser madre de un hijo discapacitado. La administración de la culpa tiene dificultades específicas de manejo social y subjetivo: Si la madre de un discapacitado se dedica “mucho”, será juzgada (y se juzga a sí) como que está perdiendo su vida en una causa incierta; si se dedica “poco” será juzgada (y se juzga a sí) como insensible. Lo que es seguro es que no tiene un código claro de lo que debe hacer. La falta de reglas universales deja a los actores con la difícil misión de definir ellos

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mismos las reglas de intercambio: son los legisladores sin ser la Ley, eliminando la “tranquilidad” de que sea la sociedad con su código la que indique qué se debe hacer o no hacer: culpa no por no cumplir las normas socialmente instaladas, sino culpa más difícil de sobrellevar por la responsabilidad individual de ser el sujeto en su soledad quien tenga que realizar la definición misma de las reglas de intercambio ( se refiere a la administración los derechos y las obligaciones que le va a dar a su hijo con discapacidad).

La discapacidad pone entre paréntesis todo el sistema de intercambio ya que en el imaginario social, el discapacitado está fuera de las leyes porque se considera que no está en condiciones de cumplir las mismas. Estas son creadas en función de un sujeto preconcebido con determinados rasgos deseantes, de posibilidades de acción en el mundo, cosa que la persona con discapacidad no podría ejercer.

Tendrá o ganará un lugar social solamente aquel que sea eficientemente exitoso. Un niño con una discapacidad se encuentra con más obstáculos que un niño que no la tiene, y por eso será colocado en una posición social inferior, inclusive dentro de la familia.

El desarrollo emocional del niño con discapacidad.

El bebé que presenta una discapacidad nace con la misma necesidad de vincularse para poder progresar que el niño sin dificultades. Y su desarrollo emocional depende asimismo en gran manera de su posibilidad de vincularse a su madre. Aunque, naturalmente, alcanzará el desarrollo hasta el punto donde su organismo, su sistema nervioso, le permita. Evidentemente, por su situación personal, requiere de un entorno todavía más capaz de entender sus necesidades y de poder responder a ellas. El bebé, por sus limitaciones, tiene dificultades en transmitir sus necesidades y hacerlas comprensibles a la madre. Debido a sus dificultades motrices, sensoriales, etc., al bebé le será muy difícil iniciar ciclos de comunicación a través de la mirada, la sonrisa, la imitación que generen círculos beneficiosos tal y como ocurre en los niños nacidos sin dificultades.

Debido a la posición que el niño con discapacidad es usualmente percibido dentro del núcleo familiar, su carácter seguirá estas líneas fundamentales: desarrollará en sí una sensibilidad, una atención, una curiosidad, una desconfianza,

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particulares con el ambiente que lo rodea. El niño, convertido a causa de su insuficiencia, en objeto de sobreprotección, rechazo, exclusión, elaborará dentro de sí una acentuada desconfianza, inseguridad, arrogancia, vigilancia, etc. Toda esta estructura psicológica que se va gestando en el niño puede ser entendida por nosotros como las reacciones, las respuestas a las dificultades que encuentra en el proceso de adaptación a su ambiente.

A menudo entre los padres y el hijo con discapacidad se establecen relaciones patológicas .

En el extremo hallamos padres que prácticamente “abandonan” al bebé, lo cuidan de forma superficial, le alimentan y lavan rápido, sin apenas mirarlo, de trato pobre y poco estimulante. No podemos olvidar que hasta hace pocos años a los niños con discapacidad no únicamente se les ofrecía ningún tratamiento sino se escondían

Otras veces hallamos la situación contraria, una relación intrusiva, de estar encima del bebé –del niño- en busca de su respuesta forzándolo para que responda a las demandas de los padres.

En ambos casos se hace evidente el rechazo por la discapacidad inesperada del pequeño que se hace insoportable, llevando a los padres a evitar el trato con él o a querer “corregir” la discapacidad intolerable.

El difícil proceso emocional de asumir la discapacidad del hijo puede manifestarse a través de la conducta de los padres en situaciones tales como:

La no aceptación de las dificultades del hijo que puede llevar a los padres a realizar un continuum de consultas a diferentes

profesionales buscando que alguien certifique que a su hijo no le ocurre nada o bien que ofrezca el tratamiento mágico y se resuelva sus dificultades, permitiéndole realizar un desarrollo dentro de la normalidad. A menudo vemos a padres que llevan a sus hijos a diversos tratamientos, algunos incluso claramente dudosos en cuanto a su utilidad, cuando no claramente contraproducentes, buscando la

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“curación” imposible. Esta situación incluso de multitratamiento se da hoy en día con más frecuencia que antes.

Otras veces, la negación de las dificultades de los hijos mueve a los padres a no aceptar un tratamiento que el niño necesita con la idea de que con el tiempo el niño progresará por sí mismo.

Igualmente, y ligado a el punto anterior, los sentimientos de culpa pueden ser negados y disociados, colocándolos en los profesionales a quienes se acusa de no haber realizado un buen control de la gestación, no haber solicitado determinado análisis, no haberse dado cuenta de la discapacidad del hijo antes del nacimiento, no haberlo diagnosticado a tiempo, o bien atribuirlos a algún tratamiento que el niño recibió.

Otra forma de negación al no poder aceptar las dificultades de su hijo sería la sobreprotección a través de la cual impiden que el niño realice cualquier progreso, pues no pueden soportar ver sus dificultades para realizar las acciones que el pequeño desea. Entonces los padres “hacen por el niño” impidiendo que este adelante. Le dan toda la atención, la preferencia, desde la culpa (“pobrecito, está enfermito”).

Otra forma de negación es justo lo contrario de la sobreprotección, ejercer sobre el pequeño un nivel de exigencia superior a lo que el niño puede desarrollar. Ello evidentemente generará una gran ansiedad en el niño, inseguridad y falta de autoestima, ya que esa exigencia pone al niño en la situación de estar fracasando siempre, de no sentirse nunca satisfactorio para sus padres; ello puede llevarlo a un bloqueo emocional que le impida realizar adquisiciones que sí estarían a su alcance.

Otra forma de exceso de exigencia es cuando los padres se empeñan –en contra de la opinión de los profesionales- en escolarizar a su hijo en una escuela regular. Niegan la discapacidad desde el dolor y la vergüenza (“mi hijo es igual que los demás”, “es tan inteligente”, “no tiene nada”).

Otra forma es el rechazo abierto, excluirlo, desde el coraje. Es como no verlo dentro de la familia, solo se le atienden sus necesidades básicas.

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Pueden delegar la responsabilidad a los abuelos, abandonarlos con familiares.

Los padres nunca están preparados para el nacimiento de un hijo con discapacidad (el duelo) .

La situación de dolor en que caen conlleva reacciones psicológicas complejas con elementos depresivos, sentimientos de culpa, herida narcisista, etc. (Tarragó, R. 1997). La reacción de los padres variará según el momento en que se descubra la discapacidad en el hijo (antes del nacimiento –cuando todavía el bebé no tiene una presencia física visible, justo después –cuando aún los padres no han podido vincularse a él- o un tiempo más tarde -cuando ya se han iniciado una relación directa con el pequeño). Tras el nacimiento de un hijo con alguna discapacidad, los padres caen en un estado depresivo que hace que generalmente pierdan parte de sus competencias como padres y, además, por el retraimiento emocional en que se hallan, tienen menos disponibilidad para su hijo.

