voto jesuita
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Mundo noticias, El Mensaje del Tercer Ángel, Nº 4Copiapó, jueves 15de agosto del 2013
EL VOTO DE OBEDIENCIA DE LOS JESUITAS ¿Cuáles son estos votos de obediencia y qué significan?
os Jesuitas son una de las órdenes del vaticano más conflictivas que se ha
levantado a través de todos los tiempos y que por sus hechos en la historia de
la iglesia medieval y propósitos de su origen o creación por parte de Ignacio de
Loyola en 1540 bien puede ser calificada de terrible, déspota y tirana de entre todas
las ordenes que se hayan levantado a lo largo de la
historia del papado. Esta orden no reconoce
ninguna otra voz de obediencia que la de su orden,
superiores y por sobre, la de su máximo líder, el
papa.
Ser Jesuita es ser miembro de una orden que para
iniciarse en ella se deben de realizar a lo menos tres
votos de obediencia, sin embargo, existe un cuarto
voto muy especial y que es el voto de obediencia
irrestricta al papa. Estos votos de consagración lo
exigen todo, familia, vida personal, vienes, voluntad
propia.
Con referencia a los orígenes, principios y fines de la
"Sociedad de Jesús," cual lo declaran sus mismos
miembros, véase la obra titulada Historia de la
compañía de Jesús, por Cretinean-Goli, vertida del
francés y publicada en Barcelona, en 1853, con
aprobación del ordinario. En ella dice que "el que se
ofrece espontáneamente a entrar en el noviciado
debe al momento renunciar su voluntad propia, su
familia y todo cuanto el hombre aprecia sobre la
tierra," y que las constituciones de la compañía hacen
"de la obediencia más absoluta una palanca cuya
acción incesante y universal ha debido preocupar a
todos los políticos."-Tomo 1, cap. 2, págs. 25, 28.
L
Daniel y Apocalipsis Estudios e investigaciones escatológicas sobre el tiempo del fin
Por Fernando Antonio Silva Quintana. Profesor de Religión y estudios en Teología
www.mensajetercerangel.com
Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ellas escritas; porque el tiempo
está cerca. Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca. (Apoc. 1: 3; 22: 10)
ElMensaje del TercerÁngel
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Todo sacerdote Jesuita antes
de ser ordenado sacerdote
realiza una ceremonia de
iniciación y un juramento
Jesuita. Esta ceremonia de
iniciación se lleva a cabo, por
lo general, a cuarenta metros
bajo tierra debajo del altar
mayor en la basílica de San
Pedro, en la cual, se lleva a
cabo una misa satánica o
misa negra, la misa negra es
una misa al revés, esto es,
dicha en latín, cuya víctima
principal no es un poco de
pan y vino como en todas las
misas eucarísticas católicas,
sino más bien, la verdadera
víctima de las misas negras
católicas es un bebe, el cual
es sacrificado, mutilado en
pequeños pedazos e ingerido
por todos aspirantes que
participan en dicha
ceremonia, y es en esta
iniciación donde se firman el
juramento y voto jesuita.
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El mismo Ignacio de Loyola dice: "Que cada cual se convenza de que cuantos viven
bajo el voto de obediencia deben dejarse llevar y dirigir por la divina Providencia y sus
instrumentos, los superiores, tal cual si fueran cadáveres que se dejan llevar a
cualquier parte y tratar de cualquier modo, o como el bastón que un anciano tiene en
la mano y maneja como le da la gana."
"Esta sumisión absoluta es ennoblecida por lo que la motiva y -prosigue el fundador-
debería ser pronta, alegre y constante;... el religioso obediente cumple gozoso con lo
que le han encargado sus superiores para el bien común, seguro de que así
corresponde verdaderamente a la voluntad divina." -Regulae Societatis Jesu,
Summarium, párrs. 33-36 (ed. de Roma, 1607, págs. 12, 13). (CS. Apéndice. Pág.)
