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UNIVERSIDAD AUTONOMA METROPOLITANAUNIDAD IZTAPALAPA
Casa abierta al tiempo
DIVISIÓN DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES
TITULO: LAS RELACIONES AMOROSAS EN: LA VIDA BREVE DEJUAN CARLOS ONETTI
PRESENTA: OLIVIA DIAZ OJEDA
MATRÍCULA: 92225800
PARA LA OBTENCIÓN DEL GRADO DE:LICENCIADA EN LETRAS HISPÁNICAS
ASESORA: MTRA. ANTÚNEZ OLIVERA ROCÍO DEL ALBALECTORES: MEJÍA GONZÁLEZ ALMA LETICIA
SILVA BAHAMONDE HERNAN
DICIEMBRE, 2002
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I N T R O D U C C I Ó N
Al final del segundo milenio y principio del tercero, el mundo
contemporáneo se ha visto inundado de una gran variedad de sucesos
que le otorgan un sello distintivo con respecto a otras épocas. Un ejemplo
de ello son las manifestaciones artísticas latinoamericanas
contemporáneas, especialmente en la literatura. Debido al cúmulo de
conocimientos, para facilitar su estudio se ha tenido que definir o
encasillar a los autores en diversos movimientos literarios; y si esto es
válido para cualquier autor se aplica aún más a Juan Carlos Onetti,
quien a pesar de pertenecer a un decisivo momento de la literatura
latinoamericana y en concreto a un país que se ha distinguido siempre
por sus excelentes escritores, es un fenómeno aislado en la literatura. La
obra fecunda y renovadora de Onetti se perfila como una propuesta
original desde su primer libro: El pozo (1939), novela breve pero ya
revolucionaria para el momento. Le siguieron obras de mayor aspiración
y relieve, como Tierra de nadie (1941), Para esta noche (1943), La vida
breve (1950), Un sueño realizado y otros cuentos (1951), Los adioses
(1954), Una tumba sin nombre (1959), La cara de la desgracia (1960), El
Astillero (1961), El infierno tan temido. Cuentos (1962) y Juntacadáveres
(1964); luego de su radicación es España, aparecieron: La muerte y la
niña (1973), Tiempo de abrazar y los cuentos de 1933 a 1950 (1974), Tan
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triste como ella y otros cuentos (1976), Dejemos hablar al viento (1979),
1981 publica el artículo Reflexiones de un poeta y el prólogo de la
edición Los siete locos de Roberto, en 1983 en el último número de la
Estafeta aparece Luna llena . En 1986 publica El árbol en Cuadernos
de Marcha y cuentos secretos y Periquito el aguador y otras máscaras y en
España Cuando Entonces, por último en 1993 sale a la luz Cuando ya no
importe; donde la atmósfera característica de Onetti no cambia, por el
contrario se actenúa en la dimensión de la frustración, de lo gris, es en
la poética de la desilusión, propia de un gran maestro. Entre su
primeras obras no se puede dejar de lado textos de gran valor, como:
Tres novelas (1967), La novia robada y otros cuentos (1968), Novelas cortas
completas (1968) 1. En 1980 recibe de manos del Rey Juan Carlos el
Premio Cervantes; en 1985, recibe en España el Premio Nacional de
Literatura de manos del presidente uruguayo. Finalmente Juan Carlos
Onetti muere en Madrid 1994.
Hugo Verani afirma que la intención de Onetti es retratar al
hombre de forma interna, como ciudadano del mundo, símbolo de los
problemas planteados al individuo por la civilización contemporánea2.
La observación minuciosa de las conductas humanas es una de
las características de la narrativa de Onetti. Las descripciones son parte
de los acontecimientos, contienen y pronuncian su evolución, las cosas se
presentan ambiguas y claras al mismo tiempo, pero se ha dicho que
1 Hugo Verani. Juan Carlos Onetti. Madrid, Taurus, 1974, pp. 93-96.2 Idem., p. 95.
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condenado a moverse en un ambiente social que odia, el escritor escoge
como únicos valores los anti-valores de esa sociedad, elaborando una
ética de la inmoralidad, con la cual acepta lo sórdido, lo clandestino, la
degradación como formas de sobrevivencia.
En cuanto a lo dicho por la crítica en torno a nuestro autor, cabe
resaltar los juicios de Guiseppe Bellini en relación con el escaso
reconocimiento de Onetti durante las primeras décadas: Entre las voces
que durante años han permanecido injustamente ignoradas figuran los
argentinos Robert Arlt y Leopoldo Marechal, y del mismo modo los
uruguayos Felisberto Hernández y Juan Carlos Onetti 3. Bellini recurre a
parámetros cronológicos y se refiere al género que considera más
representativo de la producción de Onetti:
La nueva novela (...) El compromiso para con el hombre yla mirada inquisidora puesta sobre la sociedad sontambién características de la obra narrativa del uruguayoJuan Carlos Onetti, tardo descubrimiento de la novela4.
El juicio que hace Bellini es por demás certero, ya que para los
lectores y estudiosos del trabajo de Onetti concuerdan en esa percepción.
Por su parte, Enrique Anderson Imbert ordena a los escritores
a través de dos perspectivas: la cronológica y la geográfica, combinadas
con la división en géneros. Anderson Imbert ubica a Onetti en la
generación de autores nacidos entre 1900 y 1915, los cuales inician su
producción entre 1925 y 1940. Además comenta:
3 Giuseppe Bellini,. Historia de la literatura hispanoamericana, vol. II, 2° ed., Castalia, Madrid, 1987, p. 538.4 Idem., p.550
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Los hispanoamericanos de estos años escribieron novelascuando el consenso general era que la novela se habíadeshecho. No había orden en los episodios, en lospersonajes, no había a veces qué contar ... el punto devista era móvil, imprevisible, microscópico y telescópico,localizado y ubicuo5.
En el presente trabajo analizaremos la novela La Vida Breve.
Dicha obra muestra en todo su esplendor las habilidades narrativas de
Onetti; pues conforma un mundo novelesco minucioso y detallado inmerso
en las pulsiones del eros, de la sensualidad, de la parte instintiva y carnal
del hombre. Por ello, el punto neurálgico de esta investigación serán
algunos personajes y sus relaciones amorosas.
De acuerdo con Todorov, el personaje es el motor de la acción
narrativa; no puede aislarse del universo que lo rodea ni de los otros
personajes, porque todos ellos conforman la unidad literaria, es decir, la
misma obra. Además, desempeña distintas funciones, puede ser un
elemento decorativo, un agente de acción o un portavoz del autor6.
5Anderson Imber., Enrique. Historia de la literatura Hispanoamericana, v. III, FCE. México, 1985, pp. 208-209.6 Tzvetan Todorov. Teoría literaria, Siglo XXI, Madrid, 1989, p. 89.
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LA VIDA BREVE (1950)
La Vida Breve es la novela que inicia el período de plena madurez
creadora de Onetti. El título, deliberadamente ambiguo, proviene de las
palabras de una canción francesa mencionada en el libro: Yo quería
hablar de varias vidas breves, compartirlas, transferirlas mutuamente ,
declara Onetti en una entrevista: Al terminar una, empezaba la otra sin
principio ni fin . Claro que las varias vidas son en realidad una,
multiplicada por relevos. Esta unidad a veces se manifiesta en la forma
de ciertos tipos de escenas que se repiten, como ritos cíclicos, en los que
ciertas configuraciones de personajes regresan, se transforman en otras
parecidas y mueren para renacer. Cada capítulo nos ofrece una opción
entre las limitadas posibilidades, vista desde otro ángulo.
La Vida Breve contiene el germen del trabajo posterior de Onetti,
es un largo parto que culmina con el nacimiento de un tema y un mundo
novedosos. Al respecto opina Emir Rodríguez Monegal:
Onetti, en lugar de conectar tres historias más o menosnovelescas que se yuxtaponen en universos incomunicadosy regidos por sus propias leyes [...) ordena en un mismocuadro espacial y temporal sus varias anécdotas; eseterritorio común de las tres historias es la creaciónnarrativa: el tema esencial, que permite su existenciasimultánea. 7
7Emir Rodríguez Monegal,.” La fortuna de Onetti”, en Literatura Uruguaya del medio siglo, Alfa,Montevideo, 1966, p. 238.
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Así el uruguayo pone bajo la perspectiva del lector una
diversidad narrativa, donde por primera vez encontramos a Santa María:
Una pequeña ciudad colocada junto a un río y una colonia de labradores
En la hiperactiva imaginación del narrador, asistimos al nacimiento de.
Díaz Grey, narrador e inteligencia central del texto8.
El protagonista de La vida Breve es un pequeño empleado
insignificante de una firma publicitaria, que al tratar de huir de la
lobreguez de su vida se sueña Díaz Grey, un doctor que inventa, a partir
de una vaga reminiscencia literaria, un guión cinematográfico que le
encomendó escribir un amigo suyo, Julio Stein. Un encuentro casual en el
zaguán de la casa de la pensión en la que vive, le procura una tercera
identidad. El autor multiplicado, a veces disuelto en los papeles por él
compartidos, complica el extraño reparto.
Las diversas personalidades de Brausen están en contraste
cuando él trata de salvarse inventando o viviendo otro tipo de vidas, todas
ellas breves. El centro del remolino es un cuadro estático, un decorado fino
en el que Brausen representa el drama. La escenografía inmutable
dice Onetti- fue robada de una naturaleza muerta de Albright, una
acuarela para una edición de lujo del Retrato de Dorian Grey , que
muestra objetos dispuestos sobre una mesa, entre ellas un guante vacío
8Hugo Verani. Dos ensayos en torno a dos novelas de Onetti. Cuadernos Hispanoamericanos, n° 292-294,Madrid, Oct.- Dic., p. 434.
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que conserva la forma de la mano que hace poco estuvo ahí. Brausen
habita este cuadro inalterable 9.
Hugo Verani menciona que Brausen teje sus fantasías
ramificándolas en todas direcciones en un intrincado dibujo de líneas que
se entrecruzan, así cada intersección es un nuevo punto de partida. El
autor, que lo acompaña con una mirada, es activo participante de todas
las historias. En cada una de ellas existe una mujer, que es todas las
mujeres y encarna las partes convencionales del repertorio femenino,
atribuyéndosele los diversos papeles de hermana, esposa, amante,
prostituta.
El protagonista escapa de una vida a la otra, improvisando a
medida que avanza, pero cada aparente huida conduce a un callejón sin
salida.
El personaje principal de La Vida Breve, Brausen, decide
participar en un mundo de fatalidad; lo hará odiando, y para lograrlo
utilizará un catalizador inexorable, la mujer. La mujer se ama o se odia
con igual intensidad, con lo cual siempre existe una relación para encarar
el tema del amor. El rito cíclico de un amor que aproxima periódicamente
a la vida y a la muerte como expresión de la recepción misteriosa de la
fertilidad, reaparece frustrado en Onetti: el amor de su protagonista será
un amor en decadencia.
9 Fernando Aínsa. Las trampas de Onetti, Montevideo, Alfa, 1970, pp. 19-20.
9
La idea de amor imposible o negado más allá del instante que no
puede conservarse, se encarna en un tipo de mujer perfectamente definido
en la obra de Onetti: las muchachas (dueñas aún de su pureza), que
pueblan la mayoría de sus relatos. Más allá de las muchachas está la
mujer (madura y sinuosa) y entre ambas, participando de una serie de
milagrosa condición interna, las prostitutas10.
La mujer siempre está presente en la obra de Onetti, no como
protagonista, sino como personaje secundario, en el papel de amante o
esposa. Puesto que todo en Onetti apunta hacia una técnica de escapismo
intuitivo y expresivo, se estarán repitiendo las anchas figuras femeninas,
las carnes blancas y flojas, los grandes muslos, los amplios senos, las
formidables nalgas. Toda una galería de mujeres empolvadas, bajo la luz
mortecina del ambiente del subsuelo desfila por las páginas de Onetti. El
amor se presenta de forma perversa, sádica, trágica y a veces brutal, como
pecado inexplicable de la humanidad desgarrada en una tradición
milenaria donde siempre figuran alma y cuerpo encendidos. Creador de un
mundo novelesco gris, sin esperanzas, cargado de una atmósfera de gran
desolación y desamparo, Onetti es evidentemente un gran pesimista, sus
personajes son seres fracasados que viven una terrible soledad interior,
una total falta de comunicación. En un mundo donde difícilmente se
pueda encontrar esperanza.