Para que el padre de un niño que ha nacido con alguna anormalidad pueda empezar a aceptar e integrar a su hijo, es necesario que de inicio a la elaboración de un duelo profundo desde la vivencia de las emociones dolorosas por la perdida del hijo de sus sueños, la renuncia consciente a esta ilusión, hasta el cambio de las significaciones sociales y personales imaginarias que yacen en su interior y que no favorecen el vínculo sano con su hijo.

El duelo es el doloroso proceso normal de elaboración de una pérdida, tendiente a la adaptación y armonización de nuestra situación interna y externa frente a una nueva realidad.

Este camino doloroso, enseña a aceptar el vínculo que existe entre las pérdidas y las adquisiciones. Este camino señala que debemos renunciar a lo que ya no está, y que eso es madurar. Asumiremos al recorrerlo que las pérdidas tienden a ser

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problemáticas y dolorosas, pero que solo a través de ellas nos convertimos en seres humanos plenamente desarrollados.

El tema de las pérdidas es la de la elaboración del duelo. Y nos abre a dos conceptos:

Elaboración y Duelo

Elaboración que deriva Duelo que procede

de “labor”, de “tarea”. de “dolor”.

Como dice Sigmund Freud en “Duelo y melancolía”, la elaboración del duelo es un trabajo… un trabajo. El trabajo de aceptar la nueva realidad. La elaboración del duelo es ponerme en contacto con el vacío que ha dejado la pérdida de lo que no está.

proceso de aceptación

quiere decir tiempo Quiere decir dejar de pelearme con la

y cambio. realidad que no es como yo quisiera.

El paso por el camino del duelo permite a la persona aprender nuevos recursos lo que lo hace más maduro y crecido. La manifestación de la elaboración es la resignificación de lo perdido (el hijo de su ilusión) y la transformación del dolor en fecundidad.

Convencionalmente podríamos decir que un duelo se ha completado cuando somos capaces de recordar lo perdido sintiendo poco o ningún dolor. Cuando hemos

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aprendido a vivir sin eso que no está. Cuando hemos dejado de vivir en el pasado y podemos invertir de nuevo toda nuestra energía en nuestra vida presente y en los vivos a nuestro alrededor.

Después de recibir la comunicación de la sospecha o del diagnóstico de una discapacidad en el hijo, los padres deben realizar un proceso emocional y pasar por las siguientes fases:

Negación. Un primer período de shock psicológico en el que el comportamiento puede volverse completamente irracional; es una fase de angustia y trastornos en el cual puede aparecer un fuerte deseo de huída, a manera de negación: los padres tienden a poner en duda la realidad de lo que se les ha anunciado y cuando la atipicidad no es visible pueden creer que el médico se ha equivocado o que hay un error en las pruebas.

Desorganización y dolor. Es la etapa más difícil y más temida. Es la etapa de la desolación, caos, cólera desesperación, ansiedad intenso dolor y tristeza al darse cuenta que no hay nada más qué hacer. Se vive un inmenso vacío, sensación de ruina, falta de energía. Los padres pueden sentirse culpables y responsables de la anormalidad relacionándolo con algún comportamiento suyo (fumar, trabajar demasiado, etc.). También pueden tener un profundo sentimiento de injusticia.

Reorganización. El cuarto periodo es el de la reorganización. Significa desinvolucrarse gradualmente de las expectativas no cumplidas. Es una etapa de convalecencia, fragilidad emocional. Las reacciones afectivas de cólera o tristeza se reducen aunque sin desaparecer. Comienzan a sentir confianza en su capacidad para ocuparse de su hijo tal y como es. No todos los padres alcanzan

este equilibrio y probablemente nunca se alcanza por completo. La liberación de todas las emociones es la fase más importante de la labor de duelo.

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Reacomodo a la vida. EL doliente va dejando poco a poco su mundo emotivo y adopta una actitud reflexiva que le permite evaluar lo que ha aprendido, lo que ha perdido y lo que le queda. Vuelve a crear nexos con la vida.

Transformación. En este quinto estadio se liberan aquellas ilusiones y los padres se abren de manera diferente al mundo que los rodea, reorganizan su vida personal, laboral, de pareja y familiar de forma duradera en función de las necesidades del hijo.

Esta secuencia de fases proyecta el orden en el que suelen aparecer un conjunto de reacciones observables. Sin embargo, esto no quiere decir que sigan siempre ese orden, ni que se desenvuelvan según un programa riguroso e inmutable.

Las faces tienden a sucederse unas a otras, pero en ciertos casos puede producirse un retroceso sorprendente a una fase que ya se creía superada. Estos vaivenes, si se experimentan a fondo, se presentan cada vez con menos frecuencia a medida que se avanza, y al mismo tiempo, se vuelven cada vez más fáciles de vivir. Las primeras cuatro fases pueden traslaparse o superponerse unas con otras, pero si se han vivido bien y ya se ha pasado a la quinta, no hay vuelta atrás.

No es excepcional que este proceso fracase y se produzcan situaciones como separación de los padres, etc. Si bien no en todos los padres se puede describir esta evolución, es evidente que todos ellos deben llevar a cabo este trabajo de duelo por el hijo que esperaban tener. Ello es imprescindible para que puedan vincularse al hijo real que tienen; para que puedan acercarse, observar, entender y hallar formas de relación y de intercambio con él que generen una vinculación cada vez más estable, promotora de evolución en el hijo.

La vinculación del bebé con discapacidad con su madre dependerá en gran manera de cómo ella (ellos) realicen este proceso de duelo. En este camino serán muy importantes:

Las capacidades personales de padre y madre.

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Que los padres hubiesen establecido una relación de pareja suficientemente estable, sólida y madura, que les permita apoyarse mutuamente en este proceso de duelo.

El apoyo que encuentren en su entorno familiar, laboral. El apoyo de los profesionales que atienden al hijo. La situación social global en que vive la familia.

111. JUSTIFICACION.

Los padres de un niño con discapacidad, en muy en sus adentros, hay sufrimiento, hay dolor. Y sufren por dos cosas:

Primero, porque hay algo deseado que no se tiene. El sufrimiento, decía Buda, tiene una sola raíz y esa raíz es el anhelo. Y el anhelo al que se refiere Buda es el deseo, entonces la solución es dejar de desear.

Segundo, ¿Cómo le hace una madre, un padre para ofrecerse como espejo si le cuesta reconocer a ese hijo? ¿Cómo le muestra el mundo? ¿Cómo decodifica sus demandas? ¿Cómo le habla y juega? Aquí se hace necesario hablar de “duelo”. La elaboración del duelo por el hijo soñado que no nació. Solo si eso que se siente, pero que no se puede decir (angustia, desilusión, rechazo, dolor, etc.) encuentra un espacio para ser trabajado y elaborado, será posible la elaboración y transformación que traerá la posibilidad de que otros deseos se pongan en juego para ese hijo. “La única salida posible es tejer un nuevo lugar para ese hijo, que incluya su dificultad (resignación) pero entramada en los hilos de sus posibilidades (re-signación). Es así que podrán por fin los padres asentir a su hijo.

