vattimo gianni - adios a la verdad

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    CLADEMAFILOSOFIA

    GIACo.Mo. MARRAMAo. KairosApologia del tiempo oportuno

    ERNST TUGENDHAT Unjudio en AlemaniaConferencias y tomas de posicion (1978-1991)

    ERNST TUGENDHAT Antropologia en uez de metafisieaERNST TUGENDHAT Egoeentridad y misticaERN5TTUGENDHAT ProblemasERNST TUGENDHAT Ser-uerdad-accum

    Ensayos filosoficosERNST TUGENDHAT Lecciones de eticaERNST TUGENDHAT Didlogos en Leticia

    MARC AUGE El ofieio de antrop6logoSAMUEL WALLERSTEIN Las incertidumbres del tiempo

    SEYLA BENHABIB Los dereehos de los otrosExtranjeros, residentes y ciudadanos

    SEYLA BENHABIB El ser y el otro en la etica contempordneaFeminismo, cornunitarismo y posmodernismo

    J. M. ESQUlROL El respeto 0 Lamirada atentaUna etica para Iaera de laciencia y la tecnologia

    CORNELIUS CASTORIADIS Los dominies del hombreLas encrucijadas del laberinto

    MARIa BUNGE Crisis y reconstruccum de la filosofiaMARIO BUNGE A Lacaza de farealidad

    HANNAH ARENDT Tiempos presentesFINA BIRULES (cornp.) Hannah Arendt: El orgullo depensar

    RICHARD Ro.RTY Filosofia y futuroGIANNI VATTlI\IQ Adios a faverdad

    ADIOS A LA VERDAD

    Gianni Vattimo

    T ra du cc i6 n d e M a ri a T er es a D 'M ez a

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    Titulo original italiano:Addio alla uerita 2009 Meltemi Edi tore , Roma

    Traduccion: Marfa Teresad'MezaDiseho de cubierta: Kaffa

    Primera edicion, septiernbre de 2010

    Derechos rcservados para todas las ediciones en castellano

    by Editorial G ed isa S , A ,Avenida del Tibidabo, 12 (3)TeL 34932530904Fax 34 93 253 09 0508022 - Barcelona, [email protected]

    ISBN 97884~9784-1672Deposito legal: B. 36.952 -2010

    Impreso en EspanaPrinted in Spain

    Impreso par SagraficQueda proh ib ida la reproducci6n pa rc ia l 0 total de e sta obra , por cua lquiermedia de impresion. en forma identica, extractada a modif icada, en caste llanoo en cualquier otro idioma,

    Indice

    Introduccion 9Primer capituloMas alla del rnito de la verdad objetiva .... . . . . . . .. 21Politica sin verdad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 21La tarea politica del pensar . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 33De la fenomenologia a la ontologiade la actualidad. . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . .. 41El principio de Tarski. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51

    Filosoffa y politica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 54Segundo capituloEl futuro de la religi6n . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 63S610un Dios relativista puede salvarnos . . . . . . . .. 63Nihilismo, sexualidad y cristianismoposmoderno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 72Para un cristianismo no religioso. . . . . . . . . . . . . .. 78La fe de Europa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 94

    Tercer capituloEl final de la filosoffa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . : . .. 103Pensamientos sobre la etica . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 103Filosofia yemancipaci6n . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 114Dialectica, dialogo y dominio . . . . . . . . . . . . . . . .. 125

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    mailto:[email protected]://www.gedisa.corn/http://www.gedisa.corn/mailto:[email protected]
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    Conversion y catastrofe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 132ePor que Hegel hoy? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 142

    Bibl: fiogra 1a . . . . . . . . 153

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    IntroduccionA dio s a fa v er da d: asi podriarnos expresar, demanera mas 0menos parad6jica, la situacion de nuestra cultura actual, yasea en sus aspectos teoricos y filosoficos va sea en la expe-riencia comun.rfin referencia a esta ultima en particular, sehace cada vez mas evidente a todos que losrnedios mienten,que todo deviene llig__oe interpretaciones no desinteresadasy no por necesidad falsas, sino como tal orientadas segundiferentes proyectos, expectativas y elecciones de valor. Lacultura de las sociedades occidentales es, de hecho, aunqueamenudo no de derecho, cada vez mas pluralista, Tarnbien lareciente experiencia de la guerra en Iraq -donde los jefes delos grandes gobiernos que ordenaron la invasiOu a ese palshan debido reconocer que mintieron a la opinion publica desus respectivos paises (sifue de forma voluntaria 0 involunta-ria, esun tema abierto que por cierto no seresolvera medianteencuestas que se fingen independientes ordenadas por eUosmismos)- ha replanteado la cuesti6n de quees la verdad enpoli tica. Muchos de nosotros hemos debido tener en cuentaque el escandalo relacionado con Bush y Blair por las men-tiras sobre las armas de destruccion masiva de Saddam noera, en absoluto, puro y objetivo como se intentaba hacercreer, Pero preguntemonos: si Bush y Blair hubieran mentidode forma tan impiidica por un fin noble, por ejemplo, reducirelcosto de los medicamentos contra el SIDA en todos los pai-

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    ses pobres del mundo, eestariamos escandalizados en igualmedida? Par 1 0 demas, es sabido que cuando esta en juegola defensa contra un enemigo, por ejemplo, en el caso de lasactividades de los servicios secretos, se admiten como nece-sarias violaciones muy graves. Segun he podido aprender alformar parte de una comisi6n en elParlamento europeo sobreel sistema.~ (interceptaciones indiscriminadas de todaslas comunieaciones mundiales a traves de una red satelitalconstituida por los Estados Unidos, Gran Brerafia, Nueva Ze-landa y Australia), somos control ados por un Gran Hermanopara nada imaginario que responde a los Estados Unidos ~ya sus mas fieles aliados, Par 10 general, este control es ilegal,pero la Union Europea nada puede hacer al respecto puestoque las cuestiones de seguridad nacional (pero 2quien decideque son tales?) estan enmanos decada uno de los Gobiernosque es dificil que intervengan contra Ia superpoteneia yanqui.Par supuesto, soy muy consciente de que existe un problemade seguridad para las sociedades occidentales, tan compiejasy vulnerables a causa de su alto estandar tecnol6gico: 1 0 quecada vez convence menas es el modo en que los Estadas Uni-dos ereen que pueden resolver ese problema para S1mismos ypara el mundo entero, por 10 dernas, sin cansultarlo.Este ejemplo muestra como hoy se les permiten a los po-liticos y a la politic a muchas violaciones de la etica y, par

    10 tanto, tam bien del deber d~q~ nadie seescandalice. De cualquier modo, tarnbien el eventual buenfin de las mentiras de Bush y Blair sabre Iraq debe haeernosreflexionar, Esta tolerancia, presente y aceptada desde siem-pre e? ,Ia practica poli tica, pero considerada una excepciona la enca, que mere cia ser estigmatizada (es la histona delmaquiavelismo politico moderno), hoy se acornpafia del finald: Ia idea misma de verdad en I. iilosofia, en Ia:i~ilosofi;;'~cierto que no en todas, pero sf en uena parte.@! ocaso dela,idea de verdad objetiva en la filosofia yen la epistemalog1aaun no parece haber entrado en Iamentalidad cornun, Ia cual

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    todavia se halla rnuy l igada, como nos ensefia el escandalosabre los mentirosos Bush y Blair, a la idea de 10 verdaderocomo descripcion objetiva de los hechos. [9uizas acurre unpoea como eon el heliocentrisma: todas seguimos diciendoque el sol se pone aunque es la Tierra la que se mueve; 0,mejor aun, como decia Friedrich Nietzsche: Dias ha muerta,Pkssl~~aun n~~; y~~Heidegger, ' es en;; ;. l de la ~netafisiC),pera no se la puedesuperar, quiza solo verwmden>:]Sabre el final de la verdad pueden arse dos ejernplos, ci-tando a Theodor Adorno y a Martin Heidegger.Del primero debe recordarse el sentida de su recuperacion

    y disolucion de la nocion de dialectica. Segun Adorno, ladialectic a tiene dos sentidos esenciales: totalidad y reapro-piacion. Par esa no vemos 1 0 verdadera, porque no vemas eltodo. Asi, la ideologia es falsa conciencia porque es parcial. C DLa ra ia alienaci6n es arcialidad, &eaQropiarse,_m...ca.rnhi.o,significa captar e 1 toda, ver los nexos, no deiarse engafiar ]2Q!'L a sapariencia. Sin embargo, ya Adorno (y,de forma sucesi-va, mas aun Heidegger) reconoce que la totalidad no reapro-pia, ya que como tal es, en linea de principia y cada vez masde hecha, realizada. El todo es 1 0 falso, segun una famosasentencia de Minima moralia (Adorno, 1951, pag, 48). Enla racionalidad instrumental devenida realidad, par tenden-cia completa en la sociedad de masas, se realiza la tatalidadpera en un sentida que no es nada liberador. Aquf radica eljaque inclusa teorico de Adorno, parque el ideal de verdad-liberacion tambien seria siempre elde la totalidad alcanzada.Es analogo el jaque de J2:an-Paul Sartre, quien sin em- 0

    barga ya da pasos hacia delante: en su Critica de fa razondialectica (1960) presenta la tesis segun la cualla alienacionterrninara cuando el sentido de nuestras aceiones, que no po-seemos porque vivimos en la sociedad de la division del traba-jo y de la dominacion de clase, sea posesion comun de todoslos agentes (Sartre, 1960). Pera esta posesion comun, que se

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    realiza en el asi Hamado grupo en fusion, la comunidad re-volucionaria en elpunto clave de la lucha (la toma del Palaciode Invierno), no dura; 10practice inerte, como dice Sartre,se impone y restableee las divisiones (como las burocraciasdelt ipo de la sovietica). Por 10tanto, la posesi6n cormin de laverdad se desvanece pronto. Eltodo, no obstante, sigue siendoel valor dominante.tQue rnovia a Adorno a la crit ica de la totalidad masifica-da? Lo que rnovia a Emmanuel Levinas 0 a Walter Benjamin:

    el1?~o, la f ! . . i J ! : . g J por el viviente ofendido. Ladialectica negativa es la reivindicaci6n de la irreduetibilidadde esa existeneia ofendida respeeto de la totalidad. De aquitoda la estetica adorniana, incluida su teoria de la vanguar-dia, con su silencio, su incomprensibilidad. Siempre s6locomo promesse de bonheur que se toea solo por momentos.Nada de la rnuerte del arte, ni de Hegel ni de Benjamin.Piensese, como consecuencia de ello, en un enfoque caracte-ristico del pensamiento revolucionario postsesenta y ocho,que en muchos pensadores deviene pensamiento tragico,En esta perspectiva dialectica, que continua siendo la masexpresiva de la modernidad, y que ya habia superado en rnu-chos sentidos la idea mas 0 menos ingenua del reflejo objetivode las cosas en sf (entrada en crisis desde Kant y su filosoffatrascendental, pero de cierto modo puesta en vigor otra vezcon Hegel), la verdad es la visi6n que escapa a la parcialidad,impuesta por las condiciones de explotaci6n social 0 inclusos6lo por los limites de los intereses individuales y de clase.Pero esta aiin es una vision objetiva; en tanto que no esparcial. La novedad de Adorno consiste en elhecho de que else percata de que esa totalidad que pareee ser la iinica posi-bilidad de acceder a 1 0 verdadero es como tal el maximo delejania respecto de la libertad que deberia acornpafiarse conla verdad.Tarnbien en Heidegger, por muy paradojico que pueda

    pareeer, la disoluci6n de la verdad tiene las mismas moti-

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    vaciones, si bien el filosofo de Messkireh va mas alla de lapura y simple reduccion de 10verdadero a ideal ut6pico s610negativo. Adorno mantuvo la fe en el ideal objetivista de 10verdadero como totalidad desplegada de forma dialectica,que era ya el ideal de Hegel y de Marx. Sin embargo, al darsecuenta de que semejante ideal imponia una transforrnacionsocial que podia terminar s6lo en el totalitarismo, de hecho10liquid6, reduciendolo a la momentaneidad estetica quecaracteriza tarnbien e 1 discurso de Sartre[Tanto Adorno co-mo Sartre reconocen, pero s610 de manera implicita, que elideal de la verdad-totalidad comprende en slun trasfondo deviolenci

