virgen de los volcanes, nuestra señora de los dolores...

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LA VIRGEN DE LOS NUESTRA ,......, SENaRA DE LOS PATRONA DE LANZAROTE A Lolita Ferreira, Dolores Bermudes y Dolorcitas Bethencourt La devoción a la Virgen María, en la Evangelización del Archipiélago Canario, tuvo una presencia muy desta- cada. La aparición de la Sagrada Imagen de Ntra. Sra. de Candelaria a los guan- ches de Tenerife, es la de mayor resonan- cia histórica; pero toda y cada una de las islas tuvieron una Pat1'Ona insular: Gran Canaria, la Virgen del Pino; La Palma, la de Las Nieves; La Gomera, Ntra. Sra. de Guadalupe; El Hierro, la Virgen de los Reyes; Fuerteventura, la de La Peña. Lanzarote, en cambio, por la inicial colo- nización franco-normanda, inaugura su patronazgo religioso con un Santo fran- cés: San Marcial del Rubicón. Aunque pronto, la Virgen de Las Nieves, en los altos de Famara, viene a interceder por las precarias lluvias de la sedienta isla. Y la de Guadalupe y el Cannen comparten la devoción de los vecinos de Teguise, núcleo capitalino de campesinos y mari- nos, de residentes y emigrantes. Pero al llegar la aten'adora prueba de fuego y lava que asoló el limitado ten-ito- rio insular, entre 1730 y 36, los lanzaro- teI10s necesitaron recunlr a una devoción extraordinaria. Y varias circunstancias concun-ieron a encontrarla. Coincidió que en 1736 el P. Guardián del convento franciscano de Teguise misionaba en Tinajo; que el Papa Clemente XII acaba- ba de conceder a EspaI1a la celebración de la festividad de la Virgen de los Dolo- res a partir de 1735, todos los 15 de sep- tiembre; que los cráteres de las Quema- das vomitaban abundante lava sobre el caserío de Tajaste, contiguo a Tinajo, y amenzaba de forma inmediata a este pue- blo. El animoso misionero invitó a todos los fieles a salir en procesión, portando un cuadro de la Virgen de los Dolores desde la ennita de San Roque, hoy igle- sia palToquial del núcleo amenazado, y les condujo hasta llegar a la montai'íeta de Guiguán o Güiguán y desde allí prome- tieron levantar una ermita a la Virgen, bajo la advocación de los Dolores, si la amenaza sobre Tinajo quedaba conjura- da. Un penitente avanzó portando una pesada cruz de tea hasta los bordes de la incandescente lava, clavándola en el mismo lugar donde hasta hoy pelmanece (ver foto), próximo a la grácil ennita de Ntra. Sra. de los Volcanes, en Mancha Blanca. Y de manera providencial la ígnea corriente lávica se detuvo y se des- vió sobre otras coladas anteriores, hasta cesar definitivamente el 16 de abril de 1736. Pero al concluir las desvastaciones volcánicas, los habitantes de las zonas afectadas, tuvieron arduas y urgentes tareas que realizar para sobrevivir, repa- rar los daI10s de sus haciendas y reorgani- zar sus perturbadas vidas, por lo quejas promesas formuladas en momentos de 15 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2010

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LA VIRGEN DE LOSVOLCANES~NUESTRA

,......,

SENaRA DE LOS DOLORES~PATRONA DE LANZAROTE

A Lolita Ferreira, Dolores Bermudes y Dolorcitas Bethencourt

La devoción a la Virgen María,en la Evangelización del ArchipiélagoCanario, tuvo una presencia muy desta­cada. La aparición de la Sagrada Imagende Ntra. Sra. de Candelaria a los guan­ches de Tenerife, es la de mayor resonan­cia histórica; pero toda y cada una de lasislas tuvieron una Pat1'Ona insular: GranCanaria, la Virgen del Pino; La Palma, lade Las Nieves; La Gomera, Ntra. Sra. deGuadalupe; El Hierro, la Virgen de losReyes; Fuerteventura, la de La Peña.Lanzarote, en cambio, por la inicial colo­nización franco-normanda, inaugura supatronazgo religioso con un Santo fran­cés: San Marcial del Rubicón. Aunquepronto, la Virgen de Las Nieves, en losaltos de Famara, viene a interceder porlas precarias lluvias de la sedienta isla. Yla de Guadalupe y el Cannen compartenla devoción de los vecinos de Teguise,núcleo capitalino de campesinos y mari­nos, de residentes y emigrantes.

