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Estamos desarrollando la fase inicial de un proyecto de investigación de la Junta andaluza

58 CUADERNOS PARA EL DIÁLOGO • n o v i e m b r e / d i c i e m b r e 2 0 1 0 • Nº 53

Víctor Corcoba Herrero

ntonio Her-nández Jerezes un hombredel conoci-miento y de

la sabiduría. Catedrático deToxicología de la Universi-dad de Granada, médico es-pecialista en Medicina Le-gal y Forense, en Medicinadel Trabajo, experto univer-sitario en Epidemiología eInvestigación clínica, conintensa y extensa actividaddocente e investigadora,también como asesor cientí-fico del gobierno de losEEUU (Special Govern-ment Employee, SGE) paraevaluación de toxicidad deplaguicidas (2008-09), ase-sor temporal de la Organi-zación Mundial en la Salud(Biomarcadores en niños,2005), asesor técnico delgobierno de Brasil (Agen-cia Nacional de VigilanciaSanitaria) en el proceso dereevaluación de algunospesticidas organofosforados(2009), y experto científicode la EFSA (European FoodSafety Authority). Asimis-mo, es miembro de la JuntaDirectiva de la AsociaciónEspañola de Toxicología,del Comité Asesor de Ex-

pertos del Programa de Vi-gilancia Epidemiológica deintoxicaciones agudas porplaguicidas y revisor exter-no de 18 revistas científicas(14 de ellas indexadas en re-pertorios internacionalescon índice de impacto).Académico correspondien-te de la Real Academia deMedicina y Cirugía de An-dalucía Oriental. Presidentede la Comisión de Deonto-logía del Colegio Oficial deMédicos de Granada.Miembro de la Comisión deDeontología del ConsejoAndaluz de Colegios Ofi-ciales de Médicos... No escuestión de llenar páginas ypáginas sobre sus titulacio-nes académicas, que son di-versas, ni sobre sus muchasacciones de enseñante ycientífico, sino transcribir eldiálogo que hemos mante-nido sobre su manera de ha-cer ciencia, que vale muchomás cuando se injerta a laconciencia, como es el caso.

¿En qué está trabajando eneste momento?Estamos desarrollando lafase inicial de un proyectode investigación financiadopor la Consejería de Inno-

Antonio Hernández Jerez, hombre de ciencia y de concienc

“Hay que dejar que la ciencia av

Periodista. Licenciado en Derecho. Escritor

A

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Realmente todas las drogas de abuso afectan al cerebro, si no no producirían adicción

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encia

avance y ser sensibles a los consejos”


La mayoría de las drogas actúan de forma similiar a como lohacen los neurotransmisores


vación de la Junta de Anda-lucía, en el marco de con-vocatorias de excelencia,que intenta valorar posiblesefectos adversos de la ex-posición ocupacional a pla-guicidas mediante diversostipos de biomarcadores.Por un lado, intentamos co-nocer el nivel de exposi-ción determinando meta-bolitos urinarios de los pla-guicidas más frecuente-mente utilizados. Por otro,intentaremos detectar losefectos órgano-específicosmediante modernos indica-dores biológicos de res-

puesta tóxica precoz. Fi-nalmente nos interesa sa-ber hasta qué punto diver-sos polimorfismos genéti-cos de enzimas encargadasde metabolizar plaguicidascontribuyen a la variabili-dad de la respuesta tóxica(es decir, lo que se deno-mina interacción gen-am-biente).

¿Cómo afectan al cerebrolas nuevas drogas? Realmente todas las drogasde abuso afectan al cerebro,de lo contrario ni se consu-mirían ni producirían adic-ción. Ahora bien, una cosaes el efecto placentero máso menos intenso que expe-rimenta el consumidor alprincipio de consumir ladroga (efecto reforzante po-sitivo), por actuar sobre eldenominado centro del pla-cer del cerebro, y otra biendistinta es la adicción trasel consumo crónico e inclu-so la toxicidad neurológica

derivada de dicho consu-mo. La mayoría de las dro-gas actúan de forma similara como lo hacen determina-das moléculas endógenasque conectan unas neuro-nas con otras (neurotrans-misores), a pesar de que nose parecen estructuralmenteentre sí. También puedenactuar sobre los receptores