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    t'l-~ u ..-r;L.- c~ I .A. -v~ k . . t . , ~ ~ e . . .en nombre de la exigencia de hallar una definicion desde elpunto de vista objetivo mas valida. Es interesante que tam-bien Heidegger, al menos en un escrito mas tardio como ZurSache des Denkens (una conferencia de la decada de 1960),aparenta pensar no tanto la nocion de verdad sino la tareadel pensamiento en general, en terrninos que parecen rernitirala totalidad, Su Ilarnado a no conformarse con la cotidia-na presentacion de 10que esta presente como uorhandenes(vorhandenen Gegenu/drtigung des Anwesenden, Heidegger,1969, pag. 79) remite, y no solo de modo superficial, a lacritica marxista de la ideologia, la escuela de la sospecha.6 J ----'?1 La tarea del pensamiento es captar, no olvidar, 1 0 que q u . e . d g .oculto en la cotidiana presentacioll de 1 0 gue acontece; y ,~sdecir, para Adorno como para Marx (yHegel), la concre-cion dialectica de los nexos g~o.gia_nos_o.cu.l.ta. Para

    --...,::> Heidegger, en cambio, esla verdad como q , J j ! ! ? ! : i E , como eper-tura de un horizonte (0 de un paradi rna la que hace posiblecualquier verdad entendi a como conformidad con las cosas,verificacion 0 falsificacion de proposiciones. Heidegger nocreeria jarnas, sin embargo, que pensar la apertura dentrode la cual se dan las verdades singulares (las proposicionesque pueden verificarse 0 falsificarse sobre la base de esta] seacuestion de conocer una verdad ulterior y mas amplia. No 0 1 -videmos su famosa frase segun la cual la ciencia no piensa,En terrninos kantianos, la ciencia conoce (el fenorneno) perono capta el numen, que es, como tal, pensado, EI modelode la totalidad, que parece inspirar su llarnado a no olvidar1 0 que esta mas alla, y derras, de 1 0 simplemente-presente, elvorhandenes, no es un llamado tan solo cognoscit ivo. Tam-poco es tal en Marx y en Adorno, como es obvio, al menos enel sentido de que, para ellos, podemos apropiarnos por com-pleto de la verdad solo sobre la base de un cambio practice dela sociedad. Sin embargo, esta transforrnacion revolucionariaqueda solo como prernisa de algo que es, a fin de cuentas, co-nocimiento objetivo, En elmarxismo, este termina por ser

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    la fuente del fracaso de la sociedad comunista en la cual, en[a medida en que se trata de un conocimiento por tendenciacientifico de las leyes de la sociedad y de la economia, serestablece la division entre quien de veras conoce, el cornitecentral, y el proletariado empirico, aquellos que como talson excluidos de ese saber. En Adorno, el peso del modelecognoscitivo no se hace sentir de este modo, dado que el yatiene ante sus ojos el fracaso de la sociedad comunista; soloqueda un horizonte negativo, que 1 0 induce a desplazar alplano de la utopia el final de la alienacion, confiado s610a lapromesse de bonheur de la experiencia estetica.Heidegger, quien no se ha desviado del permanente pre-

    dominio del modelo de la verdad objetiva, lleva a cabo undiscurso que en definit iva parece responder mejor a las pro-pias exigencias del pensamiento dialectico, En el sentido deque asume en pleno esa inversion de la filosofia en praxis enla que pensaba Marx, pero que en el no pudo afirmarse porcompleto por la precisa supervivencia de una vision cientifi-cista y objetivista de la verdad. La transforrnacion practica delas condiciones de existencia, podriamos decir aunque resulteparadojico, es tomada en serio tanto por Heidegger comopor Marx. La relacion del pensamiento con la verdad delser, con la apertura originaria de la verdad, con el trasfon-do al cual el ser-ahi es lanzado, no es en ningun sentidounconocimiento, una posesion teorica. Es mas bien aquelloque Ludwig Wittgenstein habria llamado el compartir unaforma de vida. Nada puramente irracional, puesto que, almenos en Heiddeger, se trata de ~sumir como horiz e.deposibilidad la herencia de la tra . ., la cual somas -zados. Pue e parecer un circulo, pero si 1 0 es, se trata de uncirculo herrneneutico y no de un circulo vicioso. Hay dosmodos de entrar en relaci6n con la situacion a la cual somasl.a,IJZ.i!fios:oncibiendola como un((laW)que trata de cono- ( A ~ u . . . e . . . .cerse de forma objetiva, 0 como un l'ensa@>quedebemos he-..'-

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    s?10 una ilusion metafisica, cientificista, que cree poder ar-ticularse basad a en la verdad (objetiva, descriptiva) del dato,de la historia que llega hasta rni, Es la autentica asunci6n delpasado como .l!IgOJ1gen y no como g&;esen (aqui remito alas paginas de Ser y tiempo). Sin embargo, asumir el pasadocomo getoesen, como un haber sido gue todavia se presenta~omo p-Q5ibilidad de decid ir con libertad , significa .aceQtarla historia como abierta al futuro, como algo que no puederesumirse en un conocimiento verdadero, ni tampoco el delproletariado revolucionario.

    En este punta se precisa el sent ido del ti tulo Adios a fa uer-dad. Es una@espedida de la verdad como reflejo objetivode un dato que, para ser descrito de forma adecuada debefi jarse como estable, es.dec~r , como dado_:)AhOIa bie~, estopuede hacerse en las ciencias que no pieiisan, ya sea por-que I}O ponen en cuesti6n el horizonte (elyaradigma) dentrodel cual se mueven, fa sea porgue ignoran 1a totalidad deJas relaciones dialecticas que condicionan a sus objetos. Unproblema como aquel al que aludi mas arriba, el de la men-ti ra en poli tica, rernite con claridad a estos trasfondos. Sidigo que no me importa la mentira de Bush y Blair, aunqueesta se justifique por tener un fin noble, es decir, un fin quecomparto, acepto que la verdad de los hechos sea un asuntode interpretaci6n condicionado pOI el hecho de comparri run paradigma. Se que esto suena como una lisa y Hana pro-f~sio~ de fe maquiaveIica, pero~~lo (parasimplificar, puesto que en su pensamiento las cosas son mascomplejas) quiza solo consiste en haber dejado aI principe ya nadie mas la facultad exclusiva de rnenrir 0de violar otrosimperatives morales. Recuerdo que Gramsci habra habladodel partido como moderno principe, este ya era un pasoadelante en direcci6n a la democracia, si bien el partido aunno era toda la sociedad.

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    Es sin duda un paso peligroso, analogo al de Lukacs cuan-do imagina que el proletariado ernpirico no es identico alproletariado trascendental, autentico, e~part ido! su.~rupodirigente. Todos estos son modos de arnpliar la aplicacion delprincipio de Maquiavelo a ambitos mas vastos, por 1 0 tanto,pasos adelante hacia una mayor democracia; pero aun si~uenreniendo siempre el l imite de suponer que la verdad ulteriores objeto metafisico de una intuicion posible s610 a un sujeto ,de algun modo titulado a captarla : el principe, para ser preci-sos, aunque es identificado con un suje to colec tivo, diferentesin embargo, de 1acolectividad en general. Tallimitaci6n, meparece evidente, muestra que estos auto res aun se muevenfuera de un concepto de veras dalco del Estado,fiio alcanzan. a ver que la verdad que vale en politica, asi como en todos losdernas campos, no es la ~~etiva sino el h 2 _ -~ dentro del cual toda correspondenciaes verificab1e.

    o que podemos namar as condiciones episternologicasdel dialogo social e intercultural es esta verdad de horizonteque la politica tiene la tare e ca tar r buscar ex licitary construir De aqui derivan importantes consecuencias parael modo de concebir la politica y su verdad. Por ejemplo,un radical distanciamiento respecto de todas las pretensionesde 'basar la politica en un saber cienritico, aunque sea el dela econornia y la tecnica. Recuerdese, al pasar, que i l l1Q_dtlos grandes temas del mejor Marx es la negacion de la tesissegun la cualla economia politica es una.ciencia natural. Lomismo debe decirse para la pretension de conocer la verdadsobre los derechos humanos e inspirar en ese conocimientoverdadero de la verdad una politica de guerras justas,de intervenciones humanitarias, que no tienen en cuentaparadigmas cultura les a jenos. Estas verdades ta~t~cas, ?bje~tuales y otras mas, por asi decirlo, valen en politica solo sison legitimadas por el horizonte del paradigma. Fi16sofos ein te lec tuales -siguiendo un esquema que en el fondo se refiere

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    a figuras como la de S6crates, y tarnbien de los sofistas, tancalumniados por el divino Platen- trabajan en el plano deesta verdad horizontal, para hacer mas comprensible, com-parrida, argumentada y participada incluso desde el punto devista emotivo, una forma de vida.[Hoy, pues, con mucha mas claridad que en el pasado, la

    gIestion de la verdad es reconocida como una cuestion deTterpretaClon, de puesta en accion de paradigmas que, a suvez, no son objerivos (ya que nadie los verifica ni falsifica,salvo basados en otros paradigmas ... ), sino que es un tema9~~~ocial. La excepcion que Maquiavelo concediaal principe en cltondo era solo el equivalente al poder, quepertenecia al propio principe, de establecer los canones de 1 0verdadero y de 1 0 false, la verdad compartida de forma maso menos obligatoria (recuerdense las paginas de Nietzsche deSabre verdad y mentira en sentido extramoral, 1873).