Pero al llegar la aten'adora prueba defuego y lava que asoló el limitado ten-ito­rio insular, entre 1730 y 36, los lanzaro­teI10s necesitaron recunlr a una devociónextraordinaria. Y varias circunstanciasconcun-ieron a encontrarla. Coincidió queen 1736 el P. Guardián del conventofranciscano de Teguise misionaba enTinajo; que el Papa Clemente XII acaba­ba de conceder a EspaI1a la celebraciónde la festividad de la Virgen de los Dolo­res a partir de 1735, todos los 15 de sep­tiembre; que los cráteres de las Quema­das vomitaban abundante lava sobre elcaserío de Tajaste, contiguo a Tinajo, yamenzaba de forma inmediata a este pue­blo. El animoso misionero invitó a todoslos fieles a salir en procesión, portandoun cuadro de la Virgen de los Doloresdesde la ennita de San Roque, hoy igle­sia palToquial del núcleo amenazado, yles condujo hasta llegar a la montai'íeta deGuiguán o Güiguán y desde allí prome­tieron levantar una ermita a la Virgen,bajo la advocación de los Dolores, si laamenaza sobre Tinajo quedaba conjura­da.

Un penitente avanzó portando unapesada cruz de tea hasta los bordes de laincandescente lava, clavándola en elmismo lugar donde hasta hoy pelmanece

(ver foto), próximo a la grácil ennita deNtra. Sra. de los Volcanes, en ManchaBlanca. Y de manera providencial laígnea corriente lávica se detuvo y se des­vió sobre otras coladas anteriores, hastacesar definitivamente el 16 de abril de1736.

Pero al concluir las desvastacionesvolcánicas, los habitantes de las zonasafectadas, tuvieron arduas y urgentestareas que realizar para sobrevivir, repa­rar los daI10s de sus haciendas y reorgani­zar sus perturbadas vidas, por lo quejaspromesas formuladas en momentos de

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extrema necesidad se fueron posponien­do y hastn olvidando.

Llegamos al año 1774, casi 40 des­pués que el solemne voto público habíasido hecho, y una tiema pastorcita, JuanaRafaela Acosta, de apenas 9 años deedad, vecina de Mancha Blanca, cuidabasu rebaño de cabras por las relativamentefértiles laderas de Guiguán, cuando unadama enlutada le habló amablemente,pidiéndole que recordara a sus padres y alos vecinos la promesa solemnementecontraída de erigir una ermita mariana enaquel lugar, para que la amenaza volcáni­ca no se repitiera.

La pequeña le contó a sus padres esteencuentro, quienes no le creyeron. Perola Virgen se le apareció de nuevo, le repi­tió el mismo mensaje, le tocó en el hom­bro con una de sus benditas manos,dejándole grabada una huella indeleble yle aseguró que esta vez le darían crédito asus palabras. En efecto, Juan AntonioAcosta y Rita, padres de la venturosapastorcilla, se trasladaron con su hija aTeguise y dieron cuenta a las autoridadeseclesiásticas de lo sucedido. La niñaidentificó una imagen de la Dolorosa quefiguraba en la iglesia matriz, como unfiel reflejo de la aparecida.

Esta aparición de la SUna. Virgen auna zagalilla en Mancha Blanca, tieneabundantes precedentes en la hagiografíamariana. Sin ir más lejos, la Virgen delMonte que se apareció a una tiema pas­torcita madeirense, a finales del sigloXV, en la Fuente de Telha. Y tambiénparecen estar relacionadas estas aparicio­nes con la liturgia católica, además deconstituir remedio o bálsamo de muchascatástrofes y enfermedades. Pues igual­mente la Virgen de Lourdes se apareció aBernardeta bajo la advocación de laInmaculada Concepción, cuando la Igle­sia acababa de proclamar dicho dogma ymuchos seglares aún no lo entendían.

