vientos de amnesia corrección
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Vientos de Amnesia
Francisco Miguel González López
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VIENTOS DE AMNESIA
Francisco Miguel González López
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BREVE INTRODUCCIÓN DEL AUTOR
Han transcurrido más de cuatro años desde que empecé a investigar la represión durante la guerra civil española. Realicé nueve trabajos sectoriales en nueve pueblos diferentes; y, en cada uno de ellos, recogí multitud de testimonios que vivieron, en primera persona, aquel nefasto período. Conforme más profundicé en el tema, más comprensivo fui con los sufrientes, indistintamente de los colores políticos. Sin duda, lo que ocurrió entre 1936 y 1939 supuso una ruptura tan radical en la convivencia entre españoles que todavía, en el presente, hay lastres que han sobrevivido pese al paso del tiempo.
La memoria de la guerra permanece viva. Nunca ha podido ser enterrada completamente, pese a que ciertos sectores de la sociedad están en contra de “remover” el pasado.
De hecho, El “drama civil” ha estigmatizado para siempre la conciencia de muchos axárquicos, con motivo de sus vivencias particulares, pese a los 70 años transcurridos, incapaces de desprenderse de aquellas remembranzas dolorosas. Pude palparlo en las entrevistas a quienes lo padecieron, cuyos diálogos reflejaban cierta confidencialidad, como si el tema del que hablábamos fuera tabú.
Existe, así lo distinguí, un hecho dominante en todo caso. Me refiero al Miedo. Miedo a hablar. Miedo a que <<vuelva a suceder>>. Miedo psicológico por cuarenta años de dictadura, de encarcelamientos injustificados, maltratos, resignación y carencia absoluta de libertad de expresión. Miedo a sufrir de nuevo el peso de haber sido hijo, hermano o familiar de un “rojo”, que era, para el régimen de Franco, mucho peor que ser un delincuente. Y con más razón cuando la represión de ambos bandos salpicó a familias enteras que, incluso en la actualidad, conviven en estos humildes pueblos de la Comarca, donde todo el mundo se conoce, y donde, al menos la mayoría, tiene algún tipo de parentesco: La guerra fue brutal para los municipios de la Axarquía.
Por eso he titulado este libro “Vientos de Amnesia”, refiriéndome a esa aprensión que penetra en el subconsciente de las personas y les provoca esta enfermedad; que, en nuestro caso, es igual a un olvido intencionado.
Teniendo en cuenta esto, esta obra no va a ser un trabajo histórico neto. Permítanme que, por esta vez, me despoje de los atuendos del historiador analista, de las estadísticas, de los cuadros o de las notas a pie de página. No renuncio a ello, pues aparecerán, aunque sea en menor medida, en las páginas de este libro; sólo que relataré una historia real, basada en personajes reales, sobre acontecimiento reales, venciendo, por fin, el silencio y el olvido en honor a las generaciones presentes, que conocerán una historia peliaguda, pero, al mismo tiempo, necesaria para la correcta convivencia y el respeto; las heridas deben de sanarse… No hay mejor forma para ello que conocer, comprender y perdonar el pasado.
Francisco Miguel González López 11 de mayo, 2009
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CAPÍTULO I
“HAY DOS CLASES DE HOMBRES: QUIENES HACEN LA HISTORIA Y QUIENES LA PADECEN”
(Camilo José Cela)
La guerra, el más despiadado invento de la humanidad, acabó derramando la sangre de
muchos inocentes. El suelo, único testigo presencial imperecedero, engulló tantos cuerpos,
víctimas de la violencia más inhumana, convirtiéndolos en menos que rastrojos de un pasado
turbulento. Mientras que el olvido, década tras década, ha silenciado los gritos de aquéllos que
perecieron sin motivo aparente, a mi oído han llegado susurros timoratos narrándome hechos
sorprendentes; vientos de amnesia, que han recobrado la memoria.
Hay un punto en el mapa. Almáchar, tierra de viñedos. Camino por sus laberínticas calles,
bordeo sus níveas casas encaladas y percibo la dulce fragancia de los floreros de infinitos
colores que adornan la entrada de los hogares. Fue en este sitio donde la huella de la violencia
dejó una profunda herida en el sentir de sus habitantes. Es aquí donde pude, aún, vislumbrar el
fantasma de la guerra.
Ocurrió un 18 de julio de 1936, fecha en que España comenzó a desangrarse. Desde
entonces, como dicen las viejas lenguas rotas, “no hubo una sola mujer que vistiese de color”,
siendo el negro, símbolo predilecto del luto, el monocromo predominante ante los ojos de los
almarchareños.
La “jerga” o “juerga”, expresiones utilizadas por los más ancianos del lugar, fue “como
una tormenta terrible que nadie supo predecir y cuyo chaparrón pilló a muchos desprevenidos”.
Este chaparrón acabó con la vida de numerosos vecinos que, para asombro nuestro, no
murieron en el frente luchando, sino, todo lo contrario, fallecieron en la retaguardia como
consecuencia de las peores pasiones humanas.
Se suele hablar de odio, envidia, rencor, mezclados con política y religión; un cúmulo de
causas variadas, no tan fáciles de comprender, detonantes de lo irracional. ¿Cómo se concibe
que en un municipio con dos mil quinientos habitantes se llegara a matar tan despiadadamente,
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cuando todo el mundo se conocía, convivía y se relacionaba a diario? Hasta que se presentara
el maldito verano del 36, desplegando sobre Almáchar la sombra de la muerte, nadie fue
consciente de lo que se avecinaba.
La cuestión, a la hora de analizar los motivos de la guerra, no es conocer el conflicto en
sí, sino cómo se llegó a ese extremo, en el que los hombres dejaron de serlo para transformarse
en lobos sedientos de venganza; en el que trataron de exterminar al “enemigo”, que poco antes
había sido un conocido, un convecino o inclusive un amigo. Todas esas respuestas se hallan en
el pasado, gracias a los testimonios orales de nonagenarios, los cuales me esbozaron un
panorama añejo, sumamente rancio, de aquellos tiempos. Quizá allí encontremos las
respuestas.
Sí, queridos lectores, el mundo en que vivimos no ha sido siempre igual. Cambia
constantemente, evoluciona, progresa; aunque nuestra España lo hizo de forma muy lenta. Son
precisamente esos cambios o esos estancamientos los que influyen en el carácter de las
personas y en las relaciones cotidianas.
Por este motivo, aquella Almáchar de principios del siglo XX, sin duda alguna, no tenía
nada que ver con la que conocemos hoy en día, pues vivía estancada, como la mayoría de las
poblaciones axárquicas, en un letargo histórico tan sórdido que parecía, por entonces,
respirarse aires medievales.
Un hecho tan particular como fue la llegada de la energía eléctrica al pueblo, que no
ocurrió hasta el año 1922, supuso un aparente avance tecnológico, empleado, sobre todo, en el
alumbrado público. Sólo unas pocas familias privilegiadas, contadas con los dedos de las manos,
pudieron instalar el circuito eléctrico privado en sus casas. El resto, como era de esperar,
incapaces de sufragar tales gastos, seguían usando la lámpara de aceite o el quinqué de
petróleo.
Por otro lado, el mal estado de los caminos, que comunicaban Almáchar con otros
núcleos, suponía otro de los tremendos atrasos, pues seguían utilizándose las veredas o
senderos “de herradura”; esas paupérrimas rutas que habían sido transitadas desde tiempos
inmemoriales por los pastores. Para colmo, si alguien quería ir a Vélez, había que recorrer diez
kilómetros de ríos. En el caso de Málaga eran 23 kilómetros y, de ellos, 5 transcurrían por el
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Arroyo de Totalán. Cuando llegaba el invierno, y tras él las lluvias, los ríos, antes secos, crecían
desmesuradamente hasta tal punto que el pueblo permanecía aislado varios días, llegando al
caso de que nadie podía salir para obtener productos de primera necesidad; como el pan,
principal sustento alimenticio.
También, a esto se sumaba el encarecimiento del transporte. Almáchar se encontraba
algo alejada de las dos redes comerciales más importantes de la Axarquía; la primera, la que iba
desde Vélez hasta Alhama, pasando por Ventas de Zafarraya, y desde allí a la vega de Granada;
la segunda, la que transcurría a través de la costa: La carretera de Málaga‐Almería. La mayoría
de los portes se hacía con bestias, lo que ralentizaba el envío de los productos agrícolas. Como
no había ni vehículos refrigerados ni carreteras aptas, la uva, con cuyo fruto se conseguían
mayores beneficios que con la pasa, no podían introducirse en el mercado justo a tiempo
porque se echaba a perder.
Un turismo y una camioneta, propiedad de Don Luís Reyes, eran los únicos aparatos
locomotores en todo el pueblo, por supuesto, para un uso comercial. Si la gente deseaba visitar
Vélez en busca de géneros, había diferentes formas de hacerlo: Primero, una diabla, a modo de
diligencia, sustituía al transporte público, con el único inconveniente de que el viaje costaba dos
pesetas, cuando, en realidad, un jornalero ganaba por día cincuenta pesetas más que el precio
exigido; segundo, o se iba subido en mulo,
que no todo el mundo poseía, o se iba a pie.
Pero esto no es todo. Cuando el río venía
crecido, y ante la casi inexistencia de puentes,
se hacía imposible cruzarlo. Saltaba, pues, a la
palestra uno de los oficios más antiguos y
característicos de nuestra región: el
“avareador”, individuo que utilizaba una
yunta de caballos o bueyes y, por unas perras
gordas, se encargaba de ayudar a las personas
o a los vehículos a cruzar la corriente. Había quienes, incluso, cargaban sobre sus espaldas a los
viajeros y, con increíble fortaleza, lograban llevarlos a la otra orilla sin que éste se hubiese
mojado sus atuendos un ápice.
Avareadores a principios de siglo
FUENTE: Internet
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El agua era otro de los grandes problemas, no porque faltase. Al contrario, por aquel
entonces llovía mucho más que ahora. Pero, en cambio, no existían infraestructuras modernas
para el almacenamiento, canalización y distribución del mismo. De hecho, no había agua
archareños tenían que abastecerse del
que ofrecían tres o cuatro fuentes
públicas de épocas remotas.
Antigua fuente Pública ubicada en la Plaza de la Iglesia
FUENTE: Archivo Municipal de Almáchar
corriente en las casas particulares; por lo tanto, los alm
Además, si las mujeres tenían que lavar
la ropa, lo hacían en el río, ya que no
En otro plano, el tema del urbanismo,
dejaban tras su paso auténticos lodazales, mientras que
había lavandería. Si alguien tenía que ir
a evacuar, iba al campo o lo hacía en los
llamados pozos negros. El agua era un
bien imprescindible y problemático. Sin
ella la vida podía llegar a ser muy difícil.
Cuando se acercaban los secos meses
de verano, los riachuelos se secaban y
se tenía el riesgo de que brotaran
enfermedades de todo tipo como
consecuencia del estancamiento e
insalubridad de los manantiales.
Riachuelo seco, en los bajos de Almáchar
FUENTE: Archivo Municipal de Almáchar
dejaba mucho que desea. Dada la
precariedad con que el suelo de las
calles estaba hecho, generalmente a
base de tierra y guijarros mal
engarzados, en tiempos de aguacero
se transformaban en arroyuelos que
, a la llegada del estío, no dejaban de
ser polvorientas vías jalonadas por cantos rodados que servían de juego a pandillas de niños
descalzos, andrajosos, que las recorrían abstraídos en sus juegos infantiles.
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En cuanto a las viviendas, antiquísimas estructuras
reutilizadas, generación tras generación, cuya
procedencia retrocedía a épocas islámicas, se
amontonaban unas encima de otras, aprovechando
los desniveles de la loma. Los almarchareños más
humildes estaban faltos de las comodidades más
básicas del hogar, como antes hemos referido; sin
agua, sin luz. Apenas había decoración o lujos en
esas casas austeras, oscuras, vetustas. La estampa
de los espacios privados se repetía: Una tímida mesa
por allí, un solitario cuadro en la pared por allá; un
poyete de cocina con algunas perolas de cobre y
unas cuantas tinajas para el agua; una habitación
pequeña para los niños y otra para los aperos de
labranza. Ni que decir tiene que, a excepción de
unos pocos en el pueblo, la mayoría de las familias
dormían en colchones de crin o sobre sábanas
cosidas y embutidas con farfolla. La higiene, mediocremente respetada, brillaba por su ausencia,
siendo frecuente los piojos y las chinches en estaciones veraniegas. Tal vez, si las generaciones
presentes hubiéramos vivido tales insuficiencias, apreciaríamos mucho más las ventajas de
nuestra actual sociedad.
Calle sin asfaltar de Almáchar. Años 30
FUENTE: Archivo Municipal de Almáchar
No obstante, por encima de las anteriores miserias, se daba un atraso todavía más
profundo que no tenía nada que ver con lo meramente material, o sea, que iba mucho más allá
de las tecnologías, el urbanismo, los caminos o el agua. Este retroceso venía de tiempos muy
lejanos. Lo fuimos arrastrando cual lacra imperecedera, determinante en nuestro carácter,
favorecida por unos poderes fácticos que siempre habían dominado la voluntad de las personas.
El miedo, la superstición, el fanatismo religioso, el sentimiento clasista entre pobres y ricos, el
analfabetismo, la incultura, la resignación del indefenso, la explotación de los trabajadores, la
sumisión del pobre; venían a ser los pilares primordiales con los que se sostenía aquella
sociedad heredera de arcaicos roles del Antiguo Régimen. Porque, si tenemos en cuenta que a
lo largo del siglo XIX Europa experimentó un proceso revolucionario promovido por la burguesía
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y en detrimento de la clase obrera, aquí no hubo nada de eso. Los mismos poderes
hegemónicos anteriores a la Revolución Francesa, fecha de inicio del Cambio, conformaron los
tejidos del poder en España hasta bien entrado el siglo XX (todavía hay algunos que siguen en la
cumbre). Por eso, frente a estas desigualdades, se formaba un concepto mental, difícil de
romper, “en el que el pobre se sentía pobre, y el rico, aún más rico”. El mundo se organizaba
como una pirámide social dividida entre privilegiados y no privilegiados.
Basta con afirmar que todavía perduraban ciertos derechos primitivos que el patrón
ejercía con total impunidad, tales como el derecho de pernada para las mujeres e hijas de sus
obreros; horripilante manera de mostrar su arbitrario dominio sobre las personas de clase
inferior.
Pese a que la tierra en Almáchar estaba muy repartida, existía un sentimiento de clase
muy fuerte, aunque, sorprendentemente, puesto en un contexto rural, las diferencias entre
pobres y ricos no eran tan abismales como en zonas latifundistas o en capitales de provincias.
La clase dominante en el pueblo lo conformaban aquellas familias, de ascendencia burguesa,
que habían sido y seguían siendo “clientes” de los mayores caciques de la provincia, los Larios,
los cuales extorsionaban mediante todo tipo de artimañas a los almarchareños para que
votasen a sus candidatos. Desde siempre había existido este tipo de “familiarismo” que
dominaba los engranajes del poder municipal; las alcaldías, los juzgados, el orden público. Eran
abogados, jueces, farmacéuticos, industriales, alguaciles, comerciantes, propietarios, militares
retirados, que durante la Restauración habían tenido carta blanca en su propio beneficio sin
recabar en las desigualdades existentes.
Sobre el caciquismo de los Larios todavía quedan noticias que perviven en la memoria
colectiva de los mayores. Con motivo de las elecciones de 1918, el Marqués de Larios, José
Aurelio Larios y Larios, y el liberal, Modesto Escobar Acosta, se presentaron como candidatos
para Diputados, el primero por el distrito de Torrox y el segundo por el de Málaga. En víspera
de las elecciones La Casa Larios prometió a los almarchareños que, si le votaban, regalaría un
reloj para la torre del campanario de la Parroquia de San Mateo. Al concluir los comicios,
durante el recuento de votos, como en Almáchar Escobar había obtenido más votos que Martín,
Larios lo amañó, con cuya estrategia le llevó a la victoria. Sin Embargo, con posterioridad de
haber ojeado fotos antiguas del pueblo, de los años 30 y 40, no consigo apreciar ningún reloj en
la torre de la parroquia. ¿Cumplió Larios con su promesa? ¿Es ésta una historia real?
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En el mismo escalafón que los anteriores se encontraba la Iglesia, institución
omnipresente que ejercía su ministerio domeñando la moral y las costumbres de la gente
desalentada. Almáchar siempre fue un pueblo profundamente religioso y clara muestra de ello
lo tenemos en los numerosos relatos que nos han llegado; historias semejantes a leyendas
milagrosas, como la que ocurrió con motivo de un naufragio en las costas de Torre del Mar.
Mientras luchaban por mantenerse a flote, a los pescadores se les apareció, entre las
bravuconas olas, la imagen de Jesucristo, gracias al cual pudieron salvar el pellejo. Aunque el
barco acabara en las profundidades del mar, los supervivientes, como agradecimiento por
salvarles la vida, decidieron recompensarle. Recorrieron todas las iglesias de la Axarquía
buscando un santo con los rasgos semejantes al que les ayudó a salir de aquel calvario. Llegó a
ser famosa la noticia de la búsqueda, la cual se extendió por todas las villas de la Comarca, y
cuando la comitiva llegaba a una localidad, los más religiosos rezaban por que hubiera sido su
Cristo el hacedor de milagros. Así, transcurrieron varias semanas hasta que los buscadores
arribaron en Almáchar y hallaron lo que tanto añoraban. Justo al entrar en la Parroquia,
escucharon gritos:
‐ ¡Oh, Alabado sea Dios! ¡Mirad al Santo! – vociferaba el cortejo de beatas que allí se
encontraba. Señalaban con el dedo índice la imagen del Santo Cristo de la Banda Verde, la
imagen más venerada del pueblo.
‐ ¡Mirad en sus hombros! ¡Es un milagro! – repetían una y otra vez.
Los pescadores observaron atónitos como las mujeres habían caído en una especie de
éxtasis divino entre exclamaciones y rezos. Al mirar la figura de referencia, quedaron aún más
boquiabiertos, pues tenía pegado a sus hombros restos de escamas de pescado, signos como
de haber surgido de la mar. No dudaron de la señal providencial que Dios les había puesto,
admitiendo que aquélla era la imagen que los había salvado de una muerte alevosa y, por lo
tanto, compraron un candelabro de plata que el párroco agradeció gustosamente. Los
pescadores marcharon en paz, con la manda cumplida, y felices de poder agradecer a Dios que
les hubiese salvado la vida. ¿Gancho, milagro? Lo cierto es que este episodio ha permanecido
en el recuerdo colectivo. La historia terminó ahí1.
1 Testimonio común de todos los entrevistados.
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Alrededor de la Iglesia había un gran número de seguidores, casi siempre mujeres, con
un sentido religioso muy hondo, los cuales pasaban mucho tiempo dentro de ella. Era común
ver situaciones exageradas, como cuando hablaban con Dios en voz alta: “¿Ayer dónde
estuviste?”, le gritaban. Llegaban, en ocasiones, a azotarse por haber sucumbido en cuestiones
pecaminosas.
A todo esto, viene al caso una historieta muy divertida que ocurrió poco antes de la
llegada al pueblo de la luz eléctrica. En la calle del Arroyo vivía un tal Zorrilla, cuya mujer, al
anochecer, iba todos los días a misa y regresaba a casa ya oscurecido. Su marido le recriminada:
‐ Mujer, no me gusta que a estas horas vayas a rezar. Entre la calle empinada y la
oscuridad, puedes dar un traspié.
‐ ¡De eso ni hablar! – Le reprochaba su esposa con tono enfadado, repitiendo varias
veces – Yo con Dios me acuesto y con Dios me levanto. Yo con Dios me acuesto y con Dios me
levanto.
El Zorrilla, pacientemente, le explicó:
‐ Si cruzas el Arroyo y en la oscuridad te caes y te partes una pierna, ¿Quién lo paga?
¿Dios o el Zorrilla?
Por mucho que intentara convencerla de que la mejor opción sería construir un altar en
la casa para que pudiera rezar en privado, no le hizo cambiar de parecer.
Los domingos, en misa, las mujeres tenían que ir con velo y vestidas con una blusa de
cuello alto y mangas largas; los hombres con chaqueta, daba igual la estación que fuera. Las
unas se sentaban a un lado de la nave central, los otros, separados.
En una ocasión, hubo una sequía que amenazaba con arruinar la cosecha de ese año. Las
mujeres le hablaban al Santo Cristo.
‐ ¡Agua, tráenos Agua, Señor! – le rogaban apasionadamente ‐ ¡Agua, para nuestras
viñas!
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Parroquia de San Mateo
FUENTES: Propia
Súbitamente, una voz sobresalió entre las
peticiones femeninas.
‐ ¡Dale bacalao, ya verás como pide agua!2
Los más jóvenes no pudieron reprimir la risa por
el chiste de aquel blasfemo. Quien habló fue Manuel
Gámez Gámez (a) Chivata quien, más adelante durante
la República, llegaría a ser alcalde socialista.
La Iglesia representaba el ombligo del pueblo. Desde la
torre del campanario las campanas marcaban el ritmo
cotidiano, repiqueteando con sus voces graves y agudas
al compás de unas reglas métricas que ya han
desaparecido. Por ejemplo, para avisar de la misa de los
domingos se daban tres toques seguidos con las
Detalle del campanario
FUENTE: Tomboury
2 Testimonio de José Palma Gámez. Nacido en 1916.
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campanas pequeñas; Cuando fallecía una mujer, primero sonaba dos veces la pequeña y luego
le seguía la grande – tam tam tom, tam tam tom –, si era un hombre, al revés, dos toques de la
grande y una de la pequeña – tom tom tam, tom tom tam –. En caso de incendio las campanas
se volteaban enloquecidamente, señalando el peligro.
En los bautizos, justo al terminar la ceremonia, las campanas pequeñas rumiaban
velozmente. Mientras tanto, en la puerta de la iglesia los chiquillos esperaban la salida del bebé
y los padres, acompañados del padrino, el cual lanzaba cosas para que éstos las cogieran.
Incluso aquí se distinguía la condición social del individuo. Si el padrino tenía un estatus alto,
arrojaba perras gordas. Si provenía de condición humilde, caramelos. Y si no tiraba nada, los
niños se mofaban cantando “raio raio, el padrino se ha peio”3.
En cuanto a la Semana Santa, las imágenes se sacaban en procesión según la costumbre.
Muchos almarchareños tenían la práctica de andar detrás de los tronos haciendo penitencia
mediante procedimientos muy antiguos y ya extinguidos. Caminaban descalzos, con grilletes en
los pies, arrastrando pesadas cadenas. Al cabo de una hora, debido al roce del metal con la piel,
el viandante sangraba. Luego, esto fue sustituido por otra costumbre menos dolorosa, en el que
los penitentes se metían garbanzos duros en el interior de los zapatos, con la finalidad de
provocarle sufrimiento y, con este método, creían expiar las culpas. Mas en estos casos habría
algún listillo que los cocería previamente para evitar tal suplicio.
A principios de siglo las supersticiones formaban parte de las conciencias primitivas,
mostrando, una vez más, el retraso cultural en que se vivía por aquellos tiempos. La creencia en
la existencia de “espantos”4 que se oían en casas abandonadas, como los extraños sonidos de
lamentos y cadenas arrastrando dentro del viejo Molino de Frasco Maza; o el padecimiento de
enfermedades como el “mal de ojo” 5 o la “tiricia” 6 , curadas mediante tratamientos
3 Testimonio de Manuel Cisneros Fernández. Nacido en 1925.
4 Dícese en el folklore tradicional de la aparición o audición de fantasmas que solían escucharse en antiguos edificios en ruina.
5 El “mal de ojo” solía manifestarse en bebés, cuyos síntomas se podían notar en el hundimiento del cráneo o fontanelas del mismo. <<la realidad es que la fontanela hundida indica deshidratación. La deshidratación es una condición seria que requiere asistencia médica inmediata. Los bebés se deshidratan con mucha facilidad y deben
ser tratados de forma adecuada, no basta con darles más agua.>>, en http://espanol.babycenter.com/
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tradicionales, casi esotéricas. Hubo en Almáchar dos curanderos famosos. Frasquita Hidalgo
España quitaba las espinas de los ojos con la lengua y Manuel Lozano curaba la tiricia con la
vista, derramando una lágrima con uno de sus ojos. A las tres o cuatro sesiones el enfermo
recobraba la salud.
Todas estas supersticiones suelen pervivir en las sociedades con un nivel cultural muy
bajo. No olvidemos que más del 70% de la población era analfabeta, cifra espeluznante
comparada a la actualidad. Imaginemos éstas y otras muchas más cosas. Imaginemos un
mundo añejo, enfatizado por enormes desigualdades sociales, y sumergido en una incultura
tremenda. Así era aquel mundo. Así era Almáchar.
6 La Ictericia ha derivado en “Tiricia”; coloración amarillenta de la piel, de las membranas mucosas o de los ojos. puede ser causada por la presencia de demasiados glóbulos rojos fuera de circulación, por el hígado sobrecargado o dañado o por la incapacidad para movilizar la bilirrubina procesada desde el hígado a través del tracto biliar hasta los intestinos. Sin duda, se trataba de un tipo de hepatitis. En http://es.wikipedia.org/wiki/Ictericia
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CAPÍTULO II
“QUIEN TIENE OLIVARES Y VIÑAS BIEN CASA A SUS NIÑAS”
(Anónimo)
Almáchar discurre sobre una loma a 246 metros de altitud. A sus pies serpentean dos
ríos, secos la mayor parte del años, y justo en los alrededores, la tierra se eleva provocando
desniveles tan señalados que es casi imposible caminar por aquellos repechos. Esta peculiar
orografía es idónea para el cultivo de las viñas que, a lo largo de las paredes pizarrosas, se
expanden como sábanas moteadas de un verde vivo. Las manos de los almarchareños han
esculpido pacientemente, desde tiempos remotos, aquellas paredes marrones llenas de gavillas,
arbustos y piedras angulares, transformado el paisaje a fuerza de cavarla terruño en mano7.
El municipio tiene una extensión de 15 kilómetros cuadrados. No es tan grande como
otros pueblos vecinos. Sin embargo, sus propietarios han comprado, poco a poco, tierras allí y
acá, expandiendo sus terrenos por otros términos municipales limítrofes como El Borge, Vélez,
Cútar e incluso Comares. Además, todo el que poseía una casa en el pueblo, también poseía
una finca en el campo, habiendo una perfecta simbiosis entre ambos espacios. Actualmente,
disfruta de más de mil hectáreas de cultivos herbáceos (judías verdes) y leñosos (aguacates y
viñedos). Pero esto no fue siempre así.
A principios del siglo XX las plantaciones de viñas, para la pasa moscatel y el vino,
conformaban el único monocultivo ‐ a excepción de algunas pocas huertas de limones y patatas
destinadas al autoconsumo ‐, con los cuales se sostenían económicamente los agricultores
naturales. La pasa, principal producto comercializado, se exportaba al extranjero, partiendo
desde el puerto de Málaga. Pese a la devastación que sufrió el campo con la plaga de la filoxera
7 A partir del siglo XVI la vid comienza a cultivarse en la Axarquía.
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en 18778, Almáchar se recuperó rápidamente, siendo el municipio con mayor producción
agrícola de la provincia, incluso, al faltar mano de obra, jornaleros de los alrededores venían
cada año buscando trabajo en la vendimia.
La producción de la uva‐pasa puede definirse como uno de los trabajos más duros y
persistentes de la agricultura local, pues ocupa casi todos los meses del año. Las labores
comienzan en invierno con la poda de las ramas secas, dejando sólo la cepa para que, de este
modo, salgan nuevos tallos. La cava es la siguiente tarea, sin duda la más dura, teniendo en
cuenta las escarpadas laderas de dificilísimo acceso y la dureza del suelo. Se trata de remover la
tierra para que así las raíces de la vid puedan crecer mejor. A partir de aquí, en los sucesivos
meses, hay que cuidar las cepas con mucha dedicación, tratando las hojas con la finalidad de
eliminar parásitos y cortando las malas hierbas que crezcan en los alrededores impidiendo, así,
que drenen el agua.
A primeros de mayo y junio los racimos
comienzan a engordar. Acto seguido, se
despuntan las ramas para que toda la
fuerza vaya a los racimos. Desde aquí en
adelante, hasta el final del verano, el
labrador debe de echarle un vistazo
asiduamente a las viñas, las cuales se
asoman tímidamente buscando el
benefactor sol. Ya a finales de agosto,
todo este proceso acaba en la vendimia,
que será el momento en el que se
recolecten las uvas para ser enviados a
Almáchar: Recolección de la uva‐moscatel.
Obsérvese las pedreras o cajas de madera donde se depositaban para su transporte
FUENTE: Temboury
8 <<La filoxera o dactylosphaera vitifoliae, es un insecto parásito de la vid que causó estragos en los viñedos de medio mundo. En 1877 esta plaga llegó a los campos malagueños, y causó importantes daños a unos de los pilares de la economía de la zona, el sector vitivinícola. Esta plaga arrasó los viñedos de la provincia malagueña, sobre todo los de la comarca de la Axarquía, arrasando su producción de uva moscatel original. Para recuperar la producción de vino hubo que valerse de una variedad de cepa americana (vitis labrusca), mediante porta injertos de las vides europeas sobre las raíces de las americanas, que son resistentes a este insecto>> en http://es.wikipedia.org/wiki/Wikipedia:Portada
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los paseros. En este duro paso, lo abrupto del terreno hace que en algunos sembradíos ni
siquiera los mulos puedan acceder, siendo transportado el fruto, como ocurría antaño, a mano
usando canastos de mimbre.
El punto final lo ponía la vendeja, momento
en el cual las pasas son clasificadas y
empaquetadas mientras los compradores se
pasean por las fincas cerrando negocios con
los labradores. Luego, las cajas son
transportadas a Vélez y a Málaga para ser
almacenadas a esperas de su exportación.
Sobre 6 o 7 personas se necesitaban para mil
cajas de uvas.
Almáchar: Pasero donde se seca la uva transformada en pasa
FUENTE: Temboury
Tiempo atrás, cuando llegaba la fecha del 1 de mayo,
había una parada en las labores agrícolas, tiempo que,
como antes se ha explicado, se empleaba en esperar a
que engordasen las uvas. En este paréntesis la mayor
parte de los obreros hacían “una vaga de trabajo”, lo
que significaba que abandonaban el pueblo y
marchaban al Valle del Guadalhorce, la Vega de Granada,
Écija, Antequera, Mollina, donde trabajarían en la siega
del trigo. Los almarchareños regresaban el 30 de Julio,
día de la feria del pueblo, que coincidía con el comienzo
de la vendimia. En estos días era habitual ver por las
calles jornaleros, en número de 150, procedentes de
Benamocarra, Comares, Iznate, Borge, Cútar, buscando
trabajo. Ésta era la vida cotidiana de los trabajadores
del campo, una vida que llegaba a ser fatigosa, nómada, por los continuos traslados a otros
puntos de Andalucía con el objeto de conseguir unos cuantos jornales más para alimentar a la
familia.
Almáchar: Tradicionalmente se pisa la uva para confeccionar vino
FUENTE: Temboury
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Vendimiadores del Borge
FUENTE: Archivo Municipal del Borge
El campo guardaba, además, un enorme problema estructural, de difícil solución. Se
manifestaba particularmente asociado al trabajo en sí. Los niveles de coalición entre obreros y
patronos estaban totalmente desequilibrados. Al contrario que en el resto de Europa, donde los
movimientos obreros habían conseguido grandes victorias en el plano laboral, aquí un patrón
tenía total impunidad para hacer y deshacer de un modo totalmente despótico, pues no
existían sindicatos consolidados, ni medios modernos de contrataciones, ni bolsas de trabajo, ni
seguridad social, ni libertad de asociación, estando los grupos sindicales unas veces clausurados
y otras veces perseguidos. El corrupto sistema de la Restauración tampoco promovía cambios a
favor de los desfavorecidos. Un trabajador era prácticamente un instrumento sin voluntad para
reclamar posibles incidencias. El patrón lo podía despedir sin ningún tipo de indemnización,
incluso no pagarle los jornales devengados si venía el caso, y el afectado, a su vez, no tenía
ninguna institución a la cual acudir en ayuda porque tanto la Justicia como los poderes
administrativos estaban del lado del señorito.
18
Los mayores cuentan un sin fin de historias que avalan esto, como la de un jornalero que,
durante la vendimia, fue requerido por un patrón para que cogiera las cajas de pasas que tenía
en el Partido del Panderón y las llevara al Partido del Roldán. Justo al acabar la tarea, se acercó
a la plaza del pueblo y, encontrándose con el amo de las cajas, le pidió los 11 duros que le
correspondía por haberle hecho la faena. Éste, como tenía un billete de 20 duro, se acercó a un
bar, por si podía cambiarlo. Pero aquel billete era muy grande y se lo rechazaron, así que el
jornalero no pudo cobrar sus honorarios. Pasó el tiempo sin éxito, hasta que otro día se cruzó
con el patrón e insistió de nuevo.
‐ “vamos a echar pelicos a la mar” y aquí no ha pasado nada – le dijo el patrón
descaradamente deseoso de quitarse de encima aquel pesado.
‐ Mirad usted, que yo soy pobre, no tengo ni para ropa ¡Y son 11 duros! – Le contestó.
