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-- LA VERGUENZA NO SIRVE PARA ada Acorazada en nuestro interior, la verguenza esconde nuestras fragilidades. EI miedo a la mirada del otro nos somete a un duro silencio no escogido ·que nos limita y coarta. Por Xavier Guix Ilustraci6n de Alberto Vdzquez VULNERABILIDADYVERGUENZA '?\ceptar nuestra vulnerabilidad en lugar de tratar de ocultarla es la mejor manera deadaptarse ala realidad" (David Viscott) - f----~ ~~- E n mi practica como psicologo existe un momentainevitable- mente paradojico. En el pri- mer encuentro, dos personas que no se conocen de nada entablan una conversacion en la que uno de ellos habla de sus aspectos mas inti- mos y privados. Desopeton, se pasa del "buenos dias" al "mire us ted, me he enamorado de otra persona y mi pareja no 10 sabe", por ejemplo. Con empatia y respeto, el profesional pro- curara que no sea un momento dema- siado chocante, mas aim si se viene dispuesto a "contarlo todo". Establecer Las palabras de la vergilenza son dificiles de decir parque tememos la reaccion del otro, ya sea porun si 0 par un no. Uno nun- ca esta solo en la vergilenza, porque siempre sufre par laidea que se harm de el bajola mirada del otro. Un es- cenariohumillante desencadena una rabia muda, una desesperacion oun embrutecimiento traumatico. La vergilenza, entonces, la origina el hecho de creer que el otro tiene una opinion degradante. No obstante, no es eso 10peor. La revelacion de un secreto ocul- to mas bien tiendealiberarnos de su esclavitud. En cambio, nos adentra en la vulnerabilidad. Entre la confesion y la respuesta del otro quedamos en paiiosmenores, y justamen- te es eso 10que pretendemos esconder. No nos gusta mostramos fragiles, perdi- dos, confusos 0 sin razon alguna. Eso es 10que nos avergilenza . .__ ' _ Tambien nos avergilenza arrastrara _ ._ ~;;saemas hacia nuestro sufrimiento. ~ .... '::::. __ iCon que derecho atraemos hacia nues- \I --.- ~ tra afliccion anuestros allegados? Prefe- ~. rimos callar, sin damos cuenta que de este modo enturbiamos aim mas la rela- cion, introducimos en ella una sombra que se instala entre el tU y el yo. Compar- tir alegrias es una cosa, pero, ;.quien que- rra unirse a nuestras vergiienzas? Hay tantas cosas quesuponemos que no se pueden 0 deb en explicar, que preferirnos el ocultamiento para no ser despreciados y para protegemos a nosotros mismos preservando la imagen que nos parece mas adecuada. Cuenta el psiquiatra Boris Cyrulnik que uno se adapta a la vergilenza median- te comportarnientos deevitacion, de ocul- tacion 0 de retirada quealteran larelacion. No se libra uno de la culpabilidad 0 de la vergilenza,sinoque se adapta a ella para sufrirmenos. Puede ocurrir, sin embargo, que lavergilenza pueda transformarse en una relacion que faciliteelproceso es fundamental. Lo que quisiera resaltar de ese y otros muchos instantes de revelacion personal es la fragilidad, la vulnerabilidad en la que nos sumergimos cuando emergen nuestros sentirnientos mas ocultos. Que- damos al desnudo. Mostramos las tripas de nuestra coraza. Aireamos las miserias de nuestros pensamientos. Exponemos las listas de nuestros miedos y errores. Li- beramos fieras y horrores. Quitamos la trampa y el carton para quedar expuestos a la mirada ajena. Tambien, a su opinion o desprecio. iQue vergiienza!