10 Ibid., p. 113.
10
Dentro de este tono literario, Onetti crea el personaje forastero, el
desarraigado, que es interno y externo, donde está patente el rechazo
social y la falta de apoyo humano en su radical angustia. Brausen rechaza
la frustración de la existencia durante la búsqueda de lo otro como única
ética para salvar el YO. El amor y el sexo le ofrecen la esperanza de
transferir instantes de felicidad carnal, con varias compañeras sexuales
para poder postular diferentes vidas breves. En vano tratará de rescatar
en el retrato la memoria de la imaginación adolescente de Gertrudis. La
mujer en la obra de Onetti es quien más visiblemente experimenta esta
degradación del desgaste temporal. La mujer es específicamente el cuerpo
y en ella la pérdida de la espontaneidad y frescura de la adolescencia se
deteriora en formas gastadas y físicas de la madurez. Pero esta necesidad
imperiosa de la mujer, la muchacha o la prostituta, que motiva y da vida
en la obra de Onetti, se agota en su propia función. Es un amor
predeterminado por la voluntad masculina. El hombre necesita de la
mujer; esta necesidad no lo lleva a abandonar su centro. La mujer es la
salida, el acceso a esos mundos que nacen convocados por la pluma de
Onetti. Esta convención literaria constituye los rasgos distintivos de La
Vida Breve. El narrador básico, Brausen, su desdoblamiento en Arce y
Díaz Grey, logran manifestar el principio de configuración que rige la
creación literaria del novelista uruguayo.
La novela se convierte en escenario teatral y cada personaje, una
y otra vez, representa una comedia, participa de un juego eterno y
11
absurdo: Beso sus pies, aplaudo el coraje de aquel que aceptó todas y
cada una de las leyes de un juego que no fue inventado por él, que no le
preguntaron si quería jugar. 11 (p. 390).
11Todas las citas textuales de la obra serán tomadas de: Juan Carlos Onetti. La Vida Breve, Sudamericana,Buenos Aires, 1950, por lo cual sólo se consignará el número de la página al final de cada cita.
12
BRAUSEN, PERSONAJE CENTRAL
Juan María Brausen es un nombre sencillo, pero sumamente
contundente para el texto. Dentro de la tradición literaria, el nombre del
personaje es considerado como una etiqueta donde se entabla un pacto
referencial entre el lector y el personaje. La presencia física se concreta
con un nombre para reconocerlo y focalizar en el personaje las diferentes
acciones que realiza o le atañen de alguna forma. Sin embargo, como
bien señala Marilyn R. Frankenthaler:
En el corpus de Onetti aparecen personajes con nombres,sin nombre, y personajes que cambian su nombrecontinuamente. En lo cuentos y en las novelas abundanpersonajes sin nombre. Los personajes de Tan triste comoella, El álbum, Los adioses y otros, aparecen identificadoscon el nombre o el género, por ejemplo la mujer . La faltade nombre contribuye a la cosificación e impersonalidaddel personaje12.
La Vida Breve es una novela donde el personaje principal lucha
arduamente por no cosificarse, pone en tela de juicio su vida y trata de
buscar una personalidad; sin embargo, con absoluta sencillez, se
resumen los rasgos sobresalientes de un modo de vivir. El personaje nos
habla de su vida marginada espiritualmente:
Gertrudis y el trabajo y el miedo de perderlo . -Ibapensando, del brazo de Stein. Las cuentas por pagar y laseguridad inolvidable de que no hay en ninguna parte unamujer, un amigo, una casa, un libro, ni siquiera un vicioque pueda hacerme feliz. (p. 66)
12 Ver Marilyn R. Frankenthaler. Juan Carlos Onetti, la salvación por la forma, Abra, NewYork, 1977, pp. 57-78.
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Encontramos otra página donde Brausen se describe a sí
mismo, donde quedan admirablemente ilustradas un sinnúmero de
limitaciones de su ser:
A esta edad es cuando la vida empieza a ser una sonrisatorcida, admitiendo sin protestar la desaparición deGertrudis, de Raquel, de Stein, de todas las personas queme correspondía amar, admitiendo mi soledad como lohabía hecho antes con mi tristeza. Una sonrisa torcida, y sedescubre que la vida está hecha desde hace muchos añosatrás, de malentendidos. Gertrudis, mi trabajo, mi amistadcon Stein, la sensación que tengo de mis malentendidos.Fuera de esto, nada; de vez en cuando algunasoportunidades de olvido, de algunos placeres, que llegan ypasan envenenados. Tal vez, poco importa, entre tanto soyeste hombre pequeño y tímido, incambiable, casado con laúnica mujer que seduje o me sedujo a mí, incapaz ya de noser otro. El hombrecito que disgusta en la medida en queimpone lástima. Hombrecito confundido en la legión de loshombres a los que fue prometido el reino de los cielos.Asceta, como se burla Stein, por la imposibilidad deapasionarme y no por el aceptado absurdo de unaconvicción eventualmente mutilada. Este yo, en eltaxímetro inexistente, mera reencarnación de la idea deJuan María Brausen, símbolo bípedo de un puritanobarato hecho de negativas (no al alcohol, no al tabaco, unno equivalente para a las mujeres), nadie en realidad ... (p.67)
Por su amplitud y también por su recurrencia, el profundo
sentimiento de desamparo y abandono se deslinda como una de las
fuerzas motivadoras en La Vida Breve. La narración gira en torno de varios
motivos que reaparecen en forma obsesiva y configuran la peculiar visión
del mundo del narrador. El fracaso en toda relación afectiva, el hastío de
la rutina, la conciencia de la mediocridad y la fijación de recuerdos como
única salvación posible.
14
El aislamiento de Brausen, la monótona repetición cotidiana de
actos sin sentido y la opresiva sensación de impotencia en que se debate,
se van alternando con el deseo de lograr un cambio definitivo en su vida,
aunque este deseo choca siempre con la imposibilidad de actuar: Es
también la vieja imposibilidad de actuar, la automática postergación de
los hechos. Y no me serviría la voluntad porque es mentira que baste la
persistencia con el rezo para que descienda la gracia (p. 185). Al mismo
tiempo, es indudable que el personaje de Brausen tiene una evolución
negativa, pasa de una esposa a una amante prostituta.
La incomunicación es el resultado de la incapacidad de Brausen
de incorporarse al mundo, la motivación o causa es inexplicable o
susceptible de diversas interpretaciones. El protagonista parece destinado
a la desgracia, a la repetición infinita de sus actos sin sentido:
Comprendía que había estado sabiendo durante semanasque yo, Juan María Brausen y mi vida no eran otra cosaque moldes vacíos, mera representación de un viejosignificado, mantenido con dolencia de ser arrastrado, sinfe entre personas, calles y horas de la ciudad, actos derutina. (169)
Dentro de los límites impuestos por su personalidad, Brausen no
logrará terminar esa larga serie de malentendidos , esa sonrisa torcida
que es la vida para él. De ahí que fallen todos sus intentos de alcanzar
algún vínculo espiritual duradero. Desde la primera página encontramos
la atmósfera que reinará a lo largo de la novela; Brausen aparece
encerrado en su departamento, condenado a la soledad y poseído por
15
sentimientos contradictorios que anulan su personalidad. La soledad
queda implícita en los monólogos interiores de Brausen, quien percibe la
más mínima modificación en la atmósfera que lo rodea, convencido de la
inutilidad de la acción. Todo intento de reintegrarse vitalmente al mundo
permanece ajeno a su voluntad, como si tuviera la esperanza de un
milagro.
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EL CONCEPTO DE AMOR
Si amar es una forma de actuar en el mundo de los demás, el
amor supone siempre una forma de compromiso individual e íntimo con
una circunstancia que ha roto su aislamiento y su pasividad, que
intenta ser diálogo y acción. No existe ser humano que no sienta
necesidad de amar y ser amado; al respecto comenta Joseff Ratther:
Apenas existe un poder más fuerte en la vida del hombreque el de la necesidad de amar. De alguna manera estáenraizada en la naturaleza humana. El amor es para lavida psíquica como la luz solar y el calor para el desarrollodel cuerpo.(...) Dondequiera que un hombre no necesiteaparentemente del amor, en realidad se trata de unailusión o de una consideración superficial. En el fondo todoel mundo tiene nostalgia del amor. El que se defiendecontra él es porque tiene angustia de ser decepcionado. Apartir de esta actitud es como pueden comprenderse casitodas las cerrazones afectivas, el aislamiento o la frialdadsentimental13.
Erich Fromm, en su obra El Arte de Amar, elabora una teoría
muy parecida a la del doctor Joseff Ratther, donde el amor se concentra
en una necesidad profunda con que se enfrenta universalmente el
hombre; todo ello para superar el estado de separación o soledad,
accediendo a la función interpersonal y para trascender la propia vida
individual. Un fracaso absoluto en satisfacer tal necesidad puede conducir
13 Joseff Ratther. Psicología y psicopatología de la vida amorosa. Siglo XXI, México, 1965, pp. 22-23.
17
a la locura, una satisfacción plena de la misma sólo se encuentra en el
amor 14.
Pero, ¿qué es el amor? Fromm lo concibe no sólo como una
relación personal específica, sino como una actitud peculiar del carácter
maduro que se manifiesta de diversas formas: amor fraternal, amor
materno, amor erótico, amor a uno mismo, amor a Dios.
El autor parte de la premisa de que el amor es un fenómeno
accidental y mecánico, que simplemente se experimenta . Es un arte,
algo que requiere un aprendizaje.
Para la mayoría de las personas, el problema del amor consiste
fundamentalmente en ser amado, y no en amar, no en la propia capacidad
de amar. De ahí que para ellas el problema sea cómo lograr que se les
ame, cómo ser dignos de amor. Para alcanzar ese objetivo, siguen varios
caminos; uno de ellos, utilizado en especial por los hombres, es tener
éxito, ser tan poderoso y rico como lo permita la sociedad. En el caso de
la mujer, el camino es la belleza física y la juventud.
En la obra de Juan Carlos Onetti, el amor aparece justamente
como esa única forma de acción que hace posible la ruptura de la esencial
condición marginal de sus héroes. Así, los protagonistas aburridos o
resignados de sus cuentos y novelas deciden participar en el mundo,
como lo menciona Fernando Aínsa:
En el mundo que apesta, solo tiene un modo de hacerlo:odiando o amando, dos sentimientos no necesariamente
14 Erich Fromm. El Arte de Amar, Paidós, Barcelona, 1959, p. 128.
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antagónicos. Y esa voluntad, para lograr plasmarse coneficacia necesita de un catalizador inexorable: la mujer. Loque motiva al personaje de Onetti, lo que únicamente lograráromper su estado existencial básico, el fatalismo , es lapresencia de una mujer y las relaciones que suscita. Unamujer, la mujer que Onetti persigue siempre (e inútilmente)en todos sus relatos, desde El pozo, hasta La novia robada.La mujer a la que se odia o se ama con igualdad deintensidad, pero con la cual existe una relación de dolor ,para encarar el tema, ya que el protagonista preferiríasiempre -como típico integrante de una época dedisociación y no de una composición o unidad- la angustia oel sufrimiento al goce sereno de un amor, goce que no seencara como algo posible15.
Los temas de amor de Onetti se desprenden de la imposibilidad
de fijar ese instante; ello es muy comprensible pues: El amor mortal feliz
no tiene historia. Sólo el amor mortal es novelesco; es decir el amor
amenazado y condenado por la propia vida, amor colmado de pasión, de
sufrimiento como hecho central 16
Para Brausen, cualquier pérdida representa la ruptura de la
plenitud, al igual que lo irrevocable que resulta el pasado cuando es al
mismo tiempo símbolo de una juventud perdida en aras del deterioro. Es
en estos planos donde se demuestra indirectamente, su propia negación
en la realidad.
15Aínsa, Op. Cit, p. 34.16Denis Rougemont. El amor y occidente, Kairós, Barcelona, 1979, p. 16.