No tenía intención de dárselos. Le ignoró. Al poco, lo vio en el río montado en una mula,
se agarró a la cola del corcel y reteniéndolo exclamó:
‐¡Págueme, que soy pobre!
Pero el patrón azuzó el lomo del mulo y consiguió desprenderse de su captor, evitando
una vez más apoquinar la deuda. Los amigos del jornalero le aconsejaron que no se enemistara
con él hasta el punto de hacerle daño, pues seguramente, si lo hacía, le caería una grave
denunciado y tendría todas las de perder,
en vistas de que el deudor era amigo del
juez municipal. De este modo, aquel
hombre nunca cobró y se tuvo que
resignar9.
“Siempre el obrero le ha buscado el
sustento a los patronos. Nosotros les
cavábamos las viñas y le labrábamos sus
tierras y ellos, mientras tanto, jugando al
Segadores en la siega
FUENTE: Internet
9 Testimonio de José Palma Gámez. Nacido en 1916.
19
dominó en el Bar. La tierra en Almáchar estaba muy repartida aunque, así, había familias con
bastantes riquezas con fincas muy buenas. Siempre habían sido ellos los que habían gobernado
aquí”, dice otro testimonio10.
¿Quiénes mandaban en Almáchar? Sobre todo familias de rancio abolengo, apegadas a
la Iglesia, con un nivel económico considerable. Habían sido clientes de los Larios y habían
regido los destinos del pueblo desde siempre. No es de extrañar que, como solía pasar,
amparados por el régimen monárquico, un mismo alcalde se asentaba en el poder durante
lustros, ya que no tenía oposición ninguna. En nuestro caso estaban los “Habicholones”11, tres
hermanos que formaron un triunvirato cerrado. El primero era el alcalde; el segundo, el juez; y
el tercero, el aguacil. Tenían, a su vez, propiedades por todo el municipio, sumado al monopolio
de las tiendas de comestibles, o sea, el abasto. Ellos, y otras familias también con tiendas, se
agrupaban en torno a un grupo sumamente conservador y reaccionario. Eran los patronos del
pueblo que, pese a no estar oficialmente organizados como agrupación (porque no les hacía
falta), se destacaban por sus fechorías recortando, regateando o disminuyendo el jornal de los
obreros.
Por otro lado, durante la temporada de la siega, muchos almarchareños, antes de salir,
acudían a estas familias, las cuales concedían préstamos a quienes necesitaban llevarse algo de
dinero para el viaje. Al mismo tiempo, las mujeres que se quedaban en el pueblo, al verse sin
un céntimo, fiaban las compras en la tienda hasta que sus maridos regresaran y, entonces,
abonaban las deudas. Pero como, en ocasiones, debido a las malas cosechas, los jornaleros
volvían aún más empobrecidos, debiendo una larga lista de deudas, los prestamistas y los
dueños de los comercios, ante la incapacidad de cobrar, se quedaban con parcelas de tierra del
entrampado o “acotaban”12 sus olivos, si los tuviera, como prima por lo adeudado. Algunos
incluso lo perdieron todo por culpa de este sistema feudal de embargo.
10 Testimonio de Francisco Martín Gámez, nacido n 1920.
11 Según el vocabulario popular, “habicholón” es una persona obstinada, cabezota.
12 “Acotar” hace referencia a delimitar los olivos escriturándolos, que pasaban a propiedad del prestamista.
20
Consecuentemente, los dueños de los comercios controlaban la entrada y salida de los
géneros e impedían que los quincalleros de fuera vendieran sus productos en el pueblo. Los
quincalleros, que venían generalmente de Benamocarra, municipio mucho más pobre que
Almáchar en aquel tiempo, se dedicaban a vender dulces, pescado, ropa, alpargatas, muñecos
de trapo, etc. Estaban tan necesitados que mostraban un aspecto cochambroso, clara visión de
la miseria que los rodeaba.
“Había niños que venían de Caleta de Vélez con un saquillo de diez kilos de almejas colgado a
las espaldas, descalzos, sin camisas. Recorrían las calles pregonando el género. Los
almarchareños, afligidos por esa triste imagen, le regalaban ropa y comida”13.
El obrero sobrevivía muy ajustadamente. El jornal, de sol a sol, era de 2 pesetas,
mientras que un pan valía 1 peseta. Si llovía, no trabajaba. Y si no trabajaba, no tenía para
comer. El patrón, cuando había vendido las pasas, pagaba a sus trabajadores. Pero nunca lo
hacía de la misma manera, recortando los jornales por lo que a él se le antojaba como gastos
bilaterales. En caso de que la cosecha se perdiera, como consecuencia de aguaceros o sequías,
se quedaban sin cobrar. Entonces, echaban mano de la
Beneficencia, que para nada sofocaba la angustiosa situación
por la que atravesaban.
En resumen, las relaciones entre ambos bloques eran tan
escarpadas como la misma tierra que circundaba los parajes
pizarrosos del municipio. Existía mucha tensión. Aunque los
obreros estuviesen avasallados por el sistema, sin apenas
derechos, soñaban con que algún día su situación cambiara,
como así sucedió más adelante con el advenimiento de la II
República.
Caricatura: El sueño de un conservador
13 Testimonio de José Palma Gámez, nacido en 1916.
21
CAPÍTULO III
“EN ESTA HORA DE FERVOR DE AMBIENTE REPUBLICANO, LA FIGURA DE DON NICETO, LLENA DE
SERENIDAD Y PRESTIGIO, ES EL EXPONENTE DE LA HORA HISTÓRICA QUE VIVIMOS”
(El Popular, 14 de abril de 1932)
Tras las elecciones que dieron una victoria abrumadora en las urnas a los partidos
republicanos, el 14 de abril de 1931 se proclama la II República en España. El rey se exilia a
Francia, al mismo tiempo que nace un nuevo período político que despierta las esperanzas
de la clase obrera.
Niceto Alcalá Zamora, natural de Priego de Córdoba, fue nombrado presidente de la
República, quien vino a representar, comparándolo con tiempos más recientes durante la
Transición española, la derecha aperturista, pues él era un republicano católico declarado
como tantos otros. Junto con Miguel Maura, encabezaba la lista del partido republicano
conservador, que incluía a la burguesía liberal, garantizando, de este modo, la continuidad
política de éstos dentro de un régimen diferente. La figura de Zamora sirvió para intentar
arrimar al centro a las facciones completamente antagónicas. Fue, por lo tanto, un nexo de
unión, un luchador que quiso mantener a flote la reciente Democracia. Por eso, lo vitoreaban
con entusiasmo por todas partes en esas jornadas históricas, incluso aquí, en Almáchar, con
la excepción de que sucedió un incidente anecdótico.
Ese 14 de abril, una manifestación, formada por gente de los pueblos adyacentes,
irrumpió en Almáchar, desde el camino del río, al grito de ¡Viva la República! ¡Viva Alcalá
Zamora! Las calles se llenaron de un jubiloso gentío encabezado por la bandera tricolor; roja,
amarilla y morada. Un jovenzuelo, alto, de unos 16 años, justo al pasar delante de su casa, se
unió a la vanguardia. Él, debido a su juventud, no sabía quien era ese tal Zamora, ni mucho
menos qué significaba la República, pero respondía con igual fuerza a los vítores que se iban
repitiendo de trecho en trecho.
22
Cuando llegaron a la plaza de la Iglesia, el joven vio a lo lejos a un abuelo del pueblo,
sentado, tomando el sol como de costumbre. Los lugareños le apodaban Zamora, justo como
el nuevo presidente; lo conocían por sus ideas monárquicas y religiosas. El anciano, al
escuchar los gritos de las masas, y como estaba medio sordo, creyó entender ¡Vamos a por
Zamora!, lo que le produjo tal pavor que, entre sollozos, salió corriendo en dirección
contraria, exclamando con las manos en la cabeza ¡Ahí, que ya vienen a por mí! Hasta que se
ocultó en su casa aterrorizado14.
Otro chavalillo, de unos seis años, caminaba por las afueras del pueblo cuando
contempló a unos niños, mayores que él, golpeando con un palo la boca encofrada de un
pozo. El ruido grave que producía cada impacto iba acompañado de un ¡Viva la República!,
repetido una y otra vez. El mocillo se quedó boquiabierto.
Ayuntamiento viejo de Almáchar, desde donde se proclamó la II República
FUENTE: Archivo Municipal de Almáchar
14 Testimonio de Ramón Portillo Santiago, nacido en 1918
23
Entonces, siguió andando. Se encaminaba hacia la casa de su madrina, la cual se
encontraba al final de la calle del Cuartel de la Guardia Civil. Al lado de éste, se erguía un
viejo álamo cerca de una terraza abrupta. El chiquillo escuchó mucho escándalo cercano a
ella. Se asomó y vio a una numerosa muchedumbre guiada por una bandera de tres colores.
No comprendía lo que estaba sucediendo y, al fin, decidió no entretenerse más.
Al llegar a la casa de su madrina, le dijo con un matiz de inocencia, propio de un
infante:
‐ ¡Madrina! ¿Sabes lo que he visto? Hay en la calle una procesión sin santos…15
Ella lo miró mostrándole una sonrisa benevolente, aunque, seguidamente, hizo una
mueca de preocupación. Después de la Dictadura de Primo de Rivera, el país volvía a estar
dirigido por políticos, ésta vez de diferentes colores, y muchos temían por lo que pudiese
pasar. La historia del país estuvo marcada por continuos golpes de estado y duras
represiones. Nadie, absolutamente nadie, sabía hacia dónde desembocaría aquello que se
estaba levantando como un mundo nuevo, revitalizador, de libertad absoluta.
Así transcurrió el primer día, cuando fue proclamada la II República en Almáchar. No
obstante, las elecciones se impugnaros aquí, no se sabe si por iniciativa de los partidos
republicanos, en contra del caciquismo local y las irregularidades que solían acompañar estos
actos; o más bien, por fallos del censo electoral. Lo cierto es que hasta mayo no se votaría en
una segunda vuelta, y durante ese mes se creó una Gestora a cuya cabeza fue nombrado
Francisco Muñoz Fernández, un republicano de viejo cuño. Al llegar los esperados comicios,
se presentarán 10 monárquicos, 5 radical‐socialista y 5 socialistas16. Los resultados darán la
victoria, mediante pacto, a los republicano‐socialistas, se da, así, el primer golpe contra los
derechistas locales.
El republicanismo no surgió de la nada. No fue una obra de unos pocos años. Habían
existido, con anterioridad, partidos políticos de signo republicano y obrero, que se
15 Testimonio de Miguel Cisneros Fernández. Nacido en 1925.
16 VELASCO GÓMEZ, JOSÉ: La Segunda República en Málaga. 1931‐1936. Ágora. Málaga. 2008. Pág. 99
24
remontaban a la primera década del siglo XX. A decir verdad, entre 1910 y 1920, se produce
una gran eclosión de agrupaciones políticas como resultado de las insistentes visitas que
realizaban por la zona los grandes ideólogos de la época, como lo fueron el socialista Pablo
Iglesias y los republicanos Hermenegildo Giner de los Ríos, Pedro Gómez Chaix o el mismo
Lerroux, cuyos mensajes se basaban en la concienciación de las masas proletarias con la
finalidad de conseguir un asociacionismo cohesionado que pudiera combatir el caciquismo
de los Larios. Vélez‐Málaga, ciudad donde se arraigaba el republicanismo, se convirtió en
punto de referencia de mítines y conferencias. Los almarchareños, al pillarles cerca, iban a
Vélez y, de este modo, contactaban con los líderes locales y provinciales.
El 11 de julio de 1910 se organiza, por primera vez, una Sociedad Instructiva llamada
“El Renacimiento”. Se trató de una especie de sindicato obrero que acogía el ideario del
Partido Socialista. Entre las bases primordiales del estatuto se contaba con el deber de
instruir y educar a cuantos individuos aspirasen a su emancipación económica. También, en
caso de que un socio estuviera enfermo o accidentado y no pudiese trabajar, el sindicato le
ayudaría con todos los recursos que estuviese en sus manos; o si algún asociado era
maltratado por otro individuo o entidad, ésta defendería al afectado a través de los medios
legales a su alcance. Todo esto se ponía en vigor como medida importantísima para la
protección del trabajador, que desde siempre había estado desprotegido y desatendido.
La sociedad lo constituían mayormente labradores y pequeños propietarios con un
nivel económico y cultural cómodo, aunque también había entre sus filas algunos jornaleros
sin tierra. Sus miembros conocían los graves problemas que acuciaban a la clase trabajadora,
por lo tanto, se comprometieron con la causa proletaria, en ayudar a mejorar su situación.
Tuvieron una actividad vigorosa durante 9 años. En ese tiempo hicieron gestiones de todo
tipo: leían y vendían el periódico “El Socialista”, compraron un retrato de Pablo Iglesias,
celebraron el 1º de Mayo, hicieron viajes de visita al comité provincial y al nacional, ayudaron
a varios obreros necesitados, etc.
Como contra réplica, el 25 de diciembre de 1919 se organiza el Sindicato de
Labradores, en el que se integró la antigua asociación “Unión de Labradores de Almáchar”.
Ingresaron en él propietarios, colonos, renteros, aparceros, ganaderos, venteros. El sindicato
tenía como objetivo “el estudio y la defensa de los intereses agrícolas y materiales de la
25
localidad y los de cada uno de los asociados, fomentando, sobre todo, la armonía y buenas
relaciones entre propietarios y braceros, como base precisa para la prosperidad de la
agricultura y la industria del campo”17. Detrás del sindicato se afiliaba la patronal local,
teniendo éste un carácter apolítico, “pues no se podía hablar de política dentro del local, ni
conspirar en contra de ninguna otra agrupación, sino con fundado motivo, bajo multa de 5
pesetas o expulsión”18.
Es de suponer que, ya por estas fechas, va a ver desavenencias entre ambos grupos,
ya que los primeros representaban a un sector con una carencia descomunal de derechos
laborales, mientras que los segundos componían la clase acomodada, en otras palabras, la
burguesía agraria.
A partir de 1931 hasta 1937, se abre el abanico de partidos políticos, tanto de
derechas como de izquierdas, acorde con los que se venían gestando de atrás o se crearon
nuevos. Cada uno seguía las directrices de sus líderes, muchos de ellos cambiaron y se
fusionaron en este período; El Partido Socialista de Largo Caballero, Acción República e
Izquierda Republicana de Manuel Azaña, Partido Republicano Radical de Lerroux, Partido
Republicano Radical Socialista de Marcelino Domingo, Acción Popular y Unión de Derechas
de Gil Robles; o bien, sindicatos obreros o patronales como la Sociedad Socialista “El
Porvenir” y “Los Luchadores de Almáchar” adeptos a la U.G.T., o Democracia Rural
Republicana, de corte patronal. Vemos, pues, que la variedad en Almáchar era abrumadora,
tales eran sus raíces en los movimientos políticos del pasado.
En los dos primeros años habrá cinco alcaldes, seguramente motivado por el pactismo
entre las dos fuerzas principales de izquierda en Almáchar: socialistas y radical‐socialistas. En
el año 1932, debido a la escisión dentro del partido Radical‐Socialista, sus miembros se
alienarán entre el Partido Socialista y el Partido Radical de Lerroux.
Sin embargo, en los primeros meses de la Democracia, la derecha, conjuntamente a la
patronal, carecía de organización cohesionada. Será, a partir de 1932, cuando comiencen a
17 Estatutos del Sindicato de Labradores de Almáchar. Archivo de la Gobernación. AHPM
18 Estatutos del Sindicato de Labradores de Almáchar. Archivo de la Gobernación. AHPM
26
estructurarse en torno a los partidos conservadores y, desde aquí, harán una política de
desprestigio contra los socialista, quienes obtuvieron la Alcaldía por las urnas.
PARTIDOS POLÍTICOS. ALMÁCHAR
SOCIEDAD INSTRUCTIVA “EL RENACIMIENTO”
11 julio de 1910
SEDE SOCIAL: calle del Agua nº 2, en agosto de este año se traslada a calle de Monte nº 7 Comisión organizadora: José España, Antonio Cisneros, Alonso España.
PRIMERA JUNTA, 27 de junio de 1910 Presidente: José Gámez Ríos
Vice presi: Antonio Gámez Gámez Tesorero: Antonio Gámez Santana
Secretario‐contador: Manuel España Santana (labrador en el 36) Bibliotecario: Alonso España España
Vocales: Manuel Barranquero Villalba (propietario en el 36), Manuel Gámez Gámez (jornalero en 1936), Antonio Gámez España (labrador en el 36), Antonio Núñez Fernández.
Junta de 1911, 1º febrero
Presidente: José Gámez Ríos Vice presi: Pedro Gámez González (labrador en 1936, 21 años en 1910)
Secretario: José Pérez Villalba Tesorero: Manuel España Santana
Contador: Francisco Gámez Gámez (propietario en 1936, 60 años en 1910) Bibliotecario: Alonso España España
Vocales: Antonio Gámez España, Antonio Núñez Fernández, Manuel Villalba Gutiérrez.
Junta del 2 de enero de 1912 Presidente: José Gámez Ríos
Vice presi: Antonio Núñez Fernández Secretario: Alonso España España Tesorero: Manuel España Santana Contador: Francisco Gámez Gámez
Bibliotecario: Antonio Cisneros Santana Vocales: Antonio Pérez España, Francisco Lozano Morales y Manuel Barranquero Villalba.
Junta del 4 de enero de 1913
Presidente: Francisco Portillo Villalba Vice presi: Juan Ríos Barranquero Secretario: Alonso España España Tesorero: Antonio Cisneros Santana Contador: Manuel Gámez Gámez
Bibliotecario: Antonio Gámez Gámez
27
Vocales: Antonio Pérez España, Juan Núñez Fernández, Manuel España Santana, José Portillo Fernández
Junta del 15 de enero de 1914
Presidente: Juan Núñez Fernández Vice presi: José Gámez Ríos
Tesorero: Juan Ríos Barranquero (propietario) Contador: Manuel Gámez Gámez Secretario: Alonso España España
Bibliotecario: Antonio Gámez Gámez Vocales: Antonio Pérez Gámez, Antonio Núñez Fernández, José Pérez Santana y Manuel
Barranquero Villalba.
Junta de 1921, 1º de enero Presidente: Antonio Pérez Palma Vice presi: Esteban López Pérez Secretario: José Fernández Pérez
Tesorero: José Gámez Ríos Contador: Vicente Barranquero Ruiz Bibliotecario: Juan Portillo Fernández
Vocales: Juan de los Ríos Villalba, Diego Lozano Ríos, Juan Ramón Barranquero Ruiz
SINDICATO DE LABRADORES
Acta de fundación, 25 de diciembre 1919. Se ratifica en la Gobernación en Abril 1920
SEDE SOCIAL: Calle Triunfo, 18. Planta baja.
Comité DIRECTIVA FUNDADORA
Presidente: Francisco Portillo Villalba Vicepresidente: Vicente España Pérez
Secretario: José Gámez Mena Vicesecretario: José Pérez Santana Tesorero: Antonio Pérez Gámez
Vocales: Manuel España Santana, José Pérez Gámez, Francisco Gámez Díaz.
El 17 de abril se vuelve a nombrar otra directiva oficial Presidente: Vicente España Pérez
Vicepresidente: Francisco Portillo Villalba Secretario: José Gámez Mena
Vicesecretario: José Pérez Santana Tesorero: Antonio Pérez Gámez
Vocales: Manuel España Santana, José Pérez Gámez, Francisco Gámez Díaz
El 23 de enero de 1921 se vuelven a reelegir los cargos Presidente: Francisco Gámez Otero Vice presi: Francisco Portillo Villalba
Secretario: José Pérez Santana Vicesecretario: Francisco Ruiz Gámez Tesorero: Sebastián Reyes España
28
Contador: francisco Lozano Morales Vocales: Antonio Gámez Palma, Manuel España Santana y Francisco Gómez Díaz.
CÍRCULO REPUBLICANO RADICAL SOCIALISTA
(30‐4‐1931 primera acta fundación)
IDEARIO: Partido Radical Socialista SEDE SOCIAL: Calle Forfe nº 2
DIRECTIVA
Presidente: Juan Muñoz Fernández Vicepresidente: Juan Barranquero Díaz Secretario: Juan Fernández Gutiérrez 2º secretario: Antonio Ruiz Fernández Tesorero: Francisco Portillo Villalba Contador: José Portillo Gutiérrez,
Vocales: Manuel España Palma, José Palma Gutiérrez, Manuel Gutiérrez Gámez, Juan Portillo Fernández, José Pérez Fernández, Plácido Gutiérrez Cisneros
Presidentes honorarios: Pedro Gómez Chaix y Pedro Almansa Ochandorena.
DEMOCRACIA RURAL REPUBLICANA
28 de mayo de 1931
SEDE SOCIAL: Loma de Chicharra SOCOS FUNDADORES: Francisco Gámez, Juan Alcántara, Pedro Martín, Antonio Pérez,
Francisco España, Antonio Reyes, José Gámez,
Junta 31 de enero de 1932* Presidente: Francisco Gámez Otero Vice presi: Juan Alcántara Reyes Secretario: Antonio Pérez Sánchez Tesorero: Pedro Martín Pérez
Contador: Antonio Pérez Alcántara Vocales: Antonio Pérez Barrera, Francisco España Gámez, Antonio Reyes Gámez
*Este día, en sesión extraordinario, piden la baja varios miembros y se decide por unanimidad
dar de baja a la agrupación por la falta de afiliados.
ACCIÓN POPULAR
SEDE SOCIAL: Plaza Santo Cristo, nº 5 IDEARIO: confesional católico de derechas, Ángel Herrara Oria
19 julio de 1932
JUNTA ORGANIZADORA: José, Antonio y Francisco Gámez Gutiérrez (Habicholones?), Juan Palma Gutiérrez, José Oliva Claros, Cristóbal Villalba Gámez, José Gámez España, José Cisneros
29
Gutiérrez, Francisco Gámez España.
ACCIÓN REPUBLICANA
Acta fundación 30 de julio 1931 IDEARIO DE MANUEL AZAÑA SEDE SOCIAL: Calle Plata nº 11
135 socios
Junta Inaugural Presidente: Jacinto Palma Gutiérrez Vice presi: Francisco Reyes Martín Secretario 1º: José Palma Gutiérrez
Secretario 2º: Federico Gámez Fernández Tesorero: Francisco Ruiz Gámez
Contador: Prudencio Palma Gutiérrez Vocales: Baltasar Reyes España, Sebastián Reyes España y Francisco Martín Fernández, Antonio
Gámez España y Pedro Gutiérrez Martín
Junta elegida el 2 de enero de 1932 – la misma.
PARTIDO REPUBLICANO RADICAL
SEDE SOCIAL: Calle Monte nº 8
22 de agosto de 1932 IDEARIO: Alejandro Lerroux
Comité ejecutivo inaugural: Antonio y José Pérez, Antonio Ruiz y José Palma
No viene la acta de constitución
AGRUPACIÓN SOCIALISTA
Agosto 1932 Se reúnen el 14 de este mes los 25 miembros de esta agrupación y constituyen la Junta
Directiva.
Presidente: José Gámez Gutiérrez Vice presi: Manuel Martín Santana Tesorero: Matías Cisneros Gámez
Contador: Juan Fernández Gutiérrez Secretario: Francisco Martín Santana Vicesecretario: Carlos González Gámez
Vocales: Salvador Portillo Fernández, Francisco Barranquero Díaz y Manuel España Santana
30
JUVENTUDES SOCIALISTAS
2 de octubre de 1933 Se constituye en el Centro de la Sociedad Obrera Socialista “El porvenir” ese día.
SEDE: Calle Arroyo, habitación de la casa de Frasco Maza Afiliados: 30
Comité Directivo:
Presidente: Andrés Martínez Hernández Secretario: Diego Gutiérrez Portillo (25 años) Tesorero: Antonio España Morales (23 años)
Vocal: José Barranquero España (23 años), Alfonso Gámez Revidiego.
Junta del 11 de enero de 1936 Presidente: Federico Barranquero Díaz
Secretario contador: Alfonso Gámez Revidiego Tesorero: Antonio España Barranquero
Vocales: Antonio Gámez Cisneros, José Ruiz Navas
SOCIEDAD SOCIALISTA EL PORVENIR (U.G.T.)
8 de mayo de 1931
Sede Social: Calle Alta COMISIÓN ORGANIZADORA: Juan España Palma, Juan Ruiz Gutiérrez, A. España
Junta 1931
Presidente: Manuel Gámez Gámez Vice presi: Francisco Gámez Gámez Secretario: Pedro Gámez González
Vicesecretario: Manuel Gámez Fernández Tesorero: Juan Ruiz Gutiérrez
Contador: Manuel España España Vocales: Manuel Martín Santana, Diego Portillo Fernández, Vicente Barranquero Ruiz
Junta 14 enero de 1932
Presidente: Juan Barranquero Díaz Vicepresidente: Salvador Portillo Fernández
Vocales: José Gámez Gutiérrez, Luís España Barranquero. Estos de atrás dimitieron y se nombra nueva directiva
Presidente: Segundino Pérez España Vicepresidente: Luís Palma España Secretario: Carlos González Gámez Vicesecretario: Juan Gámez Ríos Tesorero: Juan Martín Gámez
Contador: Francisco Santana Otero Vocales: Francisco Pérez Gutiérrez, Manuel España Pérez, Manuel España Gámez
Junta de diciembre de 1932
Presidente: Francisco Gámez Gámez Vice presi: Luís Palma España
31
Secretario: Juan Gámez Ríos Vicesecretario: Segundino Pérez España
Tesorero: Manuel Gámez Gámez Contador: Francisco Santana Otero
Vocales: Francisco Pérez Gutiérrez, Juan Martín Gámez y Vicente Ruiz España.
Junta de enero de 1934 Presidente: Francisco Gámez Gámez Vice presi: Manuel Martín Santana
Secretario: Juan Gámez Ríos Vicesecretario: Secundino Pérez España
Tesorero: Juan Barranquero Díaz Contador: Manuel España España
Vocales: Juan Muñoz Fernández, Juan Martín Gámez, Juan Barranquero Ruiz
Junta de diciembre de 1936. Pasa a llamarse Sociedad “Los Luchadores de Almáchar” Cuota: 20 céntimos a la semana.
Presidente: Manuel Martín Santana Vicepresidente: Francisco Palma Portillo Secretario: Francisco Alcántara Reyes Secretario 2º: Luís Palma España
Tesorero: Salvador Portillo Fernández Contador: Manuel Pérez Cortés
Vocales: Juan Martín Santana, Juan Muñoz Fernández, Francisco Gámez Gámez
UNIÓN REPUBLICANA
SEDE SOCIAL: calle Ancha, 6
29 noviembre de 1935 IDEARIO: fusión de miembros de diferentes partidos
Comité Ejecutivo
Presidente: Eduardo Alcántara Velasco Vice presi: Juan España España
Secretario: José Alcántara Velasco Tesorero: Antonio Gámez Gámez
Vocales: José España Gámez, Juan Martín Villalba, Juan Roca Portillo
UNIÓN DE DERECHAS
8 de marzo de 1935 SEDE SOCIAL: Calle de la Estación
FUNDADORES: Francisco Gámez Gutiérrez, Francisco Ruiz Gámez y Juan Alcántara Gutiérrez
ACTA DE FUNDACIÓN 10 abril de 1935 Presidente honorífico: José Aurelio Larios y Larios, Marqués de Larios
Presidente efectivo: Francisco Gámez Gutiérrez Secretario: Antonio Gámez Gutiérrez
32
Tesorero: Juan Palma Gutiérrez Vocales Juan Palma Gutiérrez, José Palma Gutiérrez y Francisco Ruiz Gámez
IZQUIERDA REPUBLICANA
27 de marzo 1936
SEDE SOCIAL: Loma Chicharra SOCIOS FUNDADORES: Matías Cisneros, Francisco Gámez, Juan Lozano, Esteban Alcántara
Presidente: Matías Cisneros Gámez
Vicepresidente: Francisco Barranquero Díaz Secretario: Juan Lozano España
Tesorero: Salvador Luque Alcántara Vocales: Francisco Gámez Gutiérrez, Dionisio Cisneros Martín, José Gámez Gutiérrez
PARTIDO COMUNISTA
15 de enero de 1937
Comité organizador: Antonio Pérez Ruiz, José Roca Fernández, Juan Gámez Ríos. Secretario General: Pedro Ruiz Pérez.
Secretario organizador: Luís Palma España Secretario propaganda: Manuel España España Secretario sindical: Antonio Pérez Sánchez
Afiliados: 35
Sellos de los diferentes partidos políticos locales
33
La fuerza mayoritaria en Almáchar, con mayor número de afiliados, sin duda era el
Partido Socialista y la U.G.T, en perfecta simbiosis, si bien pervivían una gran cantidad de
partidos republicanos. El Partido Comunista no se funda en el pueblo hasta una vez estallada
la guerra, más concretamente en enero de 1937, poco antes de la caída de Málaga por los
nacionales.
La República significó la culminación de un proceso histórico lento, desigual
comparado con el que se dio en otros países. Trató de implantar una Democracia más
transparente, participativa, en el que todos los grupos pudiesen cooperar en el sistema. Pero,
en realidad, las diferencias entre éstos eran abismales, así como las clases sociales
mostraban una clara referencia al desfase preponderante. La línea que dividía a ricos y
pobres era sorprendentemente espaciosa, sumado a la casi inexistencia de una clase media
fuerte, y con unos poderes institucionales anticuados (Iglesia – Burguesía agraria –
Monarquía) que nunca habían promovido el cambio. Desde que surgieron los movimientos
obreros la evolución de los mismos había sido discontinua, ya que sindicatos y partidos
políticos fueron prohibidos, unas veces, y legalizados, otras.
Con más razón, el nuevo régimen pasó a asumir un papel importantísimo, llevando a
cabo una magna reforma constitucional que afectaba a todos los ámbitos tanto económico,
social, como religioso. Proyectos que, en cierto modo, se implantaron de inmediato,
chocando de frente con las antiguas instituciones reaccionarias y que provocaron continuas
crisis de Estado. En otras palabras, en España se intentaron poner en prácticas cuantas
reformas satisfacían al bienestar de la clase trabajadora, sólo que tales transformaciones, en
otros países, tardaron décadas en asentarse y aquí se hizo en muy poco tiempo.
De todos modos, las reformas fueron, por supuesto, bienintencionadas. En el
contexto rural, con la llamada Reforma Agraria, por vez primera se sentarán obreros y
patronos para estudiar la aprobación de las bases de trabajo. Surge la Junta Mixta, encargada
de regular las negociaciones. Además, las leyes estimaban aumentar el jornal del trabajador
de 2 pesetas, que ganaba antes, a 5 pesetas; dar garantías ante posibles despidos; autorizar
la jornada laboral de 8 horas, aunque ésta sólo afectó a las fábricas; reglamentar los
contratos de renteros y medianeros, cuyas bases siempre habían sido totalmente injustas;
34
crear la oficina de colocación obrera para supervisar las contrataciones; aumentar la
producción de las cosechas con la Ley de Laboreo Forzoso, etc.
Como vemos, todos estos cambios afectaron directamente a la patronal, por lo que
fue interpretado como una manera de atacar sus intereses, cortando de cuajo su hasta
entonces arbitraria política agraria. Por este motivo, desde el principio, la patronal va a tener
un comportamiento ambiguo, ignorando las reformas por los medios legales, no cumpliendo
las bases de trabajo, sin que se llegara a un consenso apropiado. Esto trajo, a la postre, duros
enfrentamientos entre ambos bloques que se extrapolaron al plano político, como más
adelante relataremos.
También, la República quiso echar a andar uno de sus proyectos más ambiciosos,
como fue la inversión en obras públicas: La modernización de los caminos vecinales, el
embellecimiento de los núcleos urbanos, la canalización de agua potable a los pueblos que
carecían de ella (la mayoría, sin duda, no tenían sistemas modernos de distribución de agua),
etc.
No obstante, La República comenzó sus primeros pasos arrastrando en sus arcas una
gran crisis internacional que afectó al mundo entero. Estamos hablando de la crisis bursátil
del 29, la cual llegó a Europa tardíamente. Las dificultades económicas por las que atravesó
eran enormes, limitado el dinero con los que conformar los cambios. Pese a ello, logró
mantenerse a flote.
Otro de los cambios habidos repercutía en la libertad de asociacionismo. Se legalizan
agrupaciones que antes obraban en la clandestinidad, las cuales van a ejercer su política de
lucha de clases. Las huelgas o manifestaciones, que con anterioridad estaban prohibidas,
ahora se permitirán como instrumento reivindicativo. El proletariado se sentirá partícipe del
proceso de reforma, creyendo en la certeza de que el mundo iba a cambiar de una vez por
todas. Esta manera de pensar era una novedad, fruto de la libertad de expresión que nunca
se había dado, pero que muchos emplearon con fines extremos.
35
CAPÍTULO IV
“LA LIBERTAD POLÍTICA IMPLICA LA LIBERTAD DE EXPRESAR LA OPINIÓN POLÍTICA QUE UNO TENGA,
ORALMENTE O POR ESCRITO, Y UN RESPETO TOLERANTE HACIA CUALQUIER OTRA OPINIÓN INDIVIDUAL”
(Albert Einstein)
A partir de 1931 comienzan a funcionar los mecanismos reformistas inductores de un
cambio radical. El Ayuntamiento de Almáchar, cuya Corporación estará integrada por 5
concejales socialistas y 5 radical‐socialistas en simbiosis, crea la Junta Mixta Arbitral de Trabajo
Rural, órgano supervisado por la Alcaldía, que se encargaba de reunir a patronos y obreros para
que consensuaran las bases de trabajo, en un intento de armonizar las relaciones entre ambos.
