Sígueme:Invitación aldiscipulado

Jesús nosllama a serviren eldiscipulado.Este serviciorequiere defe,compromiso yobediencia.

U N I D A D 2

Semana 5: Comenzar la jornada

Semana 6: Reconocer su señorío

Semana 7: Obedecer sus enseñanzas

Semana 8: Seguir su ejemplo

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28

Comenzar la jornadaReferencia bíblica: Marcos 1.14-20

S e m a n a 5

A unque ya no jugaba como lohabía hecho antes, mi padresiempre fue un aficionado al

fútbol, y podría agregar que siempre lohizo bastante bien. Recuerdo las tar-des de sábado de mi infancia porqueeran las tardes de fútbol de mi padre.Como él quería que yo llegara a ser unbuen jugador, me llevaba a todos lospartidos. Cuando se iniciaba el encuen-tro, mi padre era todo entusiasmo yalegría jugando, y a menudo haciendogoles.

Poco a poco yo fui desarrollando uninterés por ese deporte, como la mayo-ría de los niños de mi vecindario. Perono fue sino hasta que estaba por ingre-sar al séptimo grado en la escuela quedesarrollé un verdadero deseo de for-mar parte de un equipo. Decidido a lo-

grarlo, ahorré dinero para comprarmemi propio par de zapatos de fútbol.Después de manifestar mi interés,logré que me aceptaran en el equipode mi clase en la escuela.

Pronto me di cuenta de algo muyimportante. Llegar a ser un buen futbo-lista requiere algo más que desearserlo, y más que tener unos zapatosapropiados y nuevos. Tuve que apren-der las reglas y pasar tiempo con al-guien que me fue instruyendo en lossecretos de ese deporte.

Esa persona fue mi papá. Pasába-mos parte del sábado por la tarde prac-ticando él y yo. Aprendí de él a pararla bola, a “chutearla” (dar con el pie)con fuerza, con efecto, a ras de suelo;a esquivar a los contrarios llevando labola pegada a mis botines. Y a hacergoles. Mi papá me enseñó todo eso yme alentó a practicarlo para llegar aser un buen jugador.

Aunque nunca llegué a un equipode primera, aprendí a jugar bastantebien. Y en los importantes años de mijuventud ser un futbolista me trajo mu-chas satisfacciones y alegrías. Todo,gracias a mi padre que no solo me en-señó sino que fue mi modelo.

El llamado de salvaciónJesús fue llamando a la gente a“arrepentirse y a creer en el

Evangelio” (Mr 1.15). De hecho, Élmismo era el Evangelio. Cristo habíavenido en carne para cumplir la obrade salvación.

Elcristianismoes más queuna filosofíao un credo.

¡Es unarelación!

Ninguna otrareligión

puede decirlo mismo.

1Para jugar fútbol con éxito tuve que tener a alguienque me enseñara y a quien yo pudiera imitar.

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Un niño estádestinado acrecer, sinembargomuchos

cristianosadultossiguensiendo

“niños enCristo”.

Salvación. Este término lo usamoscon mucha frecuencia. Pero, ¿entende-mos completamente qué es ser salvo?La existencia de muchas vidas no cam-biadas en nuestras iglesias es eviden-cia suficiente como para detenernos aconsiderar el propósito cabal de la sal-vación.

Una relación restauradaEl cristianismo es más que unafilosofía o un credo, ¡es una rela-

ción! Ninguna otra religión puededecir lo mismo.

El propósito de Dios al crear al serhumano es para que le rinda gloria ypara que disfrute para siempre de losbeneficios de vivir en una relación con-fiada con Él. Sin embargo, algo inte-rrumpió esta relación. No sólo fuenuestro pecado (desviación del propó-sito de Dios) lo que rompió nuestra re-lación con Dios, sino que como resul-tado, nuestra propia naturaleza resultódañada.

La venida de Cristo al mundo, sussufrimientos, su muerte en la cruz ysu resurrección de entre los muertosfue la iniciativa de Dios para solucio-nar este problema. Cristo trajo la re-conciliación que permite la relación delas personas con el Padre, una rela-ción que se había perdido a causa delpecado.

Con mucha frecuencia se dice quela salvación permite a la persona alcan-zar el cielo y evitar el infierno. Pero¿no creen que si el único propósito deDios hubiera sido el tenernos a no-sotros en el cielo, habría podido trans-portarnos hasta allá inmediatamentedespués de nuestra conversión? Obvia-mente, lo importante para Dios al sal-varnos tiene que ver con la vida que vi-viríamos después de la conversión yantes de entrar en el cielo.

Una vida transformadaLa vida que está en relación conDios y ha sido restaurada me-

diante Cristo representa algo bastantediferente de la forma en que vivíamosantes. Es una vida nueva, una vidatransformada, una vida en la cual lle-gamos a ser una clase nueva de perso-na. Como escribió el apóstol Pablo enRomanos 8.29, la intención de Diospara toda la eternidad ha sido que nos-otros seamos hechos “conformes a laimagen de su Hijo”. En otras palabras,la meta del cristiano para su vida esque lleguemos a ser como CristoJesús, que podamos crecer hasta sercomo Él es.

Por esto cuando Jesús llamó a susoyentes a “arrepentirse y creer”, inme-diatamente los llamó también a símismo diciéndoles: “Síganme”. Aun-que la relación con Dios pudo estable-cerse en un momento a través del arre-pentimiento y la fe, Jesús sabía quevivir esa vida nueva requería una trans-formación interior de la persona.

¿Cómo alcanzar esa transformación?El método de Jesús fue pasar un buentiempo con sus discípulos, vertiendosu vida en la de ellos.

3

2

Solo el comienzoHoy día es muy corriente hablar de “sersalvo” como si se tratara de un aconteci-

miento aislado en un punto culminante en el tiem-po. Sin embargo, docenas de veces el Nuevo Tes-tamento enseña que hay una conexión entre ladecisión inicial de aceptar a Cristo y el llamado aseguirlo en calidad de discípulo. La salvación cris-tiana es un viaje y tiene que entenderse como unatransacción instantánea, un entrenamiento conti-nuo durante toda la vida y una transformaciónconstante. Esto es lo que el apóstol Pablo recuer-da a los cristianos de Filipos cuando les escribediciendo: “estando persuadido de esto, que el quecomenzó en vosotros la buena obra, la perfeccio-nará hasta el día de Jesucristo” (Fil 1.6).

