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UNIVERSIDAD DE SAN BUENAVENTURA
FACULTAD DE EDUCACIÓN
MAESTRÍA EN EDUCACIÓN
GRUPO DE INVESTIGACIÓN GIDEP
LÍNEA DE INFANCIA
TÍTULO
EL BIBLIOBANCO.
UNA ESTRATEGIA DE RESIGNIFICACIÓN DEL ESPACIO PEDAGÓGICO
Sistematización de una práctica.
Presentado por:
ÁNGELA MARÍA DE LA CRUZ GÓMEZ VÉLEZ
Investigadora
Tutora
BEATRIZ ELENA ARIAS VANEGAS
MEDELLÍN, COLOMBIA
2015
EL BIBLIOBANCO.
UNA ESTRATEGIA DE RESIGNIFICACIÓN DEL ESPACIO PEDAGÓGICO
SISTEMATIZACIÓN DE UNA PRÁCTICA PEDAGÓGICA
Presentado por:
ÁNGELA MARÍA DE LA CRUZ GÓMEZ VÉLEZ
Investigadora
Trabajo de grado
para optar al grado de
Magister en Educación
Dra. BEATRIZ ELENA ARIAS VANEGAS
Directora Línea Infancia
Tutora
Área Infancia y Pedagogía
UNIVERSIDAD DE SAN BUENAVENTURA
FACULTAD DE EDUCACIÓN-
MAESTRÍA EN EDUCACIÓN COHORTE VIII- LÍNEA INFANCIA
MEDELLÍN
2015
Nota de Aceptación:
La estudiante sustentó la tesis en
el IX SIMPOSIO DE INVESTIGACIÓN
―PRÁCTICAS PEDAGÓGICAS Y POLÍTICAS DE EXISTENCIA Y RESISTENCIA‖
Presidente del jurado:
Doctora María Teresa Luna
Medellín, Junio 5 de 2015
DEDICATORIA
Ofrezco este esfuerzo a quienes son los inspiradores permanentes en mi quehacer
diario como maestra, a todos los que habitan y habitarán la escuela.
AGRADECIMIENTOS
Gracias, a todos los que me han acompañado, apoyado y enseñado durante este
proceso. Gracias por regalarme cada uno un hilo de luz
RESUMEN………………………………………………………………………… .......... 6
INTRODUCCION………………………………………………………………………….8
1. RUTA DE INICIO ............................................................................................ 10
2. RUTA DE LA HISTORIA ................................................................................... 20
3. RUTA DE LOS SUEÑOS .................................................................................. 28
OBJETIVO DE LA EXPERIENCIA …………………………. ....................................... 28
4. RUTA DEL SABER HACER .............................................................................. 31
4.1 El salón de clase como espacio pedagógico ................................................... 32
4.2 Los habitantes del Espacio escolar ................................................................. 43
4.3 La naturaleza muerta, una expresión de mundos posibles ............................. 62
5. RUTA DE LOS FRUTOS PERDURABLES ....................................................... 73
5.1 Frutos de orden institucional ............................................................................ 74
5.2 Frutos a nivel de la Docencia .......................................................................... 80
5.3 Frutos a nivel de los estudiantes ..................................................................... 86
5.4 Frutos a nivel de la Comunidad ....................................................................... 91
6. RUTA DEL RETORNO ...................................................................................... 93
BIBLIOGRAFIA……………………………………………………………………………99
RESUMEN
En la construcción permanente de mí día a día, he ido entendiendo que la tarea de
ser maestro es ver más allá de lo que se nos presenta cuando llegamos a una
institución educativa, es poder comprender que gran parte de nuestra preparación
académica y profesional se evidencia, cuando hacemos del espacio escolar un lugar
divertido y soñador para quienes habitan las escuelas.
Es así como surge este proyecto, donde se crea un bibliobanco como pretexto para
resignificar una parte del espacio pedagógico, y digo una parte, porque solo me
referiré en el transcurso de este texto, a un salón de clase que después de ser
modificado en su interior, deja al descubierto algunas tareas olvidadas como el
hacer reingeniería interior, si así podríamos decirlo, dentro de un salón cuya
intencionalidad sea el proporcionar el tránsito social y de aprendizajes que más
adelante contribuirán a la construcción del ser como sujeto para ubicarse en su
propio espacio.
Cada que iba haciendo algo para acercarme a la meta final del bibliobanco, iba
reconociendo elementos que me llevaban a pensar que aunque se hacen esfuerzos
para que los habitantes de la escuela se gocen su permanencia, aún se requiere de
ese toque creativo y dinámico que debe poseer el maestro para mostrar a los
estudiantes cómo un salón de clases logra ser un espacio agradable, diferente al
rutinario, cómo se pueden generar momentos de aprendizajes socializadores
positivos, donde, además la autorregulación se dé sin necesidad del control rígido
que a veces pretendemos imponer en ciertos momentos escolares, especialmente
cuando nos encontramos en la hora de clase.
Cabe anotar que a través de la sistematización de esta experiencia, he podido ir
clarificando la idea de que somos sujetos en permanente movimiento, en la que
cada situación es interpretada según nuestra carga histórica, según el contexto y
lectura registrada que hacemos en el día a día.
Más que un trabajo escrito, es una postura que he ido formando de cómo el maestro
puede modelar su tarea a través de pensamientos críticos que transforman y
trascienden algunas formas estáticas de apropiación del espacio escolar.
Después de observar el contexto al interior de la escuela como la de la zona barrial
cercana, pensé, diseñé y ejecuté un espacio diferente donde los habitantes de la
escuela pudieran acceder a aprendizajes dinamizados por el contacto con textos
escritos, gráficos y algunos equipos electrónicos, pues El bibliobanco como
experiencia pedagógica en una escuela del sector Robledo Kennedy, cobra
importancia ya que allí el uso de los libros y de espacios diferentes al aula de clase
no existía.
INTRODUCCIÓN
Inicialmente, el proceso de sistematización lo lleva a uno a enredarse con su
propia narrativa, pues en ella la subjetividad tiende a tener más peso que cualquier
cosa, de tal manera que la información puede viciarse de percepciones y supuestos
frente a situaciones personales, así que utilizaré como guía la Bitácora.
La Bitácora es un instrumento de sistematización que se ha utilizado para
resignificar experiencias pedagógicas; para ello utiliza como estructura las rutas de
sistematización que permiten narrar los acontecimientos dando cuenta de
aprendizajes construidos, logros alcanzados, frutos cosechados y nuevos caminos
propuestos para recorrer. Este tipo de instrumentos, además de presentar una
narrativa objetiva, conduce la reflexión, logra que se puedan encontrar
intencionalidades aparentemente calladas y lo mejor de todo, descubrir y hallar
evidencias que llevan a otra mirada ante lo que se puede enseñar desde un espacio
diferente al tradicional salón de clase.
A medida en que se desarrolla este texto, se puede ver la esencia de cada ruta,
presentando a la vez la experiencia de la cual es el propósito del presente trabajo
de investigación. Cada uno de los pasos o rutas presenta una organización, un
análisis y una reflexión frente a la experiencia.
La ruta de ―Inicio‖ permite dar cuenta de por qué se sistematiza una experiencia,
es allí donde se reconoce que no es sólo contar la historia, es poder analizar
de una manera crítica cada situación vivida, valiéndose de apoyos teóricos y
argumentativos que reafirman o re direccionan la reflexión.
La ruta de la ―Historia‖ reconstruye la historia de la experiencia.
La ruta de los ―Sueños‖ revisa y replantea los sueños.
La ruta de ―Saber Hacer‖ replantea la organización y las maneras para gestionar la
experiencia.
La ruta de los ―Frutos Perdurables‖ revisa y replantea los impactos y logros
La ruta del ―Retorno‖ lo que la expedición le deja a la experiencia.
1. RUTA DE INICIO
Todo lo que se encuentra tanto dentro como fuera de nuestro ser ocupa un
espacio, que tiene un significado para el ser que lo habita, lo que en la
fenomenología de Husserl (citado por Muñoz, 2005), ha denominado el mundo de
la vida, ―en tanto espacios de las historias sedimentadas y en tanto marco
situacional del ser humano, para rastrear a partir de allí cómo se configuran los
espacios pedagógicos y los espacios escolares con sus respectivas orientaciones
hacia la formación‖ (p.18) Ésta definición de espacio en el marco del mundo de la
vida, genera una lectura que da cuenta de algo, algo que nos transforma y nos toca
en lo más profundo, aunque no lo veamos en forma tangible e inmediata
Nosotros los maestros estamos constantemente participando indirectamente en
la construcción de los espacios de nuestros estudiantes, de los padres y
acompañantes de esos niños que se convierten con el transitar diario de la escuela
en habitantes del espacio pedagógico, incluso tocamos a los demás maestros, a los
directivos, a la comunidad, nos tocamos a nosotros mismos; lo hacemos, cuando
osamos mirar diferente la tarea de enseñar, y no me refiero solo a lo que se
experimenta dentro de un salón de clase, sino a todo lo que se resignifica desde la
misma presencia, de la organización del lugar que será habitado durante 40
semanas escolares.
A través de esta experiencia que he decidido sistematizar, he reflexionado entre
vivencias, autores, teorías y recuentos históricos, la trascendencia que tiene el
espacio pedagógico en la vida de un sujeto, de tal manera que gran parte cómo
somos y cómo nos proyectamos, tiene que ver con la lectura silenciosa que
hacemos día a día del espacio que ocupamos dentro de la escuela en un lapso de
tiempo bien considerable de nuestra existencia.
¿Por qué sistematizar a través del instrumento de Bitácora y no narrar mi
experiencia de creación de un Bibliobanco?
Sistematizar una experiencia es recoger y organizar la información pertinente
para presentarla de manera ordenada y coherente. (Alcaldía de Medellín, 2004).
Es importante porque no solo se asimila mejor la información sino que hace que
la experiencia trascienda, permite cambiar la mirada del maestro frente a la
enseñanza, puede además, abrir puertas a que otras experiencias se enriquezcan.
En la sistematización que hago de la puesta en marcha del Bibliobanco, en una
escuela pública de Medellín, comuna 6, que atiende una población Básica Primaria,
veo la necesidad de hacer una modificación al interior de un salón de clase para
propiciar unas interacciones humanas armónicas, donde el espacio permita hacer
cambios en los sujetos por cuanto adquieren habilidades que mejoran sus prácticas
sociales dentro de un clima de solidaridad y trabajo en equipo.
Presentar el Bibliobanco como un pretexto para resignificar el espacio
pedagógico, es una propuesta que pretende mostrar cómo algo tan sencillo y tan
rutinario como lo es asistir a un salón de clase, logra generar en los niños un placer
por acercarse a teorías, aprendizajes, experiencias nuevas, además de relacionarse
con otros pares que muestran intereses similares, donde se dé el aprender a partir
de un interés propio, reconociendo saberes previos, cuestionándose por lo que se
desea conocer y abriendo posibilidades para la creatividad e imaginación.
Inicialmente la estrategia del bibliobanco tenía como propósito que niños y niñas
de la escuela Concentración de la I. E Kennedy se acercaran directamente a textos
literarios y de consulta, aunque esto no es una idea nueva, si bien en Colombia, de
acuerdo con el análisis histórico desarrollado Melo (2002), en el que hace un
recorrido histórico desde Grecia hasta hoy, resalta la estrecha relación que hay
entre el proceso educativo y el libro en el pensamiento occidental.
En este mismo texto, Melo (2002), recuenta la historia de cómo surgieron las
primeras bibliotecas en Colombia, afirmando que lo que realmente le dio un impulso
fuerte al libro fue la aparición de la imprenta, incluso puede esto considerarse como
el auge de lo que más tarde se denominaría la biblioteca pública. Sin embargo las
bibliotecas escolares aparecen de una manera lenta y con poco material, incluso
con libros que son aportados por sus estudiantes.
Las primeras bibliotecas que surgen en Colombia se dan a finales del siglo XVIII,
provenientes de conventos, universidades y algunos colegios. La Biblioteca
Nacional, es la primera que se abre al público aunque su uso era más bien de orden
patrimonial y de investigación.
En la década de los treinta, la biblioteca escolar y pública es inexistente, sólo
aparecen cuando se dan y promueven nuevas formas de educación, especialmente
bajo la influencia de Montessori y Decroly, para complementar a los textos
escolares. Más adelante se demostrará que la visión de nuevas estrategias para
mejorar la educación, además de la creación de las bibliotecas, iba acompañada de
un cambio desde la arquitectura de la escuela, para lo cual nuevamente Montessori
es una de las pioneras en estos cambios.
Después de 1935, el gobierno invita a los municipios a tener una biblioteca como
apoyo para la escuela y como instrumento de formación democrática. Al respecto,
Melo afirma:
―A pesar de que los proyectos culturales de los gobiernos de los años treinta
tienen cierta claridad y desarrollan acciones como la Biblioteca Aldeana de
Colombia, la revista Rin Rin y la colección Samper Ortega, que se envió, con
otros libros como la colección infantil Araluce, a la mayoría de los municipios
colombianos, solo unas decenas de bibliotecas se establecieron en forma
adecuada, y pronto el gobierno nacional abandona sus esfuerzos por promover
la biblioteca pública y la biblioteca escolar, con excepción de los colegios
nacionales y las normales superiores, que desarrollaron entre 1930 y 1970
bibliotecas de algunos miles de ejemplares. Una serie de documentos sobre la
historia de los esfuerzos de los gobiernos de los años treinta para promover las
bibliotecas ha sido reunida por Lectura Popular y República Liberal. (parraf. 5)
En la mitad del siglo XX, Colombia comienza un crecimiento lento en cuanto a
la creación de bibliotecas escolares y públicas, con deficiencias tanto en su
estructura organizativa como física, donde hasta la fecha son muy pocas las
instituciones que cuentan con una buena biblioteca y si la tienen es de uso
exclusivo para el personal interno, mas no para el público.
En los años cincuenta aparece en Medellín la Biblioteca Pública Piloto y en
Bogotá la Luis Ángel Arango; entre los ochenta y los noventa aparece la Red del
Banco de la República y la red de Bibliotecas de las Cajas de Compensación. El
público que recibe las bibliotecas públicas en Colombia, es el que está recibiendo
una formación escolar principalmente primaria y de secundaria.
En los años sesenta, el gobierno colombiano con la participación de la OEA,
formula programas que buscaban establecer en forma aproximada la
implementación de bibliotecas públicas y escolares del país. En el año de 1968, el
Seminario sobre Bibliotecas Escolares sugirió que en cada escuela hubiese una
biblioteca con un profesor bibliotecario.
En 1972 se da inicio al programa de Bibliotecas-Escolares de Colcultura, en
1976 aparecen los Centros Experimentales Pilotos consideraras los núcleos del
sistema escolar. Luego en 1978 se crea el SIMBID, que gestiona la creación de
unas cuantas bibliotecas públicas, algunas en lugares óptimos y otras dentro de las
escuelas. Sólo a partir de los ochenta aparece la red de Bibliotecas que debían
atender a por lo menos 900 planteles.
La experiencia de los noventa, aunque concentrada en algunas ciudades,
mostraba algo claro: donde se inauguraban bibliotecas con colecciones apropiadas,
abiertas y con buenos servicios, el público las llenaba en forma inmediata, sin
necesidad de hacer campañas de lectura o de promoción. Esto mostraba que la
demanda por libros era muy grande y no encontraban respuesta en las bibliotecas
públicas, lo que reflejaba probablemente el impacto de la alfabetización de la
población y del aumento dramático del número de estudiantes dentro de la
población del país, sin que los colegios y escuelas públicas hubieran puesto en
funcionamiento bibliotecas adecuadas.
En el año de 1993, el Programa de Fortalecimiento de Bibliotecas Públicas y
Escolares de Medellín y la Biblioteca Pública Piloto adquirieron 200.000 volúmenes
de libros para 19 bibliotecas públicas. En 1995 el departamento de Antioquia
reorganizó el sistema de bibliotecas para apoyar el desarrollo socio-cultural de la
población.
El Congreso de la República de Colombia, en 1994 establece en la ley 115,
artículo 42, que los establecimientos educativos deben organizar los textos
escolares para apoyar a los alumnos en su proceso pedagógico. Esto debe de estar
dentro del PEI, de cada institución. Los libros deben estar organizados mediante el
sistema de bibliobanco, para lo cual cada establecimiento educativo estatal pone a
disposición del alumno dentro del salón de clase o en otro lugar, una cantidad de
textos organizados y renovados.
La biblioteca de las instituciones educativas se conformará con los bibliobancos de
libros para la consulta y otros materiales audiovisuales, informáticos y otros.
Según Melo (2002), fueron los sectores culturales del Estado, más que los
educativos, quienes realizaron los programas de bibliotecas públicas con poca
eficiencia. Tanto Colcultura como el Ministerio de Cultura, dieron prioridad al
desarrollo de la red nacional de bibliotecas, además dejaron a la Biblioteca Nacional
en un relativo desamparo, trabando con muy poco.
Tabla 1
Estadísticas Básicas de Bibliotecas Escolar, 1969 y 2002
1969 2002
Población 14.000.000 42.000.000 Estudiantes 1980000 7.000.000 Estudiantes Universitarios 26.000 800.000
Vols en Bib. Nal. 400000 600000
Vols en Bib. Pub. 591000 4500000 Vols en Bib. Escolares 174000 6000000
Vols en Bib. Universitarias 590000 4000000
Total vols 1755000 15100000
Vols en BN por hab 0,03 0,01 Vols en BP por hab 0,04 0,09 Vols en BE por est 0,09 0,86 Vols en BU por est. 22,69 5 Vols total por hab. 0,13 0,36
Nota: tomado Melo (2002). En la tabla se puede observar el número de volúmenes por
habitante en las bibliotecas públicas, las escuelas crecieron 30 veces más, donde cada
estudiante dispone en el 2002 de nueve veces más libros que hacia 1960.
