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VENTAJA COMPARATIVA Y COMERCIO INTRAINDUSTRIAL: UNA ESTIMACIÓN
CON DATOS DE PANEL PARA LA UE-121
1. INTRODUCCION.
La presente comunicación tiene por objeto examinar el comercio intraindustrial en los estados
miembros de la UE-12 y el estudio de sus determinantes, centrándonos en los intercambios verticales
en el periodo 1985-1996. En efecto, desde mediados de los años ochenta la integración europea ha ido
recibiendo nuevos y fundamentales impulsos que reflejan la renovación de la confianza en los
beneficios económicos y políticos del proyecto comunitario. No obstante, a pesar de la extensa
literatura sobre el tema, apenas se han analizado las consecuencias del Mercado Único en los flujos
comerciales intraindustriales en la totalidad de estados miembros.
Como en cualquier proceso de integración económica, el acaecido en la Europa comunitaria se
ha manifestado, ante todo, en un efecto liberalizador sobre los intercambios de bienes y factores
productivos en los países participantes. Al fin y al cabo, la integración económica no es más que el
proceso de intensificación de las relaciones económicas, particularmente las comerciales, entre un
conjunto de países que deciden avanzar en la reducción o desaparición de los mecanismos de
protección vigentes hasta dicho momento. En este sentido, el análisis de los efectos sobre la
especialización comercial del proceso de integración constituye una de las líneas de investigación más
abordadas en las últimas décadas. Los resultados de los primeros trabajos empíricos [(Balassa, 1966,
Grubel y Lloyd, 1975; Aquino, 1978)]2 demostraron ya que la reducción de aranceles había provocado
una especialización intraindustrial en los países fundadores de la CEE, tendiendo a hacerse más
homogéneos los patrones de exportación; a la vez que permitieron avanzar en la medición del
comercio intrasectorial. No obstante, el avance de la especialización intraindustrial en las últimas
décadas es cuestionado en trabajos posteriores (Globerman y Dean, 1990; Greenaway y Hine, 1991),
al observar una desaceleración en el ritmo de crecimiento del comercio intraindustrial en la primera
mitad de la década de los ochenta. Esto parecía indicar un cambio de tendencia y la posibilidad de que
la profundización en la integración europea condujera a una especialización interindustrial; hipótesis
también avanzada por Motta (1990) y Krugman (1991). Sin embargo, los últimos análisis, que amplían
2
el período de estudio a los primeros años noventa (Comisión Europea, 1997; Brülhart y Hine, 1999)3,
vuelven a destacar un incremento mayor del comercio intraindustrial.
Ahora bien, las contribuciones empíricas más recientes se centran en investigar por separado
el comercio intraindustrial debido a diferenciación vertical y horizontal de los productos; es decir, al
intercambio de productos que difieren en calidad, o de productos con distintas características (diseño,
marcas, prestaciones,...). Los condicionantes del segundo tipo de intercambios intraindustriales
estarían vinculados a la existencia de economías de escala y mercados de competencia imperfecta; a su
vez, los llamados modelos neo-Heckscher-Ohlin introducen las ventajas comparativas en la
explicación de los patrones intraindustriales de naturaleza vertical. En concreto, Falvey (1981) y
Falvey y Kierzkowski (1987) desarrollan un modelo en el que las diferencias en las dotaciones
factoriales entre socios comerciales explican el comercio intraindustrial; parten del supuesto de que la
intensidad de capital requerida en la producción es creciente con la calidad de los productos
diferenciados verticalmente. Por otro lado, Greenaway y Milner (1986) apuntan la relevancia del
capital humano en la producción de variedades de alta calidad. Asimismo, Flam y Helpman (1987)
enfatizan el papel de las divergencias en la dotación tecnológica entre economías como determinantes
de los intercambios intraindustriales verticales. Puede considerarse, por tanto, que la existencia de
ventajas comparativas (aproximadas por diferencias en la dotación de capital físico, humano y
tecnológico) fomenta alteraciones en la localización comercial de los países a lo largo de rangos de
calidad en los bienes que produce.
En las páginas que siguen, tras un somero repaso de las proposiciones teóricas sobre los
modelos de comercio intraindustrial, se analizan la entidad y naturaleza de los tales intercambios entre
1985 y 1996; en el cuatro epígrafe se presenta el modelo empírico que vincula la especialización en
segmentos de calidad en el comercio entre estados miembros a la existencia de ventajas comparativas.
El trabajo se cierra con un quinto epígrafe en el que se ofrecen algunas consideraciones finales.
2. CONSIDERACIONES TEÓRICAS.
El comercio intraindustrial ha sido explicado teóricamente desde diferentes ópticas. Existe una
primera tipología de modelos que parten de funciones de producción con rendimientos crecientes y del
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supuesto de que los productos no difieren en su calidad sino que están diferenciados horizontalmente
(Krugman, 1979, Lancaster, 1980, Helpman, 1981). Helpman y Krugman (1985) añaden las
dotaciones factoriales a los costes decrecientes y a la diferenciación horizontal de producto, en un
modelo que genera tanto comercio intraindustrial como interindustrial; consideran dos países, dos
factores y dos productos (uno homogéneo, producido con tecnología relativamente intensiva en
trabajo, y otro diferenciado, producido con tecnología relativamente intensiva en capital). Partiendo de
que el país "nacional" es capital-abundante y el extranjero es trabajo-abundante, Helpman y Krugman
muestran cómo únicamente el país extranjero exportará el bien homogéneo, mientras que ambos
exportarán el bien diferenciado; cuánto mayor la diferencia en las dotaciones factoriales iniciales,
menor importancia del comercio intraindustrial en los intercambios bilaterales.
Una alternativa a los anteriores son los modelos de comercio intraindustrial con diferenciación
vertical de los productos, entre los que destacan el de Falvey (1981), más tarde desarrollado por
Falvey y Kierzkowski (1987). En estos modelos, el comercio intraindustrial vertical existe en un
mercado de competencia perfecta, de dos países, dos bienes y dos factores productivos (2 * 2 * 2), en
el que se asume que los productos de alta calidad requieren mayor intensidad de capital en su
producción que los bienes de inferior calidad. Es más, de acuerdo con esta hipótesis, esperamos que
los países capital-abundantes exporten bienes de alta calidad a cambio de productos de baja calidad
procedentes de países trabajo-abundantes. En este sentido, aplican el enfoque Heckscher-Ohlin (H-O)
a la explicación de los intercambios intraindustriales4. No obstante, difieren del paradigma tradicional
en dos aspectos: por un lado, aún existiendo dos únicos factores de producción, uno de ellos (el
capital) es específico de la industria; además, se trata de un factor inmóvil entre países, aunque
perfectamente móvil entre empresas de un mismo sector. Por otro lado, existe diferenciación vertical
de producto al menos en un sector. El modelo de Falvey (1981) no hace referencia explícita al lado de
la demanda, que sí es incorporado en Falvey y Kierzkowski (1987). Se considera que todos los
consumidores comparten las preferencias por bienes de alta calidad pero consumen distintas
variedades de calidad por la misma razón que consumen distintas cantidades de productos: porque sus
ingresos difieren. Un modelo alternativo con diferenciación vertical de producto es el de Flam y
4
Helpman (1987) en el que la estructura del comercio internacional es determinada por diferencias en
tecnología, ingresos y distribución de la renta entre los países.
Adicionalmente ha habido intentos por explicar el comercio intraindustrial sin modificar los
modelos de comercio tradicionales. Un ejemplo es el trabajo de Davis (1995) en el que se introducen,
como elemento novedoso, diferencias técnicas entre países. Parte de un modelo con dos países, dos
bienes y un solo factor, por lo que por definición las intensidades factoriales son idénticas y ambos
bienes pertenecen a la misma industria. De esta manera, el modelo es compatible con la idea de que
los intercambios intraindustriales se produce sobre la base de bienes con iguales intensidades
factoriales. En estas condiciones, pequeñas diferencias técnicas generarán especialización en la
producción. Como hay demanda para ambos bienes en los dos países, habrá comercio y éste será de
naturaleza intraindustrial.
