valores en la familia

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¿Estás formando a tu hijo en principios y valores? El disparo rompió el silencio de la noche. Eran pasadas las nueve y la tranquilidad reinaba en todo el barrio. Nadie se atrevía a salir a la calle. Don Ignacio, el propietario de la única tienda en varias cuadras a la redonda, atendía a los muy escasos clientes a través de una ventanita muy pequeña, con rejas de hierro forjadas que acusaban deterioro por el paso del tiempo. Leonor volvió a la realidad. A esa hora estaba inmersa en la telenovela. La trama era sencilla: una joven empleada de una factoría que se enamora del gerente, y el hombre que –con solo mirarla—queda prendado de ella y rompe todas las barreras para decirle un día, con ternura en sus ojos: “Quiero que seas mi esposa”. La mujer pensó que la historia siempre era la misma, pero ¿qué hacer? Salir a hablar con los vecinos resultaba imposible. Lo mejor era matar el tiempo frente a la pantalla. En esas estaba cuando escuchó el tiro. --Lo mataron, lo mataron…--pasó gritando una vecina. Ella sintió un extraño presentimiento en su corazón. Fue a la habitación, corriendo: Ricardo no estaba. La ventana abierta le reveló que había huido. De nada habían valido sus recomendaciones. Como siempre, el muchacho estaría con varios de sus amigos, consumiendo drogas en una esquina o tal vez disponiéndose a robar. --No lo hagas—le dijo ella un día.—Pronto estarás muerto--. El joven se encogió de hombres, sentando que no le importaba. “Todos lo hacen. ¿por qué no podría hacerlo yo?”, argumentó. Para él, incumplir la ley era algo natural. Leonor comprobó, minutos después, la terrible realidad: habían matado a su hijo. Y como en una película, en cuestión de segundos, recordó las imágenes desde que naciera, en el rancho de latas, cartón y plásticos, pasando por la época de estudiante, hasta el día que lo hirieron por robar a un tendero… Pero ahora, no había nada qué hacer… Estadísticas que preocupan Una encuesta que realizó hace poco tiempo la Organización One Hope en asocio del Ministerio de Educación de Colombia, reveló que el 70 e 3.668 jóvenes encuestados consideraban normal infringir la ley. Pero algo más: ése mismo porcentaje de chicos y chicas, respondió que semanalmente no pasaba más de una hora con sus padres. Veintiséis de cada cien

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APORTE BIBLICO A LA FAMILIA DE HOY

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Page 1: Valores en La Familia

¿Estás formando a tu hijo en principios y valores? 

El disparo rompió el silencio de la noche. Eran pasadas las nueve y la tranquilidad reinaba en todo el barrio. Nadie se atrevía a salir a la calle. Don Ignacio, el propietario de la única tienda en varias cuadras a la redonda, atendía a los muy escasos clientes a través de una ventanita muy pequeña, con rejas de hierro forjadas que acusaban deterioro por el paso del tiempo.Leonor volvió a la realidad. A esa hora estaba inmersa en la telenovela. La trama era sencilla: una joven empleada de una factoría que se enamora del gerente, y el hombre que –con solo mirarla—queda prendado de ella y rompe todas las barreras para decirle un día, con ternura en sus ojos: “Quiero que seas mi esposa”. La mujer pensó que la historia siempre era la misma, pero ¿qué hacer? Salir a hablar con los vecinos resultaba imposible. Lo mejor era matar el tiempo frente a la pantalla. En esas estaba cuando escuchó el tiro.--Lo mataron, lo mataron…--pasó gritando una vecina.Ella sintió un extraño presentimiento en su corazón. Fue a la habitación, corriendo: Ricardo no estaba. La ventana abierta le reveló que había huido. De nada habían valido sus recomendaciones. Como siempre, el muchacho estaría con varios de sus amigos, consumiendo drogas en una esquina o tal vez disponiéndose a robar.--No lo hagas—le dijo ella un día.—Pronto estarás muerto--.El joven se encogió de hombres, sentando que no le importaba. “Todos lo hacen. ¿por qué no podría hacerlo yo?”, argumentó. Para él, incumplir la ley era algo natural.Leonor comprobó, minutos después, la terrible realidad: habían matado a su hijo. Y como en una película, en cuestión de segundos, recordó las imágenes desde que naciera, en el rancho de latas, cartón y plásticos, pasando por la época de estudiante, hasta el día que lo hirieron por robar a un tendero… Pero ahora, no había nada qué hacer…Estadísticas que preocupanUna encuesta que realizó hace poco tiempo la Organización One Hope en asocio del Ministerio de Educación de Colombia, reveló que el 70 e 3.668 jóvenes encuestados consideraban normal infringir la ley. Pero algo más: ése mismo porcentaje de chicos y chicas, respondió que semanalmente no pasaba más de una hora con sus padres. Veintiséis de cada cien adolescentes, respondieron que ya habían tenido relaciones sexuales.¿Le sorprende? Tengo todavía más. En su conjunto respondieron que no respetaban a los mayores en su condición de orientadores, porque confiaban más en la información que reciben a diario. El 24 % quienes participaron en el sondeo de opinión, aseguró que ha tenido pensamientos de suicidio al considerar que no hay salida para los problemas que enfrentan. Solo el 16 % dijo que ya había tenido intentos de quitarse la vida.Al preguntárseles sobre el cumplimiento de las reglas establecidas por la sociedad, 57 de cada cien muchachos dijeron que no las comparten y que, por ejemplo, acuden a la trampa para ganar los exámenes en colegios y universidades. El 30% señaló que ha tomado una bebida alcohólica—la mayoría menores de 18 años—y el 35% confirmó haber apostado dinero.Con fundamento en las Escrituras, que contienen principios dinámicos que ayudan a nuestro crecimiento personal y espiritual, comparto con usted una serie de recomendaciones que le serán muy útiles:

1. Instruya a sus hijos a tiempoLos hijos los educamos en principios y valores. No es un proceso espontáneo. Implica un proceso que parte desde la misma niñez. La situación que apreciamos hoy, es el fruto de una concatenación de errores de los padres que tienen su reflejo en actitudes rebeldes, plagadas de resentimiento, y en muchos casos, deseos de venganza.

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No podemos pretender que con un cambio superficial, tengamos a mano el amor de nuestros hijos. Recuerde siempre: es un proceso de siembra de principios y valores.La Biblia enseña: “Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.”(Proverbios 22:6; 29:17)Esta pauta de educación compartida por el rey Salomón tiene aplicación en nuestro tiempo. Si usted instruye apropiadamente a sus hijos hoy, no tendrá que lamentarse en el mañana. Pero es importante que tome la decisión de criarlos apropiadamente.Un segundo aspecto, aunque permítame decirle que es el más importante, estriba en que invite al Señor Jesucristo a reinar en su hogar. Si Él ocupa el primer lugar, tenga presente que su familia experimentará armonía, paz y—en caso de presentarse dificultades—se podrán superar gracias a la intervención de Dios, que trae paz y tranquilidad. ¡Tome la decisión hoy! Sus hijos, su familia y su relación de pareja serán diferentes…

2. Aplique la disciplina cuando correspondeLeí hace poco un artículo sobre cómo educar un delincuente. Me llamó poderosamente la atención el título. Al leer el texto aprendía los errores que llevan a tener un hijo o hija que transgreda todo principio, y que a la postre traerá dolor a sus padres y a la sociedad.Lo anterior lleva a considerar un imperativo el asimilar en nuestra existencia la instrucción que nos insta a aplicar la disciplina a nuestros hijos cuando cometen un error, sin prestar atención a las advertencias: “El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; Mas el que lo ama, desde temprano lo corrige.” (Proverbios 13:24)

3. No castigue a sus hijos con rabiaAhora, permítame decirle que si va a aplicar castigo, no lo haga dominado por la ira que conduce a la irracionalidad. Su castigo debe orientarse a un cambio de actitudes y comportamientos en sus chicos, no para herirlos en el corazón: “Con misericordia y verdad se corrige el pecado, Y con el temor de Jehová los hombres se apartan del mal.” (Proverbios 16:6)Conozco muchos padres que se retienen de corregir a sus hijos y con el paso del tiempo se arrepienten, pero también, a quienes se dejan arrastrar por las emociones encontradas, y les causan dolor—no tanto físico sino emocional, con huellas nefastas que se mantienen en el tiempo--.

4. Comparta pautas bíblicas en familiaRecuerdo siempre la historia de Mauricio, un joven quien estuvo tentado de caer en las drogas, presionado por sus amigos. Era una constante en la universidad: “Te sentirás bien”, le repetían quienes lo invitaban a consumir alucinógenos. Y por supuesto, no una sino varias veces se sintió tentado de ceder. Pero siempre recordaba las pautas recibidas de su madre, una cristiana comprometida.Igual ocurre con nosotros hoy. Si asimilamos y compartimos con nuestra familia—previa vivencia de nuestra parte—los principios aprendidos en la Biblia, sin duda sembraremos poderosos cimientos en esposa e hijos, que no se destruirán fácilmente. Al respecto el rey Salomón escribió: “Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza es luz, Y camino de vida las reprensiones que te instruyen…” (Proverbios 6:23 )Jamás es tarde para comenzar y desde hoy, al leer la Palabra, puede tomar nota de principios que aplicará en su hogar. ¡Los resultados le sorprenderán!Permítele a Dios reinar en tu hogarLa mejor decisión que podemos tomar, en todas las circunstancias, es que Dios reine en nuestro hogar. Nos asegura una buena relación de pareja, y por supuesto, en la formación de los hijos. Y todo parte de una decisión: recibirle en nuestro corazón. Es sencillo. Hágalo ahora mismo, allí donde se encuentra. Dígale: “Señor Jesucristo, te recibo en mi corazón como mi único y suficiente Salvador. Gracias por perdonar mis pecados en la cruz. Haz de mi la persona que tú quieres que yo sea”.