Hay cuatro conceptos indiscutibles tomados del libro “El camino de las lagrimas” de Jorge Bucay:

1.- El único camino para terminar con el dolor es a través de él.

2.- Nadie puede recorrer el camino por uno mismo.

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3.- Es la idea de que el dolor de la pérdida es insoportable, lo que hace pe- sado el recorrido.

4.- Los duelos efectivos difícilmente se recorren en soledad.

Dadas las necesidades de elaboración del duelo detectadas en nuestros padres del CAM en el área de psicología, es lo que nos ha motivado a llevar a cabo este taller sobre el duelo ante la pérdida del niño deseado, y considera los cuatro conceptos de Bucay mencionados anteriormente.

1V. OBJETIVO GENERAL.-

EL propósito de este taller es ofrecer una oportunidad para desarrollar una nueva actitud y un nuevo entendimiento de la realidad existente, sobre todo avalando en los participantes las manifestaciones de dolor, ayudándolos a que aprendan a enfrentarse con su duelo desde un lugar diferente. Esto quiere decir no solo el lugar inmediato de dolor, sino también desde la posibilidad de valorar el recorrido a la luz de lo que sigue, después de haber elaborado el duelo, enriquecido por aquello que “no tengo”, y también por la experiencia vivida en el proceso. Aunque es duro admitir que cada pérdida conlleva una ganancia, sin embargo, no hay pérdida que no implique una ganancia, un crecimiento personal, y es precisamente este enriquecimiento lo que deseamos lograr en los padres, del cual se verá beneficiado también nuestro alumno y la familia en general.

V. ENCUADRE DEL PROGRAMA.-

NUMERO DE SESIONES : 8

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TEMAS POR SESION :

1ra. Sesión: Jueves 6 de oct. “Creando un clima de confianza”.

2da. Sesión: Jueves 13 de oct. “Las pérdidas”.

3ra. Sesión: Jueves 20 de oct. “Impacto y negación”.

4ta. Sesión: Jueves 27 de oct. “Desorganización y dolor”.

5ta. Sesión: Jueves 3 de nov. “Reorganización”.

6ta. Sesión: Jueves 10 de nov. “Reacomodo a la vida”.

7ma. Sesión: Jueves 17 de nov. “Transformación y curación”.

8va. Sesión: Jueves 24 de nov. “El hijo oasis y el hijo maestro”.

LUGAR DONDE SE LLEVARA A CABO : Sala de juntas del CAM.

TEMPORALIDAD : una vez por semana, los días jueves a partir del 6 de octubre de 8 a 10 a.m.

RECURSOS MATERIALES : hojas blancas, lápices, colores,

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pintarrón, revistas, marcadores, cartulinas, masking-tape, stickers, cd’s de música, reproductor de cd’s, fotocopias de lecturas cortas, fotocopiadora, diplomas. Para los gafetes: rectángulos de madera, pinturas para camisetas y prendedores.

EVIDENCIAS : listas de asistencia, fotografías, evaluación del taller por los padres.

VI. FUENTES DE CONSULTA:

- Libro: “El camino de las lagrimas”. Jorge Bucay. Editorial Océano de México, S.A de C.V. Primera reimpresión julio de 2002. - Libro: “El amor de tu vida”. Enriqueta Olivari-Shantidasi. Bubok Publishing, S.L. 2010.

- Libro: “Del otro lado de las lágrimas”. Suzanne Pinard. Grijalbo S.A. de C.V. 2001. México, D.F.

- Libro: “Tu hijo, tu espejo”. Martha Alicia Chávez. Grijalbo. México, D.F. 2004.

- Documentos de Google:

1.-“DISCAPACIDAD EN EL IMAGINARIO SOCIAL ¿UNA CONSTRUCCIÓN QUE MARGINA?” Marta M Rodríguez. Tesina propuesta para el diplomado en metodología de los procesos correctores comunitarios (ProCC). Noviembre 2008.

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2.-“LA CONSTRUCCION IMAGINARIA DE LA DISCAPACIDAD: UNA EXCUSA PARA UNA ARTICULACION DISCURSIVA”. Marcelo Silberkasten. Noviembre 2005.

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DESARROLLO DEL PROGRAMA DE SESIONES

1ra. Sesión: “Creando un clima de confianza”.

PROGRAMA:

A) -Objetivo del taller, encuadre del programa, dinámica de rompehielos, reglas del grupo, toma de comisiones. (Dinámica de rompehielos: Todos en círculo. Se les indica que soliciten a la persona de la izquierda toda la información que crean conveniente para poder conocer a grandes rasgos algo de ella, y tienen 2 minutos para hacerlo. Posteriormente cada quien va presentando al compañero y compartiendo al grupo toda la información recabada).

B) -Cada persona escribirá una bendición que desee para sí mismo. Lo pegarán a una golosina que se les dará. Se recogen las golosinas y finalmente se le invita a cada participante a que tome una y vaya leyendo en voz alta para todo el grupo la bendición que le tocó.

Objetivos:

A) Informar qué, cómo, cuándo y dónde se llevaran a cabo las sesiones. Que tanto los coordinadores como los participantes se conozcan, creando un clima de confianza. Establecimiento de reglas y de responsabilidades en conjunto los padres y los coordi-

nadores.

B) –Favorecer la empatía en el grupo.

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2da. Sesión: “Las pérdidas”.

“Detrás de cada cambio importante hay una pérdida para elaborar, aún cuando este cambio sea muy deseado y agradable”.

PROGRAMA:

A) -Se reparte a los padres hoja de lectura: “La semilla de mostaza”.

“La semilla de mostaza”. Historia Budista.

Se cuenta en el Tíbet la historia de Krisha Gotami, una joven que tuvo la buena fortuna de vivir en la época del Buda. Cuando su hijo primogénito contaba cerca de un año de edad, cayó enfermo y murió. Abrumada por la pena, con el cuerpecito en brazos, Krisha Gotami empezó a vagar por las calles implorando a todo aquel que se cruzaba con ella que le proporcionara un remedio que le devolviera la vida a su hijo. Algunas personas pasaban junto a ella sin hacerle caso, otras se reían de ella y aun otras la tomaban por loca, pero finalmente dio con un hombre sabio que le dijo que la única persona en el mundo que podía realizar el milagro que ella pretendía era el Buda.

Sin demora fue en busca del Buda, depositó el cadáver de su hijo a sus pies y le contó su historia. El Buda la escuchó con una compasión infinita, y pasó a responderle con amabilidad: -Solo existe un remedio para el mal que te aflige. Baja a la ciudad y tráeme un grano de mostaza de alguna casa en la que no haya habido jamás una muerte-. Colmada de alegría Krisha Gotami emprendió de inmediato su camino a la ciudad.

Se detuvo en la primera casa que vio y explicó:

-El Buda me ha pedido que le lleve un grano de mostaza de una casa en la que nunca se haya producido una muerte-. -En esta casa ha muerto mucha gente - le replicaron. Fue a la casa de al lado -Nuestra familia ha conocido innumerables muertes - le dijeron. Y sucedió lo mismo en la tercera y en la cuarta casa, hasta que por fin hubo visitado toda la ciudad y comprendió que la condición del Buda no podía ser satisfecha. Llevo el cuerpo de su hijo al cementerio y se despidió de él por última vez, para a continuación volver junto al Buda.

- ¿Has traído el grano de mostaza?- le pregunto el Buda.