Por tanto, la teoría parece dejar claro que los determinantes del comercio intraindustrial
vertical y horizontal difieren, lo que ayuda a explicar por qué los ejercicios econométricos que no
desglosan el comercio intraindustrial en sus dos componentes, a menudo no ofrecen buenos resultados.
Se exige, en consecuencia, la investigación de los condicionantes de los intercambios intraindustriales
horizontales y verticales por separado.
Nuestro propósito es indagar en los determinantes de la especialización comercial en niveles
de calidad de los estados miembros de la UE-12 en el contexto de los modelos de comercio con
diferenciación vertical de los productos. De acuerdo con los mismos, el comercio intraindustrial
vertical es determinado por la existencia de ventajas comparativas; cuánto más abundante sea un país
en su dotación de capital -físico, humano y tecnológico-, mayor será la calidad relativa de sus
exportaciones. Ello sugiere una relación positiva entre los ratios capital-trabajo de los países y la
calidad de los productos diferenciados verticalmente que exporta.
3. RELAVANCIA Y NATURALEZA DEL COMERCIO INTRAINDUSTRIAL EN LA
EUROPA COMUNITARIA.
En este epígrafe se analiza la entidad, naturaleza y evolución del comercio intraindustrial en la
Europa integrada en la etapa 1985-1996. Para medir la importancia de este fenómeno comercial se
5
utiliza el índice de Grubel y Lloyd (1975), calculado en el ámbito de los intercambios entre estados
miembros. Este índice de comercio intraindustrial (ICI) se define como:
X it + M it – | X it – M it | | X it – M it |ICI it = [ ] *100 = [ 1 - ] * 100
X it + M it X it + M it
de forma que el comercio intrasectorial en la rama i, en el año t, tomará valores entre cero (cuando
todo el comercio sea interindustrial) y uno (cuando todo el comercio sea intraindustrial). Para
disminuir al máximo el inconveniente de la agregación estadística, se calculan los ICI a un nivel de
desagregación de seis dígitos para las dos nomenclaturas con las que se ha trabajado (NIMEXE entre
1985 y 1987 y NC hasta 1996). Posteriormente, se agregan los índices de comercio intraindustrial de
las producciones incluidas en cada una de las trece ramas de manufacturas que distingue la NACE-
CLIO en su versión R-25 ponderando por su volumen de comercio.
El análisis de la entidad del comercio intraindustrial en el seno de la Europa comunitaria
permite obtener al respecto las siguientes conclusiones (cuadro 1). De entrada, el considerable
incremento de los intercambios de naturaleza intraindustrial, medidos a través del ICI de la UE-12
(calculado como media ponderada de los valores de los estados miembros), llegando a alcanzar el 57
por 100 en el comercio con los estados miembros. Sin embargo, existen importantes disparidades entre
las economías participantes en el proyecto europeo. Esta diversidad se percibe con toda claridad en el
gráfico 1, que muestra la entidad del comercio intraindustrial de las distintas economías: si el país se
encuentra en la mitad inferior del cuadrado, predomina el comercio interindustrial, mientras que si se
sitúa en la mitad superior, su comercio es de carácter mayoritariamente intraindustrial.
Mientras que en 1985, sólo en dos países, Alemania y Francia, los flujos intraindustriales
superaban la mitad de los intercambios intracomunitarios; en 1996, la mayoría de los países miembros
se encuentran en dicha situación. Si bien en todos los países aumentan sus relaciones comerciales de
carácter intraindustrial, en las economías de más reciente incorporación (Grecia, Portugal y España),
dicho aumento fue notablemente mayor, convergiendo hacia los niveles medios de la Europa
integrada. Así pues, los avances en el proceso de integración han propiciado una especialización
intraindustrial, como ya habían puesto de manifiesto distintos autores para etapas anteriores.
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CUADRO 1: LA NATURALEZA DEL COMERCIO INTRAINDUSTRIAL EN LA UE-12.
Comercio intraindustrial1 ICI vertical (% del ICI) ICIv alta calidad (% ICIv)1985 1996 1985 1996 1985 1996
Francia 52,3 66,6 46,3 51,0 62,8 61,4Bélgica 45,1 58,0 52,0 55,6 51,2 61,2Holanda 47,7 55,9 51,7 54,4 60,3 63,5Alemania 53,4 63,9 51,0 55,5 68,6 68,9Italia 34,8 44,0 72,2 63,4 21,6 38,3Reino Unido 46,5 59,7 64,2 64,3 55,4 56,5Irlanda 23,1 29,6 77,1 85,9 59,4 67,3Dinamarca 27,6 42,4 70,6 72,9 58,1 69,7Grecia 6,2 11,2 80,3 80,6 24,4 48,6Portugal 11,7 26,7 83,6 61,7 45,8 29,7España 29,4 52,5 70,6 55,4 43,4 37,7UE-12 45,5 56,7 55,2 57,2 56,0 59,0(1) Porcentaje sobre el comercio intracomunitario de bienes.
Fuente: Elaboración propia a partir de Eurostat.
GRAFICO 1: LA NATURALEZA DEL COMERCIO INTRACOMUNITARIO EN LA UE-12
0
50
100
0 50 100
COMERCIO INTRAINDUSTRIAL VERTICAL
CO
ME
RC
IO IN
TR
AIN
DU
ST
RIA
L
Irlanda
Grecia
DinamarcaItalia
Portuga l
Gran Bretaña
Francia
España
HolandaBélgica
Alemania
1996
0
50
100
0 50 100COMERCIO INTRAINDUSTRIAL VERTICAL
CO
ME
RC
IO IN
TR
AIN
DU
ST
RIA
L
Irlanda
Grecia
Dinamarca
Italia
Portuga l
Gran Bretaña
Francia
España
HolandaBélgica
Alemania
1985
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Si se introduce la dimensión sectorial, las manufacturas avanzadas alcanzan los mayores ICI,
luego las intermedias, y a cierta distancia, las tradicionales (cuadro 2); resultado que se extiende a lo
largo del período considerado. Como cabría esperar, las ramas de demanda y contenido tecnológico
alto tienen mayores posibilidades para desarrollar un comercio de tipo intraindustrial, puesto que
poseen un elevado grado de diferenciación en tipos, calidades y características de los productos y una
mayor exposición a la competencia exterior.
Fran. Bélg. Holan. Alem. Italia R.Uni. Irlan. Dinam. Grecia Port. Espa.
