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Viaje en Tren:crónica de un corto libre

Viaje en tren es una experiencia de cultura libre que inicié a finales del año pasado al escribir el relato corto libre Viaje en tren, mientras regresaba (en tren) de una conferencia celebrada en Birmingham. Posteriormente Montserrat Labiaga decidió (aprovechando la licencia libre del relato) adaptar el relato a un corto que vio la luz, también de forma libre, hace unas semanas.

José Carlos Cortizo Pérez y Montserrat Labiaga Ferrer

Una de las grandes ventajas de liberar un contenido, ya bien sea un escrito, música, o cualquier otro tipo de trabajo, es que ese con-tenido cobra vida propia más allá del amparo

de su creador. Larry Lessig ha decidido titular como Remix su último libro relacionado con el Conocimiento Libre (en este mismo número de Linux+ aparece una crónica de la fiesta de presentación del mismo), y ese mismo título evoca clara-mente la esencia de lo que se consigue liberando contenidos. Una remezcla constante de historias, contenidos y vivencias que no deja de ser el sino del desarrollo cultural humano a lo largo de la historia.

Viaje en tren es el producto de esta cultura de la remez-cla. El relato original fue concebido en el transcurso de un viaje entre Birmingham y Londres, un viaje que realicé solo y, gracias a esa cierta soledad, resultó ser una experiencia realmente gratificante, en la que me puse en paz con mi mismo y fui capaz de poner en orden muchas de mis ideas y sentimientos. Se podría decir que el relato original fue pro-ducto del incesante y delicioso traqueteo, fruto de mi deleite por los viajes largos en tren. Un remix de mi experiencia vital en ese momento y los sentimientos que la soledad y

el momento despertaban en mi. Un remix entre realidad y ficción, entre cordura y locura, entre presente y futuro, entre ahora y nunca.

Publiqué el relato bajo licencia libre nada más llegar a Madrid, y casualmente, a los pocos días, Montserrat Labiaga me comentaba que necesitaba una idea original para escribir un guión como proyecto de final de su Master en Dirección de Cine. Teniendo en cuenta que mi relato había nacido ya como una remezcla de realidad y sentimientos, y que Montserrat disfrutó leyéndolo, nos pareció una muy buena idea el volver

Los contenidos de este artículo son totalmente libres. Tanto el texto como las fotografías están licenciados bajo licencia Creative Commons. La editorial ha tenido a bien el comprometerse con la causa del conocimiento libre y liberar, en su web, los contenidos de esta sección regular, dos meses después de aparecer su versión físi-ca en los kioscos.

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a remezclar la historia, que había pasado de la experiencia y los sentimientos, a un universo de palabras, y ahora podría ser remezclado hacia un universo de imágenes y color.

Viaje en tren: el relatoSiento el traqueteo del tren mientras veo el verde paisaje por la ventana. Campos verdes y extensos con pocos árboles. Blancas ovejas que pastan y duermen son motas en esta inmensa moqueta. Al fondo de los campos el mar. Azul intenso. Intenso como la vida. Sol. Hace sol.

Pero, ¿qué hago yo aquí? Llevo un buen rato mirando la ventana, disfrutando de la so-ledad del viaje. Pensando y recordando viejos momentos, épocas pasadas, tristes y felices. Pero no se por qué estoy aquí ¿De que estación vengo? ¿Cuál es mi parada? ¿Por qué voy en tren si desde aquellos maravillosos años de juventud en los que recorríamos el mundo en tren no lo he vuelto a coger? Sinceramente, esta sensación me desconcierta pero tampoco siento la necesidad de hacer nada. No quiero levan-tarme porque ¿a dónde iría? Además, mi vagón está vacío y me siento tan perezoso que el mero pensamiento de levantarme a ver lo que hay en otros vagones me resulta duro y pesado.