    ~ La conclu~io_n _a la ~ue intent~ Uega r es que el adios a If !verdad es el mIeIO, y la base mlsma, de la democracia. Siexistiera una verdad objetiva de las leyes ~les y econo-micas (la econornia no es una ciencia natural), la democraciaseria una eleccion por completo irracional: seria mejor con-fiar el Estado a los expertos, a los reyes-filosofos de Plateno a los premios Nobel de todas las disciplinas, Sobre estospuntos, Heidegger, Popper (el enemigo de la sociedad cerradaplatonica}, el propio Adorno y antes incluso Marx terrninanpor estar de acuerdo. _Nuestra sociedad pluralista, como adiario muestran las discusiones poliricas, continu.a creyendoen 1a idea metafisica de verdad como cones on encia ob-jetiva a os ec os; considera que la interpretacion es solo:interpretacion, y sueiia con crear el consenso sobre lalos datos de hecho 0 tarnbien sobre a ase de las esencia-les)} leyes de la naturaleza. As! se aprueban, en el ParJamentoitaliano, leyes sobre la bioetica que imponen a todos una leynatural (los ernbriones, la procreacion asistida, etc.) quesolo la autoridad de Ia Iglesia considera tal; 0 se dirige la eco-

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    nornia segun otra ley que tarnbien se pretende sea natural, ladel mercado y la competencia ilimitada (con los resultadosque la actual cronica de la crisis econornica ha hecho bienvisibles a todos).fromar en consideraci6n que el problemadel consenso sobre las elecciones individuales es sobre todo~ roblema de iter retac'o colectiva, de construccion deparadigmas compartidos 0de algun modo explicitamentereconocidos, es el desafio de la verdad en el mundo del plu-ralismo posmoderm9La parabola de la nocion de verdad enel siglo xx se configura como una transicion de la verdad a lacaridad, como mostraremos mas adelante. Los paradigmasde Thomas Kuhn son creencias compartidas, aunque tam-bien consolidadas por el tiempo y la experiencia adquiridaen el contexte que estas garantizan, por sociedades enteras ypor comunidades separadas (fisicos, teologos, etc.). Se tratasiempre, en la base~ de fenomenos de pertenencia. No amicusPlato sed magis arnica veritas; sino arnica veritas sed magis(o, quia} amicus Plato. Repito: no es una profesion de irracio-nalismo (ensamos segun 10que biologica 0 historicamente,ya somos, iY puntol); porque la proveniencia sobre cuya baseforrnularnos nuestras opiniones no es un pasado cerrado einrnutable (la piedra del pasado de Zaratustra), no es unacausa, pero como nos llama y se ofrece a la interpretacion esya un rnotivo; es un conjunto de mensajes, una lenguaque nos habla (a nosotros, sobre nosotros) y que hablamos ...Aun no hemos elaborado todas las implicaciones que tal

    perspectiva filosofica sobre la verdad comporta para la vidasocial y para 1a propia politica, Con certeza, por ejemplo,esta abre una via para una mas adecuada consideracion de1 a sociedad mediatica actual, al menos al cortarle toda legi-timidad a la pretension de proveer la verdad verdadera yconcentrar la atencion en los trasfondos, en 1 0 no dichoque subyace en toda pretension de 0bjetividad. Tarnbien cortacualquier posib1e legitimidad a todas las poli ticas que piensanque pueden aceptar Iimites a la libertad 0a los intereses de

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    todos basadas en una consideraci6n sobre 1 0 que es, desdeel punto de vista objetivo, necesario para una sociedad:la libertad de mercado debe asegurarse, .aun si ello dana aalgunos grupos, individuos y clases; un gobierno capaz degobernar debe saber hacer elecciones impopulares, incluidala guerra en Iraq. 2'Son0 no son actuales estos riesgos? Si noya la amenaza de la sociedad de Tiempos modernos comoa principios del siglo xx, el peligro al que nos exponemossiempre es, en cambio, un cierto fundamentalismo que quizas610pretende defendernos. (nuestra democracia, nuestroestilo de vida, nuestros bienes) incluso mas alla de 1 0 que no-sotros los ciudadanos sabemos y deseamos.Is, fin de cuentas,es cuestion de entender que la verdad no se encuentra sino.~que se constr~ con el consenso u!.!espeto a la libertad decad~e las diferentes comunidades que conviven, sinconfundirse, en una sociedad libreJEillamado del ideal cristiano de la caridad no parece por

    eHofuera de lugar; y una expresi6n como la aletheuontespaulina (que tam bien se encuentra en Aristoteles, en ellibroVI de Etica nicomaquea) puede tomarse en el sentido masfuerte, como una verdadera invitacion a eonstruir una socie-dad mas verdadera. y por 1 0 tanto mas libre, democratic ayamigable.

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    Primer capituloMas alla d el m ito d e la v er da d o bjetiv a

    Politica sin verdadLas tesis de Karl Popper sobre la sociedad abierta y sus ene-migos, enunciadas en su famoso libro de 1945, ya se hanconvertido en algo trivial. Sin embargo, no siempre se re-flexiona sobre sus implicaciones extremas. Segun Popper, losenemigos de la sociedad abierta son todos aquellos teoricos,para comenzar, los Iilosofos de los cuales habla Platen enla Republica, quienes habiendo salido una vez de la caver-na en la que vivian los hombres comunes y habiendo tenidoocasion de ver de forma direeta las ideas eternas de las cosas(en resumen, la verdad del ser y ya no tan solo las sombras),tienen eldereeho/deber de retornar almundo y conducir a sussemejantes, en ocasiones incluso par la fuerza, hacia el reco-nocimiento de la verdad. Por paradojico que pueda resultar,Popper situa junto a Plat6n a fil6sofos modernos como Hegely Marx: tambien ellos son enemigos de la soeiedad abierta,a pesar de la distancia que separa sus filosoffas del idealismoplat6nico. Tarnbien elIos, en efecto, pretellden hasar.la.polui-ea en una verdad: ~n elcaso de Hegel, la verdad de la historiague se realiza de manera providencial aun mas aHa de las in-tenciones delos hombres que la hacen, en virwd de 1 0 que elllama

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    ello, tambien Sll?az de captar la ve~d sin los velos del inreresdel que nace la ideologia, reconstruira latotalidad, es decir, laverdad profunda, de la esencia humana, superando la divisionsocial del trabajo y el dominio del hombre sobre el hombre.Esta critica de Popper ha sido muy compartida por todoelpensamiento liberal-democrarico moderno, pero sin que secaptaran todas sus implicaciones 16gicas en 1 0 que respecta ala relaci6n entre politica y verdad, Sise leda la razon a Popper,como creo que debe hacerse, laconclusion a la eual se debe lIe-gar es que la verdad misma es enerniga de 1asociedad abiertay, en particular, de toda poli tica dernocratica. Esta claro quesise piensa la verdad como la piensa Popper -es decir, comoun continuo proceso de prueba y error, un camino que a tra-ves de la falsificaci6n pura y simple de hipotesis que serevelancaducas e insostenibles se libera de representaciones erradassin alcanzar por otra parte verdades definit ivas -, puede quesu tesis no resulre escandalosa. En realidad, la mentalidaddernocratica la ha adoptado, no obstante, sin dejar de pensarque de cualquier modo la politica puede aspirar a ciertas ver-dades. El caso de la guerra angloestadounidense contra Iraqen nombre de la verdadera democracia que los occidentalesdebian instaurar en dicho pais, incluso por la fuerza, es unejemplo de esa arnbiguedad y de esa falta de radica1idad criti-ca. Ni Bush nilos neoconservadores que inspiraban la politicade la Casa Blanca refutaban las tesis de Popper; antes bien,consideraban su teoria de la sociedad abierta uno de sus pro-pios principios inspiradores; pero, por otra parte, se sentiancon derecho, como los fi losofos de la Republica platonica, aconducir el mundo, incluso por la fuerza, hacia esa libertadque solo 1avision dela verdad puede garantizar.Semejante ambiguedad, que como se ve en e 1 propioejemplo iraqui tiene consecuencias practicas muy profundas,

    en elfondo esposible porque en la propia doctrina de Popperno fue de veras superada la concepcion de la verdad comoobjetividad, comoadae[J~..r.ei (en ellenguaje

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    de la filosofia medieval), en otras palabras, como correspon-dencia de la representacion con un orden real que se impone_a Larazon y al cual esta debe gmfurmarse~ITambien con el,metodo de la falsificacion de hipotesis erradas, que Popperopone a la idea del conocimiemo como induccion y formu-lacion de leyes de validez universal, en efecto pareee que nosacercamos de forma progresiva a una verdaddada que conti-ruia fungiendo como nO_!!}liLparaJ pensamientQrMientras ~eplense 1arealidad como adaequatio, como correspondenciaa un dato objetivo presente, el riesgo del platonismo politicosiempre subsiste. Como es obvio, Popper no es responsabledel desastre iraqui. Pero son las contradicciones de la demo- \ \ 1 \cracia ex ortada por 1a f za y, ademas or medio de la \~reventiva, las u:. 0 nos o~~n frente a l~r:ecesidad Jde repensar en forma cntlca 1arelaClon entre pohtlCa y ver-J;id Esto debe hacerse a 1a1uzde una nocion de verdad que~ucho mas lejos del persistente realismo de Popper y demuchas otras filosofias contemporaneas. Tal replanteo puedellevarse a cabo en profundidad solo a partir de las ensefianzasde Nietzsche y de Heidegger. Fueron ellos quienes criticarona fondo la idea de verdad como objetividad y quienes, a pesardelas apariencias y desus intenciones, sentaron las bases parauna vision radical de 1apropia democracia.!Nietzsche, como se sabe, propuso un balance de 1acultura /occidental bajo elsigno del nihilismo. Puede verse un resumen vesguematico de dicho balance en la famosa pagina del Cre-p us cu lo d e lo s id olo s que lleva eltitulo de ~verdadero" acabo convirtiendose en una tabula (NIetzsche,1889, pag. 75). Primero, con Platen, la ver .~ e las casas espuesta en las ideas, es decir, en aquellas eSe?ClaStr.ascendentesque hacen de modelo inmutable de las vanas realidades y quegarantizanla posibilidad misma de hablar con sensatez. Lue-

    1 Para un ana li si s deta il ado de las consecuencias pol it icas de la f ilosof iade Nie tzsche y Heidegger , vease Vat timo, 2003.

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    t vuW '~ rk - > ~ ~ . cc~I_k",-_~":,,e.-(Yb~ ~ Se-- ~ ~ , s > I I L ~go, con el cristianismo, la verdad de las cosas es puesta en elmas alla, que conoceremos solo al ver a Dios en la otra vida.Kant, en cambio, hace residir 1a verdad en la mente, en lasestructuras estables con las que Ia razon organiza un mundode fenomenos del cual, sin embargo, no sabe como es en S Irnismo. EI positivismo cientifico de Comte, en los finales deeste proceso, llama verdad tan solo al hecho positivamenteverificado por el metodo experimental; pero este hecho es,como tal, heche, es decir, producto del sujeto humano quemanipula y modifica las cos as de un modo indefinido. As!, laverdad es identificada, segun Nietzsche, con 1 0 que el hombrehace del mundo desde el punto de vista de la tecnica: triunfa elpuro subjetivismo y no existe ya ninguna objetividad indepen-diente, ningun mundo verdadero, Como se sabe, N i . e . t : z s . c h e .piensa gue 1 0 gue existe es p_uro ~o de fuerzas, conflictoentre interpretacioru:.s que no pueden asociarse a ningunanorma objetiva para decidir sobre 1 0 verdadero. En muchossentidos, Heidegger, a partir de Ser y tiempo, de 1927, con-cuerda con esta vision de Nietzsche, pero 1 0 crit ica par haberpermanecido a su vez prisionero de la idea de verdad comoobjetividad. (!>uesto que esa verdad se revela inalcanzable,

    .~.----. -:; Nietzsche piensa que debe replegarse a una teoria del purocheque de fuerzasJSabemos bien cuan utilizada fue por elnazismo y los fascismos del siglo xx semejante vision, rnuchomas alla incluso de las intenciones originales de Nietzschemismo ei egger, en cam io, piensa que si se reconoce la, conc usion nihilista de la filosofia occidental y el hecho de queal final el mundo verdadero no solo desaparece sino que essustituido por e l rnundo de la organizacion tecnologica y de laracionalizacion industrial donde rarnbien el hombre devienepuro objeto de manipulacion, el lo de2_ende del12rC2~rrormetafisico de_ha.b.et-imagim!9o 1a verdad como correspon-dencia, y al ser, como objeto_ En otras palabras, si se partede Ia doctrina platonica de las ideas, segun la cualla verdades un orden estable dado al que el sujeto debe conformar sus