AVANZADAS 74,3 67,1 62,9 70,2 57,0 73,1 33,6 53,7 13,2 21,7 47,2Maq.ofici.,orden.e I.precis. 75,9 73,1 67,6 73,2 68,6 78,8 31,0 53,3 5,4 22,6 40,7Maq. eléctrica y electrón. 73,2 63,8 57,2 68,6 50,1 68,7 36,8 53,9 16,9 21,4 50,1INTERMEDIAS 70,1 59,1 56,8 65,3 53,9 59,9 23,2 41,1 4,2 33,1 57,9Química 58,0 58,3 48,8 58,9 47,5 51,9 18,7 37,7 3,9 18,2 46,2Caucho y plásticos 65,8 65,1 65,4 69,7 53,5 69,4 49,9 54,6 14,8 48,1 67,5Maq. y equipo mecánico 71,6 63,9 66,7 59,8 55,3 57,7 36,7 55,0 4,2 19,4 62,3Material de transporte 79,9 56,0 60,8 72,0 58,8 66,6 11,8 18,9 0,3 43,9 59,9TRADICIONALES 58,7 54,2 51,0 58,6 29,7 49,8 31,1 38,8 15,0 23,4 46,6Metálicas básicas 60,9 45,3 47,0 62,9 38,6 52,6 15,8 38,7 25,5 13,3 42,5Productos metálicos 69,5 61,2 64,7 68,1 32,8 66,6 43,3 57,0 9,9 40,6 65,7Ptos. de min.no metálicos 55,8 49,0 52,5 52,1 30,1 50,6 32,1 38,9 6,6 26,6 43,5Aliment., bebidas y tabaco 46,5 52,2 37,0 50,7 24,0 38,8 25,2 28,0 9,1 20,2 35,6Papel y artes gráficas 71,3 70,6 70,4 60,4 40,1 42,5 37,9 45,7 3,2 12,5 47,4Textil,vestido,cuero y calz. 61,2 53,6 62,7 56,6 26,9 56,6 39,0 54,5 23,4 24,4 49,4Madera, muebles y otras 61,1 60,0 56,6 62,1 22,4 50,3 43,7 25,4 11,2 25,6 54,5TOTAL MANUFACT. 66,6 58,0 55,9 63,9 44,0 59,7 29,6 42,4 11,2 26,7 52,5Fuente: Elaboración propia a partir de Eurostat.
CUADRO 2: ÍNDICES DE COMERCIO INTRAINDUSTRIAL EN LA UE-12(Porcentajes sobre el comercio intracomunitario en 1996)
Sin embargo, esta ordenación sectorial de los ICI no se mantiene en los flujos
intracomunitarios de los países con una menor presencia de comercio intraindustrial (Irlanda, Grecia y
Portugal), donde los índices adquieren valores extremadamente reducidos con relación al resto de los
países europeos en los tres grupos de manufacturas, y siendo la diferencia especialmente intensa en las
actividades con mayores requerimientos tecnológicos. También llama la atención el hecho de que la
economía española haya sido capaz de alcanzar ICI similares a los de los países más desarrollados de
la Unión Europea en las manufacturas tradicionales e intermedias; en cambio, en las ramas más
susceptibles de comercio intraindustrial, las avanzadas, el ritmo de aumento del comercio
bidireccional ha sido menor que en los otros dos grupos, manteniéndose una distancia de más de
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veinte puntos porcentuales respecto de los índices correspondientes a Francia, Bélgica, Alemania y el
Reino Unido. Es muy posible que tal comportamiento esté relacionado con el insuficiente desarrollo y
diversificación de las industrias tecnológicamente más avanzadas en España, como denota la reducida
capacidad de la producción nacional para abastecer la demanda interna (Myro y Gandoy, 1999).
El procedimiento seguido para medir la naturaleza del comercio intraindustrial parte de la
suposición de que las diferencias en precios del bien intercambiado reflejan dispares niveles de
calidad. Ante la ausencia de precios de los bienes comercializados, se usan los Índices de Valor
Unitario (IVUS). Se considera que los productos cuyos valores unitarios están cercanos en un año
determinado son similares. En concreto, se entiende que los productos intercambiados son similares (o
diferenciados horizontalmente) si los IVUS de las exportaciones e importaciones difieren menos de un
±15 por 100; es decir, si se cumple la siguiente condición:
0,85 ≤ IVU (Xij) / IVU (Mij) ≤ 1,15
Si no es así, los productos estarán diferenciados verticalmente. A su vez, el comercio
intraindustrial vertical puede dividirse en dos componentes, el de baja y el de alta calidad. Se
considerará que es de alta calidad si el precio de las ventas al exterior supera al de las compras en más
de un 15 por 100, y de baja calidad en el caso contrario5.
Queda por determinar, pues, la naturaleza del comercio intraindustrial: el componente vertical
y horizontal del ICI. Su estimación (véase de nuevo el cuadro 1) permite afirmar que los intercambios
intraindustriales son mayoritariamente de naturaleza vertical en la Europa comunitaria. La verticalidad
de los flujos comerciales intraindustriales es, por norma general, más elevada cuanto mayor peso
relativo tenga la especialización intersectorial en los países integrados. Es decir, si el comercio
interindustrial viene explicado mayoritariamente por la existencia de ventajas comparativas, esto
significaría que en aquellos países con una mayor importancia relativa de los intercambios basados en
dichas ventajas, el comercio intraindustrial se sustenta especialmente en diferencias en la calidad de
las producciones.
Para observar este proceso con nitidez es preciso volver al gráfico 4. Un país ubicado en la
parte derecha del cuadrado tendrá predominio de intercambios intraindustriales de naturaleza vertical,
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mientras que serán de naturaleza horizontal si se encuentra en la parte izquierda. Los resultados
obtenidos permiten distinguir dos grupos de países en el ámbito de las relaciones intracomunitarias. El
primero, formado por los países que se encuentran en el cuadrante superior derecho, se caracteriza por
una especialización de naturaleza intraindustrial e incluye a países pioneros en el proyecto europeo
como Francia, Holanda, Alemania y Bélgica, a los que se suman Reino Unido y España. Se trata de un
comercio intraindustrial que se inclina levemente por productos diferenciados verticalmente (en torno
al 55 por 100 del ICI), excepto en la economía británica en la que dominan claramente los
intercambios de bienes que difieren en calidad. En cambio, en los países del segundo grupo
−cuadrante inferior derecho−, en los que se impone la especialización de naturaleza interindustrial, su
bajo comercio intraindustrial consiste predominantemente en intercambios de bienes similares en
características, pero con diferentes niveles de calidad.
Ahora bien, el que más de la mitad de los intercambios intraindustriales correspondan a
diferenciación vertical de las producciones no significa que los incrementos en el comercio
intraindustrial se hayan debido, de forma generalizada, a un aumento de los flujos de bienes de distinta
calidad. Por el contrario, puede observarse en el citado gráfico que la importancia relativa de la
especialización vertical se estancó o retrocedió en aquellos países que mostraban en 1985 un mayor
comercio intraindustrial de naturaleza vertical: es la consecuencia de los iguales o mayores aumentos
registrados por el comercio de carácter horizontal. El mayor crecimiento de los intercambios de
producciones de similar calidad es especialmente importante en el comercio intracomunitario de Italia,
Portugal y España.
Por sectores, la diferenciación vertical adquirió mayor protagonismo en las ramas de demanda
y contenido tecnológico fuerte y débil; y respecto de las intermedias, el bajo índice de comercio
intraindustrial vertical de material de transporte reduce el valor del agregado en el comercio dentro de
la Comunidad. Este perfil sectorial de los intercambios intraindustriales de bienes de distinta calidad
es compartido por la mayoría de los estados miembros. Existen, no obstante, algunos comportamientos
específicos dignos de reseñar; es el caso de la economía francesa, única economía comunitaria en la
que diferenciación vertical y horizontal están equilibradas en las manufacturas avanzadas; por el
10
contrario, en las economías irlandesa, danesa y griega, el comercio intraindustrial vertical se impone
claramente en los tres grupos de manufacturas (cuadro 3).
De acuerdo con los modelos de diferenciación vertical de los bienes, cabría esperar que los
países con mayores niveles de renta se especializasen en segmentos de mayor calidad, mientras que los
países con menor nivel de renta en segmentos de calidad reducida. En estas condiciones, el riesgo de
desplazamiento de la producción nacional por importaciones será mayor en aquellas economías que
están especializados en bienes de una calidad inferior, y los costes de ajuste serían similares a los que
se producen en el caso de una especialización interindustrial.