Ser un hijo de Dios es un hermoso privilegio,pero serlo también involucra obligaciones. Elgran privilegio para los hijos de Dios es de rela-ción: el hecho que ahora estamos íntimamente re-lacionados con el Padre celestial. Por el otro lado,la gran responsabilidad para los creyentes es cre-cer, desear llegar a ser como Cristo.

Todos amamos a los niños, pero nadie querríaque se quedaran para siempre como niños peque-

ños. La tragedia es que demasiados cristianos, na-cidos de nuevo en Cristo, nunca crecen. No obs-tante, el deseo del Padre celestial es que “losniños en Cristo” lleguen a ser “maduros en Cris-to”. Nuestro nacimiento espiritual debe ser segui-do por el crecimiento. El hecho de que hemossido aceptos por Dios debe llevarnos a crecer ensemejanza de Cristo. Es lo que Pedro llama “cre-cer para salvación” (1 P 2.2).

El carcelero de Filipos preguntó a Pablo: “¿Quédebo hacer para ser salvo?” Era una pregunta re-lativamente fácil de responder. Tan fácil, en reali-dad, que Pablo la contestó con solo una frase. Sinembargo, Pablo escribió libros enteros para ense-ñar a la gente cómo vivir sus vidas nuevas enCristo, cómo “seguir” a Cristo.

Debemos insistir en que la decisión de acep-tar a Cristo como Salvador nos permite escapardel infierno y alcanzar el cielo. Pero esto no estodo el sentido bíblico de la salvación. Se nosinstruye a crecer en la plenitud de la estatura deCristo. Debemos llegar a ser como nuestro Sal-vador. Este es el reto de Jesús cuando nos dice:“Sígueme”.

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El que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el díade Jesucristo.

Filipenses 1.6

Actividad bíblica

Lea Juan 15.1-8¿Quién es la “vid verdadera” yquiénes son los “pámpanos”?

___________________________¿Cuáles pámpanos producenfruto? (versículo 5)

___________________________¿Cuál es el resultado de unpámpano que lleva fruto? (ver-sículo 8)___________________________

Desde el momento que acep-tó a Cristo, evalúe su creci-miento en las siguientesáreas de su relación con Él.

Vida de oración

___________________________

___________________________Comprensión de las Escrituras

___________________________

___________________________

Participación en el ministerio

___________________________

___________________________Administración del tiempo

___________________________

___________________________Administración del dinero

___________________________

___________________________

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Guía deestudio

para ayudar alos alumnos aentender quela salvación

mediante la feen Cristo es el

punto departida deldiscipuladocristiano

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Líder de grupo (Vea las páginas 78-79.)1. Ayude al líder de estudio a desplegar diversos mapas de carreteras.2. Dé la bienvenida a las visitas y asegúrese de que todos tengan un ejem-plar de Discipulado Cristiano.3. Pida motivos de oración. Ore por las peticiones y por el estudio de hoy.Anime a los miembros a invitar a algún amigo al estudio de la próxima se-mana.

Líder de estudio (Vea las páginas 78-79.)4. Complete la actividad bíblica de la página 30. Pregunte qué quiso decirJesús cuando dijo que Él era la vid y nosotros los pámpanos. ¿Cuáles sonlas implicaciones de esta verdad para nuestro vivir diario? Pregunte a losalumnos cuál es su reacción a la parte de la actividad que demanda evalua-ción en diferentes áreas de sus vidas.5. Para comenzar el estudio, use la unidad visual preparada como la ayudaF en la página 80. Pregunte: ¿Qué preparativos hace usted para un viaje porcarretera? ¿Qué información toma en cuenta? Diga: Como un viaje por carre-tera tiene un comienzo y un final, así también el discipulado. Para el cristia-no, el comienzo es el recibir la salvación, mientras que el final es pasar laeternidad con Jesús. Lea en voz alta Marcos 1.15.6. Forme tres grupos. Grupo 1. Definan salvación. Evalúen la declaración: “Elcristianismo es más que una filosofía o un credo: ¡Es una relación!” ¿Qué eslo especial o único en esta declaración? Grupo 2. Hagan una lista de los be-neficios de vivir en una relación de confianza con Jesús. Grupo 3. ¿Cómosería la vida si Dios no hubiese provisto la reconciliación mediante Cristo?Pida a los grupos que presenten sus informes.7. Pida a un voluntario que lea el último párrafo del subtema 2. Solicite co-mentarios. Pregunte: ¿Cuál cree usted que es su misión aquí en la tierra?¿Está cumpliéndola? ¿Por qué cree que sí o por qué cree que no?8. Antes de comenzar el estudio, encargue a un alumno que prepare una de-finición de la palabra transformado. Pida a otro miembro que prepare unadefinición de la palabra conformar. Deben usar diccionarios. Lea en voz altaRomanos 8.29; luego pida a los alumnos que lean en voz alta las definicio-nes que prepararon. Pregunte: ¿Cómo podemos llegar a conformarnos a lasemejanza de Jesús? ¿Qué transformación debe ocurrir para alcanzarlo? Sos-tenga ante usted un espejo de mano. Pregunte: ¿Qué ve? ¿Se ve usted o vea Cristo en usted?9. Explique en qué consiste el proceso de tres pasos por el cual Jesús llamóa sus discípulos. Arrepentirse, creer y seguirlo. Evalúe la pregunta, ¿Estáusted experimentando transformación por vivir de acuerdo con Jesús?10. Escriba en el pizarrón esta ecuación matemática básica: Aceptar a Cris-to + Seguir a Cristo = Proceso de transformación. Discútanla.11. Distribuya papel y lápiz. Pida a los alumnos que dibujen un mapa de suproceso de transformación. Que algunos voluntarios expliquen sus casos.12. Escriba en el pizarrón otra ecuación matemática: Privilegio en Cristo +Obligación con Cristo = Llegar a ser como Cristo. Vea el párrafo dos del sub-tema 4. Discútanlo.13. Diga: Cuando una persona llega a ser un cristiano, es un “niño en Cris-to”. ¿Qué determina el punto de crecimiento para alcanzar la madurez?14. Concluya la lección con un reto y una oración pidiendo que los alumnoslleguen a la estatura de Cristo.