La red de bibliotecas públicas hacía cumplir sus funciones de una manera
heroica, pues los recursos eran mínimos, llevando esto a limitar la práctica a unas
pocas actividades (donación de libros, algunos cursos y publicaciones), sin que
existiera nada que se pareciera a una verdadera red de bibliotecas públicas. En el
sector cultural del Estado, lo que interesaba era ante todo el espectáculo o el evento
cultural más que procesos de largo plazo como el desarrollo de los hábitos de
lectura de la población.
Los nuevos centros culturales apoyados por el Ministerio de Cultura habían
dejado a la biblioteca en un espacio ínfimo. Además, las políticas culturales, en el
nivel nacional, eran muy difusas y poco consistentes: en el gran Plan Nacional de
Cultura para 2001-2010, nada claro se decía sobre lo que se haría con las
bibliotecas, se le ofrecía incluso autonomía a la Biblioteca Nacional, pero no con
recursos reales.
Es importante resaltar que la generación de bibliotecas públicas estuvo ligada a
la implementación de la ―Alianza para el progreso‖ programa impulsado por los
Estados Unidos de América, con el objetivo de frenar la amenaza subversiva,
pretendiendo modernizar las atrasadas sociedades.
El concepto de biblio-banco, es un concepto traído del discurso económico
fundamentalmente capitalista y neoliberal de las últimas décadas del siglo XX. Un
banco es una entidad financiera donde se consignan recursos económicos que los
ciudadanos con capacidad adquisitiva depositan, para que el banco administre y
usufructúe sus beneficios, sin embargo, son los pobres los que pagan por sus
servicios un alto costo. Un biblio- banco es por deferencia, un banco de libros. La
idea es que deposites allí los libros que se tienen para que otros puedan hacer uso
de ellos.
Esta idea es reforzada por programas de gobierno, que en Medellín de acuerdo
con el Plan de Desarrollo, propuesto durante la alcaldía de Sergio Fajardo (2004-
2007) y luego por Alonso Salazar (2008-2011), se incrementa a través de las
―Vitrinas Pedagógicas‖, que se acompañaron con la construcción en la ciudad, de
los Parques Bibliotecas considerados como Centros Culturales para el desarrollo
social que buscan fomentar el encuentro ciudadano, las actividades educativas y
lúdicas, la construcción de colectivos, el acercamiento a los nuevos retos en cultura
digital.
Y también son espacios para la prestación de servicios culturales que permiten
la creación cultural y el fortalecimiento de las organizaciones barriales existentes.
―El proyecto de los Parques Bibliotecas, impulsa el mejoramiento barrial, zonal
y de ciudad. Transforma mentalidades y se convierte en un motor de cambio
para las comunidades. Por su calidad, belleza y aporte al desarrollo los Parques
Biblioteca se convertirán en referentes urbanos y arquitectónicos‖. (Alcaldía de
Medellín, 2004). Para esta propuesta de desarrollo, los Parques Biblioteca son
generadores de oportunidades para niños, jóvenes y adultos, s o n lugares
incluyentes que dignifica a sus ciudadanos.
Las bibliotecas que existen actualmente en las instituciones públicas presentan
tres tipos, si así podríamos decirlo. En primer lugar, existen las bibliotecas donde
el espacio es exclusivo para tal fin, con estanterías, textos, equipos, sistema de
códigos para préstamo dentro o fuera de la institución, con un encargado o
bibliotecólogo, quien a su vez organiza y gestiona todo lo relacionado con el material
de biblioteca, este encargado es nombrado por las secretarías de educación de
cada región. Si una institución tiene a su cargo más escuelas, solo se nombra un
encargado de la biblioteca quien será ubicado en la sede principal.
En segundo lugar se hallan los bibliobancos que se organizan al interior de cada
institución, donde se recolectan textos, se ubican en un salón y se le designa a un
docente que preste y recoja los textos que sean solicitados, todo dentro de su
jornada escolar siendo él también responsable de dar clase además de jefe de
grupo.
En tercer lugar está el que los textos sean recogidos o recopilados en alguna
oficina y se tomen en préstamos sólo cuando algún maestro haga uso de ellos.
Después de todo esto se puede decir que las bibliotecas o bibliobancos que existen
en las escuelas siguen siendo espacios muy escasos, es decir, no todas las
instituciones públicas gozan de ellas, y si las tienen es poco lo que pueden ser
usadas en su totalidad. La historia muestra como aún dependemos de sistemas
políticos que impulsen la creación y el funcionamiento de las bibliotecas escolares,
es más, s e podría decir que así como es de importante y necesario
edificar una estructura con fines académicos en los que se construye salones,
patios, corredores, sala de sistemas; se debería tener en cuenta el espacio para el
bibliobanco, no crearlo en un salón que sobra acoplándose a la forma cuadrada,
con materiales a veces en desuso por su estado de antigüedad y con vitrinas a
veces selladas para que los niños y las niñas no dañen los textos.
En los bibliobancos no sólo se recopilan libros, son espacios donde se pueden
gestar actividades de tipo creativo, recreativo, son lugares que invitan a encontrar a
través del silencio y la interacción a aprendizajes.
2. RUTA DE LA HISTORIA
Cuando ingresé a la Institución Educativa, observé que teniendo los insumos
básicos como libros, estantes, un salón en desuso y además de percibir el interés
de la comunidad, en especial de los niños por acercarse a los libros, no había
un lugar para la consulta, el encuentro con textos, para la lectura, así que
comencé a organizar las ideas de cómo poner en marcha el proyecto del
―Bibliobanco‖, es entonces cuando se diseña y ejecuta en una escuela pública de
básica primaria del sector de Robledo Kennedy.
Inicialmente busqué el material didáctico y literario con que contaba la
institución, pude observar que lo que se encontraba, permanecía en un salón para
materiales, allí no había acceso para que tanto maestros como niños pudieran
acercarse a dicho material, era más bien un espacio para guardar implementos en
desuso, había algunas cajas con libros sin descorchar, nuevos, humedecidos
algunos por el ambiente encerrado y oscuro.
Figura 1. Registro fotográfico del bibliobanco inicial con el que contaba la institución
Figura 1.Registro tomado por la autora en junio de 2012, en el que se observa la
identificación sobre la puerta en la que se encontraba el bibliobanco. Al interior se
observa el almacenamiento de los materiales el cual estaba subutilizado
Después de estudiar el lugar y los insumos, comencé a planear el montaje del
el Bibliobanco, lo primero que hice fue un sondeo entre los maestros y la
coordinadora de la escuela acerca de que les parecería crear un espacio donde se
pudieran organizar los libros además de tener un aula para la lectura, la expresión
escrita, oral y gestual.
En este sondeo me di cuenta de que todos anhelaban este espacio, sólo que no
había quien le ―pusiera el hombro‖. De igual manera los niños y las niñas de la
institución al indagarlos acerca de poder acceder a un lugar con libros y otros
elementos, se mostraban expectantes y motivados, pues ellos se proponían para
ayudar.
En esta primera parte se pudo percibir un ambiente donde todos preguntaban si
realmente se iba a poner en marcha este proyecto, escuchando constantemente
expresiones como - ―ojalá sea verdad, pues la escuela necesita de eso‖……..-
Cuando presenté la propuesta inicial, recibí comentarios no muy motivadores
por parte de algunos docentes y personal administrativo, tales como:
-¿quién se le va a medir a eso?, -ganas las hay, pero no hay cómo-, -no hay
presupuesto, de todas formas inténtelo-, - Hágase una propuesta escrita y envíela
al consejo académico a ver que piensa-
Además podía percibir medianamente que aún se piensa que el aprendizaje sólo
se da dentro del aula tradicional, con pupitres en fila en dirección al tablero, con
carteleras que enuncian fechas de cumpleaños, responsables del aseo y horario,
visión y misión del establecimiento.
Durante los dos primeros meses del segundo semestre del año 2012, utilicé
como estrategia el comentario, la pregunta, la escucha de sugerencias, contar la
idea que tenía, y entre todo este diálogo suelto, se fue dando una motivación
silenciosa, tanto que algunas docentes presentaban ideas y propuestas para la
creación de dicho espacio.
Los niños se inquietaban y preguntaban que cuándo se iba dar el salón de
lectura. Entre tanto comentario las y los docentes de las sedes anexas también
comenzaban a indagar por la posible propuesta del lugar para libros.
Inicialmente la pretensión fue ambientar un aula de clase con mobiliario,
distribución y decoración diferente, para ello tuve que preparar durante 5 meses en
jornada contraria a mi trabajo como maestra dentro de la escuela, el lugar que me
cedieron para el bibliobanco. Trabajé en equipo con los estudiantes del Programa
Procesos Básicos, durante la experiencia, sacamos los libros de un salón destinado
para materiales deportivos y de sonido, los llevamos al nuevo salón, los
organizamos según la temática, los limpiamos y arreglamos algunos que estaban
deteriorados.
Presenté un pequeño escrito sustentando el por qué era importante crear el
bibliobanco dentro de la institución, además que se contaba con buen material.
Después de diez días me dieron carta abierta para dar inicio a la propuesta,
teniendo claro que tanto el tiempo como los insumos corrían por mi cuenta.
Figura 2. Registro fotográfico del salón inicial que adjudicaron para crear el nuevo
bibliobanco
Figura 2. Registro fotográfico por la autora de la investigación en el que se puede
observar las condiciones en las que se encontraba el espacio inicialmente para ser
adecuado como bibliobanco.
Una vez con el salón a mi disposición para organizarlo, inicié con el boceto para
la decoración, luego conseguí vinilos, pinceles y estopa. Como el salón presentaba
un deterioro muy evidente en su interior, paredes muy rayadas, con baches, huecos,
producto de haber arrancado carteleras que alguna vez se fijaron en los muros,
pensé primero en cubrir por medio de burbujas de colores cálidos fuertes los
pedazos de pared descascarados, con algas marinas, los rayones y finalmente para
acompañar el espectro de mar, pinté peces y tortugas. Todo esto lo ubiqué en el
muro central.
En las paredes laterales pinté hojas y flores, esto debido a que la escuela tiene
poca vegetación dentro de ella, así que me parecía que al decorar un salón con
ambientación naturalista, creaba un lugar especial que invitaba a la calma y la
serenidad.
Cabe anotar que para los niños y niñas de esta escuela, el mar tiene un
significado especial, pocos lo conocen, muy pocos tienen acceso a estar cerca de
él, la gran mayoría sueñan con poder ir al mar.
Una vez decorado el espacio, continué con la organización de los libros que se
hallaban en el salón de materiales, es allí donde los niños y las niñas del Programa
Procesos Básicos se convierten en los protagonistas, ellos eran quienes
seleccionaban los textos, los ubicaban según las temáticas y contenidos, no lo
hacían leyendo los códigos escritos de los títulos, leían a través de las imágenes,
de los colores y los gráficos, lo que permitió que se reafirmara una vez más cómo
los niños y niñas dentro de sus saberes previos tienen la lectura muy clara, el
trabajo de la escuela es facilitadora en el descubrir otra forma de leer, por eso no
se debe abandonar el arte de la imagen, del color.
Cuando el bibliobanco se abre al público escolar de la institución, los niños y
niñas, además de recrearse, exploraban los libros, dibujaban, leían, convivían en
armonía, reconocían que aunque los estudiantes del Programa Procesos Básicos
no sabían leer si presentaban habilidades para ser guías dentro del lugar indicando
donde se encontraban los textos, cómo se manejaban los portátiles, cuáles eran los
programas lúdicos que se hallaban en los equipos. No había competencia entre
ellos, trabajaban en equipo, se llamaban por sus nombres, el maestro acompañaba
las actividades dentro del salón, pero eran ellos quienes orientaban las actividades
dentro del salón, eran monitores de los maestros, les explicaban cómo funcionaba
el bibliobanco.
Luego solicité un espacio de tiempo para con los maestros de la escuela, se les
contó, mostró e instruyó acerca de los libros existentes en la escuela, cómo se
proyectaba funcionar el ―Bibliobanco‖, cuáles eran las ventajas para trabajar con los
niños y niñas de toda la escuela en ambas jornadas.
De igual manera se llevó a cada grupo, para un total de 19 grupos de Básica
Primaria, 508 niños y niñas escolares, a conocer el espacio, a indicarles el modo de
la operación, qué servicio se iba a dar allí, además de invitarlos y dejarlos
compenetrar con el mismo lugar.
En este campo fue necesario sensibilizar bastante a los docentes, pues aunque
reconocían la importancia del espacio, ninguno quería comprometerse al cuidado
del lugar, así que encontré una primera posible dificultad para preservar el lugar
organizado y apto para su uso.
Por ello se organizó desde la coordinación un horario para la utilización del
espacio además de designarle a dos maestros por jornada el cuidado, atención y
organización del lugar.
Figura 3. Registro fotográfico en el que se evidencia el bibliobanco actual.
Figura 3. Fotografía tomada por la autora de la investigación como evidencia del
actual bibliobanco.
Aunque había pensado que la terea estaba concluida, solo alcancé a dilucidar
que realmente estaba comenzando, no bastaba con crear el bibliobanco, había que
indagar y trabajar como iba a sostenerse dentro de la institución para que realmente
tuviera un impacto positivo en acercar a los habitantes de la escuela a otra forma
de aprendizaje. Además debía pensar cómo generar un ambiente de reflexión en
el que se pensara sobre lo importante de resignificar el espacio
pedagógico, si nosotros los maestros no nos apropiamos de los cambios, el sentido
de los espacios físicos dentro de la escuela seguirán siendo parte de una educación
fría y plana.
A los tres meses de abierto el bibliobanco, donaron computadores portátiles y
libros del Plan Semilla, haciendo que se redistribuyera el espacio, los armarios y
el mobiliario en general; teniendo más opciones de uso del espacio. Se ideó
entonces el que durante los recreos los niños y niñas de la escuela pudieran
ingresar al bibliobanco como pretexto para que ellos experimentaran otra forma de
manejo del tiempo libre.
3. RUTA DE LOS SUEÑOS
El propósito fundamental de este trabajo es sistematizar una experiencia
significativa de mi práctica docente, con el fin de re-describir el proceso y
resignificarlo a la luz de la pedagogía y la didáctica. La experiencia que se
sistematiza se centra en la creación de un ―bibliobanco‖ como espacio pedagógico
que da sentido a los sujetos y su relación con los ambientes de aprendizaje que
habitan en la I.E Kennedy de la Ciudad de Medellín, durante los años 2012-2014.
El proceso de sistematización exigirá por su parte enfrentarme a la redacción,
el recuento detallado de todo el proceso vivido, y especialmente cuando reconstruyo
la intencionalidad del proyecto al crear aparentemente sólo un salón que diera un
aire diferente a los niños de la escuela para ampliar su cercanía al texto y a la
socialización, evidencio que hay más elementos a los que hay que prestar atención
en esta tarea de ser maestro.
Cuando inicié este proyecto, el de crear un Bibliobanco dentro de la escuela, lo
pensé desde la concepción que tengo sobre la importancia que es el contacto con
otras formas de aprender, y una de ellas es la exploración que se hace a través de
los libros, pero no del libro que se encuentra en cualquier lugar, sino del texto que
se elige desde el propio interés, bien sea por el título, por las imágenes o incluso
por el tamaño, pero eso no ocurre si en una escuela no existe ese lugar imaginado.
Reconozco indefectiblemente que la responsabilidad que tenemos para con los
sujetos escolares es muy grande y comprometedora, pues dejamos marcas o
huellas que más tarde veremos reflejadas en la sociedad y la forma como se
desarrolla. Desde que comencé esta propuesta supe que había que hacer algo
diferente. Para ello formulé unos propósitos basados en la necesidad que encontré
dentro de la escuela, algo que contribuyera al acercase a aprendizajes significativos.
Dichos propósitos parten del deseo de transformar un salón de clase en un
bibliobanco como mediación para generar mundos posibles en la comunidad
educativa Kennedy, sede Concentración, de básica primaria de la comuna 6 de
Medellín, con edades entre los 5 y 14 años de edad, y que se convierta en un
espacio para la lectura, la escritura, el contacto con portátiles, la pintura y la
expresión artística.
Un espacio diferente al aula regular en la que los sujetos escolares que
habitan todos los días de clases, pues en él se puede dar el diálogo, se puede
relacionar con pares de todos los grupos, donde se llamen por sus nombres,
reconozcan la fortaleza del que los guía, se sientan tranquilos, serenos y con
deseos de aprender.
Un lugar decorado con ―naturaleza muerta‖, libros, portátiles, juegos de mesa,
armarios, mesas y sillas diferentes a las del salón, en un horario dentro de la jornada
escolar, durante el recreo para que los niños y niñas puedan identificar otras formas
de ―descanso‖. Dar una pequeña insinuación a los docentes de dinamizar la rutina
escolar, no solo para los estudiantes sino para ellos mismos. Que sea este espacio,
―El Bibliobanco‖, un pretexto para cambiar la cotidianidad estática de la escuela.
Esta ruta tiene sus propios objetivos. El primero de ellos, es determinar los
objetivos que tiene la experiencia que se ha desarrollado. El segundo, es ajustar
dichos objetivos de la experiencia para relacionarlos con los problemas que se
quieren resolver o disminuir con su realización.
Una experiencia se realiza para mejorar una situación escolar o para generar,
como lo es en este caso, crear un espacio más amable para el habitante de la
escuela en el que puda disfrutar de su aprendizaje.
Objetivos de la Experiencia
Acercar a los niños y niñas de la comuna 6 de Medellín, escuela Concentración, a
libros y equipos didácticos con que cuenta la institución, para que experimenten
otras formas dinámicas que los conduzcan a aprendizajes como la lectura, la
escritura, la socialización e imaginación.
