union en la iglesia de dios
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unión en la iglesiaTRANSCRIPT
I. EL SIGNIFICADO DE LA PALABRA “IGLESIA”
A. La palabra hebrea
La palabra hebrea gahal simplemente significa una asamblea y usualmente se
traduce ekklesía en la Septuaginta. Con mayor frecuencia sí se refiere a la
congregación de Israel.
B. La palabra griega
En cuanto a la palabra “iglesia”, que empleamos nosotros, es una adaptación
castellana de la griega ekklesía, significaba una asamblea y se usaba en un
sentido político, no religioso. No se refería a las personas sino a la reunión; en
otras palabras, a las personas no se les consideraba una ekklesía cuando no
estaban formalmente reunidas. La palabra se usa en este mismo sentido secular
dos veces en el Nuevo Testamento (Hechos 19:32, 41).
Cuando se usa la misma palabra griega en el Nuevo Testamento, adquiere
aspectos más ricos y amplios que en su sentido básico secular. Por ejemplo, las
personas mismas, ya sea que estén reunidas o no, son la ekklesía. No obstante, la
palabra como se emplea en el Nuevo Testamento todavía retiene el significado
básico de una asamblea, y no adquiere un supuesto significado teológico (basado
en la división de la palabra en dos partes, “llamar” y “de fuera”) de un pueblo
“llamado hacia fuera”.1
C. La iglesia como pámpanos en la vid (OSEAS 14:8).
Nadie mejor que Jesús enseñó esta rica imagen de la iglesia (Jn. 15:1–16).
Según él, la relación entre él y su iglesia, y las relaciones entre los integrantes de
la misma están definidas por una ligazón estrecha: “Yo soy la vid y ustedes son las
ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de
mí no pueden ustedes hacer nada” (v. 5).
1 Ryrie, C. C. (2003). Teologıa basica (pp. 450–452). Miami: Editorial Unilit.
Esta figura de la vid y las ramas viene del Antiguo Testamento, donde se
refiere a la nación de Israel (Is. 5:1–7; comp. Sal. 80:8–13).
La imagen subraya la vitalidad e íntima unión de los “pámpanos” o “ramas”
(miembros) del nuevo organismo que se constituye por Cristo unido con su iglesia.
La finalidad del uso de esta figura estriba en el fruto que Dios desea ver en las
vidas de los suyos, es decir, su semejanza a él.”2
JEREMIAS 2:13. Dos males ha hecho mi pueblo.
Jeremias 17:5-6. Confiamos mas en le hombre que en Dios.
Juan 15:2 debemos dar fruto sino vamos a ser quitados.
Judas 12 dice que somos nubes sin agua si somos falsos.
¿Quieres llevar fruto?
¿Quieres estar cómodo y sin cultivo?
Solo no lo podrás hacer, lo podrás hacer con Dios y unido a tus hermanos.
LAS UVAS SON DIFERNTES CORTADAS LAVADAS Y MOLIDAS PARA
HACER EL VINO.
D. El peligro para nuestra unidad
Todos nosotros comenzamos en el cuerpo de Cristo a experimentar una
unidad esencial, fundamental. Pero muy fácilmente podemos poner esta unidad en
peligro. Todos nosotros entramos al cuerpo de la misma manera, experimentando
al mismo Espíritu y disfrutando de su misma plenitud. Sin embargo, una buena
parte de nuestro tiempo la empleamos procurando que el cuerpo vuelva a disfrutar
de unidad esencial, porque la realidad es que no está unido.
2 Deiros, P. A. (2008). La iglesia como comunidad de personas (p. 209). Buenos Aires: Publicaciones
Proforme.
¿Qué hace que perdamos la unidad?.
1. El primero de ellos es el orgullo.
2. Un segundo peligro que acecha a nuestra unidad es lo que podríamos
denominar una estructura jerárquica del ministerio.
3. Un tercer peligro que amenaza la unidad del cuerpo de Cristo es el
aislamiento.
4. Un cuarto peligro es la división.
La iglesia de Corinto es un ejemplo claro de una iglesia dividida y fraccionada.