En él se trataban los temas relativos al horario laboral, los jornales con o sin manutención, las
comidas durante la jornada, la abolición del trabajo a destajo, indemnización por despidos, etc.
Lo que siguió tras estas negociaciones puede describirse como una falta total de
consenso. Primero, porque los patronos del pueblo se resistieron a acatar las bases presentadas
por las entidades obreras, puesto que notaban peligrar su hegemonía como clase. Segundo,
porque el país atravesaba por una crisis que se estaba desarrollando, sobre todo, por la falta de
presupuesto; sufría un paro forzoso agravado por el número de jornaleros sin tierras, lo que
tuvo sus repercusiones en la patronal, la cual se veía a sí misma sosteniendo sobre sus hombros
la carga económica de la crisis. Unos 321 labradores, propietarios e industriales tenía que dar
trabajo a 405 jornaleros censados, una cifra aparentemente equitativa19.
Así es como, en varias ocasiones, fueron visitados por el Delegado de Trabajo que los
obligó a firmar laudos con tal de solventar el conflicto. Pero, a posteriori, los patronos seguían
manteniéndose al margen. El 15 de noviembre de 1931 queda resuelto el primer conflicto,
19 Datos obtenidos del Censo Electoral de 1936. AHDM.
36
consiguiéndose la aprobación de un pacto para las faenas de invierno20. Un mes después, el 15
de diciembre, la sociedad “El Porvenir”, ante la pasividad de los patronos, organiza una huelga
en el pueblo, trabajando todos los demás obreros que no estaban sindicados a este grupo. La
huelga transcurre sin incidencias21. El sindicato se ampara en el alcalde socialista y éste, el
mismo día, escribe una denuncia ante el Gobernador Civil de Málaga, viéndose obligado a
imponer multas de mil pesetas a cada cual que no respetara el laudo; Cristóbal Villalba Gámez,
Juan Palma Gutiérrez, Salvador Alcántara, Salvador Ruiz Fernández, Eduardo Alcántara
Velasco22; algunos de ellos pertenecían a partidos republicanos y de derechas.
20 Noticias del Gobierno Civil. El Popular. 15‐11‐1931. AHMM.
21 Idem. 15‐12‐1931. AHMM.
22 Idem. 16‐12‐1931. AHMM.
37
‐ ¿Pero no has “entrao” “toavía” Democracia?‐ Ya hace rato que estoy llamando ‐ Pega fuerte y verás cómo te oyen.
FUENTE: El popular
El 19 de diciembre se reúnen en la capital, ante el Delegado de la Gobernación Diego
Reverte Fructuoso, la Comisión Mixta compuesto por el alcalde, tres vocales patronos y tres
vocales obreros, procediendo a la confección y firma de unas nuevas bases de trabajo23.
Después de este tratado, algunos patronos presentarán recursos legales sobre las multas que le
fueron impuestas24.
Nuevamente, a comienzos del año 1932, las protestas de los obreros almarchareños
siguen a la orden del día25. Incluso el 7 de febrero el Ministro de Trabajo, Largo Caballero, al
cual le había llegado una carta de la agrupación socialista del pueblo, le entregará a la
23 Noticias del Gobierno Civil. El Popular. 20‐12‐1931. AHMM.
24 Ídem. 31‐12‐1931. AHMM.
25 Ídem. 30‐01‐1932 y 05‐02‐1932. AHMM.
38
Gobernación de Málaga un telegrama denunciando que los patronos de Almáchar no cumplían
las bases de trabajo26. De nada le sirvió. Por fin, a finales de junio llegan a un acuerdo parcial.
Sin embargo, las desavenencias continuaban. El 26 de febrero de este año el alcalde
multa con 100 pesetas a los propietarios Miguel España, José España y Pedro Gutiérrez por no
emplear a jornaleros de la Bolsa de Trabajo local, contratando a forasteros. Según la Ley de
Términos Municipales, promovido por el Ministro de Trabajo, todos los patronos debían de
hacer uso de la oficina de colocación que hubiere en el municipio y, una vez contratado toda la
mano de obra de la localidad, podrían llamar a otros que no pertenecieran a este municipio.
Esta ley tuvo su polémica, pues acabó siendo perjudicial para los propios trabajadores, ya que
en los meses en que no se trabajaba por no haber faenas, éstos viajaban a otras localidades en
busca de trabajo, en la siega, en la recogida de aceitunas, en la zafra, etc. La ley los inmovilizaba
en sus términos, provocando situaciones muy angustiosas.
Estas medidas, frecuentemente, resultaban aparatosas para los patronos almarchareños
que tenían tierras en otros municipios. Tenemos un documento fechado el 22 de febrero de
1932, una carta de José Palma Gutiérrez, natural y propietario del Almáchar, el cual poseía
tierras en el vecino Borge y, quejándose de la ley, expone a los miembros de la Junta Mixta:
“Que habiendo sido enterado por mi encargado Joaquín España Pérez en el día de ayer se
presentó una comisión de obreros de Borge autorizado por el Sr. Alcalde, acompañado por una
pareja de la Guardia Civil de aquel puesto, le obligaron a que dejara el trabajo en evitación de
denuncia al dueño de aquella propiedad, el obrero obedeció las órdenes perdiendo de ganar su
medio jornal y vino a darme conocimiento.
Ante esta Junta me veo en a necesidad de exponer lo siguiente:
1º Que soy un mediano labrador que posee una parte de finca de ese término Municipal en
renta convencional con mi Sr. Padre D. Vicente Palma Portillo de 79 años de edad.
26 Noticias del Gobierno Civil. El Popular. 07‐02‐1932. AHMM.
39
2º Que el trabajo que se ha precisado en dicha finca lo han hecho los obreros de Borge y hoy
sólo tengo el encargado antes mencionado que hace cinco años que está al cuidado de la finca,
ganados y enseres de algún valor.
3º También puedo acreditar ante esta Junta que les consta de ciencia cierta que debido a mis
ocupaciones de mi industria en la villa de Almáchar me es de todo punto imposible acudir a las
labores que ella requiere y me veo en la pura necesidad de tener un obrero de mi absoluta
confianza toda vez que se me pasan los meses sin poder ir a la referida finca.
4º Que el obrero que se despide lleva 5 años con residencia en el término municipal donde bien
ha podido esas Autoridades apadrinarlo toda vez que la ley lo ampara al llevar más de dos años
de residencia.
5º Según manifestaciones de la Comisión de Obreros los encargados no pueden trabajar, me
parece arbitrario que una finca con una producción de 300 cajas (de pasas) que también les
consta a la Junta no les permita la ayuda del encargado para su laboreo, puede pues esta Junta
hacer una investigación sobre el trabajo por hacer que según mi encargado quedan unos 25
jornales teniendo en cuenta la faena llamada”27.
La aparatosa Ley de Términos Municipales llegó a ser empleada, más tarde, como arma
arrojadiza por los partidos republicanos de centro‐derecha, valiéndoles de excusa para criticar
el nefasto gobierno de los socialistas y generando una crisis entre el pacto radical‐socialista y
socialista.
A su vez, Andalucía estaba siendo azotada por diversas huelgas, afectando directamente
a los almarchareños que marchaban a la siega a primeros de mayo. Una noticia en los
periódicos apuntaba:
27 Legajo. Junta Mixta Arbitral de Patronos y Obreros Agrícolas, sesión de 22 febrero 1932. Archivo Municipal del Ayuntamiento del Borge.
40
“La situación obrera se agudiza y el pan se expende a 70 céntimos. Aunque en este pueblo la
tranquilidad es absoluta, se rumorea que en casa de varios vecinos obreros, que sólo viven del
trabajo manual, reina el fantasma del hambre, pues una vez que pidieron dinero prestado a sus
familiares o amigos, se marcharon a las campiñas de Córdoba a la siega, más de 300 obreros, y
como allí hay huelga, pues se han quedado sin trabajo. Ha regresado cansados y sin un céntimo
y, algunos de ellos hasta implorando la caridad pública”28.
Al poco, un obrero llamado José Yuste Gómez murió a los 29 años por enfermedad. Su
viuda, Isabel Martín Villalba, y un hijo de diez meses, quedaron desamparados. Algunos vecinos,
que resultaban ser de condición social desahogada, hicieron una colecta para ayudar a la viuda.
Entre los donantes estaban Francisco Palma Santana, Federico Gámez Fernández (propietarios),
Santiago Ortega Pulido (maestro de escuela), Francisco Gómez Martín (maestro sin ejercer) y el
cura párroco Telésforo García Piedecasa29. El difunto era muy querido por todos en el pueblo.
El panorama no era nada halagüeño, según una noticia del periódico escrita por el
corresponsal Emilio Reyes Postigo:
“PUEBLOS HUÉRFANOS. BORGE, MOCLINEJO Y ALMÁCHAR. Se ruega al Iltre. Señor Gobernador
de Málaga la construcción de caminos vecinales que, partiendo de Almáchar y Borge y pasando
por Moclinejo, vayan a unirse con el camino vecinal de Benagalbón, que enlaza con la carretera
de Málaga a Almería. Proyecto que no llega a los 10 kilómetros, merece ser tomado en
consideración y anteponerlo al que podemos llamar antiguo plan de caminos vecinales con la
denominación de Almáchar por Borge y Cútar a Benamargosa.
Ya el 13 de mayo de 1928 pidieron estos pueblos juntamente con el de Benagalbón la
construcción de los referidos caminos, y en 16 de marzo del año actual, volvieron a solicitarlo,
siendo totalmente desatendidos, sin ser merecedores de una explicación que, aunque hubiese
28 Noticia del corresponsal Emilio Reyes Portillo. El Popular. 16‐06‐1932. AHMM.
29 Ídem. Ídem. El Popular. 16‐06‐1932.AHMM.
41
servido para una negativa, al menos nos hubieran dado a conocer los motivos que para la
misma existieran. Estos Ayuntamientos expresas:
Primero: Por carecer estos pueblos de toda clase de industrias, a causa de su total aislamiento, y
no teniendo por tanto otra fuente de riqueza que la agricultura, reducida ésta a casi dos solos
productos (aceite de oliva y pasa moscatel, el segundo en mayor escala) resulta dificilísimo el
transporte de los mismos al mercado de Málaga, pues por lo abrupto del terreno y pésimo
estado de los mal llamados caminos, hay que efectuarlos con caballerías siendo por tal motivo
elevadísimo su coste, 11 y medio kilos más de una peseta.
Segundo: Las dificultades en el transporte repercute en prejuicio de los viñedos y demás
plantaciones, pues por no ser abonados en debida forma se nota cada año un descenso
considerable en dicho fruto, al par que de rechazo se acentúa la crisis de trabajo, haciéndose la
vida poco menos que imposible.
Tercero: Con la construcción de los caminos se beneficiarían los obreros, quitando así el paro.
En aquel entonces los únicos caminos que existían eran los de “herradura”, sendas que trazó el
ganado en la montaña al ser conducido al pastoreo, o el arroyo y el pequeño riachuelo, por cuyo
cauce casi siempre seco se van comunicando unos pueblos con otros. “El pensamiento primitivo
de estos pueblos conserva como fosilizada las costumbres y, con ellas, la más crasa ignorancia y
toda la secuela que ella lleva aparejada, como son, la apatía por todo lo nuevo y útil, la falta de
iniciativas, la conformidad con el estado actual de cosas, sin ansias de mejorar y mejorarse,
desconociendo que estancamiento es muerte y renovarse vivir. Así que una carretera no
solamente sirve para transportar mercancías, aumentar la producción, abaratar la vida y
mejorarla en un sentido material, sino que al vender y comprar esa mercancía, al establecer el
contacto de unas cosas con otras cosas, se ha establecido también el de unos seres con otros
seres, y éstos, no solamente cambian entre sí sus diferentes productos, sino que hacen también
un intercambio de ideas, mucho más valioso que el anterior, puesto que impulsan a sus
respectivos pueblos a que se renueven constantemente: es el Progreso. Todo el que conozca
42
Almáchar sabe que está incomunicado, y no puede abastecerse de artículos de primera
necesidad más que de Vélez y de Málaga (…)”30.
El Ayuntamiento echa mano de un crédito especial que concede el Estado, retribuido en
700.000 pesetas para la provincia de Málaga 31 , obteniendo Almáchar 5.265,62, siendo
invertidas en las obras de caminos vecinales y, de este modo, aliviar un poco el paro forzoso.
Mientras tanto, en el mes de septiembre de 1932 surge a escala provincial el conflicto
pasero. Al comenzar la vendeja, y a efecto del parón en los índices de exportación, los
almacenistas compraban las cajas de pasas a muy bajo coste, lo que provocaba que los viñeros
no pudiesen sufragar los gastos de la recolección. Para expresar sus quejas, los propietarios de
Almáchar envían un escrito al Gobernador Civil exponiéndole que sufrían grandes gastos de
labores, abonos, recolección y tributos; que no podrían pagar las deudas contraídas ni labrar el
año próximo porque no el dinero no les llegaba para pedir préstamos. Y como esto equivale a
no poder contratar obreros, le advierten de que se avecina un gran conflicto, pues la pasa era el
fruto casi único que se comercializaba en Almáchar32.
Entonces, una comisión de Vélez‐Málaga, establecida por más de una veintena de
alcaldes, a cuya cabeza se encontraba curiosamente el poeta Salvador Rueda, se reúne con el
Gobernador Díaz Villamil, explicándole los motivos de su visita33. Esto da como resultado que el
24 de octubre de 1932 se celebrara en Vélez una Asamblea de propietarios de viñedos, en el
cual se acordó: 1‐ Que cesara la actual Comisión Gestora de la Junta Provincial de Defensa de la
pasa Moscatel de Málaga, por ineficaz, sustituyéndose por una directiva formada por el
Gobernador civil y ocho vocales elegidos a votación en esta Asamblea. 2‐ Que se haga un censo
de viñeros de la provincia. 3‐ Que se habrá una cuenta corriente en la sucursal del Banco de
España para otorgar préstamos a los productores de pasas, tanto para cultivo de las próximas
30 Carta publicada en el Popular. 18‐11‐1931. AHMM.
31 Noticias del Gobierno Civil. El Popular. 12‐08‐1931.AHMM.
32 Noticias del Gobierno Civil. El Popular. 17‐09‐1932. AHMM.
33 Ídem. El Popular. 27‐09‐1932.AHMM.
43
labores como para la recolección, con la garantía del cultivador avalada por dos viñeros
solventes de su vecindad y sobre la pignoración de los recibos de entrega de caja que éstos
tengan en los almacenes de Málaga mediante un pequeño interés. 4‐ Que se libre a la pasa
moscatel de Málaga de cuantos impuestos y arbitrios municipales gravitan. 5‐ Que se otorgue
una tarifa especial para el transporte en ferrocarril, con un sistema de vagones frigoríficos en
trenes rápidos en la época de la vendeja para el traslado de uva en debidas condiciones a los
mercados consumidores. 6‐ Que se reduzcan las tarifas navieras en el transporte de
mercancías34.
En dicha reunión, el alcalde del Borge, para que las cajas de pasas no sólo se emplearan
en la exportación, propuso que el Estado las comprase para destinarlas a hospitales, cuarteles
militares y cárceles35.
Posteriormente, el Comité de la Pasa de Moscatel, conforme Al decreto del Ministerio
de Agricultura del 11 del mes de enero de 1933, concierta que:
“todos los productores de pasas, ya sea envasadas, a granel o las llamadas escombros, con el
sello del municipio, las enviarán al almacén en calle Trinidad Grund de Málaga. Se les entregará
a los productores un recibo con la cantidad entregada y su nombre, con ello podrá cobrarlas
justamente supervisado por el comité. Se multará a los viñeros que no entregan ni declaren las
cajas de pasas. También habrá un millón de pesetas para los préstamos de los productores, por
el Servicio Nacional de Crédito Agrario, y para el pago de lo entregado. El régimen del almacén
será cooperativo, el cual clasificará a las pasas y la venta no será nominal por viñero, sino por
igual en proporción a lo que hubiese ingresado”36.
34 Ídem. El Popular. 24‐10‐1932. AHMM.
35 Ídem. El Popular. 08‐11‐1932. AHMM.
36 Carta de la Junta Pasera en el Popular. 28‐01‐1933. AHMM.
44
El año 1933 comienza con el estallido de grandes tensiones entre los socialistas y los
sectores conservadores del pueblo. El Partido Socialista acabó por colmar la paciencia de los
derechistas. En representación del Partido Republicano Radical, un nutrido grupo compuesto
por 500 vecinos contactaron con el Diputado Eduardo Frápolli, quien le entregaría una extensa
carta al Gobernador con las quejas de éstos. El documento dice así:
“Excelentísimo Señor Gobernador civil de la Provincia:
Los que suscriben, vecinos de Almáchar, a V. E., con todo respeto pero también con toda energía
exponen:
Que ya en varias ocasiones se han dirigido escritos y han ido remisiones a ese Gobierno civil,
para dar cuenta de los atropellos cometidos por el Ayuntamiento de esta villa, y como quiera
que estos continúan un día y otro, nos vemos ya obligados a dirigirle escrito, que será entregado
por una comisión numerosísima que va a Málaga con ese objeto, haciéndole saber lo que el
pueblo piensa y siente en estos momentos.
Este sufrido pueblo que, pacientemente, ha venido soportando desde que este Ayuntamiento
tomó posesión, una serie de atropellos, vejaciones, abusos y arbitrariedades sin cuento, por
parte de sus autoridades, que han recorrido toda la escala, desde la destitución arbitraria del
oficial de secretaría, hace más de un año, a la que siguió después la intentona de destituir al
médico, cuyo expediente fue devuelto por V. E. porque se olvidaron de lo principal, que era oír al
interesado, pasando por disposiciones como la que prohibió el toque de campanas, las cuales
siguen sin tocar, a pesar de haberse enviado varios escritos a V. E., con mil doscientas firmas
pidiendo la revocación del acuerdo del Ayuntamiento.
Este pueblo, que ha visto como se ha impuesto y cobrado multas por razón de higiene a los
habitantes de las casas más limpias y saneadas del mismo; que ha observado cómo por puro
afán persecutorio contra determinadas personas se les ha cobrado multas a dueños de perros,
estando éstos en el domicilio de sus propietarios; que han visto encarcelados a quince vecinos,
personas todas honorabilísimas, que es la primera vez que se han visto en tal situación, y ellos,
por no someterse a los caprichos de un alcalde que ordenó al alojamiento de unos cuantos
obreros y luego exigió el pago de la semana que no habían trabajado, para que hicieran lo que
45
ya en otras ocasiones han hecho algunos de ellos, que ha sido gastarlo en juegos de taberna;
que igualmente saben, que hace unos días tuvieron que salir otros diez padres de familia,
huyendo para no ser presos, porque según notificación de la Alcaldía, si no se hacía lo que
ordenaba, que era un absurdo, tomaría contra ellos medida de rigor; que se ha dado perfecta
cuenta del apoyo moral y material que dicha autoridades prestan a cuantos absurdos vienen
cometiendo unos cuantos que se dicen obreros, pero que no representan el sentir de los mismos;
que va reflejando en estas líneas el haber vivido unos días en perpetua zozobra, ante el temor
de posibles atropellos anunciados por los individuos del Centro Socialista, y alentados por las
autoridades; que ha sufrido la persecución más ignominiosa que se pueda imaginar en la
cuestión de la Ermita, pasando por las multas impuestas a unos cuantos individuos que,
acompañados de un número creciente de mujeres, llevaron a cabo un acto de desagravio, hasta
culminar en el día de ayer con la prisión del señor cura párroco, hecho que ya colmó tanto la
indignación del público en general, lo mismo de hombres que de mujeres que, inmediatamente,
se pidió la libertad del detenido, el cual, aunque a disposición del alcalde, pasó a su domicilio,
hecho que, de no haberse realizado con prontitud, no sabemos a lo que hubiera dado lugar,
pues ya ni aún las personas más sensatas y de más cordura, con ascendiente en todo el pueblo,
eran impotentes para sostener tanto a los hombres como a las mujeres, que querían entregarse
a actos de violencias contra las autoridades, para acabar de una vez con los autores de tantos
atropellos.
Para no alargar más este escrito con la lista de abusos y desafueros cometidos por este
Ayuntamiento, que sería interminable, diremos que, desde que tomó posesión hasta la fecha,
han desfilado por la Presidencia cinco individuos, los cuales han procedido todos de la misma
forma.
Y para terminar, solo nos resta decir, después de lo que antecede, una cosa y es, que el pueblo
entero, que hasta aquí han venido soportando día tras día tantos atropellos, no está dispuesto a
sufrir ni uno más y, haciendo un alto en el camino, lleno de fe y entusiasmo y estrechamente
unido, se dirige a V. E. como primera autoridad de la provincia y le dice:
Es de todo punto necesario que V. E. decrete, inmediatamente, la destitución de este
Ayuntamiento; se ha hecho incompatible con el pueblo por su ineptitud, por su incapacidad, por
su mala administración; las pesetas que se recaudan, se despilfarran alegremente y, en cambio,
46
no se le paga al médico, al que se le debe año y medio, como tampoco al oficial de Secretaría,
que por la excedencia le corresponden los dos tercios del sueldo, habiendo transcurrido más de
un año sin percibir un céntimo y habiendo sido preso porque reclamó lo que le adeudaban; han
llegado a tal extremo los abusos, y estamos tan heridos de sufrir que, por última vez acudimos a
V. E. con esta petición, manifestando, sin que ello envuelva amenaza alguna que, caso de no ser
atendida, no volveremos a reproducirla, ni volveremos a quejarnos de ningún otro atropello,
pero declinamos desde este momento la responsabilidad que nos pudiera alcanzar el día de
mañana, cuando faltos de amparo, se rechacen los atropellos, en las autoridades que no han
sabido o no han querido escuchar la voz de un pueblo que pide justicia.
Almáchar 8 de enero de 1933”37.
La comisión envía también un telegrama al Presidente del Consejo de ministros y al
Ministro de la Gobernación:
“Ante ineficaces y angustiosas protestas viene formulando Almáchar su totalidad confundidas
todas clases sociales por desenfrenado atropellos cometen constantemente alcalde socialista y
Ayuntamiento contra interese legítimos vecinos esta localidad conculcándose leyes republicanas
al par que realizar aquel Ayuntamiento desastrosa administración arruinando Hacienda
municipal y practicando detenciones arbitrarias implantando régimen terror con vecindario, el
pueblo en masa se presentó ante Excmo. Gobernador pidiendo urgentemente destitución
Ayuntamiento Almáchar suplica respetuosamente Vuecencia atienda esta demanda justa que
eleva pueblo mayor abolengo republicano provincia; para bien tranquilidad este vecindario y
prestigio República. Saludo respetuoso.
Esteban Alcántara, José Gámez Mena, José Pérez, Antonio Ruiz“38.
37 Carta publicada en el Popular. 10‐01‐1933. AHMM.
38 Carta publicada en el Popular. 10‐01‐1933. AHMM.
47
Ciertamente, el alcalde obligó a ciertos patronos a que se presentaran en la Alcaldía por
no acudir a las citaciones oficiales para resolver los conflictos entre patronos y obreros. Como
algunos de ellos se negaban rotundamente a asistir a las negociaciones en detrimento de la
clase trabajadora, fueron encarcelados, por poco tiempo, excusa que forma parte de los
reproches de la anterior carta.
El asunto se resuelve rápidamente. El 14 de enero llega a Almáchar una delegación
gubernativa acompañada del secretario del Juzgado de Primera Instancia de Vélez‐Málaga para
instruir expediente sobre la actuación del Ayuntamiento y posibles irregularidades39. Los
ánimos parecen calmarse por ahora.
Pese a ello, poco después, frente a los tropiezos de la Reforma Agraria y los sucesivos
vetos de la burguesía terrateniente, se produce una crisis de Estado, se disuelven las Cortes y se
convocan nuevas elecciones el 19 de noviembre de 1933. La lucha electoral se centra en captar
el voto de las mujeres a quienes, por fin, se les concede el sufragio femenino. Nunca antes
habían tenido el derecho a votar y ahora podrían disfrutar de este beneficio. Pero, un amplio
sector político opinaba que la mujer no estaba preparada para esto, sencillamente porque,
desde siempre, los detractores habían notado que estaba muy apegada a la Iglesia, suponiendo
que este factor influiría en sus decisiones para que votase a la derecha. En nuestro caso, con
más aplomo, pues las mujeres se encontraban muy unidas a la institución eclesiástica, siendo
Almáchar un pueblo que se distinguía por su religiosidad entre todos los de la Diócesis y donde
la influencia de la Iglesia marcaba profundamente la tónica en las diferencias entre derecha e
izquierda; conservadurismos y progresismo.
Parece ser que las tensiones volvieron a dispararse durante la campaña electoral. Un
año antes, los conservadores se habían reorganizado en torno a Acción Popular, representando
la derecha bajo el lema de “Patria, Familia, Orden, Religión y Propiedad”. También, el Partido
Radical se hizo fuerte. La lucha por la alcaldía fue dura. Los mítines en las sedes sociales se
celebraban un día sí y otro no. Hubo momentos de crispación, insultos y amenazas, como las
que recibieron los derechistas cuando “en proclamas introducidas por debajo de las puertas de
39 Noticias del Gobierno Civil. El Popular. 14‐01‐1933. AHMM.
48
las casas, a altas horas de la madrugada, se leía, escrito a lápiz, sinceros consejos, advirtiendo
que pusiéramos a los niños a buen recaudo, para que no pagasen inocentes por culpables”40.
Incluso, se denunció ante la Guardia Civil la falta de bombillas del alumbrado público en casi
todas las calles41.
Los dos años que los republicano‐socialistas habían estado en el poder fueron
dificultosos. La crisis de paro forzoso, la controversia de la ley de Términos Municipales, el
problema de la depreciación de la pasa moscatel, la testarudez de los patronos en cuanto a la
Reforma Agraria o la ruinosa situación de la Hacienda municipal acabaron con volverse contra
ellos.
El día de las elecciones suceden nuevos incidentes. El presidente de la mesa del colegio
del segundo distrito requirió a la Guardia Civil para que procediera a la detención del alguacil de
aquel Ayuntamiento, Adolfo Gutiérrez Cuevas, el cual en el interior del referido colegio
coaccionaba a la gente con el fin de que votasen determinadas candidaturas. Al detenerlo, se
echaba a la calle en actitud poco tranquilizadora, la Juventud Socialista, al frente de la cual
marchaba Andrés Martín, apoderado del candidato socialista señor López Rosas. La guardia civil
de aquí, ante las presiones, llama a la del Borge y se concentraron, así se vitó males mayores42.
Resultados: el Centro‐derecha se hace con la victoria, siendo el Partido Radical de
Alejandro Lerroux el que más votos obtiene, siguiéndole Acción Popular. Los socialistas son
derrotados en las urnas. De 1409 electores, votan 989, siendo el porcentaje de abstención de
un 30%43. Teóricamente, estos resultados estuvieron estimulados por el voto femenino.
El acceso del Centro‐derecha en el poder, con la alianza entre radicales y derechistas,
supuso un retraimiento de los proyectos que se llevaron a la práctica, conllevando
seguidamente a que las esperanzas de cambio se desvanecieran. Comienza una fase de
40 Carta publicada en la Unión Mercantil. 23‐11‐1933. AHMM.
41 Ídem. 23‐11‐1933.AHMM.
42 Noticia publicada en el Popular. 06‐12‐1933. AHMM.
43 VELASCO GÓMEZ, JOSÉ: Elecciones generales en Málaga durante la II República (1931‐1936). Servicio de publicaciones de la Diputación de Málaga.1987. Pág. 109
49
reacción, en el que va a ver un revisionismo de las leyes, con el consiguiente estancamiento de
las reformas, así como un recorte de las libertades motivado por los sucesos de Asturias. Es el
llamado “bienio negro” o “bienio conservador”.
ALCALDES DE ALMÁCHAR DURANTE LA II REPÚBLICA44
BIENIO PROGRESISTA 1931‐33 BIENIO CONSERVADOR 1933‐36 FRENTE POPULAR 1936
Juan Muñoz Fernández
(Radical‐Socialista, más tarde Partido Socialista)
Gestora:
Vicente Barranquero Ruiz
(Socialista)
Antonio Ruiz Fernández45
(Partido Radical)
Vicente Barranquero Ruiz
(Socialista)
Juan Alcántara Reyes
(Radical‐Socialista)
José Pérez Fernández
(Partido Radical)
Diego Portillo Fernández
1º Teniente‐ Alcalde
socialista
Manuel Gámez Gámez
(Socialista) Francisco Palma Santana
Manuel España Palma
(Socialista)
El 27 de junio de 1934 se suspende el Ayuntamiento de Almáchar. El 10 de julio se
nombra un Gestora46 integrada por miembros del partido Radical, cumpliendo órdenes del
Gobernador Civil.
44 No se han conservado las actas de pleno del Ayuntamiento de Almáchar. Esta lista se ha confeccionado a partir de las noticias de periódicos, El Popular, sumado a la Historia Oral.
45 Antonio Ruiz Fernández y José Pérez Fernández eran socios fundadores del Círculo Republicano Radical‐Socialista, pero, como consecuencia de las desavenencias con el Partido Socialista, se escinden del partido, colaboracionistas con los socialistas, y se pasan a las filas del Partido Radical.
50
A finales del mes de julio se celebra la feria de Almáchar, después de no haberse
celebrado durante tres años. Era, en realidad, una feria de ganado, sobre todo porcino, animal
que abundaba en los corrales. La Junta de Festejos estuvo formada por Antonio Ruiz Martín
(presidente y panadero), José Gámez Mena (secretario e industrial), Alfonso Alcántara Barea,
Emilio Reyes Portillo y Manuel Gámez Martín (vocales y jornaleros); las actividades fueron las
siguientes:
“FERIA EN ALMÁCHAR: Durante los días 29‐30 y 31 de julio.
Día 29.‐Por la mañana a las 6, toque de diana por la afamada banda municipal de Vélez‐Málaga, que recorrerá las principales calles del pueblo. A las 8, reparto de pan a los pobres. A las 16, elevación de globos y fantoches. A las 21, concierto y bailes en la caseta de la Junta de Festejos.
Día 30.‐Por la mañana diana por la referida banda. A las 8 reparto de pan a los pobres. A las 16, elevación de globos y fantoches. A las 18, elevación de globos y fantoches. A las 18, concurso de feas, con premio de 25 pesetas a la campeona. A las 21, baile en la referida caseta.
Día 31.‐Por la mañana diana por la referida banda. A las 8, reparto de pan a los pobres. A las 16, carreras de sacos con premios a los mejores corredores. A las 18, elevación de globos y fantoches. A las 21, baile. Y a las 24, como final de fiesta se quemará una bonita traca por el afamado pirotécnico de Vélez”47.
La vida siguió transcurriendo con normalidad, aunque teniendo presente siempre las
precariedades económicas, daba igual el partido político que estuviera en el mando, y la vuelta
a la arbitrariedad caciquil.
Así es como podemos hacernos una idea de la grave situación económica por la que
atravesaban los ayuntamientos de esa época. Y es que ellos tenían que sobrellevar una carga
precisamente insoportable, incluyendo la no cooperación estatal; ni subvenciones ni ayudas.
Vivían, exclusivamente, del Reparto de Utilidades, o mejor dicho, de los impuestos que pagaban
los mayores contribuyentes. Con esto tenían que costear los sueldos del médico titular, del
46 Noticias del Gobierno Civil, El Popular. 27‐06‐1933 y 10‐07‐1933. AHMM.
47 Noticia publicada en el Popular. 27‐07‐1934. AHMM.
51
practicante, de los escribientes y funcionarios; el alquiler de la casa del maestro, de la Escuela y
de la casa Cuartel; el pago del material de oficina, los viajes a la capital, el mantenimiento
urbano, etc. La cooperación interinstitucional del Estado brillaba por su ausencia. Por este
motivo, la situación llegaba a ser, en reiteradas ocasiones, insoportable.
Otro acontecimiento marcó un paréntesis en la evolución de la vida política. Se trató de
la Revolución de Asturias, movimiento insurreccional que se produjo en octubre de 1934.
Estalla tras una Huelga General motivada por el ascenso al Gobierno de tres ministros de la
CEDA. Este nombramiento no será aprobado por diferentes sectores de la izquierda,
especialmente por el Partido Socialista, que exigirá elecciones anticipadas.
El acceso al poder de la CEDA, sin olvidar el intento de golpe de Estado que el general
Sanjurjo organizó en agosto de 1932, sumado a la política claramente antirrepublicana de
muchos sectores de derechas, sembraron la alarma en los socialistas, quienes vieron mermadas
sus esperanzas de cambio y la vuelta a un Estado conservador. Organizan, para remediarlo, un
movimiento revolucionario.
Por consiguiente, no fue un acto espontáneo de manifestantes, sino que estuvo
planteado para que se expandiera por todo el país. Aunque la planificación fue un completo
fracaso, preponderando la descoordinación entre las provincias. Los focos de resistencia
armada se dieron principalmente en Asturias y en zonas industriales de Barcelona. En Málaga,
por ejemplo, debido a las largas huelgas, los obreros estaban exhaustos, a parte de la
inconexión con los anarquistas de la CNT que, en la capital, poseían una fuerza enorme y no
congeniaban demasiado con sus camaradas proletarios, y no llegaron a darse incidencias.