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Reconocer suseñorío

Referencia bíblica: Hechos 2.36; Romanos 10.9-10

S e m a n a 6

Muchos que profesan fe en Cristo no entiendenlo que en realidad significa su señorío.

Un hombre caminaba por el pasi-llo del templo de una IglesiaBautista, iba diciendo a todos

los que estaban reunidos: “Creo enCristo y Él es mi Señor”. Fue bautiza-do y llegó a ser miembro de la iglesia.Pero el pastor lo oyó decir: “Nuncamás voy a hablarle a mi hermana. Nopuedo perdonarla por lo que dijo de míy por lo que me hizo”.

En otra iglesia, una mujer caminópor el pasillo del templo y públicamen-te reconoció: “Jesús es mi Señor”. Fuebautizada. Algún tiempo después semudó a otra ciudad y se unió a otraiglesia. Asistía de vez en cuando, y enel último par de años nunca se congre-gó. Cuando el pastor la visitó, le dijo:“Ya no tengo interés en la iglesia. Hecrecido lo suficiente”.

Un joven de 19 años abrió la puertay saludó al pastor mientras sostenía enla mano un vaso de cerveza a medioconsumir. En la mesa del comedorhabía una colección de colillas de ciga-rrillos de tabaco y de marihuana. Músi-ca con palabras impías a todo volumeninundaba el pequeño apartamento. Éltambién se había unido a una iglesia yhabía proclamado: “Jesucristo es miSeñor”.

Ella siempre se estaba quejando.Los hermanos de la iglesia ya no sa-bían cómo complacerla. Si no le pe-dían que formara parte de un comitéo preparara un pastel para la reuniónde compañerismo, decía: “Es claroque aquí no me necesitan”. Perocuando se le pedía que ministrara enalguna forma, siempre tenía una ex-cusa a flor de labios para no hacerlo.Ella también había profesado: “Jesu-cristo es el Señor”.

Triste, pero cierto. La lista de casosreales como estos puede seguir y se-guir. ¿Por qué? Porque demasiadoscreyentes no entienden lo que signifi-ca el señorío de Cristo y las implica-ciones que ese señorío tiene para eldiario vivir.

Jesús es el Señor. Trasfondode su señoríoLos nombres de Dios en el Anti-

guo Testamento tienen una importan-cia particular porque expresan su natu-raleza. Uno de los nombres usados conmás frecuencia para referirse a Dios es

¡Jesucristoes Señor

porque Diosdijo que Él es

Señor! Poresto Él tieneel derechode esperarobedienciaabsoluta deusted y de

mí.

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Adonai, que quiere decir Señor eindica su propiedad y autoridad.

El mensaje del Antiguo Testa-mento es claro; con nuestro con-sentimiento o sin él, sólo Dios esSeñor sobre todos y sobre todo y espe-ra una total obediencia a Él. Los quese someten voluntariamente a su seño-río experimentan salvación. Los que seresisten a su señorío no cambian elhecho de que Él es el Señor.

Jesús es el Señor. Larealidad de su señoríoEl Nuevo Testamento pro-

clama la verdad de que Jesús esDios. Esta verdad es la esenciade la fe cristiana. La dijo Juancuando escribió: “Y aquel Verbofue hecho carne, y habitó entre nos-otros” (Jn 1.14). Los Evangelios regis-tran la afirmación de Jesús de que Éles uno con Dios; por lo tanto, Él cum-ple el papel de señorío y es digno deltítulo “Señor”.

Lea el Nuevo Testamento y no podrámantenerse al margen del señorío deCristo. Ponga un dedo en cada páginay en casi cada una de ellas encontraráuna referencia a Él como “Señor”. Estees el título con que más frecuentemen-te aparecen las referencias a Jesús enel Nuevo Testamento. La palabra“Señor” es una traducción de la pala-bra griega kurios, la cual, a su vez, seusó con frecuencia en sustitución deltérmino hebreo Yahweh con que reve-rentemente se hacía referencia a Dios.

Su señorío fue evidente en su minis-terio terrenal porque enseñó con auto-ridad (Mt 7.29). Incluso sus enemigosreconocieron su enseñanza con autori-dad sin parangón (Jn 7.46).

En el sermón que predicó el Día dePentecostés, Pedro declaró: “Sepa,pues, ciertísimamente toda la casa de

Israel, que a este Jesús a quien vo-sotros crucificasteis, Dios le ha hechoSeñor y Cristo” (Hch 2.36).

El señorío de Cristo explica el hechode que nadie más ha influido tan pro-fundamente en la historia y la humani-dad como Jesús de Nazaret. Piense enlos libros que se han escrito, en losedificios que se han construido, en lamúsica que se ha compuesto, y en loscultos que se han llevado a cabo en sunombre, y estará de acuerdo que nadieen la historia ha tenido un impacto tangrande en el mundo.

¡Jesucristo es el Señor porque Diosdijo que Él es Señor! Por esto, Él tieneel derecho de esperar obediencia abso-luta suya y mía.

Jesús es el Señor. NuestraconfesiónDios ha hecho del nombre de

Jesús el nombre más importante detodos los tiempos. Al escribir a loscristianos de Filipos, el apóstol Pabloles dice: “Por lo cual Dios también leexaltó hasta lo sumo, y le dio un nom-

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“Sepa, pues, ciertísi-mamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a

quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo”

bre que es sobre todo nombre, para que en elnombre de Jesús se doble toda rodilla de los queestán en los cielos, y en la tierra, y debajo de latierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es elSeñor, para gloria de Dios Padre” (Fil 2.9-11).

“Jesús es el Señor” fue, no solo la confesión ini-cial de la iglesia, sino que es una confesión esen-cial para todo aquél que diga ser salvo. El apóstolPablo dijo: “Si confesares con tu boca que Jesús esel Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le le-vantó de los muertos, serás salvo. Porque con elcorazón se cree para justicia, pero con la boca seconfiesa para salvación” (Ro 10.9-10).

Jesús es el Señor. Lo que significa paranosotros¿Qué significa para los cristianos que Jesús

sea el Señor? Significa que Él tiene el derecho dedemandar de nosotros obediencia total. Él mereceser el centro absoluto de nuestra vida. Confesar aJesús como el Señor es poner bajo su controltodas las partes de nuestro ser: mente, apetitos,relaciones sociales, pasatiempos y recreación,agenda, finanzas, y así la lista puede seguir. Nadaen nuestra vida puede estar fuera de su control.

