vamos por partes

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Un ateo redacta un panfleto, y en medio de las correcciones duda si la palabra Dios es con mayúscula o con minúscula. Lacan decía que ni siquiera Napoleón pue- de dar fe de ser Napoleón. El sicótico es el único que cree ser alguien. La identidad es etérea, movediza, mutante. Nadie es al- guien. Mi nombre es nadie, dijo Ulises. El tiempo pasa volando, menos cuando se va a bordo de un avión en problemas. Dicen que el miedo es exceso de imagina- ción, igual que el buen sexo. Hay mujeres que solo se encuentran con uno para traerle noticias de un viejo amor. El tiempo hace lo que le da la gana con las líneas de un rostro: ¡gran caricaturista! Los villancicos parecen cantados por dimi- nutos diablos que fingen voces de querubi- nes. Pesadilla, la de un hombre condenado a oír villancicos por los siglos de los siglos. Suele suceder que los más fanáticos del fútbol nunca han pateado más que una pared ante la mala suerte. Pura efusión patafísica. ¿Cómo es posible que haya gente que pien- se que se pueda construir un estilo sola- mente si se logra escribir como se piensa? Muchas veces alguien que no es Dios nos vuelve a expulsar de algún Paraíso. El pedante siempre cree dar un paso más adelante que los otros, es un peatón de su vanidad, alguien que busca llegar más pronto que los demás a la posteridad. Parodiando al Eclesiastés, cada día trae su periódico. El que prefiere la sencillez de una cosa es porque no la ha visto con lupa. La coquetería es el camino más largo entre dos puntos. La impostura intelectual proviene de no te- ner un sillón cómodo para leer. El buen libro nos conduce al peligro de creer en él. La diferencia entre ficción y realidad es que la primera tiene límite de páginas y la se- gunda siempre es redundante e inverosímil. Los que pretenden arrojar al rey por la ven- tana es porque no tienen para guillotinas. Si al caminar se hiciera camino, los vaga- bundos ya habrían encontrado el suyo. El coito es la forma más aparatosa de bus- car la felicidad. Cuando un loco se percata de su locura es porque va camino de otra obsesión. Vamos por partes (Fragmentos) Fernando Mora Meléndez Fernando Mora Mélendez (Colombia) Comunicador social-periodista. Especialista en Dramaturgia. Ha sido investigador, guionista y realizador au- diovisual. Sus trabajos audiovisuales se han presentado en festivales y muestras como el Festival de Cine de Cartagena y la Muestra Internacional Documental.

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    Un ateo redacta un panfleto, y en medio de las correcciones duda si la palabra Dios es con mayscula o con minscula.

    Lacan deca que ni siquiera Napolen pue-de dar fe de ser Napolen. El sictico es el nico que cree ser alguien. La identidad es etrea, movediza, mutante. Nadie es al-guien. Mi nombre es nadie, dijo Ulises.

    El tiempo pasa volando, menos cuando se va a bordo de un avin en problemas.

    Dicen que el miedo es exceso de imagina-cin, igual que el buen sexo.

    Hay mujeres que solo se encuentran con uno para traerle noticias de un viejo amor.

    El tiempo hace lo que le da la gana con las lneas de un rostro: gran caricaturista!

    Los villancicos parecen cantados por dimi-nutos diablos que fingen voces de querubi-nes. Pesadilla, la de un hombre condenado a or villancicos por los siglos de los siglos.

    Suele suceder que los ms fanticos del ftbol nunca han pateado ms que una pared ante la mala suerte. Pura efusin patafsica.

    Cmo es posible que haya gente que pien-se que se pueda construir un estilo sola-mente si se logra escribir como se piensa?

    Muchas veces alguien que no es Dios nos vuelve a expulsar de algn Paraso.El pedante siempre cree dar un paso ms adelante que los otros, es un peatn de su vanidad, alguien que busca llegar ms pronto que los dems a la posteridad.

    Parodiando al Eclesiasts, cada da trae su peridico.

    El que prefiere la sencillez de una cosa es porque no la ha visto con lupa.

    La coquetera es el camino ms largo entre dos puntos.

    La impostura intelectual proviene de no te-ner un silln cmodo para leer.

    El buen libro nos conduce al peligro de creer en l.

    La diferencia entre ficcin y realidad es que la primera tiene lmite de pginas y la se-gunda siempre es redundante e inverosmil.

    Los que pretenden arrojar al rey por la ven-tana es porque no tienen para guillotinas.

    Si al caminar se hiciera camino, los vaga-bundos ya habran encontrado el suyo.

    El coito es la forma ms aparatosa de bus-car la felicidad.

    Cuando un loco se percata de su locura es porque va camino de otra obsesin.

    Vamos por partes (Fragmentos)

    Fernando Mora

    Melndez

    Fernando Mora Mlendez (Colombia)Comunicador social-periodista. Especialista en Dramaturgia. Ha sido investigador, guionista y realizador au-diovisual. Sus trabajos audiovisuales se han presentado en festivales y muestras como el Festival de Cine de Cartagena y la Muestra Internacional Documental.