volver a soñar la ciencia

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Volver a soñar, para rescatar la ciencia Podemos elaborar verdades, pero estas no serán absolutas Carlos Gershenson Hasta en el hombre nuevo, quedan vestigios del hombre viejo Gastón Bachelard Introducción En el presente ensayo vamos realizar un breve recorrido teórico que nos permita lograr un acercamiento al pensamiento de Gastón Bachelard, por medio de “La poética del espacio”, “Psicoanálisis del Fuego” y “La Formación del Espíritu Científico”, para destacar a la ensoñación, como el medio que tenemos los humanos, para seguir construyendo el conocimiento que nos permite transformar nuestra realidad. Para ello primero haremos un contraste entre los alcances que tiene en la humanidad actuar bajo el sentido común y el pensamiento lógico. Primero mostraremos como es que pensar guiado sólo por el sentido común nos impone limitantes para acercarnos al conocimiento, sobre todo a nuevas ideas que nos posibiliten alcanzar la creatividad necesaria para resolver problemas de la vida cotidiana. Después mostraremos como la lógica, ensalzada en las Escuelas como la vía que garantiza a quien la emplea matematizar su pensamiento para darle orden y coherencia, llega a ser insuficiente para enfrentar encrucijadas en la vida, que llegan a convertirse en auténticas paradojas. Posteriormente nos detendremos a mostrar como el pensamiento lógico no basta para enfrentar ciertas paradojas que impone la vida, y que ninguno de los anteriores pensamientos podría salvarnos de morir en el intento de transformar la realidad. De ahí que apostemos por retomar lo que el filósofo francés nos pide, nos grita como un reclamo: “nunca como en nuestra época, el espíritu

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En el presente ensayo vamos realizar un breve recorrido teórico que nos permita lograr un acercamiento al pensamiento de Gaston Bachelard, por medio de “La poética del espacio”, “Psicoanálisis del Fuego” y “La Formación del Espíritu Científico”

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Volver a soar, para rescatar la cienciaPodemos elaborar verdades, pero estas no sern absolutasCarlos GershensonHasta en el hombre nuevo, quedan vestigios del hombre viejoGastn BachelardIntroduccinEn el presente ensayo vamos realizar un breve recorrido terico que nos permita lograr un acercamiento al pensamiento de Gastn Bachelard, por medio de La potica del espacio, Psicoanlisis del Fuego y La Formacin del Espritu Cientfico, para destacar a la ensoacin, como el medio que tenemos los humanos, para seguir construyendo el conocimiento que nos permite transformar nuestra realidad. Para ello primero haremos un contraste entre los alcances que tiene en la humanidad actuar bajo el sentido comn y el pensamiento lgico. Primero mostraremos como es que pensar guiado slo por el sentido comn nos impone limitantes para acercarnos al conocimiento, sobre todo a nuevas ideas que nos posibiliten alcanzar la creatividad necesaria para resolver problemas de la vida cotidiana. Despus mostraremos como la lgica, ensalzada en las Escuelas como la va que garantiza a quien la emplea matematizar su pensamiento para darle orden y coherencia, llega a ser insuficiente para enfrentar encrucijadas en la vida, que llegan a convertirse en autnticas paradojas. Posteriormente nos detendremos a mostrar como el pensamiento lgico no basta para enfrentar ciertas paradojas que impone la vida, y que ninguno de los anteriores pensamientos podra salvarnos de morir en el intento de transformar la realidad. De ah que apostemos por retomar lo que el filsofo francs nos pide, nos grita como un reclamo: nunca como en nuestra poca, el espritu cientfico necesita ser defendido (Bachelard G. , La Formacin del Espritu Cientfico, 2000). Hay que ser enfticos y claros, se trata de defender el espritu cientfico, el que nos gua a descubrir, a innovar, a adaptar, a evolucionar, a regresar al pasado para rescatar lo mejor que ha tenido la cultura. Defender el espritu cientfico, no se trata como ya lo he mencionado en anteriores trabajos- de darle un carcter dogmtico a la ciencia, antes al contrario se busca despojarle de ese ropaje de inmutabilidad e incuestionabilidad, con el que ha sido revestido por cientficos temerosos de que otros piensen, aferrados a la pesadilla de que sus paradigmas nunca sean superados. DesarrolloLa mayora de las veces en el da a das las personas se guan por el sentido comn, para explicarse la realidad en la que estn inmersos. Por sentido comn saben con total y absoluta certeza, sin temor a equivocarse, que despus de la noche viene el da. Que tras una tormenta siempre saldr el Sol. Que la Escuela es el nico medio para aprender. Que la democracia es la mejor forma de organizacin poltica. O simplemente que si trabajan arduamente deben obtener en consecuencia, mejores salarios que a su vez redunde en mejor posicin econmica y social. Ese es el sentido comn. Al que incluso se le tiene sobrevalorado, con frase como el sentido comn, es el menos comn de los sentidos. Con este dicho popular se intenta asegurar, que si las personas se guiaran con mayor frecuencia por l, habran de tomar mejores decisiones no slo en el mbito personal, sino en beneficio de la colectividad (de lo comn). El sentido comn, definido por Christian Guimelli como el conjunto de creencias, de conocimientos y opiniones producidas y compartidas por los individuos de un mismo grupo, en relacin a un objeto social en particular (Guimelli, 2004), parte siempre de la necesidad de mantener construcciones sociales, que no impliquen necesariamente una verdad, sino que busca explicar y dominar el conocimiento que hay en el entorno, por lo tanto una vez que se ha logrado transmitir y consensuar[footnoteRef:1], se toma como vlido. [1: No confundir con el proceso que lleva la validacin de un paradigma cientfico]