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BRAUSEN Y GERTRUDIS
Encontramos a Juan María Brausen cuando, solitario en su
departamento de la calle Chile, aguarda a que Gertrudis salga del
hospital, donde había sido sometida a la extirpación de una mama, la
que está justo del lado del corazón, receptáculo de la llama pasional. Lo
absorbe la imagen de:
(...) aquel pecho cortado, sin forma ahora, aplastándosesobre la mesa de operaciones como una medusa,ofreciéndose como una copa. No era posible olvidarlo,aunque me empeñara en repetirme que había jugado amamar de él, de aquello.(p. 14)
De manera que Brausen estaba obligado a esperar, con sus
pastillas de menta en la boca y tirado en la cama; sin embargo, nada le
puede quitar del pensamiento la pérdida del seno: Mi palma tendrá
miedo de ahuecarse exageradamente, mis yemas tendrán que rozar la
superficie áspera o resbaladiza, desconocida y sin promesa de intimidad
de la cicatriz redonda (p. 15).
Cuando Gertrudis duerme en su cama mientras Brausen espía
su rostro, volteada hacia el balcón, con su boca entreabierta y seca,
Brausen toma de la mesita una ampolleta de morfina y la alza con los dos
dedos haciéndola girar. Antes de media noche ella había vomitado y había
llorado, mientras que Brausen la consolaba y le repetía no importa no
20
llores , además de: Dejo la agencia, nos vamos a vivir afuera, donde
quieras, tal vez puedas tener un hijo. No llores, no estés triste. (p. 20).
Estas palabras no son sinceras, pues Brausen seguía volcando la
ampolleta de morfina, junto al cuerpo y la respiración de Gertrudis
dormida, sabiendo que una cosa terminaba y otra comenzaba; de hecho
se sentía un poco enloquecido. La intensificación obsesiva de rasgos
grotescos en la cicatriz del seno de Gertrudis, por ende la imperfección
del cuerpo, ejemplifica su repulsión por el resquebrajamiento de su
mundo moral, seña evidente de los estragos del tiempo; la situación
inmediata, la extirpación, es un símbolo de la imposibilidad de Brausen
de adaptarse al presente. Onetti, con gran sutileza, nos va planteando e
introduciendo al momento significativo de Brausen:
Entre tanto, Onetti introduce a su lector en el horror, en elinfierno (que es el infierno de Brausen), pero no porqueconsidere la crueldad como un fin en sí, sino para operarun cambio de piel, para transmutar al lector en Brausen,para hacerlo descender con él todos los grandes peldañosde su infierno privado17
Brausen sigue mirando a su mujer, la oye llorar y piensa al
mismo tiempo: Mi mujer, corpulenta, maternal, con las anchas caderas
que dan ganas de hundirse entre ellas, de cerrar los puños y los ojos, de
juntar las rodillas con el mentón y dormirse sonriendo (p.26).
Gertrudis se había ido a la casa de su madre, mientras Brausen
imaginaba lo que sucedería a su regreso, desde que abriera la puerta,
17 Omar Prego y María Angelica Petit. Onetti o la salvación por la escritura, Colección Clásicos y Modernos,Madrid, 1981, p. 50.
21
desde que entrara en el ascensor; la habitación, una vez más y peor que
nunca, iba a resultar demasiado pequeña para contener a los dos y a la
tristeza suspirante de Gertrudis. Brausen se siente tan desanimado que
dice: Un momento más, un diminuto suceso cualquiera y la misma
Gertrudis baja del retrato para salvarme del desánimo, del clima del amor
emporcado, de la Gertrudis gruesa y mutilada. (p. 55). Aquí notamos a un
Brausen muy egoísta, que sólo se interesa en sí mismo, desea todo para
él, no tiene placer en dar, sino únicamente en tomar. Considera el mundo
exterior sólo desde punto de vista de lo que puede obtener de él; carece de
interés en las necesidades ajenas y de respeto por la dignidad e integridad
de los demás. Brausen se sumerge en la tristeza al estar recordando la
figura alta y fuerte, secretamente averiada, de Gertrudis.
No quiero soportar la imagen de Gertrudis tendida deespaldas, vigilando alternativamente los platillos de unabalanza, calculando la intensidad de los dolores quepueden, en cualquier momento, transmitirle un nuevoaviso de enfermedad desde el pulmón y estudiando, en elotro platillo, las posibilidades que tiene de volver a vivir, departicipar, interesarse y conquistar, de compararse a losotros. Ella y yo hemos descubierto desanimados, con unhorror ya disminuido por la repetición, que todos los temasse puedan concebir al costado izquierdo de su pecho.Tenemos miedo de hablar; el mundo entero es una alusióna su desgracia. (p.60).
Brausen también empezaba a invocar con deseo a Gertrudis
dormida; en ocasiones se siente en paz y feliz, despreocupado del sueño o
insomnio de Gertrudis, intentando, en vano y sin entusiasmo, sufrir de
inmediato por ella, y por la historia del pecho cortado, por el recuerdo de
la cicatriz redonda, por la sensación varonil que le daba a veces la parte
22
izquierda de su torso. Vemos cómo Brausen busca la manera de llegar a
su departamento calculando que Gertrudis esté ya dormida. Y también
sale muy temprano para no tener que hablar con su esposa. Un sábado
en la noche, él menciona que es una noche de fracaso pues se le ha
juntado el hecho de que Macleod, su jefe, lo va a despedir del trabajo. Y
admite que su relación con Gertrudis es un fracaso:
Gertrudis y el trabajo inmundo, y el miedo de perderlo -ibapensando, del brazo de Stein-; las cuentas por pagar y laseguridad inolvidable de que no hay en ninguna parte unamujer, un amigo, una casa, un libro ni siquiera un vicio,que pueda hacerme feliz. (p. 66)
Al respecto señala Maryse Renaud:
Es en términos bastantes próximos como Brausen,contempla a su mujer enferma y debilitada, piensa en laspenosas responsabilidades que debe, más que nunca,continuar asumiendo. De hecho, la inserción de la mujeren la vida social se encuentra singularmente limitada.Socialmente improductiva, financieramente dependiente,la mujer genera con su sola presencia, roces y problemas, yhasta desasosiegos y dramas en la medida en que ellafuerza al hombre a adaptar un mundo de vida que él nohubiera elegido por sí mismo18.
El protagonista reflexiona sobre su edad, y la amargura se
refleja en una sarcástica sonrisa torcida; la separación de Gertrudis, de
Raquel y Stein, la sensación que tiene de sí mismo, los considera
malentendidos. Brausen medita sobre la futilidad de su vida y luego se
examina a sí mismo, nadie en realidad. La persona que no se ama a sí
misma tampoco puede amar a otros, y esto es lo que le ocurre a Brausen.
Subiendo el ascensor va pensando: Ella está dormida, no se va a
18 Maryse Renaud. Hacía una búsqueda de la identidad. Proyección, tom. II Montevideo, 1994, p. 27.
23
despertar, yo la quiero y es necesario que olvide por un momento que
sufre mucho más que yo. (p.73). Lo anterior hace alusión al amor que
siente por ella, pero al estar su cuerpo deteriorado por la ablación de
mama, su vida había cambiado. En una ocasión él se mete en la cama, y le
acaricia el pelo a Gertrudis, percibiendo el estremecimiento y suspiro de su
esposa. Era tan grande su desánimo que llega a pensar:
Fue entre este período y el siguiente cuando se me ocurrió,vaga, sin ecos viniendo y yéndose, siempre superficial,como un capricho de primavera, la idea de matarla... Yoya había dejado de jugar con su muerte, no la estabaempujando. (p. 81)
Mientras Gertrudis tomaba la decisión de irse con su madre,
Brausen regresa una noche, y se encuentra con un papel:
Querido: estuve triste hasta las lágrimas pensando en mamáy me voy a Temperley por unos días. Háblame o ven. No meanimaba a decírtelo (aunque no tiene importancia, nopienses locuras). Llamarme por teléfono, y todo irá entoncesmejor. Sé que después de unos días en Templerley estarécontenta y todo volverá a ser como antes. (p. 70)
Al terminar de leer estas líneas, Brausen admite que el mutuo
amor estaba sin dudas tibio y encallado, tan lejos de su origen como un
integrante que hubiera arrastrado furiosamente la vida. Al separarse,
vemos que se cumple la teoría de Igor Caruso expuesta en su libro La
Separación de los Amantes:
Un reflejo de la conciencia esclavizada y del amorhumillado, puede encontrarse en una expresión queseguramente han repetido innumerables enamorados que
24
se separaron y, sin embargo, no quiero arrepentirmeabsolutamente de nada 19.
Después de leer la carta, Brausen piensa en conseguir un
empleo, en que si esta posibilidad se realiza, si ella quería y lograba
hacerlo, todo había de simplificarse, le bastaría con aportar pequeñas
justificaciones cínicas para poder aceptar su fracaso, y aceptarlo con la
resignación anticipada que deben traer los cuarenta años. También
pensaba que si Gertrudis sustituía la gran libertad de su muerte por la
pequeña de no necesitar de él ya, en ningún sentido, le sería posible
enfrentar su fracaso sin melancolía. En esta separación Brausen
demuestra que no tenía gran interés en Gertrudis, ya que se había
resignado. En otra carta que le envía, su esposa expresa:
Estoy segura que podré recobrarme mucho antes, y todovolverá a ser igual si puedo quedarme unos días más, nosé cuántos, en Temperley con mamá. No veas en esto,porque sería absurdo, nada contra ti, mi pobre querido.Nadie podría tener mayor comprensión y delicadeza, tantasatenciones que consuelan y fortifican. En fin, ya teexplicaré todo. Estamos a pocos minutos de distancia,pero no insisto en que vengas, ni siquiera por mamá,debido a que siento que rápidamente me alejaré del climade pesimismo y renunciamiento en que me estabahundiendo. Estamos a media hora de distancia y hay aquíun dormitorio en el que podemos vivir cómodamente. Peropodrás comprender, tú que has comprendido todo siempre,deseo estar un tiempo sola, no me resolvía a decírtelo, ycomprender simultáneamente que no hay en esto nada,absolutamente nada, al contrario, contra ti. De todasmaneras quiero que me llames por teléfono y pienso que yadebías haberlo hecho, además de la primera noche, en queme fue imposible negarme a salir. (p. 90)
19 Igor Caruso. La Separación de los amantes, Siglo XXI, México, 2001, p.11.
25
De inmediato Brausen toma el teléfono, y trata de consolarla
asegurándole, una vez más, que todo se arreglaría. Las cartas de
Gertrudis se reducen a una frase enredada y obscena sin explicaciones
ni preguntas, sin necesidad de respuesta. Brausen la visitaba en
Temperley dos veces a la semana, dormía con ella los sábados y la
abrazaba por la espalda hasta sentirla dormida, sin llegar a sentir celos.
Las demás noches, Brausen se encerraba en su departamento con una
tristeza que lo invadía, pero al mismo tiempo iba descubriendo su
capacidad de olvido, solo sin su calor ni la respiración de Gertrudis a su
lado.
La catástrofe de la separación generalmente se agudiza aún más
porque no sólo constituye la frustración de la necesidad, sino que
representa la frustración de un intento de curación. Los compañeros, o
uno de ellos, siente a menudo, más o menos claramente, lo frustrante que
resulta la separación porque va a significar una reestructuración de la
personalidad de cierto alcance. La causa no es solamente la tendencia
regresiva de la que habla Brausen, sino la liberación por la separación.
Sobre el tema de la separación, Caruso comenta:
La sensación subjetiva del compañero de haber perdidouna relación, por causa de la separación consumada, nose debe rechazar precipitadamente como ilusoria, sino enconsideración a que el compañero, precisamente el objetoideal, se tiene en cuenta para una satisfacción afirmativa,tanto en las demandas del Ello , para agotar los instintosparciales, como las demandas del Yo ideal para
26
agotarse viviéndolos sin conflictos y ser aceptados por elcompañero20.
La separación de la pareja va a proporcionar angustia y dolor.
Esto sucede sobre todo en aquellos amantes más sagaces, cuya capacidad
de represión no es suficiente como para doblegarse completamente ante
el conformismo y para negar totalmente la unión destruida. De acuerdo al
contenido de la primera carta, Gertrudis se va a Temperley con su madre
y le pide a Brausen que no la visite, afirma que es mejor estar separados
por un tiempo; sin embargo, implícitamente desea que Brausen esté cerca
de ella. Pero en la segunda carta, después de un tiempo de pensarlo
detenidamente, Gertrudis decide aislarse un tiempo de su esposo con el
propósito de huir rápidamente del clima de pesimismo y renunciamiento
en el que él estaba hundiéndose. Separación que ella provoca, aunque esto
le trae un gran dolor porque ella sí ama a Brausen. En cambio la actitud
de Brausen es de angustia y desesperación, pero sólo por poco tiempo, ya
que llega a pensar:
En cuanto a mí, otra vez, también había sido condenado aeste nacimiento, a ser arrastrado por esta ajena audacia ala que no atinaba a resistir; meditar un rápido adiós aGertrudis, como el saludo a una bandera, símbolo del paísque me expatriaba. (p.122)
Brausen se da cuenta de que muere su amor por Gertrudis en
un día tan impreciso, tan lejos de su origen como un emigrante que
hubiera arrastrado furiosamente la vida.