El señorío de Cristo también significa que todolo que somos y tenemos es suyo. Cada decisión,

obra, pensamiento, motivo y acción deben ser he-chos en el contexto de su señorío. Ya no somosmás nuestros. Ahora pertenecemos a Él, y todo loque tenemos pertenece a Él.

El señorío de Cristo exige que lo glorifique-mos. La Biblia enseña que a través de su Espíri-tu, Cristo vive en cada creyente. Piense en las im-plicaciones de esta verdad. Dondequiera quevayamos hoy, Cristo va con nosotros. Lo quequiera que hagamos, lo hacemos con Cristo ennosotros. Y lo que sea que digamos hoy, lo deci-mos con Cristo en nosotros. Confesar a Jesúscomo el Señor significa que siempre debemosvivir en una forma que lo honre a Él.

Su señorío también significa que debemos ha-blar a otros de Él. En Mateo 28.18-20 se encuen-tra la Gran Comisión. El versículo 18 ha sido con-siderado como el “prólogo” a la Gran Comisión.Esta es una afirmación de máxima importanciaacerca del señorío de Cristo. Ya que Jesús es elSeñor, Él tiene derecho a mandarnos a que haga-mos discípulos. Para los seguidores de Jesús, eltestificar no es una cuestión opcional. Él es nues-tro Señor. A Él le debemos la más alta lealtad yobediencia. Si verdaderamente Jesús es el Señorde nuestra vida, hablaremos a otros de Él.

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Toda potestad me es dada... Por tanto, id, y haced discípulos... enseñán-doles que guarden todas las cosas que os he mandado.

Mateo 28.18-20

Actividad bíblica

Lea Efesios 4.1-3. Jesús de-bería ser el Señor de nuestrasrelaciones. Señale seis cuali-dades en estos versículos quedeberían caracterizar nuestrasrelaciones. Señale a lo menosdos que distingan sus relacio-nes.___________________________

___________________________

___________________________

Lea Efesios 4.4. Jesús debe-ría ser el Señor en nuestrotrabajo. Si alguien lo estuvieraobservando durante la sema-na, ¿qué diferencia notaríaentre su comportamiento eldomingo comparado con elresto de la semana?

___________________________

___________________________Lea Efesios 4.17-24. ¿EsJesús el Señor de su mente?En estos versículos, Pablo se-

ñala nueve términos descripti-vos para el corazón pecamino-so. ¿Cuál es más evidente ensu propia vida?

___________________________Lea 1 Corintios 3.16 y Roma-nos 12.1. ¿Cómo podemoscuidar nuestro cuerpo en unaforma que muestre el señoríode Cristo?

___________________________

___________________________

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Guía deestudio

para ayudar alos alumnos aentender laenseñanza

bíblica sobreel señorío de

Cristo yllevarlos a

reconocen queÉl es el Señoren cada áreade sus vidas

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Líder de grupo (Vea las páginas 78-79.)1. Ayude al líder de estudio a preparar el salón de clases.2. Dé la bienvenida a alumnos y visitantes. Anime a las visitas a seguir elestudio en su ejemplar de Discipulado Cristiano.3. Agradezca a los voluntarios que han provisto los refrescos.4. Distribuya entre los alumnos tarjetas de saludo. Pídales que piensen enalguien que tendría interés en este estudio y que le escriban. Recoja las tar-jetas y póngalas en el correo durante la semana.5. Pida que se mencionen las peticiones de oración. Solicite a uno de losalumnos que ore.

Líder de estudio (Vea las páginas 78-79.)6. Canten “Cantad alegres al Señor”, Nº 50, Himnario Bautista.7. Para empezar el estudio use la unidad visual.8. Guíe a los alumnos en la discusión del significado de señorío. Pregunte:¿Qué significa que Jesús sea el Señor de su vida? ¿Puede Jesús ser elSeñor mientras una persona lleva una vida destructiva y vacía? ¿Qué eviden-cias hay en la vida de una persona que muestren que Jesús es el Señor?9. Pregunte: ¿Mientras lee las historias en los párrafos introductorios, vienea su mente alguien a quien usted conoce? ¿Qué le pasó a la persona queusted conoce? ¿Dónde y cómo está viviendo ahora esa persona? ¿Puede to-davía establecer una diferencia en la vida de esa persona?10. Pregunte: ¿Puede una persona no entender el verdadero significado deseñorío?11. Pida que uno de los alumnos lea en voz alta el coro de “Para andar conJesús”, Nº 422, Himnario Bautista. Pregunte: ¿Creemos nosotros como cris-tianos estas palabras? Diga: Ser feliz en Jesús demanda sumisión de un co-razón dispuesto. Experimentar la salvación y el cuidado de Jesús da como re-sultado confiar, obedecer y someterse por entero a Él.12. Pregunte: ¿Le cuesta a usted o le es fácil reconocer el señorío de Cristo?13. Diga: En el Nuevo Testamento, la forma Señor es la más frecuente enque se hace referencia a Jesús. Pida a los alumnos que abran sus Bibliasen cualquiera página del Nuevo Testamento y cuenten las veces que encuen-tren la palabra Señor. Que lo digan en voz alta.14. Analicen el significado de Señor. Defínanlo como maestro, gobernante orey. Antes de comenzar la clase, copie de la hoja los nombres de Dios y dis-tribúyalos a los alumnos. También puede referirlos a cualquier diccionario bí-blico de que dispongan. Guíe al grupo en un análisis de estos nombres deDios. Pregunte: ¿Cuál nombre para Dios le parece a usted más significativo?15. Indique a los alumnos que busquen y lean Hechos 2.36. Pregunte:¿Cómo lo hace sentir esta declaración? ¿Tiene Jesús el derecho de deman-dar de usted obediencia absoluta?16. Pida que dos alumnos de diferentes grupos lean estos dos pasajes bí-blicos: Filipenses 2.9-11 y Romanos 10.9-10. ¿Qué podemos aprender deestos versículos?17. Pida a los alumnos que digan en alta voz el nombre Jesús. Diga que lorepitan otra vez. Luego comente: Dios hizo este nombre el más importanteen todos los tiempos. Hay poder y fuerza en el nombre de Jesús.18. Pida a los alumnos que se refieran al último subtema y que ubiquen cua-tro exigencias de sometimiento a Jesús como Señor. Discutan. Pregunte:¿Ha establecido Jesús su residencia en su vida? ¿Cuál es su dirección?19. Termine con una oración reconociendo el señorío de Cristo.