Propiciar otros espacios dentro de la escuela para la relación de los niños y niñas,
instaurando dentro de las rutinas académicas, el acceso al uso de los recursos
didácticos que les generen preguntas sobre el mundo de la vida que les permita
construir conocimiento.
Habitar un espacio que fomente el interés a los niños y a las niñas por los textos
literarios, de consulta, enciclopédicos, además donde en un momento dado los
habitantes de la escuela encuentre en el silencio del ―Bibliobanco‖, una dinámica de
aprendizaje diferente.
4. RUTA DEL SABER HACER
El espacio es aquella dimensión por donde nos movemos, nos ubicamos,
aquello que llenamos con nuestro cuerpo físico y donde plasmamos mucho de lo
que habita en la mente. Para ello contamos con sentidos que dan cuenta de ello, a
través de los cuales no sólo percibimos el mundo sino que aprendemos a
movernos y a darle sentido a todo lo que se presenta ante nosotros, antes y
después del nacimiento.
La escuela, mirándola más allá de ese ―lugar‖ donde niños y niñas ingresan para
ser ―educados‖, es un espacio de carácter significativo y marcador para cualquier
sujeto, pues parte del tiempo de la vida misma transcurre en ella. Así como al mirar
una valla, recorrer un camino, ver un video, escuchar una melodía, tocar una
superficie….., puede transformar en un momento dado a un ser humano, la estancia
en la escuela se puede considerar como ―una transformación continua y
permanente‖ tocada silenciosamente por el sólo espacio que ocupa este en los años
de vida escolar.
Desde la fachada, los corredores, salones, patio de recreo, baños, hasta la
misma imagen de un maestro, envía un mensaje para ser leído tácitamente por
todos los que transitan a diario por la escuela. En este texto trataremos
especialmente la significancia que tiene un salón de clase convertido en un
―Bibliobanco, como pretexto para resignificar el espacio del aula dentro de la
escuela.
4.1 El salón de clase como espacio pedagógico
Es indiscutible reconocer que como seres humanos ocupamos un espacio, lo
habitamos, les damos significados y dejamos que nos resignifique nuestro andar
por este mundo. El espacio pedagógico es aquello que lleva a un sujeto a
interactuar con otros, con el entorno y con sigo mismo. El salón de clase, el aula
de clase, es el lugar donde permanecemos desde que empieza el ciclo
escolar, es el lugar que se habita durante un tiempo considerable del día, de la
semana, del mes, del año y de la vida, entonces ¿por qué no darle una mirada más
profunda a ese lugar donde transcurre parte de la vida de un sujeto, como el
preámbulo a muchos saberes y condicionantes para la proyección de un niño o
niña?
―Un edificio no es tan solo una estructura física, sino también un espacio
mental que estructura y articula nuestras experiencias. Nuestro lugar se convierte
en una extensión de nuestro cuerpo, nuestra piel, nuestros sentidos y nuestra
memoria‖ (Pallasmaa, 2014, p.159)
Con una estadía de por lo menos de 5 a 6 horas de lunes a viernes durante 11
o 12 años, quizás más, el salón de clase es casi que uno de los primeros instantes
que invita a la acomodación y adaptación social, pues es allí donde comienza la
autorregulación para movilizarse, para interactuar, para reconocer los límites que
tiene el espacio físico, es el que aunque con estructuras reales de concreto, también
muestra un límite en el pensamiento o una libertad del mismo, es decir, lo que
genera un espacio físico con su decoración, iluminación, distribución, material,
ubicación, sonido e intencionalidad, es lo que lleva a que un sujeto se proyecte a lo
largo de su vida habitando más adelante espacios amables, agradables o
simplemente un espacio-resguardo donde no se da la invitación a vivir sino a
sobrevivir.
Toda arquitectura o construcción cumple una función, la de la escuela como
cualquier obra también cumple una tarea. Si miráramos actualmente cual es la
función de la arquitectura de la escuela pública, nos daríamos cuenta que es
más bien un espacio para agrupar niños y niñas en una especie de ―caja de
cemento‖ con cubículos cerrados para que no haya distracción con el entorno,
poca luz, distribución de sillas dirigidas hacia un mismo punto como lo es el tablero
y por ende el maestro quien es el que escribe en el mismo.
Según Katya Mandoki en su texto de Prosaica II ―Prácticas estéticas e
identidades sociales‖ – La Estética como el estudio de la condición de la estesis.
Entendiendo por estesis, a la sensibilidad o condición de abertura o permeabilidad
del sujeto al contexto en qué está inmerso- (Mondoki, 2006). De ahí que se mire
que el espacio, su estesis, no se puede reducir a un salón de clase donde se
recogen estudiantes para ser instruidos, como bien se presenta en las líneas
anteriores, hay una permeabilidad al lenguaje oculto tras los muros, la pintura, la
distribución y disposición de los muebles que hacen parte de una escuela.
Con esta experiencia, pude ratificar lo importante y significativo que es para un
niño, una niña y un adulto de comuna, el espacio pedagógico, no solo porque hay
permanencia en él sino porque una escuela es un referente de aprendizaje, de
respeto, de esperanza, de recreación, de re-unión entre los que conforman el barrio.
Si esto es así, entonces con mayor interés se debe resignificar el espacio
pedagógico.
Parte de la propuesta aquí presentada, nace del contacto directo que tengo con
la escuela Concentración, anexa a la Institución Educativa Kennedy, cuando llego
como maestra de un grupo con ―flexibilidad curricular‖1, denominado Procesos
Básicos, que atiende población (25 niños y niñas como máximo) en alto grado de
vulnerabilidad, extraedad, quienes traían consigo una historia cargada de
desmotivación escolar, desorden familiar, ausencias afectivas y con dificultades
para acceder al código lector, de escritura y lógico matemático, además de que
algunos no han asistido por vez primera a la escuela o la han abandonado.
Este acercamiento a dicha población permite dar forma a una serie de
inquietudes que desde hace tiempo percibo en el aire escolar, tales como: ¿Por
qué la escuela es aburrida? ¿Qué sentido tiene un salón de clase para un niño? ¿Si
somos seres de naturaleza, por qué la escuela es gris y los salones áridos
para los sentidos? ¿Por qué abandonan la escuela? De ahí sale una primera
reflexión donde se encuentra que el espacio se refiere no solo a lo ocupado por un
cuerpo, sino a lo que recrea y transforma la presencia de un cuerpo, es decir,
todos los seres vivientes en este planeta interrelacionan constantemente con el
otro o con lo otro. ―Es en este intercambio constante en que los sujetos se
construyen a sí mismos y participan de manera indirecta en la construcción de
otros‖
1“Los Modelos Educativos Flexibles son propuestas de educación formal que permiten atender a poblaciones
diversas o en condiciones de vulnerabilidad, que presentan dificultades para participar en la oferta educativa
tradicional. Estos modelos se caracterizan por contar con una propuesta conceptual de carácter pedagógico y
didáctico, coherente entre sí, que responde a las condiciones particulares y necesidades de la población a la que
se dirigen. También cuenta con procesos de gestión, administración, capacitación y seguimiento definidos,
además de materiales didácticos que guardan relación con las posturas teóricas que las orientan”
Aunque los espacios institucionales han sido diseñados con intencionalidades
muy claras, somos los maestros quienes hemos dejado de creer que a través de la
mirada a una pared también se aprende, también se lee, es por eso que muchos
escenarios escolares son simples, insípidos y vacíos, donde las aulas pueden
quedarse sin pintar por años, pues eso ―no impide el aprendizaje‖, las zonas de
recreos son lugares sin vegetación, a veces sin aleros para protegerse del sol o de
la lluvia, sin decoración que inspire al verdadero ―recreo‖, además de tener algunos
juegos en mal estado, canchas rotas, todo rodeado por una malla que da como vista
el paisaje urbanístico de la invasión. Sería interesante preguntarse, ¿cuál es la
intencionalidad del recreo en las escuelas? ¿Tal vez, para cambiar de espacio?
¿Para que éste sea otro escenario en el que se aprende a convivir entre el juego, la
interrelación?
En la escuela, se observa cómo durante el recreo, el límite para la expresión es
una constante, esto por las expresiones que a diario se escuchan como; no corra,
no puede jugar con el balón porque el espacio es pequeño y le dan pelotazos a
otros, no brinque, no juegue así..., entonces cuál es la finalidad del recreo en
espacios limitados físicamente?
Los salones o aulas de las escuelas públicas, son por lo general, espacios
cuadrados, con ventanas altas, un tablero tipo acrílico, sillas ―universitarias‖, dos o
tres armarios, un pupitre para el maestro, una puerta. Es bien interesante
preguntarse de dónde sale el diseño de un salón o con qué podemos relacionarlo,
buscando respuestas hallé algunos textos como el de Jackson (1965), donde
expone que:
―En relación con la vida del alumno, existe un hecho importante que, a menudo,
prefieren no citar profesores y padres, al menos no delante de los estudiantes. Es
el hecho de que los pequeños deben estar en la escuela, tanto si quieren como no.
A este respecto los estudiantes poseen algo en común con los miembros de otras
dos de nuestras instituciones sociales con asistencia obligatoria: los prisioneros y
los hospitales mentales. La analogía, aunque dramática, no pretende ser chocante
y, desde luego no existe comparación entre la desazón de la vida para lo recluidos
en nuestras prisiones y hospitales mentales, y los afanes cotidianos de un chico de
primero o segundo curso.
―Sin embargo, el escolar como el adulto encerrado es en cierto sentido un
prisionero. Debe aceptar el carácter inevitable de su experiencia‖(Jackson, 1965)
Según lo anterior, cuando un niño o una niña llega a la escuela, lo primero que
hace es ingresar al salón de clase, debe reconocerlo, identificarlo como su sitio
donde puede guardar sus elementos para la clases, reconocer los límites para su
desplazamiento. Además debe interiorizar el sonido del timbre para indicar la
entrada a la escuela y al salón, la salida al recreo, la hora de volver a casa. Este
será su nuevo lugar el cual habitará por lo menos gran parte de su infancia.
Vale la pena analizar y reconocer que la escuela es un sistema de control, pues
según Sánchez (2013), en su artículo ―Tu colegio, tu cárcel, tu mundo‖, expresa
cómo el hábito de estar en espacios reducidos dentro de un sistema escolar, lleva
a que los estudiantes cuando tengan que crear ellos sus propios espacios, lo hacen
con los mismos patrones en los que fueron educados. Este autor hace una relación
entre las cárceles y los colegios públicos indicando que las arquitecturas de ambos
denotan el encierro. A su vez analiza como las condiciones espaciales tanto de las
ciudades, como de las casas, de los conjuntos cerrados y de las habitaciones sufren
de una estrechez o reducción de área.
Así son como en medio de una geografía poco espaciosa, los niños y las niñas
pierden dimensión espacial del mundo, se acostumbran al encierro, luego ellos son
los que más adelante diseñan el entorno. La gran mayoría de escolares del sector
público, pasan más de 10 años de su vida estudiando en construcciones educativas
que tienen un corredor por el que sólo se puede pasar en silencio, uno o dos patios
que acumulan a toda la comunidad escolar durante un recreo y que tras el sonido
del timbre quedan vacíos y solos.
Es también importante anotar que a esto se le suma cómo los maestros perviven
con éste sistema del cual ellos son el resultado, pues su educación fue recibida en
el sistema de control y de encierro, lo que genera una costumbre y naturalización
del espacio. El maestro no sólo estuvo también más de 10 años dentro de una
construcción tipo cárcel estudiando sino que además se preparó en contenidos
pedagógicos heredados de otros maestros que no han entendido el sentido de
libertad, para luego continuar en estos espacios trabajando gran parte de su vida
donde el diseño de las estructuras escolares aún requiere ser reinventado.
Cuando un estudiante termina su bachillerato, sale del recinto escolar para
buscar una mejora en su vida y por lo general, cuando no pasa al nivel universitario
o su condición económica y social no se lo permite, busca refugiarse laboralmente
en lugares que no muestran ni autonomía ni libertad, y se puede nombrar la
ubicación en una oficina, en una tienda o ante un mundo que no es realmente el
suyo, cuando trabaja para una realidad a la que es ajeno.
El tiempo pasa volando, veinte años son un suspiro. Solo viendo la arquitectura
de estos colegios y el espíritu que los ocupa se puede comprender la triste paradoja:
salones enrejados, cuyo timbre metódico y conductista anuncia el cambio de
horario, los jóvenes ya ni se mueven y es fácil adivinar que desde los 60, desde la
post guerra para acá, los cambios han sido muy pocos. (Sánchez, 2013)
Queda claro que los espacios físicos que tienen muchas instituciones hoy en
día, no fueron diseñados para pensar en procesos pedagógicos, es por ello que
debemos mirar diferente, aunque no podamos cambiar la estructura física de las
aulas escolares, si podemos romper con la frialdad de los muros, modificar los
mensajes que da el encierro con color, arte, distribución de los muebles, podemos
ambientar para crear otra posibilidad de espacio.
En otro artículo, presentado por el periódico ―El Tiempo‖, donde entrevistan a un
arquitecto estadounidense, Locker (2014), hace una asociación entre un colegio y
una cárcel, pues en ambas instituciones existen las filas, la puerta cerrada, los
corredores en los que no se puede estar sin permiso y una campana o timbre para
ordenar salir, terminar o comenzar una actividad. Además cómo la infraestructura,
según algunas culturas, permite que se le tenga miedo al profesor. Comenta
también como se agrava el problema social y el comportamiento de los estudiantes,
pues a veces los profesores se concentran sólo en la entrega de resultados sin
importar si sus alumnos aprenden o no, ni por qué. El problema empeora cuando
se decide masificar la educación en la escuela, pues el resultado es la institución
impersonalizada, obteniendo como resultado el rechazo por la escuela y la
deserción.
Aunque soy maestra, reconozco que sólo a través de esta sistematización,
comencé a ver cosas que durante años se han cristalizado en el tiempo, es decir, la
rutina que por lo general hacemos cuando llegamos a un aula nueva, donde
elaboramos una decoración en forma mecánica, ni siquiera miramos si es apropiada
o no y seguimos la instrucción de la institución sin identificar el efecto que produce
cierta información en los habitantes escolares.
Comúnmente en la escuela la decoración es elaborada por los docentes, por lo
general debe ir con una instrucción que se da desde los directivos igual para todos
como: fechas de cumpleaños, responsables para hacer el aseo, el horario, normas
dentro del salón, visión, misión, filosofía y valores institucionales, una oración,
siendo esta última algo opcional. El espacio para la exposición de trabajos de los
niños es opcional, muy pocos maestros lo hacen.
A este respecto, Jackson (1965), dice cómo los profesores de primaria hacen
esfuerzos por darle al aula de clase un ambiente más hogareño, dedican bastante
tiempo a la decoración. Hacen cambios en el mobiliario, cuelgan y pegan a cada
inicio de año, grabados, láminas, también cambian la disposición de los puestos, a
veces los filan, otras en círculo y viceversa. Sin embargo, estas modificaciones son
superficiales y se asemejan al trabajo de una animosa ama de casa que reordena
los muebles del cuarto de estar y cambia el color de las cortinas para que la
habitación parezca más ―interesante‖. Es posible que se reestructuren los tableros
de anuncios pero nunca se eliminarán; se dispondrán de otro modo los asientos
pero seguirán siendo treinta; es posible que la mesa del profesor tenga una nueva
forma, pero allí seguirá.
De igual manera, no cabe en las mentes de algunos docentes la idea de otro
espacio, pues el aula de clase es el lugar para recoger a los estudiantes e impartir
saberes que parten de él mismo, es decir, el salón no da para hacer lectura de cosas
diferentes a tomar nota, a socializer con otros pares y a la autoregulación, es
quizás por eso que la propuesta del bibliobanco del presente trabajo, puede
cambiar toda la estructura rutinaria del día a día de la jornada escolar- ¿De dónde
heredamos la arquitectura escolar pública?
Después de identificar el espacio escolar como parte del aprendizaje, es bueno
hacer un breve recorrido sobre cómo es la arquitectura escolar en parte del territorio
colombiano, no sin dejar de reconocer que desde hace por los menos unos 10 años
para acá, la construcción escolar ha tenido modificaciones. Sin embargo el proceso
de espera para que el cambio sea total es largo, partiendo de la misma concepción
que se tiene entre escuela y aprendizaje.
Según Potes (2009), la estructura de las escuelas públicas colombianas viene
de la corriente dominante del racionalismo funcionalista de los estilos
internacionales –movimiento en arquitectura y diseño (1856-1854)- según la cual
―la forma sigue a la función‖. Un funcionalismo tajante relacionado sólo con los
valores materiales, estructurales y utilitarios que favoreció las formas geométricas.
Los principales defensores de esta tendencia fueron Adolf Loos (1870-1933) y
Hannes Meyer (1889-1954), los cuales separaron la arquitectura del arte al
desechar lo emocional y el valor de lo ornamental. En el campo del diseño, el
planteamiento funcionalista de formas geométricas, simples y sin decorar, cristalizó
en lo que se conoce como ―estética de la máquina‖. De ahí, que parte de la
estructura de nuestras escuelas cumplan con este requisito, salones cuadrados,
simples y sin decoración más que la que el maestro proponga a su libre albedrío.
En Colombia comienza a darse un cambio en el diseño de las escuelas e
instituciones educativas durante la década de los 50 del siglo XX, cuando Rafael
Maldonado, estudiante de arquitectura de la Universidad Nacional de Bogotá,
presenta como tesis de grado, el diseño de una institución educativa, despertando
allí una inquietud sobre la distribución del espacio escolar. (Potes, 2009)
Aparece entonces el grupo de arquitectos colombianos, a los cuales se les
conoce como los ―maestros‖, que inquietan al mundo de la construcción y diseño
escolar sobre las formas, la función, la cultura y la sociedad que tiene un edificio
donde se educa. Es en Bogotá donde a partir de una serie de concursos de
arquitectura se dan las primeras innovaciones en la creación de espacios
educativos.