-¡No! - respondió ella. Empiezo a comprender lo que querías enseñarme. Cegada por la pena, llegué a pensar que yo era la única persona agobiada por el sufrimiento que despierta la muerte.

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- ¿Por que has vuelto?- Le preguntó entonces el Buda. -Para pedirte que me enseñes la verdad sobre la muerte, sobre lo que puede haber detrás y mas allá de la muerte y sobre lo que hay en mí, si algo hay, que no morirá.

El Buda empezó a enseñarle: -Si quieres conocer la verdad de la vida y de la muerte, debes reflexionar continuamente sobre esto: solo existe una ley en el universo que no esta sometida al cambio: la de que todas las cosas cambian y ninguna es permanente. “…Krisha Gotami se arrodillo a sus pies y siguió al Buda durante el resto de su vida. Se dice que cuando ésta llegaba a su fin, alcanzo la Iluminación…”.

-Escriben reflexión sobre el cuento de manera individual.

B) -En equipos de tres personas cada una compartirá una pérdida material que haya tenido recientemente: robo, descomposturas, perdieron dinero en el casino, pagaron una multa, se les perdió algo, etc., y dirán lo que hicieron. -Después cada quien escuchará de parte de sus dos compañeros la o las soluciones que les darían a esa situación de pérdida. La contrastan con la suya propia.

Objetivos:

A) -Mediante esta historia metafórica que los padres reflexionen acerca de esta verdad universal: las pérdidas son inherentes a la vida misma.

-Introducir a los padres al tema.

B) -Que los padres se puedan dar cuenta de su capacidad para dar respuestas a los cambios de la vida y cómo se adaptan a ellos.

Dinámicas y ejercicios opcionales.-

#1

A) -Ejercicio: Cada persona escribirá en una hoja: ¿Qué se te viene

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a la cabeza y qué emociones asocias con la palabra “pérdida”?

(Muerte Desolación Dolor Desconcierto Vacío Ausencia Miedo Impotencia Nostalgia Rabia Angustia Soledad Tristeza Llanto Eternidad Auto reproche )

B) - Responder por escrito: ¿De qué te acuerdas cuando lees estas palabras que escribiste?, ¿qué momento de tu vida has experimentado algo semejante? Pueden ser personas, lugares, momentos, objetos, enfermedades, mascotas, cambios de casa, situaciones nuevas en la vida, etc. Que enumere al menos 5 pérdidas dolorosas y significativas. C) - En plenaria se comparte lo vivido en esta sesión.

Objetivos: A) Introducir a los padres en el tema.

B) Contactar emocionalmente con pérdidas significativas en su vida.

C) Hacer una síntesis de la sesión mediante las ideas medulares que de ésta surgieron.

#2 Antes de concluir cada sesión, van plasmando sus vivencias, sentimientos, experiencias a través de la escritura (pensamientos,

reflexiones), el dibujo, fotografías, recortes de revistas y se va haciendo un álbum o se van guardando todas sus producciones en un folder para

que al final se haga un álbum. (Al final, puede que se queden con las que deseen conservar y a lo demás le dicen adiós).

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Objetivo: Hacer una síntesis de todo el recorrido, dar gracias por los aprendizajes, soltar y decir adiós a lo que ya no está, acogiendo lo que tengo ahora.

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3ra. Sesión: “1ra. ETAPA DEL DUELO : IMPACTO Y NEGACION”. “La dificultad en el proceso de duelo no consiste en salir de él, sino en entrar, aceptando el dolor que lleva consigo”. Suzanne Pinard.

Características: etapa de incredulidad, confusión, resistencia al sufrimiento, rechazo, rigidez.

PROGRAMA:

A) Ejercicio de movimiento para trabajar “zona interna”. Todos se mueven a través del salón, siguiendo las indicaciones.

B) Escribirán de manera individual: cómo transcurrió su embarazo, si fue planeado o no, cómo se llevó a cabo el parto, # de hijo que es, por qué le puso ese nombre, etc. Luego lo compartirán en equipo.

C) En plenaria o en círculo mágico: Con estos ejercicios, desde que caminaste hasta lo que le compartiste a tu equipo, ¿de qué te diste cuenta?

D) Plática sobre: “Etapa de impacto y negación”

Cuando nos enteramos de algo muy doloroso, lo primero que se acciona es un mecanismo de defensa llamado negación, hay un momento en la que nos decimos “No puede ser”, “No me está pasando esto a mi”, “Es una pesadilla de la cual despertaré”. Pensamos que debe ser un error. Hay un impasse, un momento de negación y cuestionamiento en el que no hay dolor, solo incredulidad, rechazo, resistencia, la fantasía de despertar y que todo haya sido un sueño; se bloquean inconscientemente las emociones y, el impacto y la sorpresa nos llevan a un proceso de confusión en el que no entendemos lo que nos están diciendo, ni lo que está pasando. La pena y el sufrimiento son a tal grado intensos, que no pueden aflorar. Esta incapacidad de sentir

las emociones se considera como una forma de sabiduría que protege al doliente impidiéndole que se derrumbe.

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Esta negación y rechazo pueden tomar también la forma sutil de la racionalización, que se ilustra con frases como estas: “Dios me lo mandó porque soy fuerte”, “Dios sabe por qué hace las cosas”. Así también se pueden enmascarar de modo de idealización: “Es lo mejor que me pudo haber pasado”, “Es tan buen niño”, “Batallo menos con él que con los demás”. La negación actúa como un mecanismo de defensa que garantiza temporalmente el equilibrio emotivo. Es en realidad una estrategia, sana y eficaz a corto plazo, que le permite a la persona en duelo seguir funcionando. Es un intento de protegerse contra el dolor y contra las fantasías de sufrir. Es un mecanismo de amortiguación del efecto de la noticia. No se puede pasar directamente de la percepción a la acción, o de la percepción al contacto, va a tener que existir un proceso, va a tener que pasar un tiempo.

La duración de esta defensa es variable, desde unos momentos, unos minutos, unas horas o días como sucede en el duelo normal, o puede volverse una negación feroz y brutal. Esta actitud no permite al doliente a pasar a la siguiente fase que es cuando las emociones afloran. Ahora bien, la dificultad en el proceso de duelo no consiste en salir de él, sino en entrar, aceptando el dolor que lleva consigo.

Objetivo: superar las resistencias para reconocer lo que es, mediante la explosión emocional.

Dinámicas y ejercicios opcionales:

- Ejercicio de Zona interna para que se de cuenta de las diferentes sensaciones en el cuerpo. Traer al presente las diferentes sensaciones corporales ante la noticia del problema de su hijo.

-

- Recordar y traer al presente su embarazo, planes, ilusiones, cómo te lo imaginabas, qué deseabas para él. ¿Cuando nació cómo supiste que tenía una discapacidad?, ¿cómo te sentiste?, ¿de qué te dieron ganas?. ¿Cómo transcurrieron los días, las semanas, etc.

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Comentarios de la familia, amigos, vecinos, especialistas. ¿Cómo te sentías al ver a otros bebés sin discapacidad?

- Compartir en grupos de cuatro cómo vivió su experiencia al darse cuenta que su hijo tenía una discapacidad, qué sintió, qué hizo, como encontró consuelo.