Había varias facciones (sectas) dentro de la iglesia. Algunos decían que seguían a
Pablo; otros seguían a Apolos; algunos eran seguidores de Cefas; mientras que
otros decían que ellos seguían a Cristo (1 Co. 1:12).
Pablo responde a esta actitud de división en 1 Co 1:13, y luego en 3:21–23 da
una respuesta todavía más contundente. De este modo, Pablo enfatiza nuestra
unidad esencial. La iglesia es la asamblea de un pueblo redimido, que debe su
existencia distintiva y su vida común al hecho de que cada uno de nosotros hemos
sido colocados por el mismo Espíritu en un solo cuerpo, y a la realidad de que ese
mismo Espíritu mora plenamente en cada uno de nosotros. No somos creyentes
aislados, somos uno. 3
3 Deiros, P. A. (2008). La iglesia como comunidad de personas (pp. 63–64). Buenos Aires:
Publicaciones Proforme.
II. DEBEMOS SER DE UN MISMO SENTIR 4:2–5.
A. DEFINICION:
ὁμοφρων, ον. De un mismo sentir: 1 P. 3:8.
3939 ὁμόφρων (homophrōn), ον (on): adj.; ≡ Strong 3675—LN 30.21 del
mismo parecer (1 P 3:8+), de igual mentalidad, armonioso (NVI, DHH, TLA),
unidad de espíritu, de un mismo sentir (RVR, RVA, LBLA), unidad de
pensamiento: unidad basada en compartir la misma o similar mentalidad o
ideas (1 P 3:8+)4
ὅμως. adv. Aun, del mismo modo: 1 Co. 14:7; Gá. 3:15.5
B. LOS FILIPENSES Y LA UNIDAD (FIL. 4:2–5.)
El apóstol inicia una serie de consejos prácticos y lo hace con el amor y ternura
que siempre manifiesta en esta carta hacia los cristianos de Filipos: “Hermanos
míos, amados y deseados, gozo y corona mía”.
Evodia y Síntique eran dos mujeres que chocaban constantemente y cuyo trato
era muy áspero. Su trabajo no era de edificación ni estaba de acuerdo a la
enseñanza del capítulo 2, que exhorta a los creyentes a experimentar el mismo
sentir, el mismo amor, a estar unánimes, no haciendo nada por contienda o por
vanagloria, estimando a los demás como superiores y no mirando cada uno por lo
suyo propio, sino por lo de los demás (Filip. 2:2–4).
A pesar de ser reprendidas en forma pública, Pablo no las rechaza ni
subestima, pues las reconoce como compañeras de combate en el evangelio.
4 Swanson, J. (1997). Diccionario de idiomas bıblicos: Griego (Nuevo testamento) (Edicion
electronica.). Bellingham, WA: Logos Bible Software.
5 Tuggy, A. E. (2003). Lexico griego-espanol del Nuevo Testamento (p. 673). El Paso, TX: Editorial
Mundo Hispano.
Aunque no se revela la identidad del compañero fiel mencionado en este
versículo, el apóstol le ruega que las ayude para que sean de un mismo sentir en
el Señor. Algunos creen que se refería a Epafrodito, el portador de esta carta;
otros dicen que a un cristiano de la congregación cuya madurez y experiencia
podría ayudar en el problema.
Este tipo de desacuerdo entre hermanos no es extraño en las iglesias de hoy
en día. Satanás sabe que este es un blanco perfecto para afectar el testimonio y
crecimiento de la obra del Señor. La discordia y falta de armonía entre los
hermanos es una prueba de que el sentir del Señor no está gobernando sus
corazones.
“COMO YO OS HE AMADO,
QUE TAMBIÉN OS AMÉIS UNOS A OTROS”.
C. Ayudando a otros v. 3
Aunque ignoramos la razón del problema entre Evodia y Síntique, sí sabemos
que habían ayudado a Pablo y ahora ellas necesitaban ayuda. Aparecen
mencionadas al lado de Clemente y otros colaboradores valiosos para el apóstol,
quien afirma que sus nombres estaban inscritos en el libro de la vida.