Los votos de obediencia de la orden
Éstos votos de obediencia que realizan los Jesuita y por sobre todo, el de la
obediencia irrestricta al papado, es un voto completamente satánico, de
consagración al demonio y sus ángeles y no de consagración a Dios. Sin embargo,
este voto de obediencia al papado que hacen los Jesuitas, se enmarca en el contexto
de la misa de iniciación a este diabólico servicio en lo que se conoce como misas
negras.
Todo sacerdote Jesuita antes de ser ordenado sacerdote realiza una ceremonia de
iniciación y un juramento Jesuita. Esta ceremonia de iniciación se lleva a cabo, por
lo general, a cuarenta metros bajo tierra debajo del altar mayor en la basílica de San
Pedro, en la cual, se lleva a cabo una misa satánica o misa negra, la misa negra es
una misa al revés, esto es, dicha en latín, cuya víctima principal no es un poco de
pan y vino como en todas las misas eucarísticas católicas, sino más bien, la
verdadera víctima de las misas negras católicas es un bebe, el cual es sacrificado,
mutilado en pequeños pedazos e ingerido por todos aspirantes que participan en
dicha ceremonia, y es en esta iniciación donde se firman el juramento y voto jesuita.
Los tres principales votos de la orden se relaciona con pobreza, castidad y el voto de
obediencia. La naturaleza de estos tres votos revela el espíritu de la orden,
consagrada de manera irrestricta a los propósitos por los cuales fue creada, el papa.
Por los votos nos consagramos más íntimamente al servicio de Dios en la Compañía de
Jesús. Se trata de un compromiso para toda la vida, para poder estar totalmente
unidos con Cristo y participar de su propia libertad de estar al servicio de cuantos nos
necesitan.
VOTO de POBREZA: tratamos de vivir la pobreza por amor a Jesús y a la humanidad
como una gracia que es fuente de gozo. La pobreza se expresa en la austeridad y
sencillez de vida, en el abandono confiado a Dios, en la gratuidad del servicio, en el
uso discernido de los medios necesarios para el apostolado, en el servicio a los
pobres.
VOTO de CASTIDAD: tratamos de vivir la castidad por el Reino de Dios como una
forma de vida centrada en la experiencia personal de Cristo, que llena profundamente
a quien la profesa y libera para el servicio apostólico con un amor acogedor abierto a
todas las personas.
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VOTO de OBEDIENCIA: todos los jesuitas han de tener una plena disponibilidad, en
espíritu de fe, para responder a la llamada de Cristo conocida a través del Papa, a
quien el Espíritu ha colocado al frente de la Iglesia, y para seguir la dirección de
nuestros Superiores, especialmente de nuestro P. General. Este voto de obediencia
expresa de modo especial la comunión eclesial y la disponibilidad plena de la
Compañía para acudir a lugares y situaciones de mayor necesidad, que a menudo
resultan ser de mayor riesgo.
FÓRMULA DE LOS VOTOS:
"Dios todopoderoso y eterno: Yo, -nombre del novicio-, aunque indigno de presentarme
ante ti, confiado en tu amor infinito e impulsado por el deseo de servirte, en presencia
de María la Virgen y de nuestros hermanos los Santos, te prometo con voto, pobreza,
castidad y obediencia perpetuas en la Compañía de Jesús. Y prometo entrar en la
misma Compañía para vivir en ella perpetuamente, entendiendo todo esto según las
Constituciones de la Compañía. Te pido con humildad, por la sangre de Jesucristo,
que te dignes acoger con agrado este sacrificio; y como me has ayudado a desearlo y
ofrecértelo, ayúdame a cumplirlo con la abundancia de tu gracia. -nombre de la
ciudad-, en la capilla..., el
día...".http://www.jesuitas.es/index.php?option=com_content&view=article&id=163&
Itemid=106
Como parte deestos votos de obediencia también se puede leer de manera detallada
parte de estos juramentos en sus secretos recintos.