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Obedecer susenseñanzasTrasfondo bíblico: Mateo 7.21-29

S e m a n a 7

Mostraron los comprobantes de sus boletos y los progra-mas, pero no pudieron explicar algo que no habían vivido.

No podía ser más excitante. Ha-bían viajado por tren hasta laciudad de Nueva York para ver

My Fair Lady. Pero cuando este grupode amigos de un estado del sur llegó aBroadway, su alegría rápidamente sedisipó. Todos los tiquetes estaban ven-didos. No había ni un asiento disponi-ble.

Se quedaron afuera del teatro, de-sanimados y tristes. Y su disgusto eramayor mientras recordaban el orgullocon que habían viajado. “¡Vamos a verMy Fair Lady!” habían fanfarroneado.¡Qué fastidio!

En ese momento la gente que habíaasistido a la sesión anterior empezabaa abandonar el teatro. Y al hacerlo, ti-raban a los basureros de la calle los

comprobantes de sus boletos. De pron-to, alguien tuvo una idea. Recogieronlos comprobantes, compraron unospocos programas y un casete con lamúsica de la obra.

Más pronto de lo que pensaban re-gresaron a casa. Iban decididos a ocul-tar su desagradable secreto. Cuandosus amigos les preguntaron por elviaje, ellos les mostraron los compro-bantes de sus boletos y los programas.Incluso cantaron a coro algunas de lascanciones de My Fair Lady. Pero un in-confortable vacío llenaba a cada perso-na mientras trataban de hablar dealgo que no habían visto ni oído.

El escenario: El Sermón delMonte de JesúsEn el Sermón del Monte, Jesús

advirtió del peligro de la profesión reli-giosa que está divorciada de la prácti-ca. Aunque a partir de los tiempos deSan Agustín, en el siglo IV se habla desermón, la Biblia realmente llama alSermón del Monte una “enseñanza”(Mt 5.2). Se ha dicho que el Sermóndel Monte es al Nuevo Testamento loque los Diez Mandamientos son al An-tiguo. El propósito de los Diez Manda-mientos y del Sermón del Monte espresentar las normas de conducta ycreencia que identifican al pueblo deDios. Los Diez Mandamientos enseñanlos grandes principios morales sobrelos cuales la gente piadosa construyesus vidas. De hecho, estos son losprincipios en que debe estar basada

Laobedienciaes la clavepara una

vida cristianavictoriosa

1

37

La casa conun

fundamentofirme puederesistir latormenta.

una sociedad disciplinada. Más parti-cularmente, el Sermón del Monte des-cribe el estilo de vida de los discípulosque se someten al señorío de Cristo.Cuando obedecemos estos elevadosideales en nuestra vida diaria, estamoshonrando a nuestro Señor y bendicien-do a los que nos rodean.

El peligro: Profesión sinprácticaEn los versículos finales del Ser-

món del Monte, Jesús se refiere a lasrelaciones entre profesión y práctica,entre confesar que “Jesús es el Señor”y obedecer a Jesús como el verdaderoSeñor que es. En Mateo 7.21-23, Jesúsenseñó una importante verdad. Ni di-ciendo las palabras correctas ni practi-cando actividades religiosas alguienpuede entrar al cielo.

Esta enseñanza era bastante diferen-te a la que sustentaban los fariseos ylos escribas, quienes a veces parecíanestar más preocupados de las opinio-nes de los demás sobre sus activida-des religiosas que de lo que Dios pen-saba sobre ellos. Creían que palabrascomo “Señor, Señor” junto con otrosrituales religiosos los harían ganar elfavor de Dios. Sin embargo, Jesús ad-virtió claramente que “muchos medirán en aquel día: Señor, Señor, ¿noprofetizamos en tu nombre, y en tunombre echamos fuera demonios, y entu nombre hicimos muchos milagros?Y entonces les declararé: Nunca os co-nocí; apartaos de mí, hacedores demaldad” (Mt 7.22-23).

El fundamento seguro:ObedienciaLos oyentes de Jesús se dividí-

an en dos grupos: los que oían y obe-decían, y los que oían y no obedecían.En Mateo 7.24-27, Jesús ilustró estehecho cuando contó la historia sobre

dos constructores y dos casas. Erauna ilustración práctica. Perfectamen-te pudo haber ocurrido en Palestina ya lo mejor pudo haber sido un casoreal conocido por Jesús, que creció enla casa de un carpintero.

En Palestina, un constructor teníaque pensar por adelantado. En el vera-no abundaban las depresiones dearena; aunque, en realidad, eran sim-plemente lechos secos de ríos. Si al-guien equivocadamente pretendíaconstruir una casa allí, durante el in-vierno le sería imposible a la estructu-ra resistir las furiosas corrientes deagua. Aun en sitios normales, la tenta-ción de los constructores era tomar elcamino más fácil y construir sobre lasuave arena en lugar de cavar profun-do en la capa de roca.

En el relato, Jesús hace dos compa-raciones. Comparó a la persona “queoye estas palabras, y las hace” (v. 24)con un constructor sabio que se asegu-ra que su casa sea construida sobre unfundamento de roca. Por el otro lado,comparó a la persona que oye sus pa-labras pero no las lleva a la prácticacon un constructor insensato que cons-truye su casa en la arena.

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2

El punto de la historia es obvio: Sólo una casacuyo fundamento sea firme puede resistir la tor-menta. De igual manera, solo una vida cuya basedescansa sobre las verdades que Jesús enseñópuede resistir las tormentas de la vida.

Jesús no solo espera de nosotros que escuche-mos sus enseñanzas, sino que las practiquemos.¿De qué aprovecha el conocimiento si no se tradu-ce en acción? En su comentario al Evangelio deMateo, William Barclay escribe: “El conocimientodebe transformarse en acción; la teoría en prácti-ca; la teología en vida”.

