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Via Blanca No.1002, San Miguel del Padron, CP 11000, La Habana, Cuba. Teletono: 696-7232, 698-840'1, Fax: 696-7004 e-mail: [email protected] La Habana, 23 de noviembre del 2011 "Ano 53 de Ia Revoluci6n" Referenda: Presentaci6n del CD Lexico Estratigratico de Cuba- 1992 Compaiiero(ra): Como se conoce Ia primera edici6n de un Lexico Estratigratico cubano se realiz6 en 1959 por Pedro J. Bermudez y Robert Hoffstetter. Sin embargo, aiios despues, con el desarrollo de los trabajos geol6gicos prolifer6 Ia denominacion de nuevas unidades litoestratigraticas, algunas de las cuales, no reunian los requisites basicos necesarios para ser adoptadas de acuerdo con el formato establecido en Ia "Gufa Estratigr6fica lnternacional de 1976". A fines de los aiios 80, con el objetivo de poner fin a esta situaci6n, un grupo de especialistas de distintas instituciones geol6gicas cubanas se dio a Ia tarea de preparar una nueva version del Lexica Estratigratico de Cuba, Ia cual fue concluida en 1992, pero nunca publicada oficialmente. Hoy le hacemos llegar una copia digital de esta obra, para su conservaci6n y empleo como referenda hist6rica obligada yen memoria del Dr. Guillermo Franco, que fuera su principal promotor. "CD: Lexico Estratigratko de Cuba 1992" Autores: Guillermo L Franco Alvarez y otros. ISBN 978-959-7117-35-3 Editorial: Centro de Nacional de Informacion Geologica, La Habana,2011 Este trabajo constituye un valioso material de consulta para especialistas nacionales y extranjeros, pues contiene Ia descripci6n de las unidades litoestratigraticas descritas en aquellos aiios, con sus diferentes Pr6ximamente le haremos llegar en copia digital Ia version del Lexico elaborada en el ano 2002, que tampoco fue publicada, y le agradecerfamos nos haga llegar sus consideraciones, pues, entre los afios 2012 y 2013, se elaborara una nueva version del Lexico y las mismas podrfan ser utiles al colectivo de autores. Fraternal mente, bella

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  • Via Blanca No.1002, San Miguel del Padron, CP 11000, La Habana, Cuba.

    Teletono: 696-7232, 698-840'1, Fax: 696-7004 e-mail: [email protected]

    La Habana, 23 de noviembre del 2011

    "Ano 53 de Ia Revoluci6n"

    Referenda: Presentaci6n del CD Lexico Estratigratico de Cuba- 1992

    Compaiiero(ra):

    Como se conoce Ia primera edici6n de un Lexico Estratigratico cubano se realiz6 en 1959 por

    Pedro J. Bermudez y Robert Hoffstetter. Sin embargo, aiios despues, con el desarrollo de los

    trabajos geol6gicos prolifer6 Ia denominacion de nuevas unidades litoestratigraticas, algunas

    de las cuales, no reunian los requisites basicos necesarios para ser adoptadas de acuerdo con

    el formato establecido en Ia "Gufa Estratigr6fica lnternacional de 1976".

    A fines de los aiios 80, con el objetivo de poner fin a esta situaci6n, un grupo de especialistas

    de distintas instituciones geol6gicas cubanas se dio a Ia tarea de preparar una nueva version

    del Lexica Estratigratico de Cuba, Ia cual fue concluida en 1992, pero nunca publicada

    oficialmente. Hoy le hacemos llegar una copia digital de esta obra, para su conservaci6n y

    empleo como referenda hist6rica obligada yen memoria del Dr. Guillermo Franco, que fuera

    su principal promotor.

    "CD: Lexico Estratigratko de Cuba 1992"

    Autores: Guillermo L Franco Alvarez y otros.

    ISBN 978-959-7117-35-3 Editorial: Centro de Nacional de Informacion Geologica, La

    Habana,2011

    Este trabajo constituye un valioso material de consulta para especialistas nacionales y

    extranjeros, pues contiene Ia descripci6n de las unidades litoestratigraticas descritas en

    aquellos aiios, con sus diferentes j~rarqufas .

    Pr6ximamente le haremos llegar en copia digital Ia version del Lexico elaborada en el ano

    2002, que tampoco fue publicada, y le agradecerfamos nos haga llegar sus consideraciones,

    pues, entre los afios 2012 y 2013, se elaborara una nueva version del Lexico y las mismas

    podrfan ser utiles al colectivo de autores.

    Fraternal mente,

    bella

  • 1

    INSTITUTO DE GEOLOGÍA Y PALEONTOLOGÍA

    LÉXICO ESTRATIGRÁFICO DE

    CUBA

    PRIMERA VERSIÓN

    1992

  • 2

    IN MEMORIAN

    Al Dr. Guillermo Luis Franco Álvarez, a cuyos desvelos y constante dedicación, se

    debe en gran medida la culminación de esta obra.

  • 3

    Responsable tema: Guillermo L. Franco Álvarez

    Redactores: Rafael A. González García, Ana María Recio Herrera, Gustavo Furrazola-

    Bermúdez, Raisa Delgado Damas, Jesús Triff Oquendo.

    Subcomisión del Jurásico: Gustavo Furrazola-Bermúdez (Responsable), Jesús Triff

    Oquendo, Silvia Blanco Bustamante, Guillermo Millán Trujillo, Evelio Linares Cala,

    Santa Gil González, Gustavo Carassou Agragán, Rafael Segura Soto, Humberto Álvarez

    Sánchez.

    Subcomisión del Cretácico: Silvia Blanco Bustamante (Responsable), Santa Gil

    González, Consuelo Díaz Otero, Gustavo Furrazola-Bermúdez, Rafael A. González

    García, Ana María Recio Herrera, Lilavatti Díaz de Villalvilla Carbó, Bienvenido

    Echevarría Hernández, Mireya Pérez Rodríguez, Eugenia Fonseca Pedraza, Jesús F. de

    Albear Franqui, Ernesto Milián García, Enrique Piñeiro Pérez, Rustin Cabrera Ortega,

    Marlen Dilla Alfonso.

    Subcomisión del Paleógeno: Rafael A. González García (Responsable), Ana María

    Recio Herrera, Dora García Delgado, Jorge de Huelbes Alonso, Gena Fernández

    Rodríguez, José Fernández Carmona, Ernestina Pérez Rodríguez, Jorge L. Cobiella

    Reguera, Lenia Montero Zamora, Emilio Florez Abín, Carlos Perera Falcón, Raúl

    Flores García.

    Subcomisión del Neógeno: Guillermo L. Franco Álvarez (Responsable), Gena

    Fernández Rodríguez, Raisa Delgado Damas, Alberto Zuazo Alonso, Jorge de Huelbes

    Alonso, Alfredo de la Torre Callejas, Rafael Coutin Lambert, Laureano Orbera

    Hernández, Juana R. Pérez Arias, Enrique Saunders Pérez, Jorge R. Sánchez Arango.

    Subcomisión del Cuaternario: Leandro L. Peñalver Hernández (Responsable),

    Guillermo L. Franco Álvarez, Manuel Acevedo González, Fernando Ortega Sastriques,

    Miguel Cabrera Castellano, Alfredo de la Torre Callejas, José Pérez Lazo, Laureano

    Orbera Hernández, Manuel R. Gutiérrez Domech, Arsenio Barriento Duarte, Cándida

    Artime Peñeñori, Milagros Moncada Ferrera.

    Colaboradores extranjeros. Andrzej Pszczólkowski (Instituto de Ciencias Geológicas,

    PAN), Károly Brezsnyánszki (Instituto Geológico Nacional de Hungría), Ivan Slavov

    (Comité de Ciencias Geológicas, Bulgaria), Ryszard Myczynski (Instituto de Ciencias

    Geológicas, PAN).

  • 4

    ÍNDICE

    Prólogo 5

    Introducción

    6

    1-Guía Estratigráfica de Cuba 8

    1.1-Generalidades. 8

    1.2-Principios de la clasificación estratigráfica 9

    1.3-Definiciones y procedimientos 12

    1.4-Estratotipos 22

    1.5-Unidades litoestratigráficas 27

    1.6-Unidades bioestratigráficas 39

    1.7-Unidades cronoestratigráficas 45

    1.8-Relación entre unidades lito, bio-, cronoestratigráficas y otras 51

    1.9-Comentarios sobre la versión cubana 53

    2-Parte general 54

    2.1-Jurásico 54

    2.2-Cretácico 61

    2.3-Paleógeno 74

    2.4-Neógeno 82

    2.5-Cuaternario 88

    3- Descripción de las unidades 94

    4-Unidades con subdivisiones 527

    5-Índice alfabético de las unidades descritas 531

    6-Índice por período geológico de las unidades descritas 539

    7-Índice de sinonimias 547

    8-Índice de unidades innominadas 594

    9-Índice de unidades sin correspondencia actual definida 595

    10-Bibliografía 603

  • 5

    PRÓLOGO

    El Léxico Estratigráfico de Cuba, en su actual versión, surgió como una necesidad de

    poner fin a la anarquía que existía con la proliferación indiscriminada de unidades

    litoestratigráficas que no poseían, en la mayoría de los casos, los requisitos mínimos,

    tanto de contenido como metodológicos para ser adoptadas formalmente. Otro aspecto

    digno de ser tenido en cuenta es el hecho de que los distintos léxicos regionales

    incorporados al Léxico Estratigráfico Internacional no reflejan la necesaria uniformidad

    en cuanto al formato descriptivo.

    La actual versión fue elaborada por la Comisión del mismo nombre, donde han

    participado distintos especialistas, que representan los centros principales de la rama

    geológica en nuestro país.

    El uso del Léxico como instrumento normador dentro de la actividad estratigráfica

    ramal fue oficializado por la carta circular de 4 de Julio de 1986, suscrita por el

    viceministro del área de Geología del Ministerio de la Industria Básica.

    En la confección de las fichas descriptivas de las unidades convalidadas, así como en la

    propia convalidación se tuvo en cuenta hasta donde fue posible, los criterios contenidos

    en la Guía Estratigráfica Internacional (1976), adoptándose por la Comisión una versión

    cubana que prácticamente reproduce el contenido de la Guía, la cual figura como parte

    integral del Léxico.

