una mirada diferente del emblemático martín fierro

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Filosofía gauchesca, siempre vigente Por: Claudia Barría Pérez / El Martín Fierro, escrito a fines del siglo XIX por José Hernández, nos presenta la realidad de la vida del gaucho de ese momento histórico como grupo marginado socialmente y servil a los intereses de las autoridades de turno, sustentado por el proyecto de conformación de una nación libre y con identidad propia. En este marco, surge la obra como una crítica social y denuncia de los abusos de poder de la época. La reedición de la obra emblemática nacional y registro vivo del folclore de los argentinos, propone este año la búsqueda de un espacio dentro de la contemporaneidad del siglo XXI lleno de cambios y resignificaciones dinámicas. La riqueza de la polisemia del lenguaje que la obra nos ofrece y sus múltiples y constantes interpretaciones son válidas para permitir al lector activo, posicionarla como una obra plenamente vigente por sus temas a pesar de haber sido escrita en el siglo XIX. Muchos autores, a lo largo de los años, se han abocado a la lectura del Martín Fierro desde una perspectiva del género literario gauchesco, iniciador del constructo de la identidad nacional. Una expresión literaria que nos presenta a su protagonista como un prototipo del gaucho argentino cuya característica principal es ser un payador, crítico de los problemas de su época, trabajador, astuto, valiente y libre. Su carácter solitario es producto de la pampa que habita que a su vez lo transforma con el correr de los años en un gaucho pendenciero, luego de las vicisitudes de la vida y las injusticias sufridas en la frontera a la cual fue llevado por la Ley de Leva. El poema así, traslada al verso, las

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Page 1: Una mirada diferente del emblemático Martín Fierro

Filosofía gauchesca, siempre vigente

Por: Claudia Barría Pérez /

El Martín Fierro, escrito a fines del siglo XIX por José Hernández, nos presenta la

realidad de la vida del gaucho de ese momento histórico como grupo marginado

socialmente y servil a los intereses de las autoridades de turno, sustentado por el proyecto

de conformación de una nación libre y con identidad propia. En este marco, surge la obra

como una crítica social y denuncia de los abusos de poder de la época.

La reedición de la obra emblemática nacional y registro vivo del folclore de los argentinos,

propone este año la búsqueda de un espacio dentro de la contemporaneidad del siglo XXI

lleno de cambios y resignificaciones dinámicas. La riqueza de la polisemia del lenguaje que

la obra nos ofrece y sus múltiples y constantes interpretaciones son válidas para permitir al

lector activo, posicionarla como una obra plenamente vigente por sus temas a pesar de

haber sido escrita en el siglo XIX.

Muchos autores, a lo largo de los años, se han abocado a la lectura del Martín Fierro

desde una perspectiva del género literario gauchesco, iniciador del constructo de la

identidad nacional. Una expresión literaria que nos presenta a su protagonista como un

prototipo del gaucho argentino cuya característica principal es ser un payador, crítico de

los problemas de su época, trabajador, astuto, valiente y libre. Su carácter solitario es

producto de la pampa que habita que a su vez lo transforma con el correr de los años en un

gaucho pendenciero, luego de las vicisitudes de la vida y las injusticias sufridas en la

frontera a la cual fue llevado por la Ley de Leva. El poema así, traslada al verso, las

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formas de pensar, de sentir, y de vivir del hombre pampeano, y narra en un lenguaje

campesino, lleno de frases y refranes filosóficos las experiencias de vida del personaje.

Desde una visión actual, el desafío es encontrar una mirada distinta y a la vez vigente en

medio de una sociedad que se caracteriza por el consumismo, la globalización, las crisis

de valores tradicionales, la falta de comunicación en el seno familiar, un rol activo de la

mujer en distintos ámbitos, nuevas agrupaciones familiares: familias ensambladas,

monoparentales y homosexuales. Somos seres cada vez más individualistas, dependientes

de las comunicaciones virtuales que nos alejan del disfrute de antaño de una buena

conversación compartida entre amigos. Con todos estos antecedentes, característicos de

nuestra sociedad actual, nace la posibilidad de acoger la historia del Martín Fierro

contextualizando su argumento a nuestro presente y resignificar sus versos llenos de

sabiduría en nuestras vidas.