Asistir como oyente a una clase en la universi-dad puede ser entretenido y agradable. Básica-mente, usted se sienta en la misma sala de clasescon los demás estudiantes, escucha las mismasdisertaciones de parte del mismo profesor, y tomalos mismos apuntes. Sin embargo, hay una grandiferencia entre usted y los estudiantes que llevanla materia para acumular créditos. ¡Usted no tieneque hacer nada! No tiene que hacer trabajos, notiene asignaciones que completar, ni pruebas querendir. Todo lo que hace es absorber información.

Desdichadamente, demasiados de nosotrossólo somos oyentes de la Palabra de Dios. Cadadomingo escuchamos las enseñanzas de Jesús. In-cluso podemos desarrollar un conocimiento im-presionante de las enseñanzas de Jesús, pero po-

demos hacer muy poco o ningún esfuerzo porpracticar lo que sabemos.

Es un revelador juego de datos estadísticos,pero los investigadores nos dicen que recorda-mos 10 por ciento de lo que oímos, 50 por cientode lo que vemos, y un 90 por ciento de lo que ha-cemos. Es solo practicando las enseñanzas deJesús en nuestro diario vivir que podemos demos-trar nuestra sabiduría.

En esta historia, Jesús reveló una gran verdad.Nos enseñó que permanecer firme o caer en lavida no lo determina el tamaño o el tipo de tor-menta con la que nos encontremos. Todos enfren-tamos tormentas similares, presiones, pruebas. Elque permanezcamos firmes o seamos derribadosdepende únicamente de la fortaleza del funda-mento sobre el cual está construida nuestra vida.Una vida que ha sido levantada sobre la roca sóli-da de la obediencia a los mandamientos de Jesúses una vida que permanecerá sin importar lo se-vero de la tormenta que la ataque.

Jesús exige obediencia de sus seguidores. Estaes la clave de una vida cristiana victoriosa, yJesús nos enseñó que la obediencia es el funda-mento seguro para la vida. Es reconfortante saberque sea cual sea el grado de violencia de las tor-mentas, una vida fundada sobre la obediencia aCristo está segura.

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Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé aun hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.

Mateo 7.24

Actividad bíblica

Lea Santiago 1.19-27. En elversículo 22, Santiago diceque si sólo oímos la Palabrade Dios, nos engañamos anosotros mismos. ¿En quésentido nos engañamos anosotros mismos?

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Santiago compara la Palabrade Dios a un espejo. ¿En quése parece a un espejo la Pa-labra de Dios en nuestravida?

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Describa las diferencias entrela persona que sólo oye laPalabra de Dios y la que lapractica.

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En el versículo 27, Santiagocita dos ejemplos de “hacer”la Palabra. Escriba abajo losdos ejemplos.

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2._________________________

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Guía deestudio

para ayudar alos alumnos aentender quela obedienciaa Cristo es el

cimientosobre el cual

debeconstruirse la

vida deldiscípulo

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Líder de grupo (Vea las páginas 78-79.)1. Ayude al líder de estudio a preparar el salón de clases.2. Salude a las visitas y déles un ejemplar de Discipulado Cristiano. Aníme-los a estudiar el material para hoy.3. Dé a cada alumno dos nombres de personas que no están asistiendo oque pudieran llegar a ser alumnos para que los llamen por teléfono y los in-viten al estudio de la próxima semana.4. Dé oportunidad para peticiones de oración. Dirija la oración.

Líder de estudio (Vea las páginas 78-79.)5. Recapitule la historia que inicie la lección de hoy. Trabajen como grupopara definir los términos hipócrita y mentiroso. Pregunte: ¿Quiénes eran loshipócritas? ¿Quiénes los mentirosos? ¿Hay una diferencia entre unos yotros?6. Use la unidad visual para comenzar el estudio.7. Complete la Actividad bíblica de la página 38. Analicen las diferenciasentre una persona que mira la Palabra de Dios (el espejo) y otra que ponela Palabra de Dios en práctica.8. Llame la atención de los alumnos a la frase: “... el Sermón del Montees al Nuevo Testamento lo que los Diez Mandamientos son al Antiguo”. Ex-plique: El propósito de ambos es presentar los modelos de conducta y fe.Ambos se enseñaron para que se obedecieran. La obediencia era y es elfactor más importante en una relación con Jesús.9. Pida a los alumnos que busquen en sus Biblias Mateo 7.21-23. Pregun-te y someta a discusión: ¿Qué constituye y qué no constituye una garantíapara entrar al cielo? ¿Cómo la profesión y la práctica, más la obediencia for-man un compañerismo para confesar que “Jesús es el Señor”? ¿Hay en laiglesia cristianos profesantes que no practican este compañerismo?10. Seleccione a dos alumnos. Pídale a uno que desempeñe el papel delhombre insensato mientras que el otro desempeñará el del hombre sabio.Escoja a otros miembros para que desempeñen el papel de la lluvia, el vien-to, los rayos y las inundaciones. Cuente la historia de Mateo 7.24-27 mien-tras los actores representan los diferentes papeles.11. Discutan la importancia de tener un fundamento sólido. ¿Cuál construc-tor oyó y obedeció? ¿Cuál oyó y desobedeció?12. Solicite a los alumnos que comenten sobre la afirmación de William Bar-clay: “El conocimiento debe transformarse en acción; la teoría en práctica;la teología en vida” (página 38).13. Pregunte y discuta: Acerca del ejemplo del autor de ser un oyente de laPalabra de Dios como se es oyente en una clase de la universidad, ¿se hasentido alguna vez culpable de ser simplemente un oyente de la Biblia o enun culto de adoración? Diga: Cada cristiano tiene que luchar con el reto depracticar lo que aprende. Es un esfuerzo constante para estar cerca de Jesús.Permítale que lo ayude a llegar a ser un hacedor en lugar de un oyente.14. Llame la atención a las estadísticas de la página 38, de manera quelos alumnos vean si se aprende más oyendo, viendo o haciendo. Pregunte:¿En qué forma se beneficia una persona “haciendo”?15. Pregunte si alguien está dispuesto a compartir una experiencia perso-nal que ilustre la importancia de obedecer a Jesús si se quiere construir unfundamento sólido.16. Anime a los alumnos a compartir peticiones de oración relacionadascon la obediencia a Cristo. Divida a los alumnos en pequeños grupos y queoren los unos por los otros.

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Seguir su ejemploReferencia bíblica: Juan 13.1-17

S e m a n a 8

Servidores son los que ven una necesidady responden a ella.

