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Queridas familias: El 26 de febrero pasado, miércoles de ceniza, se nos abrió un tiempo de prepara- ción y de conversión: la Cuaresma. Hemos escuchado ya muchas veces,a lo largo de nuestra vida,la palabra “cuaresma”, “miércoles de ceniza”, “conversión”,pero no queremos que por eso nuestro corazón se cierre a su signicado. Con la ayuda de nuestra Madre abriremos las puertas de nuestra alma al torrente de amor de Dios con el que quiere inundarnos, con el que quiere crear en nosotros un hombre nuevo, por eso nos disponemos con ilusión a vivir este tiem- po, preparándonos para acompañar a Jesús, pro- fundizando en nuestra fe y esperando la Resu- rrección. El amor de Dios, la redención que Él nos rega- la, la gracia liberadora que brota incontenible de la Cruz de Cristo, son una realidad que cada uno, personalmente tenemos que acoger. Esta- mos ante una verdad siempre nueva, renovadora, para fundamentar nuestra vida sobre ella. A veces podemos pensar que el hombre de hoy necesita respuestas distintas, puede ser que necesite nuevas formas que le ayuden a comprender mejor, pero el corazón del hombre es el mismo, es el que necesita amor para poder crecer y desarrollarse plenamente, el que necesita ser acogido, compren- dido y sanado en sus heridas. ¡No desaprovechemos esta nueva oportunidad! María, a quien contemplamos de forma especial en este tiempo como la Madre Dolorosa, quiere enseñarnos, precisamente a través de nuestras heridas y sufri- mientos, a abrir nuestro corazón a esta gracia redentora como Ella lo hizo, “a n de que nazcan hombres nuevos que, siendo aquí en la tierra libres y fuertes, se comporten como Cristo en las alegrías y dicultades”. (P. José Kentenich “Hacia el Padre” Vrs, 617) Virgen Peregrina de Schoenstatt triduo marzo/abril 2O2O triduo marzo/abril 2O2O

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Page 1: Virgen Peregrina de SchoenstattQuerida Madre y Reina, con la misma alegría que experimentaste tú por la Resurrección de tu hijo, queremos nosotros ir hacia cada una de las personas

Queridas familias:

El 26 de febrero pasado, miércoles de ceniza, se nos abrió un tiempo de prepara-ción y de conversión: la Cuaresma. Hemos escuchado ya muchas veces,a lo largo de nuestra vida,la palabra “cuaresma”, “miércoles de ceniza”, “conversión”,pero no queremos que por eso nuestro corazón se cierre a su signifi cado.

Con la ayuda de nuestra Madre abriremos las puertas de nuestra alma al torrente de amor de Dios con el que quiere inundarnos, con el que quiere crear en nosotros un hombre nuevo, por eso nos disponemos con ilusión a vivir este tiem-po, preparándonos para acompañar a Jesús, pro-fundizando en nuestra fe y esperando la Resu-rrección.

El amor de Dios, la redención que Él nos rega-la, la gracia liberadora que brota incontenible de la Cruz de Cristo, son una realidad que cada uno, personalmente tenemos que acoger. Esta-

mos ante una verdad siempre nueva, renovadora, para fundamentar nuestra vida sobre ella. A veces podemos pensar que el hombre de hoy necesita respuestas distintas, puede ser que necesite nuevas formas que le ayuden a comprender mejor, pero el corazón del hombre es el mismo, es el que necesita amor para poder crecer y desarrollarse plenamente, el que necesita ser acogido, compren-dido y sanado en sus heridas. ¡No desaprovechemos esta nueva oportunidad!

María, a quien contemplamos de forma especial en este tiempo como la Madre Dolorosa, quiere enseñarnos, precisamente a través de nuestras heridas y sufri-mientos, a abrir nuestro corazón a esta gracia redentora como Ella lo hizo, “a fi n de que nazcan hombres nuevos que, siendo aquí en la tierra libres y fuertes, se comporten como Cristo en las alegrías y difi cultades”. (P. José Kentenich “Hacia el Padre” Vrs, 617)

Virgen Peregrina de Schoenstatt

triduo marzo/abril 2O2Otriduo marzo/abril 2O2O

Page 2: Virgen Peregrina de SchoenstattQuerida Madre y Reina, con la misma alegría que experimentaste tú por la Resurrección de tu hijo, queremos nosotros ir hacia cada una de las personas

Querida Madre y Reina, (tomamos en nuestras manos un crucifi jo) contigo queremos contemplar a Jesús crucifi cado, entregarle nuestras enfermedades y dolores, contemplar cómo Él los toma sobre sí y sentir como a mí ya no me pesan tanto porque Él está conmigo llevando mi cruz. ¡Gracias Jesús por tu amor redentor! (Oración personal) Amén.