Cmo podemos darnos cuenta entonces de que el sentido comn, no es suficiente, que no slo no alcanza, sino que hasta podra llegar a estorbar el avance en el pensamiento y por lo tanto es imperativo bajarlo de su pedestal Imaginemos un aula de Secundaria, la asignatura que se imparte es Ciencias con Enfoque en Fsica, el catedrtico sostiene en su mano derecha una moneda que tal vez duplica el tamao del botn de una camisa y en la izquierda un borrador, y pregunta a los adolescentes: si coloco ambos objetos a la altura de mis ojos y los dejo caer al mismo tiempo, cul de los dos llegara primero al piso. Podemos esperar al unsono la respuesta: el borrador. El catedrtico preguntar por qu? Y seguramente se encontrar con respuestas como la moneda es ms ligera, el borrador tiene ms peso, son de diferente material, una es ms grande y otro es ms pequeo. Sin duda alguna todos son argumentos correctos, desde la perspectiva del sentido comn. La sociedad, como sea que se haya formado, se ha expresado, y determin que aquello que contenga ms peso, caer ms pronto al vaco. Este pensamiento presuntamente cientfico es llevado a la cotidianidad, cuando se trata de explicar que las personas que logran acumular ms bienes o riquezas, sufrirn, ms si lo llegan a perder, en contraposicin a las personas que viajen ligeras por la vida. Con este ejemplo el profesor, lo que trata de explicar es la idea de Galileo sobre la cada libre[footnoteRef:2] y cmo sta no tiene relacin directa con materiales, o masa de los cuerpos. Habr quin acepte este nuevo saber, slo porque proviene del profesor, una autoridad, que seguramente sabr ms que el alumno (as se ha encargado de repetirlo la Escuela, como institucin, sobre la cual basa su modelo de enseanza). Seguramente habr otros tantos que duden de la veracidad de este dicho, y repitan el experimento una y otra vez. Porque el sentido comn, nos indica que lo ms pesado, debe caer ms rpido. Y por eso seguirn dudando. Podrn asegurar que cae ligeramente antes el borrador que la moneda. Qu pasa aqu?, que al sentido comn le sali un defensor, con mayor peso: la lgica. No ser lgico que el objeto con mayor masa no caiga al piso antes que el objeto que tiene una masa menor. La lgica le podra llevar incluso a esgrimir, si es que fuera el caso, la mxima cartesiana que la mente nos engaa, los sentidos nos engaan. Debe existir una lgica, si el sentido comn no nos permite enfrentar con xito los problemas del da a da, debe salvarnos la lgica. La lgica en tanto lgica-matemtica. Que empleada as, podra llevarnos a una falacia de razonamiento, por una falsa analoga: si coloco un objeto con mayor masa en una bscula, impulsar con ms fuerza los resortes hacia abajo, que si coloco uno con menos masa, luego entonces caer ms rpido el objeto con mayor masa que el de menor masa. [2: Para Galileo la aceleracin de los cuerpos no dependa de la masa del mismo, y esta idea constituaun cambio de paradigma en el mundo de la fsica, por oponerse a la idea de Aristteles (Mara Ins Aguila, Mariana Ceraolo, Mnica Pose)]