    En nuestro país relativamente poco se ha hecho en cuanto a la crono- y la

    bioestratigrafía, en particular la cronoestratigrafía, por ello la presente edición que sigue

    a la primera realizada en 1959 por Pedro J. Bermúdez y Robert Hoffstetter, contiene la

    descripción de las distintas unidades litoestratigráficas con sus diferentes jerarquías.

    El Léxico consta de una parte general donde se caracterizan los cinco sistemas

    existentes en Cuba, una parte descriptiva de las unidades de distintas jerarquía

    ordenadas alfabéticamente conforme a un formato donde constan: Autor (es),

    Referencia original, Unidad principal (si la presente es subordinada), Subdivisiones (si

    estas existen), Redescripciones (si proceden), Origen del nombre, Sinonimias (si las

    hay), Área tipo, Holoestratotipo (o Lecto- o Neoestratotipo según el caso), Coordenadas

    Lambert, Hoja topográfica (escala 1:50 000), Paraestratotipo (si los hay), Coordenadas

    Lambert, Hoja topográfica (escala 1:50 000), Hipoestratotipo, Coordenadas Lambert,

    Hoja topográfica (escala 1:50 000), Distribución geográfica, Litología diagnóstica,

    Relaciones estratigráficas, Fósiles índices, Edad, Ambiente de sedimentación, Espesor,

    Correlaciones (si se han podido establecer), Observaciones (en caso que sea necesario).

    Además, contiene las unidades con subdivisiones, índice alfabético de las unidades

    descritas, índice por cada período geológico de esas unidades, uso de sinonimias, otro

    de unidades innominadas (unidades que no cumplen los requisitos para ser consideradas

    como unidades litoestratigráficas) y otro de las unidades sin correspondencia actual

    definida (por no haberse dispuesto de suficiente información para convalidarlas o de

    ponerlas en sinonimia). Finalmente, incorpora una bibliografía.

    Resulta indudable que el Léxico necesita un enriquecimiento permanente, en la medida

    en que se amplia el conocimiento geológico del territorio cubano, por lo cual se

    contemplan ediciones periódicas del mismo, tanto suplementarias como principales, así

    como la continuidad de las tareas de la Comisión del Léxico Estratigráfico de Cuba.

  • 6

    INTRODUCCIÓN

    El aporte masivo de nuevos nombres de unidades litoestratigráficas cubanas, que no se

    ajustaban a un riguroso patrón descriptivo introdujo una situación caótica en nuestra

    estratigrafía, la que afloró al pasar al Estado Cubano los archivos de las empresas

    petroleras que operaron en Cuba hasta principios de la década del 60. Entre los aportes

    de los geólogos que laboraban en ellas deben mencionarse los numerosos trabajos de M.

    T. Kozary, principalmente dedicados a la parte oriental de Cuba (1954-1958), así como

    los de R. H. Palmer (1934, 1945), C. W. Hatten (1957-58), H. Wassall, 1954, 1956), P.

    Truitt (1954, 1956), P. Norton (1954) y G. Pardo (1975).

    Del escaso aporte de los cubanos a la estratigrafía del país antes de 1959, debido a la

    carencia de apoyo oficial y a la ausencia de escuelas y centros de investigación

    geológicos, son de necesaria mención las contribuciones de C. de la Torre (1858-1950),

    P. J. Bermúdez (1937, 1938, 1950), J. Brödermann, J. F. de Albear y A. Andreu (1946)

    y J. F. de Albear (1947). De estos, el Croquis Geológico de Cuba, a escala 1:1 000 000

    (Brödermann, Albear y Andreu, 1946) constituye sin duda el aporte más importante,

    conjuntamente con el trabajo de Carlos de la Torre (1909) reportando por vez primera,

    el hallazgo de un horizonte de edad jurásica en Cuba.

    En 1959 aparece la primera edición del Léxico Estratigráfico de Cuba, elaborado por P.

    J. Bermúdez y R. Hoffstetter, como parte del Léxico Estratigráfico Internacional, lo cual

    representó sin dudas una importante contribución a la estratigrafía cubana, aunque en el

    mismo no se adoptó un formato descriptivo ajustado a una determinada metodología, ya

    que los "Principios de Clasificación y Terminología Estratigráfica" de la Comisión

    Internacional de Estratigrafía no fueron publicados sino hasta dos años después. En el

    año 1961 apareció una revisión del Léxico Estratigráfico de Cuba, realizado por el

    propio Bermúdez con el título de "Las Formaciones Geológicas de Cuba", bajo los

    auspicios del naciente Instituto Cubano de Recursos Minerales.

    Pueden mencionarse entre los trabajos de estratigrafía regional publicados fuera del país

    después de 1959, los de K. M. Khudoley y A. A. Meyerhoff (1971) y W. A. van den

    Bold (1972). Una mención aparte corresponde al de P. Brönnimann y D. Rigassi (1963)

    sobre la estratigrafía y paleontología de los alrededores de la Habana, donde se ofrece

    un cuadro de correlación estratigráfica aplicable a la parte occidental de Cuba, se

    aportan numerosas listas faunales y se proponen nuevas unidades litoestratigráficas; y el

    del propio Rigassi, sobre la geología de la Sierra de los Órganos (1972).

    Con el auge creciente de las investigaciones relacionadas con la búsqueda de minerales

    y la explotación racional de las aguas subterráneas a partir de la década de los 60,

    aumentó de manera notable el volumen de información geológica sobre nuestro país,

    derivándose de éstas numerosos trabajos de los cuales deben citarse obligatoriamente

    por sus aportes a la estratigrafía cubana los siguientes: P. J. Bermúdez (1961, 1963,

    1967), A. F. Adamovich, V. D. Chejovich et al. (1963), G. Furrazola et al. (1964), K.

    M. Khudoley y G. Furrazola (1965-1968), S. Abakumov et al. (1968), A. de la Torre

    (1968, 1971), M. A. Iturralde (1969a, 1969b, 1971, 1972, 1973), E. Sokolova, A. Brito

    y D. P. Coutín (1973), P. S. Lubimova Y J. R. Sánchez Arango (1974), A. Boiteau y M.

    Campos (1974), E. V. Shanzer et al. (1975, 1976), V. I. Kuznetsov et al. (1975, 1977),

    I. P. Kartashov y N. A. Mayo (1976), J. Cobiella et al. (1977), G. Furrazola et al.

    (1978), A. Pszczólkowski (1978), G. L. Franco y A. de la Torre (1980), G. Millán y G.

  • 7

    L. Franco (1980), C. Díaz y M. A. Iturralde (1981), G. Millán y M. L. Somin (1981), I.

    P. Kartashov et al. (1981), L. L. Peñalver (1981, 1982), R. Myczynski y J. Triff (1982),

    A. Pszczólkowski y J. F. de Albear (1982), V. Shopov (1982), E. Florez (1983), G. L.

    Franco (1983a, 1983c, 1983d), P. Gyarmati (1983), P. Jakus (1983), G. Millán et

    al.(1984), J. Pérez Lazo et al. (1984), M. Dilla y L. García (1984, 1985), G. Millán et

    al. (1984), J. Triff y R. Myczynski (1984), L. Díaz de Villalvilla y M. Dilla (1985), E.

    Flores y G. Fernández (1985), V. I. Kuznetsov et al. (1985), A. de la Torre y E.

    Kojumdjieva (1985), E. Linares et al. (1985), M. Acevedo (1986) y G. Furrazola et al.

    (1987).

    Otra fuente importante de información lo han sido los levantamientos geológicos a

    escala 1:250 000, 1:100 000 y 1:50 000 realizados entre 1972 y 1990 por el Instituto de

    Geología y Paleontología de la Academia de Ciencias de Cuba y las Empresas Geoló-

    gicas del Ministerio de la Industria Básica.

  • 8

    1- GUÍA ESTRATIGRÁFICA DE CUBA

    1.1- GENERALIDADES

    A. Introducción

    La necesidad de disponer de un código o guía apropiado por el cual regir su trabajo,

    determinó que el pleno de la Comisión del Léxico Estratigráfico de Cuba aprobara

    como norma interna de uso obligatorio para sus distintas subcomisiones, la Guía

    Estratigráfica Internacional de la Comisión Internacional de Estratigrafía de la UICG, en

    su edición de 1976, la cual es el resultado de más de 20 años de trabajo colectivo por un

    equipo donde participaron especialistas de más de 40 países. De entonces a la fecha

    distintos países han adoptados sus códigos nacionales que ajustan más o menos

    libremente los preceptos de la Guía a sus propias necesidades o puntos de vista.

    Mientras que la Guía aparece como un cuerpo de recomendaciones, la versión cubana

    de la misma será norma obligatoria después de su oficialización, de modo que

    contribuya eficazmente a unificar dentro de un patrón común las nuevas descripciones

    que se hagan de las unidades litoestratigráficas, facilitándose de ese modo la

    comunicación científica dentro del campo de la geología y la mejor compresión de

    importantes aspectos de su problemática.

    La experiencia que se obtenga de su aplicación, así como la recogida de otros países

    debe permitir en un futuro su enriquecimiento y perfeccionamiento.

    B. Modificaciones

    Por acuerdo de la CLEC se introdujeron en la versión cubana ligeras modificaciones.

    Estas modificaciones se refieren a la nomenclatura de las unidades informales, a la

    inclusión de los litodemos dentro éstas y al modo que deben ser incluidas las unidades

    formacionales dentro de la jerarquía de grupo, y otras menores.

    En la presente versión no se ha incluido el Capítulo I, que ha sido sustituido por el

    presente, ya que en el mismo se contemplan aspectos históricos particulares y una

    declaración de propósitos.

    La razón de resumir los capítulos VI y VI (finales, referidos a unidades bio- y

    litoestratigráficas respectivamente), obedece al carácter de la presente edición del léxico

    cubano que sólo incluye unidades litoestratigráficas, ya que los procedimientos

    generales para designar y describir unidades estratigráficas de cualquier clase aparecen

    en el Capítulo II.

  • 9

    1.2- PRINCIPIOS DE CLASIFICACIÓN ESTRATIGRÁFICA

    A. Generalidades

    Los estratos tienen diferentes propiedades. Resulta posible clasificar las rocas

    estratificadas de acuerdo con cualquiera de sus propiedades: litología, contenido de

    fósiles, polaridad magnética, propiedades eléctricas, respuesta sísmica, composición

    mineralógica o química, y muchas otras. Los estratos pueden igualmente ser

    clasificados de acuerdo con ciertos atributos como son su edad o su ambiente genético.