- Dinámica de “Fantasía guiada” en donde la persona pueda encontrar confort y apoyo espiritual mediante: la oración a un ser superior, la relajación, lugares o circunstancias en los que sienta paz interior, encuentro con un ser querido vivo o fallecido en quien sienten gran apoyo y puedan compartir su pena.

4ta. Sesión: “2da. ETAPA DE DUELO: DESORGANIZACION Y DOLOR”.

“Te curas de un sufrimiento solo a condición de que lo experimentes plenamente”.

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Características: desgarramiento, profundo dolor, obscuridad, derrumbe, ira, desesperación, culpa, estado depresivo.

PROGRAMA:

A) Reportar lo que pasó en la semana, cómo se sintieron, cómo se sienten ahora.

B) Plática sobre: “Etapa de desorganización y dolor”.

Después de todos los intentos para ignorar la situación de pérdida, poco a poco, la cotidianidad recuerda al doliente que las cosas ya no son como eran antes. La desorganización irrumpe en cuanto desaparece el equilibrio que se había mantenido a través de la negación. La vida se pone de cabeza, las fantasías, ilusiones y sueños se esfuman, ¿qué hacer? Esta profunda toma de conciencia genera a menudo estados de tensión, de agitación y hasta de explosión. La aflicción se aviva y se reclama “¿por qué a mi?” como una manera de revelarse contra la reali- dad. Hay un intento de negociación: trata de hacer un trato con la vida, con Dios, etc., y cuando todo lo anterior fracasa, se vive un dolor desga- rrador, tristeza, depresión, desesperación, ira, y se experimenta como un derrumbe, obscuridad, caos, culpabilidad. Emociones ambivalentes y contradictorias lo desestabilizan. Llegan a manifestarse sensaciones físicas dolorosas, a menudo acompañadas por crisis de lágrimas. Las personas tienen la sensación de que se asfixian. Notan punzadas en el pecho que irradian hasta la espalda. Estas reacciones aparecen a veces de manera inesperada, imprevisible. El doliente tiene la impresión de que ya no controla su vida, lo que puede provocarle una sensación de pánico. Su capacidad de concentrarse y de realizar sus actividades

habituales puede verse afectada, puede mostrar tendencia a aislarse y a perder todo interés por las actividades que antes tanto disfrutaba. La vida diaria es muy difícil y pesimista, no hay estabilidad; ya no es posible vislumbrar un futuro agradable. El presente se ve invadido

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constantemente por sucesos y recuerdos del pasado acerca de sus expectativas e ilusiones. Comienza a lidiar con la realidad de tener un hijo “diferente”. Ocasionalmente sobreviene un regreso a la negación para suavizar el sufrimiento y encontrar un poco de estabilidad.

Los estadíos de esta etapa son:- Explosión: llanto, desesperación, berrinche.- Ira: contra sí mismo, el hijo, el mundo, Dios, la vida, el médico, el

cónyuge, etc.- Culpa: por lo que hice o no hice.- Desolación: verdadera tristeza , impotencia, soledad y sensación de

ruina.

Los padres frecuentemente niegan los resentimientos hacia su hijo porque les parece imperdonable tenerlos, pero esto no significa que no lo amen y que sean malas personas.

C) Ejercicio escrito: “Los sentimientos y emociones que me incomodan y me cuestan trabajo reconocer por el hecho de ser papá/mamá de un hijo con discapacidad son…”.

D) Carta a su hijo: Escríbele una carta a tu hijo donde le exprese todos tus sentimientos, sin autocensurarte ni auto juzgarte. Escríbele lo que es tener a un hijo como él/ella, cuéntale acerca de los sueños que tenía para él/ella lo que has tenido que dejar, cómo era tu vida antes y cómo es tu vida ahora, de lo que te has perdido, qué perdiste en tu vida que sí tenías (tiempo, esposo, diversiones, amigas, dinero, etc.). ¿Qué te decías?, ¿Cómo era tu diálogo interno? De qué te dan ganas a veces. La carta puede iniciar así: “Desde que naciste…”. No releas la carta, permite que salga todo el impulso al escribir.

Hacen un sobre y la cierran para que nadie las pueda leer. La carta se recoge y se guarda para ser utilizada en otra dinámica en la sesión siguiente.

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E) -Lectura del cuento: “El escalador” de Jorge Bucay. Se les reparte hoja de lectura a cada participante.

“ Había una vez un hombre que estaba escalando una montaña. Estaba haciendo una escalada

bastante complicada, una montaña en un lugar donde se había producido una intensa nevada. El

había estado en un refugio esa noche y a la mañana siguiente la nieve había cubierto toda la

montaña, lo cual hacía muy difícil la escalada. Pero no había querido volverse atrás así trepando y

trepando, escalando por esta empinada montaña, hasta que en un momento determinado, quizás

por un mal cálculo, quizás porque la situación era verdaderamente difícil, puso el pico de la estaca

para sostener su cuerda de seguridad y se soltó el enganche. El alpinista se desmoronó y empezó a

caer por la montaña golpeando salvajemente contra las piedras en medio de una cascada de

nieve.

Pasó toda su vida por su cabeza y cuando cerró los ojos esperando lo peor, sintió que una soga le

pegaba en la cara. Sin llegar a pensar, de un manotazo instintivo se aferró a esa soga. Quizás la

soga se había quedado colgada de alguna amarra… si así fuera, podría ser que aguantara el golpe y

detuviera su caída.

Miró hacia arriba pero todo era la ventisca y la nieve cayendo sobre él. Cada segundo parecía

un siglo en ese descenso acelerado e interminable. De repente la cuerda pegó el tirón y resistió. El

alpinista no podía ver nada pero sabía que por el momento se había salvado. La nieve caía

intensamente y él estaba allí, como clavado a su soga, con muchísimo frío, pero colgado de este

pedazo de lino que había impedido que muriera estrellado contra el fondo de la hondonada entre

las montañas.

Trató de mirar a su alrededor pero no había caso, no se veía nada. Gritó dos o tres veces, pero

se dio cuenta de que nadie podía escucharlo. Su posibilidad de salvarse era infinitamente remota;

aunque notaran su ausencia nadie podría subir a buscarlo antes de que parara la nevada y aun en

ese momento, como sabrían que el alpinista estaba colgado de algún lugar del barranco?

Pensó que si no hacía algo pronto, este sería el fin de su vida.

Pero, Qué hacer?

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Pensó en escalar la cuerda hacia arriba para tratar de llegar al refugio, pero inmediatamente se

dio cuenta de que eso era imposible. De pronto escuchó la voz. Una voz que venía desde su

interior que le decía suéltate. Quizás era la voz de Dios, quizás la voz de su sabiduría interna,

quizás la de algún espíritu maligno, quizás una alucinación…. y sintió que la voz insistía, suéltate,

suéltate.

Pensó que soltarse significaba morirse en ese momento. Era la forma de parar el martirio.

Pensó en la tentación de elegir la muerte para dejar de sufrir. Y como respuesta a la voz se aferró

más fuerte todavía. Y la voz insistía suéltate, no sufras más, es inútil este dolor, suéltate. Y una vez

más él se impuso aferrarse más fuerte aun, mientras concientemente se decía que ninguna voz lo

iba a convencer de soltar lo que sin lugar a dudas le había salvado la vida. La lucha siguió durante

horas pero el alpinista se mantuvo aferrado a lo que pensaba que era su única oportunidad.