En la Europa comunitaria, el segmento de alta calidad concentra en torno al 60 por 100 de los
intercambios intraindustriales verticales en el ámbito intracomunitario (cuadro 1); especialización en
alta calidad que, salvo determinadas excepciones, se ha ido consolidando en el periodo objeto de
estudio. El predominio del segmento de calidad superior se extiende por los tres grupos de
manufacturas en Holanda, Alemania, Irlanda y Dinamarca (cuadro 3). En un segundo nivel se sitúan
las economías francesa, belga y británica con exportaciones de alta calidad concentradas en las
manufacturas de mayores requerimientos tecnológicos y dinamicidad de la demanda. De forma que,
hacia mediados de los años noventa, únicamente los países del sur de Europa (Portugal, España, Italia
y Grecia) mostraron una especialización en las gamas de baja calidad en cualquiera de los tres grandes
grupos de manufacturas (exceptuando las avanzadas en Grecia y España). La evidencia empírica
encontrada parece apoyar, pues, las hipótesis de los modelos de diferenciación vertical de producto. Es
más, la diferencia de calidad entre las exportaciones e importaciones de manufacturas ha aumentado
en España y Portugal. Por el contrario, la economía italiana y, particularmente, la griega han suavizado
su especialización en bienes de inferior calidad.
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CUADRO 3: INTERCAMBIOS INTRAINDUSTRIALES VERTICALES (Y DE ALTA CALIDAD)
EN LA UE-12
(Porcentaje sobre el comercio comunitario y sobre el ICI vertical, respectivamente)
Fran. Bélg. Holan. Alem. Italia R.Uni. Irlan. Dina. Grecia Port. Espa.
AVANZADAS 50,9 68,9 68,6 61,5 81,3 76,3 89,6 70,4 89,7 88,6 70,670,7 66,1 66,0 74,0 45,0 64,0 78,3 71,6 74,4 26,6 55,4
Maq. oficina, ord. y prec. 35,3 60,6 73,6 55,5 83,8 69,7 86,1 72,5 89,3 93,5 55,576,5 60,9 64,8 45,8 64,4 75,0 96,0 92,9 48,4 62,4 70,1
Maq. electrica y electrón. 61,4 74,3 61,3 64,9 79,3 82,2 93,2 69,2 89,8 87,1 76,268,4 68,8 67,9 87,9 28,4 55,8 61,3 58,6 78,3 14,5 51,5
INTERMEDIAS 48,4 53,0 44,0 50,7 53,8 52,0 88,2 81,0 69,1 43,3 47,549,1 69,3 64,2 68,1 27,1 52,0 55,0 64,0 48,3 26,1 30,3
Química 62,1 59,6 52,2 63,7 56,0 62,1 95,9 83,2 66,2 59,5 69,353,2 72,5 56,7 62,6 43,4 60,7 47,3 62,4 56,4 48,3 24,6
Caucho y plásticos 49,1 57,1 31,9 54,4 52,1 57,2 76,4 85,2 68,2 79,3 30,786,0 67,0 74,0 90,6 14,0 74,3 78,0 86,2 53,3 19,7 40,3
Maq. y equipo mecanico 67,2 90,5 58,6 79,9 82,0 78,7 94,4 76,2 73,0 87,5 80,753,3 56,8 75,7 82,5 19,5 42,6 55,3 65,7 27,8 22,0 18,6
Material de transporte 30,6 24,7 25,1 29,0 28,5 26,0 36,0 84,8 99,2 23,4 27,027,7 85,7 60,2 47,6 29,1 40,2 69,2 23,0 78,2 21,4 50,1
TRADICIONALES 55,1 54,5 55,1 59,0 67,2 70,6 79,0 68,2 81,0 74,2 63,772,8 49,2 60,8 66,7 48,2 52,9 60,8 73,6 43,6 33,1 39,3
Metálicas básicas 31,3 27,6 50,7 34,5 44,8 49,3 82,9 47,1 40,7 48,3 45,164,0 39,3 66,9 77,7 42,3 27,0 45,0 71,7 10,1 44,3 21,5
Productos metálicos 78,2 61,6 60,1 75,3 83,1 75,4 91,9 86,7 80,8 75,1 74,475,9 52,7 60,4 85,1 22,6 67,1 78,2 79,2 38,5 45,7 47,3
Prod. de min.no metálicos 58,0 71,6 55,6 60,8 67,2 75,3 94,7 57,1 98,8 45,0 66,471,6 61,9 63,3 81,9 37,6 57,2 67,2 62,0 29,9 29,6 38,5
Aliment., bebidas y tabaco 44,8 55,9 56,3 55,7 76,6 68,9 64,8 55,0 91,9 62,5 55,470,9 43,8 71,6 31,3 64,3 48,0 58,5 72,3 14,5 64,3 36,2
Papel y artes gráficas 48,3 45,2 37,0 41,7 56,2 65,5 94,6 70,1 93,2 71,8 76,360,2 39,4 63,3 72,3 32,6 82,9 83,7 57,6 27,1 28,4 14,9
Textil, cuero y calz. 70,7 60,3 62,0 77,0 68,5 75,1 79,9 77,7 90,1 80,9 65,583,7 30,6 33,4 73,2 66,0 51,9 49,4 79,4 61,5 25,0 55,7
Madera, muebles y otras 69,7 73,2 69,9 77,7 84,2 90,7 92,2 67,1 77,0 93,5 75,264,2 79,5 81,6 50,5 50,6 45,3 46,8 70,2 82,4 23,1 42,7
TOTAL MANUFACTURAS 51,0 55,6 54,4 55,5 63,4 64,3 85,9 72,9 80,6 61,7 55,461,4 61,2 63,5 68,9 38,3 56,5 67,3 69,7 48,6 29,7 37,7
Fuente: Elaboración propia a partir de Eurostat.
4. DETERMINANTES DEL COMERCIO INTRAINDUSTRIAL VERTICAL DE ALTA
CALIDAD EN LA UE-12.
El modelo teórico de Falvey y Kierzkowski (1987) predice que diferencias en la tecnología,
ingresos y distribución de la renta en los países darán lugar a comercio intraindustrial vertical, de
forma que los países más avanzados tecnológicamente y más intensivos en capital se especializarán en
12
bienes de alta calidad en sus intercambios verticales frente a una especialización en baja calidad de los
países menos avanzados tecnológicamente y más abundantes en trabajo. El análisis efectuado en el
apartado anterior ha constatado la existencia, en el seno de la UE, de una orientación de los países con
menores niveles de renta hacia la exportación de bienes de inferior calidad y la importación de bienes
de calidad superior, y el comportamiento contrario en los países con mayores niveles de renta, como
predicen los nuevos modelos H-O; aunque no sea extensible a la totalidad de las producciones, debido
a la intervención de condicionantes ajenos a la ventaja comparativa en la determinación de los
patrones de especialización de la Europa integrada.
El propósito del presente epígrafe es contrastar si la especialización en niveles de calidad de
los países de la UE en el comercio intracomunitario está vinculada a las ventajas o desventajas
comparativas respecto a la media comunitaria6. En ese caso, los estados miembros con dotaciones
intensivas en capital (tecnológico, humano y físico) respecto a la media comunitaria se posicionarán
previsiblemente en segmentos de alta calidad en su comercio intracomunitario, mientras que los
estados miembros con desventajas comparativas acapararán los segmentos de inferior calidad. Para
ello llevamos a cabo la siguiente regresión:
Ln CIIvacjt = αj + β1 ln DCTjt + β2 ln DCFjt + β3ln DCHjt + vjt
Siendo j el país (j=1...11 estados miembros), t el año (t= 1985...1996) y DCT, DCF y DCH las
diferencias en el stock de capital tecnológico, físico y humano, respectivamente. Se trata de un panel
de datos que estimamos para el conjunto de manufacturas y para cada una de las trece ramas
manufactureras. Coeficientes positivos en estas regresiones avalarán que la especialización en niveles
de calidad en el seno del comercio intraindustrial vertical está motivada por la existencia de
divergencias en la dotación factorial, y que es la ventaja comparativa la que determina el
posicionamiento de cada economía en un rango de calidad concreto.
