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Ilustración José Antonio Suárez Vigencia de Violeta P arra ( 1917-1967) Conciencia de la canción lanoamericana

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Ilustración José Antonio Suárez

Vigencia de Violeta Parra (1917-1967)Conciencia de la canción latinoamericana

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Bibliografía y créditos

Parra, Violeta, Décimas: Autobiografía en versos, Barcelona, Pomaire, 1976.----------, Violeta del pueblo, Madrid, Visor, 1996.---------, Obras de Violeta Parra: musicales, visuales y poéticas [13 cds – 2 dvds], Chile, Fundación Violeta Parra y Chilevisión TV.Vilches, Patricia, “De Violeta Parra a Víctor Jara y los Prisioneros: Recuperación de la memoria colectiva e identidad cultural a través de la música comprometida”, Latin American Music Review, vol. 25, n.º 2, otoño/invierno, Austin, Universidad de Texas, 2004.“Violeta parra (1917-1967)”, página web: memoriachilena, Biblioteca Nacional de Chile, en: http://www.memoriachilena.cl/602/w3-article-7683.html

En la presente publicación se respeta la grafía de las fuentes utilizadas para esta selección.

El objetivo de esta exposición es cultural y educativo. Selección y textos (en cursiva): Juan Antonio Agudelo V. Creación de Extensión Cultural y el Fondo Editorial con el apoyo de la Sala de Patrimonio Documental y Comunicación Creativa de la Universidad EAFIT.

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Dulce vecina de la verde selva Huésped eterno del abril florido Grande enemiga de la zarzamora Violeta Parra.

Jardinera locera

costurera Bailarina del agua transparente Árbol lleno de pájaros cantores Violeta Parra.

Has recorrido toda la comarca Desenterrando cántaros de greda Y liberando pájaros cautivos Entre las ramas.

Preocupada siempre de los otros Cuando no del sobrino

de la tíaCuándo vas a acordarte de ti misma Viola piadosa.

Tu dolor es un círculo infinito Que no comienza ni termina nunca Pero tú te sobrepones a todo Viola admirable.

efensa de Violeta ParraPor Nicanor Parra, 1969

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Cuando se trata de bailar la cueca De tu guitarra no se libra nadie Hasta los muertos salen a bailarCueca valseada.

Cueca de la Batalla de MaipúCueca del Hundimiento del /Angamos Cueca del Terremoto de Chillán Todas las cosas.

Ni bandurriani tenca

ni zorzalNi codorniza libre ni cautiva Túsolamente tú

tres veces tú Ave del paraíso

/terrenal.

Charagüilla gaviota de agua dulce

Todos los adjetivos se hacen pocos Todos los sustantivos se hacen pocos Para nombrarte.

Poesía pintura

agriculturaTodo lo haces a las mil maravillas Sin el menor esfuerzo Como quien se bebe una copa de vino.

Pero los secretarios no te quieren Y te cierran la puerta de tu casa Y te declaran la guerra a muerte Viola doliente.

Porque tú no te vistes de payasoPorque tú no te compras ni te vendes Porque hablas la lengua de la tierra Viola chilensis.

¡Porque tú los aclaras en el acto!

Cómo van a quererteme pregunto

Cuando son unos tristes /funcionarios Grises como las piedras del desierto ¿No te parece?

En cambio tú Violeta de los Andes

Flor de la cordillera de la costa Eres un manantial inagotable De vida humana.

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Tu corazón se abre cuando quiere Tu voluntad se cierra cuando quiere Y tu salud navega cuando quiere Aguas arriba.

Basta que tú los llames por sus nombres Para que los colores y las formasSe levanten y anden como Lázaro En cuerpo y alma.

¡Nadie puede quejarse cuando tú Cantas a media voz o cuando gritas Como si te estuvieran degollando Viola volcánica!

Lo que tiene que hacer el auditor Es guardar un silencio religioso Porque tu canto sabe adónde va Perfectamente.

Rayos son los que salen de tu voz Hacia los cuatro puntos cardinales Vendimiadora ardiente de ojos negros Violeta Parra.

Se te acusa de esto y de lo otro Yo te conozco y digo quién eres ¡Oh corderillo disfrazado de lobo! Violeta Parra.

Yo te conozco bien hermana vieja

Norte y sur del país atormentado Valparaíso hundido para arriba ¡Isla de Pascua!

Sacristana cuyaca de Andacollo Tejedora a palillo y a bolillo Arregladora vieja de angelitos Violeta Parra.

Los veteranos del Setentainueve Lloran cuando te oyen sollozarEn el abismo de la noche oscura ¡Lámpara a sangre!

Cocinera niñera

lavandera Niña de mano

todos los oficios Todos los arreboles del crepúsculo Viola funebris.

Yo no sé qué decir en esta hora La cabeza me da vueltas y vueltas Como si hubiera bebido cicuta Hermana mía.

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Dónde voy a encontrar otra Violeta Aunque recorra campos y ciudades O me quede sentado en el jardín Como un inválido.

Para verte mejor cierro los ojos Y retrocedo a los días felices ¿Sabes lo que estoy viendo? Tu delantal estampado de maqui.

Tu delantal estampado de maqui ¡Río Cautín!

¡Lautaro! ¡Villa Alegre!

¡Año mil novecientos veintisiete Violeta Parra!

Pero yo no confío en las palabras ¿Por qué no te levantas de la tumba A cantar

a bailar a navegar

En tu guitarra?

Cántame una canción inolvidable Una canción que no termine nunca Una canción no más

una canción Es lo que pido.

Qué te cuesta mujer árbol florido Álzate en cuerpo y alma del sepulcro Y haz estallar las piedras con tu voz Violeta Parra.

Esto es lo que quería decirte Continúa tejiendo tus alambres Tus ponchos araucanos Tus cantaritos de Quinchimalí.