Abordemos la lectura más allá del significado histórico que la obra en sí propone e incluso

disfrutémosla desde perspectivas más audaces. Entonces, podemos pensar, tal vez, en la

vigencia que adquiere el viejo Vizcacha con su personalidad de viejo mañoso, de dudosa

moral, mezquino, avaro, amigo de lo ajeno, vividor, buscavidas, y relacionar algunas de

estas características con estereotipos de argentinos presentes en nuestra sociedad. Podemos

ir un poco más lejos, y hacer una analogía de estos rasgos con la viveza criolla de

personalidades políticas deshonestas que dirigen los destinos de nuestro país.

Si nos enfocamos en el rol de la mujer que muestra la obra, podemos encontrar diferentes

visiones ella: la mujer infiel de Cruz, la mujer abnegada y amada por Fierro, o la mujer

como un mal según el viejo Vizcacha, e incluso la mujer maternal como la cautiva.

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Estos roles marcan y dejan huellas en los personajes de la obra, Fierro, Cruz y Vizcacha.

Éstos últimos, dolidos por la experiencia de la vida marital expresan en sus versos algunos

rasgos de desvalorización del género femenino : “las mujeres dende entonces/ conocí a

todas en una/ ya no he de probar fortuna/ con carta tan conocida/ mujer y perra parida/ no

se me acerca ninguna” (Cruz) o “Es un bicho la mujer/ que yo aquí no lo destapo/ siempre

quiere al hombre guapo/ mas fijáte en la elección/ porque tiene el corazón/ como barriga

de sapo”, versos del viejo Vizcacha y que según cuenta la historia, el viejo, mató a su

mujer con un palo porque le dio un mate frío. Con estas ideas y acciones del viejo

Vizcacha, en el contexto actual y con el amparo de la legislación vigente en nuestro país, el

personaje podría ser acusado de femicidio. En tanto que desde el discurso de ambos, la

sociedad de hoy no dudaría en interpelarlos a la luz de la violencia de género.

Desde una cosmovisión más audaz, la lectura nos lleva a imaginar un estilo familiar

contemporáneo y actual. Los personajes Cruz y Fierro pierden a sus mujeres en

circunstancias diferentes. Dolidos por la decepción de sus amadas, optan por formar una

familia distinta, lejos de los ojos de la autoridad, un clan netamente masculino y con una

estrecha e íntima relación. Recordemos que Cruz desertó de la milicia, cambió de bando

por defender a Fierro, luego se hacen muy buenos amigos y caen en confesiones mutuas.

Surge en ellos una relación por momentos muy sugerente en sus acciones para con el otro

y de cierta ambigüedad que el autor no se esmera en clarificar. “nos retiramos con Cruz/a

la orilla de un pajal/por no pasarlo tan mal/en el desierto infinito/hicimos como un

bendito/con dos cueros de bagual”, “fuimos a esconder allí/nuestra pobre

situación/aliviando con la unión/aquel duro cautiverio/tristes como un cementerio/ al toque

de una oración” Así, la historia permite al lector cubrir ese espacio vacío y posibilita

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diversas interpretaciones que clarificará o no, la lectura total de la obra. Además la

ambigüedad pone en juego la imaginación y las nuevas cosmovisiones de las relaciones

entre personas del mismo sexo. Sin duda, una mirada atrevida y audaz de nuestro gaucho

argentino.

El nuevo sistema de valores del hombre contemporáneo argentino, inmerso en esta

sociedad de cambios constantes, bombardeada de ideas renovadoras y audaces e incluso

transgresoras de los preceptos del pasado, nos abre las puertas a nuevas cosmovisiones,

posibilita miradas distintas que permiten realizar múltiples interpretaciones a la hora de la

lectura de un clásico como el Martín Fierro.

Es un desafío para el lector activo posicionar al Martín Fierro como una obra plenamente

vigente, su filosofía gauchesca está llena de valores que hoy se diluyen en la vida de las

personas. Sin embargo, podemos ir al rescate de esas ideas y reformularlas en pos de un

renacer de sentimientos y referentes actuales que funcionen como ordenadores, guías, y

objetivos a lograr en una actualidad social en crisis.

El desarrollo social de las personas nace en la familia, acompaña la educación de las

escuelas y continúa en la propia vida. Muchos de los consejos del Martín Fierro a sus hijos

nos da ejemplos de ello. “los hermanos sean unidos/ porque ésa es la ley primera/ tengan

unión verdadera/ en cualquier tiempo que sea/ porque si entre ellos pelean/ los devoran los

de ajuera”. Estas razones adquieren validez en los tiempos que vivimos, el Martín Fierro

nos convoca a reformular su contenido y posicionarlo como una obra que no pierde su

vigencia a través del tiempo. Su polisemia nos invita a resignificar los valores patriarcales

que han forjado nuestros antepasados.