Seguiré disfrutando de este momento, seguiré recordando, permitiendo que mi mente vuele y divague sin rumbo. En mis recuerdos los malos momentos se me hacen menos agrios que cuándo los viví, pero también los buenos se hacen menos dulces. El tiempo lo aplana todo, todo pierde intensidad. Tanto que en la distancia hasta mi vida se me asemeja aburrida. Pero yo se que no fue así. Ana, mi primer beso, aunque realmente inocente. 7 años teníamos los dos y, por ese beso, nos casamos en el patio del colegio con arena en lugar de arroz, imagino que ese es el precio que hay que pagar por hacer una boda barata.

Y aquellos maravillosos 18 años. Que buenas vibraciones me trae recordar mi primer día de clase en la universidad. Todo tan nuevo, tantas ilusiones, tanto por aprender y, también, tanta diversión. Tantas noches que se hacían tan cortas, y tantas mañanas reconvertidas a noches. Discotecas, afters, fines de semana eternos, días que duraban siglos, tantos amigos, tantas compañeras de cama de las que ya ni recuerdo sus caras. Y los amigos. Que decir de aquellos que han acabado convirtiéndose en mi verdadera familia y me han acompañado a lo largo de tantos años y tantas situaciones.

Miles y miles de recuerdos invaden mi memoria y embargan mi corazón pero, aún así, no consigo recordar que hago en este tren. Que mala es la vejez, que te acuerdas de lo que te deberías haber acordado hace años y no eres

capaz de recordar si hace más de diez minutos que fuiste al baño. Noto que el tren comienza a frenar lentamente. Una voz neutra, fría, anun-cia que estamos llegando al fin de línea. Me pregunto dónde estaré llegando. Espero que alguien me haya venido a buscar, que mi me-moria ya hace mucho que falla pero seguro que quién sepa que vengo estará aquí esperándome para llevarme donde tenga que ir.

El tren sigue frenando. Ya apenas se mueve por lo que en unos segundos podré bajar de este tren. Buen momento para levantarme por mucha pereza que tenga. ¿Habré traído algo conmigo? No veo ningún equipaje cerca, solo mi bastón y mi sombrero, buenos compañeros desde hace muchos años. Me acerco a la puerta mientras el tren acaba de detenerse.

La puerta se abre y veo a una única persona esperando. Una mujer anciana que me resulta muy familiar. Me mira con expresión de lle-var mucho tiempo esperando. Sonríe. Sonrío. Conozco a esa mujer, aunque hace muchos años que no la veo. Pero su perfume todavía inunda mi mente muchas mañanas. Realmente no la esperaba a ella aquí, aunque deseo bajar y abrazarla ya que hace muchos años que la echo de menos. Bajo del tren y me acerco a Montse, el amor de mi vida. Mi mujer. Sus ojos cente-

llean al verme y esa sonrisa que me enamoró embarga todo mi cuerpo. Las lágrimas caen por mis mejillas. Estoy a su lado y la abrazo con todas mis fuerzas mientras cierro los ojos para sentirla con todo mi ser. Tantas y tantas veces soñando con este momento estos últimos años... Resulta hasta gracioso que no recordara a dónde venía. Paro de llorar y abro los ojos pa-ra contemplar el letrero que muestra el nombre de esta fría estación. Eternidad.

Adaptando el relato, creando el guiónNi qué decir lo difícil que es adaptar un escrito a la pantalla, pero si ya el escrito no es tuyo te presentas en un terreno más rocoso. El primer error que cometí a la hora de adaptar “Viaje en tren” es que me faltó más comunicación y com-penetración con el autor, para transmitir mejor la historia original. Al adaptar el relato de una forma más aislada con el autor, no dejé de crear una historia distinta, ya que resulta inevitable plasmar las impresiones personales y, en cierta manera, los sentimientos que las historias nos evocan. Remezclar significa también, en cierta manera, crear, esto es algo inevitable.