Según Tozano (2007), ―Un colegio, una biblioteca, un edificio escolar, de hecho
pueden considerarse como currículo oculto‖, (Norberg-Schulz sobre Genius Loci
(Norberg. Schulz, 1988), donde la geografía, el clima, el paisaje, tienen una relación
indisoluble con la historia y la memoria‖.
Según Salmona ―La arquitectura es una re-creación‖. El valor de la arquitectura
va más allá de sus efectos sensibles y de su importancia para la historia de la
arquitectura colombiana. La percepción de estos espacios se corresponde con
actitudes, valores sociales y culturales, y por tanto políticos, pues tienen que ver no
solo con las formas de vida actual, sino también con los ideales y las imágenes que
la sociedad construye para sí.
Es evidente que la arquitectura, tiene una influencia en el sujeto, pues él mismo
tiene una estructura, más aún si habita la escuela durante años, vive el diseño, él
no lo construye, se adapta a la estructura física, y de ahí si se construye como ser.
Sería muy interesante desglosar y comprender que si la arquitectura de un salón
de clase enseña, entonces el que piensa, diseña y construye una escuela es
también responsable del acto de educar, pues su obra es la ―habitación durante
años‖ de sujetos que se edifican en un espacio ocupado por el mismo espacio de
su cuerpo, su mente, imaginación y transformación.
En el estudio realizado sobre la arquitectura de los espacios pedagógicos
Egenter, (citado por Álvarez 2007) observa cómo las estructuras no siempre van
acorde a una función sino a la forma entre ―lo bello‖ y ―el gusto‖, alejándose de lo
significativo que es un buen espacio. Aunque la arquitectura escolar este apenas en
proceso de cambio, hay que reconocer que parte del desarrollo estructural de las
escuelas está aún muy lejos de ir acorde al contexto colombiano, un salón de clase
no debiera ser un cubículo cerrado, no con el paisaje y la naturaleza que posee este
país cuando se edifica frente a barrios marginales o en avenidas cargadas de ruido
producto de un tránsito pesado y de maquinaria industrial; un salón de clase es
donde cada sujeto deja su huella y reafirma en su propia huella.
Se puede concluir que el espacio no es lo que se encuentra encerrado por
límites, el espacio adquiere un significado cuando en él participan sujetos cargados
de emociones, sueños, de historias vividas y por vivir, lo que rodea a un salón de
clase cumple una función silenciosa, armoniza o desarmoniza, construye o bloquea
un posible aprendizaje.
Sería interesante preguntarse, ¿dentro de la educación, se tiene en cuenta lo
que enseña el espacio? Y si es así, ¿entonces, porque la escuela en su estructura
física, no va más allá de cumplir con el solo requisito de existir como ente de control
sino como lugar que direcciona la vida de los sujetos? ¿qué tan lejos o cerca nos
encontramos los maestros de darle una mirada resignificadora al espacio escolar y
por ende actuar sobre el mismo antes de planear una clase, es decir, porque no
planear el espacio que habitaremos entre x o y tiempo?
4.2 Los habitantes del espacio escolar
Para el desarrollo de este trabajo, tomaré dos habitantes, el niño y la niña de
básica primaria y el maestro del mismo nivel, pues la propuesta del bibliobanco toca
directamente a estos dos actores sociales, mirando cómo en su condición de
sujetos, interpretan, crean, juegan y participan en conjunto de otra forma de recrear
el aprendizaje.
El espacio escolar nos permite socializar y crecer en relación con otros pares
que de igual manera están construyendo su historia, puesto que al transitar por
espacios compartidos se pone en común muchos de los comportamientos que
vienen del contexto exterior a la escuela, lo que hace que al comunicarlo con los
otros o con el otro se pueda ratificar, modificar o extinguir pensamientos, ideas y
acciones.
Según algunas definiciones, los seres nos hacemos sujetos a través del otro, lo
que en términos de Martínez, (2008) ―cada uno de los sujetos adquiere su identidad
en relación con el otro. Sin embargo cada uno de ellos ha nacido siendo uno y
solamente ha adquirido su identidad en la relación con el otro, consiguiendo así
mismo una determinada posición en la sociedad‖
Realmente somos únicos al nacer, sin embargo nos construimos en la medida
en que nos relacionamos, tomamos elementos del contexto, los adoptamos e
interiorizamos para poder participar en un círculo social que de alguna manera nos
pone en un lugar según ciertos criterios que los mismos sujetos hemos concebido
como aceptados, independiente de qué tan valederos sean o no, pues muchos de
ellos tienen que ver con intereses de carácter político, ideológico y cultural.
En uno de sus apuntes, Savater (1991), anota que para que un sujeto se
convierta en humano, no debe estar solo; para hacerse humanos hay que estar en
proximidad los unos con los otros, y es ahí cuando por medio de los sentidos se
logra leer el mundo a través de los ojos de los padres o de los que prestan atención.
Es una mirada que contiene amor, preocupación, reproche o burla: es decir,
significados. Y que nos saca de nuestra insignificancia natural para hacernos
humanamente significativos‖ (Savater, 1991). Los seres humanos estamos
relacionándonos con todo, leemos como se había nombrado anteriormente, a través
de los sentidos, nos hacemos una idea de las cosas, pero esa idea toma forma en
la medida en que pone se en común con el otro, es decir, un pensamiento aislado
sin entrar a ser observado y estudiado por otra persona, se queda estático, no sufre
transformación, no se pule o se modifica, por lo tanto no queda al servicio de la
comunidad. Según Focault (citado por Martinez, 2011) podemos decir que el
individuo siempre ha estado sujetado por diversas formas de saber y poder desde
donde se le anticipa una condición de sujeto y se le monta todo un dispositivo que
mirado como ―la verdad‖ o desde ―la normalidad‖ pretenden instaurar una
legitimidad epistemológica y una mirada panóptica que declara lo que se puede y
lo que no se puede en una formación social dada. (Martínez 2011) Los sujetos
escolares, como se anunció anteriormente, llegan a la escuela con un dispositivo
de conocimiento que se encuentra dado por el contexto familiar, barrial y religioso
en algunos casos, de ahí que muchos de los comportamientos entran en una
dinámica de lo que se puede y no se puede hacer, esto para ―facilitar una armonía
social‖.
Hasta hace no mucho se pensaba que el niño llegaba a la escuela para ser
instruido en todos los campos, incluso había que enseñarle a pensar, hoy se ha
reconsiderado esa idea, por suerte muchos pensadores, filósofos, socio
antropólogos y pedagogos, han identificado que los seres humanos aprendemos
constantemente, todo lo que se nos presenta a través de los sentidos, genera una
modificación en la forma de pensar y de sentir, así que cuando un escolar llega al
salón ya tiene todo un repertorio de conocimiento y saberes, además ya ha
experimentado una forma de socializar.
Cuando el niño llega a la escuela, comparte con otros pares lo que sabe y
conoce, crean sus propias reglas en la medida en que se relacionan con otros
pares, se acercan o alejan de otros según afinidades, se destacan entre ellos
por temperamentos, se confrontan constantemente entre unos y otros ciertos
patrones de liderazgo, determinan actitudes o conductas a seguir o a desechar
según sean llamativas, definiendo que espacios son más agradables o
desagradables.
En mi interacción permanente que tengo dentro de la escuela con los habitantes
escolares como docente, veo cómo los niños y las niñas, por lo general, buscan
espacios llamativos, innovadores, disfrutan de lo que rompe con la rutina, son
curiosos por naturaleza, cuando algo les llama su atención, buscan explorarlo por
sí mismos. Es por eso que hay que resignificar el espacio dentro de la escuela, y
más el de un salón de clase donde pasan gran parte de su tiempo y de su vida
escolar. No se puede pretender pensar en mejorar la calidad educativa sino se actúa
sobre cómo hacemos de la escuela un lugar para habitar. Dilthey (1994) considera
que la estructura de la vida mental del ser humano es el sentido y éste no se puede
explicar causal y científicamente, sino que se debe entender a través de la
empatía (Verstehen). El mundo del significado social para Dilthey se encarna,
pues, en la historia (Dilthey, 1994)
Cada que un ser humano mira, escucha, toca algo, hace un imaginario que
introduce en sí mismo para participar continuamente de un aprendizaje, llevando
esto a una acomodación de nuevos saberes. Según el agrado o desagrado que
producen ciertas experiencias durante esos aprendizajes, el sujeto puede
apropiarlas a su historia de vida o eliminarlas.
La escuela no es un espacio sólo para transmitir conocimientos, es un lugar
donde se puede interactuar con el otro, reconociéndolo, participando en la
construcción de conocimientos, conviviendo democráticamente. (Melero, 2011). En
la medida en que nos relacionamos dentro de la escuela, reconocemos que estamos
acompañados y que esa compañía despierta emociones, sentimientos, solidaridad,
por lo que puedo pensar que el espacio escolar es propio para humanizarnos. Y al
humanizarnos nos preparamos para vivir y comprender el medio que no rodea,
recreándolo y transformándolo. De esta forma la escuela nos debe permitir soñar
con otros mundos posibles, prepararnos para vivirlos y la pedagogía debe ser
quien nos plantee los principios que nos dirijan hacia este camino, permitiéndonos
plasmarlo a través del currículo. Pero ello tiene que llevarnos a generar
comprensiones y establecer relaciones frente a una serie de términos que nos
permiten desarrollar la práctica docente: educación, pedagogía y currículo. (Acosta,
2012)
Cuando un niño o niña hace un dibujo de manera libre, representa a través de
gráficos lo que vive, cómo lo vive, quiénes son importantes para ellos y ellas, incluso
lo dimensionan a través del tamaño para contar que tan cercanas son las personas
y las cosas, todo esto porque somos seres afectuosos. Lo mismo ocurre cuando se
les solicita que dibujen su escuela y el lugar donde viven con su familia, por lo
general parten de figuras planas, incluso cuando están en el campo, pues si bien la
arquitectura colombiana en su mayoría es cuadriculada, sería interesante
preguntarnos ¿el pensamiento tiene esa forma o somos nosotros quienes le
damos forma en cuadrícula? ¿Será por ello que a veces somos cuadriculados para
pensar el espacio que habitamos?
Los niños y niñas se hacen sujetos dentro de la escuela cuando se relacionan
con el contorno, con el color con el espacio, con el orden y la distribución de los
implementos de clase, con el manejo del tiempo, con el momento para ir al baño y
para alimentarse, por eso se construyen, aprenden la regulación y el control,
aprenden a saber lo que es permitido socialmente y lo que no.(Jackson, 1965)
Cuando el maestro diseña un espacio escolar, puede que no lo haga desde una
estructura física, pero si desde el interior del salón, porque hay que reconocer que
el constructo de sujeto infantile, dentro de este, se libera o se ata según lo
aprende a través de sus sentidos y más aún cuando hay una permanencia en un
sitio.
Los seres humanos nos apropiamos de los espacios, les damos vida, creamos
un ambiente de seguridad por el solo hecho de saber que es mi salón y no otro.
El salón genera en cada sujeto escolar su lugar y posición dentro de un medio
social escolar, el salón de 2°, no es 3° ni 4°, porque en su salón está su profe, están
sus pares quienes se convierten en grupo social primario dentro de la escuela. Esto
genera de alguna manera cierto nivel de protección. Cuidar y ser cuidado es una
necesidad básica humana.
Cuando los niños y niñas son recibidos por un adulto y por compañeros que
comparten grados de desarrollo similares en cuanto a lo cronológico y mental,
genera en el estudiante una sensación de bienestar, tiene el respaldo del otro,
cuenta con atención y se ayudan en un momento determinado. Las relaciones que
se dan dentro de un salón de clase permiten generar confianza en uno mismo y en
los demás. Estas relaciones permiten apreciar cómo se es capaz de cuidar a otros
y cómo los demás son personas confiables que cuidan de nosotros. Es decir, las
relaciones de cuidado contribuyen a la construcción de confianza en una
sociedad. (Chaux, 2000)
El otro actor que hace parte de esta sistematización y, que hoy en día se debate
entre polémicas, pues la sociedad en general le ha atribuido una serie de tareas que
tienden a confundirse con el rol familiar, es el maestro, docente, educador o
profesor, como se le ha llamado en muchos lugares. (Inclán, 2000)
Para hablar del maestro como sujeto, debo partir de lo que yo he vivido como
maestra, si hiciera un recuento muy breve desde el momento que escogí la docencia
como profesión, diría que mi primera inspiración me la dieron los maestros que tuve
desde primaria, fueron ellos, los maestros, un modelo a seguir, ver cómo sabían
de todo, cómo los demás niños y niñas se relacionaban entre sí, además cómo yo
aprendía, entonces decidí que quería hacer eso, todo lo anterior aunado a un
espíritu de solidaridad y amor por la práctica de enseñar.
Con todo eso y lo que mis maestros de universidad luego me enseñaron,
recuerdo que cuando llegué a un salón de clase por primera vez, quería salir
corriendo, p u é s nunca me habían enseñado a manejar dificultades en el
aula, porque el saber cómo se resuelven conflictos en el aula es una cosa que se
aprende mediante la práctica y la experiencia que se teje con el tiempo, con la
interacción permanente con la vida escolar. Sin embargo mi empeño era más
fuerte que mi desilusión por no saber atender de primera mano cuando un
estudiante no quería estudiar, no deseaba atender, peleaba sin razón alguna
con otro o porque yo no lograba impactar en él algún tema en especial, pero
además de maestra era un sujeto con sentido común y con aprendizajes que
me indicaban cómo atender esas dificultades o por lo menos cómo investigar y
estudiar para hacer de mi labor algo más divertido.
Cuando llego a la institución donde creé el bibliobanco, me encuentro con
docentes de diferentes áreas y niveles, algunos tecnólogos en educación, otros
licenciados en básica primaria con énfasis en x o y asignatura (ciencias naturales,
ciencias sociales, matemáticas etc.), auxiliares infantiles y otros ingenieros químicos
y administrativos ajenos a la formación pedagógica pero, que hacían parte del
gremio de maestros, entonces me preguntaba, ¿quiénes estamos participando en
la constitución del sujeto escolar?
Para Martínez (2005), los argumentos del mercado han sustituido, las
orientaciones humanistas de los modelos educativos y la correspondiente formación
por competencias, para formar individuos funcionales, para responder a las
demandas del mercado, han desmejorando notablemente el arraigo social, que
según Zemelman (citado por Martínez 2002, p.5),‖ la ausencia de una memoria-
utopía, en el desconocimiento del contexto y de las realidades sociales presentes;
con lo cual el sistema ve al maestro como objeto y no como sujeto‖. Se puede decir
que el maestro se convierte en objeto, es movido a para attender a situaciones
ajenas a su rol, según la necesidad que muchas veces tienen entes de poder, es
decir, se sabe que los maestros, a través de sus prácticas pedagógicas ejercen
influencia sobre los sujetos de la escuela que luego pasaran a ser adultos que
mas tarde apoyarán las decisiones de quienes ejercen poder.
En muchas oportunidades el maestro termina preparando clases para las que
realmente no está capacitado, ya que su saber específico a veces es otro, pues
para ello ha hecho una carrera con profundización en algo, es decir, realiza y
organiza clases de otras disciplinas diferentes a la suya.
Con lo anterior pretendo demostrar que parte de la estructura interna de una
institución no siempre analiza las capacidades de algunos maestros para dar sus
clases, sino que más bien orientan el trabajo para suplir una necesidad por
ausencia. Hay momentos en que los maestros permitimos atender clases para lo
cual no estamos preparados, pues no es de nuestra competencia, esto crea de
alguna manera un estrés ante la labor diaria que se lleva a cabo en cada institución,
o sea, hay maestros que dan clase de ciencias sociales sin haber hecho un énfasis
en dicho tema, desde ahí se da ya una falla en el sistema, además que el maestro
sigue haciendo cosas que no deberían ser.
Claro está que también se puede ver como una oportunidad de ampliar los
conocimientos por parte del profesor y, por qué no, desarrollar una habilidad, a tal
punto que en muchas ocasiones la pasión por enseñar lo convierte en un gran
exponente a nivel académico y práctico pedagógico.
Cuando un maestro se especializa en algo dentro de la pedagogía, es alguien
que hace grandes aportes dentro de una institución; de alguna manera su
preparación lo lleva a hacer resistencia ante situaciones que a veces tienden
a perder el norte, a confundir su rol. Esta preparación cada vez más
especializada, hace que el maestro no sólo aporte a la comunidad pedagógica
sino que logra cumplir a cabalidad su tarea de educar dentro de una escuela.
Sin embargo, cuando la situación es contraria, estamos capacitados para
atender a temáticas y saberes que son el fuerte, si así podríamos decirlo, entonces
nos degustamos a la par con los estudiantes eso que estamos presentando ante un
grupo. Repasamos contenidos, buscamos estrategias y dinámicas de trabajo para
que los estudiantes se motiven con el o los temas de la clase.
En la actualidad se ha venido desarrollando una serie de capacitaciones para
los maestros, pretendiendo organizar prácticas pedagógicas equivocadas, sin
embargo la sustentación no es muy clara. ―Desde la capacitación se concibe al
maestro como mediador, facilitador, administrador de procesos o de modelos
curriculares, sin pensar en el maestro como sujeto activo que pone en juego una
cantidad de relaciones de enseñanza a través del lenguaje, con el conocimiento, la
cultura, el pensamiento etc., como un sujeto de saber, se trata que el maestro a
través de su función supere y trascienda la condición de operario a la que ha sido
reducido‖. ((Bernal, 1995)
Algunas imágenes construidas sobre el maestro en Colombia, dan cuenta de
cómo hay nominaciones que lo desdibujan como tal, una de ellas es la de
―trasmisores‖ de valores y conocimientos, esto impuesto por una sociedad de
consumo que busca proyectarse a través de las generaciones. Se le ha llamado al
maestro de múltiples formas como trabajador de la cultura, apóstol, líder social entre
otros, que lo único que buscan es mostrar una imagen de un sujeto subordinado
pero que se le viene exigiendo el cumplimiento de grandes responsabilidades y de
ejecución de tareas heroicas. (Martínez y Álvarez, 1999).