Cuenta esta leyenda que a la mañana siguiente la patrulla de búsqueda y salvamento encontró al

escalador casi muerto. Le quedaba apenas un hilito de vida. Algunos minutos más y el alpinista

hubiera muerto congelado, paradójicamente aferrado a su soga…. a menos de un metro del

suelo.”

Y yo digo, a veces no soltar es la muerte.

A veces la vida está relacionada con soltar lo que alguna vez nos salvó. Soltar las cosas a las

cuales nos aferramos intensamente creyendo que tenerlas es lo que nos va a seguir salvando de la

caída.

-Al terminar de leerla preguntar : ¿Qué puede pasar si me sigo aferrando a lo que no es, a lo que no está, a lo que no sirve? F) Cierre de la sesión. El coordinador cierra comentando acerca de: ¿por qué sufre la gente? (Sirve para ir preparando para la siguiente etapa de Reorganización).

“Sufrimos porque hay algo deseado que no tenemos, porque algo estamos perdiendo, porque creemos que para algunas cosas ya es muy tarde. Pero el sufrimiento, decía Buda, tiene una sola raíz y esa raíz es

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el anhelo. Ese anhelo es el deseo. Y como esto es la raíz del sufrimien- to, el sufrimiento tiene solución. La solución es dejar de desear. Dejemos de pretender todo lo que queremos y el sufrimiento va a desaparecer”. Objetivo: ayudar a la persona a reconocer sus sentimientos y emociones ambivalentes alrededor de la pérdida (que pueda reconocer su rabia, culpa, etc.) y expresión de las mismas, sin etiquetar sus sentimientos como buenos o malos. Observar cómo cambió su vida a la llegada de su hijo especial.

Otro ejercicio posible:

- Ejercicio escrito:•Los sentimientos y las emociones con las que no estoy a gusto, que rechazo y reprimo, o que no logro expresar adecuadamen- te son _____________________________________________.•¿Cómo me sentiría si aceptara que experimento estos senti- mientos y emociones “negativos” ? _____________________.•¿Qué pasará si acepto que siento estas emociones?_________.•¿Cómo le hago para esconderlos o disfrazarlos?____________.

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5ta. Sesión: “3ra. ETAPA DE DUELO: REORGANIZACION”.

“Una alegría compartida es una alegría doble. Una aflicción compartida es media aflicción”.

Características: expresión de las emociones, desvinculación, dejar ir las expectativas, desaparición del compromiso en la relación con el hijo ilusorio, reparación, esperanza.

PROGRAMA:

A) Reportar cómo se sintieron en la semana.

B) Dinámica en pareja: +Se reparte una carta, imágen o palabra a cada persona. Después buscará a la persona que tenga una carta igual a la suya y con ella hará pareja. Una será “A” y la otra será “B”. Los participantes “A” serán ellos mismos en su rol de padres/madres. Los participantes “B” adoptarán el rol del hijo. Buscan un lugar y se ponen uno frente al otro.

+Diálogo entre padre/madre-hijo/hija: -Moderador pregunta a “B” cómo se siente en este momento al estar frente a su papá/mamá. -“A” le lee la carta que le escribió a su hijo/hija en la sesión pasada. -“B” le expresa a su padre/madre como se está sintiendo con lo que acaba de escuchar. -“A” le expresa frases sanadoras a su hijo/hija. -“B” le expresa frases sanadoras a su padre/madre.

+Cambio de roles en las parejas y se hace el mismo procedimiento anterior.

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Nota: Los psicólogos checarán cómo se siente cada padre e hijo y si necesitan algo el uno del otro. C) Plática sobre: “ Etapa de reorganización” Las reacciones mencionadas en las anteriores fases o etapas dismi- nuyen poco a poco en intensidad y frecuencia. En esta fase se va desinvolucrando gradualmente de las expectativas no cumplidas, comien- za a aceptar lo que no es, acepta que es una realidad con la que hay que vivir, y se va reorganizando en todos los campos de la vida. La reorgani- zación se puede comparar fácilmente a una convalecencia, reparación, desprendimiento; pero en los primeros momentos, el equilibrio emotivo es muy frágil y existe el riesgo de tambalearse con el menor roce. Luego, a medida que se va realizando la labor de “reparación”, el doliente en- cuentra más estabilidad: los recuerdos vuelven a aflorar y, gradualmente, la historia de lo vivido con las ilusiones no cumplidas se reconstruyen, provocando estos recuerdos diversas emociones. A menudo ocultará inconscientemente un sentimiento de culpabilidad y tendrá miedo de lo que las emociones negadas, reprimidas o consideradas como destructivas lo trastornen demasiado. No obstante que esta labor es dolorosa, exige valor, requiere tiempo y parece prolongar el duelo, es indispensable, pues de no vivirla, el doliente no logrará identificar ni llevar a término, si exis- tieran, las situaciones que quedaron pendientes con el shock de la nueva realidad. Y, en tales condiciones, ¿cómo podrá hacer las paces con lo que no es, con las ilusiones muertas? La liberación de todas las emociones es la fase más importante de la labor de duelo. A pesar de todo y paralelamente, la vida vuelve a tomar su curso normal. Comienza a liberarse de la relación que tenía con el hijo de sus sueños. En numerosos casos, la persona aprende a desempeñar un papel social diferente y su ambiente se reconstruye.

Objetivo: expresión de todas las emociones que el proceso ha hecho aflorar, aceptación del dolor de la herida, vivirla y tener una auténtica intención de liberarse dejando que el rencor se disipe, esa presión en la que se ha encerrado por algo que otros le han hecho. Deshacer los lazos

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afectivos, decir adiós a las expectativas y al hijo ilusorio para que acepte que es una realidad con la que hay que vivir y lo deje ir bendiciéndolo; arreglar las situaciones pendientes o no terminadas.

Dinámicas y ejercicios opcionales:

- “El duelo que revive otros duelos”: El hecho de contar la historia propia y de reorganizar su vida puede llevarlo a que otros duelos resurjan. Es frecuente que un impacto fuerte en la vida, como el nacimiento de un hijo con discapacidad, una enfermedad grave, pérdida de un empleo, la jubilación o un luto, revivan duelos no resueltos y que no han sido llorados, incluyendo traumatismo sufrido en la infancia. Hay que ayudar a que identifiquen y acomoden pérdidas secundarias como resultado del nacimiento del hijo especial.

- Silla vacía con su hijo. Después escribirle una carta. Escribir es un excelente medio para “curar”. Te permite esclarecer los propios pensamientos y las emociones.

- Ejercicio:a) Retener en la mente una imagen realista de lo que es convivir mi hijo con discapacidad, cómo es mi relación con él. b) Tomar conciencia de sus fuerzas y de los recursos que ha utilizado para hacer frente a los duros golpes de la vida.c) Me siento culpable por sentir____________________________. Me siento culpable por acciones como (acciones de hacer y de no hacer)_. Promesas que me he hecho y no he cumplido______________.

- Decir adiós a lo que no es, a las fantasías, a las expectativas. El no desprenderse de ellas impide ver al hijo que es y está. En cír- culo se comparte con el grupo lo que la persona está sintiendo con su experiencia.

- Despedida de lo perdido, vivenciar el adiós.