Cuando decidí adaptar el relato sabía que tenía que eliminar algunas partes, ya que por

Figura 1. Portada del relato corto. Es una fotografía del usuario early.sunsets (http://www.flickr.com/photos/early_sunsets/) de Flickr, licenciada bajo Creative Commons by-nc.sa

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tiempo y presupuesto resultaba imposible pre-sentar la historia de una forma más pura. Resulta muy complejo decidirse a la hora de eliminar escenas.

Ves cómo el relato ha cogido profundidad por los numerosos recuerdos y por la forma en la que está escrito, y tienes que tratar de conse-guir que en pantalla se transmita lo mismo, o algo muy parecido.

Para poder decidir qué recuerdos pre-valecerían y cuáles se desecharían, traté de seleccionar aquellos que, a mi juicio, tuviesen una mayor relevancia o una consistencia más fuerte con la historia. En definitiva, en un corto tienes que transmitir bastantes contenidos en un periodo muy corto de tiempo, por lo que la coherencia es fundamental para que el especta-dor capte la historia como un todo, y no como vaguedades con cierta conexión.

Una vez decididas que partes del relato se quedarían para el largo, y las partes que tendrían que desaparecer, había que pensar el cómo con-tar la historia en imágenes. Esto resultó lo más complicado de la adaptación, ya que un relato tan personal puede cambiar dramáticamente ofreciéndolo desde una perspectiva distinta a la que ofrecía el autor original.

En este punto, la comunicación con el autor resulta crítica. Por cuestiones de tiempo, tuve que adaptar el relato y escribir el guión sin toda la comunicación que hubiera deseado tener con el autor. Sin embargo, considero imprescindible la comunicación entre ambos, escuchar lo que tiene que decir sobre el relato pero que no está escrito, interesarse por las partes claves de la historia.

Es difícil, si no imposible, que una historia adaptada cuente con la aprobación del público si de antemano ya se ha leído la historia origi-nal, ya que al leer algo siempre escenificamos la historia en nuestra cabeza, pero al verlo en la pantalla, la imaginación se disipa y muchas veces choca radicalmente con las ideas precon-cebidas que los espectadores tienen acerca de la historia. Se impone una estética, una realiza-ción, en definitiva una forma de ver las cosas, y has de intentar que esa estética y forma tenga concordancia con el relato, para que el público encuentre el nexo de unión entre ambas histo-rias y pueda disfrutar de la adaptación.

Las ¿complicaciones?de hacerlo libreLa primera complicación a la que nos enfrenta-mos a la hora de crear el corto libre fue el hecho de captar con precisión las implicaciones de que el corto fuera libre. En el momento en el que los miembros del equipo de rodaje escucharon la palabra “libre”, la asociaron automáticamente con gratis, por lo que en un comienzo hubo una cierta confusión.

Normalmente para poner ciertos efectos de sonido se suelen utilizar bibliotecas que existen ya como recursos de las productoras o, en este caso, la Universidad. Estos recursos se utilizan como si fueran propios, ya que se ha pagado por una licencia para poder incluirlos en nuestros trabajos, pero no son libres porque no permiten que el corto final sea libre, ya que habría partes que estarían sujetas al copyright de las fuentes originales.

Como comentaba en el párrafo anterior, en un principio, y debido a la confusión entre libre y gratis, creímos que no habría problema en uti-lizarlos porque resultan a coste 0 cara al rodaje. Sin embargo, José Carlos fue capaz de explicar-nos las diferencias y las implicaciones, por lo que buscamos efectos de sonido que fueran li-bres, para lograr un producto final que estuviera totalmente libre de las ataduras del copyright, y que pudiera volver a ser remezclado y tomar otras formas que ni siquiera a nosotros se nos pudieran ocurrir en ese momento.