En esta ocasión, el Papa Clemente XIIincluía en el calendario litúrgico estaadvocación de María Madre y Con'eden­tora, compartiendo con Cristo en el Cal­vatio los dolores de la Pasión, sintiendoestremecerse la tierra a sus pies, en elmomento de la agonía divina. Cubriendosu cuerpo acongojado con los negros teji­dos del luto, como los catnpos lanzarote­ños se cubrían con el negro azabache delas lavas. Como la tieITa conejera tembla­ba y se abría con los seismos de los pavo­rosos volcanes.

La ermita de los Dolores

El Santuat'io de Mancha Blanca tiene,pues, sus orígenes en la promesa fonnu­lada colectivatnente a la Virgen, en suadvocación de los Dolores, en momentos

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de angustia por todos los vecinos deTinajo; pero su cumplimiento se dilató enel tiempo y su ejecución se realizó mediosiglo después, espoleado por una inter­vención providencial, con ecos de mila­gro. No existe una constancia precisa defechas y costes de las obras, porque ellibro de la construcción y otros documen­tos desaparecieron al crearse la parroquiade S. Roque en Tinaja, y trasladarse aTeguise el archivo de la ermita, quemadoen el grave incendio que sufrió la iglesiamatriz en 1909.

Consta, sin embargo, que la estructuraprimitiva era parecida a la actual, aunquecarecía de cimborrio, campanario y coro.Se le adosó la casa del santero y la de losperegrinos. También sabemos que lasparedes laterales cedieron a mitad delpasado siglo y el obispo Codina despuésde una visita pastoral mandó cerrarla en1850, evitando una desgracia, pues sederrumbó el techo. Se constituyó unacomisión Pro Santuario de los Doloresque logró, con las ayudas de los fieles yla venta de los terrenos de la Virgen,reconstruir el santuario y hermosearlo,hasta adquirir su bella silueta actual, paranosotros una de las ermitas más hermo­sas de la isla, donde todas ellas, sencillas,blatlCas y recoletas son encantadoras.

Juzgue el lector por la fotografía, enque luce el nuevo campanario, el cimbo­rrio, los contrafuertes con su canteríanegra de basalto, contrastando con elblanco impoluto de las paredes, lo mismoque en las esquinas. Imagínese la bóvedade CatlÓn, que ha dado mayor altura inte­rior, apoyada en el friso de piedra volcá­nica, aunque exteriormente no se aprecie.La ermita restaurada volvió a abrirse en1861.

Su último páIToco, D. Adolfo TOITal­bo, nos habla de la reciente reparación,en 1988. El 16 de junio se trasladaron losobjetos de culto a la parroquia de Tinajo.A la una y media se sacaba la imagen. Ycuando a las tres de la tarde los obrerosentraron al templo, se había desprendidotoda la cúpula. Una vez más -en pala­bras del clérigo infOlmante- la Virgenhabía puesto su mano matemal para evi­tatO una catástrofe.

Agustín Espinosa la describe comouna elmitn "evadiente", uninávica, prece­dida de una plaza desnuda, que tiene másde altozano que de plaza. Nosotroshemos disfrutado en esa plaza del belloespectáculo de los bailes folklóricos deLanzat·ote.

La imagen de Ntra. Sra. de losDolOl'es

Cuando los vecinos de Tinajo, orgatlÍ­zaron su primera procesión imploratoria,

para librarse de las amenazas del volcán,no pOItaban ninguna imagen de la Virgende los Dolores, sino un cuadro al óleo dela misma, que era de lo que disponían enla iglesia de San Roque, la futura parro­quia.