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Tema: valores que no debemos perder en la familia cristianaTexto: filipenses 4:8-9

Introducción Al observar la realidad de nuestra sociedad nos damos cuenta que somos una sociedad carente de valores morales y espirituales.Y los valores son inculcados primeramente no en la escuela o en el vecindario, los valores son inculcados en el seno de una familia.Si la sociedad está enferma es porque la familia está enferma, esta tambaleante, y queremos que la escuela inculque en nuestros hijos lo que nosotros no hacemos en casa, pero esto no debe ser así.

Pero que son los valores?? Son todas aquellas actitudes que nos forman como personas, como hombres y mujeres.

Y así de importantes son pues el colegio puede formar un bachiller, la universidad forma un médico, un abogado, un administrador… pero la familia forma como persona y mientras mejores personas seamos mejores hijos de Dios seremos.

Como cristianos tenemos una gran ventaja sobre una familia inconversa: (2 corintios 5:17) nosotros tenemos una nueva naturaleza espiritual, tenemos la capacidad de vivir con valores morales de nuestra nueva naturaleza.Los versículos con los cuales comenzamos el Espíritu Santo nos da una lista de todo lo que debe haber en nuestra manera de actuar: todo lo honesto, todo lo puro, en esto pensad.

Pero también Pablo dice palabras impactantes: todo lo que han visto, oído, aprendido de mi esto haced, esto es autoridad moral…. Tenemos nosotros esta autoridad??

Antes de enseñar valores a nuestra familia es imprescindible que los practiquemos nosotros primero, no podemos exigir a nuestros hijos que hagan algo que nosotros mismos no vivimos.

Veamos algunos de los valores que como familia cristiana no podemos perder sino que debemos fomentarlos, para hacer de nuestros hijos personas de bien.

I) primer valor : el respeto (1 pedro 2:17)El respeto es la base de los valores, pues el respeto nos hace aceptar el valor propio y los derechos de las personas, y nos hace convivir en paz.El respeto al derecho ajeno es la paz.En casa debemos enseñar el respeto a las personas mayores (lev 19:32)En casa debemos enseñar el respeto a las autoridades (romanos 13:1) es decir maestros, policías, directores etc.En casa debemos enseñar el respeto a los padres ( efesios 6:2)   desde el saludo en la mañana, hasta las buenas noches para acostarse.

II) segundo valor: el agradecimiento (filipenses 4:6)Debemos enseñar a nuestros hijos a ser agradecidos en todo lo que se les puede dar.

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No le enseñemos a nuestros hijos a menospreciar lo que tenemos sino a dar gracias sabiendo que el agradecimiento nos abre las puertas de la bendición de dios en nuestra vida.Escuchan nuestros hijos en nuestra boca palabras de agradecimiento o palabras de queja y de menosprecio.Si no les inculcamos el agradecimiento ellos no vivirán con contentamiento.

III) tercer valor: la responsabilidad ( romanos 14:12)Que es responsabilidad: cumplimiento de las obligaciones, obligación de responder ante nuestros actos.Nuestros hijos deben saber que sus fracasos los principales responsables no somos los padres sino ellos mismos.No cubramos las irresponsabilidades de nuestros hijos

IV) cuarto valor: la honradez (levitico 19:13)Honradez es integridad en el obrar, es aquella persona que por sobre su necesidad económica hace prevalecer en su obrar lo justo y lo recto.No podemos permitir que nuestros hijos lleven a casa objetos que no sabemos de dónde proceden.No se da cuenta que sus hijos compran cosas que ellos normalmente no pueden pagar, no se ha preguntado de dónde salen??Debemos enseñar a nuestra familia que aunque tengamos muchas necesidades eso no es excusa para obtener las cosas de manera fraudulenta = el vuelto en el bus, dejar de pagar lo fiado en la tienda, etcIlustración del reportaje del diario de hoy: muchachas que venden su cuerpo y que venden drogas para pagar sus estudios, eso no es agradable ante los ojos de dios y trae consecuencias a nuestra vida (proverbios 1:10-19)

V) quinto valor: la honestidad (Ezequiel 16:8)La honestidad es un valor moral que tiene que ver con la verdad, lo puro, un hombre y una mujer honesta tiene varias cualidades: decente, decoroso, recatado y pudoroso.Promovemos la deshonestidad cuando permitimos que nuestras hijas se vistan de una manera no recatada.Pero como podemos exigir a nuestros hijos que sean decorosos si nosotros no los somos, si usamos ropa deshonesta, si actuamos de una manera deshonesta, (el amigo que duerme en casa) Cuando nos convertimos en encubridores de las deshonestidades de nuestros hijos o hijas por ser alcahuetos.

VI)   quinto valor : el amor (juan 13:34) Debemos enseñarnos a amarnos los unos a los otros dentro de la familia, no a odiarnos, no a menospreciarnos.Cuando hay amor hay tolerancia, hay perdón, hay armoníaPero el principal amor que debe existir es el amor a nuestro dios.