“Él tomó sobre sí nuestras enfermedades, cargó con nuestros dolores (…) por sus llagas hemos sido curados. Todos nosotros andábamos errantes como ovejas, cada uno seguía su propio camino, mientras el Señor cargaba sobre Él la culpa de todos nosotros». (…) Dio su vida en expiación, (…) ofreció su vida a la muer-te, y fue contado entre los pecadores, llevó los pecados de las muchedumbres e intercede por los pecadores”. (Is. 52, 13-53)

La tradición de la Iglesia ve en este canto de Isaías una profecía que se cumple en Cristo. ¿No nos sentimos nosotros también refl ejados en estas palabras?: “El tomó sobre sí nuestras enfermedades… Todos nosotros andábamos errantes…cada uno seguía su propio camino”. Lo que puede suceder es que muchas veces no seamos conscientes de ello, que creamos que ya no necesitamos la ayuda de nadie y menos de un Salvador, que a pesar del dolor y del sinsentido en que a veces nos vemos envueltos, no veamos en Jesús la salvación y entonces nuestra relación con Dios se queda paralizada, estancada en unos formalismos o ritos pero que no se llenan de espíritu, de intercambio de amor entre nosotros y nues-tro Redentor.

María nos quiere enseñar a abrir nuestro corazón al amor redentor de Jesús, por eso nos invita a reservarnos en esta cuaresma un tiempo importante para la ora-ción, que es comunicación con Dios. Nosotros le entregamos nuestras heridas y Él las gracias de redención. ¿Con qué enfermedades mías, con qué dolores míos quiere cargar Jesús hoy, en este tiempo de cuaresma? Enfermedades físicas, enfermedades del alma, situaciones, pecados que nos tienen bloqueados y nos imposibilitan amar y recibir también el amor de Dios.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.Primer día

Page 3: Virgen Peregrina de SchoenstattQuerida Madre y Reina, con la misma alegría que experimentaste tú por la Resurrección de tu hijo, queremos nosotros ir hacia cada una de las personas

“La ‘Mater Dolorosa’, tan auténticamente humana en su dolor humano, pero soportándolo todo por amor. Cristo ha redimido al mundo por la sangre de su vida; María ha redimido al mundo por la sangre de su corazón. También yo, en la santa misa, entrego a Cristo al Padre, con la sangre del corazón, y si Dios lo quisiera, también con la sangre de la vida”. (P. José Kentenich, “María en el plan de Dios”)

La motivación de Cristo y de María es el amor, el amor a Dios que les mueve a cumplir su voluntad, el amor a nosotros que les hace entregarlo todo por nues-tra salvación. Si queremos que nuestro amor sea tan grande como el suyo sólo tenemos que seguir su ejemplo y en cada Eucaristía en que participemos poner en la patena nuestros sufrimientos, nuestras necesidades, nuestros esfuerzos por cumplir con su voluntad, por amar a los que Dios ha puesto en nuestro camino y ofrecérselo todo también por amor a Él. Todos nuestros ofrecimientos son la sangre del corazón y con ella nos unimos a Jesús.

Jesús y María se ofrecieron por todos nosotros ¿Por quiénes nos ofrecemos noso-tros? Pensemos en aquellas personas que Dios ha puesto a nuestro lado, sobre las que tenemos una responsabilidad: nuestra familia, nuestros amigos, vecinos, compañeros de trabajo…¿Qué gesto de amor le puedo ofrecer al Señor por ellos? Un servicio concreto, dar consuelo, escucha, compañía…

Querida Madre y Reina, contemplando a tu Hijo, y a Ti junto a Él, en el momento de su Pasión y Muerte, ayúdanos a vislumbrar el gran valor que tiene para Dios el que estemos dispuestos a ofrecerle nuestros sufrimientos, a unirnos así a Él, a entregarle también nuestros gestos concretos de amor por aquellos que Él mismo nos confía, como una forma de ayudar a reparar nuestros pecados y los de aquellos sobre los que tenemos una responsabilidad. (Oración perso-nal)