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    :Jex =-: ~e.-.~"'-

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    de la reproduccion siernpre iguaJ. No olvidernos que Comtehablo, adernas, de una etica industrial, imaginando que eleomportamiento moral debra modelarse sobre 1 a cadena demontaje, donde eada uno hace 10que los otros esperan de ely asi no retrasa el proceso productivo.Ahora bien, si parece daro por que la verdad-objeto nonos va bien, aun resta ver en que sentido, deSde el punro de

    vista de la propia existencia concreta de nosotros mismos co-mo seres libres y con proyectos, esta idea de la verdad como~ertu.ra representa algo mejor.Mientras tanto, en la idea de que la verdad es un hecho

    interpretativo entran muchas de las criticas modernas a lamentira social en la que siernpre se ha basado Ia dominaci6nde los fuertes sobre los debiles, ,Incluso Nietzsche decia ggela voz de la conciencia ue escuchamos en nosotros es solola voz del rebafiQ.,A~so de la disciplina social inrrozecra-da devenida nuestro daimon. ~s de aguello gue os resulta.mas evidente, afiade Nietzsche) de 10gue mas debeis dudar,por esa precisa razon. En la propia constatacion del carac-_er interpretativo de la verdad se basa, en ultima instancia,tam bien la cririca de Ia ideologia de Marx: la ideologia es,en efecto, una interpretacion, no solo del individuo, sino deuna clase, inconsciente de ser tal y que, por 10tanto, se cree,

    o verdad abso~::I~n general, to a aque 1a Iimada escuela-:cIea sospeclia, dicho con una expresion de Nietzsche, luegoretomada por Paul Ricoeur, que como es obvio induye tam-bien elpsicoanalisis freudiano, es una gran variacion sobreel tema del cadcter inter~qlivo de toda experiencia de 1verdad/Y no5010 esto: deforma mas 0 menos exp icita, a estaposicion se vincula con claridad ya sea elpensamiento de ladeconstruccion inspirado en la filosofia de Derrida, ya seamucha de la filosofia posanali tica que se relaciona con el asillamado segundo Witt enstein. Cuando este habla de juegos[ingiiisticos, en cuyo ambito a verdad puede relaeionarse so-lo con la observancia de reglas compartidas, pero nunca con

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    la evideneia de una correspondencia con las cosasvpracticala herrneneutica sin saberlo. En euanto a la deconstruccionderrideana, rambien esta inspirada en la idea, muy influeneia-da por Freud, de que !? representaci6n del mundo en la mente~a una s.e.gunciaescena que nace de otra, mas ori~,y de otra mas aun.Me perm ito estas referencias a varias corrientes del pensa-

    miento contemporaneo ya sea para situar con mayor claridad /mi discurso, ya sea para mostrar que no es tan irrazonablecomo podria parecer a primera vista. Puesto que~uando so-mos invitados a considerar que no existen hecnos, solo in-terpretaciones, de inmediato nos sentimos como perdidos,sin suelo bajo nuestros pies, y reaccionamos por 10generalen modos neuroticos, como afeetados por un ataque de ago-rafobia, de miedo al espacio libre e incierto que se abre antenosotro~n miedo que sevuelve aun mas intenso sidejarnosel campo de la filosofia pura (en el fondo, los filosofos handicho detodo y elmundo no ha eambiado enconseeuencia .. .)y nos aventuramos en el terreno de la olitica. Es eierto ue

    I una vez toma 0 en euenta que no existen verdades absolutas /'sino s6lo interpretaeiones, muchos autoritarismm son desen-mascarados por 1 0 que son, es decir, pretensiones de imp.o-.n_ernQscomportamientos gue no compartilTlQ.S,en nombrede alguna Ie de la naturaleza, esencia del hombre,.tradici6nintocable, reve acion rvina. Siafguien me dice se hombre,[en general quiere que haga algo que no quiero haeer: ir a laguerra, aeeptar el sacrificio de mi interes y de mis a menudo .legitimas expeetativas de felicidad, etc. Como decia, una vez '!7 '1 ,.1"mas, Wittgenstein, la 1losoflanos libera asi de los idolos, y N i t.h:;,~uiza solo eso uede hacer al menos sezun el,Sinembargo, junto a esta l iberaci6n de los autoritarismos /que pretend en tener una base rnetafisica, la coneiencia delca- .

    deter interpretativo de toda nuestra ex;periencia pareee d~jar.un vacio, 2Como seevita, de heeho, que seabra asi elcaminohacia una soeiedad de lalucha de todos contra todos, del puro

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    wvVe:., re .-u..- ~ .u-..

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    conflicto entre intereses opuestos? Mas aun, ~c6mo justifica-remos, desde un punto de vista hermeneutico, el sincero es-candalo que nos provocan los (tantos) politicos que mienten?Si nos hacemos estas preguntas, intentando darles unarespuesta honest a (tarnbien este adjetivo causa problema),deberemos reconocer la validez del discurso sobre la verdad

    como apertura contra la verdad como correspondencia. Deesta ultimaLLosimporta de veras solo 8isirve)}a una verdadd"iferente que nos parece mas alta. No podemos aceptar lasmentiras ~;eBush y Blair porque fueron dichas con el fin dehacer una guerra con la que creemos que no podemos estarde acuerdo, que no tiene nada que ver con nosotros, que violademasiados principios morales a los que adherimos. Es cier-to que tam bien estos principios morales nos parecen ver-daderos, pero no en el sentido rnetafisico de la palabrani porque correspondan por su aspecto descriptive a algundato objetivo. eQue significa, por ejemplo, rechazarla guerraporque los hombres son hermanos? 2En verdad la herman-dad humana es un dato con el cual deberemos concordarporque esun hecho? Si sepiensa entonces en 1 0 que hoy pesa,o ~rat,a,de P~s.;3.f;n polftica _Iapretension de aplicar reglas ypnncipios cientfficos -por ejernplo, en economia, la ley demercado})- se comprende cuan problematico resulta creer encl deber absoluto de laverdad.Debe repensarse toda la relacion, incluso a partir delpro-

    b~ema de Maquiavelo. Su error, al menos desde el punto deVIsta de una concepcion no metafisica e ideologica de la ver-dad, no habria sido elde justificar lamentira sino elde confiarsolo al prmcipe el derecho de decidir en que casos la mentirase justifica. Digamos en pocas palabras que no tendrfamosnada contra un Maquiavelo democratico, aunque en mu-chos sentidos esta es una contradiccion de terrninos. Intentareser mas claro.!uesto que la verdad essiempre un hecho inter-pretativo, el ~ en el cual es posible inspirarseno es la correspondencia puntual del enunciado respecto de

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    v ~ o . . , ~ ~(0 ~~u.:c .L ~ l\,--

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    nombre del interes general. Robaban no para ellos mismossino para el part ido y , por 1 0 tanto, para el funcionamientode la democracia, que cada vez cuesta mas,Por muchas razones relacionadas can el desarrollo de lascornunicaciones, con la prensa yean el propio mercado de la

    informacion, la politic a nioderna en este sentido ya no rige,Sehace cada vez mas evidente Ia contradiccion entre elvalorde la verdad objetiva y la con~iencia ae gue aquello q.ue/\fV___ . .llamamos realidad es un j~go de inter retaciones en con-fl' T I /~fl' 7.d '-----~l " d_!S!Q. a con icto no pue .eser venci 0por a pretension ellegar a la verdad de las cosas, ya que esta resultara siemprediferente, hasta tanto no se hayaconstituido un horizontecomun, vale decir, el consenso en torno a aguellos eri teriosimplicitos de los gue depende toda verificaci6n de proposi-gQnes-S.jn~. Se bien que esta no es una so1uci6n a lacuestion, sino 5610e1planteamiento del problema. Una frasede san Pablo (Carta a los efesios, 4, 15-16) dice aS1:uerita-tem [acientes in caritate, El griego tiene aletheuonr;;;;q~ue~ ~es aun mas fuerte. Esta nos lleva de un salta mas aM de lacuesti6n de 1aobjetividad: 2que significaria hacer la verdadsi esta fuera 1acorrespondencia del enunciado respecto del"data? La alusion a la caridad aquino esta de mas. E1con-Ilicto de las interpretaciones, del cualla democracia no puedeprescindir sino quiere convertirse en dictadura autoritaria delos expertos, los filosofos, los sabios, los comites centrales,nose supera solo ~12licitando los intereses que mueven lasdiferentes interpretaciones, como si fuera posible hallar unaverdad profunda (la primera escena, eltrauma infanti1, el serverdadero antes de los enmascaramientos) sabre la cual des-Q.uestodos concardelllQs. Todo esto, que es elmejor resultadode la escuela de la sospecha, la pars destruens de la criticaa las pretensiones de verdad absoluta, requiere de un ampliohorizonte de amistad civil, de un consenso comunitario,-por mas sospechoso que pueda resultar el terrnino-; que nodependa de 1 0 verdadero y 1 0 falso de los enunciados,

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    Repito: esta no es la solucion al problema, sino 'solo unmodo de p1antear1o de forma explicita, evitando asi a1menosla hipocresia de la politica moderna que nunca ha puestoen discusion Ianoci6n deverdad como correspondencia y,sinembargo, siempre ha admitido que el politico puede mentirpor el bien del Estado (0del partido, 0 de laoclase, 0 de ,lapatria), Esa hi ocresla debe ser co denada, 1:!2..l2QNlle admite ie--1amentira violandQ el valor absoluto de la verdad comocorrespondencia~ sino porqJle viola el vinculo social con el~, podriamos decir que,va contra la igualdad y la caridad.o contra 1alibertad de todos. @Podria observarse que la libertad es tam bien y sobre todola capacidad de proponer una verdad contraria a la opini6ncomun. Asi, por ejemplo, la entiende Hannah Arendt en losapuntes de su diario escrito en los mismos afios del procesoEichmann. La verdad -escribe Arendt (2002, pig. 531)- nose verifica par rnedio de una votacion. lncluso la verdad fac-rica, no solo la racional, concierne al hombre en su singulari-dad, Sin embargo, en las mismas paginas se encuentra unaconstante insistencia tam bien en elcaracter siernpre social dela verdad y en la ,9j~ que debe reservarse a quien preten-de poseerla de modo preciso y estable. Quien, en una opo-sici6n de opiniones, afirma que posee la verdad, expresa unapretensi6n de dominacion (pag. 619). Tal oscilacion, que nome parece que nunca se haya llegado a superar del todo e~!aobra deArendt, seexplica quiza con elhecho de que tarnbienara ella la verdad espensada como reflejo objetivo de datosde hecho. No obstante haber frecuentado el existencialismo,de Jaspers pero tarnbien de Heidegger, e 1 tema de la interpre-taci6n sigui6 siendole en sustanci~ aieno.3 ~q.~iahora p~efierouna tesis de Ernst Bloch de la pnmera edicion del Geist derUtopie (1918), donde dice gue la diferencia entre elloco y