    La posición estratigráfica en cambio, para cualquier propiedad o atributo no coincide

    necesariamente con la de cualquiera de las otras. En consecuencia, las unidades basadas

    en una propiedad no coinciden generalmente con las unidades basadas en otras y no es

    raro que sus límites se intercepten entre sí. Por tanto, no es posible establecer una sola

    clase de unidad estratigráfica que corresponda a las distintas propiedades o atributos: se

    hace, pues, necesario la existencia de diferentes grupos de unidades para cada una.

    Al mismo tiempo, la unidad general de toda la Estratigrafía debe quedar enfatizada.

    Aunque muchas clases diferentes de unidades son necesarias para expresar

    inteligiblemente las variaciones de todas las numerosas propiedades y atributos de los

    estratos, relacionándose íntimamente, ellas se refieren sólo a aspectos diferentes de las

    mismas rocas y se encuentran involucradas complejamente entre sí para lograr los más

    importantes propósitos de los estratos de la Tierra y a partir de esto, de bosquejar la

    naturaleza de los eventos, los procesos y la vida en el pasado de la Tierra.

    B. Categorías de la clasificación estratigráfica

    Los estratos pueden clasificarse en muchas categorías diferentes, cada una de las cuales

    necesita disponer de sus propias unidades distintivas. Las unidades correspondientes a

    las tres categorías que siguen son las mejor conocidas y las de más amplio uso:

    1. Litoestratigrafía. Es aquella parte de la estratigrafía que se ocupa de la organización de los estratos en unidades basadas en su carácter litológico.

    2. Bioestratigrafía. Es la parte de la estratigrafía que estudia la organización de los estratos en unidades basadas en su contenido de fósiles.

    3. Cronoestratigrafía. Es una parte de la estratigrafía que trata de la organización de los estratos en unidades basadas en sus relaciones de edad.

    También son de amplio uso las unidades basadas en sus propiedades eléctricas,

    características sísmicas, contenido de minerales pesados detríticos, polaridad magnética

    y muchas otras.

    Nadie puede ni necesita utilizar todas las clases posibles de unidades estratigráficas,

    pero debe quedar abierta la posibilidad del uso de aquellas que prometan ser útiles, pero

    dejando bien expresado por los nombres de unidades a cual categoría de clasificación

    pertenece cualquier unidad designada.

  • 10

    Aunque cada clase de unidad estratigráfica puede ser particularmente útil en la

    clasificación estratigráfica bajo ciertas condiciones, o en determinadas áreas o para

    ciertos propósitos una clase –la cronoestratigráfica- ofrece las mayores perspectivas

    para aquellas unidades designadas de uso mundial. Las unidades litoestratigráficas, las

    bioestratigráficas y otras clases similares de unidades estratigráficas se encuentran

    restringidas por la limitada distribución areal de los rasgos seleccionados para

    caracterizarlas y distinguirlas, y sólo algunas pocas, si existen, tienen tanto valor

    distintivo como distribución global.

    Las unidades cronoestratigráficas, por otra parte, han sido fundamentadas en la

    definición de su época de deposición o formación (propiedad que es universal). En

    principio, ellas pueden ser reconocidas a nivel global en la medida en que sus rasgos

    cronológicos distintivos pueden ser reconocidos en las rocas.

    Debido a que las unidades cronoestratigráficas pueden ser frecuentemente reconocidas a

    escala mundial, ellas ofrecen también el mejor medio de comunicación internacional

    entre estratígrafos con respecto a su posición en la columna estratigráfica. Cualquier

    estratígrafo puede comprender fácilmente si un colega se refiere en sus estudios a

    secuencias del Jurásico, del Mioceno o del Turoniano de cualquier área.

    Sin embargo, si sólo se menciona el nombre de una formación, de una zona

    bioestratigráfica o cualquier otro tipo de unidad estratigráfica de carácter más social, los

    estratígrafos de otras partes del mundo no serán capaces de reconocer, ni aún

    aproximadamente, la posición que tiene la unidad en la columna estratigráfica.

    C. Distinción de terminología para cada categoría.

    Para poder darse cuenta de las ventajas que ofrecen las herramientas estratigráficas que

    aportan las distintas categoría de unidades estratigráficas, se necesitan terminologías

    distintivas apropiadas para cada una de ellas. Durante muchos años se han desarrollado

    terminologías elaboradas para las unidades de aquellas categorías más en uso. Para la

    litoestratigrafía y la cronoestratigrafía los numerosos términos representan distintos

    rangos jerárquicos; para unidades bioestratigráficas ellos son el resultado del

    reconocimiento de distintas clases de biozonas.

    Para las unidades de categorías más recientes o de menor uso, sólo terminologías muy

    sencillas han sido usadas hasta ahora (corriente zonas de ciertas clases) pero debe

    esperarse que puedan ser desarrollados en un futuro próximo esquemas más elaborados

    para algunas de éstas (por ejemplo la polaridad magnética).

    D. Unidades cronoestratigráficas y geocronológicas.

    Cada intervalo de rocas estratificadas representa un cierto intervalo de tiempo

    geológico. De acuerdo con esto cada unidad cronoestratigráfica (intervalo de estratos en

    la roca) tiene su correspondiente unidad geocronológicas son unidades de tiempo

    geológico –propiedad intangible- mientras las unidades estratigráficas son unidades

    materiales tangibles compuestas de estratos rocosos, no se considera a las unidades

    geocronológicas por sí mismas como unidades estratigráficas.

    Para ilustrar esta diferencia, se puede comparar una unidad cronoestratigráfica con la

    arena que fluye en un reloj de arena durante un cierto intervalo de tiempo, mientras que

  • 11

    la unidad geocronológica correspondiente puede ser comparada con el intervalo de

    tiempo en que fluyó la arena. Puede decirse que la duración del flujo de arena mide

    cierto intervalo de tiempo –una hora, por ejemplo- pero no puede decirse en rigor que la

    arena sea en sí misma esa hora.

    E. La discontinuidad de la columna geológica

    La clasificación estratigráfica considera en primera instancia la secuencia litológica de

    la Tierra. Debe admitirse, sin embargo, que el registro litológico de cualquier área está

    lejos de ser continuo o completo. Comúnmente aparece roto por numerosas diastemas,

    hiatos y discordancias erosionales y la evidencia que se deriva de estos intervalos

    ausentes constituye de por sí una parte de la estratigrafía y una contribución realmente

    importante a la historia de la Tierra.

    1.3- DEFINICIONES Y PROCEDIMIENTOS

    Ciertas definiciones de significado general, así como la discusión acerca de los

    procedimientos relativos a cualquier clase de unidades estratigráficas se han reunido en

    el presente capítulo, con el objeto de evitar repeticiones innecesarias en aquellos

    capítulos concernientes a clases específicas de unidades estratigráficas.

    E. Definiciones

    1. Estratigrafía (del latín stratum y del griego graphia). Es la ciencia descriptiva de los estratos y es usada aquí simplemente como “ciencia de los estratos de roca”.

    Como tal la estratigrafía no sólo tiene que ver con la sucesión original y las

    relaciones de edad de los estratos de roca sino también con su forma, distribución,

    composición litológica, contenido fósil, propiedades geofísicas y geoquímicas – de

    hecho con todos los caracteres, propiedades y atributos de las rocas como estratos y

    a su interpretación en dependencia del medio o modo de origen y de su historia

    geológica. Todas las clases de rocas, tanto las ígneas y metamórficas como las

    sedimentarias estén consolidadas o no, caen dentro del enfoque general de la

    Estratigrafía y de la clasificación estratigráfica. Algunos cuerpos de rocas no

    estratificados son considerados dentro de la estratificación debido a su estrecha

    relación o asociación con rocas estratificadas.

    2. Estrato. Un estrato geológico es una capa (generalmente un cuerpo tabular) de roca caracterizada por diferentes propiedades o atributos comunes que la distingue en

    capas adyacentes. Los estratos adyacentes pueden estar separados por planos de

    estratificación visibles o por límites menos perceptibles determinados por cambios

    litológicos, mineralógicos, en el contenido de fósiles, en la constitución química, las

    propiedades físicas, la edad o cualquier otra propiedad.

    3. Clasificación estratigráfica. Es la organización sistemática de los estratos de roca de la Tierra de acuerdo con su aparición en una secuencia original, dentro de

    unidades referibles a alguno de los caracteres, propiedades o atributos que las rocas

    pudieran poseer. Muchas propiedades y atributos diferentes de los estratos de roca

    pueden ser útiles como base para una clasificación estratigráfica, por lo cual existen

    por esto muchas categorías diferentes de clasificación estratigráfica.

  • 12

    4. Unidad estratigráfica. Una unidad estratigráfica es un estrato o conjunto de estratos adyacentes, reconocibles unitariamente (como entidades distintas) en la

    clasificación de rocas de la Tierra, con relación a alguno de los muchos caracteres

    propiedades o atributos que las rocas poseen. Las unidades estratigráficas basadas en

    un carácter dado no tienen necesariamente que coincidir con aquellas basadas en

    otros y es por lo tanto esencial que sean utilizados términos diferentes para cada

    una, de modo que las unidades designadas correspondientes puedan ser

    diferenciadas entre sí. La clara definición de una unidad estratigráfica es de máxima

    importancia.

    5. Terminología estratigráfica. Esta se ocupa de los nombres de unidades utilizados en la clasificación estratigráfica, tales como formación, piso, biozona. Puede ser

    tanto formal como informal.

    a) La terminología estratigráfica formal utiliza nombre de unidades que son definidos y designados de acuerdo con un esquema o clasificación

    establecido o acordado

    b) convencionalmente, por ejemplo: la Formación Capdevila, el Sistema Cretácico. La letra inicial de una unidad formalmente designada se

    escribe con mayúscula.

    c) La terminología estratigráfica informal utiliza términos de unidad sólo como nombres ordinarios, sin que la unidad tenga que ser necesariamente

    nombrada y sin que constituya parte de un esquema específico de

    clasificación estratigráfica, por ejemplo una formación cretosa o una

    zona de Ostreidae. La letra inicial de una unidad informal se escribe con

    minúscula, por ejemplo: marga Demajagua.