P robablemente a los únicos queella veía era al pastor y a la se-cretaria de la iglesia. Una vez a

la semana visitaba la iglesia y pasabavarias horas en el santuario. “¿Oran-do?” No, aunque es una de los solda-dos de oración más aguerrido de laiglesia. Ella viene a preparar el santua-rio y dejarlo listo para el domingo si-guiente, para lo cual hace una serie detareas domésticas: quitar los envoltu-ras de goma de mascar de los lugarespara guardar los himnarios en los ban-cos, poner lápices con punta, tarjetaspara visitantes y sobres para la ofrendade tal manera que todo esté a la manopara cada persona.

Es posible que ella nunca llegue aser maestra de la Escuela Dominical omiembro de algún comité de la iglesia.

“Demasiado tímida para hacer esa clasede trabajo”, quizás suponga usted. Perosiempre está buscando maneras de ayu-dar “entre bastidores”. Con frecuenciale pregunta al pastor: “¿Puedo ayudarloen algo esta semana?”

Ella se pasa encerrada en su casa lamayor parte del tiempo. Tiene lupus yciertamente la enfermedad la tienepostrada. Sin embargo, está ministran-do continuamente a otros a través delcorreo. Los que están cumpliendoaños, los nuevos creyentes, los nuevosmaestros de la Escuela Dominical, losque están pasando por la pena dehaber perdido un ser querido, pacien-tes en el hospital, todos recibirán unacarta de aliento de esta dama.

¿Quiénes son estas personas? ¡Sonservidores! Son personas que ven unanecesidad y responden a ella. Posible-mente, la forma en que sirven a Cristono sea considerada muy importante,pero influyen mucho en las vidas deotras personas.

El trasfondoJesús preparó muy bien a susdiscípulos para que realizaran el

trabajo que tendrían que hacer des-pués de su partida. No reunió a losdoce en una sala de clases ni les pidióque tomaran apuntes. En lugar de eso,les enseñó “en el camino”. Las “super-carreteras” de la vida fueron su sala declases. Les comunicó sus principios yvalores en medio de las experienciasde cada día.

Jesús vivióen su propiavida lo queenseñó aotros que

hicieran. Así,al observar

susacciones,podemosaprendersobre la

forma en queÉl espera

queactuemos.

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Jesús tomóuna

palanganacon agua yuna toalla ylavó los pies

de susdiscípulos

Jesús enseñó mediante el ejemplo.Vivió en su propia vida lo que enseñóa otros que hicieran. Así, al observarsus acciones, podemos aprender cómoÉl espera que actuemos.

La Fiesta de la pascua era la másimportante en el calendario judío. Eraun tiempo para reflexionar en el acon-tecimiento más grande de la historiajudía: la liberación realizada por Diosde los hebreos de la esclavitud enEgipto. En algún lugar de Jerusalén,Jesús y sus doce discípulos se reunie-ron en un aposento alto. Llamada amenudo la última cena, fue un tiempode intimidad. Jesús usó esta ocasiónpara enseñar a sus discípulos una im-portante lección.

El ejemploJesús sabía que el tiempo de sucrucifixión y de su partida se

acercaba. Pero antes de dar a sus dis-cípulos las instrucciones finales demarcha, tenía una importante lecciónque enseñarles. En medio de una tran-quila comida, los sorprendió a todos.Se levantó de la mesa, cogió una palan-gana con agua, una toalla y procedió alavar los pies a sus discípulos.

¿Por qué Jesús haría tal cosa? ¿Que-rría enseñarles una lección de humil-dad? Posiblemente les lavó los pies alos discípulos porque sencillamente es-taban sucios. En aquellos días, los ca-minos no estaban pavimentados. En elverano, las calles se cubrían con unagruesa capa de polvo, la que durante laestación de las lluvias se transformabaen una capa de barro. Era imposibleevitar la suciedad de los pies cuandose viajaba.

Debido a tales condiciones, era cos-tumbre lavarse los pies cuando se en-traba a una casa. Por lo general, eldueño de la casa encargaba a un sir-viente de esta tarea, el que se paraba a

la puerta de la casa con agua y una to-alla. A medida que los invitados ibanllegando, se les saludaba, se les quita-ban sus sandalias, y se les lavaban lospies. Si por alguna razón no había unsiervo disponible, alguien de los queprimero llegaban asumía voluntaria-mente esa tarea.

Por eso, cuando los discípulos sereunieron en el aposento alto paracompartir la comida de la pascua,nadie se ofreció. Este cuarto se leshabía facilitado, por lo tanto no habíaun sirviente.

Los discípulos parecían más intere-sados en estar de pie que encorvadosy más dispuestos a tomar el trono quea tomar una toalla. Jesús, al parecersin decir una palabra, dejó la mesa, seaprovisionó de una palangana conagua y una toalla, y empezó a lavar lospies de los discípulos (Jn 13.4-5).

En el Evangelio de Lucas se nosdice que en esta comida, precisamen-te, los discípulos estuvieron discutien-do sobre cual de ellos era el más im-portante (Lc 22.14-24). Aún después dehaber andado con Jesús durante másde tres años, estaban más preocupadospor su propia posición que por el bien-

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estar de los demás. A través de su propio ejemplo,Jesús enseñó que el verdadero discipulado se ex-presa mediante el servicio al prójimo.

La ordenCuando Jesús hubo terminado de lavar los

pies de sus discípulos, regresó a la mesa y leshizo una pregunta exploratoria: “¿Sabéis lo que oshe hecho?” (Jn 13.12). Probablemente la respues-ta más obvia haya sido devolverle el favor alSeñor. “¡Ahora nos corresponde a nosotros lavar-te los pies, Señor!” quizás tenían todos en la puntade la lengua.

Probablemente anticipando una vez más unafalta de comprensión por parte de los discípulos,Jesús se respondió a sí mismo. Les dijo: “Pues siyo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies,vosotros también debéis lavaros los pies los unosa los otros. Porque ejemplo os he dado, para quecomo yo os he hecho, vosotros también hagáis”(Jn 13.14-15). La orden que les dio fue que se la-varan los pies los unos a los otros, no que se loslavaran a Él.

Esto debe de haberlos tomado por sorpresa.Cualquiera de ellos seguramente habría estadofeliz de lavar los pies a Jesús. ¿Pero lavárselosentre ellos? ¡Eso era otra historia!