de estos neurotransmisoresque existen en la superficiede las células nerviosas yque se encargan de transmi-tir el “mensaje químico”.En cualquier caso, se pro-duce una estimulación o in-hibición artificial de unavía nerviosa en ausencia deun estímulo fisiológico, quees interpretado errónea-mente por el cerebro, elcual intenta reequilibrar,compensar o adaptarse aesa estimulación artificialdesarrollando tolerancia ydependencia. Una vez al-canzada esta etapa, la au-sencia de droga determinaque esa adaptación fisioló-gica “forzada” del cerebrono tenga su contrapeso ydetermine la aparición desíntomas clínicos que, enconjunto, constituyen elsíndrome de abstinencia.Además de esto, las drogaspueden ejercer efectos tóxi-cos sobre el cerebro y restode órganos, dando lugar,por ejemplo, a enfermeda-des físicas como infartos ohemorragias cerebrales, en-cefalopatías, parkinsonis-mo, hipertensión arterial,arritmias cardiacas, muer-tes súbitas, etc., o psiquiá-tricas, especialmente psico-sis, alteraciones neuropsi-cológicas, etc.

¿Se puede detectar fácil-mente hoy en día si un indi-viduo toma drogas?Hoy día es relativamentefácil detectar el consumo dedrogas. Hay diversas técni-cas analíticas, más o menoscomplejas, capaces de de-tectar niveles muy bajos dedrogas en diversos fluidos y



tejidos biológicos. Las másutilizadas con fines de cri-bado, es decir, para ver si seha consumido o no la dro-ga, son los inmunoensayosque se han adaptado paramuestras de orina y quefuncionan de forma análo-ga a una prueba de embara-zo. También se han adapta-do a muestras de saliva conobjeto de aplicarlas a la se-guridad vial, lo que permi-tiría a la Guardia Civil ha-cer controles preventivossimilares a los de alcohole-mia. Sin embargo, hay téc-nicas mucho más comple-jas que se pueden aplicar amuestras de pelo y que pro-porcionan una perspectivahistórica del consumo, desemanas, meses e inclusoaños, dependiendo de lalongitud del cabello y don-de la droga puede permane-cer almacenada sin degra-darse durante años.

¿Cómo está la toxicologíaambiental en la comunidadandaluza en relación conEspaña y Europa? No es fácil hacer un balan-ce comparativo. Lo que síse puede decir es que en losúltimos años se han hechoimportantes esfuerzos a ni-vel de investigación paraconocer la contaminaciónmedioambiental por sustan-cias químicas (metales pe-sados, plaguicidas, com-puestos orgánicos persis-tentes) y se han publicadonumerosos trabajos en re-vistas especializadas. Eneste sentido, la administra-ción autonómica ha sidosensible y ha financiado di-versos proyectos y contra-

tos de investigación. Porejemplo, a raíz del acciden-te minero de Aznalcóllar sefinanciaron grupos univer-sitarios y del CSIC paraevaluar el nivel de contami-nación producido y el im-pacto sobre la salud, tantoambiental como pública.Por otro lado, el exceso demortalidad por cáncer en lazona de Huelva y Campode Gibraltar, y que aparen-temente se atribuyó a un al-to nivel de contaminaciónpor metales pesados proce-dentes de la actividad in-dustrial de esas zonas ha si-

do objeto también de inves-tigación mediante monito-rización ambiental y huma-na. Nuestro grupo de inves-tigación ha participado enesta temática y ha podidoconstatar que los niveles dediversos metales pesadostanto en población adultacomo en niños no superanlos límites de normalidad.

En definitiva, el amplio li-toral andaluz, el polo quí-mico de Huelva y Campode Gibraltar, la zona deagricultura intensiva en Al-mería, la agricultura exten-siva de olivar, etc. sonfuentes potenciales de con-taminación, pero tambiénde crecimiento económico,y han determinado una es-pecial sensibilidad de gru-pos de investigación anda-luces para orientar su acti-vidad investigadora.