Para abordar el asunto del pensamiento lgico pensemos ahora en la Paradoja de Russel, formulada en 1901, y que a lo largo del tiempo ha sido readaptada para situaciones que enfrentan las mismas condiciones de contradiccin. Como sea que se quiera presentar, es decir con los actores que se lleven a escena, bsicamente plantea lo siguiente: En un reino rabe, haba pocas personas que su oficio fuera ser barbero. Para solucionar el problema, el rey dictamin que los barberos solo podan afeitar a las personas que no podan afeitarse por s mismas. Uno de esos barberos, era el nico en su comarca y le entr la siguiente duda: Como barbero no puedo afeitar al barbero de mi comarca, que soy yo, porque entonces podra afeitarme a m mismo. Pero entonces, algn barbero debe de afeitarme, pero como soy el nico que hay, entonces no me puedo afeitar. Esta paradoja que no se resuelve con lgica, impact en el sistema matemtico y filosfico propuesto por Gottlob Frege, que supondra dar por terminada la teora de conjuntos. Pero cmo se resolvi esta Paradoja de Russel? Los lgicos zanjaron la cuestin estipulando que un conjunto que se contenga a s mismo no es un conjunto (Filosofa hoy). En realidad no acaba por ser resuelto, pero s aceptado como que no tendra una respuesta desde la teora de los conjuntos, y por lo tanto no debe ser objeto de discusin. Es decir, si no lo podemos resolver no existe.Qu hacemos cuando la lgica encuentra topes? Una topologa. Esa podra ser la alternativa. Puesto que la topologa se interesa por las propiedades fundamentales de las estructuras y de los espaciosLos toplogos estn particularmente interesados en las variedades[footnoteRef:3], nombre que sugiere multiplicidad de formasel objetivo de los toplogos es identificar todas las variedades posibles, incluyendo la forma del universo (Moreno). La topologa nos lleva a rebasar los lmites geomtricos, porque desde un punto de vista topolgico, los objetos son todava ms flexibles, como de plastilina o goma elstica y as, podemos pasar, por ejemplo, de una esfera a un cubo, y viceversa. (Blancas, 2011). Nuestro pensamiento en consecuencia podra ser ms flexible, menos rgido, con un espritu ms pegado a la duda que a la fe, sin que la fe sea un referente que deba ser aniquilado. [3: La cursiva es nuestra ]