20 Idem, p. 122.
27
Brausen comienza a desdoblarse, y convertido en Arce para la
Queca, una prostituta, la cual vive al lado de su departamento, se
encuentra desamparado. Él trata de encontrar la alternativa amorosa en
la vecina, pero muy cauteloso habla con voz sorda con la nueva habitante
del edificio, por temor de que Gertrudis estuviera de regreso y lo llegara a
escuchar.
Sin embargo, la relación entre Brausen y Gertrudis se complica
poco a poco; en esta línea argumentativa Fernando Curiel presenta una
interesante y certera postura:
En la parte que cuenta la consumada desgracia deBrausen, La vida breve dura lo que la cicatrización de laherida de Gertrudis: metáfora literal de lo perdido,desprendimiento de un fruto amargo y magro. Gertrudisregresará al hogar, vomitará su odio y venganza. Brausenla consolará, inhábil, incapaz. Se alejarán día tras díahasta que la vida los separe definitivamente21.
Gertrudis va a visitar a Brausen y se ponen a hablar; ella está
feliz, su cuerpo repetía la actitud de suavizada provocación que le había
sido habitual en su adolescencia; Brausen mira la delantera de la bata de
Gertrudis y no puede adivinar cuál de los dos lados del corpiño estaba
relleno. Tal parece que Gertrudis había aprendido a mostrarse segura,
aunque le faltara un pecho. Brausen le menciona que le debe lealtad, pero
Gertrudis le dice que es tan absurdo, y lo llama Juanucho, pero le agrega:
Lo sé de memoria: Cada día más lejos de mí.Acurrucándose distraída. Haciendo balance apoyada en micalor. ¿Me equivoqué?, ¡es tan idiota! (...) Por este camino
21 Fernando Curiel. Onetti: Obra y calculado infortunio. UNAM, México, 1980, p. 126.
28
terminamos en la cama y ahora no quiero, ahora soy feliz,puedo estar muerto . (p. 130)
Brausen ve a Gertrudis fuerte y alegre, pero observa su cara de
estar pensando otra cosa, de recordar no sé qué, lo que había sido antes
del origen de la alegría. Menciona que la sintió lejana recordándolo,
cuando estaban abrazados. En esta relación amorosa se ve el alejamiento
de los dos, ellos habían estado casados por cinco años y se encontraban
muy bien, pero con la operación de Gertrudis todo cambia. En una de sus
conversaciones, Gertrudis le comenta:
Parezco estar hablando a un cadáver, pero a un cadáver quepuede razonar sin equivocarse. Es que acabó el amor,Juanucho. Ya sabemos, lo hemos repetido tantas veces, queel amor es comprensión. Y sin embargo, sólo dura mientrasno podemos comprender del todo. (p. 132)
En otra ocasión Gertrudis lo espera en el departamento; desde la
tarde se había estado arreglando para Brausen. Cuando éste llega, ella ya
no puede seducirlo, y Brausen termina diciendo que no puede seducirla.
La relación se ve ya más afectada, pues ni uno ni otro pueden jugar.
Gertrudis le pregunta, ¿yo te seduje alguna vez? , a lo cual Brausen
responde afirmativamente, ella lo había seducido totalmente, sin embargo,
Gertrudis comenta ¿no puedo volver a hacerlo? . Brausen le dice que ya
no se puede seguir jugando. Gertrudis le besa el mentón y el cuello
mencionándole que cuando recordó su cara ella sabía que nunca podría
seducirle por completo. En esa ocasión no tuvieron relaciones sexuales,
pues Gertrudis mencionó que tenía una cita con su amiga Dina. Antes de
irse, comieron juntos y Brausen se puso a pensar:
29
Ahí estaba nuevamente la vida, dócil a sus manos y suspiernas jóvenes estremeciéndola con el viejo zumbidopoderoso que había supuesto apagado para siempre. Nome era posible desearla, sentir celos, sufrir por ella. Pero lamiraba con una excitación impersonal, un diluvio oscuro(...) Si la olvido, podría desearla, obligarla a quedarse ycontagiarme de su licenciosa alegría. (p. 150)
Ellos se encontraban solos, representando, experimentando,
tratando de comprender una simple situación humana. Brausen veía en
Gertrudis que el tiempo había pasado, de pronto una angustia indecible lo
arrebata, pues él sabe que necesita reconstruir su pequeño mundo
destruido. Gertrudis decide irse nuevamente a Temperley. Brausen deja
pasar un tiempo y visita a Gertrudis; días antes él había pensado: Yo
había desaparecido el día preciso en que concluyó mi amor por
Gertrudis , (p.170). Es necesario recordar las palabras del doctor Joseff
Ratther:
Sólo es capaz de amor el que se acepta sí mismo, lacapacidad de amor es indivisible, el que quiera amar a losotros no puede negarse a sí mismo. Si amar significa decirsí a los otros hombres, respetarlos y favorecerlos, ¿cómosería posible no adoptar una tal actitud frente a sí mismotambién? Los que se odian a sí mismos son siempre malosamantes22.
Ahora, estando frente a ella, cree haber comprendido los cinco
años vividos con Gertrudis, el muerto Brausen, y piensa que su vida con
Gertrudis se apartaba del misterio del destino. Cuando empieza a
platicar con Gertrudis le menciona: El hombre llamado Juanucho te
22 Ratther, Op. Cit., p. 19.
30
quiso, fue feliz, y sufrió pero está muerto. En cuanto al hombre llamado
Brausen podemos afirmar que su vida está perdida. (p. 226)
Gertrudis le asegura que a su edad no es una decadencia, sino
un fracaso. También le dice que tal vez no se tratara del pecho que le
sacaron ni del desamor ni del fin inevitable de todas las cosas. Brausen
menciona que no se trata de decadencia sino de otra cosa; es que la gente
cree que está condenada a un alma, a una manera de ser. Se puede vivir
mucha veces, muchas vidas o menos largas. Los dos toman un trago.
Brausen sabe que no hay para él ninguna posibilidad, que toda tentativa
lo conduciría de antemano a un nuevo fracaso, que sus movimientos son
meros juegos o farsa poco convincentes, ya que él carece de la fe que
podría sumergirlo en una total inconciencia y crearle la ilusión de la
felicidad. Gertrudis le pregunta: Entonces acabas de morirte de una vida
¿No es así? ¿Y que vas hacer con la otra, la que empieza? (p.227) . Ésta
será la respuesta de Brausen:
Nada . . . voy a vivir, simplemente. Otro fracaso, porquepuede presumirse que hay una cosa para hacer, que cadauno puede cumplirse en determinada tarea. Entonces lamuerte no importa, no tanto, no definitivamenteaniquilación, porque el hombre con fe supone haberdescubierto el sentido de la vida, haberlo obedecido. Peropara esta pequeña vida que empieza o para todas lasanteriores si tuviera que empezar de nuevo, no conozconada que me sirva, no veo posibilidad. Cualquier pasión ofe sirve a la felicidad en la medida en que son capaces dedistraernos, en la medida de la inocencia que puedendarnos. (p.228)
31
Al respecto Fernando Aínsa comenta:
En todo este proceso hay, sin embargo, una reflexión quehacer. Brausen sabe huir a tiempo de las mujeres quesorprende a su lado, cuando ve a la muchacha que amócomo incurable y madura, olvida que para él también eltiempo ha transcurrido y son crueles cuando sóloimputan a la mujer el cambio que critican23.
Con respecto a la relación amorosa, Hugo Verani menciona lo
siguiente:
Brausen vuelve a ver a Gertrudis y quisiera modificar elprincipio de su relación con ella (ella me había elegido, ellame había tomado), y de seducido convertirse en seductor,pero esa vida breve ya ha terminado, no puede ser iniciadanuevamente24.
Tanto Gertrudis como Brausen reconocen su imposibilidad de
compartir una vida en común, la falta de amor verdadero y pasión, así
como el excesivo egoísmo de Brausen terminan por concluir una unión
aparentemente plena.
23 Fernando Aísa. “El amor como búsqueda imposible de la perfección”, en Cuadernos Hispanoamericanos,n° 292-294, Madrid, Octubre-Diciembre, p. 316.24 Hugo J Verani. “Dos Ensayos en torno a dos novelas de Onetti “, en Cuadernos Hispanoamericanos,p. 450.
32
BRAUSEN Y LA QUECA
Juan Carlos Onetti crea en La Vida Breve un personaje incapaz
de vivir en soledad, tiene miedo al gran vacío que siente después de
terminar definitivamente con Gertrudis, ello lo obliga a buscar un refugio,
pero como los menciona Fromm: las personas buscan su nivel, el otro
debe de tener el mismo código ético y moral, viajar al mismo paso y bajo
circunstancias similares. 25. Por ello no es de extrañar el razonamiento de
Elena Martínez:
La vida breve comienza con la postulación de un espaciodoble escindido. Se abre con un diálogo fragmentado:-Mundo Loco supone otro, un receptor pero sin voz. El
discurso de la Queca remeda , por lo tanto, siguehuellas de otro discurso, realiza las mismas acciones queotro. El lector recibe frases intermitentes dichas sinconvicción. Todas las referencias al apartamento de laQueca y la situación inicial suponen un vacío: huecos delas escaleras , el aliento cortado 26.
Cuando termina con Gertrudis, Brausen se encuentra muy solo,
tremenda e infinitamente solo. A través de la pared escucha voces y
ruidos. Hay una nueva inquilina en el departamento contiguo, una mujer
que lo intriga desde el principio: -Mundo loco dijo una vez más la mujer,
como remedando, como si lo tradujese (p.11). Él también ha vivido la
locura del mundo al pensar que era feliz con Gertrudis y descubrir que su
amor se acabó.
25 Fromm, Op. Cit., p. 10926 Elena Martínez. Onetti: estrategias textuales y operaciones del lector, Velum, Madrid, 1992, p. 102.
33
Entre las pocas frases que Brausen pudo escuchar tenemos una
de suma importancia:
Aunque se me destroce el corazón a pedacitos, le juro.No le voy a ir a pedir de rodillas. Si él lo quiso, ahora lotiene. Yo también tengo mi orgullo. Aunque me duelamás que a él mismo. (p.12)
La mujer del apartamento contiguo relata a un hombre lo
doloroso de la ruptura con su pareja, pero expresa que aunque se le
destrozara el corazón no buscaría, ni le rogaría a Ricardo, su gran amor
durante tres años. Cuando Brausen escucha todo lo que hablan,
despierta en él una gran curiosidad: si supiera cómo estoy de los
hombres dice la voz femenina. En realidad Juan María Brausen vive algo
similar, su gran dolor y angustia ante la falta de algo que lo estimule, y el
amor es uno de los mejores estimulantes. Las cuentas por pagar y la
seguridad inolvidable de que no hay en ninguna parte, una mujer, un
amigo, una casa, un libro, ni siquiera un vicio que pueda hacerme feliz.
(p. 66)27. Brausen se reconoce en ella, van por el mismo sendero
reconociendo su imposibilidad de amar.
En una ocasión en que Brausen llega de la calle, ve un sobre
que tiene el nombre de la nueva vecina; Brausen piensa en la mujer del
lado, en el perfil que pudo verle, en su voz, su risa, en cada una de las
cosas que ya sabía de ella.
Empezando el mes de octubre, cuando él llegaba de la calle,
descubre el departamento de su vecina abierto, el manojo de llaves colgaba
27 Supra., p. 11.
34
de la cerradura; toca el timbre y al comprobar que no había nadie, entra en
la habitación, y se desliza sobre el piso encerado.
sin ruido ni inquietud, sintiendo el contacto con unapequeña alegría a cada lento paso. Calmándome yexcitándome cada vez que mis pies tocaban el suelo,creyendo avanzar en el clima de una vida breve en el que eltiempo no podía bastar para comprometerme, arrepentirmeo envejecer. (p.71)
Brausen logra forjarse una pasión oscura y fascinante, que ha
estado creciendo con una vibración maligna e incontrolable.