La variable a explicar (CIIvac) es el porcentaje que supone el intercambio de productos de alta
calidad sobre el comercio intracomunitario de bienes. Puesto que se desea analizar la naturaleza del
comercio, el índice así definido se perfila como la mejor elección; si se escogiese como denominador
el comercio vertical, no se tendrían en cuenta las divergencias en la entidad del comercio
13
intraindustrial vertical entre países y la interacción existente entre los componentes horizontal y
vertical, e incluso entre el comercio interindustrial y el intraindustrial.
Una parte de los trabajos que estiman los determinantes del comercio intraindustrial utilizan
una función lineal o lineal en logaritmos y MCO (mínimos cuadrados ordinarios)7. Sin embargo, los
índices de comercio intraindustrial toman valores entre 0 y 1, de forma que la estimación de una
función lineal o lineal en logarítmos puede predecir valores de la variable dependiente que estén fuera
del rango de observaciones posibles, esto es, menores que cero o mayores que uno. En este caso, los
estimadores serán insesgados pero no eficientes ya que los residuos no pueden tener una distribución
normal al estar acotados. Siguiendo a Balassa (1986) y Balassa y Bauwens (1987), puede aplicarse una
función logística, para garantizar que los valores ajustados queden entre 0 y 1. La ecuación apropiada
es:
CII = 1 / [1+ EXP(-β Z)] (1)
Donde Z es el vector de variables explicativas incluyendo una constante, y β es el vector de
coeficientes. Sin embargo, la expresión (1) puede ser transformada y obtenerse:
Ln [CII/ (1-CII)] = β Z (2)
Con esta especificación la variable dependiente puede oscilar entre -∞ y +∞ y estar asociada
linealmente con βZ. Además, en nuestros datos no observamos valores extremos (0 y 1) para los
intercambios verticales de alta calidad, que puedan generar una variable dependiente indefinida. Por
tanto, (2) puede ser estimada con MCO en ausencia de otros problemas de especificación8.
La variable explicativa DCTjt se refiere a las diferencias tecnológicas entre cada estado
miembro y la media comunitaria y se miden a través de un indicador de capital tecnológico por
trabajador. Este indicador se construye a partir de la expresión CTt = (I-δ)CTt-1 + GIDt-1, donde GID se
refiere al gasto en I+D en cada Estado miembro y la dotación en el periodo inicial se calcula como CT0
= GID0/(I+δ). I es el crecimiento logarítmico anual medio de los gastos en I+D en el periodo para el
que se dispone de información homogénea (1975-1996) y GID0 son los gastos en I+D en el primer año
para el que se ofrecen. La tasa de depreciación (δ) se ha fijado en el 15%9 y el deflactor utilizado ha
sido el de la formación bruta de capital fijo. La dotación de capital tecnológico de cada año se divide
14
por el empleo de ese año para obtener el stock de capital tecnológico por trabajador. Puesto que el
interés reside en reflejar la ventaja ó desventaja tecnológica de cada economía integrada frente a la
media de la UE, la variable DCTjt se define como el cociente entre la dotación de capital tecnológico
por trabajador en cada estado miembro respecto a la dotación media comunitaria; así, valores
superiores a la unidad indicarán la existencia de ventaja tecnológica del Estado miembro en cuestión
en el entorno comunitario y desventaja tecnológica si el cociente es inferior a la unidad.
Para la elaboración de la variable explicativa DCFjt, medimos la dotación de capital físico,
siguiendo a Leamer (1984) y otros, como la suma de la inversión interior bruta acumulada teniendo en
cuenta la depreciación. En concreto, utilizamos los datos de stock de capital por trabajador de las
PENN World Tables 5.6, que constituyen una revisión actualizada, realizada en 1995, de la base de
datos original de Summers y Heston (1991). Estos autores construyen series de stock de capital a partir
del método de inventario perpetuo e incluyen bienes de producción, construcción no residencial y otra
construcción en el concepto de capital. De esta base obtenemos los datos de stock de capital físico para
los 12 estados miembros y para la etapa 1985-1992. La estimación de los años 93-96 se realiza
aplicando el método de inventario perpetuo: se calcula las series de inversión bruta acumulada desde
1975, primer año para el que dispone de información homogénea para todos los países de la muestra,
introduciendo una tasa de depreciación anual, cuyo valor se ha fijado, siguiendo a Benhabib y Spiegel
(1994), en un 7%. Para convertir el stock de capital de cada país en una moneda común se utilizan
paridades de poder de compra. El indicador obtenido se divide por el número de trabajadores en cada
año. Las tasas de variación de esta medida de stock de capital físico por trabajador se aplican a la serie
de las PENN World Tables. Aunque hubiera sido preferible utilizar únicamente la inversión en el
sector manufacturero, esos datos no están disponibles y, por otro lado, no parece probable que el uso
del porcentaje de inversión total en el sector manufacturero cambie el ranking de los países en función
de su dotación factorial. Cómo último paso, se calcula un índice de diferencias en dotación de capital
físico entre cada estado miembro y la media europea, que nos da la existencia de ventajas o
desventajas comparativas.
15
Por su parte, la construcción de la variable DCHjt es más compleja debido a la dificultad de
medir adecuadamente la dotación de capital humano. Podemos diferenciar dos tipos de indicadores
que aproximan el stock de capital humano:
1. El promedio de años de educación, calculado como el producto entre el porcentaje de
población para que el cada nivel educativo es el máximo alcanzado y la duración en años
de ese nivel10.
2. El nivel máximo de educación alcanzado por la población, esto es, el porcentaje de
población que ha superado un determinado grado de educación que generalmente es el
secundario o terciario. Este indicador se diferencia del anterior en qué no tiene en
consideración la proporción de población que ha rebasado cada uno de los umbrales
educativos ni las diferencias en la duración en años de escolarización de cada nivel.
La ausencia de disponibilidad del promedio de años de escolarización para los doce países de
la Unión Europea y para los doce años de estudio nos obliga a aproximar la dotación de capital
humano mediante el nivel máximo de educación alcanzado por la población. En concreto, optamos por
el porcentaje de población entre 25 y 64 años que ha alcanzado al menos la educación secundaria
superior11. Las posibles divergencias en la medición de la población activa entre países señaladas por
Behrman y Rosenzweig (1994) y Barro y Lee (1993) aconsejan calcular el ratio respecto a la
población en edad de trabajar en vez de la población activa. La elección del umbral de la educación
secundaria superior viene motivada por el desequilibrio existente entre las economías europeas en
cuánto a la población que como mínimo ha obtenido ese nivel educativo, provocado por la inclusión
en el mismo de la formación profesional y los programas de aprendizaje en colaboración con
empresas. El indicador obtenido confirma el retraso educativo de algunos países como España, que no
es capturado si el stock de capital humano se aproxima por el peso de la población con estudios
universitarios, debido al aparente superávit de España en titulados universitarios, especialmente entre
los jóvenes. Los datos proceden de la OCDE que ofrece información para todos los estados miembros
en los últimos años; además, si comparamos los indicadores concretos de la fracción de población que
al menos ha comenzado sus estudios secundarios elaborados por la OCDE, por un lado, y por Barro y
Lee (1993), por otro, la imagen que emerge del primero parece más razonable, al menos en el sentido
16
de ajustarse mejor a las percepciones habituales sobre el nivel educativo de los distintos países de la
muestra12.
Adicionalmente, en un intento de subsanar algunas de las críticas a esta medida
(especialmente, la falta de consideración de las diferencias en la calidad de la enseñanza), construimos
un indicador de la dotación de capital humano a partir del número de matriculados en cada nivel
educativo13. Se introduce, siguiendo a Barro y Lee (1993), un desfase de 15, 10 y 5 años en la
educación primaria, secundaria y terciaria, respectivamente, en los datos de incorporación a la
enseñanza y se ponderan por el gasto por estudiante relativo en cada uno de estos niveles de
formación. Los resultados obtenidos se dividen entre la población en edad de trabajar y se normaliza
por el valor que representa en promedio la UE cada año para disponer de un variable “proxy” de las
diferencias en la dotación de capital humano entre cada estado miembro y la Unión Europea.