Para los efectos de sonido utilizamos, ma-yoritariamente, el excelente recurso FreeSound, una web con sonidos libres grabados y subidos por los propios usuarios. Algunos sonidos que no encontramos en la web, tuvimos que grabarlos nosotros mismos y, en cierta com-pensación por todos los sonidos que sacamos de FreeSound, los subimos a esta herramienta online, de forma que puedan ser reaprovecha-dos en otros proyectos.

Por otro lado lo suyo debería haber sido utilizar un software libre para hacer toda la pos-tproducción, montaje, maquetación y entalona-je. Durante nuestra formación, tanto yo como el resto del equipo, hemos estado trabajando con diferentes programas de postproducción Pre-mier, Avid, Final Cut, After Effects, Místika, etc., todos ellos propietarios. Llegados a ese punto, vimos que nadie de nuestro entorno co-nocía a fondo ningún programa libre con el que poder hacer la postproducción del cortometraje. Así pues, nos decidimos a hacerlo con lo ya co-nocido, por falta de tiempo e inexperiencia en éste ámbito.

Lo bueno de este punto, es que la utiliza-ción de software propietario no limitaba el que el corto fuera libre, en tal caso podría encarecer

el desarrollo del mismo, pero al disponer de las licencias de software que nos proporcionaba nuestra universidad, apenas nos resentimos.

Otro problema al que te enfrentas es que ¿dónde están las músicas y efectos libres? Des-graciadamente son poco conocidas, pero todo el mundo sabe que con Internet es difícil no encontrar lo que buscas.

Tras pasar un tiempo frente al ordenador, navegando por diferentes buscadores, encontra-mos un par de páginas con extensas bibliotecas donde la música y los efectos de sonido son completamente libres. Pero lo mismo que pasa con el sonido, pasa con las imágenes.

En este corto no se dio el problema porque no se necesitó para la historia usar imágenes de terceros. El tema de los recursos libres da para largo y de hecho ya estamos trabajando en un artículo dónde comentamos en mayor nivel de detalle los recursos libres existentes para encontrar canciones, efectos de sonido e imágenes libres.

Me resulta complejo a veces explicar a la gente qué es eso del Conocimiento Libre, por-que a veces hasta a mí me cuesta verlo. Desgra-ciadamente vivimos en una sociedad en la que prácticamente todo tiene copyright y son pocos los que utilizan otro sistema.

Si nadie de tu entorno está metido en este mundillo, has de informarte de cómo van las cosas, qué es libre y qué no realmente, dónde están los límites, etc. Por suerte yo tengo a un experto en el tema durmiendo en mi misma cama por lo que me fue fácil empaparme de todo, y siempre conté con su asesoramiento en caso de duda, pero podría haber sido más complicado. De no haberlo tenido tan cerca su-pongo que el mejor método es consultando en las diferentes webs y escribiendo unos cuantos mails con preguntas.

Los beneficios de hacerlo libreComo se ha visto en el punto anterior, el hacer el corto libre planteó una serie de cuestiones y problemas adicionales que, aunque fueron resueltos con éxito y sin demasiado esfuerzo adicional, pueden suponer un obstáculo a la hora de plantearse un proyecto a gran escala. Sin embargo, hay una gran serie de beneficios que merece la pena destacar.

Ahorro de costesNosotros contábamos con el apoyo de los re-cursos que nos ofrecía la propia Universidad para la que estábamos preparando el corto. Sin embargo, sin el amparo de estos recursos, los costes asociados a la adquisición de bibliotecas de sonidos, royalties por la utilización de can-ciones, licencias de software, etc. resultan ina-

El corto se puede ver a través de varios ser-vicios de difusión de contenidos multimedia por Internet, como pueda ser YouTube: http://es.youtube.com/watch?v=ZLq82r0sssg

El corto

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bordables para cualquier producción pequeña, mediana, o incluso grande, que no cuente con un gran capital o una productora fuerte detrás.