Continúa puliendo noche y día Tus tolomiros de madera sagrada Sin aflicción

sin lágrimas inútiles.

O si quieres con lágrimas ardientes Y recuerda que eres Un corderillo disfrazado de lobo.

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Yo canto la diferencia (fragmentos)

Yo canto a la “chillaneja”si tengo que decir algoy no tomo la guitarrapor conseguir un aplauso.Yo canto la diferenciaque hay de lo cierto a lo falso,De lo contrario no canto.…

Yo paso el mes de septiembrecon el corazón crecidode pena y de sufrimientode ver mi pueblo afligido.El pueblo amando a la patriay tan mal correspondido,la bandera por testigo.

La Universidad EAFIT se anticipa a las conmemoraciones internacionales de uno de los referentes musicales, literarios y artísticos más significativos de las expresiones populares de Latinoamérica y del mundo en el siglo XX.

A cien años de su nacimiento en Chile (San Fabián de Alico o San Carlos, 1917) y cincuenta años de su muerte (Santiago de Chile, 1967), Violeta del Carmen Parra Sandoval, cantautora, folclorista, investigadora, bordadora, ceramista y viajera, mostró a través de su torrente artístico a Europa y al mundo el sentir de Chile y los pueblos latinoamericanos.

Vigencia de Violeta Parra (1917-1967)Conciencia de la canción latinoamericana

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Su aporte al rescate de la tradición musical, poética y pictórica es definitivo y conexo al devenir de las expresiones más auténticas de los pueblos andinos. La trascendencia de su legado es palpable e inspirador, tejido bajo un fino sentido universal y humanista, virtud que ha propiciado la traducción de su obra literaria a distintos idiomas y la interpretación de sus canciones por artistas provenientes de distintas latitudes.

Me gusta sentarme en la tierra porque sé que estoy firme y sentir la naturaleza en mí. Palparla con mis manos y sentirme cerca de ella para poder olerla.

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Volver a los 17 Volver a los diecisiete después de vivir un siglo es como descifrar signos sin ser sabio competente, volver a ser de repente tan frágil como un segundo,volver a sentir profundo como un niño frente a Dios, eso es lo que siento yo en este instante fecundo.

Se va enredando, enredando, como en el muro la hiedra, y va brotando, brotando, como el musguito en la piedra. Ay si si si.

Mi paso retrocedidocuando el de ustedes avanza, el arco de las alianzas ha penetrado en mi nido, con todo su colorido se ha paseado por mis venas y hasta la dura cadena con que nos ata el destino es como un diamante finoque alumbra mi alma serena.

Lo que puede el sentimiento no lo ha podido el saber, ni el más claro proceder ni el más ancho pensamiento,todo lo cambia el momentocual mago condescendiente, nos aleja dulcemente de rencores y violencias, sólo el amor con su ciencianos vuelve tan inocentes.

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El amor es torbellino de pureza original, hasta el feroz animal susurra su dulce trino, detiene a los peregrinos, libera a los prisioneros, el amor con sus esmerosal viejo lo vuelve niño y al malo solo el cariñolo vuelve puro y sincero.

De par en par la ventana se abrió como por encanto, entró el amor con su manto como una tibia mañana, al son de su bella diana hizo brotar el jazmín, volando cual serafín al cielo le puso aretes y mis años en diecisiete los convirtió el querubín.

Se va enredando, enredando, como en el muro la hiedra, y va brotando, brotando, como el musguito en la piedra. Ay si si si.

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El clan de los Parra constituye una de las vetas artísticas más activas de Latinoamérica. Durante tres generaciones, hasta hoy, ha prodigado desde distintas manifestaciones estéticas expresiones que han permitido resaltar una rica tradición cultural.

El padre de Violeta, Nicanor Parra Parra, activo profesor de música, y su madre Clarisa Sandoval Navarrete, costurera y también proclive a la música, tuvieron nueve hijos, varios de ellos afines a la música; destaca el mayor, Nicanor Parra, profesor, matemático y uno de los grandes poetas de América.

Discreto, fino y sencillo son joyas resplandecientes con las que el hombre se luce decentemente…

Es muy antigua costumbre andar pidiendo perdón después que hacen de las suyas.

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¿Por qué será, ios del cielo? ¿Por qué será, Dios del cielo,que no se resigna el almacuando nos cambian la calmapor olas de desconsuelo?Tal vez sea por orgullodel que recibe la afrenta,porque la pena es inmensade ver desecho el capullo.Por no escuchar el arrulloles brota la indiferencia.

Se llora a lágrima ardientela ausencia del ser querido,el corazón conmovidopalpita ligeramentede verse tan de repentesolito en su gran desvelo,como un barquito veleroque pierde su capitánen brazos del huracán¿por qué será, Dios del cielo?

Todos hablan del verano,todos de la primavera,de la luna, de la estrellay del cielo arrebolado,como si el enamoradoque pondera tanto azultuviera en sí la virtudde la dicha eternamente,cuando sólo de repentese escucha el son del laúd.

La tristeza es un infiernoque nos oprime a su antojo,como pájaro golosomuerde las flores brillantes.El alma es el gobernanteque rige las estaciones,correspondido en amoresel ser se convierte en soly en negro el bello arrebolsi el hombre está en aflicción.

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Una niñez campesina, austera, pero rodeada de ricas experiencias musicales le acompaña en su errante trasegar por Chile. Violeta y sus hermanos revelaron a muy temprana edad sus dotes artísticas. Imitaban a los personajes de los circos y montaban modestas escenificaciones para el vecindario. A los nueve años, Violeta ya tocaba la guitarra y a los doce, había compuesto sus primeras canciones.