En Almáchar, las juventudes socialistas estaban al tanto, no se sabía con certeza de qué;
si iba a ser una insurrección o, por el contrario, una Huelga General a gran escala acompañado
de algún tipo de atentado. A uno de sus jóvenes miembros, Antonio Samos Gómez, le
manifestaron sus compañeros que, por orden del comité de Málaga, tenía una misión que
cumplir: Conseguir azúcar, gasolina y azufre, esconder éstos en un lugar seguro, para, luego,
enviarlos a la capital. Con los mencionados productos se confeccionaban bombas caseras48.
48 Testimonio de Antonio Samos Gómez, nacido en 1914.
52
Cuando el Gobierno declaró el estado de guerra y movilizó al Ejército, los focos rebeldes
fueron reducidos con bastante facilidad en casi todas partes, menos en Asturias, donde los
enfrentamientos entre mineros y fuerzas del orden se alargaron entretanto quince días.
Los resultados dieron un saldo de más de mil muertos, una ciudad, Oviedo,
prácticamente destruida, miles de presos políticos por toda España, miles de enjuiciamientos, la
clausura de la mayoría de los Centros de izquierda, suspensión de cargos en ayuntamientos con
concejales socialistas, etc.
A partir de aquí, la bipolarización del país avanza a grandes pasos.
53
CAPÍTULO V
“LA LIBERTAD ES LA DISTANCIA ENTRE LA IGLESIA Y EL ESTADO”
(John Boston)
La Iglesia representaba en Almáchar el conservadurismo andaluz más ancestral, cuyo
poder dominaba la moral y, en ocasiones, la voluntad de los vecinos. Hubo, desde siempre, una
fuerte escisión política motivada por las inclinaciones religiosas. Las familias que se agrupaban
en torno a los ideales católicos, más o menos la mitad de la población, representaban la
derecha. Los que se oponían a su dogma, que era la otra mitad, formaban la izquierda. Y en el
centro se posicionaban personas que, pese a estar en el ala izquierda, respetaban su culto; tales
como José Alcántara Reyes, alcalde en el año 1932, del partido republicano Radical‐Socialista, el
cual bautizó a su hija por la iglesia empero la política anticlerical de su partido49.
Desde 1931 hasta 1933, socialistas y radical‐socialistas gobernaron en el municipio.
Ambos aprobaron en pleno medidas que chocaban frontalmente con los intereses eclesiásticos,
como por ejemplo la suspensión de los toques de campana o la prohibición de desfiles en los
entierros50. Estas medidas se ejercieron de una forma enérgica. Se suprimieron las campanadas
poniendo como excusa el ruido que generaba, a altas horas de la noche, desvelando el sueño a
aquellos jornaleros que tenían que levantarse al alba. Los entierros, porque pensaban que era
una manifestación ortodoxa del catolicismo y no permitirían que en un pueblo laico se llevaran
a cabo.
La oposición no se hizo esperar y recogió firmas de multitud vecinos que entregaron al
Gobernador de la provincia exponiéndole la necesidad de proseguir con tales prácticas, porque
esa era la costumbre en el pueblo. La autoridad civil estimó que se reanudaran pese a los vanos
intentos del Ayuntamiento por vetar esta determinación.
49 Noticia del corresponsal. El Popular. 07‐07‐1932. AHMM.
50 Acuerdo plenario llevado al Gobernador Civil. Noticias del Gobierno Civil. El Popular. 10‐09‐1932
54
Santo Cristo de la banda verde. La imagen más venerada de Almáchar.
Antes de ser quemada durante la guerra.
O la cuestión de la enseñanza laica, con la ampliación de los horarios escolares y la
creación de escuelas para formar a los analfabetos, que eran muchos por aquel entonces. Los
domingos el cura no quería que los niños fuesen a la escuela, sino que fueran a misa, siendo
este día el único que tenían libre porque durante la semana se las pasaban ayudando a sus
padres en la pasa.
El primer chispazo entre socialistas y clericales germinó motivado por un suceso
relacionado, dadas las leyes prohibitivas antes referidas, cuando se llevó a cabo un entierro en
el pueblo, el 10 de enero de 1933. El difunto, un asturiano llamado Juan Polena Gutiérrez, fue
su última voluntad que su entierro fuera acompañado de cruz y clero. Cómo éste vivía muy
55
cerca del cementerio, el alcalde prohibió que el féretro fuera conducido en desfile a la Iglesia,
como era la tradición, antes de ser llevado a la tumba. Entonces, pasó lo siguiente:
“A las cuatro de la tarde del día de hoy, hora señalada para la conducción y sepelio del cadáver
de don Juan Polena Gutiérrez, que era de estos vecinos, se reunió en la vía próxima a la casa
mortuoria un gran número de vecinos con el fin de acompañar al extinto en su última morada.
Como el entierro fuera precedido de cruz y clero, según rumor, por voluntad del mismo finado y
quizás algunos de sus familiares, al llegar a la casa mortuoria fue cantado el responso por el
señor cura don Telésforo García y sacristán (…) El citado sacerdote, después de subir a lo alto de
la población y cantar el responso, marchó con dirección a la puerta de la iglesia, donde siempre,
de tiempo inmemorial, ha sido costumbre llevar con los cadáveres, le salió al encuentro el señor
alcalde presidente don Manuel Gámez Gámez (apodado el Chivata), diciéndole que la
conducción del cadáver debía de ser desde la casa mortuoria hasta el cementerio, que hay una
distancia de unos sesenta metros, contestándole el señor cura y replicándole el señor alcalde.
Después de dichas palabras, una mayoría grande de la concurrencia se sumó a lo dicho por el
señor cura, echando a andar la comitiva fúnebre por el camino de costumbre, sin que durante la
conducción nada ocurriera más que lo relatado de lo que todos protestaron enérgicamente.
Terminado el acto del entierro, el señor alcalde, aunque no acompañó la comitiva, tuvo a bien
venirse a la casa capitular, ordenando la detención del señor cura de referencia, que fue llevada
a efecto por la Guardia Civil de este puesto, ingresándolo en el arresto municipal, que menos
mal, hacía dos días que había sido blanqueado.
El pueblo, ya una vez en el arresto el señor cura, se reunió rápidamente pidiendo la libertad del
sacerdote, formándose en seguida una numerosa manifestación de hombres, mujeres y niños,
pidiendo la libertad y dando gritos rodeando la Alcaldía y dispuestos todos a hacer cuanto fuera
preciso, que gracias al señor sargento de la Guardia Civil don Ramiro Marcos Rodríguez y los
guardias a sus órdenes José Vega Trujillo y Miguel Molero, pudieron ir conteniendo al gentío, el
cual vitoreó con entusiasmo al señor sargento y lo mismo a sus guardias, por el buen
comportamiento en el cumplimiento de su deber, siendo libertado el detenido provisionalmente
56
en su domicilio, apaciguándose bastante los ánimos. Las tabernas y cafés fueron cerrados al
oscurecer y deshechos los grupos.
No me dejo atrás este punto. La pobre madre del señor cura, de bastante edad, hay que
compadecerla y tenerla lástima, por los malos ratos que hoy ha pasado con la detención de su
hijo”51.
Por esta actitud, el Gobernador Civil le destituyó del cargo, siendo nombrado un nuevo
alcalde, Manuel España Palma. Este suceso le valió a Manuel Gámez Gámez para que,
remitiéndonos al profundo sentido musical de esta villa, le compusieran una coplilla, rescatada
del folklore tradicional, con mucho sarcasmo:
CUANDO CHIVATA MANDÓ PRENDER
AL POBRE CURA SIN TENER PORQUÉ
“TOAS” LAS BEATAS CON MUCHA RAZÓN
GRITABAN ¡MUERA CHIVATA!
QUE ES UN LADRÓN52.
MUERA CHIVATA
ESE TRAIDOR Y CRIMINAL
QUE TIENE CASA DE SATANÁS53
51 Carta publicada en el Popular. 10‐01‐1933. AHMM.
52 Testimonio de Miguel Cisneros Fernández, nacido en 1925.
53 Testimonio de Ramón Portillo Santiago, nacido en 1918.
57
El 1 de marzo de 1933 se celebra la primera boda civil de la historia de Almáchar, ley que
promulgó la República como muestra del carácter aconfesional del Estado, un nuevo desafío
contra el poder moral que ejercía la iglesia. Hoy en día es un hecho perfectamente aceptado
por la sociedad que dos personas puedan casarse por lo civil, pero, por entonces, no era tal el
caso. De hecho, muchos religiosos en el pueblo no vieron con buenos ojos que las parejas
pudiesen casarse por medio de otra persona que no fuera el cura y la expresión “en nombre de
la Ley, yo os declaro marido y mujer”, pronunciadas por el Juez, se le antojaban una ofensa
irreparable. Casarse por el juzgado era una nueva expresión en el que se arriesgaban a ser
rechazados por el vecindario más ortodoxo.
No obstante, se celebró. Fue un día soleado. La novia, Mariquilla Ruiz Navas, iba
ataviada con un vestido color amapola; el novio, Francisco Reyes González, con chaqueta
clásica. Se trasladaron al Ayuntamiento donde el juez, Matías Cisneros González, los casó.
Luego, los novios, el alcalde, el juez y una bandera tricolor guiaron a la muchedumbre hasta la
casa de los recién casados y, aquí, se les dio dulces y licores a los invitados54.
Después de las elecciones del 33, la normalidad llega de nuevo para los religiosos. Pero
no fue así del todo. Los más extremistas pensaban darle un escarmiento a la iglesia, y a quien
mejor que a su representante, el cura.
Siendo cura párroco de Almáchar, en esas fechas, Francisco Espinosa Gil, que lo era
también de la parroquia de Cútar, donde residía, una mañana temprano se trasladó montado
en un caballo a este pueblo. Justo al pasar por el Puerto de Cútar dos encapuchados salieron a
su encuentro:
‐ ¡Alto ahí! – gritó uno de ellos.
El cura obedeció en el instante que se percató de que iban armados, ambos con revolver
en mano.
‐ ¡Bájese del caballo! – le instó el otro.
‐ ¡Dios bendito! – exclamó el cura, mientras permanecía paralizado por el terror.
54 Noticia publicada en el Popular. 01‐03‐1933. AHMM.
58
El encapuchado más cercano a él le agarró del brazo y tiró con tanta fuerza que el cura
se desplomó en el suelo. Acto seguido, lo tumbaron boca abajo y lo maniataron.
La víctima observó, con medio rostro clavado en la tierra, cómo los salteadores
murmuraban algo entre sí. Tenían la cara oculta tras un pañuelo negro y era incapaz de ver
nada más, pero por los ojos y por los movimientos supuso que se trataban de personas jóvenes.
Un chiquillo, José Gutiérrez Pineda, de 13 años de edad, que casualmente pasaba por allí,
escuchó voces y, al visualizar aquella escena, se ocultó entre unos matorrales.
Pasaron unos segundos, quizá minutos, cuando comenzaron a registrarle. Le sustrajeron
un reloj con cadena de oro, 25 pesetas, un sobre con documentos, una correa y las llaves de la
parroquia. Mientras el que le había quitados las cosas guardaba el botín en un zurrón, el otro
encapuchado lo asió por el cuello y lo puso de pie, propinándole varias bofetadas.
‐ ¡Lárgate de Almáchar y no vuelvas más! – Gritó – ¡Tienes un plazo de tres días para
recoger tus cosas y largarte de allí!
Volvió a pegarle, esta vez un puñetazo. Instantes después, lo arrastraron hacia un árbol
y lo amarraron al tronco. Los asaltantes abandonaron la escena desapareciendo de igual modo
como había aparecido.
Entretanto, el jovencito salió de su escondite y corrió en dirección al pueblo para avisar
de lo ocurrido a las autoridades. Por el camino se tropezó con unos labriegos que iban al campo
a trabajar y fueron éstos los que lo desataron55.
Tras abrirse el atestado, la Guardia Civil procedió rápidamente a practicar las pesquisas
necesarias sobre el caso. El día después del atraco, detienen a un sospechoso. Se llamaba
Joaquín Barranquero España, el cual, interrogado en los aposentos de benemérita, ignoraba
todo lo sucedido.
‐ ¿Dónde pasó la noche del 6 al 7 del día de ayer? – Le preguntó un oficial.
55 Noticia publicada en el Popular. 10‐05‐1934. AHMM.
59
‐ Salí temprano de mi casa con idea de recoger unos nidos de codorniz. – Contestó el
muchacho – Regresé al medio día.
‐ ¿Tiene, usted, conocimiento de lo ocurrido en el Puerto de Cútar ayer al amanecer?
‐ No – rechazó con un movimiento de cabeza.
‐ ¿Se reunió ayer con alguna persona a eso de las 5 de la mañana, justo antes de salir de
su casa?
‐ No – repitió.
No obstante, avisaron al chiquillo que se había escondido cerca del lugar del atraco, el
cual, en rueda de presos, identificó varias veces la voz en la persona de Joaquín Barranquero.
Éste pasó a disposición de un Juzgado de Instrucción de Málaga56.
Veinticuatro horas después, es apresado el siguiente sospechoso, declarándose, durante
el interrogatorio, como autor del delito en compañía de Joaquín Barranquero España. Se
llamaba Antonio Samos Gómez, de 20 años de edad, soltero y obrero del campo. Lo conocían
en el pueblo como un joven apasionado del ideal socialista, integrante de las Juventudes.
Describió ante las fuerzas del orden el entramado:
‐ Llevábamos tramando el golpe con un mes de antelación. La noche del 5 al 6 salimos
de Almáchar hacia el Puerto de Cútar, llegando a las cinco de la mañana, donde permanecimos
escondidos durante unas tres horas, hasta que pasó el cura. Entonces, salimos a su encuentro
provisto de antifaz y dos pistolas de fuego. Después de amarrarlo, lo pusimos en el suelo y le
registramos, llevándonos sus pertenencias. Le pegamos un poco con la finalidad de intimidarle,
amenazándole con que en un plazo de tres días se marchara del pueblo de Almáchar y
regresara a Cútar. Lo sustraído lo guardé en mi domicilio y el dinero nos lo gastamos al día
siguiente57.
56 Noticia publicada en el Popular. 11‐05‐1934. AHMM.
57 Noticia publicada en el Popular. 12‐05‐1934. AHMM.
60
El 9 de junio de 1943, por un Tribunal de Urgencias de Málaga, los dos son condenados
a ocho años de prisión por atraco y un año por tenencia ilícita de armas.
A comienzos de 1936 se preparan las próximas elecciones en un ambiente totalmente
bipolar. El Frente Popular, en cuyo seno se agruparán todos los partidos de izquierda, se hace
con la victoria en las urnas y el Partido Socialista vuelve a gobernar en Almáchar. Se inicia una
fase caracterizada por la aceleración de la Reforma Agraria, paralizada en el bienio anterior.
Aún así, entre la obstinación de los patronos a no colaborar con las reformas del Estado
y el nulo entendimiento entre la derecha y la izquierda, que, casi siempre, desembocaba en
intolerancia, la situación se vuelve muy tensa. Se respira en el pueblo aires de conspiración, de
unos cuantos patronos que, ofendiendo de esa forma a la República, ofenden también a los
obreros y éstos, al mismo tiempo, tampoco se quedan pasivos. Esta situación alcanza su cenit
con un suceso acaecido en la iglesia.
En la noche del 19 de abril de 1936 avisaron al alcalde de que en la sacristía había una
tertulia clandestina, sin su autorización, de gente de derechas. 21 personas, 9 de ellas
forasteras, se encontraban en el interior.
Inmediatamente, el alcalde notifica a la Casa Cuartel el encarcelamiento de los reunidos
y la clausura de la iglesia, fundamentándose en la idea de que los que allí se encontraban
formaban parte de una reunión política, sin haber justificado el móvil de ella.
‐ ¿Qué esta pasando aquí? – exclamó uno de los reunidos, cuando las puertas de la
sacristía se abrieron e irrumpieron cuatro guardias civiles.
‐ Esto es una insolencia – instó otro con suma indignación.
‐Por orden del señor alcalde, estáis arrestados. – Les aseveró un guardia – Quedáis a
disposición de la autoridad del Gobernador Civil. Por favor, permanezcan en la sacristía hasta
nuevo aviso.
‐ ¿De qué se nos acusa? – preguntaron.
‐ De incumplir las normas de la Alcaldía. Sois detenidos por organizar una reunión
clandestina – les contestó el guardia.
61
‐ ¡Pero si esto no es una reunión política! ¡Estamos aquí por el culto a la Adoración
Nocturna! – replicaron al unísono en actitud de protesta.
Los 21 fueron encerrados donde allí mismo se encontraban: Antonio Río Gutiérrez,
Joaquín España Villalba, Antonio Villalba Alcántara, Francisco Lozano Portillo, José Lozano
Portillo, Juan Ramón Alcántara Reyes, Juan Ríos Gámez, Antonio Ortiz Pérez, Antonio España
Gutiérrez, José España Díaz, Manuel Martín España, Juan España Roca, Salvador Muñoz Martín,
José Villalba Torres, José Martín Martín, Guillermo Beltrán Torres, Antonio Torres Villalba, José
Marín Moreno, Salvador Martín Martín, José Muñoz Martín, Francisco Morales Puche. El reloj
macaba las dos de la madrugada.
No obstante, a las 9 de la mañana, las fuerzas de la Guardia Civil prepararon un coche
con el objeto de trasladar a los presos a Málaga, directamente al Gobernador, pues la cárcel no
reunía las condiciones óptimas de seguridad y sospechaban que pudiera producirse una
alteración del orden público, después de haberse corrido el rumor de lo ocurrido. Cuando
marcharon, los guardias clausuraron la iglesia.
Poco después, el 21 de abril, el obispo de Málaga remitirá inmediatamente un oficio
indicándole al Gobernador que se reinstaurara el culto, puesto que aquella noche no hubo una
reunión clandestina, sino que se trataba de “una Vigilancia de la Adoración Nocturna, culto que
se celebraba en Almáchar dos veces al mes desde hace muchos años, por lo que el carácter
exclusivamente religioso de la reunión era conocido de todo el pueblo, y aunque esto será
seguramente comprobado en las diligencias que se practican, como la clausura ya ejecutada de
las puertas de la Iglesia impide al Párroco el ejercicio de su ministerios, hecho más de lamentar
por tratarse de Almáchar, pueblo que se distingue por su religiosidad entre todos los de la
Diócesis, S.E. Rvdma. Ruega V. E. dé la órdenes oportunas para que quede el templo abierto al
culto pueda el Párroco ejercer su cargo y cumplir los fieles sus deberes religiosos”.
EL 22, llega un telegrama del Gobernador Civil destinado al alcalde de Almáchar, Vicente
Barranquero Ruiz:
“Sírvase entregar inmediatamente la llave de la Iglesia al cura párroco que como encargado de
la misma cuidará de su custodia y habrá de restablecerla al culto; dándome cuenta bajo su
62
responsabilidad del cumplimiento de esta orden advirtiéndole que no debe inmiscuirse en nada
que afecte aquel edificio cuyo usufructo y administración corresponde a la autoridad
eclesiástica”.
El 24 se levanta la clausura. A su vez, el alcalde enviará un oficio al Gobernador
explicándole lo siguiente:
“La iglesia fue clausurada por hallarlo así procedente esta Alcaldía en virtud de haber
sorprendido a las dos de la mañana en la Sacristía una reunión clandestina, con un timbre de
alarma y por tratar de impedir la entrada a agentes de mi autoridad, teniendo los reunidos
entre ellos nueve forasteros, sin que esta Alcaldía tuviera conocimiento de tal cosa, y como
quiera que la responsabilidad de un desorden público pesa sobre mí y resulta que en esta Iglesia
entran más gentes políticas que religiosas, o mejor dicho, que cristianas, creo mientras sea
Alcalde, asirme al derecho de perseguir donde quiera que se reúnan a los revoltosos e
infractores de la ley de Orden Público, máxime teniendo la seguridad de que en los
aprehendidos no hay ningún santo ni persona respetuosa con la ley, sino por el contrario,
detractores del régimen y de las autoridades.
Deseo por último llevar al convencimiento de V.E. que esta Alcaldía ha procedido estrictamente
como dispone la Ley de Orden Público y que, al introducirme en la Iglesia, lo hice porque afecta
al orden público el acto realizado en ejercicio del derecho que otorga el art. 2758 de la
58 Artículo 27. La libertad de conciencia y el derecho de profesar y practicar libremente cualquier religión quedan garantizados en el territorio español, salvo el respeto debido a las exigencias de la moral pública.
Los cementerios estarán sometidos exclusivamente a la jurisdicción civil. No podrá haber en ellos separación de recintos por motivos religiosos.
Todas las confesiones podrán ejercer sus cultos privadamente. Las manifestaciones públicas del culto habrán de ser, en cada caso, autorizadas por el Gobierno.
Nadie podrá ser compelido a declarar oficialmente sus creencias religiosas.
63
Constitución, que el señor párroco invocó, y ello es realizándolo en pleno día, cuanto más a la
hora en que fueron sorprendidos y pretendieron hacer que ejercían aquel derecho”.
Hablar de iglesia en el pueblo era hablar de derecha, cuyos parroquianos se enfilaban en
el partido de Gil Robles, la CED (la Confederación Española de Derechas Autónomas). Todo
indicaba que los nervios estaban a flor de piel y los problemas no acabaron ahí. Siguieron, uno
detrás de otro, como la espuma de las olas que preconizan una tormenta. Faltaba todavía lo
peor por venir.
La condición religiosa no constituirá circunstancia modificativa de la personalidad civil ni política salvo lo dispuesto en esta Constitución para el nombramiento de Presidente de la República y para ser Presidente del Consejo de Ministros.
64
CAPÍTULO VI
“ANTE UN IMPREVISTO ENFRENTAMIENTO, DEBO TENER BIEN A PUNTO Y AFILADAS MIS MEJORES ARMAS:
LA EDUCACIÓN Y EL RESPETO”
(Anónimo)
Resultados electorales del 16 de febrero de 1936. Triunfo del Frente Popular en
Almáchar. Pese al 41% de abstenciones y los numerosos votos obtenidos por la CEDA, la unión
hizo la fuerza. Para algo habían servido los mítines que dieron en la “Huerta del Guerra”. Allí, en
un recodo del río, los oradores hicieron un llamamiento a la unión del proletariado, así como al
pacto entre partidos de izquierdas. Esparramados por los bancales, vecinos de Almáchar,
Moclinejo, Borge, Cútar, Benamocarra, Comares oían las arengas políticas con los ojos bien
abiertos, esperanzados por un cambio definitivo.
El Bienio anterior se había caracterizado por el recorte de libertades, como la supresión
de las murgas de carnavales, el cierre de Centros sindicales o la prohibición de mítines;
también, había significado la congelación de la Reforma Agraria y la vuelta a la hegemonía de la
política arbitraria de la patronal. De este modo, la vuelta al poder de la izquierda preocupaba
hondamente a los conservadores, ya que ello supondría una reactivación de las reformas en el
campo y, por lo tanto, la vuelta a la conflictividad.
Para entonces, El Partido Socialista vuelve a gobernar, siendo alcalde Vicente
Barranquero Ruiz. La excitación se respiraba por todos lados. Pocos días después de las
elecciones, una manifestación con gente procedente de Benamocarra inundó las calles de
Almáchar al grito de ¡Viva la libertad de los quincalleros! Dos años atrás, los señoritos del
pueblo, quienes tenían monopolizados las tiendas de suministros, promulgaron una orden con
la cual se les prohibía a los vendedores ambulantes forasteros la venta de sus productos. Con la
victoria del Frente Popular esta barrera se borra de un plumazo y los quincalleros pudieron de
nuevo vender sus géneros en el pueblo.
65
No fue sólo eso. Los carnavales se legalizan, coincidiendo con los mencionados comicios.
Hubo una comparsa que se destacó por sus letrillas revolucionarias; el grupo de murga se hacía
llamar “los huérfanos de Asturias”, en honor a las mártires de la revolución, tema muy
recurrente en la campaña electoral, y procedía de Benamargosa, cuyo grupo actuó en la plaza
de Almáchar cantando aquellas estrofas con un alto contenido político de lucha de clases, un
tanto violenta59:
ALBAÑIL NO HAGAS CASAS
“PA´” QUE CHUPEN DE TU SANGRE
QUE TU DE NOCHE DESCANSAS
EN UN RINCÓN MISERABLE
CARPINTERO, NO TRABAJES
TIRA LA SIERRA Y EL CEPILLO.
PANADERO, TÚ NO AMASES
NINGUNA HARINA PARA ESOS PILLOS
DECLARARSE EN GENERAL
HUELGA DE LOS TRABAJADORES
Y NO LABRARLE LA TIERRA
A VUESTROS EXPLOTADORES
DECLARARSE EN HUELGA
CON CUCHILLOS Y PUÑALES
Y ACABEMOS CON LOS SIN VERGÜENZAS,
BURGUESES Y CRIMINALES
LA GUARDIA CIVIL Y EL CLERO
Y ESE CANALLA DE CUERPO
59 La letrilla dictada por Miguel Cisneros Fernández, nacido en 1925, el cual los vio actuar en la plaza de la Iglesia y aún se acuerda de ella.
66
CUERPO DE CARABINEROS60,
LE PONEN CUANTO PIDEN
Y TODAS LAS COMODIDADES,
Y EL OBRERO POR PEDIR TRABAJO
NOS TRATAN DE CRIMINALES
Por otro lado, también había coplillas menos políticas, como esta compuesta por un tal
Rufo, natural de Almáchar61:
DOS MUCHACHAS QUE LAVANDO
CONVERSABAN “DESCUIDÁ”
Y NOSOTROS ESCUCHANDO
DESDE POCO MÁS ALLÁ
SE DECÍAN UNA A LA OTRA
A MI NOVIO LO VOY A “DEJÁ”
PORQUE HABLA CON MI MADRE
Y A MÍ NO ME DICE “NÁ”
Y YO NO PUEDO ESTAR
TODA LA NOCHE “CALLÁ”
Y DICE LA OTRA:
TU NOVIO NO ESTÁ BUENO DE LA PELOTA
EL MIO HABLA DE MÁS
ME DIJO LA OTRA NOCHE
QUE UN PITO QUE TIENE
ME LO VA A ENSEÑAR
60 Había una caseta de carabineros en Benamargosa, destinado a la vigilancia del contrabando de tabaco que venía de Gibraltar.
61 Testimonio de Antonio Samos Gómez, nacido en 1914.
67
Las autoridades republicanas del Gobierno Civil tendrán que hacer frente al complicado
problema que suponía la nueva puesta en práctica de la Reforma Agraria que, en resumen,
representaba una vuelta al intervencionismo municipal en cuestiones agrícolas. En el ámbito de
la Axarquía, y especialmente en Almáchar, la ley de Laboreo Forzoso trajo una respuesta rápida
de la patronal, formalizada en una rotunda negativa a cumplir con los compromisos exigidos.
Los patronos Rehusaban contratar a obreros de la Sociedad “Los Luchadores de Almáchar”,
adepta a la UGT; así como a aquellos que durante los dos primeros años del régimen
republicano les habían demandado en el Jurado Mixto, órgano competente de regularizar las
negociaciones entre ambos bloques. En otras palabras, la política y los asuntos administrativos
se entremezclan.
De todas formas, se realizaron grandes esfuerzos por solucionar los numerosísimos
conflictos que surgirán al paso. La Ley de Laboreo Forzoso disponía la obligatoriedad de labrar
las tierras que no estaban siendo usadas por sus propietarios para que la producción de la pasa
fuera mayor y, a su vez, se empleara mayor mano de obra de la Oficina de Colocación. Para
hacer cumplir estas prerrogativas se había creado la Comisión de Policía Rural, encargada de
supervisar el cumplimiento de las labores.
Contrariamente, los patronos no van a contratar a los obreros de la Bolsa de Trabajo, ni
a laborear sus tierras, consiguiendo, con ello, que sean multados por la Policía Rural. Pero, la
burocracia es muy lenta y los órganos administrativos estaban comprados por los patronos.
Además, los esfuerzos de la Alcaldía por llegar a un consenso son un completo fracaso,
inventándose los propietarios mil y una excusas para no acudir a la Junta Mixta y entreviendo el
poco peso que tenía el alcalde. Estas circunstancias acaban por colmar la paciencia del sindicato
obrero.
El 8 de mayo la sociedad obrera (más unida que nunca pues obligaban a todos los
jornaleros a sindicarse para poder ingresar el la Bolsa de Trabajo) va a repartir trabajadores por
distintas fincas del pago de Villanueva sin el consentimiento de sus propietarios, hecho
atribuido, como antes hemos dicho, a la intransigencia de éstos. En la finca de José Gámez
Gutiérrez, dos obreros; en la finca de Federico Gámez Fernández, otros dos; En la de Antonio
Palma Gutiérrez, cinco obreros; en la de Baltasar Reyes Gutiérrez, diez individuos; todos los
68
cuales, tras las averiguaciones hechas por la Guardia Civil, habían ido a trabajar mandados por
la Oficina de colocación con arreglo a la ley de Laboreo Forzoso62.
El 13 de mayo se reúne urgentemente la Comisión Inspectora del Registro Local de
Colocación Obrera de esta villa para buscar una solución del conflicto. El presidente, Francisco
Gámez Gámez, expone:
“Los señores patronos vienen actuando de una manera grandemente arbitraria con cuyos
procedimientos no solo rebajan la fuerza moral de esta Comisión, sino lo que es peor, que
obstaculizan la marcha del Registro, pues a pesar del edicto puesto haciendo saber la obligación
de pedir al Registro todos los obreros que necesiten para sus trabajos, la comparecencia que la
mayor parte de los patronos que tuvo lugar el día 6 de mayo, en cuyo acto se les hizo saber la
ante citada obligación, como así mismo los innumerables casos que ya se han dado de citar por
motivo de haber infringido tales disposiciones, y del mismo modo las varias proposiciones de
multas que se han hecho al Sr. Inspector Provincial de Trabajo sin que hasta la fecha haya
constancia de que ningún patrono haya sido sancionado, con lo que consigue que la mayoría de
los obreros queden parados, porque sólo trabajan los que por fuera de este Registro se coloca, y
aquéllos que están en paro constante se quejan de que el Registro no protege sus innegables
derechos a trabajar”.
La Comisión decide:
“Que se eleve protesta del proceder de los patronos al Excmo. Sr. Ministro de Trabajo, Excmo. Sr.
Gobernador Civil de esta provincia y al Sr. Delegado Provincial de Trabajo, a quienes con oficio
de remisión e el que se expongan las que creemos razones fundamentales de aquel proceder, se
les envíe copia del presente acta”63.
62 Oficio de la Guardia Civil. Caja Asuntos Agrícolas. Archivo de la Gobernación. AHPM.
63 Extracto de la Comisión del Registro Obrero de Almáchar. Caja Asunto Agrícolas. Archivo de la Gobernación. AHPM.
69
Para el 15 de mayo La Sociedad “Los Luchadores” organiza una huelga general en
Almáchar. Cuatro parejas de la Guardia Civil se concentran en el pueblo garantizando el orden
público. Se paraliza el trabajo, excepto las panaderías64.
“La huelga en ese tiempo era el patrón y el obrero, el uno contra el otro. Los patronos, si eran de
derechas, no avisaban a estos para trabajar y no pagaban los jornales al precio indicado. Los
obreros en huelga formaban cuadrillas y esperaban en las salidas de los pueblos para que no
saliera nadie a trabajar. Yo iba con mi tío a trabajar al campo y ahí en el río me topé con un
piquete de tres y nos obligaron a volvernos. Mi padre en una ocasión no le dejaron salir para
Córdoba con algunas cajas de pasas”65.
El alcalde Vicente Barranquero Ruiz realizará todas las gestiones que están en sus manos
para reunir a patronos y obreros y solventar el problema. Afirma que las causas de la huelga
son:
“La testarudez por negarse los patronos a sacar los obreros del Registro de colocación y no tener
esta falta otra sanción que la proposición al señor Inspector Provincial de Trabajo de una multa,
y esta sanción es inocua, pues ya se han hecho unas cuantas proposiciones y el señor Inspector
nada contesta. Si yo tuviera más facultades punitivas, no habría huelga”66.
El sindicato accede a una negociación, pero los patronos se niegan. Entonces, el alcalde
se va a ver presionado y el día 16 ordena a la Guardia Civil que arreste a los patronos y los
64 Oficio de la Guardia Civil. Caja Huelgas. Archivo de la Gobernación. AHPM.
65 Testimonio de Francisco Gámez Martín, nacido en 1920.
66 Telegrama de la Alcaldía a 15 de mayo de 1936. Caja Huelgas. Archivo de la Gobernación. AHPM.
70
traiga a la mesa de negociaciones en el Ayuntamiento67. A las tres de la tarde Francisco Gámez
Ruiz, Antonio Palma Gutiérrez, José Lozano Palma, Pedro Gutiérrez Martín, José Gámez España,
Francisco Cisneros Gutiérrez, Bernardo Gámez Roca, Cristóbal Villalba Gámez, Sebastián Reyes
España, Federico Gámez Fernández, Juan Palma Gutiérrez, Antonio Palma Gutiérrez, Jacinto
Palma Gutiérrez, Francisco Gámez Gutiérrez, Antonio Gámez Gutiérrez, Salvador Alcántara
Gámez, Antonio Gámez España, José Gutiérrez Gámez, Antonio Gutiérrez Gámez y Prudencio
Palma Gutiérrez, todos ellos pertenecientes a la patronal, son arrestados y llevados al
Ayuntamiento y tras cuatro horas de arduos debates, se llega aun acuerdo y concluye la
huelga68.