    6. Nomenclatura estratigráfica. Comprende los nombres propios que se han dado a unidades estratigráficas específicas como por ejemplo Formación Jagua,

    Sistema Jurásico, Zona de intervalo de Miogypsina.

    7. Estratotipos. Muchas clases de unidades pueden ser definidas mejor cuando son referidas a un tipo designado en una secuencia específica de estratos de roca. Un

    estratotipo es el tipo original o subsecuentemente designado, representativo de

    una unidad estratigráfica nominada o de un límite estratigráfico en una secuencia

    determinada de estratos, que constituye un patrón para la definición y

    reconocimiento de esa unidad o límite estratigráfico.

    8. Zona. El término zona es comúnmente utilizado para un intervalo estratigráfico menor dentro de una categoría dada de la clasificación estratigráfica. De este

    modo existen muchas clases de zonas en dependencia de los caracteres

    estratigráficos que hayan sido considerados –litozonas, biozonas, cronozonas,

    zonas minerales, zonas metamórficas, zonas de inversión de la polaridad

    magnética, etc. Cuando se utiliza formalmente el término zona debe ser escrito

    con mayúscula para distinguirlo de una unidad informal.

    9. Intervalo. Un intervalo estratigráfico es aquel cuerpo de estratos comprendidos entre dos marcadores estratigráficos. Un intervalo geocronológico es el lapso de

    tiempo comprendido entre dos eventos geológicos.

  • 13

    10. Horizontes. Un horizonte estratigráfico correspondiente a un nivel indicativo de una posición particular dentro de una secuencia estratigráfica. En la práctica es

    comúnmente una capa característica muy fina. Los términos nivel, datum (plano

    de referencia), marcador, estrato marcador, cada guía han sido utilizados con una

    significación similar. Existen muchas clases de horizontes estratigráficos en

    dependencia de los caracteres estratigráficos involucrados (litohorizontes,

    biohorizontes, cronohorizontes, horizontes sísmicos, horizontes de perfilaje

    eléctrico, etc.) Entre los horizontes estratigráficos pueden ser incluidos no sólo

    los límites de unidades estratigráficas, sino también cualquier marcador

    específico dentro de estas unidades que pueda ser particularmente útil para

    propósitos de correlación.

    11. Correlación. Correlacionar en sentido estratigráfico es mostrar la correspondencia tanto en el carácter como en la posición estratigráfica de una

    secuencia. Existen diferentes clases de correlación en dependencia del rasgo que

    deba destacarse. La correlación litológica demuestra la correspondencia en el

    carácter litológico y la posición estratigráfica; la correlación entre dos capas

    fosilíferas demuestra la correspondencia en el contenido de fósiles y en la

    posición bioestratigráfica; una cronocorrelación demuestra la correspondencia en

    edad y en la posición cronoestratigráfica.

    12. Geocronología. Es la ciencia de datar y determinar la secuencia temporal de eventos en la historia de la Tierra.

    13. Unidad Geocronológica. Es una subdivisión del tiempo geológico (tiempo determinado por métodos geológicos). No corresponde por tanto a una unidad

    estratigráfica aunque puede corresponder al intervalo de tiempo de una unidad

    estratigráfica (Ver Capítulo II, Sección D).

    14. Geocronometría. Es la rama de la geocronología que se ocupa de las mediciones cuantitativas del tiempo geológico (generalmente en años).

    15. Facies. En estratigrafía puede significar aspectos, naturaleza o manifestación del carácter de los estratos usualmente reflejando las condiciones de origen o de

    constituyentes específicos de los estratos. Puede ser utilizado también como un

    sustantivo para designar un cuerpo de estratos que se distinguen por su aspecto,

    naturaleza o carácter. El término general “facies” ha sido excesivamente

    utilizado. Los estratos pueden mostrar diferencias de facies de variadas clases,

    de modo que uno puede hablar, de litofacies, biofacies, facies sedimentaria,

    facies mineralógica, facies marinas, facies volcánicas, facies boreal, etc. Cuando

    se utiliza el término es deseable precisar la clase específica de facies a que se

    hace referencia.

  • 14

    Precauciones para evitar que prevalezca el uso de términos que son de clasificación

    general cuando se utilizan en un sentido restringido

    Una causa de frecuentes confusiones y de muchas controversias en el uso de

    terminología estratigráfica, ha sido el hecho de que prevalezca la utilización con un

    sentido restringido de términos de significación general, de útil aplicación cuando están

    de acuerdo con su etimología. Por ejemplo la “Estratigrafía” no debe ser confinada a

    una relación de edad de los estratos; “correlación” no tiene necesariamente un

    significado como correlación cronológica; “geocronología” no debe ser referida

    exclusivamente a la datación isotópica; “zona” puede ser aplicada a otros intervalos que

    no son necesariamente zonas de fósiles; una “biozona” no constituye una clase

    específica de zona bioestratigráfica; y un “intervalo” puede referirse tanto a un intervalo

    de tiempo como de espacio. Un procedimiento, en general preferible, es conservar el

    sentido general original de un término y escoger otro más preciso y menos ambiguo

    para un significado especial.

    E. Procedimiento para el establecimiento y descripción de unidades estratigráficas

    Una definición compresible de cada unidad estratigráfica nominada y una

    caracterización del tipo de cualquier clase en el cual ella se basa, son imprescindibles

    para que pueda ser útil. Tal definición debe acompañar la propuesta de cualquier nueva

    unidad estratigráfica o la redefinición de una unidad existente. Para las unidades

    litoestratigráficas y bioestratigráficas el énfasis debe ser puesto en los caracteres

    litológicos y paleontológicos respectivamente. Para las unidades cronoestratigráficas el

    énfasis debe ser dirigido a rasgos que tengan que ver con la edad o la correlación

    cronológica. En general, una definición comprensible y descripción de una unidad

    estratigráfica debe incluir los siguiente tópicos pertinentes.

    1. Nombre

    Procedencia del nombre: localidad tipo.

    2. Clase y rango de la unidad

    Clase de unidad estratigráfica; rango; concepto general. Las definiciones nuevas o

    revisadas deben incluir una declaración acerca del intento de introducir una nueva

    unidad formal o de revisar una unidad ya existente, así como de las razones para

    hacerlo.

    3. Antecedentes Históricos

    Historia de la unidad (autor, referencia original, tratamiento previo); sinonimia;

    prioridades; aseguramiento contra la innecesaria duplicación de unidades ya

    existentes.

  • 15

    4. Estratotipos y otros patrones de referencia

    La identificación geológica y geográfica de estratotipos (descripción literal, mapas,

    secciones estructurales, secciones columnares, fotos aéreas, fotos convencionales,

    etc.). Aportes de marcadores artificiales. Relaciones de estratotipos de límite entre

    unidades estratigráficas y con secciones de horizontes significativos (Ver Capítulo

    IV sobre estratotipos).

    Para unidades de aquella clase en la cual resulta poco práctico utilizar estratotipos

    como patrones, debe dependerse enteramente de la descripción cuidadosa y precisa

    y la ilustración de aquellas características que pueden constituir patrones apropiados

    de referencia para la unidad. Las unidades bioestratigráficas de esta clase requieren

    particularmente una clara descripción y el figurado de los taxones diagnósticos o

    referencias bibliográficas de tales descripciones.

    5. Descripción de la unidad en la localidad tipo

    Espesor, carácter litológico, carácter, bioestratigráfico, disposición estructural,

    expresión geomorfológica discordancias o hiatos, condiciones de deposición,

    naturaleza de los límites de la unidad (bien definidos, transicionales, discordantes,

    etc.) y rasgos distintivos qu caracterizan a la unidad en la localidad tipo.

    6. Aspectos regionales

    Extensión geográfica, variaciones regionales de la potencia y de los caracteres

    litoestratigráficos, bioestratigráficos o de otra clase, o de la expresión

    geomorfológica, relaciones estratigráficas regionales, relaciones con otras clases de

    unidades estratigráficas, con horizontes guías, etc.; naturaleza de los límites fuera

    del área tipo (netos, transicionales, discordantes, etc.); relaciones de los límites de la

    unidad con los límites de otras unidades estratigráficas de la misma o diferente

    clase; criterios a aplicar en la identificación y al extender geográficamente la unidad

    más allá de la localidad tipo.

    7. Génesis (cuando proceda)

    Condiciones de orígen de las rocas de la unidad; importancia con respecto a la

    paleogeografía o a la historia geológica.

    8. Correlación con otras unidades

    9. Edad geológica

    10. Referencias bibliográficas

  • 16

    E. Requerimientos especiales para el establecimiento y descripción de unidades subsuperficiales

    Muchas unidades estratigráficas locales que son útiles están basadas en secciones

    subsuperficiales (pozos, minas o túneles) y muchas otras unidades subsuperficiales

    deberán ser dudosamente establecidas, hasta tanto estén mejor explorados. Si se dispone

    de una adecuada información de muestreo tales secciones subsuperficiales podrán ser

    usadas legítimamente para establecer nuevas unidades estratigráficas (Ver Capítulo IV,

    Sección C.5). Las mismas reglas generales de procedimiento utilizadas en las secciones

    afloradas se aplican a las unidades subsuperficiales basadas en exposiciones en minas o

    túneles o en secciones de pozos. Al proponer un nombre para una unidad subsuperficial,

    el pozo o mina en el cual se encuentra presente la sección tipo se convierte en la

    localidad tipo. En las secciones de pozos, los estratotipos necesitan ser designados con

    referencia a marcadores superficiales, y la información geológica de estos estratotipos

    debe basarse en gran parte en muestras de pozos y perfiles de pozos. Los

    paraestratotipos e hipoestratotipos subsuperficiales (Ver Capítulo IV, Sección A.6)

    pueden ser útiles para completar estratotipos de superficie mal aflorados. Los siguientes

    datos son recomendables para establecer y describir unidades subsuperficiales.

    1 Identificación del pozo o mina

    Nombre del pozo o mina, tipo, localización del pozo o mina por una

    descripción escrita, mapa (de ubicación), coordenadas geográficas exactas,

    granja o parcela arrendada, o cualquier otro rasgo geográfico apropiado para

    la identificación de la ubicación, nombre del individuo o empresa operadora.