El Padre Kentenich decía: “Estoy llamado a participar en la pasión de Cristo; el grado de esa participación me lo señala Dios a través de las circunstancias. Así puedo intuir, en cierta forma, en qué grado podré participar un día de la vida gloriosa de Cristo”. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Segundo día

Page 4: Virgen Peregrina de SchoenstattQuerida Madre y Reina, con la misma alegría que experimentaste tú por la Resurrección de tu hijo, queremos nosotros ir hacia cada una de las personas

SECRETARÍA DE LA VIRGEN PEREGRINA SANTUARIO DE SCHOENSTATT

Camino de Alcorcón, 17 - 28223 POZUELO DE ALARCÓN (MADRID) • 91 709 00 15 • 644 39 88 74

[email protected] • Donativo: LA CAIXA IBAN ES66 2100 9505 3122 0024 6883

“Pero a la redención objetiva no pertenece sólo la muerte de cruz, sino también la resurrección.(…)El hombre nuevo en Cristo, por lo tanto, no conoce única-mente una unión de ser, de pensar, de vida con el Cristo doloroso y agonizante, sino también con el Cristo transfi gurado. Y la Santísima Virgen es para él no sola-mente la Mater dolorosa sino también la Mater gloriosa”. (P. José Kentenich “Nova creatura”)

Las gracias que María nos trae en su pequeño Santuario Peregrino, la gracia del cobijamiento, la gracia de la transformación y la gracia del envío apostólico, son gracias que nos regala especialmente la “Mater gloriosa”, con las que percibi-mos la realidad de Jesús vivo y actuante en nuestra historia personal.

A través del camino de Alianza, del “nada sin Ti, nada sin nosotros”, María nos muestra la forma de vivir como “hombres nuevos”, como “otro Cristo”, sintién-donos hijos del Padre, transformándonos a su imagen y anunciando su Reino con alegría y esperanza, como signo de que Jesús, el Amor verdadero, ha resu-citado y ha vencido a la muerte y al pecado para siempre.

La Sma. Virgen quiere que, a través de sus hijos, pueda extenderse la alegría por la Resurrección del Señor, en todas partes allí donde estemos; por eso nos invita a tener, especialmente en el tiempo de Pascua, la palabra de alegría y esperan-za de quien reconoce el amor recibido, ya sea en pequeños o grandes gestos: ¡Gracias!

Querida Madre y Reina, con la misma alegría que experimentaste tú por la Resurrección de tu hijo, queremos nosotros ir hacia cada una de las personas que tu pones en nuestra vida con un gracias en los labios: gracias por los servi-cios prestados, aun por los más sencillos, por la comprensión, por la amistad... y así damos también gracias a Dios.¡Este será nuestro regalo de amor para ti en este tiempo de Pascua! ¡Enséñanos a ser testigos de Cristo Resucitado! Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.Tercer día

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Noticias marzo/abril 2O2ONoticias marzo/abril 2O2O

Jóvenes en “Misión País” comparten su tiempo y sus experiencias de fe del 12 al 26 de enero visitando, acompañados de la Virgen Peregrina, las poblaciones de Villanueva del Río y Minas (Sevilla), Aguilar de la Frontera (Córdoba) y Colindres (Cantabria).

En Aguilar de la Frontera tuvieron la inmensa alegría de recibir la visita del Obispo de Córdoba, monseñor Deme-trio Fernández, quien compartió con ellos una jornada de convivencia y les animó a seguir con esta labor de evange-lización, de oración y servicio desinteresado a los demás, con la fuerza y la alegría contagiosa de la juventud.

Page 6: Virgen Peregrina de SchoenstattQuerida Madre y Reina, con la misma alegría que experimentaste tú por la Resurrección de tu hijo, queremos nosotros ir hacia cada una de las personas

Familias de la parroquia de La Asunción de nuestra Señora de Cieza (Múrcia) junto con su párroco D. José Antonio García López, peregrinaron el 18 de enero hasta el Santuario de Schoenstatt en Pozuelo para conocerlo y compartir un día especial entorno a nuestra Madre.