No obstante, el 17 de mayo el presidente de la sociedad de trabajadores de la tierra “Los
Luchadores de Almáchar”, Antonio Pérez, remite una carta al Gobernador de la provincia
comunicándole que:
“En este pueblo como en muchos otros existen elementos fascistas perturbadores del Orden con
sus constantes provocaciones contra la clase obrera, solo porque ésta pide un derecho que
siempre se le ha negado.
Pues en este pueblo hay entre otros un individuo llamado Francisco Gámez Martín de 22 años
de edad, uno de los mayores propietarios que no cesa en sus provocaciones en la calle y muy
particularmente en un establecimiento de bebidas donde se reúne con varios propietarios de
extrema derecha calumniando al Gobierno y a la República, lo que pudiera dar lugar cualquier
día a una colisión entre estos pacíficos obreros que sólo piden trabajo para con ello alimentar su
familia”69.
El Gobernador exige a la benemérita una investigación al respecto, la cual le participará
que los que se reúnen en el café no lo hacen por motivos políticos, ni para calumniar al
67 Oficio de la Guardia Civil. Caja de Huelgas. Archivo de la Gobernación. AHPM.
68 Oficio de la Guardia Civil a 16 de mayo de 1936. Caja de Huelgas. Archivo de la Gobernación. AHPM.
69 Carta de la Sociedad obrera. Caja de Asuntos Agrícolas. Archivo de la Gobernación. AHPM.
71
Gobierno, sino para distraerse como en cualquier establecimiento de bebidas, no mostrando
ideas fascistas70.
El 21 de mayo la Comisión de la Policía Rural, encabezado por el presidente Vicente
Barranquero Ruiz y los vocales obreros Manuel España España y Juan Gámez Ríos, con la
inasistencia de los vocales patronos Federico Gámez Fernández y José Palma Gutiérrez, tratan
sobre la intensificación del laborero en las ciento setenta áreas y noventa áreas de cultivo del
pago de Villanueva, propiedad de Jacinto Palma Gutiérrez y Bernardo Gámez Roca. Obligados
por decreto a trabajarlas forzosamente y a pagar los jornales invertidos en la labor de la viña,
los dueños declararán que tienen recurso entablado en dichas parcelas, negándose a pagar los
jornales y, si querían los obreros incautarse de frutos para sufragar los jornales, que así lo
hicieran. La Policía Rural, en tal sentido, acuerda entregar los frutos a la sociedad de Almáchar71.
A su vez, sigue habiendo casos de invasión de fincas, o lo que era lo mismo, el laboreo
de tierras por los trabajadores sin el consentimiento de los propietarios. Llegadas varias
denuncias de patronos ante el Gobernador Civil, éste requiere una contestación del Alcalde,
pues que en él recaen todas las responsabilidades de lo que estaba ocurriendo.
70 Oficio de la guardia civil a 24 de mayo de 1936. Caja de Asuntos Agrícolas. Archivo de la Gobernación. AHPM.
71 Copia de la sesión de la Comisión de Policía Rural, 21 de mayo de 1936. Caja Asuntos Agrícolas. Archivo de la Gobernación. AHPM.
72
Escrito de la Sociedad de la UGT de Almáchar
en solidaridad con la huelga de la Fábrica de Larios (Torre del Mar)
El alcalde, Vicente Barranquero Ruiz, responde:
“Lo que han hecho al denunciar ha sido contarle a V.E. un engaño a sabiendas y del mismo
modo levantarme una calumnia más, puesto que aquí no ha ido ningún obrero a trabajar a
virtud de expediente de laboreo debidamente fallado por la autoridad agronómica, y si es que
se han querido referir a antes del expediente, afirmo que todos los obreros que han trabajado
73
han ido por la voluntad del dueño de la finca previa invitación a ello tal como indicaba V.E. en
las diferentes circulares publicadas en el Boletín Oficial.
Estos últimos ya han cobrado y por ello no cabe conflicto, y de los que han trabajado mediante
expediente faltan algunos por cobrar y es de suponer que los patronos que todavía no han
pagado hayan sido los denunciadores para provocar con ello el malquiste a esta Alcaldía o a
este Ayuntamiento y con ello burlar el pago que en justicia deben hacer y que si a ello se niegan
serán apremiados por el Juzgado”72.
CONCEJALES DEL FRENTE POPULAR 1936
Juan Muñoz Fernández
Vicente Barranquero Ruiz
Diego Portillo Fernández
Juan Barranquero Díaz
Juan Martín Martín
Secundino Pérez España
Francisco Barranquero Díaz
Manuel Pérez Cortés
Los patronos siguen saliéndose con la suya, en un estado de absoluta pasividad anti‐
colaboracionista, ignorando los pagos de los jornales devengados con motivo del laboreo
forzoso. El 5 de julio, de nuevo, el alcalde formula una protesta al Gobernador Civil haciendo
alusión a la lenta administración y a la indiferencia del Inspector de Trabajo que no recae el
peso de la ley en los patronos morosos. Le explica que se ha dirigido varias veces a la Guardia
Civil rogándole que ordene el cumplimiento de la ley de Colocación, pero el jefe de la fuerza le
72 Oficio de la Alcaldía. Caja Asuntos Agrícolas. Archivo de la Gobernación. AHPM.
74
responde que no es de su incumbencia esa misión, que él sólo asume los asuntos de orden
público. Esto, a la larga, también producirá ciertas tensiones entre Alcaldía y Casa Cuartel73,
alegando el primero que los segundos apoyaban, sin concebir ningún perjuicio, a los patronos.
Muchos no pagan de ninguna manera y, al fin, descubren el pastel. La Policía Rural
expide denuncias al Juzgado Municipal por impago de jornales invertidos en el laboreo forzoso.
Estas diligencias de cobro se encuentran paralizadas por el juez, propietario y aliado de la
patronal simultáneamente, sin que se inicien los expedientes de apremio pese a los ruegos de
la Alcaldía. La cuestión era la siguiente: Los patronos dominaban la administración, que ya de
por sí era lenta, el juzgado (las leyes) y tenían contacto en la capital con peces gordos quienes
les libraba de las sanciones.
Tales contextos no ocurren solamente en Almáchar. La provincia entera sufre
divergencias entre patronos y obreros por las mismas razones. Unidos todos los sindicatos, a
primeros de junio se declara la Huelga General en Málaga. Aunque aquí no habría incidentes
importantes, a excepción de grupos de piquetes que con palos impedían a los campesinos que
fueran al campo a trabajar, la huelga duraría casi dos semanas, sin que se hallase una solución
tangible.
El alcalde vuelve a oficiar el 6 de junio:
“La aferrada resistencia al pago de los patronos entre los cuales se encuentra el mismo Juez
Municipal y varios familiares suyos y el resto sus correligionarios en la política de Gil Robles
siendo cosa imposible explicarse que todavía estén al frente e algunos ramos de la
administración personal de tan triste memoria y que tanto vienen obstruccionando la marcha
de la República y hasta en ciertos casos encontrando apoyo por altos jefes de la administración
como aconteció recientemente con un patrono detenido por provocar a los obreros y por
desobediencia a mi autoridad, e inmediatamente mandado poner en libertad por el Sr.
73 Oficio de la Alcaldía. Caja Asuntos Agrícolas. Archivo de la Gobernación. AHPM.
75
Secretario Fernando Benavides. Ello es la causa de haberse declarado aquí la huelga general en
vez de la gremial”74.
No bastaba con obstruccionar las reformas en Almáchar, sino que también lo hacían en
otras localidades. Por eso, el 17 de junio se genera una complicación en El Borge:
“Pongo en el superior conocimiento a V.E. que en esta Villa se plantea un conflicto con carácter
alarmante, a causa de que varios patronos del vecino pueblo de Almáchar y que tienen sus
respectivas fincas en este término municipal, se niegan rotundamente a abonarle los jornales
devengados a estos obreros; unos son objeto de expedientes de laboreo forzoso dictado por la
Sección Agronómica de la provincia, y otros, que fueron citados a esta Alcaldía y amistosamente
cada uno colocaron el número de obreros que tuvieron por conveniente”75.
Los que fueron objeto de expediente se prestan hacer cuantas maniobras le son posibles
para evitar pagar los jornales. Además, como tenían de su lado al juez municipal, los trámites
judiciales se encontraban estancados por propia voluntad suya. Se daba el caso que en El Borge
los jornaleros se encontraban sin trabajo y sin nadie que les pudiera facilitar dos pesetas para
poder salir en busca de faenas en otros pueblos. El alcalde llegó a afirmar que había intentado
pedir un préstamo para solucionar la angustiosa situación de los parados, pero nadie se lo
concedía. Únicamente les quedaba el recurso del pago de los jornales de estos patronos
almarchareños que, después de haber colocado a los obreros y terminados los trabajos, en
total, adeudaban 2.782 pesetas: Prudencio Palma Gutiérrez, 202; José Palma Gutiérrez, 90;
Pedro Gutiérrez Martín, 120; Jacinto Palma Gutiérrez, 30; Francisco Palma Santana, 90; Juan
Palma Gutiérrez, 150; Salvador Gámez Santana, 840; Francisco Gámez Martín, 1.260.
74 Oficio de la Alcaldía. Caja Asuntos Agrícolas. Archivo de la Gobernación. AHPM.
75 Oficio de la Alcaldía del Borge al Gobernador Civil, firmado por el alcalde Salvador Velasco. Caja Asuntos Agrícolas. Archivo de la Gobernación. AHPM.
76
La situación política se agrava por momentos y las tensiones se disparan en casos
puntuales como el que ocurrió el día 9 de junio. La Alcaldía ordena a la policía municipal llamar
a Antonio Lozano Beltrán para que se reuniera en el Ayuntamiento en pos de interrogarle sobre
su comportamiento intolerante en vía pública, ya que había amenazado a alguien con arma de
fuego y no tenía edad para poseerla76. Una comitiva formada por José Portillo Santiago,
Antonio Gámez Cisneros, Antonio Barranquero Gámez y José Torres Navarrete, se acercó al
domicilio del sospechoso para proceder a su registro. Pero, al golpear en la puerta, ésta se abrió
de par en par y se asomaron dos cañones de una escopeta.
‐¡Atrás, atrás! – gritó Francisco Lozano Beltrán, hermano del que buscaban, apuntando
con el arma a los policías.
Cerraron la puerta de un portazo y se atrincheraron en el interior. El alcalde, entonces,
requirió a la Guardia Civil, cuya fuerza abrió de un puntapié la casa y, al entrar, procedió a
Registrar las habitaciones, encontrando en la cocina, en medio de un montón de leña, una
culata de escopeta y, pendiente de ella, el porta escopeta con un corte en la parte superior. Los
cañones fueron hallados en un corralón lindante, a donde fueron arrojados por los moradores.
Ambos hermanos fueron encerrados en el arresto municipal por tenencia ilícita de armas.
Respecto a las discrepancias habidas por cuestiones de Orden Público entre la Guardia
Civil y la Alcaldía, que en muchos puntos de España estaba llegando a niveles alarmantes,
revelaban a grandes rasgos las pasiones políticas promovidas por los partidos de izquierda y
sindicatos más radicales en contra de la derecha, prolegómenos de la tormenta que se
avecinaba. La benemérita, en cumplimiento de su deber como fuerza del orden, por mandato
del Gobierno Civil mantenía a raya las continuas protestas de los obreros y, por esta acción, se
ganaba la enemistad de aquéllos. Tenemos un documento escrito por el alcalde Vicente
Barranquero Ruiz, defensor acérrimo de los intereses proletarios, exponiendo, en resumen, las
suscitadas tensiones políticas de este período, motivados esta vez por un brote de revueltas
anticlericales que acabaron con destrozos en muchas iglesias de la Axarquía, pero que no llegó
a mayores males en Almáchar, gracias a la rápida intervención de la benemérita:
76 En el mes de febrero y ante los múltiples caso de pistolerismo que se daban las capitales, El Gobierno promulga un decreto por el cual todo el que poseyera armas debía de entregarlas a la Guardia Civil de su correspondiente municipio con el objeto de revisar las licencias.
77
“Excmo. Sr:
El Alcalde que subscribe, con el máximo respeto a V.E. se digna exponer:
1º‐ Que es socialista.
2º‐ Que en este pueblo la tranquilidad y el sosiego púbico está asegurado por el que subscribe
que cuenta con la disciplina más que probada, en todos los casos, del partido a que pertenece.
3º‐ Que a pesar de todos los rumores que corren respecto del resto de la República, aquí no ha
pasado ni pasará nada mientras no se nos cierre el camino de la Ley, y contando como
contamos con la rígida voluntad del Frente Popular, no creemos que se nos cierre nunca.
4º‐ Que la Ley de Orden Público y la Ley Municipal son claras y terminantes en sus preceptos y
no admiten las ambigüedades con que se nos pretende hacernos comulgar, y así dice en su
último párrafo el art. 6 que: Los Alcaldes, en el ejercicio de sus funciones delegadas del
Gobierno dispondrán de la fuerza pública dentro del término municipal del Ayuntamiento que
presida. Y el art. 84 de la Ley Municipal, caso 3º, declara que: El Alcalde como delegado del
Gobierno tiene a su cargo mantener el Orden y proveer a la seguridad pública e individual con
medidas preventivas y represivas.
5º‐ Que a todo esto se avendría gustosa la Guardia Civil si el Alcalde no fuera como es un obrero
de Campo y en su lugar hubiera uno que fuer señorito y perteneciente a las cerriles y criminales
derechas.
6º‐ Que el sometimiento de las derechas al actual gobierno es ficticio y como no pueden
desprestigiarlo de otro modo, tratan de hacerlo con el concurso de la Guardia Civil,
desgraciadamente siempre dispuesta en los medios rurales a apoyarlos en sus diabólicos planes,
salvo rarísimas y muy honrosas excepciones, aunque para ese apoyo tengan que incurrir en
infracciones legales y sufrir sanciones de las que como siempre han escapado merced a la
influencia caciquil, creen que todavía esa influencia existe y sin temor a dichas sanciones y so
pretexto de la rigidez de su Reglamento se aprestan a obedecer ciegamente confiados a los
enemigos de nuestro Azaña y compañeros de Gobierno.
7º‐ Que la prueba de veracidad de lo expuesto es lo que sigue: Esta Alcaldía y todo el pueblo
sabe quienes son los que tienen armas y por si alguien no lo hubiera conjeturado los mismos
78
poseedores lo han declarado en tren de desafío; este hecho lo pasó por alto el que subscribe por
saber positivamente que: Puesto a la recogida de dichas armas, no contando con más fuerza
que la Guardia Civil, hubiera constituido un fracaso y hacerles el caldo gordo a los provocadores.
La pasada por alto por consiguiente fue un fracaso para los provocadores, pero tenaces en la
maldad no pierden oportunidad para hacer ver que este Gobierno no es capaz de mantener el
orden ciudadano tan necesario, no solo al progreso en general, sino que también a los dignos
hombres que hoy nos gobiernan, para llevar a buen término las promesas que han hecho al
pueblo, cosa que a las derechas los trae sin sueño, y persistentes en su maldad y uniendo su
grano de arena a los demás municipios de la República, ayer día 22, domingo, que estaban en la
Villa todos los campesinos, la única pareja de la Guardia Civil que hay aquí hoy, por mor de
concentración de los demás en otro pueblo, abandonó el Cuartel y salieron por las calles del
pueblo haciendo un alarde de fuerza con correaje y fusil, no obstante haberle requerido esta
Alcaldía a dicha fuerza con alguna frecuencia que no alardeen ni salgan a causa de rumores de
desórdenes hasta que no se les requiera por mi autoridad, excepto cuando se trate que salgan
de paseo con sable y pistola, o que sepan de inminencia de robo, asesinato, incendio, etc. Pero
ellos desoyeron las órdenes del que subscribe, salen con fusil cuando les da la gana, practicando
cacheos sin resultado y molestando al vecindario que en seguida comienza a exteriorizar su
descontento por tal proceder, y uno de estos días fue ayer; En vista de esta salida fue
interrogado el Comandante del Puesto accidental por el motivo de ella, y explicó que era por
medida preventiva. Como aquí no había nada de que prevenirse, por estar como siempre el
pueblo tranquilo, holgaba tal alarde, y más tarde, sabiendo por confidencia que la salida fue
motivada por denuncia de tres señores de derecha que les avisaron de un pretendido incendio
de la Iglesia, “según le habían dicho al cura varios jóvenes”, se requirió a dicha fuerza por oficio
para que diera el nombre de esos tres personajes, dando por resultado tal requerimiento, la
comparecencia de la fuerza ante mi autoridad y manifiesta que: Nadie les denunció nada pero
que aunque hubiera sido como se sospecha, no podrían decir el nombre, por estar prohibido
divulgar a los confidentes. A esto se le contesta que si la confidencia fuera de un hecho real,
estaría bien el secreto, pero como la Alcaldía envió al Secretario a preguntar al mismo cura si
alguien le había comunicado algún intento como el que se rumoreaba, y dicho Sr. totalmente
atribulado por lo que veía y oía manifestó que nadie le había dicho nada en absoluto de tal
intento, resultaba que la confidencia era incierta y, por tanto, se trata no de un confidente sino
de un propalador de rumores falsos que había que ponerlo a disposición de V.E. como está
79
mandado. Al comunicársele nuevamente para que dijera el o los nombres de los propaladores,
contestó que también podían hacer ellos las salidas con armamento y correaje por las calles
cuando lo tuvieran por conveniente porque ellos son también responsables del orden público y,
además, tienen su jefe y respecto de estos servicios de población nada más que de él reciben
instrucciones. Por último se le dijo que la Guardia Civil si quiere cumplir con la Ley, lo que debe
hacer es no prestarse en estos juegos sucios y atenerse a las sugerencias del Alcalde y aún
aconsejarle si notarán torpeza o negligencia, consejo que por lo que respecta a mí no necesito, y
en todo caso denunciar ante V.E. cualquier caso de mala fe, abandono, complicidad, etc. que en
mí notara, pero que haber aquí dos autoridades responsables por igual del orden público, y el
mando de dos manos (…) Por lo expuesto, el suscrito eleva a conocimiento de V.E. la absoluta
necesidad de comunicar al que en derecho le corresponda, Alcalde o Comandante del Puesto,
que ha de someterse el uno al otro o viceversa, y ello lo suplico a V.E. en bien del Orden Público
(…)”77.
Tenemos más testimonios de esa enemistad con las fuerzas del orden:
“La Guardia civil de vez en cuando venía a nuestro local y lo registraba. Entonces, nosotros, las
Juventudes Socialistas, nos quejamos al Alcalde y éste fue a hablar con el comandante de la
benemérita. Le preguntó porqué los registraba y qué motivos tenía. EL comandante contestó
que no era obligación suya registrar el local pero tenía atribuciones de hacerlo cuando ellos lo
vieran conveniente. Registraban por si encontraban armamento. En aquellos tiempos cualquiera
podía tener una pistola”78.
En resumen, vemos que la II República supuso un cambio enorme en muchos aspectos
de la vida. Quiso configurar una Democracia transparente, más participativa, con mayores
77 Carta del Alcalde fechado a 23 de marzo de 1936. Caja Sucesos. Archivo de la Gobernación. AHPM.
78 Testimonio de Antonio Samos Gómez, nacido en 1914.
80
igualdades para la clase obrera. Pero, desde el principio, tanto sindicatos obreros como
organizaciones patronales no llegaron a un consenso integral que pudiese mantener en
simbiosis a ambas partes:
En primer lugar, porque los mismos patronos se negaron a colaborar en los cambios
impugnados por el Estado, obstruccionándolo. Esto trajo, a la larga, consecuencias desastrosas.
En segundo lugar, los obreros, esperanzados por las promesas del Gobierno, vieron
truncadas todas sus ilusiones en cuanto la Reforma Agraria iba siendo un realidad que no llegó
a consolidarse por culpa de la inestabilidad evolutiva del mismo, rechazada por un cuantioso
grupo de patronos reaccionarios y frenada por la lenta administración; este hecho sacó a relucir
el talante revolucionario del proletariado, llegando a posicionarse en un extremo revolucionario
de emancipación de clases y minado las posiciones de centro, las cuales deseaban, a toda costa,
un entendimiento. Las huelgas, las manifestaciones y la violencia política, como válvulas de
escape, hicieron el resto.
En tercero y último lugar, pese a lo que anteriormente se ha expuesto, visto desde la
retrospectiva del tiempo, el contexto de tensión en que se vivió
durante la primavera de 1936 forma parte de las típicas pugnas
existentes de una joven Democracia que intentaba solucionar
muchos de sus desniveles históricos, pero que chocó de lleno
estrepitosamente contra un muro inquebrantable. Sólo hay dos
maneras de cambiar el gobierno de un país; una es a través de las
urnas, otra por medio de las armas. Para entonces, justo tras la
victoria del Frente Popular, los poderes que siempre habían
ostentado la hegemonía en España (Burguesía terrateniente‐Ejército‐
Religión) se unieron para insertar el último mandoble mortal a la
República, conspirando para destruirla, por medio de las armas… La guerra estaba apunto de
estallar.
Carnet de la UGT
81
CAPÍTULO VII
“PARA LA MAYORÍA DE LOS HOMBRES LA GUERRA ES EL FIN DE LA SOLEDAD.
PARA MI ES LA SOLEDAD INFINITA”
(Albert Camus)
Turbias noticias anunciaban los periódicos. El país estaba agitado, convulsionado por
enfrentamientos entre grupos políticos que, frecuentemente, acababan violencia. Ladraban,
aullaba, gritaban. En otras palabras, mucha malaleche concentrada.
Una línea divisoria marcaba el espacio de los contrincantes: A un extremo, se repetía
continuamente la frase ¡fascistas reaccionarios!; al otro lado, ¡socialistas revolucionarios!, justo
antes de entablar combate callejero. En cierto modo, existía una conexión con el contexto
europeo, en el que los países democráticos se estaban viendo amenazados por la sombra del
totalitarismo, especialmente por el fascismo Italo‐alemán o el comunismo estalinista. Aunque
en mitad de la raya aún resistían personas moderadas que creían que todavía podría haber un
halito de esperanza para la supervivencia de la República, medio ahogado por la marea de la sin
razón.
Dadas las circunstancias, para la mayoría de los que pertenecían a la clase obrera la
República fue una bocanada de aire fresco. Nunca antes se había dado ese ambiente de
libertad. Por primera vez en la historia de España el proletariado va a ser participe de unos
cambios enormemente benefactores para los más desfavorecidos que afectaban
profundamente a las relaciones entre patronos y obreros. Sin embargo, para desilusión de
muchos, su evolución había sido irregular. Daba la sensación de que, pese a los seis años
transcurridos, nada había cambiado y la situación seguía igual. Por eso, sectores de la extrema
izquierda habían optado por dar la espalda a la República, tal y como ocurrió en la Revolución
de Asturias, y soñaban con la emancipación de clases.
En otro plano, el sector reaccionario, la burguesía agraria, que nunca había colaborado
ni llegado a un consenso con los reformistas, estaban ya hartos de tanta República, de tantas
82
reivindicaciones obreras y deseaban, in extremis, volver al estado anterior en el que tenían
total impunidad para ejercer su poder de manera absolutamente parcial. Así que decidieron, ya
en los albores de la primavera, rematarla apoyando la mayor conspiración que se había
tramado nunca.
Descontentos con el régimen, unos cuantos generales del Ejército, de corte conservador,
planearon cuidadosamente un golpe de Estado. Iban a ser apoyados por falangistas,
monárquicos, carlistas, tradicionalistas; incluso por católicos que aborrecían todas esas leyes
laicas y aconfesionales que afectaban a la unidad católica española. Estimaron que para finales
de julio declararían el estado de guerra e inmediatamente se echarían a la calle las huestes
militares para someter por medio de las armas a los obreros y acabar, de una vez por todas, con
la “anarquía” que predominaba, según ellos, por las ciudades y los campos españoles.
Llegó el maldito verano, acompañado de los acostumbrados sofocos que parecían ir
acorde con las excitaciones políticas. Y entre asesinato y asesinato, la muerte del más
importante político de la oposición del Gobierno, Calvo Sotelo, símbolo de la derecha, provocó
el chasquido, activó el detonante, que llevaría a la nación a la peor guerra civil que jamás
hubiera vivido.
El 17 de julio, accidentalmente, se anticipan en Melilla. Al día siguiente, la noticia de la
sublevación del Ejército es recibida por el Gobierno, mientras que los rumores se expanden por
todo el mapa como una ola incontenible. En los noticieros las radios emiten la noticia: “Nos han
llegado rumores de que una parte del Ejército de África se ha sublevado en contra del Gobierno
de la República. Desde Madrid recibimos telegramas falsos sobre pronunciamientos del estado
de guerra en algunas capitales del país. No cometáis el error de creer dichas afirmaciones. No
hagáis casos a los Bandos. El Gobierno tiene controlada la situación”. Pero no era así, no había
tal control.
En Málaga un grupo de oficiales comprometidos con la trama conspiratoria salen a las 5
de la tarde del cuartel de Capuchinos, seguido por la banda de música al son de la marcha
militar. Se dirigen al Gobierno Civil con el objeto de proclamar el Bando de guerra el cual
pretendía llevar la provincia a las fauces militares. Empezaba con un “HAGO SABER” y un
“ORDENO Y MANDO”, o más bien habría que cambiarlo por “PROHÍBO Y SANCIONO CON
83
DUREZA” las reuniones, las manifestaciones, las asociaciones, las instituciones republicanas, la
libertad de expresión, las negociaciones laborales, las manifestaciones políticas, etc.
En el edificio de la Aduana, sede del Gobernador civil, informados de las intenciones de
los sediciosos, las autoridades leales se atrincheran. A las 6 de la tarde comienzan los primeros
tiroteos. En una esquina sindicalistas armados, guardias de asalto y policías; en la otra, soldados
rebeldes y guardias civiles. Salta la alarma. El Gobernador envía telegramas a los pueblos de la
provincia pidiendo ayuda. Las trifulcas se suceden en cada calle del centro. Balas silbando,
estruendo de bombas, gritos, hidroaviones sobrevolando la costa. El furor de las masas obreras,
cuya sed de justicia afloró estrepitosamente, se propaga como una mecha encendida. Calle
Larios, epicentro económico de la burguesía malagueña, comienza a arder por los cuatro
costados. Más tiros. Cae la noche. Camiones repletos de activistas sindicalistas procedentes de
la Axarquía y otras Comarcas son retenidos a las afueras de la ciudad por la Guardia Civil.
Expectación. Se produce el silencio, interrumpido de trecho en trecho por el sonido lejano de
algún disparo solitario. Negociaciones. Los rebeldes se rinden. La sublevación fracasa. Son la
una de la madrugada del día 19 de julio de 1936.
Almáchar. Un pequeño pueblo de mil quinientos habitantes. Amanece. El sol se asoma
por los escarpados picachos pizarrosos. Las nuevas son recibidas con indignación. “¡Los
militares se han sublevado! ¡Los fascistas tienen la culpa!”, grita la multitud reunida en la Casa
del Pueblo. “¡Hay que hacerles frente! ¡Acabemos con ellos!”, repetían. Aquel verano muy
pocos jornaleros habían ido a la siega, entre las huelgas y la escasez de recursos para
emprender el viaje optaron por permanecer en el pueblo.
Primero había que conseguir armas. La muchedumbre se echó a la calle buscándolas por
el vecindario. Varios almarchareños poseían escopetas anticuadas de caza o revólveres.
También se apropiaban de cualquier cosa que pudiera hacer daño como cuchillos, hoces o palos,
porque, dominados por un fervor incontrolado, ahora tenían un enemigo al que combatir, no se
sabía dónde estaban o cuántos eran, pero estaba claro que se dejarían la piel con tal de
ganarles el terreno.
Golpearon varias veces en la puerta, el hombre abrió.
84
‐ El Ejército se ha rebelado en contra del Gobierno, necesitamos armas. ‐ le explicó un
joven con el rostro excitado. Detrás de él había dos individuos pendientes de la conversación
que lo estaban acompañando.
El hombre esbozó un gesto dubitativo.
‐Si no se para pronto esto, me temo que va a ser la guerra – añadió el interpelado.
‐ Allí, ‐ señaló a una pared en cuyo extremo colgaba un objeto – aquel retaco anticuado
es todo lo que tengo.
‐ Nos podrá servir.
Y entrando en la casa, le tomaron prestado una especie de arcabuz que podría tener
más de un siglo de antigüedad. Los muchachos siguieron la ronda mientras el propietario del
arma cerraba la puerta pensando: “no les servirá de mucho teniendo en cuenta que pertenecía
a mi bisabuelo y no dispara”79.
Mientras tanto, la Guardia civil permanecía paciente sin atreverse ni tan siquiera a salir.
Recibieron órdenes expresamente de Málaga para que siguiesen las fuerzas acuarteladas,
aunque alertas para la acción. Con el paso de los años se fueron acumulando los resentimientos
contra esta institución por diferentes razones. Una era el abuso desproporcionado al intervenir
en huelgas y manifestaciones que solían acabar con alguna víctima mortal. Aunque no era el
caso de Almáchar, hubo sucesos rimbombantes en otros lugares donde las masas obreras
habían chocado con la benemérita saldándose con varios muertos a consecuencia de disparos.
Otra de las razones hacía referencia a los sucesos de Asturias de 1934, pues ellos actuaron en
los aparatos represivos que acabaron con la vida de numerosos mineros. Y por último, como
efecto de los conflictos por las Bases de trabajo, los patronos se apoyaron en la Guardia civil en
defensa de sus intereses, lo que provocó el resentimiento de los ayuntamientos socialistas,
representantes de los jornaleros. Ahora los guardias apostados en el Cuartel de Almáchar
temían incluso por un linchamiento, al distinguir los efervescentes ánimos de las masas.
79 Testimonio de Manuel Pérez Reyes, nacido en 1930.
85
Al mismo tiempo, ojos escudriñadores surgían tímidamente por la rejilla de las ventanas
observando el panorama. Se sentían voces, ajetreo, personas que iban y venían zancajeando. El
rumor de la insurrección militar se corrió de casa en casa. Los derechistas del pueblo,
pendientes de lo que sucedía en la calle, temían lo peor. No saldrían de sus hogares hasta que
no se tranquilizara el ambiente. Ya en otras ocasiones, como en las elecciones del 33, el bloque
patronal, bajo el estandarte de la CEDA, vivió momentos de verdadera tensión entre amenazas
y reyertas de poca monta. Ahora los derechistas tenían miedo de que los obreros se
desbocaran y no encontrasen ninguna barrera que los detuviese.
No obstante, la marea subía cada vez más alta. Al día siguiente, 20 de julio al atardecer,
un camión irrumpió en las afueras del pueblo. Eran vecinos de Triana, algunos de ellos armados.
Bajaron del vehículo y comenzaron a vociferar órdenes. Pronto, se les unió un grupo numeroso
de lugareños, quienes abrieron de par en par las puertas de la Iglesia y, ante los curiosos,
entraron en tropel. “¡Vamos, acabemos con esto!”, “¡Se terminó el tiempo de los curas aquí!”.
Para asombro de muchos, con una naturalidad perturbadora, como si, a su vez, desplegaran un
odio eclesiófobo eterno, calculado, se emprendieron en sacar objetos del interior del templo;
imágenes, bancos, querubines, candelabros, estampas, altares, incensarios, santos, enseres
eclesiásticos, y los llevaron a una explanada cercana. No quedo en pie ni las campanas de la
torre, las cuales fueron descolgadas.
Al poco rato, varias hogueras devoraron un patrimonio eclesiástico de siglos de
antigüedad, cuyas llamaradas iluminaron como luceros el pueblo al anochecer. Convertido en
cenizas, todas las imágenes sagradas, incluso el Santo Cristo de la banda verde, el que llamaban
despectivamente “el pecadorcillo”, fueron consumidas por el fuego. No saciados con aquello,
cuadrillas de exaltados registraron las casas de familias devotas sustrayendo cualquier objeto
que se vinculase con el culto católico para acabar de la misma manera como habían acabado los
santos; pasto de las llamas.
86
“Para la demolición de imágenes y despoje de la Iglesia, adoptaron precauciones para no ser
vistos por las personas de orden, repartiendo patrullas por todas partes convenientemente”80.
“En el pueblo toda la gente de la Iglesia era de derechas. La Iglesia tenía mucho peso en
Almáchar y alrededor había familias beatas que estuvieron en contra de la República”81.
“Cuando estalla la guerra yo ya me había ido a vivir al Borge con mis padres. Sentado en la
plaza vi como un familiar vino a por mi y me dijo – niño a la casa ‐, cuando al rato veo luces
brillando. Eran los santos que lo estaban quemando”82.
“La iglesia del Borge no la quemaron cuando estalló la guerra porque no traían cuenta
quemarla, pero la gente de Almáchar vinieron aquí, tras haber quemado la de su pueblo, y
fueron paseándose desde la entrada del pueblo a la iglesia con el puño en alto y gritando ¡UHP,
UHP! Dijeron que habían quemado la de su pueblo y venían a quemar esta. Así lo hicieron. Si la
gente de Almáchar no viene aquí, no se quema nada. Delante del ayuntamiento hicieron una
pira con los santos y todo lo que pillaron de madera y le prendieron fuego. También tiraron
cosas hacia el arroyo que antiguamente atravesaba el pueblo desde lo alto de la barandilla”83.