La aplicaciónSolo una vez en todas las palabras que se leregistran a Jesús, el Señor anunció que

daría un “ejemplo” a los discípulos. Y fue en estaocasión cuando les lavó los pies (Jn 13.15).

La misma orden que dio a los discípulos, Jesúsnos la da a nosotros. Pero esta es una orden quesignifica más que simplemente lavarse los pieslos unos a los otros. Jesús vio una necesidad ehizo algo para satisfacerla. En su Palabra, Él nosmanda a nosotros a hacer lo mismo.

Al escribir a los cristianos de Galacia, Pablo re-pitió el llamado de Cristo a servir cuando dijo:“Servíos por amor los unos a los otros” (Gá 5.13).

Servir demanda involucrarse de forma perso-nal. No podemos suponer que alguien más va atomar la iniciativa de satisfacer la necesidad queestá ante nosotros. Como Jesús, debemos salir yalcanzar a los que nos rodean y que necesitan denuestro amor.

Servir como lo hizo Cristo, abnegadamente, escostoso y conlleva sus riesgos. Si no estamos dis-puestos a correr esos riesgos y a sacrificar cosasde nuestra propia vida, no habrá un ministerio efi-caz. Nuestra meta es ver a los demás de la mismaforma que los ve Jesús. Cuando hacemos eso,ningún sacrificio personal será demasiado grandeen el servicio a otros.

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Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros tam-bién hagáis.

Juan 13.15

Actividad bíblica

Lea Juan 13.1-17. Cierre losojos e imagine, lo mejor quepueda, cómo se vería el apo-sento alto. Ahora, imagínese aJesús y a los discípulos en-trando en el lugar. ¿De quéirían hablando cuando entra-ban?_______________________________________________________________________________________________________________________________________

¿Por qué cree usted que nin-guno de los discípulos sepuso de pie para realizar latarea de lavarles los pies alos demás?______________________________________________________Imagínelos disfrutando de lacomida juntos. De pronto, sinuna palabra, imagine a Jesúsparándose de la mesa, to-mando una palangana conagua y una toalla, y lavandolos pies de sus discípulos. Siusted hubiese sido un discípu-

lo, ¿cuáles habrían sido susprimeros pensamientos?______________________________________________________Hoy día, Jesús nos manda a“lavarnos los pies los unos alos otros”. Esto significa sa-tisfacer personalmente y sinegoísmos las necesidades delos demás. Mencionen algu-nas formas en las cuales us-tedes se pueden “lavar lospies unos a otros”.______________________________________________________

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Guía deestudio

para ayudar alos alumnos aentender elejemplo desiervo queJesús dio a

susseguidores y a

descubrirformas

prácticas paraseguir su

ejemplo deservicio en

nuestroministerio a

otros.

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Líder de grupo (Vea las páginas 78-79.)1. Ayude al líder de estudio a preparar el salón con mesas largas y sillas.Cubra las mesas con manteles como para celebrar la Cena del Señor.2. Salude a los alumnos y visitantes y dígales que se sienten alrededor delas mesas.3. Pida informes sobre las llamadas telefónicas durante la semana. Distri-buya nombres adicionales para que se contacten al comienzo de la siguien-te semana.4. Agradezca a los voluntarios que han provisto los refrescos durante estemes.5. Invite a que se den a conocer las peticiones de oración. Dirija la oración.

Líder de estudio (Vea las páginas 78-79.)6. Complete la Actividad bíblica en la página 42. Espere hasta que los alum-nos hayan finalizado la actividad bíblica y luego comparta la respuestas a laúltima pregunta en la actividad.7. Use la unidad visual para empezar el estudio.8. Pida a las personas asignadas previamente que den un breve informesobre el lavamiento de pies en los tiempos de Jesús.9. Después de algunos minutos pida al líder de grupo que lo ayude en ir ensilencio alrededor de las mesas haciendo como que lavan los pies de cadaalumno. Háganlo tan auténticamente como les sea posible, incluso usando lapalangana y la toalla. Pregunte y discutan: ¿Qué sintió usted cuando pretendi-mos lavarle los pies? ¿Se sentía incómodo o emocionado? ¿Por qué? ¿Quéclase de ejemplo dio Jesús con este sencillo acto de lavar los pies?10. Analicen: ¿Qué significa ser un siervo de Jesús? ¿En qué maneras prác-ticas podría expresarse? Cuente la historia de la mujer enferma de lupus(página 40).11. Pida a los alumnos que cuenten historias breves de ocasiones en queun padre o un amigo demostró con el ejemplo qué hacer. Pregunte: ¿Cómoayudó eso? ¿Fue importante como para tomarse el tiempo y contarlo?12. Pida que dos voluntarios pasen al frente. Pida a uno que muestre alotro cómo amarrarse los zapatos sin decir una palabra. Diga: Sí, ahora pa-rece simple, pero piense en lo importante que fue aprender a hacerlo cuan-do era un niño. Ahora, que el otro alumno muestre cómo enhebrar unaaguja sin decir una palabra. Diga: Esto es un poco más difícil, pero el prin-cipio es el mismo. Jesús nos dio el mejor ejemplo a seguir al mostrarnoscómo servir a los demás. Nosotros mostramos cómo servir con nuestras ac-ciones, luego podemos ayudar a otros a que también sirvan. Esto los capa-cita para el servicio y produce siervos fieles.13. Pida a dos alumnos que busquen y lean en voz alta Juan 13.15 y Gá-latas 5.13. Pregunte: ¿Dice la Biblia que los servidores tienen que ser ricos,dignos del mayor respeto o el más alto honor? Diga: No, la Biblia dice quehay que servir con amor aun cuando nadie lo agradezca. Compare y expli-que las exigencias para el servicio que se encuentra en el último párrafo dela página 42.14. Diga y analicen: Imagínese una Iglesia cuyo lema sea: “Donde cadamiembro sirve al otro”. ¿Qué clase de Iglesia sería esa?15. Use la unidad visual como la ayuda H (página 81) para presentar un pe-queño vistazo de la siguiente unidad de estudio.16. Dirija al grupo en una oración de clausura. Agradezca a Jesús por sumaravilloso ejemplo de servicio. Pida por oportunidades para que los alum-nos se ayuden unos a otros.