En cuanto a la bella escultura actual,no se conoce su procedencia ni su autor,por la pérdida de los documentos que yahemos dicho. Se supone adquirida a fina­les del siglo XVIII, pues en inventario dedicha fecha se habla del "nicho para laimagen" que ha quedado oculto tras elretablo actual. Su estilo tiene sabor anda­luz, en opinión de su párroco, y su serenabelleza, se transparenta en su resignadodolor. Ella ha favorecido que su devociónse extienda a los más apartados y recón­ditos rincones de la isla. Y que en losarchivos parroquiales de Lanzarote abun­den las Dolores o Mat'Ía Dolores, fami­liarmente conocidas por Lolas o Lolitasen todos los pueblos y familias lanzarote­ñas. Cuando nosotros nacimos en Tegui­se, las tres alumnas más aventajadas de laescuela que regentaba nuestra madre eranLolita Ferreira, Dolores Bermudes yDolorcitas Bethencourt, la última hacepocos años desaparecida. A ellas he que­rido dedicar con afecto este escrito.

En cuanto al célebre cuadro que sirvióde estandatte para la fatnosa procesión aMancha Blanca en el momento álgido dela erupción volcánica de los cráteres delas Quemadas, también tiene su historia.Según Agustín de la Hoz en 1872 doñaMaRosa Valenciano le compra un cuadronuevo al párroco de Tinajo a cambio delantiguo. Tal reliquia pasó a posesión pri­vada hasta 1910 en que se descubrió enel domicilio de D. Esteban Velázquez yDa Juana Cabrera Feo. Dicha señora seresistió a su entrega mientras no se cura­se de una enfermedad. Pero luego tampo­co quería devolverlo; mas una serie deadversidades familiares le hicieron cedery cambiar de idea. En 1990 decía el curade Tinajo que se estaba restaurando enLas Palmas.

Las Romerías a Mancha Blanca

Las romerías en Latlzarote en las pri­meras décadas del presente siglo semeja­ban CaravatlaS, pero sin chilabas, turban­tes ni albomoces, en palabras de D. IsaacViera. Nosotros alcanzamos a conocer,no sólo las de la Fiesta de los Dolores,sino también las de la Virgen de Las Nie­ves y otras varias, y podemos testimoniarque lo afll1nado por D. Isaac es exacto.

Las familias acomodadas, continúadiciendo el desaparecido escritor lanzaro­teño, viajaban en silla inglesa (por ser defabricación británica) de madera pintadade verde, con baranda semicircular, tabli-

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Santuario a Nuestra Seílora de los Dolores. Mancha Blanca. (TinajorLanzarote).

llas de estribo, cojinas, gabetas y telas devivos colores. Otras lo hacían en angari­llas o sillas de carga, pero adornadas concolchas, tejidas en la isla. Los camellerosvestían a la antigua usanza: calzón corto,polainas de lana, chaleco de terciopelolabrado, sin abrochar para lucir el armiñode la pechera y montera puntiaguda, azul.

Lo que ya no podemos testimoniar,porque no teníamos edad para ello, esque cuando muchas doncellas montadasen camello, se dirigían a Mancha Blanca,los novios y pretendientes cabalgando enrocines o en burros dialogaban con ellas,pero mientras que a los jinetes a caballolas cortejadas damas, desde los moviblesbalcones de sus enjaezados dromedarios,podían cautelosamente prodigarles lasmieles de sus besos, los que montaban enburro no alcanzaban a tan dulces expre­siones de amor, por lo que sufrían elsuplicio de Tántalo.

En cambio, sí recordamos las escenasde pánico que se producían en las carava­nas de camellos que transitaban por laspolvorientas carreteras y caminos de laisla, en las primeras décadas del presentesiglo, con la esporádica presencia dealgún raro y ruidoso vehículo de motor

que se cruzaba sonando el claxon y labocina, con espanto de los animales,resultando difícil sujetarlos, según noscuenta el propio Viera. Hoy la propor­ción ha cambiado: los automóviles y loscamiones predominan, confluyendo enMancha Blanca, donde se les reservaextensas zonas de aparcamiento, mientrasque los camellos y demás semovientesconstituyen una anacrónica minoría paraponer una pincelada de color y tipismo ala fiesta.