Barriga (2000), expone a través de un informe, cómo el docente está
condicionado en cierta parte por las leyes y la política educativa que cada país
promulga, donde debe seguir unos parámetros para ejercer su profesión de
maestro. El Estado, organiza las reformas educativas para establecer elementos
que buscan orientar las políticas de educación donde intervienen componentes
internos y externos a la realidad social y educativa de un país. (Barriga, 2000)
En la década de los ochenta, en algunos países de América Latina, se
promulgaron una serie de reformas a la educación en el marco de un nuevo
contexto nacional e internacional donde la crisis económica, el ascenso a nuevas
relaciones entre la política y la economía, donde las teorías económicas y de
mercado, las relaciones comerciales y el auge de las tecnologías de la
comunicación (internet) han globalizado la socialización sobre la educación,
generalizando indicadores, conceptos y mecanismos que promueven el desarrollo de
la educación. (Espinosa I. y., 2000)
A finales del siglo XX, se establecen reformas educativas en la que se dan unas
metas comunes como: calidad en la educación, resultados óptimos y medibles,
equidad en la educación, ampliar el sistema de información a padres, alumnos y
sociedad acerca de los resultados escolares, reorganizar contenidos que hacen
parte del currículo. (Espinosa I. y., 2000)
De forma indirecta algunos organismos internacionales han tenido que ver con
las reformas educativas donde se han asumido nuevas perspectivas de la para
lograr cambios intencionadamente en el sector, para ello es necesario modificar los
mecanismos de desempeño de los que están en condiciones de hacer una
práctica pedagógica, como son los docentes, para llenar de significado a una
reforma (Inclán, 2000)
Las reformas educativas son proyectos cuyos resultados se observan a mediano
plazo, por lo tanto los efectos de la misma no son tan inmediatos como el sistema
desearía. Tener en cuenta esta perspectiva es fundamental, si entendemos que
los proyectos de reforma educativa en general han dejado ausente la dimensión
pedagógica, pues son concebidas por instancias que parten de otra concepción y
de otro trato diferente al docente. (Espinosa I. y., 2000)
El maestro además de contar con una preparación teórica, argumentativa e
intelectual para dar sus clases, debe aplicar competencias, que El Ministerio
Nacional de Colombia, presenta a través de la Guía 31, expedida mediante el
Decreto de Ley 1278 de 2002, donde es tab lece que todos los docentes y
directivos docentes deben ser evaluados, primero para poder ingresar al servicio
educativo estatal en el que se demuestren aptitudes, competencias, condiciones
de personalidad, relaciones interpersonales y experiencia para desempeñarse
como educadores en el sector público. Además la carrera docente debe tener una
evaluación permanente donde se aplican tres tipos de evaluación: una que se da
como período de prueba después de cuatro meses de servicio, la otra es la
evaluación de desempeño que se da una vez superado el período de prueba y se
lleve tres meses laborando para ponderar el grado de cumplimiento de sus
funciones y responsabilidades; y la tercera es la evaluación de competencias para
ascender de escalafón o subir su nivel salarial.
Una competencia es definida en la misma Guía 31 de la siguiente manera: se
puede definir como una característica intrínseca de un individuo (por lo tanto no es
directamente observable) que se manifiesta en su desempeño particular en
contextos determinados. En otras palabras, una persona demuestra que es
competente a través de su desempeño, cuando es capaz de resolver con éxito
diferentes situaciones de forma flexible y creativa. Desde este punto de vista, es
posible afirmar que el desempeño laboral de una persona (nivel de logro y
resultados alcanzados en determinado tipo de actividades) es una función de sus
competencias. (M.E.N, 2002)
Además de lo anterior el maestro debe atender a grupos numerosos, realizar
una cantidad de actividades dentro de un salón de clase, y no es sólo enseñar o dar
temas para ser estudiados, pues él regula dentro de una discusión quién tiene la
palabra y quién debe esperar el turno, además debe controlar el tiempo, concretar
las ideas para que no se repitan respuestas o pensamientos expuestos por los
estudiantes, requiere contar con habilidades para la escucha y la atención, pues
es | quien orienta en una discusión lo que se dice, quién lo dice y cómo lo dice;
el maestro también sirve de organizador del espacio, y como los recursos son
limitados, éste debe por lo que debe distribuirlos juiciosamente (Jackson, 1965), de
alguna manera es quien organiza todo lo que vive dentro de un salón para
estrucuturar las distintas actividades, además de conformar una dinámica de
trabajo para los que habitan un salón de clase diariamente.
El maestro debe seguir unas reglamentaciones, debe cumplir un tiempo y un
horario, a esto último se debe a una directiva ministerial del 26 de marzo de 2003
donde dice:
Teniendo en cuenta que el tiempo que dedican los estudiantes al desarrollo de las
actividades escolares con el apoyo de sus docentes es un factor fundamental para
el mejoramiento de la calidad educativa, el Ministerio de Educación Nacional solicita
a los secretarios de educación que garanticen el cumplimiento de las cuarenta (40)
semanas lectivas previstas en la Ley General de Educación. Con tal propósito, hace
las siguientes aclaraciones sobre la aplicación del Decreto 1850 de 2002 dice:
1. Tiempo de la jornada laboral en los establecimientos educativos. El Decreto 1850
de 2002 establece que, como parte de su jornada laboral, todo el personal docente
de Educación Preescolar, Primaria, Secundaria y Media debe dedicar un mínimo de
treinta (30) horas semanales al cumplimiento de la asignación académica y
actividades curriculares complementarias en los establecimientos educativos
estatales.
2. Tiempo restante de la jornada laboral. El tiempo restante de la jornada laboral
puede cumplirse fuera o dentro del establecimiento educativo en desarrollo de
actividades curriculares complementarias. El rector o director puede solicitar un
informe mensual de la dedicación del tiempo comprendido en la jornada laboral, que
desarrollen los docentes fuera del establecimiento educativo. Como parte de planes
de trabajo acordados con el personal de la institución para el logro de los objetivos
del PEI, también puede el rector o director convocar ocasionalmente a los docentes
para realizar actividades institucionales, tendientes a la integración de la comunidad
académica o para la atención de actividades especiales de carácter cultural o
recreativo.
De manera simultánea al horario, el maestro debe entregar según calendario
escolar unos documentos como los son el diario de campo, la planeación, el
programa de su asignatura, asentar unas calificaciones, realizar actas de evaluación
y promoción y otras actividades más.
El maestro se desempeña como profesional en el área pedagógica, también es
un sujeto que se construye inconcluso, es más aún, participa e interactúa durante
una jornada laboral con varios contextos; el de los colegas maestros, el de los
educandos, el de los padres de familia y el suyo propio. Lo que deriva en el
constructo permanente y continuado de sí mismo como sujeto, pues como se
expone en uno de los textos de Freire (1994), ―no somos seres determinados sin
embargo nuestra condición de seres inconclusos, inacabados e incompletos, nos
hace seres condicionados‖. Ser inconcluso e inacabado lo interpreto como aquello
que no es estático, somos seres humanos que estamos en movimiento continuo,
es por eso que de igual manera se aprende en todo momento y, en la medida en
que hacemos contacto con el otro y lo otro nos vamos re-diseñando.
El maestro se rediseña a diario, pone en la mesa de la vida su condición de
sujeto, que aunque tocado y modelado por aprendizajes culturales, también hace la
tarea de reorganizar sus saberes y prácticas. El maestro es aprendiz permanente
además que se convierte en un organizador de aprendizajes y de conocimientos
(Gadotti M, 2007)
El maestro de esta experiencia lo podemos presentar de dos maneras; el
maestro que tiene un tiempo cumplido de trabajo, más de 20 años de servicio, y el
maestro que está haciendo su camino, 7, 4 años de servicio. Ambos, aunque son
maestros, sus teorías, sus estrategias y su forma de concebir la escuela está
marcada por las épocas, no se puede ocultar que la pedagogía ha mostrado
cambios significativos a través de los años, pues si bien los conceptos de niño, de
metódica y de escuela son bastante distintos a los que se planteaban hace unas
décadas atrás.
A pesar de lo expuesto en las líneas anteriores, el maestro de hoy que apenas se
está construyendo en las aulas, tiene una condición más liberal para realizar
cambios dentro de la clase, tiene otros elementos que se evidencian en sus
prácticas pedagógicas, es un sujeto que viene impregnado de tecnología, de
cambios mentales, le ha tocado transformar su realidad a partir de la realidad del
otro, si bien el maestro era mirado como aquel amo y señor del conocimiento, hoy
es el administrador de unas prácticas escolares que invitan a que los estudiantes
construyan sus propios saberes.
Lo que aprendemos depende del aprendizaje. Estamos programados para
aprender, pero lo que aprendemos depende de la comunidad de aprendizaje
(Gadotti M, 2007) Las personas plasmamos lo que somos en otros, se aprende de
lo que se vive, las cosas toman importancia en la medida en que agregan un valor
y sentido de nuestra existencia.
El maestro en su saber y su práctica se ha construido a través de la regulación,
normalización y estandarización promulgada a través de acciones políticas de
estado. (Díaz, 2006) Cómo se dijo en unas líneas anteriores, los maestros son de
alguna manera el resultado de un sistema donde ellos mismos fueron sujetos
formados dentro de organización que ahora tiende a replicarse, no de igual manera,
pero si existe una influencia condicionante.
Como sujetos comprometidos con la acción educativa y pedagógica, según la
mirada racional instrumental, están desprovistos de la capacidad de sentido social,
pues lo que le interesa a una sociedad de control es el dato y la estadística (Deleuza,
1991, citado por Díaz, 2006)
Según Díaz (2006, p.99) la restricción permanente y la regulación controlada del
sujeto a partir de este tipo de interés operan como estrategias constrictivas de la
capacidad de ser, es decir, de la posibilidad de hacerse y recrearse existencialmente
como sujetos ubicados en la historia. Defendemos en momentos verdades que al
fin de cuentas es el resultado de lo que nos han mostrado como única verdad sin
tener la posibilidad de pensar en otras opciones.
Para explicar mejor lo anterior me detendré en explicar cómo lo intereses de la
racionalidad instrumental se encuadran en las lógicas del mercado que mecanizan
e instrumentalizan a los sujetos con la intencionalidad de que se dé la producción-
consumo (Martinez, 2006). La calidad educativa tiene unas bondades, sin
embargo yo me preguntaría si ese instrumentalismo tras la espera de
resultados basados en estándares puede en algún momento ser un pretexto para
mercantilizar a la educación.
Cuando al maestro lo han reducido en su profesión y en su ser, es porque lo
único que pretenden ver en él es un sujeto eficientista y cuantificador; además de
que invisibilizan su acción como agente social y cultural, y lo referencian como un
productor empírico y material de lo educativo. (Díaz, 2006)
Hay otras miradas donde presentan al maestro como generador de tejido social,
como agente cultural con un alto compromiso social y moral (Mclaren, 2003, citado
por Díaz, 2006, p. 99) De alguna manera el maestro de hoy busca hacer un trabajo
emancipatorio, como muestra está el que se hizo durante la experiencia de re
significar el espacio dentro de una escuela utilizando el bibliobanco como pretexto.
Así como se re significa un espacio también hay que re significar la figura del
maestro donde se reconoce como un ser social, cultural y transformador, lo que lo
ubica dentro de un espacio de creatividad y de pro actividad en el que su potencial
intersubjetivo social genera significados y sentidos arraigados en el mundo de la
vida.(Díaz, 2006)
El perfil del maestro tiene una historia, a él se le ha considerado como un sujeto
con unas características muy especiales, los padres de la Iglesia, de San Agustín a
Tomás de Aquino, dejaron diversas reflexiones sobre el maestro. Estos dos últimos
autores sostuvieron una cosmovisión de la docencia como apostolado, proyectando
una identidad profesional cercana a una tipificación de «prototipos de hombres» —
modelo ideal— que de alguna forma aún tiene cierta repercusión en nuestros días.
(Espinosa, 2001) El modelo que exponían los padres de la iglesia tenía que ver
con el contexto social de la época, hoy un maestro es un sujeto que orienta y dirige
actividades de conocimiento dentro de una institución educativa, que se permea
continuamente con su quehacer pedagógico, el modelo no es la de un ser
perfecto, sin embargo está llamado a introyectar hábitos, habilidades y destrezas
para ser un puente entre sus alumnos y los diferentes saberes.
Hay situaciones que los maestros deben que sortear a diario, sobre todo
cuando se presentan casos de abandono y de maltrato hacia los niños y las niñas,
lo que genera a veces lazos afectivos que en algún momento se tienden a confundir
con el rol afectivo de la familia. Para ello, debemos mantener cartas bajo la
manga que apliquemos para ubicar a nuestros alumnos y ubicarnos nosotros
mismos.
Para Escobar (2007), la manera histórica como hemos entrado en la lista de los
del Tercer Mundo, es decir en la lista de la pobreza, nos permite entender por qué las
familias de hoy han entrado en una carrera loca de adquisición de bienes, a tal
punto que el trabajo es primero que la vida misma. (Escobar, 2007) Socialmente
hay una realidad, producto de un medio de mercadeo y consumismo que lleva a las
familias a participar de una carrera laboral a tal punto que la mayoría de los
estudiantes de básica primaria se encuentren solos y con poco acompañamiento.
Esto se ha convertido en una tarea más para el maestro, crear estrategias para que
los niños y las niñas resuelvan sus deberes escolares dentro de la escuela, pues en
casa no hay quien acompañe el cumplimiento de éstos o, en su defecto cuando en
medio de la desarticulación familiar, se pretende ver al maestro como sustituto de
esa familia.
Una vez más el maestro se queda sujetado a la condición social y las exigencias
laborales del estado. El ideal de ser maestro es no ser ideal, es ser ante todo un
sujeto que aprende a la vez que enseña, que escucha y se escucha a través del
otro. Es bueno tener en cuenta que la actividad docente se conformó a la par de la
estructuración de los sistemas educativos. Los didactas de la Reforma y la
Contrarreforma, a partir de Comenio, establecieron que la actividad docente se
Inició con un modelo de actuar apoyado en técnicas de trabajo en el aula. El docente
como tal recibe una formación para enseñar, y por ello tendrá un contrato.
(Espinosa, 2001)
Dentro de la organización del estado en la actividad escolar está la de realizar
proyectos, donde el docente recibe una serie de indicaciones para ejecutarlos,
incluso ya viene de manera predeterminada el resultado esperado, si esto no ocurre,
el proyecto no tiene sentido.
Como Estrategia de la Política de Calidad Educativa, el Ministerio de Educación
Nacional contempla la formación para la ciudadanía mediante el fortalecimiento y
expansión de los programas pedagógicos transversales del programa de
competencias ciudadanas. Los Proyectos Pedagógicos, se encuentran
establecidos en el art. 14 de la Ley 115 de 1994, para ello los maestros deben
diseñarlos, ejecutarlos y evaluarlos, además de sistematizar con evidencias las
actividades propuestas para el desarrollo de los proyectos.
Para Jackson (1992), ―los conceptos de enseñanza y aprendizaje están
relacionados‖, aunque no es suficiente, con que el maestro conozca las teorías de
aprendizaje, el maestro debe según las situaciones, dar respuesta. Cuando se
trabaja con sujetos con características muy particulares, no se puede pretender que
todo un grupo asimile y aprenda de igual manera, es así como el maestro debe
sortear permanentemente con esta realidad.
El maestro tiene a cargo un número de alumnos, en el caso de Colombia, en
el sector público, ese número oscila entre 35 y 40 estudiantes, todos con
capacidades y condiciones para el aprendizaje diferentes, con varias áreas
académicas bajo su responsabilidad. (Jackson, 1992). El profesor está activo
mentalmente tanto dentro del salón de clase como por fuera de este, no puede
prever a ciencia cierta lo que va a ocurrir dentro de sus clases diarias en el proceso
educativo de sus estudiantes. El rol del maestro no acaba cuando finaliza la
jornada escolar, su tarea es acercar a sus estudiantes a mundos posibles que los
acerquen a la emancipación propia y dejar de lado lo que los sujeta a los
condicionamientos de consumo y de falsas verdades del mercado.
4.3 La naturaleza muerta, una expresión de mundos posibles
He querido tener en cuenta esta categoría, porque la creación del bibliobanco
presenta además de una organización de espacio y de materiales, una decoración
intencionada con pinturas de elementos marinos y de naturaleza vegetal, aunque a
simple vista son dibujos pintados y plasmados en la pared, lo que comúnmente
denominamos mural, tiene una historia, pretende ambientar y marcar la diferencia
en relación con el salón de clase comúnmente habitado por los estudiantes y los
maestros de una escuela pública. Quería que los habitantes de la escuela vieran
plasmado en las paredes lo que no tienen en forma directa en su ambiente escolar,
poder crear una comunicación con ellos, que supieran que ese espacio era especial,
era una invitación a darle significado y libertad a su imaginación.
Para comprender el término de naturaleza muerta haré un breve recuento
histórico sobre dicho término, pues la idea es acercar a los lectores de este trabajo
a lo que el arte puede generar en un sujeto.