    Para las minas: profundidad del nivel donde se encuentra la exposición. Para

    los pozos; datos de perforación, profundidad total, y altura (absoluta). Si no

    es posible obtener todos los datos necesarios para establecer la sección tipo

    de un pozo dado, deben utilizarse dos o más pozos, designando uno como

    holoestratotipo y los otros como paraestratotipos o hipoestratotipos.

    1. Perfiles geológicos

    Perfiles litológicos y paleontológicos del pozo o pozos, y mapas y secciones

    transversales de la mina en forma gráfica o escrita, o ambas, son

    recomendables. Los límites y subdivisiones de una nueva unidad deben ser

    indicados claramente en los perfiles o cartas.

    2. Perfiles y columnas geofísicas

    Son muy recomendables el perfilaje eléctrico u otros mecánicamente

    registrados (preferiblemente de varios pozos adyacentes), así como los

    perfiles sísmicos. Los límites y subdivisiones de la unidad deben ser

    señaladas claramente y deben ser delineados a una escala lo suficientemente

    grande para permitir una plena apreciación.

  • 17

    3. Depositorios

    Es esencial que colecciones de secciones y otras muestras, materiales fósiles,

    testigos, etc. Que representan la sección tipo de una unidad estratigráfica se

    encuentran fácilmente disponibles para su estudio. Tales materiales deben

    ser situados en servicios geológicos, universidades, museos u otras

    instituciones que dispongan de facilidades para su conservación. La

    localización del depositorio debe ser dada.

    Si una unidad subsuperficial nominada puede ser correlacionada con una

    unidad superficial nominada de la misma clase y sus características son tan

    similares que se hace innecesario el uso de dos nombres (diferentes), debe

    darse en general, la preferencia como tipo a la unidad superficial. Pero

    existen otros factores que deben ser considerados, tales como la prioridad en

    la publicación, el uso, la integridad de la sección, accesibilidad, naturaleza de

    las exposiciones de las secciones superficiales y la disponibilidad de los

    materiales típicos de las secciones subsuperficiales.

    D. Publicación

    El establecimiento de una unidad estratigráfica formal requiere que una

    declaración del intento (de establecerla) y una adecuada descripción de la

    unidad, sean publicadas en un medio científico reconocido. Es difícil definir

    estrictamente que es lo que constituye un “medio científico reconocido” pero los

    principales requisitos son: propósito científico y disponibilidad al público

    científico,. Las publicaciones científicas editadas regularmente cumplen este

    requisito. Muchas publicaciones científicas editadas independientemente o

    irregularmente también lo cumplen, aunque en tales casos alguna comunicación

    sobre el propósito perseguido debe también aparecer en una publicación

    científica periódica de gran circulación y editada regularmente. Los nombres

    propuestos en medios informales o restringidos, tales como cartas, informes de

    empresas no accesibles al público, directivas comerciales o industriales, no

    cumplen el requisito. La publicación de nombres estratigráficos nuevos en

    resúmenes publicados anticipadamente respecto a trabajos completos,

    usualmente no establecen tales nombres debido a que la concisión esencial de

    los resúmenes no permiten una adecuada descripción. La mención casual o la

    referencia informal, tales como “la formación existente en la escuela de

    Jovesville” o “las calizas que afloran cerca de San Francisco de Cara” no

    establecen una nueva unidad formal, como tampoco lo hace el mero uso en una

    tabla o columna o en un mapa. Para que sea válida la nueva unidad debe ser

    adecuadamente propuesta y adecuadamente descrita.

  • 18

    F. Prioridad

    La prioridad en la publicación de una unidad debidamente propuesta, nombrada, y

    definida debe ser respetada. Sin embargo, los factores decisivos deben ser siempre la

    utilidad de la unidad, lo adecuado de su descripción, la utilidad de la unidad, lo

    adecuado de descripción, lo exento de ambigüedad y su condición de ser aplicada

    ampliamente. La prioridad sola no justifica el desplazamiento de un nombre bien

    establecido por otro no bien conocido o solo utilizado ocasionalmente, ni debe ser

    preservado un nombre inadecuadamente establecido por el solo hecho de su prioridad.

    G. Sinonimia

    Antes de intentar establecer una nueva unidad estratigráfica formal los autores deben

    remitirse a registros nacionales, estatales o provinciales de nombres estratigráficos para

    poder determinar si un nombre ha sido previamente utilizado. Los numerosos

    volúmenes del Léxico Estratigráfico Internacional (UICG) y otros léxicos nacionales o

    regionales apropiados constituyen valiosas fuentes de referencia para la mayoría de los

    países.

    H. Revisión o redefinición de unidades previamente establecidas

    La revisión o redefinición de una unidad adecuadamente establecida sin que implique

    cambios de nombre, requiere tanta justificación y la misma clase de información como

    para establecer una nueva unidad y generalmente requiere los mismos procedimientos.

    La redefinición puede estar justificada cuando hace que una unidad sea más útil o más

    fácilmente reconocible, cartografiable y extendida a todo lo largo de su área de

    desarrollo. La redefinición puede ser también recomendable a causa de cambios en la

    taxonomía, en el contenido de fósiles de una unidad bioestratigráfica, o debido a errores

    significativos y demostrables en la descripción original. Aquellos nombres con mucho

    tiempo de establecidos y uso generalizado deben ser preservados legítimamente si ellos

    se encuentran debidamente definidos, aún cuando su nomenclatura no se ajuste al uso

    moderno (Ver Capítulo V, Sección F.3).

    I. Subdivisiones

    Cuando una unidad se divide en una o más unidades, el nombre original no debe ser

    empleado para ninguna de las subdivisiones. La retención del nombre antiguo por una

    de las subdivisiones no solo crea la posibilidad de confusión sino, que igualmente

    impide el uso del nombre en un término de mayor jerarquía.

    J. Cambio en el rango

    El cambio de rango de una unidad estratigráfica no requiere la redefinición de la unidad

    o de sus límites o la sustitución de su propio nombre. De esta manera un piso puede ser

    elevado a la jerarquía de serie o reducida a la subpiso, o una formación puede ser

    elevada a grupo o reducida a miembro, sin cambio de nombre.

  • 19

    El rango de cualquier unidad estratigráfica sólo debe ser cambiado si después de un

    cuidadoso análisis aparecen razones sustanciales para hacerlo. Los cambios en las

    unidades cronoestratigráficas de rango mayor que han sido internacionalmente

    aceptadas deben ser realizados sólo después de ser constituidas organizaciones

    estratigráficas idóneas.

    K. Reducción en el número de nombres como resultado de la correlación

    Si a través de la correlación se ha podido establecer la identidad de dos unidades

    estratigráficas nominadas el nombre más reciente debe ser sustituido por el más

    antiguo, a igualdad de otras consideraciones en interés de la simplicidad de la

    nomenclatura.

    L. Incertidumbre en la asignación

    Si existe incertidumbre en cuanto a la asignación de un cuerpo de estratos a una de dos

    unidades nominadas, es siempre mejor expresar tal duda que realizar una asignación

    arbitraria. Pueden ser utilizados los siguientes convencionalismo:

    Jurásico? = dudosamente Jurásico.

    Formación Vedado? = dudosamente Formación Vedado.

    Formación Arabo-Güines = estratos en posición intermedia (horizontal o vertical entre

    dos capas asignadas sin duda a que comparten los

    caracteres de ambas, pero que no pueden ser asignadas

    terminantemente a ninguna de ellas y que pueden

    eventualmente constituir una nueva formación).

    Jurásico-Cretácico = comprende una parte del Jurásico y una parte del Cretácico.

    Jurásico o Cretácico = dudosamente bien Jurásico o bien Cretácico.

    Jurásico y Cretácico (indiferenciado) = comprende tanto el Jurásico como el Cretácico sin que sea

    posible hasta el momento hacer una distinción entre los

    dos.

    El nombre de la unidad más antigua, o más baja, si tal distinción puede ser hecha,

    siempre debe aparecer primero cuando dos unidades están separadas por un guión.

    M. Nombres abandonados

    Un nombre aplicado a una unidad estratigráfica una vez abandonado no es permisible

    que sea revivido, excepto en su sentido original. Cuando es útil referirse a un nombre

    obsoleto o abandonado su status debe dejarse claramente definido por el uso de

    expresiones como “Formación Jutíá” (L. Korpás y Gy. Radócz, 1976). Para determinar

    si un nombre ha sido abandonado o es obsoleto, los autores deben remitirse a léxicos

    estratigráficos nacionales, estatales o provinciales.

  • 20

    N. Duplicidad de nombres

    Debe evitarse la duplicidad de nombres. Un nombre previamente aplicado a cualquier

    unidad no puede ser posteriormente aplicado a otra.

    O. Raíces lingüísticas de los términos de unidades

    Los términos (genéricos) de unidades estratigráficas pueden diferir completamente de

    un idioma a otro (stage, étage, stufe, piso, etc.). Si resulta difícil traducir un término útil

    a un idioma particular, puede resultar deseable tomar prestado el término en su lenguaje

    de origen, por ejemplo, raíces griegas o latinas son preferibles porque ellos son

    comprensibles dentro de una amplia diversidad de idiomas, como por ejemplo

    cronozona.

    P. Procedimientos editoriales recomendados

    La edición original de la Guía se encuentra escrita en idioma inglés y las reglas

    editoriales y procedimientos recomendados aquí se ajustan particularmente a las

    exigencias de ese idioma. Debe reconocerse que las reglas de ortografía al ser diferentes

    pueden hacerse inaplicables a la escritura en otros idiomas.

    1. Uso de mayúsculas. El término específico de unidad estratigráfica formalmente designada y el género de especies fósiles, y el específico de

    edades debe ir siempre con mayúsculas, por ejemplo, “zona de asociación

    Bulimina/Bolivina”, “Formación Baracoa, “Serie del Cretácico Superior”.

    El uso de mayúsculas en aquellas unidades formales que no van

    acompañadas de un nombre propio es discrecional, dependiendo de la

    necesidad de claridad o énfasis debiendo preferirse en general, el uso de

    minúsculas. Los términos informales no utilizan mayúsculas, excepto en

    aquellos idiomas que exigen que todos los substantivos se escriban con éstas

    (como el alemán).