Aprovechamiento de una gran variedad de ideasDesde que te planteas que quieres producir un corto/largo libre, tienes a tu disposición una gran variedad de historias libres que puedes adaptar. Si pretendes hacer algo comercial, esto suele chocar con muchas de las licencias libres, que tratan de ser víricas. Sin embargo, lo libre llama a lo libre.

Aprovechamiento de una gran variedad de recursosCuesta encontrar, al principio, recursos libres que puedan ser utilizados en el desarrollo y pro-ducción del corto. Sin embargo, una vez encon-trados, nos damos cuenta de la gran variedad de materiales disponibles. Sonidos, canciones, remixes de las canciones, variaciones de los sonidos, imágenes, tipografías, etc.

Aportar algo más que el corto en síUna producción comercial tiene como objeto el lanzar a la luz un producto, que bien puede ser un corto o un largo, que tiene como fin el entretener al público contándoles una historia. Ya de por si, es un objetivo muy valioso pero, si además permites que esa historia sea remezclada, o que otros materiales secundarios de tu producción puedan ser aprovechados por terceros, estás con-siguiendo aportar algo más que la producción en si, y tu trabajo habrá merecido más la pena.

Sensación de comunidadEste punto es muy interesante, ya que al impli-carte en las comunidades libres que producen

los sonidos, o las imágenes, te implicas en co-munidades muy activas que te aportan mucho y a las que puedes aportar mucho. De esta ma-nera, se pueden generar sinergias que lleven a la realización de nuevos proyectos que no habrían visto la luz de no ser por la comunidad.

Mayor difusión (y a menor coste)Las comunidades que apoyan lo libre (software libre, cultura libre, conocimiento libre, etc.), son muy proclives a apoyar cualquier iniciativa o proyecto que sea libre, por lo que al final la difusión del trabajo se realiza de una forma muy simple y sin apenas costes.

Con esto, la repercusión de tu trabajo al-canza cotas que no podrías imaginar si hubieras seguido caminos más convencionales.

ConclusionesEl corto viaje en tren es el fruto de una inte-resante experiencia en pro del Conocimiento Libre.

En este artículo hemos pretendido dar algu-nas pinceladas de su desarrollo, así como de la experiencia de desarrollar y dar a luz un proyecto de este tipo.

Esperamos que pueda servir como guía, o al menos como aliciente, para otras personas que puedan plantearse en algún momento el desarrollo de un proyecto similar.

En futuros artículos de la sección Conoci-miento Libre, abordaremos el tema de los re-cursos libres, mencionado las herramientas más útiles para encontrar los distintos recursos que necesitemos para nuestros proyectos.

Para cualquier comentario, sugerencia, o posible colaboración, no dudéis en contactar con los autores mediante el correo [email protected].

José Carlos Cortizo Pérez es Ingeniero Superior en Informática y, actualmente, doctoran-do en el programa de Ciencias de la Computación de la Universidad Carlos III de Madrid. Tras una dilatada experiencia como consultor, actualmente compagina sus labores como CTO en AINetSolutions y Wipley, con labores docentes y de investigación en la Universidad Europea de Madrid. Su bitácora personal se encuentra en http://josekblog.blogspot.com. Es miembro de GLUEM (Grupo de Usuarios de Linux y Software Libre de la Universidad Europea de Madrid, http://www.gluem.org), organización muy activa que, de forma anual, organiza las Jornadas de Informática de la UEM (en Otoño) y las Jornadas de Conocimiento Libre (en Primavera).Montserrat Labiaga es licenciada en Comunicación Audiovisual con Máster en Cinemato-grafía en la Universidad Francisco de Vitoria. Tras haber rodado numerosos cortos tanto en vídeo como en cine, ejerciendo diferentes puestos de responsabilidad, se encuentra actual-mente ejerciendo labores de directora de fotografía en un largometraje titulado 1.000.000 de euros. A su vez está trabajando en Veo Tv como operadora de cámara y técnico de sonido entre otras responsabilidades.

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