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--LA VERGUENZA

NO SIRVE PARA adaAcorazada en nuestro interior,la verguenza esconde nuestrasfragilidades. EI miedoa la mirada del otro nossomete a un duro silenciono escogido ·quenos limita y coarta.Por Xavier GuixIlustraci6nde Alberto Vdzquez

VULNERABILIDADYVERGUENZA'?\ceptar nuestra vulnerabilidaden lugar de tratar de ocultarlaes la mejor manera de adaptarsea la realidad" (DavidViscott)

- f----~~~-

En mi practica como psicologoexiste un momenta inevitable-mente paradojico. En el pri-mer encuentro, dos personas

que no se conocen de nada entablanuna conversacion en la que uno deellos habla de sus aspectos mas inti-mos y privados. De sopeton, se pasadel "buenos dias" al "mire us ted, mehe enamorado de otra persona y mipareja no 10 sabe", por ejemplo. Conempatia y respeto, el profesional pro-curara que no sea un momento dema-siado chocante, mas aim si se vienedispuesto a "contarlo todo". Establecer

Las palabras de la vergilenza son dificilesde decir parque tememos la reaccion delotro, ya sea porun si0par un no. Uno nun-

ca esta solo en la vergilenza, porquesiempre sufre par la idea que se harm

de el bajo la mirada del otro. Un es-cenario humillante desencadenauna rabia muda, una desesperaciono un embrutecimiento traumatico.La vergilenza, entonces, la originael hecho de creer que el otro tieneuna opinion degradante.

No obstante, no es eso 10peor.La revelacion de un secreto ocul-to mas bien tiende a liberarnos desu esclavitud. En cambio, nos

adentra en la vulnerabilidad. Entrela confesion y la respuesta del otro

quedamos en paiios menores, y justamen-te es eso 10que pretendemos esconder.No nos gusta mostramos fragiles, perdi-dos, confusos 0 sin razon alguna. Eso es10que nos avergilenza .

.__'_ Tambien nos avergilenza arrastrar a_ ._ ~;;saemas hacia nuestro sufrimiento.

~ ....'::::. __ iCon que derecho atraemos hacia nues-\I --.- ~ tra afliccion a nuestros allegados? Prefe-

~. rimos callar, sin damos cuenta que deeste modo enturbiamos aim mas la rela-cion, introducimos en ella una sombraque se instala entre el tU y el yo. Compar-tir alegrias es una cosa, pero, ;.quien que-rra unirse a nuestras vergiienzas? Haytantas cosas que suponemos que no sepueden 0 deb en explicar, que preferirnosel ocultamiento para no ser despreciadosy para protegemos a nosotros mismospreservando la imagen que nos parecemas adecuada.

Cuenta el psiquiatra Boris Cyrulnikque uno se adapta a la vergilenza median-te comportarnientos de evitacion, de ocul-tacion 0 de retirada que alteran la relacion.No se libra uno de la culpabilidad 0 de lavergilenza, sino que se adapta a ella parasufrir menos. Puede ocurrir, sin embargo,que lavergilenza pueda transformarse en

una relacion que facilite el proceso esfundamental.

Lo que quisiera resaltar de ese y otrosmuchos instantes de revelacion personales la fragilidad, la vulnerabilidad en laque nos sumergimos cuando emergennuestros sentirnientos mas ocultos. Que-damos al desnudo. Mostramos las tripasde nuestra coraza. Aireamos las miseriasde nuestros pensamientos. Exponemoslas listas de nuestros miedos y errores. Li-beramos fieras y horrores. Quitamos latrampa y el carton para quedar expuestosa la mirada ajena. Tambien, a su opiniono desprecio. iQue vergiienza!

.~ nos queda otra solucion que confiar ennuestra-miraday aceptar la vulnerabilidad

comoparte delproceso de aprender a ser"

su contrario. En orgullo y arrogancia.Tarnbien, a veces, en indiferencia 0 en ci-nismo. Elsujeto rebajado se torna orgullo-so de su rebeli6n: obesos que exhiben suadiposidad cantando en un cora de gor-dos, 0 calvos que incitan a reuse de su cal-vicie y homosexuales que organizan unexuberante desfile al que etiquetan, preci-samente, como Uorgullo gay".