    2. Uso del guión. Los términos compuestos en la mayoría de las distintas clases de unidades estratigráficas, en las cuales dos vocablos comunes están unidos

    por un significado especial deben separarse por un guión. Son excepciones

    de los prefijos adjetivales o formas que por su naturaleza deben combinarse

    en general con el substantivo sin el uso del guión, por ejemplo: biozona,

    cronozona, subsistema, biohorizonte, supergrupo.

    3. Claridad en el uso de términos zonales. El término zona tiene valor como unidad en muchas categorías diferentes de la clasificación estratigráfica. Sin

    embargo debe indicarse con claridad la clase exacta de zona, por ejemplo:

    biozona, cronozona, litozona, zona de intervalo, zona de asociación, zona

    mineral, zona de inversión de la polaridad magnética.

    4. Nombres de fósiles. La tipografía de fósiles en relación con las unidades estratigráficas debe regirse por las reglas contenidas en el Código

    Internacional de Nomenclatura Zoológica y en el Código Internacional

    de Nomenclatura Botánica. La inicial de los nombres genéricos debe ir en

    mayúscula; la inicial de los nombres específicos debe ir en minúscula; los

  • 21

    nombres taxonómicos de géneros y especies deben ir en itálicas. Las

    unidades designadas según una especie deben llevar además el nombre

    genérico, éste puede ser abreviado con su inicial si no existe peligro de

    confusión con otro género que comience con la misma letra, por ejemplo:

    Megalocnus rodens puede escribirse abreviadamente M. Rodens.

    1.4- ESTRATOTIPOS

    A. Definiciones

    1. Estratotipo (Sección tipo)

    Es el tipo designado original o subsecuentemente de una unidad

    estratigráfica nominado o de un límite estratigráfico, identificado como in

    intervalo específico o un punto específico en una secuencia específica de

    estratos, que constituye el en una secuencia específica de estratos, que

    constituye el patrón para la definición y reconocimiento de la unidad

    estratigráfica o límite.

    2. Estratotipo de unidad

    Es la sección tipo de un estrato que sirve como patrón para la definición y

    reconocimiento de una unidad estratigráfica. Los límites superior e interior

    de un estratotipo de unidad constituyen sus estratotipos de límite.

    3. Estratotipo de límite

    Un punto específico en una secuencia específica de estratos, que sirven como

    patrón para la definición y reconocimiento de un límite estratigráfico.

    4. Estratotipo compuesto

    Un estratotipo de unidad formado por la combinación de varios intervalos

    típicos específicos de estratos conocidos como estratotipos componentes.

    De esta manera, una determinada unidad litoestratigráfica puede no estar

    enteramente expuesta en una sola sección y puede ser necesario designar una

    sección como tipo de la parte inferior de la unidad y otra sección de la parte

    superior. En este caso una de las dos secciones componentes debe ser

    considerada como el holoestratotipo y la otra como paraestratotipo.

    Un estratotipo de una unidad de rango superior, mediante la combinación de

    los estratotipos de sus unidades componentes de rango inferior, es también

    un estratotipo compuesto.

    Por tanto, el estratotipo inferior de una serie puede estar integrado por los

    estratotipos de sus pisos componentes. En tal caso el estratotipo inferior de

    límite del piso constituyente más bajo, es igualmente un estratotipo de límite

    de la base de la serie. Si los integrantes de un estratotipo compuesto son

    unidades estratigráficas ya establecidas, es innecesario distinguir uno como

    holoestratotipo y los restantes como paraestratotipo.

  • 22

    5. Localidad tipo y área tipo

    La localidad tipo de una unidad estratigráfica, de límite, u otro rasgo, es la

    localidad geográfica específica en la cual se encuentra situado el estratotipo, o si no

    existe un estratotipo designado la localidad donde fue nombrado originalmente. El

    área tipo (o región tipo) es el territorio geográfico que rodea la localidad tipo. Una

    localidad tipo o un área tipo difieren de un estratotipo (sección tipo) en que aquellas

    se refieren a una localidad o área geográfica y no a un perfil o sección específica.

    6. Holo-, Para-, Neo-, Lecto-, e Hipoestratotipo

    a. Holoestratotipo. El estratotipo original designado por el autor en el momento de establecer una unidad o límite estratigráfico.

    b. Paraestratotipo. Un estratotipo complementario utilizado en la definición original, por el autor original para completar la descripción del estratotipo.

    c. Lectoestratotipo. Un estratotipo seleccionado posteriormente en ausencia de un estratotipo original adecuado designado.

    d. Neoestratotipo. Un nuevo estratotipo seleccionado para reemplazar a otro ya existente, que ha sido destruido o anulado.

    e. Hipoestratotipo. (Denominado también sección de referencia o sección auxiliar de referencia). Un estratotipo designado para extender el conocimiento de la

    unidad o límite ya establecidos por un estratotipo, a otras área geográficas o a

    otras facies. Se encuentra subordinado siempre al holoestratotipo. Por tanto los

    holoestratotipos y paraestratotipos son tipos primarios originalmente designados;

    los lectoestratotipos y neoestratotipos son tipos secundarios (de referencia o

    apoyo) subsecuentemente designados, siempre subordinados a un tipo primario.

    Los holoestratotipos, paraestratotipos y lectoestratotipos se encuentran

    generalmente situados dentro del área tipo. Neoestratotipos, lectoestratotipos e

    hipoestratotipos pueden ser designados fuera de los límites del área tipo original.

    En principio, los estratotipos no deben ser alterados y enmendados. Sin

    embargo, si un estratotipo establecido ha sido definitivamente destruido o si se

    ha determinado que fue establecido con violación de los principios

    estratigráficos aceptados, se puede establecer un nuevo estratotipo

    (neoestratotipo o lectoestratotipo), preferentemente en el área tipo. Pueden

    existir más de una sección típica, pero solo una sección tipo o estratotipo

    (holoestratotipo, lectoestratotipo, neoestratotipo).

  • 23

    B. Los estratotipos en la definición de unidades estratigráficas

    1. Definiciones patrones

    La Estratigrafía hace uso de numerosas divisiones nominadas de la columna

    estratigráfica, que pertenecen a varias categorías estratigráficas diferentes:

    unidades litoestratigráficas, unidades bioestratigráficas, unidades

    cronoestratigráficas, etc. Resulta esencial que estas unidades nominadas y sus

    límites queden claramente definidos, de modo que todo aquel que los use aporta

    de la mínima comprensión de su significado, de modo que pueda existir un

    patrón común de reconocimiento fuera de sus lugares de origen. Para muchas de

    estas unidades el estratotipo designado aporta una ayuda o al menos útil en su

    definición.

    2. Referencia a una litología específica

    El concepto de una unidad estratigráfica está, en general basado en rasgos o

    atributos de los estratos-litología, contenido de fósiles, edad o intervalo

    cronológico, etc.- los cuales pueden ser observados o verificados en dichos

    estratos y pueden ser referidos con anterioridad a la nominación (de una unidad)

    a un intervalo específico en los estratos. El estratotipo de una unidad constituye

    por tanto, el patrón de referencia en el cual el concepto de la misma está

    únicamente basado. Las unidades estratigráficas pueden ser definidas también

    por medio de descripciones escritas: pero, no obstante lo valiosas que tales

    descripciones pueden ser, se encuentran sujetas siempre, a interpretaciones

    erróneas debido a diferencias idiomáticas, diferencia en la interpretación de los

    vocablos, lo inadecuado o erróneo en la descripción u otras imperfecciones en la

    comunicación de los conceptos mediante el lenguaje. Por otra parte, para muchas

    clases de unidades estratigráficas y sus límites, un intervalo o punto designado e

    identificado dentro de una secuencia específica de estratos –un estratotipo de

    unidad o estratotipo de límite- aporta en mucho el patrón más estable e

    inequívoco de definición.

    Para unas pocas clases e unidades estratigráficas, tales como zonas de intervalo

    bioestratigráfico, el patrón de la unidad es un concepto que no debe ser

    relacionado anticipadamente a un intervalo específico de estratos, por cuanto el

    enfoque estratigráfico de la unidad puede variar ampliamente en un futuro con el

    incremento de la información. Las unidades de esta clase no pueden ser

    definidas satisfactoriamente por estratotipos.

    C. Requerimientos para los estratotipos

    Los estratotipos, para cada categoría diferente de unidades estratigráficas –

    litoestratigráficas, bioestratigráficas, cronoestratigráficas- requieren una

    consideración individual y los mismos son discutidos en los capítulos que cubren

    cada tipo de unidad. Los siguientes requerimientos se aplican a los estratotipos en

    general.

  • 24

    1. Expresión del concepto

    El requisito más importante para un estratotipo, es que represente adecuadamente las

    partes esenciales del concepto que se vincula con el material tipo. Una exposición

    completa de todos los estratos de la unidad desde la base hasta su parte más alta, y a

    través de toda su completa extensión lateral, constituiría el estratotipo ideal. Sin

    embargo, debido a que es imposible encontrar o establecer un estratotipo tan

    amplia, generalmente encontrar o establecer un estratotipo tan amplio, generalmente

    resulta confiable localizarlo en una sección sencilla, tan completa y bien expuesta

    como sea posible. La falta de continuidad en las exposiciones o la presencia de

    complicaciones estructurales, pueden hacer imposible encontrar siquiera tal sección

    continua a través de toda la unidad estratigráfica. Se hace entonces necesario

    recurrir a un estratotipo compuesto o a secciones suplementarias y de referencia

    (paraestratotipo o hipoestratotipo), o expresar sencillamente el estratotipo de unidad

    como el intervalo estratigráfico entre el estratotipo del límite designado, que marca

    la base de la unidad y otro estratotipo de límite designado que marca la parte más

    alta de la unidad.

    En el caso de unidades cronoestratigráficas (por ejemplo pisos- resulta conveniente

    que el estratotipo de límite inferior (más joven) de la unidad inmediatamente

    subyacente, evitando de este modo dificultades en la correlación cronológica, debido

    a que pueden existir discontinuidades o solapamientos entre los tipos.

    2. Descripción

    La descripción de un estratotipo debe ser tanto geográfica como geológica. La

    descripción geográfica como geológica. La descripción geográfica (localidad tipo)

    debe ser capaz de permitir que cualquiera encuentre fácilmente el estratotipo en el

    terreno. Debe incluir un mapa detallado mostrando su localización y vías de acceso

    de la localidad tipo. Es también conveniente incluir fotos aéreas o de otro tipo a

    una escala apropiada, para mostrar la extensión geográfica de la unidad en el área

    tipo y la posición geográfica de los límites (superficiales).