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quí va lo más picanteMi taita hizo la ensaladacon un amor sin igual,parece un plato realcon verdurita picada;mi mamá, muy preocupada,sirviendo plato por plato;cuando en esto me percatoque las variadas personasformaban una coronasentadas en los zapatos.

Pa’l postre tenemos maqui.Hay que comer como gente,la madre dice prudente,pa’ que ninguno se tranque,viendo que había un estanquelleno del fruto endiablado.No le quedó ni el raspado;pagamos las consecuencias.Por una desobediencia,estábamos “arincados”.

Aquí va lo más picantede aquella glotonería:empiezan las griteríascuando nos pasan purgante,lavado’ y calas de natre,

agua de sen y amapola,pero ni por carambolase disolvía ese taco.Le hicimos la cruz al “Saco”como el minero a la “Lola”.

Vino a “quebrar los empachos”y dar un “santiguamiento”a todos los angurrientos,porfiados cabez’e macho,un médico muy borrachocompadre de mi papá,maldito de mi mamápor farras d’esta pareja:pero ese día, perplejadejó su rabia en la na’.

Semana sobre semanatranscurre mi edad primera.Mejor ni hablar de la escuela;la odié con todas mis ganas,del libro hasta la campana,del lápiz al pizarrón,del banco hast’el profesor.Y empiezo ’amar la guitarray adonde siento una farraallí aprendo una canción.

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Pronto abandonó sus estudios en la escuela normal. El trabajo en el campo junto a sus hermanos la esperaba debido a la grave enfermedad de su padre. Al lado de estos, y en una dura lucha por la sobrevivencia, cantaba en restaurantes, fondas, circos, trenes, campos, aldeas, caminos e incluso tabernas de mala muerte.

No existe empleo ni oficioque yo no lo haiga ensaya’o,después que mi taita ama’otermina su sacrificio,no me detiene el permisoque mi mamita negara,de niña supe a las clarasqu’el pan bendito del díadiez bocas lo requeríanhambrientas cada mañana.

Y qué iba hacer mi mamitacon tanto pollo piando,el mayorcito estudiandolas ciencias matemáticas;benhaiga l’hora maldita,me digo muy iracunda,la aguja se desenfunda,la máquina se zancocha,la costurera trasnochacomo guitarra fecunda.

No existe empleo ni oficio

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Un día que los chiquillosrodeaban el braserillo,el último rescolditoapenas daba su brillo,oigo una banda de grillosque invitan a una función,el requinto y el trombóncon su brillante sonoro;¡Circo! gritaron en coro,yo escucho con emoción.

En la cancha’e los peralesdecía el cartel volanteque le quité delirantea un cabro vecino mío,dichosa yo me sonríode ver un tony estampa’o,se ríe tan desboca’oque se le veid’hast’el alma,su gesto en la mida empalmacomo en la tierra el ara’o.

En casa plata no habíapara comprar lo esencial,menos habrá pa’ botaren circos de porquería.Función de ganch’ofrecían;diez veces le repetí,Roberto Chepe que síme dice con emoción.Digamos que pa’l zanjónnos vamos a hacer pichí.

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Ya en Santiago de Chile, pero rodeada de la misma incertidumbre económica y amor por la música, conoce al ferroviario Luis Cereceda y formaliza la relación en 1938, la cual acabaría diez años después. Los desencantos provocados por este amor fueron un estigma presente en su vida y en su obra.

Su vida, un periplo constante de viajes por Chile y el extranjero.

Nómada existencia que corresponde a una vida inquieta por la diversidad y la cultura del mundo. Prueba constante de que el sosiego no se halla en ningún lugar distinto a sí mismo.

En un carro de olvido, antes de aclarar, de una estación del tiempo, decidido a rodar Run-Run se fue pa´l Norte, no sé cuándo vendrá. Vendrá para el cumpleaños de nuestra soledad. A los tres días, carta con letra de coral, me dice que su viaje se alarga más y más, se va de Antofagasta sin dar una señal, y cuenta una aventura que paso a deletrear ay ay ay de mí.

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Al medio de un gentío que tuvo que afrontar, un transbordo por culpa del último huracán, en un puerto quebrado cerca de Vallenar, con una cruz al hombro Run-Run debió cruzar Run-Run siguió su viaje llegó al Tamarugal. Sentado en una piedra se puso a divagar, que si esto que lo otro, que nunca que además, que la vida es mentira que la muerte es verdad ay ay ay de mí.

La cosa es que una alforja se puso a trajinar, sacó papel y tinta, un recuerdo quizás, sin pena ni alegría, sin gloria ni piedad, sin rabia ni amargura, sin hiel ni libertad, vacía como el hueco

del mundo terrenal Run-Run mandó su carta por mandarla no más. Run-Run se fue pa´l Norte yo me quedé en el Sur, al medio hay un abismo sin música ni luz ay ay ay de mí.

El calendario aloja por las ruedas del tren los números del año sobre el filo del riel. Más vueltas dan los fierros, más nubes en el mes, más largos son los rieles, más agrio es el después. Run-Run se fue pa´l Norte qué le vamos a hacer, así es la vida entonces, espinas de Israel, amor crucificado, corona del desdén, los clavos del martirio, el vinagre y la hiel ay ay ay de mí.

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La música chilena y latinoamericana, más allá de la etiqueta de canción social, tiene un impacto en la escena musical desde los años cincuenta hasta nuestros días. Violeta y su familia propician el comienzo de una espiral influyente en la evolución de cada generación de artistas.

El sentido que imprimió a su trabajo, como investigadora del folclor y de la canción popular, reflejado no solo en sus canciones, sino también en sus tejidos y artesanías, habla de una artista integral y de una huella imborrable, a pesar de las tretas de desarraigo, desmemoria y banalidad que impone constantemente la industria de la música, con mayor incidencia en nuestros días.