Después de observar todos los objetos del departamento, se da
cuenta de que el tiempo se había cumplido y debía marcharse. Es
necesario mencionar la recurrencia del narrador con respecto al espacio
que habita la Queca, se hace énfasis en objetos desordenados, estáticos y
en las flores marchitas. La espacialidad es un reflejo de la situación
amorosa que posteriormente vivirán Arce y la Queca, porque ambos
están en una transición amorosa, entre un final ( la ruptura con Gertrudis
por parte de Brausen-Arce, y la disolución amorosa de Ricardo con la
Queca), sin embargo, se encuentran en el principio de una nueva
relación sentimental; ambos están decepcionados buscando evadir su
soledad con una nueva y satisfactoria relación.
Con el paso del tiempo, Brausen observa detenidamente a la
Queca y sus actividades, así como el sin fin de hombres que la visita. En
una ocasión, Brausen la escucha y se la imagina a en la cama con un
hombre al cual le decía:
35
-¿Para qué voy a llorar ? exclamó- Uno se va y apareceotro. Yo tendría que estar muerta para no tener hombre.Desde que era una chiquilla, me acuerdo aunque parezcamentira, supe que iba a ser así. No voy a llorar, antes meva a faltar el aliento que un hombre. (p.73)
Una de las problemáticas que plantea el personaje de la Queca es
una niñez sin amor, por lo tanto rápidamente se desvaloriza ella misma, lo
cual se verá reflejado en la necesidad de compañía, en su caso es una
compañía motivada por el eros, es decir, ella es buena para dar placer a
cambio de dinero y compañía. En realidad la desvalorización de la joven
puede tener un sinnúmero de raíces, como lo menciona Rattner:
Situaciones anómalas de todo tipo pueden proporcionar elgermen del abandono social en la infancia. También elexcesivo mimo puede desempeñar un papel, por lo que nopermite al niño hacerse una idea de sus propias fuerzas:muchas prostitutas han fracasado primero en suformación profesional y después no pueden abrirse uncamino honrado en la vida28.
Georges Bataille menciona que hay en cada mujer una prostituta
en potencia, pero la prostitución es consecuencia de la actitud femenina.
En la medida de su atractivo, una mujer es el blanco deldeseo de los hombres. A menos que se prescinda del todode ella tomando partido por la castidad, la cuestión es enprincipio saber a qué precio, en que condiciones cederá. Yacumplidas las condiciones se da como un objeto.42
La Queca a través de Brausen es una mujer que se prostituye
fácilmente, por ende tiene ciertos atractivos y juventud; sin embargo,
para el solitario de Juan María Brausen la Queca se resume en su piel
28 Rattner, Op. Cit., p. 19942 Georges Bataille. El Erotismo. Tusquets editores, Barcelona p. 183.
36
blanca, su manos alargadas, sus nalgas y pechos sensuales; él la concibe
como un mero objeto de deseo.
Al escuchar la conversación de la Queca: -¿Para qué voy a
llorar ? (...)Desde que era una chiquilla, me acuerdo aunque parezca
mentira, supe que iba a ser así. No voy a llorar, antes me va a faltar el
aliento que un hombre. p.73); Brausen salta de la cama, sudoroso,
estremecido por el odio y la necesidad de llorar, pero se reconoce de cierta
forma en las palabras de la Queca. Él, un hombre de cuarenta años, solo
pero con la profunda necesidad de encauzar sus pulsiones eróticas, de ahí
su interés por las nalgas y pechos de Gertrudis y la Queca.
En una ocasión, Brausen va siguiendo a la Queca, mientras la
espiaba desde un café para ver con quién sale acompañada, por primera
vez desde su ruptura con Gertrudis se siente feliz y pleno, con una ilusión.
Mientras miraba a los hombres que llegaban a la esquina del café y
suponía sucesivamente que habían estado con la Queca; es decir, la
pulsión erótica es libre y sin restricciones ni malestares morales, a tal
grado que la desea y va en su busca, toca el timbre y pregunta por la
señora Martí. Ve entonces que su vecina es muy joven, rápidamente para
acercarse a la Queca y cumplir su deseo planea una sencilla mentira, dice
llamarse Arce e ir de parte de Ricardo. Ella lo invita a pasar y tomarse
una copa, mientras le observa la cara y el cuerpo. Brausen confiesa la
verdad, deseaba tenerla entre sus brazos. Ella empieza a acariciarlo, le
37
toca el pelo, la nuca, de forma seductora. La Queca lo hace feliz, a tal
grado que Brausen afirma:
Quedé junto a ella, en el sillón, abandonado y feliz, dueñorepentinamente de un largo hábito de estar con la Queca, dever y usar los objetos y los muebles del cuarto. Ya no estabaobligado a mentirle para excusarme; sentía en cambio, elplacer y la necesidad de mentir.(p.106)
Es muy significativa la frase: abandonado y feliz, dueño
repentinamente de un largo hábito de estar con la Queca, de ver y usar los
objetos y los muebles del cuarto . Desde su primer encuentro él reconoce
cierta paz, su mundo tiene sentido, pero de forma muy egoísta porque
Brausen se adueña de su espacio minimizando la personalidad de la
Queca, pues ella es el elemento principal que da vida y forma a su espacio,
que ahora pertenece también a Brausen.
Juan María Brausen, quien se hace llamar Arce, es un
hombre que tiene cinco años de casado con Gertrudis, sin embargo, su
matrimonio de está desmoronando. Es por este motivo que él se cambia el
nombre.
En otra ocasión, Arce y la Queca se están besando en el
departamento de la joven , y ella empieza a contarle cosas de su vida. Pero
en ese momento se oye que abren la puerta de un puñetazo, la Queca
corre espantada y afligida, por su parte Arce no sabe qué hacer.
Repentinamente entra un hombre joven de complexión regular, Queca lo
presenta con Ernesto como Arce y comenta que viene de parte de
Ricardo; por su parte Ernesto lo golpea hasta sacarlo del departamento.
38
Brausen, herido en su orgullo, pretende vengarse matando a Ernesto,
pero la joven prostituta rompe sentimentalmente con Ernesto y lo despide:
Ernesto no va a venir más. Nos peleamos y lo eché. No va a creerme, pero
estuve pensando cómo buscarlo para explicarle. Demasiado sé que no
tengo disculpa. (p.151) Ernesto le había advertido a la joven que si la
encontraba con otro hombre, la mataría. Ella no tiene miedo a las
amenazas de Ernesto; a la Queca lo único que le importa es su nueva
relación con Arce.
En una ocasión ella invita a Arce a viajar a Montevideo, a costa
de un amigo de buena posición social y económica que le paga muy bien
por un poco de compañía:
No tienes que preocuparte por los gastos. Es un señor viejoque ni me toca, te digo. No enseguida, si alguna vezquieres; él va cada quince días, pero si no vos no venís yotampoco.[...] Aquí estoy yo, en esta cama oyendo el ruido deagua que cae sobre la mujer que es mi amante, que mellevará un día de estos a Montevideo, mediante el dinero deun viejo amigo.(p. 149)
Brausen- Arce miente, es un impostor; desprecia y usa a la
Queca, se convierte en un rufián, pues ella paga su viaje a Montevideo en
busca de la juventud. Al respecto Joseff Rattener afirma:
La rufianería forma parte de la prostitución y desempeñaen ella un papel siniestro. No todas las prostitutas tienenun rufián (chulo en España, padrote en México, etc.).Mientras hubo burdeles, los rufianes no tenían mucho quehacer. La prostitución libre aumenta su número, porque lamujer de la calle independiente necesita un protector, quela ampare frente a los clientes altaneros o estafadores. Estaprotección, ciertamente es muy problemática, porque la
39
prostituta resulta mucho más explotada por su amigo ogalán29.
Por su parte Hugo Verani comenta:
Si la pasividad y la frustración son cualidades inherentesde Brausen, Arce representará la cara opuesta: afectaráuna vida guiada por la pasión y aún por la brutalidadsádica. Cumple su tímida iniciación en este mundo derufianes y prostitutas.30
Vemos a Brausen- Arce en su nuevo papel, se va imponiendo
nuevas reglas de vida y gradualmente adopta una nueva personalidad.
Desde los más insignificantes detalles, se prepara para la irrupción de un
nuevo ser: su manera de caminar arrogante y desenfadada, el abuso del
alcohol, la compra de un revólver que lo hace sentirse un hombre de
mundo. Aquel tímido Brausen adquiere una desconocida seguridad y
poderío; asimila el ambiente de corrupción y violencia que rige el mundo
de la Queca. Ya Arce casi no trabajaba, por lo que siempre está borracho
con la Queca; en realidad ella es su motivación:
En el creciente placer de golpearla, en el asombro de queme fuera fácil e innecesario hacerlo [...] Ahora el generosoamigo viejo de la Queca venía a visitarla las tardes de lossábados.(p.188)
Rattner propone con respecto a la prostitución:
La prostitución muestra la vida amorosa humana reducidaa una terrible caricatura; al amor reducido al simple actodel placer, a la eyaculación. Evidentemente el hombrepuede convertir todo lo natural en algo antinatural: elcomportamiento sexual nos lo muestra con demasiadaevidencia. (...) Un importante factor para llegar a la
29 Rattner Op. Cit., p. 20330 Verani Op. Cit., p. 456
40
comprensión de la prostitución es el hecho de que loshombres, por lo general admiten un mundo patriarcal porlo que degradan a la mujer a la condición de objeto (...)Aparece así en el mercado las más rara mercancía quepodría imaginarse: la mujer en persona aparece comonegociante, vendiéndose a una tarifa más o menosconstante. 31
El famoso sexólogo Ivan Bloch definió así la prostitución:
La prostitución es una determinada forma de comerciosexual extra conyugal caracterizado por el hecho que elindividuo que se prostituye, se entrega más o menosindiscriminadamente a muchas personas indeterminadasde manera continua, pública y notoria como parte de unacompra venta, para practicar el coito u otras actividadessexuales32.
Gracias a lo dicho anteriormente, podemos aseverar sin temor a
equivocarnos que tanto la Queca como Arce interactúan plenamente en la
fórmula amante-prostituta- golpeada / amante-rufián- golpeador.
Brausen- Arce acepta que la Queca continúe prostituyéndose, de
manera que ella pudiera y siguiera manteniéndolo. Estamos en presencia
de la corrupción del amor con cierta resignada fatalidad, hasta en su
forma extrema: la prostitución.
En otra ocasión Brausen-Arce está esperando en el departamento
a la Queca, y se encuentra con un mensaje escrito que decía: Te voy a
telefonear o venir a las nueve . Este mensaje era de Ernesto; Brausen se
emociona, pues espera encontrarse con Ernesto y matarlo. Al llegar la
Queca platica con Arce y le menciona que tiene un presentimiento;
31 Rattner, Op. Cit., p. 190.32 Ibid., p. 191.
41
Brausen le dice que también él siente que va a pasar algo esa noche. Al
dar las nueve de la noche suena el teléfono; Brausen- Arce contesta
sabiendo que es Ernesto y niega a su amante; por su parte Queca,
molesta, le llama cornudo.
Queca le anuncia que se irá a Montevideo con su viejo amigo, en
ese momento, él empieza a confabular la idea de matarla, ello le seduce
tremendamente, empapa una esponja y la escurre en la cara de la Queca,
después la empuja hacia la pared y empieza a golpearle la cara:
Primero con las manos abiertas, con los puños después,hasta arrancarle un asombroso llanto infantil y dosmezquinos hilos de sangre, teniéndola siempre sujeta con larodilla para que no se le derrumbara. (p. 208)
Arce golpea brutalmente a Queca, pero una de las motivaciones
principales es la sensualidad y el deseo que le provoca poder utilizar la
violencia para subyugar a su amante. Respecto al rufián afirma Rattner:
Él domina a su hembra en el sentido de una relaciónsadomasoquista, es precisamente el carácter frecuentementemasoquista de la mujer pública lo que hace sentirsesometida a su grosero y violento compañero. Los golpes quede él recibe no perturban casi nunca la relación, por másque existan casi intentos de explosión , que el rufián suelesofocar mediante terribles amenazas. Las prostitutas seencuentran así entregadas sin remedio en manos de suamante tirano, oscilando entre la angustia y el cariño, perodominadas por ambos afectos de tal manera, que rara vez sedeciden a hacer una denuncia que podría proporcionar a lapolicía los medios para apresar al rufián33.