Althusser (1966), sostiene que el arte nos deja ver, sentir la ideología de la cual
emana. Puedo interpretar eso de la siguiente manera: las personas exponemos a
través del arte, el cómo interpretamos y hacemos lectura de lo que se nos presenta
a través de los sentidos y cómo lo interiorizamos, como lo adoptamos para
transformar nuestra propia existencia
―El arte es expresivo donde desde él habla, mediado subjetivamente, algo
objetivo: la tristeza, la energía, el anhelo‖. Más que esos sentimientos, su modelo
es la expresión de cosas y situaciones extra-artísticas. En ellas ya se han
sedimentado y hablan los procesos y las funciones históricas‖. (Adorno, 1970)
La expresión artística que no se queda en su instante, parte de una inspiración y
se materializa a través de la obra donde da cuenta de algo que ya es parte de
cada historia de quien la realiza y de quien la interioriza.
Este término, el de naturaleza muerta, viene desde la composición pictórica que
representa objetos inanimados, es un género que parte de la abstracción, es una
fuente de inspiración para los artistas. Se generalizó el término de naturaleza muerta
en el siglo XVIII, aunque realmente se daba desde hacía dos siglos atrás con el
nombre de ―vida silenciosa‖; en España se conoce como ―bodegón‖ (Schifferer,
1955)
Los temas son variados, sin embargo para esta experiencia tomé, flores, hojas,
peces, burbujas, ramas y plantas de mar.
Las flores es uno de los grandes temas de la naturaleza muerta, está ligado al
concepto de belleza efímera y vida breve además de convertirse en una simbología
romántica. Con la pintura de flores se representan atmósferas, sensaciones,
sentimientos y serenidad. (Schifferer, 1955)
Los animales es otro de los grandes temas de la naturaleza muerta, de alguna
manera el ser humano se maravilla al ver los colores, los movimientos y lo cercano
que son, además de necesarios. (Molano, 2012). El arte plástico tiene un
significado, una inspiración, un sentimiento para el que lo realiza, permite ser leído
e interpretado sin centrarse en una verdad absoluta, es libre. Esta rama de la
pintura se sirve normalmente para el diseño, el cromatismo y la iluminación
buscando producir un efecto de serenidad, bienestar y armonía.
Realmente parte de la intencionalidad que yo tenía al hacer dentro del salón una
pintura que estuviera ambientando todas las paredes internas del espacio, era
generar en los habitantes escolares la sensación de calma, de alegría de
ensoñación. Además como una forma de recrear otro paisaje diferente al que se
contempla dentro de la institución.
De igual manera, mediante este trabajo, trato de describir cómo el espacio y su
ambientación tiene una implicación para el aprendizaje, o sea, cómo facilita en el
sujeto escolar una disposición más motivante. De igual forma también acercar a los
habitantes, tanto estudiantes como maestros y maestras a acercarse al arte
pictórico como parte fundamental dentro de la escuela.
Así, como los niños y niñas del grupo de Procesos Básicos, pudieron organizar
los textos del bibliobanco por medio de las imágenes de los textos y los colores que
ellos tenían, así también puedo concluir que no solo se lee libros, se lee contextos,
se lee miradas, se leen las imágenes, se leen las paredes de un salón.
Dentro de la escuela pública se da una característica muy especial en la
decoración de los salones, por lo general el lugar donde se halla el grupo de
preescolar o transición, se encuentra lleno de colores, murales, carteles decorativos
y llamativos, el resto de salones están con carteles simples. Hay que reconocer que
en los primeros grados los niños y las niñas son curiosos, pero eso no significa que
la curiosidad y la capacidad de asombro no existan en los otros niveles de básica
primaria, es como si nosotros como maestros la extinguiéramos después de
preescolar.
Por lo general el área de artes plásticas tiene un tiempo de destinación dentro del
pensum escolar reducido, no es considerada como una asignatura tan importante
como otras que tienen que ver con contenidos y teorías, cuando hay necesidad de
suprimir un espacio pedagógico para utilizarlo en preparación de evaluaciones, se
toma la hora de clase de artística.
Cuando dentro de una institución se fortalece la educación artística en los niños
y las niñas, estos despiertan una sensibilidad ante todo lo que ve, lo que percibe,
lo que palpa, además de ser un creador de formas y contornos.
Así como el maestro se prepara académicamente para la matemática, las
ciencias naturales, el idioma extranjero etc., también debe prepararse para el arte
plástico.
El mundo del arte y la estética es en definitiva una caracterización de cada
individuo internalizada en cómo ve y organiza éste, a nivel exterior es lo que
proyecta a través sí mismo.
Para Habermas, (citado por Morales, 1986), neoconservador que confía aún en
los ideales de la modernidad y que propone como salida la racionalidad
comunicativa, nos será posible, intentar una nueva configuración para las
cualidades estéticas del hombre contemporáneo, desde los ámbitos de la
formación artística y de la vida cotidiana. Solo que deberemos hacerlo,
asumiendo el arte como la comunicación reconfiguradora de lo social, en lo
individual-trascedente del hombre sensible. (Morales, 1986)
A través del arte nos comunicamos. El niño mira antes de utilizar la palabra, la
lectura de imágenes invita a interpretar, a jugar con la fantasía. Es vital reconocer
como la imagen presenta una gran importancia en este siglo, nos encontramos en
un mundo representado por íconos, lo cual se haría difícil de comprender si desde
la infancia no se da el aprendizaje de la lectura de imágenes además de prepararlos
para descodificar los mensajes icónicos del pasado y del presente. "La escuela que
todavía no ha conseguido renovar sus propios paradigmas o modelos culturales,
continúa privilegiando el lenguaje verbal, y colocando en una posición subordinada
el visual" (Socias, 1996, p. 11)
Es muy particular como se privilegia el lenguaje escrito y el verbal, dejando de refilón
la lectura de imágenes, tal vez sea esto una falencia en el sistema educativo, pues
como señalé en líneas anteriores, los educandos de hoy son más visuales, el
contorno habla a través de gráficos, de colores y de formas, entonces de alguna
manera no estamos nosotros los maestros haciendo lectura de los niños y niñas
que llegan hoy a la escuela, leemos sus evaluaciones escritas, los calificamos por
sus resultados a través de un papel que tiene preguntas, pero no sabemos leer su
mirada, su risa, su inquietud, esto como se dijo en los párrafos del ―maestro como
sujeto‖, es porque a los maestros tampoco nos mostraron las bondades de la
lectura de imágenes.
Hay la necesidad de enseñar la peculiar epistemología del arte, capacitando a los
niños y las niñas para su comprensión. No deja de resultar paradójico que
estudiantes de finales del siglo XX que consumen imágenes a todas horas, que
viven en ambientes marcados por la presencia cotidiana de adornos, decoraciones
y objetos de distintas épocas: en la calle, en las viviendas, en los museos..., y que
ejercerán de futuros educadores, tengan una enseñanza artística tan escasa en
todas las especialidades. Es necesario, pues, un replanteamiento del currículum de
la Historia del Arte dentro de las asignaturas obligatorias del título de maestro.
(Hieras, 1998)
El sujeto de hoy se encuentra abordado por una infinidad de mensajes de orden
visual que dan cuenta de algo además que invitan a algo, no requiere de muchas
palabras, la imagen del afiche o de la presentación habla a través de símbolos y
gestos. Los niños incluso aunque no saben leer en forma codificada el nombre de
un juguete o de un comestible, lo identifican por el color, la forma, la distribución de
imágenes y gráficos que hay en la presentación del envoltorio.
Aprender a leer imágenes es de alguna manera lograr desarrollar habilidades para
la observación, la descripción, la interpretación, el jugar con la multiplicidad de
significados que generan en un momento dado las situaciones posibles imaginarias
dentro de un pensamiento.
Arnheim (1962), plantea que existen otras formas de aprehender el mundo basadas
en los sentidos, por ejemplo la vista. El lenguaje nos sirve para nombrar lo que
hemos escuchado, visto o pensado, pero también puede limitar el proceso intuitivo
que está en la naturaleza de la percepción, como ya había apuntado en un texto
anterior: ―Toda percepción está pensada, todo razonamiento es también intuición y
toda observación es una invención‖ (Arnheim 1954). Las imágenes que leemos son
susceptibles a la interpretación, por eso cuando se hace una obra para ser expuesta
al público, en especial para el escolar, estamos dando un mensaje intencionado de
tal manera que permita volar a través de la imaginación.
Así, cuando veo cómo se ilumina el rostro de un estudiante a través de una
pintura en el muro, puedo intuir cómo su atención es dirigida hacia lo
expresivo, a lo imaginativo, no hay reglas ni normas para hacer una idea de lo que
ve y lo que le produce.
Sería muy interesante educar en la percepción visual y artística en los primeros
años escolares. En definitiva, la construcción del pensamiento se inicia con la
percepción, pero para poder acceder al significado de una obra visual es necesario
poseer los instrumentos de lectura, que se deben de aprender de forma gradual,
con anterioridad al enfrentamiento con la obra artística de carácter perceptivo. (Ruiz,
2014).
Cuando hice el mural del bibliobanco, lo pensé de manera que perdurara a
través del tiempo para que ejerciera una influencia provocativa hacia el arte y su
significado.
El maestro de primaria debe tener muy presente la teoría constructivista para
lograr un "aprendizaje significativo" (Ausubel, 1976, p. 6) lo que equivale a decir
que, debe de averiguar sus "saberes previos" entendiendo por este concepto tanto
los conocimientos acertados como los erróneos, los prejuicios, la aceptación o
rechazo...y también, sus destrezas naturales. (Ruiz, 2014)
Cuando hablamos de arte por lo general tendemos a confundirlo con el término
de estética, pero esto no significa lo mismo, aunque hay discusiones sobre la
definición de estética, me ubicaré en las anotaciones que hizo Katya Mandoki
donde expone lo siguiente: ―La palabra ―estética‖ deriva del griego -Aisthetes,
de Aisthanesthai, percepción. Nótese que este término nada tiene que ver con el
arte ni con lo bello sino con la estesis, proceso que caracteriza a los organismos
vivos, en la medida en que los abre al mundo y los dispone a lo sensorial,
cualesquiera que sean sus potencialidades o limitaciones morfológicas. La estesis
es resultado de la condición corporal de cada ser viviente, específicamente de su
condición membranada, porosa (desde la membrana celular a la epidermis, la
retina, el tímpano, la membrana olfativa y gustativa) que nos permite detectar,
tocar, ver, oír, oler y degustar con mayor o menor detalle y complejidad1.
Desde esta condición, y de acuerdo a nuestras posibilidades anatómicas, se
generan la vivencia o sentir la vida (estesis) y el impulso de tender puentes hacia
los otros (comunicar) para compartir la estesis. Percibir y comunicar, como sístole
y diástole, inhalación y exhalación, es el movimiento alternadamente centrípeto y
centrífugo con que se manifiesta el ser vivo. (Mandoki, 1999)
Es importante anotar que hasta hace poco llamábamos a la clase de arte como
la clase de estética, cuando el arte o una obra de arte es la composición que parte
de un sujeto donde desea presentar lo que siente o lo que quiere comunicar a
través de formas, líneas, colores, imágenes, mientras que la estética es la
percepción. Puede ser que a través de una experiencia artística se dé a conocer la
percepción que tiene un sujeto acerca del mundo.
Cuando por ―estética‖ podemos entender una experiencia o una cualidad del
objeto, un sentimiento de placer, al clasicismo en el arte, un juicio de gusto, la
capacidad de percepción, un valor, una actitud, la teoría del arte, la doctrina de lo
bello, un estado del espíritu, la receptividad contemplativa, una emoción, una
intención, una forma de vida, la sensibilidad, una rama de la filosofía, un tipo de
subjetividad, la cualidad de ciertas formas, un acto de expresión, etc. es más que
obvio que la estética como disciplina no ha definido claramente su objeto de estudio.
En unos casos denota ciertas características del sujeto, o efectos en él como los
emotivos o los valorativos. En otros se trata de cualidades de un objeto, de un acto
o del análisis de una práctica social como es el arte, y aún de un período o estilo
determinado‖ (Mandoki, 2006)
Con éste párrafo anterior, pretendo mostrar que la estética no es sólo arte, es todo
lo que expresa un sujeto a través de múltiples lenguajes, donde cada uno está
impregnado de una valoración muy personal, enmarcada por la cultura, la forma de
pensar y de sentir; el arte hace parte de la estética aunque a través del arte se
puede construir una parte de ella en el ser.
―La estética obnubila‖. Oculta el misterio de la fascinación cuyo poder es a veces
tan avasallador que puede transformar radicalmente una sociedad en un lapso
breve. Por eso mismo, el estudio de la estética no tendría por qué seguirse
circunscribiendo a los límites de las "Bellas Artes" o a unas cuantas categorías como
―lo bello‖ o ―lo sublime‖ a las que habitualmente la restringe la teoría tradicional.
Tampoco se reduce exclusivamente a la moda, al diseño, la decoración o las
artesanías y el folclor donde la voluntad estética es bastante obvia. Somos criaturas
susceptibles a este encanto y, en consecuencia, la estética ejerce también un papel
constitutivo en la producción de imaginarios, la legitimación del poder, la
construcción del conocimiento y, sobre todo, la presentación de las identidades.‖
(Mandoki, Prácticas Estéticas e Identidades sociales, 2006)
Los objetos hacen parte de la expresión por lo que se convierten en lenguaje, que
a su vez comunican algo, no importa el lugar, país o ciudad donde se presente, cada
quien le da su significado. En la cotidianidad se le da mucha importancia a la práctica
de comunicación verbal que a su vez es utilizada para materializar lo que se
piensa ante una escultura, una pintura, una imagen. Sin embargo a veces las
palabras no logran comunicar todo lo que implica un dibujo, una pintura, una
escultura, una construcción.
Cuando se hace un dibujo o un pintura, se trata de recrear a través de imágenes
y colores lo que se percibe del mundo en ese momento histórico, pues el contexto,
la emoción y la intención quedan grabadas a través de la obra artística. Dibujar un
muro dentro de un ―salon de clase‖ es abrir la puerta posibilitando recrear el
mundo con otra mirada a la simple y gris que se da regularmente en los espacios de
la escuela. La naturaleza muerta es una forma de utilizar dibujos para plasmarlos en
una pared, que enuncian elementos de la naturaleza o que son producto de la
misma, pero no se mueven sino a través de la mente, aunque son inanimados, si
dan vida a la imaginación, además permiten crear supuestos narrativos,
impresiones, devociones, esperanza.
Cuando un alumno de básica primaria lee una obra de arte, estudia la forma, la
disposición de los elementos expuestos, los colores, sus mezclas, y con ello hace
una asociación con lo que conoce o le da atributos por lo que sabe acerca de lo que
está viendo.
Ha sido muy importante para mí, identificar como en la escuela despertamos a
veces en los niños y en las niñas un desgano por el arte y la lectura del mismo, es
triste cuando me encuentro con estudiantes que lo primero que dicen cuando se
enfrentan a la expresión artística es que no saben dibujar, o que lo que hacen es
feo. También impacta cuando no se dan el ―permiso‖ para colorear con su
sensibilidad sino como alguna vez se les indicó que las cosas debían ser
pintadas, de una manera ya estandarizada. Es ahí cuando reconozco como lo
expresé anteriormente que el maestro debe prepararse para enseñar arte.
Así como enfrentamos a diario en las aulas los problemas de desgano frente al
estudio, al aprendizaje escolar, el rechazo a la escuela, también nos enfrentamos
dentro del salón de clase al malestar que presentan los alumnos al arte, cosa que
no tiene razón alguna pues si hay algo implícito en el ser humano es la estética, la
condición creadora y la capacidad para sorprendernos, admirar y valorar lo que nos
rodea, ¿será la escuela entonces generadora de la desidia artística?
5. RUTA DE LOS FRUTOS PERDURABLES
Después de haber realizado la experiencia de ―El bibliocanco, una estrategia de
resignificación del espacio pedagógico‖, queda la tarea de analizar y evaluar lo que
se logró, lo que quedó grabado en la historia de la institución, del docente, del
estudiante y de la comunidad, ya que el lugar está y funciona dentro de la escuela,
existe y permanece para que siga siendo utilizado, además de que se reconozca
como el espacio que permea en los habitantes de la escuela otros aprendizajes
silenciosos.
De manera concreta presento a continuación cómo en cada una de las
instancias anteriores hubo un impacto de tal manera que logró romper con la rutina
escolar y por la cual se desarrollan nuevos proyectos escolares que se incluyen en
el día a día de la escuela de este sector de Robledo Kennedy, en Medellín.
El solo hecho de que me dieran la oportunidad y el espacio para hacerlo fue ya
un gran logro, además porque los habitantes de esta escuela no estaban
acostumbrados a cambios tan rápidos, de alguna manera la perseverancia y la
convicción de que lo que se estaba haciendo iba en pro del bienestar escolar de
todos, permitió que hoy visualice los frutos, que después de dos años y medio siga
el bibliobanco prestando un servicio que mejora la calidad y la condición educativa
del lugar.
Es importante reconocer como las ideas innovadoras que rompen rutinas y
discursos cerrados tienen eco e invitan a mirar la educación de manera diferente y
a concluir que si se puede. Aunque los
niños y las niñas que iniciaron la experiencia ya no estén en la escuela, sí dejó por
lo menos en ellos la idea de encontrar otra forma de aprendizaje, pues hoy por hoy,
ellos han avanzado en sus estudios con una mirada diferente hacia la escuela, sobre
todo porque era una población estudiantil con un pasado desolador frente a
é s t a .
Para mí como maestra de escuela quedan aprendizajes que han develado
misterios que rondaban en mi quehacer profesional al comprender cuán importante
e impactante puede ser el rol de un maestro ante un público como lo es el habitante
escolar, como lo son los colegas y la comunidad donde se labora.
Los frutos perdurables no sólo quedan dentro de la institución quedan
guardados en las mentes de quienes hemos estado en esta experiencia, hemos
sido objeto de transformación ante la postura cerrada y hermética que se tenía que
los aprendizajes se dan en el salón.