    3 Para ul te riore s profundizaciones sabre [apo[itica de Hannah Arendt,vease el excelente Savarino, 1997,

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    D~ . ,"1-o~H~',~~l Qrofeta esta en la capacidad de este ultimo de fundar unacomunidad. Me pareee otro insigne ejemplo de la transicionde la verdad a la caridad, de la pretension, siempre un tantoautoritaria y dogmatica, de !~aJ.ll.llundameutQeS13ble,al ideal_evangdico del respero.al.orro. En efecto, en el dialo-gosocial es necesario poder ofrecer argumentos, pero por 1 0general son argumentos ad hominem, referencias a nuestrasconvicciones comunes, que el discurso cotidiano y la supre-macia mediatica de la ideologia dorninante olvidan y ocultandemasiado a menudo; setrata de referencias a la historia y aIa experiencia que compartimos con nuestros semejantes (e lgrupo, la sociedad, la humanidad misma como nos apareceen este rnomento historico), mas que de evidencias materna-ticas 0 principios apodicticos; en resumen, del senrido co-mun en el significado mas alto del terrnino.S e que en sociedades que han vivido experiencias recientesde dictaduras y violaciones de los derechos hurnanos, como lachilena, la sudafricana 0 la nepalesa, la cuestion de la verdadde hecho, el problema de saber que Ies ocurrio en verdad alas personas que desaparecieron en el vortice de la violenciapolicial es un problema central. Por 1 0 dernas, en Italia vivi-mos experiencias analogas, si bien desde mas lejos, cuandosucede que alguien intenta revalorizar el fascismo negandoque este haya estado bas ado en la violencia y persecucion delos disidentes y que haya participado de forma activa en elexterrninio de los judios y otras minorias, d~sd_~Jgs gitanosy los homosexuales hasta las personas con discapacidades."Sin embargo, la necesidad de saber la verdad objetiva sobretantos hechos de este tipo no tendria sentido si no estuvierainspirada a su vez en la necesidad de hacer justicia, por 10"tanto, de hacer valer no la objetividad en cuanto tal sino el

    4 Aqui nos refer imos a las afirrnaciones del presidente del Consejo, SilvioBerlusconi, cuando dijo (en la entrevista concedida a los dos periodistas ingle-ses Boris Johnson y Nicolas Farrel y pub.icada el l l de sept ie rnbre de 2003 enel Spectator) que Mussolini nunca rnaro a nadie.~

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    dereeho de todos los que sufrieron 0 sufren hasta ahora, y elpropio derecho de la comunidad a reafirmarse como Iugarde convivencia civil, de verdadera amistad politica, ,La liber-tad de todos no tiene necesidad de la verdad-correspondenciasalvo como medio de realizar cada vez mejQf la_Q2!n-I2rension'~edproca, ese reino del espiritu en el cual, como decia Hegel,la humanidad algun dia podra sentirse con respecto a S I rrus-rna, en su propra casa.

    La tarea politica del pensarPara discutir el actual rol de la filosofia en nuestras socieda-des tardomodernas 0 posmodernas, quiza sea util subrayarlas analogfas que subsisten entre un libro como La sociedadabierta y sus enemigos de Karl Popper (1945) y las ideas ex-puestas por Heidegger en much as de sus obras, en especialen una conferencia de 1964 titulada El final de la filosofia yE tare a del pensap>. Por supuesto, es ~a cornbinacion para-dOJica, sobre todo porque Heidegger no parece un pensadorapasionadamente dernocratico. A pesar de esto, las razonesque mueven a Popper a alinearse en contra de Platen son enesencia las mismas que mueven a Heidegger en su polemicacontra la rnetafisica que, tal como describe en el inicio dela conferencia mencionada, es tambien el platonismo, desdela antiguedad hasta Kant, Hegel, Nietzsche. Si, en efecto, enlugar d~ la ~xpre~ion de ~opper

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    cosa que adecuarse a este orden esencial. Puesto que son losfilosofos quienes conocen elorden esencial de las cosas, a ellosles correspondera comandar la sociedad. La funci6n que losfil6sofos -0bien, hoy, los cientificos, los tecnicos y los ex-pertos- se han atribuido a 1 0 largo de los siglos, de supremosconsejeros de los principes, guarda una estrecha relaci6n canesa conviccion de base: que para elindividuo y las sociedadessiempre se trata de corresponder a un orden dado de mane-ra objetiva que vale tam bien como unica norma moral. Unprincipio moderno como aquel segun elcual auctori tas ,J1!211-veri tas , taa: legem, siempre ha estado expuesto a la cri ticaracionalista de inspiraci6n rnetafisica, incluso cuando esta eramotivada por las mejores intenciones revolucionarias. Donde-quiera que, en politica, entra en juego laverdad, ahi comienzatarnbien elpeligro del autoritarismo, en el cierre [sociedadcerrada] gue Popper estigmatiza en su obra.Ahora bien, 1 0 gue Heidegger llama rnetafisica de hecho

    ,es la idea del ser como de un orden dado de manera obietivas k una vez QO f todas ..La misma idea que tarnbien Nietischereprobaba a S6crates, viendo en elal iniciador de la decaden-cia modern a que mat6 elgran espiritu tragico de los antiguos.~iel ser esuna estruetura dada de una vezpor todas, no puedepensarse apertura de la historia ni libertad alguna. . -Como es natural, semejante visi6n e~confortante

    que la tragica, earacteristica de los albores del pensamientogriego; pero el reeonfortarse, podriamos agregar nosotros,vale sobre todo para aquellos que ya estan seguros en elordenexistente y , por tal raz6n, 1 0 reconocen como racional y dignode valer par siempre (piensese aqui, ademas de Nietzsche, enlas tesis sobre la fi losofia de la historia de Benjamin, 1940).Recuerdo que, tambien en esas primeras paginas de la men-eionada eonferencia sobre el final de la filosofia, Heideggercita, junto alnom~b~~Plat6n, a Karl Marx, como ~guel ~~a_ac.tua?Q" ~quc:J:~J.ie.tzsche,Jajill'ersi6n de la me-taflSlca, es decir, de, platomsmo. Con esto no pretendo decir

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    gue pueda llerrarse por completo elsalto entre la inversion deMarx y esa superacion- CUberwindung) en la que piensa elpropio Heidegger. Sin embargo, segura mente no es arbitrariopensar, de parte nuestra, tarnbien en las ideas de Marx sobrelos origenes de la enajenaci6n en la divisi6n social del trabajocuando intentamos comprender, con Heidegger, por que yc6mo la metafisica se estableci6 de modo tan radical en lahistoria de nuestro mundo. Dejo de lado la discusi6n sobre elcaracter historico 0eterno. de la metafisica en el pensa-miento de Heidegger, que llevaria a desarrollar un discursosobre su nunea superada, y quizas insuperable, dependenciadel mito biblico del pecado original.Aunq ue 1anoci6n demetafisica es usada por Heidegger de

    una manera mas bien peculiar, creo que 1aanalogia con Po-pper, por mas gue sea paradojica, puede aclarar en que senti-do esta tambien es cornpartida por gran parte de la filosofiaconternporanea; con seguridad, no seria dificil reconocerlatarnbien en Wittgenstein (Die Welt ist alles, was der Fall ist:elmundo es todo 10que acontece, Wittgenstein, 1922, 1,1 ) y , como esobvio, en e1pragmatismo yen elneopragmatis-mo. Bien se que aun hablan de merafisica, de modo concordedesde e1punto de vista terminol6gico, ya sea los eontinuado-res del pensamiento clasico y de la tradici6n neoescolastica,ya sea ~~~ que es cierta filosofia ana-}ftica enla cual ontologia, metafisica, etc. indican s610 lasestructuras del conocimiento anquilosadas en ontologiasregionales carentes ya de esa elastieidad y de e~~un podian reconocerse en el trascendental Kante incluso en Husserl. En resumen, es bastante claro que, almenos en una gran parte de la filosofia contemporanea, laidea heideggeriana de metafisica como identificaci6n del serverdadero con una estructura estable, objetivamente reco-nocible y fuente de normas, goza de amplio consenso y esconfinada a1plano te6rico, si bien no bajo el nombre de suprincipal autor.

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    A partir del rechazo de la metafisica entendida en estesentido -un rechazo que puede estar motivado por razonesnietzscheano-heideggerianas, 0 por razones wittgensteinia-nas, carnapianas, popperianas- eslegitimo plantearse elpro-blema del final de la fi losofia en la era de la democracia. Masaun, yendo mucho mas alla de Heidegger y del propio Po-R 1 pper, es simple@9ltific~el final de la fi losoffa como meta-

    O J 1 .fisica con la afirmaci6n, pr3.cticay-p-o~u~s" r C ' $ S ll"\- ~craticos. Donde hay democracia no puede haber unaclase de detentadores de la verdad verdadera que ejerzan

    elpoder en forma directa (losreyes-fil6sofos de Plat6n) 0queprovean al soberano de las reglas para su comportamiento.Por eso, repito, me parece sintornatica la referencia a Marxque sefiale en las paginas citadas de Heidegger. En esas mis-mas paginas se habla del final de la filosofia a causa de ladisoluci6n que esta sufre con la especializaci6n de las cienciasparticulates, desde la psicologia hasta la cibernetica (que hoyllamamos mas bien informatica), pasando por la sociologia,la antropologia, la 16gica, la logistica y la sernantica. Co-mo es comprensible, no es para nada un discurso abstracto:.~ guien enseiia filosofia en las escuelas y en las.universidadesEQdos los dias ha_c_e_exp~l2rogresiva disolu-ci6n de la filosofia. En las universidades donde se instituyennuevas carreras de psicologia, antropologia 0 ciencias de lainformacion, las inscripciones a las carreras de filosofia dis-minuyen de manera considerable. Tarnbien disminuyen losfondos disponibles para los estudios filos6ficos. En definiti-va, todo eso es justo e inevitable, aunque desagradable paramuchos de nosotros y sobre todo para nuestros estudiantes.De cualquier modo, es un aspecto muy concreto del final dela filosofia, que parece no tener una vinculaci6n directa conla democracia, al estar relacionado solo con la creciente au-tonornia de las ciencias humanas. Sin embargo, como sefialaHeidegger, corresponde a un poder y a un prestigio socialcrecientes de los especialistas, acompafiados de un control

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    cientifico cada vez mayor en los diferentes aspectos de lavida en sociedad.Si se tiene en cuenta todo esto, tam bien se ve que .el finalde la filosoia deja un vado que las sociedades dernocraticas~ueden dejar de tomar en consideraci6n. Es decir, Y , . 9 . Eu~ la filosoffa entendida como funcion soberana de E D"Gssabios en el gobierno de la polis esta ,muerta y enterrada. 6\Por la otra, tal como sugiere el titulo de la conferencia de ~Heidegger que habla de una tarea del pensap> despues delfinal de la filosoffa-metafisica, subsiste el problema, en espe-cifico dernocratico, de evitar que la autoridad del rey-fil6sofosea sustituida por el poder incontrolado de los tecnicos delos diferentes sectores de la vida social. 5e trata de un podermas peligroso aun, si bien U1;!.s~le_g1yfr~cionado, al pun- /to de que .cl_I2!QP-6sitoevol~ionario de gorpear eI coraz6n Vdel Estado deviene absurdo p~er esra distribuidQen forma objetiva entre los muchos centros que c:ultivan lasvariadas.especializaciones, Siquisieramos usar una metaforapsiquiatrica, diriarnos que existe el riesgo de construir unasociedad esquizofrenica, donde antes y despues se instaura un nuevo poder supremo, eI de los medicos, los enferrnerosjlas camisas de fuerza y las camas de inmovilizaci6n.Intentemos, pues, modificar el ti tulo de la conferencia deHeidegger de esta manera: El final de lafilosofia en las socie-dades dernocraticas y la tarea (politica) del pensar. Ha terrni-nado e 1 rol soberano del fil6sofo porgue sehan terminado lo~soberanos. No es facil decir si estos finales estan vinculadosen una relaci6n de causa y efecto. Aligual que Marx, Heide-gger diria que el final de la metafisica y, por 1 0 tanto, de las.. . pretensiones de soberania de la fi losofia, no es un asunto quese haya cumplido ante todo por accion de los fi l6sofos. Concerteza, para el todo esto es mas un evento del ser al cuallafilosofia debe 5610co-rresponder; pero, como puede verse, ladistancia de Marx resulta muy relativa: 2donde habla el seral cual el fil6sofo debe responder? Con seguridad, no en la