33 Ibid., p. 204.
42
La narrativa de Onetti descansa sobre las relaciones
prostibularias en las que la mujer juega siempre un papel de objeto, como
bien menciona Roland Barthes: es necesario que el otro desee ser
cosificado, minimizado y degradado para sentirse feliz. 34. La Queca exige
ser objeto y jamás permite la trasgresión de esta ley. Golpeada
brutalmente por Brausen Arce, tampoco termina con la relación. En otra
ocasión estando él en su departamento piensa en su primera teoría:
Aceptaba que la falla estaba en la Queca y que eradeliberada, la obligaba a emborracharse y a ofenderme, lagolpeaba por sorpresa siempre después de una fraseamistosa y de una caricia, cada vez más gozo repitiendola tentación de la obra maestra, resistiéndome a la promesade contento definitivo e invariable que me anticipaba de laidea de matarla y verla muerta.(p. 236)
En esta relación Brausen Arce se muestra sumamente agresivo;
además de emborrachar a la Queca y golpearla, ahora también tiene el
deseo de matarla. Sin embargo, en algún momento Brausen-Arce piensa
en el juego en que los dos están inmersos y en que ella empezaba a
presentir que la mataría, hacía sonar su estrépito de inmundicia para
provocar al momento.
Salió un poco de sangre, era posible creer que la nariz seiba hinchando, segundo a segundo, visiblemente; la Quecase abandonaba a los golpes metódicos y desanimados, sinotra tentativa de rebelión o defensa que la risa pareja,sostenida casi sin interrupción, cuyo origen de odio serevelaba por el cuidado y la tenacidad con que ella laseparaba. (p. 274)
34 Rolánd Barthes. Análisis estructural del relato, 5° ed., Premia, México, 1987, p. 186.
43
Ésta es sin duda una relación sádico - masoquista35, a ella le
escurre sangre por la nariz, él siente deseo de tocar aquellos hilos de
sangre con la punta de la lengua y de esta forma satisfacer el cosquilleo de
la sangre y del sudor, mientras que ella lo va guiando con los ojos
brillantes, de entusiasmo: Sí soy una perra borracha. Mundo loco ...soy
una perra borracha (p. 274)
A este respecto, Leopoldo Aguilar García, opina que la vida de
estas mujeres es triste y lastimosa; de verdad que lastima los sentimientos
de cualquier persona que tiene bien cimentada su moral y honestidad
sexual 36.
El sadismo de la pareja muestra que los dos están
emocionalmente perturbados, viviendo o compartiendo una relación
amorosa sin un gramo de amor verdadero. Brausen-Arce busca algo
debajo de la cama, y se hace un tajo oblicuo en el pecho con una hoja de
afeitar, frente al espejo del cuarto del baño, evocando la sonrisa con que
ella se había despedido. Durante los días y noches siguientes la Queca
sube de la calle acompañada por hombres; esto le trae un sentimiento
especial a Brausen Arce:
35 El masoquismo sexual consiste en el hecho de que una persona, para desencadenar su voluptuosidad,necesita de alguna forma de sufrimiento o humillación: el masoquista “ama” a quien le tortura y su propioorgasmo está ligado a un sufrimiento mayor o menor proporcionado por otro. Desde el punto de vista moral,se trata aquí de hombres íntimamente dependientes, que han renunciado a ser ellos mismos. Cuando el amordegenera en una relación de dependencia, donde uno se siente únicamente objeto del otro y renuncia a sulibertad personal, hay siempre un componente masoquista en juego. Rattner, Op. Cit., p. 94.36 Leopoldo Aguilar García. La prostitución en México y el Mundo. Costa – Amic editores, México, 2000.p. 59
44
A cada nuevo, desconocido andar, a cada repetición delsonido de la llave de la cerradura, yo sentía aumentaraquella agradecida, piadosa, implacable forma del amorque me une a ella. (p.288)
Brausen Arce piensa que no puede actuar porque le faltan los
sentimientos, la ansiedad y la esperanza, los miedos correspondientes a la
expectativa de lo que iba a hacer; imagina apretarle la garganta y besarla,
luego juega con el revólver. Era el momento de separarme de la
prostituta, de oprimirle la mejilla y sonreír destilando frustración y
respeto, el no resignado acatamiento a la imposibilidad del amor. (p. 275).
Este elemento no es privativo del uruguayo, ya en los textos del Marqués
de Sade se presenta el goce sexual junto con el dolor y el poder.
Sadismo. ... Pero si la vida y la naturaleza creada no sonperfidias y crueldad, es preciso entonces, para liberarse deellas, insistir sobre esa pérdida y esa crueldad sobre sí ysobre el prójimo. Sade elige al prójimo, quiere ser criminalmás que víctima. Así, la conciencia sádica es la inversa dela conciencia romántica37.
El personaje piensa que deshacerse de la prostituta sería fácil,
pues cree que ella se acercará a él, le dará un golpe con el cual la
atontará, para luego decirle muchas cosas. Cree que le bastaría sólo unos
pocos minutos para quedar vacío de todo lo que había tenido que soportar
desde sus adolescencia, de todas las palabras ahogadas por pereza, de su
falta de fe. La Queca será el objeto de su frustración total, es decir,
cuando la logre matar logrará liberarse de su fracaso general.
37 Rougemont, Op. Cit., p. 347.
45
Arce abre la puerta del departamento de la Queca y la ve
desnuda en su cama, con una sábana enrollada cruzándole el vientre y
sus manos reunidas sobre el pecho, una pierna estirada y otra alzando la
rodilla.
Ella no se movió, no dijo nada. Los anillos de los dedoscontra los senos, la piel de la rodilla y la media luna de losdientes emergían con equivalencia de la zona de débil luzde la cama; comenzaron de pronto a reiterar explicacionesociosas.(p. 237)
Después escucha un chorro de agua en la pileta, piensa
entonces que hay alguien en la cocina, probablemente sea la Gorda con
un traje de noche; mas al acercase le llega el olor de un perfume violento,
y ve a un hombre más joven, encorvado, que avanzó. Ese hombre era
Ernesto, quien tuerce la boca en dirección a la cama, lentamente alza una
mano y se apoya en el hombro de Arce, y le dice: Está ... . Brausen Arce
inmediatamente se dirige a la cama y toca la rodilla que alzaba la Queca,
resbala la mano del cuerpo de la mujer, por lo cual Arce supo que estaba
muerta. La cubre y la acomoda con la sábana. Inmediatamente se lleva de
la escena del crimen a Ernesto; ya en su departamento lo tranquiliza y
vuelve al lugar del homicidio para asegurarse de no haber olvidado algo
que los delatara, observa atentamente la habitación mientras piensa:
Me incliné para hacerme incomprensible la lujuria, paraexaminar una complicación minuciosa y sin sentido.Mundo loco.... recé mirando aquello como a una larga
palabra extranjera. (p. 296)
46
Sobre está relación Celia Zapata menciona La gratuidad de sus
acciones, la perversidad y el sadismo más ruin se conjunta en Arce para
poder solidificar un odio inventado para sobrevivir en sus múltiples vidas
breves 38.
Muerta, dura y fría se encontraba la Queca, todo había
terminado para ella, no existía más. Al instante Arce comprende que su
relación amorosa sado-masoquista había concluido.
38Celia Zapata. “El impasse amoroso en la Obra de Juan Carlos Onetti” en Cuadernos Hispanoamericanos. p. 188.
47
BRAUSEN -DÍAZ GREY Y ELENA
La superposición de las tres historias paralelas, la vida de
Brausen, su desdoblamiento en Arce, ponen de manifiesto el principio de
configuración que rige la creación literaria del novelista uruguayo.
Brausen funda un mundo (Santa María), se imagina otros dos modos de
vivir y esas dos experiencias simultáneas que inserta en la novela van
adquiriendo autonomía, se independizan de su creador y terminan por
desplazar totalmente la ficción que las prefigurara; acaban por imponerse
como una realidad literaria dentro de otra.
La necesidad de evadirse del mundo propio le habíaforzado a la creación de un mundo imaginario. Un médicocuarentón en Santa María, ciudad provinciana junto al río,constituía la primera imagen. Poco a poco, y mientrasBrausen se esconde y emerge gradualmente como Arce, lahistoria de Díaz Grey se va formando como otra vía deescape. El mundo en que Díaz Grey vive es unatransparente estilización de la realidad que oprime aBrausen39.
Cabe notar en primer término la diferencia sustanciosa entre las
relaciones ficticias-reales y la relación ficticia-ficticia. Es decir, todo
mundo novelesco se plantea como ficcional, sin embargo, dentro de ese
mundo novelesco se desarrollan historias que se conciben como reales
para el lector, tal es el caso de las relaciones sentimentales de Brausen
con Gertrudis, y de Brausen Arce con la Queca. No obstante, se inventa
una relación ficticia-ficticia, pues dentro del mundo novelesco se escribe
39 Emir Rodriguez Monegal. “La fortuna de Onetti” en Homenaje a Juan Carlos Onetti. Anaya, Madrid,1974, p. 89.
48
una historia que no es verdadera, engendrada hoy la imaginación de
Brausen; esta relación tiene su origen en el argumento de cine solicitado
por Julio Stein. En él, Brausen se desdoblará en Díaz Grey y su
antagonista será Elena Salas:
Pero yo tenía entera, para salvarme esta noche de sábado;estaría salvado si empezaba a escribir el argumento paraStein, si terminaba dos páginas, o una siquiera, si lograbaque la mujer entrara en el consultorio de Díaz Grey y seescondiera detrás del biombo; si escribiera una frase, talvez. (p.40)
Lo anterior es dicho por Brausen antes de sospechar que es
posible escapar del mundo opresivo asumiendo la personalidad de Arce
para ingresar al universo contiguo de la Queca; intuye que hay otra salida:
la imaginación. Este mundo imaginario será mostrado desde las primeras
páginas y estará íntimamente enraizado con las otras relaciones
sentimentales de Brausen:
Porque, como ya se ha señalado, el hallazgo literario deOnetti es imbricar sabiamente esos tres planos, hacerlosprácticamente indisolubles, sin por ello yuxtaponerlos nidividirlos con barreras visibles y bien ordenadas. En líneasgenerales podemos decir que Buenos Aires es el presente,Montevideo el pasado irrecuperable y Santa María laproyección imaginaria de Brausen40.
Es claro que con la creación de Santa María, Brausen se propone
llevar a cabo la dimensión imaginaria, en ella el doctor Díaz Grey está en
su consultorio, abre la puerta para que pase una mujer y la invita a
sentarse, aduciendo que en un minuto la podía atender. Ante la
resistencia de Elena, el doctor la mira de arriba abajo. Ella tenía puesto
40 Omar Prego y Maria Angélica Petit. Onetti o la salvación por la escritura, S.G.E.L, .Madrid, 1981, p. 60
49
un traje sastre blanco, su cabello era rubio, rojizo. El personaje femenino
empieza a explicar qué le sucede, siente que el corazón se le va a detener,
a veces se pasa un día entero esperando morir a cada momento.
Le miró la cintura, estrecha, oprimida por la faja, lacadera apoyada en la camilla,- Si quiere quitarse laropa... alzó un brazo señalando el rincón del biombo.Tenía el torso desnudo y los grandes pechoscontinuaban alzados, casi rígidos, con puntasdemasiado abultadas.(p. 48)
El médico trata de recordar lealmente si había mirado o no con
deseo el cuerpo de la joven, sobre todo su busto. Es necesario recordar
que para Brausen es una de las partes más eróticas de la mujer. Uno de
los objetivos de Elena era poder adquirir morfina, pues desde algún tiempo
ella y su esposo eran adictos. Cuando Elena regresa al biombo para
vestirse, desliza una rápida mirada al doctor, ella sabe que no lo podrá
engañar, él seguramente ya conocía la verdad; sin embargo, le excita el
hecho de poder seducirlo.
Ojalá no hubiera venido, yo no la hubiera conocido nunca.Ahora sé que tuve miedo desde el primer momento,comprendo que voy a llegar a necesitarla y que estarédispuesto a pagar cualquier precio. Y ella lo supo con laprimera mirada, esta seguridad estaba dentro de ella aunantes de que realmente lo supiera. (p.50)
Elena le confiesa la verdad, su motivación primordial era
conocer al médico del pueblo amigo del boticario, del juez, del jefe de
policía, y además amigo del doctor Quinteros desde la facultad. Éste
último habrá sido apresado y llevado a Chile, por venta de cocaína o
50
morfina41. Astutamente Elena había planeado acercarse a la persona más
conocida de todo le pueblo; para ella una recién llegada a Santa María,
sería de gran utilidad todos los informes que él pudiera proporcionarle.