5.1. Frutos de orden institucional
A nivel institucional se dieron logros que van encaminados hacía unas
condiciones favorables para el aprendizaje de la institución pública de básica
primaria donde se encuentra el bibliobanco.
Se organizó la biblioteca escolar a través del sistema de bibliobanco, lo que se
encuentra estipulado en artículo 42 de la Ley 115 de Educación de 1994. En el que
se dice que las instituciones públicas deben proveer a los estudiantes de textos para
profundizar sus aprendizajes.
Se involucró al mejoramiento de la calidad social de las comunidades, por
cuanto se le enlaza a los planes, programas y proyectos de desarrollo local y
comunitario. (Suaiden, 2012) Con esta propuesta se organizó el proyecto de lectura
y de escritura de la escuela.
Se da como la defensa del derecho a la cultura escrita y el derecho a la
información. En efecto, se concibe la biblioteca pública como una institución que
surge por la convicción de que todas las personas, sin distinción de clase social,
nivel educativo, rasgos lingüísticos o credo, tienen la necesidad y el derecho a
acceder a los bienes culturales (por ejemplo, libros, documentos y todo soporte de
conocimiento); por ello la biblioteca pública tiene en sus orígenes, objetivos de orden
democratizador, conectados con la acción y la participación estatal en su desarrollo
y el fortalecimiento local de la ciudadanía.(Suaiden, 2012)
Se da la participación para la formación de los estudiantes de la institución
además de la promoción de las ciudadanías informadas.
Cumple con las funciones de promoción de la lectura, destinadas a contribuir en
la formación de lectores ―críticos y selectivos‖. (Suaiden, 2012)
Repensar pedagógicamente el espacio vacío de un salón, es decir, no destinar
las aulas, cuando no se utilizan para dar clase, a nivel administrativo como salón de
reuniones, guardar equipos o materiales. Tanto que desde las otras sedes iniciaron
propuestas para reorganizar espacios y poder hacer de ellos una estrategia más
para el aprendizaje de los niños.
Se reconoció dentro de la institución al bibliobanco como un recurso esencial,
como elemento clave para la infraestructura educativa e informativa de la
comunidad. Además se reconoce cómo el acceso a internet, estimula la generación
de conocimientos y de aprendizajes continuos. (Biblioteca Pública Piloto, 2007)
Hubo libertad para crear el bibliobanco, lo que me dio confianza como maestra
de la escuela para apropiarme aún más del trabajo planteado. En ningún momento
se me indicó que lo debiera crear bajo alguna directriz, sin condicionamientos, más
cuando estábamos en la mira de una recertificación ante calidad. Especialmente
porque en esta comunidad es inusual que el maestro se apropie de los espacios,
y todo debe de ir aprobado por la parte administrativa.
Incluir dentro del horario de clases de toda la escuela y para todos los niveles,
la hora de la lectura dentro del bibliobanco, convirtiéndose en una propuesta de plan
de mejoramiento continuo dentro de la política de calidad. L o a n t e r i o r
f u n d a m e n t a d o en el Decreto 1850 de 2002 se establece: Artículo 1º.
―Jornada Escolar: Es el tiempo diario que dedica el establecimiento educativo a
sus estudiantes en la prestación directa del servicio público educativo, de
conformidad con las normas vigentes sobre calendario académico y con el plan de
estudios.‖ Artículo 5º. ―Asignación Académica: Es el tiempo que, distribuido en
periodos de clase, dedica el docente a la atención directa de sus estudiantes en
actividades pedagógicas correspondientes a las áreas obligatorias y
fundamentales y a las asignaturas optativas, de conformidad con el plan de
estudio
Incluir dentro de la planeación de cada docente de la escuela, actividades
relacionadas con el bibliobanco o con el material que allí existiera.
Dentro de los documentos que hacían parte de calidad, se incluyó, con código
institucional, tres carpetas, una para la utilización de espacios pedagógicos. Otra
para el préstamo de materiales y la última un control y horario de manera que no se
presentara dos actividades simultáneas
Se creó un libro, el cual tiene por nombre bitácora donde los visitantes pudieran
anotar sus experiencias cuando ingresaban al bibliobanco, además de comentarios
que permitieran luego ser analizados para sostener las cosas positivas y mejorar
las que no se encontraban tan bien.
Cuando la institución se puso como meta que las otras tres sedes tuvieran un
bibliobanco para que los habitantes escolares tuvieran acceso a los textos, esto
generó el que administrativamente lo colocaran como una acción de mejora ante
calidad, y aunque no contaban con espacios físicos, por lo menos si se promovió la
lectura a través de estrategias pedagógicas como llevar los textos al salón, y
permitir dentro de las clases el que los niños y las niñas accedieran a éste.
El utilizar este espacio durante los recreos como otra alternativa de manejo de
tiempo libre dentro de la jornada escolar, presentándose como estrategia
pedagógica para todos los niños y niñas de la escuela. Esto se presentó como una
forma para trabajar desde la mediación de convivencia, en un aparte de las
propuestas que debe hacer el maestro de esta institución para ofrecer momentos
de sana convivencia. Se observa cómo el estar en espacios diferentes al salón
puede prevenir instantes de agresión entre estudiantes.
Se crean proyectos acerca de la lectura, la escritura y el arte, para lo cual este
espacio es inspiración para la comunidad. En convenio con la Universidad de
Antioquia desde las actividades complementarias, se da por medio de un facilitador
para la hora de la narrativa.
Dentro del presupuesto anual de la institución, el bibliobanco se tiene en cuenta
para mejorar y mantener las instalaciones, tal como mejora en la iluminación,
organizar el techo para tapar goteras, instalar una reja de seguridad a la entrada,
adecuar con armarios nuevos para los libros, implementación de la red wifi.
Modificar la rutina de clase, logrando que los niños y las niñas salieran más de
su salón regular y se desplazaran hacia el bibliobanco, haciendo la pausa activa
que oxigena y renueva el espíritu de la escuela.
Durante las jornadas pedagógicas institucionales se dio inicio a la reflexión
acerca de lo importante que era mirar cómo estaban los espacios pedagógicos
dentro de las aulas, cuál era la mejor manera de distribuir los pupitres y la mesas
para crear un ambiente escolar más amable para todos los habitantes de la
escuela, incluso el uso del salón destinado para audiovisuales tomó otra
connotación, era más apetecido y usado para las clases, además los niños y
niñas salían hacia otras instancias de la escuela para trabajar con estrategias
diferentes de la tiza y el tablero o del marcador y el tablero.
Promover en los estudiantes el movimiento de libros, es decir, el préstamo, el
uso para la consulta, para la recreación, para acercarse a otros saberes.
El poder de la lectura nos pone en contacto con perspectivas distintas a la
nuestra, el hecho de comprender implica poder atribuir significado a lo nuevo, y
relacionarlo sustantivamente con lo que ya se posee. Cuando comprendemos,
aprendemos, aun sin proponérnoslo. Podríamos considerar que se produce así un
aprendizaje incidental, distinto sin embargo del que construimos cuando la intención
que preside nuestra lectura es aprender, y cuando podemos poner los medios
adecuados para que ello se produzca. (Solé, 1992)
Se implementó una estrategia para que los maestros y maestras de la escuela
pudieran acceder a este espacio sin necesidad de un bibliotecólogo, como todos
sabían la organización, cada grupo era autónomo a la hora de hacer uso de los
materiales e insumos del mismo.
El que el Plan Semilla y Todos a Aprender, hicieran parte del grupo de entidades
que de alguna manera apoyan el aprendizaje de los habitantes de la escuela.
Con estos libros esperamos que los niños, jóvenes, maestros y padres de familia
tengan al alcance materiales de lectura, de excelente calidad editorial y de
contenidos, garantizado que la biblioteca escolar, el aula y el hogar, se conviertan
en lugares de aprendizaje cercanos a la realidad e intereses de los niños y
jóvenes del país.(Mineducación, 2013)
Esta Colección, además de enriquecer los espacios de aprendizaje, sirve como
punto de partida para el desarrollo de las futuras colecciones, orientando a los
docentes y directivos docentes en los criterios de selección que deben tener en
cuenta con el fin de prevenir compras aleatorias, que no enriquecen los procesos
de enseñanza.(Mineducación, 2013)
Se dio un reconocimiento por parte de la institución ante la comunidad educativa
a esta experiencia, presentándola como el reconocimiento que tiene un espacio
pedagógico en la vida escolar.
Dentro del PEI, se incluye el bibliobanco como una oportunidad para mejorar la
calidad educativa y como un espacio que favorece el aprendizaje de niños, niñas y
jóvenes de la institución. Según la Ley 115, artículo 42, donde se promulga que los
textos escolares deben ser seleccionados y adquiridos por el establecimiento
educativo, de acuerdo con el proyecto educativo institucional, para ofrecer al alumno
soporte pedagógico e información relevante sobre una asignatura o proyecto
pedagógico.(ley 115, 1994)
Hubo un reconocimiento a nivel local y nacional desde los modelos flexibles de
educación de la experiencia del bibliobanco como estrategia que resinifica el
espacio pedagógico en noviembre de 2013 en Bogotá.
5.2. Frutos a nivel de la Docencia
Para hablar de los frutos que la experiencia deja a la comunidad docente de
esta institución, partiré principalmente de lo que pude percibir por parte de ellos
hacia este proyecto.
Un impacto fue el que los maestros pudieran presentarle a los estudiantes otra
herramienta de trabajo pedagógica como lo es el bibliobanco, el que tuvieran otro
espacio diferente al salón de clase, les propició una motivación para consultar,
indagar y renovar los saberes a través de los textos que allí se encontraban.
Hubo una motivación para manejar los computadores, experimentar otras
formas de dar las clases, donde el movimiento, el sonido y la posibilidad de
conectarse en forma rápida con otros espacios culturales, se hizo bien agradable.
El maestro pudo redescubrir cómo dentro de la escuela sí se pueden hacer
cambios que van a mejorar las condiciones de aprendizaje tanto para los alumnos
como para los maestros. Además le permite también a ―él‖ ejecutar actividades que
invitan a la interacción social.
Es bueno que los docentes puedan reconocer que no todos están en condiciones
de ser líderes en la creación de proyectos como el bibliobanco, pero sí pueden
participar activamente de estas estrategias haciendo cambios y modificaciones
dentro de su quehacer pedagógico en el día a día escolar, y esto fue algo que se
notó bastante entre mis pares.
Los maestros comenzaron a buscar libros, cuentos, enciclopedias, revistas, etc.
para llevarlos a los salones y trabajar con ellos de diferentes maneras; en la gran
mayoría de los casos había suficiente cantidad para que cada niño y niña tuviera un
texto entre sus manos. Para el maestro además de facilitar al estudiante una
herramienta de trabajo para su alumno, el mismo se benefició al ver que las clases
eran menos desgastantes, menos llamados de atención. El control dentro del salón
era marcado por los mismos niños y niñas, no era un control de represión de
―quédate quieto‖, ― no hables‖, ― no interrumpas la clase‖, etc., era una
conversación donde los habitantes de la escuela preguntaban por lo que leían o
veían a través de imágenes y códigos escritos.
Otro efecto que se pudo evidenciar a través de esta experiencia fue cómo el
maestro consigue la familiarización con el libro por parte del habitante escolar, para
ello facilitaban textos para ser leídos dentro de las clases y como actividad para la
casa tipo tarea. Los estudiantes pedían libros prestados, cuando iban al bibliobanco,
muchos de ellos no querían trabajar con el computador, miraban en los estantes y
seleccionaban los libros propios de su interés.
El espacio motivó además a que los maestros presentaran propuesta de trabajo
relacionadas con la lectura, la escritura y el diseño gráfico. Utilizaban los cuentos y
libros de historias para facilitarlas a sus estudiantes y que de allí seleccionaran
algunos datos para ellos crear sus propias historias.
También se contó con el espacio para que se experimentara el arte de exponer
trabajos hechos por los habitantes escolares, donde los demás niños y niñas de la
institución aprendieran a la par de la experiencia.
Así, otros maestros implementaron el salir más del salón de clase y utilizar los
recursos que se encontraban en este espacio. La escuela es tomada sólo como
salones, corredores y patios, cada uno cumple una función, pero también se
aprende en ellos y no necesariamente con un cuaderno en la mano; a veces los
niños solicitan trabajar en el piso, para uno como adulto es más cómodo el pupitre,
así que les negamos eso, ese detalle da cuenta de algo, ¿no será que el pupitre es
otro condicionamiento espacial que se tiene dentro de la escuela?
Como el bibliobanco tenía la versatilidad para mover sillas y mesas, los niños
y niñas sentían que podían ubicarse donde mejor se sintieran y el piso era un
gran lugar para ellos. No era rígido el uso del espacio, lo que importaba era
que se sintieran a gusto, además de libres.
Aunque a veces se percibe al maestro cansado de confrontarse día a día con
realidades de violencia, abandono, donde perviven unos niveles de tolerancia
exiguos por parte de los estudiantes y, aunque no se pueden cambiar las realidades
de los estudiantes por lo menos hay que intentar, estudiar el cómo se hace más
amable el recorrido por la escuela, incluso para el mismo maestro. Hay que
cambiar el escenario del salón de clase para poder abrir esa puerta a los mundos
posibles que tanto anhelamos.
La experiencia como tal toma forma cuando se pone al servicio de la comunidad
escolar, los maestros estaban al inicio algo escépticos, pues creían que solamente
era un salón con estantes llenos de libros, no se imaginaban que el salón estaba
decorado, que los ―estantes con libros‖ tenían un orden, estaban organizados por
temáticas, que habían textos para que ellos consultaran, para que ellos pudieran
tener más elementos para dar clases con más propiedad. Para los maestros de la
escuela fue una renovación en su quehacer aunque al principio se veían tímidos,
luego se convirtió en un espacio importante para ellos. Comenzaron a buscar textos
para preparar todas sus clases, comenzaron a indagar por lo que allí se encontraba
de material académico, algunos pedían libros para leer a nivel personal. Algunos
docentes de las escuelas anexas solicitaron textos para tener como referente en
sus clases.
Se pudo hacer un apoyo para algunos maestros que tenían dificultades con la
tecnología en especial, así que organicé la estrategia de tener 4 estudiantes del
programa que yo dirigía, como monitores dentro del salón para que asistieran y
participaran de esta propuesta. Es así como se deja ver que hay otras formas de
atender a situaciones donde el maestro no tiene la habilidad para algo; no es dejar
de lado herramientas, es buscar alternativas, es por eso que muchas obras tienen
vida mientras se inauguran, pero se pierden en el tiempo y quedan como historia de
que alguna vez se hizo algo.
Este no es el caso de esta experiencia, porque la primera huella es dejada en el
maestro quien reconoce que hay que hacer cambios, y en la medida que hacía uso
del bibliobanco reafirmaba que la educación debe ser mirada desde el contexto, la
necesidad del mismo y no ante la competencia acelerada a la que esta sujetado por
intereses de orden político y económico.
Cuando los maestros comenzaron a solicitar material para trabajar en clase,
sus prácticas eran más interactivas, se podía conversar a través de la pregunta y
de la escucha activa cuando los mismos estudiantes comentaban lo que conocían
acerca de x o y tema.
Puedo decir que a nivel de la docencia los frutos perdurables quedan en
describir cómo se puede ser más proactivos con las prácticas docentes, no
quedarse en la simple expresión tipo queja donde se expone la agresividad física y
verbal que se vive en los salones, en los recreos y corredores de nuestros niños y
niñas escolares del sector publico. También con las prácticas pedagógicas que
llevamos los maestros al enseñar. Cuando los grupos salen del espacio
comúnmente habitado a diario como lo es el salón, muestran una emoción especial
por lo diferente.
Los maestros buscan este lugar para estudiar, escribir y consultar, llegan antes
de comenzar su jornada laboral para ir al bibliobanco y solicitan los equipos y libros.
En algunos momentos cuando quieren estar en calma se refugian en él, ¿no será
también que este espacio les inspira algo? El maestro identifica que esta es una
labor professional, que no se detiene el proceso de enseñanza -aprendizaje de
sus estudiantes, él también es sujeto de esto, él se reinventa a diario y debe
hacerlo, él también necesita de un espacio amable, y cuando va a buscar lugares
donde se construye es porque hay un interés que no puede adormecerse por el
afán de cumplir con horarios y demás tareas escolares.
La cultura del espacio se concibe cuando se tiene, cuando no, se acomoda a
lo que hay, bien se ha dicho que los seres humanos somos seres de adaptación.
Por ello cuando no existen otras condiciones para trabajar en armonía con el
contorno, es más fácil adaptarse y acomodarse que crear otras formas.
Para el maestro mismo era un oxígeno salir de su aula, tanto que cuando los
niños y niñas leían libros o trabajaban en el computador, ellos también lo hacían,
escudriñaban los textos, el espacio e iniciaban una tarea de reflexión frente a
cómo trabajar en clase con otras alternativas diferentes a la tiza, el tablero, el
marcador o el dictado de contenidos y teorías. Él mismo reconocía cómo el cambio
de espacio hacía que los habitantes de la escuela estuvieran más cómodos, el
manejo de la disciplina era más simple, las llamadas de atención propias a una
edad o a una condición comportamental, eran mínimas y menos desgastantes.
El maestro ve cómo los estudiantes más inquietos se dispersan menos, se
logran concentrar más cuando van al bibliobanco, de por sí, durante dos años no
se dio ninguna amonestación a un niño o niña mientras estuvo en este lugar. Los
maestros como sujetos, aprendemos y transformamos nuestras vidas día a día. Los
maestros de la escuela hicieron cambios importantes dentro de su rutina, aquellos
que evitaban ir o llevar a su grupo al bibliobanco, se pusieron a la tarea de
aprovechar la opción de los 4 monitores, ellos además en horas libres se
acercaron para aprender a utilizar los equipos. Tuvieron la humildad de
reconocer que había cosas que no sabían, les mostraron a sus estudiantes que
ellos también estudiaban y se capacitaban.
