vía crucis

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VÍA CRUCIS PREÁMBULO Es la más popular de las devociones religiosas entorno a la Pasión de Cristo. “Vía Crucis” es una expresión latina que significa: “camino de la cruz”. Este ejercicio devocional se constituye por estaciones (statio= parada), en cada una de ellas se recuerda los acontecimiento que sucedieron en el camino que hizo Jesús con la cruz. o Vía Crucis tradicional: Está constituido por 14 estaciones Incorpora sucesos basados en la tradición: Encuentro de Jesús con su Madre, 4ta estación. La mujer que enjuga el rostro de Jesús, 6ta estación. (Verónica= Ver Ícon: verdadera imagen). Inicia en el Pretorio de Pilatos y culmina con la sepultura de Jesús. o Vía Crucis bíblico: Versión adaptada por el Papa Juan Pablo II (1991) Está constituido por 15 estaciones Es fiel al relato evangélico, es decir no contempla sucesos basados en la tradición. La intencionalidad de esta adaptación fue acercar ecuménicamente a todas las confesiones cristianas esta devoción. Inicia en el huerto de Getsemaní y culmina con la Resurrección de Jesús. ORÍGENE S

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Page 1: Vía Crucis

VÍA CRUCIS

PREÁMBULO

Es la más popular de las devociones religiosas entorno a la Pasión de Cristo.

“Vía Crucis” es una expresión latina que significa: “camino de la cruz”.

Este ejercicio devocional se constituye por estaciones (statio= parada), en cada una de ellas se recuerda los acontecimiento que sucedieron en el camino que hizo Jesús con la cruz.

o Vía Crucis tradicional: Está constituido por 14 estaciones Incorpora sucesos basados en la tradición:

Encuentro de Jesús con su Madre, 4ta estación. La mujer que enjuga el rostro de Jesús, 6ta estación. (Verónica= Ver Ícon:

verdadera imagen).

Inicia en el Pretorio de Pilatos y culmina con la sepultura de Jesús.

o Vía Crucis bíblico: Versión adaptada por el Papa Juan Pablo II (1991)

Está constituido por 15 estaciones Es fiel al relato evangélico, es decir no contempla sucesos basados en la

tradición.

La intencionalidad de esta adaptación fue acercar ecuménicamente a todas las confesiones cristianas esta devoción.

Inicia en el huerto de Getsemaní y culmina con la Resurrección de Jesús.

ORÍGENES

Desde los primeros tiempos los cristianos han venerado los lugares más importantes donde Jesús estuvo, entre ellos los sitios relacionados a su Pasión.

La española Silvia Etéria peregrinó en el siglo IV hacia Jerusalén da una relación de los actos que se celebraban en la Semana Santa en los distintos lugares relacionados con la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.

Posteriormente, en el siglo XII se hablará de la “Vía Sacra” el camino que recorrían los

peregrinos de Jerusalén para recordar la pasión de Jesús.

Es en el Medioevo cuando de difunde con fuerza este ejercicio espiritual:

Los cruzados que trajeron a sus respectivos países la idea de realizar algo parecido a lo que habían visto y obrado en Jerusalén.

o Muy pocos podían ir hacia tierra santa, así que decidieron erigir en sus países los “calvarios”.

Page 2: Vía Crucis

En 1686 el papa Inocencio XI otorga a los franciscanos el privilegio de

erigir estaciones del Vía Crucis en sus iglesias.

o Los más grandes propagadores de esta devoción fueron los franciscanos que en sus iglesias graficaron las 14 estaciones del Vía Crucis tradicional.

El principal propagador de esta devoción fue el fraile franciscano: San Leonardo de Porto Mauricio (1676-1751)

Exalumno jesuita del Colegio Romano.

En 1750 inició el tradicional Vía Crucis en el Coliseo Romano que hoy en día realiza el Papa.

A partir del siglo XVIII los papas han recomendado este ejercicio espiritual.

Su práctica por lo general se realiza en cuaresma, los viernes, y de modo especial el Viernes Santo.

No obstante es una devoción que es practicada por muchos católicos todos los viernes del año.

REFLEXIÓN

El Vía Crucis es la oportunidad para acompañar a Jesús en el camino hacia su entrega total en la Cruz.

Nos ayuda a reconocer que Jesús no es ajeno a nuestro dolor y sufrimiento; El nos comprende porque también lo ha experimentado.

El Vía Crucis nos permite identificarnos y unirnos a la persona de Jesús.

Nos enseña que el camino hacia la resurrección pasa por la entrega total. Si nos acercamos a acompañar a Cristo en su pasión y muerte es porque todo ello lo vivimos

desde la resurrección.

El Vía Crucis nos recuerda que la última palabra no la tiene la muerte, sino la vida. No debemos quedarnos en la estación 14. Estamos llamados a vivir resucitados.

Pero la resurrección es posible sólo cuando nuestra entrega ha sido total y generosa como la de Jesús.

“Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto” (Juan 12,24)