La devoción a la Virgen de los Doloreso de los Volcanes

La devoción a la Snna. Virgen Maríaen su advocación universal de Los Dolo­res, o la local de Los Volcanes, es la másdifundida y practicada en toda la isla deLanzarote. En los "Papeles de Teguise"que se conservan en el Archivo del Pala­cio Episcopal, se habla extensamentesobre ello, diciéndonos que "no hayparroquia, ni ermita, ni sala de ricos, nicasa de pobre donde no haya una imagendolorosa". Que los viernes se le tributaculto especial. Que el lugar donde esteculto se concentra es el Santuario de

Ntra. Sra. del Volcán, en Tinajo. Que allíse ofrecen todas las promesas, se concu­rre todos los viernes, se comulga, se entrade rodillas. Y se celebran dos fiestas alaño: una el día de los Dolores, en sep­tiembre, que ya conocemos; y la otra el31 de julio, día que se extinguió el volcánque reventó el año 1824, por milagro dela Suna. Virgen, y que por ello se llamala Fiesta del Fuego. De esta segunda fes­tividad hemos de referir sus orígenes:

El 31 de julio de 1824, al amanecer,entró en actividad el volcán de la capella­nía del Clérigo Duarte, entre Tao y Tina­jo, y los afectados sacaron en procesión ala Virgen de los Dolores, por Guiguán,hacia La Vegueta. Pero algunos vecinosde Tinajo quisieron detener el cortejo,ad uciendo que. se ponía en riesgo laSgda. Imagen. Entonces, tres acaudala­dos señores de Tiagua se hicieron res­ponsables y garantes con sus haciendas,por lo que la procesión prosiguió hastalas faldas de Tamía, siguiendo el caminoviejo, enu'e Tiagua y Tao. Se colocó laSanta Imagen mirando al Volcán, mien­tras los fieles imploraban arrodillados.Inesperadamente, el cráter dejó de vomi­tar lava, exhalando una espesa columnade humo, a la que sucedió un torrente de

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agua salada. Por último, cesó toda activi­dad subterránea. La venerada imagenhabía revalidado su título de Ntra. Sra. delos Volcanes.

El buen periodista y excelente amigoGuillermo Topham (Guito) expresó en uninspirado soneto que comienza:

Bañada por la luz de mil amores---entre lava y espuma de volcanes­brotas COl1W una flor, llena de afanes,¡Oh, Virgen milagrosa de Dolores!

toda la devoción que el pueblo lanzarote­ño siente por su excelsa Patrona.

Ya D. José Agustín Álvarez Rixo ensu curiosa e inestimable "Historia delpuerto de AITecife", entre las Notas Adi­cionales, se hace eco de la devoción queen la primera mitad del siglo XIX el pue­blo de Lanzarote sentía por su milagrosaPatrona, refiriendo el prodigio de la lavadetenida delante de la cruz, la erecciónde la ennita y la nueva intervención de laVirgen ante el volcán de Tao en 1824.También añade como el rula 1851 se ree­dificó la pequeña ennita a solicitud espe­cial de D. FrrulCisco Frías y que el 18 denoviembre de 1858, fue trasladada laimagen a la misma con gran pompa, pre­dicando D. Telesforo Saavedra, canónigode Tenerife, y tuvo que hacerlo por fueradel templo dada la gran concUlTencia.

Añade Álvarez Rixo que por agostode 1814 durmió sobre la lava junto alcitado santuario, en compat1ía de D.Agustín Cabrera y otros jóvenes, enexcursión de Tinaja a la Geria.

Divagaciones de un ex-voto

Bajo este título publicó Agustín Espi­nosa un delicioso artículo en Lanzarote,el rula 1928, con dedicatoria a mi parien-

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te Rafael Medina. En él nos habla de laermita de Ntra. Sra. de los Dolores de laMancha Blanca, como él la llama, y deuno de los muchos ex-votos que lamisma guardaba, al cual califica del másdelicioso del mundo. Se trata de unpequeño cuadro -"de dimensiones bre­vísimas"- donde el artista donante habíalabrado "un bru'quito enjarciado", sobremadera dura. Y como el barco era dimi­nuto, le sobró espacio para pintar unadecena de gallos de plumaje verde, conpicos, patas y crestas doradas, sobre unsereno fondo gris plomo. Y una brevededicatoria: "Recuerdo de ManuelPérez". Dedicatoria sencilla, escueta, queEspinosa califica de "familiar, casirupestre", la cual hubiera firmado conregocijo el propio Gonzalo de Berceo,según este erudito profesor de literaturaque conocía muy bien el alma ingenua ydevota de nuestro primer escritor en len­gua castellana.