“Yo escuché decir que vinieron los milicianos de Almáchar una tarde y dijeron ‐ ¿Todavía está la
iglesia sin quemar? – entonces echaron las puertas abajo y entraron, y quemaron las cosas en
una hoguera que hicieron en la puerta del ayuntamiento. De eso si me acuerdo. La candela
estuvo echando llamas muchas horas durante la noche. Yo me acuerdo que vaciaron la iglesia
80 Declaración de Antonio España Villalba en el sumario nº 37/39‐1939 contra Juan Martín Martín (a) Ratica.
81 Testimonio de Antonio Pérez Gámez, nacido en 1930.
82 Testimonio de Miguel Cisneros Fernández, nacido en 1925.
83 Testimonio de Francisco Fernández Pendón, natural del Borge.
87
totalmente. El Altar Mayor y las vigas que lo sujetaban a la pared también las arrancaron y todo
lo echaron al fuego. También los bancos de madera, un palco, los santos, todo fue a parar a la
hoguera. La iglesia quedó limpia”84.
Desde tiempos inmemoriales la Iglesia había estado del lado de los poderosos, de los
ricos, y nunca había movido un dedo por cambiar la situación de los pobres. Había llegado a ser
un emporio hermético cortando continuamente las alas al progreso en detrimento de su
hegemonía como ministerio religioso. Sólo había que echar un vistazo a las filas del clero
formadas por “segundones” de la clase privilegiada. La Iglesia no aceptó en principio las
reformas laicas promovidas por el Gobierno republicano movilizando a los beatos locales en
contraposición a las mismas. Pero ahora la amenaza de la guerra era una realidad cada vez más
palpable y el dique de contención parecía romperse a cada minuto.
Esa misma noche, temiendo lo peor, muchas familias de derechas, asustadas, decidieron
marcharse del pueblo y cobijarse en los cortijos que circundaban el pueblo como medida de
protección ante lo que pudiese ocurrir. Y más cuando se corrió el rumor de la detención de
varios patronos, los cuales fueron encerrados en el arresto municipal. Anteriormente ya hubo
este tipo de coacciones pero, en aquel momento, no contaban ya con la ayuda del Gobernador
civil. La insurrección militar hizo que se desplomaran las estructuras del régimen. Nada llegaría
a ser igual que antes.
Cierto. El Ayuntamiento dejaría de ejercer sus funciones, sustituyéndole el Comité de
Enlace del Frente Popular; representación del sindicato ugetista “Los Luchadores de Almáchar”
en unión de los concejales socialistas, cuyas decisiones eran tomadas de forma asamblearia.
Brota, por consiguiente, una catarsis revolucionaria fruto del vacío de poder que se había
generado y se pone en funcionamiento, nunca antes desplegado, los engranajes de la
Revolución Social tan soñada por el proletariado. Y que mejor manera de hacerlo que
quemando, como se hizo aquella tarde del día 20, los documentos vinculados con el régimen
republicano, estos eran “los libros de partes mensuales de depósitos, de intervención de
84 Testimonio de Bernardo Vela Díaz, natural del Borge.
88
ingresos y pagos, de balances y operaciones, los expedientes de quintas y reemplazos, los
padrones de la contribución territorial urbana, el registro fiscal de edificios y solares, los
documentos de catastro rústico, los repartimientos generales de utilidades”85. También las
actas de plenos de los años anteriores, los archivos del Juzgado de Instrucción, menos los
correspondientes a los nacimientos y defunciones.
A partir de ahora, el sindicato regiría el pueblo y la “Vox Populis” pasaría a ser el aparato
de decisión local, volcando la balanza totalmente a favor de los obreros. Se marcan las pautas
de la revolución consiguiente una serie de pautas: Anulación de la propiedad privada,
incautación de bienes y productos y erradicación de los antiguos instrumentos del orden,
sustituyéndolo las milicias populares, las cuales ganaban 10 pesetas diarios por decreto
gubernamental.
El Comité de Enlace de Almáchar se ramificó, paralelamente, en otras delegaciones a
cargos de miembros que tomaron las carteras de trabajo, abastecimiento, distribución de
género, incautación y milicias. De los diferentes archivos consultados, hemos podido revelar
que Juan Barranquero Díaz fue tenedor y repartidor de vales en el economato; Francisco Ruiz
Martín fue recadero y panadero del economato; Diego Portillo Fernández fue el último alcalde
republicano durante dos meses y vocal del Comité de Abastecimiento, conjuntamente con Juan
Martín Martín, realizando viajes a otras localidades en busca de trigo, azúcar y tabaco; y
Secundino Pérez España estuvo a cargo del Comité de Agricultura y de los refugiados de Cañete
la Real, hospedados en el pueblo a mediados de septiembre tras la caída de este municipio por
las fuerzas rebeldes.
85 Relación de documentos quemados en la Acta de pleno del 22 de febrero de 1937. Archivo Municipal de Almáchar.
89
COMITÉ DE ENLACE DE ALMÁCHAR86
Antonio Pérez Ruiz (Presidente U.G.T.)
Juan Martín Martín (U.G.T.)
Juan Gutiérrez España (U.G.T.)
José Gutiérrez España (U.G.T.)
Vicente Barranquero Ruiz (1º Alcalde – P.S.)
Diego Portillo Fernández (2º Alcalde – P.S.)
Juan Muñoz Fernández (P.S.)
Secundino Pérez España (U.G.T.)
Francisco Ruiz Martín (U.G.T. Economato)
Juan Barranquero Díaz (P.S. Economato)
Francisco Gámez Villalba (C.N.T.)
Pedro Gámez González (C.N.T.)
Pedro Ruiz Pérez ( (P.C.)
José Portillo Santiago (J.S.U.)
La Iglesia, vaciada su barriga de ornamentos simbólicos, se transformó en Economato:
Centro de distribución de los víveres, cuyos fundamentos, pese a las directrices socialistas
revolucionarias, eran calcados de la doctrina anarquista de los Centro‐Distribución y
colectivización de géneros. Los productos de las tiendas, los frutos de los cortijos y el vino de la
vendimia de ese año serán confiscados y llevados a este lugar al objeto de ponerlas a
disposición del pueblo. Incluso pusieron un horno en la sacristía, destinado a cocer pan. Todo,
prácticamente, todo lo comestible pasó a manos del pueblo, o lo que era lo mismo, el
86 Datos obtenidos de los consejos de guerra en el Archivo del Juzgado Togado Militar Territorial nº 24 de Málaga y nº 23 de Almería.
90
economato. Existen poquísimos documentos de cómo funcionaban. Aún así, hemos podido
encontrar la declaración de una persona que formó el economato de Triana y puede servirnos
para comprender su funcionamiento:
“Llegando a ser un problema el abastecimiento de víveres para el vecindario, por no encontrarse
con existencias y viendo que la situación se volvía precaria para atender a los necesitados, en
una Asamblea que se celebró a la cual asistieron la mayoría de los habitantes, se acordó por
unanimidad y sin poner reparo por nadie y sin ejercer coacción ni violencias, que todo el que
tuviera posibles y con arreglo a su situación económica, aportara una cantidad en metálico para
allegar fondos y establecer un Economato; que efectivamente la mayoría hizo entrega de
cantidades (…) y para cuyo fin a cada donante le fue abierta una especie de Debe‐Haber
consignándose la cantidad que entregaba y descargando de la cuenta lo que retiraba en
especie”87.
87 GONZÁLEZ LÓPEZ, FRANCISCO M.: La historia que nunca se contó. La represión durante la Guerra Civil en el municipio de Vélez‐Málaga. Publicaciones del Ayuntamiento de Vélez‐Málaga. 2008.
91
Interior de la igleisa en la actualidad
Fuente: Propia
“En la Iglesia de Almáchar daban vales para que la gente pudiera obtener azúcar, arroz, fideos.
Yo fui varias veces a por género mandado por mi madre. Era muy pequeño pero recuerdo que
había puestos de verduras a un lado, legumbres a otro; varios puestos como si fuera un
mercadillo. Hubo uno que se dedicaba a entregar los vales y acabaron apodándole Paco el de
los vales”88.
“Todo el que no había ido a la siega iba al economato con un vale, llenaba un saco con género y
se lo llevaba para su casa”89.
88 Testimonio de Manuel Pérez Reyes, nacido en 1930.
89 Testimonio de Ramón Portillo Santiago, nacido en 1918.
92
El economato llegó a almacenar “4.260 cajas de pasas, 125 arrobas de higos, 372
arrobas de vino y 15.427 litros de aceite”90, más 11.570 cajas de pasas que fueron enviadas a
Málaga, Casa Sánchez Huelin91. Casi todas las pertenecías de los más pudientes pasaron a
manos del Comité, tanto artículos agrícolas como textiles, pudiendo ser canjeadas en el
economato mediante vales. Muestra de ello son los siguientes documentos92:
90 Actas de Pleno a 25 de febrero de 1937. Archivo del Ayuntamiento de Almáchar. Después, con la entrada de los nacionales en el pueblo, estos productos fueron vendidos por algunos vecinos, aprovechando esta coyuntura para aumentar su poder adquisitivo.
91 Ídem.
92 Vales aparecidos en el Consejo de guerra contra Diego Portillo Fernández. Sumario nº 23.1941. Archivo del Juzgado Togado Militar Territorial nº 24 de Málaga.
93
Las tierras dejaron de tener lindes pasando a manos de la colectividad. El Comité
organizó dos grandes cuadrillas de jornaleros guiadas por Juanico Pérez y Juan Ramón. En una
ocasión sacaron una estrofa cuando los dos grupos se encontraron en un bancal. Como Juan
Ramón vivía debajo del Centro sindical y Juanico Pérez, por encima de la sede socialista,
cantaban:
ESTAMOS LOS DOS JUNTOS EN EL TAJO
JUAN RAMÓN LO TIENE ENCIMA
Y YO LO TENGO DEBAJO93
“La colectividad se encargó de labrar todas las tierras. Organizaban grupos y comenzaban de
abajo hacia arriba repujando; las tierras de Almáchar son muy empinadas. Yo fui de pequeño
con mi padre a ver las cuadrillas trabajar al campo de Ramírez. Cuando acabaron con ese
terreno, empezaban en otro”94.
“En la jerga las propiedades desaparecieron. El sindicato organizaba cuadrillas e iban a trabajar
al campo, de uno en uno, según un listado de propiedades. Luego, el fruto de lo que se cultivaba
iba mancomunado. Pero como aquello duró 7 meses, muchas tierras se quedaron sin labrar y sin
cortarles el rodamiento a las viñas”95.
El funcionamiento del Economato y de la Revolución Social fue un hecho improvisado,
imprevisible en como acabaría, pero estaba perfectamente configurado; y como ocurrió ya con
93 Testimonio de Manuel Pérez Reyes, nacido en 1930.
94 Testimonio de Manuel Pérez Reyes, nacido en 1930.
95 Testimonio de Antonio Pérez Gámez, nacido en 1930.
94
los nacionales en Almáchar, 7 meses después, muchos derechistas encontraron un filón de oro,
encontrándose la iglesia llena de géneros, gracias a lo cual muchos de ellos se aprovecharon
económicamente.
Mientras la Revolución Social se configuraba, se produjo una cruel represión con
matices de lucha de clases que afectó a las derechas. Pero hay que señalar una fecha clave
como punto de partida. El 23 de julio los 6 guardias civiles apostados en el Cuartel de Almáchar
recibieron órdenes de trasladarse a Vélez. Una camioneta vino para recoger las fuerzas del
Borge y las que se encontraban aquí.
‐ Hemos recibido órdenes de retirar las fuerzas y llevarlas a Vélez, – dijo el guardia
Antonio Lozano Suárez justo cuando atravesó el travesaño de la puerta del Ayuntamiento – hay
una camioneta esperando a las afueras del pueblo.
‐ ¿Dónde está la orden del capitán de la compañía como soléis proceder en estos casos?
– le replicó Vicente Barranquero Ruiz, alcalde en aquellos momentos.
‐ Es necesario el traslado, ya que intentamos prestar un servicio de armas de gran
importancia.
‐ Si no hay orden del capitán, me temo que no podré aceptárselo. Ha estallado un
conflicto y ustedes pueden estar de parte de los rebeldes.
‐ Sr. Alcalde, se están concentrando todas las unidades en Vélez con la finalidad de
dirigirnos a Granada y acabar con el foco faccioso en ese sitio – Le explicó allanando el debate.
El alcalde se pasó unos segundos mirando hacia el suelo con un atisbo pensativo hasta
que aceptó.
Las masas se fueron agolpando alrededor del camión. Hubo cierta tensión, pues los
espectadores gritaban “¡armas para el pueblo!”. Los guardias, sin rechistar, se subieron al
vehículo. Momentos antes de marchar, Antonio Lozano entregó las llaves del Cuartel al alcalde.
El mobiliario y algunas armas que se hallaban dentro fueron incautados por el Comité. Cuando
comenzaron a circular, varios milicianos armados se montaron y los acompañaron hasta Vélez.
A partir de entonces, no habrá barrera coercitiva que reprimiera la oleada de violencia.
Las antiguas fuerzas del Orden Público, sobre todo la Guardia civil que siempre se había
95
encargado de mantenerlo en el campo, se desvanecieron y cualquiera con un arma en las
manos podría ejercer su propia justicia; esa “justicia popular” que pretendía acabar a fuerza de
balazos con la burguesía explotadora.
Sin embargo, es difícil entender cómo se llegó a derramar tanta sangre. Sin duda,
supuso un cúmulo de circunstancias en el que se mezclaron la política y las rencillas personales.
No hay que olvidar que los conflictos surgidos durante la República guardaban estrecha relación
con el trato entre patronos y obreros en materia laboral; así como con los contratos de
propiedad (apareceros, medianeros, renteros, colonos), las denuncias por motivos de lindes,
herencias, préstamos de ciertas familias acaudaladas, impuestos municipales, desahucios, mas
todos estos casos contextualizados bajo las desigualdades sociales existentes.
“Uno de Almáchar tenía unas pocas de viñas en el Barranco Parmucha que lindaba con las
tierras del juez. El camino que daba a sus tierras pasaba por los terrenos del juez y éste, un día,
se lo cortó. El hombre no pudo recolectar las uvas ese año y perdió la cosecha. Claro, como el
juez sabía de leyes, el otro tuvo que resignarse”96.
ASESINADOS ENTRE JULIO Y DICIEMBRE DE 1936 EN ALMÁCHAR97
Nombre Edad Profesión Fecha de defunción
Antonio Gámez Gutiérrez 48 Farmacéutico 27‐7‐1936
José Gámez Gutiérrez 45 Médico 27‐7‐1936
Francisco Gámez Gutiérrez 39 Industrial 12‐9‐1936
José Gámez Ortiz 42 Labrador 12‐11‐1936
Juan Palma Gutiérrez 60 Propietario 12‐9‐1936
Francisco Gámez Martín 21 Estudiante 16‐11‐1936
96 Testimonio de José Barranquero Barranquero, nacido en 1924.
97 Los que vienen con fecha se han sacado del registro civil del Archivo del Juzgado de Almáchar y del documento de la Comisión Pro‐victimas del Marxismo, 1937. AHPM.
96
Federico Gámez Martín 19 Labrador 16‐11‐1936
Pedro Gutiérrez Martín 68 Juez Municipal 16‐11‐1936
Modesta Martín Palma 51 Sus Labores 16‐11‐1936
Prudencio Palma Gutiérrez 42 Labrador 16‐11‐1936
Francisco Ruiz España 24 Labrador 16‐11‐1936
Vicente Ruiz España 26 Labrador 16‐11‐1936
Francisco Ruiz Gámez 53 Labrador 20‐11‐1936
José Palma Gutiérrez 44 Industrial 18‐11‐1936
José Cisneros Gutiérrez 29 Labrador 24‐11‐1936
Federico Gámez Fernández 48 Labrador 15‐12‐1936
José Cerezo López 72 Sacerdote 07‐08‐1936
Guillermo Pérez García 56 Propietario 14‐09‐1936
José Gámez España98 ‐ ‐ ‐
Juan Palma Gutiérrez ‐ ‐ ‐
José Palma Gutiérrez ‐ ‐ ‐
José Palma Palma ‐ ‐ ‐
Francisco Ríos Martín ‐ ‐ ‐
Las dos primeras muertes suceden a finales de julio cuando de la Iglesia, convertida
también en cárcel, sacan a los hermanos Antonio y José Gámez Gutiérrez y los llevan a La Rana,
donde les esperaba un vehículo que supuestamente los iba a trasladar a la capital para ser
interrogados por el Comité de Salud Pública. Después de pasar por Vélez, al llegar al Arroyo de
Benajarafe, son bajados y muertos a disparos. La defunción es escrita en el Juzgado de Vélez‐
98 Los nombres que prosiguen sin fecha aparecen en NADAL, ANTONIO: Guerra Civil en Málaga. Arguval. Málaga. 2003. Pág. 195; estos nombres no aparecen en el informe de la Comisión Pro Víctimas del Marxismo a 1 de julio de 1937. Puede que hayan sido muertos en Málaga, en otros municipios o se trate de un error.
97
Málaga y en el apartado de consecuencias escribieron “destrucción de masa encefálica y
pulmón”99, que era lo mismo que decir acribillado a tiros.
Muchas personas señaladas, visto la poca seguridad que les brindaba el campo y ante
las amenazas que continuamente sufrían, se refugiaron en otros pueblos buscando el cobijo de
familiares y huyendo por el temor a ser asesinados. Así sucedió el 12 de noviembre, de
madrugada, cuando detuvieron en Vélez a Francisco Gámez Gutiérrez y Juan Palma Gutiérrez,
los cuales fueron trasladados en coche de esta ciudad a Almáchar y en el río de este Término
fueron asesinados.
“Una vez fui con mi padre, que era arriero, con unos mulos a Venta de Zafarraya y en el Río
Vélez, en el lugar llamado la Noria, en el ventorro de Felipe, los mulos se pararon de golpe y no
quisieron seguir andando. Nos preguntamos porqué no seguían andando hasta que vimos los
cadáveres. Tuvimos que tirar por la vía y vadear aquel lugar. Estuvieron allí varios días porque, a
la vuelta, aún estaban sin enterrar”100.
El mes de noviembre es el más sangriento, produciéndose el asesinato de diez personas
en una misma noche. Escondidos en su finca, una partida de milicianos se acercó para detener
a Federico Gámez Fernández y sus dos hijos Francisco y Federico Gámez Martín. Poco antes, el
23 de agosto, intentaron apresarlos registrando la casa que la familia tenía en el pueblo como
consecuencia de un supuesto tiroteo, por lo cual los hijos tuvieron que salir huyendo por el
tejado.
“Pasaba por la calle la noche que se escucharon los disparos cerca de la casa de la familia
Gámez. Unos milicianos, para hacer creer que desde el interior habían disparado, simularon
varias detonaciones cuyos tiros dieron en un poyete de piedra que había en la pared. Alertaron
99 Archivo del Registro Civil de Vélez‐Málaga. Juzgado de Instrucción.
100 Testimonio de Miguel Cisneros Fernández, nacido en 1925.
98
a los demás milicianos e intentaron hacer creer que las balas había salido de una de las
ventanas de la casa; en realidad era una excusa para detenerlos. Uno, que estuvo en el ejército
y conocía algo de balística dijo que, al examinar los agujeros que impactaron en el poyete, era
imposible que las balas viniesen de la casa. Por entonces, se salvaron”101.
Pero la próxima vez no tuvieron tanta suerte. Su mujer, Modesta Martín Palma, de
rodillas y llorando, les rogaba que no se los llevasen. Se agarró a sus hijos con tanta fuerza que
los milicianos optaron por llevársela detenida también. Entonces, al llegar al Río de Almáchar
alguien grito “¡Arriba los faroles!”, lanzándolos al cielo y comenzando el tiroteo. Todos
murieron menos el padre, que se tiró al suelo y huyó. Los captores se fueron y, como estaba
oscuro, no se percataron de él. Federico Gámez se arrastró hasta llegar a unas zarzas y se
ocultó allí durante un mes.
Esa misma noche visitaron también a Prudencio Palma Gutiérrez, que se encontraba en
su finca del Roldán; apareció muerto la mañana siguiente en el Arroyo la Mena:
“Sobre las once de la noche llegaron unos individuos llamando a su esposo de parte del Comité;
que ante las insistencias de los que llamaban no hubo más remedio que franquear la puerta, en
cuyo momento salió mi marido y yo tras de él (…) Que las súplicas de su esposo fueron desoídas
por aquellos sujetos, ya que les imploraba por sus hijos para que no se lo llevasen y menos a
dicha hora; que brutalmente le hicieron seguir y yo presencié cuando lo abofetearon; que no
pudo continuar con él, porque se lo impidió su esposo (…) pudiendo comprobar que al otro día
apareció cadáver cerca de la casa de mi cuñado, pues también tenían la intención de buscar a
su cuñado Jacinto Palma, pero afortunadamente se puso a salvo momentos antes de que ellos
llegasen”102.
101 Testimonio de Ramón Portillo Santiago, nacido en 1918.
102 Declaración de Isabel Reyes Martín en el sumario nº 2695‐1942 contra Juan Martín Santana (a) Jopo. Archivo del Juzgado Togado Militar Territorial nº 24 de Málaga
99
El juez municipal, Pedro Gutiérrez Martín y los hijos de Francisco Ruiz Gámez, Francisco
y Vicente Ruiz España, cayeron, el primero en el término de Macharaviaya y los segundos en la
Loma de Cútar.
Dos días después, el 18 de noviembre, asesinaron al padre de los anteriores en el Arroyo
Valoja y a José Palma Gutiérrez, apodado “Pepe Vicentejo”.
“al lado de una huerta con una noria y un níspero mataron a Pepe el Vicentejo, como aquí lo
conocían, de Almáchar. Yo vivía cerca y al escuchar un murmullo de gente me acerqué al río. Vi
al hombre después de haberlo matado. Pepe Vicentejo tenía aquí tiendas e hizo muchos favores
a los del pueblo. A ese hombre no lo deberían de haberlo matado. Pero ese hombre tenía aquí
un amigo que le decían Salvare del Borge y se refugió en su casa”103.
“Yo vivía en el Barrio Bajo y vi que la gente que iba a trabajar al campo y siempre tiraba por un
callejón que va al río, se volvía. Yo pregunté: ‐¿qué pasa aquí? – y me dijeron: ‐ Ahí esta noche
han matado a uno – y yo y otros chiquillos bajamos para verlo y al lado del riachuelo que
regaba la huerta, vimos el cuerpo bocabajo, con un garrote en la mano que un cacho se había
quemado”104.
Su hermano, Juan Palma Gutiérrez, corrió el mismo destino, asesinado por algún
deudor:
103 Testimonio de Francisco Fernández Pendón, natural del Borge.
104 Testimonio de Bernardo Díaz Vela, natural del Borge.
100
“Había por costumbre todo el que iba a la siega acudir a Juanico Vicentejo; los segadores y las
mujeres pedían dinero y éste le entregaba 10 o 20 duros para dar de comer a los chiquillos y
para el viaje del segador. Le pusieron de apodo el Padre de los Pobres. Luego, le devolvían el
dinero cuando los maridos volvían. Éste fue uno de los primeros en caer. Un joven de mi edad se
acercó al Comité y le preguntó a un miliciano que qué había hecho ese hombre para que lo
mataran, con lo buena persona que era; y éste le contestó – porque se nos va la cabeza y nos
volvemos locos –, los mismos que cometieron el crimen estaban arrepentidos”105.
Nadie de los etiquetados como derechistas estaba a salvo. El miedo era constante y
acabar una noche en la orilla del algún arroyo con una rociada de plomo era una suerte que
cualquier podía correr. Esto mismo pensaba José Cisneros Gutiérrez cuando le entregaron de
parte del Comité una carta que le ordenaba ir a Málaga para firmar un documento. Así lo hizo,
aunque nunca regresó. Murió en Málaga el 23 de noviembre. O lo que le ocurrió al empleado
Baltasar Reyes:
“El Alzamiento le cogió en Casarabonela en donde le asesinaron a un hijo político. De allí tuvo
que volver a Almáchar en donde residió hasta el 16 de noviembre, pues en dicho día asesinaron
a su cuñada, a dos hijos de esta señora y otras personas, lo que le hizo salir del pueblo, viniendo
a buscar escondite en Málaga”106.
El 16 de diciembre un hombre, al pasar con su rebaño por una huerta, vio a alguien
escondido, notificándolo seguidamente al Comité. Así pues volvieron a detener a Federico
Gámez Fernández, cuyos hijos y esposa habían sido asesinados un mes atrás, y en el bar Capote,
105 Testimonio de Ramón Portillo Santiago, nacido en 1918.
106 Testimonio de Baltasar Reyes España en el sumario nº 81‐1939 contra Secundino Pérez España. Archivo del Juzgado Togado Militar Territorial nº 24 de Málaga
101
que estaba en la plaza de la Iglesia, lo mataron con arma blanca. Éste fue uno de los últimos en
caer.
Los campesinos que por la mañana temprano iban a trabajar se tropezaban con aquéllos
que habían sido muertos la noche anterior, cuyos cuerpos solían pasar varios días a la
intemperie.
“A un hombre lo mataron al lado del arroyuelo que había en la Huerta de Vela y lo enterraron.
Pero como había llovido aquella noche, el cuerpo salió. Mi suegro vivía por encima de esa
huerta, en el lagar de Manuel Paturro, y me mandó a por un azadón para la colectividad.
Cuando llegué al río me pasé por la huerta de Paco el Ángel para beber de una alberca. Seguí y
subí por el arroyuelo. Entonces veo dos perros comiendo entre unos matorrales. Cogí dos
piedras y se las tiré. Los perros agacharon el rabo y se fueron arroyo arriba. Me acerqué por
donde estaban comiendo y lo vi. Era el Mochilica, un hombre muy bueno.”107
“Yo vi en el río Almáchar cadáveres. Se cuenta que eran los Habicholones. Uno del pueblo fue a
quejarse a Vélez de que los cadáveres llevaban mucho tiempo sin darles sepultura. Vinieron
unos milicianos arreglaron el asunto.”108
Siempre que se ha estudiado la represión durante este período se ha hecho alusión a la
responsabilidad del Comité como móvil de los homicidios. Sumergidos en una marea de fervor
revolucionario y echados abajo los pilares del orden público, no todos los miembros del Comité
estuvieron a favor de la dialéctica de las pistolas, ya que se trataba de un organismo
asambleario, cuyos miembros, en ocasiones, eran presionados por algún líder con la fuerza de
las armas. Algunos incluso intentaron salvar vidas de derechistas que estaban siendo
107 Testimonio de José Palma Gámez, nacido en 1916..
108 Testimonio de Miguel Cisneros Fernández, nacido en 1925.
102
perseguidos continuamente, o bien, éstos buscaron el favor del Comité, intentando afiliarse a la
colectividad, puesto que les negaban el abastecimiento de víveres.
“Durante el periodo rojo en el pueblo de Almáchar se cometieron varios asesinatos sin
mandamiento de nadie, sino obrando a capricho de los ejecutores y de esta manera y para
poner coto a estos desmanes el Gobernador civil rojo de la Provincia ordenó que se formase una
Junta Clasificadora para depurar al personal que fuera incondicional de la causa roja y el que
fuera tachado de fascista”109.
“Que antes del Movimiento pertenecí al Sindicato Agrario por cuyo motivo los marxistas
desconfiaban de él durante su dominio, negándole la admisión en los Centros y Partidos. Que el
aislamiento en que se vio lo puso en grave aprieto y mes y medio antes de liberarse la Provincia
le permitieron os comunistas concurrir al Centro para observar su conducta y admitirle como
afiliado pasado algún tiempo (…) Que aunque tuvo que contemporizar con la gente exaltada por
instinto de conservación, no es cierto que llegase al extremo de sentir satisfacción por sus
desmanes”110.
“Que con ocasión de haber sido detenido el cuñado del dicente, Antonio Gámez Gámez (a)
Antonio Jura, fue a visitar al encartado, Diego Portillo Fernández (miembro del Comité) con
objeto de interesarle en su favor lo que estuviese a su alcance; que éste lo recibió
favorablemente y condoliéndose del caso sucedido y protestando de aquella canalla por dicha
detención, diciéndole que desde que tuvo conocimiento de ello estaba haciendo las
indagaciones para tratar de evitar que se lo llevasen a Málaga, lo que no pudo conseguir por la
intransigencia de los demás dirigentes que a toda costa querían efectuarlo, constándole el
109 Declaración de José Villalba Alcántara en el sumario nº 4736‐1942 contra Pedro Gámez González. Archivo del Juzgado Togado Militar Territorial nº 24 de Málaga
110 Declaración de Francisco Gutiérrez Fernández, en el sumario nº 23‐1941 contra Diego Portillo Fernández. Archivo del Juzgado Togado Militar Territorial nº 24 de Málaga
103
declarante, tomó la resolución de poner su dimisión como protesta de dicho atropello y que
efectivamente llevó a efecto”111.
“A raíz de ocurrir los asesinatos de los hermanos Gámez, médico y farmacéutico, éste Diego
Portillo, al regresar de uno de los viajes que constantemente hacia, al enterarse del suceso,
protestó enérgicamente y decía a viva voz que no había derecho a matar a nadie y que en el
lugar ya no se sacaba más a ninguna persona para estos hechos, constándole al que declara
que puso una guardia en la cárcel para que no se repitiesen más casos”112.
A finales de 1936 se reorganiza el partido de Izquierda Republicana, según cuentan sus
miembros, que:
“Fue formada por no ser adictos a la U.G.T. ni personal del Comité establecido en esta
residencia, que esta Junta la formaron en evitación a que siguiesen las demás organizaciones
incautándose de las caballerías y frutos de las fincas de la población (…) también con el fin de
hacerse de un permiso para poder salir de la población”113.
“Formaron la Sociedad con el fin de proveerse de un carnet para poder salir de la población y al
mismo tiempo refugiarse algunas personas de orden en la mentada sociedad”114.
111 Testimonio de Esteban Alcántara Velasco en el sumario nº 23‐1941 contra Diego Portillo Fernández. Archivo del Juzgado Togado Militar Territorial nº 24 de Málaga
112 Declaración de Antonio Gámez Gámez en el sumario nº 23‐1941 contra Diego Portillo Fernández. Archivo del Juzgado Togado Militar Territorial nº 24 de Málaga.
113 Declaración de Matías Cisneros Gámez, en el sumario nº 34‐1937 contra 27 individuos. Archivo del Jugado Togado Militar Territorial nº 23 de Almería.
114 Declaración de Salvador López Alcántara, en el sumario nº 34‐1937 contra 27 individuos. Archivo del Jugado Togado Militar Territorial nº 24 de Málaga.
104
Pese a que en agosto el Gobierno republicano procedió a crear los Tribunales Especiales
para refrenar los asesinatos y darle a los acosados un mínimo de garantías, este dique sólo hizo
su efecto en la capital a partir de octubre, pues los pueblos de la provincia estaban totalmente
aislados de las nuevas ordenanzas y carecían de conexión. Los exaltados acampaban a sus
anchas, cometían registros y molestaban a los derechistas. Buscaban a las personas que, por
miedo o por estar señaladas, se encontraban escondidas en las fincas o en las casas de algún
amigo; eran tildados de fascistas, enemigos de la República.
“que el día 21 de agosto de 1936, a la una de la madrugada, se presentaron tres individuos en
casa del declarante y como éste se hallaba enfermo, dos de ellos penetraron en la habitación y
encañonándole con escopeta le dijeron que tenía que decir qué fascistas habían estado allí
escondidos en su casa, al mismo tiempo obligaron a su esposa a enseñarles la casa, robándole
un reloj de plata y rompieron los frascos de medicamentos del declarante. Al marchase le
dijeron que al día siguiente tenía que declarar en el Comité y si no podía ir por sus pies, ellos
vendrían a por él con una camilla”115.
“Que en el mes de agosto de 1936, sobre las cuatro de la madrugada, se presentaron ocho
individuos armados y llevándose al declarante a unos treinta metros de su casa, le preguntaron
dónde se encontraban D. Federico Gámez, D. Antonio y Jacinto Palma Gutiérrez, manifestándole
el declarante que ignoraba el paradero de estos, amenazándole con la siguientes palabras – si
hay alguno oculto en su casa, usted será el primero –, que después de esto efectuaron un
registro en su domicilio resultando negativo”116.
115 Declaración de Francisco Gutiérrez Reyes en el sumario nº 1‐1940 contra Francisco Gámez Villalba. Archivo del Juzgado Togado Militar Territorial nº 24 de Málaga
116 Declaración de Francisco Palma Campos en el sumario nº 17‐1949 contra Luís Palma España. Archivo del Juzgado Togado Militar Territorial nº 24 de Málaga
105
“La noche del 15 de noviembre se presentaron unos milicianos en la casa del declarante en el
campo, registrándola haber si encontraban al que habla con el propósito de asesinarle; que en
una de las habitaciones del piso alto hicieron unos disparos sobre los muebles que en ella había
por si entre ellos se encontraba escondido el declarante”117.
El uno de febrero de 1937, justo unos días antes de la caída de Málaga por los
nacionales, se crea en Almáchar la Junta de Clasificación de fascistas, en el que todos los
propietarios estaban obligados a entregar a la colectividad sus tierras y su ganado. Pero no a
todos se les permitía entrar en la colectividad. Los que no eran admitidos, al ser excluido, no
podían obtener víveres del economato y pasaban serias dificultades para poder comer.