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Cantores que reflexionanEn la prisión de la ansiedad medita un astro en alta voz,gime y se agita como león como queriéndose escapar. ¿De dónde viene su corcel con ese brillo abrumador? Parece falso el arrebol que se desprende de su ser. Viene del reino de Satán, toda su sangre respondió, quemas el árbol del amor, dejas cenizas al pasar.

Va prisionero del placer y siervo de la vanidad, busca la luz de la verdad, más la mentira está a sus pies. Gloria le tiende terca red y le aprisiona el corazón, en los silencios de tu voz que se va ahogando sin querer. La candileja artificial te ha encandilado la razón, dale tu mano, amigo sol, en su tremenda oscuridad.

Qué es lo que canta, digo yo, no lo consigue responder, vana es la abeja sin su miel, vana la voz sin segador. ¿Es el dinero alguna luz para los ojos que no ven? Treinta denarios y una cruz responde el eco de Israel. ¿De dónde viene tu mentir y adónde empieza tu verdad? Parece broma tu mirar, llanto parece tu reír.

Y su conciencia dijo al fin cántele al hombre en su dolor, en su miseria y su sudor y en su motivo de existir. Cuando del fondo de su ser entendimiento así le habló un vino nuevo le endulzó las amarguras de su hiel. Hoy es su canto un azadón que le abre surcos al vivir, a la justicia en su raíz y a los raudales de su voz. En su divina comprensión luces brotaban del cantor.

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Su hermano Nicanor Parra la estimula a realizar el rescate del cancionero del folclor chileno en peligro de extinción y olvido. Por el año 1952, Violeta recorre distintas regiones de Chile con grabadora en mano; de este laborioso trabajo se recapitula una vasta tradición, y con ello comienza su lucha contra los estereotipos que tienen Europa y el resto del mundo sobre la cultura popular en Latinoamérica.

Un ojo dejé en Los Lagos por un descuido casual, el otro quedó en Parral en un boliche de tragos, recuerdo que mucho estrago de niña vio el alma mía, miserias y alevosías anudan mis pensamientos, entre las aguas y el viento me pierdo en la lejanía.

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Mi brazo derecho en Buín quedó, señores oyentes, el otro en San Vicente quedó, no sé con qué fin; mi pecho en Curacautín lo veo en un jardincillo, mis manos en Maitencillo saludan en Pelequén, mi falda en Perquilauquén recoge unos pececillos.

Se m’enredó en San Rosendo un pie al cruzar una esquina, el otro en la Quiriquina se me hunde mares adentro, mi corazón descontento latió con pena en Temuco y me ha llorado en Calbuco, de frío por una escarcha, voy y enderezo mi marcha a la cuesta’e Chacabuco.

Mis nervios dejo en Granero, la sangr’en San Sebastián, y en la ciudad de Chillán la calma me bajó a cero, mi riñonada en Cabrero destruye una caminata y en una calle de Itata se me rompió el estrumento, y endilgo pa’ Nacimiento una mañana de plata.

Desembarcando en Riñihue se vio la Violeta Parra, sin cuerdas en la guitarra, sin hojas en el colihue; una bandá de chirigües le vino a dar un concierto; con su hermanito Roberto y Cochepe forman un trío que cant’al orilla del río y en el vaivén de los puertos.

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Violeta Parra pone en otra dimensión literaria el arte poético compuesto por estrofas de diez versos octosílabos, es decir, las décimas. También la música instrumental, la pintura, el bordado, la cerámica hacen parte de su capacidad expresiva según sus estados de humor.

Salí de mi casa un díapa’ nunca retroceder,preciso dar a entenderque lo hice a l’amanecida;en fuga no hay despedida,ninguno lo sospechó,y si alguien por mí lloróno quise causar un mal;me vine a la capitalpor orden de Nicanor.

Volví del profundo sueño

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Me manda carta el domingo,el lunes viajando va,el miércoles lista yapa’l sitio en su destino,el jueves, un peregrinocartero diciendo: abricia;el viernes nadie malicia,partí para no volver,el sábado en San Javierde mí les mando noticia.

Mi hermano: Vente, decía,pensando en tiempo futuro,l’entiendo mal, me apresuropartiendo sobre la misma;si no me saqué la crismaen viaje de tanto empeño,fue por la nube d’ensueñoque no me deja un instante,entre asustá’ y delirantesalí del profundo sueño.

De tres o cuatro empellonesy en menos de una semanaimpávida, salva y sanacrucé noventa estaciones,la luz de mis ilusionesme trajo sin saber cómovolando cual un palomo;no quise andar en desvíos,mujer que tiene sentidotranquea con pies de plomo.

Mi hermano decía: Vente,que lindo es el estudiar,el mundo es un ancho marlo cruzarás por el puente,a nado puede la muertellevart’en su remolino,busquemos, pues, un caminono me propales contrario,aprend’el abecedarioque te dará buen destino.

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Polonia, Finlandia, la Unión Soviética y otros lugares en Europa abren sus escenarios y oídos en 1954 a Violeta Parra y a su particular voz que pertenece, de alguna manera, a ese grupo de cantautores universales como Pete Seeger, Hank Williams, Atahualpa Yupanqui, Woody Guthrie, Bob Dylan, Leonard Cohen o Chico Buarque.

En Francia graba sus primeros álbumes con rescates de cantos folclóricos y obras de su propia autoría. A la vez hace parte de las tertulias literarias con importantes intelectuales europeos de la época.

Llego a ParísEn ese mes de setiembre,cuando yo llego a la Francia,una planta sin fragancia,una trama sin urdimbre,buscaba como una liebresalvarme del caza’or;visito al Embaja’or,y un tal Mendoza m’explicaque Juan Bautista radicade hace un mes en su nación.

