TRANSFORMACIÓN DIGITAL PARA SECTORES PRODUCTIVOS

EFICIENTES

Quito, junio 16 / 2020

Queridas amigas y amigos. Muchas gracias por la presencia de

todos ustedes, a Andrés (Michelena, ministro de Telecomunicaciones), a

Iván (Ontaneda, ministro de Producción), a Miguel (Pallo Bonilla, quien se jubiló a

través del sistema digital).

Muchísimas gracias por ayudarnos a creer que Ecuador puede

pasar a esta nueva etapa de su desarrollo tecnológico,

innovativo, en el cual, sin duda alguna, se va a requerir

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muchísima tenacidad y creatividad. No necesariamente las

grandes ideas surgen en las grandes fábricas, en los grandes

eventos.

Miren el caso de Silicon Valley, que surgió en los garajes. Con

jóvenes enterados de algo que para mí, les soy sincero, a mi

edad ya me es un poquito más difícil de entender y aprender.

Pero, ventajosamente, creo en el futuro, creo en la innovación.

Recuerdo a un compañero que no era muy aprovechado en el

colegio, le dijeron: ¿es importante saber? Y él le contestó al

profesor: “no, es importante saber el teléfono del que sabe”. Y

yo tenía el teléfono de Andrés Michelena, y como sé

perfectamente que desde hace rato él anda metido en la onda

de generar ese Ecuador electrónico, ese Ecuador dinámico…

Ayer un amigo me envió la fotografía de la primera

computadora, que la fabricó IBM. Tenía casi cuatro metros de

alto, y de largo aproximadamente 10 cuadras. ¡Esa fue la primera

computadora!

Ahora, el (teléfono) celular más sencillo tiene diez o veinte veces

más poder. El celular que ustedes tienen es mucho más

sofisticado, digo innovadoramente, conectivamente, es mucho

más poderoso que los computadores que llevaron al ser humano

por primera vez a la luna.

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Y si tú, si todos, incluidas personas, familias, instituciones, países,

el mundo en general, si no se ponen en la súper carretera (de la

tecnología), definitivamente se van a quedar rezagados en la

historia.

Por eso cuando conversamos con Iván, con Andrés, nos dijimos:

es importante poner al Ecuador, a los empresarios ecuatorianos,

a los ciudadanos, a la educación, a la medicina, a la

productividad, en esa súper carretera.

Miguel: tú me hablas de que en quince días se hizo tu jubilación.

Yo, después de ser vicepresidente, decidí jubilarme por el tema

de mi discapacidad. ¿Y sabes cuánto me demoré? Tres meses,

siendo exvicepresidente.

El camino que transitamos es bastante más imaginativo,

bastante más vertiginoso que el que la mentalidad más

aventurada podría generar.

Estoy con el futuro. El que creó el presidente de la IBM, que

fabricó las primeras tres computadoras. ¿Saben lo que él pensó?

Que no se iban a vender más de cuatro.

Pues sucede que en el mundo ahora hay más celulares que

personas en edad de poseerlo. (Eso sirve) Para que veamos lo

que se viene en el futuro y nos pongamos en ese camino, porque

en caso contrario la súper carretera del futuro nos va a agarrar

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en silla de ruedas. Y no estoy desmereciendo la calidad de las

sillas de ruedas. ¡No, no! Lo digo para entender el transitar.

El futurólogo Alvin Toffler, en su libro “La tercera ola” (entre los

muchos que tiene con respecto al futuro), dice una frase que

quiero que se les quede grabada a ustedes: El analfabeta del

futuro no será el que no sepa leer ni escribir; será el que no sepa

desaprender lo aprendido… y volverlo a aprender.

Miren lo que hizo la gente en Silicon Valley. ¿Dónde se formaron

las grandes ideas, grandes fortunas y las ideas más innovativas

de la modernidad? Se crearon en los garajes. ¿Y saben dónde

más? En el bar, en la discoteca, ahí se crearon. En más de una

ocasión, lejos de lo que uno piensa, es en los momentos de

reposo, en los momentos de esparcimiento, cuando surgen las

ideas más creativas.

Por eso te aconsejo -no ahora, porque estamos prohibidos de

salir- pero el momento en que puedas, sal y acumula mucho

conocimiento y experiencia para esto. Es importante, queridos

amigos, que adquiramos conocimiento. Para eso necesitamos los

sentidos que nos permiten captar la vida. Captar texturas, olores,

sabores, colores, que nos permiten ponernos en contacto con la

realidad.

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Y además, nuestros maravillosos ojos, nuestros maravillosos

oídos, nos permiten captar el conocimiento que ha adquirido la

humanidad hasta este momento. Todos somos dueños de eso,

ventajosamente.

Quién se hubiera imaginado, cuando iniciaron en el CERN (Centro

Europeo para la Investigación Nuclear) los estudios para lograr una red

global, que un grupo de jóvenes entusiastas, científicos, hubieran

generado lo que es la máxima innovación del mundo moderno,

que es la red.