“La Comisión clasificadora se formó en el Ayuntamiento para clasificar al vecindario y de esta
manera, al pretenderse establecer una colectividad en donde tenían que aportar cada uno sus
bienes, en tierras, dinero y otros, y cuando lo hacía cualquier persona que lo consideraban
sospechosa para la causa marxista no lo admitían, como así lo hacían con los que dieron
donativos para los huérfanos de la Guardia Civil con motivo de los sucesos de Asturias del año
34; que el padre político del dicente compadeció con este fin, siendo rechazado y con la promesa
cariñosa de que continuara tranquilamente labrando las tierras que no le pasaría nada, siendo
entonces temerosas estas seguridades”118.
Meses antes, un delegado provincial de la U.G.T., José Rivera Palomo, viajó a Almáchar
para intentar poner fin a esta situación:
117 Declaración de Jacinto Palma Gutiérrez en el sumario nº 31‐1939 contra José Cisneros España. Archivo del Juzgado Togado Militar Territorial nº 24 de Málaga
118 Declaración de Ángel España Díaz en el sumario nº 4736‐1942 contra Pedro Gámez González. Archivo del Juzgado Togado Militar Territorial nº 24 de Málaga
106
“Que una de las salidas como delegado fue a Almáchar para convencer, como convenció al
siguiente día a los dirigentes de aquella organización obrera de que no debía negar el derecho a
adquirir víveres a los propietarios de tierras que se habían negado a entregar las suyas al
Comité de la UGT y afiliarse a dicha organización, cosa que en realidad estaba ocurriendo en
dicho pueblo y cuyo conflicto, como ha dicho, quedó solucionado satisfactoriamente por virtud
de las gestiones del declarante”119.
Esta situación cambiaría drásticamente a partir de febrero de 1937. Las tropas
nacionales, a las órdenes del general Queipo de Llano y ayudadas por fuerzas italo‐alemanas y
norteafricanas, se hacen con Málaga. Así comienza una segunda oleada de represión como
veremos más adelante, esta vez a manos de los tribunales militares.
119 Declaración de José Rivera Palomo en el sumario nº 58‐1938 contra él mismo. Archivo del Juzgado Togado Militar Territorial nº 24 de Málaga
107
CAPÍTULO VIII
“EN EL VIAJE A TRAVÉS DE LA VIDA NO EXISTEN LOS CAMINOS LLANOS; TODO SON SUBIDAS Y
BAJADAS”
(Arturo Graf)
Desde mucho antes de estallar la guerra el único sindicato existente en Almáchar había
sido la U.G.T. y el partido con mayor poder, el Socialista. Pero tras el golpe de Estado, ante el
desarrollo de los acontecimientos, surgieron otras agrupaciones, como la que fundó Francisco
Gámez Villalba con tan sólo 18 años, las Juventudes Libertarias, de corte anarquista. Sus
miembros tuvieron como principal objetivo hacer la contra a los socialistas.
Tenían la sede social en el local, propiedad de Sebastián (a) Batito, uno de los mayores
almacenistas de pasas de la capital que luego, en la posguerra, llegó a ser jefe del
racionamiento.
Francisco Martín Gámez tenía dieciséis años y se apuntó a las Juventudes Libertarias. Él,
como era chófer al igual que sus compañeros, iba a Málaga y traían género para el economato.
Pero, poco a poco, los anarquistas comenzaron a ganarse la enemistad de los socialistas. En
Almáchar se tenía la costumbre de bordar unas capas suntuosas para que adornases a los
difuntos en el entierro. Sin permiso del Comité, las Juventudes Libertarias fueron casa por casa
incautándose de tales capas y se las llevaron al Comité central de la C.N.T. con destino a las
milicias del frente.
‐ ¿No nos dejan entrar en el economato? – preguntó un joven compañero a Francisco
Martín.
‐ No. No nos quieren allí, – le dijo éste – no les ha gustado que hagamos las cosas a
nuestro “habio”.
‐¿Nuestro “habio”? Pero si ellos hacen lo que quieren sin contar con los demás, sobre
todo ese Baco y dos o tres amiguitos que tienen controlado el abastecimiento. Dicen que el
108
Baco se queda con los cigarrillos que vienen racionados de Málaga y los tiene guardados en una
alacena en su casa. Luego los reparte a quien él quiera.
‐ Pues hace unos días noté algo que no me gustó. – Le explicó Francisco Martín –
Veníamos de Málaga con un cargamento de suministros cuando, en el puesto de control de
Vélez, el chófer que conducía, amigo del Baco, le enseñó la guía y le dijo al centinela que
íbamos para Almáchar. Pero, al salir del control, tomamos la carretera que va a las Ventas de
Zafarraya. Batito Gorrión, que venía conmigo, discutió con él. El chófer le dijo que tenía órdenes
de dirigirse a Alhama y vender el género allí y Batito le dijo que ni hablar, que el camión
regresaba a Almáchar. Y así lo hizo.
‐ Ahora lo entiendo. Se estaban aprovechando del cargamento, ¿no es cierto?
A principios de 1937 se produce un giro en la política local y se organiza por primera vez
el Partido Comunista, cuyo secretario general, Pedro Ruiz Pérez, reúne a miembros tanto del
sindicato como del Partido Socialista. Esto dejaba entrever las desavenencias políticas entre los
mismos integrantes del Comité que parecían estar hastiados del autoritarismo del Baco.
Si bien no habría tiempo para formalizar los cambios estando las tropas nacionales a las
puertas de la Axarquía. A mediados de enero de 1937 comienza la ofensiva final sobre Málaga
liderada por Queipo de Llano. La provincia va a estar completamente rodeada, cuya única vía
de escape era la Carretera de Málaga‐Almería. La avanzadilla está compuesta por italianos,
regulares del norte de África y por soldados nacionales. El 6 se rompe el frente del Puerto de los
Alazores, al lado de Alfarnate, y el del Boquete de Zafarraya. Las milicias, conjuntamente a los
refugiados y población civil de los pueblos del norte de la Axarquía, huyen hacia la costa. El día
7 el pánico se adueña de la población. Los milicianos en su huida intentan volar el Puente de
Don Manuel para cortarles el paso a las tropas italianas, pero lo único que hizo fue acortar un
día más el avance del enemigo. En la otra avanzadilla, a lo largo del día 7 los italianos atraviesan
Colmenar y, al atardecer, avistan la ciudad de Málaga.
El día 8 comienzan los bombardeos desde mar y aire sobre la población civil en número
de doscientas mil, agolpadas, completamente aterrorizadas, corren por la carretera de la costa,
dejando a su paso un manto de cadáveres.
109
Lo que pasó en la Carretera de Málaga‐Almería no se puede comprender si no miramos
hacia atrás, a los meses que permaneció Málaga bajo la República. Desde el principio de la
guerra se produce un movimiento poblacional desde las zonas que iban conquistando los
nacionales hasta la provincia de Málaga. El episodio de la carretera de Málaga‐Almería fue el
epílogo final de ese trasvase humano de zona a zona.
Sevilla cae rápidamente, a finales de julio del 36, comenzando así la primea de las etapas.
Se crean en la capital comités de refugiados de aquélla provincia. Las tropas sublevadas, que
más tarde se autodenominarán “nacionales”, van a conquistar poco a poco las comarcas
limítrofes a Málaga, cuya finalidad fue crear una pinza, envolviéndola. Cuando Antequera, los
pueblos de la serranía de Ronda y Cádiz, caen, se produce otro trasiego de civiles. La población
de Málaga llega a duplicar su población y tienen incluso que utilizar la catedral de Málaga como
refugio para estas personas o repartirlos por otras poblaciones.
En la Axarquía el peso de los refugiados se nota prácticamente desde el principio, al caer
paulatinamente los pueblos norteños limítrofes con la frontera malagueña; Cañete la Real,
Mollina, Arriate, Loja, Salar, Moraleda de Zafayona; concluyendo con Alhama de Granada, que
cae el 20 de enero de 1937.
Estos refugiados se van a repartir por los pueblos de nuestra comarca. Hay datos que
nos aproximan a cifras numéricas, como los encontrados en los archivos municipales de
Colmenar y Periana. En el primero, más 700 refugiados se encontraban en el pueblo120 en el
mes de enero. En el 28 de diciembre de 1936 se constituye una Comisión de Refugiados. El 18
de enero de 1937, en Periana, llegan más refugiados en número de 100 y no paraban de llegar
del campo de Loja y Alfarnate121.
Al caer Málaga, no hay un programa de evacuación por partes de las autoridades
republicanas lo que acaba siendo un completo desastre. El pánico de masas se adueña de la
marea humana que pasa por los pueblos. Nadie sabía exactamente los motivos por el cuál
decidieron huir. Algunos huían por ser dirigentes políticos, o por ser miliciano, que implicaba a
120 Oficios‐correspondencia ayuntamiento de Colmenar tomo 1936. Archivo Municipal de Colmenar.
121 Oficios‐correspondencia ayuntamiento de Periana tomo 1935‐1937. Archivo Municipal de Periana.
110
ser represaliado sin miramientos. También el miedo sobre lo que venían contando, los mismos
milicianos alentaban a las masas diciendo que los moros venían cortando cabezas; o los
comentario de los propios refugiados que decían que en los pueblos donde entraban los
nacionales se fusilaba masivamente a todo el mundo.
Las charlas de Queipo de Llano en Radio Sevilla también estimularon la huida. Él decía
groseramente que por cada persona de orden muerta, morirían 10 rojos (cosa que en muchos
pueblos se cumplió). También decía que sus tropas moras iban a entrar en los pueblos y
mostrar su virilidad con las mujeres de los rojos.
En Almáchar las calles se vaciaron pero pocos corrieron hacia Almería. La gente prefirió
esconderse en los cortijos y apartarse del pueblo por si era cierto aquello que decían sobre la
aviación y sobre los bombardeos en los pueblos. Eso fue lo que hizo Manuel Pérez Reyes, con
tan sólo siete añitos, su familia se lo llevó al cortijo de su abuela en la Esparraguera. En el grupo
estaban su abuela, su padre, su madre, él y sus dos hermanos, el matrimonio de su tío Paco y su
tío Juan.
“Delante de la finca donde nos refugiábamos pasaron mucha gente, milicianos del frente y
refugiados con los bártulos a cuesta. Preguntaban si había sitio, pero en la casa de una sola
habitación no cabía un alfiler. Nos quedamos 4 o 5 días. En la calle del pueblo donde vivíamos
estaban los Poigos, quienes huyeron hacia Almería y una de sus hijas con seis años murió en el
camino”122.
“El día que el frente se rompió, yo, como chiquillo que no paraba, fui al Cerro de Cútar. Allí había
mucha gente de Almáchar, Borge, Benamocarra, Cútar. A eso que vino un aparato volando muy
bajo. Entonces dijo un miliciano ¡Todo el mundo a tierra que ese es capaz de tener una
ametralladora! Y todos nos tiramos a tierra. Cuando el avión pasó, regresé al Borge. Por las
calles veían pasar muchos milicianos, soldados, muchos de ellos exhaustos y sin calzados que
122 Testimonio de Manuel Pérez Reyes, nacido en 1930.
111
habían venían de Colmenar y Alfarnate huyendo de los nacionales. Escuché a un miliciano
decirle a otro – mira, el capitán no tiene su macuto. Dice que tú te encargabas de él y como te
vea que no lo tienes te va a meter un tiro –. Y el otro cargó el fusil y le contestó – como tire, lo
mato yo antes –. Por lo que se ve era asistente del capitán y como venía cansado, tiró su
macuto”123.
“En esos instantes se escuchaba un pareado hablando de la caída del frente que decía: SEGÚN
NOS CUENTA MONICHE, LAS TROPAS NO PASAN DEL TRAPICHE. Moniche era un vecino del
Borge, miliciano”124.
“Nosotros estábamos en el lagar de Frasco Tovas, yo, mi hermano y mi tía Anita. Pasaron mi
primo Antonio España Barranquero y un amigo suyo por allí que venían del frente con el fusil al
hombro y se despidió de la madre. Pero no llegaron a Almería. Murieron por el camino. Incluso
mi padre, Vicente Barranquero Ruiz, que había sido alcalde, se despidió de nosotros y recuerdo
que nos dijo – no me busquéis en la cárcel porque allí no llegaré –. Y desde aquel día no he
vuelto a saber nada más de mi padre. No se si murió por el camino o lo cogieron en alguna
parte y lo mataron”125.
Lo peor estaba por llegar para las personas que huyeron. A la altura de Torre del Mar se
unieron los que huían de la capital y los que lo hacían de la Axarquía. Se agolparon tanto que
apenas podían caminar sin tropezar con el de delante. Se perdían. Se escuchaban gritos
llamando a esos que se perdían. Verdadero terror se produjo cuando comenzaron a descargar
sus obuses los cruceros nacionales, el Canarias, el Baleares, el Cervera, y la aviación italiana y
nacional, ametrallando indiscriminadamente. Entonces, todo el mundo corría gritando y se
123 Testimonio de Miguel Cisneros Fernández, nacido en 1925.
124 Testimonio de Francisco Martín Gámez, nacido en 1920.
125 Testimonio de José Barranquero Barranquero, nacido en 1924.
112
ocultaba donde podía. La metralla, las bombas, el hambre, la enfermedad mataron a
muchísimos. Hubo muchas mujeres embarazadas o en cuarentena. Los huidos llevaron consigo
todo lo que pudieron portar, sus pertenencias personales, ajuares, animales domésticos.
Algunos se fueron con lo puesto.
El episodio del Puente de Motril, bolado por los mismos republicanos para impedir que
avanzaran el enemigo, sin saber que detrás de las milicias venían miles de personas
desesperadas. Por el día la gente se ahogaba al intentar cruzarlo porque el caudal estaba alto,
según parece porque abrieron unas tornas. Por la noche, no veían el puente roto y mucho se
cayeron por el agujero hecho por la voladura.
El martirio duró una semana. Se estima que entre 3 mil y 4 mil personas murieron a
causa de los bombardeos, un hecho mucho más sangriento que lo que pasó en Guernica.
Fueron enterrados en multitud de fosas comunes a lo largo de la costa. Nunca se sabrá la cifra
exacta de víctimas porque no existen datos que los registren. Sólo el recuerdo, el homenaje a
miles de inocentes que murieron en la “Carretera de la Muerte”.
113
CAPÍTULO IX
“LA VIOLENCIA ES EL MIEDO A LOS IDEALES DE LOS DEMÁS”
(Mahatma Gandhi)
8 de febrero de 1937. Málaga cae y ya no volverá a ser republicana nunca más. Todavía
quedaban dos años, pero para los pueblos malagueños la guerra ya había acabado. No así los
rescoldos de la muerte, que seguirían ardiendo ferozmente durante mucho tiempo. Se extiende
un manto de violencia desproporcional, fruto de la venganza. Los siete meses de revolución
anteriores a la conquista se habían saldado con numerosas víctimas de clase agraria, burguesa y
eclesiástica: Propietarios, labradores, industriales, médicos, farmacéuticos, jueces, curas, etc.
Sus familias, apoyados en el aparato represivo militar, para saciar la sed de justicia vengativa,
hubo una masificación de denuncias contra los elementos obreros que les habían hecho pasar
un auténtico calvario en esos meses.
Los denunciantes sentían tanta exaltación, resentidos por la pérdida de algún familiar,
que exigían que se tomaran medidas represoras inmediatamente sin distinción de ningún tipo.
Y así ocurrió. Hasta el 18 de febrero, o sea, diez días después de la toma de Málaga, no llegaría
a Almáchar una compañía formada por guardias civiles, falangistas y soldados. Muchos ya había
huido para Almería; otros, sencillamente, se quedaron en el pueblo porque tenían la conciencia
tranquila de que no habían cometido ningún crimen o “no tenían las manos manchadas de
sangre”, como Franco insinuaba meticulosamente en cada plaza que conquistaba, siendo esto
una vulgar patraña.
Dos jóvenes milicianos, José Ruiz Navas, de 20 años, y Jesús Samos Gómez, de 18,
regresaron caminado de los frentes de Málaga y no pudieron alcanzar Almería porque las
tropas enemigas les cortaron el paso por Motril. Tuvieron que esconderse en un cortijo a las
afueras de Almáchar. Pero los descubrieron muy pronto y murieron en su interior en
circunstancias extrañas tras una batida de una cuadrilla de falangistas.
114
El hermano de uno de ellos, Antonio Samos, pasó gran parte de su vida intentando
conocer la verdad de aquel suceso. Un día, montado en una mula, se cruzó con un viejo amigo,
que había sido el chiquillo que había delatado a los dos milicianos. Éste se le acercó arreándole
a su corcel y se puso al lado.
‐ Antonio, yo era un chico cuando aquello. Tu hermano y su compañero buscaron
refugio en casa de sus padres y de sus tíos, pero era demasiado peligroso quedarse en el pueblo,
porque registraban las casas un día sí y otro no. Entonces, un tío de José Ruiz les dio las llaves
de una casita de campo en donde se ocultaron. Al anochecer, yo me encargaba de llevarles la
comida. Cometieron un error, pues me hicieron llevarle la capacha siempre a la misma hora,
que era a la hora que regresaban los labradores del campo. Sospecharon de mí y dieron parte.
Me amenazaron y sentí mucho miedo. Tuve que delatar el escondite.
‐ ¿Y qué pasó luego? – preguntó Antonio Samos.
‐ Organizaron una batida y los tuve que guiar. Había guardias civiles de Benamargosa y
de Almáchar, en unión de falangistas locales. Rodearon la casita. Ellos tenían un fusil y, también,
miedo a ser apresados. Dispararon desde el interior a través de una ventana y se armó un
tiroteo. Al poco, dejaron de sentirse tiros. Un par de guardias civiles escalaron por una pared
lateral y se subieron al tejado. Hicieron un agujero y, al fin, los vieron. Los dos cuerpos yacían
en el suelo rodeados de un charco de sangre. Al parecer, se habían suicidado con la última bala
que les quedaba. Derribaron la puerta de una patada y sacaron los cadáveres fuera. A tu
hermano, un falangista le dio dos o tres patadas en la cabeza alardeando de la caza que había
obtenido. Entonces, los llevaron al pueblo en un saco y sobre el lomo de un mulo, pasaron por
la puerta de mi madre y acabaron en el cementerio.
‐ Sí. Mi madre me lo contó. Tenía tanto miedo que, pese a que pasaron delante, no se
atrevió a salir. Nunca más se supo de él – terminó diciendo Antonio Samos apenado por las
nuevas.
115
Aún en sus ojos se nota la huella de la tristeza aunque hayan transcurrido setenta
años126.
Los siguientes días tras la entrada de las fuerzas en el pueblo fueron terribles.
Cualquiera podía ser encerrado en la cárcel y en la vieja escuela que había junto a la entrada de
la Iglesia, que se tuvo que abrir ante tal cantidad de presos. Al caer la tarde, los falangistas
sacaban a los reclusos y se los llevaban a su cuartel con objeto de interrogarles mediante
métodos de tortura.
“Me metieron en la cárcel y hoy, puedo decir, que ninguna persona podría aguantar los palos
que yo aguanté. Me interrogaban y querían que firmase documentos en los que decía que
fulano me había mandado a hacer esto o aquello. Pero yo no hablaba, contestaba que nadie le
había mandado hacer nada, y leña, leña (…) Aquí había un falangista que tenía la muñeca
hinchada de tanto dar palos. Cuando llegaba a su casa y su madre le veía la muñeca vendada, le
decía – Paco, ya está bien, para ya –”127.
“Estuve un mes en la cárcel con 17 años. Temía cumplir los 18 porque con esa edad te fusilaban
ya. Me acusaban de pertenecer a las Juventudes Libertarias y de incautarme de cosas. Pero no
encontraron cargos y, al poco, fue llamado mi reemplazo y me llevaron al frente”128.
La Guardia civil también empleaba métodos ortodoxos para hacer hablar a la gente u
obligarles a denunciar a sus propios compañeros, aunque no hubiesen cometido ningún delito.
Para Luís Palma España, interrogado por el juez militar, llegó a afirmar:
126 Testimonio de Antonio Samos Gómez, nacido en 1914.
127 Ídem.
128 Testimonio de Francisco Martín Gámez, nacido en 1920.
116
“Exhortado a decir la verdad, manifiesta que no está conforme con la declaración que prestó
ante la Guardia civil en el pueblo de Almáchar por no haber declarado por sí los extremos que
constan, sino que unos señores que habían presentes en dicho acto fueron los que iban diciendo
los cargos que en la misma aparecen y que si los firmó, fue por las amenazas de que fue
objeto”129.
Una noche llegó un camión y se llevó a muchos presos a Vélez para ser juzgados en un
Tribunal Militar. Algunos nunca regresaron.
“Yo oía la gente llorar o envalentonarse con la Guardia civil cuando eran subidos al camión. Los
más valientes se atrevían a gritar ¡viva la República, viva la libertad! A muchos de ellos les
esperaba el paredón”130.
No obstante, no todos tuvieron las ventajas, aunque fuesen nimias, de ser procesados
por un consejo de guerra. Durante los dos primeros meses siguientes al 8 de febrero se
producen asesinatos “en caliente” a manos de falangistas o guardias civiles. Esto mismo le
ocurrió a Juan Yuste Gómez, jornalero natural de Almáchar, residente en Benamargosa, muerto
“por heridas al ser liberado este pueblo por el Ejército nacional” el 13‐2‐1937131.
Otra horrible historia fue el caso de Juan (a) Maimones. Juan Muñoz Fernández había
sido alcalde socialista en 1931. Su activismo dentro del partido fue constante y formó parte del
Comité de Enlace de Almáchar una vez estallado el conflicto civil. Al caer Málaga, no quiso
separarse de su familia, pero, para mayor seguridad de los mismos, viendo las atrocidades que
se estaban cometiendo, su mujer le ruega que se marche y decide hacerlo. Difícil misión, pues
129 Declaración de Luís Palma España, en el sumario nº 17‐1942. Archivo del Juzgado Togado Militar Territorial de Málaga nº 24.
130 Testimonio de Antonio Samos Gómez, nacido en 1914.
131 Según consta en el registro civil de Benamargosa. Archivo del Juzgado de Benamargosa.
117
las tropas franquistas habían consolidado el frente en Motril e iba a ser casi imposible cruzar la
línea.
El día 13 de marzo es apresado en Torrox. De aquí lo trasladan a Vélez, en cuya ciudad
se lo llevarán unos falangistas, atado sobre un caballo, con la intención de interrogarlo en el
pueblo. Él conocía cuál iba a ser su destino ante aquellos malhechores sedientos de sangre.
Justo al cruzar el río Vélez, que venía crecido por las benefactoras lluvias invernales, se lanzó al
agua con la intención de ahogarse, pero lo sacaron a tiempo y, como castigo, lo ataron a la cola
del corcel, azuzando al animal para que trotase. Lo arrastraron durante todo el trayecto
restante.
Cuando llegó al pueblo, tenía el cuerpo destrozado y la cara desfigurada. Estaba medio
muerto. Lo llevaron al local de Falange y en la puerta descansaron. Mariquilla Ruiz Navas, que
vivía justo enfrente del edificio, abrió una ventanilla y vio desde la penumbra la escena.
‐Agua, dadme agua, por lo que más queráis – dijo Juan Muñoz hecho un guiñapo en el
suelo.
‐¿Agua? – Contestó un falangista echando un vistazo a una cuba que había en la calle –,
Yo te daré agua.
Y sumergiendo la mano en la misma, que bosaba de agua con cal, llenó una lata y se la
dio de beber mientras se jactaban entre risas.
Después, lo metieron dentro del local y lo torturaron brutalmente. Le preguntaban por
los miembros del Comité. Pero él no contestaba. Al final, le pusieron unos grilletes en la cabeza
presionando, y apretaron hasta matarlo.
En el acta de defunción se expresa que falleció en el arresto municipal el 13 de marzo de
1937 sobre las cuatro horas aproximadamente, a consecuencia de un colapso cardíaco, según
resulta de la declaración de testigos132. Tiene tachado el reconocimiento practicado al cadáver
y no lo firma ningún médico.
132 Acta de defunción de Juan Muñoz Fernández, en el Archivo del Juzgado de Almáchar.
118
Pero no le bastaron con darle tan horrible suplicio. La hermana de la víctima, Josefa,
compró un ataúd para enterrarlo, aunque no entregaron el cadáver a la familia. En vez de ello,
lo llevaron al cementerio y utilizaron el ataúd para un cura que había muerto en una cortijada
cercana al pueblo. Juan Muñoz fue enterrado en una zanja en el pasillo, tras la puerta de la
entrada del cementerio, y allí permaneció para que todos los que entraran pisaran sobre sus
restos133.
Antiguo Arresto Municipal y ventana del mismo, en la plaza de la iglesia
Los falangistas tenían por costumbre pelar a las mujeres de los “rojos”. El cabello largo
era símbolo de feminidad y que mejor manera que humillarlas cortándoles el pelo al cero.
133 Escrito de Juan Muñoz Heredia, nieto de Juan Muño Fernández, el cual ha estado muchos años investigando el caso de su abuelo y al cual le agradezco esta información.
119
Ángeles era aún pequeña pero ya entendía lo que estaba ocurriendo. Escuchó un
horrible repiqueteo que procedía de la calle. Se asomó. Vio a Anica (a) la Boquino que desfilaba
con la cabeza rapada delante de un falangista que tocaba un tambor desafinado. Anica llevaba
colgado a la espalda un cartel con palabras injuriosas. Las otras vecinas, al escuchar aquel ruido,
se asomaron también y comenzaron a gritar.
‐¡Que la metan en casa de la suegra! – indicaban para acabar con aquella humillación.
La mujer lloraba. Se cayó de rodillas, ocultando su rostro tras las manos. El falangista le
pegó una patada y ella se levantó para proseguir el vergonzoso desfile. A partir de aquel día a
Anica la apodarían “la Pelá”134.
Otro día, un grupo de falangistas y guardias civiles pegaron en la puerta de Manuel
Pérez Cortés.
‐Vamos, andando; queda usted detenido – exclamó uno de los captores.
Manuel no replicó. Sabía que no había hecho nada. Tan sólo había sido concejal con el
Frente Popular, pero nada más, pues no se metió en otros asuntos que no fueran su trabajo y
ayudar a la gente. Lo esposaron para llevárselo. Su mujer salió detrás de él con su niño de siete
años cogido de la mano. Lloraba como una magdalena. En el puente los guardias la obligaron a
regresar por donde había venido, pues se lo llevaban para Vélez. Manuel besó a su único hijo,
Antonio, y a su mujer. Fue la última vez que lo hizo. Murió fusilado en las tapias del cementerio
de Vélez‐Málaga y allí lo enterraron en una fosa común. Una de las mañanas que fue a llevarle
comida a la cárcel de Vélez se cruzó con una persona conocida:
‐ Date la vuelta. A tu marido lo han matado esta noche.
La mujer sufrió un ataque de risa y de llanto, entró en shock.
Después de aquello, los falangistas la molestaban a menudo. Registraban su casa todas
las noches y, ante estas presiones, y por consejo de un allegado, la viuda pensó en irse a la
capital con su hijo, pues allí conocía a unos amigos de Benamargosa que podían darle trabajo.
134 Testimonio de Ángeles Pérez Reyes, natural de Almáchar.
120
Buscó una casa de alquiler en San Andrés y comenzó a trabajar en una fronda. A su hijo lo
metieron en el convento del barrio y allí, antes de ir al comedor, les obligaban a cantar “el cara
al col” delante de las monjas y de unas mujeres de la sección femenina. Cuando el niño cumplió
los diez años, al poco de terminar la guerra, regresaron al pueblo135.
Antonio nunca supo porqué fusilaron a su padre. Cree que lo hicieron por las tierras de
su abuelo que Manuel iba a heredar y que, tras el fusilamiento, se las expropiaron. Cuando iba
a misa escuchaba los sermones del cura explicando que los republicanos o los “rojos” eran
malos e iban al infierno. Si eso fuera verdad, su padre habría sido malo y estaría en el infierno,
aunque nunca hiciese caso a esas parrafadas.
También se ensañaron contra la familia de José Gutiérrez Fernández, la cual, una vez
capturado, recibió tal paliza a manos de falangistas que el día que se lo llevaron a Vélez para
fusilarlo apenas podía hablar. Al tiempo que lo subían al camión de la muerte, su madre y su
esposa le dieron el último adiós. José, a consecuencia de las torturas, sólo podía balbucear sus
nombres, incapaz de decir una palabra. Fue fusilado en las tapias del cementerio de Vélez. Uno
de sus hijos, José Gutiérrez Jiménez, pudo haber sido fusilado en Ronda, donde se encontraba
preso en agosto del 37 por haber sido miliciano. Otra hija, Concha, estaba casado con Juan Roca
Fernández, a quien tenía escondido en un zulo de su casa. Pero no tardaron mucho en dar con
él y llevárselo para ser enjuiciado. Los restantes, Fernando, Sebastián y Amalia, se exiliaron a
Francia y nunca más volvieron a pisar el pueblo hasta la llegada de la Democracia136.
En Vélez fueron encausados muchos almarchareños. Los juicios, sin duda, se trataban de
una pantomima. La guardia civil comenzaba abriendo un atestado por razón de las denuncias.
Luego, arrestaban al inculpado y lo interrogaban, casi siempre a base de torturas físicas y
psicológicas. En el paso siguiente el juez iniciaba el expediente y recibía los informes de la
benemérita, Falange, Ayuntamiento e Iglesia, cada uno de los cuales parecía ser un calco del
anterior, con las mismas acusaciones y el mismo lenguaje: “Propagandista de sus ideales”,
“iconoclasta”, “rojo peligroso”, “de pésima conducta moral pública”, “fanático marxista”, etc.
135 Testimonio de Antonio Pérez Gámez, nacido en 1930.
136 Testimonio de Concepción Santana Gutiérrez.
121
Después seguían las declaraciones de los denunciantes y, por fin, se pasaba al consejo de
guerra, cuya celebración, a causa del colapso burocrático, podía tardar un año o dos con
posterioridad; aunque hay que afirmar que los primeros fueron “juicios‐relámpagos”. El fiscal,
por unanimidad con los representantes del Tribunal, leía los cargos, acusado casi siempre de
Adhesión a la Rebelión, y exigía la condena: Pena de muerte, Reclusión Perpetua, 20 años y un
día, 10 años y un día, 6 años y un día, etc.
Los cargos solían ser variados: Por haber sido miliciano, portado escopeta y haber hecho
guardia; por incautación de productos, por haber hecho registros o haber sido dirigente de un
comité o, en su caso, haber estado afiliado a un partido o sindicato; por haber pertenecido al
Ejército republicano; por la quema de las imágenes de la Iglesia. Luego existían cargos menos
contundentes pero que también pesaban, como por ejemplo haber sido interventor en una
mesa electoral en las elecciones de febrero del 36, insultar al “glorioso ejército nacional” o
haber encubierto a un fugitivo.
Esto último pasó con los gestores Francisco López Alcántara y Sebastián Martín Pérez; y
con el secretario y juez municipal José Reyes Fernández y Sebastián Martín Gutiérrez, los cuales
el 8 de junio de 1937 garantizaron a Francisco Ruiz Martín (a) la Vaca. Este hecho les costó una
multa de entre 150 y 2.000 pesetas dictaminadas por el Gobernador Militar de Málaga el 12 de
julio de 1939137.
A partir de 1939 se suavizan incipientemente los aparatos represivos y algunos
procesados pueden echar mano de avales o declaraciones de descargo a su favor.
137 Sumario nº 24‐1939 contra Sebastián Martín Pérez, Francisco López Alcántara, José Reyes Fernández y Sebastián Martín Gutiérrez. Archivo del Juzgado Togado Militar Territorial nº 24 de Málaga.
122
Rodrigo Vivar Téllez, juez militar y auditor de guerra, quien operó en los aparatos represivos militares que abordaban la Axarquía entre 1937 y 1939
No obstante, lo que prosiguió al final de la guerra no fue ni mucho menos la paz, sino
una victoria forjado con silencio, miedo, represión psicológica y fusilamientos, método que
llegó a ejecutarse hasta bien entrado 1945. Además, el bando victorioso se encargó de
remarcar grotescamente quienes eran los buenos y quienes eran los malos, así durante
cuarenta años, bajo el estandarte de la Iglesia.
“Cuando cumplí los doce años, justo en los primeros años de posguerra, tenía que ir a misa para
escuchar el sermón del cura. Éste decía que por ser rojo, que era igual que ser malo, se merecía
ir al infierno, inculcándonos miedo y dogmatizando a los parroquianos”138.
138 Testimonio de Antonio Pérez Gámez, nacido en 1930.
123
“Se pasaba mucha hambre en la posguerra. Las cartillas de racionamiento las tenían los que
manejaban los hilos en el pueblo. Mi padre, Miguel Cisneros Cisneros, fue a coger unas
aceitunas a un campo que no era suyo, porque la necesidad es la necesidad y el dueño del
campo, acompañado de unos obreros, le pegó un palo en el espinazo y lo mató. Yo no pude ni
rechistar. Eran tiempos de mucho miedo. Por eso me acuerdo de una frase que se decía mucho
entre los trabajadores. ME cuentan que Queipo de Llano se fue a Francisca a sacarse una muela
y el dentista le preguntó porqué venía aquí habiendo tan buenos dentistas en España. Queipo le
respondió – Es cierto, pero allí no se puede abrir la boca –”139.