Pablo escribió a los corintios: “… para que no haya desavenencia en el cuerpo,
sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros” (1 Corintios
12:25). También pidió a los gálatas: “Hermanos, si alguno fuere sorprendido en
alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de
mansedumbre …” (Gálatas 6:1).
Es el deber de todo cristiano ayudar a otros miembros del cuerpo cuando lo
necesitan, para que éste siga funcionando y podamos cumplir con uno de los
requisitos para gozar a Cristo.
D. Siendo gentiles y pacientes v. 5
La palabra griega traducida como gentileza es sinónima de paciencia,
razonabilidad y amabilidad. El cristiano debe ser reconocido por su espíritu
paciente y gentil en su trato con otros cristianos y aun con los que no lo son. En
Romanos 12:17–21, Pablo recalca que la actitud cristiana es contraria a la
venganza y más bien debe buscar retornar el bien por el mal con dulzura y
benignidad. “El Señor está cerca”, puede referirse a su segunda venida o a su
presencia “al lado” del cristiano (Salmos 145:18).6
6 Zapata, R. (1994). Estudios Bıblicos ELA: El gozo de vivir en Cristo (Filipenses) (pp. 134–136).
Puebla, Pue., Mexico: Ediciones Las Americas, A. C.
III. La práctica de nuestra unidad
¿Cómo opera de manera práctica la unidad cristiana? Hay dos cuestiones
claves para nuestra práctica de la unidad.
La primera de ellas es humildad La exhortación apostólica nos anima a
trabajar por la unidad del cuerpo (Fil. 2:2–4). El ejemplo apostólico de esta unidad
lo encontramos en los versículos que siguen (Fil. 2:5–8), y se trata nada menos
que de la actitud de Cristo Jesús mismo. ¿Cuál es el sentir (la mente o actitud)
que nosotros tenemos que tener? Pablo dice que tiene que ser la actitud o el sentir
de Cristo (v. 5). ¿Cuál es el sentir de Cristo? En los versículos 6–8, el apóstol da la
respuesta: el sentir de Cristo es el sentir de una humildad completa.
Nuestra unidad viene cuando tenemos el sentir o la actitud de Cristo—su
humildad—, y nos preocupamos más por los demás que por nosotros mismos. Sin
embargo, esto nos cuesta mucho.
La realidad es que nuestro ego inmaduro y demandante nos traiciona. Por esto
mismo, Pablo nos amonesta como lo hace en Romanos 12:3–5.
Todos nosotros estamos en el cuerpo de Cristo, pero ¿cómo logramos nuestra
unidad? Logramos nuestra unidad cuando pensamos en los demás en lugar de
pensar en nosotros mismos. No te preocupes por tu ego y por tus propios
problemas; no te concentres en tus propios pensamientos. Comienza a salir de ti
mismo, acércate a la vida de otros, preocúpate por sus problemas, y procura
ayudarlos.
A estas alturas, quizás te estés preguntando, ¿hasta dónde debe llegar esta
humildad? Al fin y al cabo, uno también puede pasar por tonto. Pero es preferible
pasar por tonto y no terminar siendo desobediente a Dios. ¿No crees que Dios
puede vindicarte? Él es un Juez justo (1 Co. 6:7, 8). Lo que Pablo está diciendo
es que un cristiano debe preocuparse tanto por los demás, que no le importe
mucho qué es lo que ocurre con él.
La segunda clave para experimentar la unidad cristiana, y que se
complementa con la anterior (humildad), es el amor.
Notemos tres cosas en cuanto al amor fraternal.
Primero, notemos que se trata de un mandamiento del Señor (Jn. 13:34).
Jesús mismo es quien nos ordena amarnos unos a otros. Ahora, este es un amor
que no depende de las circunstancias, es decir, no importa lo que otros hagan.
Este amor no escoge ni selecciona. Es un amor que está allí, siempre disponible, y
quien se cruza en el camino lo recibe. En este sentido, el amor no es una opción o
algo que podemos decidir ejercer o no. Jesús dijo que éste es un nuevo
mandamiento para todos aquellos que se consideran sus discípulos. El amor es
fruto de la obediencia.
