unas vacaciones especiales

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UNAS VACACIONES ESPECIALES Lucía Martín, era una niña de cuatro años que vivía en Hawái. Lucía siempre quiso vivir en la montaña pero su hermana mayor, Laura, quería vivir en la ciudad. Su madre y su padre estaban pensando en mudarse a Vileña, un pueblo pequeño en la montaña cerca de un río. Al final, decidieron mudarse. Laura no paró de protestar en todo el viaje, pero Lucía no podía creérselo, ¡viviría en la montaña! en cuanto llegaron Lucía salió a explorar la montaña sin decir ni una sola palabra a sus padres. Cuando Laura salió del coche, vio lo hermoso que era el monte, y fue con Lucía a explorar la montaña. Laura y Lucía, salieron hacia el río, pero de repente oyeron a un animal llorando, llegaron hasta el río y se encontraron un perro herido. Se lo llevaron a casa para enseñárselo a sus padres, pero no había nadie y estaba todo oscuro, -¡Qué miedo!, dijo Lucía. Ven a un hombre atravesar el salón. -¡Vámonos Lucía, corre!, busquemos a papá y a mamá. Al fin los encontraron cogiendo fresas y moras al lado de la carretera. -¡Mamá, papá, hay alguien en casa! ¡Y hemos encontrado un perro herido! En cuanto llegaron a casa, se pusieron a cuidar el perro, y después, se fueron a la cama para reponer fuerzas.

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Page 1: Unas vacaciones especiales

UNAS VACACIONES ESPECIALES

Lucía Martín, era una niña de cuatro años que vivía en Hawái. Lucía siempre quiso vivir en la montaña pero su hermana mayor, Laura, quería vivir en la ciudad. Su madre y su padre estaban pensando en mudarse a Vileña, un pueblo pequeño en la montaña cerca de un río. Al final, decidieron mudarse. Laura no paró de protestar en todo el viaje, pero Lucía no podía creérselo, ¡viviría en la montaña! en cuanto llegaron Lucía salió a explorar la montaña sin decir ni una sola palabra a sus padres. Cuando Laura salió del coche, vio lo hermoso que era el monte, y fue con Lucía a explorar la montaña. Laura y Lucía, salieron hacia el río, pero de repente oyeron a un animal llorando, llegaron hasta el río y se encontraron un perro herido. Se lo llevaron a casa para enseñárselo a sus padres, pero no había nadie y estaba todo oscuro,

-¡Qué miedo!, dijo Lucía. Ven a un hombre atravesar el salón. -¡Vámonos Lucía, corre!, busquemos a papá y a mamá.

Al fin los encontraron cogiendo fresas y moras al lado de la carretera.

-¡Mamá, papá, hay alguien en casa! ¡Y hemos encontrado un perro herido! En cuanto llegaron a casa, se pusieron a cuidar el perro, y después, se fueron a la cama para reponer fuerzas.

A la mañana siguiente, Lucía se despertó, y fue a darle los buenos días al perro pero no estaba. ¡La ventana estaba rota!

-Laura despierta, el perro no está, se lo han llevado.

-¡¿Qué, cómo dices?! Vamos a buscarlo.

-Sí, sí, vamos.

-Laura un momento- dice lucía-¿y el señor de ayer? Preguntemos a ver quién es.

Esta es su casa: Toc, toc, toc.

-¿Quién es?

Page 2: Unas vacaciones especiales

-Somos la policía. Disfrazadas, Laura y Lucía entran a casa del extraño.

-Pasen. Voy un momento al baño- dice el extraño. Lucía mira ahí está- dice Laura en voz baja.

Cuando el extraño salió del baño ni el perro ni ellas estaban allí.

-Le llamaremos Mohamed- dijeron al unísono.

-Lucía, ¿te has dado cuenta de que tenía un montón de perros enjaulados? ¿Qué hacemos?

-Ir a rescatarlos mañana por la mañana- dice Lucía.

A media noche oyeron la puerta de casa, Laura se asomó, y vio al seños del día anterior. Ella gritó: ¡mamá, papá! Y del grito que pegó, a Lucía despertó, sus padres vinieron corriendo:

-¿Qué pasa Laura?

-Hay alguien en casa.

Sus padres revisaron el piso de arriba abajo, pero no encontraron nada. Habrán sido imaginaciones mías. Entonces alguien cruzó la habitación y lo perseguimos por toda la casa. Salieron a la calle y de repente, una sirena se oyó. ¡Era la policía! Entonces la policía pilló al ladrón y lo encarcelaron. Después llegó Navidad y todavía seguían en el pueblo. ¡Se lo habían pasado tan fenomenal que se iban a quedar a vivir allí!

Y fueron felices y no comieron perdices.

Firma: Tarta de fresa.