¿Y saben por qué se generó? Por la generosidad de espíritu. ¡Por

eso no abandonar jamás la generosidad de espíritu! No existe

nada más negativo que guardarse las cosas. ¡No! ¡Compártanlas,

compártanlas!

Alguna vez le oí decir a un hombre sabio: mientras más te lo

explico, mejor lo entiendo yo mismo.

Miren lo que hace Gastón Acurio (chef, escritor, hombre de negocios y

promotor de la gastronomía peruana), que asistió a un curso cuando yo fui

director ejecutivo de la Federación de Cámaras de Turismo. Él

fue uno de los pocos que captó la idea.

Cuando John Smith, un cubano de color que era presidente de

los gastrónomos de América, vio que en Esmeraldas un negrito (y

no me molesta decir negrito) se acercó a él para servirle un

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cebiche ecuatoriano, el más sabroso del mundo (hecho con los

camarones más sabrosos del mundo, con unos chifles hechos con el mejor banano del

mundo, y si era de pescado, hecho con el mejor y más sabroso atún del mundo. Y

después comerse un chocolate con el cacao mejor del mundo, en el país donde se

originó el cultivo del cacao. Y a lo mejor, en un florero, con las rosas más bellas del

mundo)… el negrito servía el mejor cebiche del mundo con una

camiseta que decía “I love New York”.

Entonces John Smith le dijo al dueño del local: ¿no le parece que

mejor sería que se vista a la usanza ecuatoriana? ¿No le parece

que sería mejor vestir de mantel largo la cocina nacional?

¿Qué significa vestir de mantel largo?: ¡hacerlo cada vez mejor!

Los seres humanos estamos diseñados para cambiar, anatómica,

fisiológica, neurológicamente, cerebralmente, espiritualmente.

Nuestro cuerpo cambia todos los días. Nuestro cuerpo crea

nuevas células y se desprende de otras, todos los días. A tal

punto que los científicos dicen que cambiamos de hígado tres

veces al año. No sé si será la cifra exacta, pero nos da la idea de

que estamos diseñados para cambiar.

No será que, a lo mejor, el que está arriba diseñó así la

estructura corporal para decirte que estás diseñado para

cambiar. Y si ves que algo está saliendo mal, hazlo mejor… Y cada

día un poquito mejor, un poquito mejor, como cuando hacemos

abdominales. Las primeras cinco cuestan muchísimo trabajo y

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dolor, pero conforme lo vas repitiendo todos los días, llega un

momento en que llegas a 200 y no lo sientes, porque así es la

capacidad de cambio que tenemos los seres humanos. Nadie se

imagina.

Cuando yo saltaba con garrocha en el colegio, nunca me hubiera

imaginado que alguien podía pasar siete metros de altura con

una garrocha. Era imposible desde mi punto de vista, pues debía

llevar una garrocha de más de siete metros, imposible de cargar

y de mantenerla.

Y seguramente, Valery Brúmel, que pasó por primera vez los dos

metros en salto alto, nunca se hubiera imaginado que iban a

pasar 2,30 ó 2,40, que saltan ahora.

Estamos diseñados para hacerlo mejor, cada vez mejor. Todos los

días una idea nueva. Y tu idea y tu idea (se dirige al público), cada vez

mucho mejor, siempre un poquito mejor, hasta que se vuelva una

costumbre. Los humanos somos seres de costumbres, porque

nacemos con reflejos incondicionados que los transformamos en

condicionados, y esos reflejos condicionados en hábitos y

costumbres.

O sea que, a ser mejor también se puede aprender. A ser más

solidario, también se puede aprender.

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Si después de esta noche terrible, letal, del coronavirus, no nos

ha servido ese dolor para aprender algo, no ha valido la pena

todo el esfuerzo realizado para aprender a ser seres más

solidarios, que cumplan las disposiciones disciplinarias. Miren lo

terrible que resultó en una querida ciudad del país, que no se

cumpla una tarea disciplinaria y se la relaje.

Aprendamos más, seamos más solidarios, cumplamos la ley,

cumplamos las normas, tengamos los hábitos suficientes de

aseo, de prevención.

Aprendamos a amar la ciencia, la tecnología, el arte. Que nos

asombremos ante la ciencia y la tecnología de última generación,

y que nos inspiremos en el arte.

Y si no aprendemos a ser mejores seres humanos con respecto a

la naturaleza que nos rodea, no equivoquemos el concepto de

evolución. El concepto de evolución, que lo hemos vuelto

egoísta, depredador, consumista, lo transformemos en un

concepto responsable, solidario y de respeto a la naturaleza.

Creo que nada más.

Gracias.

LENÍN MORENO GARCÉS

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Presidente Constitucional de la República del Ecuador

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