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“Ritual de despedida al hijo de mis sueños”: Emplear objetos simbólicos que sean significativos para el padre, puede ser una

lista de cosas o expectativas, un dibujo, una canción, etc. El ritual de despedida cierra el capítulo de “mi historia con el hijo ilusorio” y abre otro hacia la vida, con una visión nueva y actitud hacia el hijo que está.

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6ta. Sesión: “4ta. ETAPA: REACOMODO DE LA VIDA”.

“Cada vez que llega algo, desplaza lo anterior que deja de ser y da lugar a lo que sigue”.

Características: reflexión, hace un balance de lo vivido, redescubrirse, nueva identidad, cambio de valores, creatividad, sentido, compromiso con el mundo de los vivos.

PROGRAMA:

A) Reportar como se han sentido.

B) Plática sobre: “Etapa de reacomodo a la vida”

El padre va dejando poco a poco su mundo emotivo. Las etapas de reorganización y de reacomodo de la vida se superponen. Lo que sigue, después de haber llorado la pérdida, después de haber elaborado el duelo, después de haberse animado a soltar y pasar de lo conocido a lo desconocido, es el encuentro consigo mismo. EL sufrimiento, sobre todo cuando atravesamos un duelo, puede acercarnos a nuestra verdadera identidad. Muchas personas realizan auténticos descubrimientos de ellas mismas. Se sorprenden de los recursos, insospechados hasta entonces, de los que han echado mano para volver a tomar control de sus vidas. A medida que la persona libera su aflicción, su rencor, culpa, logra adaptarse a una forma diferente de vivir sin la presencia del hijo ilusorio y con la presencia del hijo especial; así puede ser capaz de tener cierta perspectiva para hacer un balance de la experiencia que está viviendo, de evaluar, por así decir, lo que ha perdido, lo que queda y lo que ha aprendido. Esta actitud reflexiva le permite tomar conciencia de los recursos que ha tenido que emplear para sobrellevar esta difícil prueba. Tal descubrimiento contribuye a reforzar la propia estima y el orgullo. El sufrimiento lo ha acercado a su propia identidad. Enriquecido por aquello

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que ya no tiene, y también por el proceso vivido, se abre a perspectivas futuras diferentes, quizás a un ambiente nuevo y proyectos sin el otro.

Esta renovada creatividad y conciencia le da sentido a su vida nuevamente y vuelve a crear nexos con el mundo. Como se puede ver, el reacomodo de la vida es una etapa de reflexión, nueva identidad, cambio de valores, creatividad, sentido, compromiso con el mundo de los vivos, y estos son los nuevos regalos que se han hecho disponibles para el doliente. Aunque parezca terrible admitir que cada pérdida conlleva una ganancia, sin embargo es una gran verdad, no hay pérdida sin ganancia, sin crecimiento personal. En cada pérdida hay una ganancia que es un pasaporte para vivir mejor.

C) Ejercicio individual: - Escriben todo las desventajas, lo malo de tener un hijo con discapacidad. En otra hoja van a escribir todas las ventajas, todo lo bueno de tener a un hijo con discapacidad.

- Ponen las dos hojas en el piso. Se trabaja zona interna para que vayan sintiendo su cuerpo, cómo se sienten de un lado, cómo se sienten del otro. Que permitan que su cuerpo les diga dónde se sienten más cómodos, si en el lado de las ventajas o en el lado de las desventajas. Luego reportarán quiénes se sintieron más cómodos de un lado y quiénes del otro lado.

- Finalmente, que digan como vivirán su vida, basándose en el lado que eligieron. “¿Cómo te ves viviendo desde ese lugar?”

D) Ritual para tomar fuerza.

E) Cierre: Reflexión del coordinador acerca de cómo a veces preferimos quedarnos como víctimas.

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Objetivo: Hacer un balance de la experiencia vivida, hacer conciencia de lo que ha aprendido con esta experiencia, lo que le dará sentido a la misma. Invertir, actuar en el mundo de los vivos.

Dinámicas y ejercicios opcionales: - Ejercicio.-

“Algunos fragmentos de mi vida con mi hijo”: •Mis 3 hermosos momentos con_______ son_________________.

•Las 3 grandes cualidades de_________ son_________________.•Lo que tengo y no tendría si mi hijo no estuviese aquí es: agradable____________________________________________.

desagradable_________________________________________.

“Haciendo el balance de mi vida”: •-Lo que perdí. -Lo que he aprendido. -Lo que tengo. •Los recursos que he descubierto en mí con la llegada de mi hijo son______________________. •Lo que me falta es_____________________________________. •Me siento orgulloso de que yo __________________________. •Lo importante para mi es_______________________________. •De ahora en adelante quiero_____________________________.

- Ritual.

- Círculo mágico: “Mi mayor recurso o fortaleza es…” o “Lo me hace estar más orgulloso de mi es…” o “Lo mas bello de mi es…”.

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7ma. Sesión: “5ta. ETAPA: TRANSFORMACION Y CURACION”.

“Elaborar un duelo es aprender a soltar lo anterior, perdonar y perdonarse. El perdón es el abandono del pasado”.

Características: interiorización, perdón, liberación, cura, agradecimiento, transformación, apertura a la vida.

PROGRAMA:

A) Reportar como se sintieron en la semana. B) Plática sobre: “Etapa de transformación y curación”.

El duelo brinda la ocasión de ir al interior de sí mismo y descubrir sus recursos profundos, pues el sufrimiento vivido conscientemente es con frecuencia un estímulo para evolucionar y abrirse ante los demás. Algo de esta experiencia quedó en el doliente, las cosas aprendidas están vivas en él y no sería quien es si no lo hubiera vivido, esto es interiorizar. Por ello, es importante vivir a fondo las cuatro primeras etapas, antes de pasar a la quinta. El doliente está ahora listo para decir “lo siento” a su hijo por las faltas y heridas que hayan marcado su relación. Está también dispuesto a perdonarse a sí mismo y dar gracias a su hijo por la experiencia y el crecimiento que le han sido concedidos. En un proceso de duelo es el perdón el que permite un auténtico acceso a la herencia espiritual, es lo

que se llama curación del alma. El perdón libera una poderosa energía que luego se puede dirigir, de tal manera que dé sentido a la transforma- ción que se ha operado en la persona a lo largo del proceso de duelo. El perdón es la aceptación profunda de la historia que el padre tuvo con el bebé deseado; es el abandono de la esperanza de un pasado mejor. El perdón no constituye una etapa de duelo, sino que es el arribo de un nivel más elevado: el nivel espiritual.

En esta etapa, la persona va a transformar esa energía ligada al dolor en una acción. Dispone entonces de todos los recursos de amor y

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de energía, y puede invertirlos en su hijo real y en el mundo con los vivos, situarse en el presente, vinculándose con el pasado y desprendien- do de ahí perspectivas para el futuro. Es el principio de lo nuevo, la transformación, la reconstrucción: lograr que su camino lo lleve a algo que de alguna manera, se vuelva útil para su vida, inclusive para la de otros dándole un sentido adicional a la propia vida. En resumen, es una etapa de perdón, liberación, curación, transformación y apertura a la vida.