    La descripción geológica debe comprender espesor, litología, fósiles índices,

    mineralogía, estructura, expresión geomórfica y otros rasgos geológicos de la

    sección tipo. Los límites y relaciones con unidades adyacentes deben

    particularmente descritas en detalle, y deben ofrecer las razones consideradas en la

    elección de sus límites. La descripción debe ir acompañada de perfiles gráficos,

    secciones columnares, secciones estructurales y fotográficas.

    3. Identificación y delimitación

    Un requerimiento esencial para todo estratotipo es que esté claramente delimitado.

    Un estratotipo de límite debe basarse en un simple punto dentro de una secuencia

    designada de estratos, que sirva para indicar la posición del horizonte límite en un

    lugar dado. (La extensión lateral del horizonte límite en una dirección a partir de

    este punto, se obtiene mediante correlación estratigráfica). Es deseable que un

    estratotipo de unidad esté claramente delimitado por estratotipos de límite para la

    base y la cumbre. El estratotipo de límite o los límites de un estratotipo de unidad

    deben ser indicados preferentemente, pero en cualquier caso los puntos limitantes

    deben ser descritos tanto geográficamente como geológicamente, con tal detalle que

    no pueda ofrecer dudas su exacta localización.

  • 25

    4. Accesibilidad

    Estratotipos subsuperficiales

    Para que el estratotipo pueda cumplir su papel de patrón debe estar situado en un

    área geográficamente accesible a todos los interesados, sin tener en cuenta

    consideraciones políticas o de otra clase.

    5. Estratotipos subsuperficial

    No existen objeciones para el establecimiento de estratotipos subsuperficiales si

    no existen secciones superficiales adecuadas y están disponibles muestras

    subsuperficiales representativas y perfiles.

    6. Aceptabilidad

    Es probable que en ninguna fase de la clasificación estratigráfica haya tanta

    necesidad de colaboración a nivel mundial, como en la designación de patrones

    para la definición de las unidades estratigráficas de alcance internacional,

    permitiendo una general aceptación y que los geólogos de todos los países puedan

    utilizar estas unidades con la misma significación. La utilidad de un estratotipo se

    encuentra directamente relacionada con la medida en que sea aceptado o

    reconocido de modo general como el tipo. Es siempre deseable por tanto y

    esperado en su debido momento, que la designación de un estratotipo sea

    sometida para su aprobación a la entidad geológica de más alto nivel en cualquier

    caso particular.

    Los estratotipos para las unidades cronoestratigráficas o límites, de aplicación

    internacional o a nivel mundial, deben ser aprobados por corporaciones idóneas

    del más alto nivel geológico a escala internacional o mundial. Por otra parte, los

    estratotipos de unidad, sólo de interés y extensión local, deben requerir la

    aprobación sólo por servicios o comisiones estratigráficas locales o nacionales.

    1.5- UNIDADES LITOESTRATIGRÁFICAS

    A. Propósitos de la clasificación estratigráfica

    El propósito de la clasificación estratigráfica es el de organizar sistemáticamente las

    rocas estratigráficas de la Tierra en unidades nominadas, que representen las variaciones

    principales de estas rocas en su carácter litológico.

    Todas las unidades estratigráficas están compuestas por rocas y de este modo tenemos

    el carácter de las rocas”, pero sólo las unidades litoestratigráficas están diferenciadas

    sobre la base de unidades litoestratigráficas están diferenciadas sobre la base de la clase

    de roca (carácter litológico); arenisca, arena, toba, argilita, basalto, mármol, etc.

    El reconocimiento de tales unidades es útil al visualizar el cuadro físico de las rocas

    estratigráficas de la Tierra, así como al determinar las estructuras regionales y locales, al

  • 26

    investigar y desarrollar los recursos minerales, al determinar el origen de las rocas

    estratificadas y al descifrar secuencias rocosas.

    La clasificación litoestratigráfica constituye una primera aproximación en el trabajo

    estratigráfico en una nueva área. Sin embargo, ella persiste siempre para convertirse en

    un elemento esencial de la Estratigrafía del área. Además es igual siempre, una clave

    importante para la historia a geológica.

    Las relaciones de las unidades litoestratigráficas con otras clases de unidades

    estratigráficas se discuten en el capítulo 8.

    B. Definiciones

    1. Litoestratigrafía

    Es la parte de la Estratigrafía que se ocupa de la litología de las rocas

    estratificadas y de su organización en unidades buscadas en su carácter

    litológico.

    2. Clasificación litoestratigráfica

    Comprende la organización de las rocas estratificadas en unidades que se basan

    en su carácter litológico.

    3. Unidad litoestratigráfica

    Es un cuerpo de rocas estratificadas unificado y consiste principalmente en

    cierto tipo de litología o en la combinación de varios tipos litológicos, o por

    poseer otros rasgos litológicos sobresalientes y generalizables. Una unidad

    litoestratigráfica puede estar formada por rocas sedimentarias, ígneas o

    metamórficas o por una asociación de dos o más de ellas. La roca puede estar

    consolidada o no. El requerimiento esencial de las unidades es el de poseer un

    grado apreciable de homogeneidad litológica integral (la diversidad en los

    detalles puede constituir por sí misma una forma de unidad litológica integral (la

    diversidad en los detalles puede constituir por sí misma una forma de unidad

    litológica integral). Las unidades litoestratigráficas son reconocibles y definidas

    a partir de rasgos físicos observables y no por una historia geológica inferida o

    por modo de origen. Los fósiles pueden ser importantes en el conocimiento de

    una unidad litoestratigráfica, bien como constituyentes físicos menores pero

    característicos o por su carácter de formadores de roca como en el caso de

    coquinas, diatomitas, capas de carbón, etc. La extensión geográfica de las

    unidades litoestratigráficas están controlada enteramente por la continuidad y

    extensión de una de sus rasgos litológicos diagnósticos. Solamente los rasgos

    litológicos de rango mayor, fácilmente reconocibles en el terreno, pueden servir

    de base a unidades litológica.

  • 27

    4. Zona litoestratigráfica (litozonal)

    Es una unidad litoestratigráfica informal utilizada para indicar un cuerpo de

    estratos que aparecen unificados, de modo general, por rasgos litológicos de los

    cuales, sin embargo, se tiene insuficiente información o no son necesarios como

    para justificar la designación de una unidad formal, por ejemplo, la zona de

    Jutitas en la parte inferior de la Formación Paso Real.

    5. Horizonte litoestratigráfico (litohorizonte)

    Constituye una superficie de cambio litoestratigráfico o de un rasgo

    litoestratigráfico distintivo, extraordinariamente valioso para la correlación (no

    necesariamente cronológica) el cual es por lo general, el límite de una unidad

    litoestratigráfica, aunque también, frecuentemente un horizonte litológico

    distintivo o una capa marcadora muy fina dentro de una unidad litoestratigráfica.

    C. Clases de unidades litoestratigráficas

    1. Jerarquía de las unidades litoestratigráficas formales

    Las unidades litoestratigráficas formales son aquellas que han sido nombradas y

    definidas de acuerdo con un esquema de clasificación y nomenclatura

    explícitamente establecido o convencionalmente adoptado. La jerarquía

    convencional de términos litoestratigráficos formales es como sigue:

    Formación: unidad litoestratigráfica fundamental.

    Miembro: entidad litológica nominada, subordinada dentro de una formación.

    a Grupo

    Un grupo es una unidad litoestratigráfica formal, que sigue en rango a la formación, por

    encima de ésta. El término se aplica más comúnmente a una secuencia de dos o más

    formaciones contiguas asociadas, que poseen rasgos litológicos significativos comunes

    que posibilitan su unificación. El estratotipo las secciones de referencias de un grupo

    corresponden al estratotipo o secciones de referencias de sus formaciones componentes.

    El propósito de reconocer un grupo debe expresar claramente las características de

    unificación en que se basa y las formaciones en que está compuesto. Las formaciones

    no tienen necesariamente que ser reunidas en grupos, aunque el término “grupo” se use

    en general para conjunto de formaciones, excepto cuando se aplica a una secuencia de

    cualquier clase de rocas que pueden probablemente ser divididas en todo o en parte en

    futuras formaciones, pero que contenga al menos, dos formaciones nominadas.

    La reunificación de las formaciones en grupo aporta un medio provechoso de

    simplificar y generalizar la clasificación estratigráfica, en aquellos casos que no es

    necesario o deba evitarse el frecuente y complejo detalle de subdivisiones formacionales

    en ciertas regiones formacionales en ciertas regiones o en ciertos intervalos.

  • 28

    El nombre de un grupo debe derivarse preferentemente de un accidente geográfico o

    localidad geográfica apropiado próximo a las áreas tipo de sus formaciones

    componentes, por ejemplo: Grupo Guanacayabo.

    b- Formación

    La formación es la unidad formal fundamental de la clasificación litoestratigráfica.

    Corresponde a un cuerpo de rocas estratificadas de rango intermedio, dentro de la

    jerarquía de las unidades litoestratigráficas. Las formaciones son las únicas unidades

    litoestratigráficas formales en las cuales deben dividirse completamente en cualquier

    caso la columna estratigráfica sobre la base de la litología.

    El grado de cambio litológico que se requiere para justificar el establecimiento de

    diferentes formaciones (o de otras unidades litoestratigráficas) no es expresable por

    reglas uniformes y estrictas. Puede variar con la complejidad de la geología de una

    región y con el grado de detalle necesitado para reflejar satisfactoriamente su

    organización litológica, o para descifrar su historia geológica. El espesor de las unidades

    del rango de formación no se ajusta a un patrón determinado y puede variar de menos de

    un metro hasta varios miles de metros, dependiendo de las dimensiones de las unidades

    localmente requeridas para expresar mejor el desarrollo litológico de una región.

    La viabilidad de la cartografía y de su expresión en secciones transversales constituye

    un factor importante al considerar al establecer una formación

    Las formaciones pueden estar compuestas por rocas sedimentarias, por rocas ígneas

    extrusivas o intrusivas, por rocas metamórficas, o en ciertas circunstancias, por

    asociaciones de dos o más tipos de rocas.

    c– Miembro

    Es una unidad litoestratigráfica formal, que le sigue en rango a la formación por debajo

    de ésta y es siempre parte de ella. Puede ser reconocida como una unidad nominable

    dentro de una formación, porque posee caracteres litológicos que lo distinguen de las

    partes adyacentes de la formación. No existen patrones determinados requeribles en

    cuanto a la extensión o espesor de un miembro.