Además era el único que podría administrarle la morfina.
Ella sabe que ejerce poder sobre Díaz Grey, porque se sabe
hermosa y como tal, utiliza la seducción para dominarlo, frente a la
amenaza que representa el médico por su conocimiento científico. Por el
texto sabemos que el médico lejos de negarse a atender a la mujer, se
involucra con ella, aún cuando ella confiesa la verdadera intención de su
visita. Por su parte Díaz Grey en un intento de persuadirla a buscar otro
médico pide un pago excesivo por la droga que le vende, pero ella no sólo
acepta, sino que le extiende una mayor cantidad de dinero.
Díaz Grey había seguido relacionando las visitas de Elena Sala,
había repetido ciento de veces el primer encuentro, esforzándose por no
mirarle los ojos.
Y en cada una de las visitas había dado una inyección a lamujer, sin mirar entonces nada más que la zonaimprescindible del muslo o la nalga; había firmado recetasy, cuando ella desaparecía, se acercaba a la mesa pararecoger los billetes que le dejaba arrugados y como pordescuido.(p.82)
En sus visitas casi no platicaban; ella salía del consultorio
después de ser inyectada, y él la miraba.
41 “Morfina” proviene de Morfeo, el Dios latino del sueño, correspondiente al griego Hypnos. Ovidiointrodujo la forma latina sobre el griego morphé (forma) del verbo morphú (dar buena forma). Morfeo esetimológicamente el “hacedor de buenas formas”. El sueño y la ficción, ligadas en Onetti desde los primeroscuentos corresponde a esta creación. Josefina Ludmer. Onetti: los procesos de la construcción del relato,Sudamericana, Buenos Aires, p. 70.
51
Tras largas jornadas de trabajo en el guión cinematográfico,
Brausen intercala breves descansos al lado de la Queca; cuando estaba
con ella la abrazaba y acariciaba, y solía imaginarse estrujando el
cuerpo perfecto de Elena Salas, los contornos de su creación.
Georges Bataille menciona que el erotismo conduce a la soledad.
El erotismo es aquello de lo que es difícil hablar; se define por el secreto,
no puede ser público. Puedo citar ejemplos contrarios, pero de una
manera u otra, la experiencia erótica se sitúa fuera de la vida ordinaria.
En el conjunto de nuestras experiencia, permanece esencialmente
separado de la comunicación normal de las emociones42.
Díaz Grey esconde su erotismo cuando está con Elena Sala, pero
estando con otra mujer manifiesta la emoción que siente por Elena.
Aunque a veces la esperaba con un sentimiento de compañía, la ve sin
amor, sin verdadero deseo. Pasa el tiempo y él se contradice en sus
sentimientos.
Un día tocan a la puerta del consultorio; Díaz Grey abre y se
encuentra con un hombre bajo y ancho, de cara redonda, quien dice ser
el esposo de Elena Sala. Según M. Renaud:
Entonces las relaciones se vuelven problemáticas y el ritmode la historia se precipita, suscitándose nuevasmodificaciones en el esquema inicial: después de haberdesempeñado eficazmente su papel de mediador y hastainformativo, Lagos se eclipsará, no sin antes aportar unavisión contradictoria de una mujer que le permitirá a laficción volver a desplegarse en nuevas direcciones43.
42 Bataille, Op. Cit., p. 34643 Renaud Op. Cit., p.251.
52
En la entrevista de Lagos y Díaz Grey se exponen los motivos de
la supuesta enfermedad de Elena. Su mujer no está enferma, lo que le
ocurre es que hace un par de años conoció a un hombre y regularmente
cada dos meses, ella sufre pensando en él, como si lo hubiera amado; sus
síntomas son: insomnios, pesadillas, sudores fríos, la desesperación sin
salida. No hay enfermedad, sólo se trata del recuerdo que viene, sofoca un
par de días y desaparece. El Sr. Lagos informa que ese hombre se llama
Oscar Owen, es un inglés, un rufián. No sólo porque haya vivido un
tiempo de su dinero y de ella. Nos enajenó en un vicio44. Por lo que a mí
respecta, se trata más bien del deseo de acompañar a mi esposa, por
lealtad. Podría renunciar a este hábito en cualquier momento. Pero ¿para
qué?. No me hace más daño que el tabaco.
Jamás hubo entre ellos ni la sombra de una intimidadreprochable, me consta. Su triunfo consistió endeslumbrarla, en hacerse imprescindible, digamos como lacostumbre que nos transmitió. Era joven, muy hermoso.Ese tipo de muchacho sin pecado que insiste en hablarnosde su virilidad, tanto que terminamos por sospechar quehay escondida cierta feminidad. Están descartadas lasrelaciones físicas. (p. 117)
Esas mil atenciones, esa actitud de servidumbre constante, las
flores, los regalos oportunos y baratos, la ayuda para sentarse o
levantarse, para ponerse un abrigo o subir a un coche. En cambio él
44 Pero si los dos amantes comparten esa ilusión, ¿no se convierte en la verdad de su pasión? Denunciaréiscon razón su ilusión de realidad, sin afectarle lo más mínimo: mientras el filtro actúa y mantiene la amistié,viven la realidad de su doble ilusión. Pero la analogía de la droga lo hace sentir claramente: es el carácterinvenciblemente solipsista, narcista y segregador de la pasión. Los que “viajan” están siempre solos. Supasión no alcanza la realidad del otro, de hecho sólo aman su imagen. Rougemont, Op. Cit., p. 406.
53
recibirá algo más que dinero. Recibía la admiración de ella. Lagos le
platica todo lo anterior a Díaz Grey con cierta pesadumbre.
Es muy notoria la insistencia de Lagos en anular la mínima
sospecha de infidelidad por parte de su mujer. Porque realmente Elena
Sala está cometiendo adulterio45 con Oscar Owen. Oscar, el hombre de
quien hablan, es un nuevo personaje así como Ernesto, quien en el plano
de la realidad de la novela está involucrado con la prostituta Queca, y
junto con Arce y sus múltiples clientes forma también un temporal
cuarteto amoroso -, así, en la ficción se representa un cuarteto constituido
por Lagos, Elena, Oscar y Díaz Grey.
Por su parte Elena expresa:
Pero estoy enferma; Lagos ya le habrá dicho que estoyenferma, aunque no tanto para que no pueda volver averme desnuda. Sonríe pero no quiere mirarme los ojos; seempeña en mostrarme su amabilidad y sudesprecio.(p.119)
Es tal la necesidad de Elena por la droga que le suplica al médico
le suministre un poco de morfina.
Por su parte Lagos, una vez que informa al doctor sobre los
antecedentes del pesar de su esposa, le solicita amablemente que
acompañe a Elena en su búsqueda.
La joven le reprocha a Díaz Grey no haberla amado cuando ella
llegó el primer día a su consultorio y se desnudara. Como dice Bataille,
45 Por lo general, en la Biblia la palabra adulterio refiere la relación sexual voluntaria entre una personacasada y otra del sexo opuesto que no es su cónyuge, o, bajo la ley mosaica, a tal relación entre un hombre yuna mujer ya casada o comprometida. La raíz hebrea que significa “cometer adulterio” es na a f́, mientrasque su correspondencia griega es moi-kj eu-o . Las escrituras. vol. I,Brooklyn, New York, 1988, p. 61
54
una joven hermosa desnuda es a veces la imagen del erotismo; el objeto
del deseo es diferente del erotismo; no es el erotismo entero, sino el
erotismo de paso por él.46
Así sucede en esta relación. El personaje femenino manifiesta su
erotismo, sin tener respuesta del médico. En una ocasión en que iban por
la playa en busca de Owen, Díaz Grey observa detenidamente a Elena,
con un profundo odio en sus ojos por no desearla en ese momento; al
darse cuenta la joven comenta:
No vale la pena, medicucho. Tenemos que ser amigos.La culpa es mía, suponiendo que haya culpa. Pero nohay por qué sufrir; yo puedo terminar con susufrimiento cuando usted lo quiera; esta misma nocheen el hotel. (p. 178)
Los dos terminan cansados, ya que recorren varios hoteles sin
encontrar a Oscar Owen. Ambos se alojan en un hotel. Díaz Grey piensa
acerca de la mujer mientas ésta duerme en la cama. Sus pensamientos
son de amor y odio. Al igual que a Brausen, a Díaz Grey le gusta observar
a la mujer en la cama, desprotegida y vulnerable, por ejemplo, a Brausen
le gusta observar a Gertrudis con deseo y desprecio por la imperfección de
su cuerpo, a la Queca la contempla con deseo y violencia, como a una
víctima vulnerable; sin embargo, a través de Díaz Grey sublima el deseo
erótico representado en Elena, una al doctor mujer que no debe poseer,
porque con el paso del tiempo perdería el deseo y toda necesidad de ella.
Solamente con ella, como si todas las demás mujeresestuvieran cerradas, como si hacer el amor significara,
46 Bataille, Op. Cit., p. 180.
55
desde siempre, universalmente, hacer el amor con ElenaSala. Haría cualquier cosa a cambio y después no podríareclamar mi recompensa porque ya ella no puededármela.(p.185)
La ilusión de la posesión de Elena Sala obsesiona a Díaz Grey,
quien vive dispuesto a cualquier cosa por su cuerpo. El amor para
Brausen-Arce y Díaz Grey no alcanza plenitud más allá de la unión física,
es siempre un sentimiento transitorio, con supremacía de lo sensual,
destinado a la insatisfacción, al fracaso; en otras palabras, a la vida
breve.
Elena Sala y el médico desayunan en el hotel, platican con el
dueño del mismo. Éste les menciona que el muchacho había estado
hospedado ahí por un mes, sin embargo, su conducta fue siempre muy
extraña; les comenta de una ocasión en que lo ve caminar por la playa
vestido de traje y camisa de seda. Agrega que el joven se fue con los
Glaeson, y les advierte que para llegar ahí el camino es muy peligroso y
deben cortar por el monte. Decidida e ilusionada, Elena camina en
dirección hacia su habitación, al ver la repentina acción el doctor sale
detrás de ella:
Casi tocándola, oliéndola, como si estuvierarealizando, por fin, la postergada inspección de laprimavera. Olía el mundo, el deseo, su propia vida enel aire que rodeaba la blusa de la mujer, el aroma delcuerpo recién bañado y sudado que se iba mezclandocon el perfume. (p. 220)
Ambos atraviesan el salón desierto y llegan a su dormitorio. El
espacio para Elena y Díaz Grey se reduce, se vuelve cada vez más íntimo,
56
así cuando ella se medio desnuda dispuesta a dormir un rato, para
recuperar fuerzas e ir a Glaeson, Díaz Grey le dice:
no pida explicaciones, usted sabe por qué. Quiero decirleque es una perra inmunda, la más sucia perra que conocínunca. La más sucia que puedo imaginar. Desde queapareció en el consultorio con la primera farsa. Todas lasmentiras, tan innecesarias, tan inevitables para una suciaperra. Y aquí estoy, ayudándote a encontrar al desesperadoy bien vestido, dispuesto a cualquier cosa por tu cuerpo, nisiquiera por eso, por nada, por la necesidad de algo que nodeseo realmente, que no puede servirme. (p. 221)
Él continúa hablando, lento y con cierta despreocupación, sin
embargo, nada de lo que pueda decir el médico a la mujer puede quitar de
su mente su objetivo, encontrar a su amante. Denis de Rougemont afirma
sobre los amantes:
Atraídos por la muerte alejada por la vida que los empuja,presas voluptuosas de fuerzas contradictorias, pero que losprecipitan al mismo vértigo, los amantes no podránreunirse más que en el instante que les priva para siemprede toda esperanza humana, de todo amor posible, el senodel obstáculo absoluto y de una suprema exaltación que sedestruye en su satisfacción47.
Al llegar a la casa de los Glaeson, toca la puerta y les abre una
niña, quien los hace pasar y les informa ya que el señor Glaeson duerme.
En la sala de la casa se encontraba también una muchacha que tocaba el
violín. La violinista les comenta que es la hora de la siesta, pero que dentro
de poco despertará Glaeson, y si que no les molesta a los dos, le gustaría
tocarles una melodía, a lo cual ellos acceden:
47 Rougemont, Op. Cit., p. 55.
57
Díaz Grey pensó en las remendadas palabras del pianomientras ella aguardaba, casi de espaldas ahora, sinimpaciencia, abultadas las grandes nalgas, única riquezade su cuerpo. (p. 238)
Díaz Grey imaginaba con los ojos fijos en las caderas de la
muchacha, trasladando a ellas el deseo engendrado por Elena Sala,
caderas tan anchas que podían dejar salir hijos con sólo golpearlas . (p.