Oscura la circunstanciapar’esta chilena errante,Mendoza muy alarmanteme trata con inorancia;alega de qu’en la Franciacantoras hay por centenas,que forman una cadenadel mar Jónico a l’España,y que París es l’arañade Europa más traicionera.

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Me mete por una mangay por la otra me saca,me ha formado un’alharaca,ministro de la caramba,repite: No es ni una gangaservir de representantede Chile pa´ sus cantantes,pa´ sus pintores y poetas,yo no tengo ni escopetani pólvora abundantes.

Le saco en cara el emblemacon su arrogante huemul,le enrostro el color azulde la bandera chilena,l’entono con mucha pena

nuestra Canción Nacional,más tarde la de Yungayy otras canciones gloriosas,pero se chanta Mendozay diai quién lo va’sacar.

Pero, señor, si yo pidona’ más que un rempujoncito,el resto sale solito,tenga confianza, ministro,de nuevo yo me l’embisto;pero él me mete al embudoy junto con el escudom’enrosca y me desenrosca;Mendoza es como la moscapa’ desatarse este nudo.

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En 1958, incursiona en la cerámica y comienza a bordar arpilleras. Viaja al norte invitada por la universidad, donde organiza recitales y cursos de folklore. También escribe y pinta. De regreso a Santiago, Violeta expone sus óleos en la Feria de Artes Plásticas al aire libre. Durante los años siguientes continúa en su incansable búsqueda de expresiones estéticas.

Para mí, la pintura es el punto triste y oscuro de la vida. En ella trato de expresar lo más profundo del ser humano. Mientras que la tapicería es la parte alegre de la vida.

Cuando regreso al país,el alto montón d’escombrosque cae sobre los hombrosd’esta cantora infeliz;no encuentro ni la raízde un árbol que yo dejara,el diablo lo transplantaraa un patio muy diferente,me dice toda la gente:se lo llevó su cuñada.

Cuando regreso al país

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Entro en mi vieja casucha,siento un nudo en las entrañas,los grillos y las arañasme van presentando lucha,nadie m’esplica o escucha,pregunto por cada cosa:por mis botones de rosa,por mi tejido a bolillo;inútil, respond’el grillo,lo mismo la mariposa.

La memoria anda ausenteen las alturas del cielo,paloma emprendió su vuelo,pa’ mí nunca más presente.Los mayores, penitentes,me aguardan con su paciencia;dos años duró l’ausenciamas hoy están con su mama,con todos en una camadisfruto de su presencia.

Total, con calma y saludvoy enfrentando la vida,no debo estar afligida,lejos veo mi ataúd;algo tendré de virtudcomo no ardo en maldiciones,de nuevo con mis cancionesvoy a juntar centavitos,y plantaré otro arbolitoque me dé sombra y amores.

Por último les avisoque Dios me quitó mi guaguay echó a funcionar la fraguaque tiene en el Paraíso,pasó por Valparaísoy en una linda corbetaque brilla como una cometa,me dice: En este vaporme llevé tu hija menor,pero te tengo una nieta.

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En una Latinoamérica atravesada por la diversidad, la obra de Violeta Parra continúa planteando aristas y posibilidades de interpretación de la cultura popular. Su apuesta en los inicios se nutre de influencias tan disímiles como el bolero, la ranchera, la tonada española o el mismo tango; es su habilidad literaria para componer la que define su estilo.

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Ya se va para los cielos ese querido angelito a rogar por sus abuelos por sus padres y hermanitos. Cuando se muere la carne el alma busca su sitio adentro de una amapola o dentro de un pajarito.

La tierra lo está esperando con su corazón abierto por eso es que el angelito parece que está despierto. Cuando se muere la carne el alma busca su centro en el brillo de una rosa o de un pececito nuevo.

En su cunita de tierra lo arrullará una campana mientras la lluvia le limpia su carita en la mañana. Cuando se muere la carne el alma busca su diana en el misterio del mundo que le ha abierto su ventana.

Las mariposas alegres de ver el bello angelito alrededor de su cuna le caminan despacito. Cuando se muere la carne el alma va derechito a saludar a la luna y de paso al lucerito.

Adónde se fue su gracia y a dónde fue su dulzura porque se cae su cuerpo como la fruta madura. Cuando se muere la carne el alma busca en la altura la explicación de su vida cortada con tal premura, la explicación de su muerte prisionera en una tumba. Cuando se muere la carne el alma se quedó oscura.

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La capacidad literaria para concretar su sentir y el de las comunidades en asombrosas décimas de alto sentido poético, no tiene hoy parangón. Aun así, ella significa la evolución entre la música rural y urbana en Latinoamérica. El vuelo novedoso de sus letras, en apariencia inocentes, destila humor, tensión, ironía y agudeza. Supo huir del panfleto, sin extraviar su constante preocupación por la identidad de la cultura latinoamericana.

[Dedicada a Valentina Teherescova, primera mujer astronauta]

Que sí, que adoren la imagen de la señora María, que no se adore ninguna señora ni señorita; que sí, que no, que mañana, que un viernes de amanecida, que para entrar en la gloria dinero se necesita, mamita mía.

Se ve que no son muy limpios los trigos de esta viña y la maleza pretende comerse toda la espiga, poco le dice la forma con que ha de clavar su espina, para chupar al más débil, que diabla la sabandija, mamita mía.

Qué vamos a hacer con tantos y tantos predicadores, unos se valen de libros, otros de bellas razones, algunos de cuentos caros, milagros y apariciones, los otros de la presencia de esqueletos y escorpiones, mamita mía.

Qué vamos a hacer con tanta plegaria sobre nosotros, hablando en todas las lenguas de gloria, y esto y lo otro, de infiernos y paraísos, de limbos y purgatorios, edenes y vida eterna, arcángeles y demonios, mamita mía.