Háblenos de los efectos no-civos ante la exposición

continuada a plaguicidas.¿Son frecuentes las intoxi-caciones químicas en elámbito laboral? En el ambiente laboral lomás llamativo son los acci-dentes de trabajo, pues sue-len dar lugar a lesiones decierta envergadura y que,en numerosas ocasiones,motivan la incapacidad

Las drogas pueden ejercer efectos tóxicos sobre el cerebro y resto de órganos



temporal del trabajador. Pe-ro los trabajadores están ex-puestos a agentes químicos,físicos y biológicos, ade-más de estrés psicosocial;sin embargo, los riesgos de-rivados de la exposicióncontinuada a estos agentesson escasamente percepti-bles por aparecer tras mesese incluso años de exposi-ción, lo que difumina laaparente relación de causa-lidad. Según la Agencia Eu-ropea para la Seguridad ySalud en el Trabajo(EUOSHA), la contamina-ción química en los lugaresde trabajo causa diez vecesmayor número de muertesque los accidentes labora-les. Esta agencia tiene su

sede en Bilbao, pero muypoca gente lo conoce, loque quizás refleja la escasatrascendencia que para lasociedad tiene la relaciónentre sustancias químicas ysalud laboral. Según un re-ciente informe de una delas principales centralessindicales del país, alrede-dor de 4.000 trabajadores

fallecen al año debido a lassustancias químicas (mu-chos de ellos por cáncer deorigen laboral) y más de33.000 contraen enferme-dades laborales. Sin nos fi-jamos, la cifra de mortali-dad es superior a la de mor-talidad por accidentes detráfico y, sin embargo, pa-san casi totalmente desa-percibidas tanto para las au-toridades como para la pro-pia sociedad, probablemen-te por el menor conoci-miento y conciencia deriesgo en torno a las sustan-cias químicas en el ámbitolaboral. En el caso de losplaguicidas, usados mayori-tariamente en agricultura,pueden dar lugar tanto a in-toxicaciones agudas como atoxicidad crónica. Las pri-meras son fáciles de diag-nosticar y afortunadamenteconllevan una baja mortali-dad (salvo las de caráctersuicida). Por su parte, la to-xicidad crónica apareceaños después de la exposi-ción y, como he menciona-do anteriormente, es difícilestablecer un nexo causal.Los principales problemascrónicos que pueden produ-cir son cáncer, especialmen-te tumores hematológicos yde tejidos blandos, neuroto-xicidad (enfermedades neu-rodegenerativas y alteracio-nes neuropsicológicas ycognitivas en hijos de ma-dres expuestas durante elembarazo), alteracioneshormonales y de la repro-ducción (abortos, malfor-maciones congénitas), pro-blemas inmunológicos (tan-to por exceso, problemas deautoinmunidad y alergias,

como por defecto, es decir,inmunosupresión), etc.

¿Hasta dónde llega hoy laresponsabilidad de los tra-bajadores y de los empresa-rios en los accidentes detrabajo o enfermedadesprofesionales? Afortunadamente, cada vezhay mayor concienciación,tanto por parte de los traba-jadores como de los empre-sarios y de la sociedad engeneral. Aunque la concien-cia de riesgo no ha alcanza-do el nivel adecuado porparte de todas las partes im-plicadas. La Ley de Preven-ción de riesgos laborales de1995 y toda la normativa la-boral posterior que la desa-rrolla ha contribuido a cam-biar nuestra mentalidad. Ennumerosas ocasiones he in-sistido que el presupuestodedicado por las empresas ala prevención de riesgos la-borales no debe considerar-se como gasto sino comoinversión. Se trata de unainversión a largo plazo, quefinalmente repercute en lasalud de los trabajadores,del medio ambiente y, endefinitiva, en la salud públi-ca. Por otro lado, los traba-jadores son cada vez másconscientes de sus derechosy exigen responsabilidadesjudiciales cuando creen quese han vulnerado. Asimis-mo, los empresarios puedenincurrir en responsabilida-des penales por no cumplirlos requisitos de seguridadreconocidos legalmente ylos trabajadores saben quesi actúan con negligenciapueden verse privados deindemnizaciones en caso de

La relación entre sustancias químicas y salud laboral tiene escasa trascendencia



sufrir accidentes o enferme-dades. Sin duda que un ma-yor esfuerzo por parte de to-dos contribuirá a alcanzar elmás alto estándar de seguri-dad en el trabajo.