139 Testimonio de Miguel Cisneros Fernández, nacido en 1925.
124
CAPÍTULO X
HISTORIAS DEL FRENTE140
José Palma Gámez, natural de Almáchar
Tenía 20 años. Tiraron de mi quinta y me llevaron al frente. Para entonces, los nacionales
estaban en Almáchar y me tocó ir con ellos. Hice la instrucción en Ronda – San Roque – durante
un mes y pico, luego ingresé en infantería Batallón 227, 102 División. Estuve en los frentes de
Peñarroya (Córdoba), Extremadura y en la batalla del Ebro.
La primera imagen que recuerdo del frente, nada más llegar, fue cuando se rompió la
vanguardia republicana. Vi un cordón de caballos en el horizonte. Nunca había visto aquello
antes. Pregunté qué era eso. Me contestaron que era la caballería que cargaba contra los que
huían en desbandada. Avanzamos lentamente. Llegamos a unos zarzales altos y en este punto
comenzaron a silbar las balas. Cuerpo a tierra y contestamos al fuego. De seguida vino un
enlace y gritó ¡parad de disparar que son nuestras fuerzas! Paramos. Seguimos avanzando y nos
salieron unas gallinas. ¡Aquí hay huevos! Dijo uno. Llegamos a unos encinares y volvieron a
tirarnos. Me parapeté detrás de una laja de piedra.
Más tarde, vimos tres soldados republicanos muertos. Estaban casi desnudos, los reconocí por la
gorra. Pregunté ¿y esos por qué están desnudos? Me dijo uno ¡Ah, ustedes no lo saben por son
nuevos! ¿No? Entonces insistí. Eso es que tenían buena ropa y se la quitan. Y si tienen un
colmillo de oro, dinero u objetos de valor, se lo quitan nuestras fuerzas de vanguardia.
En Peñarroya capturamos dos cañones muy famosos, el Felipe y el Bocanegra. Tenían un alcalde
enorme. Producía un ruido grave como la voz ronca de un viejo y se escuchaba el proyectil
140 Sentimos no poder poner testimonios de soldados del bando republicano pues ya no viven ninguno.
125
silbando sobre nuestras cabezas. Decíamos ¡Que tenga cuidado a quien le toque en la cabeza!
Cuando caía se escuchaba un sonido atronador. Esos cañones disparaban cada cuarto de hora.
Una noche hubo un ataque. Se escuchaban las bombas caer y el repiqueteo de las
ametralladoras. Cuando la cosa se calmó, escuchamos el gemido de un hombre que pedía
auxilio. Era un cebo. Si alguien se hubiese acercado a salvarlo, seguramente hubiera muerto.
En el frente de Extremadura veía como los moros tiraban las bombas de manos sobre los
zarzales y un teniente les replicaba ¿Per qué estáis haciendo? `haber riojos, haber riojos´ decían,
¡ahí no hay `riojos´ que valga, vega, adelante.
En Cabezas de Buey un sargento y yo nos fuimos por la tarde al pueblo, que nos habían dado
unas horas de descanso. Entramos en una tasca y allí nada más que beber y cantar, beber y
cantar. Le decía: que tenemos que ir a la compañía y se está haciendo de noche, vaya a ser que
nos arresten. Pero él me dijo que no pasaba anda, que él respondía por mí. Se nos hizo de noche,
de madrugada, y volvimos. Al sargento lo arrestaron y a mi me mandaron de guaria‐escucha
completamente borracho como estaba. Estando en una cañada, que no me podía mantener ni
en pie, aparecieron tres soldados. Por sus vestimentas supe que eran centinelas rojos. Como
estaba oscuro, no se dieron cuenta que yo era del otro bando. Me preguntaron por un cabo y yo
blasfemé para salvarme ` ¡me cago en Dios, yo no se nada, aquí me dejaron!´, Ellos
cuchichearon entre ellos y se fueron. Ya clareando, vinieron a por mí.
En este frente había un cerro que todos llamaban la tierra de la muerte. Allí había muchísimas
bombas de mano, cintas, utensilios de guerra, tirados por el campo. Una vez se acercaron a
nuestra línea de tiro unos soldados republicanos, seguramente despistados, porque no estaban
en actitud de combate. Yo tenía bombas y estaba preparado, pero les chiflé y les dije: ¡Oye, dad
la vuelta que estáis con los fascistas! Ellos se volvieron pintando.
Otra vez vino un piquete de Falange. Había cierta tensión entre nosotros y ellos porque nos
obligaban a insultar al enemigo, pues ellos tenían un embudo grande y daban discursos. Nos
quejamos y a los pocos días el comandante llamó al responsable falangista y le amenazó
recriminándole que había que tener más vergüenza y disciplina que ellos. Ya no volvimos a
verlos después de aquello. Fueron trasladados.
126
A veces avanzábamos por la noche y no distinguíamos la línea del enemigo. Una noche fuimos a
relevar a una compañía y allí me topé con Alcantarilla, paisano del pueblo. Estuvimos hablando,
qué causalidad. Entonces, fui a evacuar y me alejé un poco de la compañía. Y una vez que me
puse, vi delante de mí unos agujeros con sacos en la tierra. ¡Eran las trincheras de los rojos!
Podía ver cabezas pasando de un lado a otro. Se me quitó hasta las ganas de evacuar. Salí
pitando de allí. Dije para mi que ellos no me mataron por no quisieron, pues me vieron seguro.
En la batalla del Ebro había ciento cincuenta baterías disparando a discreción en nuestro sector.
Antes de romper el frente, nos pasamos en la orilla esperando la señal y un soldado se dedicaba
a vigilarnos para que no fumásemos. El simple brillo de un cigarro podía delatar nuestra
posición. Un teniente nos dijo que anduviéramos con cuidado porque ya estábamos en la zona
de los escuchas rojos. Cuerpo a tierra y silencio. Se oyeron los motores de los aviones ¡Ahí vienen
los nuestros, nuestros aparatos!, dijo uno ¡Cállate! ¿Tú tienes nada?, le contestó otro. Y nos
reíamos ¡Silencio! Se escuchaba una voz. Los reflectores iluminaban el cielo y un cañón iba
calibrando las baterías. ¡Izquierda, más a la izquierda! ¡Ahora! Y comenzaban a escupir cientos
y cientos de bombas ¡Ahí va la candela! Guitaba otro.
Descansábamos poco. Estuve 18 meses seguidos en el frente. Sin parar. Estuve una vez
solamente de permiso en Almáchar. Luego de nuevo a las trincheras. Aquí lo peor no era la
artillería, porque esos son rectos y basta con agachar la cabeza en la trinchera. Lo peor eran los
morteros, que hacía una elipsis y caían sobre nuestras cabezas.
Cuando me hirieron por primera vez estaba despiojándome, semidesnudo, una bala rebotó y me
dio en el brazo. Sangraba mucho. Otra vez, un casco de metralla se me clavó en la nuca. Me
llevaron al hospital donde había un practicante al que llamaban el Borrico, por lo bruto que era
operando a los heridos.
Acabó la guerra y estuvo algún tiempo más de servicio. Cuando llegué a Almáchar, había un
paisano que luchó en el bando republicano. Le preguntaban por qué no se pasó al bando
nacional y este contestaba – porque tenía para poner – como en el juego de dominó.
127
Ramón Portillo Santiago, natural de Almáchar.
La guerra es lo más malo que hay. Se da el caso que no hay ni familia. La guerra civil no fue
como la II Guerra Mundial, en el que se encontraban a un lado los alemanes y a otro los aliados.
En la de España éramos españoles, hablábamos el mismo idioma, leíamos las mismas cartas en
el frente, cuando nos llovía. Algunas veces un soldado de aquí arrancaba a cantar flamenco y
cuando terminaba, allá en el otro lado arrancaba otro.
Pertenecía al cuerpo de Cazadores de Ceuta del ejército de Melilla. Estuve en el Frente del
Centro, en Extremadura y en Madrid. Me hirieron una vez y estuve en siete hospitales. En el
último que estuve fue en el hospital de Antequera. Aquí las hijas de los cortijeros nos cuidaban
muy bien. Todas las noches, cuando ya podía andar, me metían en el bolsillo tickets para ir al
cine.
En el frente sufríamos bombardeos constantes, pero tuve la suerte de que no me pasó nada.
Estaba en Casa de Campo de Madrid, apostado en la segunda planta de un edificio, cuando me
hirieron. Una bala se coló por el aspillero y explotó en la pared. Era una bala explosiva y la
metralla me hirió en la rodilla.
Yo no tenía miedo en el frente. Si me llegaba la hora pues me llegaba. Vi un cuerpo de un
soldado que llevaba más de un año en tierra de nadie. Parecía un muñón de carne. No podíamos
recogerlo porque nos arriesgábamos a que nos dispararan.
En la Casa de Campo los republicanos excavaban túneles debajo de la tierra y cuando llegaban a
un edificio, colocaban cargas de explosivos y la manzana entera volaba. Entonces, nosotros
bajábamos a unos pozos que hicimos y nos quedábamos horas y horas escuchando las paredes
por si se oía el pico chocando con la tierra. Si así era, sabíamos que esa zona no podíamos
pisarla.
Otro día, estando en la chabola donde descansábamos, escuchamos una gran explosión. Una
pierna cayó encima del tejado. La liamos en una manta y la enterramos cerca de allí.
128
Antonio Gómez Fernández, natural del Borge
Tenía 17 años cuando estalla la guerra. Los 18 años los cumplí en el Frente de Peñarroya –
Pueblonuevo cumplí los 18 años. Yo soy de la quinta del ´39 y al poco de caer Málaga por los
nacionales me llamaron a filas. Fuimos primero a Málaga capital, de Málaga a Sevilla; en Alcalá
de Guadaira hicimos la instrucción. De allí, nos dieron el uniforme y nos enviaron al frente de
Córdoba. El frente era duro. Yo pertenecía al Batallón 12 de Granada, sección de ametralladoras.
Más tarde se fundió con un regimiento de la quinta del ´40 formando el Batallón 15.
Entrábamos reemplazando a regimientos de moros e íbamos cambiando de posiciones según
nos mandaban. Recuerdo el primer contacto. Llegamos con las camisas limpias y a los pocos
días nos llenábamos de piojos. El primer día que llegué yo llevaba el trípode de la ametralladora
y caminaba junto al cabo. Él y yo éramos los primeros de la cuadrilla e íbamos a tomar
posiciones en la trinchera. Recuerdo que vi muchas candelas encendidas. Entonces comenzó el
bombardeo. ¡Pim, Pim, Pim! Yo me eché al suelo y monté el trípode. Me tuve que quedar allí en
esa postura toda la noche. Las compañías se posicionaban una delante de la otra, y se iban
relevando.
Mi batallón estuvo en el Cerro de las Águilas, Pueblonuevo, Peña los Ladrones y aquí me pilló el
final de la guerra.
Desde Verme a Peña de los Ladrones había varios cortijos y salimos desplegados para llegar a
las posiciones y entonces vimos cómo se nos acercaron requetés y falangistas en desbandada
del frente porque los rojos tomaron aquella posición e hicieron muchos rehenes.
Mi misión era de “enlace”. En un cortijo había un teléfono y una maquina de telegramas. Allí
estaba el teniente y yo repartía las cartas del batallón entero. También iba a cada puesto, por
orden del teniente, para llevar órdenes de relevos, cambios de contraseñas, y todo eso. Me lo
decían a mí por teléfono. Y yo tenía que salir comunicándolo posición por posición; me conocía
las trincheras llenas de alambradas e iba de pelotón en pelotón. A veces, me pillaba en mitad de
129
un bombardeo o de un tiroteo. Yo veía las bombas caer y, desde allí, hasta Pozoblanco, había
actividad. Los cachos de soldados volaban por los aires.
¿Hambre? Hambre no pasábamos. Lo que no lo querías lo tirabas por lo alto de la alambrada.
Yo llegué a ver un montón de basura de comida tirada por los soldados en un mismo sitio al otro
lado de las alambradas. Nosotros teníamos un furrier bueno que por poco dinero hacía buena
comida. Al principio teníamos un cabo furrier que supervisaba los guisos para los soldados y un
día, al probar de una cazuela, lo tiró por una patada de lo malo que sabía. En Peñarroya hubo
muchos muertos. También había mucha miseria. Nuestras camisas se llenaban de piojos.
Tras la guerra estuve en Córdoba y luego en Cádiz. De allí me alisté a la División Azul y fui al
frente ruso. Yo he estado en Francia, Alemania, Polonia, Estonia, Eslovenia. Estuve en el frente
de Ría. Allí pasábamos mucho frío. Imagínate a 40 º bajo cero en el lago Ilmen. Al lado de
Novgorod. Fuimos unos veinte mil soldados españoles. En Rusia tenía castaña el asunto. Nos
ponían en las trincheras, pero tú no veías donde estaba el enemigo, eso era malo de verdad. Allí
había mucho bosque, muchísimo. A lo mejor había una compañía en un sitio y a dos pasos
estaban los rusos y tú no lo sabías. ¡Claro! Como no se conocía el terreno ni aquello. Había
mucho peligro por eso. Era terrible.
Allí transportábamos cañones con carros y caballos, Teníamos 186 caballos en la compañía.
Por cada cañón había 4 caballos y yo era el guía de uno de ellos subido en mi montura. Cuando
nos veían los alemanes hundidos en la nieve y transportando los carros sobre los caballos, nos
decían en su idioma: ‐ ¡Un español es un tanque! Nosotros veíamos a los alemanes conquistar
pueblos con los tanques, en época de deshielo, y todo el terreno se ponía enfangado; era peor
que con hielo.
Para comer, a veces nos teníamos que buscar la vida. Allí las papas los rusos las guardaban en
sótanos bajo la tierra o la nieve, y las rellenaban de paja y centeno para resguardarlas del frío. A
esos sótanos se accedía por una trampilla que muchas veces estaba camuflada por los propios
campesinos. Las rusas y los rusos nos querían más a nosotros que a los alemanes. A nosotros
nos daban ropa y patatas y en una ocasión dormí en una cama calentita en la casa de una
anciana rusa. Yo le dije que, si pegaban, antes de abrir me avisara porque yo lo mataría si no. Ya
que muchos rusos aparecían por las noches al entrar en una casa mataban a los soldados
huéspedes que allí dormían. Yo dormía con el fusil debajo de la cama.
130
En Novgorod nos pilló un gran ataque. Dormíamos en pisos y dentro hacíamos hogueras por el
frío tan grande. Entonces escuchamos el ruido de muchos camiones por la calle. Bajamos y al
lado de la calle había un cura dando misa, el cual nos comulgó. Seguimos a los camiones, que no
paraban de pasar, y nos dirigimos a las afuera del pueblo. En una línea de bosques comenzaron
nos paramos y nos desplegamos. Entonces, comenzó el bombardeo y el tiroteo. Muchos de los
nuestros volaban por los aires por las bombas. Llegamos a un pueblo, tan grande como la plaza
del Borge, lo rodeamos y conseguimos la posición. Los alemanes, antes de tomarla, se quedaron
acorralados en una cerca. Murieron muchos.
131
APÉNDICE DE DOCUMENTOS
132
ENTREVISTADOS
Antonio Samos Gómez Antonio Pérez Gámez Francisco Martín Gámez
Ángeles Pérez Reyes José Palma Gámez Manuel Pérez Reyes
Miguel Cisneros Fernández Ramón Portillo Santiago Manuel Pérez Pérez
133
Manuel Pérez Cortés José Gutiérrez Jiménez
Jesús Samos Gómez Diego Villalba Rodríguez
134
Juan Muñoz Fernández con tres de sus ocho hijos. Este vecino de Almáchar fue uno de los representantes de la lucha obrera en el pueblo; su padre, Francisco Muñoz, era un republicano de viejo cuño, defensor de los
intereses de los obreros paseros. Juan murió en la cárcel a manos de falangistas como consecuencia de una paliza.
135
ACTA DE DEFUNCIÓN DE JUAN MUÑOZ FERNÁNDEZ
136
Ficha de la Dirección General de Seguridad sobre Vicente Barranquero Ruiz, penúltimo alcalde republicano de Almáchar y desaparecido en febrero de 1937. Aún a día de hoy los familiares no saben su paradero.
Ficha penitenciario de Antonio Pérez Ruiz (a) el Baco, presidente del Comité, fusilado en Málaga el 14‐08‐1942
137
Informe del cura de la Parroquia de San Mateo,
a favor de la directiva del partido Izquierda Republicana del pueblo
138
Dibujo y poesía de Diego Villalba desde la Cárcel de Vélez que entregaron a su madre después de fusilarlo. Dice así:
Es tanto el amor que siento / Por una madre tan buena /Que en prueba de su cariño
Le envío esta Sirena / Es un amor tan profundo / Que no lo puedo olvidar
Ni está escrita en este mundo / su hijo Diego
139
140
Más poemas de Diego: “Padre querido del alma /que en estos momentos tristes/ el hijo de tus entrañas / abrazarlo no pudiste / te suplico que no llores / ten mucha resignación / La vida es como las flores / que el tiempo las deshojó / Mi mala estrella conduce / mi alma hacia el precipicio / Y en el cielo llano luce / ni deja ningún indicio / Almáchar, linda ciudad / donde mi familia existe / Darle consuelo a mis padres / que los pobres quedan tristes / a mi familia querida / le doy el último adiós / Y no recuerden la vida / que el mundo me destinó / Vuestro Diego ya fallece / de luto ya vestiréis / y en el cielo azul por mi vise / suspiro me olvidaréis / Y mi existencia se termina / ya no estaré a vuestro lado / recibe padre querido / mi último y postre abrazo / Diego Villalba / Tu hijo madre querida / Adiós para siempre adiós / ya se terminó mi vida”141. “De noche con el silencio / mis lágrimas se deslizan / son tan terribles mis penas / que pensando me horroriza / sabiendo el pueblo / que he sido de lo malo independiente / ello, no se con que motivos / se castiga al inocente. / Pueden repasar mi historia / si es que llegan a dudar / y entonces harán memoria / que mi trato fue leal. / Como el pájaro en su nido / que el cazador traiciona / aquí me encuentro metido / por culpa de otra persona / ¡OH, mísero de mi! / ¡OH, mísero de mi” 142.
141 Cortesía de Amparo Villalba, Vélez.
142 Ídem, Vélez.
RELACIÓN DE ALMARCHAREÑOS QUE HAN PASADO POR TRIBUNALES MILITARES
SEGÚN SE HAN ENCOTRADO HASTA LA FECHA ARCHIVO DEL JUZGADO TOGADO MILITAR TERRITORIAL Nº 24 DE MÁLAGA Y Nº 23 DE ALMERÍA
Nombre Apellido1 Apellido2 Naturaleza Sumario/Juzgado/año Sentencia Notas Manuel Barranquero Díaz Almáchar 2/nº 23 Vélez-Málaga/1937 Absuelto
Juan Barranquero Díaz Almáchar 2/nº 23 Vélez-Málaga/1937 Pena Muerte Fusilados en el cementerio de Vélez el 08-03-1937
José A. Barranquero Gámez Almáchar 49/nº 9 de Málaga/1937 Pena de Muerte No consta fecha
José Barranquero Palma Almáchar 49/nº 9 de Málaga/1937 Reclusión Perpetua
Cumpliendo la condena en el Puerto de Santa María; luego en la Colonia del Dueso; en
libertad condicional el 13-07-1940 conmutada pena a 3 años de prisión menor el 09-04-1943
Juan Cisneros Barranquero Almáchar 2/nº 23 Vélez-Málaga/1937 Reclusión Perpetua
En el Penal del Pº de Santa María (Cádiz). Es trasladado a la prisión de Porta Coeli donde
fallecerá el 06-02-1942 de tuberculosis. El 12-04-1943. Conmutada la pena a seis años de
reclusión menor, pero ya estaba muerto. Dionisio Cisneros Martín Almáchar 34/nº 18 Vélez-Málaga/1937 Absuelto Matías Cisneros Gámez Almáchar 34/nº 18 Vélez-Málaga/1937 Absuelto Fusilado en San Rafael el 21 de marzo de 1937
José Cisneros España Almáchar 31/nº 12 Vélez-Málaga/1939 Pena de Muerte Fusilado el 05-04-1940 en el cementerio de Vélez-Málaga
Juan J. España España Almáchar 2/nº 23 Vélez-Málaga/1937 Pena de Muerte Fusilados en el cementerio de Vélez el 08-03-1937
Luís España Barranquero Almáchar 2/nº 23 Vélez-Málaga/1937 Pena de Muerte Fusilados en el cementerio de Vélez el 08-03-1937
Manuel España España Almáchar 16/nº 7 Málaga/1937 Pena de Muerte Fusilado en San Rafael el 22 de febrero de 1937
Francisco Gámez Gámez Almáchar 62/nº 12 Vélez-Málaga/1939 Absuelto
José Gámez Gámez Almáchar 4636/nº 3 Málaga/1939 Reclusión Perpetua Cumple condena en la prisión de Santiago
hasta el 06-06-1945 que le conceden la libertad condicional por mediación del indulto
Higinio Gámez Martín Almáchar 49/nº 9 de Málaga/1937 Reclusión Perpetua Cumpliendo la condena en el Puerto de Santa María (Cádiz),luego en la Colonia del Dueso;
en libertad condicional el 13-07-1940;
141
conmutada pena a 3 años de prisión menor el 08-05-1943
Antonio Gámez Cisneros Almáchar 2/nº 23 Vélez-Málaga/1937 Pena de Muerte Fusilados en el cementerio de Vélez el 08-03-1937
Pedro Gámez González Almáchar 4736/nº 18 Vélez-Málaga/1942 6 años – 1 día
Cumple condena en cárcel provincial de Málaga hasta que el 04-06-1943 consigue la libertad condicional y la libertad definitiva en
abril de 1945 Francisco Gámez Gutiérrez Almáchar 34/nº 18 Vélez-Málaga/1937 Absuelto
José Gámez Gutiérrez Almáchar 34/nº 18 Vélez-Málaga/1937 Absuelto
Francisco Gámez Villalba Almáchar 1/nº 49 Málaga/1940 20 años reclusión menor No consta prisión
Antonio Gutiérrez España Almáchar 1582/nº 13/Málaga/1943 Sobreseído
Es trasladado de Málaga a la prisión de Astorga el 18 de abril de 1940. En libertad condicional el 21 de agosto de 1940. Se le
conmuta la pena a 6 meses y un día el 27 de junio de 1944.
José Gutiérrez Fernández Almáchar 4/nº 23 Vélez-Málaga/1937 Pena de Muerte Fusilado el 04-05-1937 en el cementerio de Vélez
Francisco López Alcántara Almáchar 24/nº 61 Vélez-Málaga/1939 Sobreseído Juan Lozano España Almáchar 34/nº 18 Vélez-Málaga/1937 Absuelto
Juan Martín Martín Almáchar 37-39/nº 1 Málaga/1939 Reclusión Perpetua Es encarcelado en la prisión de Bilbao y en el año 1945 consigue el indulto, yéndose a vivir a
Málaga
Juan Martín Gámez Almáchar 2/nº 23 Vélez-Málaga/1937 Pena de Muerte Fusilados en el cementerio de Vélez el 08-03-1937
Juan Martín Santana Almáchar 2696/nº 18 Vélez-Málaga/1942 Reclusión Perpetua
Estuvo en una Colonia Penitenciaria Militarizada en Dos Hermanas (Sevilla).
Consigue el indulto el 4 de diciembre de 1945, en libertad
Sebastián Martín Pérez Almáchar 24/nº 61 Vélez-Málaga/1939 Sobreseído Sebastián Martín Gutiérrez Almáchar 24/nº 61 Vélez-Málaga/1939 Sobreseído
Juan Palma Portillo Almáchar 18/nº 5 Vélez-Málaga/1938 Absuelto
Cumpliendo en la Prisión de Colonia del Dueso, luego Puesto de Santa María (desde marzo a
agosto de 1938). Año 1941 en Santoña (Santander) conmutada pena a seis años de
142
143
prisión menos, libertad condicional el 31 de julio de este año. Extinción de condena mayo de
1944
Luís Palma España Almáchar 17-4073/nº 12 Málaga/1942 30 años de reclusión mayor
cumpliendo en la cárcel del Puerto de Santa María (Cádiz)
Secundino Pérez España Almáchar 81/1939 Pena de Muerte Fusilado en el cementerio de San Rafael el 02-08-1939
Francisco Pérez Gámez Almáchar 52/nº 8 Vélez-Málaga/1937 Absuelto
Emilio Pérez Ruiz Almáchar 5525/nº 2 Málaga/1940 No concluye por
estar en paradero desconocido
Al acabar la guerra, ingresa en un Batallón de Trabajadores nº 114 en Arizcum (Navarra) y a
finales de 1940 lo dejan en libertad para trasladarse a Fuengirola. De aquí se va a
trabajar a Fuente Piedra para las recolecciones de aceituna y, una vez concluido las faenas, desaparece, seguramente porque lo avisaron
de que lo iban a enjuiciar. Las autoridades militares lo ponen en busca y captura.
Diego Portillo Fernández Almáchar 6163/1939 12 años – 1 día prisión menor
Adolfo Reyes España Almáchar 12 años – 1 día reclusión temporal
Cumple la condena en la prisión de Astorga y en la provincial de León. Conmutada la pena por 3 años de reclusión menor el 18-12-1943.
En libertad definitiva el 06-05-1944. José Reyes Fernández Almáchar 24/nº 61 Vélez-Málaga/1939 Sobreseído
Pedro Ruiz Pérez Almáchar 2/nº 23 Vélez-Málaga/1937 Reclusión Perpetua
En el Penal del Pº de Santa María (Cádiz). Pasa por la Colonia Penitenciaria del Dueso,
donde obtiene la libertad condicional el 04-10-1940. El 26-06-1942 le conmutan la pena a 20
años de reclusión menor Francisco Ruiz Martín Almáchar 24/nº 61 Vélez-Málaga/1939 Sobreseído
Francisco Villalba Gámez Almáchar 4/nº 23 Vélez-Málaga/1937 Pena de Muerte Fusilado el 04-05-1937 en el cementerio de Vélez
144
REPRESALIADOS Y DESAPARECIDOS DE ALMÁCHAR 1937‐1943
NOMBRE NATURALEZA FECHA LUGAR
José Portillo Santiago Almáchar ‐ No consta143
Vicente Barranquero Ruiz Almáchar 02‐1937 Desaparecido
Juan Hidalgo España Almáchar 02‐1937 Desaparecido al entrar fuerzas nacionales
Antonio España Barranquero Almáchar 02‐1937 Desaparecido al entrar
fuerzas nacionales144
Juan Yuste Gámez Almáchar 13‐02‐1937 Al ser liberado este pueblo
por el ejército nacional145
Manuel Martín Santana Almáchar 18‐02‐1937 Cementerio de Vélez146
Manuel España España Almáchar 22‐02‐1937 Cementerio de San Rafael
Antonio Gámez Cisneros Almáchar 08‐03‐1937 Cementerio de Vélez
Juan Barranquero Díaz Almáchar 08‐03‐1937 Cementerio de Vélez
Juan Jesús España España Almáchar 08‐03‐1937 Cementerio de Vélez
Juan Martín Gómez Almáchar 08‐03‐1937 Cementerio de Vélez
Luís España Barranquero Almáchar 08‐03‐1937 Cementerio de Vélez
Juan Muñoz Fernández Almáchar 13‐03‐1937 Arresto de Almáchar
José Ruiz Navas Almáchar 17‐03‐1937 Partido de las Rubias
José Samos Gómez Almáchar 17‐03‐1937 Partido de las Rubias
143 Según su hermano, en el año 1939, tras haber concluido la guerra, fue fusilado en Teruel. No consta informes.
144 Según el testimonio de Francisco Barranquero Barranquero
145 Aparece en el Registro Civil de Benamargosa. Archivo del Juzgado.
146 En el folio 32 del tomo 94 del Registro Civil de Vélez‐Málaga, aparece la inscripción de fallecimiento a este nombre a consecuencias de <<fusilado por fuerzas nacionales>>. Archivo del Juzgado de Instrucción nº 1 de Vélez‐Málaga. Es un caso de fusilamiento sin previo juicio.
145
Manuel Pérez Cortés Almáchar 21‐03‐1937 Cementerio de Vélez
José A. Barranquero Gámez Almáchar 04‐1937 Cementerio de San Rafael147
Antonio Lozano España Almáchar 04‐05‐1937 Cementerio de Vélez
José Gutiérrez Fernández Almáchar 04‐05‐1937 Cementerio de Vélez
José Gutiérrez Jiménez Almáchar 08‐1937 Ronda¿?148
Juan Pérez Santana Almáchar 14‐10‐1937 Cementerio de Vélez
Manuel Jiménez Gámez Almáchar 14‐10‐1937 Cementerio de Vélez
Juan Palma Pérez Almáchar 18‐10‐1937 Cementerio San Rafael
Juan Barranquero Ruiz Almáchar 22‐10‐1937 Cementerio San Rafael
Juan Gámez Ríos Almáchar 22‐10‐1937 Cementerio San Rafael
Diego Villalba Rodríguez Almáchar 12‐08‐1938 Cementerio de Vélez
Francisco Gámez Gámez Almáchar 12‐08‐1938 Cementerio de Vélez
Francisco Gámez Revidiego Almáchar 12‐08‐1938 Cementerio de Vélez
José Gámez González Almáchar 04‐11‐1938 Cementerio San Rafael
Secundino Pérez España Almáchar 01‐08‐1939 Cementerio San Rafael
Juan Roca Fernández Almáchar 07‐10‐1939 Cementerio San Rafael
José Roca Fernández Almáchar 07‐12‐1939 Cementerio San Rafael
José Gutiérrez España Almáchar 27‐01‐1940 Cementerio San Rafael
Juan España Barranquero Almáchar 27‐01‐1940 Cementerio San Rafael
José Cisneros España Almáchar 05‐04‐1940 Cementerio de Vélez
Manuel Gutiérrez España Almáchar 27‐08‐1940 Cementerio San Rafael
Francisco Ruiz Martín Almáchar 07‐01‐1941 Cementerio San Rafael
147 Sentenciado en Málaga a la Pena de Muerte. En el juicio no aparece el acta de defunción. Estimamos que lo mataron en San Rafael.
148 No tenemos documentos sobre su fusilamiento, pero la familia afirma que la última carta escrita por él fue en agosto del 37 desde la prisión de Ronda. Ellos estiman que sobre el mes de septiembre lo pasaron por las armas.
146
Adolfo López España Almáchar 22‐08‐1941 Güssen‐Austria149
Juan Cisneros Barranquero Almáchar 06‐02‐1942 Prisión de Porta Coeli
Antonio Pérez Ruiz Almáchar 14‐08‐1942 Cementerio San Rafael
Juan Gutiérrez España Almáchar 14‐08‐1942 Cementerio San Rafael
Enrique Barranquero Díaz Almáchar 22‐09‐1942 Cementerio San Rafael
149 Por ahora nos consta de la existencia de un almarchareños víctima de los campos de concentración nazis. Datos obtenidos en el Archiv der KZ‐Gedenkstätte Mauthausen.
147
Fuentes primarias
ARCHIVOS CONSULTADOS
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AHMM (Archivo Histórico Municipal de Málaga)
ADM (Archivo de la Diputación de Málaga)
AGGC (Archivo General de la Guerra Civil – Salamanca)
AGMG (Archivo General Militar de Guadalajara)
AGMA (Archivo General Militar de Ávila)
Archivo del Juzgado Togado Militar Territorial nº 24 de Málaga
Archivo del Juzgado Togado Militar Territorial nº 23 de Almería
Archivo Temboury
Archivo Díaz Escovar
Archivo Loring Lasarte
Archivo Municipal de Vélez‐Málaga, Colmenar, Periana, Riogordo, Alfarnate, Alfarnatejo, El Borge.
Archivo Diocesano de Málaga.
Registro Civil (pueblos Axarquía)
Archiv der KZ‐Gedenkstätte Mauthausen
TESTIMONIOS ORALES
Antonio Samos Gómez, Juan Muñoz Heredia, Antonio Pérez Gámez, Francisco
Barranquero Barranquero, Francisco Martín Gámez, Ángeles Pérez Reyes, José Palma
Gámez, Manuel Pérez Reyes, Miguel Cisneros Fernández, Ramón Portillo Santiago,
Manuel Pérez Pérez, Concepción Santana Gutiérrez, Antonio Gómez Fernández.
148
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Archiv der KZ‐Gedenkstätte Mauthausen: mauthausen‐[email protected]
Archivo General de la Guerra Civil Española (Salamanca): [email protected]
156
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN……………………………………………………………3 CAPÍTULO I….….…………………….……….……………………..……..4 CAPÍTULO II……..…………………………..………………………...……15 CAPÍTULO III……………………………………..…..…………..…………22 CAPÍTULO IV…………………………………..…………..……………....36 CAPÍTULO V……………………………………..…….…………………….50 CAPÍTULO VI………………………………………..……………………….60 CAPÍTULO VII…………………………………….…………………………76 CAPÍTULO VIII…………………………………….……………..…………100 CAPÍTULO IX………………………………..………………………………106 CAPÍTULO X…………………………………………………………………117 APÉNDICE DOCUMENTOS…………..………………………………..123 FUENTES YA RCHIVOS…………………………….…………………….134