C) Ejercicio individual: -Escribir qué habilidades quieres desarrollar en tu hijo. -Imagina a tu hijo con esas habilidades en casa, en el parque, en la escuela, etc. -Imagina al papá/ mamá de un hijo así, qué habilidades y cualidades tiene, cómo se desenvuelve con la gente, en su trabajo, cómo es su trato con su pareja, con su familia. -Escribir qué habilidades necesita desarrollar como persona para favorecer el desarrollo de su hijo.

D) Creación de un collage. En un cartón cascarón de huevo, los participantes realizarán un collage con material disponible, y la consigna es la siguiente: “Ahora, desde la mamá en que se quieren convertir para desarrollar las habilidades que su hijo necesita, realicen un collage con todo este material a su disposición para representar a su hijo, pueden ser cosas que lo representen, imágenes, frases alusivas, etc. Usen su creatividad, dejen volar su imaginación y diviértanse, no hay una manera de hacerlo, su manera es la correcta, no hay cabida para la crítica.

E) Ritual de agradecimiento y perdón. Ponen su collage enfrente de ellos y le dicen “lo siento…”; “gracias por…” .

Objetivo: perdonar y obtener perdón por todas las faltas que marcaron la historia de la relación; perdonarse también a sí mismo. Asentir y

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agradecer al hijo la herencia espiritual que ha enriquecido su vida y bendecirlo. Hacer conciencia de cómo quiere vivir la vida de ahora en

adelante y las acciones que tiene que realizar para así abrirse diferente al mundo que lo rodea.

Dinámicas y ejercicios recomendables:

- Quemar la carta que escribieron en la 4ta. Sesión de Desorganización.

- Práctica 1, práctica 4, p.138, libro “Tu hijo, tu espejo”.

- Ritual con su hijo del perdón y agradecimiento; asentir a su hijo y apertura a la vida.

- Escribir:•Lo que mi hijo necesita_____________________________________.•Lo que yo necesito________________________________________.•A qué me comprometo_____________________________________.•Cómo quiero vivir la vida de ahora en adelante y qué voy a hacer para

lograrlo__________________________________________________.

8va. Sesión: “EL HIJO OASIS Y EL HIJO MAESTRO”.

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Programa:

A) Reportar cómo se han sentido.

B) Plática sobre: “El hijo oasis y el hijo maestro”.

Proyectamos en nuestros hijos nuestras propias expectativas de la vida, nuestras frustraciones, nuestras etapas de la infancia o adolescen- cia donde dejamos conflictos sin resolver, nuestros “hubiera”, nuestras necesidades insatisfechas y también nuestras áreas de luz. La proyección es el proceso de atribuir a otros lo que le pertenece a uno mismo, y esto es inconsciente. En toda familia conformada por dos o más hijos, siempre hay un hijo al que podemos llamar “oasis” y a un hijo al que llamaremos “maestro”. El oasis es ese hijo o hija que casi se autoforma y se autoeduca, a veces parece que ya nació formado y educado. ¡Es tan fácil ser padre de ese hijo!, es responsable, no da problemas y la relación con él e ella fluye fácilmente.

El hijo “maestro”, en cambio, nos voltea al revés, es el que nos hace madurar, aprender y crecer, el que nos hace leer libros, ir a terapia, cursos y

conferencias para encontrar la forma de lidiar con él, nos hace volver los ojos al cielo en busca de ayuda y con ello nos acerca a nuestra parte espiritual. Nos acerca a un Ser Superior, el cual cada quien nombra o concibe a su manera. Es difícil ser padre de estos hijos “maestros”, a veces pensamos que están mal, que hay algo equivocado en ellos. Viéndolo desde una perspec- tiva espiritual yo creo profundamente que nuestras almas están juntas y se atraen porque es necesario para nuestra evolución. Si estás incrédulo, re- visa lo que ese hijo “maestro” te ha obligado a aprender y buscar; las bús- quedas siempre conducen a algo bueno. Con los hijos difíciles tenemos la mejor oportunidad de aprender, entre muchas otras cosas, el amor incondicional.

No significa que los demás hijos no nos ayuden a aprender y a crecer, ellos lo hacen de diferente manera, por otros caminos, tampoco significa que el hijo “oasis” sea el más sano, exitoso y feliz, y que el hijo “maestro” será el

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enfermo, fracasado y desadaptado; te sorprenderá saber que, con frecuen- cia, el hijo difícil es el más sano en la familia.

Hay muchos factores que debemos tomar en cuenta para emitir un pronóstico respecto a salud, enfermedad o éxito y fracaso en la vida, incluso tendríamos que definir primero a qué le estamos llamando éxito, fracaso, salud y enfermedad.

C) Visualización (parados o sentados).

Se hace ejercicio de respiración y relajación. Se les pide que cierren los ojos. “Visualízate estando en un lugar bello, tranquilo, a gusto. Ahora, imagínate que abres un espacio en la parte superior de tu cabeza (séptimo chakra), justamente donde tenemos la mollera cuando somos bebés. Pide al Universo, a Dios o como tú le llames al Ser Supremo que te permita llenar todo tu ser con Amor, y por ese espacio que has abierto en el centro de tu cabeza empieza a recibir el Amor más perfecto y sublime que existe en abundancia y que está disponible para ti. Puedes imaginarlo como una hermosa luz dorada y rosa que fluye desde las alturas para ti. Respira el amor, llénate de amor y siente e imagina cómo llena cada parte tuya, cada espacio, cada célula, cada átomo, cada partícula de tu cuerpo y de tu campo de energía, y sobre todo tu corazón y el centro de tu pecho, cauterizando y curando las heridas y abriendo los espacios de tu corazón que están cerrados al amor. Ahora imagina que tu hijo viene hacia ti, que en el centro de su pecho de se abre un espacio, una puerta y lo mismo sucede en el centro de tu pecho; a través de esa puerta que has abierto en tu pecho empieza a fluir amor como una hermosa y radiante luz dorada y rosa que sale de tu pecho y llega al pecho de tu hijo; no necesitas hacer nada más, una vez que instalas esta conexión la luz seguirá fluyendo. Sí así lo deseas, puedes decirle algo con tu pensamiento, por ejemplo cuánto lo amas, mientras sigue fluyendo esa luz. Realiza esto durante un ratito, dejando fluir la luz.

Ahora comienza a evocar todos los momentos hermosos que has vivido con tu hijo, en cualquier etapa de su vida; búscalos en tu mente y en el corazón. Abre ese cofre de tesoros y vívelos de nuevo. Repasa también todas las cosas buenas que hay en tu hijo, ve su luz y su belleza, y si cualquier sentimiento o recuerdo oscuro llega, solo déjalo pasar y sustitúyelo por uno luminoso, porque en estos momentos solo estás enfocado en la luz, la alegría, el amor, los buenos recuerdos, los actos hermosos de tu hijo. Estas viendo lo que sí te

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gusta en lugar de lo que no te gusta. Este es un recuento de los puntos de luz para producir sentimientos de luz. Agradécele a tu hijo que haya venido. Cierra un poco, como esté bien para ti, el espacio en el centro de tu cabeza y agradece al Ser Supremo por todo este amor.” Terminar la práctica haciendo algunas respiraciones, movilizando suavemente su cuerpo y abriendo los ojos. D) Síntesis de lo vivido a lo largo de las sesiones y agradecimiento, por el

coordinador.

E) Evaluación del programa por escrito.

F) Entrega de reconocimientos.

G) Convivio.

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