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Qué vamos a hacer con tanto tratado del alto cielo, ayúdame, Valentina, ya que tú volaste lejos, dime de una vez por todas que arriba no hay tal mansión, mañana la ha de fundar el hombre con su razón, mamita mía.

Qué vamos a hacer con tantos embajadores de dioses, me salen a cada paso con sus colmillos feroces. Apúrate, Valentina, que aumentarán los pastores porque ven que se derrumba el cuento de los sermones,mamita mía.

Qué vamos a hacer con tanta mentira desparramada, Valentina, Valentina, pasemos la escolillada, señores, debajo tierra la muerte queda sellada y todo cuerpo en la tierra el tiempo lo vuelve nada, mamita mía.

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Su actitud ante la vida vertiginosa y desenfadada; y su creación beligerante y tierna, cándida e irónica, hacen de Violeta Parra un fenómeno irrepetible en el arte.

Grupos y solistas de Chile e Iberoamérica han hecho evidente su influjo, desde su tiempo hasta la actualidad: Víctor Jara, Quilapayún, Inti Illimani, Los Prisioneros, Chinoy, Pascuala Illabaca, Nano Stern, Ana Tijoux, Camila Moreno o Manuel García, entre otros. Hablar del auge de la canción chilena sin el legado de Violeta Parra, sería imposible.

¡Que vivan los estudiantes,jardín de las alegrías!Son aves que no se asustande animal ni policía,y no le asustan las balasni el ladrar de la jauría.Caramba y zamba la cosa,¡que viva la astronomía!

¡Que vivan los estudiantesque rugen como los vientoscuando les meten al oídosotanas o regimientos!Pajarillos libertarios,igual que los elementos.Caramba y zamba la cosa¡vivan los experimentos!

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Me gustan los estudiantesporque son la levaduradel pan que saldrá del hornocon toda su sabrosura,para la boca del pobreque come con amargura.Caramba y zamba la cosa¡viva la literatura!

Me gustan los estudiantesporque levantan el pechocuando le dicen harinasabiéndose que es afrecho,y no hacen el sordomudocuando se presenta el hecho.Caramba y zamba la cosa¡el código del derecho!

Me gustan los estudiantesque marchan sobre la ruina.Con las banderas en altova toda la estudiantina:son químicos y doctores,cirujanos y dentistas.Caramba y zamba la cosa¡vivan los especialistas!

Me gustan los estudiantesque van al laboratorio,descubren lo que se escondeadentro del confesorio.Ya tienen un gran carritoque llegó hasta el Purgatorio.Caramba y zamba la cosa¡los libros explicatorios!

Me gustan los estudiantesque con muy clara elocuenciaa la bolsa negra sacrale bajó las indulgencias.Porque, ¿hasta cuándo nos dura,señores, la penitencia?Caramba y zamba la cosa¡que viva toda la ciencia!

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La vida de Violeta Parra es un faro para las mujeres latinoamericanas que han emprendido la búsqueda de un reconocimiento social. Su ímpetu frente a las disyuntivas de la vida está contenido en cada una de sus canciones.

Gracias a la vidaGracias a la vida que me ha dado tanto. Me dio dos luceros que, cuando los abro, perfecto distingo lo negro del blanco, y en el cielo su fondo estrellado y en las multitudes el hombre que yo amo.

Gracias a la vida que me ha dado tanto. Me ha dado el oído que, en todo su ancho,graba noche y días grillos y canarios;martillos, turbinas, ladridos, chubascos,y la voz tan tierna de mi bien amado.

Gracias a la vida que me ha dado tanto. Me ha dado el sonido y el abecedario, con él las palabras que pienso y declaro: madre, amigo, hermano, y luz alumbrando la ruta del alma del que estoy amando.

Gracias a la vida que me ha dado tanto. Me ha dado la marcha de mis pies cansados; con ellos anduve ciudades y charcos, playas y desiertos, montañas y llanos, y la casa tuya, tu calle y tu patio.

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Gracias a la vida que me ha dado tanto. Me dio el corazón que agita su marco cuando miro el fruto del cerebro humano; cuando miro el bueno tan lejos del malo, cuando miro el fondo de tus ojos claros.

Gracias a la vida que me ha dado tanto. Me ha dado la risa y me ha dado el llanto.Así yo distingo dicha de quebranto, los dos materiales que forman mi canto, y el canto de ustedes que es el mismo canto y el canto de todos, que es mi propio canto.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.

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Las lecturas recomendadas por su hermano Nicanor y la idea de ahondar en los conflictos que planteaba la pérdida de identidad en la modernidad, la llevan a realizar una suerte de arqueología por las zonas rurales del Chile profundo. El encuentro con expresiones musicales nativas propició en Violeta y Nicanor una nueva mirada entre lo rural y lo urbano. La esencia de un sentimiento local con sentido cosmopolita, más allá de la nostalgia o los arcaísmos.

Los pueblos americanos Mi vida, los pueblos americanos,mi vida, se sienten acongojados,mi vida, se sienten acongojados.Mi vida, porque los gobernadores,mi vida, los tienen tan separados.

Mi vida, los pueblos americanos.Cuándo será ese cuando,señor fiscal,que la América seasólo un pilar.Cuándo será ese cuando,señor fiscal.

Sólo un pilar, ay sí,y una bandera,que terminen los líosen las fronteras.Por un puñao de tierrano quiero guerras.

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Sus investigaciones definen su nueva línea melódica y poética, y le valen reconocimientos dentro y fuera de su país, en los años cincuenta. Periodo en que los medios de comunicación comienzan a buscar acomodo en expresiones extranjeras, y anticipan el auge de una industria musical sin lugar para las músicas de raíz o para el folclor, intentando sumirla en el olvido o volverla un asunto del pasado. Sin embargo, su obra continúa vigente en un sector de la narrativa y la canción de autor en el mundo.