    Una formación no necesita ser dividida en miembros a menos que exista un propósito

    útil. Algunas formaciones pueden ser completamente divididas en miembros; otras

    poseen sólo partes que pueden ser referidas a miembros; otras, aun más carecen de

    miembros.

    2– Unidades litoestratigráficas informales

    Las unidades litoestratigráficas informales incluyen cuerpos litológicos a los cuales se

    hace casual referencia, pero para los cuales no existe necesidad suficiente, información

    suficiente o una base adecuada, para justificar su designación como una unidad formal.

    Ellas pueden ser nombradas informalmente como capas o estratos (en minúscula) de una

    clase u otra (capas arenosas, capas arcillosas, capas quijarrosas). El término “complejo”

    corresponde a una unidad litoestratigráfica informal, compuesta por diversos tipos de

    rocas de cualquier clase (sedimentarias, ígneas o metamórficas) y está caracterizado por

  • 29

    una estructura extremadamente compleja, hasta el grado de que la secuencia original de

    rocas componentes puede quedar enmascarada. El rango de un complejo puede ser

    equivalente al de un grupo o formación. El término “complejo basal” es aplicado

    informalmente a rocas de complicada estructura(comúnmente ígneas o metamórficas)

    que infrayacen a una secuencia predominantemente sedimentaria, menos deformada, de

    una región.

    Cuando a unidades informales se le aplican nombres geográficos, el término unitario

    genérico no debe ir con mayúscula (por ejemplo: marga Yucayo). Los nombres

    geográficos deben ser combinados con los términos “Formación” y “Grupo” sólo en la

    nomenclatura formal.

    a– Estrato

    Un estrato es la unidad más pequeña nominada dentro de un miembro o una formación.

    Corresponde a una capa unitaria dentro de una secuencia estratificada de rocas, la cual

    puede diferenciarse de las capas superiores inmediatas, por ejemplo el estrato de carbón

    Barker. Varias capas contiguas de litología similar pueden también constituir en su

    conjunto una unidad informal, como por ejemplo las capas Urria.

    El término “estrato” es aplicado originalmente a capas con un espesor que varía de un

    centímetro a algunos metros. Aquellas de menor espesor se denominan láminas

    (“láminas”).

    Una capa sencilla nominada o una secuencia nominada de ellas puede constituir un

    miembro o una formación y en este caso, el término unitario “capa” (o “capas”) es

    reemplazado por el de miembro o formación según el caso. Por ejemplo, Miembro

    Maica (“capas de Gypsina”).

    En regiones relativamente inexploradas, donde sólo es posible realizar un

    reconocimiento rápido, no siempre puede establecerse una jerarquía formal y

    adecuadamente cartografiable de formaciones y grupos. En tales caso el uso de un

    nombre geográfico unido con el término “capas” (con minúscula) puede ser aceptado

    como una designación informal provisional.

    b– Unidades industriales

    Aquellos cuerpos litoestratigráficas que han sido reconocidos, más para propósitos

    utilitarios que por su unidad litoestratigráfica, tales como acuíferos, arenas petrolíferas,

    masas de roca de canteras y arrecifes con minerales útiles deben ser considerados

    informalmente, si son nombrados.

    c– Lengua y lentilla

    Lengua y lentilla (lente, lentícula) han sido utilizados frecuentemente como términos de

    jerarquía estratigráfica independiente, pero más correctamente considerado, ellos

    constituyen formas de contornos particulares correspondientes a miembros (o a

    formaciones). Una lentilla es un cuerpo de roca lenticular de diferente litología a la de

    la unidad que lo incluye. Una parte de una unidad que se proyecta más allá del cuerpo

    principal puede ser denominado lengua. La adecuada designación de estos cuerpos

  • 30

    descansa en parte en las particularidades de exposición; un cuerpo considerado como un

    lente puede ser en realidad parte de una lengua estrecha. Se puede asignar nombres a las

    lenguas y los lentes.

    d– Arrecife

    Arrecife es un término comúnmente aplicado a una masa de carbonato de origen

    orgánico, construido in situ por corales, algas y otros organismos sedentarios. Los

    arrecifes son de dimensiones y formas variadas y pueden ocurrir bien como limitadas

    masas aisladas o como masas continuas y extensas. Un arrecife puede constituir un

    miembro dentro de una formación simple o puede extenderse lateralmente o hacia arriba

    a través de dos o más formaciones o puede constituir por sí una formación. Se le pueden

    dar nombres geográficos si ellos son de suficiente tamaño o importancia; por ejemplo:

    arrecife Lavanderas, cerca de Cayo Romano, provincia de Camagüey, pero, a menos

    que sean denominados como “Miembro” o “Formación” deben ser considerados como

    unidades litoestratigráficas informales.

    e– Otros

    Ciertos cuerpos de rocas relacionados o estrechamente asociados con unidades

    litoestratigráficas no son verdaderamente unidades litoestratigráficas, aunque en ellos se

    destaque su génesis, forma otro carácter que no sea el litológico en cuanto a su

    identificación. Otros no constituyen unidades estratigráficas de ninguna clase. Entre

    estos dos tipos se encuentra los deslizamientos, coladas de fango, olistostromas,

    olistolitos, diapíros, domos salinos, venas, batolitos, ciclotemas, litodemos, etc. A ellos

    se les pueden asignar nombres informales.

    3– Algunos aspectos especiales de las rocas ígneas

    Los cuerpos de rocas ígneas de forma mas o menos tabular que se conforman a la

    estratificación de la asociación litológica, pueden constituir una base para unidades

    litoestratigráficas, bien solos o en combinación con estratos sedimentarios

    interestratificados adyacentes, de la misma edad o mucho más antiguas.

    Las rocas ígneas sin embargo, presentan algunos problemas especiales en

    litoestratigrafía. Por ejemplo muchas rocas ígneas ocurren como diques o como cuerpos

    inyectados a través de la estratificación dominante de la sección. Aún más, los mantos y

    coladas y otros cuerpos de rocas ígneas intrusivas o extrusivas interestratificadas

    concordantemente, pueden estar emplazados en el perfil estratigráfico en un nivel mucho

    mas elevado que el correspondiente al magma que los originó, aunque ellos pueden estar

    conectados todavía con el cuerpo magmático original a través de unidades estratigráficas

    implicadas mediante cuellos, conductos, o diques del mismo material rocoso. Esto

    cuerpos de rocas ígneas que cortan discordantemente el perfil, no constituyen en si

    unidades estratigráficas pero forman, por supuesto, una parte importante del cuadro

    litológico. Ellos pueden ser referidos convenientemente como “asociados” con los

    estratos de la unidades litoestratigráficas que atraviesan.

    Una situación algo similar a la de las rocas ígneas ocurre con las intrusiones o

    extrusiones de rocas sedimentarias. Sin embargo, existe una importante diferencia: el

    material intrusivo o extrusivo esté consolidado o no, pertenece a algún estrato formado

  • 31

    con anterioridad a la intrusión o extrusión, y por tanto aunque no constituye una nueva

    unidad estratigráfica, puede ser sencillamente considerado como una porción desplazada

    de la unidad estratigráfica primitiva que le dio origen.

    D– Procedimientos para establecer unidades litoestratigráficas

    1– Los estratotipos como patrones de definición

    Cada unidad litoestratigráficas nombrada, de cualquier rango, debe poseer un patrón de

    definición claro y preciso, basado en el conocimiento más amplio posible de sus

    variaciones laterales y verticales. La designación de una sección tipo(estratotipo de

    unidad)es esencial en toda definición de una unidad litoestratigráfica.

    El estratotipo de una unidad litoestratigráfica es la secuencia de estratos,

    específicamente designados, en la cual se basa la definición patrón del carácter

    litológico de la unidad. La misma es designada en relación con una localidad geográfica

    específica, preferentemente aquella que da origen al nombre de la unidad.

    Los estratos de unidades litoestratigráficas con rango de formación o menor, son en

    general estratotipos de unidades simples. Los estratotipos de unidades litoestratigráficas

    con rango mayor que formación (por ejemplo grupos), son comúnmente estratotipos

    compuestos, esto es, un conjunto de estratotipos correspondientes a las formaciones

    componentes del grupo.

    Allí donde los estratos son casi horizontales o se encuentran pobremente expuestos y

    una sección completa de una unidad no aflora en un área razonablemente limitada,

    puede no ser siempre realizable el designar una sección continua y completa como

    estratotipo de una unidad, debiendo entonces referirse mejor a un área tipo o a una

    localidad tipo que a una sección tipo. En tales casos es esencial identificar

    explícitamente los estratos tipos de límite inferior y superior, en aquellas secciones

    específicas donde pueda observarse en cambio a las unidades infrayacentes y

    suprayacentes. El equivalente del estratotipo de unidad quedará por tanto constituido

    por el conjunto de exposiciones en la localidad tipo o el área tipo que yacen

    estratigráficamente entre los estratotipos de límite inferior y superior.

    A pesar de que el estratotipo de una unidad litoestratigráfica constituye una intervalo

    específico de estratos dentro de una sección o área específica, la unidad puede contener,

    al ser reconocida en otras partes, un mayor o menor espesor de estratos que en el

    estratotipo, y puede abarcar un intervalo de tiempo mayor o menor que el

    correspondiente a dicho estratotipo. El único requerimiento crítico al identificar la

    unidad en otras partes, es que posea esencialmente la misma litología y una posición

    estratigráfica relativamente igual que el estratotipo.

    2– Secciones de referencia (hipoestratotipos)

    La definición de una unidad litoestratigráfica basada en la designación de la sección de

    un estratotipo de unidad (holoestratotipo) se complementa con frecuencia

    ventajosamente al designar en otras áreas geográficas una o más secciones auxiliares de

    referencia (hipoestratotipo), en muchos casos mejor expuestas o más accesibles que el

  • 32

    estratotipo de una unidad original. Estas secciones de referencia deben, sin embargo, ser

    siempre consideradas como subordinadas al estratotipo.

    3– Límit