Resultados del modelo.
Cómo se ha comentado anteriormente, las estimaciones de este modelo siguen la metodología
de los datos de panel. La elección del método más adecuado de estimación se realiza en base a dos
tipos de contrastes: en primer lugar, el que establece si existen efectos individuales nacionales; en
segundo lugar, el que determina si éstos deben considerarse fijos o aleatorios.
El primer contraste comprueba si la técnica de datos de panel es la adecuada, esto es, si aporta
alguna ventaja frente a técnicas menos complicadas. Aplicando el contraste F de efectos individuales,
obtenemos un estadístico F (10,118) = 31.71, que indica la existencia de los mismos y la idoneidad de
estimar la función mediante un panel de datos. Los estadísticos F (10,118) para las ramas oscilan entre
el 6.77 de metálicas básicas y el 29.36 de caucho y plásticos, valores que justifican la estimación de un
panel de datos.
El segundo contraste nos determina si la estimación de los coeficientes β ha de realizarse a
través del modelo de efectos fijos o bien del modelo de efectos aleatorios. Cuando el modelo es de
efectos fijos, se supone que las divergencias entre países pueden ser captadas mediante divergencias
en el término independiente, por lo que en este caso, los efectos individuales son tratados como N
coeficientes adicionales a estimar junto a los parámetros β. Cuando el modelo es de efectos aleatorios,
se supone que los efectos individuales son una variable aleatoria independiente de las variables
17
explicativas y forma parte de un término de perturbación compuesto. No obstante, Arellano y Bover
demuestran que el modelo de efectos fijos se puede considerar como un caso particular del modelo de
efectos aleatorios sin pérdida de generalidad. La distinción esencial es si los efectos están
correlacionados o no con las variables explicativas. Para comprobarlo, aplicamos el test de Hausman
que contrasta la existencia de correlación entre los regresores y los efectos individuales; al ser el valor
del estadístico de χ2 (3) =6.09, cercano al valor de tablas, no rechazamos la existencia de correlación,
por lo que el modelo a estimar es el de efectos fijos; en estas circunstancias, resulta más apropiada la
aplicación del estimador de la covarianza o estimador intragrupos, por ser el único consistente además
de eficiente. Este estimador es equivalente a aplicar el estimador de Mínimos Cuadrados Ordinarios
(MCO) sobre las desviaciones respecto a la media. Si se considera el modelo de efectos fijos como un
caso particular del modelo de efectos aleatorios correlacionados, se obtendría un estimador consistente
aplicando MCO al modelo transformado en primeras diferencias o en desviaciones ortogonales14. En
este trabajo se ha optado por utilizar el modelo transformado en desviaciones octogonales. Por último,
si el modelo fuese de efectos aleatorios incorrelacionados, el estimador eficiente sería Mínimos
Cuadrados Generalizados (MCG)15.
En el cuadro 4 aparecen los resultados de la estimación mediante datos de panel que han sido
realizadas utilizando el programa DPD, elaborado por Arellano y Bond. Para el agregado de
manufacturas, los coeficientes obtenidos son significativos para las tres variables que aproximan la
ventaja comparativa; se observa una elevada elasticidad del stock de capital humano16 (0.63) y
tecnológico (0.67), mientras que el signo del stock de capital físico es negativo. Estos resultados están
en línea con los obtenidos en trabajos que introducen las diferencias en dotación factorial como
determinante de la calidad relativa de las exportaciones. En concreto, los estudios Torstensson (1996)
y Greenaway y Torstensson (1998) incorporan la dotación de capital físico y humano por separado,
como variables explicativas del nivel de calidad de las exportaciones de Suecia en sus intercambios
bilaterales; El análisis se circunscribe a los productos manufactureros, pues consideran que las
diferencias en calidad son importantes en todas o en la mayoría de las industrias manufactureras.
Desde el punto de vista económico, el signo negativo de la dotación de capital físico no es un
resultado incompresible. Es fácil encontrar ejemplos de industrias en las que la superior calidad del
18
producto no viene justificada por una mayor intensidad en capital físico; es el caso de los productos
textiles o el calzado hecho a mano, la industria de la moda, los productos alimenticios de elaboración
tradicional, los automóviles hechos por encargo, etc., producciones donde la cualificación de la mano
de obra juega un papel esencial. Este hecho unido a la heterogeneidad de producciones incluidas en el
agregado de manufacturas, que no permite distinguir entre ramas en las que la intensidad de capital
físico pueda ser indicativo de mayor calidad de las que no, provoca la obtención de un coeficiente
negativo para el stock de capital físico.
La frontera no siempre nítida entre diferenciación vertical y tecnológica en el concepto de
intercambios intraindustriales que difieren en calidad aconseja incluir un tercer tipo de capital, el
tecnológico, no considerado en investigaciones previas. En Greenaway y Torstensson (1998) se apunta
la necesidad de abordar esta vía de investigación, enfatizando la importancia de evaluar la incidencia
de la ventaja comparativa en el patrón del comercio intraindustrial por la vertiente de las diferencias
tecnológicas y no sólo por el de las proporciones factoriales. La diferenciación tecnológica está
asociada a la introducción de ciertas características o atributos que resultan en nuevos productos
mejorados técnicamente y percibidos como superiores a los productos existentes por todos los
consumidores. Una mayor dotación de capital tecnológico o, lo que es lo mismo, una mayor capacidad
tecnológica de una economía respecto a sus socios comerciales, daría lugar a unas exportaciones de
mayor precio-calidad, al menos hasta que la mejora tecnológica se difundiera al resto de países. Este
razonamiento encuentra apoyo en las llamadas teorías neotecnológicas que defienden como fuente de
ventaja comparativa las diferencias internacionales en las condiciones tecnológicas. Los resultados de
nuestras estimaciones para el agregado de manufacturas muestran un coeficiente positivo y
significativo de la dotación de capital tecnológico, que corrobora la hipótesis planteada.
Un problema econométrico a tener en cuenta es la no normalidad de los errores. Las
estimaciones MCO pueden entonces ser menos eficientes que otro tipo de estimación. Para contrastar
la hipótesis nula de normalidad de los residuos se realiza un test conjunto de asimetría y apuntamiento,
que recibe el nombre de test de Jarque-Bera y que se construye mediante la suma ponderada de los dos
test anteriormente citados; se ha obtenido un estadístico chi-cuadrado con dos grados de libertad de
2.65, por lo que se acepta la hipótesis de normalidad de los residuos.
19
CUADRO 4: COMERCIO INTRAINDUSTRIAL VERTICAL DE ALTA CALIDAD Y VENTAJA
COMPARATIVA
(Estimación mediante datos de panel, UE-12, 1985-96).