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    estructura- econ6mico-material de la sociedad, 0 no s610en ella. La posibilidad que tenemos de plantear propuestasinterpretativas que aun hoy son un tanto escandalosas peroque hace treinta afios habrian sido incluso impensables, comola hip6tesis de una cercania entre la sociedad abierta de Po-pper y el final de la metafisica tal como 1 0 piensa Heidegger,no nace de una salida filos6fica cualquiera, sino que si tienealguna validez es a su vez una respuesta a nuevas condicionesde la epoca, Con respecto al momento en que se situaban Po-pper y Heidegger, hoy elmundo .. sta mucho mas avanzado enel camino de la integraci6n y de la racionalizaci6n cientifica;por 1 0 cual el final de la filosofia -ya sea en el senti do de sudisoluci6n en ciencias particulares, ya sea en el sentido delvacio y de la ausencia que deja en la democracia misma- esun hecho mucho mas visible y universal. Al proponer la tesisde la cercania entre Heidegger y Popper no descubrimos unaverdad mas profunda (esta aun seria en efecto una forma depensamiento metafisico, con pretensiones de absoluto), sinoque correspondemos a 10que acontece, al evento, tarnbien enIentido heide eriano es edfico del termino,La tarea del pensar en esta situaci6n, ya sea que nos refira-

    mos a Marx 0 a Heidegger, aunque quiza no a Popper, es la de~~cDJ.ili~.~c6n~.Q.Y\0-~~; 0 sea, para Marx la concreci6ndialectica de los nexos que la ideologla nos esconde; paraHeidegger, la verdad como aletheia, como apertura de unhorizonte (0 de un paradigma) que hace po sible toda verdad-entendida como una conformidad hacia las cosas, verifica-ci6n 0 falsificaci6n de ro osiciones vease Heide er 1951 .Como es natural, Popper no puede acompafiarnos en esteulterior paso del discurso, ya que la alusi6n a Marx 0 a algooculto que trata de pensarse pareee alejarnos de la idea dela sociedad abierta. Aqui seria demasiado extenso mostrarque, en cambio, la cercania con Heidegger y Marx en los ter-minos que he propuesto todavia tiene valor. Dejemos de lado,

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    pues, a Popper. El acereamiento de Marx y Heidegger, que es-te ultimo sugiere en la conferencia que estoy comentando, es~n cambio determinante. Sin embargo, 2puede hablarse de la-alhheia oculta a la que alude Heidegger como si fuera la con-creci6n de las relaciones socioecon6micas de Marx? En otrosterminosJ(como se configura la tarea del pensar despues del""\

    ! hnal de" la filosofia, cuando los fi16sofos ya no piensan tenerun aceeso privilegiado a las ideas y a las esencias que los pon-dria en condiciones de gobernar 0 dar normas al soberano? J :(j5i seguimos tan s610 a Marx, volveriamos a una metafisica yracionalista e historicista, en la cual a los fi16sofos Ies esperala tarea de expresar la verdad definitiva de la historia que s610el proletariado expropiado conoce y realiza con la revoluci6n.Tampoco Marx, en e 1 fondo, supo mirar de veras al ser

    como esencia, y por eso tiene raz6n contra el Popper al consi-derarlo un enemigo de la sociedad abierta. En cambio,~ ' t \ _ . /( . . V\;;"siguieramos a Heidegger, nos encontrariamos atrapados en ~esa rnistica sin fundamento, mala mitologlli_, funesto irracia- t)))alismo (

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    la continuidad de su pensamiento. Por 1 0 dernas, aqui no setrata de ser mas 0menos fielesa su ensefianza, sino de busearvias de solucion a nuestro problema sobre la tarea y el futurode la filosoffa despues de su final.En la epoca del final de Ia metafisica, no podemos seguirbuscando, como hizo Beidegger, elevento del ser en esos rno-

    mentos privilegiados a los que el siempre dirigi6 su atenei6n:las grandes obras poeticas, las palabras inaugurales como,la sentencia de Anaximandro, elpoema de Parrnenides 0 losversos de Holderlin. Estos textos funcionan aun como esen-cias, ideas plat6nieas que s610 los filosofos reconoeen y quehaeen de ellos, una vezmas voces soberanas. 11 la era e1~ .e~ocracia, el evento del ser al eua e pensamiento debedirigir su pr~pia atencion es quizas algo mucho mas amplio ymenos defimdo aeaso mas cercano a la politiea. Pue e ayu-ar~os a pensarlo s610una expresi6n del ultimo Foucault queaqUl r~tomamos en un sentido aut6nomo: ontologfa de laactuahdad.@l evento (delser) al cual elpensamiento tiene latarea de eorresponder enla epoca de 1 a democracia esel modoen que elser.va config~randose en la experiencia colectivaj Looculto que tiende a hUHen la especializaci6n de las ciencias esel ser .encuanto ser, la integridad de la experiencia individualy social qU,ed.ebe sustraerse a la esquizofrenia tecnol6gicay a la cons~gUlente recaida en el autoritarismo. Hablar aquide ontologia y confiar esta tarea, una vez mas, a los filoso-fos que ya no son soberanos ni consejeros de los soberanossigni~ea con .toda certeza im.aginar un rol nuevo X aun...pmde~11lrse~el Intelectual no cientifico, no tecnico, sino gof!!a~parecl 0 al sa~e:dote.o al artis~a: sacerdote sin jerarquia,rio obstante, y quizas artista callejero. Con menos fantasiapue~e p~nsarse en una figura que tiene rnncho que ver co~la. historia y con la politica, en alguien que hace ontologiamlentras. re~ne las experiencias actuales con las pasadas, enu~a contInUld~d que esel sentido fundamental del propio ter-rnmo logos, discurso, y que construye continuidad tam bien

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    en la comunidad, ayudando a la formaci6n de nuevosmodosde entendimiento (otra referencia a Haberrnas: elfi16sofoco-moDolmetscher). (Todo esto de veras tiene algo que ver con ~jLre;tLel ser?, podria preguntarse. Responderiamos: pero es el seracaso a1godiferente, mas profundo y mas estab1e y ocultoque su evento?

    De la fenomenologia a la ontologia de la actualidadSegiin una especie de circulo hermeneutico que tampoco encasas como este la filosofia puede evitar, proponer un caminoque va de la fenomenologia a la ontologfade la aetualidad esya un modo de encaminarse de forma explicita por ese sende-ro. Sin embargo, la decisi6n de emprenderlo no esta motivadapor ninguna raz6n teorica general, por ninguna exigencia16gica que obligaria a la fenomenologia a convertirse en algodistinto de 1 0 que solia ser en elprop6sito de Husserl y de losmas ortodoxos seguidores de esa escuela. Por 1 0 tanto, es laactualidad la que requiere este esfuerzo de transformaci6n.Ontologia dela actualidad, como seha dicho, esuna expre-si6n del Foucault tardio, que oponia ese modo hisrorico defilosofar a la que en cambio llamaba analitica de la verdad,Grosso modo, con este ult imo terrnino, Foucault indica-

    ba el pensamiento interesado en definir las condiciones y loscontenidos de una verdad no sujeta a los cambia;' de las con-diciones hist6ricas, esa verdad que en la tradicion filos6fiea,al menos hasta Kant, siempre quiso ser una instaneia cri ticaque la raz6n pudiera haeer valer tambien en relaci6n con lahistoria. Puesto que Foucault no hizo ulteriores aclaracionesdel sentido de ambos terrninos y, mas aiin, para e J la propiaontologia de la actualidad devino ontologia hist6rica, aquiestamos autorizados a tratar los terrninos con cierta libertad.No s610el de actualidad sino tambien el de ontologia,que, por cierto, Foucault no entendia en el sentido que ha

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    venido imponiendose en tantas formas de neorrealismo y defilosofia posanalitica de hoy. En 10que a rni respecta, enten-dere ontologia en el sentido que tomo de Heidegger, paraquien esta indica el pensar el ser en el doble sentido, subjetivoy objetivo, del genitive. Incluso esta sola decision sobre el sig-nificado del terrnino marca una profunda diferencia entre elintento que mueve estas paginas yel de los muchos ontologosque 10 r educen a una teoria de los objetos. En cuanto a la ac-tualidad, el sentido en el que la entiendo es el que se refiere a lacondici6n comlm denuestravidaacrual y que resuena sob';;todo en el uso del terrnino por parte de las lenguas neolatinas:attualita, actualite, actualidad. Como se ve, es un terrninomuy vago y dificil de definir. Tiene el misrno caracter gene-ral y vago de palabras como modernidad y posmodernidad,entre otras. Sin embargo, seiialo que cuando los empiristashablan de experiencia tarnpoco usan la palabra en un sen-tido mucho mas preciso.

    --4) Por 1 0 tanto, mi hiporesis de trabajo es que hoy, en nuestraactualidad no s610 filos6fiea sino tambien historico-social ,es necesario pasar de la fenomenologia hacia una ontologiade la actualidad. Hablo de hoy mirando no s610 los proble-mas que se discuten en filosofia, sino que en cambio pretendohablardel rnundo en el que tambien todos nosotros, losfi16sofos, nos movemos y vivimos. ~Aeaso estoy pasando ellimite que !leva a la sociologfa? Soy consciente del problema,pero 10 justificare con dos referencias: una es la definicionque Lukacs aplico en el elogio funebre a Simrnel, al!lamar sutrabajo impresionisrno sociologico, La otra es la practicacone ret a de algunos grandes filosofos del siglo xx, primerosentre todos Adorno, Horkheimer, Benjamin y Heidegger. Esteultimo sabre todo me pareee un importante ejernplo al cualatender, ya que el interes por la eondiei6n actual de la exis-tencia humana madura en el como eonsecuencia del giro desu pensamiento que signa tam bien el pasaje a una medi~6nde puro caracter ontol6gico.