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Pero, pensándolo bien,y haciendo juicio a mi hermano,tomé la pluma en la manoy fui llenando el papel. Luego vine a comprenderque la escritura da calmaa los tormentos del alma, y en la mía que hay sobrantes;hoy cantaré lo bastantepa’ dar el grito de alarma.

Empezaré del comienzosin perder ningún detalle,espero que no me fallelo que contarles yo pienso;a lo mejor no convenzocon mi pobr’inspiraciónescas’ando de razón,mi seso está ’polilla’o,mi pensamiento nubla’ocon tanta preocupación.

Recularé algunos añosy de lugar mudaré,así les relatarésin “coilas” y sin engaños;que se descarguen los daños

Pero pensándolo bienen la pobre relatora,por no valerle hast’ahorahaberse amarra’o a Chile.Si el canto no le da miles,válgame Dios, la cantora.

Primero, pido licenciapa’ “transportar” la guitarra;después, digo que fue Parra quien me donó l’existencia.Si me falta l’elocuenciapara tejer el relato,me pongo a pensar un ratoafirmando el “tuntuneo”,a ver si así deletreocon claridez mi retrato.

Tenga calma la compañaya viene la despedi’a;la poca sabiduríamis ocurrencias empaña.Siempre la suerte m’engañapor mucha ilusión que tenga;que la fuerza me sostenga si el sacrificio es en vano,y no me condene, hermano:no hay mal que por bien no venga.

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Sus compendios obedecen a un sentido culturalista conexos a las tradiciones, y sobre todo a la relación entre comunidad y naturaleza. Su metodología deviene de su inmersión en esas canteras de expresiones populares, que ella misma fortaleció; un tanto parecido al invaluable trabajo del etnomusicólogo norteamericano Alan Lomax.

Para mí no hay nada más hermoso que las cosas rústicas, quiero emplear todo lo que la naturaleza da y emplearlo tal como de ella nace.

¿Qué he sacado con la luna, ay ay ay,que los dos miramos juntos, ay ay ay,qué he sacado con los nombres, ay ay ay,estampados en el muro, ay ay ay?Como cambia el calendario, ay ay ay,cambia todo en este mundo, ay ay ay.Ay ay ayay.

¿Qué he sacado con el lirio, ay ay ay,que plantamos en el patio, ay ay ay?,no era uno el que plantaba, ay ay ay,eran dos enamorados, ay ay ay.Hortelano, tu plantío, ay ay ay,con el tiempo no ha cambiado, ay ay ay.Ay ay ayay.

¿Qué me he sacado con quererte?

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¿Qué he sacado con la sombra, ay ay ay,del aromo por testigo, ay ay ay,y los cuatro pies marcados, ay ay ay,en la orilla del camino, ay ay ay?¿Qué he sacado con quererte, ay ay ay,clavelito florecido, ay ay ay?Ay ay ayay.

Aquí está la misma luna, ay ay ay,y en el patio el blanco lirio, ay ay ay,los dos nombres en el muro, ay ay ay,y tu rastro en el camino, ay ay ay.Pero tú, paloma ingrata, ay ay ay,ya no arrullas en mi nido, ay ay ay.Ay ay ayay.

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rriba quemando el sol

La reivindicación de los repertorios in situ los vivía a la par de sus creaciones y actuaciones, lejos de un ánimo de inventario taxonómico. Su mirada integral de las expresiones vitales de estos pueblos, es decir, sus comportamientos ante el trabajo, el amor, la recreación y las expresiones estéticas podrían llamarse hoy el sustrato de la cultura chilena y latinoamericana. Esta deviene de la experiencia del desplazamiento, del exilio y de la idea disociadora de modernidad con la que las culturas urbanas y foráneas trataban de negar el sentido de identidad.

Cuando fui para la pampa llevaba mi corazóncontento como un chirigüe, pero allá se me murió, primero perdí las plumas y luego perdí la voz, y arriba quemando el sol.

Cuando vide los mineros dentro de su habitación me dije: mejor habita en su concha el caracol, o a la sombra de las leyes el refinado ladrón, y arriba quemando el sol.

Las hileras de casuchas, frente a frente, sí, señor, las hileras de mujeres frente al único pilón, cada una con su balde y su cara de aflicción, y arriba quemando el sol.

Fuimos a la pulpería para comprar la ración, veinte artículos no cuentan la rebaja de rigor, con la canasta vacía volvimos a la pensión, y arriba quemando el sol.

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Zona seca de la pampa escrito en un cartelón, sin embargo, van y vienen las botellas de licor, claro que no son del pobre, contrabando o qué sé yo, y arriba quemando el sol.

Paso por un pueblo muerto se me nubla el corazón, aunque donde habita gente la muerte es mucho mayor, enterraron la justicia, enterraron la razón, y arriba quemando el sol.

Si alguien dice que yo sueño cuentos de ponderación, digo que esto pasa en Chuqui pero en Santa Juana es peor, el minero ya no sabe lo que vale su sudor, y arriba quemando el sol.

Me volví para Santiago sin comprender el color con que pintan la noticia cuando el pobre dice no, abajo, la noche oscura, oro, salitre y carbón, y arriba quemando el sol.

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Una carpa de circo instalada en el sector de La Reina, a las afueras de Santiago, se convirtió en una suerte de facultad de las artes: conferencias sobre folclor, composición musical, artesanía, danza, muestras de gastronomía autóctona y, por supuesto, la presencia de artistas populares.

Este fue su postrero esfuerzo para hacer frente al inminente avance del esnobismo urbano, de aquella modernidad a contramano. Un tinglado teatral donde estaban presentes sus artesanías, arpilleras y una recreación de esa laboriosidad, de la fiesta y la comida.