Tengo entendido que en losúltimos tiempos han au-mentado los riesgos am-bientales. ¿Cómo frenar-los? En los últimos tiempos haaumentado el interés por laprotección del medio am-biente. Ese interés se haplasmado incluso en la le-gislación, pues los nuevosproductos químicos que sepretendan comercializar nosolo no deben producirefectos nocivos sobre el serhumano y los animales sinoque su impacto sobre el me-dio ambiente debe ser limi-tado. Hace algunos años elmedio ambiente no impor-taba en el proceso de auto-rización de nuevas sustan-cias químicas; sin embargo,ahora existe una batería deensayos de ecotoxicidadque tratan de predecir losefectos de las sustanciasquímicas sobre el medioambiente, de manera que sison intolerables no se co-mercializan. Gran parte dela contaminación ambientalprocede de los vertidos in-dustriales, agrícolas y mi-neros, que acaban alcan-zando ríos, aguas subterrá-neas, lagos, mares y la at-mósfera. Si el compuesto esbioacumulable, puede al-canzar la cadena alimenta-ria y, a través de ella, llegaral ser humano. Además,también puede experimen-tar cambios y generar sub-

productos aún más tóxicos,como ocurre por ejemploen la atmósfera con los ga-ses emitidos por los tubosde escape de los coches,calderas de calefacción eindustrias. En los últimostiempos, la UE ha aprobadoun nuevo reglamento queda un paso adelante hacia laprevención, denominadoREACH (Registro, Evalua-ción, Autorización y Res-tricción de productos quí-micos), que establece unnuevo sistema de control desustancias y preparadosquímicos con varios objeti-vos: proporcionar un altogrado de protección de lasalud humana y del medioambiente, promover lacompetitividad de la indus-tria europea favoreciendo eluso de sustancias más segu-ras y aumentar la informa-ción para los consumidores. Llama la atención el impac-to mediático que tiene elcambio climático y los con-siderables esfuerzos que seestán haciendo para inten-tar demostrar la contribu-ción de la actividad antro-pogénica. Sin embargo, susefectos adversos ocurriránsobre una escala temporalde varias generaciones; esdecir, no nos afectarán anosotros sino a nuestrosdescendientes y, a pesar deello, hay una gran sensibili-zación social derivada delimpacto mediático. Por elcontrario, otro de los efec-tos de la contaminaciónambiental, por combustiónde derivados del petróleo ydel carbón, es el aumentode la mortalidad por enfer-medades cardiorrespirato-

rias e incluso por cáncer depulmón. Eso no afectará ageneraciones futuras sino anosotros mismos, pero so-bre esto no existe alarmasocial ya que es desconoci-do para la sociedad y losmedios de comunicación.El poder de los mismos pa-rece ilimitado a la hora desensibilizar a la poblaciónindependientemente de laimportancia del problema.En términos de prevención,lo mejor es ir actualizandola legislación y respetarla.La normativa legal va a re-molque de los avances cien-tíficos. La población aspiracada vez a mayores cotas debienestar, quiere un cochepara desplazarse, un orde-

nador, reproductores de mú-sica, aire acondicionado,etc. pero todos estos objetosrequieren la utilización desustancias químicas extraí-das de la naturaleza y proce-sadas en industria metalúr-gica o sintetizadas directa-mente en la industria. Siem-pre quedarán residuos quehabrá que controlar y ges-

Afortunadamente, cada vez hay mayor concienciación entre empresarios y trabajadores



tionar adecuadamente. He-mos visto que hoy día la po-blación quiere reciclar vi-drio, plástico y cartón, yque también hemos pasadode pilas altamente contami-nantes (níquel-cadmio) a lasde ion litio, con mayor dura-ción y menos efectos conta-minantes. Por tanto, hay quedejar que la ciencia avancey ser sensibles y permeablesa los consejos de prudenciay de prevención.

¿Se cuida bajo su criterio lasalud pública? ¿Qué habríaque mejorar?La salud pública tiene mu-chas vertientes y puedeafectarse por múltiplesagentes, entre los que cabedestacar las sustancias quí-micas. En España hay muybuenos profesionales de lasalud pública, la cual es unconcepto muy amplio quetiene fronteras difusas conla salud alimentaria, am-biental y ocupacional. Elhecho de que hablemos desalud y no de enfermedadindica que se ha dado unpaso adelante y que el obje-