VARIABLES DKH DKF DKT Test de Wald de Autocorrelación Nº de R2
RAMAS (a) (a) (a) significativad conjunta primer y 2º orden observaciones ajustado (b)
Oficina y precisión 1.27 -3.38 2.00 18.09 2.36 132 0.72
(1.68)* (-2.63)*** (3.50)*** df=3 -0.90
Mat. Eléctrico y electrónico(c) -0.07 -1.07 0.66 13.11 -1.69 132 0.78
(-0.29) (-3.11)** (1.82)* df=3 -1.75
Química (c) 1.26 0.11 0.10 21..5 -1.30 132 0.93
(2.74)*** (0.20) (0.33) df=3 -0.82
Caucho y plásticos 1.95 -1.66 0.45 18.24 2.98 132 0.84
(3.39)*** (-1.76)* (1.09) df=3 2.56
Maquinaria y equipo mecan. 1.50 -0.53 0.23 25.01 2.42 132 0.86
(4.44)*** (-0.74) (0.65) df=3 0.75
Material de transporte -1.79 -1.29 0.47 18.28 1.85 132 0.65
(-2.73)*** (-0.90) (0.79) df=3 -0.25
Metálicas básicas 1.63 0.53 0.37 19.44 -1.14 132 0.73
(1.68)* (0.39) (0.82) df=3 1.42
Productos metálicos 1.08 0.87 0.17 65.72 1.62 132 0.85
(2.33)** (0.93) (0.63) df=3 0.95
Productos min.no metálicos 1.52 -1.31 0.35 7.17 1.12 132 0.76
(1.73)* (-0.81) (1.17) df=3 -1.08
Alimentos, bebidas y tabaco 1.98 -3.87 1.66 49.06 2.83 132 0.83
(4.87)*** (-4.66)*** (5.35)*** df=3 1.18
Papel y artes gráficas (c) 0.84 1.38 -0.01 17.89 -2.16 132 0.93
(1.88)* (1.84)* (-0.02) df=3 0.26
Textil, cuero y calzado 1.03 -1.23 1.50 71.08 3.21 132 0.87
(3.18)*** (-1,74)* (6.67)*** df=3 2.56
Madera, muebles y otras 0.79 0.32 -0.02 8.76 1.81 132 0.73
(1.39) (0.42) (-0.05) df=3 2.54
TOTAL MANUFACTURAS 0.63 -1,55 0.68 51.63 3.87 132 0.94
(3,39)*** (-4.86)*** (4.25)*** df=3 3.44
(a) Los datos entre paréntesis corresponden al estadístico t-student robusto a laheterocedasticidad: ***1% de significatividad, **5% y *10%.
(b) El R2 ajustado corresponde a la estimación WITHIN o intragrupos.(c) En estas ramas, que mostraban elevados coeficientes de autocorrelación, se ha estimado el
modelo en primeras diferencias.
20
Por otro lado, el valor que toma el estadístico en el Test de Wald permite rechazar la hipótesis
nula de no significatividad conjunta de los regresores, mientras que los valores en los contrastes de
autocorrelación de primer y segundo orden llevan a dudar del cumplimiento de la hipótesis nula de
ausencia de autocorrelación en los residuos. Si estimamos por MCO el modelo en primeras
diferencias, desaparecen los problemas de autocorrelación de primer y segundo orden, aunque
únicamente la dotación de capital humano permanece significativa y con signo positivo.
Por último, las estimaciones presentadas son consistentes en ausencia de exogeneidad de los
regresores. Es decir, se comprueba la exogeneidad del stock de capital físico, del capital humano y del
capital tecnológico. El contraste, que se realiza mediante el Test de Exogeneidad de Hausman17,
rechaza la endogeneidad de las variables explicativas, por lo que no es necesario estimar con variables
instrumentales.
Los trabajos previos que comprueban empíricamente el modelo de neo-proporciones
factoriales en el comercio intraindustrial vertical asumen iguales coeficientes de regresión para todas
las industrias, esto es, suponen que los efectos de la dotación de capital son similares entre industrias
manufactureras. Contrastan tal hecho introduciendo dummies industriales y comprobando que la
hipótesis de que sus coeficientes son iguales a cero puede ser aceptada. Un enfoque alternativo, que es
el utilizado en esta comunicación, es estimar la influencia de la ventaja comparativa en el comercio
intraindustrial vertical de alta calidad por ramas de manufacturas.
Cuando descendemos al análisis desagregado por ramas, las conclusiones establecidas para el
conjunto de manufacturas deben ser matizadas. En concreto sólo tres ramas, maquinaria de oficina,
productos alimenticios y productos textiles reproducen el comportamiento del agregado, con
coeficientes positivos y significativos de la dotación relativa de capital humano y tecnológico y
coeficiente negativo y significativo del capital físico. De hecho, son las únicas producciones
manufactureras, junto al material eléctrico y electrónico, donde la capacidad tecnológica influye
significativa y positivamente en la calidad de las exportaciones. En ramas de demanda muy dinámica y
alto contenido tecnológico, como es la maquinaria de oficina, ordenadores e instrumentos de precisión,
la especialización de determinadas economías en segmentos de alta calidad obedecería, entre otras
causas, a una superior dotación de capital tecnológico del país; esta superioridad propiciaría la
21
incorporación de avances tecnológicos en la producción con anterioridad a sus competidores,
traducido en una mayor calidad-precio de sus ventas al exterior. Por su parte, en las manufacturas
tradicionales de alimentos, bebidas y tabaco, por un lado, y textil, vestido, cuero y calzado, por otro,
con un elevado grado de estandarización de su producción18, los resultados econométricos apuntan a la
posible existencia de estrategias de diferenciación tecnológica de producto de la mano de mejoras en
el diseño y en el producto; de esta manera, el diferencial en la capacidad tecnológica de la economía
unido al diferencial en la cualificación de la mano de obra determinaría las divergencias en el nivel de
calidad de las exportaciones entre competidores.
En el resto de producciones manufactureras, a excepción del material eléctrico y electrónico y
del material de transporte, la cualificación de la mano de obra es la única variable que influye
significativa (y positivamente) en la participación del comercio intraindustrial vertical de alta calidad
en los intercambios entre países miembros. Así pues, dentro de los factores que definen la ventaja
comparativa, es la abundancia de capital humano la que determina el posicionamiento en alta calidad
de las exportaciones de ramas intermedias como química, maquinaria agrícola e industrial y caucho y
plásticos, y de la totalidad de las ramas tradicionales. En las manufacturas de papel y artes gráficas,
también el stock de capital físico es significativamente positivo con un nivel del 10%; de hecho, es la
única rama con un capital físico con signo positivo y significativo. La dotación de capital físico en
conjunción con la cualificación de la mano de obra parecen justificar la superior calidad de las
exportaciones de papel y artes gráficas.
Existen, no obstante, dos ramas cuyas peculiaridades exigen un análisis diferenciado del resto:
el material eléctrico y electrónico y el material de transporte. En la primera, el capital humano no es
significativo y exclusivamente la dotación de capital tecnológico es significativamente positiva. Se
trata de un sector en el que los avances tecnológicos juegan un papel fundamental, y por tanto, la
abundancia de capital tecnológico puede derivar en una especialización en el rango de alta calidad de
las producciones destinadas a los mercados exteriores. El caso del material de transporte es más
complejo. Unicamente la ventaja en capital humano parece influir significativamente en la calidad de
las exportaciones de esta rama, pero lo hace en un sentido contrario al esperado. Un análisis de los
valores de la serie de comercio intraindustrial vertical de alta calidad en tales producciones pone de
22
manifiesto los saltos que experimenta la variable; de hecho, es la rama con mayor coeficiente de
variación en la práctica totalidad de los estados miembros. Tal variabilidad está relacionada con la
frecuente ausencia de información de las cantidades intercambiadas en las estadísticas manejadas, que
no permiten el cálculo de los IVUS. Un análisis desagregado de las manufacturas de material de
transporte no permite imputar las anomalías descritas a producciones y países y exige cierta cautela en
la interpretación de los resultados obtenidos en tal rama e incluso su eliminación del estudio
econométrico.
CUADRO 5: COMERCIO INTRAINDUSTRIAL VERTICAL DE ALTA CALIDAD
Y VENTAJA COMPARATIVA
(Reestimación mediante datos de panel de ramas con residuos no normales).