Como certerrunente afirma el ilusu'epublicista, "Ntra. Sra. de la ManchaBlanca es virgen de milagros, de ex­votos, y de romerías. Pero es -antetodo- una virgen de marinos". PuesLanzarote es una isla crunpesina y mari­nera a la vez. Muchos hombres delcampo alteman sus faenas con pesca, ohan navegado lru'gos períodos, inclusocomo emigrantes. No sin cierta razón seha llegado a decir que los lanzaroteñossomos naonatos, pues es tllil pequeño eltenitorio insulru' y estllinos tan en contac­to con el Océano, que prácticamente vivi­mos en la costa.

Espinosa presupone que el autor detllil original ofrenda, no podía ser un sim­ple marinero, sino el capitán o patrón y,acaso, el propietario de la nave represen­tada. "Hay demasiado fervor entre lasrectas severas de las jarcias y entre las

suaves curvas del casco", afirma. Por esobusca con Juan de Páez, poeta de Lanza­rote, entre las naves ancladas en PuertoNaos, el modelo de la singular ofrenda, Ycree identificarlo en "Sotileza", que tenía"el casco emparchado, el velamen tris­te". Y así creyó descifrar el enigma deaquella singulru' ofrenda, depositada en laennita aldeana, de pru'edes albas, campa­nario breve y simplicidad decorativa.

Por último, Isaac Viera nos narracómo muchos devotos "gozaban" la fun­ción de los Dolores en su época. El tem­plo era insufi~iente-y sigue siéndolo--.Muchos estaban de rodillas y "entreaquella apiñada muchedumbre.. , losjóvenes aprovechaban la ocasión... paradarles pellizcos y estrujones a lasmuchachas, las que aguantaban en silen­cio el sofocón, por creer que pescabanmortalmente si protestaban dentro de laiglesia". Hoy tales acciones no se prodi­gan porque los hábitos y la mentalidad dela juventud conejera ha cambiado muchoy cualquier aU'evido se expone a que ledelate la sonora bofetada que puede reci­bir como réplica.

Por otra pru'te, la ermita de ManchaBlanca, como todas las ennitas de Lanza­rote, es pequeña; sencilla, alba y recoleta;hecha para dialogru' con Dios en la inti­midad, en la soledad. Toda<; son como lostemplos griegos, más pru'a cobijo de ladivinidad que pru'a albergar a los fieles.Por eso nos gustn visitlli'las en solitario.Así pensrunos hacerlo el presente verano.

FRANCISCO PÉREZ SAAVEDRA

BIBLIOGRAFíA:

DE LA HOZ, Agustín. "Lanzarote", ed. 1962, Cap.XXIX.

LA VOZ DE LANZAROTE. Los dolores 90. Espe­cial fiesta de los Dolore-~. Tinajo 1990.

DOCUMENTOS INÉDITOS DE LA H' DE LAN­ZAROTE. Raíces Marianas. Papelas de TeguiseArch. de Palacio. Recop. por D. Antonio Hdez.Rivero. Inlr. y notas D. Feo. Caballero Mujica.Ayuntamiento de Teguise. 1991. Págs. 27 y 28.

VIERA, Isaac. "Costumbres Canarias": Las Rome­rías, pág. 198 Ysigo 2' edic. 1924.

ESPINOSA, Aguslín: "LanceJot 28"". 7' Edic. NiloPalenzuela l.e. 1988. Apend., págs. 107-109.

ÁLVAREZ RIXO, Pedro Agustín: "Historia delPuerto de Arrecife". 1982. A.e. de Tenerife.

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