Cmo es que la topologa (que propone axiomas nuevos desde un lenguaje matemtico, pero tambin recupera otros abandonados por el tiempo) podra ayudarnos a cambiar la estructura de nuestro pensamiento. Con un topoanlisis como el propuesto por Bachelard, quien sugiere emprender un topoanlisis exteriorista (que) precisara tal vez ese comportamiento proyectivo definiendo los ensueos de objetos. (Bachelard G. , 1957). Para poder transformar nuestra realidad, que debe ser el fin ltimo de la ciencia, debemos encontrarnos en ese lugar que no tiene ni dentro ni fuera, que no se queda con la lgica, porque no tiene lgica, que apuesta por los sueos, en donde el alma se est expresando libremente. El topoanlisis de Bachelard, como bien lo definira Fernando Castro, se encarga del estudio de los lugares donde nuestra alma puede ensoar libremente (Castro).Recordando a Carlos Gershenson las ideas cientficas pueden venir de muchos lados. No hay una va que deba ser considerada como nica o vlida. Incluso, pueden provenir de la Ciencia ficcin, ya que explora posibilidades creativas, algunas pueden ser fuente de inspiracin para preguntas cientficas. Como lo establece Paul Ricoeur citado por Manuel Maceira, La ficcin no est desposeda de referencia. Lo mismo que suceda en la potica, la narracin apunta ficticiamente a modos de ser nuevos, aunque lo narrado no haya acontecido o no vaya a realizarse (Toms Calvo Martnez y Remedios vila Crespo, 1991). Entonces aquello que no existe en la realidad, que deviene como sueo o ensoacin, tambin, necesita ser escuchado.ConclusinHoy que vivimos en una sociedad de la informacin, del consumismo, de las competencias, de la desechabilidad, de la globalizacin, necesitamos reconocer que saber y fabricar son necesidades que es posible caracterizar en s mismas, sin ponerlas necesariamente en relacin con la voluntad de poder. Hay en el hombre una verdadera voluntad de intelectualidad. Se subestima la necesidad de comprender cuando se la coloca, como han hecho el pragmatismo y el bergsonismo, bajo la dependencia absoluta del principio de utilidad (Bachelard G. , Psicoanlisis del fuego, 1966 ). Como si pensar ya no fuera til, o como si lo til slo fuera lo prctico, lo que deja ganancia, lo que nos hace evolucionar.Que hoy los alumnos de Secundaria piensen en el fuego, en la cada libre, en por qu el agua sube por el popote, por qu el cielo es azul, sigue siendo til. Estas dudas por las cuales se llega al conocimiento- no deben ser cosa juzgada. No deben tirarse a la calle del sentido comn, para que sea ella la que las responda y se burle la comunidad entera, cuando alguien vuelva a poner en duda las explicaciones aceptadas hasta hoy. Ni mucho menos la lgica debe apresar al pensamiento y convertirlo en un autmata capaz de responder con celeridad y con certeza absoluta. Respuestas que por otro lado, aprendi de memoria. Respuestas que surgen de preguntas que l nunca se hizo.Si la ciencia va a ser cosa humana, no se le debe prohibir su carcter onrico, porque sera tanto como permitir el asesinato de su alma.

BibliografaBachelard, G. (1957). La Potica del Espacio . Mxico: Fondo de Cultura Econmica.Bachelard, G. (1966 ). Psicoanlisis del fuego. Madrid: Alianza Editorial, S. A.Bachelard, G. (2000). La Formacin del Espritu Cientfico. Mxico, D.F.: Siglo XXI Editores.Blancas, J. L. (enero de 2011). Topologa. Recuperado el 15 de abril de 2015, de https://topologia.files.wordpress.com/2011/01/i-jornada-profesores-matematicas-almeria.pdfCastro, F. (s.f.). Recuperado el 12 de abril de 2015, de http://www.kleper.net/wiki/doku.php/filosofia/bachelard_finalFilosofa hoy. (s.f.). Recuperado el 15 de abril de 2015, de Filosofa hoy: http://www.filosofiahoy.es/La_paradoja_de_Russell.htmGuimelli, C. (2004). El pensamiento social. Mxico, D.F.: Universidad Nacional Autnoma de Mxico.Mara Ins Aguila, Mariana Ceraolo, Mnica Pose. (s.f.). Ciencia Creativa. Recuperado el 12 de abril de 2015, de Aristteles vs. Galileo: http://www.cienciaredcreativa.org/informes/caida%202.pdfMoreno, D. G. (s.f.). Historia de la Topologa. Recuperado el 15 de abril de 2015, de UAM: https://www.uam.es/personal_pdi/ciencias/ezuazua/informweb/trabajosdehistoria/HISTORIADELATOPOLOGIA.pdfToms Calvo Martnez y Remedios vila Crespo. (1991). Paul Ricoeur: Los caminos de la interpretacin . Barcelona : Anhtropos .