VARIABLES DKH DKF DKTRAMAS (a) (a) (a)Caucho y plásticos 1.70 -1.23 0.39
(3.20)*** (-1.37) (0.96)Metálicas básicas 2.15 1.29 0.10
(4.17)*** (1.52) (0.28)Productos metálicos 1.16 0.49 0.42
(3.27)*** (0.77) (1.84)*Productos min.no metálicos 1.15 -0.94 0.20
(3.64)*** (-1.86)* (1.02)Alimentos, bebidas y tabaco 1.19 -2.18 1.34
(7.34)*** (-5.87)*** (5.81)***Textil, cuero y calzado 0.83 -0.96 1.42
(3.79)*** (-1,85)* (7.61)***Madera, muebles y otras 1.09 -0.74 -0.13
(3.21)*** (-1.46) (-0.56)(a) Los datos entre paréntesis corresponden al estadístico t-student
robusto a la heterocedasticidad: ***1% de significatividad, **5% y *10%.
Queda por examinar si los residuos siguen una distribución normal en cada una de las ramas
manufactureras. El coeficiente de kurtosis o apuntamiento, que mide cómo se reparte la frecuencia
relativa entre el centro y los extremos con relación a la distribución normal, es especialmente elevado
en las manufacturas tradicionales de caucho y plásticos y en todas las ramas tradicionales, a excepción
de papel y artes gráficas; para estas ramas se rechaza la hipótesis nula de normalidad de los residuos a
través del test de Jarque-Bera. El análisis de los gráficos de residuos muestra la existencia de algunos
valores atípicos, mayoritariamente en los países del Sur de Europa, de manera que procedemos a
23
reestimar las regresiones en estas producciones corrigiendo tales valores atípicos19. Los nuevos
residuos siguen una distribución normal, mejoran los test de significatividad conjunta de los regresores
y el R2 ajustado del estimador intragrupos y se refuerzan las conclusiones obtenidas en las anteriores
regresiones: la ventaja en dotación de capital humano es el principal determinante de la relevancia de
los intercambios intraindustriales verticales de alta calidad (cuadro 5).
5. CONSIDERACIONES FINALES.
El análisis efectuado muestra que los cambios en la especialización comercial derivados de la
creciente apertura externa han sido, fundamentalmente, de naturaleza intraindustrial, predominando
los intercambios basados en la diferenciación vertical del producto, al absorber más de la mitad del
comercio intraindustrial. Por otra parte, debe destacarse el fuerte incremento acaecido en los
intercambios de bienes de similar calidad en los países mediterráneos, que mostraban un clara
predominio del comercio intraindustrial vertical a mediados de los años ochenta; reflejo de los
esfuerzos realizados por las empresas para adaptarse a los estándares de calidad de los competidores y
ampliar la oferta de bienes diferenciados con los que competir en los mercados exteriores.
La evidencia empírica parece avalar las hipótesis formuladas por los modelos de
diferenciación vertical de bienes, al adjudicar los segmentos de calidad inferior a los países con
menores niveles de renta. No obstante, la profundización en el proceso de integración europeo ha
generado una mejora de calidad de las exportaciones con relación a las importaciones en la Europa
comunitaria, con la salvedad de Portugal y con los intercambios intracomunitarios de España. El
peculiar comportamiento de estas dos economías tiene particular interés puesto que les será muy difícil
mantener su competitividad en la Unión Europea con producciones de baja calidad, en las que la
Europa del Este y países menos desarrollados gozan de ventajas comparativas frente a las economías
comunitarias.
La vinculación de la especialización en niveles de calidad de los países de la UE en el
comercio intracomunitario a la existencia de ventajas o desventajas comparativas ha sido estimada en
este trabajo mediante un panel de datos. Los resultados obtenidos ponen de manifiesto cómo el
diferencial en la capacidad tecnológica y en la cualificación de la mano de obra explican las
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divergencias en el nivel de calidad de las exportaciones entre competidores en las manufactureras.
Esto es así para las ramas avanzadas y las tradicionales de productos alimenticios y textiles. Para el
resto de las producciones, la ventaja en dotación de capital humano se erige como el principal
determinantes de la relevancia de los intercambios intraindustriales verticales de alta calidad.
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1 Agradezco los comentarios, sumamente provechosos para la elaboración de este trabajo, recibidos de losprofesores Rosario Gandoy y Rafael Myro. Los errores que puedan subsistir son de mi absoluta responsabilidad.2 Referidos respectivamente a los períodos: 1958-63, 1959-67 y 1951-74.3 Referidos respectivamente a los períodos 1980-94 y 1961-92.4 De ahí que se la denomine como teoría neo-Heckscher-Ohlin o teoría de neo-proporciones factoriales delcomercio intraindustrial vertical (Greenaway y Milner,1986).5 Esta metodología es propia de Greenaway, Hine y Milner (1994).6 Aún consciente de que el análisis con flujos agregados adolece del inconveniente de ocultar la existencia deperfiles diversos de especialización respecto a distintos socios comerciales.7 Un ejemplo de ello son los trabajos de Toh (1982), Lundberg (1982) y Comisión Europea (1997).8 Estimamos por MCO pero corregimos la posible heterocedasticidad por el método de White (1980), siguiendoa Torstensson (1999). Una alternativa es corregir la heterocedasticidad mediante la aplicación de MCG (Caves,1981; Bergstrand, 1983) o bien utilizar primeras diferencias que, de acuerdo al trabajo de Stone y Lee (1995) sonmenos susceptibles a la heterocedasticidad.9 Se ha estimado el stock de capital tecnológico con una tasa de depreciación de 5%, del 10% y del 15% (Coe yHelman, 1995), obteniéndose resultados muy similares.10 La medidas del promedio de años de escolarización más utilizadas son las elaboradas por Kyriacou (1991) yBarro y Lee (1993).11 La educación secundaria superior equivale al BUP/COU y FP de 1º y 2º grado, según la clasificación utilizadapor la OCDE en base a los códigos ISCED (Clasificación Internacional Normalizada de la Educación) de laUNESCO.12 Véase De la Fuente y Da Rocha (1996).13 Véase Martín (1997), donde se estima, mediante un método más complejo, el stock de capital humano de los15 estados miembros de la UE a partir de los niveles de formación de su población en edad de trabajar.14 Las primeras diferencias introducen autocorrelación en los errores y puede sospecharse que ello induzca aineficiencias; una transformación lineal de las ecuaciones en primeras diferencias que elimina la autocorrelaciónes la transformación de desviaciones ortogonales. Además se puede comprobar que aplicando MCO sobre elmodelo en desviaciones ortogonales se obtienen el estimador intragrupos (Arellano y Bover, 1990).15 El estimador MCG es equivalente a MCO sobre los datos transformados de la siguiente manera:Yit – (1- θ )y, en donde θ2 = σ2 / (σ2 + T σ2
α) e y es la media temporal. Véase Arellano (1992).16 De las dos variables elegidas para aproximar el stock de capital humano, los mejores resultados se obtienencon el porcentaje de la población que como mínimo han obtenido la educación secundaria, que son los incluidosen los cuadros.17 Este contrate se lleva a cabo en dos etapas. En la primera, se efectúa una regresión de la variable cuyaexogeneidad queremos comprobar sobre sus propios retardos y los valores retardados del resto de variables queaparecen en el modelo. En la segunda etapa, se incluyen los residuos de la estimación anterior como variableexógena en la regresión original. Si los residuos se muestran significativos, se rechaza la hipótesis deexogeneidad, y es preciso estimar mediante variables instrumentales.18 De hecho, la rama de alimentación, bebidas y tabaco es la que muestra mayor grado de estandarización delproducto, seguido por los productos químicos y los textiles (Myro y Gandoy, 1997).19 Los “outliers” o valores atípicos son sustituidos por la media de los valores inmediatamente anterior yposterior o, si el valor es el primero o último de la serie de cada país, el que resulte de aplicar la tasa media anualacumulativa al valor posterior y anterior, respectivamente.