Según el favor del viento

Según el favor del vientova navegando el leñero,atrás quedaron las rucaspara dentrar en el puerto;corra Sur o corra Nortela barquichuela gimiendo, /llorando estoy,según el favor del viento, /me voy, me voy.

Del Norte viene el pellín que colorea en cubierta,habrán de venderlo en Castroaunque la lluvia esté abierta,o queme el sol de lo altocomo un infierno sin puerta, /llorando estoy,o la mar está revuelta, /me voy, me voy.

egún el favor del viento

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En un rincón de la barcaestá hirviendo la tetera,A un la’o pelando papaslas manos de alguna isleña,será la madre del indio,la hermana o la compañera, /llorando estoy,navegan lunas enteras, /me voy, me voy.

Chupando su matecitoo bien su pesca’o seco,acurrucado en su lanchava meditando el isleño,no sabe que hay otro mundode raso y de terciopelo, /llorando estoy,que se burla del invierno, /me voy, me voy.

Con su carguita de leñaque viene a vender al puerto,compra su kilo de azúcarpara endulzar sus tormentos.Ya está su cabo de velapara alumbrar sus recuerdos, /llorando estoy,según el favor del viento, /me voy, me voy.

No es vida la del chilote,no tiene letra ni pleito,tamango llevan sus pies,milcao y ají su cuerpo,pellín para calentarse,

del frío de los gobiernos, /llorando estoy,que le quebrantan los huesos, /me voy, me voy.

Despierte el hombre, despierte,despierte por un momento,despierte toda la patriaantes que se abran los cielosy venga el trueno furiosocon el clarín de San Pedro, /llorando estoy,y barra los ministerios, /me voy, me voy.

De negro van los chilotesmás que por fuera, por dentro,con su plato de esperanzay su frazada de cielo,pidiéndole a la montañasu pan amargo centeno, /llorando estoy,según el favor del viento, /me voy, me voy.

Quisiera morir cantandosobre de un barco leñero,y cultivar en sus aguasun libro más justiciero,con letras de oro que digano hay padre para el isleño, /llorando estoy,ni viento pa’ su leñero, /me voy, me voy.

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Su convicción de un folclor dinámico, distante de la inercia nostálgica contenida en los museos, le permitió cuestionar el legado colonialista español de danzas y músicas. Su indagación se centró en los “velorios de angelitos”, las “redondillas”, las “cuecas”, cantando a la par con trovadores populares, asunto despreciado a menudo por la “alta cultura”. Para ello, convirtió la cuarteta, la décima, el chapecao, etc. en sus herramientas de expresión y de canto de un sentimiento atemporal, aún vigente, motor de la famosa Peña de los Parras fundada por sus hijos Ángel e Isabel, inspiración para la llamada Nueva Trova Cubana y otros cantautores en las dos orillas de España y América.

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La lavanderaAquí voy con mi canastode tristezas a lavar,al estero del olvido,dejen, déjenme pasar.

Lunita, lunar,no me dejes de alumbrar.

Tu cariño era el rebozoy nos abrigó a los dos,lo manchaste una mañanacuando me dijiste adiós.

Lunita, lunar,no me dejes de alumbrar.

En la corriente del ríohe de lavar con ardorla mancha de tu partidaque en mi pañuelo dejó.

Lunita, lunar,no me dejes de alumbrar.

Soy la triste lavanderaque va a lavar su ilusión,el amor es una manchaque no sale sin dolor.

Lunita, lunar,no me dejes de alumbrar.

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Su frágil sensibilidad y los apuros económicos, la arrastran a poner fin a su existencia el domingo 5 de febrero de 1967. Más allá de la figura mítica, retocada por los medios para mostrar su aspecto más inofensivo, una Violeta temperamental nos comienza a ser revelada lejos de los idealismos. En su lenguaje caben tanto la más fina lírica como las palabras de grueso calibre, defendiendo la idea de un idioma vivo.

Maldigo del alto cielo la estrella con su reflejo, maldigo los azulejos destellos del arroyuelo, maldigo del bajo suelo la piedra con su contorno, maldigo el fuego del horno porque mi alma está de luto, maldigo los estatutosdel tiempo con sus bochornos, cuánto será mi dolor.

Maldigo la cordillera de los Andes y La Costa, maldigo, señor, la angosta y larga faja de tierra, también la paz y la guerra, lo franco y lo veleidoso, maldigo lo perfumoso porque mi anhelo está muerto, maldigo todo lo cierto y lo falso con lo dudoso, cuánto será mi dolor.

Maldigo del alto cielo

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Maldigo la primavera con sus jardines en flor y del otoño el color yo lo maldigo de veras; a la nube pasajera la maldigo tanto y tanto porque me asiste un quebranto. Maldigo el invierno entero con el verano embustero, maldigo profano y santo, cuánto será mi dolor.

Maldigo a la solitaria figura de la bandera, maldigo cualquier emblema, la Venus y la Araucaria, el trino de la canaria, el cosmos y sus planetas, la tierra y todas sus grietas porque me aqueja un pesar, maldigo del ancho mar sus puertos y sus caletas, cuánto será mi dolor.

Maldigo luna y paisaje, los valles y los desiertos, maldigo muerto por muerto y el vivo de rey a paje, el ave con su plumaje yo la maldigo a porfía, las aulas, las sacristías porque me aflige un dolor, maldigo el vocablo amor con toda su porquería, cuánto será mi dolor.

Maldigo por fin lo blanco, lo negro con lo amarillo, obispos y monaguillos, ministros y predicandos yo los maldigo llorando; lo libre y lo prisionero, lo dulce y lo pendenciero le pongo mi maldición en griego y en español por culpa de un traicionero, cuánto será mi dolor.

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