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    Ninguno de estos filosofos propuso nunca un euadro ex-haustivo de 1 0 que consideraba la condicion humana actual.El terrnino impresionismo usado por Lukacs referido a Si-mmel incluye tambien una cierta pareialidad del contexto. Elhecho es que, para fil6sofos como los que nornbre, la eleccionde dedicarse a un determinado problema no podia estar ins-pirada mas que en un dlamado que sentian que proveniadel mundo, y nunca de una motivaei6n intern a a la logicadel discurso filos6fico tradicional. Esto, como he senalado,vale en especial para Heidegger, ya que para el escucbar el 42----llamado del muodo es, como tal, aquello que coostituye el in-teres onto16gico madurado en el sobre todo (aunque no solo)despues del giro de los afios treinta. No es necesario precisarque la situaci6n hist6rica a la que me refiero es en primerlugar la que se expresa en la filosoffa 0, con mas exactitud,en algunos de sus aspectos y corrienres que, sin embargo, contodo el riesgo que ello implica, asumo como el rasgo caracte-ristico de tal condicion: tarnbien la inevitable parcialidad detal asuncion tiene precedentes autorizados, en los fil6sofosantes mencionados y tambien en Bussed, para quien el con-cepto de crisis de las cieneias europeas no aludia por ciertoa un inventario completo del mundo de su epoca.Cuando hablo aqui de ir mas alia de la fenomenologia no

    me refiero de manera principal al Husser! autor de la Krisis.Pienso en la fenomenologfa eidetic a y en su tentacion -asi 1allamare- de resolver la filosofia en una serie de ontologiasregionales que tienden a no preocuparse por la ontologia fun-damental. Hoy, esa que llamamos la tentaci6n de Husser!,y que tam bien est a en la raiz de su ruptura con Heidegger,se representa en una oleada de nuevo objetivismo que signauna parte de la filosofia europea y se vincula con el pen-samiento posanalitico norteamericano. Bajo la presi6n detantas preguntas de nueva normatividad que se dirigen, casisiempre de forma indebida, a 1af ilosofia, esta con frecuenciase e_mpefia en el esfuerzo de basar sus propias respuestas en

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    una redefinicion de los entes a los que deberian aplicarse lasnormas. Es tipico el caso de la no cion de persona. En elultimo tiempo incluso un pensador como jurgen Habermasha propuesto redescubrir Ia nocion de naturaleza humanapara basar en ella normas de bioetica. Aun compartiendolas preocupaciones de Habermas por los riesgos vinculadoscon la comercializaci6n de los resultados de la ingenieria ge-netica, tampoco podemos dejar de reconocer los riesgos quecomporta una posici6n como la suya. Riesgos que puedenverse incluso a partir de la rapid a aprobaci6n obtenida porHabermas, en este intento suyo, por parte del Vaticano, desdesiempre defensor de 1a pretension de basar las normas eticasen la naturaleza, es decir, en las esencias, las cuaIes, se en-tiende,

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    de intensa religiosidad. Tambien eJprofundo significado eticoque Husserl atribuyo siempre a su propio trabajo de fenome-nologo sedeja leer con facilidad como dedicacion a una tareaque no sepone en discusion en cuanto tal. Como en elcaso delas ontologias regionales, Husserl no cuestiona la legitimidadde la division tradicional del trabajo intelectual: la tare a queel se asigna no es diferente de la que asumian los neokantia-nos de la epoca -la fundacion trascendental de las esferas deexperiencia espedficas-, de cuya distincion no dudaba.La insatisfaccion que sentimos frente al modo en que elHusserl maternatico desarrolla su proposito de alcanzaruna solidez interior, deteniendose en la fundacion trascen-dental de las ontologias regionales, se parece mucho a la ex-presada por Heidegger respecto de Karl Jaspers en la resefia(escrita en 1919 pew publicada solo en 1976) dellibro so-bre la Psychologic der Weltanschauungen [Psicologia de lasconcepciones del mundo] (veaseHeidegger, 1919-21). En esaresefia, Heidegger critica a Jaspers por haber olvidado elpro-posito expresado en laintroduccion dellibro, que era estudiarlas Weltanschauungen para poner en discusion la propia. Enlugar de llevar a terrnino esta tarea, Jaspers se limita, segunHeidegger, a construir un panorama en sustancia estetico, 0sea, en terminos de Heidegger, tan solo descriptivo y objeti-vo de los diferentes tipos de vision del mundo. Tal enfoquepanoramico tarnbien es evocado en otra pagina de la resefia,en referencia especifica a Husser! y a la fenomenologia. Muyen breve, si leemos el Sein und Zeit que Heidegger acababade publicar en 1927, el mismo ana en que discutia con sumaestro el articulo de la Enciclopedia britantca, la exigen-cia esencial que esra en la base de la ontologia fundamentales aquella que se anuncia desde las primeras paginas de su

    ~ obra: 0 sea, la de ver el p-roblema del ser a l2artir del entegue plautea.el.problerca. La fenomenologia de la que hablael articulo de Husserl tiene el mismo limite que ellibro deJaspers: deja fuera al ente que la formula. En efeeto, el paso a

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    la fenomenologfa trascendental, que ya se anuncia en el arti-culo, esun paso decisivo de Husserl hacia la superaci6n de lapura descriptividad y del objetivismo que la resefia reprochaa Jaspers. Sin embargo, basta con comparar el peso diferente ~~que tiene el terrnino igentlich, autentico, en Sein und Zeit y u,t.....L.,.J..,:w.en algunos pasajes del art iculo de Husserl , para medir todala distancia que separa a ambos autores. La ontologia fun-damental pregunta que es del ser, involucrando sobre todo~l que pregunta. Tanto que el olvido del ser al que alude elexergo de Sein und Zeit , la cita del So{ista de Platen, puedeidentificarse con facilidad con la objetividad panorarnica dela mirada fenomenologica. Mirando la historia posterior a1927 de Husser! y de su discipulo, podemos decir que aque-1 1 0 en 1 0 que ambos pensaban aun de modo oscuro en el afiode su ruptura era la historia del ser. Para Hussed ese paso ala historia del ser se producira, en terrninos por 1 0 dernas noresolutivos, en la Krisis, donde la preocupacion por relacionarla fenomenologia eidetica con la subjetividad trascendentalencuentra su sentido mas autentico (aqui pienso en la inter-pretaci6n de la Krisis dada por Enzo Paci) en eI ideal de unarestauraei6n de la humanidad europea amenazada por la rna-tematizaci6n delos saberes y por elpredominio de las eienciasexactas por sobre el mundo de la vida. En Heidegger, comosesabe, laEigentlichheit de Sein und Zeit se transforrnara enIa idea del ser como Ereignis, 0 sea, como donaci6n (Gabe,Schicken) de aperturas hist6rjco-destinales (geschichtlich-geschicklich) gue son las que constituiran la historia del ser.Como es obvio, el interes en volver a meditar hoy sobre larelacion conflictiva entre Husserl y Heidegger no es solo his-toriograrico. Me parece que tal retlexion es necesaria paraliberar a la fenomenologia del mortal abrazo, yo 1 0 llamariaasi, de las nuevas ontologias objetivistas desarrolladas comoresultado del encuentro entre males fenomenologos y malosanaliticos. Esas ontologias tienen el mismo limite objetivista,panorarnico 0tan solo metafisico, en el sentido heideggeriano

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    del term ina, que Heidegger sefialaba en ellibro deJaspers y en1 a fenomenologia eidetica de los origenes: no ponen en juego1aexistencia del fi16sofo que habla y formula las teorias. Enesas ontologias, elser (dela persona, de las varias esferas delente, etc.) s610puede ser inmovil y ahist6rico, geometricocomo la ciencia europea que Husserl dedaraba en crisis.Es obvio que la exi eneia heide eriana de involucrar ante

    todo al fi16sofo en el iscurso te6rico parece inspirada en suO"rientaci6nexistencialista de base. Me refiero a esa atenci6nEar el existente sin!; ;ula\ y su libertad que habra sido el granmotivo de la polemica de Kierkegaard contra Hegel, y queHeidegger encontraba tambien en Jaspers. Para justificar laidea de que la fenomenologia debe devenir una ontologia dela actualidad, no alcanza probablemente con rernitirse al exis-tencialismo, a1menos no solo en el sentido en que el terrninose aplica a Kierkegaard y a Jaspers. Paradojico aunque no tan-to, elexisteneialismo entendido en estos terrninos aun pareeetener una motivaci6n de tipo objetivo. Una teoria que nocomprenda tarnbien al filosofo en su propio ambito no reilejala realidad de manera fiel. Ahora bien, la polernica anti-rnetafisica que Heidegger Ilevara a cabo despues de Sein u ndZeit, pero que ya se reconoce con claridad en la obra de 1927(ante todo, en la tarea deuna destruccion de la historia de laontologia), no puede tener esas motivaciones, ni siquiera enla forma mas remota, de tipo objerivista. Lo que la mueve, yque se refleja por ejemplo en las declaraciones autobiograficascontenidas en el discurso en la Academia de Heidelberg, es10que podemos llamar el espiri tu de la vanguardia artistic ay cultural de principios del siglo xx 0 tambien, mas simpleaun, el espiritu del expresionisrno asi como 10eneontramosexpuesto de manera ejemplar en Geist de r Utopie de Ernst

    -----"j> Bloch.~a metafisica debe ser superada 0al menos no debeaceptarsela, no 120rqueno incluya al sujetDde 1 a teoria y seapor 10tanto incompleta, sino porque, con su objetivismo,legitima un orden hist6rieo y social en el que la libertad y

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    r Kti\!c ...IP \O D E - MML ~ VV\ -

    la ~rigi~alidad de 13existencia son ca?ce1ada~] En Sein u ndZeit Heldegger se eneuentra ya muy le)os de la loea de.lazer-dad como corresponclencia al dato, y esta misma noci6n deverdao no puede ser rechazada porque a su vez no refleja laverdadera (objetiva) esencia de la verdad. De forma racional,podemos atribuirle 5610una motivacion practico-politica,que en elpropio Heidegger se aclarara 5610a traves del largoitinerario de suKehre, pero que nosotros podemos reconoeerhoy con claridad or ue contamos con los medios ara ello.Un pensamiento que se esfuerza por salir del olvido del ser afavor del ente (0 sea, de la identificacion del ser con el objeto)es s610 aquel que compromete e involucra ante todo al enteue se esfuerza or cum lir esa 0 eraci6 al pensamientono puede ser sino una ontologia de la actualidad, aunqueHeidegger nunca la llam6 asi, Aqui vale la pena recordar aun gran interprete de Heidegger, Reiner Schiirmann, quientitu16 un estudio fundamental sobre Heidegger rernitiendosea lJ Z! in c it zi o d e a n (J J] ;f Jd ia(Schurrnann, 1982). Sefialo solo elsentido general del trabajo de Schurrnann, del cual me sientocerca sobre todo por la insistencia en elproblema de la acci6n...No se da la J20sibilidad de salir de la metaffsica -tampoco.solo en la forma de la Verwindung, la unica J20sibleseg.\inHeide er- salvo luehando contra la ob' etividad 1 1 " a del ente.Schiirmann habla de anar ula y ~-"p-!.!..e~sin adoptartoaa su te2.!ia. Tratar derecordar e 1 ser en su aiferencia con res eeto a1ente si nificaW,pen er la retensi6n de validez del orden del ente tal co-mo este se da_,de hecho,_en nuestra condici6n hist6rica e " 1rata, pues, e intentar reconocer los ras~peci cos e.La E:=EC--apertura historica a la cual somos lanzados (por ejemplo, elparadigma, en el sentido de Kuhn, que nos hace posible ha-blar, verificar 0 falsificar nuestros juicios); asi como tam biende reconocer su radical contingencia e historicidad, con una 2 ..especie de tom a de distancia que para Heidegger quizas es elverdaderosentido de la epoche fenomeno16gica. En efecto, es

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    1 0 que dice Heidegger cuando habla del circulo herrneneurico:hay que estar en su interior a conciencia, no dejandose impo-ner Vorhabe, Vorsicht und Vorgriff por el azar 0 por opi-niones comunes (veaseHeidegger, 1927, pag, 194). Ese pasajede Sein und Zeit en su contexto era problematico, ya que noquedaba tan claro que significaba estar en elcirculo sin cedera las opiniones corrientes, pero tambien sin pretender salir dee I con una vision objetiva de la cosa por conocer. Me pareee" que el problema puede hacerse mas claro si pensamos en el

    ~ doble sentido de la ontologia de la actualidad:[darse cuenta~ del paradigma al cual somos lanzados y suspender de este la,pretension de validez definitiva a favor de una eseucha del sercomo no dieho.) ..No esdificilmostrar por que semejante pensarniento del sereorresponde de modo mas completo a la exigeneia de la eualpart ia Heidegger en su cri tica a Jaspers que, como he mostra-do, vale tarnbien para Husserl: piensa en el ser en su darse yocultarse en la efectiva apertura hist6rica (elparadigma), y seabre al ser como diferente al ente en cuanto suspende demodo~ ~narquico la pretensi6n de de1nitividad de la apertura.