Yo prometo y declaro, que no tengo opinión ni voluntad propia, ni ninguna reserva
mental ni vivo ni muerto, sino que sin titubear obedeceré cada mandamiento orden
que reciba de mis superiores en la Milicia del Papa…Más aún prometo y declaro que
cuando se me presente la oportunidad haré Guerra secreta o abiertamente contra las
herejías, los protestantes y los liberales según sea dirigido para extirparlos y
exterminarlos de la faz de la tierra y que no me importará la edad, el sexo o la
condición y que ahorcaré, quemaré, votaré, herviré, estrangularé y quemaré vivos a
todos los infames herejes, desgarraré las entrañas de las mujeres y moleré las
cabezas de los niños contra las paredes para eliminar para siempre a esa
desgraciada raza. Y cuando no pueda hacerlo abiertamente, utilizaré la copa con el
veneno, la cuerda estranguladora, la bala sin consideración alguna del honor, del
rango o de la autoridad que posea la persona o personas cuales quiera que sea su
condición en la vida, ya sea pública o privada, tal y como sea dirigido por algún
agente del Papa o por algún superior de la Hermandad de la Santa Fe, La Sociedad
de Jesús. —(Edwin A. Sherman, The Engineer Corps of Hell; or Rome’s Sappers and
Miners, Private Suscription, 1833, pp. 118-124.)(Los terroristas secretos. Cap. 1 El
blanco América.)
Resulta increíble que personas que se dicen ser de la compañía de Jesús puedan
realizar votos y juramentos como estos, estas declaraciones déspotas, tiranas,
crueles, son propias del verdadero espíritu que inspira y gobierna al papado a través
de todos los tiempos. El solo hecho de pensar en un voto como este revela, por otra
parte, que esta orden bien puede llamarse la compañía de Lucifer y los demonios y
no el nombre blasfemo que han adoptado a lo largo sus años de existencia, la
compañía de Jesús.
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El cuarto voto de los jesuitas
Sin embargo, existe un cuarto voto de obediencia dentro de esta orden y es uno de
los votos que revela el verdadero propósito y origen por el cual esta orden fue creada,
el voto de obediencia irrestricta al papado.
El español San Ignacio de Loyola La Compañía de Jesús en 1548. Quería formar un
grupo de hombres al servicio del Papa, para que pudiera enviarlos donde considerara
necesario.
Como todos los religiosos hacen voto de pobreza, castidad y obediencia a sus
superiores. Pero los jesuitas añaden un cuarto voto muy especial: el de servir al
Papa sea el que sea.http://www.reportecatolicolaico.com/2013/03/el-cuarto-voto-de-
los-jesuitas/
"Todo cardenal, arzobispo y obispo de la iglesia católica, presta un juramento de
obediencia al papa, en el cual se encuentran las siguientes palabras: "Me opondré a
los herejes, cismáticos y rebeldes contra nuestro señor (el papa), o sus sucesores y los
perseguiré con todo mi poder."- Josías Strong, Our Country, cap. 5, párrs. 2-4. (CS.
Cap. 36 La Libertad de Conciencia amenazada. Pág. 621)
Este voto de obediencia irrestricta al papa, pone de manifiesto el propósito de esta
orden que no es más que la de llevar al mundo entero al sometimiento de la tiranía
de Roma bajo un NOM.
¿Qué nos espera en la contienda por venir? ¿Estamos dimensionando la crisis que
nos espera como iglesia del tiempo del fin? ¿En qué parte de la línea profética
estamos viviendo? ¿Qué es lo que realmente está ocurriendo en el mundo?