RECOMPONERLAIMAGEN"Nuestro caracter nos hacemeternos en problemas,pero es nuestro orgullo el quenos mantiene en ellos" (Esopo)

Todos los esfuerzos se consagran al exitoque permita recomponer una imagen vic-toriosa de uno mismo, enmascarando lasderrotas silenciosas, los suefios inalcanza-bles y el desgarro de no sentirse validoante los demas. Puede suceder, incluso,que cuanto mayor sea la desgracia, masgloriosa sea lavictoria. Elexitopuede ser, aveces, el beneficio secundario de un sufri-miento oculto. Elcombate compensatoriocontra la vergiienza es una legitima defen-sa, como afirrna Cyrulnik, pero, evidente-mente, no es una plenitud resiliente.

EIsentimiento de vergiienza 0 de or-guilo se asienta en un dialogo agotador:Morir por decir 0 sufrir por no decir.Mientras se resuelve el dilema, el aver-gonzado atiende tanto en 10que el otropiensa, se pone a veces tanto en su piel,que 10que podria ser una plausible estra-tegia etica acaba por convertirse en vul-nerabilizante. La plasticidad de este sen-timiento depende de la influencia que seconceda al otro. Es otorgarle un podermudo. Tememos morir de vergiienza sidescubren quienes somos en realidad,cuando dicha identidad se sustenta en labaja autoestima, en un yo idealizado 0 enla creencia de que somos de una sola pie-za. John Powello expres6 maravillosa-mente en el titulo de uno de sus libros:iFor que temo decirte quien soy? Sobretodo por una raz6n: Es10Unicoque tengo.Todo este embrollo emocional solo de-pende de la influencia 0 del poder que Ieconcedamos al otro. ;,Tan esclavos pode-mos llegar a ser de su juicio? En realidad,

el problema empieza cuando sufrimospor la imagen desgarrada que expone-mos a nuestra propia mirada.

LAMIRADADELOTRO"Hemos de procederde tal manera que no nossonrojemos antenosotros mismos"(Baltasar Graci<in)

Todo nos lleva a despertaren nosotros la confianza dela que creemos carecer. Lafirmeza interior, la capaci-dad de afirmarnos es unafortaleza que se empieza aconstruirya en la infancia, fruto deunos fuertes lazos afectivos que nos pro-tejan y, ala vez, nos permitan explorarpor nosotros mismos. Un poco de ver-giienza es la prueba de una maduraci6nbiol6gica y de un buen desarrollo de lasaptitudes relacionales. Un exceso dever-giienza revela una sensibilidad exagera-da cercana al temor, una tendencia adespersonalizarse para dejar sitio al otro.Del mismo modo, la ausencia de vergiien-za puede demostrar incapacidad para re-presentarse el mundo de los demas.

Esa sensibilidad exagerada se re-suelve en muchos cas os aprendiendo adesconectarnos 0 aislarnos emocional-mente para no sufrir. Pero entonces per-demos toda referencia sobre nuestrosprocesos internos, dudamos y desconfia-mos de ellos. La consecuencia es queotorgamos a los demas un poder incalcu-lable, mientras nos avergonzamos detodo 10 que sentimos por considerarloinadecuado 0 degradante.

La vergiienza no sirve para nada,pero crea un escenario interior de mora-lidad y muchas veces de culpa. Se con-vierte as! en un arma que el avergonzadoentrega a quien Ie mira. Por eso no nosqueda otra soluci6n que confiar en nues-tra propia mirada. En aceptar la vulnera-bilidad como parte del proceso de apren-der a ser. Sin silenciarla. Sin esconderla.Expresandola adecuadamente. ;,Acasoexiste alguien que nunca en su vida sehaya sentido vulnerable? •

2QuEPASASISOYVOLNERABLE?lLiBROS:

- 'Morirse de vergiienza: de BorisCyrulnik (editorial Debate, 2011).Autor de 'Los patitos teas: pocosretratan tan bien nuestrostraumas y la facultad resilienteque tenemos para salir de ellos.

- ',Par que temo decirte quiensoy?; de John Powell (Sal Terrae).

- 'De la codependencia a lalibertad; de Krishnananda (doctorThomas Trobe) (Ediciones Gulaab).

2. PELicULAS:- 'The class' (2007), de IImar Raag.- 'E1club de los poetas muertos'(1989), de Peter Weir.

- 'The Full Monty' (1997), de PeterCattaneo.