Segundo, notemos la capacidad. Nosotros podemos decir: “¿Cómo pudo
Jesús ordenarnos amar así, si nosotros no tenemos la capacidad para
hacerlo?” Humanamente hablando, no podemos. Pero Romanos 5:5, dice que
“Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha
dado.” Entonces, podemos amar con el amor que ya ha sido derramado en
nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado.
Tercero, notemos la conclusión. En Juan 13:35 encontramos las
siguientes palabras de Jesús: “Este mandamiento nuevo les doy: que se amen
los unos a los otros.” Y agregó: “Así como yo los he amado, también ustedes
deben amarse los unos a los otros.” ¿Sabes cuál es la manera más efectiva de
convencer al mundo de que Jesús es real y es quien es? Simplemente, comienza
a amar a los demás. El método evangelizador más grande en el mundo no es una
gran campaña. Es tener tanto amor, que el mundo quede anonadado. La marca de
nuestra unidad es nuestro amor (1 Ts. 3:12; 1 Jn. 3:11).
E. La Biblia nos exhorta a la unidad AQUÍ 5 PUNTOS BASES:
1. A tener un mismo pensar y un mismo propósito: .( 1 Corintios 1:10)
2. A tener un mismo sentir y vivir en paz: .( 2 Corintios 13:11)
3. A esforzarnos por mantener la unidad del Espíritu: .( Efesios 4:3)
4. A luchar unánimes por la fe del evangelio: .( Filipenses 1:27)
5. A permanecer unidos por amor: .(Colosenses 2:2.)7
7 Deiros, P. A. (2008). La iglesia como comunidad de personas (pp. 66–67). Buenos Aires:
Publicaciones Proforme.
V. Conclusión (13:11–14)
¿Respondieron positivamente los corintios a la advertencia de Pablo? Sí. El
apóstol había condicionado la expansión de su ministerio en otras áreas a que se
resolvieran los problemas en Corinto (10:15–16). Después de escribir esta carta
siguió una visita de tres meses, durante los cuales escribió la carta a los
Romanos. En esa carta, dijo: “ahora, no teniendo más campo en estas regiones”
(Ro. 15:23). Su apelación había sido obedecida. Los corintios eran ahora
obedientes.
A. Conducta apropiada (13:11–12)
13:11–12. La exhortación final de Pablo es un llamado a la unidad:
Perfeccionaos (i.e., “busquen su restauración” [NVI95]; V. el comentario acerca
de “perfección” en el v. 9), consolaos (“hagan caso de mi exhortación”; NVI95),
sed de un mismo sentir (cf. Fil. 2:2), vivid en paz. La unidad sólo podía lograrse
mientras dependieran de Dios, quien provee el amor (cf. 2 Co. 13:14) y la paz. Tal
unidad era expresada por un ósculo santo (“beso santo”; NVI95; cf. Ro. 16:16; 1
Co. 16:20 [V. el comentario allí]; 1 Ts. 5:26; 1 P. 5:14).
B. Saludos y bendición (13:13–14)
13:13–14. Los santos de Macedonia, con quienes Pablo se quedó durante el
tiempo en que escribió 2 Corintios (V. la Introducción), enviaban sus saludos
unificados. Al concluir la carta, Pablo invocó la bendición del Trino Dios para que
la gracia manifestada por el Señor Jesucristo, el amor expresado por Dios el
Padre (cf. “el Dios … de amor”, v. 11), y la comunión creada por el Espíritu
Santo, pudieran experimentarse en Corinto (V. “Bendiciones finales en las
epístolas de Pablo” en el Apéndice, pág. 366).8
8 Walvoord, J. F., & Zuck, R. B. (1996). El conocimiento biblico, un comentario expositivo: Nuevo
Testamento, tomo 3: 1 Corintios-Filemon (pp. 113–114). Puebla, Mexico: Ediciones Las Americas,
A.C.