Obediencia irrestricta al papa revela el espíritu de esta orden abominable. La
profecía apocalíptica nos advierte que finalmente todo el mundo adora a la bestia y
su a su imagen, es decir el mundo entero es llevado y engañado por un falso culto
de adoración a este supuesto vicario de Cristo. Por otro lado, la tiranía y crueldad
retomarán su camino, Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para
que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase. Vi a la mujer
ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús; y cuando
la vi, quedé asombrado con gran asombro. (Apoc. 13: 15; 17: 6)
En una entrevista que diera el papa Francisco I después de su gira por Brasil,
declaró ante los periodistas que lo acompañaban a bordo del avión de regreso al
Vaticano: «Me siento como jesuita y pienso como jesuita»
(http://vaticaninsider.lastampa.it/es/vaticano/dettagliospain/articolo/francesco-
francis-francisco-26889/)
Me siento como jesuita y pienso como jesuita, pero ¿Cómo piensa un jesuita? La
profecía nos revela que el papado jamás cambiará y como parte de su estrategia
utiliza todo tipo de disfraces y le pone actualmente al mundo una cara apacible pero
nadie se engañe.
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Al darse a conocer como miembros de la orden, se presentaban con cierto aire de
santidad, visitando las cárceles, atendiendo a los enfermos y a los pobres, haciendo
profesión de haber renunciado al mundo, y llevando el sagrado nombre de Jesús, de
Aquel que anduvo haciendo bienes. Pero bajo esta fingida mansedumbre, ocultaban a
menudo propósitos criminales y mortíferos. Era un principio fundamental de la orden,
que el fin justifica los medios. Según dicho principio, la mentira, el robo, el perjurio y el
asesinato, no sólo eran perdonables, sino dignos de ser recomendados. Siempre que
vieran los intereses de la iglesia. Con muy diversos disfraces se introducían los
Jesuítas en los puestos del estado, elevándose hasta la categoría de consejeros de los
reyes, y dirigiendo la política de las naciones. Se hacían criados para convertirse en
espías de sus señores. Establecían colegios para los hijos de príncipes y nobles, y
escuelas para los del pueblo; y los hijos de padres protestantes eran inducidos a
observar los ritos romanistas. Toda la pompa exterior desplegada en el culto de la
iglesia de Roma se aplicaba a confundir la mente y ofuscar y embaucar la
imaginación, para que los hijos traicionaran aquella libertad por la cual sus padres
habían trabajado y derramado su sangre. Los Jesuítas se esparcieron rápidamente
por toda Europa y doquiera iban lograban reavivar el papismo. (CS. Cap. 12 La
Reforma en Francia. Pág. 249, 250)
¿Sentirse Jesuita y pensar como un Jesuita? ¿Significa esto que el papado ha
cambiado a través del tiempo? Es más ¿significa que esta orden ha modificado sus
sentimientos y propósitos? Veamos qué dice la historia pasada sobre como actuó el
papado a través de su orden déspota y favorita orden.
El terrible tribunal de la inquisición les concede más poder a los Jesuitas
En el pasado, el tribunal de la inquisición, la invención más diabólica del papado a
través de todos los tiempos, para someter y torturar a toda alma que no le obedeciera
o aceptara sus dogmas, llevó a millones a perecer de manera cruel y violenta, la
inquisición les dio más poder a dicha orden con tal de levantar y recuperar el poder
del papado que hasta ese momento iba en decadencia.
Para otorgarles más poder, se expidió una bula que restablecía la Inquisición. (Véase
el Apéndice.) No obstante el odio general que inspiraba, aun en los países católicos, el
terrible tribunal fue restablecido por los gobernantes obedientes al papa; y muchas
atrocidades demasiado terribles para cometerse a la luz del día, volvieron a
perpetrarse en los secretos y obscuros calabozos. En muchos países, miles y miles de
representantes de la flor y nata de la nación, de los más puros y nobles, de los más
inteligentes y cultos, de los pastores más piadosos y abnegados, de los ciudadanos
más patriotas e industriosos, de los más brillantes literatos, de los artistas de más
talento y de los artesanos más expertos, fueron asesinados o se vieron obligados a
huir a otras tierras.(CS. Cap. 12 La Reforma en Francia. Pág. 250)
Estos eran los medios de que se valía Roma para apagar la luz de la Reforma, para
privar de la Biblia a los hombres, y restaurar la ignorancia y la superstición de la
Edad Media. Empero, debido a la bendición de Dios y al esfuerzo de aquellos nobles
hombres que él había suscitado para suceder a Lutero, el protestantismo no fue
vencido. Esto no se debió al favor ni a las armas de los príncipes. Los países más
pequeños, las naciones más humildes e insignificantes, fueron sus baluartes. La
pequeña Ginebra, a la que rodeaban poderosos enemigos que tramaban su
destrucción; Holanda en sus bancos de arena del Mar del Norte, que luchaba contra la
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tiranía de España, el más grande y el más opulento de los reinos de aquel tiempo; la
glacial y estéril Suecia, ésas fueron las que ganaron victorias para la Reforma. (CS.