    , ~Con que resultado?, se preguntara, Aqui me parece quedebo disentir con Schurmann, almenos si 10 cornprendo bien,pues ~ciente tambien de su lectura de Meister Eckhart,tiende a una suerte de ,conclusi6n mistica que corre el riesgode hacer de la goche una eondici6n d~desprendimiento total,~ - ) ' ' ' T r de 1ahistoria-C'iendo a pensar que la escucha del ser, en lasdos formas que he sefialado -conocim.ieoto del Qaradigma y:suspensi6n de su valide_uf,l-unci6 una escucha d.dicho del ser-, puede identificarse en los terrninos siguientes.La comprensi6n del paradigma en el fondo no es otra cosaque el esfuerzo por comprender de forma dialectica la tota-lidad social a la que somos lanzados; tambien y sobre todo,en el sentido del materialismo hist6rico de Marx. La escuchadel ser como n.o dicho es la atencion a 1avoz, desde siempresilenciada, de los perdedores de la historia de los que hab16

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    . ., J~' 't:-

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    tiene sentido hacer semejante pregunta? En el fondo, la unicarazon que Marconi aduce para exduir la segunda P de lascomillas es que de otro modo gran parte de nuestros discur-sos sobre verdadero y falso, afirmaciones jiistificadas 0 injus-tificadas, decisiones politicas y eticas seria vana, no tendriasentido alguno. Cada vez que nos oponemos a una tesis, queafirmamos algo contra alguna otra cosa, usamos Iadistinci6nentre P y P.Elargumento a favor delprincipio de Tarski es,pues, que tenemos necesidad de ese principio, pero, de nuevo,~? Tal argumento opuesto al relativismo-pragmatista de Rorty es a las claras autocontradictorio. Latesis de Tarski deberia ser aceptada solo porque es verdadera,no porque esta dicha desde 0 a un auditorio especffico, esenosotros de la experiencia cornun al que tambien Marconise remite para mostrar su validez.Como ve cualquiera que haya tenido la paciencia de llegar

    hasta aqui, nos hemos enredado ya en una serie de cuestio-nes de las que solo puede decirse que no conducen ni aclarannada, 0que pueden evitarse con solo renunciar a la preguntasobre quien 1 0 dice. Pregunta de la cual, sin embargo, alparecer no se escapa, a menos que se quiera prohibir, en unacto, por cierto, bastante poco filosofico.La cuestion, como se habra entendido, es la que Nietzsche

    resuelve de forma brutal escribiendo que no existen hechos,solo interpretaciones, y esta tarnbien es una interpretacion(veasemas arriba, Cap. 1, Politica sin verdad), Marconi tam-bien recomienda aceptar latesis deTarski porgue no podemosdejar de hacedo para expl icar nuestra experiencia comun. Sinembargo, nuestra experiencia cormin -que el con frecuenciallama tam~ disponible aqui y ahora-,~n. Tendemos a no Hamada as! solo paradistinguirla de opiniones de caracter individual mas marcado,delas que decimos que son solo interpretaciones, Incluso dela historia del universo anterior a nosotros podemos hablar so-loen lamedida en que sentimos, de algun modo, sus efectos.

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    2Reivindicar el caracter interpretativo de toda afirmacionsobre los hechos significa tal vez sostener que las cosas noexisten si no las inventamos nosotros (idealismo empirico)?20 que el orden en el que nos aparecen es un orden que es-tablecemos nosotros, de forma mas 0 menos arbitraria (unasuerte de idealismo subjetivista-trascendental)? Kant, que noes un pensador caido en el olvido, afirmaba que de las cosasen S I no sabemos sino aquello que nos aparece fenomenica-mente en el contexto de nuestros a priori (tiempo, espacio,categorias del intelecto). Agregaba que por ello no debia bo-rrarse del todo la distincion entre chacharas y enunciadosverdaderos. Si decimos que la diferencia entre verdaderoy falso es siempre una diferencia entre interpretaciones maso menos aceptables y compartidas, mantenemosesa mismadistincion y no tenemos necesidad de imaginar un hecho queexista fuera de toda lectura humana.(Quien no se siente satisfecho con esta solucion? 2Aque,

    a quien, le sirve la verdad sin las comillas? 2Quiza, co-mo sugiere Marconi, sirve para poner en discusion el ordenexistente, ilustracion y revolucion, derechos humanos con-tra totalitarismos, progreso del saber contra oscurantismo?[Pero hacedme el favor!, diria Toto. Quien siempre la haemprendido contra Kant y su perverso subjetivismo ha sidola Iglesia y a menudo tam bien los principes y los Gobiernos.Por supuesto, eso no seria una prueba desde el punto devista de un tarskiano. Tomernoslo solo como un signo quenos exhorta a estar atentos, y a descubrir una verdad sobrela verdad. 0 sea, 2diremos que esverdadero que la tesis deTarski sirve a quien detenta el poder para imponer su propiainterpretacion como la unica verdadera? No, como buenospragmaticos, quiz a can un barniz de critica marxist a de laideologia, solo dirernos que esto es 1 0 que a nosotros nossuena como verdad, esa verdad que puede hacernos libres.Nunca podemos pretender identificarnos con el punto de vis-ta de Dios. Solo podemos reconocer que vemos las cosas con

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    elertos prejuicio~ con cierros.intereses de base, YS@t~~sposible la verdad, esta es elresultado de un aeuerdo QJJ_eJ1Dneeesit6 de evideneia definitiva alguna, sino de la caridad.Jasolidaridag y la necesidad humana (~demasiado humana?) de

    ~-~- vivir en paz con lcs.dernas. 2Deeir todo esto -amar al pr6jimoes un deber, la solidaridad es mejor que la lucha- significariaque, como una P fuera de las comillas, 10creemos porque esun hecho? Tal vez ni siquiera Tarski en persona 10afirmaria.Filosofia y politicaNos plantearnos el problema de la relacion filosofia/politicaen un momenta que, al menos para rni, se caracteriza pord~~~~< ; } ) , con todos los riesgos que comportaeluso del terrnino. Por una parte, hemos visto que la filosofiaha vivido, y aun sigue viviendo, ese proceso que Heideggerllam6 ({finaLd~taHsica}): la disoluci6n de las pre t en-siones del pensamiento fundacional, la asi llamada crisisde la razon que, aunque quizas esta demasiado enfatizaday demasiado genericamente reducida a slogan, es un hechodificil de ignorar. Por otra parte, con respecto a la politica,la caida del socialismo reallanz6 un descredito general sobrelas ideologias politicas de tipo deductive y global, favore-ciendo la afirmacion de un liberalismo de Espiri tu de ampliocariz popperiano, que seesfuerza por pensar la poli tica enterrninos de pequefios pasos, de prueba y error, de extremaconcreci6n pragmatica. Sin que haya dependencia causal al-guna de uno a otro, ambos eventos tienen una obvia conexi onreciproca; desde antes de la caida del socialismo real, por 10demas, ill crisis de la.metafisica (en el sentido heideggerianoque ya hemos delineado) se habia desarrollado tambien enrelaci6n con la caida de las condiciones 12011ticasdt;;_!ID~p_el1-sal.lliento Iluiversalista: el fin del eolonialismo, la toma de lapalabra por parte de otras culturas, con eldesarrollo paralelo

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    de la antropologia cultural, el descredito -tam bien este antespractico que te6rico (Primera Guerra Mundial)- del mito delprogreso unilineal de la humanidad guiada por elmas civilOccidente.Siesre es elhorizonte mas amplio, una suerte de prologo

    en el cielo de la situacion que estamos viviendo, a un nivelmas proximo y mas dornestico, la crisis de los partidos po-liticos (no solo los que son destruidos por la corrupcion en-dernica, sino tambien los que han visto reducirse al minimosu pro pia vitalidad por efeeto de la teledependeneia de granparte de su publico tradicional) tam bien ha significado undrastico cambio de la relacion entre el fil6sofo y la politica, EIinteleetual organico ha perdido su papel y su legitimidad antetodo porque ha terminado (ha sufrido un oeaso, esta.difunto:no refutado sino fuera de circulacion) elcomunismo marxista,Sin embargo, en segundo lugar, esta igura de intelectual haperdido a su interlocutor, es decir, e 1 partido politico. Aunqueen muehos casos elinterlocutor haya resucitado en la formagenerica de la opinion publica, seria dificil afirmar que aiinse este aqui frente a un verdadero rol polit ico del intelectuaLAunque cuando reviste la funcion de eomentador, ensayista 0columnista de opinion, este no pueda llamarse especialista ytecnico y tenga los rasgos del intelectual en el sentido grams-ciano de la palabra, la condicion en la que actua esmas bien ladel escritor libre, mas aun, la del artista creativo, en cuya rela-cion con la realidad social y politica siempre median de algunmodo los mecanismos (cuan libres y neutrales?) del mercado.Ese aspecto del problema puede resultar marginal sifuera

    solo de indole practica, pero no 10es. La relaci6n del fi lo-sofo con la poli tica es, sin duda, tal vez sobre todo, tambienun problema de contenidos, de que tiene este para decir alollt ico. Sin embargo, tambien los contenidos estan marea-dos de manera profunda por las condiciones en las que seelaboran y se enuncian. La diferencia que, al menos hastahace varios afios, encontrabamos a menudo entre la presen-

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  • 5/11/2018 Vattimo Gianni - Adios a La Verdad

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    cia publica (en los medios) de la filosofia en Italia y la delmundo anglosaj6n, por ejemplo, siempre resultaba vinculadaal hecho de que en Italia, desde la reforma Gentile, la filoso-fia ha sido materia de estudio en buena parte de las escuelasmedias superiores. Sefialo esto s610para decir que, hablandodefilosofia y polit ica, ~beremos prestar mll~alas condiciones efectivas de existencia de quien ejerce ia.filc-sofia como profesi~I]; en nuestras sociedades, en particulara la posici6n de la filosofia en la escuela (que, creo, deberiaextenderse mucho mas alla de los limites actuales).Los dos macroeventos a los que me he referido crean

    una doble condici6n para la relaci6n de la filosofia con lapolitica, de dificu1tad y de apertura, que considero mereceatenci6n. La paralela y vinculada disoluci6n de la metafisi-ca y del socialismo real hace declinar de forma definitiva laepoca del filosofo consejero del principe: ya sea este el sobe-ranG iluminado de los philosophes dieciochescos, ya sea elpartido politico, el nuevo principe. gramsciano. Mas no enel sentido al cual a veces parece orientarse la politica de losgobiernos de las sociedades industriales: es decir, no porqueel fi16sofo, siguiendo una l6gica de pasaje al estadio positivo,sea sustituido por el cientifico, el economista, etc. En estecaso, la relaci6n tradicional, rnetafisica (y autoritaria) dela fi losofia con la polit ica se mantendria sin cambios, salvopor la sustituci6n de un tipo de cientifico (obsoleto, no es-pecializado) por otros. En politica, el final de la metafisicatiene, en cambio, su autentico paralelo en la afirmacion de lademocracia: la filosofia descubre por su cuenta (Wero en quemedida?) que la realidad no sedeja comprender en un sistema16gicamente compacto y aplicable, en sus conclusiones, tam-bien a las elecciones politicas, La polit ica, por su parte, haceexperiencia de la propia imposibilidad de estar de acuerdocon la verdad, ya que en cambio debe dejarse guiar por eljuego de minorias y mayorias, por el consenso dernocratico.No es en vano sefialar esta separacion de la politic