239). Este pensamiento de Díaz Grey es obsesivo; aparece también en la
relación de Brausen con Gertrudis, cuando ella está recostada en su
departamento después de la operación. A lo largo de la novela se muestra
en el personaje Brausen Arce Díaz Grey lo que más le fascina de la
mujer, las nalgas y los pechos, como un objeto sexual de perfección.
Cuando termina la melodía, aparece Mrs. Glaeson y les informa
que Owen se había ido a La Sierra un día antes, en busca de un obispo,
tenía una carta para él , o el obispo era pariente suyo, en realidad no lo
podría precisar.
Posteriormente, cuando Elena platica con el obispo, éste recuerda
Haber sentado a su mesa al fugitivo y alzaba las manos para agregar que
ignoraba su destino a partir de la última taza de café de aquel almuerzo,
no muy lejano. (p.256).
Mientras que Díaz Grey aprovechaba el segundo plano de la silla
que había elegido para mirar con burla a la mujer, despreciarse, tratar de
entenderse, comparar los muslos de Elena Sala con la cara inocente y
martirizada que levantaba hacía el obispo, el obispo profiere un sermón
sobre de la santidad, la desesperación, y la salvación de Oscar Owen.
58
Elena se tortura repasando las preguntas sobre el fugitivo que no se
atrevía a hacer. El obispo habla de Dios, un Dios bueno y accesible para
todos los seres humanos; Dios existe para los hombres y por los hombres
y sólo a través de él podremos crecer. Beso sus pies, aplaudo el coraje de
aquel que aceptó todas y cada una de las leyes de un juego que no fue
inventado por él, que no le preguntaron si quería jugar .(p. 263)
Este monólogo sintetiza, como nos dice Hugo Verani, uno de los
conceptos esenciales de la novelística de Onetti: el juego de la farsa, la
mentira, la comedia sin fin, noción que se bosqueja en sus primeros
lejanos cuentos y treinta años después se convierte en el movimiento
estructurador. En La vida breve, se muestra con toda precisión este juego
de mentiras en el fantástico sermón del obispo de La Sierra, pues hay un
aire de teatralidad en toda la escena (el propio narrador lo llama una
admirable bufonada) y culmina con un corte teatral e irónico de la
narración, un gesto de Elena como si señalara la caída del telón, da fin a
la escena48.
Elena Sala dejaba caer la cortina, abría su cartera yempezaba a empolvarse, trabajosamente, abriéndose pasoentre la muchedumbre de fumadores en el vestíbulo,avanzaba hasta la salida. (p. 263)
Elena toma del brazo al médico y empieza a platicar con él. Le
asegura que el obispo, en el poco tiempo que trató a Owen, captó su
esencia, sus miedos y vulnerabilidad, pero algo había cambiado en ella, ya
no lo buscaría, Elena sabe que el destino algún día los reuniría de nuevo,
48 Verani, Op. Cit., p.452
59
en el lugar y momento menos pensado. Díaz Grey trata de disuadirla para
que lo busque; ella se niega, pues quedó de verse con su esposo en Santa
María. Elena reconoce que todo terminó definitivamente.
Para mí terminó. Hizo oír una risa avergonzada mientrascruzaba los brazos sobre el pecho y miraba alrededor,omitiéndolo Terminó todo, no sé cuanto hace, acabo decomprenderlo, pero tal vez usted quiera hacer otra cosa.Siempre me porté mal con usted. ¿Qué le gustaría? (p.264)
Al respecto es pertinente citar a Igor Caruso La separación es
una amenaza para la vida porque es una catástrofe, por ello va
acompañada de una angustia de muerte más o menos reprimida 49. Los
lazos que se disuelven rápidamente por la separación de los amantes se
caracteriza por lo general en la angustia de conciencia, vivida por Elena
desde hacía tiempo.
Bajo la sutil insinuación de Elena, Díaz Grey ve coronado su tan
anhelante deseo de poseerla. Ambos se dirigen tranquilos a la habitación
del hotel, para amarse locamente.
Díaz Grey se despertará en la habitación del hotel de LaSierra, descubrirá que la mujer a su lado está muerta, selastimará un talón aplastando las ampollas vacías, lajeringa en el suelo; comprenderá con humillación y unadmirado sentido de la justicia por qué Elena Sala dijo quesí la noche anterior. (p. 273)
Tan inesperada había sido la presencia de Elena en la vida de
Díaz Grey, como la ausencia, aturdido y en busca de una explicación se
incorpora de la cama, comprende que la aparente resignación de la mujer
era solo la aceptación del fracaso amoroso, ¿para qué deseaba la vida sin
49 Caruso, Op.. Cit., p. 76.
60
Owen?, ¿acaso no era mejor seguir el camino que él le había mostrado?,
la morfina era el único medio de unirse con él. Una sobredosis termina
con su vida.
Para Díaz Grey, la muerte de Elena no tiene gran trascendencia,
él jamás la amó, sólo la deseaba, cumplió su objetivo la última noche de
la vida de Elena; sin embargo, la vida del joven médico adquiere un nuevo
perfil, motivado por una joven y bella mujer, la violinista.
Puedo alejarme tranquilo; cruzo la plazoleta y ustedcamina a mi lado, alcanzamos la esquina y remontamos ladesierta calle arbolada, sin huir de nadie, sin buscarningún encuentro, arrastrando un poco los pies, más porfelicidad que por cansancio. (p. 490)
Tanto Brausen-Arce como Díaz Grey están regidos por las
pulsiones del eros, su felicidad radica en el deseo y el cuerpo femenino; la
única posibilidad de un instante de felicidad; el único asidero para no vivir
errando sin fin es la mujer, pero no una, sino bien varias, lo cual
representa vivir pequeñas vidas breves.
61
CONCLUSIONES
Juan Carlos Onetti es uno de los mayores exponentes de la
novela contemporánea uruguaya; en cada una de sus obras hace un
trabajo minucioso para construir y germinar nuevas posibilidades, ello no
quiere decir que no cuente con trama, por el contrario, reafirma la noción
de unidad literaria. Uno de los recursos narrativos más frecuentes en la
obra de Onetti es el desdoblamiento de personajes y situaciones. A través
de cada una de sus obras, Onetti va construyendo un verdadero
microcosmos ficticio, a imagen del mundo real, sobre todo con las
conductas humanas. Así, para los amantes de la obra onettiana, no es
raro ver un macrocosmos ficticio en la totalidad de su creación.
Los descubrimientos realizados en el presente análisis nos llevan
a reafirmar que las relaciones sentimentales de los personajes no están
basadas en el amor, por el contrario, el lazo equidistante es la sexualidad
y el deseo.
En La vida breve, Onetti se muestra en todo su esplendor
narrativo al crear un mundo inmerso en el eros-thartanos, lo cual nos
permite afirma que en la novela efectivamente, las pulsiones sensuales y
sexuales desplazan por mucho al amor tierno y sentimental, etéreo y
eterno.
El uruguayo postula dos situaciones entrelazadas, ordenando en
el mismo cuadro espacial y temporal varías anécdotas ficticias-reales, por
ejemplo la relación sentimental de Gertrudis con Brausen, y la relación de
62
Arce con la Queca; sin embargo, también plantea una relación ficticia-
irreal, postulada en el guión cinematográfico donde los personajes
principales son Díaz Grey y Elena Sala.
En todas las anécdotas el leit motiv es la mujer, ya que
constituye la entrada y la salida a la infelicidad o felicidad del personaje
central: Juan María Brausen. Él trata de no cosificarse, pero está muy
consciente de que su vida espiritual, ética y moral es mediocre, además
pesa sobre su espalda un profundo hastío de la vida rutinaria y un
tremendo miedo a la soledad (...) poco importa, entre tanto soy este
hombre pequeño y tímido (...) (p. 67).
En la poética de Onetti, los personajes cumplen funciones bien
determinadas, son agentes de acción y portavoz del autor, proponiendo
una triste visión de la vida, a veces los personajes de Onetti nos dan la
impresión de que siempre seremos los que somos , minúsculos
fragmentos de la humanidad perecedera, a quienes les es imposible
escapar de su destino, como bien concluyeron en el XIII Congreso
Internacional Iberoamericano:
Una fórmula que pretende ser abarcadora (en la narrativade Onetti) puede ser ésta: los personajes saben -intuyen-que nadie escapa a su destino, que un Dios implacableescribió de una vez y para siempre todas lascombinaciones posibles, imaginó todas las variantesargumentales, todas las peripecias, todos los ciclos. Tratar
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de modificarlas es imposible, el hoy y el mañana ya seencuentran escritos50.
El personaje central es un hombre incompleto espiritualmente e
infeliz; él basa su concepto de amor en la sexualidad, en el deseo carnal
por su esposa. Sin embargo, para Brausen, el sentido del bienestar y la
felicidad radican en la estética que él ha concebido respecto al cuerpo
femenino: debe tener dos características esenciales, ser joven y bello; no
obstante, la belleza radica en grandes caderas, abultadas nalgas y pechos
firmes, si alguno de estos elementos falta es imperfecto. Por ende, el
amor-deseo también es imperfecto, destinado a la muerte anímica, tal es el
caso de Gertrudis, la cual pierde el seno izquierdo, provocando que se
deteriore a tal grado su relación que terminan separándose
definitivamente. Aunque cabe resaltar que nace en la cabeza de Brausen la
idea de matar lo imperfecto, pues no es digno de deseo, como Gertrudis.
Desde el primer momento, Onetti deja muy claro que Brausen no
es capaz de amar, sino sólo de desear, sin perder su capacidad de frío
raciocinio: Parezco estar hablando a un cadáver, pero a un cadáver que
puede razonar sin equivocarse (...) (p. 132).
Onetti, a través de Brausen, postula la idea de la vida breve,
como el inicio de una nueva relación interpersonal donde priva el deseo
por la mujer perfecta y sensual. Tanto Brausen como Onetti son creadores
de tramas, ambos son pequeños dioses que arrastran a sus personajes
50 <<Onetti en Caracas>>. Reportaje publicado sin firma en la revista: Imagen, Caracas, (núm. 6, 1/15 deagosto de 1967) . Realizado con motivo de la participación del escritor en la segunda reunión del XIIICongreso Internacional Iberoamericano, celebrado del 4 al 7 del mismo mes y año.
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por caminos azarosos para destruir, minimizar o subyugar a la
antagonista, que siempre será mujer.
Por su parte Brausen-Arce se deja arrastrar con mayor facilidad
por el deseo, mezclado de dolor, sangre e infidelidad, en donde la Queca,
una prostituta con gran clientela, será el motivo de su pasión. A él lo
estimula pensar en todos los hombres que tiene y en cómo le harán el
amor, lo excita la idea de dominarla, sin embargo, este proceso va más
lejos porque entre el deseo y el erotismo nacen pulsiones de muerte y
odio, situación compartida con Ernesto, el antiguo rufián-amante de la
Queca. Estos deseos terminaran con la vida de Enriqueta.
Sin duda, en la última relación sentimental analizada, es
evidente la motivación por el deseo y no por el amor; así Brausen,
multiplicado en Arce y en Díaz Grey, se presta al juego de un triángulo
amoroso entre Elena Sala, Horacio Lagos y Oscar Owen, se infiltra en el
mundo de la drogadicción y en la larga búsqueda que realiza Elena para
encontrar a su amante, Oscar, todo ello por el asfixiante deseo físico que
siente por la joven, aunque una vez que el deseo ha sido satisfecho la
relación está condenada al anonimato y frustración porque Elena muere
por una sobredosis.
El fin de la novela simboliza otra vuelta al principio, otro retorno
cíclico; Díaz Grey se aleja con la violinista, sin destino preciso. Pero la
virginal violinista es a su vez Elena, quien a su vez es Gertrudis, es
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decir, en la ficción se perpetúa a la violinista en el presente intemporal,
inmaculada, sin pasado que abolir. En la concepción onettiana la
muchacha es el arquetipo de la mujer ideal, presencia imperiosa para
todos los personajes masculinos, para desearla y poseerla, no para
amarla.
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B I B L I O G R A F Í A
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