tivo es más ambicioso. Nose trata solo de diagnosticary tratar enfermedades sinode prevenirlas e incluso depromocionar hábitos de vi-da saludable para cambiarla mentalidad de la pobla-ción (pensemos por ejem-plo en educar a los niñoshacia una dieta sana, evitaro reducir el consumo de ta-baco y el abuso de alcohol).En la actualidad se está tra-mitando en las Cortes laLey de Salud Pública, unode cuyos principales objeti-vos es la prevención, peroprevención basada en laevidencia científica. Estaley da un protagonismo re-levante a las sustancias quí-micas, a las que se recono-ce explícitamente, puespueden ser causantes de di-versas enfermedades quecausan especial preocupa-ción entre la población, co-mo son cáncer y alteracio-nes de la reproducción, en-tre otras. Uno de sus objeti-vos es establecer una redestatal de vigilancia no solode enfermedades sino tam-bién de sus determinantes,

entre los que se encuentranlas sustancias químicas.Tiene el valor añadido deque relaciona salud coneconomía, cultura y ciuda-danía. Conociendo todoslos factores que puedenperjudicar la salud se pue-den ejercer acciones pre-ventivas, pues sin conoci-miento no hay prevención.La aplicación de la Ley de-bería traducirse en una me-jora de la calidad de vida dela población ya que pone envalor la garantía de seguri-dad sanitaria como obliga-ción del Estado. Como as-pecto mejorable, creo quehabría que crear una Agen-cia de Salud Pública cuyamisión fuera la protecciónde la salud de la población.Sin embargo, las actualescircunstancias económicaspueden impedir dar este pa-so adelante, pero resultafundamental, al igual quese ha hecho en casos análo-gos, como por ejemplo laAgencia Española de Segu-ridad Alimentaria y Nutri-ción. Para ilustrarlo se pue-de poner como ejemplo la

No se trata solo de diagnosticar ytratar enfermedades sino de prevenirlas



iniciativa de la Consejeríade Salud de la Junta de An-dalucía, que en el año 2000implantó un programa devigilancia de intoxicacionesagudas por plaguicidas endeterminadas zonas de ries-go de nuestra comunidad(tengo el privilegio de per-tenecer a su comité asesor),y que ha permitido no soloreducir drásticamente elnúmero de intoxicacionessino también el darle un es-tatus diferente, pues desdefinal de 2008 se considerancomo enfermedades de de-claración obligatoria pararodos los médicos que lasdiagnostiquen.

¿Estamos muy avanzadosen la prevención de riesgoslaborales con referencia aEuropa?A nivel normativo, tene-mos una legislación que fa-vorece la salud laboral yque establece procedimien-tos que ayudan a promoverentornos de trabajo favora-bles a la salud y hábitos devida saludables desde los

lugares de trabajo. Sin em-bargo, en mi opinión haríafalta una mayor implica-ción de todas las partes in-teresadas, Administración,empresarios y trabajadores.Todos deberían llegar alconvencimiento de que eltrabajador, por el hecho detrabajar, no debe contraermás enfermedades ni sufrirun mayor menoscabo en susalud que el resto de la po-blación. Esto puede pareceruna utopía, pero con la de-terminación de todas laspartes implicadas se puedealcanzar. Hace falta creeren la prevención, promo-cionarla y financiarla. LaLey de Prevención de Ries-gos Laborales, como he-mos dicho antes, es el pilarfundamental de la políticade prevención de riesgoslaborales y protección de lasalud de los trabajadores.Esta Ley pretende estable-cer un adecuado nivel deprotección de la salud delos trabajadores frente a losriesgos derivados de lascondiciones de trabajo.

Quizás el problema es silos riesgos químicos estánadecuadamente gestiona-dos o no, pues son fuentepotencial de deterioro de lasalud laboral. En este senti-do, harían falta agencias uorganismos estatales o au-tonómicos que se responsa-bilicen de esa gestión y en-cabezados por técnicos deprobada solvencia científi-ca más que política. Ade-más, en 2001 se actualizóla legislación española enmateria de protección desalud de los trabajadoresexpuestos a agentes quími-cos en su trabajo y en 2006se ha revisado el cuadro deenfermedades profesiona-les, que establece los crite-rios para su notificación yregistro. A partir de ahoraes de esperar que muchasde estas enfermedades queno eran consideradas comotal (infradiagnóstico), locual redundaba en perjui-cio del trabajador, ahora seconsideren como tales ypermitan incrementar la ac-ción preventiva. ■

A partir de ahora,es de esperar que muchas enfermedades no vistas como tal sí lo sean


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