Cap. 12 La Reforma en Francia. Pág. 250, 251)
La iglesia católica le pone actualmente al mundo una cara apacible, y presenta
disculpas por sus horribles crueldades. Se ha puesto vestiduras como las de Cristo;
pero en realidad no ha cambiado. Todos los principios formulados por el papismo en
edades pasadas subsisten en nuestros días. Las doctrinas inventadas en los siglos
más tenebrosos siguen profesándose aún. Nadie se engañe. El papado que los
protestantes están ahora tan dispuestos a honrar, es el mismo que gobernaba al
mundo en tiempos de la Reforma, cuando se levantaron hombres de Dios con peligro
de sus vidas para denunciar la iniquidad de él. El romanismo sostiene las mismas
orgullosas pretensiones con que supo dominar sobre reyes y príncipes y arrogarse las
prerrogativas de Dios. Su espíritu no es hoy menos cruel ni despótico que cuando
destruía la libertad humana y mataba a los santos del Altísimo. (CS. Cap. 36 La
libertad de Conciencia amenazada. Pág. 625, 626)
Si el lector quiere saber cuáles son los medios que se emplearán en la contienda por
venir, no tiene más que leer la descripción de los que Roma empleó con el mismo fin en
siglos pasados. Si desea saber cómo los papistas unidos a los protestantes
procederán con los que rechacen sus dogmas, considere el espíritu que Roma
manifestó contra el sábado y sus defensores.(CS. Cap. 36 La libertad de Conciencia
amenazada. Pág. 630)
La iglesia católica romana, al unir las formas del paganismo con las del cristianismo,
y al presentar el carácter de Dios bajo falsos colores, como lo presentaba el
paganismo, recurrió a prácticas no menos crueles, horrorosas y repugnantes. En
tiempo de la supremacía romana, había instrumentos de tortura para obligar a los
hombres a aceptar sus doctrinas. Existía la hoguera para los que no querían hacer
concesiones a sus exigencias. Hubo horribles matanzas de tal magnitud que nunca
será conocida hasta que sea manifestada en el día del juicio. Dignatarios de la iglesia,
dirigidos por su maestro Satanás, se afanaban por idear nuevos refinamientos de
tortura que hicieran padecer lo indecible sin poner término a la vida de la víctima. En
muchos casos el proceso infernal se repetía hasta los límites extremos de la
resistencia humana, de manera que la naturaleza quedaba rendida y la víctima
suspiraba por la muerte como por dulce alivio. (CS. Cap. 36 La libertad de Conciencia
amenazada. Pág. 625, 626)
Como podemos ver, los Jesuitas son una orden de origen satánica cuyos juramentos
y votos se enmarcan en las misas negras diabólicas donde se sacrifican niños sobre
el altar a Lucifer. Estos votos de obediencia revelan el sentir de la orden, sentirse
Jesuita y pensar como jesuita es realmente el sentir del tiranismo y la crueldad más
satánica que pudiera existir sobre la tierra con el propósito de llevar al mundo a la
adoración del papado bajo un Nuevo orden Mundial (NOM)
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Fernando Antonio Silva Quintana.
Profesor de Religión y estudios en Teología
MTA/AgostoMMXIII
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