Aunque inicialmente pretendía hacer una biblioteca dentro de la escuela, pude
darme cuenta que era más que eso; lograr que mis pares maestros me creyeran y
que luego ellos mismos reflexionaran sobre cómo un espacio presenta otra
alternativa escolar, cómo hay otras maneras de enseñar y de aprender por parte de
ellos mismos.
5.3 Frutos a nivel de los estudiantes
Esta experiencia deja huellas en dos tipos de actores estudiantes, primero, el
que participó activamente en la creación del bibliobanco, el grupo de Procesos
Básicos, y en Segundo lugar, el habitante escolar de los grupos de la escuela,
desde preescolar hasta quinto grado de básica primaria.
El primer grupo, obtuvo a través de su actuación directa, una experiencia más
que escolar, de vida. Había en ellos una condición de desesperanza ante la
educación escolar, lo primero que hacían saber es que les daba pena ser tan
grandes y no saber leer. Así que cuando organizaron los textos por imágenes,
colores, redescubrieron que si sabían leer, sólo que necesitaban aprender otro
tipo de lectura, la de códigos escritos.
Esto aumentó considerablemente su autoestima, la interacción que tuvieron
con los textos los llevó a preguntar qué significaba una imagen o a hacer la
interpretación de la misma, entrando en conversaciones sobre lo que veían,
hacían narraciones que ellos mismos creaban o recreaban desde su propia
historia; es decir, si miraban la imagen de un volcán, la mostraban al compañero o
compañeros y entre ellos mismos comenzaba una conversación donde cada uno
hacía un comentario sobre lo que les producía la imagen, otros contaban cómo
habían vivido cerca de un volcán, otros hacían imaginarios de qué harían ellos si
estuvieran ante un volcán en erupción, otro preguntaba información acerca del
tema y en algunas ocasiones buscaban en internet imágenes y videos
relacionados.
Para este grupo participar de la experiencia fue vivir ese otro mundo
posible, sobre todo porque los saberes partían de ellos, redescubrían contenidos y
conocimientos.
El Programa de Procesos Básicos era nuevo dentro de la institución y la
comunidad en general, niños, niñas y maestros, los veían inicialmente como
niños y jóvenes ignorantes, iletrados; pues tener 12, 13 o 14 años sin saber leer y
escribir no es algo tan natural, así que el juego del bullying no tardó en comenzar
hacia este grupo.
Cuando se inauguró el bibliobanco, los estudiantes de Procesos Básicos
pasaron a explicar a todos los habitantes de la escuela la organización de los libros,
dónde se encontraban los textos según la temática; además eran ellos quienes
facilitaban los computadores, orientaban al resto de la población de la escuela cómo
se usaban los equipos, cuáles eran su cuidados y qué pasaba cuando se les
bloqueaba el PC; en fin eran ellos lo encargados de la logística del lugar.
Esto hizo que los estudiantes de otros niveles escolares valoraran en ellos su
saber y su habilidad para desenvolverse con los libros y los equipos del lugar, se
integraron como cualquier grupo, no eran los raros, simplemente tenían otros
saberes y estaban buscando integrarse al sistema escolar.
Los estudiantes advirtieron que estaban en el mismo nivel de los habitantes de la
escuela, solo que por razones ajenas a su voluntad habían llegado en un momento
dado a distanciarse de aprendizajes escolares. Al interactuar con otros pares,
demostrando que podían ser útiles a sus compañeros, maestros y a sí mismos,
pudieron reencontrar sentido para volver a estudiar, surge en ellos una esperanza.
Otro efecto en los estudiantes de este primer grupo fue el de aprender a trabajar
en equipo, cuando les solicitaba ser voluntarios para estar durante el recreo como
monitores en el bibliobanco, era algo especial, a tal punto que tuve que hacer una
planilla para rotarlos por días, así podían todos participar de esta propuesta.
Asumieron la rutina de recibir fichos, cargar los equipos, buscar libros que les
solicitaban otros pares, dejar en orden y limpio el espacio y además ellos le
exigían a los demás cumplir con el cuidado del lugar. Se apropiaron de la tarea, del
espacio, de la rutina.
Al tener el grupo una rutina de trabajo con el bibliobanco, pude mejorar
considerablemente el hábito escolar dentro del salón, pues estos niños, niñas y
jóvenes ingresan con dificultades fuertes ante la normatividad, la regulación, la
disciplina comportamental y frente a los hábitos de studio; así que de alguna
manera me ayudó bastante para que el grupo lograra acceder a aprendizajes
académicos y de su autoregulación emocional , pues a los niños y niñas le gusta
colaborar y ser solidarios, p e r o a veces son los sistemas de control los que
llevan a que se desvanezca esa cualidad innata del escolar a participar
espontáneamente en el bien común.
La experiencia también ayudó a que este grupo inicial acelerara
considerablemente el aprendizaje hacía el código lector, leían imágenes, hacían
asociaciones en gráficos y letras. Lo más especial es que eran ellos quienes
escogían sus libros.
El efecto que esta experiencia produjo en los estudiantes del segundo grupo,
todos los integrantes de preescolar hasta 5° de Básica Primaria, fue el comprender
que cada uno tiene un saber así no sea en el mismo momento y de la misma
manera. El hecho de que los niños de Procesos Básicos eran los que manejaban a
la perfección el bibliobanco junto con su material, hizo que los demás niños los
vieran como cualquiera de sus pares. Los niños son crueles cuando le indican a
otro que no sabe algo, pero también son muy ágiles para hacer cambios y no
guardan resentimiento a menos que los adultos alimentemos esto. Se
relacionaron unos y otros con mucha facilidad.
Otro impacto fue el que cuando llegaban al bibliobanco, se presentaba a cada
uno de los monitores por su nombre, se exigía que debían llamarlos así, esto como
una manera de romper con los apodos o con palabras que se utilizan mucho por
parte de los niños cuando no saben cómo se llama alguien, tal como; muchacha,
muchacho, cucho, pelaita, nea. Así que el llamarle por los nombres, se volvió un
hábito y lo siguieron haciendo.
Aprendieron que éste era un lugar donde el silencio hacía parte de la rutina, se
encontraban tan concentrados en las cosas que hacían allí, cuando leían o
utilizaban los equipos, que no era necesario llamar la atención, lo aprendieron
rápido, no era una dificultad, entre ellos mismos se regulaban.
Debido que durante los recreos se abría el bibliobanco como estrategia para
que los niños y las niñas tuvieran más opciones de utilización de su tiempo de
descanso y de manejo del tiempo libre, la gran mayoría cuando no podían
ingresar, pedían a los maestros otros juegos durante los recreos.
Hubo algo que no puedo generalizar, pero que para algunos niños y niñas si fue
muy importante; estamos hablando de aquellos actores escolares que eran
enviados al bibliobanco por que eran muy agresivos con sus pares y
presentaban dificultades con la norma; así que al ser retirados de los patios para el
descanso o recreo, llegar a este salón donde se entretenían de tal manera que
no se sentían, era algo totalmente contrario a lo que mostraban en el salón de
clase o en las actividades al aire libre. No hubo problema con ellos en esta
actividad.
Ellos reconocieron que en este tipo de actividades donde se concentraban por
agrado, en un espacio que invitaba a la calma, con unos pares tranquilos, que se
ayudan mutuamente sin competencia entre ellos, se podían regular en cuanto a sus
impulsos reactivos, además consiguieron amigos de todas las edades.
Como lo nombré anteriormente, los habitantes de la escuela pudieron
familiarizarse con los textos, no solo porque los veían o los exploraban en el
bibliobanco, sino también porque los maestros comenzaron a llevarlos al salón de
clase. Para muchos fue abrir la puerta a otro mundo, comparaban entre lo que veían
por internet y lo que les mostraba un libro. Aprender a usar un libro, a cuidarlo y a
tratarlo adecuadamente, no es algo que se da porque sí, así que este fue
otro aprendizaje, además porque en esta comunidad no es regular que las familias
tengan alguna relación con los libros, pues la gran mayoría no culminaron la
primaria y el libro es algo, según ellos, exclusivo de la escuela.
En el 2014, a través de las actividades complementarias y en convenio con la
Universidad de Antioquia, se presentó la propuesta del joven lector de historias y
cuentos, así que el facilitador se apoyó mucho en el material literario del
bibliobanco, utilizó el lugar para realizar la gran mayoría de sus talleres, donde los
niños y niñas tuvieron acceso a los textos.
5.4 Frutos a nivel de la Comunidad
Antes que nada, daré a entender por comunidad, a todos los habitantes de la
escuela como los niños y niñas, maestros, padres de familia, personal que labora
en los oficios varios y los directivos docentes.
El impacto que puedo ver en la comunidad lo resumo en que el bibliobanco es
un lugar que facilitó la tarea de enseñar y de aprender; para las familias era un
apoyo con material y equipos de cómputo que ellos no tienen en la casas, así
que por lo menos ya tenían dónde hacer las consultas y tareas. Además hacía que
esta sede del Kennedy en particular y en relación con las otras, avanzara en la
mejora de las condiciones para sus estudiantes.
Tener una biblioteca dentro de una escuela pública no es fácil, sobre todo por la
logística que ella requiere, aquí tenía una manera de funcionar práctica, con los
mismos estudiantes y docentes. De igual manera saber cómo los textos eran
actualizados, de manera pertinente y la oportunidad de trabajar con equipos de
cómputo, le daba a la comunidad una tranquilidad acerca de que dentro de esta
sede sí se pensaba en los niños y niñas, se les estaba ofreciendo otra
herramienta más para que el nivel académico y cultural aumentara.
No sólo la comunidad de la sede Concentración pudo obtener beneficio de esta
propuesta, también la tuvieron los docentes, los hijos de las secretarias que
solicitaban textos guías para ellos trabajar desde su casa.
5.5 RUTA DEL RETORNO
La experiencia recoge grandes aprendizajes y tareas que se perfilan como
próximos proyectos, la eficacia de la implementación del bibliobanco manifiesta
cómo se consolidan ambientes propios para el aprendizaje, en el que convergen
maestros, estudiantes y comunidad para construir conocimiento.
El que se disponga de textos para ser usados dentro de un salón de clase,
hace que las bibliotecas dentro de la escuela pública, adquieran otro sentido y
generen nuevos significados, además se promueve el trabajo en equipo, el
aprendizaje que parte del ritmo individual y no colectivo, se respeta al otro y a los
otros, se favorece la escucha y se desarrollan capacidades de liderazgo.
Para mí, como docente, esta experiencia ha sido tal vez una posibilidad de
encontrarme de frente con pensamientos e ideas que rondaban en mí, ignorando
que hay muchos académicos y pensadores que desde su lugar, también se
cuestionan por el quehacer docente. Así que el constructo propio de mi ―ser‖ como
maestra apenas comienza, no desconociendo mi experiencia, sino resignificando
mis vivencias.
A pesar de la crisis educativa que vivimos en este país, es decir, la realidad que
hoy se vive en las aulas, donde a veces se da una especie de lucha por parte del
maestro para que sus estudiantes disfruten su estadía en la escuela y para que
realicen las actividades que se presentan dentro de un grado cualquiera como:
tareas, talleres, carteleras, evaluaciones exitosas, además de una armonía en la
convivencia y mucho más; el maestro sigue en su lucha por ser una luz en la vida
de sus alumnos.
Cuando empecé a sistematizar esta experiencia me encontré con que no sólo
estaba organizando un salón dispuesto para libros, me encontré con que tenía que
hacer lecturas, tenía primero que entender el contexto donde me encontraba,
indagar por necesidades y cómo yo desde mi quehacer como docente podría
atenderlas.
Una de las cosas que redescubro, es cómo el espacio pedagógico impacta en
la mente del individuo, cómo el permanecer en una cuadrado durante años hace
que su pensamiento este limitado por muros; esto le pasa a los estudiantes,
desde pequeños son sometidos al salón cuadrado durante horas, meses, años.
Al leer varios textos donde asocian las cárceles y los hospitales con
escuelas, surge un cierto dolor profesional pero a la vez también aparece un deseo
de cambiar esa situación donde, de alguna manera, se hacerlo, es decir, no puedo
cambiar los salones que existen, pero si puedo hacer un primer cambio, desde la
intencionalidad, no seguir con la idea de control, puedo cambiar la disposición de
las sillas, las mesas, así como cuando Philip Jackson en su texto de Vida en las
aulas,(Jackson, 1965), dice que aunque se cambie la posición de las cosas, si no
se da un cambio desde la intencionalidad, todo seguirá igual, sin embargo si el
maestro lo convierte en un espacio de interacción humana y no en una
dispositivo de poder y control, puede que el efecto sea diferente.
Reconocer cómo en una escuela se construye parte del sujeto, es una realidad
muy fuerte, por ejemplo cuando estaba analizando la categoría del sujeto, pude
comprender cómo es condicionado éste a través de la enseñanza. Por el hecho de
saber que los seres humanos aprendemos con las rutinas, con modelos, de los
espacios, cómo se nos permea a través de los sentidos, el mundo; entonces
reconozco que el maestro tiene una responsabilidad muy grande frente a su
tarea diaria dentro de una institución educativa.
Como maestra de escuela siempre he pensado que cuando se llega a un lugar
hay que dejarlo mejor de lo que se encuentra, más aún cuando es una escuela. De
alguna manera siempre he hecho resistencia a seguir modelos que a veces se
equivocan, sobre todo cuando se pretende construir sujetos atados más por
condicionamientos que para su libre albedrio.
De alguna manera somos como la arcilla cuando llega al torno, somos
moldeados por un artesano que piensa y sueña cómo quiere que sea su obra de
arte. Así somos los maestros que cuando estamos frente a un grupo, nos
imaginamos a través de ellos, los estudiantes, lo que queremos crear, pensando en
cómo deseamos que sean en un future. Todo con la sana convicción de que cada
integrante tenga una vida agradable y feliz. Pero para ello hay que iniciar un
recorrido de muchos años, donde en cada uno de ellos se hace o deshace los
proyectos de vida.
En nuestro camino como maestros, nos encontramos con un sinnúmeros de
propuestas pedagógicas que buscan que los niños y niñas sean más competentes,
capacitados y hábiles para sortear su destino, sea cual sea, sin embargo creo que
no hemos entrado al fondo de cómo debería ser una educación verdadera.
La gran mayoría de las veces nos quedamos con lo que nos dan, no
visualizamos más allá, así que cuando llegué a esta escuela me parecía un poco
alejado de la propuesta de enseñar, el que habiendo libros, no fueran utilizados por
los niños. Esto como primer impacto.
Cuando pude experimentar de manera directa lo que producía en un niño, niña
o joven el tener un libro en sus manos, pude confirmar cómo estamos en una época
más visual, cómo asociaban dibujos con letras, a tal punto que hice una evocación
¿Cómo fue que yo aprendí a leer y a escribir? Me acuerdo de las planas, de
la formación de palabras al unir una letra con la otra. Entonces me cuestiono ¿por
qué no aprenden igual los niños y niñas de hoy?
Si pusiera sobre la mesa los argumentos que se dan hoy frente al término de
espacio pedagógico, serían muchos los resultados, donde cada uno tendría una
verdad sujetada a interpretaciones y miradas viciadas por contextos marcados por
su historia, su desarrollo científico, espiritual, académico, político y social.
Si ubico mi idea inicial de lo que significaba un salón de clases antes de esta
experiencia, me encontraría con un pensamiento simple y poco elaborado sobre el
significado de dicho término, pues es algo que tenía como el legado que nos
dejaron nuestros maestros antecesores y profesores de la universidad, en cuanto
a dinámicas de socialización, es decir, cómo enseñar, cómo facilitar aprendizajes
para el comportamiento aceptado socialmente en cualquier evento de carácter
social, religioso, académico y hasta como percibir y pensar el mundo.
Al leer los documentos propuestos para este trabajo, evidencio que para
entender lo que significa en la vida de un sujeto el espacio de una escuela,
reconozco que dentro de un salón de clase, un corredor, un patio de recreo, se da
todo un proceso en el que los seres humanos nos agrupamos para reconocernos,
para acompañarnos, para ayudarnos mutuamente, para crecer con el otro, obviando
que todos, aunque compartimos territorios communes, somos diferentes,
entendemos e interpretamos y sentimos el mundo de maneras diversas.
Es bastante interesante hacer un recorrido histórico que muestre una especie
de ―evolución,‖ si así podríamos decirlo, en el campo de la educación escolar,
donde en muchas ocasiones los intereses de carácter económico
han prevalecido de tal manera que se ha ut i l izado el sistema para
formar sujetos seguidores de ideas y no creadores de el las, lo que
ha generado separación e individualismo, llevando esto a una creencia
equivocada de ―aprendizaje.‖
Cuando nombro esto, lo que quiero decir más específicamente, es cómo el
condicionamiento que se hace dentro de una escuela a través del uso de los
espacios pedagógicos, es una manera de manipular las formas de pensar de los
individuos, olvidando cómo, muchos de los saberes que se dan en un sujeto, se
realizan a través de su experiencia misma de vida.
Con esto quiero referirme a que cada individuo construye su propia concepción
del mundo a partir de las interacciones con otros en los espacios que compartimos,
bien sean espacios geográficos, sociales, políticos o pedagógicos, esto es lo que
nos permite encontrarnos diferentes en medio de la diversidad. Esto constituye una
riqueza inmensa para aprender, sobre todo para reconocer humildemente que otros
tienen otros conocimientos diferentes a los míos.
Después de leer en varios textos sigo preguntándome ¿por qué tenemos que
pensar igual si estamos en puntos diferentes? ¿Con qué ―poder‖, unos cuantos
deciden qué aprender y cómo hacerlo sin antes leer el contexto?
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